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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA CLÍNICA

Viñeta Clínica

Laura tiene su primera entrevista en enero del 96, derivada por su médica de familia.
Está muy angustiada, comenta que lleva unos meses deprimida, con una ansiedad
terrible, ataques de pánico y mareos que la obligan a tener que estar permanentemente
acompañada; de hecho, viene con su marido. Su primera referencia es precisamente
sobre esta cuestión y dice: "es un santo conmigo ahora que tengo tanto miedo a estar
sola?".

Frase en la que se condensaría, como pude comprender a posteriori, lo que se revelará


como una clave importante de su psiquismo respecto de sus defensas más primarias:
negación de la agresividad, idealización del objeto de apego por su carácter
contrafóbico y búsqueda de apoyo y aprobación presentando una imagen desvalida de sí
misma.

Paradójicamente, al preguntarle sobre algún posible desencadenante de la depresión, se


refiere directamente a lo que ella considera en ese momento la única causa de su
descompensación: la confirmación de la sospecha, que arrastraba desde hace un tiempo,
sobre una posible relación que mantenía su marido con una compañera de oficina,
relación que en un primer momento él había negado atribuyéndole a ella una
imaginación desorbitada y que, meses más tarde, ante la insistencia de L., él reconoce
haber mantenido desde hace algo más de un año, minimizando su importancia y
asegurándole que era un asunto que ya estaba finalizado. Para L.la confesión del marido
trae aparejada el fin de la idealización del proyecto de la familia, sino perfecta, por lo
menos lograda como realización de su deseo de formar una pareja? como corresponde?,
es decir una desilusión en toda regla.
L. es la imagen vívida del sufrimiento: encogida, llorando a lo largo de toda la
entrevista y buscando con la mirada lo que yo percibía como una imperiosa necesidad
de sostén; parecía a punto de desmoronarse en cualquier momento, lo que se confirmará
cuando al comenzar nuestro segundo encuentro, dice "el otro día cuando me fui de
aquí, me temblaban las piernas". En este primer encuentro, el relato se circunscribió a
su malestar y al miedo que le daba la sensación de descontrol de sus síntomas.

El material que voy recogiendo sobre su historia infantil describe a su madre como
protagonista de una vida sacrificada, plagada de renuncias y esfuerzos para ayudar a su
familia de origen. La figura de la madre está exaltada en los rasgos que caracterizan su
sufrimiento: su capacidad de entrega y el dolor silencioso, tanto por la dureza de las
condiciones de su vida, ella, que en ese momento tenía 4 años, y sus nueve hermanos
quedaron huérfanos de padre en la guerra- como por sus dolencias físicas:
especialmente una cojera resultado de haber padecido poliomielitis y, como
consecuencia, varias y cruentas intervenciones quirúrgicas.

El padre está idealizado en su bondad y ecuanimidad, alguien que al decir de L. no se


mete con nadie y cuyo lema es "vive y deja vivir". 

 Los otros personajes significativos son el hermano de L., un par de años menor que
ella, que aparece bastante desdibujado, sin ninguna mención especial y una tía materna
que vivió en el extranjero muchos años y es como "la otra madre", alguien por quien L.
se ha sentido muy protegida, quien le traía regalos que ella podía exhibir orgullosamente
ante sus amigas, constituyendo un soporte, aunque nunca suficiente, para su narcisismo.
La tía y la madre forman un tándem que ella vive como una especie de superestructura
protectora pero persecutoria a la hora de marcar estrictas pautas de conducta ligadas,
sobre todo, a "tener que ser muy buena", o sea, estar dispuesta a ser conciliadora y, por
encima de todo, evitar los conflictos interpersonales, silenciando toda reivindicación
y "entendiendo". Entender como sinónimo de aceptar sin protestar ha sido la marca
característica de su educación y el rasgo más valorado en ella por su familia, que lo
destacaba como una señal de madurez. Padres que exigían inconscientemente este
moldeamiento, a imagen y semejanza de sus propios valores (y de su patología), que
pueden haber dado lugar a un "falso self" o "personalidad como si". Modo familiar
imperante con el que L. se vio forzada a mimetizarse para acceder al sentimiento básico
de pertenencia. Así, el entender al otro, como resultante no sólo de los mensajes
recibidos y de la identificación con los valores de la familia, sino también
constituyéndose en una poderosa defensa en contra del temor a la confrontación.
Satisfacción, por lo tanto en dos sistemas motivacionales: por una parte, en su
narcisismo; por la otra, en el sistema de la autoconservación como modalidad de
aplacamiento frente a aquellos que le inspiraban temor. 

Casi todo su primer año de tratamiento giró en torno a cuánto sufría ella por sus
síntomas, por la mentira del marido, por el miedo permanente a recaer cada vez que se
sentía un poco mejor; en síntesis, un relato reiterado de las posibles causas de
sufrimiento. En el período inicial se podía detectar el masoquismo en sus tres vertientes:
como una búsqueda activa del sufrimiento (psíquico), en la tolerancia anormal al
sufrimiento y en la huida del placer (autoprivación) (Bleichmar, 1997).

Por lo que el foco, a partir aproximadamente del comienzo del segundo año, estuvo
centrado en señalar el peso que había tenido la incorporación de un modelo que
privilegiaba el sufrimiento, y las defensas que ella había organizado para contrarrestar
estas angustias de persecución; el compartir un estado emocional de sufrimiento que
daría lugar a un masoquismo compartido, es decir la obtención del sentimiento de
unión e intimidad mediante el sufrimiento compartido.

La sesión siguiente a que yo comenzara con esta línea de "desmontaje" de su


masoquismo, hubo incluso una referencia sutil, pero que no podía pasarme
desapercibida, sobre el hecho de que "quizás yo no pudiese entender cuán difícil había
sido la situación después de la guerra civil porque en aquella época yo no vivía aún en
España". Curiosamente, la muletilla permanente de L., la frase que repite casi
mecánicamente, es "¿sabes lo que te quiero decir?". Como si necesitara la confirmación
de que sus interlocutores, incluida yo, la entendemos, repetición de la condición de
comprender = a aprobación incondicional, tan representativa de su situación de niña
omnicomprensiva

Contra transferencialmente lo viví como un recordatorio no sólo de mi condición real de


extranjera, sino de en qué lugar ella me situaba, o sea quedándome fuera si no
participaba de "sus reglas del juego". Fue un momento delicado que ambas fuimos
transitando hasta lograr la elaboración de lo que entender implicaba, no como coincidir
necesariamente. Proceso que requirió por mi parte tener que plantearme continuamente
cómo poder ir accediendo a la deconstrucción de esos componentes sin caer en la
socorrida referencia a que sus resistencias no le permitían ver la realidad.

Descubrí que recurriendo a ciertas intervenciones específicas con algún ingrediente


humorístico, iba desdramatizándose la propia situación y podía empezar a reconocerse
en ese personaje al que con el correr del tiempo ella misma pudo describir como "Ya
estoy aquí de Virgen de las Angustias". Es decir, que este largo y complejo recorrido
posibilitó un insight emocional. De modo que durante varios meses estuvimos
trabajando para que L. pudiese ir comprendiendo que no se trataba de poner en duda sus
vivencias sino de procesar cómo habían sido construidas y significadas, qué modelos de
identificación le habían sido propuestos, y las posibles causas que la habían conducido a
aceptarlos. Traté de ir señalándole minuciosamente cómo tenía codificada la
equivalencia entre ser buena = sufrir, por lo que desprenderse del sufrimiento era una
amenaza para varios sistemas motivacionales, como quedó descrito previamente. Sabía
que era necesario que L. pudiera ir captando las motivaciones de su conducta para que
no quedasen disociadas como afirmaciones mías que ella aceptaba, en una repetición
una vez más en su vida, de su complacencia al otro significativo.

De modo que fuimos procesando lo que sus conductas y fantasías representaban


para:
 Su narcisismo: donde necesitaba ser buena para poder valorarse, porque su
sobreadaptación de niña omnicomprensiva que todo lo entiende y lo acepta es un
aspecto fundamental del núcleo de su identidad. Con la consiguiente represión
de su agresividad, como veremos más adelante detalladamente.

 Para el apego, porque esta equivalencia ?sufrir = ser buena? había sido la
característica que marcaba sus relaciones, ligándola a los demás, aun al precio de
sobrecargarla permanentemente. Lo cual se ponía de manifiesto al reprimir
cualquier crítica para evitar conflictos, que luego se libraban en su psiquismo
entre el mandato superyoico y sus ideales de autonomía, o entre sus sentimientos
hostiles y el temor al abandono.

 En su sensualidad-sexualidad, por la adaptación patológica al otro, que había


alcanzado con unas relaciones sexuales que a medida que avanzaba su análisis se
revelaban como insatisfactorias -"nada especial"-, que incluían la necesidad de
alguna causa justificada cuando no le apetecía mantenerlas, tales como jaqueca o
algún otro tipo de molestia física. Sexualidad condicionada a que su marido era
un objeto de apego y no un objeto de deseo sexual, que la reaseguraba tanto en
la autoconservación, cuando actuaba como objeto contrafóbico, como en un
narcisismo necesitado de "haber conseguido novio". Sexualidad además
marcada por un episodio traumático al que haremos referencia.

 Para su regulación psicobiológica, dependiente de la presencia del otro, por lo


que la amenaza de ruptura desencadenaba síntomas como los que la trajeron al
tratamiento, e intensas angustias de auto/heteroconservación (cuidado de sí
mismo y protección al otro): obsesivo registro de cualquier indicio sobre algún
malestar físico, intentando anticiparse a todo posible riesgo, como si en
cualquier momento "algo malo pudiese ocurrir" - a ella y, sobre todo, a sus
hijos.

Todo esto nos permitió también trabajar sobre su falta de práctica para enfrentar
situaciones de conflicto y tener que encarar la idealización de un padre cuyo mensaje de
"No meterse con nadie" incluía un componente importante de inhibición, difícil de
rastrear para una joven que solamente podía valorar la falta de autoritarismo como rasgo
distintivo pero no captar la omisión de comprometerse más activamente en la dinámica
familiar.

La Laura actual ha cambiado mucho respecto de la que vino a la entrevista. Los


síntomas físicos aparecen con menos frecuencia y ella los puede asociar con algo que
pueda estar perturbándola. Y aunque no ha abandonado completamente la modalidad
sufriente puede reconocerla, intentar frenarse, tomarse a sí misma y a su vida con menos
dramatismo. Es capaz de confrontarse con los demás sin entrar en pánico, aunque el
temor a ser "mala" siempre está al acecho.

Seguimos trabajando.
1) Teniendo en cuenta los objetivos que tiene el enfoque Modular-Transformacional.
¿Cuáles de esos objetivos puede encontrar en este caso? Cite partes del caso que
fundamenten la respuesta.

2) Teniendo en cuenta las pistas, encontrar las palabras que estén asociadas o tengan
que ver con el enfoque Modular- Transformacional.

B Z V T R U A S C N N
E L D V E R B A L A O
O Q E B U W O Y I R I
D T U I F H J L A C N
E H C I C Ñ L R M I S
F W L I L H T U Ñ S C
I B K Ñ L I M Q K T R
C V C A Y F B A Y A I
I E M T T U N R R M P
T H G F D I O O I X T
J Y A P E G O B C O O

A) Principal exponente del enfoque Modular-Transformacional

B) El trastorno psíquico puede ser originado por un ___________________ psíquico.

C) Uno de los sistemas motivacionales tiene que ver con que El sujeto es inducido por
un deseo de proximidad y contacto con el objeto que le propone seguridad afectiva

D) El autor plantea que el inconciente tiene distintos modos de existir. Uno de ellos
tiene que ver con lo no constituido del inconsciente.

E) Otro sistema motivacional tiene que ver con La satisfacción o insatisfacción del
sujeto consigo mismo.

F) Manera en que se abrevia el nombre de este enfoque.

G) El trastorno psíquico puede ser originado por un ___________________ estructural.

H) Según el concepto de Salud de este enfoque, lo que se busca es un _____________


entre todos los sistemas motivacionales.

I) El terapeuta debe poder atender a dos niveles. Uno de ellos es ________________.

3) Detalle las ventajas de este enfoque. Y explique con el caso propuesto.

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