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SUPREMACIA DE LA NORMA CONSTITUCIONAL Y CONTROL DIFUSO DE

LA CONSTITUCION

1. ¿Qué es la supremacía constitucional?


Este principio establece que la Constitución de un país tiene preeminencia o
superioridad jerárquica en relación al resto de los ordenamientos legales.
En consecuencia, los derechos fundamentales y las normas estructurales consignadas
en ella deben atenderse antes de lo que disponga otra disposición legal.
Lo anterior implica dos cosas. La primera, que las normas constitucionales, al tener un
grado superior al resto de la normatividad, deben regir en caso de que haya alguna
contradicción de criterios con otras normas jurídicas. Esto es un principio de
interpretación.
De esta forma, si una ley de menor jerarquía señala algo diferente a la Constitución,
debe prevalecer lo que esta establece todo acto de autoridad.
En segundo lugar, la primacía implica un mandato constitucional para que el resto de
las normas se adecuen a la Carta Magna. Esto es un principio de progresividad.
Este concepto está íntimamente ligado con los de jerarquía normativa y control de la
constitucionalidad, que se abordarán más adelante.
«La supremacía constitucional implica que la Constitución sea la ley fundamental,
por encima de cualquier otro ordenamiento jurídico»

2. Supremacía constitucional y Jerarquía de normas jurídicas


Uno de los conceptos con los cuáles está íntimamente ligado, es el de jerarquía de
normas.
La jerarquización de normas implica establecer un orden del conjunto normativo
existente en un lugar y tiempo determinados.

De esta manera, cuando existe alguna contradicción de criterios entre diversas


normas, debe atenderse a aquélla que se encuentra en un nivel mayor de la jerarquía
normativa.
El principio de Supremacía Constitucional es un componente de la jerarquización
normativa, pues las normas constitucionales tienen prevalencia en relación al resto del
orden jurídico, al ser el ordenamiento de mayor jerarquía del sistema normativo.
La Pirámide de Kelsen
Esta jerarquía de normas se expresa de manera gráfica mediante la famosa Pirámide
de Hans Kelsen, en cuya cúspide se encuentra el ordenamiento jurídico de mayor
jerarquía, la Constitución.
En dicha pirámide jurídica el orden es el siguiente:
 Constitución.
 Tratados internacionales.
 Leyes generales y federales expedidas por el Congreso de la Unión.
 Leyes locales, expedidas por los congresos estatales.
Reglamentos, decretos, circulares y otros ordenamientos administrativos.

CONTROL DIFUSO DE LA CONSTITUCIÓN


El control difuso de la constitucionalidad de las normas constituye un poder-deber del
Juez al que el artículo 138º de la Constitución habilita como mecanismo para preservar
el principio de supremacía constitucional.

Artículo 138.- Administración de Justicia.


Control difuso La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se
ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la
Constitución y a las leyes. En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una
norma constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente,
prefieren la norma legal sobre toda otra norma de rango inferior.
El control difuso es una atribución del juez, que lo obliga a ejercer una armonización
entre la norma a aplicar con la norma suprema, por ende, no hay legitimación para su
realización.

INDEPENDENCIA JURIDICCIONAL DEL MAGISTRADO


La independencia judicial aparece como una de las principales garantías que a nivel
mundial han recogido las constituciones para fortalecer la imparcialidad de los jueces,
núcleo esencial del ejercicio de la función jurisdiccional. En la Constitución Peruana de
1993, dicha garantía se encuentra prevista en el artículo 139° numeral 2, dejando en
claro el constituyente que, sin independencia judicial, difícilmente un juez podrá emitir
un fallo imparcial y justo, producto requerido por nuestro sistema constitucional para
alcanzar la paz social.
Lamentablemente el debilitamiento de la independencia judicial ha sido siempre uno de
los principales problemas que ha acompañado a nuestro sistema de administración de
justicia, habiéndose agravado en los últimos años a raíz de la difusión de diversos
audios que revelaron presuntos actos de corrupción que involucraban a jueces, fiscales y
funcionarios de los más altos niveles (Caso: “CNM audios – Cuellos Blancos del
Puerto) y que originó una severa crisis del sistema.

El caso alcanzó ribetes de las más grandes proporciones cuando se advirtió que
consejeros del extinto Consejo Nacional de la Magistratura (organismo constitucional
encargado en ese entonces de nombrar, ratificar y destituir a los jueces y fiscales de
todos los niveles en la República del Perú), habrían estado involucrados también en una
red de corrupción, evidenciando con ello que el sistema de justicia había estado
funcionando como 
Una de las respuestas del Estado para enfrentar dicha crisis fue modificar, a través de
una reforma constitucional, el sistema de designación y evaluación de magistrados, lo
que supuso la sustitución del Consejo Nacional de la Magistratura por un nuevo órgano
llamado Junta Nacional de Justicia.

En ese contexto y en sintonía con los fines de imparcialidad e independencia que deben
inspirar nuestro Sistema Nacional de Justicia, el 19 de febrero de 2019 se publicó la Ley
No. 30916 – Ley Orgánica de la Junta Nacional de Justicia, cuerpo normativo que
regula su conformación, funciones, principios, entre otros aspectos de relevancia para su
operatividad.

Entre las principales funciones de la JNJ encontramos[2]:


1. Nombrar, previo concurso público de méritos, a los jueces y fiscales de todos los
niveles;
2. Ratificar, con voto público y motivado, a los jueces y fiscales de todos los niveles cada
siete (7) años;
3. Ejecutar, conjuntamente con la Academia de la Magistratura, la evaluación parcial de
desempeño de los jueces y fiscales de todos los niveles cada tres (3) años y seis (6)
meses;
4. Aplicar sanciones de destitución de jueces y fiscales. En el caso de jueces y fiscales de
la Corte Suprema podrá sólo amonestarlos o suspenderlos en sus funciones hasta por
120 días calendarios.
No obstante ello, la JNJ tiene dos funciones adicionales de alta expectativa ciudadana para
reconstruir su institucionalidad que fuera mancillada en el contexto de corrupción en el que
se vio el fenecido Consejo Nacional de la Magistratura:
1) Revisar, de oficio o por denuncia, los nombramientos, ratificaciones, evaluaciones y
procedimientos disciplinarios efectuados por los consejeros removidos por el Congreso de
la República, en los casos que existan indicios de graves irregularidades
2) Elegir a los jefes de las autoridades nacionales del Poder Judicial y del Ministerio
Público, organismos creados también como respuesta a la crisis de corrupción, por las
Leyes Nos 30943 y 30944[4].
ESPECIALIDAD DEL MAGISTRADO
La especialidad de los Magistrados debe mantenerse durante todo el ejercicio de su cargo, a
menos que soliciten su cambio expresamente y previas las evaluaciones correspondientes. Con
el ingreso a la Magistratura, se adquiere el derecho a mantener la misma especialidad, a
postular a los diversos cargos en la misma o superior jerarquía judicial, sin que la especialidad
pueda ser considerada en su perjuicio

Requisitos del magistrado.

1. Ser peruano de nacimiento.

2. Ser ciudadano en ejercicio.

3. Ser mayor de 45 años.

4. Haber sido magistrado de la Corte Suprema de Justicia de la República o fiscal supremo, o


magistrado superior o fiscal superior durante 10 años, o haber ejercido la abogacía o la cátedra
universitaria en materia jurídica durante 15 años.

5. No ser objeto de investigación preparatoria ni tener condena penal por delito doloso.

6. Tener reconocida trayectoria profesional, solvencia e idoneidad moral, y probada


trayectoria democrática de respeto y defensa del orden constitucional.

FUNCION

El funcionamiento del Poder Judicial se rige por la Ley Orgánica del Poder Judicial que
establece su estructura orgánica y precisa sus funciones.

Esta ley define los derechos y deberes de los magistrados, quienes son los encargados de
administrar justicia; de los justiciables, que son aquellos que están siendo juzgados o quienes
están solicitando justicia; y de los auxiliares jurisdiccionales que son las personas encargadas
de brindar apoyo a la labor de los integrantes de la magistratura.

PRINCIPIOS BÁSICOS

INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD: Tales principios se aplican a todo proceso judicial. Por ello,
magistrados se abstienen de emitir opiniones o valoraciones sobre los casos a su cargo.

Por otro lado, cuando conceden una entrevista o declaración, ésta siempre es de carácter
estrictamente informativo, o busca contribuir con un conocimiento objetivo y adecuado, sin
generar que la población se parcialice a favor o en contra de las partes involucradas.

De forma permanente, el Comité de Ética del Poder Judicial promueve entre los magistrados y
servidores de justicia el cumplimiento de reglas que orienten su comportamiento ético, tanto
en el ejercicio de sus funciones públicas como privadas; acción que alcanza a las 34 Cortes
Superiores de Justicia del Perú.
Para ello, existe el Código de Ética del Poder Judicial el cual contempla principios vitales como
son: justicia, independencia, imparcialidad, honestidad e integridad, cuya práctica
transparente contribuirá con la conservación de un Poder Judicial autónomo y confiable para
la ciudadanía.

EJEMPLO

OCMA EFECTIVIZÓ MÁS DE 2 MIL SANCIONES A JUECES Y AUXILIARES QUE INCURRIERON EN


FALTAS DURANTE SUS FUNCIONES.

Durante el primer semestre de la gestión contralora del doctor Vicente Walde Jáuregui, como
Jefe de la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial (OCMA-PJ), se impusieron
2,063 sanciones a jueces y auxiliares jurisdiccionales a nivel nacional, las mismas que van
desde imposiciones de multas hasta propuestas de destituciones, por hechos frecuentes como
el retardo en la administración de justicia, haber incurrido en acto u omisión que sin ser delito
vulnera los deberes del cargo, negligencia en el cumplimiento de los deberes, y motivación
inadecuada de la resolución judicial respectivamente, entre otros.

SANCIÓN POR RESPONSABILIDAD FUNCIONAL.


RESPONSABILIDAD FUNCIONAL
La responsabilidad funcional constituye un conjunto de consecuencias y medidas que
pueden darse por acciones u omisiones indebidas o ilegales realizadas en el ejercicio
de una función pública, cuando se ocasionan daños o perjuicios a terceros o a la
propia Entidad, por lo que deben ser investigados y sancionados oportuna y
adecuadamente. Existe independencia entre las distintas formas de responsabilidad,
ya que cada una puede surgir, sin necesidad de que se den las otras; como también
puede suceder, que se produzcan dos o más responsabilidades a la vez, incluso
pueden darse conflictos de intereses o competencias para determinar cuál es la que
predomina.

Constituye el estudio técnico legal para determinar la existencia de conductas


impropias que tienen efectos jurídicos para el ejercicio de la potestad sancionadora
del Estado. Factor de coacción de las obligaciones señaladas para los órganos
funcionales del nivel directivo y ejecutor conforme a las normas de Código de Ética y
reglamentos de la función, como es el ROF. Los contratos públicos al ser suscritos, en
forma bilateral y desde sus actos preparatorios originan una serie de obligaciones y
responsabilidades que deben ser asumidas por las partes y los funcionarios que la
dirigen.

Cuando se produzcan actos irregulares es necesario determinar cuáles son las


responsabilidades de los funcionarios involucrados en las diversas etapas de las
compras públicas, como los encargados del área usuaria, los responsables del órgano
encargado de las contrataciones (OEC) que comprende a las áreas de logística,
abastecimiento o administración; a los miembros del comité especial, al Titular de la
Entidad, la Oficina de control institucional , jurídica, el área de Presupuesto y
Planificación y otros en el ejercicio de sus actividades y atribuciones, que llevan
consigo un cúmulo de responsabilidades, que pueden ser administrativas, civiles,
penales, políticas y económicas.

OBJETIVO:

Establecer las normas que regulen el procedimiento administrativo disciplinario que se


instaure a magistrados -con excepción de jueces supremos-, auxiliares jurisdiccionales y
personal de control que incurran en faltas de carácter disciplinario en el desempeño de sus
funciones, con el fin de garantizar el correcto funcionamiento de la administración de justicia
en el Poder Judicial

REGLAS EN LA IMPOSICIÓN DE SANCIONES

En la imposición de sanciones deberá observarse la debida adecuación o proporcionalidad


entre la gravedad del hecho constitutivo de la infracción y la sanción aplicada. Se deberá
valorar el nivel del juez, el grado de participación en la infracción, el concurso de otras
personas, así como el grado de perturbación del servicio judicial, la trascendencia social de la
infracción o el perjuicio causado.

También deberá atenderse al grado de culpabilidad del autor, al motivo determinante del
comportamiento, al cuidado empleado en la preparación de la infracción o, entre otros, a la
presencia de situaciones personales excepcionales que aminoran la capacidad de
autodeterminación.

TIPOS DE SANCIONES

 Amonestación Se materializa a través de una llamada de atención escrita que se hace


al juez, dejándose constancia en su registro y legajo personal respectivos.
 Multa Consiste en el pago por una sanción impuesta. El límite de la sanción de multa
será el diez por ciento (10%) de la remuneración total mensual del juez.
 Suspensión Es sin goce de haber y consiste en la separación temporal del juez del
ejercicio del cargo. La suspensión tendrá una duración mínima de quince (15) días y
una duración máxima de seis (6) meses.
 Destitución Consiste en la cancelación del título de juez debido a falta disciplinaria muy
grave o, en su caso, por sentencia condenatoria o reserva del fallo condenatorio por la
comisión de un delito doloso. El juez destituido no podrá reingresar a la carrera
judicial.
 Suspensión preventiva El Juez podrá ser suspendido en el cargo, siempre que:
 existan fundados y graves elementos de convicción de la responsabilidad
disciplinaria por la comisión de una falta muy grave
 resulte indispensable para garantizar el normal desarrollo de la causa o la eficacia
de la resolución que pudiera recaer, o para impedir la obstaculización de la misma,
o para evitar la continuación o repetición de los hechos objeto de averiguación u
otros de similar significación o el mantenimiento de los daños que aquellos hayan
ocasionado a la Administración de Justicia o para mitigarlos.

EJEMPLO

El siguiente caso de imparcialidad judicial es el que se refiere a los halagos o injurias que puede
recibir un magistrado por la labor que desempeña. Por tanto, el magistrado evita conceder
ventajas o privilegios ilegales a cualquiera de las partes. También, en el principio de objetividad
podemos encontrar que cuando el magistrado emite una resolución no buscará nunca
reconocimiento alguno. No se puede negar que el carácter de juez no lo hace inmune a los
elogios y a las ofensas que todos los seres humanos podemos sentir, máxime cuando estos
tienden a reconocer o a minusvalorar nuestro trabajo, pero precisamente para no favorecer o
perjudicar a alguna de las partes es que se le pide al juzgador que intente hacer caso omiso de
unos y otras. Se debe evitar todo tipo de comportamiento que pueda reflejar favoritismo,
predisposición o perjuicio; y en caso de que exista alguna cuestión que pueda comprometer su
imparcialidad, la ley obliga a abstenerse de intervenir en el negocio

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