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Las cinco disciplinas de práctica de un equipo exitoso


Se trata de contestar a la pregunta de ¿qué puedo hacer para conducir al equipo
en el que participo, a que sea uno de alto rendimiento?
Para ello se plantean las siguientes cinco disciplinas.
Las cinco disciplinas.
Esta propuesta se basa en la experiencia de observar la dinámica de los equipos
de trabajo, a partir de los enfoques internos y externos que manejan, el enfoque al
trabajo y al proceso y a la interconexión que se tiene entre estos elementos.
Las disciplinas son:
1. Puesta en marcha. Para tener éxito es necesario que se establezca cómo
deben ser los integrantes del equipo. Con este panorama será posible
medir el desempeño y rendimiento del equipo. Es misión del líder del
equipo determinar todo esto. Debe partir de la química que exista entre los
candidatos y la diversidad para trabajar en conjunto que permitan obtener lo
mejor del equipo. Se determina la función de cada integrante y su relación
para con el equipo.
2. Aclarar. Después, ya integrado el equipo, se estructura su misión. Esto
conduce a altos niveles de pertenencia y transparencia a los integrantes del
equipo. La misión debe incluir:
a. El propósito.
b. Metas y objetivos estratégicos.
c. Valores básicos.
d. Protocolos y formas de trabajar.
e. Roles y expectativas.
f. Visión de éxito.
3. Co-crear. Es la fase de ejecución de la misión. Es una etapa en la que los
integrantes deben vigilar que sus actos sean congruentes con lo
establecido en la misión (en la disciplina anterior (aclarar)).
4. Conectar. Esta disciplina involucra las relaciones el equipo con el exterior,
también en pro de la vigilancia del cumplimiento de la misión de este. Debe
observarse la forma en que el equipo se comunica y relaciona con el
exterior.
5. Aprendizaje básico. En esta disciplina el equipo debe hacer un alto y
observar los logros y su desempeño, con el fin de reflexionar y
retroalimentarse para el siguiente paso. Deben revisarse los aprendizajes
individuales y el colectivo.
Conectar las disciplinas.
Se recomienda conectar las disciplinas con la siguiente estructura para el mejor
beneficio:
 1 y 2: el diálogo entre encargo y misión. Se trata de aclarar, determinar de
la forma más objetiva posible, qué se espera del equipo y qué será
determinante para garantizar su éxito. Se trata de seguir con mucho
cuidado, que la selección de los integrantes del equipo realmente conduzca
al equipo a la generación de una misión en conjunto y que la labor de cada
uno quede perfectamente conectada con esa misión.
 2 y 3: la política convertida en diálogo práctico. Debe cuidarse por el líder,
que haya un cuidado y quizá hasta un límite en el cual el equipo funcione
para garantizar que no caiga en la tentación de dirigir esfuerzos que no
vayan encaminados al logro de su misión. Enmarcar la misión y ponerla en
le pantalla inicial de las computadoras no es lo importante. Lo importante es
redactarla, acordarla y mostrar con lo del diario que se ejecuta y logra.
 3 y 4: co-crear con los grupos de interés. Se trata de crear compromisos de
“doble circuito” con los grupos de interés. Se trata de trascender al equipo
con el que se coexiste, pero no solo ahí, sino también con los equipos con
los que ese equipo coexiste.
 4 y 1: el diálogo entre el grupo de interés y el comisionado. Se trata de
extender más allá de las fronteras del equipo, el alcance de su trabajo y
decisiones, para que el ciclo se cierre no sólo con sus usuarios, sino
también con los usuarios de estos.
 El aprendizaje básico conectado con las otras disciplinas: se recomienda
que el equipo se detenga para reflexionar y retroalimentar su desempeño
en las disciplinas descritas y en las conexiones planteadas, de preferencia
fuera de su contexto para evitar contaminaciones y lograr una verdadera
introspección sobre su desempeño.

1 Bibliografía
Hawkins, P. (2012). Coaching y liderazgo de equipos. México: Granica.

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