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TRIBUNAL DE GESTION ASOCIADA-CUARTO

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 408

CUIJ: 13-04326553-3((012004-253211))

MENDEZ JOSE MANUEL Y FUNES RUTH ELIZABETH POR SI Y E.R.D.S.H.M.


MENDEZ SOFIA ABRIL C/ GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE MENDOZA Y
HOSPITAL ANTONIO J. SCARAVELLI P/ DAÑOS Y PERJUICIOS

*104401789*

Mendoza, 17 de Mayo de 2022.

VISTOS:

Estos autos, arriba individualizados, llamados para sentencia a fs. 407, de los
que

RESULTA:

1) Que la presente causa tiene por origen la demanda glosada a fs. 16/40,
deducida por José Manuel Méndez y Ruth Elizabeth Funes, por su propio
derecho y en representación de su hija menor Sofía Abril Méndez Funes,
contra el Hospital Antonio J. Scaravalli y la Provincia de Mendoza, por los
daños y perjuicios que se habrían seguido por la deficiente atención,
inmediatamente posterior a su nacimiento, de la menor, ello conforme las
circunstancias de hecho que relacionan y del derecho que exponen. El reclamo
fue inicialmente estimado, en conjunto, en la suma de $ 8.662.400 o lo que en
más o en menos resultase de la prueba a rendirse, con más intereses y costas,
conforme los rubros y montos que luego discriminan y cuantifican. Ofrecen
prueba.-

2) La demanda fue contestada por el Poder Ejecutivo Provincial (fs. 93/5) y


por el hospital demandado (fs. 99/107), solicitando ambos el rechazo de la
misma, con costas. Opone la Provincia en primer lugar como defensa la
excepción de falta de legitimación sustancial pasiva a su respecto, y en
subsidio se limita a negar los hechos invocados por los actores. El hospital,
por su lado, tras las negativas de estilo, invoca como eximente la culpa de los
demandantes, aduciendo que la Sra. Funes durante el embarazo informó que
su grupo sanguíneo era A rh+, y que luego, cuando el 21/04/15 se prescribió
el alta, lo fue con control para el día siguiente, retornando los padres con la
bebe recién el día 23 y expresando que la traían para control de peso,
constatándose en ese momento la gravedad del cuadro. Ofrece prueba y funda
en derecho.-

A fs. 110/1 Fiscalía de Estado, a quien se ordenara dar intervención por estar
comprometido el interés de la Provincia, manifestó estar a los términos de los
respondes del hospital demandado y de la Provincia, adhiriendo a la prueba
ofrecida por éstos.-

3) Contestó la parte actora, a fs. 116/7, el traslado que de los respondes le fue-
ra conferido a fs. 115, negando los extremos invocados por los demandados y
ratificando en un todo los términos de la demanda, y a un tiempo amplia el
ofrecimiento de prueba.-

4) En la resolución de fs. 141 y vta. se fijó audiencia inicial, de cuya


realización da cuenta el acta agregada a fs. 147/8, conforme la cual, ante el
fracaso de la conciliación intentada, el tribunal procedió a determinar los
hechos objeto del proceso, pronunciándose además sobre la admisibilidad de
la prueba ofrecida, la cual fuera parcialmente receptada en lo sucesivo en el
expediente.-

5) Obra a fs. 393 e.d. constancia de la audiencia final, donde se recibiera la


declaración testimonial de Victoria Fani Richard y Rafael Simón Reta, y
posteriormente las partes alegasen en forma oral, siendo además de destacar
que por encontrarse comprometido el interés de una menor de edad se ha dado
la debida intervención al Ministerio Pupilar (ver fs. 80, 155, 390, etc.), y

CONSIDERANDO:

1) Que he de señalar, en primer lugar, habida cuenta que la parte actora al


demandar pretende encuadrar el caso en las disposiciones de la Ley de
Defensa al Consumidor N° 24.240, que la responsabilidad del hospital
demandado, tratándose de un ente estatal, debe ser juzgada en función de lo
normado por la Ley 8.968 y las demás disposiciones a las que ella remite.-

La asistencia médica que el Estado brinda a quienes, por carecer de recursos


suficientes, concurren a hacerse atender gratuitamente en los hospitales
públicos, no genera entre ellos un vínculo contractual ni que pueda ser
asimilado a un contrato. Trátase de un servicio social al que no resulta de
aplicación las disposiciones de ley de defensa al consumidor.-
Tal como magistralmente lo expusiera el jurista uruguayo Enrique Sayagués
Lazo, “el derecho público moderno se ha orientado francamente en el sentido
de extender cada vez más el campo de acción del Estado, agregando a los
fines clásicos una inmensa variedad de servicios. Esas múltiples actividades o
tareas que el derecho pone a cargo de las entidades públicas, constituyen los
cometidos estatales” (Tratado de Derecho Administrativo, ed. 1959, t° I, n°
22, pág. 48), señalando además que la ejecución de los servicios públicos es
uno de los principales cometidos estatales (n° 27, pág. 57), a los que, en base a
sus elementos esenciales, define “como el conjunto de actividades
desarrolladas por entidades estatales o por su mandato expreso, para satisfacer
necesidades colectivas impostergables mediante prestaciones suministradas
directa e inmediatamente a los individuos, bajo un régimen de derecho
público” (n° 29, pág. 65).-

Más adelante agrega que “en los estados modernos es principio admitido
unánimemente, la necesidad de que los poderes públicos accionen para
impulsar el desarrollo de la cultura, la protección de la salud pública, el
desenvolvimiento de la previsión social, etc. El cumplimiento de estos fines
puede lograrse de muy distintas formas y especialmente mediante la
organización de servicios administrativos a los cuales se asigna determinados
cometidos. El conjunto de actividades que realizan dichas administraciones,
constituye los servicios sociales” (n° 37, pág. 77), y entre sus caracteres
fundamenta-les enuncia los siguientes:

“a) La finalidad de estos servicios es eminentemente social, en el sentido que


están dirigidos a obtener en forma inmediata un mejoramiento en el nivel de
vida de los individuos, especialmente de aquellos que se encuentran en
condiciones menos favorables. Esa finalidad de protección social es
fundamentalísima y orienta la organización y funcionamiento de estos
servicios.

“b) Por su propia naturaleza estos servicios no persiguen fines lucrativos y


además son generalmente deficitarios, todo lo cual determina un régimen
especial de financiación, puesto que sólo pueden desenvolver-se mediante el
establecimiento de impuestos o contribuciones especiales.

“c) El cumplimiento de estos servicios constituye en los tiempos actuales un


cometido natural del estado; pero la intervención estatal no excluye a la
actuación de los particulares, quienes pueden también mover-se en ese campo
ejerciendo un derecho propio, dentro de los límites que fijen las leyes. Es una
zona de actividad en la que concurren naturalmente las personas públicas y
privadas. Pero dada la naturaleza de la actividad a desarrollar y los intereses
que afectan, su régimen jurídico difiere sensiblemente del aplicable a las
actividades privadas individuales” (n° 38, págs. 78/9).-
Y si bien los caracteres señalados diferencian con nitidez los servicios sociales
de los servicios públicos, en lo que su régimen jurídico concierne, la similitud
en ciertos aspectos permite extender a los primeros parte de los principios que
regulan a los segundos (n° 39, pág. 79). Más adelante el autor citado nos dirá
que es en el ámbito de la actividad privada que la actuación estatal “admite
más fácilmente la aplicación del derecho privado, sea a texto expreso o por
analogía, pero sin excluir las normas del derecho público, que sigue siendo el
derecho de principio. En realidad es el derecho público el que permite –
expresa o tácitamente- la aplicación de las normas del derecho privado” (n°
41-c, págs. 81/2)”.-

Nuestro país no ha sido ajeno a la tendencia de extender el campo de acción


del Estado, y en lo que al servicio de salud respecta se ha comprometido a su
prestación incluso mediante tratados internacionales (v.gr.: Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, art. XI; Declaración
Universal de los Derechos Humanos, art. 25; Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, art. 12), con supremacía supralegal (arts.
31, 75, inc. 22, Const. Nal.). Lo mismo acontece con los Estados Provinciales,
que en el ámbito de su territorio prestan el servicio de salud sobre todo a
personas carenciadas.-

Pero como se dijera en un principio, trátase de un servicio social que cae bajo
la órbita del derecho público, que no debe ser calificado como un supuesto de
responsabilidad contractual, al que tampoco le resultan de aplicación las
disposiciones de ley de defensa al consumidor, condición que no revisten las
personas –los beneficiarios- a quienes se les brinda el servicio social.-

En consecuencia, tratándose de un servicio social asimilable a los servicios


públicos prestados directamente por una persona jurídica estatal, la
responsabilidad del hospital demandado, ante el daño sufrido por los
beneficiarios, debe ser juzgada según lo normado por el art. 15 de la Ley
8.968, en los términos del Capítulo I del Título II, de la misma,
concretamente, conforme las pautas señaladas por el art. 8°, que reza: “Falta
de servicio por omisión. La omisión sólo genera responsabilidad cuando se
verifica el incumplimiento de una obligación de actuación determinada
normativamente y de manera expresa; o de deberes indeterminados, siempre
que se reúnan los siguientes requisitos:

a) Existencia de un interés jurídicamente relevante, cualitativa o


cuantitativamente;

b) Necesidad material de actuar para tutelar dicho interés;

c) Proporcionalidad entre el sacrificio que comporta el actuar estatal y la


utilidad que se consigue con su accionar”.-
2) He de considerar, en segundo lugar, la excepción de falta de legitimación
sustancial pasiva deducida por la Provincia de Mendoza.-

La misma, conforme la jurisprudencia dominante en el punto, debe ser


desestimada. No obstante que el Hospital Scaravelli es una entidad autárquica
con la plena capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones,
también es posible aceptar la responsabilidad del Estado Provincial pero en
forma subsidiaria, por lo que la sentencia sólo resultará ejecutable en su contra
en la medida en que el ente autárquico no pudiera hacer frente a la condena
con los fondos o bienes afectados para el cumplimiento de sus fines.-

El Estado provincial responde civilmente de manera indirecta, refleja o


subsidiaria por los daños causados por los entes autárquicos (art. 1113 Código
Civil), siempre que el obligado directo se encuentra imposibilitado, fáctica o
jurídicamente, de cumplir con la condena (Expte.: 51127 - ESPINOZA
TOLEDO, AMERICA DEL CARMEN C/ HOSPITAL LUIS
LAGOMAGIORE Y OTS P/ D Y P. Fecha: 14/03/2016 – 2ª CÁMARA EN
LO CIVIL - PRIMERA CIRCUNSCRIPCIÓN Magistrado/s: FURLOTTI -
CARABAJAL MOLINA – MARSALA. Ubicación: LS143-086.

Cuando una persona sufre un accidente en una entidad autárquica, donde el


Estado tiene una participación activa y esencial en su creación y su puesta en
funcionamiento, luce procedente que dicha entidad deba responder ante los
perjuicios que le reclamen, y solamente en el supuesto de que no cumpliere, o
no pudiere hacerlo, nacerá la responsabilidad subsidiaria del Estado Provincial
(Expte.: 33157 - YANZON JIMENA CAROLINA C/ PROVINCIA DE
MENDOZA P/ DAÑOS Y PERJUICIOS. Fecha: 07/09/2011 – 3ª CÁMARA
EN LO CIVIL - PRIMERA CIRCUNSCRIPCIÓN Magistrado/s: STAIB-
COLOTTO-MASTRASCUSA).-

3) Entrando en el análisis de la cuestión central, esto es, si en la especie medió


una deficiente prestación del servicio médico que genere la responsabilidad
del hospital demandado, la respuesta afirmativa se impone.

Los informes periciales rendidos en autos, a saber, el de la Facultad de


Ciencias Médicas, obrante a fs. 323/6 (segunda parte, ya que después de fs.
360 obra la copia del oficio dirigido a dicha facultad sin foliar, y acto seguido
por error se retoma la foliatura desde el 308), y del Dr. Rubén Manuel García
Lodi, especialista en pediatría y neonatología (fs. 369/75), como así también
el informe del Cuerpo Médico Forense, suscripto por el Dr. Osvaldo H.
Chambella, agregado en el expediente penal venido ad efectum videndi (fs.
113/5, en un todo ratificado a fs. 140), basados todos ellos en la Historia
Clínica de la menor Sofía Abril labrada en el Hospital Scarabelli, dan cuenta
de que dentro de las 24 horas posteriores al alumbramiento, la recién nacida
presentó valores muy elevados de bilirrubinemia, motivo por el cual, a más de
aplicársele luminoterapia, se mandó realizar el test de Coombs directo, que
dio resultado positivo. Que ello, asociado a la succión débil de la bebe y a la
dificultad para despertarla, indicaba considerar como diagnóstico clínico
presuntivo una ictericia patológica -y no meramente fisiológica- por su inicio
dentro de las 24 horas de vida, y dudar del dato aportado por la madre
respecto de su grupo sanguíneo (A rh+), toda vez que el test de Coombs
siembre es positivo en una incompatibilidad rh (la bebe es O +) y en todo caso
sugiere reacción antígeno-anticuerpo, es decir, “sensibilidad”. Una vez
corroborado el diagnóstico, y dado el factor de riesgo en el incremento la
toxicidad de la bilirrubina por tratarse de una prematura, el tratamiento
correcto consistía en una exanguino-transfusión. No se obró de tal manera,
sino que ante la mejoría que se siguiera a la luminoterapia (tratamiento
correcto pero insuficiente) se dio el alta médica.-

Que la Sra. Funes aportara un dato erróneo en cuanto a su grupo sanguíneo, no


puede servir de excusa si la ictericia generalizada de valores elevados dentro
de las primeras 24 horas de vida y los resultados del test de Coombs lo ponían
en duda. Y menos aún si el dato erróneo aportado por la Sra. Funes reconoce
como fuente el resultado del estudio de grupo sanguíneo que le fue realizado
en el Hopital Scaravelli para fecha 5 de noviembre de 2012 (véanse las
consideraciones médico-legales en el informe del Cuerpo Médico Forense), es
decir, cuando cursaba el embarazo de su primogénita Pía Victoria, y, según es
de suponer, con motivo del mismo. Si así fuera y aunque escape a la
imputación concreta de responsabilidad que se formula en la presente, podría
haberse evitado -contado por entonces con el dato correcto- la ulterior
“sensibilización” de los glóbulos rojos rh (-) de la madre ante la presencia de
los glóbulos rojos rh (+) del feto, mediante la administración oportuna de
gamaglobulina anti D (véase el informe de la Facultad de Ciencias Médicas,
ap. 21, fs. 325).-

Tampoco puede servir de excusa que los padres de la recién nacida fueran
enfermeros titulados con servicio efectivo en un hospital pediátrico, ni la
deficiente comunicación que habría mediado entre el servicio médico del
hospital y los pacientes. El correcto diagnóstico y determinación del
tratamiento a seguir es responsabilidad de los médicos tratantes y no de los
pacientes, independientemente de los conocimientos que éstos pudieran tener
de medicina. Y en lo que hace a la comunicación deficiente, he de estar a los
dichos de la madre. Según ésta, fue informada por el servicio de enfermería
que debía volver para control –de peso- el día 24 de abril. Ello es lo que
consta en hoja de enfermería que en copia corre agregada a fs. 178 de estos
obrados. No se me escapa que la Sra. Funes en el expediente penal, tanto al
formular denuncia, como al prestar declaración testimonial, reconoce que con
posterioridad a los acontecimientos tomaron conocimiento de que se había
indicado que el control debía hacerse a las 24 hs. como se lee en la copia
agregada a fs. 24 de dicho expediente (ver fs. 5 vta. y 109 vta.,
respectivamente), pero en ambas ocasiones coincidentemente refiere que en
ocasión del alta hospitalaria se les dijo que debían volver el 24 de abril, y que
quien se lo dijo –esto según apunta en la declaración testimonial- fue la
enfermera Viviana Quiroga, jefa de Neonatología (extremos éstos –nombre y
cargo- corroborados en el descargo de las Dras. Cola y Rosetti; ver fs. 152
vta.).-

Reingresada la bebe al hospital, el día 23 de abril a las 7:35 (tal como lo


expresan en dicho descargo la médicas aludidas, y no en horas de la noche
como por error se consigna en la pericial médica del Dr. García Lodi),
presentaba regular estado general, ictericia generalizada, llanto vigoroso,
apneas y convulsiones, y ante tal situación se decide su derivación al Hospital
Humberto Notti, donde una vez ingresada fue correctamente diagnosticada y
tratada, no obstante lo cual durante su transcurso muestra ya alteraciones en
diversas esferas que son de origen neurológico, teniendo impacto en otros
órganos que dependen de dicho origen, que fueron evolucionando con un
impacto secuelar en la niña. “Las características de esta patología
(Kernicterus) –agrega el Dr. García Lodi en su informe- lleva a la parálisis
cerebral sobre todo extra piramidal, hpertonía generalizada muy marcada
sobre todo en esta niña, predominio de movimientos anormales y la postura lo
que lleva alteraciones en miembros cuello tronco y miembros inferiores con
hipoacusia sensorial. También trastornos de la mirada, alteraciones en el habla
y de la deglución” (ver fs. 374).-

4) Sentada la responsabilidad del hospital demandado, y la subsidiaria del


Estado Provincial, corresponde juzgar sobre la procedencia de los rubros y
montos pretendidos en la demanda.-

Que al efecto no debe perderse de vista que conforme las máximas


establecidas en materia de derecho de daños, la finalidad de la indemnización
es permitir al damnificado permanecer en la misma situación que tenía con
anterioridad al accidente, lográndose de esta forma una compensación íntegra,
más debe evitarse un enriquecimiento sin causa mediante el otorgamiento de
una indemnización excesiva, debiendo estarse a los perjuicios efectivamente
comprobados o cuya ocurrencia sea dable suponer conforme el curso ordinario
y natural de las cosas y/o en base a indicios resultantes de la prueba rendida.-

En tal sentido, el art. 1738 del Cód. Civil y Com. prescribe que la
indemnización debe comprender la pérdida o disminución del patrimonio de la
víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances, incluyendo las
consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de
su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas y las que resulten de la interferencia en su proyecto de vida. El art.
1740 establece que la reparación debe ser plena, el 1741 contempla las
consecuencias no patrimoniales, cuyo monto debe fijarse ponderando las
satisfacciones sustitutivas y compensatorias que puedan procurar las sumas
reconocidas, y el 1746 señala que en caso de lesiones o incapacidad
permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser
evaluada mediante la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas
cubran la disminución de la aptitud del damnificado para realizar actividades
productivas o económica-mente valorables, y que se agote al término del
plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades, y
agrega que los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte se presumen en
tanto resulten razonables en función de la índole de las lesiones o la
incapacidad.-

“14- La niña Sofía Abril Méndez –señala el perito García Lodi- por sus
múltiples secuelas y sobre todo que son permanentes y que hacen un impacto
en todo su organismo y en todos los sentidos esenciales, debe recibir un
tratamiento multidisciplinario, interactuando varias especialidades, como
clínica pediátrica, neurología, tratamiento con medicación permanente,
oftalmología traumatología y ortopedia. También requiere estimulación
psicomotriz, temprana fonoaudiología (por los diferentes trastornos de
deglución u auditivos) y odontológicos ya que tienen trastornos en el esmalte
dental.

“Debido a los múltiples trastornos que padece como los posturales,


movimientos repentinos y aumento del tono muscular debe tener acceso a
sillas posturales que mejoren la posición para evitar las deformaciones de
miembros y columna, también para tener un buen sostén cefálico, también
bipidestadores que mejoran la posición en abducción y eviten trastornos de
cadera, como así ropa adecuada tanto los traje speedo, como ropa que se
aconseja para facilitar el manejo de estos chicos, que según tengo
conocimiento hay lugares donde se dedican a estas vestimentas.

“En cuanto a la proyección en el tiempo, lo van a ir dando las complicaciones


que vaya presentando, sobre todo en la esfera neurológica donde hay veces
que para llegar a paliar síntomas hay que usar otros tratamientos como
bombas ubicadas en el organismo para mejorar el tono muscular o evitar la
hipertonía severa y todas las medidas que se tomen pueden tener como así
mejorar síntomas también en algunos casos complicaciones. Por lo tanto, la
proyección en el tiempo es de trastornos que se pueden ir agregando y la
mejoría son avances, no resolución total.

“15- Ya se mencionó en párrafo anterior lo que podría ocurrir a través del


crecimiento, por lo tanto, el camino hacia la adultez es solucionar problemas
que se presenten y mejorías relativas; con un mal pronóstico hacia la adultez.
“16- En referencia a determinar la incapacidad de la niña teniendo en cuenta
que la Encefalopatía Crónica no evolutiva entraría en la esfera de
encefalopatías toxicas, por las lesiones sufridas y la evolución, y teniendo en
cuenta que ya es una parálisis cerebral (daño orgánico cerebral) y que no
mueve miembros en forma espontánea ni a favor ni en contra de la gravedad,
no teniendo fuerza muscular en los cuatro miembros y las mejorías que se
pueden lograr no son significativas, considero una incapacidad del 100%. Esta
incapacidad es total, permanente y definitiva, requiriendo para su
supervivencia asistencia permanente (fs. 374 vta./5).-

En términos más escuetos pero lapidarios, el médico forense Dr. Cambella,


expresa que “las lesiones sufridas por la causante produjeron una enfermedad
incurable, con pérdida de la salud mental y física, y una inutilidad para el
trabajo permanente”.-

El perito sicólogo si bien señala que los padres de la menor no han


desarrollado, como consecuencia directa del incidente, un cuadro
psicopatológico consolidado que permita determinar una incapacidad, da
cuenta que la respuesta al mismo se constata como una reacción viviencial
neurótica, que limitó sus actividades sociales, laborales (especialmente en la
madre) y familiares, con leve cambio de humor en la actualidad respecto del
padre y más notables en la madre, agregando que ambos requieren de
tratamiento a fin de facilitar la reparación afectiva y psíquica necesaria, ello
aun cuando ninguno se encuentra en estado de gravedad, presentando cada
uno de manera personal y en su vínculo de pareja, características propias del
duelo (pena, nostalgia, tendencia al aislamiento social y pérdida sostenida del
interés por lo cotidiano, entre otras cosas) (ver fs. 364 y vta.). El testimonio de
Victoria Fani Richard y Rafael Simón Reta, ilustran también sobre la
incidencia que el hecho y sus consecuencias han tenido en la vida de relación
de los actores, como así también acerca del estado de la niña.-

Toca ahora, quizás, lo más difícil y azaroso: establecer los montos


indemnizatorios. Pero antes entiendo oportuno señalar que los padres, en tanto
empleados públicos, cuentan con la asistencia de la OSEP, del Hospital Notti,
e, incluso, del propio Hospital Scaravelli (véase la declaración testimonial de
la Sra. Funes en el expte. penal, fs. 110 y vta.).-

En lo que hace a los rubros reclamados por los padres, estimo adecuado el
monto insinuado en los alegatos, esto es, $ 1.800.000 para cada uno. En
concepto de gastos terapéuticos propios (incluido el “daño síquico” reclamado
por separado) y de la menor (que ellos, necesariamente, deberán solventar en
tanto no sean cubiertos por la obra social), y de transporte, los he de
justipreciar en la suma de $ 12.000.000. Y aunque no deba descartarse una
eventual necesidad de asistencia futura, la condición de empleados públicos
de los padres y la estabilidad laboral que ello supone hace que las chances no
se vislumbren como significativas; y teniendo además en consideración que la
contribución no siempre está dentro de las reales posibilidades de los hijos, es
que he de estimarla en la suma de $ 500.000 para cada uno.-

Juzgo también razonables las sumas en concepto de incapacidad sobreviniente


y daños moral insinuadas al alegar respecto de la menor, es decir, $
12.000.000 y $ 1.200.000, respectivamente.-

5) En síntesis, la demanda debe tener acogida favorable, por la suma de $


16.600.000 en cuanto deducida por José Manuel Méndez y Ruth Elizabeth
Funes, por su propio derecho, y por la suma de $ 13.200.000 en tanto
deducida en representación de su hija menor Sofía Abril Méndez Funes.-

A dichas sumas deberán adicionarse los intereses que, desde el 24 de abril de


2015 a la fecha de la presente resolución, resulten de aplicar una tasa de
interés pura del 5% anual conforme la Ley 4.087 hasta la fecha de su
derogación, y luego -dado el vacío legal subsiguiente- como interés judicial, y
en lo sucesivo y hasta el efectivo pago conforme la Ley 9.041 (2ª CC, Expte.
N° 250.248/53.037, caratulado: “ASTORRI ÁNGELA SUSANA C/
EMPRESA MAIPÚ S.R.L. TRANSPORTE DE PASAJEROS Y OTRO P/ D
y P”, entre otros).-

La condena, que podrá ser ejecutada sólo subsidiariamente contra la Provincia


de Mendoza, deberá hacerse efectiva del modo establecido por la Constitución
Provincial (arts. 40) y las leyes dictadas en consecuencia (N° 8.706 y sus
modificatorias), dándose prioridad a la suma reconocida en concepto de gastos
terapéuticos y de traslado, acreditando la demandada en el expediente que ha
gestionado el pago en tiempo oportuno, bajo apercibimiento de proceder, sin
más recaudos, de conformidad con lo normado por el art. 1° del Dec. Ley
3.839/57.-

6) Las costas, en virtud de lo normado por los arts. 35, 36-I y 37-I del rito,
corresponde imponerlas los demandados que resultan vencidos.-

7) Los honorarios de los profesionales intervinientes por la parte actora serán


regulados, sin perjuicio de los complementarios que pudieren corresponder, en
base al monto de condena, teniendo en consideración, en lo pertinente, la
concurrencia de patrocinio, la labor efectivamente prestada por cada uno de
ellos y la suerte corrida por la parte que asistieran (arts. 2, 4 inc. a, 13 y 31,
Ley 9.131, y art. 33-III, cód. proc.), y se omitirá regulación en favor de los
letrados del hospital demandado, la Provincia de Mendoza y Fiscalía de
Estado, atento lo resuelto en materia de costas y lo normado por el art. 1° de la
Ley 5.394.-
Los honorarios de los peritos en función de lo mormado por el art. 184 del
C.P.C.C.yT., atento la época en que tuviera lugar la labor desarrollada.-

Por todo lo expuesto y disposiciones legales citadas, es que

RESUELVO:

I.- Hacer lugar a la demanda deducida por José Manuel Méndez y Ruth
Elizabeth Funes, por su propio derecho y en representación de su hija menor
Sofía Abril Méndez Funes, contra el Hospital Antonio J. Scaravalli y la
Provincia de Mendoza, y, en consecuencia, condenar a estos últimos a
abonarles a José Manuel Méndez y Ruth Elizabeth Funes, en conjunto, la
suma de $ 16.600.000, y a Sofía Abril Méndez Funes, depósito judicial
mediante, la suma de $ 13.200.000, con más los intereses y del modo
señalados en el considerando 5).-

II.- Imponer las costas a los demandados vencidos.-

III.- Regular los honorarios de los profesionales de la parte actora y peritos


intervinientes, sin perjuicio de los complementarios y de la alícuota que por el
I.V.A. pudieren corresponder, de la siguiente forma: Dr. Mariano José Prados,
$ 2.980.000; Dr. Sergio Rubén Anglat, $ 1.788.000; Dr. Pablo Livio Cazabán,
$ 596.000; Facultad de Ciencias Médicas, $ 1.192.000; Lic. Diego Sebastián
Pérez, $ 1.192.000; y Dr. Rubén Manuel García Lodi, $ 1.192.000; y omitir
regulación en favor de los letrados intervinientes por el hospital demandado,
la Provincia de Mendoza y Fiscalía de Estado.-

Notifíquese.-

CD

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