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RESUMEN

6. DEBERES DE PROTECCIÓN COMO DEBERES OBJETIVOS DE CUIDADO


Dentro de este punto, resultará relevante abordar en primera instancia, lo concerniente al
contenido jurídico de la denominada “culpabilidad”, a efectos de lograr, con posterioridad, una
comprensión clara y precisa acerca de los llamados deberes de protección, enfatizando en su
deber como objetivos de cuidado.
En ese sentido, se tiene que, las manifestaciones derivadas del término “culpabilidad”,
principalmente radican en el dolo y la imprudencia, los cuales, a su vez comprenden, un tipo
subjetivo, ligado a la voluntad de hacer del sujeto; y por otro lado, se tiene al injusto objetivo, el
cual, termina constituyéndose en la infracción objetiva referida a los deberes absolutos (los
cuales recaen sobre una totalidad de sujetos, independientemente, de que se encuentran ligados
a una relación contractual), y relativos de protección (definidos como aquellos, que recaerán
exclusivamente sobre las partes intervinientes en una relación contractual, como a su vez, sobre
aquellos terceros interesados en situaciones concretas).
Por otro lado, en torno a la infracción de los deberes de protección, en específico, los
desarrollados y no desarrollados, como consecuencia, se derivará sobre los sujetos vinculados,
lo que se denomina “indemnización del daño resultante de la violación positiva de obligación o
de la culpa in contrahendo”. En ese sentido, por dicho término, debe precisarse lo siguiente: Es
una locución latina que significa literalmente “culpa en la negociación”. Conceptualmente,
radica en la responsabilidad civil por conducta contraria a la diligencia exigible en el momento
de la formación del contrato. En consecuencia, de lo anteriormente expuesto, se hará referencia,
a los deberes de cuidado objetivo de la culpabilidad, bajo la interpretación del artículo 276° del
BGB. En razón a dicho artículo, jurisprudencialmente, el Tribunal de Reich, terminó
concibiéndolo como fundamento de derecho y norma de responsabilidad en torno a los derechos
por violación positiva de obligación.
C. FUNDAMENTO CONSTITUTIVO DE LOS DEBERES DE PROTECCIÓN
I. DEBERES PRINCIPALES Y ACCESORIOS PACTADOS
En torno a los deberes de protección, cabe señalar que, podrán adoptar la categoría de
obligaciones principales o accesorias en una determinada relación contractual. A manera de
ejemplificación, se destacan las siguientes situaciones: No ejercer el derecho de voto en una
asamblea societaria, o impedir la participación de una de las partes contractuales en una subasta.
2. DEBERES DE PROTECCIÓN DISPOSITIVOS
II. DEBERES DE PROTECCIÓN CONTRACTUALES
Si bien es cierto, existe un gran número de deberes de protección fijados en diversos artículos
del Código Civil alemán (BGB), los cuales, adoptaron diferentes connotaciones y contenido. Un
claro ejemplo a destacar de lo referido anteriormente, se contrasta en lo siguiente: A diferencia
del artículo 665° del BGB, el artículo 447° del mismo cuerpo normativo, no norma lo referente
al derecho no desarrollado para la observancia de la instrucción, sino el derecho secundario
(demandable), de indemnización de daños y perjuicios, que se desarrolla de la instrucción
(deber de protección). Cabe precisar que, no se encuentra expresado en la norma, que solamente
la infracción culposa causa el derecho a la indemnización de daños y perjuicios, lo cual, termina
resultando de los principios generales de la responsabilidad por culpa, que, en efecto, pareció
carecer de una consistente importancia para el legislador del Código Civil (BGB) de la época.
Por otra parte, otro ejemplo a mencionar, se encuentra presente en el contenido de los artículos
523°, 524°, 600° y 1524° del BGB, dentro de los cuales, se alude a que el deudor, de forma
regular, se encontrará obligado solamente a advertir vicios conocidos por él, en contratos de
prestaciones gratuitas, tales como, la donación y el préstamo. En ese sentido, el deber de
advertencia no podría exigirse del derecho de información, por ende, si el adquiriente o acreedor
tendría una serie de cuestiones en torno a ello, entonces, lo recomendable y bastante acertado
sería desistir del negocio a pactarse, con la clara finalidad de evitar el riesgo de la pérdida de sus
derechos de indemnización por daños y perjuicios, del negocio de adquisición.
De los mencionados artículos, a su vez, se desprenden otras cuestiones adicionales, como la
referente a que el deudor en contratos a título gratuito de prestación de un objeto todavía a
adquirir, quedará obligado a informarse sobre vicios jurídicos; por otro lado, en los contratos de
prestación de un objeto de género todavía por adquirir, también, quedará obligado a la revisión
por vicios materiales. Del mismo modo, se deduce entonces que, el prometiente, quedaría
obligado por su promesa, a entregar un determinado objeto libre de todo tipo de vicio o
afectación, lo cual, se concentra en la denominación “responsabilidad por garantía”.
Finalmente, bajo un contexto distinto al patrimonial, el BGB, en sus artículos 617° a 619°,
señala también, una serie de deberes de protección del empleador, esto, dentro de una relación
contractual de naturaleza laboral. Por consiguiente, dichos preceptos, establecerán deberes
positivos de protección, y la sanción respectiva ante su incumplimiento a través de derechos de
indemnización de daños y perjuicios, en el caso de cometerse una infracción culposa frente a los
empleados. En efecto, en materia laboral, los preceptos exigen la llamada “obediencia
reflexiva”, en la medida en que, obliga al seguimiento, o en determinadas ocasiones, a la acción
de no obediencia de instrucciones.

CONCLUSIÓN

A manera de reflexión final, en términos generales, se deduce que, los deberes de protección
son integrados en la relación obligatoria por la buena fe, en atención a la posibilidad que tienen
el deudor y el acreedor de una relación obligatoria de dañar la esfera jurídica de su contraparte.
En efecto, pueden tener como titular tanto al deudor como al acreedor, quienes comparten el
interés de preservar su esfera de eventos lesivos. Por consiguiente, teniendo como premisa la
complejidad de la relación obligatoria, se desprende que, los deberes de protección constituyen
una situación jurídica subjetiva autónoma a los deberes de prestación, no sólo con respecto al
interés que buscan satisfacer, sino también a su contenido, fuente y titularidad.  En ese sentido,
resultará evidente que, los deberes de protección, encontrarán su fuente, en aquellos contratos
cuya ejecución comporta la exposición de la persona o de las cosas de un contratante a riesgos
como consecuencia de la actividad del otro, configurándose bajo esta premisa entonces, la
aplicación la indemnización por daños y perjuicios correspondiente, entendida como aquella
acción que se le otorga al acreedor o a la víctima para exigir de parte de su deudor o bien del
causante de un daño, una cantidad de dinero equivalente a la utilidad o beneficio que a aquel le
hubiese reportado el cumplimento efectivo, íntegro y oportuno de la obligación instaurada entre
las partes o la reparación del mal causado a la víctima. En suma, a raíz de lo expuesto, los
deberes de protección, no solo formarán parte de los deberes legales emanados de la cláusula
general de la buena fe, sino del deber de protección de la dignidad de los sujetos.

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