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El control de constitucionalidad
Los miembros del TC deberán ser nombrados entre Magistrados y Fiscales, Profesores de
Universidad, funcionarios públicos, Abogados, todos ellos juristas de reconocido prestigio
con más de 15 años de experiencia profesional.
Los miembros serán designados por un período de 9 años y se renovarán 4 de ellos cada 3
años.
La condición de miembro del Tribunal Constitucional es incompatible con otras
actividades mercantiles, políticas, profesionales, judiciales…
La Ley orgánica del Tribunal Constitucional recoge los componentes de dicho órgano:
Presidente, que será nombrado entre los miembros del TC por el Rey, Vicepresidente, para
que lo sustituya en caso de ausencia, vacante u otro motivo legal, y el resto de miembros.
El Presidente ostentará su cargo por un periodo de 3 años.
El TC va a actuar en Pleno, Salas y Secciones.
Además una ley orgánica regulará el funcionamiento del TC, el estatuto de sus miembros,
el procedimiento ante el mismo y las condiciones para el ejercicio de las acciones.
3. El bloque de constitucionalidad
Para apreciar la conformidad o disconformidad con la Constitución de una Ley,
disposición o acto con fuerza de Ley del estado o de las Comunidades Autónomas, el
Tribunal considerará, además de los preceptos constitucionales, las Leyes que, dentro del
marco constitucional, se hubieran dictado para delimitar las competencias del Estado y las
diferentes Comunidades Autónomas o para regular o armonizar el ejercicio de las
competencias de éstas.
Esto quiere decir que no se coge como parámetro únicamente la Constitución, sino
también otras leyes que la complementan o delimitan.
Art. 161. 1 c) CE: “De los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades
Autónomas o de los de éstas entre sí”.
Art.161.2 CE: “El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las
disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas.
La impugnación producirá la suspensión de la disposición o resolución recurrida, pero el
Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses”.
El objetivo es resolver las controversias que puedan surgir en torno a la interpretación del
reparto de competencias entre el Estado y las CCAA establecido por el bloque de
constitucionalidad. Cuando la competencia controvertida hubiera sido atribuida por una
norma con rango de ley, el conflicto ha de tramitarse como recurso de
inconstitucionalidad.
Existen dos tipos de conflictos de competencia:
- Conflictos positivos: Enfrentan al Estado y a la CCAA – o a éstas entre sí – en relación
con el ejercicio de una competencia. Ambas Administraciones reivindican una
competencia. Éstos son los más habituales.
- Conflictos negativos: El enfrentamiento se produce por negar ambas partes ser titulares
de la competencia. Ninguna Administración se considera competente.
Por tanto, el recurso de amparo protege de cualquier acto de los poderes públicos que
atente contra los derechos consagrados en los preceptos siguientes:
- Art. 14 CE: Principio de igualdad.
- Sección primera, Capítulo II, Título I CE: Derechos fundamentales y libertades públicas
de los arts. 15 a 29 CE.
- Derecho a la objeción de conciencia (art. 30.2 CE).
Principio de subsidiariedad
El recurso de amparo es un instrumento excepcional y subsidiario de protección de los
derechos y libertades. Esto es así porque a quien corresponde la defensa de los derechos de
manera inmediata es a los órganos que forman el Poder Judicial. Por lo tanto, la
intervención del TC a través del recurso de amparo tiene un carácter extraordinario y
último, justificada solo en caso de ineficacia del poder judicial.
Solo se podrá recurrir al recurso de amparo cuando se hayan agotado todos los medios
ordinarios de defensa de los derechos fundamentales (Tribunales Ordinarios, a través de
un procedimiento preferente y sumario).
Encontramos tres modalidades de recurso de amparo, dependiendo del causante de tal
violación del derecho fundamental o libertad del individuo: Recurso de amparo contra
actos del poder legislativo, contra actos del poder ejecutivo y contra actos del poder
judicial.
Las sentencias de amparo pueden tener, como es natural, un doble contenido: Declaración
de nulidad del acto impugnado (denegación del amparo) o reconocimiento del derecho o
libertad vulnerado (otorgamiento del amparo). El TC devuelve al procedimiento ordinario
el asunto para que se repare la vulneración del derecho fundamental.
1. Recurso de inconstitucionalidad
Art. 161.1 a): “Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas
con fuerza de ley. La declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango
de ley, interpretada por la jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la sentencia o sentencias
recaídas no perderán el valor de cosa juzgada”.
El recurso de inconstitucionalidad se caracteriza por ser una acción que nace con el fin de
controlar la adecuación de la CE a las normas con fuerza de ley; se trata, por tanto, de una
impugnación directa de la norma.
No se puede volver a sustanciar un proceso sobre la misma cosa que ya ha sido juzgada
(valor de cosa juzgada).
2. Cuestión de inconstitucionalidad
Art. 163 CE: “Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con
rango de ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la
Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la
forma y con los efectos que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos”.
Sirve, pues, como instrumento que permite reaccionar ante cualquier inconstitucionalidad
de una norma con fuerza de ley sin necesidad de la intervención de quien está legitimado
para interponer el recurso (Presidente, 50 Senadores...).
Cualquier órgano judicial puede plantear la cuestión de constitucionalidad ante el TC.
No basta con el simple surgimiento de la duda, pues ésta tiene que ser relevante para la
decisión del proceso en que se plantea, de manera que esa decisión dependa realmente de
la regularidad o no de la norma cuestionada, que debe ser aplicable al caso.
La duda sobre la constitucionalidad de la normal con fuerza de ley debe estar
suficientemente fundada y motivada por el órgano judicial.
Los efectos nunca serán suspensivos, es decir, el proceso seguirá adelante mientras el TC
piensa su decisión.
“Autocuestiones” de inconstitucionalidad: es el propio TC el que órgano que promueve la
cuestión.
Correctora de la jurisprudencia de los Tribunales.