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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON

FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

Alicia Naomy Otakara Reyna


Grupo 005 B-6
Matricula 1880151
Criterios jurisprudenciales
Maestro: salvador Gonzales Cruz

5 de junio del 2019


LA CONSTITUCION JERARQUICAMENTE ESTA POR ENCIMA DE LOS
TRATADOS INTERNACIONALES.

En términos generales con el criterio de que los tratados están por encima de las leyes, es
menester subsanar una deficiencia en el sentido de que al no distinguir suficientemente
entre ambas clases y tipos parece que necesariamente todos los tratados están por encima de
todas las leyes.

Al respecto, la cláusula de la supremacía constitucional —contenida en el artículo 133 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos— dispone que la Constitución, las
leyes del Congreso de la Unión y los tratados celebrados y que se celebren por el presidente
de la república, con aprobación del Senado, "serán la Ley Suprema de toda la Unión". Sin
embargo, en la interpretación de este precepto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha aclarado que tanto las leyes como los tratados están por debajo de la Constitución,
puesto que se requiere que las primeras "emanen de ella" y los segundos "estén de acuerdo
con la misma".

En su momento, la controversia sobre la jerarquía normativa giraba en torno a si las leyes y


los tratados ocupaban el mismo rango inmediatamente inferior a la Constitución o no. De
acuerdo con el criterio tradicional de la Suprema Corte, las leyes y los tratados tienen la
misma jerarquía, pero a partir de la tesis adoptada en 1999, la corte sostiene que los tratados
están por encima de las leyes y en un segundo plano respecto a la Constitución.

Esta más que claro que es una de las decisiones más importantes de la Suprema Corte
desde la reforma constitucional de 1994-1995. Es curioso y hasta irónico que, en dos
ocasiones diferentes, en menos de una década, la corte haya adoptado los extremos
opuestos y que en sendas ocasiones lo haya hecho unánimemente. Por supuesto que nada
impide que se pueda abandonar un criterio o tesis en poco tiempo; en especial, cuando
parece como si habláramos de dos cortes distintas, una antes y otra después de la reforma
judicial que entre otras medidas redujo el número de ministros de 21 a 11. Sin embargo, los
dos ministros que pasaron de la "vieja" corte a la "nueva", formaron parte en uno y otro
caso de la decisión unánime, sin que mediara una reflexión adicional de su parte sobre la
necesidad de abandonar el criterio.

Amparo Directo 14/2011. Fecha de resolución: 9 de noviembre de 2011.

Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz. Votación: Unanimidad1.

HECHOS DEL CASO: El 31 de marzo de 2007 una persona que se negó a identificarse
comunicó a un oficial de seguridad pública del Estado de México la presencia de un
hombre lesionado dentro de un vehículo; pese a que el auxilio policial y médico fue
oportuno, la persona herida falleció en un hospital al cabo de dos días. Casi siete meses
después de tales hechos, un taxista dio información a dos policías de la misma entidad
federativa sobre el supuesto autor de las lesiones, lo que motivó que los uniformados,
ubicaran y entrevistaran al sujeto, quien ante ellos aceptó su participación en los hechos y,
por tanto, fue puesto a disposición de la autoridad ministerial.

El efectivo puede ingresar a un domicilio cuando dentro de él se esté cometiendo un delito


en flagrancia o cuando el delito flagrante ha sucedido en la vía pública y el delincuente es
perseguido hasta el interior del domicilio particular.

En primera instancia se emitió sentencia condenatoria por los delitos Cohecho y Homicidio
calificado, que fue confirmada en apelación. El sentenciado presentó demanda de amparo
directo para que se analizaran los postulados de los artículos 14, 16, 20 y 21 de la
Constitución Federal y la pretendida vulneración de los artículos 9 y 15 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 7 y 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Dada la importancia y trascendencia del asunto, fue atraído por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver sobre los temas de
detención, presunción de inocencia y prueba testimonial en materia penal.

La Primera Sala sostuvo que el acto reclamado era violatorio de los artículos 14; párrafo
segundo, 16 y 20, apartado A, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
–texto anterior a la reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho–, en lo concerniente al
derecho humano al debido proceso, garantizado por los principios de presunción de
inocencia, no autoincriminación, defensa adecuada, contradicción y de las reglas de
valoración de la prueba; y, en consecuencia, se concedió el amparo y protección de la
Justicia de la Unión de manera lisa y llana.

TRATADOS INTERNACIONALES. SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR


ENCIMA DE LAS LEYES FEDERALES Y EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE
LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.

Persistentemente en la doctrina se ha formulado la interrogante respecto a la jerarquía de


normas en nuestro derecho. Existe unanimidad respecto de que la Constitución Federal es la
norma fundamental y que aunque en principio la expresión "serán la Ley Suprema de toda
la Unión" parece indicar que no sólo la carta magna es la suprema, la objeción es superada
por el hecho de que las leyes deben emanar de la Constitución y ser aprobadas por un
órgano constituido, como lo es el Congreso de la Unión y de que los tratados deben estar de
acuerdo con la ley fundamental, lo que claramente indica que sólo la Constitución es la ley
suprema. El problema respecto a la jerarquía de las demás normas del sistema, ha
encontrado en la jurisprudencia y en la doctrina distintas soluciones, entre las que destacan:
supremacía del derecho federal frente al local y misma jerarquía de los dos, en sus variantes
lisa y llana, y con la existencia de "leyes constitucionales", y la de que será ley suprema la
que sea calificada de constitucional. No obstante, esta Suprema Corte de Justicia considera
que los tratados internacionales se encuentran en un segundo plano inmediatamente debajo
de la ley fundamental y por encima del derecho federal y el local.

Amparo en revisión 1475/98, en el cual la corte determinó que el artículo 68 de la Ley


Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE) está en contradicción con el
artículo 2o. del Convenio núm. 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
acerca de la libertad de asociación y la protección del derecho de organización, toda vez
que éste consagra la libertad de sindicalización, y aquélla dispone que en cada
departamento público debe haber un solo sindicato.

El asunto no fue el que originalmente se había planteado, el juez federal había resuelto que
como el artículo 68 de la LFTSE imponía una limitación al derecho de sindicalización,
reconocido en el numeral 123 de la Constitución, era inconstitucional. Ahora bien, fue la
corte misma la que trajo a colación el tratado y su jerarquía a escrutinio. Supuestamente,
porque el quejoso aludió al criterio jurisprudencial de que las leyes y los tratados tienen la
misma jerarquía, y que por lo mismo el tratado no podía ser utilizado para determinar la
constitucionalidad de la ley, como un agravio causado por el juez.

Con la sentencia en el amparo 1475/98, la Suprema Corte de Justicia reconoce el hecho


inobjetable tanto dentro de la doctrina como de la interpretación jurisprudencial, que la
Constitución es la ley fundamental y que el problema respecto a la jerarquía de las demás
"normas del sistema, ha encontrado en la jurisprudencia y en la doctrina distintas
soluciones, entre las que destacan: supremacía del derecho federal al local y misma
jerarquía de los dos, en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de `leyes
constitucionales', y la de que será ley suprema la que sea calificada de constitucional".

En efecto, los tratados internacionales tienen su origen en la voluntad soberana del pueblo
que está expresada en la Constitución y precisamente en ella reside los fundamentos de los
Estados para la adhesión a los tratados internacionales. Por ejemplo, esta idea se encuentra
contenida en la doctrina europea sobre el derecho comunitario, el cual no reconoce
supremacía del derecho comunitario sobre el constitucional, ni tampoco de conflicto entre
conflicto y norma comunitaria ya que

la Constitución se aplica plenamente en los ámbitos que siguen siendo competencia


soberana del Estado miembro, pero en los ámbitos atribuidos a la Unión y regulados por
normas comunitarias se aplica el derecho comunitario en toda su plenitud y el Estado no
puede invocar la Constitución para impedir los efectos de la norma comunitaria válida.
Luego, todo Estado miembro debe adecuar su Constitución antes de su ingreso en la Unión
Europea a fin de permitir al derecho comunitario desplegar todos sus efectos con plenitud.1
Es decir, en virtud de su capacidad soberana, los Estados contraen obligaciones por medio
de los tratados mediante los cuales se auto limitan. Después, no pueden desconocer esas
obligaciones, insistimos, libremente contraídas. De acuerdo con lo anterior, es
comprensible que, al Estado, dentro de su interior, le toque elegir los medios para satisfacer
sus obligaciones.

LEYES FEDERALES Y TRATADOS INTERNACIONALES, TIENEN LA MISMA


JERARQUÍA NORMATIVA.

De conformidad con el artículo 133 de la Constitución, tanto las leyes que emanen de ella,
como los tratados internacionales, celebrados por el Ejecutivo Federal, aprobados por el
Senado de la República y que estén de acuerdo con la misma, ocupan, ambos, el rango
inmediatamente inferior a la Constitución en la jerarquía de las normas en el orden jurídico
mexicano. Ahora bien, teniendo la misma jerarquía, el tratado internacional no puede ser
criterio para determinar la constitucionalidad de una ley ni viceversa. Por ello, la Ley de las
Cámaras de Comercio y de las de Industria no puede ser considerada inconstitucional por
contrariar lo dispuesto en un tratado internacional.

Amparo en revisión 2069/91. Manuel García Martínez. 30 de junio de 1992. Mayoría de


quince votos. Ponente: Victoria Adato Green. Secretario: Sergio Pallares y Lara.

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