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Tema 4

El control de constitucionalidad

1. El sujeto o parámetro del control de constitucionalidad. El objeto


de control de la constitucionalidad.

La jurisdicción hace referencia a la labor de jueces y Tribunales que abandera la


configuración de los Estados modernos.
Distinguimos en nuestro sistema dos jurisdicciones:
- Jurisdicción ordinaria (Título VI CE): Vela por el cumplimiento de la Ley (principio de
legalidad, sometimiento de todos a la Ley). Se desarrolla mediante Ley Orgánica (LOPJ).
Es necesario agota primero esta vía para acudir después a la justicia constitucional. Esta
jurisdicción se divide en diferentes órdenes jurisdiccionales, materias en las que se
divide el Derecho para enjuiciarlas (civil, penal, social, contencioso-administrativa y
militar). La LOPJ distingue: juzgados de instrucción, Audiencias Provinciales, Audiencia
Nacional, Tribunal Supremo...
- Jurisdicción constitucional (Título IX CE): No es poder judicial, no forma parte de la
jurisdicción ordinaria por cuestiones de competencias. Se encarga de analizar cuándo se
ha vulnerado la Constitución, que se inserta en nuestro ordenamiento jurídico como
norma suprema.

En Derecho comparado, encontramos diferentes modelos de justicia constitucional:


1. Sistema norteamericano o “difuso”: El primer territorio donde se aplican las ideas de la
Ilustración (separación de poderes y supremacía de la Constitución en el ordenamiento
jurídico) fue Estados Unidos. La Constitución norteamericana está por encima de las leyes
de cada uno de los Estados y de la Federación. La principal diferencia que presenta con
nuestro sistema está relacionada con la función de los jueces. El control constitucional en
EE. UU. es un control “difuso”, “concreto” (Stare Decisis – Teoría del Precedente). Si un
juez decide no atender a la Teoría del precedente, tomando una decisión distinta a las
anteriores, será el Tribunal Supremo el que se encargue de velar por la unidad del poder
judicial. Por tanto, el control se lleva a cabo por los tribunales ordinarios de justicia, de
manera incidental dentro de un litigio entre particulares.
2. Sistema austriaco o “concentrado”: Se concentra en un órgano judicial paralelo al
ordinario, que es el constitucional (órgano ad hoc, sus sentencias tienen efectos
irretroactivos y erga omnes). En el sistema europeo, un solo órgano, el Tribunal
Constitucional, podrá declarar una ley como anticonstitucional, a diferencia del sistema
norteamericano, en el que todos los jueces podían determinar la inconstitucionalidad de
una ley (cada juez puede valorar y decidir). Hay un control directo y abstracto de las
normas con rango de Ley. El control de constitucionalidad de las leyes se produce a partir
del momento en que entran en vigor.
3. Sistema francés o control “político”: El control no lo ejercen los jueces, sino un órgano de
la Administración, el Consejo Constitucional. El control de constitucionalidad de las leyes
se produce antes de que entren en vigor las mismas.

2. El Tribunal Constitucional español

1. Naturaleza del Tribunal Constitucional en la CE 1978


El TC de la II República (Tribunal de Garantías Constitucionales) se configura de manera
idéntica al TC que se prevé en la CE. La única diferencia entre ambos es que los delitos
cometidos por altos cargos de la Administración no son enjuiciados por el Tribunal
Supremo, sino por el Tribunal de Garantías republicano. Es decir, el Tribunal republicano
se metía a decidir sobre los delitos de los altos cargos, mientras que actualmente, eso es
tarea de la jurisdicción ordinaria, en concreto, del Tribunal Supremo, y no del Tribunal
Constitucional.
Las características del Tribunal Constitucional son:
1. No se integra en ninguno de los poderes del Estado, es un órgano anómalo,
extraordinario.
2. Es un órgano artificial, pues su función es controlar la posible falta de respeto de la
Constitución por los poderes del Estado.
3. Actúa para defender al ordenamiento jurídico y particulares de normas que vayan en
contra de la CE, por tanto, es un órgano defensivo o negativo. Declara la
inconstitucionalidad, pero no deroga.
4. Es un órgano único (modelo austriaco), pues es el único que puede declarar la
inconstitucionalidad de una norma con rango de ley.

2. Estructura del Tribunal Constitucional


El Tribunal Constitucional se compone de 12 miembros nombrados por el Rey:
- 4 a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros.
- 4 a propuesta del Senado, con idéntica mayoría.
- 2 a propuesta del Gobierno.
- 2 a propuesta del Consejo General del Poder Judicial.

Los miembros del TC deberán ser nombrados entre Magistrados y Fiscales, Profesores de
Universidad, funcionarios públicos, Abogados, todos ellos juristas de reconocido prestigio
con más de 15 años de experiencia profesional.
Los miembros serán designados por un período de 9 años y se renovarán 4 de ellos cada 3
años.
La condición de miembro del Tribunal Constitucional es incompatible con otras
actividades mercantiles, políticas, profesionales, judiciales…

Los miembros del TC serán independientes e inamovibles en el ejercicio de su mandato


para garantizar su independencia (se abandona el Antiguo Régimen, donde los jueces
ejercían su función por prestación del Rey, sin llevarle la contraria en ningún momento. Es
tras la Revolución Francesa cuando se entiende que los jueces han de ser profesionales
independientes, lo que se relaciona con la teoría de separación de poderes.).

La Ley orgánica del Tribunal Constitucional recoge los componentes de dicho órgano:
Presidente, que será nombrado entre los miembros del TC por el Rey, Vicepresidente, para
que lo sustituya en caso de ausencia, vacante u otro motivo legal, y el resto de miembros.
El Presidente ostentará su cargo por un periodo de 3 años.
El TC va a actuar en Pleno, Salas y Secciones.

Además una ley orgánica regulará el funcionamiento del TC, el estatuto de sus miembros,
el procedimiento ante el mismo y las condiciones para el ejercicio de las acciones.

3. El bloque de constitucionalidad
Para apreciar la conformidad o disconformidad con la Constitución de una Ley,
disposición o acto con fuerza de Ley del estado o de las Comunidades Autónomas, el
Tribunal considerará, además de los preceptos constitucionales, las Leyes que, dentro del
marco constitucional, se hubieran dictado para delimitar las competencias del Estado y las
diferentes Comunidades Autónomas o para regular o armonizar el ejercicio de las
competencias de éstas.
Esto quiere decir que no se coge como parámetro únicamente la Constitución, sino
también otras leyes que la complementan o delimitan.

3. Los conflictos legislativos de competencia

Art. 161. 1 c) CE: “De los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades
Autónomas o de los de éstas entre sí”.
Art.161.2 CE: “El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las
disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas.
La impugnación producirá la suspensión de la disposición o resolución recurrida, pero el
Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses”.

Una de las funciones fundamentales que cumple el TC es la de actuar de garante del


reparto de poder establecido por el bloque de constitucionalidad entre Estado y
Comunidades Autónomas. Para ello, la CE ha previsto que sea el TC quien resuelva los
conflictos que surgen entre el Estado y las CCAA, o de éstas entre sí.

El objetivo es resolver las controversias que puedan surgir en torno a la interpretación del
reparto de competencias entre el Estado y las CCAA establecido por el bloque de
constitucionalidad. Cuando la competencia controvertida hubiera sido atribuida por una
norma con rango de ley, el conflicto ha de tramitarse como recurso de
inconstitucionalidad.
Existen dos tipos de conflictos de competencia:
- Conflictos positivos: Enfrentan al Estado y a la CCAA – o a éstas entre sí – en relación
con el ejercicio de una competencia. Ambas Administraciones reivindican una
competencia. Éstos son los más habituales.
- Conflictos negativos: El enfrentamiento se produce por negar ambas partes ser titulares
de la competencia. Ninguna Administración se considera competente.

El TC al resolver los conflictos de competencia, no ha de aplicar solo la Constitución; junto


a ella, o bajo el marco por ella establecido, lo que debe aplicar e interpretar es todo el
bloque de la constitucionalidad. Las sentencias que resuelvan conflictos de competencia
han de determinar a quién corresponde ejercer la competencia controvertida de acuerdo
con lo dispuesto por el bloque de constitucionalidad, es decir, estimar la titularidad de
dicha competencia.

4. La tutela de los derechos fundamentales. El recurso de amparo

Es el instrumento procesal más importante de defensa ante el TC de los derechos y


libertades de los ciudadanos. En cuanto tal, cumple una doble misión: Por una parte, sirve
de protección de los derechos del ciudadano; y por otra, tiene una función objetiva de
defensa de la constitucionalidad al servir de instrumento de interpretación de los derechos
fundamentales.
Art. 161.1 b) CE: “Del recurso de amparo por violación de los derechos y libertades
referidos en el artículo 53. 2 de esta Constitución, en los casos y formas que la ley
establezca”.
Art. 53.2 CE: “Cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos
reconocidos en el artículo 14 y la Sección primera del Capítulo segundo (arts. 15 a 29) ante
los Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los principios de preferencia y
sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Este último recurso será aplicable a la objeción de conciencia reconocida en el artículo 30”.

Por tanto, el recurso de amparo protege de cualquier acto de los poderes públicos que
atente contra los derechos consagrados en los preceptos siguientes:
- Art. 14 CE: Principio de igualdad.
- Sección primera, Capítulo II, Título I CE: Derechos fundamentales y libertades públicas
de los arts. 15 a 29 CE.
- Derecho a la objeción de conciencia (art. 30.2 CE).

Están legitimados para interponer el recurso de amparo:


- Cualquier persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo.
- El Defensor del Pueblo.
- El Ministerio Fiscal.

Principio de subsidiariedad
El recurso de amparo es un instrumento excepcional y subsidiario de protección de los
derechos y libertades. Esto es así porque a quien corresponde la defensa de los derechos de
manera inmediata es a los órganos que forman el Poder Judicial. Por lo tanto, la
intervención del TC a través del recurso de amparo tiene un carácter extraordinario y
último, justificada solo en caso de ineficacia del poder judicial.
Solo se podrá recurrir al recurso de amparo cuando se hayan agotado todos los medios
ordinarios de defensa de los derechos fundamentales (Tribunales Ordinarios, a través de
un procedimiento preferente y sumario).
Encontramos tres modalidades de recurso de amparo, dependiendo del causante de tal
violación del derecho fundamental o libertad del individuo: Recurso de amparo contra
actos del poder legislativo, contra actos del poder ejecutivo y contra actos del poder
judicial.
Las sentencias de amparo pueden tener, como es natural, un doble contenido: Declaración
de nulidad del acto impugnado (denegación del amparo) o reconocimiento del derecho o
libertad vulnerado (otorgamiento del amparo). El TC devuelve al procedimiento ordinario
el asunto para que se repare la vulneración del derecho fundamental.

4. Los procedimientos de inconstitucionalidad

1. Recurso de inconstitucionalidad
Art. 161.1 a): “Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas
con fuerza de ley. La declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango
de ley, interpretada por la jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la sentencia o sentencias
recaídas no perderán el valor de cosa juzgada”.

El recurso de inconstitucionalidad se caracteriza por ser una acción que nace con el fin de
controlar la adecuación de la CE a las normas con fuerza de ley; se trata, por tanto, de una
impugnación directa de la norma.
No se puede volver a sustanciar un proceso sobre la misma cosa que ya ha sido juzgada
(valor de cosa juzgada).

Están legitimados para interponer recurso de inconstitucionalidad:


- El Presidente del Gobierno.
- El Defensor del Pueblo.
- 50 Diputados.
- 50 Senadores.
- Órganos colegiados ejecutivos de las CCAA.
- Asambleas de las CCAA

Plazo de 3 meses a partir de la publicación de la norma impugnada.


Las sentencias del TC tienen valor de cosa juzgada a partir del día siguiente de su
publicación en el BOE, y no sabe recurso alguno contra ellas.
Las sentencias que declaren la inconstitucionalidad de una ley o de una norma con fuerza
de ley tienen plenos efectos frente a todos (erga omnes) y vincularán a todos los poderes
públicos. Subsistirá la vigencia de la ley en la parte no afectada por la
inconstitucionalidad.

2. Cuestión de inconstitucionalidad
Art. 163 CE: “Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con
rango de ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la
Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la
forma y con los efectos que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos”.
Sirve, pues, como instrumento que permite reaccionar ante cualquier inconstitucionalidad
de una norma con fuerza de ley sin necesidad de la intervención de quien está legitimado
para interponer el recurso (Presidente, 50 Senadores...).
Cualquier órgano judicial puede plantear la cuestión de constitucionalidad ante el TC.
No basta con el simple surgimiento de la duda, pues ésta tiene que ser relevante para la
decisión del proceso en que se plantea, de manera que esa decisión dependa realmente de
la regularidad o no de la norma cuestionada, que debe ser aplicable al caso.
La duda sobre la constitucionalidad de la normal con fuerza de ley debe estar
suficientemente fundada y motivada por el órgano judicial.
Los efectos nunca serán suspensivos, es decir, el proceso seguirá adelante mientras el TC
piensa su decisión.
“Autocuestiones” de inconstitucionalidad: es el propio TC el que órgano que promueve la
cuestión.
Correctora de la jurisprudencia de los Tribunales.

5. La previa revisión constitucional de los Tratados Internacionales

La característica más importante de esta técnica de control de constitucionalidad radica en


el hecho de que la fiscalización se produce antes de la entrada en vigor de la norma. Solo
los Tratados Internacionales son susceptibles de control previo (aunque posteriormente se
han añadido los Estatutos de Autonomía). Este control previo se justifica en buena medida
por permitir compaginar la supremacía constitucional con la responsabilidad internacional
del Estado. El resultado de la consulta no se denomina sentencia sino declaración.
El control previo de tratados posee una configuración particular, pues su objeto no tiene
por qué ser impugnatorio; más bien es de naturaleza consultiva, puesto que lo que se
pretende es comprobar si existe obstáculo constitucional a la prestación del consentimiento
a un tratado internacional, aunque la decisión sea vinculante.
Solamente el Gobierno o alguna de las Cámaras tiene legitimidad para instar dicho control
mediante el correspondiente requerimiento.
El objetivo último del control previo de inconstitucionalidad es evitar que un tratado
internacional contrario a la Constitución entre en vigor. La oposición entre Constitución y
tratado daría lugar a: una reforma de la Norma Suprema, una renegociación del tratado si
es posible, etc. Hay que recordar que también es posible la impugnación de tratados
internacionales a posteriori, a través del recurso o de la cuestión de inconstitucionalidad.

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