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I.

MARCO TEÓRICO
A. Salud mental
Definición de Salud Mental
Según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) La salud mental es un
estado de bienestar en el cual el individuo conoce sus propias capacidades,
puede enfrentarse a las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma
productiva y satisfactoria y es capaz de hacer una contribución a su
comunidad. La OMS declara de forma general que "no existe la salud sin la
salud mental".1 

Definición de Depresión
La depresión, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es
un trastorno mental afectivo frecuente que puede tratarse, con cifras
considerables en el mundo y caracterizado por cambios en el estado de ánimo
con síntomas cognitivos y físicos, y estos pueden ser de etiología primaria o
secundaria al encontrarse enfermedades de base, como el cáncer, enfermedad
cerebro vascular, infartos agudos al miocardio, diabetes, VIH, enfermedad de
Parkinson, trastornos alimenticios y abuso de sustancias. 2

Definición de Ansiedad
La ansiedad hasta cierto punto es normal ya que nos permite conocer nuestro
propio ser y todo aquello que activa nuestras operaciones defensivas, es para
el aprendizaje, estimula el desarrollo de la personalidad, motiva el logro de
metas y contribuye a mantener un elevado nivel de trabajo y conducta. En
exceso, la ansiedad es nociva, mal adaptativa, compromete la eficacia y
conduce a las enfermedades.3

Definición de Desesperanza
La desesperanza es la percepción de una imposibilidad para culminar cualquier
meta, la idea de que ya no queda nada por hacer, ni ahora ni nunca, lo que
plantea una resignación forzosa y el abandonar la ambición y el sueño. 4

Pandemia COVID-19
El COVID-19 es una forma de la enfermedad del Coronavirus la cual se debe al
nuevo virus SARS-CoV2 que causa una infección aguda con síntomas
respiratorios. Para Abril del año 2020 con más de dos millones de casos
confirmados en el mundo, se clasificó como pandemia. 5

Clasificación de las depresiones


CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LA CIE10 (OMS)6
A: Los síntomas duran al menos dos semanas y no son atribuidos a trastornos
mentales de tipo orgánicos, no hubo utilización o abuso de sustancias
psicoactivas.6
B: Presentar por lo menos dos de los siguientes síntomas: episodio depresivo
no menos de dos semanas, humor depresivo no característico del sujeto, que
lo presente durante la mayor parte del día casi todos los días. No será
modificable debido a circunstancias normales. Perdida del interés en las
actividades que normalmente desempeña y falta de capacidad para
disfrutarlas. Fatiga constante.6
C: sumarse la presencia de uno o más de los síntomas que siguen en la lista,
haciendo un total de por lo menos 4: tener poca estima y falta de confianza en
sí mismo, sentirse inferior a los demás. Sentimientos de inconformidad con los
propios actos, excesiva culpa. Pensar con frecuencia en la muerte, querer dejar
de vivir, tener conductas suicidas. Incapacidad para concentrarse y pensar,
tener dificultad para tomar decisiones. Alteración del sueño. Aumento o
disminución en el apetito, acompañados de la modificación en el peso corporal.
Cambios repentinos como ser actividad psicomotriz pasando por agitación o
inhibición.6
D: presencia o no de síndrome somático. Perdida de la capacidad para disfrutar
y sentir interés en actividades por las que antes sentía placer. Abolición de la
reacción emocional por acontecimientos de gran importancia. Dificultad para
dormir, despertar antes de lo habitual una o dos horas. Humor depresivo con
mayor intensidad durante las primeras horas del día. Alteraciones motoras,
agitación o enlentecimiento. Disminución de la libido. Falta de apetito.
Disminución involuntaria del peso, al menos 5% de la masa corporal. 6

CRITERIOS DE GRAVEDAD DEL TRASTORNO DEPRESIVO 6


Depresión leve: dos o tres síntomas del criterio “B”, se trata de personas que
pueden desarrollarse bien en sus labores diarios. 6
Depresión moderada: dos síntomas del criterio “B” y alguno del criterio “C”,
sumando en total seis síntomas. Las personas presentan cierto nivel de
dificultad para realizar las actividades que alguna vez realizaron con
normalidad.6
Depresión grave: presentar tres síntomas del criterio “B” y cinco del criterio
“C”, teniendo una suma de ocho síntomas. Con síntomas incapacitantes y
angustiantes, falta de autoestima y excesiva culpa e inquietud por sentirse no
aptos. Pensamientos suicidas, síntomas somáticos, pueden tener síntomas
psicóticos como alucinar o tener delirios. Estupor grave o retraso psicomotor. 6

Trastornos de ansiedad:
Entre los Trastornos de Ansiedad más prevalentes se encuentran:
1. Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
Caracterizado por ansiedad y preocupación como respuesta excesiva,
acompañado de síntomas físicos. Siendo desencadenada por inconvenientes
del día a día. Tiene un inicio insidioso, recurrente y a menudo se hace crónico.
Posee por característica principal la continua presencia de humor preocupado
acompañado de tensión corporal e hiperactividad vegetativa o hipervigilancia. 3

2. Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)


Obsesiones y compulsiones recurrentes, teniendo un carácter severo que
ocasionan constante sufrimiento, el individuo es incapaz de funcionar en su
rutina habitual y en sus relaciones interpersonales. Con frecuencia las
personas no acuden para recibir atención médica. Las obsesiones son
recurrentes, indeseadas e involuntarias pueden ser ideas, imágenes,
pensamientos o impulsos (por ejemplo; de contaminación, de violencia, de
duda, pensamientos sexuales). Las compulsiones se realizan de forma ritual,
son comportamientos (por ejemplo; recuento, comprobaciones, lavado de
manos).3

3. Trastorno de pánico (TDP) y agorafobia


Se caracteriza por crisis inesperadas, no provocadas de aparición recurrente,
ocasionan miedo intenso provocando severos síntomas físicos. Una crisis
alcanza su mayor intensidad a los 10 minutos de haber comenzado y terminan
antes de los 60 minutos. Puede o no estar acompañada de agorafobia. Es de
evolución recurrente y puede ser crónico.3
4. Trastorno de ansiedad social (TAS)
Se trata de ansiedad como respuesta a ciertas circunstancias donde el
individuo se desempeñe enfrente de un público. Como resultado la persona
busca evitar estos escenarios. Se clasifica como fobia social generalizada
cuando la fobia es a más de dos situaciones y fobia social no generalizada
cuando es a una o dos.3

5. Trastorno de estrés postraumático (TEPT)


Aparece de forma tardía semanas o meses después de haber vivido o
presenciado un acontecimiento fuera de lo normal, debido al cual se genera un
trauma (por ejemplo; accidentes, desastres naturales, secuestro, violación). El
paciente presenta reexperiencias del trauma, acompañadas de síntomas de
alerta o embotamiento, esto ocasiona evitación a estímulos parecidos o que se
relacionen al trauma. Los síntomas pueden llegar a durar hasta un mes. Se
clasifica como agudo menos de tres meses y crónico si se prolonga más de
dicho tiempo.3

Desesperanza
La desesperanza aprendida es el conjunto de esquemas cognitivos donde el
individuo se enfoca solamente en los probables resultados negativos con
respecto al futuro inmediato o distante, creyéndose incapaz de lograr las cosas
por sí mismo, que no encontrará el éxito, no podrá realizar sus metas o
solucionar sus problemas.7

Tipos de desesperanza
La desesperanza aprendida se describe a través del estudio de características
de pensamientos, conductas y emociones que Beck et al. (1974) formuló en
tres dimensiones que son:
Afectivo: Es un factor que abarca el sistema afectivo, las emociones, las
creencias en las capacidades propias, y la capacidad de tener esperanza en el
futuro.7
Motivacional: Este factor abarca el cumplir metas u objetivos y la motivación
con la que se intenta lograrlo. Si se pierde la motivación las personas no
perseveran para cumplir sus sueños, llegando a renunciar a ellos. 7
Cognitivo: Este factor engloba todos aquellos pensamientos negativos, sin
fundamentos o irreales con respecto al futuro. Constantemente se imagina
fracasando.7

Salud mental durante la pandemia COVID-19


La pandemia de Covid-19 ha dejado secuelas a nivel psicosocial en las
personas, llevándolas a sufrir estrés o preocupación exagerada. El constante
bombardeo sobre las medidas de control, la alta contagiosidad y el aumento de
casos, ha ocasionado miedo generalizado en la población. Además de
ocasionar estigmatización hacia los trabajadores de salud, los pacientes o sus
familiares. El exceso de noticias o información infundada género en las
personas ansiedad, estrés, tristeza, soledad, miedo; dando paso a una ola de
problemas de salud mental.8 De acuerdo con las vivencias de epidemias
pasadas, se observa que las personas generan emociones y pensamientos
negativos, soledad, tristeza e irritabilidad. Las personas son más susceptibles
cuando se encuentran con altos niveles de ansiedad, pueden tener
comportamientos desadaptativos, como excesiva preocupación por estar
enfermos, confundir síntomas y acudir con frecuencia a centros de salud. 9

B. Epidemiología
Se distinguen tres principales agrupaciones vulnerables: en primer lugar los
trabajadores de la salud que están en primera línea, expuestos a infectarse,
con sobrecarga de trabajo, en áreas no adecuadas con el material y el equipo
necesario. En segundo lugar se encuentran los pacientes con antecedentes de
trastornos mentales, que tengan historia de haber padecido episodios de
psicosis y aislamiento. Y en tercer lugar agrupamos a las personas que hayan
pasado por eventos traumáticos debido a la crisis de la pandemia. 10

1. Datos estadísticos mundiales


Al inicio de la pandemia en China, una investigación con personas sanas
demostró que el 53.8% evaluó el impacto psicológico del COVID-19 de
moderado a grave. Así mismo, de moderados a graves fueron sus síntomas
depresivos (16.5%), de ansiedad (28.8%) y de estrés (8.1%). 11

En una investigación de la Organización Mundial de la Salud destacó que


durante el primer año de la pandemia aumentaron los casos de ansiedad y
depresión en un 25.0%. Todo esto a pesar de los esfuerzos que se realizan a
nivel mundial, donde 90.0% de los países encuestados integraron a sus planes
una respuesta ante la problemática de salud mental, con programas de apoyo
psicosocial. Se encontró una relación entre el aumento de ansiedad y
depresión con respecto a lo afectado que se encontraba el país al momento de
la encuesta, habiendo mayor afectación mental cuanto mayor era el número de
casos que tenía el país para ese entonces. Afectando más a mujeres y a
jóvenes, entre las edades de 20 y 24 años.12
Se tienen registros de la ciudad de Barcelona por parte de “Código Riesgo
Suicida” reportando un total de 3,388 consultas por intentos o ideación suicida.
Esto refleja un aumento del 43.20% de la incidencia durante el mes, en tiempos
de pandemia. En comparación con años anteriores 2018 y 2019, se encontró
que para el mes de mayo de 2021 el incremento alcanzaba un 573.8% en las
consultas, siendo la población joven menor de edad la más afectada. 13 De
acuerdo con un artículo de revisión bibliográfica publicado en la revista
colombiana de psiquiatría, se encontró un estudio de Sprang y Silman donde
compararon los síntomas de Trastorno de estrés postraumático en familias
aisladas por cuarentena frente a controles que no tuvieron cuarentena. Como
resultado se obtuvo puntuaciones de estrés cuatro veces mayor en los niños
que habían pasado por aislamiento o cuarentena en comparación con los hijos
de las familias control. De igual forma hubo más síntomas de estrés en el grupo
en cuarentena, teniendo un 28.0% en comparación con el 17.0% del control. 14
En algunas investigaciones se acuño el termino coronafobia, haciendo
referencia al miedo que se siente por contraer la enfermedad o por estar cerca
de quien la padece, también hace alusión a la precepción de síntomas de
ansiedad. En un estudio realizado en Lima, Perú se encontré que el 13.5% de
los adultos mayores sin riesgo social presentaban coronafobia. Con cifras
similares también se describe en un estudio realizado en Inglaterra, donde el
12.3% de los adultos mayores refirió tener síntomas de ansiedad o coronafobia.
Entre otros datos resalta que en mujeres los síntomas de ansiedad eran más
frecuentes y severos con casi el triple de probabilidad de padecerlos. Altos
niveles de coronafobia aumentan la probabilidad de padecer enfermedades
mentales y en su defecto aislamiento social como factor de riesgo. 15

2. Datos estadísticos regionales


En un estudio publicado en la revista latinoamericana de psicología, realizado
por Palomera-Chávez et al. Se determinó el impacto psicológico de la
pandemia COVID-19, tomando como muestra 1184 participantes de Cuba,
Chile, Guatemala, Colombia y México; cuya edades fueron entre 18 y 83 años.
Los resultados indican que en la muestra latinoamericana 33% de los
participantes demostraron niveles moderados o altos del impacto del evento,
porcentaje parecido a la media proporcionada en el metaanálisis de Zhao et al.
(2021) [24.9%], por otra parte se encuentra la muestra china del estudio de
Wang et al. (2020) donde 53% reportó niveles moderados o altos de impacto
del evento, valorados con la misma escala. 16 Entro los hallazgos más
relevantes de dicho estudio se encuentra que los participantes más jóvenes,
aquellos que padecieron más síntomas clínicos relacionados al COVID-19,
mayor nivel de impacto del evento y menor nivel de resiliencia fueron
predictores de la sintomatología ansiosa, depresiva y el estrés. En Cuba y
Guatemala se observó mayor nivel de depresión y estrés. En cambio en
Colombia se observó un significativo menor nivel de estrés y ansiedad. En
conjunto para la muestra se obtuvieron datos que reportaron un 49% de
depresión, un 48% de ansiedad, y un 60.2% de estrés. 16

En otro estudio realizado por Chocón-Figueroa, acerca de los trastornos de


ansiedad en tiempos de pandemia por COVID-19, encontró que de los 380
participantes en el municipio de Zacapa, el 20.5% (78) presentó ansiedad
mínima, 25.8% (98) ansiedad leve, el 35.5% (135) presentaron ansiedad
moderada y el 18.2% (69) presentaron ansiedad grave. Si clasificamos por
grupo etario el nivel de ansiedad; tenemos ansiedad moderada que prevalece
en las personas de 42 a 51 años 48.7% (38); la ansiedad grave predomina en
la población de 52 a 61 años 27.0% (17). 17 De acuerdo al sexo, la ansiedad
moderada se encontró con mayor frecuencia en el sexo masculino con 36.3%
(58), mientras que en el sexo femenino se obtuvo en 35.0% (77). En cuando a
nivel socioeconómico se encontró un 47.6% (30) con ansiedad moderada
posterior a presentaron una disminución económica del 75%. Es importante
mencionar que los trastornos de ansiedad de moderada a grave se presentan
principalmente en los grupos etarios de mayor edad y en hombres,
encontramos una probable relación con el papel del hombre en la sociedad
latina, donde se ve como el principal proveedor de alimento y sustento en la
casa. Entre otros factores desencadenantes como el desempleo, las deudas,
padecimiento de comorbilidades.17

3. Datos estadísticos nacionales


En una investigación realizada previo a la pandemia de COVID-19, en los
departamentos de Francisco Morazán y Olancho sobre la incidencia de
probables trastornos mentales en las personas con enfermedades médicas
crónicas. Se encontró con que el 42.7% de los encuestados del Departamento
de Francisco Morazán padecía alguno, siendo los principales padecimientos: la
depresión con 38.6%, la ansiedad 29.2% y el estrés postraumático con un
11.7%. Igualmente se encontró en el departamento de Olancho que un 55.7 %
de las personas mayores de 18 años presentan sintomatología compatible con
algún trastorno mental siendo los de mayor frecuencia: uso o abuso de drogas
con un 31.1%, la depresión con 30.7%, y la ansiedad con un 26%. En los dos
grupos se encontró que en personas de la tercera edad o mayores de 51 años
hay mayor probabilidad de padecer algún trastorno mental o enfermedades
crónicas.18
En el estudio denominado “Salud mental en Honduras durante la pandemia de
COVID-19, factores psicosociales de riesgo y protectores asociados”, fue
realizado entre abril y junio de 2020 por los maestrantes Lina Mendoza, et al.
Los resultados indican que con las puesta en marcha de las medidas de
distanciamiento social en el país, tanto en la primera como en la segunda
medición, la mayoría de los participantes (43.3% y 49.4% respectivamente) se
agrupa en la categoría de “sin problemas de salud mental”, sin embargo, en
ambos momentos entre el 11.2% y 14.1% presentó un trastorno mental, entre
el 20% y 23% un problema de salud mental y más del 19% padeció angustia
mental. Otro de los hallazgos es que la alteración de la salud mental de los
participantes fue de 27% en el mes de abril y de 18.7% en junio, mientras que
el 28.1% de los desórdenes se mantuvo, al igual que el 7.5% de la angustia
mental, el 12.2% de los problemas mentales y el 8.7% de los trastornos. 19

C. Causas de enfermedades de salud mental


Las causas de los trastornos mentales son multifactoriales, y se clasifica en
modelos; bilógicos (neurológico, genético, etc.), psicológicos (emocional,
cognitivo, etc.) y ambientales (psicosocial, familiar, etc.). Todos ellos
determinantes no solo para su origen sino también para su desarrollo,
evolución, tratamiento, pronóstico y posible rehabilitación. 20
El modelo biológico reduce la enfermedad a un origen meramente orgánico,
como ser una lesión cerebral. El modelo psicodinámico, se desarrolló a partir
del trabajo de Freud, considera que la enfermedad/ trastorno mental, son un
“conflicto” entre fuerzas opuestas y que tienen que ser armonizadas para la
estabilidad del sujeto. El modelo psicosocial, contempla la enfermedad mental
como efecto de la estructuración social y de la presión que ésta ejerce sobre el
individuo.20
Los indicadores de la salud mental y de los trastornos mentales también
incluyen factores culturales, económicos, políticos, sociales y ambientales,
como ser las condiciones laborales y el apoyo social de la comunidad. Además
de las políticas nacionales que determinan el nivel de vida a través de la
adopción de programas para la protección social. 21 La exposición a las
adversidades a temprana edad es un factor de riesgo prevenible y bien
establecido de los trastornos mentales. La OMS hace énfasis la importancia de
la salud mental y el desarrollo social. Además incita a considerar a las
personas con trastornos de salud mental como grupo vulnerable, ya que casi
tres cuartas partes de la carga mundial de trastornos neuropsiquiátricos se
producen en países de bajos y medianos ingresos. 21

D. Factores asociados
En el artículo publicado por Buitrago, Ciurana et al, en la revista médica
Elsevier, se proponen las principales circunstancias que influyen en la
vulnerabilidad de las personas durante la pandemia de Covid-19.
 Edad y sexo: Ancianos, mujeres, adolescentes y niños.
 Etnia: Población inmigrante, indocumentadaos, grupos minoritarios.
 Antecedentes de enfermedades físicas y/o psíquicas: Pacientes
psiquiátricos, discapacitados, enfermedades crónicas.
 Condiciones económicas y sociales: Ausencia de redes sociales de
apoyo, viviendas sin condiciones de higiene y/o habitabilidad, indigencia,
residentes ilegales, pobreza y desempleo.
 Antecedentes de violencia y eventos traumáticos: Violencia de género,
violencia familiar, maltrato infantil.
 Condiciones de trabajo durante epidemias y catástrofes naturales:
personal sanitario de primera línea, grupos institucionales o comunitarios
destinados a resolución en catástrofes.
 Institucionalización: acilos, orfanatos, centros psiquiátricos, presidios,
albergues y centros para inmigrantes, centros de ONGs.
 Otros: hipocondría, desinformación, frustración, soledad, escases de
suministros, aburrimiento, mal estado económico y laboral, percepción
de perdida de la libertad, falta de solidaridad y apoyo mutuo. 22

E. Co-morbilidad
Antecedente de enfermedad mental
Según la revisión de literatura realizada en Chile por Arenas et al., para el
“Seminario de traducción del conocimiento 2020” se encuentra un apartado
donde recopilaron las comparaciones que hicieron en varios estudios a nivel
mundial sobre el impacto mental de la pandemia de covid-19 en las personas
con trastornos mentales frente a personas sanas. En uno de los estudios,
hecho en China en febrero de 2020, se registró que los pacientes con
trastornos psiquiátricos como depresión o ansiedad, se presentaron más a
consulta refiriendo síntomas de COVID-19 en comparación con las personas
sin estos antecedentes (30.3% vs 5.5%). Además de documentarse mayores
casos de ansiedad severa y extremadamente severa (3.9% y 10.5%), en dicha
población con antecedentes en comparación con las personas sanas (0.9% y
0%), de igual manera se registraron más casos de depresión severa y
extremadamente severa (5.3% y 7.9%) con respecto a los participantes control
(0.9% y 0.0%). Entre otros descubrimientos se encontró que los pacientes
psiquiátricos reportaron mayor porcentaje de ideación suicida de moderada a
severa 11.8% con respecto a los controles 0.9%.23
En otra investigación realizada en Italia, donde se registró la frecuencia con
que pacientes diagnosticados con TOC volvían a padecer síntomas después de
la pandemia. Se hizo seguimiento a pacientes que tenían seis meses de
tratamiento antes de la pandemia y ya 40.0% de los pacientes presentaba
remisión de los síntomas de TOC, de dichos pacientes 13.3% una vez
instaurada la pandemia volvieron a padecer síntomas de TOC. No solo
aparecieron de nuevo los síntomas sino que habían incrementado en gravedad,
compulsión y obsesión. Los síntomas más problemáticos fueron los
concernientes a la posible contaminación de Covid-19, la excesiva higiene y el
lavado de manos exagerado, posiblemente desencadenados por los constantes
consejos de las redes sociales y medios de comunicación. 23
En una investigación realizada en la india donde se informó sobre el uso de
sustancias alcohólicas y su prohibición durante la pandemia. De 73
participantes se identificó un 6.6% con síndrome de abstinencia de alcohol
(alucinaciones, convulsiones, delirium tremens), representando un aumento de
casos en comparación con la misma fecha del año anterior (2019). De estos
casos, solo una persona logró acceder a medicamentos para controlar los
síntomas. Posterior al 22 de marzo de 2020 quedaba instaurada la prohibición
de ventas alcohólicas, sin embargo, existen lugares clandestinos a los cuales
los pacientes lograron acceder, quedando con mayor riesgo de intoxicación. 23

Antecedente de enfermedad crónica no trasmisible


Según estudios realizados en México y Brasil sobre la mortalidad del Covid-19
y su relación con enfermedades crónicas, se encontró que el riesgo de
mortalidad era mayor en: edad mayor de 60 años, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, diabetes mellitus, enfermedad cardiaca, hipertensión
arterial sistémica, daño renal y obesidad.24 De igual forma el factor de riesgo
que predominó en pacientes fallecidos fue la edad mayor de 60 años. En el
primer estudio se reportó una mortalidad de 6.3% (1,094 pacientes) de los
cuales 60.5% tenían más de 60 años. En Brasil la mortalidad fue del 6% siendo
mayor de 60 años el 75% de los pacientes fallecidos. Además de la edad se
encontró 24
Entre las enfermedades que se reportaron con mayor frecuencia se
encuentran; diabetes mellitus (10.9%), obesidad (11.6%) y la hipertensión
arterial sistémica (13.5%), en el grupo de los sobrevivientes. En el grupo de los
fallecidos se encontraron mayores porcentajes de las mismas, diabetes mellitus
(34.1%), obesidad (19.8%) y la hipertensión arterial sistémica (39.9%), lo que
claramente denota la influencia de las mismas en el pronóstico de los
pacientes.24

F. Tratamiento
La mayoría de los tratamientos para trastornos psiquiátricos se pueden
clasificar dentro de las siguientes categorías:
Tratamientos somáticos: puede ser farmacológico y estimulación cerebral
mediante terapia electro convulsiva, estimulación del nervio vago o
estimulación magnética transcraneal.
Tratamientos psicoterapéuticos: incluye las técnicas de terapia conductual,
la hipnoterapia o la psicoterapia que puede ser: individual, grupal, familiar o
conyugal. Siendo la psicoterapia la más utilizada actualmente. 25

Tratamiento farmacológico
Los tratamientos farmacológicos son el más frecuentemente utilizado debido a
su elevada eficacia. Se ha extendido su uso no solo a psiquiatras sino también
entre el gremio de médicos en general. Los fármacos se clasifican de acuerdo
al trastorno para el cual se prescriben, para la depresión se encuentran los
llamados “antidepresivos” de estos los más utilizados son: inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como citalopram, sertralina,
paroxetina y la más conocida fluoxetina. Otros tipos de fármacos antidepresivos
incluyen: inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN),
como venlafaxina, duloxetina o desvenlafaxina y los inhibidores de la
recaptación de norepinefrina y dopamina, como bupropión.25
Para el tratamiento de los trastornos de ansiedad se utilizan los ISRS los
llamados “ansiolíticos” como clonazepam, diazepam y lorazepam. También se
pueden utilizar antidepresivos en el tratamiento de las fobias y trastornos de
pánico.25

Terapia electroconvulsiva: A pesar de las opiniones dadas en algunos


medios de comunicación, es segura y rara vez ha originado complicaciones. Es
el tratamiento más eficaz para tratar la depresión grave. La terapia consiste en
la colocación de varios electrodos en la cabeza del paciente, que una vez se
encuentra anestesiado se procede a generar descargar eléctricas en el
cerebro. Estas descargas inducen pequeñas convulsiones. Una vez realizado
el procedimiento puede haber pérdida transitoria de la memoria. 25
Otras terapias de estimulación cerebral:
La estimulación del nervio vago y la estimulación magnética transcraneal
podrían resultar ser beneficiosas en personas afectadas por depresión que no
han respondido al tratamiento psicoterapéutico o a los fármacos. La practica de
estas terapias implican la estimulación o activación del cerebro directamente
con implantes o imanes que estimulan el nervio vago. Se cree que, al estimular
las células, estas liberan neurotransmisores que ayudan en la regulación del
estado de ánimo.
la estimulación magnética transcraneal repetitiva y la estimulación del nervio
vago, en fase de estudio y podrían resultar beneficiosas en personas afectadas
por depresión que no han respondido a los fármacos o al tratamiento
psicoterapéutico. Estas terapias implican la activación o estimulación del
cerebro directamente con imanes o implantes que estimulan el nervio vago. Se
cree que las células estimuladas liberan neurotransmisores que ayudan a
regular el estado de ánimo.25
Psicoterapia
La psicoterapia, también denominada “terapia de conversación”. Al crear un
ambiente de aceptación y empatía, el terapeuta con frecuencia es capaz
ayudar al paciente a identificar la fuente principal de sus problemas y
considerar algunas alternativas para afrontarlos. La capacidad de introspección
y la conciencia emocional que la persona adquiere a través de la psicoterapia a
menudo originan cambios en sus conductas y actitudes que le permiten vivir de
una manera mas satisfactoria y plena.

Psicoterapia: También denomina "terapia de conversación". Al crear un


ambiente de empatía y aceptación, con frecuencia el terapeuta es capaz de
ayudar al paciente a identificar la fuente de sus problemas y a considerar
alternativas para afrontarlos. La conciencia emocional y la capacidad de
introspección que la persona obtiene a través de la psicoterapia a menudo
originan cambios en sus actitudes y conductas que le permiten vivir de una
manera más plena y satisfactoria.25
La mayoría de los profesionales de la salud mental practican uno de los seis
tipos de psicoterapia:
Terapia conductual: este tipo de terapia implica cierto numero de
intervenciones cuyo objetivo es ayudar al paciente a desaparecer conductas
mal adaptadas en tanto que aprende otras que si son adaptadas. La terapia de
exposición, a menudo usada para tratar fobias, es un ejemplo de terapia
conductual.
Terapia conductual: La terapia conductual implica cierto número de
intervenciones que tienen por objetivo ayudar al sujeto a desaprender
conductas mal adaptadas en tanto que aprende otras que sí son adaptadas.
La terapia de exposición, usada a menudo para tratar fobias, es un ejemplo de
terapia conductual. En la terapia de exposición, se expone a la persona a
objetos, actividades o situaciones temidos en un entorno seguro. El objetivo es
reducir el miedo y ayudar a los afectados a dejar de evitar aquello que temen.
La terapia conductual está relacionada con la terapia cognitiva. En algunos
casos se emplea una combinación de ambas, conocida como terapia cognitivo-
conductual. La base teórica de la terapia conductual es la teoría del
aprendizaje, según la cual las alteraciones de la conducta son consecuencia de
un aprendizaje incorrecto.25
Terapia cognitiva: ayuda a identificar posibles distorsiones en los
pensamientos y a comprender cómo estas distorsiones generan problemas en
su vida. Por ejemplo, la persona puede pensar de una manera tipo "todo o
nada" ("si no obtengo un éxito total, soy un completo fracasado"). La premisa
de trabajo empleada establece que el modo de sentir y de comportarse de una
persona está determinada por la forma en que interpreta sus experiencias
previas. A través de la identificación de sus creencias y suposiciones
fundamentales, la persona es capaz de aprender otros modos de analizar sus
experiencias, logrando una disminución en la intensidad de los síntomas y una
mejoría en la conducta y en la percepción de sus sentimientos. 25
Terapia interpersonal: fue inicialmente concebida como un tratamiento
psicológico breve para la depresión y está diseñada para mejorar la calidad de
las relaciones interpersonales del sujeto depresivo. Se centra en lo siguiente:
duelo no resuelto, conflictos que surgen cuando el individuo tiene que
desempeñar papeles que difieren de sus expectativas iniciales (como, por
ejemplo, cuando una mujer establece una relación de pareja esperando ser
madre y ama de casa y se encuentra con que además debe ser el sostén
económico de la familia), transiciones en roles sociales (como pasar de ser un
trabajador activo a estar jubilado), problemas para comunicarse con los demás
El terapeuta enseña al sujeto a mejorar aspectos de sus relaciones
interpersonales, como por ejemplo a superar el aislamiento social y a
responder a los demás de un modo diferente al habitual. 25
Psicoanálisis: es la forma más antigua de psicoterapia y fue desarrollado por
Sigmund Freud en los primeros años del siglo XX. Conforme al método clásico,
con una frecuencia de 4 o 5 veces por semana, el sujeto, tendido en un diván
en el consultorio del terapeuta, trata de verbalizar cuanto le pasa por la cabeza.
Esta práctica se denomina asociación libre. Gran parte del método se centra en
ayudar a la persona a comprender cómo los patrones pasados de las
relaciones se repiten en el presente. La relación entre el sujeto y el terapeuta
es una parte clave de este enfoque. Entender cómo el pasado afecta al
presente ayuda a desarrollar formas nuevas y más adaptadas de
funcionamiento en las relaciones personales y en el entorno laboral. 25
Psicoterapia psicodinámica: de modo similar al psicoanálisis, se centra en la
identificación de patrones inconscientes en los pensamientos, los sentimientos
y las pautas de conducta del sujeto. En esta modalidad terapéutica, sin
embargo, la frecuencia de las sesiones varía de 1 a 3 veces por semana,
permaneciendo el sujeto generalmente sentado y no tendido en un diván.
Además, se le da un menor énfasis a la relación entre el sujeto y el terapeuta. 25
Psicoterapia de apoyo: la más frecuentemente utilizada, se basa en el
establecimiento de una relación empática y de apoyo entre el sujeto y el
terapeuta. Este tipo de relación estimula la expresión de sentimientos por parte
del sujeto de manera que el terapeuta puede proporcionarle ayuda para la
resolución de sus problemas. La psicoterapia centrada en el problema, una
forma de terapia de apoyo, puede ser realizada de manera eficaz por los
médicos de atención primaria.25

G. Prevención y rehabilitación
Prevención: tiene el objeto de reducir la incidencia, prevalencia, recurrencia de
los trastornos mentales, el tiempo en que las personas permanecen con los
síntomas o la condición de riesgo para desarrollar una enfermedad mental,
previniendo o retardando las recurrencias y disminuyendo también el impacto
que ejerce la enfermedad en la persona afectada, sus familias y la sociedad.
Prevención universal: se define como aquellas intervenciones que están
dirigidas al público en general o a un grupo completo de la población que no ha
sido identificado sobre la base de mayor riesgo.
Prevención selectiva: se dirige a individuos o subgrupos de la población cuyo
riesgo de desarrollar un trastorno mental es significativamente más alto que el
promedio, según evidencia comprobada por los factores de riesgo psicológico o
social.
Prevención indicada: se dirige a las personas en alto riesgo que son
identificadas como personas con signos o síntomas mínimos, pero detectables,
que pronostican el inicio de un trastorno mental, o marcadores biológicos que
indican la predisposición para desarrollar trastornos mentales, pero que en ese
momento, no cumplen con el criterio para trastorno mental. 26

Rehabilitación: La rehabilitación psiquiátrica se define como el conjunto de


procedimientos biológicos y socio psicológicos utilizados en aquellos enfermos
en los que han aparecido incapacidades que le imposibilitan un adecuado
ajuste social, producto de alguna afección psiquiátrica y cuyo objetivo
fundamental consiste en integrarlos en un contexto social tan similar al normal
como sea posible, siendo exactamente la rehabilitación psicosocial el proceder
terapéutico encaminado a crear habilidades socio laborales cuando estas no
existen o son pobres, restablecerlas cuando se han perdido por alguna
enfermedad físico o mental o preservar las que quedan después de un proceso
morboso teniendo en cuenta los intereses, motivaciones, necesidades y
capacidades reales para lograrlas de forma individual a través de la utilización
de patrones de conductas normales y con la participación de la familia y la
comunidad.27

Nivel I de rehabilitación se encuentran aquellos pacientes los cuales no


desarrollan una actividad socialmente útil y son dependientes a la hora de
realizar cualquier actividad, las cuales tiene lugar en talleres intrahospitalarios
creados para este fin. Nivel II se sitúan los pacientes que desarrollan una
actividad social útil, y tienen independencia parcial en el desarrollo de su
actividad, asisten al departamento de Terapia Ocupacional donde realizan
actividades  más especializadas, o se incorporan a brigadas, talleres o
departamentos intrahospitalarios laborando conjuntamente con los
trabajadores. Nivel III se van encontrar los pacientes que desarrollan una
actividad social útil, tienen mayor grado de independencia y mantienen vínculo
con la comunidad y reciben algún tipo de estímulo por la actividad que realizan.
Nivel IV los pacientes desarrollan una actividad social útil, y realizan trabajos
que necesitan buena atención y un raciocinio casi normal, tales como cultivos,
confecciones, etc.  Ya en el nivel V los pacientes realizan trabajos iguales al de
un obrero normal.27

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