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La importancia de la psicología en la enfermería

La psicología es el estudio científico del comportamiento humano y los


procesos mentales, para ello la psicología comprende al ser humano como
un conjunto a partir del entendimiento de los aspectos sociales, biológicos o
culturales que posee cada sujeto; esencialmente, la psicología ayuda a las
personas en gran parte porque puede explicar por qué las personas actúan
de la forma en que lo hacen desde un postura racional, un psicólogo puede
ayudar a las personas a mejorar la toma de decisiones, el manejo del estrés
y el comportamiento basándose en la comprensión del comportamiento
pasado para predecir mejor el comportamiento futuro (1). De este modo es
acertado decir que los psicólogos brindan servicios vitales de salud mental y
conductual en diferentes ámbitos, puesto que identifican y modifican
comportamientos para promover la salud y el bienestar de las personas (2).

Por otro lado, la principal función de la enfermera es brindar atención y apoyo


a los pacientes en el proceso de salud-enfermedad, sin embargo ello
demanda una serie de habilidades interpersonales no solo con el paciente
sino con sus familiares y los demás profesionales que hacen parte del equipo
de trabajo interdisciplinario que se requiere en el manejo de la enfermedad,
en este sentido la psicología le ofrece a la enfermera la capacidad de
entender a su entorno de trabajo y partir de ello no solo lograr un mejor
desempeño sino un mejor ambiente laboral y por consiguiente preservar su
salud mental (1). La psicología y la enfermería van de la mano, y este
concepto le permite al profesional construir relaciones interpersonales
basadas en la confianza que faciliten una gran variedad de situaciones
cotidianas durante la práctica de su profesión.

La enfermería es una profesión que se ocupa de la optimización de la salud


de un paciente, tanto en una institución de salud como en cualquier campo
público o privado que demande atención en salud (3). Las enfermeras
pueden trabajar con pacientes de todas las edades y con todo tipo de
problemas médicos, por ende se considera una profesión extremadamente
diversa en refiriéndose a las obligaciones que exige. Por lo tanto, una
enfermera deberá poder determinar cómo el bienestar físico de un paciente
está afectando su estado mental y emocional e intervenir sobre ellos (2). Las
enfermeras generalmente se encargan de tomar signos vitales, realizar
ciertas pruebas y descartan un diagnóstico para transmitirlo al médico o
cirujano, pero cada una de estas funciones tiene un trasfondo en común y
es el contacto directo con el paciente y sus familiares, un ítem en el que la
psicología es de gran utilidad (2,3).
Consiente e inconscientemente las enfermeras aplican la psicología a en su
trabajo constantemente puesto que su rol como personal de salud les exige
una serie de habilidades en el desarrollo de muchas de sus funciones
explicitas e implícitas, por esta razón es importante reconocer cuales son
esos escenarios, con el fin de reconocer la enorme trascendencia que tiene
la psicología en la enfermería. En este sentido es importante resaltar que, al
igual que en la enfermería, la psicología es fundamental en una infinidad de
profesiones, sobre todo en aquellas en las cuales las relaciones
interpersonales son esenciales en el día a día como el trabajo social o la
medicina, puesto que como ya se mencionó antes es una gran herramienta
para comprender al ser humano y sus necesidades (6).
En el manejo de pacientes con diferentes enfermedades, tanto enfermeras
como psicólogas no solo trabajan en comprender el dolor físico asociado, sino
también en cambiar su pensamiento y actitudes para mejorar el bienestar
mental (1). Al evaluar la condición de un paciente, las enfermeras también
consideran cómo responde el paciente a su enfermedad. Algunos pacientes
son optimistas y hacen frente fácilmente a su enfermedad, mientras que otros
tienen una reacción negativa en la que se vuelven enojados y obstinados
(4). A las enfermeras les puede resultar muy difícil manejar a estos pacientes
y necesitan incluirlos como parte de su evaluación del paciente.

A través de la psicología, las enfermeras tendrán la habilidad de interactuar


mejor con sus pacientes en función de diferentes factores, como género, la
edad, escolaridad, estrato social, etc (3). Por ejemplo, los pacientes jóvenes
pueden tener más miedo que los adultos y es algo con lo que las enfermeras
tienen que lidiar, de hecho, una enfermera puede aplicar su conocimiento del
desarrollo infantil y la psicología y relacionarse con los pacientes jóvenes de
una manera que le permita intervenir sobre la dolencia física y emocional en
paralelo (1).

La psicología, como se mencionaba antes, puede ayudar a mejorar la relación


enfermera-paciente, como resultado, los pacientes pueden interactuar y
comunicarse abiertamente con el personal de salud e informarles sobre sus
necesidades específicas, en este sentido cabe resaltar que precisamente la
mala comunicación supone una de las grandes barreras en la atención en
salud (6). La comunicación en el campo de la atención en salud se configura
como un proceso complejo que requiere principalmente de empatía y junto
con ella la habilidad para comprender las necesidades de cada paciente y
familiar teniendo en cuenta que el profesional de la salud no trata
enfermedades sino a las personas que las padecen; del mismo modo una
comunicación adecuada es un instrumento fundamental en la atención en
salud puesto que a través de ella se puede modificar conductas y estilos de
vida y sobre todo ofrece la posibilidad de hacer intervenciones psicológicas
oportunas (5).

Diferentes emociones, como la ansiedad y la depresión, pueden afectar la


recuperación física de un paciente; el estrés puede elevar la presión arterial,
la apatía puede dificultar el tratamiento y la depresión puede causar insomnio.
En este sentido es posible que aunque un paciente reciba un tratamiento
farmacológico adecuado para una patología de base el resultado terapéutico
sea deficiente debido a problemas emocionales, como por ejemplo, pacientes
que reciben antihipertensivos para la presión arterial alta pero que a la vez
cursen con ansiedad pueden tener un alto riesgo de fracaso terapéutico
teniendo en cuenta los cambios fisiológicos que la ansiedad le puede
ocasionar (6).

Como ya mencionó antes, la psicología es una herramienta trascendental


para conseguir una adecuada relación enfermera-paciente facilita la
comunicación, y esta a su vez posibilita hacer intervenciones adecuadas
entre las que se destacan precisamente las dificultades mentales que
atraviesan las personas que cursan con alguna enfermedad física, puesto
que como ya se sabe, durante el proceso de enfermedad los seres humanos
se vuelven muchísimo más propensos de desarrollar trastornos mentales
debido a la carga emocional que el hecho de estar enfermo representa (5).
La investigación ha demostrado que la comunicación efectiva entre los
pacientes y los profesionales de la salud en el contexto de los servicios
médicos es esencial para brindar atención y recuperación al paciente, esto a
razón de que se ha visto que los pacientes se sienten felices cuando las
enfermeras se comunicaban bien y los trataban con calidez, empatía y
respeto, por otro lado, otros pacientes dijeron que la mala comunicación de
las enfermeras, incluido el abuso verbal, la falta de respeto o la negativa a
hacer preguntas, afectó sus percepciones de los servicios ofrecidos. También
se ha explorado las experiencias de los pacientes sobre las relaciones
afectivas en el hospital, donde encontraron que la buena comunicación entre
las enfermeras y los pacientes se consideraba “más importante que el
cuidado físico” entre los pacientes. Todo lo anterior nos ofrece un panorama
robusto sobre la importancia que tiene la comunicación en el contexto
hospitalario (6, 7,8).

Todas las enfermeras y trabajadores de la salud tienen la responsabilidad


profesional de mejorar los resultados de los pacientes y prevenir eventos
adversos, las enfermeras constituyen una importante fuerza laboral de
proveedores de atención cuyas prácticas pueden afectar gravemente los
resultados de la atención (tanto positivos como negativos). Las enfermeras
pasan mucho tiempo con los pacientes y sus cuidadores, y como resultado,
las relaciones positivas enfermera-paciente y cuidador son terapéuticas y
constituyen un componente central de la atención Obtener la confianza de los
pacientes puede marcar la diferencia en la calidad de la atención y su proceso
de recuperación, los pacientes se sienten más cómodos comunicándose con
el personal de salud que los comprende, puesto que esto les ofrece
tranquilidad para expresar sus deseos y necesidades, asimismo dicha
confianza los impulsa a seguir instrucciones necesarias para el manejo de
su enfermedad (3). Las enfermeras utilizan la psicología muchas veces
inconscientemente para desarrollar una relación con sus pacientes y crear
una sensación de calma. Debido a la psicología, las enfermeras a menudo
juegan un papel decisivo en cosas como lograr que sus pacientes cooperen
con su tratamiento, por ejemplo logrando que tomen los medicamentos
recetados o calmarlos antes de insertar una vía intravenosa o realizar un
análisis de sangre (2).

Recapitulando, la piscología ayuda a las enfermeras a comprender


adecuadamente las situaciones difíciles, así como a las personas vinculadas
a la práctica de enfermería, ya sea indirecta o directamente, en este sentido
aunque entender al paciente es fundamental no es lo único que se le
demanda a una enfermera durante su día a día puesto que también es
necesario que el personal de salud mantenga una buena relación con los
familiares y cuidadores del paciente. Los cuidadores y familiares enfrentan
muchos desafíos emocionales, financieros y físicos; a menudo brindan ayuda
con las tareas del hogar, el transporte y el cuidado personal, además de hacer
gran esfuerzos con sus propias vidas como por ejemplo tener que reorganizar
su tiempo e incluso tener que dejar el trabajo, además un gran número de
cuidadores a menudo tienen que manejar sus propios problemas de salud
mientras hacen frente a las del paciente que tienen bajo su responsabilidad
(1). Muchos cuidadores también administran medicamentos, inyecciones y
tratamientos médicos a la persona a la que cuidan, sin duda son tareas para
las que no están preparados y que exigen a largo plazo un grado alto de
estrés adicional. Tiene sentido ver a los cuidadores informales como
"pacientes ocultos" y estar alerta a los signos de enfermedad y estrés, puesto
que se ha visto que el agotamiento del cuidador puede conducir a eventos
negativos para la salud como por ejemplo el maltrato hacia el paciente. En
este sentido las enfermeras tienen un rol fundamental en la relación que
puede llegar a tener con los cuidadores y familiares.
Un estudio hecho en 1998 exploró la relación entre la psicología y la
educación para la salud y propusieron que la psicología ofrece a las
enfermeras información valiosa sobre la motivación detrás de la acción y el
comportamiento humanos, es decir, le da a las enfermeras la habilidad de
comprender al ser humano y de esta forma hacer que el paciente desarrolle
el conocimiento, la comprensión, el poder y la elección con respecto a la salud
y la enfermedad (7).

En la actualidad las relaciones negativas entre enfermeros son un problema


reconocido mundialmente y reportado por la literatura, incluso porque ese
fenómeno puede determinar consecuencias negativas para la vida
profesional y privada de las víctimas. Un estudio realizado en 2014 mostró
que en una población de 151.307 enfermeros, el 36,4 % estuvo expuesto a la
violencia física y el 67,2 % a la no física generalmente perpetrada por otras
enfermeras o médicos o pacientes; estos hostigamientos incluyen abusos
verbales, amenazas, humillaciones, intimidaciones, exclusión social y
profesional, desaliento, desinterés y negación del acceso a la información (9).
Los antecedentes de estas conductas erráticas en el ámbito laboral están
relacionados con unas actitudes de descortesía profesional que deterioran de
las relaciones laborales entre compañeros, estas situaciones desencadenan
una serie de problemáticas no solo dentro del ámbito laboral sino también en
el ámbito personal de los trabajadores de la salud porque pude llegar a
desencadenar trastornos mentales debido a la carga emocional que pueden
representar; algunos estudios han demostrado que estas situaciones pueden
contribuir a que el personal desarrolle disminución de la confianza en sí
mismo, altos niveles de estrés, poca satisfacción en el trabajo, reacción
exagerada al estrés mental, síntomas psicológicos, enfermedad
cardiovascular y trastornos psicosomáticos (6,9).

La implementación de la educación psicológica en las enfermeras, por todo


lo anteriormente expuesto, se ha vuelto fundamental, por ende la academia
en los últimos años ha desarrollado modelos educativos en la formación de
enfermería que implementen la psicología implícitamente; con el fin de
justificar estos nuevos modelos se han desarrollado diversos estudios que
indagan sobre la idoneidad de estos mismo llegando a concluir que la
psicología se considera un aspecto legítimo de la enfermería, asimismo se
considera que ambas profesiones constituyen una "alianza natural". Sin
embargo, han surgido debates en torno a sí la psicología debe enseñarse
explícitamente, por separado o integrarse dentro del contenido de enfermería
y este es un tema que sigue sin resolverse en la literatura debido a que no
hay estudios que contesten dicha pregunta, por lo tanto, la integración de la
psicología dentro de la enfermería de manera independiente de otras
materias dentro del plan de estudios de enfermería tiene aún poco sustento
científico y deja abierta una tarea para la academia (6) .

La mayoría de los textos que indagan sobre la educación psicológica en este


campo concluyen que es extremadamente necesaria, sin embargo, la razón
por la cual el proceso sigue estancado es que no existe consenso alguno
sobre qué aspectos específicos deben implementarse; aunque cabe destacar
que se han hecho algunos aportes que han sido bien aceptados, en este
sentido se han propuesto cinco temas que podría abordar la educación
psicológica para la enfermería que son dar información, cuidado emocional,
evaluación, consejería y otras intervenciones terapéuticas como apoyo,
seguridad y comodidad; a partir de estos temas se han desprendido una serie
de propuestas el papel que tienen los educadores para desarrollar
habilidades especificas en el profesional de enfermería (5,6).

Referencias
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