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Facultad de humanidades
1 PARCIAL
GRUPO: 3.A
En la introducción nos habla de los motivos para leer este libro del porque conocer la motivación y
emoción. Cualquier cosa que nos habla sobre quiénes somos, por qué queremos lo que queremos
y cómo podemos mejorar nuestras vidas está destinada a ser de interés. Y cualquier cosa que nos
hable sobre lo que la gente quiere, por qué quiere lo que quiere y cómo puede mejorar su vida
también será interesante. Cuando intentamos explicar por qué las personas hacen lo que hacen,
podemos dirigirnos a las teorías de la motivación para aprender sobre temas como la naturaleza
humana, los empeños de logro y poder, los deseos de obtener relaciones sexuales e intimidad
psicológica, las emociones como el temor y el enojo, el cultivo del talento y la promoción de la
creatividad, el desarrollo de intereses y la ampliación de las capacidades, y la planificación y
establecimiento de metas. El estudio de la motivación da oportunidad de obtener tanto una
comprensión teórica como conocimientos prácticos. Ciencia motivacional A partir de estas teorías
sobre la motivación y la emoción se pueden generar hipó tesis que se someterán a pruebas
empíricas objetivas de modo que se evalúe su mérito científico. Los procesos continuos de
someter las propias ideas sobre la motivación a experimentación empírica representan el proceso
crucial que implica el título de este libro (es decir, Motivación y emoción), porque los conceptos
motivacionales que uno usa necesitan elegirse con cuidado y evaluarse en forma continua,
comparándolos con los nuevos descubrimientos. Es mejor hacer a un lado los conceptos
inadecuados, es necesario mejorar los conceptos útiles y es preciso descubrir conceptos nuevos.
Una teoría es una estructura intelectual que se puede utilizar para identificar y explicar las
relaciones que existen entre fenómenos observables que ocurren de manera natural (Fiske, 2004).
La figura 1.1 ilustra la función y utilidad de una buena teoría (Trope, 2004). Las teorías ayudan a
los investigadores del tema a comprender los fenómenos complejos que estudian, como la
motivación y el comportamiento vinculados con el ejercicio (“representación” en la figura 1.1), y
permiten la generación de hipótesis comprobables. Una teoría puede ganar apoyo a través de
obtener un conjunto de datos que confirmen las hipótesis. Las dos preguntas eternas El estudio de
la motivación gira alrededor de proporcionar las mejores respuestas posibles para las dos
preguntas fundamentales: 1) ¿Cuál es la causa de la conducta? 2) ¿Por qué el comportamiento
varía en intensidad? ¿Cuál es la causa de la conducta? En el estudio de la motivación no es
suficiente preguntar por qué una persona practica un deporte, por qué un niño lee un libro o por
qué un adolescente se niega a cantar en el coro. Para adquirir un conocimiento avanzado sobre las
razones por las que la gente hace lo que hace, también debemos preguntar por qué los atletas
comienzan inicialmente a practicar un deporte. La motivación varía dentro del individuo. Cuando
es así, el comportamiento también o frágil.La motivación varía entre diferentes personas. Todos
compartimos muchas de las mismas motivaciones y emociones (p. ej., hambre, enojo), pero es
evidente que la gente difiere en aquello que la motiva. Motivos internos. Un motivo es un proceso
interno que energiza y dirige el comportamiento. En consecuencia, es un término general para
identificar el terreno común que comparten las necesidades, cogniciones y emociones. La
diferencia entre un motivo y una necesidad, cognición o emoción es simplemente el nivel de
análisis.
Acontecimientos externos Los acontecimientos externos son fuentes ambientales, sociales y
culturales de motivación que tienen la capacidad de energizar y dirigir la conducta. Las fuentes
ambientales de motivación existen como estímulos específicos (dinero) o sucesos (recibir
alabanzas). Estas fuentes ambientales también existen como situaciones generales y climas del
entorno (p. ej., clima del salón de clases, estilos parentales) o como la cultura en que se vive. El
incentivo ambiental de ofrecer dinero a menudo actúa como un aliciente para energizar la
conducta de aproximación, en tanto que el suceso ambiental de un olor desagradable con
frecuencia funciona como incentivo para energizar la conducta de evitación. El suceso externo
(dinero, olor) adquiere la capacidad de energizar y dirigir la conducta en la medida que indica que
un comportamiento en particular
3) los motivos varían a través del tiempo e influyen en el flujo continuo del
comportamiento,
Estos principios son importantes porque dan una perspectiva general de las
Una perspectiva histórica del estudio de la motivación permite que el lector considere cómo es
que llegó a ser preponderante el concepto de la motivación, la forma en que cambió y se
desarrolla, la manera en que sus ideas se vieron desafiadas y reemplazadas y, por último, la
manera en que el campo resurgió y unió a diversas disciplinas dentro de la psicología (Bolles,
1975). Los conceptos motivacionales tienen orígenes filosóficos. Desde los antiguos griegos hasta
el Renacimiento europeo, la motivación se comprendió dentro de los dos temas de aquello que es
racional, inmaterial y activo (es decir, la voluntad) y aquello que es impulsivo, biológico y reactivo
(es decir, los deseos corporales). El estudio filosófico de la voluntad resultó ser un callejón sin
salida que explicaba muy poco acerca de la motivación, ya que, en realidad, originaba más
preguntas de las que respondía. A fin de explicar la motivación, el nuevo campo de la psicología se
dedicó a un análisis más fisiológico de la misma, centrándose en el concepto mecanicista de
herencia genética del instinto. La atracción de la doctrina del instinto era su capacidad de explicar
conductas innatas que tenían energía y propósito (es decir, impulsos biológicos dirigidos a metas).
El estudio fisiológico del instinto también resultó ser otro punto muerto, al menos como la
conducta, el desempeño y el bienestar psicológico están multi determinados y guiados por una
constelación de agentes motivacionales (la interacción entre necesidades, cogniciones, emociones
y sucesos externos) y cada capítulo recurre a las investigaciones de diversas disciplinas dentro de
la psicología, como neurociencia, psicología social, psicología transcultural y demás. Tal es el
nuevo paradigma. en términos de su capacidad para fungir como gran teoría de la motivación. La
tercera gran teoría de la motivación fue la pulsión. En la teoría de la pulsión, la conducta se veía
motivada hasta que se satisficieran las necesidades del organismo y restaurara una homeostasis
biológica. Al igual que la voluntad y el instinto, la pulsión parecía muy prometedora, en especial
porque podía hacer algo que ninguna teoría motivacional había podido hacer antes; a saber,
predecir la motivación antes de que ocurriera a partir de las condiciones antecedentes (p. ej.,
horas de privación). En consecuencia, la teoría disfrutó de amplia aceptación, en especial en la
forma en que se manifestó en las teorías de Freud y Hull. Al final de cuentas, también la pulsión
resultó ser demasiado limitada en su alcance y, con su rechazo, sobrevino la desilusión del campo
con las grandes teorías en general, aun cuando surgieron, con cierto éxito, varios otros principios
motivacionales significativos, incluyendo el incentivo y la activación. A la larga, se volvió patente
que si había de hacerse algún progreso en la comprensión de la motivación, el campo tenía que
salir de los límites de sus grandes teorías para adoptar las menos ambiciosas, pero más
prometedoras, las mini teorías. Hay tres tendencias históricas que explican esta transición.
Primero, el estudio de la motivación rechazó su compromiso con una naturaleza humana pasiva y
asumió una perspectiva más activa acerca de los seres humanos. Segundo, la motivación se volvió
decididamente cognitiva y un tanto cuanto humanista. Tercero, el campo se centró en problemas
aplicados socialmente relevantes. El cambio de enfoque del campo hacia las mini teorías fue
parcialmente un desastre y parcialmente buena fortuna. En cuanto al desastre, la motivación
perdió su cómodo estatus como disciplina emblemática de la psicología y rápidamente descendió
a un estatus de segunda. En reacción a esto, los investigadores de la motivación se dispersaron
virtualmente hacia todas las demás áreas de la psicología (p. ej., social, del desarrollo, clínica) y
formaron alianzas con otros campos a fin de compartir ideas, constructos, metodologías y
perspectivas. Esto resultó ser de enorme buena fortuna para la motivación porque la dispersión
del campo hacia un amplio rango de otras áreas de estudio resultó ser terreno fértil para el
desarrollo de un sinnúmero de teorías breves y esclarecedoras. El tema a lo largo del presente
capítulo es que el estudio de la motivación ha pasado por un proceso constante de desarrollo. En
retrospectiva, el estudio de la motivación progresó de conceptuaciones relativamente simplistas
de la motivación a un cúmulo creciente de discernimientos sofisticados y empíricamente
sustentables acerca de las fuerzas que energizan y dirigen el comportamiento. Con la llegada del
nuevo milenio, las grandes teorías han llegado a su fin y ha surgido un nuevo paradigma. El estudio
de la motivación en el siglo XXI está poblado de múltiples perspectivas y voces (véase la figura 2.2),
todas las cuales contribuyen con piezas distintas al rompecabezas que es el estudio de la
motivación y la emoción. Este cambio ha abierto las compuertas intelectuales para la llegada de la
mini teoría de la motivación y un nuevo paradigma en el que la conducta se energiza y dirige por
una multitud de influencias interrelacionadas más que por una única gran causa.