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Coleccion: 16 - Tomo 15 - Articulo Numero 10 - Mes-Ano: ---2010_

ELEMENTOS TÍPICOS DEL DELITO DE ESTAFA


SIMPLE DEBEN CONCURRIR EN EL DELITO DE
ESTAFA PROCESAL

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CONSULTA:

Previo acuerdo con los peritos grafotécnicos, Mario Rojas logró que un juez civil ordene a
Pedro Vega el pago de una suma de dinero a su favor, sobre la base de un documento falso.
Vega, quien ha denunciado a Rojas por el delito de estafa con empleo de fraude procesal, nos
consulta sobre las particularidades de dicho tipo penal.

RESPUESTA:

A diferencia de los comunes supuestos de estafa, subsumibles en el artículo 196 del CP, el inciso 1
del artículo 197 del CP (denominado delito de “estafa procesal”), describe un supuesto cuya
principal particularidad es que quien es inducido a error no es una víctima cualquiera, sino un juez
(a quien se le induce a seguir un procedimiento y/o a dictar una resolución que de otro modo no
hubiera sido dictada).

En efecto, la maniobra fraudulenta (fraude procesal) del agente (v. gr. un demandante) se realiza en
un proceso jurisdiccional ante un juez, y debe producir error en este, induciéndolo a dictar una
resolución judicial (fundante de un acto de disposición patrimonial) que produce un perjuicio
económico a un tercero (aquí el juez no realiza un acto de disposición patrimonial, sino que lo
impone con su resolución).

A través del fraude procesal el agente debe desfigurar la realidad, afirmando hechos falsos u
ocultando o disimulando los verdaderos, haciéndole creer al juez algo que no es cierto y haciéndolo
incurrir en error; situación que conduce a este a emitir una resolución bajo una falsa representación
de los hechos y ordenar a un tercero la realización de un acto de disposición o traspaso patrimonial.

Por supuesto que no basta comprobar estas particularidades sobre el inducido a error y el origen de
la disposición patrimonial, sino también los otros requisitos de la estafa, en especial, que el engaño,
además de ser adecuado al logro de los fines propuestos, sea “suficiente o bastante” conforme a las
condiciones técnicas particulares de su receptor (un juez), lo que exige un engaño de entidad
superior al que se requiere en las personas inexpertas (requisito que se verifica en el presente caso
dado el pacto ilícito del imputado con los peritos, sobre la base de cuyo dictamen resolvió el juez).

Se trata del “fraude provocado a través de un proceso en el que una o ambas partes intentan obtener
con artificios engañosos, que induzcan a error al juez, una resolución favorable y que encierre una
disposición patrimonial con perjuicio de la otra parte o de un tercero y lucro propio”(1).

Inexplicablemente, nuestro legislador ha valorado esta forma de estafa como un tipo atenuado, lo
que se deduce de la comparación de los marcos penales de los artículos 196 (pena privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de seis años) y 197 (pena privativa de libertad no menor de uno
ni mayor de cuatro años) del CP.

Lo que corresponde valorativamente es considerarla una modalidad agravada, pues no solo


constituye un menoscabo patrimonial del afectado (como en la estafa simple), sino que también
afecta a la administración de justicia (que se instrumentaliza para la consecución de la estafa); lo
que se ve reforzado con la tipificación específica del delito de fraude procesal (artículo 416 del CP,
que sanciona la “inducción a error a un juez para obtener resolución contraria a la ley”), tipo penal
que resulta comprendido totalmente en el inciso 1 del artículo 197 del CP.

Resulta discutible subsumir dentro del texto del inciso 1 del artículo 197 del CP aquel supuesto en
que el engañado no es el juez, sino la parte contraria del proceso a la cual por determinadas
argucias realizadas dentro del procedimiento (v. gr. pruebas falsas) se le impulsa a que se allane,
desista, renuncie o llegue a una transacción, lo que la jurisprudencia española denomina “estafa
procesal impropia”.

BASE LEGAL

Código Penal: arts. 196, 197 inc. 1 y 416.

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