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Sinvergüenza
Sinopsis
Lee Taeyong es un ladrón, vagabundo, de dieciocho años, que está desesperado por
cambiar su vida. Cuando sus habilidades captan la atención del Servicio Secreto de
Inteligencia, Taeyong entusiastamente se aferra a la oportunidad.
Cuando consigue su primera misión —robarle una memoria USB a un paranoico jefe
criminal. Taeyong está decidido a probarse a sí mismo, y es enviado de encubierto
como el Sugar Baby de otro agente.
Salvo que "Jung JaeHyun", no es más que un rol interpretado por un cínico agente
del MI6, que en realidad es heterosexual, distante, y manipulador. Taeyong es
absolutamente consciente de que todo lo que hace JaeHyun está cuidadosamente
calculado y cada emoción es fingida. Sabe que los hombres realmente no provocan
nada en JaeHyun y que él realmente no desea a Taeyong.
Pero pese a saber todo esto, Taeyong aún así se encuentra enamorándose de un hombre
que no existe.
¿O lo hace?
Capítulo 1
Los oscuros ojos del hombre encontraron los de ella con fijeza.
La mujer loevaluó frunciendo los labios. El Agente 11 era uno de sus agentes menos
favoritos por esta precisa razón. Tenía... opiniones. Pertenecía a la categoría de
hombres que siempre había detestado: los hombres que siempre creían tener razón,
tan seguros de sus propias habilidades que todo el mundo simplemente aceptaba que
tenían razón. La enervaba. Personalmente, pensaba que el Agente 11 tenía problemas
con una mujer estando a cargo, pero no tenía forma de demostrarlo. Nunca se había
excedido y siempre era infaliblemente educado, incluso cuando a menudo ella podía
sentir que él estaba en desacuerdo con sus decisiones.
Desgraciadamente, ella no tenía otra alternativa más que tolerarlo. Era uno de sus
mejores agentes, si no el mejor. Su tasa de éxitos no tenía precedentes. Era
demasiado bueno como para deshacerse de él, sin importar cuánto pudiera disgustarle
su actitud.
Así que regresó su atención al muchacho en la pantalla. Para ser justos, el Agente
11 tenía un punto: el muchacho sí lucía joven. Pero difícilmente estaban en
condiciones de ponerse exigentes.
—Lo necesitamos —dijo abreviando.
—Es un niño sin hogar ni entrenamiento —dijo el Agente 11—¿Qué puede hacer que
nuestros agentes entrenados no puedan?
Ella rechinó los dientes. ¿La creía incompetente? Aunque él estaba más cerca de los
treinta que de los veinte, comparado con ella, no era más que un mocoso. Era veinte
años mayor que él. Es cierto que ella no tenía ninguna experiencia de campo, pero
no se había convertido en la jefa del Servicio Secreto de Inteligencia Británico
por ser una idiota.
Sabía que podría decirle que hiciera su trabajo y dejara de cuestionar a sus
superiores. Pero no sería inteligente. El Agente 11 siempre era más cooperativo y
eficiente, si estaba de acuerdo con la misión.
Ella enfrentó su mirada sin pestañear, haciendo caso omiso a su tono inexpresivo.
—Está más que experimentado para el trabajo. Ese "niño inocente" ha estado
cartereando desde que tenía seis. Nuestras fuentes en las pandillas de Londres —
múltiples fuentes— dijeron que es el mejor que hay. Su apodo es Sombra por un
motivo. Al parecer es casi imposible atraparlo, incluso cuando sabes que va a
robarte. Es así de bueno.
Creyó que el Agente 11 lucía algo interesado ahora, pero como de costumbre, era
difícil leer su rostro.
—El A19 no es adecuado para esta misión —escupió ella— No puede jugar el papel del
adinerado y hedonista hombre de negocios, ni puede ser un Sugar Baby convincente.
Se sentía algo ridícula al decir las palabras "Sugar Baby" en una conversación
seria, pero le gustaba ser directa. Eso era lo que necesitaban para la misión,
después de todo: dos agentes para ir encubiertos en un crucero, un lujoso y
exclusivo crucero, para gente rica que tenía una debilidad por las mascotas
jóvenes. El Agente 11, pese a todos sus considerables talentos en hurto,
desbloquear cerraduras y piratería informática, era un veinteañero corriente con un
feo caso de acné. Era más adecuado para las misiones que requirieran agentes
anónimos, que pudieran mezclarse con la multitud. Definitivamente no era apto para
la misión de Brylsko. Nadie creería que un rico hombre de negocios estaría
interesado en tener al Agente 11 como su mascota, y el Agente 11 era demasiado
joven para jugar el rol de un millonario Sugar Daddy.
—¿Y crees que este chico vagabundo puede interpretar a una mascota creíble? Incluso
aunque pudiera hacerlo, probablemente se desmoronaría bajo presión. Hurtarles a
personas al azar es una cosa. Robarle una memoria USB a un paranoico señor del
crimen, y devolverla sin que él lo note es otra cosa.
Ella se pellizcó el puente de la nariz. La peor parte era, que sabía que las
preocupaciones del Agente 11 eran válidas. No por primera vez, deseó poder
simplemente eliminar al objetivo y conseguir la memoria USB pero no era posible. No
podían arriesgarse.
Ella lo miró y levantó una ceja. Habría creído que fue lo bastante evidente.
—Con todo respeto, señora, no puede estar hablando enserio. Sabe que yo no puedo.
Un surco surgió entre sus oscuras cejas. Claramente no era la respuesta que
esperaba.
Ella suprimió un suspiro. Era cierto que ir de encubierto como un hedonista Sugar
Daddy podría arruinar la tapadera del Agente 11 en una de sus más importantes
misiones a largo plazo. Pero no era algo que no hubiera considerado antes.
—Sí, señora.
—Lea el archivo del muchacho —dijo— Será quien lo reclute, así que familiaricesé
con sus antecedentes. Es bastante estándar, en lo que refiera a antecedentes.
Nacido de una madre soltera, sin padre conocido. La madre murió cuando él tenía
cuatro años. Cáncer. Un pariente lo llevó con él. Nuestras fuentes nos señalaron
que el niño fue emocionalmente abusado por sus familiares, quizás físicamente
también —Ella se encogió de hombros, incómoda con el tema— En cualquier caso, él
escapó cuando tenía seis. Creemos que se unió a la pandilla de Neo Zone y empezó a
robar a cambio de protección y un techo sobre su cabeza —Ella miró al agente— No
creo que le sea fiel a la pandilla. Aprovechese del anhelo del muchacho por una
vida estable y un hogar. Estoy segura de que no debo enseñarle como manipularlo.
Un músculo en mandíbula del Agente 11 tembló. Ambos sabían que un agente senior
como él, tenía mejores cosas para hacer que entrenar novatos.
Después de todo, no era ni ciega ni estúpida. Estaba muy consciente de que él era
el más probable candidato para su reemplazo.
Capítulo 2