Está en la página 1de 14

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1173/2016-S3

Sucre, 26 de octubre de 2016


SALA TERCERA
Magistrada Relatora:   Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente:                  16165-2016-33-AL
Departamento:             La Paz
En revisión la Resolución 31/2016 de 11 de agosto, cursante de fs. 113 a 117 vta.,
pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Ricardo Nogardo Blanco
Salazar contra Grover Jhonn Cori Paz y Ángel Arias Morales, Vocales de la Sala
Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y, Rosmery
Lourdes Pabón Chávez, Jueza de Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia
hacia la Mujer Segunda de la Capital del mismo departamento.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Por memorial presentado el 10 de agosto de 2016, cursante de fs. 83 a 98, el accionante
manifestó que:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Dentro del proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del delito de
consorcio de jueces, fiscales, policías y abogados, mediante Auto interlocutorio 30/2016
de 22 de abril, la Jueza ahora codemandada dispuso su detención preventiva,
incumpliendo el art. 124 del Código de Procedimiento Penal (CPP), toda vez que no
sustentó el citado Auto con una adecuada fundamentación al establecer existencia de los
riesgos procesales, por lo que en la misma audiencia interpuso recurso de apelación
incidental; empero, los Vocales hoy demandados mediante Auto de Vista 131/2016 de
11 de mayo, confirmaron el referido Auto apelado, sin una adecuada fundamentación,
motivación, congruencia y valoración de la prueba, debido a que:
Con relación al peligro de fuga establecido en el art. 234 del CPP, el Tribunal de alzada
respecto al numeral 1, se pronunció de oficio y de forma ultra petita, debido a que su
persona no impugnó el mismo, y además valoró prueba que presentó ante la Jueza de
primera instancia -ahora demandada- para lo cual no tenía facultad, concluyendo que el
certificado de trabajo y documentos de la empresa que lo extendió “…‘no [son]
suficiente[s] para acreditar la actividad lícita que alega y argumenta el imputado’…”
(sic) agravando su situación y emitiendo un criterio en su perjuicio, contradiciendo a la
jurisprudencia constitucional sostenida en las Sentencias Constitucionales
Plurinacionales 1215/2012 de 6 de septiembre y 0339/2012 de 18 de junio, y
vulnerando los arts. 124, 236 inc. 3), 398 y 400 del CPP; en cuanto al numeral 2, refirió
oficiosamente y en su perjuicio que su pasaporte no se constituye en un documento que
llegaría a imposibilitar su salida a países vecinos bastando para dicho efecto su cédula
de identidad, debido a la amplitud de las fronteras, generando la imposibilidad de que su
persona pueda demostrar su permanencia en el territorio nacional, invirtiendo la carga
probatoria a su persona de forma contraria a lo previsto en el art. 6 del mencionado
Código, que establece que: “La carga de la prueba, corresponde a los acusadores y se
prohíbe toda presunción de culpabilidad…”, ya que no analizó elementos de prueba
ofrecidos por el Ministerio Público o el querellante; asimismo, señaló que tiene la
facilidad de permanecer oculto debido a que fue aprehendido después de muchos días
de sucedidos los hechos, alejándose no solo de la apelación formulada sino del Auto
interlocutorio 30/2016 que no hizo referencia a dichos extremos, y sin considerar que su
persona se presentó voluntariamente ante el Ministerio Público; acerca del numeral 10,
no explicó de qué manera su persona constituiría en peligro para la víctima, y agravando
P á g i n a 1 | 14
su situación, indicó que no solo el denunciante Jhonny Walber Castelu Coca, es una
víctima sino todos los administrados del Órgano Judicial y del Ministerio Público, el
mundo litigante, refiriendo que “…el imputado se constituye en un peligro efectivo para
la víctima de la administración de justicia (…) víctimas son todos los que acuden al
derecho de acción (…) al Ministerio Público y a la Policía Boliviana inclusive a
estrados judiciales…” (sic), aspectos incongruentes, ya que en la imputación formal
únicamente se identificó una víctima y la Jueza ahora codemandada sostuvo que él no
tiene antecedentes conforme a su Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP),
por lo que dicha conclusión no se encuentra respaldada con elemento de prueba alguno,
tampoco describió la conducta en la que habría incurrido para intentar influir a la
víctima señalada por el Ministerio Público o en alguna de las víctimas generalizadas de
todo el territorio nacional.
Con relación al peligro de obstaculización previsto en el art. 235 del CPP, el Tribunal de
alzada en cuanto al numeral 1, sin que la Jueza ahora codemandada hubiera
fundamentado sobre este riesgo procesal con documento probatorio alguno, de oficio y
en su perjuicio señaló que hubiera intentado modificar prueba, sin mencionar elemento
de prueba alguno, refiriendo que en base al principio de libertad probatoria prevista por
el art. 171 del mencionado Código, las pruebas en general -testificales, periciales,
documentales, inspección y reconstrucción-, podrían ser objeto de modificación, y si
bien menciona dos hojas firmadas en blanco, las mismas no fueron ofrecidas como
elemento de prueba por el Ministerio Público; además, no se explicó de qué manera su
persona puede destruir, modificar, suprimir y/o falsificar los mismos, siendo un fallo
generalizado con suposiciones y presunciones contraviniendo lo establecido en las
SSCC 0514/2007-R y 1683/2005-R; y, la SCP 0006/2012; respecto al numeral 2,
indicó que su persona podría intentar influir de forma negativa en partícipes, testigos o
peritos, y supliendo la fundamentación que efectuó la Jueza hoy codemandada, indicó
que: “…‘no se requiere se den los nombres de los otros implicados, testigos y
peritos’…” (sic), agravando su situación -art. 400 del CPP- e incumpliendo con la SC
“1147/2006-R” que sostiene que se debe evaluar de forma objetiva la existencia de
suficientes elementos de convicción, los mismos que deben ser valorados conforme a su
conducta durante la investigación; entonces, si bien manifestó que se encontraron flash
memories y una Central Processing Unit (CPU) que requieren ser analizados por
especialistas y señaló que lo mismo sucedería con las declaraciones de los involucrados
en el proceso, asume la extensión investigadora del Ministerio Público que denota
parcialidad en su perjuicio, sin contar con elemento probatorio presentado que
demuestre que su persona intentó o logró influir negativamente en algún testigo,
partícipe o perito; asimismo, la exigencia de determinar una supuesta influencia
negativa debe generarse hasta antes de la audiencia de medida cautelar y no para el
futuro; en relación al numeral 3, sin elemento de prueba ni fundamentación, indicó que:
‘“…es genérica la aplicación, porque nos dice que el imputado influya ilegalmente o
ilegítimamente a los magistrados, hace la enunciación de funcionarios y empleados del
sistema de administración de justicia”’ (sic) además que ‘“…el imputado si tuvo acceso
a un fiscal de entonces (…) si fueron autoridades del Ministerio Público y fueron
autoridades…”’ (sic) del Órgano Judicial; sin embargo, confundió los hechos que se
encuentran en investigación y los utilizó como elementos probatorios para respaldar la
concurrencia de este riesgo procesal, atentando contra el principio de inocencia;
respecto al numeral 4, al igual que la Jueza ahora codemandada, señaló que al concurrir
los numerales 1, 2, 3 del art. 235 del CPP, también concurriría ese riesgo procesal,
añadiendo simplemente que: ‘“…existen otros implicados, es de conocimiento público,
muchos con detención preventiva, una con detención domiciliaria y también existen
P á g i n a 2 | 14
personas que deben ser llamadas a declarar en calidad de sindicados o investigados…”’
(sic), incurriendo en una generalidad al no referir qué elementos de prueba o cuál la
conducta realizada por su persona desde el inicio de la investigación hasta la realización
de la audiencia cautelar por la que hubiera inducido a otros, aspecto que tampoco fue
acreditado por el Ministerio Público con prueba, siendo una apreciación subjetiva y
general.
I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados
El accionante denuncia como lesionados sus derechos a la libertad, al debido proceso en
su vertiente fundamentación, motivación, congruencia, valoración razonable de la
prueba, tutela jurisdiccional eficaz, presunción de inocencia y “seguridad jurídica”,
citando al efecto los arts. 115 y 116.I de la Constitución Política del Estado (CPE); 11
de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 7 y 8 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; y, 9 y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (PIDCP).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela; y en consecuencia, se declare que en el presente caso no
concurren los riesgos procesales antes señalados como injustamente se estableció
mediante Auto interlocutorio 30/2016 de 22 de abril, emitido por la Jueza ahora
codemandada, y que fue confirmado por el Auto de Vista 131/2016 de 11 de mayo,
pronunciado por los Vocales hoy demandados, disponiendo además que su persona
asuma defensa del proceso en libertad.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública de 11 de agosto de 2016, según consta en el acta
cursante de fs. 107 a 112, presente la parte accionante y ausentes las autoridades
judiciales ahora demandadas, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
El accionante a través de su abogado ratificó el contenido de su memorial de acción de
libertad.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
Grover Jhonn Cori Paz y Ángel Arias Morales, Vocales de la Sala Penal Tercera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante informe presentado el 11 de
agosto de 2016, cursante de fs. 104 a 105 vta., solicitaron se deniegue la tutela
impetrada, manifestando que: a) Debido al recurso de apelación interpuesto por la parte
imputada -ahora accionante- contra la Auto interlocutorio 30/2016 que dispuso su
detención preventiva, emitido por la Jueza ahora codemandada, se pronunció Auto de
Vista 131/2016; b) Se determinó que las razones para la detención preventiva del
imputado -hoy accionante- se encontraban claramente descritas en el Auto interlocutorio
30/2016 -arts. 233.1 y 2; 234.1, 2 y 10; y, 235.1, 2, 3 y 4 del CPP- y la fundamentación
del Tribunal de alzada se efectuó conforme a los argumentos del apelante, razón por la
cual no se emitió un pronunciamiento ultra petita, refiriéndose a lo siguiente: 1) En
relación al art. 234.1 y 2 del citado Código, se aplicó el principio de concordancia
práctica para resolver ese dilema y explicar en qué consistía el arraigo natural y social,
por lo que al no tener trabajo se llegó a determinar que no cuenta arraigo social, además
si no tiene domicilio no cuenta arraigo natural; 2) En cuanto al numeral 10 del art. 234
del Código antes mencionado, la víctima no solamente es Jhonny Walber Castelu Coca,
sino todos los administrados, haciendo un análisis comparativo y en base del principio
de concordancia práctica, considerando el ilícito atribuido al imputado -hoy accionante-
descrito por el art. 174 del Código Penal (CP) -consorcio de jueces, fiscales, policías y
abogados-; y, 3) Sobre el art. 235.1, 2, 3 y 4 del CPP, el Tribunal de alzada realizó la
fundamentación correspondiente en cuanto a la concurrencia de los mismos respecto a
P á g i n a 3 | 14
los argumentos contenidos en la Resolución de imputación formal y al principio de iura
novit curia; c) Al pronunciar el Auto de Vista 131/2016, se cumplió con las exigencias
establecidas por el art. 124 del CPP; es decir, que se encuentra debidamente motivado y
fundamentado con relación a los agravios esgrimidos por el apelante -hoy accionante-;
d) No se vulneró el valor libertad del imputado -ahora accionante-, más aun
considerando que conforme se evidencia del memorial de acción de libertad, el
accionante no mencionó de qué manera se lesionó el mismo, por el contrario, al emitir
el Auto de Vista 131/2016 se dio cumplimiento a las atribuciones reconocidas en el art.
58 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), con relación a las directrices fijadas por el art.
251 del CPP y el principio de limitación por competencia establecido en el art. 398 del
referido Código; e) Las medidas cautelares tienen carácter provisional y pueden ser
modificadas o revocadas en cualquier estado del proceso, conforme dispone el art. 250
del CPP, aspecto que debería ser considerado por el hoy accionante; y, f) El 31 de mayo
de 2016, se remitió el legajo de apelación ante el Juzgado de Instrucción Anticorrupción
y contra la Violencia hacia la Mujer Segundo de la Capital del departamento de La Paz.
I.2.3. Resolución
El Tribunal de Sentencia Penal Octavo de la Capital del departamento de La Paz,
constituido en Tribunal de garantías, mediante Resolución 31/2016 de 11 de agosto,
cursante de fs. 113 a 117 vta., denegó la tutela solicitada, con los siguientes
fundamentos: i) Respecto a que la Jueza ahora codemandada no hubiera valorado las
pruebas, corresponde señalar que la SCP 0903/2012 de 22 de agosto, estableció que la
valoración de la prueba constituye una facultad privativa de la jurisdicción ordinaria, en
ese sentido, el hoy accionante pretende que el Tribunal de garantías realice ese acto
reclamado, analice y revalorice la prueba; y por consiguiente, disponga su libertad pero
no puede pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva competencia de los
órganos jurisdiccionales; ii) La fundamentación y motivación se cumplió en todas las
observaciones que hizo el accionante en la apelación y cuando expresó que los Vocales
hoy demandados formularon aspectos que no fueron motivo de apelación y agravaron su
situación, no demostró cómo o de qué forma materialmente se agravó su situación legal
porque las autoridades judiciales hoy demandadas aclararon aspectos que se
consideraron en la audiencia de aplicación de medidas cautelares y eso no significa que
se extralimitaron o actuaron más allá de lo pedido. El accionante tampoco consideró que
una medida cautelar tiene carácter instrumental, no causa estado, es provisional y puede
interponer o solicitar cesación de la detención preventiva en cualquier momento
conforme establece el art. 251 del CPP; asimismo, se debe tomar en cuenta que el
nombrado hizo una exposición y fundamentación como si se tratara de una audiencia de
aplicación de medidas cautelares, porque se aboca a desvirtuar los riesgos procesales y
no cumple las características propias de la acción de libertad, además a pesar de indicar
que se encuentra indebidamente privado de libertad, no especificó cómo o de qué forma
es ilegal, pues cuando se sustanció audiencia de consideración de medidas cautelares, la
misma fue impugnada y mereció una Resolución debidamente fundamentada. Además,
la acción de libertad en su fundamentación escrita, se adecuaría más a una acción de
amparo constitucional conforme prevén los arts. 128 y 129 del CPE y 51 y ss. del
Código Procesal Constitucional (CPCo), puesto que habla de excesos, abusos y
arbitrariedades de las autoridades judiciales ahora demandadas expresadas en las dos
Resoluciones donde omitieron la fundamentación y motivación que determinaron su
detención preventiva; iii) Se debe considerar el extremo infundado del petitorio del
accionante indicando que se ordene la libertad para que pueda defenderse en ese estado,
desconociendo las resoluciones pronunciadas por autoridades competentes. En resumen,
en el caso concreto se advierte que el accionante pretende que sea el Tribunal de
P á g i n a 4 | 14
garantías, el que observe la fundamentación de la Jueza a quo -ahora codemandada- y
de los Vocales hoy demandados, valore la prueba y disponga su libertad, pero no
corresponde dicha pretensión; y, iv) Finalmente, el accionante no señaló cuáles son los
hechos o antecedentes fácticos que provocaron la vulneración de sus derechos para que
el Tribunal de garantías, identificando el objeto y causa de la problemática, corrija o
repare de forma inmediata los atentados contra la indebida privación de libertad o
cualquier otro acto u omisión; y si bien para las características de esta acción de defensa
no es necesario especificar los derechos considerados lesionados, sí debe existir una
mínima relación de hechos con el derecho vulnerado y de esa forma se pueda conceder
la tutela solicitada, pero por la relación de los hechos y los fundamentos del accionante,
se tiene que la misma se encuentra ausente en la presente acción de libertad, toda vez
que no demostró de forma objetiva la procedencia de ninguno de los precedentes del art.
46 y 47 del CPCo.
En vía de aclaración, enmienda y complementación el accionante a través de su
abogado, refirió que: a) El Tribunal de garantías fundamentó que se pretende la
revalorización de la prueba; sin embargo, en ninguna parte de la acción se hizo
referencia a ese aspecto, ya que no existió nunca un elemento de prueba presentado por
el Ministerio Público en la imputación formal y menos en la audiencia de consideración
de medidas cautelares; b) Lo que se reclamó es la falta de fundamentación que llevó a
su detención indebida; y, c) Por los fundamentos expuestos corresponde la procedencia
de la acción de libertad pues sus pretensiones no pueden ser tuteladas por la acción de
amparo constitucional.
Ante ello, el Tribunal de garantías, señaló que: 1) Con referencia al art. 53 inc. 5) del
CPP, este fue considerado debido a que en el mismo establece que los jueces de
sentencia penal son competentes para conocer la sustanciación y la resolución de acción
de libertad cuando sean planteadas ante dichas autoridades; 2) El accionante claramente
expresó que no se valoró adecuadamente los alcances determinados por la Jueza a quo -
ahora codemandada- respecto a los arts. 234 y 235 del citado Código, tomando en
cuenta que incluso se mencionó que la carga de la prueba se le habría atribuido, y que
las Sentencias Constitucionales establecieron que la carga de la prueba corresponden al
Ministerio Público y la parte querellante; sin embargo, la jurisprudencia precisó que en
una audiencia de consideración de medidas cautelares, la prueba es a la inversa o que
quien tiene que pedir la libertad demostrando que tiene domicilio, trabajo y que no
concurren los riesgos procesales, es el imputado dentro del presente proceso en una
audiencia de aplicación de medida cautelar; 3) Con referencia a la fundamentación y
revalorización de la prueba, se indicó que correspondía la acción de amparo
constitucional, porque el hoy accionante no especificó de qué forma ni precisó cuál el
derecho o la garantía que se vulneró dentro de lo establecido en los arts. 125 del CPE y
46 del CPCo; y, 4) El Tribunal de garantías emitió una Resolución clara y precisa
haciendo mención de la fundamentación que realizó el accionante.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan obrados, se establece lo
siguiente:
II.1.  Por Auto interlocutorio 30/2016 de 22 de abril, Rosmery Lourdes Pabón Chávez,
Jueza de Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia hacia la Mujer Segunda de la
Capital del departamento de La Paz -ahora codemandada- dispuso la detención
preventiva de Ricardo Nogardo Blanco Salazar -hoy accionante- por considerar la
concurrencia de los presupuestos de procedencia de la detención preventiva previstos en
el art. 233 del CPP y de los riesgos procesales contenidos en los arts. 234.1, 2 y 10; y,
235.1, 2, 3 y 4 del mencionado Código (fs. 24 a 28 vta.).
P á g i n a 5 | 14
II.2.  Cursa Acta de audiencia pública de fundamentación de apelación incidental de
medida cautelar celebrada el 11 de mayo de 2016, en la cual el ahora accionante expuso
los puntos de agravio contra el Auto interlocutorio 30/2016 (fs. 29 a 39 vta.).
II.3.  Mediante Auto de Vista 131/2016 de 11 de mayo, Grover Jhonn Cori Paz y
Ángel Arias Morales, Vocales de la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz -hoy demandados- resolvieron declarar la improcedencia de los
argumentos expuestos por el ahora accionante; y en consecuencia, confirmaron el Auto
interlocutorio 30/2016 (fs. 40 a 52 vta.).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante denuncia la lesión de sus derechos a la libertad, al debido proceso en su
vertiente fundamentación, motivación, congruencia, valoración razonable de la prueba,
tutela jurisdiccional eficaz, presunción de inocencia y “seguridad jurídica”, por cuanto
la Jueza ahora codemandada, mediante Auto interlocutorio 30/2016 de 22 de abril,
dispuso su detención preventiva incumpliendo el art. 124 del CPP, al establecer la
existencia de los riesgos procesales; a su vez, los Vocales hoy demandados mediante
Auto de Vista 131/2016 de 11 de mayo, confirmaron el indicado Auto interlocutorio,
considerando latentes y concurrentes los peligros de fuga y obstaculización contenidos
en los arts. 234.1, 2 y 10; y, 235.1, 2, 3 y 4 del referido Código, incurriendo en las
siguientes actuaciones indebidas:               i) Pronunciándose ultra petita sobre aspectos
que no fueron cuestionados en su apelación ni fundamentados en el citado Auto
interlocutorio, en su perjuicio y agravando su situación jurídica haciendo imposible el
desvirtuar los riesgos procesales, vulnerando así los arts. 124, 236.3, 398 y 400 del
citado Código; y,           ii) Valorando prueba -para lo cual no tiene facultad- que no fue
mencionada por el Ministerio Público en la imputación formal, invirtiendo con esa
actuación la carga probatoria a su persona.
En consecuencia, corresponde verificar en revisión, si tales extremos son evidentes a fin
de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1.   Sobre la obligación del juzgador de fundamentar y motivar las resoluciones
judiciales que dispongan, modifiquen o mantengan una medida cautelar.
Jurisprudencia reiterada
“El Tribunal Constitucional, ha desarrollado amplia jurisprudencia sobre cuáles son
las condiciones y formalidades que debe cumplir la resolución que disponga una
medida cautelar de carácter personal de detención preventiva de un imputado y/o
imputada, a través de la SC 1141/2003 de 12 de agosto, citada a su vez por la SC
0089/2010-R de 4 de mayo, sosteniendo que: ‘...la aplicación de una medida cautelar
de carácter personal en el ámbito procesal penal debe cumplir con las condiciones de
validez legal, lo que significa que, la autoridad judicial competente, para adoptar la
decisión de aplicar la detención preventiva, de una parte, está obligado a verificar y
determinar la concurrencia de los requisitos previstos por el art. 233 CPP, para lo que
deberá contrastar la solicitud fundamentada del Ministerio Público con los elementos
de prueba presentados sobre la concurrencia de los requisitos, en el marco de las
normas previstas por los arts. 234 y 235 CPP; de otra parte, deberá fundamentar en
derecho la decisión de aplicar la medida cautelar de carácter personal, pues tomando
en cuenta que uno de los principios fundamentales inherentes al Estado Democrático
de Derecho es la motivación de las decisiones de las autoridades públicas, el juez está
obligado a expresar los motivos de hecho y de derecho en que se basa su convicción
determinativa de la concurrencia de los requisitos, así como el valor otorgado a los
medios de prueba, esa fundamentación no puede ser reemplazada por la simple
relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes; de modo
que está obligado a expresar los presupuestos jurídicos que motivan la medida, con
P á g i n a 6 | 14
cita de las normas legales aplicables y la descripción clara y objetiva de los elementos
de convicción concurrentes’.
En cuanto al Tribunal de apelación, la citada SC 0089/2010-R, señaló: ‘…está
obligado igualmente a dictar una resolución debidamente fundamentada sobre la
necesidad de aplicar dicha medida cautelar de carácter personal, explicando la
concurrencia de los dos requisitos determinados en el art. 233 del CPP. En ese sentido,
se ha establecido que el Tribunal de apelación, está obligado a motivar y fundamentar
su Resolución, precisando los elementos de convicción que le permiten concluir en la
necesidad de revocar las medidas sustitutivas y aplicar la detención preventiva; a cuyo
efecto, debe también justificar la concurrencia de los presupuestos jurídicos exigidos
por el art. 233 del CPP y una o varias de las circunstancias señaladas por los arts. 234
y 235 del CPP, mediante una resolución debidamente fundamentada, conforme exige el
art. 236 del CPP, puesto que sólo cuando se han fundamentado debidamente estas dos
situaciones, se puede disponer la detención preventiva’.
Así también, la SC 0782/2005-R de 13 de julio, determinó que: ‘Ahora bien, la
exigencia de pronunciar una resolución motivada en la que se establezca la
concurrencia de los requisitos de validez para determinar la detención preventiva,
entendiendo por motivo fundado a aquél conjunto articulado de hechos que permiten
inferir de manera objetiva que la persona imputada es probablemente autora de una
infracción o partícipe de la misma y que existe riesgo de fuga y/u obstaculización de la
averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez cautelar, sino también al tribunal
que conozca en apelación la resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas
cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo,
modificadas, ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine disponer
la detención preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo suficientemente
motivada, en la que se exprese la concurrencia de los dos requisitos que la ley impone
para la procedencia de esa medida cautelar’.
De lo que se concluye que la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es
exigible al momento de disponer la detención preventiva, sino también cuando se
rechaza la solicitud de cesación de la detención preventiva, se determine la sustitución
o modificación de esa medida o, finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la
fundamentación se exige tanto en las resoluciones pronunciadas en primera instancia,
como aquellas emitidas en apelación y en toda decisión judicial conforme establece el
art. 124 del CPP” (SCP 0339/2012 de 18 de junio).
III.2.   Análisis del caso concreto
         Conocida la problemática venida en revisión, con carácter previo, corresponde
aclarar que el análisis de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, se
circunscribirá al Auto de Vista 131/2016 de 11 de mayo, emitido por los Vocales hoy
demandados, quienes tuvieron la oportunidad de reparar las presuntas vulneraciones en
las que hubiera incurrido la Jueza ahora codemandada al emitir el Auto interlocutorio
30/2016 de 22 de abril.
De la revisión de antecedentes en directa relación con las denuncias expuestas a través
de la acción de libertad, se tiene que:
        
         El hoy accionante interpuso recurso de apelación incidental contra el Auto
interlocutorio 30/2016 -que dispuso su detención preventiva-, manifestando los
siguientes agravios (Conclusión II.2.):
a)      La imputación formal no cumple con lo que prevé el art. 233.1 del CPP, en cuanto
a la descripción del hecho punible, carece de especificidad y certeza respecto al ilícito
P á g i n a 7 | 14
sancionado en el art. 174 del CP, debido a que únicamente hace referencia al contacto
con algún Vocal, Fiscal de Materia o abogado, pero no indicó si producto de esa
supuesta asociación existiría algún beneficio económico indebido e ilícito, para la
configuración del tipo penal;
b)      En relación al peligro de fuga contemplado en el art. 234.2 del CPP, en la
imputación formal no se señaló ni demostró a través de ningún elemento de prueba que
su persona tendría la facilidad para abandonar el país o permanecer oculto y a pesar que
en audiencia de consideración de medidas cautelares presentó su pasaporte, acreditando
que no saldría del país, la Jueza ahora codemandada refiere que no tiene familia,
domicilio y trabajo, por lo que no tendría un arraigo natural y social, sin fundamentar en
qué consisten los mismos para poder desvirtuarlos;
c)       Respecto al art. 234.10 del CPP, la Jueza ahora codemandada refirió que su
persona sería un peligro para la víctima o el denunciante refiriendo únicamente que ‘“…
existe una víctima denunciante habría sido presentado la denuncia respecto a dos
amparos constitucionales y siendo objeto de dicho proceso investigativo por el delito de
consorcio de jueces, fiscales, policías y abogados, la suscrita considera que este riesgo
se encuentra presente porque efectivamente sería un peligro para la víctima”’ (sic);
empero, sin mencionar elementos de prueba para fundamentar dicha conclusión, por lo
que no se puede presumir que influirá en la víctima, incumpliéndose así con el art.
“123” del citado Código;
d)      En cuanto al peligro de obstaculización previsto en el art. 235.1 del CPP, la Jueza
ahora codemandada señaló que su persona podría destruir, modificar, ocultar y suprimir
los elementos de prueba que establecerían la verdad histórica de los hechos,
encontrándose en etapa investigativa; empero, no determinó si desde el inicio de
investigaciones hasta la audiencia de consideración de medidas cautelares incurrió en
esa actuación, tampoco refirió en qué actos;
e)      Se estableció como concurrentes los riesgos procesales contenidos en el art. 235.2,
3 y 4 del CPP, cuando en la imputación formal no se hizo referencia a dichos riesgos, y
la falta de certeza de la misma no podía ser utilizada por la Jueza hoy codemandada para
acreditar su concurrencia;
f)       Sobre el art. 235.2 del CPP, la Jueza ahora codemandada indicó que su persona
podría influir negativamente sobre testigos sin señalar quienes eran los mismos ni
mencionar elementos de prueba, se habla de ese peligro de forma futura cuando la SC
“0224/2004” indicó que dicho riesgo procesal tiene que haberse intentado o cometido
hasta la audiencia de consideración de medidas cautelares;
g)      Respecto al art. 235.3 del CPP, la Jueza ahora codemandada refirió que su persona
podría influir en Vocales, Jueces, Fiscales y policías, debido a la relación con Elías
Fernando Ganam Cortez -que antes era Vocal- y otros fiscales, pero ahora ellos no son
autoridades sino imputados en ese proceso, por lo tanto la fundamentación es incorrecta,
y tampoco se hizo referencia a la existencia de elementos de prueba que señale que trató
de influir a los fiscales que se encuentran a cargo del proceso “…Jenny Quispe, el Dr.
Saravia, el Dr. Marco Vargas o si que él intentado influir en la Juez Segundo de
Instrucción Cautelar”’ (sic); y,
h)      En cuanto al art. 235.4 del CPP, fue considerado señalando que su persona podría
inducir a otros a realizar las acciones descritas en los numerales 1, 2 y 3 del art. 235 del
citado Código, solo porque concurrirían los mismos; empero, la Jueza ahora
codemandada no realizó ninguna fundamentación al respecto.
 
Conocidos los puntos de agravio expuestos por el accionante, corresponde señalar
que a través de Auto de Vista 131/2016, los Vocales hoy demandados declararon la
P á g i n a 8 | 14
improcedencia de la apelación incidental formulada, confirmando el Auto
interlocutorio 30/2016 (Conclusión II.3.), con los siguientes fundamentos:
1)      Respecto a que la imputación formal no cumpliría con el art. 233.1 y 2 del CPP,
como la ausencia de descripción punible del hecho, carencia de especificidad y certeza
del ilícito penal previsto en el art. 174 del CP, así como la descripción de los peligros de
obstaculización, se estaría cuestionando la fundamentación de la Resolución de
imputación formal contra la cual la parte imputada podría acudir a otros institutos
procesales previstos como el incidente de actividad procesal defectuosa, debido a que en
audiencia de consideración de medidas cautelares se analiza únicamente la concurrencia
de los arts. 233, 234 y 235 del CPP; y con relación a la probabilidad de autoría -art.
233.1 del mismo Código- la imputación formal en el apartado III, hace referencia a
veinte elementos de convicción entre los cuales se encuentra el “N° 12” correspondiente
al cuaderno de investigaciones LPZ1301745 de la División Económicos Financieros del
cual se evidencia que el apelante fungía como abogado conjuntamente con el “…
abogado Flores…” (sic) y que a solo un apersonamiento de solicitar la imputación
formal, Carlos Hugo Rivero Marín como Fiscal de Materia emite la misma para luego
ser llevada en la oficina de otra de las personas implicadas en el presente caso; en
cuanto al “N° 13” se tienen encontrada en la oficina del abogado Milton Hugo Mendoza
Miranda una caja fuerte con llave que evidencia que el dinero tendría otro destino
dentro del consorcio; respecto al “N° 15” se tienen dos hojas en blanco firmadas por el
apelante colectadas en la oficina de la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental
de Justicia de La Paz, evidenciándose que trabajaba con otras personas que están en el
proceso de investigación “…tres elementos de convicción suficiente en criterio de este
Tribunal de Apelación que orientan a afirmar que el imputado es con probabilidad autor
y partícipe de los hechos que se le atribuyen…” (sic) a los cuales se suman otros
diecisiete, como ser flash memories que están siendo analizados y cuadernos de control
jurisdiccional que involucran al imputado -hoy accionante-; el art. 233.1 del CPP solo
establece la probabilidad de autoría, por lo que la certeza no puede exigirse en la
imputación formal;
2)      A efectos de desvirtuar el art. 234.1 del CPP, el imputado -hoy accionante-
presentó un contrato de trabajo de fines de marzo de 2016 que se suscribió el 11 de abril
de igual año, pero no demostró que hubiera prestado servicios o si se trata de un trabajo
futuro, por lo cual se concuerda con la Jueza ahora codemandada, “…al llegar a
establecerse la existencia de este documento privado, llegar a establecerse el Número de
Identificación Tributaria y que dicha empresa en la que presuntamente prestaba
servicios el imputado, donde está registrado este contrato de trabajo, no se halla con
visto bueno del Ministerio de Trabajo, consiguientemente no es suficiente para acreditar
la actividad lícita que alega y argumenta el imputado” (sic), tampoco se expuso
fundamento alguno ni elemento de prueba para acreditar que tiene domicilio legalmente
constituido, aspecto por el cual concurre ese numeral;
3)      Respecto al art. 234.2 del CPP, si el imputado no tiene una actividad laboral
lícita es lógico y jurídico concluir que no tiene arraigo social y no habiendo acreditado
tener domicilio legalmente constituido tampoco tiene arraigo natural, y si bien el
imputado -hoy accionante- presentó su pasaporte a la Jueza ahora codemandada, para
las salidas a países limítrofes, no se requiere el mismo sino simple y llanamente la
cédula de identidad, por la amplitud de las fronteras. Este numeral hace referencia a las
salidas no solo fuera del departamento de La Paz sino del país u ocultación dentro del
territorio boliviano, más aún si la aprehensión se efectuó después de muchos días de
haber sucedido los hechos;

P á g i n a 9 | 14
4)      Con relación al art. 234.10 del CPP, al imputado -hoy accionante- se le atribuye
el ilícito descrito en el art. 174 del CP, que orienta a afirmar que no solamente el
denunciante Jhonny Walber Castelu Coca, resulta ser víctima, sino todos los
administrados del Órgano Judicial, el Ministerio Público y el mundo litigante, prueba de
esta afirmación se encuentra en que los Ministerios Público, de Transparencia
Institucional y Lucha contra la Corrupción, y de Justicia y el Consejo de la
Magistratura, afirmaron que el imputado -ahora accionante- estuvo implicado en una
Resolución de imputación formal emitida por una exautoridad fiscal; que en la oficina
de otro de los abogados implicados se encontraron tres cuadernos de control
jurisdiccional, flash memories, unas hojas firmadas en blanco por el apelante que no
tienen incidencia directa con Jhonny Walber Castelu Coca, pero sí con otras víctimas
del delito atribuido, como son la administración de justicia que se ejerce en todo el
territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, todos los que acuden al Ministerio
Público, la Policía Boliviana y estrados judiciales, aspectos que serán corroborados en el
transcurso de la investigación;
5)      En cuanto al art. 235.1 del CPP, en base al principio de libertad probatoria -art.
171 del referido Código- son elementos de prueba reconocidos por el art. 193 del citado
Código, las testificales, periciales, documentales materiales, inspección, reconstrucción
y todas las que puedan valerse las partes dentro del presente caso, la finalidad de dicho
peligro procesal es evitar que se destruya, modifique, oculte, suprima, y/o falsifique
elementos de prueba; asimismo, respecto al elemento de convicción mencionado en la
Resolución de imputación formal “N° 15” con relación a dos hojas en blanco firmadas
por el imputado -ahora accionante- colectados en la oficina del nombrado, en las que se
evidencia que trabajaba con otras personas que están en proceso de investigación, se
indicó que nadie puede firmar hojas en blanco y si bien el imputado -hoy accionante-
señaló que no signó las mismas sino otros implicados dentro de esa caso, deben ser los
peritos correspondientes los que cooperen con la aclaración de tal extremo; así, la única
finalidad y la concurrencia de este peligro procesal es que el imputado -ahora
accionante- también tenga la verdad material de los hechos que se vienen investigando
conforme al art. 180 de la CPE;
6)      En cuanto al art. 235.2, 3 y 4 del CPP, la parte apelante efectuó dos
cuestionamientos respecto a la concurrencia de los peligros procesales; la primera, en
sentido que la Resolución de Imputación Formal no habría especificado los mismos
llegando a realizar un análisis comparativo con el art. 234 del referido Código. Sobre
ese particular, la referida imputación formal en el apartado VII -aplicación de medidas
cautelares- hace mención a la concurrencia del art. 235 del CPP, también consigna “…
num[erales] 2, 3, 4 y eso es lo que ha extrañado la parte imputada…” (sic); existe un
principio de iura novit curia y además el imputado -hoy accionante- no se defiende de
normas legales sino de hechos;
7)      En relación al art. 235.2 del CPP, en el caso existen varios implicados y
precisamente lo que pretende ese peligro procesal es que el imputado -hoy accionante-
no influya en los mismos “…objetivamente se entiende que no se requiere se den los
nombres de los otros implicados, testigos o peritos; no debe perder de vista la parte
imputada que la Resolución de Imputación Formal se dio en un primer momento, luego
de haber prestado su declaración informativa y haber sido aprehendido y la etapa
preparatoria recién está en curso, en esa línea mal podía exigirse al representante del
Ministerio Público que en ese momento y a tiempo de emitir Resolución de Imputación
Formal, ya consigne testigos los nombres y apellidos y su identificación plena en su
caso a los peritos, porque para eso está precisamente la etapa preparatoria…” (sic), se
entiende que por razones de estrategia investigativa, el Ministerio Público tampoco
P á g i n a 10 | 14
puede proporcionar de manera pública los nombres de quienes van a ser peritos -para el
análisis de los flash memories y una CPU- o de quienes van a ser testigos -debido a los
tres cuadernos de control jurisdiccional encontrados en la oficina de un abogado
implicado- concurriendo el mismo;
8)      Sobre el art. 235.3 del CPP, el imputado -hoy accionante- refirió que la
influencia en autoridades de la administración de justicia debe ser en el proceso;
empero, conforme al principio de legalidad previsto en el art. 180.I del CPE, el numeral
referido “…no establece ese requisitos o esa exigencia, no nos dice que este peligro
debe ser en este proceso que se viene investigando y en contra del imputado o los que
estuvieran implicados, sino es genérica la aplicación, porque nos dice que el imputado
influya ilegal o ilegalmente en (…) sistema de administración de justicia, se reitera es
genérico en éste o en todos los procesos…” (sic); asimismo, el Ministerio Público en la
imputación formal llegó a la concluir que “…el imputado si tuvo acceso a un fiscal de
entonces, si tuvo acceso a una autoridad judicial…” (sic); y,
9)      Con relación al art. 235.4 del CPP, al concurrir los numerales 1, 2 y 3 del mismo
artículo, analizados anteriormente, también concurre dicho peligro procesal, porque en
el caso que existan otros implicados, es de conocimiento público, muchos con detención
preventiva, una con detención domiciliaria y también existen personas que deben ser
llamadas a declarar en calidad de sindicados o investigados (Conclusión II.3.).
Ahora bien, conocidos los agravios expuestos por el apelante -hoy accionante-
contra Auto interlocutorio 30/2016 y los fundamentos desarrollados por las
autoridades ahora demandadas mediante el Auto de Vista 131/2016, corresponde a
este Tribunal Constitucional Plurinacional emitir pronunciamiento sobre los
aspectos cuestionados por el accionante en la presente acción de libertad, en el
siguiente orden:
i)     Sobre el peligro de fuga establecido en el art. 234.1 del CPP, a través de la
presente acción tutelar se denunció que los Vocales hoy demandados se pronunciaron de
oficio y ultra petita, valorando prueba que presentó ante la Jueza ahora codemandada
para lo cual no tiene facultad, concluyendo que el certificado de trabajo y documentos
de la empresa que lo extendió “…‘no [son] suficiente[s] para acreditar la actividad lícita
que alega y argumenta el imputado’…” (sic), aspectos que agravarían su situación
vulnerando los arts. 124, 236.3, 398 y 400 del CPP; al respecto, este Tribunal considera
que los Vocales ahora demandados efectuaron la revisión integral de los antecedentes,
de los elementos de prueba aportados y los fundamentos esbozados por la Jueza hoy
codemandada; asimismo, el análisis desplegado, no agrava la situación del accionante
en su perjuicio debido a que el referido riesgo procesal no fue desvirtuado ante esa
autoridad judicial, por lo que se encontraba subsistente, no siendo por ello su
consideración arbitraria, pues ello emerge -se reitera- de la valoración integral realizada
por el Tribunal de alzada;
ii)    Con relación al art. 234.2 del CPP, el accionante en esta acción de libertad
denunció que el razonamiento de los Vocales hoy demandados se aleja no solo de la
apelación formulada sino también de lo expresado por la Jueza ahora codemandada,
generando la imposibilidad de que su persona pueda demostrar su permanencia en el
país y que no se ocultará, además de invertir la carga probatoria de forma contraria al
art. 6 del mencionado Código;
Sobre tal reclamación se puede precisar que los Vocales hoy demandados al referir que:
“…para las salidas a países limítrofes no se requiere pasaporte sino simple y llanamente
la cedula de identidad, inclusive nos atrevemos a ser más amplios en nuestros
fundamentos, porque para las salidas a países vecinos como Perú y Argentina por
ejemplo, por las amplias fronteras ni siquiera la cedula de identidad se constituye en un
P á g i n a 11 | 14
documento válido…” (sic), de manera concisa y clara establecen los razonamientos por
los que asumen la concurrencia de ese peligro procesal que tampoco es contrario a la
finalidad que tienen las medidas cautelares, que tienen como objeto asegurar la
presencia del imputado y los emergentes resultados del proceso penal, siendo además
que la carga de la prueba corresponde a toda persona que tiene una pretensión o debe
demostrar o desvirtuar un hecho o circunstancia, quien tiene asimismo el deber procesal
de adjuntar la prueba para respaldar su pretensión, aspecto por el cual no se advierte una
insuficiente fundamentación y motivación en los argumentos expuestos por las
autoridades ahora demandadas;
iii)   En cuanto al art. 234.10 del CPP, el accionante denunció que los Vocales hoy
demandados no solo no fundamentaron de qué manera su persona se constituiría un
peligro para la víctima, sino que agravaron su situación jurídica, se señaló que en virtud
al tipo penal previsto en el art. 174 del CP y el bien jurídico que garantiza el mismo
“delitos contra la función pública- delitos contra la actividad judicial”, la víctima no
solo es el denunciante, sino todos los administrados del Órgano Judicial, el Ministerio
Público, la Policía Boliviana y el mundo litigante del Estado Plurinacional de Bolivia,
de forma subjetiva y sin respaldar con elemento de prueba alguno;
En ese marco y de la revisión de la fundamentación efectuada por los Vocales ahora
demandados en relación a los aspectos cuestionados, se debe señalar que el Auto de
Vista radica en la trascendencia que los Vocales hoy demandados asignan al delito
atribuido al imputado -en ejercicio de la abogacía- como es consorcio de jueces, fiscales
policías y abogados, las actuaciones en las cuales estuvo implicada la Resolución de
imputación formal emitida por una ex autoridad fiscal, que en la oficina de otro de los
abogados implicados se encontraron tres cuadernos de control jurisdiccional, flash
memories, las hojas firmadas en blanco por su parte, y a quienes afectaron sus
actuaciones, aspectos por los cuales concluyeron en mantener la concurrencia de dicho
peligro; sustento argumentativo que no se advierte carezca de fundamentación y
motivación, en razón de que explica suficientemente las razones por las que a criterio de
los Vocales ahora demandados el mismo persistiría en su concurrencia;
iv)   En cuanto al peligro de obstaculización contenido en el art. 235.1 del CPP, el
accionante denunció que los Vocales hoy demandados, sin que la Jueza ahora
codemandada haya fundamentado sobre este riesgo procesal con documento probatorio
alguno, de oficio y en su perjuicio señaló que hubiera intentado modificar prueba, sin
mencionar elemento de prueba alguno, refiriendo que en base al principio de libertad
probatoria prevista por el art. 171 del CPP, las pruebas en general -testificales,
periciales, documentales, materiales, inspección, y reconstrucción-, podrían ser objeto
de modificación, y si bien menciona dos hojas firmadas en blanco, las mismas no fueron
ofrecidas como elemento de prueba por el Ministerio Público; además, no se explicó de
qué manera su persona puede destruir, modificar, suprimir y/o falsificar los mismos,
siendo un fallo generalizado con suposiciones y presunciones;
Con relación a los aspectos denunciados respecto a dicho riesgo procesal, corresponde
señalar que en la fundamentación efectuada por los Vocales ahora demandados, si bien
no se mencionó de manera individualizada la prueba -testifical, pericial, documental,
material, de inspección y reconstrucción-, indicó que toda prueba podría ser utilizada
por las partes para ayudar a la averiguación de la verdad histórica de los hechos, la
misma que pudiera ser destruida, modificada, suprimida y/o falsificada; igualmente, se
hizo mención a dos hojas firmadas en blanco, que se constituyen en elementos de
prueba en su contra mientras un examen pericial no determine lo contrario.
Razonamientos que a partir de la existencia de la libertad probatoria puesta de

P á g i n a 12 | 14
manifiesto por los Vocales hoy demandados, denotan las suficientes convicciones por
las cuales asumen la concurrencia de ese peligro de obstaculización;
        
v)    En relación al art. 235.2 del CPP, el accionante denunció que los Vocales ahora
demandados afirmaron que su persona podría intentar influir de forma negativa en
partícipes, testigos o peritos y supliendo la fundamentación que efectuó la Jueza hoy
codemandada, sin contar con elemento probatorio que demuestre que su persona intentó
o logró influir negativamente en algún testigo, partícipe o perito, que además de existir
debió generarse hasta antes de la audiencia de consideración de medidas cautelares y no
para el futuro; al respecto, como se tiene supra expuesto los Vocales ahora demandados,
señalaron que debido a la existencia de varios implicados, la finalidad de dicho riesgo
procesal es que el imputado -ahora accionante- no influya en los mismos y que
encontrándose la causa en etapa preparatoria, no podía exigirse al representante del
Ministerio Público que en ese momento y a tiempo de emitir Resolución de imputación
formal, consigne los nombres, apellidos e identificación plena de los testigos y peritos
por razones de estrategia investigativa; argumentos que expresan el razonamiento
intelectivo realizado por los Vocales hoy demandados en el análisis realizado con
relación a este peligro procesal, que responde a la trascendencia y naturaleza del tipo
penal investigado conforme se expuso precedentemente, aspecto por el cual no se
advierte la alegada omisión de fundamentación;
vi)   De la misma manera con relación al art. 235.3 del CPP, el accionante denunció
que los Vocales ahora demandados confunden los hechos y los utilizan como elementos
probatorios para respaldar la concurrencia de este riesgo procesal, atentando contra el
principio de inocencia; al respecto, las autoridades judiciales hoy demandadas al
fundamentar que la previsión normativa citada en cuanto a la influencia ilegal o
ilegítima en administradores de justicia y/o funcionarios del sistema judicial no está
circunscrita al proceso que se investiga, asumiendo una aplicación genérica, precisando
además que el Ministerio Público en la imputación formal llegó a la conclusión que “…
el imputado si tuvo acceso a un fiscal de entonces, si tuvo acceso a una autoridad
judicial…” (sic); efectuaron un análisis integral de los antecedentes con una
fundamentación clara y suficiente que denota las razones por la cuales encuentran
concurrente el peligro de obstaculización objeto de análisis; y,
vii)  En relación al art. 235.4 del CPP, el accionante denunció que los Vocales ahora
demandados, al igual que la Jueza hoy codemandada, señalan que al concurrir los
numerales 1, 2, 3 del art. 235 del CPP, también concurriría ese riesgo procesal,
añadiendo simplemente que “…existen otros implicados, es de conocimiento público,
muchos con detención preventiva, una con detención domiciliaria y también existen
personas que deben ser llamadas a declarar en calidad de sindicados o investigados…”
(sic), incurriendo en una generalidad al no referir qué elementos de prueba o cuál la
conducta realizada por su persona desde el inicio de la investigación hasta la realización
de la audiencia de aplicación de medidas cautelares por la que hubiera inducido a otros,
aspecto que tampoco fue acreditado por el Ministerio Público con prueba, siendo una
apreciación subjetiva y general.
Al respecto, el fundamento utilizado por los Vocales ahora demandados sobre que aún
existen personas que deben declarar y que la concurrencia de los anteriores peligros de
obstaculización -art. 235. 1, 2 y 3 del CPP- hacen que el riesgo analizado se encuentre
subsistente, resulta ser un fundamento razonable, toda vez que como sostuvo la SC
0012/2006-R de 4 de enero: “Cabe precisar que la expresión 'evaluación integral' que
utilizan ambos preceptos glosados, implica que el órgano jurisdiccional debe hacer un
test sobre los aspectos positivos o negativos (favorables o desfavorables) que informan
P á g i n a 13 | 14
el caso concreto, de cara a los puntos fijados por la ley para medir tanto el riesgo de
fuga como el de obstaculización; de tal modo que de esa compulsa integral, se llegue a
la conclusión razonada sobre si existe o no riesgo de fuga u obstaculización. En esta
evaluación, unos puntos pueden reforzar, o por el contrario enervar o eliminar los
riesgos aludidos; lo cual, naturalmente, debe ser expuesto por el juez en la resolución
que emita de manera coherente, clara y precisa”; valoración o evaluación integral que
fue considerada por los Vocales hoy demandados a tiempo de acreditar la concurrencia
de este riesgo procesal.
Con tales argumentos se concluye que los Vocales ahora demandados, a tiempo de
declarar la improcedencia del recurso de apelación incidental interpuesto por el hoy
accionante, confirmando el Auto interlocutorio 30/2016 que dispuso su detención
preventiva, no incurrieron en la vulneración de los derechos alegados como vulnerados
en la presente acción tutelar, toda vez que cumplieron con su obligación jurisdiccional
de fundamentar y motivar el Auto de Vista 131/2016 -hoy cuestionado- conforme se
tiene glosado en el Fundamento Jurídico III.1. de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, por lo que corresponde denegar la tutela solicitada.
III.3.   Otras Consideraciones
Este Tribunal, dentro de la atribución establecida en el art. 202.6 de la CPE, advierte
que no obstante haberse emitido la Resolución 31/2016 de 11 de agosto -que resuelve la
presente acción de libertad-, la misma recién fue remitida en revisión el 17 de agosto de
2016, conforme se tiene de la guía de courier cursante a fs. 122, desconociendo el plazo
establecido en los arts. 129.IV de la Norma Suprema y 38 del CPCo, correspondiendo
ante dicha demora llamar la atención a los Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia
Penal Octavo de la Capital del departamento de La Paz.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al denegar la tutela impetrada, adoptó la
decisión correcta.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad
que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución
31/2016 de 11 de agosto, cursante de fs. 113 a 117 vta., pronunciada por el Tribunal de
Sentencia Penal Octavo de la Capital del departamento de La Paz, y en consecuencia:
1° DENEGAR la tutela solicitada, en base a los fundamentos expuestos supra.
2° Llamar la atención a Karina Eley Palacios Tellez, Armando Herrera Huarachi y
Ramiro Quenta Mayta, Jueces Técnicos del Tribunal de Sentencia Penal Octavo de la
Capital del departamento de La Paz, constituido en Tribunal de garantías, conforme al
Fundamento Jurídico III.3. de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
MAGISTRADA

P á g i n a 14 | 14

También podría gustarte