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Año 2006

El sobreseimiento, una vez firme, produce como efecto jurídico la cosa juzgada,
lo cual hace imposible una nueva persecución penal del sujeto favorecido, por
los mismos hechos; es por ello que resulta necesario identificar con exactitud al
imputado respecto del cual se solicita el sobreseimiento.
Memo Nº DRD-102-2006
Fecha: 14-3-2006

(…)
Puede apreciarse en el aludido escrito, que el sobreseimiento ha sido solicitado a favor de las
ciudadanas: HMM y DB; no obstante, la identificación de éstas no ha sido descrita de forma completa.

El conocimiento de la identidad de los sujetos imputados también resulta necesario en estos casos. El
sobreseimiento, una vez firme, produce como efecto jurídico la cosa juzgada1, ello hace imposible una
nueva persecución del favorecido por los mismos hechos2.

El principio universal del Non Bis In Idem es el fundamento de las garantías de la cosa juzgada y la única
persecución, ellos han sido reconocidos por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela3,
en su artículo 49 numeral 7, y también han quedado descritos en los artículos 20 y 28, numeral 4, literal
b) del Código Orgánico Procesal Penal. Asimismo, han sido establecidos en diversos tratados, pactos y
acuerdos internacionales4, vigentes en Venezuela.

La Cosa Juzgada Material ha sido definida como:

“...la imposibilidad de abrir un nuevo proceso al mismo sujeto, por los mismos hechos que ya fueron
objeto de un proceso terminado por sentencia o sobreseimiento firmes.../5”.

Para que la cosa juzgada en el proceso penal pueda ser acreditada u opuesta, se requiere la identidad
de: 1) las personas, 2) los hechos objetos del proceso y 3) la causa de persecución.

Concentrándonos en el tema que en este punto nos ocupa, no queda duda de que para determinar la
identidad del sujeto a los efectos de acreditar u oponer la cosa juzgada, es preciso que éste se
encuentre plenamente identificado, que no exista duda de que se trata de esa persona y no de otra,
razón por la cual si la identidad no es descrita debidamente, tal determinación no será posible y con ello
se habrá quebrantado una de nuestras más importantes garantías constitucionales.

En este mismo sentido, el autor Eric Lorenzo Pérez Sarmiento6 en cuanto a la Única Persecución afirma
que consiste en que: “Nadie puede ser perseguido penalmente, al mismo tiempo pero en diferentes
causas, por los mismos hechos”. También para la aplicación de esta garantía se requiere que el sujeto
(que no puede ser perseguido nuevamente) sea identificado inequívocamente, y la manera de hacerlo es
como se ha descrito en el artículo 126 del Código Orgánico Procesal Penal, a decir: “por sus datos y
señas particulares”7.

1
Además de la cesación de las medidas de coerción que se hubieren dictado. Ver: Artículo 319 del Código Orgánico Procesal Penal
2
Salvo lo establecido en el artículo 20 del Código Orgánico Procesal Penal.
3
Gaceta Oficial N°5.453 del 24 de marzo de 2000, Extraordinario.
4
Ver: Ley Aprobatoria de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 8 numeral 4, por ejemplo.
5
PÉREZ Sarmiento, Eric Lorenzo: Comentarios al Código Orgánico Procesal Penal. 4° Edición. Vadell Hermanos Editores. Pág:
LXVIII
6
Idem. Pág: LXVI -LXVIII
7
En la misma línea se pronuncia: VÁSQUEZ González, Magaly, en: Nuevo Derecho Procesal Penal Venezolano. Las Instituciones
Básicas del Código Orgánico Procesal Penal. Edición revisada y actualizada. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas-2001.
Pág. 152.
Acerca del tema de la identificación plena del imputado en el escrito de sobreseimiento, la Doctrina del
Ministerio Público ha sostenido lo siguiente8:

“La identificación del imputado en el escrito de sobreseimiento es esencial, ya que uno de los efectos del
sobreseimiento es producir autoridad de cosa juzgada, respecto a los sujetos involucrados en el proceso”

Por todos los argumentos expuestos, resulta necesaria la descripción precisa -en el escrito fiscal que
comentamos-, de los datos de identificación de los imputados.

La solicitud de sobreseimiento con base en lo dispuesto en el segundo supuesto


del numeral 1 del artículo 318 del Código Adjetivo Penal, refiere la no existencia
de elementos de convicción que involucren a determinada persona en la
comisión del hecho punible acaecido (o la existencia de elementos que
determinen su no participación), sugiere certeza absoluta en cuanto a la
comprobación del supuesto establecido por la norma.

En el caso del numeral 4 del artículo 318 ejusdem, existe duda respecto de la
participación de imputado en el delito investigado (o incluso con respecto a la
realización del hecho acaecido), la cual es complementada por la no posibilidad
razonable de incorporar nuevos datos a la investigación, generando en
consecuencia, la imposibilidad jurídica para solicitar fundadamente el
enjuiciamiento del sujeto inquirido.
Oficio: DRD-229-2006
Fecha: 30-6-2006

(…)
La solicitud de sobreseimiento examinada, descansa sobre los siguientes hechos:

“En fecha 06 de julio del año 2002, el funcionario Oficial A B, encontrándose de servicio de patrullaje
vehicular en la U-0404, conducida por el Oficial (PMV) D C y en compañía del Oficial EM, siendo
aproximadamente las 12:40 horas de la madrugada, cuando se desplazaban al final de la Avenida El
Ejército, Parroquia Catia la Mar, nos entrevistamos con una ciudadana que no quiso identificarse, la
misma les informó que en la subida del Sector Mapara Marina... había un funcionario de la Policía
Metropolitana de Caracas, que... tenía dos personas detenidas, procediendo a trasladarse al lugar donde
avistaron a una persona que tenía dos sujetos detenidos... quien le informó que le había practicado la
detención a dos personas que momentos antes, le causaron una herida con una botella y con
intenciones de despojar de sus pertenencias al ciudadano CHM M... quien también se encontraba
presente en el lugar...”.

La representante del Ministerio Público, sustancia la respectiva solicitud de sobreseimiento, arguyendo lo


siguiente:

“...una vez estudiadas y analizadas las actas y recaudos que conforman el caso; así como los elementos
constitutivos del mismo, se desprende que el hecho que dio origen a la presente investigación, no puede
atribuírsele a los ciudadanos RAGA y RAPR por lo que no ha quedado demostrado el carácter de las
lesiones, ya que no cursa resultados de Reconocimiento Médico Legal practicado a la víctima, para
continuar con el esclarecimiento de los hechos/(..)/ considera esta Representante Fiscal, que el delito
que nos ocupa no es imputable a RAGA y RAPR, pues tal como se desprende del legajo contentivo de

8
Informe Anual del Ministerio Público. Año 2002, p.395.
la investigación, así como del resto de los elementos, la conducta de los presuntos imputados, hacen
estimar que no existen o no queda evidenciada de la responsabilidad de los ciudadanos tantas veces
nombrados...”. (Negrillas del escrito).

En criterio de esta Dirección, la representante del Ministerio Público no agotó todas las diligencias de
investigación que hubieren podido coadyuvar con la ulterior fundamentación de una genuina acusación
fiscal, pues prescindió, básicamente, de los resultados del examen médico legal practicado a la víctima,
lo cual trascendía de una simple diligencia investigativa, que debía procurarse a toda costa, en
resguardo de la sustanciación y fundamentación del procedimiento penal incoado.

La doctrina del Ministerio Público ha establecido con ahínco lo siguiente:

“El fiscal del Ministerio Público debe agotar todas las actuaciones pertinentes y necesarias, a los efectos
de la solicitud de sobreseimiento en cada caso concreto”9.

“La falta de investigación deviene en una falta de motivación y fundamentación del escrito de
sobreseimiento”10.

Consecuencialmente, la procedencia del acto conclusivo en estudio, dependía del agotamiento de todas
las actuaciones susceptibles de motorizarse en la fase preliminar del proceso instaurado, circunstancia
que no se colige de los hechos sintetizados supra.

Adicionalmente, la representante del Ministerio Público aduce la presunta comisión del delito de lesiones
personales, previsto y sancionado en el artículo 415 del Código Penal11. En criterio de este Despacho, la
calificación jurídica invocada resultó incompleta, pues tal y como se asentó en la motivación del acto
conclusivo examinado, al ciudadano MAC (víctima en la presente causa) “lo agredieron con una botella,
cuando se opuso a ser despojado de sus pertenencias”, lo cual imponía subsumir adicionalmente los
hechos inquiridos en virtud de lo dispuesto en el artículo 460 del Código Penal (actualmente, artículo
458), precepto que tipifica el delito de robo agravado12.

Por último, la fiscal del Ministerio Público, finaliza su escrito, advirtiendo lo que a continuación se
reproduce:

“...a criterio de quien suscribe, mal podría el Fiscal del Ministerio Público, interponer Acusación, cuando
no existen en la presente causa, supuestos de culpabilidad; en consecuencia el remedio procesal es
solicitar el SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, de conformidad con lo establecido en el numeral 1 del
artículo 318 del Código Adjetivo Penal...”. (Negrillas del escrito).

De conformidad con el artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal, los escenarios que justifican la
solicitud sobreseimiento, son los siguientes:

“Artículo 318. Sobreseimiento. El sobreseimiento procede cuando: / 1. El hecho objeto del proceso no
se realizó o no puede atribuírsele al imputado;/ 2. El hecho imputado no es típico o concurre una causa
de justificación, inculpabilidad o de no punibilidad; / 3. La acción penal se ha extinguido o resulta
acreditada la cosa juzgada; / 4. A pesar de la falta de certeza, no exista razonablemente la posibilidad de
incorporar nuevos datos a la investigación, y no haya bases para solicitar fundadamente el
enjuiciamiento del imputado; / 5. Así lo establezca expresamente este Código”.

Sobre dicho contexto -y ahondando en el contenido de la norma transcrita-, se considera oportuno


precisar, que al culminar la fase de investigación, el Fiscal del Ministerio Público deberá evaluar si de la
misma surge la certeza acerca de la comisión un hecho punible y la responsabilidad de un sujeto en
concreto. Es posible que luego de satisfecho el análisis correspondiente, se determine que todas las

9
Informe Anual del Fiscal General de la República. Tomo I. Año 2001. Pág. 620.
10
Informe Anual del Fiscal General de la República. Año 2002. Pág. 396.
11
Que en virtud de la reforma del Código Penal, de fecha 16 marzo de 2005, actualmente se encuentra tipificado en el artículo 413.
12
Como bien se desprende del contexto del escrito examinado, la intención de los sujetos aprehendidos era desapoderar a la
víctima de sus pertenencias.
diligencias pertinentes y posibles, fueron realizadas, resultando que de ninguna de estas averiguaciones
surgieron suficientes elementos de convicción que hicieran posible la formulación de una acusación en
contra de la persona señalada como autor o partícipe del hecho punible, todo lo cual, si coincide con la
imposibilidad de incorporar a la investigación nuevos elementos que hagan posible determinar la
participación cierta del imputado en el delito (o incluso, con ocasión de la realización del hecho),
conllevaría necesariamente a la aplicación del numeral 4, del artículo 318 del Código Orgánico Procesal
Penal.

En criterio de este Despacho, la decisión del representante del Ministerio Público de solicitar el
sobreseimiento de la causa, sobre la base de lo dispuesto en el segundo supuesto, del numeral 1 del
artículo 318 del Código Adjetivo Penal, resultó desacertada; el escenario fáctico refugiado en el
dispositivo aducido, sugiere la no existencia de elementos de convicción que involucren a determinada
persona en la comisión del hecho punible acaecido (o la existencia de elementos que determinen su no
participación), todo lo cual, imposibilita la interposición de un escrito acusatorio, a propósito de la
carencia de un cúmulo de fuentes de prueba que predeterminen la autoría o participación del imputado
con respecto al delito indagado.

Existía una denuncia concreta en contra de los ciudadanos RAGA y RAPR, la cual levantaba una
genuina sospecha con respecto a sus intervenciones en los hechos objeto del proceso, y cuya única
forma de corroboración, era el íntegro desenvolvimiento de la fase preliminar o de investigación del
proceso penal; nunca se certificó de modo indubitable, que los imputados no habían sido responsables
de los perjuicios físicos ocasionados a la víctima.

Con ocasión de todo lo anterior, resulta imprescindible advertir, que una de las principales diferencias
entre el numeral 4, del artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal, con respecto al resto de las
causales que posibilitan la solicitud de sobreseimiento, es precisamente la falta de certeza existente, a
propósito de la participación de imputado en el delito investigado (o incluso con respecto a la realización
del hecho acaecido), la cual es complementada por la no posibilidad razonable de incorporar nuevos
datos a la investigación, generando en consecuencia, la imposibilidad jurídica para solicitar
fundadamente el enjuiciamiento del sujeto inquirido; los numerales 1, 2 y 3 del artículo 318 del Código
Adjetivo Penal, en cambio, sugieren una certeza absoluta en cuanto a la comprobación de los supuestos
de hecho y de derecho establecidos por la norma.

Para la aplicación del numeral 1, segundo supuesto, del artículo 318 del Código
Orgánico Procesal Penal, es imprescindible que exista un imputado.
Oficio: DRD-15-229-2006
Fecha: 30-6-2006
(…)
El representante del Ministerio Público solicita el sobreseimiento de la causa, en razón de lo dispuesto en
el numeral 1, segundo supuesto, del artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal, lo cual, en criterio
de este Despacho, resultó desatinado, pues el dispositivo aducido impone (explícitamente y como
requerimiento de carácter legal), la existencia de un imputado a quien no puedan atribuírsele los hechos
investigados. Precisamente, una de las consecuencias inmediatas del sobreseimiento es producir el
efecto de cosa juzgada, como consecuencia propia de haberse acordado por un órgano jurisdiccional; en
tal sentido, la profesora MARÍA ISABEL ROMERO PRADAS, indica lo siguiente:

“La doctrina afirma de modo rotundo el efecto de cosa juzgada como propio de los autos de
sobreseimiento libre. Señala AGUILERA DE PAZ que el sobreseimiento libre ‘debe producir excepción
de cosa juzgada, porque cierra la puerta a toda investigación, y son aplicables al mismo tres identidades
de cosa, persona y acción necesarias para que pueda imperar el principio non bis in idem, base y
fundamento de dicha excepción’. / La jurisprudencia, por su parte, ha tenido ocasión de pronunciarse
asiduamente sobre el efecto de cosa juzgada que han de producir los autos de sobreseimiento libre. El
sobreseimiento libre, según el Tribunal Supremo, tiene ‘efecto absolutorio y valor de cosa juzgada, sin
apertura de juicio oral’; equivale a la sentencia absolutoria en el orden penal. / Por otra parte, como el
sobreseimiento (libre) tiene efecto de cosa juzgada sobre los hechos que son objeto del mismo, es
necesario que ‘de él se deduzca en forma inmediata cuáles son los hechos juzgados y quiénes son las
personas en cuyo favor el auto se dicta’“13.

Consecuencialmente, en espacio alguno del documento examinado, se identifica plenamente al


imputado, lo cual controvierte doctrina reiterada del Ministerio Público14, en la que se ha apuntado lo
siguiente:

“La solicitud de sobreseimiento, debe contener la identificación plena del imputado. Así como una
descripción clara y precisa de los hechos que dieron lugar a la apertura de la averiguación, señalando las
circunstancias de modo, tiempo y lugar de su comisión con explicación de las razones de hecho y de
derecho que le sirvieron de fundamento al fiscal del Ministerio Público para alegar la causal de
sobreseimiento solicitada y sobre la cual el juez ha de pronunciarse/(...)/Consideramos, que aun cuando
existe un silencio en nuestro Código Orgánico Procesal Penal, en cuanto a los requisitos que debe
contener la solicitud de sobreseimiento que presente el representante del Ministerio Público ante el
órgano jurisdiccional, éste debe fundamentar su petición, identificando plenamente al imputado,
describiendo el hecho que dio lugar a la apertura de la investigación con todas las circunstancias de
modo, tiempo y lugar de su comisión señalando las razones de hecho y de derecho sobre las cuales
deberá pronunciarse el juez al momento de dictar su decisión, pues las mismas son las que le sirven de
fundamento a la causal alegada por el fiscal y son las que lo hacen procedente./ El efecto inmediato del
sobreseimiento es que produce cosa juzgada, por tanto, la correcta identificación del imputado y la
precisión y claridad en la narración de los hechos, permitirá la adecuada aplicación del principio del non
bis in idem, el cual significa que nadie puede ser perseguido más de una vez por el mismo hecho; este
principio constituye uno de los pilares básicos de nuestro procedimiento penal y como una garantía
fundamental está prevista en nuestra Carta Magna, así como en diversos tratados, pactos y acuerdos
internacionales, los cuales son de aplicación inmediata, ya que los mismos fueron suscritos y ratificados
por nuestra República./ De manera pues, que el cumplimiento de tales requisitos nos permitirá completar
la tríada del non bis in idem, esto es: identidad de sujeto, de objeto y de causa de persecución”.

En otrora oportunidad, doctrina institucional se pronunció en idéntico sentido:

“La identificación del imputado en el escrito de sobreseimiento es esencial, ya que uno de los efectos del
sobreseimiento es producir autoridad de cosa juzgada, respecto a los sujetos involucrados en el
proceso”15.

Por tanto, uno de los requisitos cardinales de toda solicitud de sobreseimiento, es, precisamente, la
identificación plena del imputado, lo cual, coadyuva con el resguardo de lo previsto en el numeral 7, del
artículo 49 de la Constitución de 1999 (non bis in idem), imperativo ineludible a propósito de la
motivación exigida en todo escrito de sobreseimiento.

Por último (y a título referencial), si las intoxicaciones inquiridas eran producto de un escenario fortuito, y
ajeno a la maquinación de un individuo en concreto, los hechos eran atípicos, y en consecuencia, sin
relevancia jurídico-penal, lo cual imponía solicitar el sobreseimiento de la causa a tenor de lo dispuesto
en el numeral 2, primer supuesto, del artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal.

13
Romero Pradas, María Isabel. El Sobreseimiento. Tirant Monografías. Año 2002. Valencia-España. Págs. 375-376.
14
Oficio No. DRD-10-17-0557, de fecha 09 de enero de 2003. Informe Anual del Fiscal General de la República. Año 2003. Pp. 693.
15
Oficio No. DRD-21-17-258-2002, de fecha 23 de julio de 2002. Informe Anual del Fiscal General de la República. Año 2002. Pp.
394.
Si al finalizar la investigación el Representante del Ministerio Público sólo ha
logrado la certeza negativa con respecto a los hechos investigados, éste debe
solicitar el sobreseimiento de la causa. A tal conclusión sólo podrá arribarse si
se han realizado todas las diligencias de investigación pertinentes conforme al
caso.

Oficio Nº DRD-20-315-2006
Fecha: 25-08-2006
(...)
“…Ahora bien, respecto a los elementos de convicción que, en este caso, debemos considerar omitidos,
y las actuaciones desplegadas por la Fiscal durante la fase preparatoria en la presente causa, debemos
precisar algunos aspectos:
La Doctrina ha entendido que durante la fase preparatoria: “se trata de superar un estado de
incertidumbre mediante la búsqueda de todos aquellos medios que puedan aportar la información que
acabe con esa incertidumbre” 16. Más específicamente, la investigación en el proceso penal consiste
justamente en la identificación, recolección y preservación de todos aquéllos datos que puedan
determinar la existencia o no de un hecho punible, y de ser el caso, la precisión de su autor y la
determinación de su responsabilidad penal respecto de aquél. Como es de suponerse, esta etapa se
encuentra marcada por la ignorancia respecto a lo que el investigador trata de conocer, pero una vez
superada la incertidumbre -y sólo si se ha obtenido un cierto grado de criminalidad objetiva-, es cuando
el Fiscal del Ministerio Público podrá decidir fundadamente acerca del ejercicio de la acción penal.

La superación de esa incertidumbre a la que nos hemos referido, sólo puede lograrse en la medida en
que se desarrolla el íter procesal, al vencerse el primer estadio intelectual de: sospecha, y alcanzarse un
grado de: certeza negativa, duda o probabilidad, mediante la recolección -durante esta fase- de todos los
elementos que permitan al Fiscal del Ministerio Público definir cuál es, después de todo, su convicción.

En ese orden de ideas, es forzoso concluir que si al finalizar la investigación, el Fiscal del Ministerio
Público sólo ha logrado una certeza negativa con respecto a los hechos investigados, éste debe
solicitar el sobreseimiento de la causa. Bajo ese supuesto, y para apreciar de manera diáfana si tal
investigación ha sido conducida con apego a las leyes y formas procesales, cuando el representante de
la vindicta pública ha de ejercer su acto conclusivo, debe hacerlo examinando cabalmente cada uno de
los elementos que han devenido de la investigación, explicando su relación con los hechos y la
concatenación entre cada uno de ellos.

Del análisis de los recaudos remitidos a este Despacho, ha podido constatarse que ellos corresponden a:
1) actuaciones realizadas por los funcionarios del Cuerpo Técnico de Vigilancia de Tránsito y Transporte
Terrestre de la Unidad Estadal de Vigilancia de Tránsito Terrestre Nº 45 del Estado Cojedes (Sección
Penal del Departamento de Investigaciones), 2) documentos dirigidos a la representación fiscal por la
defensa del imputado procurando la entrega del vehículo propiedad de su defendido (involucrado en la
colisión), 3) diligencias tendientes a hacer efectiva la entrega del vehículo que se había solicitado, así
como 4) documento mediante el cual el imputado le confiere facultades a tres abogados más para el
ejercicio de su defensa.
Por su parte, del escrito contentivo de la solicitud de sobreseimiento analizado, se aprecia que también
las actuaciones a las que se hace referencia (más específicamente en el ya citado Capítulo III), se limitan
a aquéllas que fueron llevadas a cabo por los funcionarios del Cuerpo Técnico de Vigilancia de Tránsito y
Transporte Terrestre al que hemos hecho mención, sin que se aprecien otras que hayan sido ordenadas
por la representante del Ministerio Público, en aras de encontrar la verdad que aduce como finalidad del
proceso.

16
BINDER, Alberto. Introducción al Derecho Procesal Penal. Editorial Ad-Hoc. Buenos Aires, 1993, p. 214.
Llama la atención que ante la destacada ocurrencia de una colisión de vehículos en la que resultó un
sujeto fallecido y cinco lesionados, no se evidencie que la representante fiscal haya ordenado la práctica
del Reconocimiento Médico Legal para hacer constar las presuntas lesiones, acerca de las cuales no se
tiene si quiera la plena certeza respecto a su existencia y carácter. Más inquietante resulta el hecho de
que no se evidencie de los recaudos, que se haya ordenado y llevado a cabo la necropsia
correspondiente respecto al sujeto fallecido, de manera que, resulta manifiesta la falta de investigación
en la que incurrió indebidamente la representante fiscal.
Ante esto, no resulta comprensible, cómo la Fiscal del Ministerio Público pudo alcanzar el
convencimiento necesario para el ejercicio del acto conclusivo, esto no sólo porque no lo motivó, ni
fundamentó su escrito, sino porque además, ante la omisión de tan importantes e imprescindibles
diligencias, tal convencimiento no había podido alcanzarse.
Las actuaciones realizadas por el Cuerpo Técnico de Vigilancia de Tránsito y Transporte Terrestre, no
resultaban suficientes para llevar a cabo acto conclusivo alguno, además de ordenar las diligencias que
anteriormente se han mencionado, bien ha podido al menos intentar recabar otros elementos que
permitieran fundamentar su acto. Ciertamente la Fiscal asoma en su escrito la inexistencia de testigos
que hubieren presenciado los hechos (esto, basándose sólo en el dicho del funcionario que realizó el
Informe Policial en el que se describen los acontecimientos), pero ello ha podido ser constatado a través
de otros medios, debiendo además haber procurado la declaración de las víctimas que quizás habrían
podido añadir algún elemento desconocido en las actas y que fuere de utilidad para el esclarecimiento de
los hechos.

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