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1.INTRODUCCIÓN
Para el psicoanálisis Lacaniano, las cuestiones técnicas, son siempre cuestiones éticas,
y esto es por una razón muy precisa, porque se dirige a un sujeto.
Por esto, Lacan en La Dirección de la Cura y los Principios de su Poder (1958) no habla
de patrones de tratamiento, habla de “principios”. Principios que se transmiten a través
del propio análisis y de la supervisión. Esto quiere decir que la formación del analista es
continua.
Miller señala que “La invención de Freud no es la invención del inconsciente, la
invención del genio de Freud es la invención del dispositivo analítico, es decir, un cierto
modo de exponer la manifestación del inconsciente en el fenómeno de la transferencia.
Es una manera de reactivar el incosciente”. (Miller 2006, p, 54).
La experiencia analítica coloca al paciente frente a su palabra y al analista en el campo
de la escucha. Éste se encuentra en una lógica en la cual su lugar está en el poder
discrecional del oyente.
¿Qué pasa cuando el analizante habla, cuando un hablante se dirige a un oyente?
Desde el momento en que hay uno que habla, se puede ubicar también el lugar del Otro,
que es el lugar en el que se encuentra el analista que escucha. Lo que sucede es que
el oyente es quien tiene la decisión respecto de lo que el hablante dice; esto porque la
estructura misma de la palabra hace que lo que uno quiere decir sea decidido, no por el
sujeto que habla, sino por el que escucha; depende del Otro el sentido de lo dicho.
El sentido profundo de la palabra es decidido por el receptor; a esto Lacan lo llamó “el
poder discrecional del oyente”; es un poder que implica una gran responsabilidad por
parte del analista; Esta estructura de la palabra demuestra que hay una escisión entre
lo que uno dice y lo que se quiere decir, o sea que el lenguaje hace del ser hablante un
ser dividido siempre entre enunciado y enunciación.
La escucha permitirá un espacio de alojamiento subjetivo, el analista, operando a través
de la ignorancia docta, es decir, un saber que nada se sabe, para dar cada vez lugar a
lo nuevo, y el deseo del analista como instrumento que se necesita para que éste opere
de manera correcta, ayudará, entonces, a cada sujeto a “arreglárselas” con su real,
haciendo un buen uso de los semblantes según el caso por caso.
Tomando en consideración los textos propuestos por la cátedra se sugiere ver el
capítulo 4: Laura/ de la serie “En terapia”- temporada 3.
2.OBJETIVOS.
-Identificar los elementos que permitan realizar un análisis de la demanda.
-Reconocer las diferencias entre encuadre de dispositivo analítico y contratransferencia
de deseo del analista.
4.ACTIVIDAD:
Resolver la actividad programada por el grupo que realiza la presentación del modelo
teórico.