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EN TRASTORNOS DEPRESIVOS
La ausencia de interés por las actividades que alguna vez fueron placenteras es más
manifiesta, al igual que la falta o exceso de apetito, dificultades para concentrarse,
recordar detalles o tomar decisiones, aparición de insomnio o hipersomnia, dolores,
problemas digestivos; y en casos extremos puede surgir ideación y conducta
suicida.
Depresión clínica
Se trata de una condición definida por las clasificaciones diagnósticas en uso: CIE-
10 y DSM-IV.
Estado de ánimo triste, disfórico o irritable durante la mayor parte del día y
durante la mayor parte de los días.
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Anhedonia o disminución de la capacidad para disfrutar o mostrar interés y/o
placer en las actividades habituales.
Disminución o aumento del peso o del apetito.
Insomnio o hipersomnio.
Enlentecimiento o agitación psicomotriz.
Astenia (sensación de debilidad física).
Sentimientos recurrentes de inutilidad o culpa.
Disminución de la capacidad intelectual.
Pensamientos recurrentes de muerte o ideas suicidas.
Criterio E: No se explica por una reacción de duelo ante la pérdida de una persona
importante para el paciente.
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Criterio G: No hay criterios de enfermedades orgánicas.
Breve Historia
Durante muchos siglos se le denominó melancolía (del griego clásico μέλας, 'negro' y
χολή, 'bilis') y aparece descrita en numerosos escritos y tratados médicos muy
antiguos. Probablemente fue Hipócrates quien le dio tal denominación, y fue sólo
en 1725 que el británico Sir Richard Blackmore utilizó el término actual de
depresión. Durante siglos su origen y tratamiento convocaba aspectos mágicos y de
corte ambientalista de tipo empírico (ceremonias, paseos, dietas, música, etc.), y
sólo a fines del siglo XIX, con el advenimiento de la psicología y de la psiquiatría
modernas, se inician tanto estudios como enfoques de tratamientos más eficaces.
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La presencia de un pariente en primer grado con un trastorno depresivo mayor
aumenta entre 1.5 y 3 veces el riesgo de padecerla en algún momento.
La depresión post parto afectaría entre un 5 y un 25% de las puérperas.
La prevalencia aumenta con la edad y con las condiciones de pobreza; así, la
prevalencia actual es de 17.5% en los pobres extremos y de 5.5% en los no pobres
(Lima y Callao; IESM, 2002).
II. Evaluación
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, de ahí que una apropiada entrevista
siempre será el mejor instrumento. Deberán indagarse antecedentes personales y
familiares pertinentes, al igual que considerar la influencia de condiciones
orgánicas (por ej. hipotiroidismo) y de la medicación que se pudiera estar
consumiendo.
Historia personal
Antecedentes familiares de depresión
Características sociales y culturales
Calidad de las relaciones interpersonales
Grado de deterioro funcional
Gravedad y persistencia de los síntomas
Respuesta a cualquier intervención previa
Sin embargo, existen pruebas psicológicas diversas que pueden contribuir a facilitar
la evaluación y sobre todo controlar (monitorizar) la evolución del cuadro.
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Se activarían diversos esquemas (formas de percibir la realidad que incluyen
creencias e imágenes) que la alimentan; estos esquemas suelen aprenderse en la
infancia, y pueden mantenerse latentes durante mucho tiempo hasta que un
acontecimiento (estresor) o una circunstancia de vulnerabilidad los dispara.
Objetivos:
Tareas usuales asignadas por consenso con el paciente, de quien se espera que
asuma crecientemente un rol más activo: autorregistro de actividades y
pensamientos, experimentos para comprobar hipótesis, etc.
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Generalmente la terapia consta de 15-20 sesiones una vez a la semana. En casos
más graves, pueden darse dos sesiones semanales durante 4-5 semanas y
después, una semanal durante 10-15 semanas.
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2.1 Clarificar sus expresiones y quejas confusas, enseñarle cómo se relacionan
con su depresión:
La mujer que quiere divorciarse en el fondo su pensamiento dicotómico
le lleva a ver a su esposo peor de lo que es.
El varón que cree estar iniciando una demencia cuando nota su falta
de concentración.
La mujer que se considera una mala persona cuando nota la pérdida
de afecto por su familia.
El varón que se considera un inútil por su lentitud y dificultad en
concentrarse.
2.2 Se indagará cuáles son los síntomas particulares que le aquejan, su grado de
intensidad, el deterioro funcional que presenta, y la existencia de ideación
suicida. Todo lo cual se tomará en cuenta para planificar la terapia, donde lo
usual será comenzar por las técnicas conductuales, en particular si la
depresión es severa, con la finalidad de acercarse al nivel de desempeño
funcional previo a la depresión.
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Se destacan las sensaciones agradables que experimenta, superando el
pensamiento dicotómico.
Pensamientos automáticos
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Contratos personales no adaptativos: “si hago…, entonces ocurrirá…”,
generalmente llevan a la frustración repetida y a concluir que la gente,
la vida, Dios, etc., son terriblemente injustos, que eso no debería ser
así...
Estilo atribucional del depresivo:
La Terapia Interpersonal
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1. Un duelo no resuelto. La asunción de una pérdida es un proceso difícil y
doloroso y no siempre se realiza de forma adecuada.
3. Los problemas que surgen en las transiciones de un rol social a otro pueden
estar en el origen de la depresión. Por ejemplo, cuando se cambia de situación
en el trabajo tanto por una promoción como por pasar al desempleo o a la
jubilación.
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8. Para la depresión en personas de edad avanzada se recomienda ofrecerles la
misma gama de terapias psicológicas que a las personas más jóvenes. Se debe
evaluar cuidadosamente su condición física, medicación para otros males y el
riesgo/beneficio del uso de antidepresivos antes de prescribirlos.
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