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4) Con relación al art. 234.10 del CPP, al imputado -hoy accionante- se le atribuye
el ilícito descrito en el art. 174 del CP, que orienta a afirmar que no solamente el
denunciante Jhonny Walber Castelu Coca, resulta ser víctima, sino todos los
administrados del Órgano Judicial, el Ministerio Público y el mundo litigante, prueba de
esta afirmación se encuentra en que los Ministerios Público, de Transparencia
Institucional y Lucha contra la Corrupción, y de Justicia y el Consejo de la
Magistratura, afirmaron que el imputado -ahora accionante- estuvo implicado en una
Resolución de imputación formal emitida por una exautoridad fiscal; que en la oficina
de otro de los abogados implicados se encontraron tres cuadernos de control
jurisdiccional, flash memories, unas hojas firmadas en blanco por el apelante que no
tienen incidencia directa con Jhonny Walber Castelu Coca, pero sí con otras víctimas
del delito atribuido, como son la administración de justicia que se ejerce en todo el
territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, todos los que acuden al Ministerio
Público, la Policía Boliviana y estrados judiciales, aspectos que serán corroborados en el
transcurso de la investigación;
5) En cuanto al art. 235.1 del CPP, en base al principio de libertad probatoria -art.
171 del referido Código- son elementos de prueba reconocidos por el art. 193 del citado
Código, las testificales, periciales, documentales materiales, inspección, reconstrucción
y todas las que puedan valerse las partes dentro del presente caso, la finalidad de dicho
peligro procesal es evitar que se destruya, modifique, oculte, suprima, y/o falsifique
elementos de prueba; asimismo, respecto al elemento de convicción mencionado en la
Resolución de imputación formal “N° 15” con relación a dos hojas en blanco firmadas
por el imputado -ahora accionante- colectados en la oficina del nombrado, en las que se
evidencia que trabajaba con otras personas que están en proceso de investigación, se
indicó que nadie puede firmar hojas en blanco y si bien el imputado -hoy accionante-
señaló que no signó las mismas sino otros implicados dentro de esa caso, deben ser los
peritos correspondientes los que cooperen con la aclaración de tal extremo; así, la única
finalidad y la concurrencia de este peligro procesal es que el imputado -ahora
accionante- también tenga la verdad material de los hechos que se vienen investigando
conforme al art. 180 de la CPE;
6) En cuanto al art. 235.2, 3 y 4 del CPP, la parte apelante efectuó dos
cuestionamientos respecto a la concurrencia de los peligros procesales; la primera, en
sentido que la Resolución de Imputación Formal no habría especificado los mismos
llegando a realizar un análisis comparativo con el art. 234 del referido Código. Sobre
ese particular, la referida imputación formal en el apartado VII -aplicación de medidas
cautelares- hace mención a la concurrencia del art. 235 del CPP, también consigna “…
num[erales] 2, 3, 4 y eso es lo que ha extrañado la parte imputada…” (sic); existe un
principio de iura novit curia y además el imputado -hoy accionante- no se defiende de
normas legales sino de hechos;
7) En relación al art. 235.2 del CPP, en el caso existen varios implicados y
precisamente lo que pretende ese peligro procesal es que el imputado -hoy accionante-
no influya en los mismos “…objetivamente se entiende que no se requiere se den los
nombres de los otros implicados, testigos o peritos; no debe perder de vista la parte
imputada que la Resolución de Imputación Formal se dio en un primer momento, luego
de haber prestado su declaración informativa y haber sido aprehendido y la etapa
preparatoria recién está en curso, en esa línea mal podía exigirse al representante del
Ministerio Público que en ese momento y a tiempo de emitir Resolución de Imputación
Formal, ya consigne testigos los nombres y apellidos y su identificación plena en su
caso a los peritos, porque para eso está precisamente la etapa preparatoria…” (sic), se
entiende que por razones de estrategia investigativa, el Ministerio Público tampoco
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puede proporcionar de manera pública los nombres de quienes van a ser peritos -para el
análisis de los flash memories y una CPU- o de quienes van a ser testigos -debido a los
tres cuadernos de control jurisdiccional encontrados en la oficina de un abogado
implicado- concurriendo el mismo;
8) Sobre el art. 235.3 del CPP, el imputado -hoy accionante- refirió que la
influencia en autoridades de la administración de justicia debe ser en el proceso;
empero, conforme al principio de legalidad previsto en el art. 180.I del CPE, el numeral
referido “…no establece ese requisitos o esa exigencia, no nos dice que este peligro
debe ser en este proceso que se viene investigando y en contra del imputado o los que
estuvieran implicados, sino es genérica la aplicación, porque nos dice que el imputado
influya ilegal o ilegalmente en (…) sistema de administración de justicia, se reitera es
genérico en éste o en todos los procesos…” (sic); asimismo, el Ministerio Público en la
imputación formal llegó a la concluir que “…el imputado si tuvo acceso a un fiscal de
entonces, si tuvo acceso a una autoridad judicial…” (sic); y,
9) Con relación al art. 235.4 del CPP, al concurrir los numerales 1, 2 y 3 del mismo
artículo, analizados anteriormente, también concurre dicho peligro procesal, porque en
el caso que existan otros implicados, es de conocimiento público, muchos con detención
preventiva, una con detención domiciliaria y también existen personas que deben ser
llamadas a declarar en calidad de sindicados o investigados (Conclusión II.3.).
Ahora bien, conocidos los agravios expuestos por el apelante -hoy accionante-
contra Auto interlocutorio 30/2016 y los fundamentos desarrollados por las
autoridades ahora demandadas mediante el Auto de Vista 131/2016, corresponde a
este Tribunal Constitucional Plurinacional emitir pronunciamiento sobre los
aspectos cuestionados por el accionante en la presente acción de libertad, en el
siguiente orden:
i) Sobre el peligro de fuga establecido en el art. 234.1 del CPP, a través de la
presente acción tutelar se denunció que los Vocales hoy demandados se pronunciaron de
oficio y ultra petita, valorando prueba que presentó ante la Jueza ahora codemandada
para lo cual no tiene facultad, concluyendo que el certificado de trabajo y documentos
de la empresa que lo extendió “…‘no [son] suficiente[s] para acreditar la actividad lícita
que alega y argumenta el imputado’…” (sic), aspectos que agravarían su situación
vulnerando los arts. 124, 236.3, 398 y 400 del CPP; al respecto, este Tribunal considera
que los Vocales ahora demandados efectuaron la revisión integral de los antecedentes,
de los elementos de prueba aportados y los fundamentos esbozados por la Jueza hoy
codemandada; asimismo, el análisis desplegado, no agrava la situación del accionante
en su perjuicio debido a que el referido riesgo procesal no fue desvirtuado ante esa
autoridad judicial, por lo que se encontraba subsistente, no siendo por ello su
consideración arbitraria, pues ello emerge -se reitera- de la valoración integral realizada
por el Tribunal de alzada;
ii) Con relación al art. 234.2 del CPP, el accionante en esta acción de libertad
denunció que el razonamiento de los Vocales hoy demandados se aleja no solo de la
apelación formulada sino también de lo expresado por la Jueza ahora codemandada,
generando la imposibilidad de que su persona pueda demostrar su permanencia en el
país y que no se ocultará, además de invertir la carga probatoria de forma contraria al
art. 6 del mencionado Código;
Sobre tal reclamación se puede precisar que los Vocales hoy demandados al referir que:
“…para las salidas a países limítrofes no se requiere pasaporte sino simple y llanamente
la cedula de identidad, inclusive nos atrevemos a ser más amplios en nuestros
fundamentos, porque para las salidas a países vecinos como Perú y Argentina por
ejemplo, por las amplias fronteras ni siquiera la cedula de identidad se constituye en un
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documento válido…” (sic), de manera concisa y clara establecen los razonamientos por
los que asumen la concurrencia de ese peligro procesal que tampoco es contrario a la
finalidad que tienen las medidas cautelares, que tienen como objeto asegurar la
presencia del imputado y los emergentes resultados del proceso penal, siendo además
que la carga de la prueba corresponde a toda persona que tiene una pretensión o debe
demostrar o desvirtuar un hecho o circunstancia, quien tiene asimismo el deber procesal
de adjuntar la prueba para respaldar su pretensión, aspecto por el cual no se advierte una
insuficiente fundamentación y motivación en los argumentos expuestos por las
autoridades ahora demandadas;
iii) En cuanto al art. 234.10 del CPP, el accionante denunció que los Vocales hoy
demandados no solo no fundamentaron de qué manera su persona se constituiría un
peligro para la víctima, sino que agravaron su situación jurídica, se señaló que en virtud
al tipo penal previsto en el art. 174 del CP y el bien jurídico que garantiza el mismo
“delitos contra la función pública- delitos contra la actividad judicial”, la víctima no
solo es el denunciante, sino todos los administrados del Órgano Judicial, el Ministerio
Público, la Policía Boliviana y el mundo litigante del Estado Plurinacional de Bolivia,
de forma subjetiva y sin respaldar con elemento de prueba alguno;
En ese marco y de la revisión de la fundamentación efectuada por los Vocales ahora
demandados en relación a los aspectos cuestionados, se debe señalar que el Auto de
Vista radica en la trascendencia que los Vocales hoy demandados asignan al delito
atribuido al imputado -en ejercicio de la abogacía- como es consorcio de jueces, fiscales
policías y abogados, las actuaciones en las cuales estuvo implicada la Resolución de
imputación formal emitida por una ex autoridad fiscal, que en la oficina de otro de los
abogados implicados se encontraron tres cuadernos de control jurisdiccional, flash
memories, las hojas firmadas en blanco por su parte, y a quienes afectaron sus
actuaciones, aspectos por los cuales concluyeron en mantener la concurrencia de dicho
peligro; sustento argumentativo que no se advierte carezca de fundamentación y
motivación, en razón de que explica suficientemente las razones por las que a criterio de
los Vocales ahora demandados el mismo persistiría en su concurrencia;
iv) En cuanto al peligro de obstaculización contenido en el art. 235.1 del CPP, el
accionante denunció que los Vocales hoy demandados, sin que la Jueza ahora
codemandada haya fundamentado sobre este riesgo procesal con documento probatorio
alguno, de oficio y en su perjuicio señaló que hubiera intentado modificar prueba, sin
mencionar elemento de prueba alguno, refiriendo que en base al principio de libertad
probatoria prevista por el art. 171 del CPP, las pruebas en general -testificales,
periciales, documentales, materiales, inspección, y reconstrucción-, podrían ser objeto
de modificación, y si bien menciona dos hojas firmadas en blanco, las mismas no fueron
ofrecidas como elemento de prueba por el Ministerio Público; además, no se explicó de
qué manera su persona puede destruir, modificar, suprimir y/o falsificar los mismos,
siendo un fallo generalizado con suposiciones y presunciones;
Con relación a los aspectos denunciados respecto a dicho riesgo procesal, corresponde
señalar que en la fundamentación efectuada por los Vocales ahora demandados, si bien
no se mencionó de manera individualizada la prueba -testifical, pericial, documental,
material, de inspección y reconstrucción-, indicó que toda prueba podría ser utilizada
por las partes para ayudar a la averiguación de la verdad histórica de los hechos, la
misma que pudiera ser destruida, modificada, suprimida y/o falsificada; igualmente, se
hizo mención a dos hojas firmadas en blanco, que se constituyen en elementos de
prueba en su contra mientras un examen pericial no determine lo contrario.
Razonamientos que a partir de la existencia de la libertad probatoria puesta de
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manifiesto por los Vocales hoy demandados, denotan las suficientes convicciones por
las cuales asumen la concurrencia de ese peligro de obstaculización;
v) En relación al art. 235.2 del CPP, el accionante denunció que los Vocales ahora
demandados afirmaron que su persona podría intentar influir de forma negativa en
partícipes, testigos o peritos y supliendo la fundamentación que efectuó la Jueza hoy
codemandada, sin contar con elemento probatorio que demuestre que su persona intentó
o logró influir negativamente en algún testigo, partícipe o perito, que además de existir
debió generarse hasta antes de la audiencia de consideración de medidas cautelares y no
para el futuro; al respecto, como se tiene supra expuesto los Vocales ahora demandados,
señalaron que debido a la existencia de varios implicados, la finalidad de dicho riesgo
procesal es que el imputado -ahora accionante- no influya en los mismos y que
encontrándose la causa en etapa preparatoria, no podía exigirse al representante del
Ministerio Público que en ese momento y a tiempo de emitir Resolución de imputación
formal, consigne los nombres, apellidos e identificación plena de los testigos y peritos
por razones de estrategia investigativa; argumentos que expresan el razonamiento
intelectivo realizado por los Vocales hoy demandados en el análisis realizado con
relación a este peligro procesal, que responde a la trascendencia y naturaleza del tipo
penal investigado conforme se expuso precedentemente, aspecto por el cual no se
advierte la alegada omisión de fundamentación;
vi) De la misma manera con relación al art. 235.3 del CPP, el accionante denunció
que los Vocales ahora demandados confunden los hechos y los utilizan como elementos
probatorios para respaldar la concurrencia de este riesgo procesal, atentando contra el
principio de inocencia; al respecto, las autoridades judiciales hoy demandadas al
fundamentar que la previsión normativa citada en cuanto a la influencia ilegal o
ilegítima en administradores de justicia y/o funcionarios del sistema judicial no está
circunscrita al proceso que se investiga, asumiendo una aplicación genérica, precisando
además que el Ministerio Público en la imputación formal llegó a la conclusión que “…
el imputado si tuvo acceso a un fiscal de entonces, si tuvo acceso a una autoridad
judicial…” (sic); efectuaron un análisis integral de los antecedentes con una
fundamentación clara y suficiente que denota las razones por la cuales encuentran
concurrente el peligro de obstaculización objeto de análisis; y,
vii) En relación al art. 235.4 del CPP, el accionante denunció que los Vocales ahora
demandados, al igual que la Jueza hoy codemandada, señalan que al concurrir los
numerales 1, 2, 3 del art. 235 del CPP, también concurriría ese riesgo procesal,
añadiendo simplemente que “…existen otros implicados, es de conocimiento público,
muchos con detención preventiva, una con detención domiciliaria y también existen
personas que deben ser llamadas a declarar en calidad de sindicados o investigados…”
(sic), incurriendo en una generalidad al no referir qué elementos de prueba o cuál la
conducta realizada por su persona desde el inicio de la investigación hasta la realización
de la audiencia de aplicación de medidas cautelares por la que hubiera inducido a otros,
aspecto que tampoco fue acreditado por el Ministerio Público con prueba, siendo una
apreciación subjetiva y general.
Al respecto, el fundamento utilizado por los Vocales ahora demandados sobre que aún
existen personas que deben declarar y que la concurrencia de los anteriores peligros de
obstaculización -art. 235. 1, 2 y 3 del CPP- hacen que el riesgo analizado se encuentre
subsistente, resulta ser un fundamento razonable, toda vez que como sostuvo la SC
0012/2006-R de 4 de enero: “Cabe precisar que la expresión 'evaluación integral' que
utilizan ambos preceptos glosados, implica que el órgano jurisdiccional debe hacer un
test sobre los aspectos positivos o negativos (favorables o desfavorables) que informan
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el caso concreto, de cara a los puntos fijados por la ley para medir tanto el riesgo de
fuga como el de obstaculización; de tal modo que de esa compulsa integral, se llegue a
la conclusión razonada sobre si existe o no riesgo de fuga u obstaculización. En esta
evaluación, unos puntos pueden reforzar, o por el contrario enervar o eliminar los
riesgos aludidos; lo cual, naturalmente, debe ser expuesto por el juez en la resolución
que emita de manera coherente, clara y precisa”; valoración o evaluación integral que
fue considerada por los Vocales hoy demandados a tiempo de acreditar la concurrencia
de este riesgo procesal.
Con tales argumentos se concluye que los Vocales ahora demandados, a tiempo de
declarar la improcedencia del recurso de apelación incidental interpuesto por el hoy
accionante, confirmando el Auto interlocutorio 30/2016 que dispuso su detención
preventiva, no incurrieron en la vulneración de los derechos alegados como vulnerados
en la presente acción tutelar, toda vez que cumplieron con su obligación jurisdiccional
de fundamentar y motivar el Auto de Vista 131/2016 -hoy cuestionado- conforme se
tiene glosado en el Fundamento Jurídico III.1. de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, por lo que corresponde denegar la tutela solicitada.
III.3. Otras Consideraciones
Este Tribunal, dentro de la atribución establecida en el art. 202.6 de la CPE, advierte
que no obstante haberse emitido la Resolución 31/2016 de 11 de agosto -que resuelve la
presente acción de libertad-, la misma recién fue remitida en revisión el 17 de agosto de
2016, conforme se tiene de la guía de courier cursante a fs. 122, desconociendo el plazo
establecido en los arts. 129.IV de la Norma Suprema y 38 del CPCo, correspondiendo
ante dicha demora llamar la atención a los Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia
Penal Octavo de la Capital del departamento de La Paz.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al denegar la tutela impetrada, adoptó la
decisión correcta.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad
que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución
31/2016 de 11 de agosto, cursante de fs. 113 a 117 vta., pronunciada por el Tribunal de
Sentencia Penal Octavo de la Capital del departamento de La Paz, y en consecuencia:
1° DENEGAR la tutela solicitada, en base a los fundamentos expuestos supra.
2° Llamar la atención a Karina Eley Palacios Tellez, Armando Herrera Huarachi y
Ramiro Quenta Mayta, Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Octavo de la
Capital del departamento de La Paz, constituido en Tribunal de garantías, conforme al
Fundamento Jurídico III.3. de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
MAGISTRADA
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