Está en la página 1de 19

RESUMEN PRIMERA PARTE DE JURISPRUDENCIAL

Unidad 1
Organización judicial en el orden federal: Argentina, país federal. Dos órdenes
jurisdiccionales: Local (Poder Judicial de las provincias) y Federal (correspondiente al
Estado Nacional de acuerdo a la delegación de facultades que las provincias hicieron al
constituir el Estado; que surgen de la CN, y que comprende al Poder Judicial Federal).

Jurisdicción Federal: Corte Suprema de Justicia de la Nación y tribunales inferiores.


El Art. 108 CN establece que en el orden federal, el Poder Judicial de la Nación será
ejercido por una Corte Suprema de Justicia y por los demás Tribunales inferiores, cuya
creación disponga el Congreso en todo el territorio del país (en igual sentido, art. 75
Inciso 20 CN). De acuerdo a estas normas resulta entonces que:
 La jefatura del Poder Judicial corresponde a la Corte Suprema de Justicia.
 La creación de los tribunales judiciales inferiores es facultad propia del
Congreso.
 Existen dos órdenes jurisdiccionales: el federal y el provincial. Este último
reconocido a las provincias por el art.5 CN para hacer efectiva la garantía
federal.
El Ministerio Público forma parte del Poder Judicial y colabora con los jueces en el
ejercicio de la función jurisdiccional, aunque no la ejerce. Otro tanto, el Consejo de la
Magistratura pero sin ejercer la función jurisdiccional de los magistrados judiciales.

Competencia del Poder Judicial Federal: se establece por razón de la materia, de las
partes y del lugar donde se producen los hechos generadores del caso judicial.

Jueces de los Tribunales federales inferiores: son nombrados por el Poder Ejecutivo
en base a una terna vinculante del Consejo de la Magistratura, con acuerdo del Senado,
en sesión pública, en la que se tendrá en cuenta la idoneidad de los candidatos.

Jurisdicción Provincial: Tribunales Provinciales.

Competencia del Poder Judicial Local casos que suscitan las cuestiones de derecho
común (previstas en el art.75 inciso 12CN), los resultantes de las leyes locales y los que
emanan de leyes nacionales que no establecen su sujeción al Poder Judicial Federal.

Corte Suprema de Justicia percibe la influencia de dos tradiciones normativas:


-Derecho continental europeo: el Juez es considerado como un administrador o gestor,
quien dispensa entre las partes, la justicia de las normas dictadas por el legislador.
-Derecho norteamericano: presente en la Constitución Nacional argentina –escrita,
rígida y suprema-, para éste el Poder Judicial es designado y estructurado como uno de
los poderes del Estado. La Corte Suprema expresa la última palabra en materia de
interpretación de la Constitución, ejerciendo el control de constitucionalidad.

Jueces de la Corte Suprema: son nombrados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de
los dos tercios de los miembros presentes en el Senado, en sesión pública. Su mandato,
al igual que el de los jueces de los tribunales inferiores se extiende mientras dure su
buena conducta cumpliendo con el requisito de la idoneidad previsto en el art.16CN.
La reforma del año 1994 estableció que todos ellos cesarían en sus cargos al cumplir 75
años de edad (art. 99 inciso 4°CN). La cesación sería automática, a menos que el Poder
Ejecutivo con acuerdo del Senado procediera a efectuar un nuevo nombramiento por el
lapso de cinco años más, que podía ser repetido indefinidamente.
Sin embargo la CSJN declaró inconstitucional esta clausula incorporada en la reforma
del año 1994. En el caso Fayt del año 1999, la Corte Suprema consideró que la
incorporación de esa clausula no estaba autorizada por la ley que declaró la necesidad
de la reforma, y que importaba una alteración del principio de inamovilidad previsto en
el art.110 CN. La mayoría de la CSJN sostuvo que los límites impuestos a la
permanencia en el cargo en razón de la edad de los jueces, afectaba la independencia de
estos y para producir tal modificación no estaban habilitados los convencionales
constituyentes. Debe tenerse presente que, salvo el Juez Petrochi (que se excusó) los
restantes magistrados de la Corte decidieron la cuestión, aunque claramente tenían un
interés propio en el asunto.

Integración de la CSJN La Constitución Nacional no establece el número de jueces


que integran la Corte. El texto de 1853 disponía que el tribunal fuera a estar integrado
por 9 jueces y 2 fiscales, pero fue modificada en 1860 suprimiendo la referencia al
número de miembros. La determinación del número es una facultad que corresponde al
Congreso y por ello se sanciona la Ley 26.183 en el año 2006, disponiendo que la Corte
estará compuesta por 5 jueces.
La CSJN estuvo integrada en forma transitoria por 7 miembros mientras se producía la
reducción prevista en el art.3 de la citada Ley. Actualmente la Corte está integrada por 4
miembros y se encuentra abierto el procedimiento de designación de un miembro para
ocupar el cargo vacante.

Marco normativo para la preselección de candidatos En 2003 Néstor Kirchner dictó


el Decreto N° 222/2003, que auto limitó las facultades presidenciales en la designación
de jueces de la Corte, y estableció un nuevo y más transparente proceso de selección,
promoviendo y garantizando la participación de los diferentes actores de la sociedad
civil.
Actuación de la Corte Suprema y los tribunales inferiores (art.116) En todas las
causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución o leyes del Congreso. La
Ley 27, al reglamentar esta norma, dispuso que la justicia federal nunca procede de
oficio, ejerciendo su jurisdicción solo en los casos en que es requerida a instancia de
parte.
Caso: existe caso o controversia cuando dos o más partes no se ponen de acuerdo sobre
los hechos y/o el derecho que debe aplicarse a una relación jurídica, y requieren de un
tercero imparcial (un juez) que decida la cuestión. El caso judicial es requisito (Ley 27)
para la procedencia de la actuación de los jueces, pues no pueden obrar de oficio ni
consultivamente (en abstracto) sino frente a una controversia fáctica o jurídica actual.
Legitimación: alegación por un sujeto hábil y vinculado con un interés jurídicamente
protegido. Se trata de quien está jurídicamente habilitado para plantear un asunto a los
tribunales; de quién puede requerir una sentencia favorable sobre un tema litigioso; de
quién puede ser parte en un proceso; de quién puede hacerle un reclamo a otro sujeto
por una pretensión en un proceso judicial.
Categorías de legitimación: En el fallo Halabi, la Corte Suprema señaló respecto de la
legitimación procesal 3 categorías de derechos:
*Individuales: son derechos divisibles y no homogéneos y su daño es esencialmente
individual y propio de cada uno de los afectados. Para interponer acción sobre ellos,
debe darse la existencia de un derecho subjetivo sobre un bien individualmente
disponible por su titular, quien debe indispensablemente probar una lesión a ese derecho
para que se configure una cuestión justiciable.
*De incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos: debe tener por objeto
la tutela de un bien colectivo, lo que ocurre cuando este pertenece a toda la comunidad,
siendo indivisible y no admitiendo exclusión alguna. La tutela de estos derechos
corresponde al Defensor del pueblo, a las asociaciones y a los afectados.
*De incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos: derechos
personales o patrimoniales derivados de afectaciones al ambiente y a la competencia de
los derechos de los usuarios y consumidores como de los derechos de sujetos
discriminados. No hay un bien colectivo, ya que se afectan derechos individuales
enteramente divisibles. Sin embargo, hay un hecho único o continuado que provoca la
lesión a todos ellos y, por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea.

Posee tres elementos exigibles: 1°existencia de un hecho único; 2°accion concentrada


en los efectos comunes y 3°que la acción no motive demandas individuales.

Holding Parte de los fundamentos del fallo que resulta indispensable para decidir el
caso y entonces tiene mucha fuerza como precedente en casos posteriores.
Obiter dictum consiste en pronunciamientos, elaboraciones y razonamientos que están
en el fallo, pero no son necesarios para decidir el caso y entonces no tienen la misma
importancia como precedentes para el futuro y carecen de poder vinculante.

FALLO HALABI
Halabi, en causa propia y en su condición de usuario, interpone acción de amparo contra
el Estado Nacional, reconociéndose afectado y fundándose en el art.43, con la
pretensión de que se declare la inconstitucionalidad de la Ley N°25.873 (arts. 1° y 2°) y
su decreto reglamentario 563/04. Estas normas imponen a las empresas prestadoras de
servicios de telecomunicaciones (tanto telefónicas, como de internet) la captación y
derivación de las comunicaciones que transmiten para su observación a pedido del
Poder Judicial o del Ministerio Público.
Su fundamento fue que estas incurren en una violación a las disposiciones de los arts.18
y 19 de la CN, en cuanto establecen respectivamente la inviolabilidad de la
correspondencia y excluyen de la autoridad de los magistrados las acciones privadas de
los hombres que no ofendan a la moral y al orden público; así mismo las de la
Convención Americana de Derechos Humanos (derecho a la honra y a la dignidad y a
que nadie pueda ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la
de su familia, en su domicilio, ni en su correspondencia) y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (derecho a la intimidad).
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal hizo
lugar al planteo de Halabi y otorgó a su sentencia efectos erga omnes (igual primera
instancia). La sentencia no sólo tendría efectos entre las partes en conflicto (inter partes)
sino respecto de un colectivo de personas, pues ello era una derivación lógica del
carácter colectivo de la controversia, por ello “el control de constitucionalidad debía
alcanzar a todos los usuarios que se encontraban en las mismas condiciones que el
actor”.
El Estado Nacional interpone recurso extraordinario basándose en que el Aquo omitió
examinar lo establecido en el art.43 de la CN, con referencia a quienes se encuentran
legitimados para accionar cuando están involucrados derechos de incidencia colectiva.
Pues la circunstancia de que la causa afectara derechos colectivos no autorizaba al
tribunal a dictar una sentencia con alcance general si se tiene en cuenta que quien había
accionado no era el Defensor del Pueblo ni una asociación protectora de los derechos de
los usuarios y consumidores. El Estado nacional funda sus agravios en los efectos erga
omnes pronunciados por ambas cámaras.
La CSJN concede al Estado Nacional el recurso extraordinario en virtud del art.14
inciso 3 de la Ley 48, sin embargo comprenderá que la pretensión deducida por Halabi
puede ser calificada como un supuesto de ejercicio de derechos de incidencia colectiva
referente a intereses individuales homogéneos (crea esta categoría). Esta Corte ha
advertido que en otras ocasiones el propio texto constitucional ha autorizado el ejercicio
de las acciones apropiadas para la defensa de intereses colectivos con prescindencia de
las figuras expresamente diseñadas en él o en las normas procesales vigentes. Al
interpretar el art.43 de la CN, el Tribunal admitió que la protección judicial efectiva no
se reduce únicamente al amparo stricto sensu.
Considerando que además de la letra de la norma debe tenerse en cuenta la finalidad
perseguida y la dinámica de la realidad, es perfectamente aceptable que un afectado, el
Defensor del Pueblo o determinadas asociaciones deduzcan en los términos del ya
citado segundo párrafo del art. 43, una acción de amparo. La CSJN declara la
inconstitucionalidad de la norma con efectos erga omnes pero no la deroga. Sus efectos
son casi equivalentes, pero solo el Poder Legislativo podría derogarla.
En disidencia los jueces Petrochi y Argibay se oponen a la sentencia de la Cámara y de
la CSJN y declaran improcedente el recurso extraordinario, pues para ellos los efectos
de la sentencia debían ser inter partes, ya que de no serlo se perjudicaría a la sociedad
eliminando un procedimiento que podría favorecer al control penal y la seguridad
nacional.

FALLO FAYT
Carlos Fayt, Juez de la CSJN interpone una acción declarativa, proceso de conocimiento
contra el Estado Nacional. Basa su pretensión en que el art. 99 párrafo 3, inciso 4 de la
CN introducido por la reforma constitucional de 1994 vulnera su permanencia en la
CSJN.
Su legitimación procesal reside en la categoría de legitimación respecto de derechos
individuales. Consideramos que el Juez Fayt, teniendo 76 años al reformarse la CN no
tendría legitimación por no encontrarse afectado por el art.99 inciso 4, no tendría causa
(controversia fáctica o jurídica actual).
Sin embargo, la CSJN dispuso que se trata de una causa pues el actor ha invocado ante
el Poder Judicial la protección de un derecho: el de mantener la inamovilidad en el
cargo de juez para el cual fue designado según el procedimiento vigente en la CN y de
acuerdo al alcance que dicha garantía le reconocía.
La 1° instancia declara a su favor la invalidez de la reforma constitucional de 1994 y
determina la procedencia de su acción declarativa.
La 2° instancia (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
Federal) revoca sentencia de 1° instancia pero confirma la procedencia de la acción
declarativa del actor. Su fundamento es que el art.99, inciso 4 párrafo 3° de la CN
reformada, no altera la garantía de inamovilidad de que goza el actor, Juez de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, en razón de su designación bajo el régimen
constitucional anterior a la reforma de 1994 (irretroactividad de la ley). De haber sido
esta la decisión final no se hubiese declarado su nulidad.
En la 3° instancia, la CSJN concede al Estado Nacional (demandado) el recurso
extraordinario federal pues se cuestiona la validez e interpretación de clausulas de la CN
y la decisión de 2° instancia es contraria a su derecho (carácter justiciable de la
cuestión). Ello porque el mandato de la Constitución que pesa sobre el Poder Judicial es
el de descalificar todo acto que se oponga a aquella, así la CSJN “es el intérprete final
de la Constitución.” Su facultad es juzgar “la existencia y límites de las facultades
privativas de los otros poderes” y “la excedencia de las atribuciones en la que estos
puedan incurrir”.
La Ley 24.309 que habilitó la reforma constitucional de 1994 dispone en su art.2, que el
art.99 (Cap. III- Atribuciones del Poder Ejecutivo) podría ser modificado. Sin embargo,
el art.99 inciso 4, párrafo 3, dispone que el Poder Ejecutivo nombra a los jueces de la
CSJN con acuerdo de los dos tercios de los miembros presentes del Senado y que una
vez que algunos de estos jueces cumpla la edad de 75 años deberán ser nombrados
nuevamente bajo el mismo trámite para mantenerse en el cargo por 5 años pudiendo ser
reelegidos indefinidamente. Afecta al Poder Judicial.
Por ello la CSJN expresa que existió un ejercicio indebido de la facultad constituyente
pues ni en el art.2 y 3 ni en el “Núcleo de coincidencias básicas” de la Ley 24.309
aparece algún contenido que pudiera interpretarse racionalmente como relativo a la
posibilidad de fijar un término a la garantía de inamovilidad de los jueces federales con
motivo del cumplimiento de una edad determinada.
En virtud de resolver la controversia, la CSJN postula que existe un control judicial
sobre el proceso de reforma de la Constitución pues el mismo Congreso en la
declaración de necesidad de la reforma expresa su conocimiento y aceptación del
carácter justiciable de los límites del poder reformador, previendo como consecuencia la
sanción de nulidad de las modificaciones, derogaciones y agregados que realice la
Convención Constituyente, apartándose de la competencia establecida. Dicho control
deberá efectuarlo quien tiene como máxima atribución preservar la supremacía
constitucional: el Poder Judicial.
Finalmente la CSJN declara procedente el recurso extraordinario, revoca la sentencia de
2° instancia, hace lugar a la demanda y declara la nulidad absoluta de la reforma
introducida por la convención reformadora de 1994 en el art.99 inciso 4, párrafo 3°- y
en la disposición transitoria undécima- al art. 110 de la CN. El fundamento de esta
decisión radica en el manifiesto exceso en las facultades de que disponía la convención,
conforme al procedimiento del art.30 de la CN a lo dispuesto en la Ley 24.309. Se
declara la nulidad y no la inconstitucionalidad pues la CSJN debe restablecer la vigencia
de la Constitución, en cumplimiento de la primera y más elevada misión que
constitucionalmente le corresponde y no puede emitir un pronunciamiento sobre
aspectos de naturaleza sustancial que conciernen a la conveniencia o no conveniencia de
la norma impugnada pues excedería sus atribuciones.
Sin embargo, el Dr. Bossert vota en disidencia parcial, pues está de acuerdo con la
procedencia de la acción de Fayt pero no con la sanción de nulidad; ya que determina
que conforme a la disposición transitoria undécima de la CN, la limitación temporal
establecida en el art.99 inciso 4, entrará en vigencia 5 años después de la sanción de la
reforma constitucional de 1994, por lo que tal limitación no afectaría la inamovilidad
del Juez Fayt pues el actor, nacido en 1918 ya había superado esa edad al sancionarse la
reforma (1994: 76 años). Además la limitación del art.99 inciso 4, impone como
condición un hecho incierto y futuro limitando su aplicación a quienes con posterioridad
a la reforma cumplan 75 años (entender a Fayt afectado sería entender a la ley como
retroactiva).

Unidad 2
Control de Constitucionalidad: revisión acerca de la adecuación de las normas
dictadas por las autoridades estatales con los requisitos establecidos en su CN. Presenta
básicamente tres variaciones:
-Sistema jurídico británico: no hay un control judicial de constitucionalidad. Ningún
juez interno (ni aún la Corte Suprema) puede descalificar una ley dictada por el
Parlamento, este es quien tiene la última palabra, aún en materia de derechos
individuales.
-Modelo continental-europeo: concentrado; lo realiza un solo órgano, el Consejo o
Tribunal Constitucional. Puede ser concreto o abstracto (ya sea preventivo o remedial).
-Modelo norteamericano: difuso; puede ser ejercido por cualquier juez federal o local,
ser a posteriori en casos concretos, y tener carácter vinculante por la regla de stare
decisis.

Control de constitucionalidad en Argentina: fundado en la interpretación armónica


del art.31 CN (Supremacía constitucional) y art.116 CN (competencia de la Corte
Suprema y tribunales inferiores para entender en todas las causas sobre puntos regidos
por la CN). Asimismo, el art.43 dispone, que el juez podrá declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva. Sus
características son:
*Debe desarrollarse dentro de un caso o controversia judicial. No procede en casos
abstractos, ni en forma preventiva o consultiva. Solo en casos excepcionales:
declaración de inconstitucionalidad “de oficio” por parte del Poder Judicial (Fallo
Pereyra).
*Es difuso, pues cualquier tribunal judicial puede ejercerlo. Aunque la Corte Suprema
es la última y definitiva instancia de revisión extraordinaria.
*El efecto de la declaración de inconstitucionalidad es inter partes, en algunos casos
excepcionales, los efectos pueden ser erga omnes (creación jurisprudencial: Halabi).
*La declaración de inconstitucionalidad de una norma carece de efectos derogatorios.
La ley declarada inconstitucional sigue vigente, pero no se aplica al caso concreto.
*La declaración de inconstitucionalidad (desconocimiento de los efectos, para el caso,
de una norma dictada por un poder de jerarquía igualmente suprema) constituye un
remedio de última ratio que debe evitarse de ser posible mediante una interpretación de
la ley compatible con la CN, solo es practicable como razón ineludible o de estricta
necesidad.
La idea de que los jueces al ejercer el control de constitucional tan sólo hacen valer
frente a los poderes límites claramente preestablecidos en la CN, pasa por alto la brecha
interpretativa que existe entre lo que dice la Constitución y lo que los jueces dicen que
dice la Constitución. A veces, los jueces incorporan al texto soluciones normativas que
no estaban explícitamente incorporadas en el mismo, deciden libremente qué criterio
interpretativo utilizan y no están obligados a emplear siempre el mismo.
Si además se admite tal control sin petición de parte, es decir “el control de oficio de
constitucionalidad” en un sistema de control de constitucionalidad, difuso como el
establecido en Argentina, puede favorecerse una mayor dispersión interpretativa y sobre
todo, mayor discrecionalidad judicial. La jurisprudencia de la CSJN hasta el caso
Rodríguez Pereyra se movió en la dirección de la procedencia de ese control aunque
estableciendo algunos límites al preservar, por ejemplo el principio de congruencia.
(Oportuno, conveniente, prudencia y libre)
El fortalecimiento del control de constitucionalidad de oficio operó como consecuencia
de la ampliación del control por petición de parte luego del retorno a la democracia y la
jerarquía constitucional de los Tratados de Derechos Humanos, el control de
convencionalidad y la interpretación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
acerca de que éste debía ejercerse también de oficio.
En Rodríguez Pereyra, la CSJN postula que el Poder Judicial no sólo debe ejercer un
control de constitucionalidad “de oficio”, sino también un “control de convencionalidad
de oficio,” entre las normas jurídicas internas que se aplican en los casos concretos y las
disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Importancia de la Jurisprudencia de la Corte Suprema La CN no dispone


expresamente la obligatoriedad de la doctrina emanada de la CSJN. Sin embargo, el
deber de seguimiento de sus sentencias se deriva de que ella es el último Tribunal de las
controversias de constitucionalidad. Sus sentencias tienen para los demás tribunales
valor de ejemplaridad y producen seguimiento en el orden federal y local. En
consecuencia, la sentencia modelo es aceptada como pauta normativa por los tribunales
inferiores. La CSJN se autoproclama autoridad definitiva para la justicia de toda la
República, pues su interpretación no tiene únicamente autoridad moral, sino
institucional.
La “dificultad contra mayoritaria” del control de constitucionalidad Las decisiones
políticas más importantes deben ser tomadas por mayoría, de esto se trata la
democracia, y simultáneamente sustraer determinadas decisiones, las decisiones sobre
los derechos básicos, de esas mayorías.

FALLO RODRIGUEZ PEREYRA


Pablo Jorge Rodríguez Pereyra es reclutado como soldado conscripto del servicio
militar obligatorio. En actos de servicio, manipulando una máquina sobadora de pan, su
brazo es retenido por la misma y su mano aplastada hasta la muñeca. Este accidente le
trae como consecuencia una incapacidad del 30% parcial y permanente de la total
obrera.
Pereyra entabló una acción de daños y perjuicios contra el Estado Nacional (Ejército
Argentino). Su pretensión era obtener una reparación integral civil (derecho común).
El Juez de 1°instancia hizo lugar a su pretensión. Su sentencia fue apelada por el Estado
nacional y elevada a revisión a la Cámara Nacional de Apelaciones, la cual confirmó
parcialmente la decisión del juez de primera instancia.
Finalmente, la CSJN resolvió declarar formalmente admisible el recurso extraordinario
interpuesto por el actor, y la inconstitucionalidad del art.76, inciso 3, apartado c, de la
Ley 19.101, confirmando en lo restante el pronunciamiento apelado.
El razonamiento jurídico principal fue que es la violación del deber de no dañar a otro lo
que genera la obligación de reparar el menoscabo causado y tal noción comprende todo
perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria que afecte en forma cierta a otro en su
persona, en su patrimonio y/o en sus derechos o facultades. Dicha reparación no se logra
si los daños subsisten en alguna medida, motivo por el cual la indemnización debe ser
integral; ni tampoco si el resarcimiento, derivado de la aplicación de un sistema
resarcitorio especial o producto de utilización de facultades discrecionales de los jueces,
resulta en valores irrisorios o insignificantes en relación con la entidad del daño
resarcible.
La CSJN dio al principio alterum non laedere (no dañar al otro), toda la amplitud que
este amerita, entendiendo que si esta obligación genérica de no dañar es vulnerada se
atenta contra el derecho a la vida y la integridad psicofísica y se debe a quien resulta
dañado una reparación integral que lo devuelva a la situación previa al daño.
Siendo que la Corte Suprema decide fallar a favor de que el actor perciba una
reparación integral de derecho común, se entiende que se utiliza para resolver el
art.1113 del Código Civil (deber genérico de no dañar y reparar el daño) sobre la ley
19.101 de régimen especifico militar (que el Estado pretendía que se le aplicare).
Al aplicarse las normas de derecho común el actor ve realizada su pretensión,
obteniendo una reparación integral civil de 150.000 ($115.000 por el daño material y
$35.000 por el daño moral). En cambio de aplicarse la ley 19.101, el actor percibiría una
indemnización proveniente de un régimen específico de $44.432, muy distante de la
anterior.
Era necesario declarar la inconstitucionalidad de la Ley 19.101, toda vez que la
indemnización especial que esta ley preveía para el daño sufrido por el actor, era en
absoluto contraria a una reparación que pudiese equipararse con el daño material y
moral sufrido por este, y de no ser declarada inconstitucional no podría haberse aplicado
la normativa de derecho común correspondiente y coherente con el sistema de derechos
humanos consagrado en nuestra Constitución y tratados internacionales suscriptos.
El requisito de que el control de constitucionalidad fuera efectuado a petición de parte
resulta un fundamento pretoriano que estableció formalmente este Tribunal en 1941 en
el caso Ganadera “los lagos. Ello significa, que fue un agregado del Tribunal para un
caso en particular no fundado en la norma, y que por tanto no limita de ningún modo a
que la declaración de inconstitucionalidad pueda darse de oficio.
La CSJN hace esta mención en el presente caso a fin de sostener que si este agregado no
fue fundado en la norma sino en la decisión de los jueces, la declaración de
inconstitucionalidad de oficio procede al igual que la solicitada por la parte. El mensaje
que intenta dar se halla vinculado con dar cuenta de que el resguardo de la división de
poderes, no está dado en la condición de que la declaración de inconstitucionalidad sea
a pedido de parte o no lo sea, sino en la verdadera necesidad de la misma. La CSJN
indica variados argumentos para justificar esta doctrina, a saber:
Que el control de constitucionalidad no sea a pedido de parte, no implica el avance
sobre otros poderes. Sea de oficio o a pedido de parte, su razón de ser y su límite se
halla en su necesidad y fundamento y no en el modo de expedirla.
El control de constitucionalidad de oficio no viola el derecho de defensa de las partes.
Finalmente entendiendo que la Convención Interamericana de Derechos Humanos, cual
tratado internacional suscripto por nuestro país e incluido en el bloque de
constitucionalidad (jerarquía constitucional) prevé un control de convencionalidad de
oficio, resultaría contradictorio que la CSJN no pudiera ejercer el control de
constitucionalidad también de oficio ante el caso en que las normas se opusiesen a la
Constitución y por tanto a la Convención.
La CSJN concluye que “los órganos judiciales de los países que han ratificado la
Convención Americana sobre Derechos Humanos están obligados a ejercer de oficio, el
control de convencionalidad, descalificando las normas internas que se opongan a dicho
tratado.” Basándose en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, pues la considera” una insoslayable pauta de interpretación, a los efectos de
resguardar las obligaciones asumidas por el Estado Argentino en el sistema
interamericano de protección de los derechos humanos”.
Los argumentos que esgrimen se refieren a toda la jurisprudencia vertida por la CIDH
sobre control de constitucionalidad de oficio, en casos tales como “Almonacid Arellano
c. Chile”, “Trabajadores Cesados del Congreso”, “Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña vs.
Bolivia”, “Gomes Lund y otros (Guerrilha do Raguaia) vs Brasil, “Cabrera García y
Montiel Flores vs México” y “Fontevecchia y D’Amico vs Argentina”.

En este caso la Corte Suprema parece querer enviar ciertos mensajes:


-Acerca de las atribuciones-deberes del Poder Judicial frente a la inconstitucionalidad:
la CSJN pretende comunicar su intención de ampliarlas en virtud de la defensa de los
derechos consagrados en la Constitución y la Convención Interamericana de Derechos
Humanos, argumentando que ello no implica arrogarse facultades extraordinarias que
vulneren la potestad de otros poderes.
-Respeto de la profesionalidad de los abogados, refiere lo siguiente: “cuanto mayor sea
la claridad y el sustento factico y jurídico que exhiban las argumentaciones de las
partes, mayores serán las posibilidades de que los jueces puedan decidir si el gravamen
puede únicamente remediarse mediante la declaración de inconstitucionalidad de la
norma que lo genera,” manifestando así que podrían haber sido los abogados quienes
solicitaren o tendieren a la inconstitucionalidad.
-Sobre la posibilidad de regular, limitar la responsabilidad del Estado hace referencia a
la obligación de todos los poderes y aparatos del Estado de respetar la Convención
Interamericana de Derechos Humanos y la jurisprudencia de la CIDH.

Unidad 3
Competencias de la CSJN
Art.116CN Competencia federal ordinaria, actúa por apelación; según las reglas y
excepciones que el Congreso prescriba (art.117), así interviene:
*en todos los juicios en los que se discutan cuestiones que estén reguladas por la CN.
*en todos los juicios en los que se discutan cuestiones que estén reguladas por las leyes
nacionales federales (excepto los Códigos de Fondo que corresponden a las
jurisdicciones locales y a la Justicia Nacional Ordinaria de la Capital Federal).
*en todos los juicios que se discutan cuestiones reguladas por tratados internacionales.
*en todos los juicios en los que estén involucrados embajadores, ministros públicos y
cónsules extranjeros (originaria).
*en todo juicio que discuta cuestiones de almirantazgo, jurisdicción marítima o aérea.
*en todos los juicios en los que el Estado Nacional sea parte.
*en todos los conflictos o juicios en los que las partes litigantes sean (originaria):
1. Dos o más provincias.
2. Una provincia contra los vecinos de otra provincia.
3. Vecinos de diferentes provincias.
4. Una provincia contra un Estado extranjero.
5. Una provincia contra un habitante extranjero.
6. Un vecino de una Provincia contra un Estado extranjero.
7. Un vecino de una provincia contra un habitante extranjero.
La jurisdicción apelada está sujeta a reglamentación, puede ser ampliada y restringida
por la ley, según la organización y reglamentación de los tribunales inferiores, tanto
respecto de las cuestiones de hecho como de derecho.

Art.116 y CN: Competencia extraordinaria, control de constitucionalidad (por


apelación).

Art.117 CN: Competencia originaria y exclusiva


*en asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros.
Estos gozan de inmunidad de jurisdicción en Argentina por representar a Estados
extranjeros (en condiciones de reciprocidad) pero pueden aceptar expresa o
implícitamente esta jurisdicción, siendo de competencia originaria y exclusiva de la
CSJN.
Son causas concernientes a embajadores o ministros plenipotenciarios extranjeros, las
que afecten directamente sus derechos, comprometan su responsabilidad, afecten a las
personas de su familia, o al personal de la embajada o delegación que tenga carácter
diplomático. Son causas concernientes a los cónsules extranjeros las que juzguen el
ejercicio de sus funciones cuando se cuestione su responsabilidad civil y criminal. No se
dará curso a tales acciones sin la conformidad de sus gobiernos para someterlos a juicio.
*En los casos que tienen a una provincia como parte ya sea en forma directa (como
actora o demandada) o de manera indirecta (como cuando se dispone la intervención
obligada en el proceso como tercero a requerimiento de alguna de las partes).
*Interpretación restrictiva del Art.116 (en caso de duda, se niega la competencia
originaria de dicho Tribunal), casos dispuestos por el Art.24 del Decreto-ley 1285/58.
*En todos los asuntos que versen entre dos o más provincias.
*En los asuntos civiles entre una provincia y algún vecino o vecinos de otra o
ciudadanos o súbditos extranjeros.
*En asuntos que versen entre una provincia y un Estado extranjero.
La Jurisdicción originaria y exclusiva no está sujeta a las excepciones que pueda
establecer el Congreso, limitada como lo está (taxativamente), no puede ser ampliada ni
restringida. Los temas de competencia originaria y exclusiva impiden que cualquier otro
tribunal judicial pueda intervenir. Las sentencias de este tipo que emita la CSJN no son
susceptibles de revisión por otro Tribunal, solamente cabe interponer el recurso de
reposición o revocatoria por ante el mismo Tribunal.
Las cuestiones de competencia originaria de la Corte Suprema están determinadas por
razón de las personas y no de la materia objeto del proceso la que puede ser de
competencia de los jueces federales inferiores.
De la combinación entre materia (causa civil u orden público) y distinta vecindad
surgen cuatro reglas básicas:
1. si la materia es de derecho local, o tiene elementos locales, la causa no accede a la
competencia originaria, aún cuando entre las partes haya distinta vecindad;
2. si la materia es exclusivamente civil, se requiere que entre la provincia y su
contraparte haya distinta vecindad;
3. si la materia es exclusivamente federal, se accede a la competencia originaria sin
perjuicio de la vecindad de las partes;
4. si la contraparte de la provincia accede de por sí a la jurisdicción federal, el caso
corresponde a la competencia originaria, sin perjuicio de la materia.

Causa Civil
El concepto de Causa civil atiende a la relación jurídica o naturaleza de litigio,
entendiéndose que se presenta dicho extremo cuando una provincia sea parte en el pleito
y la materia discutida pertenezca al derecho privado o común, dictado por el Congreso
de la Nación en los términos del art.75, inciso 12 de la CN.
La competencia originaria y la situación de la Ciudad de Bs.As
El nuevo art.129CN (1994) al preceptuar que la ciudad de Buenos Aires tendrá un
régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción, y
su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad.
¿Corresponde conferirle status de persona jurídica de derecho público y tratársela
conforme al régimen de competencia instaurado por los arts. 116 y 117CN?

FALLO SOJO
Eduardo Sojo es detenido por una resolución de la Cámara de Diputados. Interpone una
acción de Habeas Corpus directamente ante la Corte Suprema fundando que la misma
debería intervenir originariamente en virtud del art.20 de la Ley Nacional de
jurisdicción y competencia de los tribunales federales (Ley 48) que dispone lo siguiente:
“Cuando un individuo se halle detenido o preso por una autoridad nacional, o a
disposición de una autoridad nacional o hizo catar una orden emitida por autoridad
nacional, la Corte Suprema o los jueces de Sección podrán a instancia del preso o de sus
parientes o amigos, investigar sobre el origen de la prisión, y en caso de que esta haya
sido ordenada por autoridad o persona que no esté facultada por la ley, mandarán poner
al preso inmediatamente en libertad”.
La CSJN interpretando el art.101CN (actual 117) entendió que carecía de competencia
frente al recurso interpuesto por Sojo porque éste no era embajador, ministro ni cónsul,
únicos casos en los que tendría competencia exclusiva y originaria, ni el arresto (C. de
Diputados) había sido decretado por un Tribunal para que le correspondiese por
apelación. También entendió que una persona o poder alguno no puede ampliar o
extender los casos en que la CSJN ejerce jurisdicción exclusiva y originaria previstos en
la CN.
Asimismo, que el art.20 no implica un supuesto de competencia originaria ni apelada
por tratarse de una acción de habeas corpus que debe tramitar, en principio en 1°
instancia.
Sin embargo, la CSJN no declara inconstitucional este artículo, no era necesario pues
entiende que siendo los supuestos de competencia originaria establecidos taxativamente
por el Congreso en la CN, dicho artículo no podría contrariarlos.
Según la opinión del Procurador General, basada en la jurisprudencia de la Corte, la
CSJN tendría competencia por apelación ante este caso pues, reconoce a la Cámara de
Diputados como un tribunal de justicia y por ello debería conceder el recurso.
Según el Juez De la Torre, la CSJN tiene jurisdicción originaria, ya que considera que el
art.20 regula el recurso de habeas corpus, el cual puede ser llevado ante cualquier juez o
Corte que se halle inmediata al lugar de la prisión y por ello debería conceder el recurso.
Asimismo, el Juez De la Torre interpreta el art. 101CN (actual 117CN) que regula los
supuestos de competencia originaria, no en forma taxativa sino descriptiva, y por ello
sostiene que es simplemente afirmativo de la jurisdicción originaria de la Suprema
Corte, en los casos que él enumera, y no negatorio ni restrictivo de los poderes
legislativos del Congreso para extender esa misma forma de conocer a casos distintos.
Inclusive afirmará que de no ser un supuesto de competencia originaria, puede
entenderse como un caso de jurisdicción por apelación creado y establecido por la ley
misma.
Contrariamente la CSJN declara que no tiene jurisdicción originaria en la presente
causa, debiendo el recurrente ocurrir donde corresponda.

FALLO BARRETO
Los padres de Gisela Barreto, muerta por el accionar irregular de un agente de la Policía
Bonaerense. Interpusieron una demanda de daños y perjuicios contra la Provincia de
Bs.As y el policía victimario. Fundaron su derecho en el art.1112 del Código Civil.
Denunciaron domicilio en la CABA y procedieron a solicitar la competencia originaria
de la CSJN (art.117CN: causa civil entre una provincia y vecino de otra).
La CSJN asume que el actor es vecino de otra provincia, pero decide revisar el criterio
de “causa civil” y abandonar la comprensión amplia que de dicho concepto, venía
elaborando en variados precedentes desde 1992, ya que ello implicaba expandir la
competencia originaria del Tribunal. Fundándose en que las cambiantes circunstancias
históricas demostraron el error de sostenerlo y la conveniencia de abandonarlo, en pos
de la consecuente afectación de los siempre limitados recursos humanos y materiales
existentes que en gran medida estaban siendo destinados al conocimiento y decisión de
asuntos que, por su naturaleza y más allá de su fuente, eran ajenos a la trascendente e
insustituible atribución institucional de este Tribunal como intérprete final de la CN y
custodio último de sus garantías superiores.
Por todo ello, el concepto de Causa Civil sería restringido al de un litigio regido
exclusivamente por normas y principios de derecho privado, tanto en lo que concierne a
la relación jurídica, como en el examen sobre la concurrencia de cada uno de los
presupuestos de la responsabilidad patrimonial ventilada, y en su caso en la
determinación y valuación del daño resarcible.
Este concepto excluye por lo tanto todos aquellos casos en que, como Barreto a pesar de
demandarse indemnizaciones de carácter civil, se requiere para su solución la aplicación
de normas de derecho público provincial o el examen o revisión de actos
administrativos, legislativos o judiciales de las provincias.
Incluso la CSJN, sostendrá que aunque se invoquen disposiciones contenidas en el
Código Civil, como la responsabilidad ante el daño, no siendo patrimonio exclusivo de
ninguna disciplina jurídica, la cuestión puede no ser causa civil, si no lo es en su
totalidad.
Entonces la pretensión de Barreto sería, un supuesto de responsabilidad extracontractual
consecuencia del ejercicio imperativo del poder de policía (derecho público) y objeto
del régimen jurídico administrativo local, lo cual no es del resorte de la Corte Suprema.
Asimismo, la CSJN interpreta que esto debe de ser así, ya que según el art.124CN, las
provincias deben exclusivamente darse leyes y ordenanzas de impuestos locales, de
policía, higiene, etc. Por lo tanto se veda a esta Corte de juzgar sobre el funcionamiento
de las instituciones locales (respeto por las autonomías provinciales).
Así la Corte entendió que no tenía competencia originaria en este caso pues, debía
existir una causa eminentemente civil y por ello remitieron a la Suprema Corte de
Justicia de la Provincia de Bs.As. las actuaciones.

FALLO GCBA c/ TIERRA DEL FUEGO


El gobierno de CABA promueve demanda de cobro de pesos (mora) ante la CSJN,
contra Tierra del Fuego por el incumplimiento del convenio de asistencia médica
hospitalaria reciproca que los vinculaba (contrato administrativo de derecho público), en
virtud del cual la demandante se obligó a prestar servicios de atención médica a los
pacientes que le derivare la demandada, la cual debía pagar los aranceles establecidos y
viceversa.
La Corte memorando la interpretación de la CN llevada a cabo en reiterados
precedentes, que han negado a la CABA la condición de aforada a la competencia
originaria (arts.116 y 117CN), sostiene que los procesos en que sean parte una provincia
y dicha ciudad no corresponden por la única condición de las personas, al conocimiento
del Tribunal en esta instancia y por ello entiende que no posee competencia originaria
en este caso, pues hace falta además que cumpla el requisito de causa civil.
La CSJN, dirá sobre el status institucional de la CABA que, la misma no es aforada a la
competencia originaria que reglan los arts.116 y 117CN, pues no es una provincia
argentina y no le corresponden las prerrogativas que la CN les reconoce a éstas de
litigar en la instancia originaria de esta sede, que por ser de exclusiva raigambre
constitucional no es susceptible de ampliarse, restringirse o modificarse por persona o
poder alguno.
Asimismo sostendrá aunque la entidad demandante (persona de derecho público) quede
alcanzada por la categoría de vecino extraño que prevé el art.116 de la CN, no se
presenta en este caso una causa civil en la medida en que la relación jurídica en que se
funda la pretensión es de naturaleza administrativa, al tratarse de un convenio que
vincula a dos organizaciones estatales por medio del cual ambas han actuado en sus
respectivos caracteres de poder administrador y en ejercicio de facultades del derecho
público local.
Así, la CSJN decidió que las causas que se susciten entre la CABA y una provincia
deberán tramitar ante los jueces del Estado provincial que es parte. La decisión fue
contraria a la Ciudad y se acogió el pedido de prórroga de jurisdicción que la Provincia
había hecho en el convenio suscripto con la Ciudad en favor del arbitraje.
En disidencia la Jueza Argibay sostendrá que a pesar de no tratarse de una causa civil
(convenio de derecho público local), sobre la que la CSJN modificó su concepto;
interpretar restrictivamente que la ausencia de previsión constitucional (no inclusión de
CABA en el art.117 de competencia originaria) la obliga a resignar sus facultades
propias de jurisdicción en favor de los tribunales de cualquier otra provincia, con la que
mantenga un litigio judicial; anula uno de los aspectos centrales de la autonomía política
que tienen todos los estados que forman parte de la federación, la de no estar obligado a
someterse al poder de otros estados miembros. Por ello, sostendrá que la misma deberá
semejarse a los pleitos en que es parte una provincia y un vecino de otra,
correspondiendo entender a esta Corteen instancia originaria.
A ello adhiere Zaffaroni, agregando que la representación senatorial establecida por la
CN confiere a la Ciudad Autónoma de Bs.As el carácter de ente federado y que por ello
la presente causa corresponde a la competencia originaria de la CSJN.

Unidad 4

Recurso ordinario de apelación ante la CSJN


Cuando no existían las Cámaras Federales de Apelación, la Corte Suprema actuaba
como tribunal de apelación ordinario de las sentencias que dictaban los jueces federales
de primera instancia (cumplía la función de las actuales Cámaras de segunda instancia).
En 1902 el Congreso Nacional sancionó la Ley N°4055, mediante la cual se crearon las
Cámaras Federales, estableciéndose entonces que sus sentencias serían apelables
ordinariamente ante la Corte Suprema de la Nación, en la medida que se den ciertos
supuestos, que fueron luego tomados también por el Decreto ley1285 del año 1958.

El Recurso ordinario de apelación es precedente contra:


*Las sentencias definitivas dictadas por las Cámaras de Apelaciones Nacionales de
Capital Federal y por las Cámaras Federales en los juicios en los que es parte el Estado
Nacional y en los que el monto es igual o superior a una cifra que se va actualizando
periódicamente (art.24, inciso 6 a) del Decreto 1285/58, modificado por la Ley 21708
(actualmente el monto es de $726.523,32, conf. Res, 1360/91 de la CSJN)
inconstitucionalidad del art.19 de la Ley 24.463 (cualquier monto =fallo Itzcovich).
*Sentencias de juicios por extradición de criminales reclamados por otros Estados.
*Sentencias dictadas en juicios originados a raíz de apresamientos o embargos
marítimos sobre buques extranjeros en tiempos de guerra, sobre salvamento militar y
sobre nacionalidad del buque, legitimidad de su patente o regularidad de sus papeles.

FALLO ITZCOVICH
En 2005, Mabel Itzcovich interpone una demanda contra ANSES, pretendiendo un
reajuste previsional. En tercera instancia pretenderá que se rechace in límine el recurso
intentado y se declare la invalidez de la ley 24.463 (sancionada en 1995), ya que viola
garantías constitucionales (arts.14bis, 16, 17, 18 y 28) porque diferencia indebidamente
a los peticionarios o beneficiarios del sistema previsional de los restantes ciudadanos,
que no se ven sometidos a esta dilación para el reconocimiento de sus derechos.
La primera instancia falla a favor de la actora, disponiendo nuevos cálculos del nivel
inicial y de la movilidad de los haberes de la jubilada y el pago de las diferencias
resultantes de la comparación entre esas operaciones y los montos efectivamente
percibidos por ella.
La segunda instancia, confirma la sentencia de primera instancia, también a favor de la
actora. Por ello, ANSES interpone recurso ordinario de apelación ante la CSJN,
concedido según el art.19 de la Ley 24.463. Este artículo dispone que “La sentencia
definitiva de la Cámara Federal de la Seguridad Social será apelable ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación por recurso ordinario, cualquiera fuere el monto del
juicio”.
El conflicto se plantea por cuanto este artículo difiere de lo dispuesto en el decreto
ley1285 que regula los supuestos de procedencia del recurso ordinario ante la Corte,
pues dispone que el mismo será precedente ante las sentencias definitivas dictadas por
las Cámaras de Apelaciones y Federales en los juicios en los que sea parte el Estado
Nacional y en los que el monto sea igual o superior a una cifra que se va actualizando
periódicamente. Esto indica claramente la diferencia, ya que se trata de un monto
determinado y no de cualquier monto como sostiene el art.19 de la Ley 24.463.
La CSJN entendió que el objetivo que el Estado perseguía mediante el establecimiento
de este recurso ordinario era instalar un sistema eficiente, que permitiese cubrir mejor
los riesgos de subsistencia de la población de mayor edad o incapacitada, estableciendo
un modo de revisión judicial de los actos que “otorguen o denieguen” beneficios y
reajustes.
Asimismo, la conveniencia de moderar el altísimo índice de litigiosidad de la seguridad
social y evitar el dispendio jurisdiccional que genera graves perjuicios a los justiciables
en una etapa de la vida en que la tutela estatal resulta imprescindible.
Por ello la Corte dirá que aunque la norma no era en principio inconstitucional, puede
discutirse su razonabilidad ya que con cualquier monto toda cuestión jubilatoria podría
proceder por apelación ante la CSJN, ampliando excesivamente su competencia y
alterando el rol que hasta entonces venía cumpliendo.
Así declara la inconstitucionalidad del art.19 de la Ley 24.463 y deniega los alcances
del recurso ordinario interpuesto por ANSES.
Sin embargo, sostendrá que la autoridad institucional de este fallo no afectará las causas
anteriores en las que haya sido notificada la sentencia de Cámara, las que continuarán su
trámite con arreglo a la Ley 24.463.
En disidencia los Jueces Maqueda y Zaffaroni, agregarán que el art.19 de la Ley 24.463
debe ser ponderado en relación con lo dispuesto en el art.75, inciso 22 de la CN y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos que refieren al derecho de toda
persona a contar con un recurso sencillo y rápido o cualquier otro recurso efectivo ante
los jueces o tribunales competentes contra actos que violen sus derechos fundamentales
y aún cuando tales actos provengan de personas que actúan en ejercicio de funciones
oficiales, no bastando con la existencia formal de los recursos sino que estos sean
eficaces, es decir den resultados o respuestas a las violaciones de derechos.
Asimismo contemplan que esta Corte pueda determinar la supresión de normas y
prácticas que entrañen violación a las garantías previstas en la Convención y la
expedición de normas y prácticas conducentes a la efectiva observancia de dichas
garantías.
Por su parte Argibay, sostendrá que de acuerdo a la doctrina inalterable de este
Tribunal, le es lícito dejar de aplicar un precepto que entra en colisión con enunciados
de la Constitución Nacional al tomar ilusorios los derechos por ella consagrados.

Competencia extraordinaria de la Corte Suprema


La competencia extraordinaria de la Corte Suprema en ejercicio del control de
constitucionalidad deriva de los artículos 31 y 116 de la CN (a los que se le suman
luego de la reforma constitucional de 1994, los arts. 43 y 75 inciso 22).
La Ley N°48 creó el recurso extraordinario federal mediante el cual le es posible a la
Corte Suprema, en última instancia, ejercer el control de constitucionalidad de las
normas y actos estatales contrarios a la CN.
El recurso extraordinario es una instancia excepcional a la que se accede por apelación
de sentencias definitivas dictadas por los tribunales superiores/cámaras de apelaciones
de cada provincia, con el objetivo de que la Corte controle si esas sentencias locales no
vulneran las potestades que la CN ha adjudicado al Gobierno Nacional.
Por su parte, la Ley N°4055 estableció que las sentencias de las Cámaras Federales y
por las Cámaras Nacionales con asiento en la Capital Federal podrían también ser
apeladas ante el máximo tribunal extraordinariamente, en la medida que se dieran los
supuestos señalados en el art.14 de la Ley 48:
*Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un tratado, ley del
Congreso o autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su
validez.
*Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en
cuestión bajo la pretensión de ser repugnante a la CN, tratados o leyes del Congreso y la
decisión haya sido en favor de la validez de la ley o autoridad de provincia.
*Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del
Congreso, o una comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido
cuestionada y la decisión sea contra la validez del título, derecho; privilegio o exención
que se funda en dicha cláusula y sea materia de litigio.

La procedencia del recurso extraordinario se halla condicionada por requisitos:


-Comunes: se imponen en todo proceso judicial de control de constitucionalidad:
existencia de causa judicial, petición de parte e interés legítimo en la petición.
-Específicos: existencia de una cuestión federal o constitucional (cuestión de derecho
que compromete la interpretación de la supremacía de la Constitución federal=
supuestos del art.14 del Decreto1285), relación directa e inmediata de la cuestión
federal con la materia debatida en el juicio, que la resolución recurrida sea contraria al
derecho federal invocado y sea una sentencia definitiva del tribunal superior (no
susceptible de revisión por otro organismo judicial en el mismo juicio).
La acordada 4/2007 de la CSJN dispone el reglamento sobre los escritos de
interposición del recurso extraordinario y del recurso de queja por denegación de aquél.

Recurso extraordinario por salto de instancia (“per saltum”). La Ley N°26.790


La institución del per saltum consiste en la facultad de avocación de la Corte Suprema
de Justicia en aquellos procesos carentes de una sentencia definitiva emanada del
superior tribunal de la causa. Su objeto reside en obviar una o varias instancias previstas
por la ley antes de ser viable la intervención en la causa de la Corte Suprema, por
circunstancias especiales que configuran una hipótesis de gravedad institucional.
El fundamento directo de la figura del per saltum es la gravedad institucional, que ha
permitido superar por esta vía las exigencias de sentencia definitiva y superior tribunal
de la causa, extremos que integran los “requisitos propios” del recurso extraordinario
federal.
Recientemente la Ley N° 26.790 incorporó al Código de Procedimientos en lo Civil y
Comercial de la Nación dos nuevas disposiciones, los arts.257bis y 257, que regulan el
recurso extraordinario por salto de instancia:
Art.257bis: Procederá el recurso extraordinario ante la Corte Suprema prescindiendo
del recaudo del tribunal superior, en aquellas causas de competencia federal en las que
se acredite que entrañen cuestiones de notoria gravedad institucional, cuya solución
definitiva y expedita sea necesaria, y que el recurso constituye el único remedio eficaz
para la protección del derecho federal comprometido, a los fines de evitar perjuicios de
imposible o insuficiente reparación ulterior. Estos serán los requisitos para interponerlo.
Existirá gravedad institucional en aquellas cuestiones sometidas a juicio que excedan el
interés de las partes en la causa, proyectándose sobre el general o público, de modo tal
que por su trascendencia queden comprometidas las instituciones básicas del sistema
republicano de gobierno o los principios y garantías consagrados por la CN y los
Tratados Internacionales por ella incorporados.
La Corte habilitará la instancia con alcance restringido y excepcional. Sólo serán
susceptibles del recurso extraordinario por salto de instancia las sentencias definitivas
de primera instancia, las resoluciones equiparables a ellas y las medidas cautelares. No
procederá dicho recurso en causas de materia penal.

FALLO CLARÍN
El Estado Nacional (Jefatura de Gabinete de Ministros), interpone un recurso
extraordinario por salto de instancia en los autos: “Grupo Clarín S.A s/medidas
cautelares”. Este per saltum erigido contra la sentencia interlocutoria de una Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, la cual prorrogó su sentencia
definitiva (dictado de una medida cautelar a favor del Estado) fue desestimado por la
CSJN, por no tratarse de un salto de primer a tercer instancia, entendiendo que este caso
ya se encontraba en segunda instancia (incumplimiento de requisitos del art.257 CPCC).
La CSJN sostendrá que por provenir la sentencia recurrida del superior tribunal de la
causa correspondería para la protección del derecho federal comprometido, el recurso
extraordinario federal previsto en el art.14 de la Ley 48.

Unidad 5

Art.99 CN: Atribuciones del Presidente de la Nación


2. Expide las instrucciones y reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las
leyes de la Nación, cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias.
3. Participa de la formación de leyes con arreglo a la CN. Las promulga y hace publicar.
5. Puede indultar o conmutar penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo
informe del tribunal correspondiente, excepto en los acusados por Cámara de
Diputados.
6. Concede jubilaciones, retiros, licencias y pensiones conforme a las leyes de la
Nación.
9. Prorroga las sesiones ordinarias del Congreso, o lo convoca a sesiones
extraordinarias, cuando un grave interés de orden o de progreso lo requiera.
16. Declara en estado de sitio uno o varios puntos de la Nación, en caso de ataque
exterior y por un término limitado con acuerdo del Senado. En caso de conmoción
interior sólo tiene esta facultad cuando el Congreso está en receso (atribución propia).
20. Decreta la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Bs.As en caso de
receso del Congreso, y debe convocarlo simultáneamente para su tratamiento.
-Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias
determinadas de administración o de emergencia pública (art.76CN). no podrá, bajo
pena de nulidad absoluta o insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.
Cuando se hiciera imposible seguir los trámites ordinarios para la sanción de las leyes y
no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de régimen de los
partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que
serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos,
conjuntamente con su jefe de gabinete, el cual dentro de los 10 días someterá la medida
a consideración de la Comisión Bicameral que tiene competencia para pronunciarse en
los términos de los arts.99, 76, 80 y 100 de la CN.

Art.100CN: Responsabilidad política ante el Congreso del Jefe de Gabinete:


4. Ejercer las funciones y atribuciones que le delegue el presidente, en acuerdo de
Gabinete resolver sobre las materias que le indique el Poder Ejecutivo, o por su propia
decisión, lo que por su importancia estime necesario, en el ámbito de su competencia.
8. Refrendar los decretos reglamentarios de las leyes, los decretos que dispongan la
prórroga de las sesiones ordinarias del Congreso o la convocatoria de sesiones
extraordinarias y los mensajes del presidente que promuevan la iniciativa legislativa.
11. Producir los informes y explicaciones verbales o escritos que cualquiera de las
Cámaras solicite al Poder Ejecutivo.
12. Refrendar los decretos que ejercen facultades delegadas por el Congreso, los que
estarán sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente.
13. Refrendar conjuntamente con los demás ministros los decretos de necesidad y
urgencia y los que promulgan parcialmente leyes. Los someterá personalmente y dentro
de los 10 días de su sanción a consideración de la Comisión Bicameral Permanente.

-Integrada por ocho diputados y ocho senadores, designados por el Presidente de sus
respectivas Cámaras a propuesta de los bloques parlamentarios respetando la proporción
de las representaciones políticas. La Comisión Bicameral Permanente sesionará cuando
cuente con la presencia de la mayoría absoluta de sus miembros. Se encuentra regida
por la Ley N°26.122 de la cual, también basa las disposiciones de su reglamento
interno.

LEY N°26.122

1°El Congreso se expide acerca de la validez o invalidez (por su adecuación a los


requisitos formales y sustanciales establecidos constitucionalmente para su dictado) del
decreto de necesidad y urgencia y promulgación parcial de leyes. En el caso de la
delegación legislativa, necesita para proceder una ley delegante previa (por la cual se
autoriza la facultad al Poder Ejecutivo), el Congreso luego analizará si el decreto
procedente de la misma es conforme a ella, en cuanto a sus bases (límites a la actuación
que deben ser respetados por el Poder Ejecutivo) y plazo (por el cual le es delegada la
facultad al mismo – Ley N°25.414). La caducidad resultante del transcurso del plazo
previsto en el párrafo anterior no importará revisión de las relaciones jurídicas nacidas
al amparo de las normas dictadas en consecuencia de la delegación legislativa
(art.76CN).
Diferencia Decretos de necesidad y urgencia de Decretos delegados
a) La delegación es una atribución del Congreso (art.76CN), a diferencia de los decretos
de necesidad y urgencia (art.99, inciso 3CN); que son una atribución del Poder
Ejecutivo.
b) La delegación legislativa necesita una autorización previa del Congreso, que cede
facultades propias, a diferencia de los decretos de necesidad y urgencia, que precisan la
intervención posterior del Poder Legislativo para su ratificación o rechazo. Un decreto
delegado debe ser comunicado al Congreso, pero al solo efecto de que opine si se ajusta
o no a las bases, condiciones y plazos establecidos en la ley previa que lo autorizó.
c) La delegación legislativa puede ser ejercida por el Poder Ejecutivo en cualquier
tiempo, pero para dictar decretos de necesidad y urgencia la Constitución exige
“circunstancias excepcionales que imposibiliten seguir los trámites ordinarios para la
sanción de las leyes”
d) Además la Constitución establece una limitación explícita respeto de los decretos de
necesidad y urgencia, pues los admite siempre y cuando no se refieran a cuestiones
penales, tributarias, electorales o régimen de partidos políticos. En cambio, esta
restricción no está escrita en la Constitución con relación a la delegación legislativa.

2° La Comisión Bicameral eleva el dictamen (dentro de diez días hábiles desde la


presentación efectuada por el Jefe de Gabinete) al plenario de cada Cámara para su
expreso tratamiento. Para emitir dictamen, puede consultar a las comisiones
permanentes competentes en función de la materia. En el último caso (decreto delegado)
debe indicar si las partes promulgadas parcialmente tienen autonomía normativa y si la
aprobación parcial no altera el espíritu o la unidad del proyecto sancionado
originalmente por el Congreso. Las disposiciones de esta ley y el curso de sus
procedimientos no obstan al servicio por el Congreso de sus potestades ordinarias
relativas a la inexistencia respecto de normas legales total o parcialmente vetadas.

3° En caso de que el Jefe de Gabinete no remita en el plazo establecido a la Comisión


Bicameral Permanente los decretos que reglamenta esta ley, esta se abocará de oficio a
su tratamiento (dentro de los 10 días hábiles a partir del vencimiento de la presentación
del Jefe de Gabinete). Si la Comisión no eleva el correspondiente despacho, las
Cámaras se abocarán al expreso e inmediato tratamiento del decreto de que se trate.

4° Las Cámaras se pronuncian sobre el rechazo o aprobación de los decretos que deberá
ser expreso conforme lo establecido en el art.82 de la CN (la voluntad de las Cámaras
debe manifestarse expresamente; se excluye, en todos los casos, la sanción tácita o
ficta). Cada Cámara comunicará a la otra su pronunciamiento.

5° Resoluciones
Cámara de Diputados Cámara de Senadores Resultado
Hace silencio Hace silencio El decreto entra en
vigencia (porque no existe
rechazo tácito de ambas
cámaras).
Hace silencio Aprueba El decreto entra en
vigencia.
Hace silencio Rechaza El decreto entra en
vigencia.
Rechaza Rechaza El decreto es derogado
(pero quedan a salvo los
derechos adquiridos
durante su vigencia).
Aprueba Aprueba El decreto entra en
vigencia.

6° Las resoluciones de las Cámaras que aprueben o rechacen el decreto de que se trate,
serán comunicadas por su presidente al Poder Ejecutivo para su inmediata publicación
en el Boletín Oficial. En el caso de ser aprobados, los decretos tienen plena vigencia de
conformidad a lo establecido en el artículo 2° del CC (las leyes no son obligatorias sino
después de su publicación y desde el día que determinen. Si no designan tiempo, serán
obligatorias después de los ocho días siguientes al de su publicación oficial).

Art.80CN: Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto en el


término de diez días útiles. Los proyectos desechados parcialmente no podrán ser
aprobados en la parte restante. Sin embargo, las partes no observadas solamente podrán
ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el
espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por el Congreso. En este caso será de
aplicación el procedimiento previsto para los decretos de necesidad y urgencia.

FALLO COLEGIO DE ABOGADOS DE CAPITAL FEDERAL C/PODER


EJECUTIVO NACIONAL

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal,


confirmó la sentencia de primera instancia en cuanto había hecho lugar a la acción de
amparo promovida por el Colegio Público de Abogados y declarado que quienes ejercen
la abogacía a favor del Estado Nacional en la CABA están obligados a cumplir con la
ley 23.187 que en su art.2°, establece que para ejercer la profesión en la Capital Federal
se deberán reunir los siguientes requisitos: “…a) poseer título habilitante expedido por
autoridad competente; b) hallarse inscripto en la matrícula que llevará el Colegio
Público de Abogados que por esta ley se crea…”y el art.18 declara obligatoria la
matriculación prevista “no pudiendo ejercerse la profesión en caso de no estar efectuada
la matriculación dispuesta”. Para llegar a esa conclusión, el fallo consideró que eran
inválidos los artículos 3° y 5° del Decreto 1204/011 en la medida que pretenden relevar
a los abogados del Estado de la obligación de inscribirse en la matrícula que la Ley
23.187 pone a cargo del Colegio y de pagar el derecho fijo establecido por su art. 51.

También podría gustarte