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5.

Marco teórico

5.1. Trypanosoma cruzi

Fue descubierto en 1909 por el científico Carlos Chagas. El T. cruzi es un agente


protozoario flagelado digenético del orden Kinetoplastida subgénero
Schizotrypanum, es el agente causal de la enfermedad de Chagas, infecta a
huéspedes vertebrados e invertebrados durante etapas definidas de su ciclo de
vida (1).

La morfología del tripanosoma en la sangre aparece como flagelados largos y


aplanados (alrededor de 15-20 micras), apuntado posteriormente, tiene menos
flagelos de un tercio de la longitud del cuerpo, tiene un citoplasma con gránulos
del núcleo en el medio que son de color oscuro, y hay cinetoplasto. Los
tripanosomas se mueven activamente en ondas y giros provocados por flagelos
contractible. Los humanos son el huésped de este Trypanosoma cruzi y el
huésped reservorio son las mascotas (perros y gatos) o animales salvajes
(ardillas, armadillos, monos, etc). Los triatomas o insectos residuales actúan como
huéspedes intermedios (2).

La enfermedad de Chagas se transmite a los humanos a través de heridas


causadas por picaduras de insectos gistus, Triatomainfestans y Rhodnius prolixus.
La forma principal de transmisión es a través de los insectos vectores que se les
conoce como triatominos (2).

Este agente patógeno es transmitido al huésped mamífero cuando la chinche se


alimenta y excreta heces infectadas, lo que permite que el T. cruzi penetre a
través de heridas o mucosas. La transmisión vectorial es la forma normal de
infección entre los animales y es la más común en el hombre, pero la puede
adquirir también mediante transfusión sanguínea o transplante de órganos de
personas infectadas, por vía congénita y, más raramente, por la ingestión de
sustancias contaminadas e infección accidental en el laboratorio (3).
Según la Organización Mundial de la Salud, las estimaciones de morbilidad
colocan a la enfermedad de Chagas en el primer lugar entre las enfermedades
parasitarias en las Américas, y representa casi cinco veces más años de vida
ajustados por discapacidad perdidos que la malaria. Se estima que entre el 20 y el
30 % de las personas infectadas, desarrollarán la enfermedad de Chagas
sintomática y potencialmente mortal (4).

La enfermedad tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres de


América Latina. La etapa aguda infantil se ha caracterizado por síndrome febril,
linfadenopatía, hepatoesplenomegalia y miocarditis o meningoencefalitis de
pronóstico grave. En la etapa crónica suele haber cardiomiopatía difusa grave, o
dilatación patológica del esófago y colon (megasíndromes). La importancia de la
parasitosis radica en su elevada prevalencia, incurabilidad, grandes pérdidas
económicas por incapacidad laboral, y muerte repentina de personas
aparentemente sanas (5).

Triatominos

Los triatominos son vectores que transmiten al Trypanosoma cruzi Chagas, el


agente causante de la enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana. En el
Perú, se conoce un total de 7 géneros con 18 especies de triatominos, a los cuales
se divide en 3 grupos, según su hábitat (6):
a) Domésticos, que viven en la vivienda (6).
b) Peridomésticos, que viven en cuyeros o gallineros (6).
c) Extradomésticos, que viven en los nidos y cuevas de otros animales (6).

A los triatominos se les denomina con diversos nombres regionales, como:


“chinches hocicones” y “cacarachuelos” en México; “chinches mamones” y
“chinches de monte” en Panamá; “pitos” en Colombia; en Venezuela “pitos” y
“chipos”; en Bolivia “hitas”; en Ecuador “chinchorros”, “chupasangre” y “chinches
de caballo”; en Argentina, Chile, Uruguay y otras partes de Sudamérica se les
denomina “vinchucas”; en Perú se les conoce como: “chinches”, “chinchones” y
“chirimachas”; en Brasil se les conoce como “barbeiros”. Estos hemípteros son de
tamaño pequeño o mediano, el cual varía considerablemente en los diferentes
grupos de géneros, aunque la hembra casi siempre supera al macho en tamaño
(7).

Los Triatominos ocupan gran variedad de hábitat silvestres que típicamente


incluyen las madrigueras de mamíferos pequeños o los nidos de aves pequeñas,
madrigueras de zarigüeya o de armadillo, o cuevas, árboles huecos o piedras
apiladas que pueden ser frecuentadas por diversos vertebrados. Algunas especies
también han hecho la transición para ocupar “nidos” artificiales representados por
refugios de animales peridomésticos, como gallineros y corrales de cabras, y
algunos se han adaptado más para explotar los nidos de mayor tamaño
representados por las casas de comunidades rurales. Su ciclo de vida típicamente
procede desde huevos, pasando por cinco etapas ninfales, hasta los adultos,
durante un periodo de 4 a 12 meses dependiendo de la especie y de las
condiciones ambientales. Los adultos de ambos sexos y las cinco etapas ninfales
son chupadores de sangre; típicamente toman 3 a 5 veces su propio peso de
sangre en una sola alimentación. A temperaturas apropiadas, cada insecto
intentará alimentarse cada 4 a 9 días, de modo que en condiciones promedio cada
miembro de la familia en una casa infestada recibiría cada noche alrededor de 25
picaduras, y perdería en promedio unos 2.5 ml de sangre (8). 

Trichomonas vaginalis

T. vaginalis fue observada por primera vez por Alfred Donné en 1836 en
preparaciones microscópicas de exudados uretrales y vaginales humanas. El
nombre de Trichomonas se lo debe a su similitud con los “Tricodes” y las “Monas”.
La comunidad médica internacional no le creyó al Dr. Donné que este flagelado
estuviese involucrado en la producción de la patología, hasta que posteriormente
Ehrenberg, en 1838, demuestra que el habitat “normal” en el humano es la vagina
y por esta razón le da el nombre actual a esta especie parasitaria (9).

T. vaginalis es un flagelado unicelular, que mide entre 10 y 30 micras de largo por


5 a 15 de ancho, que generalmente se presenta con aspecto piriforme, aunque los
movimientos ameboides son característicos y normalmente se le puede observar
de aspecto ovoide, alargado o piriforme. No se han descripto formas quísticas. Es
un parásito extracelular. Presenta cuatro flagelos anteriores libres que parten de
una depresión del polo anterior, denominado canal periflagelar. Estos flagelos se
dirigen hacia adelante. El canal periflagelar está rodeado por una red de
microtúbulos denominados pelta. Un quinto flagelo, llamado recurrente, sale fuera
de ese canal y se dirige hacia atrás, extiendiéndose a lo largo de casi todo el
parásito, acompañando a la membrana ondulante, que no es nada más que una
prolongación citoplasmática adherida al flagelo recurrente y que “ondula”,
permitiendo que el protozoo se desplace. La membrana ondulante ocupa las dos
terceras partes del cuerpo del protozoo. A modo de columna vertebral, recorre la
casi totalidad del flagelado, desde la parte anterior a la posterior por donde
emerge ligeramente, un haz de microtúbulos que le confieren cierta rigidez al
mismo: el axostilo. Debajo de la membrana ondulante, existe una zona “reforzada”
por microtúbulos: la costa (9).

T. vaginalis presenta un metabolismo anaeróbico o microaerofílico, no requiriendo


oxígeno para sobrevivir o para multiplicarse, ya que no utiliza al mismo como el
mayor aceptor de electrones en su metabolismo y si bien puede tolerar pequeñas
concentraciones de él, es dañada cuando la cantidad de oxígeno es alta. No se ha
demostrado la presencia de mitocondrias y realiza sus procesos fermentativos a
través de una extensión de la glicólisis para generar ATP. La reoxidación de
ferredoxina reducida ocurre por la generación de hidrógeno (9).
El protozoo Trichomonas vaginalis puede producir síntomas poco después de
entrar en la vagina, o permanecer en esta o en el cuello del útero (la zona inferior
del útero que se abre hacia la vagina) durante semanas o meses sin provocar
ningún síntoma. La vejiga también puede infectarse. En los hombres, los
protozoos no suelen causar síntomas, y pueden permanecer en el tracto urinario
durante varios días o semanas sin causar síntomas. Así, las mujeres y los
hombres pueden no ser conscientes de que están infectando a sus parejas
sexuales (10).

La vaginitis por Trichomonas puede comenzar con una secreción vaginal verde o


amarilla que a veces es espumosa, abundante o ambas cosas, y que puede
tener olor a pescado. El área genital puede presentar prurito y la vagina puede
aparecer enrojecida y dolorosa al tacto (irritada). El resultado es que el coito
puede producir dolor. Si la vejiga se infecta, también puede aparecer dolor al
orinar. La infección puede provocar una enfermedad inflamatoria pélvica y, en las
embarazadas, trabajo de parto y alumbramiento prematuros (10).

5.2 Competencia

La transmisión del vector al hombre se facilita debido al hábito del insecto de


deyectar inmediatamente después de alimentarse. Si se trata de un insecto
infectado, deposita las deyecciones cargadas de tripomastigotes metacíclicos
sobre la piel o las mucosas de un humano. Los parásitos penetran, ya sea por el
mismo orificio de la picadura o a través de las heridas generadas por rascado o
directamente a través de las mucosas, e invaden las células adyacentes. En el
interior de las mismas, los parásitos se redondean y se diferencian a amastigotes,
forma bajo la cual se duplican por división binaria simple. Después de varias
generaciones, los amastigotes se diferencian a tripomastigotes, abandonando la
célula hospedadora debido a la lisis de la misma, pasando a la circulación desde
dónde invadirán nuevas células, reiniciando el ciclo de transmisión (9).
El ciclo biológico de T. cruzi en el vector comienza cuando un triatomino sano se
alimenta sobre un mamífero infectado, e ingiere tripomastigotes circulantes junto
con la sangre. En el tubo digestivo del insecto, el parásito se redondea dando
lugar al estadio esferomastigote y posteriormente se diferencia a epimastigote, el
cual se reproduce activamente por división binaria en el intestino medio del
insecto. Los epimastigotes finalmente se diferencian a tripomastigotes
metacíclicos infectantes en la parte distal de la ampolla rectal y son así eliminados
con las deyecciones (9).
Figura 1.- Ciclo de vida T.
cruzi

Reconoce las especies de triatominos: Triatoma, Panstrongylus, Rhodnius.


En el Perú hasta el momento se han notificado 18 especies de triatominos. Los
triatominos han sido capturados en ambientes intra, peri y extradomicilios de
zonas urbanas y rurales de los valles occidentales e interandinos, así como
también en zonas de la selva alta y selva baja. Dentro de ellas podemos encontrar
las siguientes:
 Triatoma infestans (Klug, 1834)
 Triatoma dimidiata (Latreille, 1811)
 Triatoma carrioni (Larrousse, 1926)
 Hermanlentia matsunoi (Fernández-Loayza, 1989)
 Triatoma nigromaculata (Stal, 1872)
 Panstrongylus herreri (Wygodzinsky, 1948)
 Panstrongylus chinai (Del Ponte, 1929)
 Panstrongylus rufotuberculatus (Champion, 1899)
 Panstrongylus geniculatus (Latreille, 1811)
 Panstrongylus lignarius (Walker, 1873)
 Rhodnius ecuadoriensis (Lent y León, 1958)
 Rhodnius pictipes (Stal, 1872)
 Rhodnius robustus (Larrousse, 1927)
 Belminus peruvianus (Herrer, Lent & Wygodzinsky, 1954)
 Microtriatoma trinidadensis (Lent, 1951)
 Eratyrus mucronatus (Stal, 1859)
 Eratyrus cuspidatus (Stal, 1859)
 Cavernicola pilosa (Barber, 1937).

Identifica a Trichomonas vaginalis en un frotis de secreción vaginal

El elemento diagnóstico más útil y asequible en el diagnóstico de la trichomoniasis


vaginal es el examen en fresco. Se coloca una gota de la secreción vaginal en un
portaobjetos, se añade una gota de suero salino fisiológico y se tapa con un
cubreobjetos; esta preparación se examina en el microscopio óptico y puede verse
fácilmente, hasta en el 80% de los casos, el movimiento de Trichomonas. Su
tamaño, aproximadamente dos o tres veces el de un polimorfonuclear, el aspecto
anteriormente descrito y su movilidad permiten identificarlas fácilmente y
diferenciarlas, sin problemas, de otros elementos móviles como los
espermatozoides. Algunos autores recomiendan un ligero calentamiento del
portaobjetos para aumentar su movilidad y hacer más evidente su presencia. Es
habitual un aumento en la proporción de polimorfonucleares, que llega, en algunos
casos, a hacer dificultosa la observación del protozoo, por lo que deberá buscarse
en las zonas del cristal en las que exista la menor densidad celular. En ocasiones
pueden ser necesarias a otras técnicas diagnósticas más sofisticadas como la
tinción en Giemsa o la tinción de Papanicolaou, el cultivo en medio de Diamond y
el test de inmunofluorescencia identificando antígeno de superficie T. vaginalis o
estudio de la presencia de su ácido nucleico mediante hibridación in situ o
mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

.
Figura 2.- Tinción de Giemsa:
Trichomonas vaginalis y
polimorfonucleares

Figur 3.- Tinción de papanicolau:


abundantes polimorfonucleares
acompañado a una infección por
Trichomonas vaginalis

REFERENCIAS:
1. https://doi.org/10.7705/biomedica.v34i4.2204
2. https://www.academia.edu/5549963/Trypanosoma_cruzi?sm=b
3. https://www.scielosp.org/article/ssm/content/raw/?resource_ssm_path=/
media/assets/spm/v42n6/3974.pdf
4. https://journals.asm.org/doi/full/10.1128/CMR.00005-11
5. https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/36926804/pt044e-with-cover-page-
v2.pdf?Expires=1659810334&Signature=aZ-
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gzc5LYAz9jgViPWyPMrnhuhzl3xaw__&Key-Pair-
Id=APKAJLOHF5GGSLRBV4ZA
6. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-
55832006000100010
7. http://bvs.minsa.gob.pe/local/INS/844_MS-INS-NT41.pdf
8. https://accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?
bookid=1445&sectionid=96523977
9. http://bc.uns.edu.ar/pdfs/616_96_P212a2_Costamagna.pdf#page=140
10. https://www.msdmanuals.com/es-pe/hogar/salud-femenina/infecciones-
vaginales-y-enfermedad-inflamatoria-p%C3%A9lvica/vaginitis-tricomoni
%C3%A1sica-por

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