¿A ustedes le contaban cuentos a la hora de dormir? Si soy sincero y teniendo
en cuenta lo poco que recuerdo de mi infancia los que yo llegué a escuchar fueron realmente pocos. No porque mi madre no se preocupase por el sueño de mi hermano o el mío, sino porque yo caía dormido apenas mi cabeza tocaba la almohada, pero existieron ocasiones donde podía escucharlos en sueños. Mamá tenía obsesión por leernos los grotescos cuentos infantiles de los hermanos Grimm, siendo el primer cuento que escuché el de La Cenicienta. Con los ojos cerrados y en el profundo sueño podía visualizar la sangre de la zapatilla de cristal, el cuchillo cortando cada parte de los pies de las hermanastras que por la desesperación de casarse con el príncipe llegaron a límites exorbitantes y aquellas visiones me causaban pesadillas que me hacían abrazar a mi hermano que con burla me trataba de bebé incluso cuando yo era el mayor. Desde ese entonces dejé de escuchar sus cuentos y comencé a quedarme dormido en el sofá hasta que mi padre decidió darme una habitación propia, una que fue ubicada después de la habitación de Lalisa. Cuando llegué a la adolescencia, entre los dieciséis y diecisiete años, Lalisa había llegado con un libro de tapa negra y nos pidió a mi hermano y a mí que fuésemos a su habitación a la medianoche. - ¿Qué es lo que quieres hacer? -Le preguntó Luxus, no sintiéndose muy confiado por la invitación de nuestra hermana adoptiva. Recuerdo que Lalisa había sonreído con cierta picardía, y agitó el libro que sostenía en su mano derecha. -Descúbrelo. Y tras eso se encerró en su cuarto hasta que la medianoche cayó, no había bajado a comer ni mucho menos a estar en la hora familiar donde solíamos conversar sobre las responsabilidades que tendríamos cuando fuésemos mayores de edad. Una vez nuestros padres se durmieron me escabullí en la habitación de Luxus y juntos fuimos a la habitación de Lalisa, quien nos abrió con el dedo índice en sus labios, pidiendo que no hiciéramos ruido. Nos sentamos en unas almohadas que estaban en el suelo, debajo una manta donde una lámpara de aceite iluminaba una pequeña fracción del fuerte improvisado que Lalisa había construido. -Me obsequiaron esto. -Dijo y nos enseñó el libro, en la primera página el nombre del autor estaba escrito estéticamente en tinta negra. -Edgar Allan Poe. -Leí en voz alta para posteriormente observar a mi hermana confundido-. ¿Y? -Jimin me habló de este autor hace unas semanas. -Comenzó la castaña, acariciando las páginas del libro con sus dedos-. Dijo que ningún cuento de terror le hizo temblar tanto como los de este autor. -Patrañas. -Aseveró Luxus con sorna-. Sabes cómo es Jimin, Lis, no hay que creer en todo lo que dice. Lalisa se encogió de hombros. -Nada perdemos con leer un poco. -Dijo y me extendió el libro-. ¿Nos haces los honores, Tae? Sin mucho interés y sólo con el objetivo de complacer a mi hermana lo tomé, pasé un par de páginas hasta llegar al primer relato que se titulaba "Los crímenes de la calle Morgue". Inconscientes de lo que pasaría después, el relato nos terminó por atraer hasta el punto tal de dejarnos sin parpadear y sin dejar a mi garganta sedienta. Cuando acabamos ese relato continuamos con "Morella" el que resultó siendo el favorito de Luxus, después continuamos con "El gato negro" hasta que al llegar al punto final caímos dormimos y la lámpara se desgastó. Los libros de Edgar Allan Poe terminaron por culminar en un punto muy profundo de nuestras vidas y nos la pasábamos noches enteras sólo leyendo y escuchando sus cuentos. Cuando Luxus y yo llegamos a los veinte y Lalisa a los diecinueve pasaría algo que marcaría una parte de nuestra vida y sería la misteriosa-misteriosa para algunos, pero obvia para nosotros-muerte de nuestro padre que había muerto de supuestas causas naturales o de un abuso con el cigarrillo. Nunca estuvo claro. El luto para mi madre duró una semana cuando ya estaba metiendo a la casa a su nuevo esposo con los tres hijos del tipo quienes por fortuna y conveniencia se apellidaban igual que nosotros. SeokJin parecía ser el más maduro de los tres y por consecuencia se mantenía encerrado en su nueva habitación que se había adquirido en el momento de mudarnos. NamJoon, por otro lado, estaba con nosotros tres en breves ocasiones en las que su hermano no le llamaba para encerrarse en la habitación y no salir de allí hasta el día siguiente y Jennie como mucho saludaba; era igual que su hermano mayor, sólo que ella trataba de congeniar con Lalisa por razones que hasta hoy aún desconozco. Cuando Luxus preguntaba a Lalisa qué tanto conversaba con Jennie solía desviar el tema o directamente no contestar, por lo que los únicos normales en la casa resultamos siendo mi gemelo y yo. Las noches leyendo a Edgar Allan Poe habían llegado a su final y pronto Luxus y yo terminamos también alejándonos, sólo viéndonos en el desayuno, almuerzo y cena. Un día, releyendo el libro que había empezado con las mejores noches de mi vida, sentí que alguien me observaba. Tal vez era algo causante de la obra, o una paranoia mía, pero la sensación nunca se fue. Entonces alcé la vista hacia el exterior, donde mi ventana chocaba frente a una ventana paralela. Recordaba ver esas cortinas cerradas durante largos días e incluso semanas, pero en ese instante las vi abiertas y entre ellas había un azabache que tenía un lienzo sobre un caballete y en sus manos pálidas sostenían una paleta de color. Reaccionó apenas fue descubierto y las cortinas se cerraron por unas semanas más. Pero nunca lo olvidé. Había noches donde me quedaba viendo por la ventana esperando a que las cortinas se abrieran, y noche tras noche llegó el momento donde se abrieron y nos vimos cara a cara. -Es de mala educación pintar a una persona y desaparecer casi por un mes, ¿Sabías? Él pareció sentirse avergonzado y no dijo nada al respecto, estando muy ocupado teniendo la mirada gacha y un sonrojo hasta las orejas. Adorable. -Me gustaría verla. - ¿Eh? Alzó la vista apenas dije eso, sus ojos eran grandes y debido a los faroles que iluminaban la vacía calle estos brillaban. -La pintura, me gustaría verla. -Oh, aún no está lista. -Me dijo, en un murmullo que entendí por pura suerte. - ¿Necesitas tenerme como referencia todavía? No me respondió y yo intuí que se trataba de un "sí". -Mañana estaré leyendo nuevamente, tendré la ventana abierta. Y luego de decir eso y no recibir respuesta, le deseé las buenas noches y cerré la ventana. Al día siguiente, y como había sido prometido abrí la ventana y me dispuse a leer, fijándome de reojo de que estaba allí. Pintando. Esperé el tiempo que él necesitaba hasta que escuché su ventana cerrarse. Suspiré y cerré también la mía. Fue entonces, cuando al día siguiente Jennie me había entregado algo envuelto en papel periódico, era algo cuadrado que estaba en la puerta. Cuando llegué a la habitación y lo abrí, el lienzo estaba allí y la figura mía leyendo estaba plasmada. Giré la cabeza hacia aquella ventana que como me esperaba estaba cerrada, luego me fijé en la firma. Jeon Jungkook. Ahí marca el día y el momento donde aquel nombre se quedó plasmado en mi memoria.
Capítulo I: Kim TaeHyung
Diciembre 19, 1875 Londres, Inglaterra Cuando las mañanas llegaba la rutina comenzaba, yo me despertaba después de Luxus y él se despertaba después de Lalisa, ella lo hacía después de NamJoon, él después de Jennie y ella después de SeokJin. El mayor de mis hermanastros siempre era el primero en despertar, por lo que era común verlo ya duchado y arreglado, siempre sentado en los sillones del salón leyendo el periódico con un té de manzanilla. Ni siquiera variaba en el sabor del té. Nuestra madre se quedaba en su habitación unos momentos antes de que el desayuno estuviese servido y nosotros nos arreglábamos en nuestros cuartos, reconociendo las ventajas de tener baño propio en cada habitación. Luego llegaba el desayuno, que por lo general eran galletas, pan integral y té; mis hermanastros eran exageradamente exigentes con la comida, hasta el punto de que cocinaban ellos mismos para ahorrarse los insultos hacia los sirvientes. Mamá limpiaba la comisura de sus labios con una servilleta antes de decirnos algo, siempre cuidando que su labial no fuese a correrse. -Conocen el itinerario de hoy, ¿no es así? Cuando preguntaba aquello nos miraba a SeokJin y a mí, que por ser los mayores debíamos conocer todos esos asuntos en los que la familia estaba incluida. Lo poco que sabía era que mamá estaba preparando una cena de navidad para la aristocracia familiar, nada sorprendente, pues siempre invitaba a los Park y a los Jung. -Debemos enviar la carta de invitación a las familias Park, Jung y Jeon; luego de ello debemos asistir a la reunión con la reina para presentar a TaeHyung ante su prometida, después debemos comprar la comida para la cena y finalmente TaeHyung y yo tendremos una pequeña reunión aquí en casa con el embajador. -Respondió SeokJin, claramente opacándome ante mi familia, sin embargo, me quedé en silencio. Silencio que usé para deducir algo. Los Jeon no eran aristócratas. -Madre, ¿Por qué vas a invitar a los Jeon? -Preguntó Lalisa, como si me hubiese leído la mente-. Por lo que tengo entendido ellos son clase media. -Cuando fui a hacer unas compras al centro supe por boca de unas mujeres que Jeon YoonSook es viuda de uno de los muchos esposos que tuvo la reina, era parte de una aventura extraña. La reina nunca se enteró, pero los rumores cuentan que los hijos de ella son de sangre real y que el cambio tan abrupto del apellido fue para no levantar sospechas. - ¿Sospechas sobre qué? -Inquirió Jennie. -Nadie lo sabe, querida. -Respondió mi madre tras suspirar-. Pero me parece interesante entablar una amistad con una familia tan intrigante. - ¿Y si son personas peligrosas o no son ciertos los rumores? -Cuestionó Luxus- . Tienes un sentido común bastante amplio, madre, no es bueno caer en rumores de señoras solteronas. Deberías investigar si tanto te interesa. -Concuerdo con Luxus, madre. -Corroboró Lalisa-. No sabes qué tipo de personas son, tal vez si los invitas a cenar esta noche y sacas algo de información puedas saber algo por tu cuenta y así saber si es conveniente invitarlos a la cena de navidad o no. Nuestra madre se quedó callada unos instantes que aprovechó para hacer un ademán con sus dedos a los sirvientes para que estos recogieran los platos sucios. -SeokJin, cancela la reunión con el embajador, ya hablaremos con él otro día. -Sí, madre. -Dijo el azabache antes de levantarse de la mesa e irse a hacer lo pedido. -TaeHyung, quiero que vayas a la casa de los Jeon y les hagas la invitación de venir a cenar. En ese instante me congelé, recordando que aquel pintor cuyo rostro no había olvidado vivía allí y que pertenecía a esa familia. Habían pasado varios meses desde nuestro pequeño encuentro y la entrega de la pintura, ni yo lo había visto ni él me había visto a mí. La ventana que me permitía verle permaneció cerrada desde aquel día donde culminó con la pintura, en aquella situación cualquiera habría olvidado su nombre o incluso su rostro; pero en mi caso no sucedió así. Cada noche antes de irme a dormir garabateaba en un cuaderno las facciones de su rostro. Sus cejas pulidas y ligeramente pobladas, sus ojos grandes y oscuros; su nariz ligeramente curva pero aun así perfecta y sus labios. Rosados y delgados. Tanto recordaba aquel rostro que sabía que tenía una pequeña cicatriz en su mejilla izquierda. Y es que aquellas facciones tan perfectas eran algo tan difícil de olvidar, me quedé clavado ante aquella belleza humana y me atemoricé del olvido. Me aterraba más olvidar sus facciones que mi propia existencia. La ansiedad me recorrió el cuerpo con el sólo hecho de pensar de que no sólo iba a ver su rostro, sino todo de él, desde la punta del último cabello hasta la punta de sus pies. Fue por ello y controlando las emociones que bombeaban por todo mi cuerpo, asentí. - ¿A qué hora, madre? -Pregunté, recordando que debía conocer a mi futura prometida esa misma mañana y pese a que la noticia de casarme no fuese algo que me emocionase del todo debía respetar el horario impuesto. -A las tres treinta de la tarde estaría bien. No sé cuánto tardemos con la reina. Luego de eso nadie habló más y nos levantamos de la mesa, cada uno tomó su lado por la mansión en la espera del carruaje. Subí a mi habitación para tomar alguna libreta y dibujar algo al azar en el camino, desde que había conocido al pintor el arte había comenzado a interesarme y quería aprender de aquello por completo, convirtiéndose incluso en una pasión poco a poco. Sin mencionar que esperaba una conversación con él en un futuro. Al subir me sobresalté al ver a mi gemelo en la habitación, viendo con sumo interés una de mis libretas, la que tenía pasta negra y en su interior había trazos del rostro del pintor como mayor parte del contenido. Indignado por aquella imprudencia arrebaté de las manos de mi hermano la libreta, hallando de paso su mirada cargada de sorna. -No sabía que dibujabas tan bien hermanito. -Me comentó-. Es un chico atractivo, ¿Quién es? ¿El pintorcito cuyo nombre siempre gimes a mitad de la noche? - ¡Calla! -Exclamé golpeando la cabellera rubia de mi gemelo con la libreta-. Alguien podría escucharte. -Por Dios, no es un secreto que estás obsesionado con ese pobre chico. Y ahora que mencionas que es peligroso andar hablando de él en voz alta, no creo que sea inoportuno aconsejarte que muerdas la almohada cuando estés fantaseando con él, si te escucho desde mi habitación apuesto a que Jennie también te ha escuchado. -No lo creo. -Negué tras poner los ojos en blanco-. A todo esto, ¿Qué haces en mi cuarto? Luxus se encogió de hombros, echando un vistazo rápido a la habitación que ahora estaba llena de lienzos y dibujos al azar. Luego regresó a sus ojos a mí ahora sonriendo como si estuviera planeando algo. Muchas personas decían que Luxus y yo éramos exactamente iguales, no sólo dejándose llevar por el vago argumento de que éramos gemelos, sino que moral y sentimentalmente éramos la misma hoja escrita con la misma caligrafía. La verdad era que no, Luxus y yo si bien no teníamos mucho parecido físicamente. Incluso siendo el gemelo menor era mucho más alto que yo, su piel era más clara que la mía, sus ojos eran ligeramente más achinados, su voz era más gruesa y no tenía los mismos lunares que yo. Luxus era el único en aquella mansión que sabía que las mujeres no eran de mi gusto y parecía darle completamente igual; nunca se lo conté, simplemente lo sabía, no podíamos mentirnos entre sí, nos conocíamos tan bien que sabíamos cuando el otro mentía. Nunca supe si aquello era bueno o malo. -Ya sé quién es tu prometida. -Me dijo-. Escuché a mamá hablando de eso con SeokJin, ¿Quieres saber más? - ¿Desde cuándo te interesa escuchar conversaciones ajenas? - ¿Quieres saber o no a lo que te vas a enfrentar? Suspiré y me quedé en silencio, otorgándole la palabra. Luxus sacó de su saco una pequeña libreta y se aclaró la garganta antes de comenzar a hablar. -Bae JooHyun, aunque de cariño la reina le dice Irene. Es una ternurita de tu edad, hace poco cumplió los 23. Es la nieta de la reina, tiene cinco hermanos y es puramente virginal; ¡Lista para casarse contigo! -No digas tonterías. -Oye, ya sabes cómo es mamá hablando de virginidad, son palabras de ella no mías. Parece estar más emocionada con la luna de miel que con la misma boda. -Agh, no me lo recuerdes. -Gruñí lanzándome de espaldas a la cama-. De no haberme contado esto ni sabría quién es, me voy a casar con una desconocida. -Oye, que te entiendo, yo soy el siguiente. Sin embargo, no hay nada para hacer, Tae, que te cases con alguien de la realeza va a terminar beneficiando a la familia de algún modo. Mírale el lado bueno, casarse no significa amar así que mientras estés casado puedes fantasear todo lo que quieras con el pintor, siempre y cuando no te descubran en el asunto. Ya sabes lo que piensa la gente allá fuera con respecto a la autocomplacencia. -Lo haces ver fácil cuando no lo es. -Hermano, esto está fuera de tus manos, no esperes que tenga una solución para eso. Tienes dos opciones: Olvidarte del pintor y casarte, o casarte sin olvidarte del pintor. Piensa en que la reina ha pasado por una infidelidad de varios años y nunca se enteró, no vendría mal jugar con las mismas fichas y estrategias. -Igualmente no he hablado con ese chico desde hace meses, posiblemente ni me recuerde. -Yo opino lo contrario, para un pintor es difícil olvidar a su musa, ¿Sabes? Igualmente, todo se definirá en la cena de esta noche. Cambia esa cara de martirio, TaeHyung y venga, levántate que ya es hora de irnos. Luxus tomó mi mano y me jaló para poder levantarme, palmeó mi espalda para mostrarme su apoyo y fue el primero en salir de allí. Yo le seguí después, dejando mi libreta en el escritorio. Seguí a mis hermanos hasta el vestíbulo y luego salimos de la mansión para después subirnos al carruaje. Cuando este comenzó a moverse por las calles de Londres, mi madre abrió su libro y comenzó a leerlo en silencio. Todos estábamos en silencio. Nunca entendí cómo mi madre había logrado tal conexión con la reina si todo vínculo con la realeza lo creó mi padre, quien era un trabajador más de la realeza, el típico guardia de la entrada que no te deja pasar a esa enorme edificación de piedra sin un motivo razonable. Siempre supe que nuestros padres no se querían, que Lee SookHye; mi madre, estaba con él por el simple hecho de que trabajaba para los reyes y no pudo evitar usar esa oportunidad para acercarse más a ellos y usar su destacado carisma para engatusarlos y estar allí, a la merced de la realeza en una posición piramidal envidiable. Algunas veces, me repugnaba mi posición como me repugnaba mi propia familia; aunque mi madre, SookHye, ella parecía ser especial; no sólo por ser alguien que marcó mi vida por completo, sino porque en realidad no sabía nada de ella. No conocía a mi madre. El carruaje se detuvo frente a las rejas del palacio Buckingham y el cochero nos abrió la puerta. La primera en salir fue mi madre, luego salieron mis dos hermanos legítimos, mis hermanastros y por último yo. Mi madre no usó palabras para presentarse o explicar la presencia de todos allí, simplemente las rejas se abrieron y ella se abrió paso entre ellas, observando de reojo los jardines que rodeaban la edificación. Las puertas del palacio se abrieron de par en par y SookHye siguió con su recorrido ahora por el vestíbulo y las escaleras, paseándose por los pasillos que parecían aprenderse de memoria; mientras sus hijos la seguían como patos. Al llegar al despacho de la reina le hicimos una reverencia, luego la puerta se cerró atrás de nosotros. La reina Victoria bajó un periódico que cubría su rostro y estiró una pequeña sonrisa apenas vio a mi madre. -SookHye, qué gusto verte. -Aseveró, levantándose de su asiento de terciopelo para saludar a mi madre con un apretón de manos y un beso en los anillos que adornaban los dedos de la reina-. Hace tanto que no te veía a ti y a tus hijos, ¿Cómo está tu esposo? -Fuera, como siempre. Su trabajo lo limita a muchas cosas. -Ya veo, ¿Y cómo están tus hijos? ¡Han crecido mucho! -Comentó observándonos a los seis de pies a cabeza, deteniéndose en mí-. ¿Así que él es el futuro esposo de mi nieta? -Sí, es él. -Es perfecto para ella, será mejor que los presentemos, ¡Irene! -Llamó y luego se sentó en uno de los sillones del despacho mientras la esperábamos. Mi madre me hacía ademanes para que mejorara la expresión molesta e incómoda de mi rostro, cosa que no sirvió de mucho y es que tampoco sabría con qué reemplazar la obvia expresión que era manejada por una verdadera emoción. Las puertas del despacho se abrieron y entre ellas emergió una chica de piel clara y cabellos largos y azabaches que acariciaban su cintura. No mentiré, la chica era linda, pero no de mi gusto. Sentí la incomodidad a flor de piel y luego molestia cuando Luxus me dio un codazo pícaro para burlarse de mi situación. Bastardo. -Irene, ellos son la familia Kim, la cabeza de la aristocracia británica. -Presentó Victoria, Irene nos hizo una reverencia que respondimos con un gesto de cabeza. -Es un honor conocerlos. -Tu prometido es Kim TaeHyung, el mayor de los seis hermanos. -Luego, Victoria me miró-. Tae, ella es Irene, tu prometida. ¿Aquello debía conmoverme? Porque no lo hacía en lo más mínimo, mi madre esperaba que yo hiciese algo, todos los presentes estaban esperando que hiciera algo y SeokJin se aclaró la garganta antes de darme un pellizco que me levantó del sillón, me puse frente a ella y, tratando de recordar los horribles ensayos que mi madre me hacía ejecutar con Lalisa, tomé sus manos pálidas y la miré fijamente a los ojos esperando a que ella notase que iba a mentir con mis palabras. -Es un honor para mí, Irene, ser la persona que va estar contigo hasta la muerte. -Dije, ignorando la risa ahogada de Luxus, vi en el rabillo del ojo que Lalisa lo codeó-. Prometo hacerte muy feliz. Irene me sonrió y dio un apretón al agarre de mis manos, entonces supe que yo estaba mintiendo, pero ella no. Ella sí quería casarse conmigo, y más culpable no me pude sentir. -También es un honor para mí, TaeHyung, como también prometo hacerte muy feliz. Y no, no iba a lograr su cometido. Agradecí que no podía besarla en ese momento, pues Irene parecía tener intenciones de aquello. Solté sus manos y me senté en mi lugar, incómodo, luego de eso el té fue servido. Dos largas y eternas horas después, finalmente llegamos nuevamente a la mansión y lo primero que hice fue correr a mi habitación para desplomarme en la cama y reflexionar por lo que había sucedido anteriormente. Luxus me había seguido y lo escuchaba reírse desde el umbral de mi puerta. Giré mi cabeza para verlo y maldije que tuviera esa sonrisa tan tétrica en su rostro. - ¿Qué quieres, Luxus? Él volvió a estirar esa aterradora sonrisa y entró a la habitación, suavizando y alargando sus pasos como si estuviera caminando entre un enorme campo de flores. Dio una vuelta y exageró una mirada dulce. - "Prometo hacerte muy feliz, Irene, ahora bésame mientras pienso que eres el pintor" -Dijo agudizando la voz, luego estalló en carcajadas cuando le tiré una almohada directamente al rostro-. Hermano, deberían premiar esa actuación tuya, hasta se me salió una lágrima. - ¿Acaso tú no sabes hacer otra cosa que no sea burlarte de mí? -Me río de lo que me parece gracioso, y tu situación es graciosa. En serio, sonaste tan poco convincente que creo que esa pobre chica se ha desilusionado. Luxus se sentó al borde de la cama mirando aleatoriamente mi habitación mientras seguía hablando. -Cuando la vi pensé en que ella sería mejor partido para SeokJin, si ya no estuviese comprometido yo hubiera convencido a mamá de que lo hubiese ofrecido a él como ofrenda para la reina y su nieta. - ¿SeokJin está comprometido? -Cuestioné, Luxus me dio un golpe en el costado-. ¡Hey! -Tú nunca te enteras de nada, eh. -No es como si dijeran algo que me interesara. - ¡Por supuesto que debe interesarte! Estamos hablando de que SeokJin se casará dentro de poco y se irá, esas son buenas noti… En ese momento escuchamos como alguien se aclaraba la garganta desde el umbral de la puerta. Luxus se quedó callado apenas vio la alta figura de SeokJin en la puerta, viéndolo impávido a través de sus lentes y arqueando una ceja. - ¿Qué pasa? Sigue hablando. -Le dijo. -No era importante. -Respondió mi gemelo con la mirada gacha. -Eso creí. -Aseveró mi hermanastro. - ¿Es cierto eso de que te vas a casar? -Me animé a preguntar. Asintió. - ¿Quién es? SeokJin entró a la habitación y se recostó en una de las paredes, cruzado de brazos y viendo en dirección a la ventana. Se le notaba pensativo. -Im Nayeon. -No inventes -Jadeó Luxus-. ¿La hija del conde Im? -Luego de ello, se quedó pensativo unos segundos y añadió: - ¿Ella no era la prometida de Jimin? -No sé ni me importa. -Contestó Jin-. Mamá me reunió con ella y el conde, ahora estamos comprometidos, nos casaremos dentro de unas dos o tres semanas. -Vaya drama. -Expresó Luxus-. A Jimin no le va a gustar nada, a él sí le gustaba su prometida o eso creo yo. SeokJin suspiró, sacándose los lentes para limpiarlos con un pañuelo. -Como dije, no me importa. -A NamJoon no le agradó mucho la noticia, no nos habla desde que nos contaste. -Dijo Luxus-. ¿Sabes por qué? SeokJin se pasmó por un par se segundos y negó con la cabeza después, posando sus lentes nuevamente en su rostro. -No es nada. -Dijo y luego sacó un sobre de su saco que se me fue extendido-. Esta es la invitación para Jeon YoonSook, debe estar con sus hijos aquí a las siete. Ni un minuto más, ni un minuto menos. -Bien. -Dije y luego miré a Luxus-. ¿Vienes conmigo? -Lo haría con gusto. -Me dijo y se levantó de la cama-. Pero tengo cosas para hacer, suerte. Luego de ello SeokJin y Luxus salieron del cuarto. Suspiré viendo la carta y luego hacia la ventana que, como siempre, estaba cerrada. Me mentalicé en mantenerme tranquilo lo más que pude, y luego me vi a mí mismo tocando la puerta de los Jeon. Fue entonces, cuando él abrió la puerta.
Capítulo II: Kim TaeHyung
Los dos quedamos pasmados. Jungkook pareció palidecer y poco después sonrojarse, bajó los ojos hacia algún punto imaginario y parecía reflexionar lo sucedido. Le di tiempo a que lo asimilara todo y cuando esperé a que él mismo hablara, igualmente, por educación él debía hablar primero. Sin embargo, no fue así. -Jungkook, ¿Quién rayos está en la puerta? -Se oyó una voz femenina al interior de la casa y luego una joven azabache vistiendo un simple pero bello vestido beige se posó junto a él. Los guantes y el sombrero delataban que iba a salir-. ¡Oh, joven Kim! La chica hizo una reverencia y se la regresé, desilusionado al ver a Jungkook irse casi corriendo al interior de la casa. La joven gruñó exasperada. -Mis más sinceras disculpas por mi hermano, joven Kim, ni siquiera yo sé en qué nube vive. -Está bien. - ¿Y a qué se debe tan gratificante visita? -Bueno, mi madre quiere invitarlos a una cena esta noche. -Dije y le extendí el sobre que delicadamente la chica tomó-. Es para su madre y ustedes dos. - ¿Dos? ¡Oh! -La chica rio-. Somos cuatro en esta casa, tenemos una hermana adoptiva. Se llama Rosé, tiene una sastrería aquí cerca. - ¿Sastrería? - ¡Sí! Es un pequeño negocio familiar, sabemos que nunca seremos ricos, pero nos da de comer. Aristócratas como los Park nos visitan constantemente para confeccionar sus prendas, en verdad es un honor. -Bueno, a mi madre podría interesarle. -Dije, pensando en que aún tenía oportunidad de acercarme a Jungkook-. Hace poco nuestro sastre fue despedida, pues confeccionó un vestido con una tela que le causó una reacción alérgica a mis hermanas. - ¿Qué? ¿Pero la señora lo sabía? Asentí. -Fue un tipo de maldad, o eso dijo mi hermanastro. Al parecer quería hacerles daño a mis hermanas, pues no sólo fue eso, sus corsés tenían insertados pequeñas agujas en la parte interna y también les confeccionó los conocidos "Paris Green", esos vestidos que tienen arsénico. -Dios, ¿Qué tipo de persona es capaz de hacer tales atrocidades? Lo lamento mucho. -Está bien, ya mis hermanas están mejor, pero seguimos necesitando un sastre pues vamos a tener una cena de Navidad con gente muy importante. Puede comentarle a mi madre de su negocio, que los Park visiten su local le hará estar tranquila y les pagaremos bien. -Con mayor razón -Dijo ella, levantando la carta- asistiremos. Muchas gracias, joven Kim, no debieron molestarse. -Está bien, en tal caso debo irme. Tengo unas invitaciones para la cena de navidad que repartir. - ¡Oh! ¿Y hacia dónde se dirige? -Voy a la calle Johnson, ahí residen los Park y los Jung. -Bueno, yo paso por ahí para ir al trabajo. Si usted quiere, lo puedo acompañar. Al verla tan sonriente no pude evitar decirle que sí, y pronto nos vimos caminando por las calles de Londres, viendo pasar a los carruajes y a los comerciantes en sus tiendas ganándose la vida. Recibía reverencias en algunas ocasiones y otras veces se trataba de un apretón de manos. La joven sonrió apenas me vio correspondiendo la reverencia a un anciano. -No cabe duda de que tú y tu familia tienen un gran estatus social. -Oh, bueno, esto no es tan interesante como se pinta. Sólo se trata de modales. - ¿Todos tus hermanos son así de modestos? -Tal vez. -Respondí, ella rio. Nos detuvimos frente a una sastrería, que parecía ser la de la familia de ellos. Era un local grande, de dos plantas y telas colgaban en la entrada del local. -Bueno, al menos tus hermanos pueden ser modestos sobre algo. Mi hermano no se separa del lienzo y sus pinceles, aunque, siempre nos trae dinero extra; muchos admiran su trabajo, pero él no reconoce eso. Es demasiado retraído, se la pasa en su cuarto pintando y haciendo pedidos. Será una lucha llevarlo a la cena de esta noche. Sonreí, sintiéndome enternecido en imaginarme a Jungkook pintando en su habitación, sin querer salir o hablar con nadie. Recordé el sonrojo de sus mejillas y su forma de huir al verme. Ese chico iba a matarme de lo tierno que era. -La cena de esta noche le haría bien, pero debes darle tiempo. -Sí, eso espero. - ¡Soyeon! -Una tercera voz se oyó desde la puerta del local. Al girar, una joven rubia de vestido rosa se asomaba en la puerta-. ¡Ven, tenemos muchos clientes! Soyeon asintió en dirección a su hermana y volvió a mirarme. Hizo una reverencia y levantó con sus dedos un poco la tela de su vestido. -Fue un honor dar esta pequeña caminata con usted, joven Kim, que tenga un feliz día y lo veré esta noche. -Igualmente, señorita Soyeon. Luego de despedirme de ella y verla entrar al local, seguí con mi camino hacia los suburbios de la calle Johnson, deteniéndome en la mansión de los Park. Toqué la manija de la puerta tres veces y esperé hasta que el mayordomo abrió la puerta. -Buenas tardes, joven Kim. -Buenas tardes. -Respondí-. ¿Jimin está? -En su habitación, ya sabe dónde queda. Tras agradecer al mayordomo entré a la mansión, subiendo las escaleras del vestíbulo y cruzando por los pasillos que llevaba a las tres habitaciones principales. No encontré a ChanYeol por los alrededores, cosa que se me hizo levemente extraña pues eran pocas las veces que él salía de casa. No pensé más en ello hasta que llegué al cuarto de Jimin, como la puerta estaba abierta lo pude divisar leyendo un libro en uno de los sillones de su cuarto. Se le notaba tan concentrado que no parecía haberse percatado de mi presencia, por lo que aproveché en inspeccionarlo un poco. Jimin era de baja estatura pese a sus veinticinco años, siempre vestía de manera elegante, aunque fuese para quedarse en casa. Su cabello negro siempre lucía despeinado, pero se le veía bastante bien, y su piel junto a su rostro era perfecto. Jimin era bastante atractivo físicamente y aparte de eso era demasiado admirado por todos por su amabilidad y generosidad. Era alguien perfecto. - ¿Te vas a quedar ahí parado viéndome o vas a entrar? -Me dijo, sin quitar los ojos de su libro. -Te veías muy concentrado. -Aseveré, entrando a la habitación y sentándome en uno de los sillones de su cuarto. Jimin dejó el libro en la mesa de café y me miró sonriente como siempre. Jimin era el mejor amigo de Luxus, unidos desde que éramos adolescentes y parecían contarse absolutamente todo. Por supuesto, no ser el amigo preferido del azabache no quitó el hecho de que en ocasiones pasásemos el rato juntos y hubo ocasiones en las que salíamos sólo él y yo a leer o simplemente a conversar. Jimin era ese amigo al que podías tenerle confianza y contarle todo, pues él era alguien que daba muy buenos consejos. - ¿Cómo has estado? -Me preguntó. -Bueno, podría estar mejor. -Me sinceré-. Hoy conocí a mi prometida. -Sí, Luxus me envió una carta hace unos días hablándome de ella. La nieta de la reina, ¿no? Asentí. -Y supongo que no estás nada feliz con ello. -Concluyó, moví nuevamente la cabeza-. No me digas, ¿el pintor? -Hoy lo volveré a ver. - ¿En serio? -Inquirió Jimin-. ¿Dónde? -Mi madre quiere expandir sus amistades, y tan pequeño es el mundo que esas amistades incluyen a la madre de ese chico. Habrá una cena con él y su familia esta noche. -Pues buena suerte. -Dijo sonriendo ladino, dándome ánimos-. Las cosas van a salir bien, Tae, y si no se da la oportunidad en esa cena se dará la oportunidad con ChanYeol. Fruncí el ceño confuso. - ¿ChanYeol? -Musité, Jimin rio por lo bajo-. ¿Qué pasa con él? Ahora que lo pienso no lo he visto aquí. -Fue a reclamar un pedido. Jimin parecía estarse aguantando una estruendosa carcajada y para disimular su expresión se levantó del sillón para dirigirse al ventanal de su habitación y ver el panorama. -Jimin. -Pronuncié-. ¿Qué hiciste? -Habla con tu hermano. -Tengo tres hermanos, especifica. -El único que se parece a ti, genio. Me levanté del sillón y me acerqué a él, tomándolo de los hombros. - ¿Qué hicieron tú y Luxus? -Cuestioné, Jimin soltó la carcajada que tenía atrapada en la garganta-. ¡Park! - ¡Ya! Luxus le mostró a ChanYeol la pintura que el pintor hizo para ti y lo convenció de hacerle un pedido. Esta mañana llegó una carta donde el artista, Jeon Jungkook, afirmaba haber terminado el pedido y ChanYeol acaba de ir por él, por lo que me dijo mi hermano iba a traer al pintor a merendar como muestra de agradecimiento y, por supuesto, para darle su paga. - ¡¿Que ustedes qué?! Jimin rodó los ojos, quitando mis manos de sus hombros para dejarlo ser libre. Se acercó al espejo de su tocador y comenzó a retocarse el cabello, claramente ignorando mi estado de estupefacción y pánico. Me miró a través del espejo y sonrió, negando con la cabeza. -No tomes esto como una maldad, Tae, no contaba con tu visita. Lo de la merienda y eso ya estaba planeado, sólo que apareciste de último momento. Mi estómago estaba revuelto y maldije internamente a mi gemelo al imaginarlo con su sonrisa tétrica tocando con sus manos el lienzo que Jungkook me había obsequiado, aprovechándose de la situación para molestarme. -Yo... debo irme de aquí. Y sin pensarlo dos veces salí de la habitación de Jimin, regresando a ella corriendo cuando vi la puerta del vestíbulo siendo abierta por el mayordomo que hizo una reverencia apenas el joven alto de cabellos negros entrando con un lienzo entre sus manos y detrás de él, un joven castaño que de sólo verlo se le notaba algo nervioso. - ¡Jimin, ya llegamos! -Exclamó ChanYeol desde el piso de abajo. Miré a Jimin pidiéndole ayuda y él sólo se encogió de hombros. -Igual ibas a verlo esta noche. -Me dijo y luego dirigió su vista hacia la puerta- . ¡Sube, quiero ver la pintura y al autor! No me dio tiempo de esconderme, pues ChanYeol al parecer ya había subido las escaleras y ya estaba en el pasillo. Entró sosteniendo con orgullo el lienzo y lo dejó apoyado en un sillón. -Es simplemente hermoso. -Luego de ello, se percató de mi presencia-. ¡TaeHyung, no esperaba tu visita! No me percaté hasta que lo vi, pero Jungkook se detuvo en la puerta apenas me vio, quedando completamente petrificado. ChanYeol y Jimin observaron la situación y juré haber escuchado la risa de Jimin. -Oh, TaeHyung, dile a Luxus de mi parte que su recomendación fue gloriosa. - Dijo ChanYeol-. Este chico tiene un don digno de admirar. -Sí... -Musité, sin quitarle los ojos de encima a Jungkook-. Se lo diré. Jungkook parecía encogerse en su sitio, jugando son sus dedos y agachando la cabeza para esconder lo rojo que estaba, aunque, sus orejas lo delataban. Jimin, al notar que debía rescatar la situación, aplaudió para llamar la atención de todos, en especial la de su hermano. -ChanYeol, ¿Me acompañas a servir la merienda? -Pero... -Vaciló el mayor-. ¿No tenemos a alguien que haga eso por nosotros? Jimin lo miró arqueando una ceja y pareció entender poco después. - ¡Oh! Bueno, ahora que lo pienso nuestro buen mayordomo está muy cargado de tarea. Hay que ayudarlo, sí. -Qué noble de tu parte. -Dijo el menor, siendo claramente sarcástico-. Ya regresamos, ustedes quédense aquí. Salieron de la habitación sin dejarnos decir nada y fue entonces cuando el silencio comenzó a invadir mi habitación. Nunca había tenido la oportunidad de observar a Jungkook con detenimiento, pero seguía siendo igual o más bello que en nuestro primer encuentro. Quería hablarle, comenzar a hablar con él para poder tener un acercamiento. Él no parecía querer dar el primer paso, tal vez había que darle un pequeño empujón. -Por un momento creí que no volvería a verte. -Dije, Jungkook pareció tensarse- . Me sentí algo aterrado de eso. De nuevo sus orejas enrojecieron y me acerqué un poco a él. -Todas las noches espero a que abras la ventana, pero nunca lo haces, no fue hasta hace unos días que me rendí. Otro paso, y otro. - ¿Por qué huiste cuando me viste en tu puerta? Al dar otros dos pasos más me detuve, percatándome de que Jungkook estuvo retrocediendo hasta chocar con la pared. Estaba cerca de él, demasiado, a decir verdad, nuestras respiraciones estaban a nada de ser las mismas. Bajé mis ojos a sus delgados y rosados labios, humedecidos por el nerviosismo. Pude notar que tenía un bello lunar bajo su labio inferior. Di todo mi autocontrol para no besar esos labios con el hambre que había tenido inconscientemente de ellos durante los últimos meses. Sonreí al notar que Jungkook miraba los míos. -Si los dos deseamos lo mismo, ¿Entonces por qué te espantas cada que dicen mi nombre o me ves? -J-joven Kim. -Pronunció, mi autocontrol comenzó a tambalear-. El joven Park puede entrar y... Vernos. Ladeé una sonrisa y aprovechando que estábamos junto a la puerta con una mano la cerré y puse el pestillo. Conocía a Jimin, cuando él dejaba a dos personas solas en una habitación con excusas para que estas se queden juntas no interrumpe el momento hasta que ellas bajen o vayan nuevamente en su encuentro después de haber conversado. Era bastante respetuoso con esas cosas desde que era niño. Supe que respetaba la privacidad cuando Luxus me contó que una vez había sido visto teniendo un momento íntimo con una foránea que estaba casada. Nadie los vio, pues Jimin fingió no haber visto o sabido nada. Jimin no subiría y ChanYeol iba a ser retenido por él. Una de mis manos se apoyó en uno de los costados de su cabeza, mientras que mi otra mano se quedó en su fina y pequeña cintura. Jungkook se sobresaltó. -Es TaeHyung para ti. -Susurré, acercándome un poco más. Nuestras narices chocaron un poco. -T-TaeHyung. -Pronunció, mi cordura estaba en el borde-. ¿A qué se refería con que deseamos lo mismo? -No sé tú, pero desde que me pintaste no he parado de pensar en ti ni mucho menos he dejado de fantasear contigo. Jungkook se encogió en su sitio sin quererme ver a los ojos. Fue entonces cuando lo hice sin quiera pensarlo, tomé sus labios con los mío y comencé a besarlos lento. Sentí que mi alma comenzaba a saciarse apenas probó de aquel néctar prohibido y más satisfecho no me podía sentir. Jungkook comenzó a corresponder poco después, moviendo sus labios con timidez a mi ritmo que se mantenía lento. Mi mano que antes se encontraba posicionada en su cintura llegó a su espalda baja y lo acerqué más a mí, chocando nuestras pelvis. Jungkook ya había rodeado mi cuello con sus brazos. Toda la timidez que alguna vez lo había envuelto parecía haberse esfumado cuando tomó la iniciativa de colar su lengua en mi boca, mi lengua la envolvió para dar inicio a los sonidos más eróticos y sucios que la unión de nuestras bocas podían hacer. Por un instante habíamos comenzado a perder el norte y nuestras mentes se comenzaban a nublar. Tiré de su labio inferior antes de ser yo el que iba a embestir con mi lengua su boca y ya nuestras manos no se decidían de algún punto donde quedarse y me vi a mí mismo desprendiendo los botones de su chaleco. Hasta que tocaron la puerta. -Lamento interrumpirlos. -Dijo Jimin desde el otro lado-. Pero mi madre ha llegado. Cuando hayan salido de su lasciva ensoñación, bajen. Dejamos de devorarnos apenas Jimin se fue, un pequeño hilo de saliva evidenciaba el acto que habíamos cometido y el próximo que estuvimos a punto de cometer. Jungkook volvió a envolverse en su timidez y agachó la mirada nuevamente sonrojado. Me alejé acariciando sus cabellos castaños y dejé que abotonara nuevamente su chaleco. -Te veo esta noche. -Le dije y Jungkook me miró desconcertado-. Tu hermana Soyeon te dará más detalles. - ¿Iré a su mansión? -Me preguntó y yo asentí-. ¿Por qué? -Como dije, tu hermana te dará más detalles. Ansío verte esta noche, quiero mostrarte algo. Volví a acercarme a él, esta vez dispuesto a susurrarle algo. -Y volver a besarte como hace un momento. Jungkook se estremeció cuando di una pequeña lamida en el lóbulo de su oreja y jadeó frustrado cuando me alejé. Abrí la puerta y lo miré esperando a que él fuera el primero en bajar. Apenas salimos de la habitación, actuamos como si nada hubiera pasado. Entregué la invitación a la cena de navidad a la señora Park y me fui de allí. Como si nada hubiera pasado. Al llegar a la mansión vi a SeokJin sentado en el sofá del salón jugando ajedrez con NamJoon. Los dos me miraron en forma de saludo y les regresé la mirada hasta que ellos volvieron a su actividad. Di una vista rápida a la mansión, frunciendo el ceño al no encontrar a mi madre en el salón o tomando el té en el comedor. - ¿Y madre? -Les pregunté. -Salió. -Respondió SeokJin, luego volvió a verme-. Te tardaste mucho, ¿Qué estabas haciendo? -Repartía las invitaciones como tú me dijiste. -Respondí, frunciendo el entrecejo. -De haberlas repartido todas, no habría venido el mensajero de los Jung para expresar la inconformidad de la amiga de nuestra madre al no recibir la invitación que estuvo esperando toda esta tarde. Madre fue a visitarla para disculparse y para invitarla a la cena de navidad como se debe. Parece que te entretuviste en la mansión de los Park, ¿no? -Estás analizando demasiado, ¿No crees? -Repliqué-. Voy a mi habitación, hablaré con mi madre cuando vuelva. -TaeHyung. -Llamó NamJoon antes de que pudiera subir las escaleras-. Tienes los labios algo hinchados y rojos, ¿Pasó algo? Me tensé y me giré para mirar a NamJoon. Me sonrió dejando que los hoyuelos de sus mejillas se marcaran, parecía estarse riendo de algo que él y tal vez SeokJin solamente sabían. -No es nada. -Respondí, NamJoon asintió. -Está bien, es sólo que se nota bastante. SeokJin algunas veces despierta con los labios así y me preocupé de que fuese algo contagioso. Lo siento. El azabache mayor le observó amenazante y casi puede oírlo bufar, sin embargo, NamJoon movió el alfil sin hacerle mucho caso al disturbio que el aura de SeokJin en ese instante estaba generando. Algo confundido seguí con mi camino. Para ir a mi habitación tenía que cruzar por la habitación de Luxus, por lo que aproveché para buscarlo. Vi a Jennie salir del cuarto de mi hermano con algo en sus manos que no pude distinguir, la castaña apenas se percató de mi presencia escondió el objeto tras su espalda. -TaeHyung. -Jennie. -Respondí, luego señalé atrás de ella-. ¿Qué tienes ahí? -Oh, no es nada importante. Sólo cosas que compré hace unos días y que Luxus estaba guardando por mí. Jennie me mostró que lo que escondía era una caja donde guardaba ropa y accesorios. - ¿Y por qué los escondes? -A Madre no le gusta que compremos cosas sin su permiso. -Me dijo-. Así que le pedí a Luxus que guardara esto por mí, también hay cosas de Lisa aquí así que... No le digas a nuestra madre por favor. -Está bien, no pasa nada. - ¡Gracias! Te debo una. -Me dijo y luego se fue a su habitación. Toqué la puerta de Luxus y la abrí, encontrando a mi hermano gemelo ordenando unos libros de su biblioteca. -Voy a matarte. -Le dije, cerrando la puerta detrás de mí. Luxus volteó para verme y volvió a estirar su sonrisa macabra regresando a su labor. -TaeHyung, qué gusto verte. Pensé que llegarías en la noche. - ¿En serio convenciste a SeokJin de hacerme llevar la invitación a los Park para que Jungkook y yo nos encontremos en el mismo sitio? Luxus dejó el último libro en la estantería y posó su índice en la barbilla, haciéndose el interesante. -En realidad, no. Lo que hice fue dejar que SeokJin te dijera que entregaras las invitaciones, esperar a que fueras al baño para llevarme la de los Jung y así te olvidaras de entregar esa. Luego fue casualidad que cayeras en el mismo lugar que Jungkook. Por cierto, tienes los labios jodidos. - ¿Por qué le recomendaste a ChanYeol que le pidiera un cuadro a Jungkook? ¡Jimin me dijo que fuiste el cerebro de todo esto! -Corrección: Jimin fue el que me comentó que ChanYeol quería que alguien pintara un cuadro para él, yo sólo le di una buena recomendación. No planeaba que tú y tu pintorcito intersecaran en el mismo lugar en el cual aprovecharon para comerse. -No ocurrió nada entre nosotros, deja de decir tonterías Luxus. -Sí, bueno, ¿Y qué les pasó a tus labios? Lucen como si te los hubieran mordido y chupado varias veces. - ¡No es eso! NamJoon me dijo que SeokJin algunas veces despierta con los labios así, no debe ser nada. Luxus parecía que quería soltar una risa, pero en su lugar suspiró mientras buscaba algo en su armario. -Tienes razón, Tae. SeokJin despierta a veces con los labios igual o peor a como los tienes tú, ¿Pero sabes qué es lo más curioso? Que NamJoon despierta con los labios igual y con marcas extrañas en su cuello. Raro, ¿no? Luxus palmeó mi hombro y me volvió a sonreír. -Ve a arreglarte, hermano mío. Los Jeon llegan en dos horas. Luxus salió de su habitación llamando a uno de los sirvientes y yo más confundido no podía estar. Los Jeon llegan en dos horas.
Capítulo III: Kim SeokJin
-Joven Kim. -Escucho a la sirvienta en el umbral de la puerta de mi cuarto-. Aquí está su ropa para esta noche. -Gracias. -Dije, tomando la ropa entre mis manos. Antes de que pudiera cerrar la puerta, la mujer de mayor edad me detiene con una expresión apenada. -Disculpe, joven, pero el chef le envía a preguntar si va a cenar esta noche. -Cenaré, pero que ya conoce cuánto debe servir. No quiero comida de más en mi plato. -De acuerdo, joven. Con su permiso. Cerré la puerta apenas la mujer se retiró y dejé la ropa sobre la cama. NamJoon se estaba duchando en mi baño y se estaba tardando de más, retrasando mis asuntos de paso. NamJoon era mi hermano menor, y Jennie era la niña de los dos. Los tres nos manteníamos en nuestro mundo, cada uno en sus asuntos y por ello no teníamos una relación fuerte con los gemelos o con Lalisa -aunque Jennie cumplió su sueño de tener una hermana al conocerla a ella-. NamJoon nunca tuvo interés en conocer a los gemelos o a Lalisa, por lo que siempre estaba conmigo. Por mi parte ocurría lo mismo, mi relación con Jennie se deterioró un poco cuando Lalisa apareció, pero aún tenía a NamJoon, quien pese a que me hacía hacer cosas que no son fáciles de explicar, me hacía compañía. -Aún te saltas comidas. La voz de NamJoon me hizo voltear hacia la puerta del baño, encontrándolo con la ropa puesta pero algo desarreglada. Su camisa estaba desabotonada en los tres primeros botones y su chaleco junto a su saco todavía estaban en la cama. -Dios, ¿no sabes vestirte? -Repliqué, buscando no hablar del tema de mi alimentación. Me acerqué para abotonar su camisa, ignorando por completo la mirada de NamJoon que estaba fija en mis labios. Una vez arreglada su prenda me alejé de él, regresando a mi cama. - ¿Estás enojado conmigo? No me hablas desde nuestra partida de ajedrez. Rodé los ojos fastidiado, ¿En serio estaba preguntando eso? - ¿Por qué le dijiste eso a TaeHyung? - ¿Uh? -Lo de mis labios, ¿Por qué se lo dijiste? - ¿No puedo decirlo? Tú también viste sus labios, está claro que se estuvo enrollando con alguien. -Ese no es el problema, NamJoon. Le dijiste eso a TaeHyung sin pensar que Luxus vio las marcas de tu cuello de la última vez. No son tan estúpidos, van a darse cuenta. - ¿Y qué si lo saben? -Bufó NamJoon, tomando su chaleco para ponérselo. - ¿"Y qué"? Yo te diré qué, te recuerdo que somos hombres y hermanos. Nos va a caer una grande si se enteran que tú y yo... Agh, ¡Me casaré pronto! No es momento de hacer confesiones al aire. -NamJoon seguía concentrado en vestirse, colmándome la paciencia a propósito-. ¿Al menos me estás escuchando? - ¿Te he dicho que te ves muy caliente cuando te enojas? Su comentario me sacó de mis casillas, sin mencionar el sonrojo y estremecimiento que me recorrió todo el cuerpo. NamJoon me sonrió desde el espejo y luego se acercó a la cama, poniéndose frente a mí. -No tienes remedio. -Refuté, desviando la mirada para no ver su rostro cargado de burla. -Como digas. NamJoon puso una de sus rodillas a mi costado y comenzó a acariciar mi rostro con su mano. Luego tomó con sus dedos mi mandíbula para unir mi boca a la suya. Gruñí en el beso tratando de separarme, haciéndole recordar que estaba enojado y no era un buen momento. Sin embargo, su autoridad en el beso me hizo rendir y corresponder resignado. Me sobresalté cuando NamJoon me hizo acostar y se puso sobre mí. -O-oye, la puerta no está cerrada. Puede entrar alguien. -Te puedo asegurar, mi lindo hermano mayor -Susurró en mi oído haciendo énfasis en lo último, comenzando a desabrochar mi pantalón-, que nadie entrará. Saben que no pueden abrir esta puerta sin permiso, mucho menos si estamos los dos aquí. No dije nada, no pude decir algo. NamJoon después de morder el lóbulo de mi oreja volvió a darle atención a mis labios que, siguiendo las órdenes de mi nublado cerebro, recibieron gustosos su boca. Su lengua enrollada con la mía creaba un sonido tan erótico que me sacó un jadeo, mis manos se enredaron en su cuello esperando que no se separara, sólo haciéndolo para que nuestras lenguas se rozaran por fuera de nuestras bocas de la manera más sucia posible. Gemí cuando NamJoon dejó de juguetear sobre el naciente bulto de mi entrepierna y enrolló su mano en mi miembro, dándole la atención merecida. Puso una mano en mi boca para evitar que gemidos salieran de mis labios, atacó mi cuello, cuidando de que mi piel no se marcara y el vaivén que ejercía en mi pene me estaba volviendo loco. NamJoon sabía cómo sacarme del margen, sabía cómo hacerme cruzar esa fina línea que no solía cruzar. No frente al mundo. Él, mi hermano menor, conocía una faceta que sólo mi madre logró conocer. Mi madre muerta, nuestra madre muerta, esa muerta que sólo conoció a su hijo mayor realmente y aun así lo abandonó. -Nam... -Gemí, NamJoon besó mi mandíbula y me miró expectante-. Te necesito... ya. NamJoon me sonrió y se alejó sólo para desprender el botón de su pantalón y bajar su cremallera. Haciendo contacto visual alcé mis caderas para que pudiese quitar mi pantalón junto a mi ropa interior. Abrí las piernas para él y él se arrodilló para prepararme. Se llevó los dedos a la boca y los llenó de saliva, luego dio una lamida a mi entrada y con lentitud insertó el primero. Tomé mi almohada y la mordí. NamJoon también la extrañaba, Jennie aún lloraba y yo no estaba lo suficientemente capacitado como para consolarlos. Entró el segundo. Alcé un poco mis caderas para que sus dígitos entraran más profundos y apenas llegaron a mi punto dulce mordí la almohada más fuerte. Mierda. Jodida mierda. Comencé a moverme de arriba hacia abajo para decirle con gestos que lo quería, en ese jodido instante. Mi gozo fue tal cuando apenas salieron sus dígitos sentí su glande listo, estaba algo húmedo por el líquido preseminal y entró en mí. En una estocada. Gemí, oprimiendo el sonido en la almohada húmeda por mis fluidos salivales. Comencé a moverme a su ritmo y nuestras pieles comenzaron a chocar. Su mano siguió dándole atención a mi duro y enrojecido miembro. Yo sólo deseaba gritar. Luego nuestro padre se casó nuevamente, y estábamos ahí. En el presente. En esa mansión, con unos desconocidos que por estatus eran mi familia. Volví a gemir. Tiré la almohada y me incliné para tomar los labios de NamJoon. Las embestidas aumentaron de aceleración cuando mordí su labio para decirle que estaba a punto, al parecer él también. Al llegar ambos, mis prendas se mancharon de mi propia esencia y él me llenó por dentro. La madre muerta no tenía a su hijo para darle afecto, pero sus dos primeros hijos encontraron su forma de tenerlo. Ya no la necesitaban. En esa mansión con una banda de desconocidos, mi hermana se probaba su nuevo vestido en su habitación y yo estaba follando en secreto con mi hermano menor. Debido a las circunstancias, NamJoon y yo terminamos por darnos un baño juntos. Para mi buena suerte, aún no me había puesto la ropa de la cena, NamJoon tuvo que pedir a los sirvientes el cambio. La joven sirvienta vio las gotas de semen en la prenda, no dijo nada, no podía decir nada. Su nueva ropa llegó minutos después, nos vestimos juntos y salimos del cuarto actuando con naturalidad. - ¿Vas a recibir los invitados? -Me preguntó, cerrando la puerta detrás de él. -Sí, TaeHyung va a ayudarme con eso. -Respondí, echándole un vistazo a mi reloj de bolsillo. Suspiré, percatándome de que había perdido mucho tiempo con NamJoon-. Joder, estoy retrasado. Debí haber escogido el vino y la vajilla desde hace rato. -Puedo ayudarte. -Se ofreció-. Yo fui el que te retrasó, es lo menos que puedo hacer. -Qué caballero. -Dije con sarcasmo-. ¿Al menos sabes qué vajilla y vino elegir? -El mejor, conozco a nuestra madre. Te veo luego. -Aseveró, dando un apretón a mi trasero antes de irse por el pasillo y bajar las escaleras que daban al vestíbulo, bufé y me dirigí a la habitación de TaeHyung. Cuando llegué a la habitación de mi hermanastro la escena habitual me saludó. No era raro ver a Luxus y a TaeHyung juntos, ellos tenían la misma conexión que yo tenía con NamJoon —sólo que ellos sí conocían los límites— y verlos juntos charlando o conviviendo era algo bastante común. Los dos estaban vestidos, Luxus estaba perfectamente arreglado, su cabello rubio tenía unos leves rizos que le hacían ver muy bien y el color negro de su traje contrastaba armoniosamente con el color algo pálido de su piel. TaeHyung, por otro lado, se notaba nervioso y torpe al momento de atar los cordones sus zapatos. Su cabello estaba algo desarreglado y parecía estar inquieto por algo. -TaeHyung. -Lo llamé, interrumpiendo su conversación-. Tenemos que recibir a los invitados, baja rápido. -Estoy en ello. -Me contestó-. Pero creo que tardaré un poco, aún me falta hacer algo, ¿Luxus no me puede cubrir un momento? - ¿Uh? -Vacilé y observé al menor, que se encogió de hombros despreocupado- . ¿Y se puede saber qué te hará tardar más de la cuenta? -El pantalón le queda algo apretado, con suerte puede caminar. -Respondió Luxus por él-. Irá donde los sirvientes para que se lo cambien, igualmente, no tardará mucho. -Se acercó a mí, estirando una sonrisa-. Nos dará tiempo de hablar un poco, ¿Vamos? Rodé los ojos y asentí, Luxus fue el primero en salir. Seguí a mi hermanastro hasta el vestíbulo donde los criados iban de allí para allá, cambiando de lugar cosas o poniendo decoración nueva. Nuestra madre no estaba, por lo que intuí que llegaría pronto. Vi a Luxus junto a mí. Éramos casi de la misma altura y su perfil por mucho que dijeran lo contrario, no era del todo idéntico al de TaeHyung, había algo que los diferenciaba pese a lo superficial. Luxus era más abierto, mientras que TaeHyung se mantenía en su burbuja. Se cuidaban el uno del otro, conocían sus secretos e inseguridades, tenían aquello a lo que muchos llamaban "Código de hermanos gemelos" Pero para mi impresión, Luxus parecía ser alguien de no contar mucho las cosas. Al menos, no completas. - ¿Ahora he captado tu atención o por qué me miras? -Me preguntó, atrapándome con las manos en la masa. -Por nada especial. -Respondí, desviando los ojos hacia otro lado. Le escuché reír por lo bajo. - ¿Sabes? Creí que ibas a ser alguien más reservado en temas tan complicados como lo es el sexo, pero el escucharte hace un momento me dice que no es la primera vez que lo haces. Palidecí y giré mi cabeza para ver a Luxus. Hicimos contacto visual y me sonrió, mostrando sus dientes extrañamente afilados. ¿Acaso él...? - ¿De qué rayos hablas? -Pregunté, tratando de sonar seguro, pero mis palabras temblaron como gelatina. -Los escuché, SeokJin. A ti y a NamJoon. Igualmente, ya tenía mis sospechas. Tragué saliva y volví a desviar la mirada. Me sentí vulnerable ante aquel desconocido, ante aquel chico que ni siquiera compartía mi sangre. Me estremecí por el sólo hecho de pensar en que mi relación con NamJoon se desmoronara, necesitaba de él, de su cariño, de su afecto y su calidez. La calidez de sus abrazos, sus besos y sus libidos toques. NamJoon ocupaba el lugar de la madre muerta, él estaba para mí. Lo quería. Lo amaba. Era mi hermano, debía amarle y aceptar con gozo lo que su alma y cuerpo me ofrecían. Sin él, no podía criar a Jennie, llevarla por el buen camino. Necesitaba apoyo, apoyo emocional que por muy malinterpretado que fuese siguiese allí. Luxus con sólo decirle a su madre, a esa mujer que nos adoptó por pena e interés, que mi hermano y yo estuvimos intimando por placer destruiría todo. Ya no quedaría nada. Ni de Jennie, ni de él, ni de mí. Nada. -Si lo que te asusta es que diga algo -Habló Luxus, notando que mi silencio fue creado para reflexionar de lo temeroso que estaba en sólo pensar en alejarme de mi hermano-, entonces no tienes nada porqué temer. No pienso decir nada, créeme, es simplemente otro secreto más que descubro de ustedes. - ¿Secreto más? -Inquirí más aliviado-. ¿Qué otras cosas conoces? -Conozco bien a mi familia. Tú y yo no somos nada, SeokJin, ni en mil años seremos amigos o algo cercano. Pero te conozco, te conozco lo suficiente como para saber que lo que haces con NamJoon es más un ritual entre ustedes, una forma de llenar un vacío que sólo ustedes logran saciar, pero nunca llenar. Sé que no comes porque tienes un trauma con la comida, temes morir envenenado. -Luego rio, al parecer percatándose de que estaba atónito y mi expresión me delataba-. No me creas adivino o brujo, o algo por el estilo. Sé leer a las personas, pasas mucho tiempo con NamJoon y siempre revisas que en tu comida no haya algo fuera de lo común. No sólo conozco cosas de ti, también sé cosas de nuestros demás hermanos, aunque los secretos de TaeHyung son mi mayor prioridad. - ¿Por qué serían tu mayor prioridad? -Cuestioné, sintiéndome curioso por lo que Luxus contaba. El rubio chasqueó la lengua y la pasó por sus dientes, pensando en su respuesta. -Porque son un arma de doble filo. Cuando quise preguntar algo más, nuestra madre llegó indicándonos cómo debíamos tratar a los invitados, preguntó por TaeHyung a Luxus y este explicó la situación. Madre suspiró, balbuceando lo mucho que necesitaba contratar a un sastre personal y se marchó al salón dejando un beso en la mejilla de cada uno. Luxus y yo no hablamos a partir de ese instante y nos dispusimos a esperar. El reloj del salón tocó las siete en punto de la noche y a su vez el timbre de la mansión sonó. Luxus suspiró ansioso y expandiendo una sonrisa. ¿Qué se traía entre manos? No le di más atención a eso, los sirvientes ya habían abierto la puerta y cuatro personas entraron por el umbral: Tres mujeres y un chico. -Bienvenidos. -Saludó Luxus, haciendo una reverencia que ellos correspondieron-. Agradecemos que hayan asistido a nuestra velada, pasen por aquí. La cena está servida. Inspeccioné a los invitados. La mujer, o la cabeza de aquella familia, era bastante bella. Tenía un largo cabello azabache que colgaba hasta su cintura. Era delgada y no tenía muchos indicios de vejez. La chica de su lado, una azabache de piel pálida conversaba por lo bajo con la chica de baja estatura de cabellos rubios y junto a ellas estaba un joven castaño que jugueteaba con sus dedos. Nervioso. Pasamos al comedor donde madre los recibió con una de sus enormes y radiantes sonrisas. Nos sentamos en nuestros lugares, Luxus junto a su gemelo y yo junto a NamJoon. Los invitados junto a madre. -Es en serio un gusto conocerte, señorita Jeon YoonSook. -Dijo Madre, usando ese tono de voz que usaba para brindar confianza a sus invitados. -Lo mismo puedo decir, señorita Kim SookHye. Nadie usaba el "Lee" del apellido de Kim SookHye, el "Lee" de su apellido real no tenía nada, poder, reconocimiento, respeto; nada. No tenía nada. Estaba hueco. Le dedicó a YoonSook su sonrisa cargada de ambición y señaló con su anillado dedo a sus tres hijos. - ¿Y cómo se llaman tus hijos? YoonSook los miró y asintió, los tres se levantaron mirando hacia nosotros. -Mucho gusto. -Se presentó la azabache-. Me llamo Jeon Soyeon, es un honor conocerlos. Hubo algo que llamó particularmente mi atención, tanto que dejé de escuchar las demás presentaciones. Luxus, Luxus y su mirada. Eso llamó mi atención, esos ojos miraron de una manera extraña a Soyeon, no era una mirada lujuriosa, la sabría reconocer. Había algo más allá de esos ojos color marrón, unas intensiones subliminales que no logré comprender. Me estremecí con sólo verlo apuñalar con su mirada frívola a esa chica de cabellos negros que comenzó a responder sonriente las preguntas de madre. Me sentí mareado y NamJoon se percató de ello. -Jin, ¿Todo bien? -Me preguntó en un murmullo, sin intensiones de alertar a la familia y a los invitados. Asentí, tomando algo de agua. NamJoon acarició mi muslo debajo de la mesa, tratando de tranquilizarme. Lo supo, algo no estaba yendo bien. -Te cuento después. -Logré articular y NamJoon asintió, dio un apretón a mi muslo y regresó su mano a la mesa cuando la comida llegó. Soyeon, ChaeYoung y Jungkook. Esos eran sus nombres, los vi comer a gusto de la comida servida y me sentí nervioso con sólo escuchar las voces lejanas de las conversaciones. TaeHyung y Jungkook se decían algo con la mirada, no hablaron en toda la cena. Soyeon y ChaeYoung eran bastante participativas y la cosa parecía ir bien. Luxus no hizo nada extraño a partir de ese momento en el que comenzó a intervenir en la conversación. Para sorpresa de pocos fui el primero en acabar de comer, mi comida fue tan poca que sólo tardé cinco minutos en consumirla. Bebí del vino en silencio, no sin antes inspeccionar que no hubiese nada fuera de lo común en su líquido. Pronto las que sólo hablaban eran Jeon YoonSook y Kim SookHye, sus descendencias poco a poco se iban excusando y retirando de la mesa. Jennie y Lalisa se llevaron a Soyeon y a ChaeYoung; TaeHyung a Jungkook y Luxus se retiró al balcón con la excusa de que necesitaba fumar. Yo me fui después, NamJoon se fue detrás de mí. Me metí en la habitación y NamJoon entró poco después, me tomó de los hombros y me miró. -Ahora sí, dime qué pasó en la mesa. Recordé los ojos de Luxus junto a sus palabras y sentí un escalofrío recorrerme la espina dorsal. No sabía qué me estaba pasando o porque estaba así de alterado, simplemente el pánico estaba allí. Negué con la cabeza, pasando mis dedos por mis oscuros cabellos. NamJoon estaba bastante confuso. -No es nada. -Dijiste que me dirías. -Sí, pero no ahora. Ven a la medianoche y te lo contaré todo. Él no insistió más, dejó un casto beso en mis labios y salió de la habitación para irse a la suya. Suspiré, tal vez estaba agotado y sólo imaginaba cosas o simplemente no había comido lo suficiente. Salí de la habitación nuevamente para ir a la habitación de Jennie e integrarme con las demás chicas y saber un poco más de ellos. No me convenía estar a solas con NamJoon, no con Luxus merodeando por ahí. Para pasar a la habitación de Jennie debida cruzar por la de Luxus y TaeHyung. No había nadie en el pasillo, ni siquiera sirvientes. Me detuve en seco al escuchar un chasquido y luego un jadeo. Aquellos sonidos húmedos venían de la habitación de TaeHyung, cuya puerta estaba entreabierta. Intrigado, me asomé un poco y llevé una boca a mi mano para ahogar un jadeo. Me apoyé en la pared, teniendo la imagen mental de TaeHyung acorralando a Jungkook en una de las paredes de su cuarto, besándole con fervor mientras el menor de frota contra la rodilla de mi hermanastro. Maldije mentalmente que mi sangre haya comenzado a concentrarse en mi entrepierna y en ese instante quise huir, sin embargo, los sonidos atraían mi interés. Los jadeos suaves de Jungkook, pidiendo más contacto con gimoteos. Me quedé piedra en mi sitio, mi mano moviéndose sola. En ese instante contemplé la idea de ir a la habitación de NamJoon. Y tirando mi cordura a la basura, así lo hice. Toqué la puerta de su habitación con desespero y apenas la abrió me lancé sobre él para comerle la boca. NamJoon correspondió tras tomarse unos segundos para asimilarlo, cerró la puerta poniendo el pestillo y me puso contra una de las paredes de su habitación. Empuñé en mis manos la tela de su ropa con intenciones de desprenderla, pero al no poder hacerlo opté por otra cosa. Me separé de sus labios y me puse de rodillas, bajando con torpeza su pantalón y ropa interior. NamJoon jadeó cuando me engullí su miembro semierecto en la boca. Me tomó del cabello y comenzó a dirigir mi movimiento. - ¿A q-qué viene todo esto? -Me preguntó, tomando asiento en uno de los sillones de su cuarto para mayor comodidad para ambos. Di una lamida en la base de su miembro y escupí en su glande. -Cállate. -Musité volviendo a meterme a la boca su miembro. Seguí chupándosela hasta que varios hilos blancos comenzaron a pegarse a mi lengua, me levanté y me bajé el pantalón junto a mi ropa interior y me puse sobre él, acomodando su miembro en mi entrada para comenzar a meterlo lento. NamJoon me miraba expectante, esperando alguna explicación pese a que en ese instante estábamos follando. Una vez metí toda la extensión me tomó de las caderas y comenzó a embestirme lento, tomando mis labios en el proceso. Comencé a saltar sobre él, mordiendo y chupando tanto sus labios como su lengua. Con una mano NamJoon controlaba las embestidas agarrando mis caderas y su otra mano me masturbaba al compás de mis saltos sobre su polla. Varios minutos después acabamos, yo sobre su mano y él dentro de mí. Escondí mi cabeza en el espacio entre su cuello y hombro, comenzando a dejar besos castos en él. NamJoon rio, metiendo su mano dentro de mi camisa para acariciar mi espalda empapada de sudor. -Si sigues besándome así terminaré por tomarte de nuevo. Resoplé, mordiendo un poco de su cuello. -No me molestaría. -Respondí, lo volví a escuchar reír. Nos quedamos en silencio unos instantes, escuchando la respiración del otro. Ni siquiera me preocupé por que NamJoon siguiese dentro mío y su semen rodara por la base de su pene o por mis nalgas. Me sentí tranquilo, escuchando los latidos de su corazón. -Luxus lo sabe. -Le dije-. Nos escuchó la primera vez. - ¿Y te dijo algo para manipularte? -No, simplemente dijo que no le interesaba y que no era lo único que sabía. - ¿Y eso era lo que te tenía mal en la cena? -Me preguntó, besando mi cabeza. -Luxus me da miedo. -Susurré-. Me dan miedo sus ojos. -Son los mismos ojos que los de TaeHyung, nene. No tienen nada en especial. Negué con la cabeza, irguiéndome. Solté un jadeo involuntario al moverme un poco sobre el miembro de NamJoon. -No es lo mismo, Nam. Luego de ello, agregué: -Hay algo que no me gusta. Me recuerda demasiado a... -Y pausé. NamJoon acarició mi mejilla y me dio un beso en los labios. Luego de ello escuchamos la campana de nuestra madre sonando desde la planta de abajo, llamándonos. -Hay que ir. -Me dijo, ayudándome a levantar para liberar su miembro. Nos vestimos y salimos de la habitación. NamJoon se adelantó para no levantar sospechas y yo fui el último en salir, o eso pensé hasta que vi a Luxus mirándome desde el otro lado del pasillo, estirando su sonrisa y bajando poco después.
Capítulo IV: Kim Lisa
Yo sabía cuándo Jennie estaba nerviosa. Jennie, aunque no le guste admitirlo en voz alta, es bastante parecida a sus dos hermanos: SeokJin y NamJoon, son fáciles de leer. Sus expresiones faciales los delatan ante cualquier cosa y pasar tanto tiempo con ella fue como leer un libro para descubrir su funcionamiento, un instructivo para entenderla incluso cuando las palabras hacían acto de ausencia. Solía morder sus uñas, juguetear con sus joyas y quejarse de lo apretado que estaba el corsé; miraba hacia puntos imaginarios, tartamudeaba o hablaba poco y esto siempre sucedía cuando habían invitados en casa. No era algo solamente de ella, de hecho, SeokJin y NamJoon solían encerrarse en el mismo cuarto o en su defecto en cuartos distintos. Les aterraba las visitas y cuando le pregunté a Jennie el motivo, ella sólo contestó: -Hemos estado mucho tiempo solos. Según cosas que cotilleaba con Luxus de vez en cuando, los Choi (Antiguo apellido de la familia antes de que la mujer de la casa muriera en circunstancias desconocidas) recibían visitas bastante seguido cuando la mujer vivía. Entraban 10, 5, 8, 7 personas. Siempre llegaban en grupo. Jennie solía contarlas en las escaleras, anotaba y les daba el registro a sus hermanos. Un día eran 2, luego 7, luego 4, luego 6, y luego 3. Jennie nunca había visto entrar a una sola persona. Luego 5, luego 7, luego 8... y luego 1. -Algo pasó cuando entró una sola persona. -Me dijo Luxus, jugueteando con la cera de la vela. No parecía dolerle cuando ésta caía caliente sobre la yema de su dedo índice-. Al día siguiente, Choi HaNeul fue encontrada muerta por intoxicación. - ¿Y qué sucedió después? Luxus se llevó la gota de cera de su dedo a la boca y resopló por la nariz. -Nuestro padrastro, Kim HeeSok, terminó por hacer el proceso para cambiar el apellido de sus tres hijos, ya que de por sí el matrimonio con Choi HaNeul estaba completamente roto y por eso ellos usaban el apellido de la señora, ya que ella tenía la custodia. Padre vivía con ellos simplemente para quedar bien socialmente, pero se encontraba con nuestra madre. - ¿Estás diciéndome que el amante de mamá del que nos habló TaeHyung la otra vez era nuestro actual padrastro? -Por tu tono intuyo que no lo sabías. -Aseveró el rubio, acomodándose en su cama. - ¿Cómo supiste todo eso? No creo que alguno de los tres te lo haya contado. Luxus encendió un cigarro con la flama de la vela y dio una profunda calada. Observé atenta sus movimientos, su perfil y sus ojos intrigantes que brillaban casi siempre. Un manto de humo salió de sus labios, se tardó en responder, tal vez pensaba en algo que poco después le hizo reír. Le causaba risa su propio pensamiento, se burlaba de la ignorancia ajena tomándola como un chiste que sólo él lograba entender. -Sólo lo sé. Luxus y yo no nos reunimos más a partir de esa noche, esa noche después de que el compromiso de SeokJin fuese un hecho. NamJoon no había hablado en toda la noche y Jennie con suerte salía para comer, había sido un día extraño y comer junto a ellos se había vuelto tortuoso para ellos e incómodo para nosotros. Siempre estuvimos divididos, Luxus incluso los había clasificado como "Los segundos". Los segundos contra nosotros, "Los legítimos", los reales, los que merecían tomar la herencia. Jennie me había dicho una vez lo irónico que era que yo fuese considerada legítima, no era coreana, tampoco inglesa; era tailandesa, aún mantenía mi apellido tailandés y para evitar problemas usaba el Kim. Kim Lisa, la misma Lalisa Manoban. La hija de Jeon YoonSook no eran algo fuera de lo común, vestían bien, eran educadas y bastante bellas. Más que todo ChaeYoung, la hermosa ChaeYoung cuyos cabellos de oro y piel de porcelana me lograron cautivar. Disfrutaban de la gente, de conversar y el socializar. Nunca había estado tan cómoda con personas que no fuesen mis hermanos legítimos, hablamos de libros, de vestidos y de lo fastidiosos que eran los corsés. -Diseñaré uno para ti. -Me dijo ChaeYoung-. Uno que no te moleste en lo absoluto. Y sonreí, sintiéndome cautivada por la ternura que inspiraba esa chica. La conversación continuó y las risas iban en el cuento, sin embargo, Jennie se seguía mordiendo las uñas y forzaba la sonrisa. Lo noté, pero no lo tomé en cuenta. Mis ojos estaban en ChaeYoung, únicamente en ella. El gozo se interrumpió por la campana de nuestra madre sonando y bajamos entre más risas. Nos reunimos en el salón, me senté junto a ChaeYoung. Jennie pareció esperar a que me sentara junto a ella como sucedía habitualmente, al final se tuvo que sentar con NamJoon. El último en llegar fue SeokJin, quien como era también en el caso de NamJoon y Jennie no estaban nada cómodos con la situación. -Veo que la están pasando bien. -Dijo nuestra madre-. La señora Jeon también es muy buena, a partir de hoy se encargará de sus trajes así que mañana vendrán para tomarles las medidas para la cena de navidad. - ¿Cena de navidad? -Inquirió Soyeon, luego miró a su madre-. ¿Vendremos? -Sólo si la respetable señora Kim está de acuerdo. -Respondió Jeon YoonSook. - ¿No tienen planes para esa noche? -Cuestionó ella, frunciendo el entrecejo. -No celebramos navidad. -Respondió ChaeYoung-. No porque no nos guste, sino porque no podemos. -Tenemos mucho trabajo. -Añadió Soyeon-. Nosotras nos encargamos de la sastrería y nuestro hermano de las pinturas. -Pero deberían tomarse un descanso. -Opinó TaeHyung, pude notar su mano acariciando el dorso de la mano de Jungkook aún si las estaban intentando esconder-. Además, con la cena podrían ampliar más sus ingresos, vendrán los Jung, los Park y las prometidas de cada uno. -Qué espanto. -Musitó Luxus detrás de mí, me sobresalté al oírle pues no le había visto llegar. Miré a Luxus por encima de mi hombro y vi que estaba sonriendo, apoyando su mejilla en su puño. Arrodillado detrás del sofá, Luxus parecía gozar de la situación: De la incomodidad de los segundos, del extraño comportamiento de TaeHyung con el pintor, de la asistencia de las futuras esposas de nuestros hermanos. De todo. Luxus siempre traía esa expresión en el rostro, esa que daba a entender que se estaba burlando de absolutamente todo. Ese maldito chiste que sólo él entendía. - ¿Tú qué opinas, Lis? -Me preguntó al percatarse de que le estaba mirando. -Ah... -Balbuceé-. ¿Yo? Uhm, yo digo que deberían venir. Estoy de acuerdo con TaeHyung. -Será divertido. -Dijo esta vez Luxus-. Además, pueden traer a alguien para hacer más grande esta cena. Verán, a nuestra bondadosa madre le fascina estar en reuniones grandes y veo que usted, señora Jeon, se ha vuelto su confidente en menos de dos horas. Mi gemelo está encantado con su hijo, mis hermanas hace mucho no tienen una conversación con otras mujeres porque la mayoría aquí somos hombres y a mí me hace muy feliz ver a mis hermanos y a mi madre así de felices. Deberían venir. Luxus era excelente con las palabras, sabía qué palabras usar para ponerlas completamente a su favor y hacer que lo que deseara se cumpliera. Ambas madres se entusiasmaron y conmovieron por las palabras de mi hermano, y los Jeon confirmaron su asistencia a la cena de navidad. Luego de ello, se marcharon, TaeHyung le dijo algo a Jungkook en secreto y yo vi a ChaeYoung irse. La mansión volvió a estar en silencio. SeokJin y NamJoon se fueron por su lado sin intenciones de quedarse, Jennie se fue detrás de ellos. Cuando el silencio se volvió incómodo, nuestra madre se fue después y nos quedamos nosotros tres, los legítimos, escuchando las llamas del fuego abrasador de la chimenea chistar. Cuando éramos niños, los tres teníamos diversos temas para hablar, nunca conocimos los silencios incómodos hasta la adultez. Hablábamos sin parar, jugábamos y corríamos de un lado para el otro en la mansión. Recordaba que justo en el sofá donde ahora los tres estábamos sentados se ponía mi padre con un artefacto al que llamaban guitarra, nos contó que fue creada en 1850 y que por ser un hombre importante se le había sido obsequiada. Nuestra madre se sentaba en el otro sillón, viendo con una sonrisa como aquel hombre deslizaba sus dedos por las cuerdas y una melodía sonaba. Siempre tocaba una melodía que nos hacía dormir a los tres en ese mismo sitio, uno encima del otro. Queríamos hacer eso, aprender a tocar melodías para hacerlos dormir a ellos. Pero la guitarra dejó de ser tocada y pasó a ser un objeto más que se empolvaba en el ático. La mansión ya no tenía risas, ni melodías de guitarra; sólo el chistar de las llamas y nuestras respiraciones eran la melodía que acariciaba nuestros oídos. - ¿Cómo te fue con Jungkook? -Preguntó Luxus, rompiendo la melodía del silencio. Giré mi cabeza para verlos, Luxus fumaba como de costumbre y pude percibir de forma tardía el aroma a tabaco, supe que mi navegación en mis recuerdos fue demasiado profunda, tan profunda que había perdido el norte de la realidad y no me había dado cuenta de que TaeHyung había dicho algo antes que Luxus, tal vez refiriéndose a la reciente visita o algo que Luxus únicamente sabía. No lo entendí, ni quise preguntar al respecto. - ¿Por qué te interesa saberlo? -Cuestionó mi hermano mayor, suspirando después-. Me voy a la cama, estoy agotado. - ¿No quieres saber algo que descubrí de tu chico? -Le dijo apenas TaeHyung hizo un gesto de levantarse. TaeHyung volvió a sentarse con lentitud y yo fruncí el ceño interesada en la conversación. No hablaba con mis dos hermanos y mejores amigos de la infancia desde hacía meses, pues pasaba mucho tiempo con Jennie y ellos se mantenían en su mundo. Extrañaba conversar con ellos, quejarnos de la vida o leer juntos. Los quería y extrañaba, fue entonces cuando decidí incluirme en la conversación. - ¿Chico? -Inquirí, Luxus me miró y asintió-. ¿Hablas del chico al cual le estuvo haciendo ojitos toda la cena? - ¡¿Ves?! -Exclamó Luxus dándole un pequeño golpe en el hombro a su gemelo, TaeHyung siseó fastidiado-. Hasta Lalisa sabe que babeas por él, no faltará mucho para que toda la familia se entere. - ¡Ya! Dime qué información recopilaste. - ¿Lo estás acosando? -Pregunté, Luxus soltó una estruendosa carcajada. -Es él el que tiene aires de detective, no yo. -Refutó TaeHyung-. Ahora sí, habla. Luxus dio una calada a su cigarro después de calmar su risa y lo apagó contra el cenicero de la mesa de café. - ¿Sabías que tu pintor está comprometido? Silencio. TaeHyung se quedó pasmado ante aquella revelación, noté cómo su ceño se fruncía y su respiración se volvía levemente irregular, definitivamente, no esperaba escuchar aquello. - ¿Qué? -Musitó TaeHyung. Luxus estiró sus piernas, observando el fuego de la chimenea. -Es una chica linda y cercana a los Park. Más que cercana, diría que es íntima de ellos, creo que nuestra querida hermana Lalisa la llegó a ver en ocasiones en algunas reuniones con los Park, ¿No es así, Lis? - ¿Íntima de los Park? -Pregunté, Luxus asintió-. ¡¿Minatozaki Sana?! Luxus asintió. Minatozaki Sana hacía parte de la familia Minatozaki, cuyo apellido era bastante pronunciado por la reina y por el embajador. Sana había residido en Londres por cuatro años, años en los que se quedó con los Park, quienes como muestra de agradecimiento por la exportación de productos textiles de Londres a Edo que su familia había hecho posible, cuidaron de ella por una temporada. Recordaba a Sana como una chica agradable, de voz dulce y belleza exorbitante. Recordaba tanto eso como su partida repentina, Jimin había dicho que un día Sana empacó sus maletas y se fue sin decir palabra, ChanYeol la notó alterada el día anterior e incluso la escuchó hablando sola. No se supo de ella por dos años, hasta ese momento. Me pregunté cómo Jeon YoonSook había dado con ella para comprometerla con su hijo. -Yo... no lo sabía. -Dijo TaeHyung, en un susurro bastante leve. Se quedó en silencio un momento, luego agregó-: Iré a la cama ya, hablamos mañana. TaeHyung se levantó y se fue, pronunciado un "Buenas noches" casi inaudible. Luxus no respondió a la despedida y siguió con sus ojos fijos en el fuego que comenzaba a hacerse pequeño, me quedé mirándolo. Pensé en la reacción de TaeHyung y en lo desilusionado que se vio en ese momento, me rompió el corazón verle así y me sentí enojada por la actitud indiferente de su gemelo. - ¿Con qué necesidad le dijiste eso? -Le pregunté-. Si sabes que está enamorado, entonces... -Va a casarse de igual modo, Lisa. -Me cortó, chocando miradas conmigo-. Es mejor decir las cosas como son, ¿no? -Dudo demasiado que TaeHyung ame a Irene, no veo la necesidad de haberle dicho eso Luxus. -Tengo mis motivos, supongo- Dijo antes de suspirar, luego se levantó del sofá- . Ten linda noche, Lisa. Me quedé sola en el salón y el fuego se apagó. Suspiré, pasando mis manos por mi rostro tratando de no pensar mucho en lo sucedido. Subí a mi cuarto poco después, viendo que ya todos estaban en sus cuartos posiblemente dormidos, o eso pensé hasta que pasé frente al cuarto de Jennie y la escuché llamarme, la puerta estaba abierta y ella vestía un camisón blanco que llegaba hasta sus muslos. Intenté no mirar mucho y entré a la habitación cuando ella me hizo un gesto con sus dedos, invitándome a entrar. Me senté al borde de la cama, viéndola apoyada en el cabezal. Jennie jugaba con sus dedos, estaba nuevamente nerviosa. - ¿Qué pasa? - ¿Qué opinas de ChaeYoung? -Me preguntó, no se atrevía a mirarme a los ojos. - ¿Por qué lo preguntas? -No le quitabas los ojos de encima. Bajé la mirada al sentirme sonrojar un poco. -Pienso que es... linda, ¿Por qué quieres saber eso? -No me gustó la forma en que la mirabas, es decir, ¿Crees que ella es más linda que yo? -Jennie, déjalo. -Le corté, levantándome de la cama-. Estoy demasiado cansada, hablamos mañana si quieres. Estaba decidida a irme de allí, pero Jennie me tomó del brazo y me tumbó sobre la cama para luego ella ponerse sobre mí. Me tomó de las muñecas y acercó mucho su rostro al mío, me removí como pude, incluso intenté empujarla, pero su agarre me tenía inmovilizada. La miré escandalizada, pero su mirada era tan tranquila que más que escandalizarme me hizo estremecer de los pies a la cabeza. -Tú me quieres a mí. -Susurró-. No me gusta que mires a otra chica. -Jennie, no te entiendo, ¿Qué estás...? -Tú me dijiste que me querías, ¿Qué hacías mirando a ChaeYoung así? -Creo que malinterpretaste mis palabras, Jennie. -Me quieres, Lalisa. -Eres la hermana que siempre quise, ¿Cómo no voy a quererte? -Suspiré-. Mira, no sé de qué forma estás percibiendo mi afecto, pero te equivocas. Ahora, bájate. No tengo porqué darte explicaciones. Vi los ojos de Jennie cristalizarse y me liberó, se encerró en el baño apenas iba a decirle algo y resoplé, saliendo de la habitación lo antes posible. Jennie se estaba comportando de forma bastante extraña y la imagen mental de tenerla encima mío se había plasmado en mi mente. Al entrar en la habitación me desvestí y me puse el pijama, tomé el candelabro de la mesa de noche y encendí las velas para dirigirme al baño. Lavé mis dientes y cepillé mi cabello, tomé un libro de la estantería y leí en mi cama un rato, ya cuando el sueño llegó cerré el libro y apagué las velas. Antes de dormir mi mente dibujó cada una de las expresiones de mis hermanos: La indiferencia de Luxus, la desilusión de TaeHyung y la tristeza de Jennie. Sentí mi corazón removerse inquieto y cerré los ojos dispuesta a dormir. Mañana sería otro día. Capítulo V: Kim Luxury Diciembre 23, 1875 10:00 AM El carruaje frente a la mansión fue lo que llamó especialmente la atención y al verlo a través de las ventanas bajamos al vestíbulo curiosos de lo que sucedía afuera. Madre ya estaba en la puerta, y los sirvientes salían rápidamente para bajar las maletas del carruaje. Padre había vuelto de su viaje. Nuestro padre era el tesorero del banco, tenía el registro de la cantidad de dinero que tenía todas las familias de Londres y en otras ciudades de Inglaterra y hacía entregas de dinero determinado a quien lo solicitase. El cliente enviaba una carta con varios meses o semanas de antelación pidiendo una cantidad determinada de dinero y él viajaba a distintos lugares para hacer la entrega, a veces en carruaje y otras veces en tren si era muchísimo más lejos. Sus viajes podían durar un día o hasta un mes, por lo que rara vez estaba en casa. -Creí que llegarías después de navidad. -Dijo mi madre, sentándose en su sillón favorito. Los sirvientes té de manzanilla con un aperitivo y llevaron sus maletas a su cuarto. Todos estábamos allí en el salón, dispuestos a recibirlo como se debía. Durante los últimos tres días, después de la visita de los Jeon, las cosas estaban como siempre: Silenciosas. SeokJin y NamJoon estaban en su cuento, Jennie y TaeHyung salían de su habitación sólo para comer y Lisa ya pasaba más tiempo conmigo que de costumbre. No había hablado con mi gemelo desde aquella noticia y no supe cómo sentirme, tal vez Lisa tenía razón y me había pasado diciendo aquello, pero no creía que esa fuera la raíz del problema. Conocía a mi hermano más de lo que él me conocía. Últimamente estaba perdido en sus pensamientos, estaba completamente desconectado de la realidad. Ausente, esa era la palabra, ausente tanto física como mentalmente. No mentiré, me preocupaba su actitud, pero tampoco es que la justificara mucho si él tenía el mismo destino que el pintor. Lo que sea que ellos dos tuvieran no iba a pasar a mayor cosa, los dos se casaban y ya. Se terminaba y punto. -El viaje no resultó siendo tan largo, me quedé un par de días más porque tuve que comprar sus regalos de Navidad. -Contestó, luego miró a SeokJin-. ¿Cómo ha estado todo? -Sin novedades. -Contestó él-. Sólo tuvimos una cena con los vecinos, es todo. - ¿Y lo de tu boda? -Preguntó nuevamente. Padre siempre le preguntaba a SeokJin por cualquier novedad ocurrida en su ausencia, al fin y al cabo, era su hijo mayor-. ¿Ya saliste con Nayeon? NamJoon se removió del sillón incómodo y SeokJin mantuvo su mirada de piedra, mirando fijamente a los ojos de su padre. -Los preparativos para la boda están casi listos, el ensayo se llevará a cabo el viernes de la próxima semana. Nayeon vendrá a la cena de navidad con su padre, así podrá hablar más formalmente con ella. -Muy bien. -Dijo, y luego la mirada cayó sobre TaeHyung-. ¿Y tú, TaeHyung? ¿Qué te pareció Irene? Mi hermano vaciló un poco antes de contestar, se veía agobiado y cansado, algo le estaba carcomiendo de la camisa. Posiblemente no había dormido bien en los últimos días, me mordí la mejilla interna al sentirme responsable. -Es... linda. -Respondió, claramente mintiendo-. Me gustaría conocerla más. - ¿Vendrá a la cena de navidad? -Sí, padre. -Pues no hay más que hablar, me enorgullece que mis dos hijos vayan a formar un hogar con chicas tan prestigiosas, sé que están felices por ellos. Bufé en una risa. -Define felicidad. -Dije entre dientes. Había pensado en voz alta y supe que la había liado cuando su voz grave pronunció mi nombre, Kim Vante Luxus, ese tono de voz y el uso de mi nombre completo era una manía que tenía mi padre para dar a entender que estaba molesto. No este, el biológico, el muerto. Nunca supe qué derecho tuvo este, el amante, en hacer lo mismo; en usar ese segundo nombre que ni los segundos conocían. Vante, ese nombre fue idea de mi padre, del muerto, Luxus fue idea de mi madre. Una idea complementada que creaba un nombre artístico y poético -O eso me había contado la abuela en su lecho de muerte-. La poesía de la lujuria, a eso querían llegar ellos con mi nombre. Kim Vante me gustaba, era el nombre que usaba públicamente en ese entonces donde sólo éramos cinco. Donde TaeHyung envidiaba mi nombre y Lisa tenía el derecho de usar su nombre original. Lalisa Manoban, Kim Vante y Kim TaeHyung. Esos éramos nosotros antes de que el muerto llegara a su estado, cuando su cuerpo golpeó el suelo tras ser empujado por unas anilladas manos y su sangre manchara la alfombra de las escaleras. Vante fue ese último aliento y se perdió en el aire, sin rumbo. Ya era Luxus, Kim Luxus; la libido sin verso. -Vante. -Volvió a pronunciar el amante, no lo miré, no respondí-. Kim Luxus, te estoy hablando. -Por fin dijiste mi nombre como era. -Contesté irónico-. ¿Qué pasa? -Pero, ¿Qué es esa insolencia? - ¿Acaso pedirte que digas mi nombre bien es insolencia? - ¡No es sólo por eso! -Alzó la voz y yo suspiré, vi que mis hermanos estaban atentos a la naciente discusión-. ¿Acaso tienes un problema con que tus hermanos se casen con buenas mujeres? Ellos al menos tienen una visión de la vida. -Ya, casarme y hacer de una pobre chica una fábrica de bebés mientras tanto ella como yo se parte la espalda para pasar de ser ricos a más ricos. Vaya vida, me muero de envidia. - ¡Vante! -Gritó. - ¡Es Luxus, maldita sea! -Respondí en el mismo tono. Sentí la mano de TaeHyung intentar tomarme del brazo para no levantarme y encararlo, pero su movimiento llegó demasiado tarde, yo ya estaba cara a cara frente al amante. Ese tipo de peleas eran habituales, al parecer era lo suficientemente listo como para saber que ese tipo no tenía ningún poder sobre nosotros, al menos no sobre mis hermanos legítimos y yo. Nuestras peleas siempre eran fuertes, siendo el inicio de ellas la bofetada que le había plantado a Lalisa por el simple hecho de haber besado un chico fuera del matrimonio. Le regresé el golpe más fuerte cuando le dijo a mi hermana que iba a permitir que ese chico la follara en contra de su voluntad para ver si se comportaba como una señorita decente. Me odiaba y yo a él. -Soy tu padre, y debes obedecerme. -No, no te confundas. Mi padre está muerto, ¿Sí? lo mató la desquiciada que tienes de esposa y a la cual le tengo que guardar respeto porque es mi madre. Tú sólo estás aquí porque tu matrimonio anterior se te fue de las manos y al verte en bancarrota te metiste con ella al verla felizmente casada y con mucho dinero, que tu jodida esposa haya muerto por ser muy ella y que no sepas controlar ni a tus propios hijos no significa que puedes hacer lo que te salga en gana con nosotros. Métete esto en la cabeza, HeeSok, no eres nuestro puto padre. Y el golpe esperado llegó, un bofetón que me volteó la cara ardió en mi mejilla. Sentí la sangre en mi lengua, alertándome de que mi labio sangraba. Lo miré a los ojos, pasando mi lengua a la herida del labio para probar mi sangre. El tipo estaba jadeando, con los ojos desorbitados. -Maldito cobarde. -Le susurré, riendo con sorna-. Golpeas al hijo de un muerto porque se nota que no tienes los pantalones para controlar a los tuyos. Qué pena das. Me enderecé y tomé mi abrigo del perchero, me lo puse ignorando las miradas atónitas de la familia y de la servidumbre. Mi madre me detuvo. - ¿A dónde crees que vas? -A un lugar lejos de ustedes. Al responder eso, salí de la mansión. Respiré hondo y comencé a caminar hacia la casa de Jimin, viendo a los niños jugar con la nieve y a los carruajes pasar por las calles. El labio ardía un poco y aún me sentía enojado por lo sucedido. Cobarde, cobarde, maldito cobarde. Gruñí, cruzando por la calle que daba a la mansión de Jimin hasta llegar a esta. Toqué la puerta con la manija de esta y el mayordomo me permitió entrar recibiendo mi abrigo, agregando que mi mejor amigo estaba con los Jung en la habitación. Subí las escaleras y entré al cuarto de Jimin, lo vi jugando cartas con YoonGi y Hoseok. El rubio sonrió apenas me vio. - ¡Luxus! No esperaba tu visita, entra. Jimin se acercó y me abrazó, apenas se apartó su sonrisa de desvaneció con lentitud. Llevó sus manos a mi rostro y su semblante se endureció, tocó un poco en la herida de labio y siseé adolorido. Se alejó un poco. - Pero, ¿Qué le ha pasado a tu cara? -Iré por hielo. -Dijo Hoseok y salió rápidamente de la habitación. El rubio me sentó en uno de los sillones y se acercó junto a YoonGi, mi mejor amigo me miraba buscando una explicación. Hoseok llegó con un tazón con hielo y un pañuelo. Jimin envolvió el hielo en el pañuelo y con delicadeza tanteó mi herida. Hice una mueca de dolor. - ¿Cuándo regresó? -Preguntó Jimin. - ¿Cómo sabes eso? -Siempre terminas golpeado cuando discutes con tu padrastro. -Respondió encogiéndose de hombros-. ¿Cuándo regresó? -Hoy. - ¿Qué pasó esta vez? -Preguntó YoonGi. Me encogí de hombros, apretando los dientes cada vez que ese pañuelo helado rozaba con mi labio roto. -Al parecer no le agrada del todo la idea que sus hijos no estén realmente felices con desconocidas. -Expliqué, al quejarme entre dientes Jimin susurró un "Lo siento"-. Igual no me sorprende, sabía que hoy sería un día de mierda. - ¿Por qué lo dices? -Inquirió Hoseok. -TaeHyung está enojado conmigo, no me habla desde que le conté el asunto personal de su pintor. Jimin dejó de dar toques a la herida y me miró con los ojos muy abiertos. Dejó el pañuelo en el recipiente y se levantó de la silla, pasando su mano por sus cabellos dorados. - ¿Le contaste lo de Sana en serio, Luxus? ¡Te dije que no era momento de que lo supiera! - ¿Y cuándo iba a ser el momento, Jimin? ¿Cuándo a Jungkook le tocara irse a vivir con ella y dejara a mi hermano tirado? TaeHyung merece saber la verdad, no puede ilusionarse con Jeon Jungkook porque él también va a casarse. - ¿TaeHyung está enamorado de un pintor? -Preguntó YoonGi, luego miró a Jimin-. ¿Sana sigue siendo parte de tu círculo familiar? -Créeme, también me sorprendió saber de ella después de mucho tiempo. No me responsabilicen de ese asunto, no sé qué negocios tengan los Jeon con los Minatozaki y tampoco me importan. -Jimin cerró los ojos para tranquilizarse-. Sólo te comenté el asunto, Luxus, no te dije que corrieras a decírselo a TaeHyung. -No puedo hacerle eso a mi hermano. Jamás lo había visto tan feliz con una persona, ¡Si tan sólo lo hubieras visto en la cena! Sus ojos tenían un brillo asquerosamente cursi cada vez que veía a ese chico. Me dolería más verlo destrozado por ver que su adorado pintor comparte anillo con alguien que no es él a verlo enojado conmigo sólo por explotar su burbuja de amor. -Pero el pintor del que hablas y TaeHyung apenas se conocen. -Opinó Hoseok- . Yo no exageraría tanto, Luxus. Tal vez es un amorío pasajero. Ninguno en esta sala ni en el círculo familiar tiene derecho a elegir a quien amar. ChanYeol se casó con Seo SooJin, en unas pocas semanas SeokJin con Nayeon, TaeHyung con Irene; y nosotros estamos en espera a que nos asignen a alguien. Bienvenido a la aristocracia, Luxus, la clase social donde si te descuidas es peor que la muerte misma. Nos quedamos en silencio. La situación no me parecía justa, la vida no era justa. No podía imaginarme a TaeHyung diciendo a memoria unos votos matrimoniales mientras añoraba con el alma hablar de arte y de cosas sublimes con su pintor, con Jungkook, con un chico. No podía imaginarme a SeokJin despertando con una chica que apenas conoció en lugar de despertar junto al chico que amaba que para su desgracia resultó siendo su hermano. No me imaginaba a mí mismo con una mujer que no conocía ni mucho menos amaba, usándola con el único objetivo de tener descendencia y mantener un ridículo título. ChanYeol era el hermano mayor de Jimin, la adoración de él. Recuerdo escuchar a mi mejor amigo llorar a gritos cuando su héroe tuvo que irse a vivir con su esposa SooJin a las afueras de la ciudad. Los dos hermanos se adoraban con el alma, se apoyaban y hacían todo juntos. ChanYeol lo visitaba seguido, pero sabía que Jimin aún sufría su partida gracias a la conveniencia. Aquel retrato hecho por Jeon Jungkook que colgaba en la pared de la habitación de Jimin no estaba porque sí, se notaba que aún lo extrañaba y que la mansión estaba muy callada sin él. No me podía imaginar lejos de TaeHyung, de mi gemelo mayor, de la única persona real en esa familia. Aquello que sentía mi hermano no era un amorío pasajero como decía Hoseok, lo sabía por su mirada, por sus trazos en sus cuadernos de dibujo. Por el brillo de sus ojos y por la ilusión que pintaba su voz cada vez que me hablaba de él. Jeon Jungkook y Kim TaeHyung no impedían que su propia relación diera frutos, sus sexos no eran el problema. Era triste saber que lo de ellos era posible si aquel joven pintor fuese mujer y de un estatus social alto. Qué puta impotencia. - ¿Quién es Sana, Jimin? -Preguntó YoonGi, frunciendo el entrecejo. Todos habíamos conocido a Sana a excepción de YoonGi, quien llegó a la mansión de los Jung hace un año. La madre de Hoseok se había casado nuevamente con un hombre apellidado Min tras la separarse de su esposo. YoonGi nos conocía poco, por lo que cualquier historia de alguien de la familia era cuento nuevo para el azabache. -Oh, no te hemos contado. -Recordó Jimin y tomó aire para hablar-. Verás, mi familia es productora de una de las industrias textiles más poderosas de aquí de Londres, tanto que llegaron a hacerse exportaciones a Japón. Los Minatozaki se hicieron muy amigos de mi familia y en agradecimiento a su apoyo hacia nosotros, nos ofrecimos para cuidar de la más joven de la familia para entrenarla en el asunto de los negocios. Sana llegó a la mansión y se quedó con nosotros en un periodo de tiempo bastante corto. Luego, se fue y no se supo nada de ella. - ¿Por qué se fue? -Preguntó YoonGi. -Nadie sabe. -Respondí-. Hasta donde sé, seis familiares de la chica murieron de formas grotescas: Su padre por envenenamiento, su madre de una enfermedad causada por tener contacto sexual, su hermana fue decapitada por su propio pueblo, su abuelo murió ahogado por tragarse todo un saco de monedas para "Guardar bien el dinero", su tía se suicidó debido a un enorme enojo y su tío fue llevado a la horca por robar. El cómo llegaron a tales cosas no se saben con certeza, pero Sana de por sí estaba afectada y le tenía miedo a algo. -Tenía pesadillas todas las noches y gritaba siempre lo mismo "¡Vienen por mí! Quiero romper ese contrato" "Todo es mi culpa" Fue así hasta que se fue y no supimos nada de ella. -Muertes por pecado capital. -Dijo YoonGi, le miramos con el ceño fruncido-. ¿Qué? No me digan que no lo notaron. Piénsenlo, envenenamiento por gula, enfermedad sexual por lujuria, decapitación por soberbia, ahogamiento con monedas por avaricia, suicidio por ira y ahorcamiento por envidia. Sólo faltaba que alguien muriera mientras dormía para ser muerte por pereza. Tal vez, la familia estaba maldita. Jimin soltó una risa y negó con la cabeza, ciertamente divertido. -No me digas que crees en esas cosas, YoonGi. El azabache se encogió de hombros despreocupado. -Es la única explicación que le puedo dar a eso. -Pues tienes una gran imaginación, hermanito. -Dijo Hoseok también riendo-. Yo lo llamaría ser desafortunado, igual espero que la chica esté bien. -Lo está. -Afirmó Jimin-. Hace unos meses llegó una carta de ella, diciendo que estaría en Londres pronto. No me sorprendería que ya estuviese por estos lados. -Ya, pero dudo que esté bien de la cabeza, Jungkook no la va a pasar bien definitivamente. -Dije, retomando el tema inicial-. Si TaeHyung se entera de los antecedentes de esa chica va a preocuparse. -Eres un chico que sabe los secretos de todos aquí, Luxus. -Dijo Jimin-. Nunca te conté la historia de la familia Minatozaki y diste al clavo al hablar de ellos. Yo siendo tú me ahorraría las palabras, tu boca dice una cosa, pero tus ojos dicen otra. Tal vez, por eso TaeHyung está enojado contigo, dijiste la verdad con tus ojos. Y al parecer, esa verdad no era del todo agradable. Luego de ello, añadió: «Una parte de ti le dijo a TaeHyung lo que viene después.» La noche me alcanzó en la casa de Jimin y me fui diez minutos antes de la medianoche. La nieve caía llenando las calles vacías y el frío me calaba los huesos incluso con el abrigo puesto. En silencio, sin querer pensar mucho, tomé el camino largo a casa. Veía mis zapatos dejando huellas en la nieve y los copos que caían de mi cabello al tener la mirada gacha. Sin darme cuenta, me había adentrado en un callejón y abandoné el último farol. Me sobresalté cuando alguien chocó con mi hombro y al girarme vi la figura de una mujer encapuchada que también había girado para disculparse. Sus cabellos pelirrojos y levemente rizados y el rostro no tardaron en hacerse conocido. Minatozaki Sana estaba frente a mí, sosteniendo entre sus manos un frasco de vidrio con un líquido azul. -Luxus. -Pronunció-. No esperaba verte, ha pasado un tiempo. -Sí... -Dije no muy convencido, la chica tenía la voz temblorosa y la respiración irregular, sin mencionar la forma tan fuerte en que sostenía aquel frasco-. Supe que vas a casarte. -Oh, sí, con Jeon Jungkook. Ya lo he conocido, es un buen chico. - ¿En serio? - ¡Sí! Sin mencionar su impresionante ta... -La mirada de la chica se perdió detrás de mí, viendo a través de mi hombro algo que la hizo palidecer como papel, otra vez apretó el frasco entre sus manos. Temía que lo fuese a romper- ... lento. Sí, es un buen partido. - ¿Sana, estás bien? -Le pregunté al ver que su mirada volvió a perderse. Al girarme para ver qué tanto veía, no vi nada ni mucho menos a nadie. - ¿Yo? Sí, estoy bien. Escucha, fue lindo verte Luxus, pero tengo prisa. Dale mis saludos a Lisa y a tus otros hermanos. Nos vemos. Sin dejarme decir algo, la chica se fue corriendo dejándome con la confusión a flor de piel. Aún confuso retomé el camino a casa, percatándome de que definitivamente no había nadie en esa zona. Cuando las doce campanadas del reloj de la mansión sonaron, llegué sin sorprenderme del silencio sepulcral que envolvía al ambiente. Subí a mi habitación y me lancé a la cama pensando en Sana y su comportamiento extraño, minutos después caí dormido. Al día siguiente, Jennie me despertó a los gritos y me dijo que había un cadáver afuera. Mi hermanastra lloraba de la impresión y asustado me levanté de la cama para ver qué sucedía. Afuera de la mansión, entre las puertas de la casa de los Jeon y la mansión de mi familia estaba el cuerpo de Sana, su parte baja estaba sobre enorme charco de sangre. Me quedé paralizado y las ganas de vomitar me hicieron retroceder. Los Jeon estaban horrorizados y mi familia no parecía inmutarse, SeokJin tranquilizaba a Jennie y mi madre observaba con ansiedad a la policía. Había murmullos por doquier. Ante el shock, mis ojos se percataron de algo: La botella que ella sostenía con tanta insistencia no estaba por ningún lado. Tal vez quien la había matado, estaba buscando esa botella. Las palabras de YoonGi llegaron a mi cabeza: Muerte por pecado capital.
Parte II: Kim Luxury
¿Alguna vez les contaron el cuento de las cuatro Alicias? Mi madre solía contarme cuentos únicamente a mí, la razón era sencilla, era el único que quería escucharlos. TaeHyung era muy miedoso y no dormía debido al terror que le causaba el sólo hecho de imaginar tales cosas escritas en esas finas hojas y Lisa era lo suficientemente amargada como para no creer en ello. Cuando cumplí los veinte, mi madre llegó a mi habitación con un libro en su mano, que en su tapa se mostraban los cuatro símbolos de la baraja de cartas. Con una sonrisa, recuerdo que me dijo: - ¿Nunca te has preguntado de dónde salieron estos símbolos, Vante? Recuerdo haberle dicho que me causaba cierta curiosidad y ella comenzó a leer. Existieron cuatro Alicias, que vivían en diferentes sitios y que por razones extrañas terminaban en el país de las Maravillas. Hoy, quiero hablar solamente de las primeras: La Alicia de armadura carmesí. Ella se había adentrado en el bosque, destrozando todo a su paso con su espada y las hojas caían detrás de ella volviéndose estas de color rojo. Carmesí como su armadura. Tantos fueron los destrozos de aquella Alicia que el bosque terminó encerrándola. Nunca se supo nada de ella. Recuerdo que había detenido a mi madre en su lectura y le dije que me había parecido injusto que aquella Alicia hubiese sido castigada, al preguntarme por qué motivo decía eso, respondí: - ¿Y si el bosque era el malo en realidad y por eso ella lo destrozó? En Londres había muchos rumores sobre bosques malditos, sitios donde se alojaban brujas y hechiceros. Nunca creí en ello. Todo lo relacionaban con el bosque, generalizando que este estaba maldito y no se debía cruzar por él. Tantas historias como esas causaron que nadie quisiera cruzar el bosque. Incluso recuerdo que había chamanes y sacerdotes que mencionaban que yo estaba maldito debido a no parecerme a nadie de mi familia, o que mi gemelo fuese físicamente bastante distinto a mí o que mis ojos tuvieran un aura inquietante. Por un momento, me sentí identificado con el bosque y deseé que alguna Alicia me destrozara con su espada, o que me hiciera bello con un camino de hojas carmesí. Mamá rio y siguió con la lectura, las tres Alicias restantes no me desconcertaron tanto como la primera. Cuando el cuento se terminó, me dormí hasta despertar a mitad de la noche por un fuerte golpe que al parecer sólo me despertó a mí. Vi el camino de hojas carmesí a lo largo de la escalera y mi padre al final de esta. El bosque había encerrado a mi padre, él fue la primera Alicia. Había tres primeras Alicias en mi vida, el antecedente fue mi padre, la consecuencia fue Vante y el predecesor fue Sana, aquella bella dama cuyo ataúd estaba viendo en ese instante. Nunca vestimos de negro hasta que alguien muere y más por luto lo hacíamos por gracia, por estatus, por elegancia. El interrogatorio nos esperaba en casa. Sana sostenía unas rosas en su cuello y su rostro parecía intranquilo. Me quedé mirándola un tiempo hasta que me sentí agobiado y me alejé. Mis hermanos no hablaron en todo el funeral y mi madre parecía estar más nerviosa con el interrogatorio que con la difunta. Suspiré y me senté en un lugar alejado del ataúd, el altar y de la gente en general. Junto a mí se sentó una mujer encapuchada, pude ver mechones azabaches por fuera de la capucha. -Luxury, ¿no? -Dijo la persona a mi lado, era una chica. - ¿Quién eres? -Respondí, la chica rio un poco. -Debe ser agobiante. Ves a la chica un instante y luego la vuelves a ver en esta situación. Es una pena. - ¿La conocías? -Pregunté, la chica asintió. Ella mantenía mirando al frente, la capucha no me dejaba ver su perfil. -Trabajó para mí. De hecho, ella me pidió que hablara contigo. - ¿Conmigo? ¿Para qué? -No es importante. -Respondió la chica sonriendo-. Sólo me pidió que te entregara esto. La chica sacó de su capa color negro una rosa color púrpura, cuyo brillo me dejó cautivado. La rosa reposaba dentro de una pequeña caja de vidrio, pese a eso la rosa no parecía estar marchita la tomé entre mis manos y la observé cuidadosamente. Al querer abrir la caja, la mano pálida de la chica me detuvo y por fin pude ver su rostro. Era pálido, tenía labios delgados y ojos algo achinados de color verde profundo. Un pequeño lunar reposaba en su mejilla. -Quien lo debe abrir es tu hermano, es un regalo para él. - ¿Qué? ¿Por qué mi hermano querría esto? ¿Quién eres tú? La chica me sonrió mostrando sus perfectos dientes. Luego, negó con la cabeza manteniendo su sonrisa. -Tus ojos son muy bellos, Luxus. Apuesto a que con ellos puedes leer el alma de las personas. Me sentí confundido, la chica acarició con su mano pálida y ahora helada mi mejilla. Me miraba fijamente a los ojos y podría jurar que el verde de sus orbes brillaba con más intensidad. -Si quieres respuestas, ven a ese lugar a la medianoche, trae la rosa contigo. Bajé la mirada para ver la rosa y luego giré para ver a la chica, dándome cuenta de que no estaba allí. Estaba atónito y desconcertado. Por alguna razón, mi mente visualizó un lugar en el corazón del bosque maldito, un sitio bajo tierra que escondía una puerta dorada bajo unas plantas. La puerta sólo la podían ver mis ojos. Observé la rosa y me fui a casa sin que nadie se diese cuenta para guardarla. A la medianoche, yo, Kim Luxus sería la primera Alicia.
Capítulo VI: Kim TaeHyung
Diciembre 24, 1875 Después de asistir al funeral regresamos a la mansión para el interrogatorio. Todo estaba como de costumbre silencioso, cada uno se fue a su habitación y vistió con ropas color negro. Al entrar a la mía suspiré al sentirme agobiado en aquel ambiente, la imagen mental de aquella chica tirada en el suelo en un charco de sangre me tenía en un shock emocional. Me vestí como pude, a la velocidad de un rayo, vistiendo aquellas prendas color negro que no usaba desde que habíamos enterrado a nuestro padre. Nunca había visto a una persona morir o una persona muerta en medio de algún sitio. No. El único muerto que había visto era a mi padre y eso que no nunca pude ver su rostro dentro del ataúd. Se suponía que Padre había muerto por cosas de salud, algo interno, la excusa dada por mi madre fue que su piel se había deteriorado y que por eso habían cubierto su rostro con un velo color negro. Lisa y yo nos creímos el cuento, pero Luxus no. Mi gemelo no derramó una sola lágrima ese día, en los funerales nunca lo hacía. Aquel detalle con el que había nacido no le permitía hacerlo y nunca supe si le afectó en su momento o no. Nunca vi a mi hermano llorar o ver alguna emoción que no fuese la ironía o la sorna. Al parecer había nacido con eso, con esos ojos muertos al igual que sus emociones. Los doctores habían dicho que el crecimiento de mi hermano Vante, quien ahora es Luxus, no iba a ser del todo normal y no mentían. Luxus reía de forma irónica, sus ojos se mantenían secos por la ausencia de lágrimas y hablaba poco. Sólo él había visto lo que había pasado con papá, él vio su muerte, el vio demasiado. Recuerdo que en el funeral tuvo el atrevimiento de levantar el velo y acercarse un poco, tomando la mano del difunto para besar y quitar su anillo, ese anillo que ahora abrazaba su pulgar. Puso el velo en su lugar y se fue en silencio del funeral, se había ido antes como se había ido en el funeral actual. Al acabar de vestirme quise acercarme a Luxus, quise hablarle y contarle lo sucedido. El porqué de mi comportamiento -aunque conociéndolo, él sabría las razones a la perfección-, contarle lo que había pasado en su ausencia. Contarle de que yo sabía quién había hecho tal cosa. Luxus no era de enojarse conmigo, él no podía enojarse porque no lo sentía, pero su silencio era tortuoso. El no hablar con él era algo que me hacía sentir culpable y supe la tontería que estaba cometiendo con mi hermano. Me dirigí a su habitación y lo vi acostado en su cama mirando el techo, apenas estuve en el umbral me miró. Sus ojos eran oscuros, muchos decían que eran marrones, pero yo veía dos orbes completamente negros que por mucha luz que hubiese no brillaban nunca. - ¿Estás seguro de que es a mí a quien debes pedir perdón? Luxus sabía que venía a ello, sentí un ligero escalofrío. Mi hermano lo sabía todo; sabía qué comeríamos, aunque fuese sorpresa, qué haría SeokJin en la tarde, qué orden daría mi madre a los sirvientes y a qué hora saldrían las mujeres de la iglesia. Sabía todo de todos, hasta el secreto más profundo lo tenía en la punta de la lengua y no decía nada. No tenía nada para decir. -Me comporté como un tonto contigo, sé que lo hacías para cuidarme de que me rompieran el corazón. -Dije, Luxus asintió regresando su mirada al techo. -Sigo sin entender. -Dijo él-. Si la chica está muerta, ya no habrá corazón roto. Irene tiene los días contados si pensamos como el asesino. Tu pintor y tú no tienen más peros, pueden estar juntos sin problemas. -Hablas como si supieras quién la mató. -Repliqué, Luxus volvió sus ojos a mí y se levantó. La campana de mamá sonó desde el salón y mi gemelo se posó a mi lado, palmeando mi hombro. -Porque lo sé, TaeHyung. Nada en esta familia es secreto para mí. -Tras eso revolvió mi cabello con su mano y dejó un beso en mi mejilla-. Lava bien tus manos, Tae, recuerda que en estas situaciones todos debemos lavar nuestras manos. La policía vendrá pronto y debemos vernos limpios. No sé por qué, pero sentí que la temperatura bajó en picada apenas mi hermano se fue y el estremecimiento no tardó en hacerse presente. Entré al cuarto de Luxus para usar su baño y lavar bien mis manos, al salir tropecé con un algo que estaba en el suelo, era un libro abierto. Me agaché para cerrarlo y la ilustración de la página abierta me llamó la atención. Una mujer de cabellos castaños y cortos, con un vestido rojo carmesí y una espada en mano. Al no saber qué libro era, lo cerré viendo en la tapa el nombre "Los sacrificios humanos de Alicia". Cuando quise ver algo más del libro la campana sonó con más insistencia y me vi obligado a dejarlo en su lugar e irme. Bajé las escaleras rápidamente, al llegar al salón supe que fui el último en llegar. Murmurando una disculpa me senté junto a Luxus, quien veía distraídamente sus uñas. Padre y madre resoplaron a la vez, debían apurarse. -Uno de ustedes lo hizo, ¿no? -Nos pregunta ella, esperando que uno de nosotros asuma la culpa. Por supuesto, ninguno lo hace. Ella vuelve a suspirar y saca de su escote un frasco que contiene un líquido color celeste. Volteo a mirar a Luxus, quien mantiene con su mirada impávida. Sus ojos estaban en el frasco. Madre volvió a hablar: -Quien la haya matado trajo este frasco para algo, ¿no? Pueden mantenerse callados aquí, pero la policía sabrá que uno de ustedes lo hizo y a ninguno de nosotros nos conviene que alguno de ustedes pase por la cárcel o la pena de muerte. Dejó el frasco sobre la mesa y volvió a tocar la campana, una sirvienta llegó con una taza de café y se fue inmediatamente en silencio. - ¿Se lavaron las manos? -Nos pregunta, asentimos-. Bien. Toma el frasco y lo abre, un aroma extraño impregna nuestras narices. Dos, tres, hasta siete gotas caen en el café. El líquido del frasco pasa de ser un celeste brillante a un profundo color negro. Cierra el frasco y lo vuelve a esconder en su escote, mezcla el café. SeokJin lo toma y lo lleva nuevamente a la cocina. -Ahí va otra víctima. -Musita ella y nos mira a cada uno, luego regresó sus ojos a mi lado-. Luxus. Mi gemelo le regresa la mirada y se encoge de hombros. Toma de la mesa la cajetilla de cigarros de padre y posteriormente su encendedor, pronto el olor a tabaco inundó el salón. -Aunque sepa quien lo haya hecho, Madre, tampoco te lo contaría. -Le dijo-. Igualmente, todos seremos responsables de algo después del interrogatorio, ¿no? Ella no dice nada. Entonces hace el gesto, alza su mano y posa su dedo índice en sus labios carmesí. Padre hace el mismo gesto, luego NamJoon, SeokJin, Jennie, Lisa, Luxus y por último, yo. La puerta suena, bajamos las manos. La policía entra en la sala, sólo era el inspector, el mismo que había analizado el caso de papá. Le saludamos con pocas palabras, él toma asiento y madre le ofrece un café; el inspector acepta. La campana suena, el café llega. - ¿Conocían a Minatozaki Sana? Al preguntar, da el primer sorbo al café. Madre toma la palabra. -Yo no tanto. -Responde-. Pero mis hijos sí. - ¿Cuándo fue la última vez que la vieron? -Nos pregunta, tose un poco. La palabra me pertenecía, pero Luxus me quita las palabras de la boca. -La vi anoche. -Dice, luego añade-: Fui a visitar a mi mejor amigo Park Jimin y salí algo tarde de allí. La encontré por el callejón -Dio una calada al cigarrillo-, hablamos un poco y me fui de allí. Ahora está muerta. Otro sorbo al café. El hombre vuelve a toser un par de veces. Las preguntas siguen: Amistades, familiares, comportamiento. Todo lo responde Luxus, disfrutando internamente los tosidos del inspector. El interrogatorio no llevaría a mucho más. - ¿Cómo es que sabes todo eso? -Le cuestiona, su voz estaba completamente ronca. Vuelve a toser. Luxus sonríe encendiendo otro cigarrillo. Mi hermano estaba actuando tan malditamente extraño. La temperatura volvió a bajar. -Le diré algo, inspector. Creo que usted me recuerda muy bien, hace dos años estuvimos en este mismo salón cuando le confesé lo que había visto el día en que el señor Kim murió. Si no estoy mal, le conté que mi adorada madre lo había empujado de las escaleras. Sin embargo, somos ricos, el valor que usted mismo le dio a su silencio lo sostuvo por largos años y ahora es un reconocido inspector de policía. Leí la noticia en el periódico, felicidades, por cierto. No le negaré que uno de nosotros mató a esa pobre chica y yo claramente sé quién lo hizo, Pero ¿Qué gano yo en decirle si usted va a llenar sus bolsillos de nuestro dinero? ¿Qué gano yo en contarle que el café que acaba de tomar estaba mezclado con un modesto toque de cianuro? Tengo mucho dinero, inspector, ya mis bolsillos están llenos. Los suyos sólo se llenarán de gusanos y tierra. No vale la pena sospechar, inspector. El hombre se altera y comienza a gritar como loco. Cuando intenta tomar a Luxus del cuello se paraliza, una gran cantidad de espuma sale de su boca y luego se desploma en el suelo. Convulsiona hasta no moverse. Luxus bufa y arregla su ropa arrugada. -No nos dijiste que la habías visto, Luxus. -Dice SeokJin, ignorando al hombre muerto a los pies de mi gemelo. -No lo consideré importante. -Aseveró y se encogió de hombros. Sin pisotear el cuerpo del inspector se levantó-. Si eso es todo, estaré en mi habitación. Cuando Luxus se fue todo se quedó en silencio. Los sirvientes comenzaron con el levantamiento del cuerpo. -Ya saben a dónde llevarlo. -Fue lo único que dijo mi madre. Ese estremecimiento volvió y subí a mi habitación. La ventana de Jungkook estaba cerrada y yo estaba tirado en la cama, viendo el techo fijamente por un lapso entero de una hora. Estaba pensando en lo sucedido, más que todo con Luxus. Existían dos facetas de mi gemelo, la de Vante y la de Luxus. Vante, era aquel chico que, de la infancia, quien pese a su forma de actuar era alguien admirable. Era protector, me protegía de los molestos niños que jugaban en las calles porque no se me permitía estar con ellos. Aquel chico que le gustaba escribir poemas y tocar el violín, ah, el violín. Una melodía tocada por Vante era un espectáculo, mi hermano tenía una gran habilidad con los dedos, y tanto era su talento que sus sonatas eran tocadas por él mismo en las fiestas de la reina. La última sonata que tocó fue en el funeral de nuestro padre, sonata cuyo nombre fue "Black Swan" y que tocó nuevamente en el aniversario, sólo que esta vez la había tocado Luxus dándole el toque melancólico que antes no tenía. Conmemorando más la muerte de él mismo, que la de mi padre. Desde entonces, Luxus no tocó nunca más. Cuando llegaron nuestros hermanastros, Luxus también estaba presente ahora. Con su mirada de piedra, sus ojos muertos y haciéndole más honor a sus rarezas. Luxus jamás salió de su luto, vestía siempre de negro y se sentaba junto al sillón que solía ser de nuestro padre. Y es que, Luxus adoraba a nuestro padre como nunca adoró a nadie, Vante Luxus lo amaba más que a cualquier cosa en el mundo y con su muerte una parte de él había muerto. Luxus no tenía nada más para perder o amar, por lo que ya lo que pasara a su alrededor no era de su interés. Ya no controlaba su lengua ni su sorna, era simplemente, Luxus. Me levanté para hablar con él nuevamente, pero cuando llegué al pasillo vi a SeokJin entrar y cerrar la puerta. SeokJin no solía entrar a la habitación de gemelo, por lo que me extrañó y me puse contra la pared. - ¿Sabes que lo que sabes puede meterte en un problema? -Le preguntó SeokJin. Hubo un silencio de unos segundos, intuí que Luxus estaba sonriendo, tal vez con un libro en mano o una taza de té. -Todos somos criminales aquí, SeokJin. -Le respondió-. Viste al inspector morir envenenado como viste a tu madre, uno de nosotros mató a una chica inocente y hay incesto por placer. El simple hecho de que sepa cosas, SeokJin, no me hace el único criminal aquí. -La muerte de ese hombre no fue cometido por ti. -Replicó mi hermanastro-. Tú no has hecho algo que sea moralmente incorrecto o ilícito. Luxus soltó una risa. -Aún. El futuro es incierto, SeokJin. Y ahí murió la conversación. Me escondí en mi habitación y SeokJin salió de allí. Apenas lo vi alejarse fui de nuevo a la habitación de mi gemelo, sobresaltándome apenas lo vi parado en el umbral. -No sabía que ahora te dedicas a escuchar conversaciones privadas. -Me dijo, comenzó a reír apenas vio mi expresión atónita. - ¿Cómo sabías que...? -En esta casa nada se me escapa, TaeHyung, lo sabes. En fin, entra. Entré al cuarto de mi gemelo y la puerta se cerró. Estaba perfectamente ordenada, el libro de "Los sacrificios humanos de Alicia" ya estaba en la librera. Luxus se lanzó de espaldas a la cama y como de costumbre encendió un cigarrillo. Luxus fumaba desde los dieciocho, según él, era para relajarse cuando se sentía estresado o necesitaba pensar. En ese entonces un cigarro al mes no estaba mal, pero luego de que Vante y Padre murieran en el mismo día y momento, los cigarrillos se volvieron un hábito imposible de quitar. Era más fácil ver a Luxus fumando que haciendo cualquier otra cosa, y si hacía otra cosa tenía un cigarro entre los dedos. Pese a eso, nunca pareció afectarle. No tenía la voz rasposa ni la tos frenética de fumador. - ¿Ya tienes reales motivos para disculparte? -Fui un tonto contigo respecto a Jungkook. -Afirmé, mi hermano escuchaba atentamente, lanzando mantos de humo de sus labios-. Tal vez tengas razón y deba olvidarme de él. -Nunca dije eso, TaeHyung. Te di dos opciones: Casarte y olvidarte del pintor o casarte sin olvidarte de él. Que quieras tomar la de olvidarte de él es tu problema, pero ya las cosas fueron demasiado lejos como para que decidas simplemente olvidarlo. Digo, una chica fue asesinada. - ¿En serio lo sabes? -Le pregunté. -Lo sé, TaeHyung. - ¿Y por qué no dijiste nada? Luxus se enderezó y me miró fijamente a los ojos. Me sentí incómodo. -Tus secretos son un arma de doble filo. Eres mi hermano gemelo, sé más cosas de ti que cualquiera en esta familia, sé cuándo mientes y cuándo dices la verdad. Sé en lo que pensabas y planeabas hacer, lo supe desde un principio, lo supe desde que te fuiste enojado del salón esa noche. Sé lo mucho que te perseguirá eso, porque nunca has matado a nadie. Te da miedo que Jungkook se entere, te aterra la idea de que yo lo sepa; y aunque tu crimen fue impecable, sabes que tus secretos más profundos son también míos. Por eso viniste aquí, ¿no? quieres disculparte para no sentirte tan mal, en parte sientes que la responsabilidad es mía, pero, para tu infortunio Tae no es así. -Si sabes tanto de mí, ¿Cómo es que yo no sé nada de ti, Luxus? Sé cosas de Vante, ¿Pero de ti? Siento que no te conozco. Mi hermano suspiró dejando el último rastro de humo, machacó el cigarro contra el cenicero de su mesa de noche y volvió a mirarme. -Luxus es Luxus. -Respondió-. Es lo único que debes saber, Tae, porque no hay nada más para decir. Asentí bajando la mirada. Luxus es Luxus, Sólo eso. Luxus se acercó a la ventana y vio a través de ella, aún estaba el charco de sangre seca entre las dos puertas. -Sana estaba alterada por algo cuando la vi, alguien la seguía. -Dijo, parecía estar hablando más para él mismo que para mí-. Sostenía ese frasco de veneno como si su vida dependiera de ello, ¿Por qué te lo llevaste cuando...? -Yo nunca tomé nada. -Respondí-. El frasco se le cayó de las manos, pero no se quebró. Estaba aterrado, en lo último que iba a pensar era en ese frasco. Luxus se rio con sequedad, negando con la cabeza. - ¿Dices que la viste alterada porque alguien la seguía? -Le pregunté, él asintió- . Yo... no la estuve siguiendo. -Lo sé. - ¿Y sabes quién la estuvo siguiendo? Vi su sonrisa reflejada en la ventana. -Lo sabré pronto. En la noche me quedé leyendo hasta tarde y el sonido de una ventana siendo abierta me puso alerta. Abrí la mía y vi a Jungkook asomado en la suya, por su expresión parecía no poder dormir. Me sonrió, le regresé la sonrisa. - ¿Tampoco puedes dormir? -Me dijo, no dudé en decirle que sí-. Parece que no soy el único que no dejaba de pensar. - ¿En qué pensabas? -Le pregunté, sabía la respuesta, pero quería escucharla de su boca. -No todos los días ves a una chica muerta delante de tu puerta, ¿Sabes? Más si ya la conocías. - ¿De dónde la conocías? Jungkook se quedó en silencio un momento, luego respondió: -Mi prometida. - ¿Ibas a casarte? -Sí. Mi padrastro era amigo de los Minatozaki, Sana solía visitarnos mucho y éramos buenos amigos. Mi amigo BaekHyun, Sana y yo solíamos jugar juntos cuando éramos niños, en los viajes que solíamos hacer a Japón. Cuando mi padrastro murió, no nos vimos más, pero mi madre tenía previsto mi matrimonio con Sana. No me molestaba hasta que bueno, terminé viéndote por primera vez. - ¿Por aquí? -Pregunté, Jungkook negó-. ¿De dónde me conoces? -Tú y tus hermanos suelen pasear por la plaza, la sastrería de mi familia está por esos lares y bueno, hace un año te vi viendo unas telas con tu gemelo. No me viste por supuesto, estaba acomodando unas cosas en el piso de arriba y mi hermana los terminó por atender a ustedes. Igual te vi desde las escaleras, y bueno, me cautivaste por completo. Para esa época yo estaba perfeccionando mis obras y comencé a bocetar tu rostro desde lo que recordaba. Te veía pasar en carruaje por la plaza, o caminar por ahí con tu familia o amigos. No me atreví a hablarte hasta este año, y eso que fue por una casualidad. Esbocé una sonrisa al verlo desviar los ojos en otro punto, sin querer verme debido a la vergüenza. El enamoramiento nunca fue un sentimiento que haya experimentado en mi vida, era extraño lo que sentía al ver a ese pintor. Luego recordé lo sucedido la noche anterior, el grito silenciado y la sangre. Sangre. En los guantes, en el saco, en el vestido. El frasco cayendo. La huida. La sensación de matar era horrible, el cargo de consciencia estaba ahí siempre presente. Había dibujado el crimen, usando como tinta la sangre de la daga. Ver a ese pintor me causaba cierta tranquilidad, el sólo pensar en verlo sonrojarse delante de alguien más me hacía sentir como si hubiese caído a un vacío. Me sentí como Luxus, quien cayó en un vació al que le hallaba éxtasis cuando murió nuestro padre. Yo no quería ese tipo de éxtasis, el caer en un abismo de morbo no era algo que deseaba. Y mis manos sostuvieron pétalos, pétalos color carmesí. El pintor estaba frente a mí, y no quería que dejara de estarlo. -Es bueno saberlo. -Le dije-. Deberías seguir pintándome sin consentimiento. -Era la única forma de tenerte conmigo sin que yo tuviese que hablar. -Pues, Jungkook, ya me tienes. Y él me sonrió.
Capítulo VII: Kim Luxury
Diciembre 25, 1875 Doce campanadas. Mis ojos se abren. Las tres velas del candelabro se han consumado por completo y el libro abierto en mi pecho me da a entender que me había quedado dormido aún con la ropa del día puesta. Padre, el muerto, decía que dormir con la ropa del día puesta era un símbolo de mala suerte y de descuido; principalmente me lo decía a mí, pues era una costumbre que había adquirido al estar arduas horas leyendo y estudiando partituras para tocar en el violín en las cenas importantes. Cierto, El violín. Miré hacia el rincón detrás de la puerta y vi el instrumento con un manto de polvo, no lo había tocado desde el funeral y aquello me hizo sentir extraño. Me había quedado dormido leyendo, pero no partituras, sino el último cuento que escuché antes de que dejara de tocar. Cerré el libro y me levanté, al dirigirme al baño para cepillar mis dientes y orinar pensé en las partituras que aún mis dedos sabían tocar. Sonatas sin nombre, melodías anónimas y el conocido "Black Swan", la sonata del muerto y la cual nunca llegó a escuchar. Black Swan no tuvo partitura, simplemente la toqué y luego la escribí. Con el traje negro con el que me había quedado dormido. Mis dedos se movieron por sí solos y apenas esta finalizó estaba en frente de la silla vacía de mi padre, la cual estaba puesta en su honor. Salí del baño y abrí mi armario, tomando la capa negra con capucha con la que solía salir de viajes con el ausente, luego tomé una pequeña bolsa donde empaqué la caja de vidrio que contenía esa extraña rosa color amatista y que brillaba con intensidad. Recordé que Madre tenía la botella de veneno y mi instinto me susurró que fuera por ella. Así lo hice, salí de mi habitación y me dirigí a la de ella, abriendo la puerta con lentitud. Las cortinas de su cama no me dejaban ver más que su femenina silueta y la del amante. Sigilosamente, abrí el cajón de la cómoda y bajo la ropa interior se resguardaba la botella, aún con contenido pese a que fue vaciada en la mañana, el líquido era nuevamente celeste. La tomé y cerré el cajón y luego la puerta. Al llegar a mi habitación, metí el frasco a la bolsa. Una vez listo, con bolsa en mano y capucha en la cabeza, salí de la habitación. La mansión estaba consumada en una oscuridad casi abrasadora, pero mis ojos podían ver todo con tal nitidez que fue juego de niños llegar a la puerta trasera que nunca era cerrada correctamente. Salí por ahí, pasando por los rosales hasta llegar a la calle. Los faroles y la soledad me hicieron tener un Deja vú de Sana, unas horas antes de morir. Reí. Mis pies se movían por sí solos por la calle, sabían a dónde debían ir; mis ojos sabían dónde parar. Pensé en TaeHyung en el camino, en su crimen, en TaeHyung y el crimen. Recordaba a mi hermano como un chico inocente, quien se creía el cuento de que el muerto estaba como estaba por un abuso del cigarrillo —Recordé que no había traído mis cigarrillos—. Madre no sabía mentir y mi hermano le creyó, creyó en ella tan bajo que no recordaba que Padre no fumaba. Gracioso. El saber que mi hermano había matado a sangre fría a esa chica me hacía un poco de gracia, pues no había sido por un motivo que justificara su crimen. El pintor. Ese era su motivo y me hacía reír en silencio. Para matar siempre habría un motivo: Aburrimiento, odio, desengaño y amor. Nadie mataba porque sí, porque ese porque sí era un motivo, el motivo de la indiferencia a la vida ajena; ese era otro motivo. Todos en mi familia habíamos visto la muerte, los legítimos no la querían ver y los segundos apenas y podían asimilarla. Si algo teníamos en común SeokJin y yo es que habíamos visto a nuestros seres más amados dar su último aliento. SeokJin había visto a su madre convulsionar hasta caer al suelo, yo había visto a mi padre caer por las escaleras y había escuchado sus huesos crujir, la sangre manchando la alfombra; marcha que sólo yo aún podía ver. ¿Por qué los mataron? La bella señora Choi sus secretos tendría, no podía leer el alma de los muertos para saberlo. Kim SookHye estaba viva, la asesina del muerto estaba con vida y casada nuevamente. A mi madre le pareció interesante la cantidad de ceros que había en el testamento del muerto, no podía esperar a que este muriera para tener ese dinero en su poder; tampoco aguantaba la presión de ocultar su romance con el amante. Y lo planeó todo, le leyó un cuento a su hijo llamado Vante y esperó a su esposo en las escaleras. Este venía medio ebrio, el estrés le hacía beber de más pero jamás fumar. Vante se despierta apenas su condición le hace sentir que su padre está en casa, se levanta de la cama y abre un poco la puerta. El muerto le dice algo a SookHye apenas llega a la escalera. Ella responde, luego hablan de dinero, del testamento. Se oye un beso acalorado y luego el golpe. Vante se sobresalta y abre la puerta, el muerto está moribundo, su sangre manchando todo a su paso. SookHye mira a Vante aterrada, y Vante corre hacia su padre. Por alguna razón, suelta dos o tres lágrimas apenas el moribundo pasa a estar muerto. Vante mira a su madre desde abajo, luego es Luxus el que se levanta para subir y entrar a su habitación, con las manos manchadas de sangre. De la sangre del muerto. -La alfombra se ha manchado. -Dice Luxus y cierra la puerta. El dinero y la lujuria no eran una justificación para un asesinato, pero seguía siendo un motivo, un impulso. TaeHyung tuvo sus motivos para matar a la futura esposa del pintor. El dinero no estaba de por medio, pero sí estaba la lujuria, el libido y enfermo deseo de tener a ese pintor solamente a su merced. Si Irene moría asesinada, estaba claro para mí quién había sido. TaeHyung era bastante parecido a SookHye, cosa que podría ser buena o mala. Me detuve y alcé la vista al estar justo en la entrada al bosque, al bosque maldito o supuestamente maldito. Suspiré, un manto de vapor salió de mis labios. La nieve caía con lentitud y se perdía por los copos de los árboles muriendo en el sendero. Seguí caminando. Los días nevados nunca fueron mis favoritos, el frío era abrasador; calaba en los huesos hasta doler. Por un instante, deseé haberme puesto un abrigo en lugar de esa capa y aceleré un poco el paso. Estaba helando a esas horas de la madrugada. Si había alguien que adora las épocas de invierno, ese alguien era Lisa. No le importaba si hacía un frío como ese que actualmente me estaba calando, ella era capaz de estar sin abrigo o bufanda o guantes e ir corriendo por la nieve y quedarse ahí por horas. Aquello tenía una explicación lógica: Tailandia era bastante frío, el clima no solía variar mucho en ese lugar, según ella nos contaba. El vivir con un monje la exponía bastante a los distintos climas, hallaba el disfrute en la costumbre. Las cigarras cantaban en el interior del bosque, otros insectos y animales también cantaban al percatarse del intruso. Seguí caminando hasta el corazón del bosque, ya no había marcha atrás, en definitiva. Al llegar al corazón, donde la luna brillaba en un punto central, iluminando con debilidad. Mis ojos se fijaron en un agujero que había bajo un enorme árbol, al acercarme me percaté de que ese agujero estaba cubierto por una puerta dorada. Sólo mis ojos la podían ver. Me puse en cuclillas para abrir la puerta y dentro de este agujero se abría un amplio camino de escaleras que bajaban a lo más profundo del suelo. Comencé a bajar las escaleras despacio, contando cada escalón. 1666 en total. Al bajar del todo la temperatura cambió drásticamente, pasando de ser un frío intenso o un calor también intenso. Un enorme castillo estaba frente a mí y las rejas que la resguardaban se abrieron de par en par apenas di un paso. Fruncí el ceño. ¿Dónde estaba? Seguí caminando hasta el castillo y el portón se abrió también apenas di un paso y un gigante vestíbulo se mostró frente a mí. Al querer seguir avanzando, escuché dos voces detrás de mí. - ¡Intruso! ¡Intruso! Al girarme vi a dos personas vestidos de sirvientes: Un chico y una chica. El chico era de cabellos rubios y algo largos, lo suficiente para atarlos en una pequeña coleta y la chica tenía su largo cabello (También del mismo color del chico) atado en dos coletas. Sus rostros eran ligeramente parecidos, ¿Mellizos tal vez? y estaban tomados de la mano señalándome, gritando lo mismo "¡Intruso, intruso!". Me quedé en mi sitio, ellos se acercaron a mí. - ¡¿Quién eres?! -Gritó la chica. - ¡¿Cómo llegaste?! -Gritó después el chico. - ¡HyunJin, YeJi! -Otra voz se escuchó desde el interior. La chica encapuchada del funeral se acercó a nosotros, tomándome de los hombros y mirando a los mellizos enfadada por la actitud de los mellizos. No tenía la capucha cubriéndola y pude ver a la perfección su rostro y cabellos azabaches. Era una mujer hermosa. - ¿No les han dicho que es de mala educación recibir así a los invitados? - Regañó la chica, los mellizos agacharon la cabeza-. Les dije que vendría un invitado mío, saben que deben recibirlo bien. -Los sentimos, Maestra Hyuna. -Musitó el chico al parecer llamado HyunJin-. Pero tu invitado se veía raro. - ¡Sí! -Corroboró la chica llamada YeJi-. ¡No podíamos ver su rostro, nos dio miedo! - ¡Perdón! -Exclamaron a la vez, juntando sus manos en gesto de disculpa. La mujer llamada Hyuna suspiró y acarició los cabellos rubios de los mellizos, sonriéndoles con cierta aura maternal. Esos mellizos no tendrían más de quince o dieciséis años. -No se tienen que disculpar conmigo, es al invitado. Vayan sirvan del mejor vino para él, debe de estar exhausto. Sólo así, tal vez los perdone por su mala educación. HyunJin y YeJi asintieron eufóricos y corrieron al interior del castillo entre risas. Hyuna suspiró y me miró ladeando una sonrisa. Hyuna era una mujer hermosa, de una piel pálida y ojos grandes color verde esmeralda, sus labios estaban pintados de un labial color carmesí que resaltaba bastante bien en su rostro. Su nariz era perfecta al igual que sus cejas. Su cuerpo era delgado y se moldeaba bastante bien en ese vestido color negro. Hermosa, simplemente, hermosa. -Sabía que vendrías, Luxus. Entra, te estábamos esperando. - ¿Son tus hijos? -Le pregunté pasando por el umbral. El portón del castillo se cerró. Hyuna soltó una risa. -Válgame, no. Pero es como si lo fueran, los he cuidado desde hace bastante. Me tienen aprecio solamente. Seguí a Hyuna por el vestíbulo y entramos por una puerta que nos llevó a un salón inmenso, lleno de muebles y adornos. Una chimenea iluminaba la habitación. Sentados en los sofás estaban unas personas. Un chico pálido de cabellos negros, otro chico también pálido y de cabellos rubios, una chica joven de cabellos castaños, un chico de cabellos blancos, los mellizos servían el vino y junto a ellos estaba... - ¿Sana? -Musité, la pelirroja giró a verme y me sonrió algo avergonzada. -Hola, Luxus. Me alegra volver a verte. -No, no, ¿Mi hermano no te...? -Sí. -Afirmó y rio sosteniendo la copa de vino-. Es una larga historia. -Ya te explicaremos todo. -Dijo Hyuna y me señaló uno de los sillones junto a la chimenea. Al sentarme, el chico llamado HyunJin me extendió una copa de vino. Le di un sorbo lento, ya todos se habían sentado mirándome fijamente. Hyuna suspiró tomando la palabra: -Muy bien. Kim Luxus, es un honor poder conocerte al fin, Sana nos habló mucho de ti. - ¿Por qué hablarías de mí? -Inquirí mirando a la pelirroja, ella se encogió de hombros. -Porque eres la persona perfecta para el proyecto que tenemos. -Respondió ella. La situación me tenía más que confundido y lo que me frustraba era no entender. Mi condición me hacía saber absolutamente de la persona con sólo mirarlas: Nombres, familia, secretos, sueños, deseos e impulsos. A través de ellos no podía ver absolutamente nada y me sentía completamente perdido, parecía como si ellos fueran impenetrables, que sus almas fuesen algo privado de ver. Hyuna sonrió y dio un sorbo a su copa de vino. - ¿Recuerdas lo que te dije en el funeral, Luxus? Te hablé de ese don con el que naciste, ese don de leer almas. Sé que estás confundido, porque yo también puedo hacerlo. De hecho, todos aquí podemos, pero tanto nosotros como tú sólo podemos leer almas humanas. Nosotros no somos humanos, Luxus, por eso no tienes armas para contraatacar como sueles tenerlas allá arriba. No puedes leernos, pero nosotros a ti sí. Bien, al menos tenía un poco más de sentido. Me quedé en silencio, dejando a la pelinegra hablar, igualmente no tenía nada para decir. No tenía las palabras para contraatacar. Hyuna continuó: -Antes de explicarte quiénes somos o porqué te hemos citado aquí, primer debo explicarte el contexto. Sé, Luxus, que eres una persona completamente neutra a los asuntos de la religión; das crédito a que pueda existir un cielo y un infierno, que existan ángeles y demonios; a que haya un Dios castigador y un Diablo cuyas acciones son un dilema moral. Te da igual todo eso y pese a tu condición puede que tampoco te cueste mucho creer en esto y lo que ves. Sé que no serás incrédulo. En fin, nos presentamos: Mi nombre es Kim Hyuna, soy la hechicera del tiempo, bruja quemada en los juicios de Salem en 1692, soy la dueña de los siete contenedores de los siete pecados capitales. Asentí, luego comenzaron a presentarse los demás. -Kim YuGyeom, ángel guardián y cabeza de los siete arcángeles. -Lee Felix, maestro de la corte infernal. -Kim HyoJong, guarda llaves de los contenedores y secretario. -Lee JiEun, maestra del jardín infernal. - ¡HyunJin y YeJi! -Exclamaron los mellizos a la vez-. ¡Sirvientes de la copa de vino! -Minatozaki Sana, contratista del pecado de la pereza. Memoricé cada uno de los nombres y luego volví a Hyuna quien estiraba su copa para que YeJi le sirviera más vino. -Somos el club de los aristócratas. -Dijo y luego añadió: -. Nuestro grupo es más grande, sólo que faltan los siete gobernantes. Tengo entendido que tu madre, Kim SookHye, te contó la historia de los siete objetos de pecado, ¿No? Asentí. Era una historia antigua que Madre nos contó a TaeHyung y a mí cuando teníamos ocho años. La historia de siete objetos malditos que resguardaban a los demonios de dichos pecados capitales, una persona que tuviese contacto con alguno de esos objetos estaría haciendo un contrato con el demonio del objeto, dándole acceso al cuerpo y al consumo del alma. La persona por lo general no lo soportaba y terminaba muriendo, tras eso el demonio regresaba al objeto en la espera de otro contratista. Era como encontrar un genio en una lámpara, sino te acoplabas a tus deseos tus propios deseos te mataban. Simple. -Bueno, no será sorpresa para ti saber que esos objetos existen. La botella y la rosa que traes ahí son dos de esos objetos. Sácalos, por favor. Así lo hice. En silencio saqué los dos objetos y los dejé sobre la mesa. La rosa brilló ante la presencia de Hyuna y los demás, el líquido del frasco también hizo lo mismo. Hyuna susurró algo a YeJi y a HyunJin y los mellizos hacia un rincón de la habitación donde arrastraron un armario que tenía ruedas en la parte de abajo. Los mellizos abrieron las puertas de par en par y cinco objetos brillaron dentro: Una copa de vino, un espejo de mano, una espada, una llave dorada y un reloj de bolsillo. Los mellizos sacaron los objetos del armario y los dejaron sobre la mesa. Eran brillantes y estéticamente bellos. -Algo que no cuenta la historia que tu madre les contó a ti y a tu hermano es que los objetos eligen a sus contratistas. En la historia se entiende que los objetos son simples máquinas de matar por simple morbo, pero en realidad, lo que sucede en la historia es que la persona encuentra al objeto y hace un contrato unilateral. El demonio lo único que hará será salir de ese cuerpo, destruyéndolo en el proceso. Cuando descubrí el poder de estos objetos en mi época acabaron por quemarme con ellos, pero desperté aquí con ellos. Algunas veces, el demonio hace un trato con el contratista, dándole a este último un sitio en el infierno; como fue en el caso de Sana, por eso está aquí, no es una persona, pero ya es un alma que trabaja para nosotros, lo único malo es que no puede ir al mundo terrenal. - ¿Y esto qué tiene que ver conmigo? -Pregunté-. Me dijiste que la rosa era para mi gemelo, eso es lo que no entiendo. -Tú eres una conexión, Luxus. -Respondió Sana-. Verás, cuando nos vimos esa noche en que tu hermano me mató, la razón por la que estaba muy asustada era porque me estaba persiguiendo alguien que no es de nuestro grupo. Ya estaba contratada por el demonio de la pereza y le di la autorización de usar mi cuerpo. Iba a dirigirme hacia acá hasta que tu hermano me encontró y terminó arruinando mis planes, al final el demonio se compadeció de mí y desperté aquí. Mi familia encontró los siete objetos, no se sabe cómo llegaron allí, pero terminaron muriendo porque sus cuerpos no eran los que los objetos buscaban. Yo sólo fui un camino, porque los contratistas que ellos buscan están aquí en Londres. -Naciste con un don, Luxus. -Habló YuGyeom-. El don de leer almas es un poder bastante escaso en el mundo, las personas que lo tienen se pueden contar con los dedos de una sola mano. Ese don es una conexión con demonios, por eso los objetos terminaron por fijarse en ti y en tu familia. El objeto sabe lo que busca y dónde está, tienen vida propia, por así decirlo. -Entiendo por mi parte, pero mi familia no tiene nada que ver con esto. Félix sacó de su saco una daga de plata y se la entregó a Hyuna. -Dame tu brazo, Luxus. Estiré mi brazo y Hyuna tomó mi muñeca, haciendo un corte profundo en la palma de mi mano. La sangre no tardó en llegar y Hyuna dirigió las gotas de sangre en cada uno de los objetos, manchándolos con mi propia sangre. HyunJin envolvió rápidamente mi mano con un pañuelo. -Observa. -Indicó Hyuna. Observé los objetos con detenimiento y me desconcerté al ver que se formaban letras sobre ellos, letras que formaban nombres, nombres de gente que conocía. En uno de los pétalos de la rosa se escribió en rojo carmesí Kim TaeHyung, en el borde de la copa se escribió Kim SeokJin, en el espejo se marcó con sangre el nombre de Park Jimin, en la etiqueta del frasco de veneno se marcó Jung Hoseok, en la hoja de la espada se escribió Min YoonGi, en el reloj de bolsillo se marcó Kim NamJoon y en la llave ponía Lalisa Manoban. Me paralicé y me levanté del golpe del sillón, sintiéndome de golpe aterrado. -La rosa es la lujuria, la copa es la gula, el espejo es la soberbia, el veneno es la pereza, la espada es la envidia, el reloj es la avaricia y la llave es la ira. -Dijo Hyuna-. Los objetos ya eligieron a sus contratistas. - ¿Por qué sus nombres están ahí? -Espeté, me sentía aterrado-. ¡Ellos no han hecho nada malo! -Conoces a tus hermanos más que a nadie en el mundo, Luxus. -Dijo Sana-. TaeHyung siente un insaciable deseo sexual hacia Jungkook, SeokJin muy en el fondo tiene un hambre de años que desea llenar, Jimin en algún punto a deseado dejar de ser tan humilde y bueno con los de abajo de la pirámide porque sabe que lo usan, Hoseok tiene el deseo de "dormir" a su propia familia por las mentiras que esta les guarda, YoonGi quiere estar en la posición de Jimin, NamJoon cree que el dinero es la única forma de dejar de sufrir y Lalisa tiene una ira contenida debido a la separación de su familia biológica. Los objetos eligen a sus contratistas cuando se sienten necesitados. -Estos siete objetos son el destino de tus familiares. -Aseveró JiEun-. Si evitas que ellos se crucen con ellos vas a matarlos a ellos mismos. Ya tu gemelo mató a alguien, sólo nosotros sabemos lo que pasará después. -Tú eres el único que puedes entregarles los objetos. -Tomó la palabra nuevamente Hyuna-. Por eso estás aquí. El trato es el siguiente: reparte los siete contenedores de pecado a sus respectivos contratistas, nosotros te damos nuestra palabra de que ninguno de ellos morirá en el proceso de conversión. Por cada contenedor y alma consumada que haya, una parte de mi poder será tuya. Cuando estén los siete contenedores y las siete almas, vas a tener los siete dones que son mis poderes. Tendrás mi puesto y serás el dueño y señor de los infiernos. En cuanto a tus familiares contratistas, ellos vendrán aquí a cumplir con su rol ya con sus nuevos cuerpos y almas. Todo esto, Kim Luxus, será tu utopía perfecta. Algo muchísimo mejor que ver a la asesina de tu madre mofarse de los muertos y hacerse más rica. Tú, Luxus, serás el amo. Me tranquilicé y regresé al sillón. Volví a tomar asiento y observé cada uno de los objetos, aún con los nombres marcados en cada uno de ellos. Recordé el orden de la historia, primero era la lujuria, luego la gula, luego la soberbia, luego la pereza, luego la envidia, luego la avaricia y por último la ira. Resoplé pensando en que TaeHyung sería el primero y me lo pensé otras veces. El amo, el amo, el amo. Padre había muerto como esclavo, en la sombra de la falda de mi madre, bajo la asquerosa sombra de mi madre. Estiré ambos brazos, dejando caer el pañuelo. El amo. Tomé la caja de vidrio que resguardaba la rosa. Kim TaeHyung volví a leer en el pétalo. El amo. Miré a Hyuna y los demás. El amo, el amo, el amo. Me imaginé a mi madre bajo mi sombra, muriendo bajo mi sombra, sangrando hasta manchar la alfombra. El amo, el amo, el amo. La utopía ideal, para mí y mi familia. Asentí con lentitud. Los vi sonreír. -Acepto el trato. Ahora yo sería el amo.
Capítulo VIII: Kim TaeHyung 1/2
25 de diciembre, 1875 8: 00 AM Cuando el sol choca con mi rostro me veo obligado a despertar. Las frazadas están tiradas en el suelo y me maldigo internamente por no haber cerrado las cortinas. El sol es fuerte pese a la temporada de invierno, tal vez el día iba a ser fresco con una noche helada. Una dualidad típica de la navidad. Me levanto de la cama y veo la ventana de Jungkook nuevamente cerrada. Era navidad, una fecha carente de significado desde hace unos dos años. Padre adoraba la navidad, era su fecha favorita del año y cuando llegaba solía celebrarlo en grande con los cuatro -Si incluimos a mi madre-, en especial por Luxus. Mientras lavaba mis dientes, recordé que Luxus era quien se llevaba la mayoría de los regalos que de forma intrigante se posaban bajo el árbol de navidad, siendo su violín su mayor tesoro, pues no sólo fue el último regalo de navidad que recibió sino porque su talento musical era un arte que todo Londres debía escuchar. Lastimosamente, no lo volvimos a escuchar. Mi padrastro no era un fanático de la navidad, si bien veía a esta fecha como algo comercial donde podía cerrar negocios con mayor facilidad o hacérselas de buen padre dándonos regalos. No mentiré, sus regalos eran bastante buenos, pero se tornó incómodo recibirlos desde la navidad pasada en la que Luxus tiró a la chimenea encendida su propio regalo, que era una partitura que nuestro padrastro le había pedido tocar para él. -Estoy retirado. -Fue lo único que dijo después de quemar aquellas partituras. Desde aquel entonces, Luxus no recibe ningún regalo de navidad, o al menos no vi su nombre en algunos de los regalos que estaban bajo el árbol que decoraba el salón. Antes lo decorábamos en familia cuando Padre vivía, ahora sólo lo ponían los sirvientes. Me era inevitable pensar en cómo habían cambiado las cosas desde la muerte de ese hombre y en lo monótona que era la vida sin él. Resoplé y salí del baño, aún en pijama salí de la habitación para dirigirme a la de Luxus, cuando iba a abrir la puerta una sirvienta me detuvo tomándome del hombro. -El joven Luxus está dormido, Joven TaeHyung. -Me dijo. Fruncí el entrecejo. Luxus solía despertarse temprano, siendo casi de los segundos o terceros en despertar. Que durmiera hasta tan tarde era algo que no pasaba a menudo. - ¿Está enfermo? -Pregunté, la mujer negó. -Simplemente está cansado, despertará en unos minutos, no se preocupe. En eso la puerta de la habitación se abre y Luxus se para en el umbral ya vestido y con el cepillo de dientes en sus manos. Mira a la sirvienta y asiente, dándole a entender que él se encargará. La mujer nos reverencia y se marcha al piso de abajo, posiblemente a la cocina. Luxus me deja entrar y se dirige al baño para cepillarse. -Parece que quieres estar mucho tiempo conmigo, ¿no? -Me dice y tras aplicar crema dental en su cepillo comienza a lavar sus dientes. -No sueles estar dormido a estas horas. Luxus escupe y me mira desde el lavabo. -Llevo despierto exactamente media hora, TaeHyung. Mi hora habitual. Es cierto Luxus solía despertarse a las 7:30 de la mañana, usando treinta minutos para arreglarse. No dije nada esperando a Luxus, viendo un poco la fachada de su habitación. La capa con capucha que solía usar en sus viajes con Padre estaba en el suelo, llamándome la atención. - ¿Anoche saliste? -Le pregunté. Luxus se secó la boca y con una toalla limpió el exceso de agua de su cepillo. Salió del baño y tomó la capa del suelo para colgarla en su armario. -Sí. -Respondió. - ¿A dónde? -Por ahí. -Luxus. Cerró el armario con brusquedad y me miró sonriente. -Tranquilo, inspector, no fui a la policía ni nada. Sólo salí a tomar un poco de aire. -No estaba pensando en eso, Luxus. -Pierdes tu tiempo mintiéndome, TaeHyung. -Me dijo en un tono serio-. Mira, que tampoco te culpo, matar a alguien no debe ser algo fácil de ingerir. Te escuché hablando con Jungkook y no me imagino lo incómodo que debió ser eso, ahora bien, sé que la cena de hoy estará incómoda. Pero si sigues con esa actitud paranoica no seré el único que lo sepa, Tae. Bajo la vista al quedarme sin argumentos y me alejo de mi gemelo, que me mira sonriente apoyado en su armario. Detestaba que tuviera razón, que supiera lo que me sucedía con sólo mirarme. Podría jurar que él veía la sangre de mis manos como si nunca la hubiera limpiado. No, no había manchado mis manos. Usé guantes, guantes que terminaron en el fuego, no manché mis manos, pero sí los guantes y la chaqueta. La daga estaba aún con la sangre en la hoja, escondida entre los lápices y pinceles. Una obra descansaba dentro de una de mis libretas, hecha con sangre, sangre derramada por mí. -T-Tae... Hyung... Luxus. Lo veo, está viendo su reflejo en el espejo. Acomoda su ropa. Sus manos no están manchadas, tampoco usa guantes. Su forma de vestir denota elegancia, clase. Luxus es el hombre perfecto, hubiera cautivado a Irene, incluso a Sana, tal vez a Jungkook. Jungkook... Se fijó en mí cuando estaba con Luxus, en mí, ¿Cierto? Luxus era atractivo, éramos gemelos, pero; él tenía algo que yo no. Voltea a verme y alborota mi cabello color negro. Su rostro es precioso, sus labios delgados, sus ojos muertos, su sonrisa tétrica, su nariz, sus cejas, el lunar que tenía sobre su labio superior. Sus ojos, ojos muertos, ojos que lo podían ver todo. Era perfecto. Luxus, Luxus podía cautivar a Jungkook, ¿O ya lo ha hecho? a mi gemelo le gustan las mujeres. Lo sé, se ha acostado con varias, ¿O hay algo que no sepa? ¿Por qué Luxus sabe todo de mí, pero yo nada de él? Luxus era especial, parecía tener el derecho de saber y tener todo. Sabía lo de Padre, yo no le creía. No era capaz de imaginarme a mi Padre muriendo a manos de mi Madre. Luxus insiste en ello, Vante y Luxus eran perfectos. Queridos por todos, odiados por otros. Vante, la mirada de Vante. No, era Luxus. Luxus. Él era perfecto. Demasiado perfecto. Jungkook posiblemente lo notó. Por ese instante vi a mi gemelo como una amenaza, él pareció notar aquello. No dijo nada. Una rosa color púrpura adorna su chaleco, luego se pone el saco y el sombrero de copa, pasa por mi lado y se acerca a la puerta, voltea a verme. Sigue sonriendo. -Los Park y los Jung llegan después del desayuno, vístete y baja. Resoplo y salgo de esa habitación al sentirme hostigado, al entrar a la mía veo sobre mi cama el conjunto de ropa y dentro del bolsillo del saco sobresale una carta. Al observar el sello vi la forma de una rosa, similar a la que traía Luxus en su ropa. Con un bisturí corté el sello y abrí la carta, viendo la letra en tinta color negro, escrita con una pluma peculiar. Comienzo a leer. Estimado Kim TaeHyung: Gracias por conversar conmigo anoche, la verdad me sentía estresado y deprimido por la situación y gracias a usted me siento mucho mejor. Si me permite mencionarlo, las cosas que me hicieron sentir mejor fueron sus palabras y su sonrisa, ¿Alguna vez le han dicho que su sonrisa es hermosa? Nunca había visto tal belleza en la sonrisa de alguien, la tengo tan clavada en mi mente que ya he hecho el boceto para posteriormente pintarlo en lienzo. Pintarlo es un acto simplemente sublime, pues siento que estoy retratando a la belleza misma. Es usted hermoso, Kim TaeHyung. No he dormido bien por la ansiedad de verlo en la cena de navidad de esta noche, apenas se fuiste a dormir me quedé pensando en varias cosas: En Sana y en usted. Pensar en mi amiga de la infancia que ahora está muerta se me hizo extraño y efímero, al sentirme llorar de nuevo pensé en usted. En su sonrisa y, por muy vergonzoso que suene, en sus besos. ¿Es muy apresurado que estemos llegando a eso, TaeHyung? La verdad mi primer beso me lo dio usted, en el cuarto del joven Park. Con sólo pensarlo me estremezco, nunca me escuchará decir esto con mi propia boca, pero lo que sucedió en su cuarto en la primera de tu familia con la mía no fue un beso delicado y por alguna razón, quiero repetirlo pese a que lo que sucedió después de eso conmigo fue extraño. Estoy escribiendo esto tratando de conciliar el sueño, hace dos horas cerré la ventana y no puedo dormir. La luz de las velas no se ha consumido por completo por lo que no me quedó de otra que escribirle después de pensar. Soy bueno con las palabras, ¿Sabes? pero no estando frente a usted o frente a su familia, su familia me hace sentir pequeño más que todo su hermano gemelo; el joven Kim Luxus, quien no le negaré me parece una persona intrigante. Sólo por este medio le contaré lo que sucedió conmigo y espero que apenas me vea y estemos solos me haga volver sentirlo de nuevo, pero de la manera correcta, no sé si me explico. El Joven Kim SeokJin nos vio en pleno acto y cuando él se fue, vi al joven Kim Luxus en el umbral; sólo que él sí se quedó hasta que la campana sonó. Usted no se percató, pero yo sí, usted siguió besándome y acariciándome de forma extraña: Aún siento sus manos en el pecho, en mi cintura, en mis caderas, en mi espalda baja... sus manos querían bajar más, ¿Cierto, TaeHyung? No me malinterprete como un idiota, tengo 20 años y tengo derecho a tener dudas. Usted besa como un experto, su lengua exploró mi boca con una habilidad tal que parecía sacada de la experiencia. Me pregunto quién habrá sido su primer beso, ¿Era un hombre como yo o como usted? ¿O fue una mujer? Ojalá me lo contara esta noche. Sus besos causaron algo raro en mí, en mi parte baja, en ese sitio. Sí, es lo que se imagina. Fue doloroso tener aquello entre las piernas cuando debimos irnos, usted me susurró en la puerta "Aún no se ha terminado", no lo entendí, ¿A qué se refería? Al llegar a casa me encerré en mi cuarto bajo llave, al tocar aquello solté ruidos extraños, pero descubrí que al bajar y subir una pequeña porción de piel que rodeaba mi parte causaba una sensación indescriptible, al pensar en sus besos y en usted me hicieron llegar a un punto donde solté un líquido blanco. No supe que era, no lo puedo comparar con ningún pigmento artístico. Pero me sentí mejor, de hecho, ha regresado esa sensación horrible mientras escribo esto. ¿Sonará raro decirle que lo que causó aquello entre mis piernas fue saber que el joven Kim Luxus nos observaba? Sé que suena loco, no creo que haya personas que les guste la idea de ser observadas en tal situación; pero su hermano tiene... algo, algo en la mirada. Quiero que usted me explique aquello, ¿Por qué cuando pienso en eso ocurre justo lo que está pasando conmigo mientras escribo? ¿Por qué me gusta la idea de que su hermano nos observe en tal situación? Espero me aclare todas esas dudas esta noche. Ansío verlo. Encontrará esta carta en su saco, el cual fue confeccionado por mis hermanas y mi madre. Guarde esta carta con discreción. Atentamente, Jeon Jungkook. Dejo la carta sobre el escritorio sin saber en qué pensar, levanto la vista para ver hacia la ventana de enfrente que, para mi mala suerte, estaba cerrada. Suelto un gruñido y llevo las manos a mi rostro, sintiendo una presión entre mis piernas. Jungkook me había escrito una carta relatando de una forma bastante inocente las sensaciones de haber tenido esa sesión de besos subidos de tono conmigo. Pero eso no había sido lo más impactante. Luxus nos había visto desde el umbral de la puerta tal y como relataba Jungkook, quien justificaba que aquello le llegó a gustar -palabra que sustituía bastante bien la palabra "excitar"- . Por alguna razón me enojé y guardando la carta entre las hojas de una de mis libretas me metí a bañar. No me toqué ni nada por el estilo, dejé que la ducha fría bajara aquella excitación causada por la carta. Al salir me vestí con rapidez con el conjunto sobre la cama, sequé mi cabello con una toalla y salí de la habitación casi hecho una furia. Luxus nos había visto. El desayuno estaba servido y comencé a comer en silencio, igual nadie hablaba en la mesa. Desde la pelea de Luxus con Padre el ambiente seguía algo tenso, por lo que todos comíamos en un silencio sepulcral que extrañamente, mi madre rompió. -TaeHyung, Irene vendrá a la hora del almuerzo, por favor sé bueno con ella. Asentí y seguí comiendo. La cena de navidad iba a ser oficialmente la noche más incómoda de todas, no sólo por lo que Jungkook había escrito en la carta, sino por lo de Irene y Luxus. Probablemente, Irene querría pasar la mayor cantidad de tiempo conmigo, sin apartarse un segundo, Jungkook no tendría con quien hablar y estaría solo. Luxus sólo se mofaría de la situación. Luxus y Jungkook. Dejé de comer y alcé la vista hacia mi gemelo, quien tarareaba por lo bajo una melodía al azar mientras servía su té. A Luxus le gustaban las mujeres, en los días donde la muerte de Padre era aún fresca solía irse con una mujer distinta o traer a una distinta. Estaba claro que se acostaba con ellas, pues Luxus llegaba con una marca en el cuello y desarrollando una gran habilidad de desatar corsés en tiempo récord. Luxus no estaba interesado en hombres en lo absoluto, aunque, ¿Por qué nos estaba viendo desde el umbral? Tal vez sólo quería burlarse, pero viniendo de mi hermano... -Madre. -Hablé, no sólo llamé su atención sino de todos los presentes en la mesa-. Si SeokJin se casará dentro de dos semanas y yo estaré próximo a hacerlo, ¿Cuándo llegará el momento de Luxus? Luxus paralizó su trabajo de disolver bien la bolsa de té en su agua hirviendo y alzó la vista hacia mí con una expresión seria. Mi madre se quedó pensativa unos segundos antes de contestar. -Tu hermano no va a tener prometida hasta que SeokJin y tú se casen, aún falta un poco para eso. - ¿Por qué lo preguntas? -Inquirió mi gemelo-. Sabes que el proceso de buscar prometidas es algo largo, hermanito, nuestra respetada Madre necesita expandir sus amistades antes de ofrecer a su hijo como ofrenda para una mujer con buen estatus. -Luxus. -Regañó ella, mi gemelo se encogió de hombros. -Suena mejor que decir "Comprometerlo con la mujer que ama". -Sólo lo digo porque considero que es más justo que Luxus y yo nos casemos a la vez, somos gemelos. -Suenas como si quisieras proteger algo, TaeHyung. -Comentó Luxus, retomando su acción de disolver la bolsita del té-. ¿O alguien, tal vez? -Luxus. -Pronuncié al ver que todos miraban atentamente la situación. -No estoy interesado en tus cosas, TaeHyung, así que puedes mantenerte tranquilo. - ¿De qué están hablando? -Intervino Lisa-. ¿TaeHyung? -No es nada. -Dije, Luxus rio y dio un sorbo a su té. -Sí, por supuesto que no es nada. -Dijo Luxus en tono sarcástico. - ¿Qué pasó con las chicas con las que salías? -Le pregunté, mi gemelo dio otro sorbo a su té, por el olor deduje que era de menta. - ¿Mujeres? -Musitó y se hizo el pensativo-. No lo sé, ¿Casadas quizá? No es importante. - ¿Cómo que mujeres? -Preguntó mi padrastro, mirando a Luxus acusatorio. Luxus rodó los ojos y sin mirarlo le contestó: -Come y calla, no te interesa. - ¡Luxus! - ¡Ya basta! -Gritó mi madre golpeando la mesa-. Luxus ya fue suficiente de tu altanería, así que callado. TaeHyung, tú también cállate o los castigo a los dos, ¿Entendido? No nos quedó mucho que murmurar una disculpa para ella y seguir con el desayuno. Luxus fue el primero en levantarse de la mesa e irse a la biblioteca de la mansión. Comí lo más rápido que pude y apenas terminé me levanté para ir a buscarlo. Lo vi buscando unos libros en una de las estanterías, cerré la puerta con pestillo detrás de mí y lo tomé de los hombros para girarlo y posteriormente agarrarlo del cuello de su camisa. Los libros se cayeron de sus manos y lo pegué contra uno de los libreros, por su expresión intuí que estaba frustrado. -Definitivamente no vas a rendirte, ¿Cierto? -Dime algo. -Le dije, tratando de mantenerle la mirada. Luxus era unos centímetros más alto que yo, pero sus botas tenían una plataforma más gruesa y alta, que aumentaba su altura un poco más. Mis zapatos tenían casi la misma característica, pero mi gemelo seguía superándome un poco en altura. Seguí hablando. -Ese día en la cena con los Jeon, estuve con Jungkook en mi habitación. Nos estuviste espiando, ¿No es así? -No fui el único. -Replicó, afirmando las palabras de Jungkook en la carta-. SeokJin te vio también, que no le interese es otro caso. -Él no se quedó viendo, pero tú sí, Luxus. ¿Por qué? Mi gemelo soltó una risa seca, casi amarga y cargada de ironía. Apreté más el agarre y lo puse más en contra del librero para que se explicara. Él me miró a los ojos. -Ya, me estás viendo como una amenaza. -Me dijo, luego suspiró-. Escucha, TaeHyung, creo que debo ser honesto contigo. En cuanto a mis preferencias entre mujeres u hombres no tengo. Es más, considero que es una tontería hacer énfasis en alguna. Que a ti te gusten los hombres es tu problema, no te hago preguntas al respecto ni te las haré porque no veo la necesidad de hacer un interrogatorio a una persona que tiene a su pareja independientemente del género que sea. Es incómodo de responder. Tú lo que quieres sacar de todo este rollo es que yo te diga que prefiero a las mujeres para que estés tranquilo, pero te seré honesto, prefiero que dejes de hablarme o que me veas como una amenaza a mentirme a mí mismo. Y es que me da igual todo ese rollo, TaeHyung. Tú y SeokJin tienen claro lo que prefieren, pero yo nunca me lo he cuestionado por el simple hecho de que me da igual. He estado con chicas porque me han gustado en su momento, pero si algún día un chico se me cruza y me gusta, no veo el problema de tener algo con él, ¿Sabes? Me da igual. Pero si quieres una respuesta concisa, sólo te diré que me inclino a ambas partes sin punto de preferencia. Sin mucho que decir solté a Luxus, de golpe no sabía cómo sentirme. Resoplé y ayudé a mi hermano a recoger sus libros del suelo. -Recibí una carta de Jungkook. -Le dije después de unos minutos de silencio-. No te veo como una amenaza, Luxus, pero es raro que el chico que te gusta te exprese que le gustó ser observado por tu hermano gemelo. Luxus arqueó las cejas y tomó los libros entre sus manos, relamió sus labios y me miró. -Enójate conmigo si quieres, pero Jungkook me parece un chico atractivo y no negaré que verlo en tal situación fue... Excitante. -Luego, añadió-: Probablemente Jungkook quiera hablar de eso y sólo diré una cosa, TaeHyung. Enójate si quieres y planea mi muerte si así lo prefieres, pero no tengo problema en prestarme para satisfacer ese gusto tan peculiar del pintor. Eso sí, yo observo, pero también toco. Y sin decir más, Luxus se fue de la habitación. Un sabor amargo me quedó en la garganta y respiré profundo. El timbre de la mansión sonó y luego escuché voces: Los Park y los Jung habían llegado.
Capítulo VIII: Kim Luxury 2/2
Usualmente cuando las familias amigas de nosotros, los Kim, llegaban las cabecillas de la familia se quedaban conversando en el salón y sus descendencias se iban al jardín a conversar de diversas cosas. Los Jung y los Park eran gente agradable y con sus hijos las risas no faltaban. TaeHyung estaba sentado junto a Hoseok, actuando como si lo ocurrido en la biblioteca no hubiese pasado. Y es que su acto de celos en mi contra no tenía ni cuerpo ni cabeza, él mismo sabía que no le convenía discutir conmigo sin saber. Para ser él estaba bastante callado, riendo cuando había risas, hablando con monosílabos. Estaba analizando mi propuesta, de ver y tocar cuando estuviera con su pintor. Sonreí. Las cosas iban pintaban ponerse realmente interesantes en la noche. -Luxus es un campeón entre todos nosotros. -Dice Hoseok-. Ha estado con más mujeres que todos nosotros juntos. -No es nada. -Repliqué-. No he estado con nadie desde hace tres o cuatro meses. - ¡Ah, no te hagas el digno! -Exclama Jimin golpeando mi hombro-. Todos aquí sabemos que eres un sinvergüenza, Luxus. Si fuera por ti, flecharías a cualquier chica con sólo decirle que se ve hermosa. -Bueno, ya sé que decirle a la prometida de TaeHyung. -Dije mirando a mi gemelo que arqueó las cejas sorprendido-. Irene está como quiere, yo le daría el empujoncito. -Te la regalo. -Me respondió y las carcajadas no faltaron. -Nayeon también está como quiere. -Comenté mirando a SeokJin, quien resopló limpiando sus lentes. -Si me entero que ella me es infiel, sabré que fuiste tú. -Dijo y todos volvieron a reír, menos NamJoon, quien no le hizo ni pizca de gracia la broma. El ambiente era agradable, cargado de risas y bromas, hasta que Lisa y Jennie entraron al jardín. ChanYeol las recibió con un silbido, dirigido hacia mi hermana adoptiva y hermanastra. -Hablando de bellezas, han llegado las Kim. -Dijo el mayor de los Park-. Lisa, Jennie, se ven hermosas hoy. -No eres Luxus. -Dijo Lisa, sentándose al lado de Jimin, Jennie se sentó con su hermano mayor-. Te hace falta la magia de un Kim y estás casado, ChanYeol. -Estar casado no me quita los ojos. -Replicó ChanYeol-. Además, es una ganga que las mujeres más bellas de la familia Kim sigan solteras. -Saca a mi hermana de tu lista de ilusiones. -Regañó NamJoon-. Mi hermana es hermosa y tú estás medio tonto, no quiero esa combinación de genes en mi familia. Jennie por poco casi escupe el vino de su copa y su risa contagió a todos los presentes. ChanYeol no mentía, Kim Jennie era una chica hermosa. Era la niña de los seis, pero con sus dieciocho años recién cumplidos tenía mucho para ofrecer. Sus curvas no necesitaban corsé al ser tan perfectas, su piel era suave con un tono bellísimo, sus ojos eran achinados y brillantes; con pestañas largas. Su nariz era algo respingada pero aun así bella, sus labios eran finos y rosados. Bastante suaves, según me había dicho TaeHyung al dar su primer beso. Los segundos tenían facciones bastante destacables y bellas, la de NamJoon era su piel y sus hoyuelos; la de Jin sus ojos, labios y piel; y las de Jennie eran toda su persona. Era entendible que ChanYeol notara tanto su belleza, pues no era una percepción sino más bien un hecho. -Si no puedo con tu hermana, tal vez pueda con tu hermano. Jin tampoco está mal. -Replicó ChanYeol, mi hermanastro le miró como un bicho raro y siguió comiendo el postre que nos habían servido los sirvientes apenas llegamos. Por lo general, en el jardín los sirvientes nos servían postre y té, pero después de consumirlos Jimin se iba unos momentos y regresaba con cuatro botellas: dos de vino y dos de whisky. Las copas las solíamos guardar en un pequeño armario donde estaba el minibar de la mansión, que estaba a una puerta del jardín. Se suponía que no debíamos beber antes de la cena, pero era mucho más divertido conversar y pasar el rato con unas copas encima. En mi interior sabía que estaba bebiendo mucho, pues ya llevaba tres copas de vino y justo estaba sirviendo una de whisky, pero TaeHyung estaba en la misma situación. Tal vez, los dos queríamos estar lo suficientemente ebrios para el momento en el que los Jeon llegaran, específicamente el pintor. -No eres mi tipo, gracias. - ¿Tu esposa no se satisface acaso, ChanYeol? -Pregunta Lisa, estirando su copa de vino para que Jimin le sirviera. ChanYeol da un sorbo a su copa con whisky, negando con la cabeza. -Llevo exactamente un año sin hacer algo interesante con ella, extraño la luna de miel. -Yo llevo dieciocho años. -Replicó Jennie-. No entiendo por qué ven a ese tipo de cosas como una necesidad. -Porque lo son. -Responde YoonGi-. No vas a decirme, Jennie, que no has fantaseado con alguien al menos una vez. Jennie mira de reojo a TaeHyung y después a Lisa, luego asiente. Kim Jennie en esta familia era a la única que podía catalogar como alguien con una dualidad perfecta. TaeHyung dejaba muy en claro sus intenciones ya sean sexuales o no, yo era más bien directo y no era un secreto que mi vida sexual fuese tan activa; Lisa se mantenía más reservada a aquello, no era alguien precisamente interesada, SeokJin pese a su actitud reservada y prudente era lo que uno llamaría una persona adicta al sexo y como mínimo tenía sus noches con NamJoon dos veces a la semana; NamJoon vivía para complacer a su hermano y su historial sexual tenía bastantes páginas. Jennie, por el contrario, a todos nosotros, sabía ocultarlo bien. Ella era muy creyente de la pureza de mantenerse virgen hasta el matrimonio y era honesta con ella misma en mantenerse así, pero todo pareció cambiar cuando conoció a TaeHyung, su hermanastro y mi hermano gemelo. TaeHyung no se había inclinado por los hombres sólo porque sí, de hecho, que le gustara Jungkook era algo bastante actual. Su primer beso y su primer acercamiento al sexo lo había tenido con Kim Jennie una noche en la que estaba en el mismo estado actual: Tocando la ebriedad. Esto, no lo supe leyendo sus rostros, sino que el mismo TaeHyung me lo había contado horas después de lo ocurrido. -La besé. -Me había dicho, el miedo lo había regresado a la sobriedad-. Besé a Jennie, Luxus, yo... La besé y también... Según lo que había agregado llegó a meterle los dedos, pero no pasó a nada más. Sólo habían sido besos, toqueteos y una preparación previa a una penetración. TaeHyung me dijo que pudo haber continuado de no ser porque Jennie lo había detenido, explotando esa burbuja de lujuria que los había envuelto. Al final decidieron jamás hablar del tema, pero se notaba que aún existía una tensión entre ellos. Por el lado de Lisa, ella y Jennie siempre habían pasado tiempo juntas, tanto así que a la menor de los segundos le molestaba que Lisa pasara tiempo con alguien que no fuera ella. Su relación era algo difícil de interpretar, por mis sospechas tal vez ellas tuvieron su toqueteo en su tiempo, pero en la actualidad lo desconocía por completo. Jennie era bastante buena escondiendo sus cosas, y pese a que sabía de varias, hacer que encajaran era complejo. Eran secretos, como todo en esa familia. -Juguemos algo. -Propone Hoseok-. Diré algunas actividades que se pueden catalogar como confesiones y si alguno ha hecho alguna de ellas debe beber de su copa. -No podemos llegar ebrios a la cena. -Repone Jimin. -Son las doce del día, Jiminnie. -Persuade YoonGi-. Nos traerán el almuerzo aquí y nuestros padres están demasiado inmersos en conversar en quién tiene mejores relaciones. -Ya para la noche se nos pasará. -Añade ChanYeol. Jimin al final se rinde y asiente. -Bien, voy por más botellas. -¡Que no te descubran! -Grita Lisa y Jimin desaparece por la puerta. Apenas Jimin se va el timbre suena. TaeHyung y yo sabemos de quienes se trata y compartimos una mirada cómplice. Dejamos de escuchar el parloteo de los demás en el jardín y logramos escuchar la voz emocionada nuestra madre al recibir a los Jeon, luego de ello escuchamos la indicación de nuestra ubicación y escuchamos pasos. Soyeon, ChaeYoung y Jungkook entran al jardín, sonriendo mientras responden a los saludos de los presentes, así como sus presentaciones. Jimin llega con las botellas poco después y las esconde bajo la mesa apenas los sirvientes llegan con el té y postre de los recién llegados. TaeHyung y yo miramos a Jungkook, él nos ve a los dos. La tensión era tangible, estaba claro que Jungkook sabía que el contenido de la carta se me había comentado. -Así que -Habla Hoseok-, ChaeYoung, tú... -Puede llamarme Rosé, joven Jung. -Le corrige con una sonrisa-. No me gustan mucho las formalidades. -En tal caso puedes tutearme. -Dice Hoseok, sonriendo con picardía. Lisa se estira para darle un pequeño golpe en la cabeza con su abanico-. ¡Hey! ¿Ya qué hice? -No se les coquetea a los invitados. -Luego mira a Rosé-. No le hagas caso, va a casarse pronto. Soyeon y Rosé ríen. Toqué la pequeña campana para llamar a los sirvientes para que nos trajeran el almuerzo y estos no tardan en llegar. La comida se sirve acompañada de una copa de vino para reforzar más la ebriedad que ya estábamos tocando. Comenzamos a comer conversando entre nosotros, preguntando cosas a los hermanos Jeon. ChanYeol comenta del talento de Jungkook y Hoseok no tarda en pedirle un cuadro para colgar en el salón de su mansión. Jungkook accede al escuchar el pago y comienza a ajustar su cita con él. TaeHyung y yo nos mantenemos en silencio, viendo de reojo a Jungkook que también nos mira de vez en cuando. En algún punto siento que la conversación que debería ser de él y TaeHyung va a terminar incluyéndome y no sabía cómo sentirme al respecto. Soyeon se veía como la más madura de los tres y por un momento me recordó a Hyuna. Ambas tenían una belleza que me atraía bastante, eran muy de mi tipo. Tenían el cabello a la misma altura y del mismo color, su piel pálida daba ganar de dejar marcas rojizas que aun así se verían hermosas. Aunque Soyeon fuese preciosa por alguna razón no tenía punto de comparación que no fuese físico con Hyuna. Hyuna era una bruja de los juicios de Salem y tenía un control total del infierno, cosa que me resultaba intrigante de su persona, daban ganas de conocerla más. Sin embargo, los Jeon tenían algo. Soyeon y Jungkook eran el ying y el yang de mis preferencias. Sabía que a TaeHyung no le gustaría, pero el pintor me parecía hermoso, tanto que si se me era permitido no dudaría en dejarlo bajo mi cuerpo y darle la noche que se merecía. Apenas terminé de almorzar dejé de pensar en ello, los sirvientes recogieron los platos minutos después, esperamos media hora para reposar de la comida conversando sobre los diseños y confección de los Jeon hasta que Jimin sirvió las copas con whisky. Los Jeon habían accedido a jugar. -Repito las reglas. -Habla Hoseok-. Por cada cosa que hayan hecho deben tomar de sus copas, también deben ser honestos, ¿Entendido? -Todos asentimos-. Bien, primero: Besar a un desconocido durante una reunión, ya sea a un invitado o algo así. Sin ningún tipo de vergüenza me bebí mi copa de un tirón, al dar yo la iniciativa Jimin bebió después, TaeHyung y Jungkook bebieron con lentitud. Soyeon y Rosé vieron a su hermano sorprendidas y él sólo se limitó a encogerse de hombros. Hoseok sonrió malévolo y sirvió nuestras copas vacías. -Quiero saber más de esa historia, Luxus. -Murmuró ChanYeol con burla, yo reí rodando los ojos. -Lo dejo a la imaginación. -Bien, yo quiero decir. -Interviene Lisa-. Besarse y otras cosas más con alguien de su mismo sexo. Y otra vez fui el primero en beber. Todos rieron ante mi iniciativa y algunos comenzaron a vacilar. Resignados, SeokJin y NamJoon beben a la vez, Jimin también bebe al igual que YoonGi y Lisa es la última en hacerlo. TaeHyung y Jungkook no bebieron ni un sorbo. Mentirosos. -Ustedes tienen vidas bastante interesantes. -Comenta Soyeon-. ¿No temen en ser descubiertos? -Sabemos que es arriesgado. -Explica Jimin-. Pero fueron cosas que más de uno aquí hizo para la anécdota, no es que lo hagamos seguido o cosas así. -Ya veo. -Asiente ella y luego juguetea con la copa entre sus manos-. Entonces sigo yo para decir. Besarse con alguien que esté en esta mesa. - ¡Eso es juego sucio! -Grita Hoseok y luego nos señala a todos-. Más les vale ser honestos. Esta vez no bebo y me quedo viendo a TaeHyung quien bebe de su copa ganándose gritos y cuestiones sobre de quién se trataba. Tal vez había bebido por Jennie, tal vez por Jungkook, quizá por ambos. Jungkook bebió de su copa sólo por TaeHyung y más gritos se escucharon. Lisa bebió, SeokJin también; pero las personas con las que se habían besado no bebieron. De NamJoon lo comprendía, daría muchas señales de su rollo con su hermano mayor pero Lisa me dejó pensando un poco. Tal vez, Lisa se había besado con Jennie, tal vez no. Aun así, me pareció curioso. El juego siguió así por un largo rato, hasta que las botellas se vaciaron y ya nos reíamos por cualquier tontería. Dejamos de jugar y de beber esperando a que se nos pasara un poco la ebriedad, tiempo que usamos para conversar de cosas y reírnos. Cuando estaba ebrio no pasaba gran cosa, solía ser más hablador eso sí, pero no se me enredaba la lengua al hablar ni caminaba de forma torpe. Incluso podía tocar bien el violín incluso con más de diez copas encima. Lo mejor de todo es que me mantenía consciente de las cosas. Con TaeHyung ocurría igual, era algo propio de nosotros al parecer. La noche pronto cayó en nuestras risas y la ebriedad pareció pasarse un poco. La campana de nuestra madre sonó llamándonos para la cena, todos se levantaron para ir, pero cuando TaeHyung y yo nos íbamos a ir fuimos tomados de la mano y tirados hacia atrás. Al girarnos, Jungkook nos tenía agarrados. - ¿Puedo hablar algo con ustedes? TaeHyung me miró algo espantado y yo asentí mirando al pintor. -Pero no aquí. -Agregó rápidamente-. En un sitio más privado. TaeHyung volvió a mirarme casi suplicante, pero yo me encogí de hombros. -Llévalo a tu cuarto, nos excusaré con los demás. -Pero... -Replicó TaeHyung, le corté. -Háblenlo primero, ¿bien? Subiré para saber su respuesta. Salí primero del jardín y llegué al comedor donde los sirvientes ya estaban sirviendo la comida. Miré a mi madre que estaba muy cómoda conversando con sus amigas, le llamé y ella me miró sonriente. -El joven Jeon Jungkook no se siente muy bien, está reposando un poco en la habitación de TaeHyung, iré a ver cómo está. - ¿Mi hijo? -Habló la señora Jeon-. ¿Qué le ha pasado? ¿Está bien? -Sí, sólo fue un pequeño mareo. -Pero estaba bien hace rato. -Aseveró Rosé confundida. -Yo lo noté algo pálido. -Intervino Jimin en mi rescate-. Supongo no se sentía bien desde hace un rato, es bueno que descanse un poco. - ¿Entonces tú, TaeHyung y Jungkook cenarán después? -Pregunta mi madre. -Sí, no se preocupen, bajaremos para abrir los regalos. Tras eso los reverencié y me dirigí a la habitación de TaeHyung, subí las escaleras fijándome de que no hubiese ningún sirviente cerca. Me tranquilicé por el hecho de que Jimin me protegiera, por lo que intuí que mi mejor amigo se encargaría de que tanto mi gemelo como Jungkook y como yo no fuésemos buscados en un buen tiempo. Al entrar a la habitación de mi hermano vi a Jungkook sentado en la cama y a TaeHyung apoyado en una de las paredes. Apenas entré voltearon a verme. Cerré la puerta detrás de mí y por seguridad le puse pestillo. El cuarto estaba iluminado por las velas de dos candelabros y el silencio me incomodó un poco. - ¿De qué querías hablar? -Pregunté mirando al pintor que bajó la mirada algo avergonzado. -Joven Luxus, sé que sonará imprudente lo que le preguntaré y me disculpo de antemano si lo llego a hacer sentir incómodo. -Suspiró y tuvo el valor de mirarme-. Usted nos vio al joven TaeHyung y a mí esa noche en la cena, ¿No es así? No vacilé y asentí, apoyándome contra la puerta. -Los vi, sí. -Ya veo... -Musitó el pintor-. ¿Puedo hacerle otra pregunta, Joven Luxus? Me quedé en silencio, dejándole hablar. Vi cómo jugueteaba con sus dedos y volvía a bajar la mirada. Sentí los ojos de TaeHyung sobre mí, pero yo seguía viendo la pequeña figura de Jungkook siendo una pequeña y adorable masa de nervios. - ¿A usted le gustan los hombres o las mujeres? Sonreí, relamiendo mis labios. -Me gustan ambos, Joven Jungkook. Puedo besar a una mujer y también a un hombre. No tengo problema con ello. Vi a Jungkook morder un poco su labio inferior y volvió a animarse a alzar la mirada. - ¿Le gustó lo que vio? -Demasiado. Siempre fui directo en esas cosas, ese caso no era la excepción. - ¿Y le gustaría verlo de nuevo? Volví a sonreír y miré a TaeHyung, quien tenía la mirada gacha mirando sus zapatos. Me acerqué a Jungkook y me senté a su lado, acariciando su espalda con lentitud. -Joven Jungkook, yo puedo ver con gusto todo lo que usted quiera que vea, pero sólo con la condición de que me deje participar. TaeHyung alzó la vista y Jungkook me miró con los ojos brillosos. - ¿Participar...? -Que me des el consentimiento a tocarte, besarte... y todo lo que quieras. TaeHyung también lo hará, ¿no? considero que es de mala educación dejarme simplemente como espectador cuando yo también puedo hacerte sentir bien. Mi hermano y yo te daríamos un buen momento. Aunque claro, eso lo decides tú, mi única condición es esa, pero si no te parece la idea está bien, me iré por esa puerta y los cubriré. Tú decides, Jungkook. TaeHyung se sentó al otro costado del pintor y lo miramos unos minutos en el que él pensaba en la oferta. Al final, terminó por asentir, pronunciando un leve "Está bien". Igualmente, el permiso no estaba completo y miré a TaeHyung que estaba algo aturdido por la respuesta. - ¿Tú estás de acuerdo, TaeHyung? Ningún sentido tendría pasarla bien y que estés cabreado conmigo por un tiempo indeterminado. Bien sabes que no me importa si sucede, pero Jungkook podría sentirse incómodo. - ¿Cómo sabré que no lo repetirás con él a mis espaldas? -Cuestionó, su lengua se había afilado estando lista para escupir veneno. Y claramente, yo iba a regresarle esa misma dosis de cianuro. -Cualquiera que te escuchara diría que abuso de mis amantes. Así que permíteme aclararte esa idea tonta tuya. Todo lo que haga con alguien, incluyendo a Jungkook, va desde el consentimiento de esa persona. Si después de esto él me da el consentimiento de repetirlo con él, entonces sucederá lo que tanto temes y no ganaré nada con ocultarlo. Jungkook es el que depende de todo esto. Además, hasta donde tengo entendido Jungkook no es tu novio ni nada, lo único que hay entre ustedes es una gran tensión sexual y eso no lo hace completamente tuyo, aunque sea tu novio te pertenece, así que Jungkook puede hacer lo que quiera con su vida. Oh, y casi lo olvido. -Sonreí, acariciando con mis dedos la suave cabellera castaña del pintor que escuchaba atento la discusión-. Te recuerdo que la prometida de Jungkook murió hace dos noches, tú sigues en espera para casarte. Irene estaba allá abajo. TaeHyung al parecer iba a responder algo, pero Jungkook se levantó resoplando por la nariz. Miró a TaeHyung y luego me miró a mí, no parecía enfadado, pero tampoco estaba cómodo. -No quiero que discutan por mi culpa. -Dijo-. Perdonen si los hice sentir incómodos, no era mi intención. -Jungkook. -Pronunció TaeHyung, pero el pintor alzó su mano para decir sin palabras que no necesitaba explicaciones. La verdad, Jungkook no estaba enojado ni nada por el estilo. Estaba incómodo y lo entendía, hasta yo lo hubiera estado. -Está bien, TaeHyung. Voy a bajar ya, si necesitan hablar háganlo, pero no quiero que se peleen por mi culpa. Sé que ustedes son muy unidos. Quise preguntarle quién le había mentido de tal forma, pero me mantuve callado, TaeHyung también calló. Jungkook nos hizo una reverencia y salió de la habitación bastante tranquilo, tal vez aliviado de haber salido de tan bochornosa situación. Yo también iba a hacer lo mismo, pero la voz de mi gemelo me detuvo. -Jungkook está enojado conmigo, fantástico. -No lo está. -Le dije-. Cualquiera se pondría incómodo al estar en medio de una discusión de dos hermanos. -Dios, ¿Podrías dejar de leer a las personas? ¡No dejas que nadie piense libremente! TaeHyung estaba bastante enojado y no entendía el porqué. Fruncí el ceño al verlo levantarse de la cama y caminar de un lado a otro como si buscara calmarse. Tal vez se estaba tratando de controlar para no golpearme o en su defecto apuñalarme como lo hizo con Sana. Intentar cualquiera de las dos opciones no le convenía, por lo que hallaba diversión en su frustración. - ¿Te enfada que tu pintor quisiera probar algo conmigo? -No. -Negó y me miró, empujando su lengua contra su mejilla-. Me enfada que tú hayas accedido. Por Dios, Luxus, ¡Yo nunca me he metido con tus parejas! -Amantes y prostitutas son algo muy distinto a una pareja, TaeHyung. Yo no he tenido una pareja nunca, que me divierta es otro caso. Dado el caso de que te hayas metido con alguna de ellas, me importaría lo más mínimo. Total, algunas comen de ello. -Ves a Jungkook como algo para divertirte. - ¿Acaso tú no? -Inquirí, TaeHyung apretó los puños-. ¿Qué sabes de él aparte de que pinta? ¿Mínimamente conoces un interés suyo aparte del arte? Lo único que has hecho es comerle la boca cada que puedes e incitarlo a llegar a un punto al que él no quiere llegar todavía. Si Jungkook se interesó en querer tener algo con los dos al tiempo ya sería por algo que tú mismo le impusiste, se nota que ese chico no sabe tanto del tema como tú o como yo. Si en verdad lo vieras como un ser humano y no como un juguete sexual, tal vez sabrías llevar la relación a un paso más lento y Jungkook no se sentiría tan incómodo y presionado. -Con todo respeto, Luxury, es mi problema. -Pues tu problema te está alejando a ti mismo de tu pintor. Ya te cargaste a Sana, sólo falta que te cargues a Irene para no sentirte culpable y para sentirte más seguro probablemente me mates a mí sólo porque tu pintor se siente presionado y quería probar algo con dos personas cuando ni siquiera lo ha intentado con una. -Joder, ¡¿Podrías simplemente callar...?! ¡Agh! TaeHyung me había tomado con furia del saco y la rosa púrpura con la que adornaba la prenda terminó por pincharle el dedo con una de las espinas. TaeHyung me soltó por el dolor agudo en su falange y al bajar la vista vi que la rosa había sacado una de sus espinas atravesando la tela pese a que estaba sostenida por el bolsillo. Las espinas no estaban por fuera, ni siquiera recordaba que estas estuvieran tan afiladas, pero la espina tenía una pequeña gota de sangre en la punta. El dedo de TaeHyung estaba sangrando mucho y me levanté para envolverlo con un pañuelo, mi gemelo se quejaba por lo bajo. Mientras detenía en sangrado haciendo presión en la herida recordé las palabras de Hyuna cuando me estaba explicando el funcionamiento de cada objeto a la que ella misma llamaba contenedor. -La rosa pertenece al pecado de la Lujuria. -Explicaba ella-. Su contratista no es difícil de encontrar, suele cambiar mucho de amo, pero ninguno se llega a acoplar lo suficiente, por lo que mueren de una enfermedad o algo relacionado a una infección. Tu hermano es el contratista perfecto para ella, si la rosa siente que el contratista está cerca sacará sus espinas que son bastante afiladas y pincharán el dedo de su nuevo amo. Por lo general, el contrato se firma cuando sucede eso, con el pinchazo la rosa rápidamente inyectará su néctar el cual viajará por el torrente sanguíneo de su nuevo amo. El proceso es algo doloroso, por lo que el dolor al pincharse será bastante agudo. Igualmente, no hay mucho para preocuparse, tu hermano estará bien después de eso. Esbocé una pequeña sonrisa sin que TaeHyung lo notara y alcé la vista para ver que ya se había tranquilizado un poco. -Lo siento, no sabía que las espinas de la rosa habían atravesado la tela, ¿Te sigue doliendo? - ¿De dónde sacaste esa rosa? Jamás había visto una así. -Me preguntó, evadiendo mi pregunta cargada de falsa preocupación. -Oh, la encontré por el bosque en mi caminata nocturna, me pareció que se vería bien en mi ropa. -Tsk, en fin. TaeHyung apartó la mano, haciendo que el pañuelo cayera al suelo y se acercó a la puerta. Estaba claramente enfadado conmigo, pero él sabía que menos no me podía importar. Sin decir nada se fue de la habitación y yo sonreí con amplitud, aguantándome las ganas de no soltar una carcajada. Tomé el pañuelo del suelo y mi sorpresa se convirtió en una risa nasal al ver que las gotas de sangre que antes eran carmesí eran gotas color púrpura intenso, casi malva. Al menos, le había hecho un favor a mi lujurioso hermano.
Capítulo IX: Kim Jennie
SeokJin y NamJoon actuaban como mis padres adoptivos. "No hables con extraños", "Cuida tu postura", "Recuerda tus modales", "Tu virginidad va a pertenecer al hombre con el que vas a casarte, cuídala" Eran frases que me decían desde que era una niña hasta la cruel actualidad, ni siquiera variaba la forma de decir las cosas. Se escandalizaban al verme con un hombre y que este acomodara de forma respetuosa el collar que se asomaba por mi escote, hubo un tiempo donde apoyaron la idea de mantenerme alejada de los hombres por un largo tiempo, siendo los únicos seres masculinos con los cuales poder convivir ellos mismos. Padre nunca estaba en casa, estaba con su amante, mi actual madrastra. Y madre estaba en casa, bebiendo el mismo té y leyendo los mismos libros, sólo variando su actitud con SeokJin, quien era su hijo adorado. Yo, sólo estaba en mi cuarto, viéndome a mí misma desesperada cuando había llegado mi primera menstruación. Mis dos hermanos lo veían como algo asqueroso, Padre también y el único apoyo femenino que tuve fue el de Madre, quien envolvía paños con esponjas de mar para que se absorbiera el flujo, también me hacía vestir con muchas enaguas por si tenía un accidente, aunque eso sólo fuese para salir. Por lo general me quedaba encerrada, con sangre que salía de mi vagina que manchaba todo a su paso. Si bien tenía a alguien que me explicara qué era lo que tenía entre las piernas, para qué servía o qué eran esos dos pequeños pechos que tenía, igual me había quedado con las dudas. Madre había muerto y yo sólo estaba con hombres en mi hogar; hasta que conocí a Lisa. Lisa fue una luz de esperanza para mí y quise refugiarme en ella. Toda la familia Kim estaba conformada por hombres y el sólo hecho de hablar con una mujer se me hacía algo especial, Lisa era especial, más porque ella conocía la respuesta a todas mis incógnitas. -Algunas veces después de la menstruación siento tantas ganas de no sé, besar a alguien, que alguien me toque. Es raro. -Le dije una vez, en uno de nuestros encuentros de medianoche. -Es algo normal, Jenn. -Me respondió-. Se llama deseo sexual, es querer tener sexo con alguien. No sé muy bien porqué, es como un efecto secundario de eso. Es extraño. Y vaya que lo era. Sin embargo, ese sentimiento de querer tener a un hombre sobre mi cuerpo, haciendo lo que le plazca con él no sólo llegaba cuando mi período se iba. Estaba siempre presente, girando en torno a una persona de la casa: Kim Vante Luxury. Vante era un hombre precioso, elegante y con clase. Alto, de cabellos dorados, de piel algo pálida, con una sonrisa preciosa y unos ojos intrigantes e hipnóticos. Mis ojos no lo veían como mi hermanastro o como alguien de la familia de mi madrastra a la cual debía respetar. Yo veía a Vante como una persona a la cual quería tener sobre mí. No entendía el escándalo de NamJoon y SeokJin con respecto a mis deseos ocultos, yo sabía lo que ellos hacían dentro de la habitación, no porque me lo hayan dicho; sino porque los conocía. Conocía el dolor de SeokJin y el cómo se refugiaba en NamJoon, pero no entendía por qué me restringía aquello a lo que ellos tenían acceso pese a ser hermanos. Vante era mi hermanastro, no compartíamos sangre, el que yo quisiera algo con él no lo hacía malo. No era malo que un trozo de carne se insertara entre mis piernas, no era motivo de escandalizarse, mucho menos si quería que ese trozo de carne perteneciera a mi hermanastro. Recuerdo que lo más cercano que estuve a lo prohibido lo tuve con TaeHyung, el hermano de Vante, cuando las copas se apoderaron de ellos en la primera navidad sin su Padre. Vante cuando estaba ebrio no hacía tonterías, si mucho hablaba de más, pero parecía no afectarle. Vante se había ido a su habitación, los invitados se habían ido. SeokJin y NamJoon estaban en un viaje con Padre, mi madrastra se había ido a recoger algo en la casa de una amiga. Lisa se había quedado dormida en su cuarto. TaeHyung estaba en el salón y yo estaba con él completamente sobria, TaeHyung no parecía querer dejar de beber. Recuerdo que alcé la vista hacia él y sostuve su mano cuando tuvo intención de beber otra copa. TaeHyung me miró algo confundido por mi acción, yo le sonreí algo apenada y le quité la copa despacio. -Ya ha sido suficiente, Tae. -Le dije, y él hizo un puchero-. No me mires así, vas a enfermarte mañana. -No pasará. -Me respondió. Su voz se arrastraba con las palabras, y su aliento estaba impregnado del característico aroma del whisky-. Estoy perfectamente... -Yo no diría lo mismo. -Tú nunca bebes. -Dijo y volteó a verme, apoyando su cabeza en el cabezal del sillón-. De hecho, nunca haces algo malo. Papá detestaba que Luxus y yo bebiéramos, a Lisa de por sí no le llama la atención; pero nos regañaba sólo por tomar una copa. - ¿Por qué te refieres a Vante por su segundo nombre? -Pregunté. Vante me parecía un nombre bello, uno que estaba a la altura del gemelo menor, que usaran su segundo nombre se me hacía extraño. TaeHyung rio con sequedad, negando con la cabeza. -Luxus hace lo que quiere. -Contestó-. El nombre de Vante se lo puso papá, a saber, por qué ya no lo quiere. Ese tipo es tan extraño. -A mí me parece que es lindo. -Murmuré, pero TaeHyung me escuchó a la perfección. -Es mi gemelo, ¿Soy lindo también, Jenn? Aquello me hizo reír y TaeHyung se contagió de mi risa. -También eres lindo, Tae. - ¿Aunque no sea Luxus? Todo el mundo prefiere a ese bastardo. Yo fui el que lo cuidó cuando los niños no querían jugar con él porque sus ojos les daba miedo y ahora que todas las mujeres de Londres se mueren por él y todos quieren ser su amigo se olvida de su hermano. Ese imbécil es tan perfecto que no parece humano. -TaeHyung... -El problema no es tener el mismo rostro que él, es no ser él. Padre murió amando a Luxus y solamente a Luxus. Lisa y yo sólo somos las sobras. -Yo no pienso eso. -Le dije, TaeHyung sonrió y acarició mi cabello con lentitud. -Te gusta Luxus, ¿No? Eres muy obvia con respecto a él, he visto cómo lo miras. Y conociendo a ese idiota, lo más probable es que lo sepa. Me quedé en silencio unos instantes que TaeHyung usó para enderezarse y acercarse más. Sentía su aliento cargado de alcohol y sus ojos bajaron un segundo a mis labios, luego regresaron a mis ojos. Su mirada me ponía nerviosa, hasta el punto que mis dedos comenzaron a temblar. Nunca había estado así de cerca de un hombre. -Luxus no está interesado en amar a alguien. -Siguió TaeHyung-. De por sí detesta a las personas, dudo mucho que te dé una oportunidad. Deberías dejar de pensar en él de esa forma. Al alzar un poco la vista vi que el rostro de mi hermanastro estaba bastante cerca, lo suficiente como para ver cada una de sus facciones. Sus lunares, sus ojos, su nariz y lo que más me atrajo: Sus labios. Vante y él no eran tan parecidos como se pensaba, eran tan distintos físicamente que la gente los veía de forma superficial, sin fijarse en esos pequeños detalles que los hacían dos personas distintas. Vante... no, Luxus. Se llamaba Luxus ahora. Luxus y TaeHyung eran dos personas completamente distintas. Superficialmente gemelos, interiormente desconocidos. No sé por qué lo hice, pero por tal cercanía terminé besando a TaeHyung, quien por su ebriedad terminó correspondiendo. Su lengua rozaba con la mía y terminé en su regazo aferrada a su cuello mientras lo besaba sin algún tipo de control. Por alguna razón, mientras lo besaba y sentía sus manos apretar en mi cintura, pensé en el nombre de Luxus. Kim Vante Luxus, quien, en su acta de nacimiento, que había encontrado en una caja cuando buscaba un vestido para mí en el armario de mi madrastra, figuraba como Kim Vante Luxury. Luxury, referente al lujo lascivo. A la lujuria en su esplendor. Lujuria que me estaba recorriendo el cuerpo cuando TaeHyung me comenzó a tocar de la forma en que NamJoon tocaba a SeokJin y viceversa, de la misma forma en que yo quería que Luxus o Luxury me tocara. Al cuestionarme el origen de aquel nombre tuve que leer varios libros de la biblioteca para enterarme que usar el nombre de Luxury iba a ser escandaloso por lo que referenciaba, por lo que socialmente los Kim usaron el nombre de "Luxus", el cual era el que estaba usando en la actualidad. Sin embargo, Luxus seguía siendo un nombre escandaloso al ser un sustantivo del lujo (Acto de lujuria), y el Vante lo cubría hasta que el mismo Luxus dejó de usarlo y adoptó su segundo nombre. Incluso el origen del nombre de Luxus lo convertía en alguien completamente intrigante y a su vez, cuestionable. Demasiado perfecto como para ser humano. TaeHyung había nacido un 30 de diciembre a las 3:25 AM, Luxus nació a las 3:33. Demasiado perfecto, demasiado perfecto. Tiré mi cabeza hacia atrás cuando TaeHyung comenzó a besar esa zona, mientras sus dedos me llenaban. Jadeaba, tratando de no gemir y atraer a mis escandalosos hermanos. Luego de eso, algo hizo clic en mi cabeza, o alguien. Luxus estaba en el umbral de la puerta, con un cigarro entre sus dedos, fumando tranquilamente mientras veía la escena. Su mirada me heló por completo y en un parpadeo se fue, como si se hubiera desvanecido como polvo. Tomé a TaeHyung de los hombros y lo detuve, él pareció regresar al planeta tierra. Sacó sus dedos de mi interior, se acomodó la ropa y me pidió perdón, luego de eso se marchó rápidamente. Nunca olvidé aquella mirada. Esos ojos muertos brillando en la oscuridad tenue. Esos mismos que cinco días después de la navidad actual, veía a su hermano enfermo en la cama. Todos estábamos ahí, en la puerta, viendo a TaeHyung en la cama casi agonizante. El doctor que lo atendía después de hacerle un chequeo general observó a mi madrastra, quien angustiada sostenía un pañuelo. - ¿Cómo está mi hijo, doctor? El doctor miró un momento a TaeHyung y suspiró, regresando su mirada hacia la mujer. -Es realmente extraño. -Dijo el doctor-. En el chequeo parece estar bien, sin nada fuera de lo común. No entiendo por qué está tan enfermo. Era 30 de diciembre, cumpleaños número 22 de TaeHyung y Luxus. Los sirvientes prepararon pasteles separados (Pues a los gemelos no les gustaban los mismos sabores) y subieron para despertarlos. Luxus despertó radiante como siempre, pero con TaeHyung fue todo lo contrario. Para empezar, por palabras de la sirvienta más joven de la mansión, TaeHyung no despertaba. Lo que nos alarmó a todos, fueron los gritos desesperados de la mujer. - ¡Joven TaeHyung, despierte! ¡Joven! Mi madrastra corrió hacia el piso de arriba y nosotros la seguimos. Mi madrastra intentó despertarlo, pero fue imposible. Lo extraño era que aún respiraba. Uno de los sirvientes trajo un pequeño frasco de alcohol antiséptico y se lo puso en la nariz a TaeHyung, cosa que logró despertarlo con una tos escandalosa. Todos respiramos aliviados. -TaeHyung, ¿Te encuentras bien? -Preguntó mi madrastra. El pelinegro se notaba confundido, pero aun así logró asentir. Se levantó de la cama siendo supervisado por dos sirvientes y fue al baño para lavarse los dientes. Nos quedamos esperándolo en el pasillo y apenas salió de la habitación todo parecía ir normal, pero la expresión de malestar de TaeHyung dejaba mucho para pensar. Nos dimos cuenta de que pasaba algo cuando llegamos a las escaleras y TaeHyung tuvo un mareo tal que casi lo hace caer de estas, de no ser por los sirvientes que lo sostuvieron. - ¡TaeHyung! -Gritó su madre-. Hijo, ¿Qué ocurre? -Yo... -Balbuceó él-. Todo no deja de darme vueltas... Y al dar un paso vuelve estar a punto de caer. Los sirvientes deciden llevarlo a su habitación nuevamente, pero a mitad del pasillo TaeHyung frena con brusquedad y arqueando la espalda comienza a vomitar un líquido negro y viscoso, todos están espantados por la escena. Una vez termina, es llevado a su cama y junto a él dejan un cubo que ahora estaba lleno de ese líquido extraño. Los sirvientes admiten que TaeHyung tiene la frente hirviendo, que podrían freír un huevo en él. Sudaba a chorros y tenía dificultad para respirar. Sin embargo, fue tal la sorpresa de los presentes y el doctor al ver que la temperatura aparecía normal, sin alteraciones y que en los distintos exámenes que le hizo apareciera como si estuviera sano. El doctor estaba viendo su estado, era imposible que todo saliera bien. -Tal vez esté fingiendo. -Dijo el doctor al no encontrar otra explicación. - ¡¿Cómo un ser humano puede fingir algo así?! -Grita mi madrastra completamente aterrada-. ¡Mi hijo acaba de vomitar cianuro! -Su hijo es pintor, pudo haber mezclado pigmentos y hacer como si fuera cianuro. - ¡Lo hemos visto vomitar ese líquido con nuestros propios ojos! -Interviene Lisa-. ¡Sólo véalo, por Dios! ¡¿Qué clase de doctor es usted?! -Yo sólo veo los hechos, señorita Lisa. No encuentro otra explicación lógica para esto. -Pues su teoría es muchísimo más loca que la misma situación. -Replica ella. De SeokJin y NamJoon no me sorprendía su silencio, pero Luxus estaba demasiado callado pese a que su hermano gemelo estaba casi agonizando en su cama. Mi madrastra resopla, también sintiéndose frustrada por la actitud del doctor. - ¿Al menos no le puede dar una medicina o algo para el vómito o la fiebre? -Su hijo no está enfermo, Señora Kim. - ¡Joder, es que usted es idiota! -Gritó Lisa. -Lisa, basta. -Dijo entre dientes su madre-. Si no nos va a ayudar, váyase señor. El doctor se fue siendo llevado a la puerta por unos sirvientes. Madre resopla y acaricia el cabello de TaeHyung para confortarlo. Luego alzó la vista hacia los sirvientes. -Cuídenlo mientras busco a otro doctor. -Madre. -Llamó Luxus, su voz sonaba bastante tranquila-. Conozco a alguien que puede ayudarnos. - ¿Es un doctor? -Pregunta ella, Luxus hace una pequeña mueca. -Algo así, su hogar no queda muy lejos, puedo ir y comentarle de la situación. Madre parece pensarlo unos instantes, sintiéndose presionada por el estado de TaeHyung. Al final accede, dando como única condición que no tardara mucho. Luxus asintió y salió de la mansión, los sirvientes se quedaron con TaeHyung y luego nos esparcimos por la casa. Yo me fui con SeokJin y NamJoon, pues me pidieron que los acompañara al jardín para hablar de algo. -Estabas muy cerca de TaeHyung. -Dice SeokJin-. Mientras él esté en ese estado, no te acerques a él o a Luxus ni mucho menos a Lisa. Quién sabe y lo que tenga sea contagioso. -Entiendo lo de TaeHyung, pero no lo de Lisa y Luxus. -Han sido muy cercanos en los últimos días. -Habla NamJoon-. No queremos que enfermes así, mantenerte alejada unos días no va a matarte. - ¿Y qué hago? ¿Pasar tiempo con ustedes? Ustedes siempre están en su burbuja rara, me dejarán como estatua por muchos días y me aburriré. -Abúrrete, pero sin enfermarte. -Repuso SeokJin después de rodar los ojos-. Dentro de poco es mi matrimonio, no quiero que faltes por irresponsable. -Siempre te preocupas por eso. -Es lo importante. -Respondió encogiéndose de hombros-. Si desobedeces le diremos a nuestro padre, ¿Vale? -Ya... -Asentí. Mis hermanos salieron del jardín sin decir nada más y yo me quedé en el jardín contando las nubes del cielo, perdiendo la noción del tiempo. Habrían pasado diez, quince, casi treinta minutos donde estuve perdiendo y recuperando la cuenta de nubes hasta que la puerta se abrió. Corrí para ver quién era la persona que Luxus había traído y me sorprendí al ver a una hermosa mujer de cabellos negros y piel pálida al lado de mi hermanastro. Detrás de ellos, un par de posibles mellizos que vestían de sirvientes, parecían escoltar a la mujer. -Madre, ella es Kim Hyuna. -Presentó Luxus, la pelinegra hizo una reverencia- . Es enfermera y ellos son sus asistentes: HyunJin y YeJi. La chica pareció sonreír con cierta burla hacia lo que dijo Luxus, pero aun así estrechó la mano de la mujer, los mellizos sólo hicieron una reverencia. -Mi hijo está arriba, suban por favor. Hyuna subió junto a Luxus hablando entre susurros, mientras HyunJin y YeJi subían saltando como si fueran niños, Madre fue la última en subir. Decidí seguirlos sin que Madre se diera cuenta y sigilosamente me escondí al lado de la puerta. Pude escuchar la conversación perfectamente. - ¿Qué es lo que tiene? Hyuna pareció chasquear la lengua, supuse que echó un vistazo por encima al cuerpo de TaeHyung y se percató del cubo lleno de cianuro. Mi hermanastro estaba medio dormido. -Lo que su hijo tiene no es algo grave, simplemente fue alguna plaga que le picó. No sabía por qué, pero no me convenció en lo absoluto su diagnóstico. Podría jurar que escuché a Luxus reír con sequedad. -Le daremos un jarabe, algo que disminuirá la fiebre y detendrá el vómito. HyunJin, YeJi, el jarabe por favor. Hay un pequeño silencio que intuyo usan los sirvientes para entregarle a la chica el famoso jarabe. Hyuna suspira y pide a mi madrastra que acomode las almohadas de TaeHyung para que este pueda sentarse. Mientras eso sucede decido salir de mi escondite y me quedo en el umbral de la puerta, la melliza le susurra algo a su hermano y ambos voltean en mi dirección, sonriendo ampliamente. La azabache chasqueó los dedos para llamar la atención de los mellizos y ellos rápidamente ayudaron a la chica a darle el jarabe a TaeHyung. El jarabe era un líquido color púrpura, casi malva. Tal vez era un efecto lumínico en la cuchara, pero este líquido brillaba. Hyuna se lo dio a TaeHyung despacio, TaeHyung tragó, haciendo una mueca tal vez por el desagradable sabor. Hyuna resopló y entregó el jarabe a Luxus, luego giró su cabeza para mirar a mi madrastra que expectante miraba con atención. -Su hijo se pondrá bien, sólo necesita descansar. Es normal si pierde el apetito, pero tampoco puede dejar de comer, por lo que una comida ligera no le haría mal. Estará mejor en dos días. -Gracias. -Musitó TaeHyung-. Por... ayudarme. -Fue un gusto, tal vez volvamos a vernos y puedas agradecerme de mejor forma. -Dijo y luego sonrió de forma extraña-. Por cierto, feliz cumpleaños, TaeHyung. TaeHyung estaba demasiado enfermo como para notarlo, Madre era muy distraída y estaba demasiado preocupada. Luxus de por sí actuaba extraño. Pero hubo algo que sólo yo noté y se me hizo bastante raro. Nadie le había dicho a la chica el nombre de TaeHyung. - ¡Jennie! -Escuché el grito de mi hermano mayor SeokJin en el pasillo, llamando la atención de los que estaban en la habitación. En especial de los mellizos. SeokJin se posó a mi lado y me tomó del brazo, su semblante estaba endurecido-. ¿Qué te dijimos sobre estar aquí? -SeokJin, yo... -Amo... SeokJin miró a la dirección donde se pronunció aquella palabra al unísono, que al parecer había sido dicha por los mellizos que miraban a SeokJin de pies a cabeza, estirando sonrisas que en mi perspectiva fueron aterradoras. Noté que mi hermano se sintió incómodo, pero la pelinegra intervino a tiempo. -HyunJin, YeJi. ¿Dónde están sus modales? Los mellizos miraron a la pelinegra con la mirada gacha. Y Hyuna sonrió ladino, regresando su vista hacia mi madrastra. -Recuerde mis recomendaciones, debemos irnos ya. -Muchas gracias por lo que has hecho por nosotros, señorita Hyuna. Espero seguir sabiendo de usted. -Oh, créame. -Afirmó, dándole una mirada rápida a SeokJin-. Eso es seguro. -Los acompañaré a casa. -Dijo Luxus y se adelantó, la chica siguió a mi hermanastro teniendo a los mellizos casi pisándole los talones. Estos extrañamente le sonrieron a SeokJin y bajaron hacia la puerta. Curiosa de la situación, me solté del agarre de mi hermano y corrí hacia las escaleras que daban al vestíbulo de la mansión. Hyuna le susurra algo a Luxus, se sonríen mutuamente. Un beso en la mejilla y ella junto a los mellizos se retira, pero parecen esperarlo en el exterior. Luxus se percata de mi presencia apenas cruza el umbral. Vuelve a mirarme de la misma forma de aquella noche, luego sonríe y se va cerrando la puerta. Tal y como lo había hecho aquella noche.
Capítulo X: Kim NamJoon
SeokJin era como un libro de páginas blancas: Difícil de entender, pero libre de toda interpretación. Por mucho que suene a una redundancia, mis palabras tienen un sentido, un sentido que le di a su actitud cuando éramos unos niños. SeokJin siempre fue alguien maduro, no le gustaba jugar en la calle ni agarrarse en los días nevados de las partes de atrás de los carruajes para patinar en el hielo de la calle. No. Mi hermano prefería quedarse en su cuarto leyendo hasta el anochecer, o bebiendo té con la difunta. No porque fuese un amargado, sino porque le costaba el sólo hecho de hablar con personas, o de ser él mismo en frente de extraños. Con suerte y nos hablaba a nosotros. Jennie y yo sabíamos a la perfección de que SeokJin se encerraba en su mundo por la difunta, por nuestra madre con la que ya nos referíamos a ella en pasado, mi hermano adoraba a la difunta y por eso le contaba cosas a ella. Solamente a ella. La difunta sólo se limitaba a escucharlo, dejando un rastro de su labial carmín en la taza de té de menta que solía tomar cuando se sentía estresada. Adoraba la menta, adoraba estar estresada. Como SeokJin le contaba cosas, ella le contaba cosas a él, cosas que mi hermano me contó poco después de que su diosa pasara a ser la difunta. Hablaba de infidelidades, luego de la joyería y finalmente de la menta del té. Su actitud era tan extraña que SeokJin la adoraba como si fuese una diosa. Y no exagero, él llegó a idolatrar a su propia madre hasta casi lo enfermo. Ella falleció. Envenenada. SeokJin no habló con nadie hasta por cuatro meses, meses que se usaron en vender la mansión Choi y para que nuestro padre se casara con su amante. Yo fui el primero en entrar en su cuarto, él me permitió entrar. Vi su estado tan deplorable que no reconocí al SeokJin maduro que tanto quería. Me confesó su percepción de la difunta y aquello me quitó el aliento; para no hacerme sentir incómodo me contó que la extrañaba, que no quería irse y dejarla. Que simplemente no era capaz. SeokJin en serio amaba a la difunta. Dejé que llorara en mi hombro, que lo soltara todo y que entre gimoteos me contara cómo la vio morir. Ahogada con su propia saliva, por el veneno con un ser encapuchado vertió en su comida favorita; luego mencionó que le daba miedo comer. Expresó su miedo de morir de tal forma, del terror que le causaba llevarse un bocado a la boca y que en ocasiones se obligaba a vomitar. Y cómo no notarlo, si en esos cuatro meses su cuerpo estaba tan delgado que casi podía tocar sus huesos. Él siempre fue delgado, bello, pero parecía no estar bien con ello. La difunta también era bella. Se sentía amenazado, casi podía sentir su muerte. Tras el lloriqueo, limpié sus lágrimas y di un vistazo a sus labios color coral. Él vio los míos, yo los suyos y al cabo de unos segundos los acabamos juntando. Las palabras no fueron necesarias, y yo estaba sobre él. La ropa en el suelo. Él gimiendo mi nombre y yo hundiéndome en su interior. SeokJin en serio amaba a la difunta. SeokJin en serio amaba a su hermano menor. Nunca pareció hallar la disimilitud. Lo que pasó esa noche fue continuo y nunca dejó de serlo. SeokJin veía un afán, un desespero en hacerlo conmigo; en besarme, tocarme, amarme. Y es que lo entendí, él no me veía como su hermano. No. Él me usaba para olvidar a la difunta. Porque amaba a la difunta de la misma forma que a mí, con la única diferencia de que él no escuchó lo que quería al expresarlo. -Madre. -Llamaba, ella lo miraba-. Te amo. -Yo también te amo, cariño. -No, madre. Te amo. Y ella nunca respondía. Le sonreía y dejaba un beso en su frente antes de servirse otro té de menta. Nunca supo si ella lo entendió o no, sin embargo, siempre lo repetía. Me lo decía a mí, de forma entrecortada. Cuando lo hacía con él encerrados en su cuarto a mitad de la noche. -NamJoon. -SeokJin. -Te amo. Y yo simplemente le respondía lo que quería oír. -Yo también te amo. Lo amaba, en serio amaba a mi hermano. Por eso lo besaba y tocaba, lo abrazaba en las noches y lo admiraba en las mañanas. Porque era mi hermano, mi bello hermano mayor. Y lo amaba como a un hermano. SeokJin en serio amaba a la difunta. Yo en serio amaba a mi hermano. -NamJoon. -Llama SeokJin, explotando mi burbuja-. ¿Escuchaste lo que dije? - ¿Hm? Mi cuerpo estuvo en el sillón durante quince minutos, mi mente estaba nadando en los recuerdos. En el salón están Jennie, SeokJin y Padre. Mirándome fijamente esperando una respuesta hacia algo que no había escuchado. Habrían pasado dos horas desde que esa enfermera de cabellos negros había llegado junto a esos mellizos por recomendación de Luxus y casi veinte minutos en que Padre nos había llamado a los tres al salón y usando cinco para acomodarnos y quince para hablar. No me había enterado de nada. -No escuché, lo siento. Jennie sonrió de forma algo fingida, ella parecía estar pensativa sobre algo. SeokJin sólo resopló y Padre rodó los ojos sin ganas de repetirme. -Como no celebraremos el cumpleaños de los gemelos debido a que TaeHyung enfermó, Padre quiere que visitemos a los Im para cenar con ellos y él al fin pueda conocer a Nayeon. Lo que preguntó fue si nos parecía bien ir en la noche para pasar la noche allí, pues con lo de TaeHyung le preocupa que alguno de los dos enferme. SeokJin siempre me explicaba todo por muy despistado que yo fuese y eso me encantaba de él. Im Nayeon, la prometida de SeokJin y con la que se casaría en a mediados de la segunda semana de enero. Una bella mujer que me causó envidia apenas la conocí. Hija de un duque y lista para casarse con mi hermano. Ella suponía ser el nuevo cambio de página para él, y yo no sabía si era bueno o malo. Mi hermano nunca estuvo preparado para pasar página. Su alma se había quedado en 1873, junto al cuerpo de la difunta, llorándola a gritos. Como Vante se había quedado con su padre en el mismo año, y curiosamente en el mismo mes. Con una diferencia: Vante había pasado página como Luxus, SeokJin creía haberla pasado cuando aún se aferraba a mí: Su único consuelo y acercamiento a su ser amado. No lo veía amando a una mujer, como tampoco lo veía viviendo con un ser humano en general. Un ser tan marginado como él simplemente no sería capaz de salir a una sociedad. SeokJin mentalmente no estaba listo. Él lo sabía, más no lo iba a admitir en voz alta. Al menos, no en esa sala. -Supongo que me parece bien. -Respondí, SeokJin enarcó una ceja. - ¿Supones? -Supongo. Suspira y asiente, mirando a Padre. -Así quedamos entonces, salimos a las seis. -Dice Padre y se levanta del sillón- . Y NamJoon, te pido por favor que estés más atento a las conversaciones importantes. -Sí, padre. Lo siento. Cuando Padre se va, Jennie también lo hace manteniendo el silencio. Una vez me quedo con SeokJin escucho que pide a los sirvientes un té de menta. Cuando se lo traen bebe con lentitud, observando la alfombra de terciopelo. - ¿Estresado? -Pregunto, él me mira por un momento, frunciendo un poco las cejas. Señalo su taza-. Bebes té de menta cuando de estresas. Como lo hacía la difunta pienso. Él deja la taza en la mesa de café y se queda en silencio, le noto pensativo. - ¿Pasa algo, Jin? -Me siento inquieto. -Responde, jugando con sus dedos-. Hoy es un día raro y ni siquiera ha llegado el mediodía. - ¿Te refieres a lo de TaeHyung? Él hace una mueca y vuelve a beber de su té. -No sólo por eso. Aunque en sí, todos actúan raro todo el tiempo, tal vez es paranoia mía. - ¿Tal vez? -Tal vez. -No eres paranoico por nada. Si algo anda mal, es que algo anda mal. Tu instinto nunca se ha equivocado. -Sólo hubo una vez en la que mi instinto se equivocó. - ¿Cuándo? No contestó. Bebió el té en silencio hasta acabarlo, lo dejó en la mesa de café y se levantó dispuesto a irse, sin embargo, me miró por encima de su hombro, casi esperándome. -Nos vamos a las seis, deberías ir a empacar. -No quiero ir a ver a tu prometida. SeokJin resopló. -Hablemos de eso arriba, ¿Quieres? Seguí a mi hermano mayor subiendo las escaleras de caracol y caminamos por el pasillo. Lisa estaba en la habitación de TaeHyung cuidando de él y Luxus aún no llegaba a casa; Jennie estaría en su habitación. Entré al cuarto de SeokJin y cerré la puerta detrás de mí. -No quiero ir. -Le dije, SeokJin sacó su maleta del armario y comenzó a sacar su ropa. -Tampoco es como si te hubiésemos preguntado. -Sigo sin querer ir. - ¿Qué edad dices que tienes? -Cuestionó por fin mirándome. -Veinticinco. -Pues actúa como tal. -Tú eres incluso más inmaduro que yo, señor veintiocho. Pone los ojos en blanco y sigue en su labor de empacar. Sonrío ladino y opto por acercarme y abrazarlo por la cintura, comenzando a dejar besos en su cuello. Gruñe, tal vez por frustración o placer, pero por su reacción de mover un poco su cabeza para darme mejor acceso a su delicioso cuello intuyo que fue por ambas. -No te imagino amando a Nayeon. -No la amo, tonto. Ya deja de hacer eso. - ¿Y por qué quieres ir a verla? - ¡Yo no decidí hacerlo! Si tienes cosas para reclamar, díselas a nuestro padre. Ahora, ¿Serías tan amable de soltarme? -Negué con la cabeza, dejando una pequeña mordida en el inicio de su hombro-. ¡Ah! ¡NamJoon! -No vayamos... -Kim NamJoon, ya basta. En s-serio... Sonrío y decido dejarlo en paz. Él hace un mohín con sus labios y sigue con su trabajo de empacar ropa para la semana, posiblemente, pasaremos año nuevo con los Im. La difunta amaba el año nuevo, una buena excusa para invitar más gente de la de por sí visitaba nuestra antigua mansión. Recordaba las cenas tan exquisitas y lo mucho que las disfrutaba SeokJin en el entonces donde disfrutaba comer. Me quedé viéndolo de pies a cabeza en silencio. Su cabello negro, sus ojos grandes reflejados en sus lentes, su nariz y sus bellos labios. Su cuello, sus manos, sus piernas y pies. No miré mucho lo ancha que le quedaba la ropa, hasta el punto de que debían confeccionarle nueva. En los cuatro meses después de que la difunta hiciera honor a su alias, mi hermano era ya bastante delgado; aún con algo de carne en los huesos, pero se veía bien a comparación de su versión dos años después. Nunca se lo dije, él lo sabía; sólo no quería escucharlo. Pero su cuerpo se había deteriorado por completo. Sus dedos eran tan huesudos que cualquier golpe le hacía correr el riesgo de romperse un dedo, sus costillas eran muy palpables, ni hablar de los huesos de sus caderas y rodillas. SeokJin comía poco para al menos no desmoronarse y había dejado de vomitar lo poco que comía; ese poco le ayudaba a mantener la poca masa corporal que tenía en el abdomen, los brazos y las piernas. Aun así, era algo triste verlo, pero después de años de intimar con él ya fue una vista a la que me acostumbré tanto que ya era incapaz de recordarlo cuando estaba en forma. Le ayudé a empacar y luego salí de su habitación para hacer lo mismo y darle su espacio. Al salir del pasillo hallé a Lisa, que apenas salía de la habitación de TaeHyung. Lisa me sonrió con algo de tristeza y se detuvo en el pasillo para que la alcanzara. La rubia era mucho más baja que yo y estaba usando un vestido: Blanco en la camisa de mangas largas y negro en la falda. -Hola, Lis. -Saludé, ella me regresó el saludo. Tras un pequeño silencio, apunté a la habitación de TaeHyung-. ¿Cómo sigue TaeHyung? -Jamás lo había visto tan enfermo. -Afirmó con tristeza, viendo la puerta cerrada de la habitación de su hermano-. Apenas y puede hablar. -Es extraño. -Comenté, y lo decía en serio-. En estos últimos días lo había visto bastante bien. -Lo más extraño es que haya peleado con Luxus antes de enfermar. Fruncí el entrecejo. Lisa pasó una mano por su cabellera rubia, regresando sus ojos hacia mí. - ¿Pelearon? Yo nunca los había visto pelear. -Es lo poco que TaeHyung me pudo contar. -Pausó para darse un tiempo de sumergirse en los recuerdos. La dejé hacerlo, yo también lo hacía. Suspiró apenas regresó a la tierra-. Luxus no pareció cambiar mucho después de todo. - ¿Nunca se llevaron bien? -Lisa negó con la cabeza. - "Cuando se trata de gemelos, uno será persona y el otro su sombra" Eso solía decir mi maestro, mi padre biológico. Durante años, TaeHyung vivió para proteger a Luxus. Cuando llegué a la familia, muchos niños golpeaban y hacían a un lado a Luxus porque sus ojos les daba miedo, hasta que TaeHyung se ofreció a sí mismo para ser el chivo expiatorio de esos niños y dejen en paz a Luxus, por lo que Tae vivió completamente aislado del mundo, ¡No había día que no viniese golpeado! Ya cuando nos volvimos adolescentes el acoso paró, pero Luxus se volvió bastante popular con las chicas y tenía amigos por doquier, eso sucedió porque convertirse en el mejor amigo de Park Jimin fue como ganarse el premio mayor y mientras uno estaba rodeado de gente y siendo admirado por todos, el otro; su sombra, se mantenía aislado porque le daba miedo el mundo. Luxus nunca se paró para agradecerle por los años en los que TaeHyung se usó como escudo humano para darle la vida que tiene ahora. Sus peleas son constantes, y no son raras de escuchar. Desde que Padre murió incluso fueron en aumento, pero e me hace extraño que justo después de una pelea días después TaeHyung cayera enfermo y que Luxus esté como si nada. Me quedé en silencio, viendo la cara de enojo de Lisa. Yo nunca me había fijado en la actitud de los gemelos, que los veía hablando un par de veces era cierto, pero nunca me imaginé que tal relación estuviera en verdad tan deteriorada. Lisa suspiró y dijo que iría a su habitación a descansar un poco, la vi irse y encerrarse. Decidí entrar a la habitación de TaeHyung, encontrándolo profundamente dormido. Observé que en las paredes había hojas de papel con bosquejos, y también había lienzos colgando como poemas también pegados a la pared. Me detuve en su escritorio y ojeé un par de sus obras, encontrando una que llamó particularmente mi atención. Era el retrato de lo que suponía era de una mujer, los ojos fueron reemplazados por flores, y de su boca salían gotas de sangre. Lo curioso era que la obra estaba hecha con tinta roja. Algo intrigado, dejé la obra a un lado y seguí viendo varios bosquejos donde el rostro del hijo de los Jeon aparecía de forma insistente, casi obsesiva. Como lo hice con la obra de la mujer, lo dejé pasar. Al sentir que estaba husmeando demasiado decidí irme, pero me detuve en seco al ver que por poco me tropezaba contra algo que estaba en el suelo. Ese algo, resultó siendo una copa llena de vino carmesí que brillaba con una intensidad atrayente, tomé la copa y al levantarla, al hacerlo, me percaté de un trozo de papel que estaba bajo la copa. Lo que tenía escrito extrañamente me causó un escalofrío en la espina dorsal. "Larga vida para nuestro amo Kim SeokJin. Todos los alimentos existentes en el mundo terrenal, son para usted. HJ y YJ" La copa se me cayó de las manos. No se quebró, pero el líquido se derramó en el suelo. -Los mellizos la dejaron ahí. -Escuché la voz adormilada de TaeHyung-. No sé cuándo o en qué momento, sólo sé que fueron ellos. Pensé en los mellizos: Esos dos niños de cabellos rubios que vestían de sirvientes y siempre estaban tomados de la mano. - ¿Cómo es que lo sabes sin haberlos visto? TaeHyung hizo una mueca. Se le notaba cansado, pese haber dormido todo el día tenía unas grandes ojeras y estaba bastante pálido. -La temperatura baja cuando están cerca y además los escuché en sueños. - ¿Qué decían? TaeHyung resopló, realmente estaba cansado. -Lo mismo que dice en la nota: "Larga vida a nuestro amo Kim SeokJin. Todos los alimentos existentes en el mundo terrenal son para usted." - ¿Qué crees que signifique? TaeHyung se encogió de hombros y segundos después volvió a quedarse dormido. Iba a disculparme por el desastre que había hecho, pero las palabras se me quedaron en la boca. El piso estaba perfectamente limpio y el líquido había regresado a la copa.
Parte III: Kim Hyuna
Enero 01, 1876 6:15 PM Si había algo que me gustara hacer era caminar. A lo largo de lo que llevaba con vida, había llegado a caminar por calles y senderos; en diferentes épocas y situaciones, ya no sintiendo el temor de ser quemada en la hoguera. Ya lo había vivido, ya no dolía. Caminar ya no era asunto de lamentarse para mí. Las calles de Londres estaban llenas de niños jugando con la nieve, haciendo muñecos de nieve o formando guerras de bolas de nieve, otros patinaban en el hielo del lago congelado. Yo solía pasar mucho por los parques para observar a los niños, pensando en lo tangible que era la felicidad en la infancia, en lo bello de la ingenuidad encerrada en la felicidad. No recordaba mucho mi infancia, habría sido hace siglos, en el año 1667 viviendo por veintiocho años antes de ser quemada en la hoguera en 1692. La inmortalidad me hizo olvidar los años, tal vez seguía con veintiocho, tal vez con más. Mi infancia se había basado en servidumbre hasta que me enseñaron a leer y escribir a escondidas, luego me interesé por la brujería. Al descubrir que los siete males del mundo eran llamados pecados capitales, no dudé en investigar más. Maldije los hasta cinco objetos: La rosa, la copa, el espejo, el veneno y la espada. La llave y el reloj fueron maldiciones en forma de secuelas después de mi muerte. Mi infancia después de eso fue olvidada, no recordaba ni a qué jugaba ni mucho menos recordaba quiénes eran mis padres. Un manto de vapor se formó al resoplar y me adentré a un callejón para llegar más rápido al bosque. Me detuve al sentir una presencia detrás de mí. Al girarme, sonreí. El vestido carmesí y el sombrero de pétalos me respondieron de quién se trataba. El cabello castaño le llegaba hasta la cintura y los ojos de color rojo (Estando el ojo derecho maquillado por sombra roja) brillaban ante la tenue oscuridad que daba introducción a la noche. Ella me regresó la sonrisa y se acercó. -Qué bueno volver a verte, hechicera del tiempo. -Saluda, observándome de pies a cabeza. -Sabes que no me gustan las formalidades, dama roja. -Hm, ¿Te sigue gustando que te llamen por tu nombre, Hyuna? -Nunca me llegó a molestar, JiSoo. Ella vuelve a reír. Kim JiSoo, la primera contratista del pecado de la gula que existió. Era una hermosa dama de treinta años, en su vida como humana una simple duquesa, en su vida como demonio la dueña legítima de la copa y amo del jardín celestial (Siendo el primer demonio en tener un lugar importante en el cielo). También era la madre biológica de los gemelos. -Hace mucho que no te veo. -Comentó-. ¿Cómo estás? ¿Cómo marchan las cosas en el infierno? -Podría decirse que bien. -Respondí-. ¿Y tú? No sé nada de ti desde el incidente con los Manoban. -He abandonado el cielo. Me quedé en silencio. Kim JiSoo fue la única contratista (Siendo la primera) que había logrado acoplarse al poder de la copa. Gobernó por algunos años la ciudad de Belcenia, la cual estaba al norte del infierno, a través del bosque de los susurros, y se casó con un íncubo con el cual tuvo mellizos: HyunJin y YeJi. Cuando se cumplieron quince años de su monarquía, abandonó el infierno y entregó el poder de la copa a sus hijos. JiSoo mantuvo sus poderes, pero aun así autorizó a lo que vivía en la copa que buscara otro amo, HyunJin y YeJi se encargaron de buscar amos por largos años, siendo casi un ensayo y error. SeokJin era el contratista perfecto y los mellizos no iban a tardar en darle ese placer a su madre. Se sabía que JiSoo había ido al cielo para cambiar de ambiente, pues era una mujer caprichosa, y que YuGyeom estaba también en el infierno por el simple hecho de equilibrar las cosas entre el bien y el mal. El hecho de que haya abandonado el cielo dejaba mucho en qué pensar, tal vez su siguiente paso para hacer más divertida su vida era llegar al mundo terrenal. - ¿Te aburriste? -Pregunté, no me sorprendió verla asentir. -El mundo terrenal es algo interesante, ¿No? -Interpretó JiSoo, mirando hacia los niños que jugaban fuera del callejón-. En el infierno sólo hay pecadores e inocentes; en el cielo sólo hay puros y culpables. Es interesante ver todo acumulado en un sólo lugar. El bien y el mal están divididos en una fina línea que es fácil de traspasar cuando se avanza, pero no cuando se retrocede. - ¿En el cielo culpables y en el infierno inocentes? -Inquirí frunciendo el entrecejo, siendo esa la frase que más llamó mi atención. - ¿Qué garantiza lo que es bueno o malo, Hyuna? En el cielo puede haber culpables como en el infierno puede haber inocentes. Tal vez lo considerado pecado sea lo realmente bueno y lo realmente bueno sea considerado pecado. Ni siquiera Dios que es omnipotente es dueño de la verdad, eso no lo hace tan omnipotente. Todo es tan subjetivo que la verdad puede ser una mentira. Reí con sequedad y me apoyé en las paredes de ladrillo del callejón. Escuchamos las voces de las madres llamar a sus hijos para que estos entraran a sus casas, la temperatura había comenzado a bajar y ya estaba oscureciendo. - ¿Te diriges al bosque? -Me preguntó. -Sí, me dirigía hacia allá. Comenzamos a caminar. -Vienes de visitar a los Im, ¿no? Me maldije a mí misma. Kim JiSoo mantenía sus poderes de pecado capital. Los demonios de pecado capital tenían la vista más sensible, podían leer cualquier alma: Humana o no humana. JiSoo podía leerme sin problemas, yo simplemente no podía. -HyunJin y YeJi, mis niños, me enviaron una carta donde muy emocionados me contaban que consiguieron un nuevo amo -Añadió ella, estábamos caminando fuera del callejón y sus botas de tacón hacían eco cuando tocaban el concreto que no estaba cubierto por la nieve-, ¿Kim SeokJin? Lo conozco bastante bien. - ¿De dónde lo conoces? -Pregunté, sabiendo que perdía mi tiempo hablando con un demonio. Ella relamió sus labios color carmín. -Hace unos dos años y medio hice una visita por aquí. Leí las cartas de algunos mortales, devoré una que otra alma y visitaba a mi ahijado de vez en cuando. Un día que estaba con la bola de cristal, un hombre se me acercó y me ofreció ocho sacos de monedas de oro a cambio de envenenar a su esposa. -A ti no te interesa el dinero. -Opuse, ya las calles de Londres comenzaban a tener una gran ausencia de gente. JiSoo asintió. -Tú lo has dicho, mi amiga. Y precisamente por eso me negué. Sin embargo, el hombre me insistió, me habló más a fondo de su esposa. Dijo que era una mujer bella, con la que había tenido tres hijos, me interesé por el primero y me habló más de él. Con sólo su descripción supe quién era y su alma llamó mi atención de forma inmediata. Accedí bajo la condición de que su hijo mayor se quedara con la mujer. Él no entendió, pero aceptó la oferta e hice lo que tenía que hacer. - ¿Y qué ganaste con eso? -Ahora mis hijos tienen un nuevo amo, ¿Qué más puedo ganar que con verlos felices? No dije nada. Seguí caminando sin percatarme de que JiSoo se detuvo, apenas supe de su ausencia a mi lado para verla. Fruncí el ceño, sin embargo, ella habló. -Kim Luxus está haciendo el trabajo sucio por ti, ¿no? Supongo que tu puesto es un muy buen pago para él, pero mantén a tu perro faldero fuera de mis cosas. - ¿A qué quieres llegar? -La rosa fue entregada, ¿no? Kim TaeHyung no tardará mucho en recuperarse y comenzar a adquirir sus poderes, convirtiéndose en un hombre con una libido desbordante. Ya puedo leer los periódicos anunciando a mujeres desaparecidas. -JiSoo, no te entiendo. -Quiero a mi ahijado fuera de todo esto. No quiero que el nuevo gobernante de Asmodean y contratista de la rosa termine siendo incluido en tu juego por quedar marcado por un Íncubo. Me paralicé. - ¿Tu ahijado es...? -El pintor, sí. Su madre y yo somos buenas amigas, de hace algunos años. Tengo planes para él, así que quiero que mantengas a tus contratistas alejados de él. -Lo que haga TaeHyung no es problema mío ni de Luxus. -Pues se volverá un problema si sucede lo que me temo, Hyuna. Juega a lo que quieras, pero si cruzas esa línea yo también jugaré. Dile a Luxus lo que te acabo de decir, si quiere hablar conmigo puede venir a visitarme. JiSoo se acercó y acarició mi cabello con lentitud. Sonrió. -Fue un gusto volver a verte. Y se desvaneció en un manto de humo carmesí.
‧͙⁺˚*・༓☾ Capriccio ☽༓・*˚⁺‧͙
Kim Vante Luxury (Luxus), 30 de diciembre de 1853. El comerciante. ☴ ☵ ☶ ☷☴ ☵ ☶ ☷☴ ☵ ☶ ☷ 1876 - 1930 - 2016 1876: Formación del Capriccio. La entrega de los siete contenedores se ejecutará en una semana. La Rosa fue entregada el 24 de diciembre de 1875. Kim TaeHyung, 30 de diciembre de 1853: Contratista de la rosa. El contratista superó con éxito los tres días de invasión del cuerpo. Se estima que su conversión culminará para finales de enero. Kim Jennie, 16 de enero 1857: Contratista segunda de la rosa. Pendiente. Contratista anterior: (Kim) Lee SookHye; Kim Vante Luxury. Kim SeokJin, 04 de diciembre de 1847: Contratista de la copa. Entregado. Sin novedades. Contratista anterior: Kim JiSoo, 30 años. Park Jimin, 13 de octubre de 1856: Contratista del espejo. Pendiente. Contratista anterior: Kunpimook Bhuwakul (BamBam), 28 años. Jung Hoseok, 18 de febrero de 1849: Contratista del veneno. Pendiente. Contratista anterior: Minatozaki Sana, 20 años. Min YoonGi, 09 de marzo de 1853: Contratista de la espada. Pendiente. Contratista anterior: Byun BaekHyun, 20 años. Kim NamJoon, 12 de septiembre de 1850: Contratista del reloj. Pendiente. Contratista anterior: Kim JongIn, 30 años. Kim Lisa, 27 de marzo de 1855. Jeon Jungkook, 01 de septiembre de 1855. Park ChanYeol, 27 de noviembre de 1847. Contratistas de la llave. Contratista anterior: Kim Hyuna, 28 años. ☰ ☱ ☲ ☳☰ ☱ ☲ ☳☰ ☱ ☲ ☳ Rosa: Lujuria. Copa: Gula. Espejo: Soberbia. Veneno: Pereza. Espada: Envidia. Reloj: Avaricia. Llave: Ira. 1930: Finalización del Capriccio. 2016: ¿? Día exacto de conversión: 31 de octubre, 1876. El infierno recibe a sus gobernantes. Nota: Los contratistas anteriores entregarán los contenedores a sus nuevos amos. Kim Vante Luxury se encarga de que esto se cumpla. Las ideas de Luxus, son perfectas.
Capriccio, Capítulo XI: Jeon Jungkook 1/2
Enero 02, 1876 Recuerdo que hice mi primera pintura en un juicio. Tendría unos dieciséis años cuando me llevaron ante el juez, pues se había dicho que yo sabía de qué había muerto mi padre. Recuerdo que del miedo no podía hablar y por mucho que insistieran ninguna palabra salía de mi boca. Soyeon, al ver que las esperanzas se estaban perdiendo debido a mi miedo pidió al juez que me diera otra alternativa para hablar sin necesidad de las palabras. El hombre se lo pensó unos minutos y accedió, pidiendo que trajeran un lienzo y pintura. -No debe ser perfecto. -Me dijo el juez-. Sólo pinta lo que sabes y así podremos tomar una decisión. Me entregaron la paleta, el pincel y posaron el lienzo frente a mí, apoyado en un caballete. Nunca había pintado, es más, no tenía ni idea de cómo se hacía, pero aun así lo intenté. Sumergí el pincel en la pintura y comencé a esparcirla por el lienzo, recordando aquel objeto que había acabado con la vida de mi padre. Todos en el juzgado estaban en silencio y en la expectativa, viendo fijamente cómo mis trazos comenzaban a tener una forma. Tardé media hora en terminar la pintura y una llave de oro quedó plasmada en el lienzo. El juez miró el lienzo y frunció el entrecejo, mirándome fijamente. - ¿Una llave? ¿Qué significa eso, jovencito? Y por primera vez, hablé. -Él tenía ese objeto en la mano la noche que murió. Es... lo único que sé. De cómo o por qué había muerto nunca se supo y jamás se volvió a hablar de ello, ni siquiera en familia. Aun así, continué pintando al sentir que me había gustado bastante, comencé a investigar a artistas y a practicar diferentes técnicas, comenzando a vender mis obras a los aristócratas de Londres e incluso a la familia real. Una gran parte del dinero se usaba para cosas de la casa y la sastrería de mi madre y hermanas, pero otra parte la usaba para comprar más pigmentos. Recuerdo que nunca me había quedado cuidando la sastrería hasta un día que tuve que reclamar un dinero que había prestado a Rosé debido a unos arreglos de goteras. Como mi hermanastra no tenía cambio, tuvo que ir a la tienda de al lado para solucionar ese pequeño problema, encargándome la tienda por unos minutos. Me quedé solo, limpiando el mostrador y mi hermana llegó después con el dinero. Antes de poder irme, Rosé me pidió que bajara unas telas de la bodega para ponerlas en exposición. Cuando subí, entraron dos clientes. Estaba él ahí. -Buen día. -Saludó Rosé con cortesía-. ¿Qué se les ofrece? -Buen día. -Respondió su gemelo, Luxus-. Venimos por un pedido de Park Jimin, no pudo venir, pero aquí está la factura de pago. Mientras Rosé y Luxus se adentraban en una conversación respecto al pedido del hijo menor de los Park, lo vi acariciar las telas de la entrada con la yema de sus largos dedos, mientras su perfil se mantenía apacible. Su cabello negro se movía por el viento, y sus labios estaban entreabiertos. La primera vez que vi a Kim TaeHyung supe lo que era sentirse atraído por alguien y tuve una epifanía con sólo verlo. Sentí esa inspiración de la que tanto hablaban los artistas, y no le quité los ojos de encima. Su hermano era el que hablaba y sonreía con cierta picardía a mi hermana y cuando el pedido llegó a sus manos se despidió con esa sonrisa coqueta. Kim TaeHyung sólo se quedó viendo las telas, tocándolas con delicadeza y ninguna palabra salió de su boca. Se fue siguiendo a su gemelo, quien se fue diciendo que le cobraría a Park Jimin aquel favor, TaeHyung no respondió nada. Bajé las escaleras y dejé lo pedido por Rosé en el mostrador, luego le pedí un trozo de la tela que Kim TaeHyung estuvo acariciando; mi hermana confusa me lo dio, le deseé suerte en la jornada y fui rumbo a la tienda de arte para comprar pintura, cuadernos y lienzos. Al llegar a casa, comencé a dibujar los rasgos que recordaba de su rostro. Los perfeccioné y comencé a maravillarme más por él y su belleza. La ventana estaba abierta y comenzaba a anochecer; el sonido de unos caballos llamó mi atención, al asomarme lo vi bajar a él junto a sus hermanos del carruaje, entrando a lo que parecía su mansión. Aterrado cerré la ventana y suspiré poco después. Si quería pintarlo, no debía saberlo. Así pasaron los meses donde me dedicaba a observarlo de vez en cuando, no logrando escuchar su voz hasta que me descubrió pintándolo. Nunca lo había visto tan cerca de mí, sus ojos eran grandes, sus labios eran preciosos y con los besos descubrí ese bello lunar de su nariz. Kim TaeHyung era un hombre hermoso, artísticamente perfecto. Y con sólo observarlo me enamoré cada vez más de él. Era un artista enamorado de su musa, o aquel artista que se enamoró de un atardecer y que podía verlo sólo en una parte del día. Yo, sólo podía verle a través de la ventana, entre las cortinas que para sus ojos estaban cerradas, pero en verdad la distorsión era incierta, las cortinas se abrían en un espacio para que mis ojos pudieran conectar con una parte de su vida. Lo veía leyendo, escribiendo o conversando con él mismo; ahora también lo veía pintar, ¿Acaso el arte se volvió una pasión gracias a mí? El arte era una práctica pasional, donde el pintor ilustra lo que considera bello o tiene relación a lo que quiere expresar. Su belleza era mi fuente de inspiración, si yo lo fuera, ¿Cómo me ilustraba él a mí? Respondí esa pregunta al conocer su cuarto, y es que no existía un significado por lo subjetivo que era. TaeHyung no sabía lo que sentía, pues según él, nunca se sintió querido, como nunca había querido. Me besó un par de veces, Luxus nos vio y la curiosidad me carcomía. Luxus y TaeHyung tenían algo, un sentimiento que parecía poner una barrera entre ambos que a TaeHyung no le daba gracia traspasar, no por miedo, sino porque tal vez ya lo habría hecho en su momento y no lo quería repetir. Nunca lo pregunté y temía hacerlo. Lo detuve todo, Luxus pareció indiferente; TaeHyung pareció aliviarse. Los había dejado solos. No veía a TaeHyung desde aquel día, sólo sabía que había enfermado y que su salud estaba bastante delicada. Por mucho que supliqué, Madre no me dejó verlo temiendo que fuese algo contagioso y así pasó el año nuevo, el primer día de 1876 y luego a su segundo día donde ya me estaba desesperando por saber de él, deseando también disculparme con él. Ese día desperté algo tarde y de mal humor, al echar un vistazo entre las cortinas vi que estas seguían cerradas, haciéndome suspirar. Bajé saludando a mis hermanas y madre. Cepillé mis dientes, me di un baño y me vestí para sentarme a desayunar con mi familia. Ellas se preparaban para ir a la sastrería, yo debía comenzar a terminar unos pedidos. -Buenas noticias, Jungkook. -Habla mi madre-. Hablé con la señora Kim esta mañana y dice que TaeHyung está mejor, por si te interesa ir a visitarlo. Soyeon soltó una risa cuando me vio sonreír con amplitud, mostrando mi alegría de que TaeHyung ya estuviese mejor, pero intenté disimularlo bien, asintiendo y regresando mi atención al desayuno. Minutos después, mis hermanas y mi madre se fueron no sin antes darme las indicaciones de no regresar tarde a casa. Apenas se fueron esperé unos minutos y al saber que ya estaban bastante lejos, tomé mi abrigo y salí de la casa rápidamente para acercarme a la de los Kim. Toqué la puerta con la manija un par de veces y una sirvienta la abrió unos segundos después. -Buen día. -Saludé-. ¿Se encuentra el joven TaeHyung? -El joven TaeHyung se encuentra desayunando, si quiere puede venir más tar... -No es necesario. -La voz de TaeHyung se escuchó detrás de la sirvienta. El pelinegro limpió la comisura de sus labios con una servilleta y miró a la sirvienta. Mi sonrisa se marchitó de repente, ¿Ese era TaeHyung? Seguía igual. Su cabello negro, su piel, sus ojos, su altura, su elegancia... Todo seguía igual, pero tenía algo distinto, algo que no podía descifrar. -Déjalo entrar, he terminado. La sirvienta asintió y me dejó pasar, recibiendo mi abrigo para colgarlo en el perchero. Me acerqué a TaeHyung y él estiró esa hermosa sonrisa cuadrada que ahora veía tan distinta. Me dejé abrazar por él y correspondí a su gesto. La sirvienta decidió dejarnos solos y en esa efímera soledad, me dio un casto beso en los labios. Mi corazón revoloteó, pero mi mente se mantenía nublada en una profunda contusión y comenzó a trabajar formulando preguntas. ¿TaeHyung en serio me daría un beso en el vestíbulo? ¿Por qué no lo hizo antes? Mi mente había percibido algo extraño en la actitud de quien pensaría yo que era mi amante; algo de lo cual parecía tener cuidado. Mi corazón lo veía como siempre, incluso más bello y sublime. Lo amaba, amaba tal belleza que no era posible en ningún otro ser humano. Algo curioso, era que, pese a que Luxus también la tenía, yo lo describía de distinta forma. La belleza de TaeHyung y Luxus era perfecta, ambos eran hermosos y perfectos; sólo que Luxus era demasiado perfecto. Demasiado, como para ser humano. - ¿Cómo has estado? -Le pregunté, mi lengua intentando ser cautelosa. ¿Por qué quería ser cauteloso? -Mejor que en estos días. Ven, hablaremos mejor arriba. TaeHyung me tomó de la mano y me sobresalté un poco. Su tacto seguía siendo cálido y reconfortante, pero era extraño. Se sentía extrañamente frívolo, pero seguía siendo cálido. Era una frialdad leve, que se sintió como la chispa que quema ligeramente cuando se enciende una vela. Aun así, era cálido. Subimos por las escaleras y recorrimos el pasillo para entrar a su cuarto. El cuarto de Luxus estaba cerrado y por un momento me extrañé de no verlo. Al cerrar la puerta, TaeHyung se apoyó en esta y yo me senté en la cama. El cuarto estaba iluminado en un color rojo, gracias al sol que se filtraba entre las cortinas carmesí. Aun así, podía ver su sonrisa. - ¿Y tus hermanos? La casa se siente vacía. TaeHyung hizo una pequeña mueca, y giró su cabeza hacia la ventana tornándose algo pensativo. -SeokJin, NamJoon y Jennie están pasando unos días en la mansión de los Im, regresarán la próxima semana. Y Luxus, quién sabe. Últimamente ha estado saliendo y regresando a mitad de la noche, no sé lo que haga y tampoco me interesa. -Ustedes... -Formulé. TaeHyung regresó sus ojos hacia mí, haciéndome sentir pequeño-... ¿Pelearon por mi culpa? Por un instante pareció que no había comprendido mi cuestión, o que no sabía de lo que hablaba. Con el ceño fruncido y después de unos segundos en silencio, rio con sequedad mientras negaba con la cabeza. -No puedes culparte de algo que sucedió hace años, Jungkook. - ¿Hm? Él volvió a sonreír y se sentó junto a mí. Besó mi mejilla con lentitud y cuando giré mi cabeza, besó mis labios. Tras eso regresó su vista hacia el frente suspirando. Parecía que estaba recordando cosas, sonriendo con burla tal vez de su propio infortunio. -Mi relación con mi gemelo está rota desde hace ya bastantes años. Desde aquel entonces donde descubrí que no podía competir contra él. -Negó con la cabeza riendo-. No estamos peleados por tu culpa, Jungkook. Simplemente, estamos igual que siempre. Me quedé en silencio, viendo su perfil. Aquel TaeHyung que estaba viendo era más dócil y sensible; como un pequeño gatito asustado. Recordé las veces en que lo veía ir y venir desde mi ventana, cuando se sumergía en el silencio y su hermano era el que hablaba. Ese día en la sastrería, la primera vez que lo vi estaba enternecido con la suavidad de una tela, disfrutando algo insignificante que existía en lo terrenal, mientras su hermano se apropiaba de las palabras sin intenciones de cederlas. Luxus era el cuerpo y TaeHyung la sombra, como una segunda personalidad que jamás vio la luz. Cuando fui yo quien le besó, lo tuve claro. Algo no cuadraba.
Capriccio, Capítulo XI: Jungkook, Lisa 2/2
Jeon Jungkook. Durante años, fui considerado como un niño que jamás lloraba. El parto de mi madre tuvo complicaciones y su vida estuvo en el borde cuando nací. Aún moribunda, se sorprendió cuando no escuchó el llanto, y por muchas nalgadas que me hubiesen dado el esperado sollozo nunca se emitió por mis pequeños labios. Estaba bien, era un pequeño retoño saludable, y sólo se tomó esa ausencia de llanto como una anécdota de cena de Navidad. Como mi madre estaba bastante débil como para amamantarme, fui criado por unos meses por mi madrina: Kim JiSoo, a quien recordaba como una bella dama que por mucho que pasaran los años nunca envejecía y cuyas ropas jamás varían del rojo carmesí. Recordaba a JiSoo como una mujer de carácter fuerte, que se ganaba la vida administrando el circo más visitado de Londres, cuyo nombre recordaba como "Los engranajes de la torre del reloj", o así era el nombre del pequeño grupo que se presentaba allí. Recuerdo que a medida que crecía, llegando a los diez, visité el circo con mis dos amigos: Minatozaki Sana y Byun BaekHyun. Sana salía muy pocas veces a causa de la lejanía en la que vivía, por lo que verla era casi como un milagro. BaekHyun, por otro lado, vivió toda su vida con JiSoo cuando sus padres lo abandonaron; cuando los hijos mellizos de mi madrina nacieron las cosas parecieron cambiar para mal, causando que mi amigo se fuera de casa al poco tiempo cumpliendo su sueño de infancia. - ¡Cuando sea grande voy a ser parte del circo! -Exclamó, viendo maravillado a los trapecistas que volaban agarrados de las cuerdas por toda la carpa. BaekHyun era bastante apegado a JiSoo, accediendo a todo lo que esta le pedía y acompañándola a donde fuese; el nacimiento de los mellizos HyunJin y YeJi (Si no me equivoco, así se llamaban) causó que se sintiera reemplazado y olvidado, ¡Eran sus verdaderos hijos! BaekHyun pensó que él no tenía el derecho para seguir viendo a aquella mujer como una madre, y tras una fuerte discusión se unió al circo alejándose por completo de ella. La situación no pareció afectarle a la bella dama, que tiempo después entregó a sus hijos para que fuesen criados en otro lado. La última vez que vi a BaekHyun fue en el circo. Él tenía 25 y yo 17 cuando lo vi danzando con telas y volando en las cuerdas de la carpa. Estaba con mi familia cuando vi su presentación: Sus cabellos blancos se movían con cada movimiento que su cuerpo hiciera, su forma de danzar y de colgarse de las cuerdas mientras mantenía los ojos cerrados. En su rostro una pequeña cadena cruzaba por lo ancho y colgaba detrás de sus orejas. BaekHyun siempre fue mucho mayor que yo, en la actualidad tendría unos 28 años, dato que me hacía cuestionar sobre la de edad de Kim JiSoo. Recuerdo que una vez le pregunté durante la cena, ella me observó con sus ojos grandes y de color carmesí y apuntándome con el tenedor respondió: - ¿Tú qué crees? No respondí. Soyeon me dijo que ella pasaba por los cuarenta, casi llegando a los cincuenta; pero aquello sólo me confundió más. JiSoo era una mujer hermosa, sin una sola cana en su cabello y sin una sola arruga en su rostro. Una mujer que adoraba comer y que tenía una figura que no necesitaba de corsé, una mujer que en la actualidad me recordaba a Luxus y al TaeHyung que estaba viendo en ese preciso momento. La definición de perfección era completamente subjetiva, pero una cosa era parecer perfecto y otra era serlo. JiSoo era perfecta, Luxus era perfecto; TaeHyung se estaba volviendo perfecto. Cuando las presentaciones en el circo terminaron, Madre me dejó ver a BaekHyun. Fui a verlo a su camerino donde los demás artistas retiraban sus maquillajes. Cuando él me vio me sentí cansado y me acerqué a él. El tipo de ojos de Luxus, aquellos que no parecen resguardar un alma, los vi por primera vez en BaekHyun; dos orbes color azul índigo que brillaban sin dar indicio de vida, como si aquel cuerpo que estaba frente a mí fuese usado por algo y no por alguien. BaekHyun se alegró de la misma forma que TaeHyung, también me abrazó y me llevó a una zona alejada. Cuando conversamos sólo habló él, soltando todo aquello que jamás me contó, siendo dócil y sensible. Habló de Sana, luego de JiSoo, de los mellizos y finalizó conmigo, expresando sin pelos en la lengua que me amaba. Luego llegó el beso, o el intento del mismo. Lo detuve apenas acortó la distancia entre nuestros rostros, me despedí rápido y me fui de allí. No volví a verlo desde aquello. Nunca llegué a llorar siendo un niño, ni siendo un adolescente ni mucho menos siendo adulto. Mis hermanas consideraron eso como un problema, yo nunca tuve los motivos. Ni siquiera cuando Padre se suicidó tuve un motivo, no existía directamente. Los motivos reales para llorar estaban completamente normalizados, y aquello ya no los hacía motivos para llorar. Aunque siempre he creído que hay una primera vez para todo, llorar no era la excepción. Sólo sé que nadie vio cuando lo hice por primera vez, pues fue aquel día en el que comenzó a llover. Me separé de los labios de TaeHyung. Sonríe. No, no era él quien sonreía. ¿Quién era entonces? Kim Lisa. Jungkook había subido a la habitación con TaeHyung. Por alguna razón me sentí nerviosa y dejé la mesa antes de que Madre me dijera algo, igual no necesitaba decirlo: Pensamos lo mismo y me dejó ir. Al subir hacia el pasillo cuyas habitaciones ahora se mantenían cerradas debido a los acontecimientos de los últimos días quise acercarme a la de mi hermano, escuché murmullos dentro y sólo logré entender el nombre de Luxus. Resoplé y opté por alejarme un poco para esperar por Jungkook, al entrar a la oficina de mi padrastro no cerré la puerta y me quedé al lado del teléfono de nuevo. El 30 de diciembre TaeHyung había despertado casi moribundo, para año nuevo podía levantarse sin recordar haber enfermado y para el primero de enero ya hablaba de forma extraña, con un tono de voz extraño y con actitudes extrañas. La primera noche había sido un infierno, la noche anterior al día presente donde lo vi sobre mi cuerpo mirándome de una forma familiar. La misma mirada de Luxus, tan oscura e incomprensible que me había causado terror cuando sus manos viajaron por mis muslos hasta el interior de estos. Al gritar desperté a los sirvientes y a mi madre, sorprendentemente también a Luxus. TaeHyung parecía espantado y a su vez confundido, cuestionando qué había hecho él para acusarlo de un intento de abuso sexual. No parecía estar usando los juegos de Luxus, no parecía estar poniendo las cosas a su favor utilizando un aura inocente casi inexistente. Aun temblando y con el corazón en la mano sabía que aquel que intentó hacer algo inaudito era TaeHyung, Kim TaeHyung, la sombra de Kim Luxus. Era TaeHyung, No Luxus. Luxus ponía las cosas a su favor aun cuando esa aura inocente estaba cargada de mentiras y manipulación, TaeHyung negó las cosas como lo hacía Luxus, pero no precisamente como Luxus. TaeHyung sí parecía confundido. ¿Qué he hecho, Lis? Preguntaba. ¿Yo te hice algo malo? Repetía. Sus ojos estaban aguados y su voz temblaba, ¿Realmente TaeHyung había intentado aquello? Al tener tanto miedo de dormir sola terminé durmiendo con mi madre. Sin embargo, aquello no me tenía al lado del teléfono. A las seis de la mañana, el teléfono de la oficina de Padre sonó. Una sirvienta extrañada contestó, luego me llamó para ir hacia la oficina. Quien llamaba era Jennie, quien estaba casi suplicando que me pasaran el teléfono. Confusa, llevé el teléfono a mi oreja. - ¿Jenn? -Contesté, la voz aún me temblaba debido a lo que había sucedido con TaeHyung en la madrugada. -Lis... -La escuché del otro lado, sollozando-. Padre me tiene prohibido hablar por teléfono, pero... Necesito que... Hables con Luxus. - ¿Jenn? ¿Qué ocurre? ¿Pasa algo? Ella solloza unos segundos, tratando de inútilmente de silenciar su llanto. Absorbe por la nariz y respira profundo, tratando de calmarse. -SeokJin bebió de esa copa extraña y.… está muy mal, Jenn, no como TaeHyung. No deja de decir y hacer cosas extrañas. Fruncí el ceño y me senté en la silla de la oficina. - ¿Copa? -Esa mujer lo obligó a beber de ella. Tuvimos una cena con ella y los Im, esos mellizos venían con ella y tras hacerlo beber tanto... Le sirvieron de esa copa, luego ella misma le llevó la copa a los labios y lo hizo beber de ella mientras los mellizos lo sostenían. -Sollozó más fuerte de nuevo y se tomó un momento para tranquilizarse de nuevo-. Intentamos detenerlos, pero Padre nos prohibió intervenir y esos mellizos sacaron a los Im de la mansión con una excusa. Padre golpeó a NamJoon cuando iba a intervenir. Se supone que no puedo hablar contigo. Tengo demasiado miedo, Lis... -Jenn, Yo... -Temblé de nuevo, viendo en el umbral de la puerta a Luxus quien sonriendo ladino fumaba un cigarrillo-. Tienes que tranquilizarte, ¿Bien? -SeokJin no para de decir que Luxus ocasionó esto. Tienes que hablar con él, mi hermano está fuera de control. Tuvimos que atarlo porque quería atacar a nuestro padre con un cúter que estaba en la habitación y... ¡No, SeokJin! ¡NamJoon, NamJoon, se ha soltado! ¡SeokJin, No! Justo en ese instante, la llamada se cortó. Me quedé paralizada ahí mismo, sosteniendo el teléfono con fuerza mientras los escalofríos recorrían mi cuerpo. El olor del cigarrillo de Luxus que antes me parecía un aroma confortante, comenzó a hacerme sentir hostigada, como si aquel aroma fuese veneno que me mataba con sólo inhalarlo. - ¿Le pasó algo a Jennie? -Me preguntó, su voz me sobresaltó y me sentí aún más atemorizada. -Luxus... -Pronuncié, armándome de valor para verlo a los ojos-. ¿Sabes por qué TaeHyung enfermó? Él notó mi pregunta capciosa y sonrió, apagando su cigarro contra el umbral. -Nuestros propios males pueden enfermar. -Respondió-. ¿Cuáles son tus males, Lis? - ¿Por qué quieres saber eso? -No necesito saberlo porque no son mis males, ¿Tú realmente sabes cuáles son los tuyos? El silencio fue mi respuesta y él volvió a estirar su sonrisa antes de salir por el umbral. Resoplé estando al lado del teléfono, viendo también fijamente el pasillo. Cuando el escandaloso ruido del teléfono sonó, descolgué rápidamente. - ¿Hola? -Lis. -Esta vez era NamJoon-. Jennie me dijo que contactó contigo en un acto de desesperación, perdona si te asustó. -NamJoon, ¿Qué es lo que está pasando con SeokJin? Él se quedó callado por unos segundos, luego le escuché resoplar. -Hemos tenido que dormirlo, estaba fuera de control. No sabemos qué está sucediendo, pero en definitiva algo está pasando. -TaeHyung intentó sobrepasarse conmigo antenoche. -Le dije en un susurro, otra vez silencio en la otra línea-. TaeHyung también está actuando de una forma tan... - ¿Por qué no hablas con Luxus? -Me cortó-. Escucha Lis, es muy extraño que TaeHyung y Luxus discutan y días después TaeHyung intente abusar de ti, los dos sabemos que él no haría eso, como yo sé que el SeokJin que conozco no intentaría matar a nuestro propio padre o comer cosas que no son comestibles. - ¿Comer qué? -Larga historia. El punto, Lis, es que Luxus tiene la respuesta a todo lo que está pasando. -Sabes cómo es él, su arrogancia no le permitirá decir algo sensato. Sin mencionar que últimamente ha estado saliendo mucho y regresa casi a la madrugada. Haré lo que pueda para saber qué está sucediendo. -Pues date prisa, Lis. Si TaeHyung ha intentado hacerte eso, no me quiero imaginar qué hará SeokJin. Cuídate, ¿Sí? Al colgar me sentí aún más estresada y abrí uno de los cajones de mi padrastro para sacar un cigarrillo y fumar en lo que esperaba que Jungkook saliera de allí. No era de fumar, tenía prohibido fumar en Tailandia. Di una calada. No estaba en Tailandia, no estaba meditando. Y supe cuál era uno de los males dentro de mí. No estaba en Tailandia y no estaba meditando. Jeon Jungkook. Los besos comenzaron a aterrarme. Cuando lo besé llegó el segundo siendo casto, el tercero algo duradero, el cuarto más intenso y el quinto más aterrador. Yo amaba a TaeHyung, amaba su apariencia, su voz, su tacto, sus besos; amaba absolutamente todo de él. Yo era el artista que se había enamorado de su musa. El corazón se me aceleraba con cada toque suyo, por lo que no entendí por qué me sentía tan aterrado cuando con una no tan delicada apresó mis muñecas y me puso abajo de su cuerpo. Él sabía de mi timidez al besar, que mis primeros besos fueron con él. No entendí por qué mordía mis labios con tal fuerza que una pequeña gota de sangre se coló en el encuentro de nuestras lenguas que por alguna razón que desconocía luchaban de boca en boca buscando una sincronía. Las muñecas comenzaban a dolerme, apretaba demasiado fuerte. Cuando me acariciaba por encima de la ropa sin doble intención me sentía querido, deseado y amado. No entendí por qué sentí tanto miedo cuando sus manos comenzaron a acariciar mis muslos, subiendo lentamente hasta mi cadera y darle un pequeño apretón. Como pude pedí que se detuviera, TaeHyung lo hubiese hecho de inmediato, apenándose y disculpándose hasta el cansancio. Pero, No lo hizo, no me escuchó ni la segunda ni la tercera vez. El miedo me invadió cuando sentí su piel contra la mía, sus manos paseando por dentro de mi camisa, aflojando la corbata de una forma tan tortuosa que me robaba el aire. El apretón a mis pezones, los besos en el cuello, el sonido de un cinturón desprendiéndose. Quería gritar. Detente. Detente. Por favor... Detente. Cuando vi sus ojos me espanté al ver dos orbes color amatista, un púrpura tan brillante que de verlo antes me hubiera puesto en sus pies. - ¿TaeHyung...? -Musité, sentí el llanto atorarse en mi garganta. Yo nunca lloraba-. ¿Eres tú, TaeHyung? No respondió. Volvió a atacar mis labios. Mi mente trató de asimilar lo que estaba pasando y lo que estaba a punto de pasar y el recuerdo de Luxus en el umbral de la puerta, el color de sus ojos... Quise gritar y llorar, intenté empujarlo, pero volvió a tomar mis muñecas con más fuerza. Me estaba lastimando. TaeHyung me estaba lastimando. No, no era TaeHyung. Recordé los ojos verdes esmeralda de mi padre que brillaron apenas se suicidó. Él no quería hacerlo, él no lo había hecho. TaeHyung no estaba haciendo eso. Esos ojos. Luxus estaba en el umbral de la puerta, observando con una mirada que me atrajo por completo. Púrpura, amatista. Los ojos negros de Luxus eran huecos, el púrpura se apoderó de ellos y le hizo ver más vivo. TaeHyung, no, no, no es TaeHyung. -Luxus. -Pronuncio, TaeHyung se detiene-. Déjalo, por favor, Luxus. Demasiado perfecto como para ser humano. TaeHyung me mira, sus ojos púrpuras me atraviesan como dagas. Mis muñecas duelen y yo suelto en llanto, estoy temblando debajo suyo. Él sólo se limita a observarme. -Deja a TaeHyung, Luxus. Por favor. El marrón regresa a sus hijos y TaeHyung se espanta, quitándose de encima jadeando completamente aterrado. TaeHyung. Mi TaeHyung. Estaba llorando a mares en la cama, él parecía estar a punto de hacerlo. -Jungkook, yo... En ese momento la puerta se abre y Lisa entra. Se queda paralizada al ver la escena y voltea a ver a TaeHyung completamente atónita. TaeHyung está al borde del llanto y sale corriendo inmediatamente del cuarto. - ¡TaeHyung, espera! -Grita Lisa, la puerta de la mansión se cierra de un portazo. Yo sigo en la cama llorando, llevando mis manos a mi rostro sintiendo por primera vez las lágrimas fluir por mis mejillas, perdiéndose por mi mentón e incluso bajando por mi cuello. Lisa se acerca y se sienta junto a mí, acariciando mi cabello para consolarme. - ¿Estás bien, Kook? Niego con la cabeza, secando mis lágrimas con mis manos. Veo el techo fijamente, la vista se me nubla por las lágrimas que aún salen. -Es Luxus. -Pronuncio, ella me mira algo confusa-. Luxus le está haciendo daño. -Jungkook, TaeHyung intentó hacerme lo mismo, no creo que... - ¡TaeHyung no haría esto, por Dios! -Grité, la chica se sobresaltó un poco-. No lo haría, No lo haría... Lisa pareció relajarse un poco y continuó en su intento de tranquilizarme. Ella también parecía estar preocupada y a su vez confundida. -Necesito hablar con JiSoo. - ¿JiSoo? -Mi madrina. -Respondí reincorporándome, comenzando a arreglarme la ropa-. Ella es la única que puede decirme qué está pasando. -Voy contigo. - ¿Por qué vendrías conmigo? -Pregunté, ella bajó la mirada. -TaeHyung no es el único que está en peligro aquí. Nos quedamos en silencio. De nuevo sentí ese nudo en la garganta. Minutos después y aún sumergidos en silencio, salimos a buscar a Kim JiSoo. Capriccio, Capítulo XII: Kim Luxus -Padre. -Llamé. -Vante. -Responde él. -Padre. -Dime, Vante. -Padre. Silencio. -Padre. -Repito. Silencio-. Padre. - ¿Qué quieres? Aparenta estar cansado, viéndome con sus cansados ojos marrones de los cuales cuelgan dos enormes y cansadas ojeras. La mano con que sostiene la pluma de la cual gotea tinta negra tiembla, está desaliñado. Padre siempre está cansado y desaliñado. El violín está apoyado en mi hombro, él espera a que yo toque algo para darle motivo a mi insistencia. Yo no toco y él no habla. -Llámame Vante de nuevo. Me mira confuso, yo bajo el violín y lo dejo en el sillón. Me poso a su lado, él regresa al papel en el cual escribe una carta a una persona que no conozco, o su nombre no logro reconocer. Deja la pluma al lado del tintero y apaga la vela a su lado. Se levanta de la silla y suspira. - ¿Por qué quieres que haga eso? -Porque a TaeHyung no le gusta. -Contesto. Su ceño se frunce, las arrugas de su entrecejo manifiestan vejez. - ¿Por qué quieres que haga algo que a tu hermano no le gusta? -Porque va a querer discutir. - ¿Y por qué quieres discutir con él? El interrogatorio le saca de sus casillas. Le miro impasible, mis ojos penetran su alma perturbada por su propio hijo. Lo carcome la culpa del abandono. -Para hablar. TaeHyung no habla con nadie, simplemente no quiere hablar con nadie. Padre me mira sin comprender y se va de la habitación después de dejarme un beso en la cabeza, susurrando mi nombre. El violín reposa en el sillón, me siento junto al instrumento y comienzo a acariciar sus cuerdas. Ejerzo fuerza, una cuerda se rompe golpeando uno de mis dedos. Veo el violín roto, resoplo. -Padre. -Susurro-. Necesito cuerdas. El violín se había roto después del funeral, el fuego de la chimenea abrasaba con fervor, las partituras hacían engrandecer el fuego. Padre no me había hablado, nadie había dicho mi nombre. Estaba solo. -Luxus. -Hyuna me llama, volteo a verla y salgo de mi trance. No, ya no era Vante. Luxus, era Luxus. - ¿Pasa algo? -Pregunta. -No. -Respondo. No doy explicaciones, no había explicaciones. Hyuna no hace más preguntas. Agradezco aquello. -Te pregunté si ibas a quedarte a dormir, ya es medianoche. Está oscuro afuera. Al ver por la ventana de la mansión veo que es cierto. La oscuridad consume el bosque, la nieve sigue cayendo. No. Estar allí despertaba las pesadillas, la realidad no se nublaba allí. Era hora de ir a casa. Niego con la cabeza, Hyuna resopla. -No puedo. -Contesto. - ¿Por qué? ¿No puedes dormir? Sonrío con sequedad. Hyuna es una maldita y la detesto por saber todo lo que me sucede. Detestaba que pudiera verme sin filtros, sin máscaras, detestaba que viera la faceta que le escondía a mi familia. Hyuna sabía de las pesadillas, Hyuna sabía demasiadas cosas. -No. - ¿Pesadillas? -Ya deberías saberlo. -Lo sé, pero quiero que tú me lo digas. Giro mi cabeza a la derecha y la veo. Sus labios están pintados de color carmín y dos pequeños diamantes adornan los lagrimales de sus grandes ojos. No recordaba la última vez que la había visto dormida, incluso podría jurar que nunca la había visto sumergiéndose en sueño profundo. Tal vez, ni ella misma lo sabía. -No quiero hablar de eso. -Le digo regresando los ojos a la ventana, ella chasquea la lengua. - ¿Tu padre? -Pregunta, yo me quedo en silencio-. Es con él con quien sueñas, ¿no? No digo nada. Mis ojos se quedan fijos en la oscuridad que abraza al bosque, mi mente comienza a dibujar cada escena de las pesadillas. No me atacan monstruos como en las pesadillas de TaeHyung, no me estoy ahogando, ni cayendo del balcón más alto. La pesadilla traía un recuerdo a la vida, un recuerdo muerto que quería olvidar. Mis manos manchadas de sangre, de su sangre. El sueño finaliza con las cuerdas del violín rompiéndose, estando solo en el salón. Las cuerdas se rompen, no vuelvo a tocar. No vuelvo a tocar. Hyuna baja sus ojos hacia mis manos y las toma entre las suyas atrayendo mi mirada. Sus manos siempre están frías, ni siquiera cuando está al lado del abrasador fuego de la chimenea sus manos entran en calor. Sus ojos verdes dan con los míos, no los aparto, ella tampoco. -Tienes manos de violinista. Me tomo el tiempo de observar algunas de las pequeñas heridas en las yemas de mis dedos, aquellas cicatrices que dejaron una constancia de que las pesadillas sí eran reales. Yo tocaba el violín, aún recordaba cómo tocar. Vante había muerto cuando dejó de tocar, la muerte del violinista. La cuerda se rompió después de su última presentación, Vante muere y Luxus vive, vive dentro del cuerpo de Vante; con las heridas de Vante. Algunas veces, aún escuchaba su melodía. ¿Qué había pasado? - ¿Tocabas antes? - ¿Por qué preguntas cosas cuyas respuestas ya conoces? -Le pregunté, ella resopló por la nariz y soltó mis manos. -No quiero saber toda tu vida sin que tú y yo intercambiemos palabra. Tus manos son de violinista, quiero saber si aún tocas o si tocaste alguna vez. Me siento rendido ante su deseo de saber de una parte de mi vida. Su interés por el violín me aterra, no hablo del violín desde que la cuerda se rompió. El significado, la melodía, la cuerda. El tiempo que el violinista nació y murió. La fina línea que separaba a Vante de Luxus. -Yo no toqué violín. -Respondí con simpleza-. Vante, sí. No se descoloca por mis palabras, solamente sigue preguntando. -Tu nombre completo es Kim Vante Luxury. Te dicen Luxus por petición tuya, pero antes solías llamarte Vante, ¿Usas tus dos nombres como alter ego? Entonces siento la necesidad de abrirme con aquella bella dama, quien expresa su interés en Vante con sus preguntas. Me cuestiono si es bueno hablar de Vante en primera y segunda persona. Decido hablar de él en primera persona. -Así solía llamarme mi padre. -Digo, Hyuna me mira atentamente permitiéndome continuar; temiendo que con alguna palabra suya tema contar más-. Él... me obsequió el violín cuando supo que me acosaban en las calles, no quería que me pasara algo malo por lo que me dio un entretenimiento. El violín fue mi entrada al mundo que me causaba tanta ansiedad, TaeHyung se sacrificó por mí para que yo pudiera vivir bien, pero, sólo me hizo sentir culpable y ya está, nunca se lo pedí. El violín fue mi único amigo y estuvo cuando llegaron más. Solía tocar en el balcón de la mansión hasta que Jimin me escuchó y nos hicimos amigos. Nunca toqué ante él, ni ante mis hermanos o mi madre. Sólo tocaba para papá, la única parte humana que conocí en el mundo. Cada sonata era para él y yo sólo tocaba para él. Cuando murió toqué en su funeral una sonata que había hecho sólo para él, TaeHyung la describe como caótica porque fue con una orquesta entera que sólo seguía el ritmo, nadie se esperaba el momento en que todos los violines dejaron de tocar después de que sonó una vez el tambor. El único violín que sonó fue el mío, guiando a todos los instrumentos que excluían al violín. Cuando finalizó todo yo estaba arrodillado ante su silla vacía, luego una cuerda se rompió. Vante había muerto y hubo sólo silencio. El silencio me dio la bienvenida y lo único que me dejó Vante fueron las lágrimas que rodaron por mis mejillas. El sollozo fue opacado por los aplausos de un público que escuchó un grito de lamento disfrazado en una melodía bella, Vante se estaba muriendo y lo aplaudieron. Hyuna se quedó atónita por el relato y se quedó unos minutos en silencio, luego sonrió mostrando sus dientes como si alguna ironía hubiese llegado a su cabeza. Esta vez, ella es la que habla. -Jamás había escuchado a un demonio hablando así de un humano. -Me dijo-. ¿Lo querías mucho, Luxus? Reí con sequedad. -Te recuerdo que tengo un lado humano también, un lado que fue estimulado por el único espectador que permití tener en toda mi vida. Ese hombre era mi adoración, si no está no tiene sentido tocar más. -Tu lado humano es algo cursi. -Comentó ella, apoyando su cabeza en mi hombro-. ¿No harías una excepción conmigo? Me gustaría escucharte tocar. Rio ante su comentario y niego con la cabeza, ella gruñe haciendo un puchero. -Qué aguafiestas. Nos quedamos en silencio unos minutos que no me tomo el tiempo de contar. Escucho su respiración y siento la frialdad de sus dedos acariciar los míos. Hyuna no usaba perfume, pero su aroma era de lluvia y tierra mojada, algo bastante agradable para mi olfato. - ¿No la odias? -Pregunta Hyuna. - ¿Hm? -Por haberlo matado, ¿No la odias? Y es que ni siquiera lo sabía. Recordé el rostro espantado de mi madre al verme, luego de saber que efectivamente él estaba muerto. La alfombra llena de sangre, de su sangre. Ella no supo cómo lidiar con el único testigo que había dejado de su crimen. El recuerdo del veneno en mi copa me hizo sonreír. -No lo sé. Hyuna sonrió con los labios y giró su cabeza para verme, para cuando la miré la distancia era mínima y nuestra respiración se volvió una sola. Pensamos en lo mismo cuando nos acercamos un poco más, hubo un pequeño roce de sus labios carmín con los míos. Más que un roce, quisimos un poco más y nos olvidamos de ello cuando la puerta se abrió, separándonos al instante. Felix entró a la habitación arqueando la ceja con picardía y observó a Hyuna exigiendo respuestas, ella no iba a dárselas. - ¿Qué quieres, Felix? -Preguntó ella, regresando a la postura de antes. -Lamento haberlos interrumpido en su bella velada, pero tenemos problemas. - ¿De qué tipo? -Jeon Jungkook y Lalisa Manoban vienen hacia acá. -JiEun entró a la habitación robándole las palabras de la boca a Felix-. O eso nos dijeron los guardianes del bosque. - ¿Qué? Hyuna se levantó de golpe del sillón y siguió a JiEun, yo las seguí junto a Felix hasta el vestíbulo donde todos estaban reunidos pensando en qué hacer. Ni JiSoo ni los mellizos se encontraban. -Viene a ver a JiSoo. -Explicó Sana-. Joder, ¿Qué vamos a hacer? -Como que tu jueguito fue bastante lejos, ¿No? -Musitó Felix en medio del bullicio que Hyuna trataba de calmar, yo lo miré por el rabillo del ojo-. Al pintorcito no le hizo mucha gracia que intentaras hacerlo controlando a TaeHyung al parecer. Solté una risa nasal. -Yo no hice nada. -Dije, Felix me miró arqueando una ceja con diversión-. El contratista sólo guía en base de los deseos del nuevo amo, el intentar aquello son deseos profundos de mi hermano. Él no se sentirá tranquilo hasta tener a Jungkook entre sus sábanas, yo sólo le di un empujoncito. -Aprendes rápido. -Afirmó después de silbar impresionado-. ¿Y qué harás con tu hermanastra? Jennie, ¿no? Me encogí de hombros. -Será demasiado fácil. Cuando Hyuna logró acallar todo el bullicio, tomó la postura de líder y comenzó a hablar. -Jungkook sabe lo que está sucediendo. -Dijo, parecía dirigirse más a mí que a ellos-. Viene por respuestas y no parece muy feliz. No lo podemos dejar parado en la puerta. -Yo me encargo del pintor. -Me ofrecí, Hyuna no protestó-. ¿Tú te encargas de Lisa? -Dudo que Lisa esté lista para verme. - ¿La conoces? -Pregunté, ella sonrió. -Hoy no es el día de hablar del pasado, violinista. Felix, ¿Te encargas de Manoban? -Sin problema. -Aseveró el albino. Hyuna y los demás subieron a la zona más alta de la mansión para no ser descubiertos. Varios minutos después las puertas fueron tocadas y previamente abiertas, me cuestioné el cómo Jungkook conocía el lugar si sólo podía ser visto por personas como yo, o como Hyuna y sus amigos. No me hice muchas preguntas, ya habría tiempo de conversar con él. Felix se acercó a la puerta y tras unos murmullos el pintor junto a mi hermana entró, observando la fachada. Jungkook parecía conocer cada rincón de la mansión, buscando con la mirada a Kim JiSoo. Lisa fue llevada por Felix al comedor y por indicaciones del mismo, Jungkook fue hasta el salón donde me encontró sentado en uno de los sillones esperándolo. Cuando quiso dar la vuelta, las puertas se cerraron en frente suyo. No tenía más opciones. -Jungkook. -Luxus. Sonreí. Jungkook se veía decidido incluso en sus pasos lentos al momento de acercarse y sentarse frente a mí. -Me alegra volver a verte. -Le dije-. Creí que estarías con TaeHyung el día de hoy, hasta donde sé está muchísimo mejor. - ¿Qué le estás haciendo? -Me cuestionó de golpe. Su semblante estaba endurecido, estiré una sutil sonrisa-. Sin mentiras, Luxus, ¿Qué le estás haciendo? - ¿Intentó sobrepasarse contigo? ¿O por qué estás tan seguro que fui yo? -Tus ojos, Luxus, tus putos ojos. -Me dijo con furia, se veía adorable incluso maldiciendo-. Tus ojos no tienen un color fijo, sólo muestran su verdadera naturaleza con el cambio de color. En lo absoluto eres humano, Luxus. Sé que eras tú, ¡Intentaste...! -Ah, ah. Sin acusar. -Le corté, apuntándole con un dedo-. TaeHyung no está poseído, por si tienes esa duda. Simplemente está actuando de la forma en que muy en el fondo quiere actuar. Tenle un poco de compasión a mi hermano, estuvo muchos años solo, en algún punto llegaría a estallar debido a todo lo que ha reprimido. -TaeHyung no abusaría de mí. -Yo no estaría muy seguro. -Decliné inclinándome un poco en el sillón-. Puedes quererlo, pero no conocerlo como lo hago yo, bonito. TaeHyung es un chico con secretos interesantes. -No hables como si lo conocieras. -No, tú no hables como si lo conocieras. Llevas de conocerlo un par de meses y de hablar con él sólo unas semanas, no te pongas al nivel de alguien que literalmente nació y se crio con él porque quedarías muy mal. No lo conoces, Jungkook y tampoco te conviene conocerlo. Jungkook me mira, la furia chispea de sus ojos mientras observa los míos, cuyo color amatista brilla con intensidad. -Hablemos, Jungkook. Sin filtros. Él se inclina en su silla y asiente. -Sin filtros.
Capriccio, Capítulo XIII: Jungkook, TaeHyung y Luxury
Kim TaeHyung. El frío me calaba los huesos. No sabía cuánto había corrido, o avanzado, como tampoco sabía dónde estaba. La noche había caído y yo estaba completamente perdido y aterrado. Aterrado no por estar solo y perdido, sino por mí mismo. ¿Qué me estaba pasando? Estaba caminando sin rumbo fijo, dejando huellas de la nieve por el camino previamente recorrido, siguiendo un instinto que parecía mentirme; ese mismo instinto que me tenía en tal situación. Me estaba carcomiendo, el grito de Lisa y el llanto de Jungkook. Atrapado y tachado de abusador, sin en realidad saber qué estaba pasando. El llanto de Jungkook se había quedado clavado en mi mente, repitiéndose una y otra vez recalcando el daño que había hecho, y su ropa desarreglada junto a sus labios rojizos que me mostraban el daño que estaba a punto de hacer. Abusar de Jungkook, de su cuerpo, robarle su pureza. Ese daño que estaba a punto de hacer. Me quedé parado un momento, viendo a lo lejos una pequeña cabaña de la cual salía humo de la chimenea. Sabía que era momento de regresar y pedir indicaciones para volver, teniendo la esperanza de que Jungkook ya no estaría en casa, sino que estaría en la suya; con las cortinas cerradas, protegiéndose de mí. Opté por acercarme, sólo para pedir direcciones y guiarme. Al estar frente a la puerta, toqué tres veces y pronto se abrió. Un chico de cabellos blancos y ojos grises fue el que abrió. Vestía con un pijama y sostenía una larga pipa entre sus dedos. Me observó de pies a cabeza, como si me reconociera de algún lado. No dijo nada, yo hablé. -Disculpe que le moleste. Estoy perdido y necesito indicaciones para regresar al centro de la ciudad. Él alza la vista al cielo y hace una mueca, luego observa mi estado y niega con la cabeza. -Se aproxima una tormenta. -Dice, su voz sonó algo ronca-. Y se ha alejado mucho, no pueda tomar ese riesgo. Venga, entre. -D-disculpe, pero no quiero causar molestias. Sin embargo, insiste. -No las causa, joven Kim. -Me dice y yo me sobresalto al escuchar mi apellido. Ladea una sonrisa-. Por favor, pase. Al entrar, siento el cambio de ambiente como un golpe, pasando un frío abrasador a un calor ciertamente hogareño. Por un momento, entrar allí y ver la iluminación y la decoración navideña aún puesta me recordó al antes. Cuando Madre hacía galletas y Padre nos cantaba canciones y abría los regalos junto a nosotros. En aquel entonces donde convivir con Vante no era un infierno. Definitivamente extrañaba a Vante. El chico me pidió que me sentara y llegó minutos después con una taza de chocolate caliente entre sus manos y que dejó frente a mí en la mesa de café. Al darle un sorbo más recuerdos me invadieron. El chocolate caliente de mamá, ese mismo que bebía con Vante cuando llegábamos de jugar. O bueno, cuando Vante llegaba de ver a sus amigos y yo llegaba a casa golpeado. Recordé las veces en que Vante me defendió como las veces en que me dejó tirado. El chico se sentó en frente mío comiendo unas galletas mientras volvía a poner la pipa entre sus dedos. Dio una calada y el aroma del humo llegó a mí, trayéndome el recuerdo agrio de Luxus. Ya no era Vante quien inundaba mis recuerdos, sino un completo desconocido cuyo nombre era Luxus. -Ahora, ¿Va a decirme que hace el aristócrata Kim TaeHyung en medio de la noche y completamente solo en sitio como este? -Me pregunta, mirándome en la espera de alguna respuesta. -Es una larga historia. -Respondo con cautela, doy un sorbo a la taza-. ¿Cómo sabe de mí? -Todo Londres sabe de usted, Joven Kim. Y de su familia. Trabajan para la reina, está claro que toda persona sepa de ustedes debe mostrar respeto. -Entonces, ¿Su hospitalidad fue porque debe mostrar respeto ante mí? -No. Si el que hubiera estado frente a mi puerta fuese un mendigo también le ayudaría, joven Kim. Sería inhumano dejar a una persona o animal en medio de una tormenta de nieve, ¿No cree? Asiento y el vuelve a calar de la pipa. Estiro mi mano por una galleta al ser autorizado con un asentimiento y muerdo despacio. -Aunque, a usted lo conozco no sólo por eso. Es usted cercano a un amigo mío que no veo desde hace años. Fruncí el entrecejo confundido, haciendo lista de cada persona que conocía, sin recordar la apariencia de aquella persona. -Soy amigo de la infancia de Jeon Jungkook. Byun BaekHyun, un placer. Entonces las palabras de Jungkook me vienen a la cabeza. BaekHyun, uno de los amigos de Jungkook de la infancia, con quien solía ir a Japón a visitar a Sana. Sana estaba muerta, yo la había matado, ¿Qué garantizaba que BaekHyun no tuviese ese mismo destino? Alguien unido a Jungkook, una parte de su infancia que sabía de mí. Por un instante, me cuestioné de dónde me conocía y cómo sabía de lo mío con el pintor. Si no lo veía hace años era extraño, ¿Quién le había contado? -Su hermano Luxus es muy amigo de mi madre. -Respondió a mi pregunta, como si hubiese leído mi mente-. Lo he visto varias veces, diría que es encantador. Usted parece ser bastante tímido a comparación de él. Resoplé por la nariz y asentí, sin querer discutir. -Siempre he sido su sombra. -Fue lo único que dije-. ¿Él le contó sobre mí y Jungkook? -Me agrada saber sobre Jungkook. No hablamos desde hace bastante, he estado preocupado por él, así que, Luxus me contó un poco. Ustedes tienen un rollo, ¿No? Me encogí de hombros, sintiendo como mi privacidad se iba a la mierda con Luxus, que incluso en la lejanía, seguía entrando en ella como si le perteneciera. -No me resulta desagradable, si es lo que teme que piense. Sólo me parece increíble que Jungkook esté tan pegado a alguien como usted. - ¿Cómo alguien como yo? -Jungkook nunca se interesó en alguien de la aristocracia. -Aseveró, golpeando un par de veces la pipa en un cenicero-. Estaba feliz en casarse con Sana, que en paz descanse, porque simplemente se sentiría igual que siempre. Además, Jungkook es un chico muy inocente, los aristócratas tienden a tener secretos interesantes. Luxus me comentó que usted tiene secretos turbios, me temo que Jungkook quiere adentrarse más en lo prohibido. Y entonces no lo soporté. Dejé la taza en la mesa y me levanté del sillón dispuesto a irme, pero la puerta no se abría por mucha fuerza que ejerciera. BaekHyun me observó desde el sillón con cierto desdén. -La tormenta está bastante fuerte. -Me dijo y se levantó del sillón-. Mi madre y mis hermanos no están, por lo que puede quedarse en la habitación de uno de los tres. Venga. Sin tener muchas opciones opté por seguirlo, me guio a una habitación que tenía una cama amplia con sábanas y almohadas color rojo carmesí. Las cortinas y la alfombra eran del mismo color y había detalles de oro y plata en algunos objetos. BaekHyun se apoyó en el umbral de la puerta y me vio entrar. -Mi madre es muy sofisticada. Se sentirá como en casa aquí. -Me iré en la mañana. -Condicioné. -Lo sé. -Respondió-. Buenas noches, joven Kim. Tras decir eso se fue cerrando la puerta. Suspiré lanzándome a la cama, viendo fijamente el techo. Pensé en Jungkook, en Lisa y en Luxus. Más que todo en Luxus y en todo lo que hacía para saciar su aburrimiento. Estaba cansado. Muy cansado. - ¿Por qué me haces esto, Vante? Al musitar aquello las lágrimas nublaron mis ojos y comencé a llorar en silencio, recordando que Jungkook lo hizo a gritos cuando había reaccionado. No, yo no lo había hecho. Por mucho que lo deseara. Kim Luxus. Sabía más de Jungkook de lo que él se imaginaba. Tenía 20 años, su padre biológico se suicidó cuando esté apenas tenía dieciséis años y a consecuencia de esto comenzó a pintar. Tenía dos hermanas: Soyeon, su hermana biológica y Rosé, su hermanastra. Su padrastro falleció por una extraña enfermedad y sólo le quedó su madre que trabajaba en una sastrería y secretamente como prostituta en uno de los burdeles más visitados de Londres, claramente, esto no lo sabían sus hijos. Jungkook tuvo una sola pareja, aunque TaeHyung no lo supiera, cuyo nombre era Byun BaekHyun. Este chico, que en verdad fue el último contratista de la envidia, fue pareja de Jungkook por un tiempo o más bien, Jungkook estuvo enamorado de él por un tiempo, y resultó siendo mutuo. Más nunca se llegó a besos, o algo explícito. Jungkook era demasiado inocente como para BaekHyun, o para TaeHyung. Con la diferencia que TaeHyung sí tomaba lo que quería. Incluso si la fuerza era necesaria. Y uno de los secretos más interesantes que se tenía guardado el pintorcito estaba reservado para mí. Sonreí al verlo con ese porte tan decidido, viéndome fijamente a los ojos mientras yo lo observaba de pies a cabeza. -TaeHyung no es el único, ¿Verdad? ¿Qué está sucediendo con SeokJin? -Eso deberías preguntárselo a tu madrina. -Respondí-. Lo que ella haga no es de mi interés. - ¿Insinúas que ella...? -Replicó Jungkook levantándose, pausando sus reproches para calmarse-. JiSoo no hace ese tipo de cosas que tú haces, ¡No eres un jodido humano, Luxus! Deja de fingir, sé que eres un maldito demonio. -Nunca he fingido. Aunque se me hace curioso algo, ¿Crees en demonios, Jungkook? -Siempre he creído. -Afirmó, su mandíbula estaba apretada, me levanté para encararlo como se debía. - ¿Qué te hace tan crédulo? Jungkook no se movió pese a la cercanía de nuestros rostros. Quería mantenerme la mirada, aquella que sólo les mostraba a las personas indicadas. Mi verdadera forma reflejada en dos ojos. -Uno me quitó a mi padre. -Respondió con firmeza-. ¡Él no disparó esa puta arma! Y TaeHyung no era quien iba a abusar de mí. Reí. Pasando mis dedos lentamente por su mandíbula. -Esa boquita... -Deja de jugar, Luxus. Volví a reír, bajando los ojos a sus labios. Relamí los míos. -No estoy jugando a nada. Aunque... ¿Quieres saber uno de los secretos de TaeHyung? Aun manteniendo mis dedos en su mandíbula comencé a caminar hacia adelante, causando que Jungkook retrocediera hasta chocar con una pared. Con mi otra mano y con un movimiento de mis dedos puse el pestillo a la puerta. No me preocupé por Lisa, Felix se encargaría. -Sana era una linda chica, ¿No, Jungkook? -Inquirí, Jungkook asintió con lentitud apartando los ojos por primera vez-. Pues su sangre pigmentó muy bien en las obras de mi hermano. - ¿Q-qué? - ¿Crees que TaeHyung es tonto y dejaría ir a la única razón de su felicidad por una aparecida? Pues lastimosamente, no lo es. Jungkook volvió a mantenerme la mirada, sus ojos estaban cristalizados. Sonreí ante su expresión. -Mientes. -Mentir es innecesario para mí, Jungkook. ¿Por qué no le preguntas dónde estuvo aquella noche? O mejor, ¿Qué estuvo haciendo? - ¡No es un asesino! -Gritó al borde del llanto, intentando empujarme. No lo logró-. ¡¿Por qué le haces esto?! -Yo no le he hecho nada. -Musité con suavidad, limpiando con mis pulgares sus lágrimas-. Matar a esa linda chica fue su decisión, intentar arrancarte eso que te hace un ángel también es un deseo suyo. TaeHyung está jodidamente consciente, Jungkook. Es lindo pensar que creíste que fui yo quien estaba controlando a TaeHyung, pero... ¿No crees que se detuvo sólo porque dijiste mi nombre? Entonces se quedó en silencio y yo aproveché la oportunidad para acercarme más y devorar sus labios. Soltó un gemido cargado de sorpresa e intentó empujarme, pero seguí besando sus belfos con lentitud hasta que dejó caer ambos brazos a sus lados. Rindiéndose. Sonreí cuando sus labios comenzaron a moverse y tomé sus muñecas para ponerlas a ambos lados de su cabeza. Cuando sentí que íbamos a buen ritmo, colé mi lengua en su boca y el jadeo de su parte me hizo enloquecer al tiempo que su lengua se enroscó con la mía. Creando un chasquido jodidamente delicioso. Solté sus muñecas para tomarlo de la cadera mientras él rodeaba mi cuello con sus brazos, empinándose para hacer que el encuentro de bocas no fuese tan efímero. A paso torpe nos guie hasta el sofá, donde Jungkook se puso sobre mi regazo, permitiéndome desprender cada botón de su camisa. Él hizo lo mismo con la mía, dejando sólo la mitad de los botones desprendidos. Al separar nuestras bocas con un hilo de saliva dando constancia del encuentro, hundió su cabeza en mi cuello comenzando a dar besos húmedos mientras yo con algo de esfuerzo desprendía la hebilla de mi cinturón. Lamió desde mis orejas hasta mis clavículas, queriendo explorar más terminó por desprender todos los botones, de la misma, comenzando a deslizar su lengua por mis pezones hasta mi abdomen y el inicio del pantalón. Cuando el cinturón estuvo desprendido, él deslizó la cremallera y después el botón. Me volvió a besar cuando tomó mi miembro entre sus manos, comenzando a masturbarlo al tiempo que chupaba mi lengua con lentitud. Ahogué un grave gemido cuando lo vi entre mis piernas, y una sensación cálida y húmeda absorbió todo mi sexo. Lo tomé de su castaño cabello para regular sus movimientos, él me observaba fijamente sacando mi pene de su boca, jugueteando con mi glande con la ayuda de su lengua. Tiré mi cabeza hacia atrás, al sentir escalofríos recorrer toda mi espina dorsal. Sabiendo que a ese paso iba a terminar en su boca, lo aparté tomándolo del cabello. -Levántate. -Le dije en un jadeo. Él resoplando lo hizo y fui yo el que comenzó a dejar besos por todo su abdomen, dándole más atención a sus pezones. Los chupé y mordí, Jungkook parecía estar encantado con ellos y mientras le daba atención a uno jugueteaba con mis dedos con el otro. Acaricié lentamente por encima de la tela la creciente erección que se asomaba por sus pantalones sin algún tipo de pudor. Comencé a tocar lento arriba hacia abajo sobre la tela, mientras la punta de mi lengua daba vueltas en sus deliciosos botones. Jungkook me tomó de los hombros con fuerza, ahogando gemidos para no ser escuchado por los demás. Lo estaba llevando al límite. -Luxus... -Jadeó-. Joder... Mhg... Sonreí y para no torturarlo tanto terminé desabrochando su cinturón junto a sus pantalones y los bajé junto su ropa interior. Lamí un poco la palma de mi mano para comenzar a masturbarlo, viendo ansioso ese líquido preseminal que humedecía su glande de una manera jodidamente exquisita. Llevé dos de mis dedos a su boca, él me miró con el ceño fruncido. -Chupa. -Ordené. Ni yo sabía por qué estábamos en esa situación, tampoco quería preguntar. Jungkook chupó mis dedos con fervor, y los soltó cuando hice un ademán de sacarlos. Puse una de las piernas de Jungkook sobre el sillón para tener mejor acceso y besando su costado introduje uno. Jungkook abrió la boca dispuesto a maldecir en un sonoro gemido, fui rápido al posar mi otra mano en su boca y lo miré arqueando una ceja como advertencia. Comencé a mover el primer dedo lentamente, sintiendo como sus paredes de apretaban en mi falange. Cuando toqué ese punto, Jungkook gimió ahogado, su saliva comenzó a escurrirse en mi mano. No le di importancia. Al creerlo viable introduje el segundo dedo y Jungkook apretó con más fuerza mis hombros. La saliva que escurría de la boca del pintor comenzó a rodar en gotas por su mentón y cuello. Joder, era tan apretado. Tras estimularlo saqué mis dedos y con mi mano húmeda lo tomé del hombro para ponerlo nuevamente sobre mi regazo, sólo que esta vez delineé mi miembro en su entrada y comencé a entrar lento, volviendo a callar los gemidos y jadeos de Jungkook con la misma mano. Cuando pudo entrar por completo esperé un poco, distrayendo a Jungkook con besos húmedos en su cuello y labios, limpiando con mi lengua los rastros de su saliva derramada. Luego tomándolo de sus caderas comencé a embestirlo suavemente. Ya no había marcha atrás. Supe que Jungkook se acostumbró cuando él mismo comenzó a saltar sobre mi polla, pidiendo que fuese más rápido en un jadeo. Cumplí sus órdenes y comencé a embestirlo con fuerza, golpeando su punto dulce. La camisa de Jungkook terminó cayendo por sus brazos cuando la temperatura sobrepasó sus límites y el sonido de sus nalgas golpeando contra mi pelvis se volvió jodidamente adictivo. Dejé de cubrir la boca de Jungkook permitiéndole que gimiera y gritara con fervor, me imaginé la expresión de Lisa y la de TaeHyung. Sonreí extasiado, mordiendo el hombro de Jungkook antes de que las embestidas se volvieran más insistentes. - ¡Luxus~! ¡Ah~! Sus uñas rasguñaron mis hombros al momento de correrse. El líquido me salpicó el abdomen y un poco la mandíbula, yo llegué después, corriéndome dentro suyo. Comenzamos a jadear tratando de regular la respiración del otro. Y sonreí cuando escuché a Jungkook sollozar en mi hombro. -Ya tienes lo que querías. -Me dijo, su voz estaba temblorosa por el placer y el llanto-. Ahora... Déjalo, por favor. Y sonreí acariciando su espalda desnuda. Lo había hecho por TaeHyung, paradójico. Dejé que llorara en mi hombro, viendo la chimenea arder con más intensidad. Jungkook era tan inocente que no había solucionado las cosas, había detonado algo peor. Me había puesto las cosas muy fáciles. Si TaeHyung se enteraba... Entonces sonreí. Sí, definitivamente, había funcionado. Jeon Jungkook. Sucio. Cuando me vestí y salí de aquella habitación y vi el rostro de Lisa casi indescifrable. Sucio. Ella me observa como si hubiese hecho algo horrible, algo inhumano y abandonamos la mansión en silencio. Ella no se atreve a decirme algo, o a tan siquiera verme a los ojos. El silencio es tortuoso cuando regresamos a casa y las campanas suenan anunciando las tres de la madrugada. Estamos entre las dos calles, en el mismo sitio donde había muerto Sana y entonces intento hablarle, pero ella me roba las palabras. - ¿Cómo... Pudiste hacerle eso a TaeHyung? Su pregunta suena suave, pero está cargada de dolor. Lisa parecía estar a favor de TaeHyung o intentaba compadecerse de él. Lisa sabía de lo cruel y ruin que podía ser Luxus, o más bien, sabía tantas cosas de TaeHyung que mis actos le resultaron deplorables. No la culpaba. -Lisa, yo... Ella alza su mano, me impide decir más. No quiere explicaciones, no quiere saber más. -TaeHyung te ama, Jungkook. Joder, ese tipo te ama y tú... -No es por los motivos que piensas. - ¡Te escuché gritando su jodido nombre y clamándole por más! Maldita sea, Jungkook, no intentes contradecir lo que ya está dicho. ¿Por qué con Luxus, Jungkook? ¡Eres lo único que le queda a mi hermano! - ¡Lo hice por él! -Grité, importándome poco que mis hermanas o mi madre escucharan. - ¡Luxus le ha quitado todo a TaeHyung! -Arremetió ella golpeando mi hombro, pude ver las lágrimas en sus ojos-. ¡No sabes nada, Jungkook! ¡Nada! ¡Sin ti TaeHyung ya yo tiene porqué vivir! Luxus le quitó absolutamente todo, no sabes cuántos años de sufrimiento tuvo que vivir para que tú lo llenes de ilusiones y apenas lo veas vulnerable lo apuñales por la espalda. Tú nunca lo viste llorando porque nadie lo felicitó por su cumpleaños, o porque nadie le regaló cartas en San Valentín. Luxus le quitó todo, Jungkook. Eras lo único que le quedaba y... Lisa rompió a llorar, llevando sus manos a su rostro para evitar que la viese en tal estado. Me sentí asqueado y entonces entendí. No tenía justificación alguna. Cuando se tranquilizó un poco sorbió por la nariz. Limpiando con sus guantes sus lágrimas. -Si TaeHyung no regresa para mañana, Jungkook te juro que no te dejaré tranquilo. Y si lo hace, quiero que te alejes por completo de él. -Lisa, no puedes... -Me temo que sí puedo, Jungkook. TaeHyung ha sufrido lo suficiente, lo mejor será que te alejes por completo y lo dejes en paz. - ¿Y qué pasará con él? -Le cuestioné cuando se dio la vuelta dispuesta a entrar a su casa-. ¿Cómo vas a alejarlo de mí? Ella rio con amargura, mirándome por encima de su hombro. -Para la mañana, Luxus ya le habrá contando con lujo de detalles lo que hizo contigo. Conozco tan bien a ese bastardo... Luego, añadió: -Lo triste es que TaeHyung no se alejaría por enojo, lo haría por costumbre. Y tras decir eso y sin querer decir más entró a la mansión cerrando la puerta detrás de ella. Yo me quedé allí, de pie, viendo mis ojos comenzar a lagrimear hasta formar un llanto desgarrador. Me sentía jodidamente sucio. ¿Qué había ocasionado?
Capriccio, Capítulo XIV: TaeHyung, NamJoon
Kim TaeHyung 04 de enero, 1876 10:30 AM - ¿Irnos a dónde? Lisa parece estar alterada, casi nerviosa; debido a la noticia de nuestra madre, que ajetreada da órdenes a los sirvientes para que nuestra ropa sea empacada y llevada al carruaje. Había regresado el día anterior en la mañana, tal y como le había dicho a BaekHyun que lo haría. Madre me había recibido gritando por mi paradero y qué estuvo preocupada toda la noche, Lisa, por su parte sólo me abrazó con fuerza mientras lloraba que estaba muy preocupada. Yo, no entendí mucho aquella actitud, pero se sintió levemente agradable hasta que Luxus llegó dos horas después de mí. Nadie le dijo nada. Me la pasé encerrado en mi cuarto, sólo recibiendo visitas de Lisa. Cuando le pregunté por qué estaba tan preocupada ella negó con la cabeza, sonriendo con tristeza. -Sólo quiero que estés bien. -Me dijo y luego cambió el tema. Cuando Lisa se iba me posicionaba en la ventana, viendo si la que estaba frente a mí se abría. Jungkook no se reportó ese día, ni al día actual donde estábamos reunidos los legítimos con nuestra madre. Trataba de no pensar en Jungkook y en lo mal que me sentía, trataba de mantener la compostura aún si Luxus estaba junto a mí, comiendo despreocupadamente una jugosa manzana. El matrimonio de SeokJin había sido movido para el día 05 de enero y madre quería partir ya. -SeokJin ha estado enfermo en los últimos días. -Espetó Lisa, dando más motivos para que el viaje fuera suspendido. -Su padre llamó. -Dijo ella-. Dice que su hermano está mejor y que está dispuesto a casarse. Esto nos conviene porque no queremos que la boda de TaeHyung e Irene se vea perjudicada por el tiempo. -Pero... -Basta de peros, Lisa. -Replicó nuestra madre, dejando a mi hermana con las palabras en la boca-. Ya está decidido. Lisa resopla, Luxus da una mordida a su manzana viendo entretenido la escena. Al observar su perfil me percaté de unas marcas en su cuello. Rodé los ojos sabiendo lo que eran y regresé la atención a mi madre. - ¿Y quiénes irán, Madre? -Inquirió Luxus, jugueteando con la manzana en su mano. -Bueno, SeokJin hizo la lista de invitados antes de irse. Irán los Park, los Jung y los Jeon. Me congelé y bajé la vista a mis dedos. Tendría que convivir con Jungkook por tres días y aquello no me pudo sentar más mal. Sentí mi estómago revolverse hasta hacerse un nudo. -Y, por cierto, Luxus. -Añadió mi madre-. Llevarás tu violín, vas a tocar. La arrogancia de mi gemelo se vio suspendida al escuchar aquella orden y dejó su atención a la fruta para ver a mi madre de forma interrogativa. El violín, ese maldito violín. - ¿Perdona? -Vas a tocar en la boda de tu hermano, durante el banquete. Luxus rio con sequedad, negando con la cabeza. -Buen chiste. -No estoy contando ningún chiste, Luxus. -Espetó mi madre-. Tu hermano jamás te ha escuchado tocar. -Pues que use la imaginación, no hay ninguna diferencia en que toque yo o cualquier violinista contratado por ustedes. El golpe en la mesa nos sobresaltó a Lisa y a mí. - ¡Luxury! Vas a tocar en la boda de tu hermano, no te estoy preguntando. -El violín tiene una cuerda rota. -HeeSok te regaló cuerdas para tu violín, tu padre te enseñó cómo ponerlas. Deja de usar más excusas. Luxus soltó un gruñido y negó con la cabeza. Definitivamente no iba a tocar. -Estoy retirado, madre. Además, ¿Quieres que toque la canción de papá de nuevo? ¡Por favor! -Usa otra de tus sonatas. -Dice Lisa con cierta brusquedad-. Todavía escribes partituras cuando te aburres, no tienes impedimento en tocar, Vante. Y el ambiente se vuelve tenso. Estaba bastante confundido con lo que estaba pasando en los últimos dos días. Desde que Luxus había regresado a casa, Lisa se había vuelto más tosca y agresiva con él, dirigiéndose incluso a él con su primer nombre: Vante, ese nombre que por petición de él dejamos de usar. Lisa siempre fue amable con ambos, queriéndonos a los dos por igual; por lo que se me hacía extraño que lo tratara como escoria, con un odio y resentimiento que jamás había visto en ella. -Pueden decirme lo que quieran, pero no pienso tocar. -Aseveró él después de mirar a Lisa de una forma escalofriante. -Entonces se acabaron las salidas para ti. -Amenazó mamá-. No sé qué haces hasta tan altas horas de la noche, pero se acabó si no obedeces. Y Luxus pareció estar entre la espada y la pared. Se lo pensó unos momentos hasta no tener alternativa, viéndose obligado a asentir. Luxus salía cada noche y regresaba en la madrugada o al día siguiente. Nunca daba razones de a dónde iba o con quién se encontraba. Intuí que se veía con alguien, una de las tantas amantes que tenía y sólo con ello podía explicar las marcas que adornaban su cuello. Después de esa conversación decidí ir a mi habitación para prepararme para el largo viaje en tren. Los Im vivían en la zona rural de Londres, casi a las afueras de la ciudad, por lo que estaba garantizado un largo viaje. Me puse el anillo familiar en el dedo pulgar, el único regalo que había recibido de mi familia por el momento, que era la joya que se le daba al primer hijo de la familia. Al ser gemelos, Luxus tenía el mismo, pero del otro color: Mientras el mío era amatista, el suyo era un zafiro. Alcé mi vista hacia la ventana y una carroza en frente de la casa de los Jeon y las hermanas de Jungkook ayudaban a subir las maletas. Por un instante, me cuestioné dónde estaba Jungkook y luego me arrepentí de pensar en ello cuando salió por la puerta alzando la vista hacia mi ventana. Me alejé rápidamente y decidí cerrar las cortinas. -No puedes huir de Jungkook toda la vida. Luxus me sobresalta y yo volteo a verlo. Estaba parado en el umbral, sosteniendo entre sus manos el estuche de su violín. No recordaba la última vez que lo vi con aquel instrumento es sus manos. - ¿Qué haces aquí? -Le cuestiono. Él se encoge de hombros, abriéndose paso en la habitación. Se sentó en mi cama con el estuche sobre sus piernas y lo abrió, dejando que un pequeño manto de polvo se alzara. No lo había tocado desde aquel día. Lo estudió unos segundos, haciendo una mueca al ver la cuerda arruinada y sin mucho que decir o hacer, sacó las cuerdas que nuestro padrastro le había regalado hace tiempo para comenzar a repararlo. - ¿No podías hacer eso en tu cuarto? Me ignora por completo y corta las demás cuerdas del violín, comenzando a poner las nuevas tarareando una canción. Suspiro, tratando de mantener la paciencia intacta aún si la situación no la ameritaba. Luego comenzó a afinar el instrumento, usando el arco del violín como apoyo para cada nota. Parece todavía recordar cada aspecto del instrumento pese a los años. Cuando siente que el violín está en mejor estado lo guarda nuevamente en el estuche y gira su cabeza en mi dirección. -Tú también sabes tocar, ¿No? Negué con la cabeza. Luxus arqueó ambas cejas de forma cínica. -Quise aprender y le pedí a papá un violín, pero terminó por dártelo a ti porque según él -Hice comillas con mis dedos- "Lo necesitabas más". -Yo te hubiera enseñado. -No, gracias. ¿Qué quieres, Luxus? Me estás retrasando y debemos irnos. - ¿Qué acaso no puedo conversar un rato con mi hermanito? Hace días no lo hacemos. -No tengo nada de qué hablar contigo. Le di la espalda para ver por la ventana y Luxus hizo un puchero para después abrazarme con los hombros. Gruñí ante el contacto y me di cuenta que estaba viendo lo mismo que yo. Tragué saliva. - ¿Sigues enojado por lo de Jungkook? -Córtalo, Luxus. -Está clarísimo que te ama a ti, idiota. -Deja de decir tonterías y suéltame. Aparté las manos de mi gemelo de mi cuerpo y me giré para encararlo. Él me vio sonriendo de esa forma tan característica y rio con cierta amargura. Por alguna razón, quise preguntar por las marcas de su cuello. - ¿Qué chica fue esta vez? -Le pregunté. - ¿Chica? Aún no me acostumbraba a la idea de que a Luxus también le gustaran los chicos. Sólo eso me puso a pensar en el problema en el que estaríamos metidos si alguien como nuestros padres o prometidas se enteraban. Luxus aún no estaba comprometido, pero iba a estarlo pronto y aunque sabía que a mi hermano no iba a importarle, el problema de sus intereses se iba a hacer mayor. A mí me gustaban los chicos, chicos como Jungkook. Si no conociera bien a Luxus pensaría que mi secreto estaba a salvo con él, pero la realidad es que lo conocía, mi secreto como muchos otros eran un pequeño juego en el que sólo yo saldría perdiendo. Porque no conocía a mi hermano. Conocía sus juegos, pero no su forma de jugar. Conocía a Luxus completamente a ciegas. Lo único que sabía de él es que lo único que parecía importarle era ese violín que atesoraba dentro de ese estuche. Ese violín que lo unía al ausente. -Vas a meterte en problemas. - ¿Y tú no? -Inquirió, arqueando una de sus cejas. Resoplé. No iba a llegar a nada con él. - ¿Quién fue? -Pregunté, él se encogió de hombros. -No quiero discutir contigo, TaeHyung. No ahora. Cuando le quise preguntar de qué hablaba, nuestra madre nos llamó desde el vestíbulo. Al parecer, ya debíamos irnos. Luxus me dió una mirada antes de irse y yo me fui detrás de él, con un mal presentimiento recorriendo mi cuerpo. Kim NamJoon. -Bebe de la copa, SeokJin. Ese día, los Im nos habían presentado a sus sirvientes: Los mellizos y una bella dama que vestía de rojo. La cena se había vuelto tensa, cuando los Im descubrieron el miedo de mi hermano. El plato estaba lleno, con porciones normales que alguien normal debía consumir. La comida servida por los mellizos y que indiscriminadamente habían ofendido a mi hermano mayor, quien en un ataque de pánico gritaba. - ¡Van a envenenarme! ¡Van a envenenarme! Nayeon estaba aterrada por la actitud de su prometido, Jennie no sabía cómo controlarlo y cuando quise ayudarlo como siempre lo había hecho, la dama de rojo me detuvo. -Yo me encargo. Señorita Nayeon, Conde Im, ¿Serían tan amables de retirarse un momento? -SeokJin... ¿Va a estar bien? -Preguntó la joven Nayeon, viendo que SeokJin estaba temblando y su respiración estaba completamente irregular. La dama asintió. -Estará bien. HyunJin, cariño, lleva a los Im a dar un paseo por el jardín. Tu hermana y yo nos encargaremos. El rubio asintió y guio a los Im fuera del comedor y luego fuera de la mansión. La mujer miró a la hermana del chico que se había ido y esta asintió, dirigiéndose hasta la cocina. La mujer se inclinó junto a SeokJin y luego le dió una mirada de reojo a mi padre, que también estaba petrificado. -SeokJin, estás muy delgado, ¿Por qué no comes? Jin me observa por un momento, gritando con la mirada que lo ayudara. Quise intervenir nuevamente, pero padre no me dejó acercarme al tomarme del brazo. Jin estaba aterrado y no me permitían protegerlo. -Veneno... Habrá veneno en la comida... Sus lágrimas ruedan por los ojos, intento zafarme de aquel agarre, pero Padre parece perder la paciencia y me empuja con más fuerza. -Me necesita. -Le dije. -JiSoo se encargará. Miré por encima de su hombro a Jin. Él niega con la cabeza, veo sus dedos temblar sobre la mesa. Definitivamente me necesitaba. Empujé a mi padre hacia un lado para acercarme, pero un puñetazo en la mejilla me hizo retroceder y aturdir. - ¡No te atrevas a desobedecerme! -Deja que se acerque, HeeSok. -Ordena la dama de rojo, cuyo nombre era JiSoo-. Es su hermano, deja que se acerque. Volteé para mirar a Jennie que aterrada asintió, diciéndome que ella estaba bien. Mi labio inferior sangraba por el golpe y aun así me acerqué a mi hermano, tomándolo de sus temblorosas y heladas manos. Jin se aferró a las mías, entrando a su burbuja de tranquilidad. No iban a matarlo, no había veneno. La difunta no había venido por él. Estaba a salvo. La chica rubia de coletas y vestida de sirvienta llegó con una copa de oro en su mano y una botella de vino que por alguna razón no tenía etiqueta. La dama de rojo recibió ambas cosas y comenzó a servirlas. La sirvienta, que si no recordaba mal se llamaba YeJi, comenzó a recoger la comida que SeokJin había tirado por el pánico. -Estás lastimado. -Susurró Jin-. Lo siento, fue mi culpa. Le sonreí, maldiciendo el no poder besarlo en ese momento para tranquilizarlo. -Estoy bien si tú estás bien. Necesito que te tranquilices, amor. Hablábamos en murmullos para que no nos escucharan. Jin apretó el agarre de mis manos y respirando profundo para calmarse. JiSoo pareció sospechar de nuestra actitud, más no dijo nada y con la copa llena se acercó a mi hermano. -Bebe esto, te hará bien. - ¿Qué es? -Pregunté. -Vino. Le hará bien beberlo, va a estar tranquilo después. «Bebe de la copa, SeokJin.» Sin embargo, cuando bebió de aquella copa no pareció tranquilizarse. SeokJin comenzó a actuar a la defensiva con nuestro padre, como si beber de aquella copa le hubiera dado la respuesta a algo que lo atormentaba y su receptor fuese su propio progenitor. Le amenazaba y en ocasiones intentaba herirlo con cosas como cuchillos, vidrios y tijeras. Si no era eso, intentaba hacer cosas como masticar vidrio o cortarse la lengua. Sus actitudes se tornaron tan peligrosas hasta el punto que debidos atarlo. Nayeon estaba aterrada, gritándole a nuestro progenitor que debían cancelar la boda porque mi hermano era peligroso, pero luego de un día para otro sus actitudes extrañas dejaron de suceder y mi hermano pareció regresar. Se disculpó por su actitud, argumentando que no sabía lo que hacía y dejó de actuar así, manteniendo distancia con papá. Nayeon se sintió un poco más tranquila con el pasar de los días y luego hubo sólo tranquilidad, ocurriendo solamente una cosa fuera de lugar: SeokJin estaba comiendo bien. YeJi servía la misma porción que mi hermano había lanzado con terror y ahora la consumía sin rechistar, en ocasiones pidiendo otro plato. Y aunque muchos se alegraron por el cambio, ni Jennie ni mucho menos yo estábamos tranquilos con eso. Y el verlo esa mañana parado frente al espejo, siendo vestido por los mellizos con esas prendas color carmesí no hacía más que llenarme de preguntas. La boda había sido movida para el día siguiente y los invitados iban a llegar para pasar la noche antes del banquete de bodas. SeokJin, como el prometido de Nayeon, debía recibir a los invitados como se debía. El saco y el chaleco color rojo resaltaban con su piel, con su camisa blanca y pantalón con zapatos de tacón negros. Recordé que JiSoo había dejado de vestir con su característico color, usando prendas doradas o blancas. Esa mañana, estaba vistiendo de oro enviando un cuervo con una carta atada a la pata, llevando la invitación a un sitio que no pude descifrar. -Te ves inquieto. -Comentó Jin, viéndome desde el reflejo del espejo. HyunJin terminó de atar el moño negro que se ataba al cuello de la camisa de Jin y YeJi había terminado de limpiar el calzado. Al notar que íbamos a tener una conversación, reverenciaron a Jin antes de preguntar por la siguiente tarea. -Reciban a los invitados, mi familia no debe tardar en llegar. -Ordena. -Sí, amo. -Responden los mellizos antes de irse, cerrando la puerta detrás de ellos. - ¿Te pasa algo? -Preguntó Jin al vernos solos, girándose para observarme. Niego con la cabeza. -Estoy bien. -Sabes que sé cuándo mientes, ¿No? Lo sabía. SeokJin se acerca a mí y posa sus manos en mis mejillas, acariciando mi piel con sus pulgares. Al verlo siento un vacío en su mirada, como si algo dentro de él fuera totalmente distinto. -Vas a casarte mañana. -Respondí, mintiendo en los motivos reales de mi inquietud, aunque también la boda me tuviese algo mal-. No vas a ser tan mío cuando prometas en el altar. Y él me sonríe con dulzura, besando mis labios de una manera casta. Sus besos seguían siendo los mismos, igual de dulces e igual de cálidos. Aún nos necesitábamos el uno al otro y seguíamos jugando con fuego cada noche. Aún bajo esa aura macabra que lo había consumido durante esos días, él me expresaba su miedo, el no saber qué le sucedía y mi refugio fueron mis besos, mi tacto y mi cuerpo. En las noches él me buscaba a mí o yo lo buscaba a él para fundirnos entre las sábanas y en aquella burbuja lujuriosa que nos protegía del mundo. El hacer el amor con él se volvió algo valioso, ese néctar que nos regresaba la vida. El hacernos uno o besarnos se volvieron un miedo, pues no sabíamos cuándo sería la última vez. Cuando SeokJin se casara nos separaríamos y la almohada del otro se volvería helada. No sabíamos qué hacer para esos momentos y teníamos tanto aquello que no lo hablábamos, pues sabíamos que íbamos a rompernos. -El casarse nunca va a significar algo, Nam. Hago esto por conveniencia familiar, no por amor. -Dice y entonces toma mi mano y la lleva a su mejilla-. Yo te amo a ti, como amé a mamá. SeokJin en serio amaba a la difunta. SeokJin en serio me amaba a mí. Yo en serio lo amaba a él. -Pero no podemos casarnos. -Le dije con una sonrisa que para sus ojos vacíos se expresaba rota-. No podemos prometer en el altar. -Pero si llevamos juntos desde que tenemos memoria, tonto. -Me respondió-. Jurar amor a alguien en un altar no significa nada. Todo esto es una estrategia social, Nam. Tú no eres una estrategia para mí, eres mi hermano, y te amo. Y yo también lo amaba. Él volvió a besarme, dejándome ir un poco más allá de los besos al apoyarlo en la pared de la habitación. Su lengua se encontró con la mía y comenzamos con un lento vaivén, mientras nuestras manos se aferraban al cuerpo del otro con miedo de que al separarnos todo fuese distinto. No, aquella boda no iba a cambiar lo que teníamos. Pero aun así temía perderlo. No quería regresar a casa sin mi hermano y ver su cama vacía o el lado de la mía helando. Lo necesitaba, él me necesitaba. Jin gimió cuando comencé a acariciar su pecho por encima de la ropa, dando leves toques a sus pezones. Quería hacerlo mío, pero las voces del vestíbulo comenzaron a limitar mis deseos de ponerlo abajo mío en aquella cama. Jin también las había escuchado y se separó de mí lentamente, sonriéndome apenado al ver que una erección comenzaba a asomarse en mi pantalón. No podía ayudarme, debía bajar pronto. -Lo siento... -Está bien. -Le dije-. Igual no es buen momento. -Prometo que te compensaré después. Dejó un corto beso en mis labios y se apartó de mí rostro, limpiando las comisuras de su boca con la manga de su saco y acomodándose un poco la ropa, luego salió de la habitación. Esperé unos minutos para que mi erección bajara, agradeciendo que apenas estaba despertando y al ver que estaba listo bajé al vestíbulo. Los Park, los Jung, los Jeon y por supuesto los Kim estaban reunidos ahora en el salón, siendo la mezcla de voces algo tenue. Al reconocer el cabello de Luxus me acerqué hacia los demás, donde ChanYeol estaba junto a su esposa contando las típicas tonterías que solía contar. - ¡Hey, Nam! -Saludó Hoseok, rodeando mis hombros con su brazo-. ¿Por qué tardaste tanto en bajar? -Tenía que hacer un par de cosas, ¿Por qué? ¿Me perdí de algo? - ¡Luxus por fin consiguió novia! -Exclamó Jimin, abrazando a su mejor amigo que rodó los ojos fastidiado. -No tengo novia. -Musitó Luxus, cansado tal vez de decir lo mismo. - ¿Entonces quién te hizo esas marcas? Por lo general sueles ocultarlas para que no te expongas a situaciones de este tipo. -Replicó ChanYeol-. Ya dinos, ¿Quién es la afortunada? Juraría que hubo una mirada cómplice entre Luxus y Jungkook, siendo este último el más callado de todos, sin mencionar a TaeHyung. Por alguna razón sentí el ambiente tenso de repente, casi helado. Jungkook empujó su lengua contra su mejilla, bajando la mirada hacia sus zapatos. Lisa, quién también estaba en el círculo, lo había notado, sólo que sus ojos estaban fijos en TaeHyung, quien al parecer estaba esperando por la respuesta de Luxus. -No es nadie. -Respondió él-. Y si lo hubiera, tampoco les conta... -No fue una chica. -Cortó TaeHyung, el círculo se quedó en silencio. Jungkook pareció ponerse alerta también mirándolo-. Eso me dijiste en casa, ¿No? Jungkook volteó la mirada hacia Luxus con los ojos bien abiertos, casi alterado. Luxus no lo miró, dejando sus ojos fijos en su gemelo. Algo no andaba bien. - ¿Luxus? -Musité, él no me hizo caso tampoco. - ¿Fue un chico? -Cuestionó Jimin en voz baja, Luxus tampoco lo miró. -Creo que ya sé quién fue. -Dijo entonces TaeHyung, girando su cabeza hacia Jungkook-. Olvidaste tapar... -Estiró su dedo bajo la mandíbula del pintor, donde tres marcas moradas y rojizas se escondían-... Aquí. -TaeHyung... -Musitó Jungkook intentando explicar, pero el pelinegro negó con la cabeza riendo con amargura. Todos nos quedamos en silencio, vi a Lisa llevar sus manos a su rostro como si supiera que algo así iba a pasar. TaeHyung se levantó de uno de los sillones y fue hacia la mesa donde estaban servidas las pequeñas copas que contenían los cócteles. Todos los invitados silenciaron sus conversaciones. Jin, que estaba hablando con los invitados de Nayeon, me miró buscando respuestas. Jennie estaba con las hermanas Jeon viendo detenidamente a TaeHyung acercarse nuevamente al círculo. Todos nos apartamos de Luxus cuando supimos lo que iba a pasar, y pese a ello igualmente, nos sobresaltamos cuando la copa fue estrellada contra la pared en la que se apoyaba Luxus, rompiéndose justo arriba de su hombro. Uno de los cristales logrando cortar una parte de su mejilla. El silencio reinó cuando los cristales cayeron. TaeHyung rompió el silencio después de jadear completamente furioso. Luxus simplemente suspiró limpiando con sus dedos los cristales que cayeron en su hombro, como si no tuviese miedo a lastimarse. Luego, se acercó a su hermano dispuesto a encararlo. - ¿Quieres que te diga la verdad en frente de todos? -Le cuestionó en voz alta, sabiendo que todos estábamos escuchando-. ¿Eso quieres, TaeHyung? -Eres un hijo de puta. -Respondió el mayor. -Con rabia no vas a asumir la verdad que te diré, TaeHyung. La realidad es cruel a veces, pero es mejor afrontarla. Luego de ello señaló a Jungkook sin mirarlo, sabiendo perfectamente en qué punto de la sala estaba ubicado. -Sí, me follé a Jeon Jungkook. Y la respuesta nos cortó la respiración a todos cuando TaeHyung golpeó con fuerza el rostro de su gemelo, comenzando un revuelo de golpes entre ambos que los terminó lanzando al suelo. Todos los invitados comenzaron a gritar horrorizados por el espectáculo. Me vi obligado a intervenir cuando TaeHyung rompió una de las copas para arremeter contra Luxus, siendo Hoseok, YoonGi y yo los que sosteníamos a TaeHyung. Mientras Lisa, Jimin, ChanYeol y el mismo Jungkook trataban de calmar a un Luxus que estaba dispuesto a continuar con aquella pelea. - ¡Voy a matarte! -Gritaba TaeHyung, intentando por todos los medios soltarse. Hoseok y yo lo sosteníamos de los hombros, mientras YoonGi inmovilizaba sus manos quitándole la copa rota. - ¡Quiero ver que lo intentes! -Respondía Luxus-. ¡Tu pintor fue el que llegó a mí! ¡Yo sólo le di lo que merecía! - ¡Luxus, ya basta! -Gritaba Jungkook entre lágrimas-. ¡Por favor, ya basta! - ¡¿Por qué, Jungkook?! -Espetó TaeHyung, no paraba de forcejear y por un instante quise soltarlo al ver la sonrisa cínica y ensangrentada de Luxus-. ¡Te amaba, maldita sea, te amaba! - ¡TaeHyung, no es lo que piensas! - ¡Ya, suficiente! -Gritó SeokJin-. ¡Llévenlos a lugares separados! ¡Arreglen sus putos problemas como humanos, no como bestias! YoonGi, Hoseok y yo nos llevamos a TaeHyung a uno de los cuartos de la mansión para tranquilizarlo, mientras los demás se llevaban a Luxus al jardín. El alboroto dejó varios murmullos y una mirada asesina de nuestra madre. Cuando entramos al cuarto cerramos la puerta bajo llave y dejamos que TaeHyung se sentara en la cama con lágrimas de impotencia rodando por sus mejillas. Hoseok, YoonGi y yo nos miramos mutuamente. Lo sabíamos. La pelea no iba a terminar ahí.
Capriccio, Capítulo XV: Kim TaeHyung
¿Qué tan miserable se debe ser para complacer a alguien? Los recuerdos me inundan y las lágrimas que derramo se vuelven joyas de la corona, de su corona. Esa corona que adornaba sus cabellos dorados y que lo hacía ser adorado por todos. Vante, había nacido con una mirada oscura y perdida y sólo hablaba para lo necesario. Vante no lloraba, o al menos nunca lo había visto llorar hasta que la muerte tocó nuestra puerta la primera vez. Siempre mantenía un semblante endurecido, se interesaba en los libros, la poesía, la música y los negocios. Con el paso de los años, dejaba de ser ese niñito callado que me cuidaba de los truenos y se volvió cada vez más y más hablador. Yo amaba a mi gemelo, no sólo por ser la imagen viva de lo que quería llegar a ser, sino porque era mi refugio cuando las cosas me aterraban. Vante no le tenía miedo a nada. Me protegía de los truenos de las grandes tormentas invitándome a dormir a su lado, me contaba versiones más alegres de los cuentos de terror que Madre le contaba y me llegó a defender de los niños que me molestaban por ser su hermano. Todo lo hacía sin hablar de más, sin necesitar de la arrogancia o el cinismo. Vante realmente me quería con pocas palabras. Luego de ello, comenzó a alzar más su voz, su melodía y pronto la gente llegó a él. Cuando comenzó a llenarse de gente, a sentirse querido y admirado, olvidó que tenía un hermano que estaba como recordatorio en su reflejo del espejo. Entre más hablaba, más pequeño me hacía y me hice a mí mismo el blanco de las burlas y los golpes para no perjudicar su triunfo social y familiar. - ¿Por qué haces esto por él? -Me preguntó uno de los bravucones de Vante-. Él no parece preocuparse ya por ti. Recuerdo haberle respondido que no lo sabía y él sintió pena por mí, logrando convencer a los demás de dejarnos en paz a los dos. Aun así, me quedé sin Vante, sin amigos, sin familia. Todos parecían amar al cuerpo y temer de la sombra. Padre se apegó tanto a Vante que se volvió su único espectador para el violinista. Y yo, sólo observaba a lo lejos, olvidando completamente la calidez humana. Me estaba helando por dentro y comencé a extrañar a Vante con el alma. Luego lo vi agonizante. Después de la muerte de Papá y su funeral donde se presentó Vante por última vez. A mitad de la noche, me despertó su lamento y cuando me acerqué a su cuarto lo vi llorando a mares en el suelo, abrazando su violín con una cuerda rota. Quise regresarle el favor, por los tiempos bellos y efímeros que vivimos, y lo abracé con fuerza. Él no me dijo nada, al menos, Vante no. Pronuncié el nombre erróneo para tranquilizarlo, luego su llanto se vio suspendido, siendo la única constancia el rastro de sus lágrimas. -Llámame Luxus. Por favor, TaeHyung. ¿Realmente odiaba a Vante o a Luxus? Luxus fue el origen de todo un infierno, dejando que el sensible Kim Vante se consumiera en la sombra. Kim Luxus había tomado aquel cuerpo, volviéndose un hombre arrogante, egocéntrico, vanidoso y manipulador. Ya no escribía poemas, ni tocaba el violín. Sólo se perdía en libros cuyas historias jamás contó en voz alta, luego de ello, tocaba con sus dedos de violinista a cuanta mujer se cruzara en su camino, llevando incluso a Jungkook a sus sábanas. «Espejo, dime quién es el más bello de todos» Recitaba en voz alta, mordiendo una jugosa manzana. No pude imaginarme a Luxus adueñándose del cuerpo de Jungkook, tomándolo con tal fervor como si se tratara del elixir de la juventud. Reí con sequedad. Luxus estaba consumiendo algo cuando se acostó con Jungkook: Mis esperanzas, mi felicidad. Todo lo que me hacía volver a la vida, nadar a la superficie del mar en el que me estaba ahogando y hundiendo. Lo consumió todo. Bebió cada gota de lo que quedaba de mí porque simplemente era Luxus y tenía derecho a tomar todo eso que me hacía humano por ser simplemente él. En Jungkook había encontrado aquello que estaba buscando, no quería el poder de Luxus, sólo quería que alguien estuviese ahí. Que me quisiera por ser Kim TaeHyung, y no el hermano gemelo de Kim Vante Luxury. Lastimosamente, me di cuenta que aquello no podía ser posible. Sólo me tenía a mí mismo. Recordé cada cosa que Luxus me había arrebatado, no sólo gente, también estaba el sueño, el hambre y las ilusiones. Me había quedado estancado, había caído dentro de un pozo sin fondo del cual mi hermano me había empujado, perdiendo también mi identidad. Y la sangre comenzó a hervir y viajar rápidamente por mis venas, cuando me solo en aquella habitación, quise destrozar todo con mis propias manos. Y lo hice. La cama, el espejo, las cortinas, la cómoda y el armario. Todo quedó destrozado en un ataque de ira, y cuando quise arremeter contra algo más encontré la humanidad de Luxus. El violín. Ese maldito violín. Jadeante, tomé el estuche y lo abrí, contemplando el instrumento dentro. Luxus nunca me había dejado tocarlo, o verlo, tan siquiera escucharlo en sus noches de arduo estudio para aprender a tocar. Nunca lo había visto en tal cercanía. Frunciendo el entrecejo, opté por sacarlo de su estuche y me percaté de dos notas que estaban bajo el instrumento. Dejé el violín sobre la cama y abrí el primer papel que estaba amarillento, tal vez por la cantidad de años en que estuvo guardada. Se me cortó el aliento apenas reconocí la caligrafía de papá, con esa característica tinta que solía usar. Un color negro mezclado con azul. Era un detalle tan suyo. Comencé a leer. «05 de agosto, 1864. Querido Vante: Sé que no es un día especial, sé que aún falta para tu cumpleaños y el de tu hermano, así como también falta mucho para Navidad. Pero nunca es tarde para darte un obsequio, ¿Verdad? Tu hermano TaeHyung pidió un violín para su cumpleaños, puesto a que dicho interés de tocar un instrumento salió debido a que está mucho tiempo en casa, como tú. Iba a traerles dos violines a ambos, pero el fabricante sólo me dio chance para uno, pues el otro necesitaba materiales que alargarían el tiempo de entrega. Yo no tenía problema con esperar, pero ya conoces a tu madre, quién es temerosa de los pagos adelantados para la clase media, por lo que para evitar discusiones con ellas sólo pude traer uno. Este instrumento es para ti y para TaeHyung (Lisa no está interesada en la música, pero también es para ella). Sé lo mucho que TaeHyung te aprecia, lo he visto tan pegado a ti que juraría que te ve como su protector pese a ser el hermano mayor. Tu condición te hace más maduro que él, o que yo, o que cualquier adulto que hayas conocido. Sé que no es tu culpa, pero aun así me alegra que cuides de él. Quiero que los dos aprendan a tocar, quiero ver qué tan talentosos pueden llegar a ser mis pequeños gemelos. Sé que TaeHyung estaría encantado en aprender de ti. Disfruta de este regalo con tu hermano, este instrumento es una parte mía que se va a quedar con los tres hasta que muera. Recuerdo cuando me expresaste tu miedo a perderme, y es que no soy eterno, Vante. Algún día me iré y TaeHyung y Lisa van a necesitarte; más bien van a necesitar del otro. Cuando eso pase, este instrumento los va a acompañar a los tres. Los amo con toda mi vida, nunca lo olvides. Cuida de tus hermanos y de tu madre. Sé que vas a hacerlo cuando falte, confío abiertamente en ti, Vante. Atesoren este violín como si atesorasen mi alma. Con amor, Papá.» No supe en qué momento mis ojos comenzaron a derramar lágrimas, volví a doblar la nota por la mitad y tomé la otra, notando que el papel no estaba tan maltratado. No tardé en reconocer la letra de Luxus. «05 de agosto, 1873. Estimado ausente: Se me hace curioso que justo el día en que usted nos obsequió a mí y a mis hermanos este instrumento sea el día preciso de su muerte. Aunque realmente no, no lo tengo muy claro. Lo vi morir rodando de las escaleras el día anterior, específicamente la noche de ayer; cuando mamá pensó que su escándalo no iba a despertar a nadie. No despertó a Lisa ni a TaeHyung, pero por desgracia a mí sí y sólo pude volver a verle por última vez completamente inmóvil mientras manchaba la alfombra con su sangre. Sin embargo, sigo considerando que su muerte fue hoy, pues toqué por última vez para usted. Usted fue enterrado en la zona más de alta clase que puede existir aquí en Londres, y justo después de eso Madre fue a reclamar su jugosa fortuna para después meter a su amante a casa. Usted realmente murió el día de hoy, puesto a que es el día en que más pisotearon su cuerpo inerte mientras su alma se consume en lo desconocido. Ahora que está muerto podré responder a sus sermones en lo que me respecta. Vante tiene varias cosas que decir antes de hundirse por completo en la oscuridad y se las dirá por este medio. Para empezar, sé que TaeHyung se está derrumbando en una tristeza que a mi parecer es innecesaria. Yo nunca le pedí que se volviera un escudo humano para protegerme, como tampoco pedí que se empezara a encerrar en su propio mundo aun cuando yo intentaba sacarlo de allí. Se negó a recibir clases de violín la primera vez que se lo ofrecí, y si quería que insistiera entonces allá él. No iba a humillarme por él incluso si él lo hizo por mí. TaeHyung llama la atención de la manera que quiere y ya eso no es mi problema. Se lo he dicho varias veces y aquí es donde cuestiono sus sermones hacia mi persona; Usted quería que yo saliera, hiciera amigos y consiguiera novia. Lo hice, si TaeHyung se ofendió por ello no me concierne. Que mi gemelo no sepa diferenciar los límites de una amistad fraternal y el incesto tampoco me concierne. Y sí, escuchó o leyó bien. Incesto. Porque le aseguro, querido ausente, que los besos y los toques debían parar en algún punto. Actualmente, ni TaeHyung ni yo hablamos de ello. No vale la pena entrar en detalles. Aunque para explicar la situación sí debo entrar en detalles... Seré rápido. En su carta usted menciona que le alegraba vernos a TaeHyung y a mí juntos, pero le expresaré la cruda verdad de lo que ocurría cuando dormíamos juntos incluso si teníamos cuartos separados. TaeHyung y yo hemos tenido nuestros roces desde que cumplimos los 13, si nos basamos en besos desde los 10. Y créame si le digo que ya llegamos al límite o lo sobrepasamos cuando nos terminamos acostando, para hacérselo más específico, terminamos teniendo sexo. TaeHyung mordiendo la almohada para evitar despertarlos mientras yo lo embestía con fuerza, eso ocurrió a los 16. Se repitió unas tres veces más hasta que me di cuenta que TaeHyung estaba comenzando a depender emocionalmente de mí. Corté el rollo que teníamos y lo dejé a su suerte, ahora he podido dejar de verlo con esos ojos, pero aun así TaeHyung parece sentirse ofendido por mi abandono. Tal vez no sufra por nuestro pequeño "Secreto", pero no olvidemos que la dependencia emocional sigue allí. No digo que TaeHyung se hubiese enamorado de mí, pero su actitud y su sentimiento de abandono me hace pensarlo. No descarto la idea, pero no pienso en hablarlo con él. Entonces no, querido ausente, no lo abandoné por ser un hijo de puta. Agradezco su discreción y que lo que le haya contado se lo lleve guardado a la tumba. Igualmente, es un secreto más de los que resguardan estas finas paredes. Igualmente, Vante estará con usted apenas ponga el punto final en esta carta. Sé que el secreto estará a salvo con los dos. Y no, no pienso dar explicaciones sobre la homosexualidad de TaeHyung y mis preferencias. Ya usted saque sus propias conclusiones. Ahora bien, ya que he tranquilizado sus preocupaciones respecto a mi gemelo, le contaré un poco de lo que sucederá a partir de ahora. Han llegado mis hermanastros, dos de ellos son igual de incestuosos a como lo fuimos TaeHyung y yo, también Lisa por fin cumplió su sueño de tener una hermana. Y todo parece ir bien, por el momento. Lastimosamente no le escribiré más porque yo ya no tengo nada que ver con usted. Lo quise, sí y lo respeto, pero hoy lo lloraré una última vez, luego se volverá polvo para mí y sólo quedará este violín que resguarda su alma tal y como usted lo pidió. También queda una parte de Vante en él, espero no le importe. Y por TaeHyung y Lisa no se preocupe, sus secretos más oscuros están seguros conmigo, pero no me corresponde cuidarlos a mí. Descanse en paz, padre. Atentamente, Kim Luxus.» Las manos se me congelan al finalizar de leer y dejo caer la carta al suelo, mi sangre hirviendo aún más. Lo que Luxus y yo hicimos en el pasado era un secreto de los dos, ese que él resguardaba con sorna. El recordar aquello que me juré olvidar me hizo ver cada actitud de Luxus en un sentido completamente distinto, para luego llegar a la conclusión que lo verdaderamente hiriente había sido su abandono y olvido repentino. Luxus había dejado cosas sueltas en la carta, como que las clases de violín fueron aceptadas por mí y terminaban en sesiones de besos tímidos en los que mi gemelo parecía ser un profesional. Negué con la cabeza repetidas veces. Aquellos recuerdos nos obligamos a recrearlos como lagunas mentales, nos obligamos a olvidarlas. Yo lo olvidé, Luxus al parecer no. No por sentimentalismo, sino por burla. Un arma más que podía usar en mi contra. Y solté un grito al cielo, arrugando las dos cartas entre mis manos antes de tomar un mechero y prenderles fuego. Me llevé las manos a la cabeza, jalando de mis oscuros cabellos mientras mis lágrimas volvían a marcar camino en mis mejillas. Ya no más. Era suficiente. Dejé que las hojas ardieran en el suelo y me importó poco cuando las flamas se fueron hacia las cortinas haciendo más grande un incendio. Tomé el violín con brusquedad y salí de la habitación. El humo alertó primero a los sirvientes. El humo comenzó a extenderse por todo el pasillo, alertando a todos los presentes del vestíbulo. No me importó. Ya nada importaba. - ¡Kim Vante Luxury! El gritar su nombre hizo que fuese el centro de atención y Luxus se giró listo para ponerse a la defensiva, su semblante cambió a uno alertado al verme con su humanidad entre mis manos temblorosas de la ira. Esa sería la primera vez que lo vi asustado, dejando su arrogante actitud en un segundo plano. -TaeHyung, ¿Qué estás haciendo? Por un momento creí que era Vante quien me hablaba, pero no, no era él. Bajé cada escalón hasta llegar al primer piso. Vi a Jungkook verme completamente atónito, regresé mis ojos a Luxus que veía atentamente cada movimiento que hacía con su tesoro en mis manos. - ¿Por qué? -Musité, luego me acerqué más a él-. ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?! La respiración de Luxus era bastante irregular y tenía los ojos muy abiertos. - ¡Un incendio! -Gritaban los invitados, Luxus y yo no nos movimos. -TaeHyung, suéltalo por favor. Seamos racionales un segundo. - ¡¿Qué haces tú pidiéndome ser racional ahora?! -Le grité-. ¡¿Cuándo fuiste racional conmigo, ¿eh?! - ¡Por Dios, fue por tu bien! ¡Suelta el violín, TaeHyung! ¡Por favor! -Sabías que él era lo único que tenía, ¡Y aun así osaste a quitarme esa felicidad! Luxus pasó sus manos por su cabello, desesperado. Viendo que no tenía nada para decir, nos estábamos entendiendo. De humano a humano. - ¡Lo siento, ¿Bien?! Debe ser una mierda, ¿Vale? Ahora, TaeHyung, para esta locura y suelta el violín. - ¿Es lo único que te importa? -Reí con sequedad-. ¿Qué tienes para perder, Luxury? ¡¿Qué pierdes si este puto violín se hace añicos?! -TaeHyung, no. - ¡No vas a perder absolutamente nada porque eres Kim Luxus! - ¡TaeHyung, para! -Fue suficiente, Luxury. Todo ocurrió demasiado rápido. Los gritos suplicantes de Luxus hicieron eco en mi cabeza, volviéndose después los gritos y el llanto desgarrador de Vante. El incendio que ocasionaron las cartas cuyas letras reflejaban verdades pasó a un segundo plano. Tres golpes contra el suelo fueron suficientes para quemar con la misma intensidad el alma de Vante hasta que se hizo polvo, dejando que esa humanidad se desvaneciera justo delante de sus ojos como yo había visto la mía. Luego mis ojos lo pudieron ver. Así se sentía estar en el otro extremo. Por un momento me sentí mejor, y cuando volví a la realidad las cosas se sentían distintas al ver algo que jamás creí ver. Un Kim Vante Luxury llorando a gritos delante de un violín destrozado.
Parte IV: Kim Luxury
En el año 1852, cuando la nieve cubría las calles de Londres, una dama vestida de blanco entró a un templo, el mismo templo donde sus abuelos, padres e incluso ella fue bautizada. La helada noche de diciembre, esa la noche víspera al año nuevo, la mujer se inclinó ante el altar juntando ambas manos, murmurando palabras que no sonaban como oraciones o plegarias, sino como un rezo a algo completamente distinto a lo puro. Hizo evidente su terror de ser juzgada en su hogar por su condición, aquel defecto que, según su familia, la hacía una dama defectuosa que merecía morir apedreada. La mujer había nacido sin la posibilidad de tener hijos, completamente infértil y la presión de sus padres sobre ella y su boda que sería en ese mismo templo al día siguiente. Todas esas cosas la llevaron a recurrir a ese sitio y a una magia que estaba prohibida en su familia. Dios le había dado ese defecto, ¿El de abajo se lo quitaría? Siguió cada paso: Las velas púrpuras estaban alrededor de ella y el rezo era pronunciado de forma constante por su voz. Cuando pasó una hora en adoración, una fuerte tormenta cayó y las flamas de las velas se apagaron al mismo tiempo, después, una figura de humo amatista se puso frente a ella, usando como máscara el cráneo de una cabra. La figura se presentó frente a ella, esperando por la petición que temblorosa salió de sus delicados labios. -Quiero dar vida. La figura se compadeció de ella y accedió a cumplir su petición, poniendo antes un par de condiciones. -Tendrás dos varones gemelos. -Dijo el demonio-. Al de ojos muertos y cabellos de oro lo llamarás Luxury, pues será él la constancia de este contrato. Mi poder será tuyo hasta que los dos retoños nazcan, pero luego de ello ese poder quedará en manos del niño de ojos muertos. Cuando este tome consciencia de su identidad no humana, entonces tu alma será traída a mí y será el hijo de Asmodeo que reúna a los seis males de este mundo y la monarquía infernal no tendrá fin. Esas son mis condiciones. La desesperada dama, aterrada por aquellas condiciones, siente que no tiene otra opción más que aceptar, estrechando su mano con la del demonio. Este mismo, le extiende una rosa color púrpura que brilla con intensidad. -Deja que tu dedo se inyecte del néctar de las espinas de la rosa y ten asegurado que darás a luz a tus dos hijos. Fue entonces, cuando la pequeña gota de sangre se mostró en el dedo de la dama que el contrato temporal fue firmado y la figura desapareció apenas la dama alzó la vista. En la noche de bodas junto a su esposo y confiando en el juicio del ser entregó su virginidad para engendrar y como fue prometido, la mujer da a luz a sus dos gemelos. Al mayor lo llama Kim TaeHyung y al menor, al ver sus cabellos dorados y sus ojos muertos, lo llama como había prometido: Luxury. Usando como medio para encubrir su oscuro contrato el primer nombre sugerido por su marido: Vante. Kim Vante Luxury. -Debes tener en cuenta algo. -Dijo el demonio en una aparición a la mujer-. Tu hijo, Luxury, no es del todo humano. Lo que tiene de humanidad es el acto que tuviste que cometer para engendrarlo, sin embargo, una parte de su alma me pertenece. Con el paso de los años va a desarrollar su parte demoniaca hasta convertirse en un ser oscuro y alado. El día en que diluvie y la luna y el sol se junten, la humanidad de su hijo se dará por perdida y será un demonio completamente. La oscuridad de su mirada vacía será reemplazada por dos orbes brillantes y a su vez oscuros como el zafiro. Cuando esto suceda, sus días estarán contados porque será Luxury quien le quite la vida, pues fue usted quien le dio la vida a él. - ¿Y qué pasará con TaeHyung? -Pregunta la dama, reteniendo sus lágrimas de temor. El demonio no hace ningún gesto y si lo hace no puede verlo por la máscara de animal que lo cubre. -TaeHyung se hundirá en su propia tentación, convirtiéndose en el nuevo gobernante de mi reino: Asmodean y Luxury será el rey de los infiernos. Las almas de sus hijos me pertenecen a mí y a mis sirvientes a partir de este momento. Tal y como hemos firmado. La humanidad del hijo de Asmodeo se desvaneció cuando un violín se destrozó. La dama, madre de tres hijos y madrastra de la misma cantidad, vio cómo el diluvio previamente advertido comenzaba cuando el grito desgarrador del hijo elegido comenzó a destrozar los cielos en rayos que atraían nubes color índigo y una lluvia de sangre. Los rayos azotaron por el bosque, quemando todo a su paso. Luego el eclipse llegó, oscureciendo todo a su alrededor y causando una ventisca que apagó cada una de las velas. Luxury estaba arrodillado frente a los trozos del instrumento destrozado y un rayo cayó iluminando la habitación que contenía a los espectadores completamente aterrados que, jadeantes, retrocedieron al ver que la efímera luz natural reflejó en la sombra de Luxury unas enormes alas. La dama no lo soporta más y corre hacia su hijo, tomándolo de los hombros. - ¡Vante, Vante! La escucho. Podía escucharla y mis gritos paran, volviéndose sollozos leves. La lluvia de sangre cae con más fuerza. Madre me llama por ese nombre, al cual yo también llamo en lo más profundos de mis adentros con un dolor encendido. Vante. Vante. Vante. ¿Dónde estás? Vante ya no estaba, definitivamente ya no estaba. Papá tampoco. Alcé la vista hacia la dama, tomando sus manos que movían mis hombros de forma frenética. Ella me mira y ahoga un sollozo, ha visto mis ojos. Dos orbes color zafiro, oscuros y brillantes al mismo tiempo. -Vante... -Musitó la dama-. No... Y los días donde las estaciones pasen completamente normales, cuando el sol brille y las flores florezcan; Cuando la nieve caiga, y las hojas se hagan montones en el suelo, significará que el hijo de Asmodeo es completamente humano. Y si el demonio despierta, las estaciones se inclinarán ante sus caprichos. La utopía ideal será su creación. Así lo dijo el demonio. -Madre. -Susurro, el diluvio se calma y el eclipse va desapareciendo, la veo fijamente apartando mis ojos del violín destrozado-. Me llamo Luxury. Su llanto se vuelve una melodía cuando me abraza sin ser correspondida. Deja caer su máscara de egocentrismo y revela su secreto mejor escondido: Su miedo a la muerte. Aquel llanto, aquella melodía, la podría comparar con la sonata de un violín. Un violín que anuncia el último vals de la noche.
━━「 Utopía 」━━
En el confesionario me pongo de rodillas, el sacerdote viste de oro frente a mí. Cuando hace el símbolo de la cruz me indica con la mirada que lo haga, lo imito. Espera a que confiese mis pecados. -Santa María purísima. -Sin pecado concebido. -Completo.
╭━━━━━━━━━━━━━━━╮
¿Cuáles son sus pecados?
╰━━━━━━━━━━━━━━━╯ -Padre, ¿El demonio no intentó tentar a Jesús? -Lo intentó, pero no lo logró porque Dios todo lo puede. - ¿Qué les garantiza que no hubiese caído en la tentación como he caído yo, o mi hermano o el pintor? - ¿Qué estás...? -Padre, ¿Dios nos protege de las tentaciones? -Lo hace. -Afirma el sacerdote-. ¿A qué quieres llegar? -Entonces, dígame, Padre, ¿Por qué sigo viéndolo pintar desde mi ventana y sentir que devora mi alma? ╭━━━━━━━━━━━━━━━╮ Demasiado malo, Demasiado dulce ╰━━━━━━━━━━━━━━━╯ -No puedes, es pecado. Es un hombre igual que tú y es impuro lo que hacen, serán castigados en el fuego eterno. Sonrío, negando con la cabeza mientras junto mis dos manos en posición de oración. -Perdóname, Dios. Pero puedo verlo, sus ojos cargados de impureza como un lienzo que ha sido manchado. Las manos ajenas que han recorrido su cuerpo causan un fuego en mí, un fuego que no sólo refleja la ira que tengo contenida, sino algo mucho más impuro. Lo veo, su cabello brillando con el sol. Me abrasa hasta quemar. Perdóname Dios por lo que estoy a punto de decir. - ¡Blasfemia! -Grita el sacerdote luego de abofetearme-. ¡Impuro! ¡Cállate! ╭━━━━━━━━━━━━━━━╮ Quema, abrasa, sus labios. ╰━━━━━━━━━━━━━━━╯ -Quema mi alma como fuego, fuego del infierno. Quema en mi piel, en mi corazón. Y que Dios me perdone, pero este ardiente deseo... Me ha convertido en un pecador. Bésame. Tómame. Déjame marcarte como Luxus te marcó. Una marca permanente, imborrable. El deseo me consume. Sonrío ante otra bofetada y ante la siguiente. Fuego del infierno. Quémanos. A los dos, a nuestro ardiente deseo. Quiero borrar cada lugar asaltado en tu piel, borrar cada indicio de humano. Que te marque la sombra, que la sombra se hunda en ti hasta morir. Lo mereces, Pintor de la medianoche. Hundámonos en el pecado de la lujuria, déjate tomar por ambos. Sé el fruto prohibido. Que sólo sea yo quien pueda tocarte y que sólo sea Luxus quien te pueda ver retorcerte en el placer. Dulce tentación. ╭─────╯•╰─────╮ Ardamos... ╰─────╮•╭─────╯ ╭─────╯•╰─────╮ Mientras follamos los tres. ╰─────╮•╭─────╯
Utopía, Capítulo XVI: Jimin, Jungkook
Park Jimin. Enero 11, 1876 Londres, Inglaterra Incluso una semana después de lo ocurrido en la mansión Im, seguía ligeramente desconcertado. Al final la mansión terminó con daños a causa del pequeño incendio y la tormenta, pero aun así la boda se dio de forma privada, tras eso SeokJin y Nayeon se fueron a vivir juntos en la mansión que la hija del conde había heredado para su unión. Tras eso, las cosas supusieron regresar a la "normalidad", cosa que por supuesto no sucedió. La cabecilla de la aristocracia Kim, Kim SookHye, había terminado por separar a los gemelos, aunque Luxus fue quien se largó de la mansión voluntariamente, dejando que TaeHyung se quedará temporalmente a causa de que su matrimonio con la nieta de la reina se había adelantado incluso por meses. TaeHyung iba a casarse al día siguiente, o así lo anunció el mensajero de la reina. Recordé la visita de Luxus días atrás, cuando apenas se estaba acoplando a vivir con gente que no era su familia. No me contó de aquellas personas, las describió como sus amigos, pero no dio más detalles. Por sus expresiones y forma de hablar, parecía que la situación lo tenía sin cuidado, como si la pelea con su hermano no hubiera pasado o como si su violín no hubiese sido destruido. Sus gritos y lamentos parecieron quedar en el olvido para él, retomando una cotidianidad extraña. Cuando pregunté por TaeHyung no se molestó en responder. -Ensayando sus votos matrimoniales en casa. Luego me contó que la realidad de su separación no fue la discusión, o el incidente del violín. Eso, al parecer, a su madre no le importaba. Realmente lo que había sucedido era la situación con la homosexualidad de ambos. TaeHyung no se sentía atraído por las mujeres en lo absoluto y Luxus se inclinaba por ambas partes. Le daba igual directamente, pero aun así el escándalo estaba de boca en boca en todo Londres. Que TaeHyung y Luxus no fuesen castigados con la cárcel había sido un golpe de suerte debido a movimientos de la Reina Victoria para compensar favores de los Kim, condicionando que debían usar la clásica "Esposa de tapadera" para silenciar los rumores que envolvían todo Londres, mencionando también que los gemelos debían mantenerse separados de sus otros hermanos para no ser una mala influencia para ellos. Kim SookHye, según contaba Luxus, estaba desesperada al ver que los periódicos estaban exponiendo la supuesta crisis familiar de los Kim (siendo este término usado para las familias que tenían miembros homosexuales) y aquella recaída en su reputación la llevó a pedirle a uno de los gemelos que se fuera de la mansión y dejara de usar el apellido Kim. -Nos gritó que no quería fenómenos en casa. -Explicó Luxus-. TaeHyung se mantuvo callado y no se ofreció para irse, por lo que lo hice yo. Luxus era alguien que simplemente no podía quedarse callado y dar la razón al que se supone la tiene. Me contó que le gritó a su madre que ni él ni TaeHyung eran los únicos "Sodomitas" de la casa y que la crisis familiar sí era bastante crítica, luego empacó sus maletas y se fue sin ninguna intención de regresar. TaeHyung, por otro lado, comenzó a ser forzado a ir a la iglesia para purificarse y para ensayar su boda con Irene que fue adelantada casi como si fuera una emergencia. Para la guinda del pastel, la familia real y los Kim terminaron por establecer una orden de alejamiento de los Jeon a los Kim, creando una pelea bastante fuerte entre las dos familias. Definitivamente, la cosa no pintaba nada bien. - ¿Irás a la boda mañana? -Pregunta YoonGi, explotando mi burbuja de reflexión. YoonGi me visitaba de vez en cuando quería hablar con alguien, por lo que estábamos en el jardín tomando té con galletas mientras conversábamos un rato. YoonGi habría llegado a la aristocracia familiar hará un año, cuando el padre de Hoseok se volvió a casar y los asuntos oscuros de la aristocracia no eran conocidos por él. La analogía del iceberg y la aristocracia británica no era algo de lo que se hablara cuando un miembro nuevo llegaba, pero con YoonGi parecía ser necesario, empezando con la punta del iceberg que enfatizaba las palabras: "Incesto" y "Homosexualidad". -No lo sé. -Respondí resoplando, YoonGi asintió y dio una calada a cigarrillo, por un instante sentí que estaba hablando con Luxus y me dio un escalofrío-. ¿Tú? -Mi madre está como loca con la supuesta crisis familiar de los Kim. Es una tontería. Entonces una pregunta llegó a mi cabeza y no pude evitar formularla. - ¿Tú crees que Jungkook en serio se haya... ya sabes, con Luxus? -Pregunté al sentir curiosidad por la opinión del pelinegro que sólo hizo una mueca pensativa. -Conozco a Jungkook poco de un mes, Jimin. -Me respondió-. Y a Luxus lo conozco desde hace un año, no sabría responderte. Pero -Añadió rápidamente-, sé que tú conoces a Luxus desde hace más tiempo, me gustaría saber qué crees tú. Y me quedé en silencio, jugando con los pequeños grumos de té que quedaron en la taza. Pensé en la forma que mi corazón latía al hablar de Luxus, en lo mucho que me hubiera gustado estar en el lugar de Jungkook si mis sentimientos fueran correspondidos, o mínimamente hablados. Estaba enamorado de Luxus desde ya hace un tiempo, supongo que supe que estaba enamorado cuando llegué a convivir con él un año entero. Recordé la emoción de sus palabras cuando aprendía algo nuevo de su violín y cuando escribía un nuevo poema o sonata. Entonces pensé en lo que estaba más abajo de la punta del iceberg, esa comparación de Vante y Luxus que me hacía cuestionar si realmente seguía enamorado de Vante o de Luxus. -Luxus tiene su fama. -Respondí con simpleza-. Él me contó un día que le daba igual con quien acostarse o a quien amar. Hombre o mujer, le daba malditamente igual. Si le gustaba alguien lo llevaba a la cama, él tenía ese poder sobre las personas. De Luxus es de esperarse, de Jungkook no lo sé porque también lo conozco poco. - ¿Y TaeHyung? Se veía realmente mal con la noticia, si no, no me explico qué fue aquello de destruir ese violín y dejar a Luxus en tal estado, exponiendo a su familia de tal forma. -TaeHyung exageró. -Dije con tosquedad, vi que YoonGi arqueó con sorpresa las cejas. - ¿Perdona? -Musitó el pelinegro. -TaeHyung y Jungkook nunca tuvieron nada hasta donde tengo entendido, eso le da toda la libertad a Jungkook de acostarse con quien quiera, si ese alguien fue Luxus tampoco es motivo de exponer a una familia entera ante un crimen tan castigado como lo es ser homosexual. Sé que suena muy mierda, pero es la realidad. Luxus no merecía que destrozaran algo tan preciado para él por esa simple cosa. -Pues para TaeHyung no era una simple cosa. -Aseveró YoonGi-. Rara vez veo a TaeHyung hablar en nuestras reuniones, siempre habla Luxus y siempre él se lleva la atención; incluso la tuya. No quiero sacar conclusiones, pero... Parece ser que TaeHyung simplemente se cansó de no ser escuchado. Resoplé, encogiéndome de hombros. -Como te digo, no lo sé. No opino. -Estás enamorado de Luxus, ¿No? -Inquirió YoonGi, sonriendo al ver que me había sonrojado hasta las orejas-. Se nota en tu forma de justificarlo. -El que me guste no significa que lo justifique. -Jimin, lo estás justificando en este momento. Y me quedé en silencio, resoplando rendido. YoonGi ladeó una sonrisa y apagó el cigarrillo, apoyando después su cabeza en su mano. - ¿Lo sabe? -Inquirió llamando mi atención-. ¿Luxus sabe que tú...? -Lo más probable es que sí. -Dije en un murmullo-. Luxus es un chico extraño, nació con una visión muchísimo más sensible o algo así y le permite saber qué sienten o piensan las demás personas, es muy raro. - ¿Nació con ello? -Es una larga historia. -Tengo tiempo, me invitaste para conversar, ¿No? Pedí a los sirvientes un poco más de té para los dos y cuando se sirvió di un pequeño sorbo, comenzando a poner en orden mis ideas y recuerdos con Vante. -Los Kim antes eran solamente cinco: La señora Kim, el padre biológico de los gemelos, los gemelos y Lisa, sólo que Lisa llegó poco después a la familia porque fue adoptada. En fin, fueron la típica familia normal de la aristocracia; El legítimo señor Kim trabajaba como guardia de la reina y la señora Kim cuidaba de sus hijos. Como el trabajo del señor Kim lo acercaba a mucho a la reina comenzó a existir un vínculo fuerte entre la realeza y la familia, naciendo de esa pequeña amistad el reconocimiento de los Kim como representantes de la aristocracia británica. Luxus, quien en ese entonces usaba su nombre Vante; y TaeHyung se criaron en medio de ese ambiente de lujos y elegancia, aunque mantenían muy en su mundo. Luxus llegó a contarme que recordaba que su relación con TaeHyung era muy estrecha... Demasiado hasta llegar a ser preocupante. - ¿Por qué? Suspiré, preparándome para desvelar una parte del iceberg de la aristocracia. Me incliné un poco sobre la silla para asegurarme de que nadie estuviera escuchando, YoonGi también se inclinó y nuestros rostros quedaron algo cerca. -TaeHyung y Luxus cometieron incesto por casi seis, siete años, no recuerdo bien. - ¿Incesto? -Musitó YoonGi frunciendo sus cejas. -Sí. Luxus y TaeHyung eran muy marginales socialmente, se tenían el uno al otro y les bastaba. Pero no conocieron los límites cuando empezaron por lo más bajo, besos inocentes y toques sin doble intención, ya cuando comenzó a escalar la situación, su relación comenzó a deteriorarse. -Ya veo... -YoonGi se alejó un poco-. ¿Entonces? -Pese a eso, Luxus era bastante unido a su figura paterna, hasta el punto de casi querer ser como él. Lo acompañaba a sus viajes, otras veces a su trabajo y cuando recibió de regalo el violín comenzó a tocar sólo para él. Ese violín era todo para Luxus, nunca lo vi tocar, pero cuando lo conocí escuché su melodía cuando iba pasando, las relaciones familiares nos terminaron uniendo y aquí estamos. El caso, es que Luxus después fue abriéndose con más gente y comenzó a dejar a TaeHyung en el olvido. -Pausé, tomando un sorbo de té-. Cuando le pregunté el porqué, me dijo eso, lo del incesto, y que TaeHyung estaba comenzando a depender emocionalmente de él y lo cortó por seguridad. Además de que temía que él y TaeHyung fuesen descubiertos y no quería terminar dos años en prisión, o morir colgado por eso. Desde aquello, es raro ver a Luxus y a TaeHyung pasándola bien juntos. Las cosas cambiaron bastante. - ¿TaeHyung se enamoró de su hermano? -Luxus cree que sí, yo realmente no lo sé. No parecen hablar de ellos desde que Luxus lo dio por cortado o casi olvidado. Ya cuando el legítimo señor Kim falleció, Luxus cambió mucho en su actitud. Lo que antes era un poeta y un apasionado violinista se convirtió en.… algo. Dejó de actuar como humano desde aquello, como si una parte suya hubiese sido arrancada de su alma y ya estaba completamente hueco por dentro. Lo único que le quedaba era ese violín, era como un maldito tesoro para él y ahora que quedó destrozado. -Me encogí de hombros, negando con la cabeza-. Ya ni sé quién es Kim Vante Luxus, es más, ni siquiera sé si se llama realmente así. -Las cosas están realmente jodidas, resumiendo. -Concluyó el pelinegro-. ¿Te preocupa lo que pueda hacer Luxus? -Me preocupa lo que puedan hacer los dos, YoonGi. -Le dije-. Esto ya no es un simple pleito de hermanos, Luxus y TaeHyung son capaces de muchas cosas. -Me pregunto de qué cosas, porque por lo que me cuentas ellos no son los únicos que son capaz de todo. Y alcé mi taza, chocando con la suya. -Bienvenido a la aristocracia. Jeon Jungkook. Enero 12, 1876 Las campanas que suenan en la iglesia me taladran los oídos cuando intento dormir por lo menos un poco y la ansiedad me frustra. Todo Londres se hallaba emocionado por la boda de Kim TaeHyung con la nieta de la reina, Bae JooHyun, a la que claman como Irene. Sólo dejé de escuchar cuando pusieron la palabra matrimonio y el nombre de TaeHyung en una sola oración, dándome a entender la magnitud de mi error de haberme acostado con Luxus. La semana había sido jodida, y no era alguien de decir malas palabras. No tenía otra forma de expresarlo, simplemente estuvo... Jodida. La orden de alejamiento de los Kim hacia mi familia había sido sólo el inicio; mi madre, aterrada con la idea de tener un hijo homosexual dio todo de sí misma para contratar doctores que me ayudaran con eso, sin hablar de la privación de poder pintar hasta estar completamente "curado", eso sin contar que no podía salir solo, por lo que me encontraba encerrado en mi habitación bajo llave (Porque también se temía que contagiara a mis hermanas) y rechazaba toda comida que se me era ofrecida bajo la puerta. TaeHyung no había vuelto a abrir sus ventanas desde el escándalo en la fiesta y sólo me tenía a mí y a mi mente que me culpaba también de lo ocurrido. Menuda maravilla de semana. Vi por la ventana cómo los Kim eran recogidos en el carruaje, TaeHyung vestía elegantemente para por fin esposar a Irene y por su expresión no se notaba muy feliz, por supuesto era entendible, nadie lo estaría cuando utilizan la esposa de tapadera para poder continuar con una cotidianidad sin rumores. Yo, con suerte, no había terminado pagando dos años en prisión. Me aparté de la ventana sin querer torturarme más y me acerqué a mi escritorio para ojear una de mis libretas de dibujo, con el fin de distraerme un poco con mis bosquejos. Lo malo era, que sólo tenía los primeros bosquejos que hice de TaeHyung en el tiempo donde sólo me dedicaba a observarlo y al indagar en mis demás libretas me di cuenta que TaeHyung aparecía en todas partes. Definitivamente no estaba bien. -Whao, qué deprimente. Grité apenas escuché esa voz con tonalidad grave atrás de mí y al girarme me encontré con la figura de Luxus que mordía sus labios intentando no carcajearse. Aún en mi espanto pude verlo detenidamente; vestía totalmente de negro, usando pantalones y zapatos de tacón algo altos, tenía una camisa manga larga que en el cuello tenía varios pliegues de tela, caían por su chaleco, el saco era también de manga larga y caía hasta sus tobillos, los guantes y el sombrero de copa adornaba su cabellera dorada le daban un toque seductor y único. No pasé de alto sus ojos zarcos que brillaban con intensidad y al ver su sonrisa me sentí hipnotizar un poco, regresando a la realidad cuando escuché la voz de mi madre en la planta baja. - ¿Todo bien allá arriba, Jungkook? Miré a Luxus en forma de advertencia y respondí. - ¡Sí, Mamá! Sólo... ¡Me lastimé cerrando la ventana! -Al no escuchar respuesta, regresé a Luxus y susurrante repliqué: -. ¿Qué haces aquí? Luxus se encogió de hombros, apoyándose en el escritorio. El anillo de su dedo pulgar lucía entre sus dedos que eran ocultos por esos guantes de terciopelo negro, dándole ese punto de dominancia que tanto le caracterizaba. -Venía de pasada y quise verte, no te veo desde ese pequeño incidente. - Respondió despreocupado-. ¿No vas a la boda? -No lo sé, dime por qué no vas tú que eres el hermano del novio. -El novio me mataría a golpes si pongo un sólo pie allí. -Contestó viéndome fijamente a los ojos-. Y no quiero que el de arriba vea esa escena tan desagradable. -Pues mira, yo no puedo ir porque tu familia nos puso una orden de alejamiento. Menuda maravilla. -Ya no es mi familia. Me desubiqué un poco, frunciendo el ceño. Luxus sacó de su saco una cajetilla de cigarros y al sacar uno y encenderlo hizo que la habitación emanara el aroma a tabaco. - ¿Qué? -Uno de los dos debía irse de la mansión y dejar de usar el apellido. -Explicó Luxus-. Vante Luxury, un gusto. - ¡Tu madre enloqueció! -Exclamé indignado-. ¿Y TaeHyung no te defendió o.…? Pausé, al verme tan cerca del mayor que me miraba arqueando una ceja mientras exhalaba con lentitud el humo que guardaba en sus pulmones. -TaeHyung no defiende a nadie, mucho menos a mí. -Me dijo y sus dedos acariciaron mi mejilla con lentitud-. Pero estoy bien, vivo en la mansión del bosque, ya me hacía falta irme de allí, ya no había mucho para hacer. Luxus siguió con los toques en mi rostro y yo sólo me dejé hacer, sintiéndome embriagado por su dulce tacto, buscando inconscientemente más de aquello. Él sonrió cuando me acerqué más apoyando mi cabeza en su pecho mientras sus dedos ahora acariciaban lentamente mi espalda, cruzando por la fina línea de mi columna. -Y supongo que las cosas no están bien para ti. -Me dijo en un susurro, dando una última calada para apagar el cigarro contra la mesa. Asentí sin despegarme de su pecho-. Puedes venir conmigo, no tiene caso quedarte aquí encerrado haciéndote pensar que estás enfermo. Y en serio lo pensé, quedándome en silencio. Luxus volvió a hablar. -JiSoo ya regresó, no estarás únicamente conmigo. -Me dijo, apartándome un poco para poder verlo fijo a sus ojos zarcos-. Puedes quedarte hasta que las cosas se calmen. -No lo sé, Luxus. TaeHyung... -El enojo de mi hermano no se pasará de la noche a la mañana si es que lo que planeas es hablar con él. -Advirtió, sus pulgares acariciaban mi cadera-. Confía en mí cuando te diga que los tres podremos solucionar esto, total, sólo hay un modo y no creo que TaeHyung esté en condiciones de pensarlo ahora. Debes darle tiempo. - ¿De qué modo hablas? Luxus se encogió de hombros. -Es muy pronto para decirlo. Así que, ¿Aceptas? - ¿Y qué hago con mi familia? Luxus no preguntó ni pareció pensarlo cuando dejó un casto beso en mis labios que no fui capaz de refutar. -A la mierda todo. Negué con la cabeza sonriendo amargamente y mis labios fueron tomados nuevamente por los suyos. Ya se me hacía imposible no corresponder o rodear su cuello con mis brazos para profundizar el beso, jugueteando con nuestras lenguas. Luxus posó sus manos sobre mis muslos, y me empujó hacia adelante para hacer más profundo el encuentro de nuestras lenguas que danzaban en conjunto de los chasquidos de nuestra saliva al ser intercambiada. El rubio detuvo mis manos cuando quise desabrochar su cinturón y negó con la cabeza antes de dejar una lamida con la punta de su lengua en mis labios. -Eso es lo que nos tiene en este embrollo. -Me dijo-. No podemos ahora, lindo. -Entonces no hagas esto si al final no haremos nada. -Te prometo que te compensaré. -Me dijo, dando una tierna mordida en mi cuello que me sacó un entrecortado jadeo-. Por ahora, no podemos. - ¿Y esa compensación va a ser pronto? Luxus soltó una risa y volvió a tomar mis labios, tirando de mi labio inferior para volver a juntar nuestros músculos gustativos. Fue tentador sentarme sobre sus piernas y frotarme hasta convencerlo, así que lo intenté empuñando la tela de su ropa para y jalar hasta tenerlo sentado en mi cama. Luxus entendió lo que quería y sólo por complacerme se sentó en mi cama conmigo estando sobre él y volví a tomar sus labios, moviendo un poco mis caderas para frotarme en su naciente erección. Luxus se apartó chupando mi lengua y me miró arqueando ambas cejas. Me tenté en volver a besarlo al ver sus labios húmedos y rojizos. -Jungkook, no hagas eso. -Me dijo y sonreí triunfante-. Si fuera por mí te tomaría ahora mismo y te haría gritar para que tu familia te escuche, pero no está en mis planes pasar dos años en prisión y tener más problemas con TaeHyung. - ¿Y si te dijera que también quiero esto con TaeHyung? -Inquirí, dando una lamida en su mentón. -Es que no se necesita ciencia para saber que quieres la polla de los dos. Pero para poderte liar con TaeHyung vas a tener que esperar un poco. Hice un mohín con mis labios y dejé un beso caso en los de Luxus, frotándome disimuladamente sobre su erección. -Jungkook. -Pronunció como advertencia. -Luxus. -Respondí insolente. -Joder. -Masculló resignado-. Sólo encárgate y ya negociamos en la noche si follarte o no. Sonreí triunfante al ver que Luxus llevaba sus manos a su cinturón para desprenderlo, abriendo después un poco las piernas para darme espacio entre ellas. Comencé a acariciar el bulto que se asomaba por la tela de su pantalón, acariciando de arriba abajo su apetitosa extensión. Luxus se aguantó un jadeo, desprendiendo el botón de la prenda para que yo bajara la cremallera. Saqué su miembro sin torturarlo mucho y comencé a masturbarlo lento con mis manos, dando pequeñas lamidas en su glande. Cuando creí que era suficiente vacilación, me engullí el falo en la boca, comenzando con ese vaivén que nos volvía locos a los dos. Luxus me tomó del cabello para poner el ritmo y con el movimiento de sus caderas que simulaban embestidas supe que me estaba follando la boca profundamente. Pasaron varios minutos así, consistiendo en lamidas y una felación profunda hasta que fui apartado por él. -Apártate si no quieres que acabe en tu linda boquita. -Me advirtió. Volví a acercarme a su falo y di una lamida a su glande húmedo por mi saliva y su líquido preseminal. -Hazlo. Y su sonrisa no pudo enloquecerme más. Me tomó del mentón y abrió lo boca apoyando su pulgar en mis dientes inferiores y con su otra mano comenzó a masturbarse rápidamente, para que minutos después los hilos de semen cayeran en mi boca y en una parte de mi rostro. - ¿Ya estás satisfecho? -Inquirió después de tomar bocanadas de aire, limpiando con sus pulgares la comisura de mis labios que estaban manchadas de su esencia. Negué con la cabeza-. No me sorprende, necesitas a TaeHyung todavía. Sonreí. -Déjame eso a mí. -Susurró, viéndome con sus ojos zarcos y sonrisa tentadora. Relamí mis labios después de tragar todo, estando completamente deleitado por lo sucedido previamente. -Iré contigo. Y Luxus me sonrió.
Utopía, Capítulo XVII: Kim Luxury
Las miradas caen sobre mí apenas entro a la sala de reuniones, donde veo varios rostros conocidos ya reunidos. Hyuna me observa arqueando la ceja, casi burlona y yo se la regreso antes de tomar asiento junto a ella. Los mellizos sirven en mi copa algo de vino y tras una reverencia vuelven a posarse junto a JiSoo en la espera de órdenes. Después de ver a Jungkook regresé a la mansión del bosque para una reunión con los contratistas anteriores de los contenedores, por lo que era mi primera vez conociéndolos. Kim JiSoo, primera contratista de la copa, conversaba por lo bajo con su hermano y esposo Kim JongIn, quien el contratista del reloj. Minatozaki Sana, contratista del veneno, y Byun BaekHyun, contratista de la espada; si mucho se dedicaban algunas miradas cómplices. Por último, estaba BamBam, contratista del espejo, y Hyuna, contratista de la llave, que sólo se dedicaban a escuchar las conversaciones paralelas. Yo, el contratista de la rosa, doy un sorbo a la copa de vino en la espera de que inicie la reunión y concluyo que da inicio cuando Felix da un pequeño golpe a la mesa que llama la atención de los presentes. -Ahora que el joven Luxury está presente, supongo que ya podemos iniciar con esta reunión. Como juez me veo en la obligación de controlar la conversación, por lo que lo haremos por turnos. Quien quiera empezar puede alzar la mano y luego la conversación comenzará a dirigirse. -Luego de ello, Felix aclaró su garganta y abrió un libro. Los mellizos le extendieron el tintero con la pluma-. Muy bien, el día de hoy, 12 de enero del año 1876 nos hemos reunido para ultimar los planes de la conocida como "Utopía infernal", la cual ha sido propuesta por el hijo de Asmodeo y contratista de la rosa Kim Vante Luxury. Yo, Lee Felix, maestro de la corte infernal; tomaré nota de lo conversado y recibiré la firma de cada uno para tener constancia de que esta reunión se llevó a cabo. Sin más que agregar, Luxury, te doy la palabra. Suspiré y me puse de pie, haciendo una reverencia a los presentes, luego volví a sentarme. -Muy buenas tardes, mi nombre es Kim Vante Luxury y me alegra que nos hayamos reunido para discutir el asunto de los nuevos contratistas y el cómo se llevará a cabo el proceso conocido como "Utopía". Para comenzar, me gustaría reportar que dos contenedores ya han sido repartidos: La rosa ha sido entregada por mí a Kim TaeHyung, mi hermano gemelo y Kim JiSoo ha entregado la copa a Kim SeokJin, mi hermanastro. -Vi a JiSoo asentir y a los mellizos dar pequeños saltos con sólo pensar en su nuevo amo-. Sin embargo, ya es momento de discutir lo que haremos con los demás contratistas, por lo que estoy aquí para responder a sus dudas y posteriormente explicarles cómo serán las cosas ahora. Los presentes asintieron y JiSoo alzó su mano envuelta en un fino guante de terciopelo rojo. Felix asintió, tomando nota. -Antes que nada, es un placer reunirme con usted formalmente, joven Luxury. La jovencita Hyuna ya nos había hablado de usted, por lo que me gustaría aclarar varias dudas respecto a su persona y en lo que nos concierne en esta reunión. -JiSoo dio un sorbo a su copa de vino y humedeció un poco sus labios carmín antes de hablar-. Tengo entendido que usted es hijo de una dama que hizo un contrato con el mismísimo demonio Asmodeo para poder tenerlos a usted y a su hermano, por lo que me da curiosidad saber sobre su familia. Usted es el segundo de seis que son, siendo todos sus hermanos futuros contratistas de pecado; me gustaría saber más de ello. Asentí y Felix me dio el permiso de responder. -Señorita JiSoo, es completamente veraz lo que usted supone. -Miré a cada uno de los presentes-. Mis hermanos son contratistas de pecado. Mi hermano TaeHyung y yo nacimos por medio de un contrato que mi madre hizo con el demonio Asmodeo debido a que es estéril. Mi hermana adoptiva, Lalisa, se crio en un templo tailandés donde su maestro que también era su padre biológico fue asesinado por la llave dorada que tenía forma de daga en ese entonces. SeokJin, mi hermanastro, vio cómo su madre moría envenenada a mano de una contratista de pecado y para aliviar el trauma comete incesto con su hermano NamJoon, que siente un gran apego hacia lo material y por último está Jennie, que en medio de todo ese caos nunca pudo vivir libremente y tiene altos deseos hacia el lujo y lo libido. Mi familia es la representante de la aristocracia británica, teniendo buena relación con la realeza pese a la suciedad que guarda bajo la alfombra. - ¿Aristocracia británica? -Inquirió BamBam con interés. Vi detenidamente sus prendas doradas y su sonrisa arrogante-. Intuyo que tu familia entonces tiene un gran poder social, ¿No? -No somos los únicos. -Afirmé, agradeciendo que HyunJin dejara en la mesa una cajetilla de cigarros para los fumadores. Kim JongIn, BamBam y yo sacamos uno al tiempo, dejando que los sirvientes encendieran el tabaco en la boca de cada uno-. Eso es lo que les interesa. Mi familia tiene conexiones con otros grupos aristócratas cuyos hijos son contratistas. En el caso del espejo está Jimin, quien pronto ascenderá como conde por órdenes de la reina. En el caso del veneno y la espada están los hermanastros Hoseok y YoonGi, quien para mantener las apariencias fingen llevarse bien. - ¿Y qué nos dices de los contratistas de la llave? -Musitó Hyuna, sonriendo con sorna-. Ellos son los importantes. Me sentí hipnotizado por aquella sonrisa que no dudé en devolverle, regresando la vista los presentes. -Ya les hablé de Lalisa, de ChanYeol la única información que tengo es que él haría lo que sea por proteger a su hermano y Jungkook... -Sonreí, dando una profunda calada-. Es un caso muy retorcido. Kim JongIn alzó su mano, Felix le dio la palabra. -Cada contratista anterior debe entregar el contenedor a su nuevo amo, ¿Cómo haremos eso siendo discretos? Y sonreí, ansiando por fin llegar a esa parte. Deslicé mi dedo por la mesa, dejando que pequeños hilos dorados comenzaran a dibujar formas. Dibujé cuatro círculos, y luego puse en cada símbolo un apellido: Kim, Park, Jung, Jeon. -Los Kim, como dije anteriormente, son la cabecilla de la aristocracia británica; por lo que cada decisión es tomada por ellos consultando con las demás familias en una pequeña reunión. Si no se llega a un acuerdo, los Kim definen lo más beneficioso para ellos y se lo hacen saber a la reina que es la que mueve ficha para hacer cumplir dicha petición. -Luego de ello, con mi otra mano borré el dibujo y rápidamente comencé a crear círculos más pequeños según el número de hijos que éramos en cada familia-. Cada familia de la aristocracia tiene un testamento en caso de que uno de los padres muera y ya es decisión del difunto a quién dejarle el patrimonio familiar; no importa si es hijo mayor, menor o del medio o si es su pareja, lo importante es que debe dejar algo a alguien. Una vez el patrimonio esté en manos de quien se respecta en el testamento, esa persona comenzará a dirigir la el patrimonio familiar y a todo el grupo aristócrata; teniendo en otras palabras, voz y voto que no puede ser refutado. - ¿A qué quieres llegar? -Inquirió Sana. Miré a Hyuna cómplice y ella sacó de su manga un pergamino que le entregó a Felix para que hiciera lectura. Traté de mantenerme tranquilo, viendo la caligrafía de mi padre cuando el papel fue desenvuelto. Felix leyó mentalmente y luego se quedó atónito unos instantes, alzando la vista unos instantes, aclarando su garganta. -Este es el testamento del fallecido Kim HyunSeung, el legítimo dueño del patrimonio y del apellido Kim. -Sentí un escalofrío al escuchar el nombre de mi padre, recordando que la noche antes de su muerte había escrito ese testamento que había guardado por largos años-. Y.… donde expresa que el patrimonio familiar después de su muerte queda en manos de Kim Vante Luxury, su hijo. Todas las miradas cayeron sobre mí, confundidas y atónitas. - ¿Qué demonios? -Jadeó BaekHyun riendo. - ¿Qué está pasando? -Cuestionó JiSoo. Luego comenzaron a mezclarse voces llenas de interrogantes. - ¡Orden! -Gritó Felix, generando el silencio-. Luxury, ¿Podrías explicarnos qué es esto? Asentí, tratando de mantenerme calmado. Hyuna acarició mi muslo bajo la mesa, dándome apoyo para hablar. Su tacto, pese a la ropa de por medio, se sintió demasiado cálido y desee que no apartara su mano en ese momento. -Mi madre siempre fue bastante obsesiva con el poder, no por nada se casó con mi padre. Años después quiso explorar nuevos horizontes y se consiguió un amante el cual ahora es mi padrastro. Hablaron de los testamentos de sus parejas, luego planearon cómo deshacerse de ellos para tener ese poder. En el caso de Kim HeeSok, tuvo suerte. Contrató a JiSoo para que matara a su esposa a cambio del alma de su hijo mayor, y como la ingenua Choi HaNeul amaba demasiado a su marido, había dejado todo el patrimonio para él. En el caso de mi madre, Lee SookHye, no fue nada sencillo. Mi padre sospechaba desde un principio de la infidelidad y del plan para quedarse con su patrimonio, por lo que hizo su testamento una noche antes de su muerte y me pidió que lo guardara como un tesoro, pidiendo de paso que no dijera nada de él. Al día siguiente, SookHye lo enfrentó preguntándole por el testamento y al no conseguir respuesta y con cólera terminó matando a mi padre por su propia mano. Al no encontrar el testamento terminó pagando tanto en dinero como en carne para que crearan uno falso y así poder tener el control del patrimonio. Funcionó y eso es lo que nos tiene aquí ahora. - ¿Y nunca pensaste en reclamar? -Cuestionó BaekHyun-. ¡Tienes el testamento real en tus manos! -Mi padre me dijo que lo usara en el momento necesario. -Dije con tranquilidad- . Y esto les conviene a cada uno de ustedes. Tengo derecho a reclamar el patrimonio, saliendo victorioso de juicio y teniendo todo el control. Cuando se es líder de la aristocracia británica puedo crear nuevas relaciones con familias aristócratas del exterior, para que instruyan a los hijos del grupo clásico y así poder tener todo bajo un control. Cuando yo tenga el dominio del apellido, voy a hacer que cada uno de ustedes pueda interactuar con los contratistas y hacer lo que tengan que hacer. -Pero tu madre no lo permitiría. -Opinó JongIn-. Si ya jugó sucio una vez, es seguro que lo hará una segunda. - ¿Y quién dijo que ella viviría para ese momento? Todos se quedaron en silencio, viendo expectantes cuando me alcé la manga del saco y la camisa dejando ver mi brazo desnudo. Hyuna me extendió la daga y corté a lo largo de mi brazo, mi sangre comenzó a gotear en la mesa y lamí los excesos de la misma. Luego volví a extenderlo, dejando ver las letras que en un idioma desconocido se mostraba una profecía. JongIn tomó mi brazo y leyó la profecía murmurando, luego miró a Felix asintiendo. -Es la profecía de Asmodeo. Felix asintió y me observó. -Tienes que matarla tú, ¿Cierto? -Ella me dio la vida a mí, yo debo quitársela a ella. -Dije, arremangando mi brazo nuevamente, di una última calada al cigarro-. Ese fue el trato. - ¿Y cuándo lo harás? -Inquirió BaekHyun-. Necesitamos empezar con esto pronto. -No pasará de esta semana. -Aseguré-. Debo también encargarme de mi gemelo y mi hermanastra. -Tus movimientos con respecto a la rosa no involucran a mi ahijado, ¿O sí, Luxury? Observé a JiSoo con una sonrisa ladeada, dando un sorbo a la copa de vino que apenas había tocado. - ¿Qué planes tienes para Jeon Jungkook, JiSoo? Ella resopló, jugueteando con su abanico sin hacer contacto visual. -La pureza de Jungkook lo ascenderá como ángel cuando muera, antes de retirarme del cielo dejé constancia de que él tomaría mi lugar. -Explicó, luego alzó la vista-. Sé que te acostaste con él, Luxury. Sé que Jungkook tiene la mitad de una marca de un íncubo y sé que necesitas la marca de TaeHyung para poder marcarlo por completo. Estás haciendo de Jungkook un chivo expiatorio para poder que TaeHyung terminé entregándose por completo a su tentación. Lo estás llevando al clímax del contratista usando a mi ahijado. -Jungkook está cayendo en dos tentaciones. -Dije tras encogerme de hombros-. Inclinarse hacia la lujuria o hacia aquello que lo tiene tan reprimido por dentro es decisión de él. Puedo asegurarte que tu ahijado no tiene la intención de decidirse entre dos sentimientos. Jungkook ama a TaeHyung y me desea a mí, puede caer en esa tentación o en aquello que lo impactó en su adolescencia, que fue ver cómo su padre cobraba las consecuencias de no soportar el voltaje de un contenedor de pecado capital. Todo lo que suceda, JiSoo, son decisiones de Jungkook y no nos concierne ni a mí ni a ti. - ¿Y cómo harás eso? -Inquirió JiSoo, dándome la razón sin decirlo en voz alta. Le sonreí, relamiendo mis labios. -Jungkook vendrá esta noche, va a quedarse conmigo en lo que yo me encargo de TaeHyung. Contarte lo que pienso hacer sería arruinar la sorpresa, sólo espera la luna amatista y lo entenderás. -Espera, ¿Jungkook viene esta noche? -Jadeó BaekHyun-. ¿Es broma? - ¿Crees que bromearía con eso? -Inquirí rodando los ojos, viendo con diversión el pánico del menor de los contratistas. - ¿Y qué hacemos con la prometida muerta? -Preguntó Hyuna que limaba sus largas y puntiagudas uñas, señalando a la pelirroja con su lima. -Tengo que hacer un recado con JiEun igualmente. -Dijo Sana restándole importancia-. No estaremos aquí por algunas semanas. - ¡Llévame contigo! -Clamó BaekHyun, tomando del brazo a la chica. - ¿Por qué tanto pánico con eso? -Preguntó BamBam-. Era tu mejor amigo, ¿No? -Era su novio. -Intervino JiSoo dando el último sorbo a su copa. Las mejillas del albino enrojecieron casi al instante y comenzó a musitar incoherencias por el nerviosismo, Felix también reía con el espectáculo y no parecía tener intenciones de pararlo. - ¡No era mi novio! -Exclamó. - ¿Y los poemas homoeróticos que HyunJin y yo encontramos en tu cajón y que tenían una dedicatoria para él? -Inquirió YeJi con inocencia, me atraganté con mi propia copa al sentir la risa en mi garganta. - ¡¿Qué les dije sobre husmear en mis cosas?! -Replicó BaekHyun, viendo a los mellizos reír a carcajadas. -Luxury. -Llamó Felix-. Jungkook es el de abajo, ¿no? -Y de mucha honra. -Afirmé. -Será una batalla de titanes. -Comentó JiSoo-. ¿Quién será el que va a morder la almohada? - ¡Ya! -Gritaba BaekHyun-. ¡¿No era esto una reunión seria?! -Oye, espejito. -Llamó JongIn a BamBam-. Te apuesto una moneda a que BaekHyun morderá la almohada. - ¿Quieres pago por adelantado? -Cuestionó el contrario-. Es que es obvio que así será. Las burlas duraron un par de minutos más hasta que Felix terminó calmando el bullicio, retomando lo anteriormente conversado. -Así que, ¿Cuál es el primer paso, Luxury? -Preguntó Felix a modo de conclusión. Sonreí antes de responder. -Primero hay que sacar a Lee SookHye de la ecuación.
Utopía, capítulo XVIII: Jungkook, TaeHyung
Jeon Jungkook. Supe que algo no estaba bien conmigo cuando me miré al espejo del baño. Cuando dejé caer la camisa al piso me puse frente al espejo, viendo perplejo varias líneas curvas de un color violáceo que se formaban alrededor de mi cuello, casi siendo perceptibles. Las toqué con la yema de mis dedos para ver si se trataba de alguna herida o algo por el estilo, sin embargo, no dolió. Parecía como si aquellas curvilíneas estuvieran marcadas en mi piel sin poder ser borradas. Recordé que estas no estaban hasta el momento donde había intimado con Luxus por segunda vez, cuando me había puesto de rodillas frente a él en mi habitación antes de que se fuera satisfecho por la ventana. Tragué grueso, recordando el beso que nos dimos. Cuando había mordido mi lengua. No hablaba de los besos en mi habitación, sino del primero, de aquella vez que había ido a confrontarlo. Él había tomado mis labios, él había mordido mi lengua cuando intenté empujarlo. Luego, por alguna razón, terminé cediendo. Sentí algo recorrerme todo el cuerpo, una sensación, un anhelo que se encendía cuando de Luxus se trataba. Una sensación que no era mía. Por un instante, dejaba de sentirme yo mismo y simplemente cedía ante sus toques, miradas y besos. En automático, como si algo dentro de mi cabeza me lo ordenara. ¿Qué me estaba sucediendo? Con curiosidad, saqué la lengua ante el espejo para ver la marca de los dientes de Luxus y mi corazón se detuvo por un segundo al ver las mismas curvilíneas de mi cuello, pero de un color dorado, apenas y podía verse, pero aun así sentí el pánico invadirme. Rápidamente me saqué las prendas inferiores y me metí en la bañera intentando como fuese posible borrar aquellas marcas. El esfuerzo me acabó lastimando, pero no borrando esas líneas y yo no sabía cómo sentirme. Me vestí con prendas que taparan ese lado de mi cuello y me lancé a la cama aun temblando, viendo la noche comenzar a caer lentamente. Pensé en que Luxus no tardaría en llegar y por alguna razón me sentí aterrado. Lúcido. Consciente. Por alguna razón que desconocía no me sentía yo mismo, sentía como si hubiese despertado de un sueño profundo y estuviera viendo cada cosa con claridad. La marca en mi cuello, mi intimidad con Luxus, mi escapada; todo me tenía simplemente confuso, perdido, como si mis acciones anteriores no fuesen mías y todo hubiese sucedido en la inconsciencia. ¿Qué me estaba pasando? Pensé cuando mis ojos se cerraron lentamente. Horas después abrí los ojos de golpe al sentir que alguien me observaba y vi sentado en la ventana a Luxus que fumaba en silencio, viéndome dormir. Exhalé profundo tratando de controlar mis latidos debido al pequeño susto y me levanté de la cama sin decirle nada y me fui al baño para lavarme la cara y los dientes, me quedé unos segundos viendo mi reflejo, buscando la calma para encararlo. Bien, definitivamente estaba despierto y no respectivamente de mi siesta de hace unas horas. Tomando valor, salí del baño para verlo aún en ese mismo sitio, pero con su mirada sobre mí. - ¿Todo bien? -Inquirió con voz neutra, tirando la colilla del cigarrillo por la ventana. -Yo... no estoy seguro de querer irme ya. -Dije, con los ojos fijos en el suelo-. No puedo hacerle eso a mis hermanas. -No parecías pensar en eso esta mañana. -Comentó. Alcé la vista viendo su rostro neutro, carente de alguna emoción. ¿En serio le había dicho que quería irme con él? -Ya veo. -Habló de nuevo-. Parece que has despertado de tu ensoñación. Bienvenido a la realidad, supongo. - ¿Qué...? ¿Qué me has hecho, Luxus? Lo vi encogerse de hombros y luego se acercó a mí, di un paso hacia atrás por inercia. Luxus soltó una risa seca, golpeando su mejilla interna con la lengua. -Pareces ser bastante listo de lo que creí. -Dijo, sin moverse de su punto-. Y supongo que quieres que te explique ciertas cosas. -Luxus. -Pronuncié con exigencia-. ¿Qué me has hecho? Esto último se lo pregunté tirando de mi ropa para que pudiera ver la marca. Sonrió, acercándose esta vez para acariciar con la yema de sus dedos las líneas violáceas que derramaron pequeñas gotas amatista. Me quedé en shock y reaccioné después empujando a Luxus con fuerza contra un librero, causando que los libros cayeran a sus costados pero que no le golpearan. Soltó una seca carcajada por mi reacción. - ¡¿Qué me has hecho?! -Ya, ya. -Apaciguó con burla-. No queremos alertar a tu familia, ¿O sí? -Luxus. -Jungkook. -Pronunció, logrando callarme-. Si me dejaras hablar harías las cosas más fáciles para los dos. Me quedé en silencio, otorgándole la palabra. Alcé mi mano cuando lo vi moverse hacia mí, advirtiéndole que no se acercara. Me hizo caso. -Tú sabes algo que no tiene mucha ciencia, pero que no muchos saben y es que no soy humano. Por mis venas corre sangre demoníaca, cuyo poder es la libido desenfrenado. -Pausó para encender otro cigarrillo-. La lujuria, es un mal del que nadie se salva, incluye a la persona más pura del mundo terrenal y todos en algún punto la hemos sentido. Tú la has sentido con mi hermano y en un pequeño porcentaje conmigo, digo, querías aquello con los dos en un principio. - ¡No tenía una puñetera idea de lo que era eso, Luxury! -Grité, con la paciencia colmada-. Me he criado en una familia jodidamente reservada a ese asunto, ni siquiera sé qué son esas sensaciones porque no las he vivido a consciencia. Lo que sea que sentí hacia ti posiblemente no exista, porque desconozco todo eso. Fui un jodido idiota, ¿Vale? Fui un jodido imbécil con TaeHyung, porque realmente yo sí lo amo a él. No te ilusiones conmigo, porque yo no siento nada hacia ti en ambos sentidos. -Oh, sé que amas a mi hermano y por mí ni te preocupes. No eres mi tipo. - Luxus botó lentamente el humo entre sus labios-. Cuando fuiste a confrontarme, tenerte a tal merced era una gran oportunidad, por lo que te besé y antes de que pusieras resistencia mordí tu lengua para inyectarte algo a lo que llamaremos "Libido", un líquido que se mezcla con mis fluidos y es completamente invisible. Mi sudor, mi saliva, mi sangre; todo tiene libido dentro. Sólo es cuestión de que tomes de él para que tu lado racional entre en una ensoñación de un tiempo indefinido y te dejes llevar por la lujuria absoluta. Como pudiste acostarte conmigo, puedes hacerlo con cualquiera. Claramente, TaeHyung no está muy de humor para querer entenderlo, ¿Sabes? -Sabías que yo no lo haría contigo ni de coña y aun así me obligaste a hacerlo, drogándome. Eres un hijo de puta. -No soy de sentimentalismos, Jungkook. Hago mi trabajo, es todo. Ahora, supongo que te preguntarás qué es esa marca que tienes en el cuello, bueno; es la marca de un íncubo. Soy un demonio sexual, después de acostarme contigo dejé una pequeña constancia de que tu cuerpo será objeto para un ritual futuro, aún la marca no está culminada porque TaeHyung debe encargarse de eso, pero, ya estoy en ello. - ¿Cómo que "encargarse"? -Pregunté. -Oh, Jungkookie, no quiero hablar de mis planes a largo plazo, no todavía. -Luxury, si le haces algo a TaeHyung... - ¿Qué más podría hacerle a TaeHyung, hm? -Inquirió-. Bueno, aún queda algo, pero no viene al caso. -Luxury, ya basta con esto, es en serio. ¿Qué te ha hecho TaeHyung para que le hagas esto? -No tengo nada contra mi hermano, o al menos no lo tenía hasta que se metió con mis malditas cosas. Hago mi trabajo, Jungkook, que estés de por medio no es mi asunto. Eres un simple recurso para mí, punto. Aunque -Añadió rápidamente-, si te sirve de consuelo, no volveré a tocarte o drogarte; al menos, no ahora. -Tampoco dejaré que lo hagas. -Le dije entre dientes-. Ahora menos que me voy contigo. -Oh, te conviene venir conmigo, Jeon. Iré a darle una visita a TaeHyung más tarde, no tengo ningún problema en adelantar mis planes si es que te pones rebelde. - ¿Q-qué? -Vamos a poner las cosas claras, ¿Vale? A la mierda nuestro romance sexual raro de una semana, ya estamos hablando el mismo idioma, Jungkook. Cooperas conmigo, o es TaeHyung el que pagará los platos rotos, ¿Así o más claro? -TaeHyung es lo suficientemente listo como para dejarse corromper por tus mierdas. -Vaya amor el que le tienes a mi gemelo, de eso no hay duda. -Luxus se acercó y apagó el cigarro sobre mi hombro descubierto, haciéndome sisear del dolor-. Pero te lo digo como su hermano, alguien que depende emocionalmente de otra persona es demasiado fácil de manipular, más si esa dependencia eres tú mismo. No hagas las cosas más complicadas para los tres, Jeon. Y por primera vez en aquella discusión bajé la mirada en modo de sumisión, sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos. - ¿Por qué vas a ver a TaeHyung? -Le pregunté en un murmullo. - ¿Quieres que él te dé una oportunidad? Entonces no hagas preguntas, Jungkook. Te lo dije esta mañana, yo me encargo de esa parte. Ahora, toma tus maletas. Nos vamos. Kim TaeHyung Lo bueno de casarme con Irene, es que ella parecía ser consciente de la situación. Se suponía que estábamos en la noche de bodas, esa tortuosa noche donde ella me entregaba su virginidad con el fin de engendrar y que al final nunca sucedió. Recuerdo que cuando pronuncié el "Acepto" ante el altar sentí mi mundo irs abajo, sintiéndome horrible cuando pensé en la idea de ilusionarla con una relación unilateral, pero más fue mi sorpresa cuando hablamos en el carruaje después de que ella tirara el anillo de matrimonio por la ventanilla. Cuando le pregunté por qué había hecho eso, ella me sonrió antes de responder. -El amor no es una obligación. Y sin mi permiso me quitó el anillo y lo lanzó también. Una hora después de dicho proceso, Irene se bajó sola del carruaje sin esperar que yo hiciera el protocolo de bajarla de cargarla y subió directamente a la habitación para cambiarse, poniéndose un simple camisón blanco que rozaba sus rodillas, pidió a los sirvientes un té para los dos y nos fuimos a la habitación, usando la excusa de la noche de bodas para tener mayor comodidad. -Despediré a los sirvientes mañana en la mañana. -Me dijo después de cerrar la puerta con pestillo-. No quiero que vaya uno de chismoso a contarle a mi madre o a mi abuela la realidad de nuestra unión. - ¿Y quién nos atenderá? -Inquirí frunciendo las cejas, Irene soltó una risilla. -Supongo que te tienen muy mal acostumbrado, nos atendemos solos, que para algo que tenemos manos y pies. Irene se sentó en uno de los sillones de la habitación, yo estaba sentado en la cama esperando por ese tortuoso momento que nunca llegó. -Escucha, TaeHyung, sé que me están usando como esposa de tapadera. - Admitió, no parecía estar ofendida-. Y no te preocupes, no me siento mal, incluso es buen momento para decirte que me encuentro con alguien, aunque, supongo que mi amante secreto no es lo complicado de esta situación. Te gusta un chico, ¿No? Asentí en silencio, Irene le dio un sorbo a su té. -Debes pensar que soy repugnante. - ¿Por qué pensaría ello? -Inquirió confusa-. Es un ser humano, como tú, como yo, ¿Qué tiene de raro? Lo que una persona tenga entre las piernas no define nada, TaeHyung. Así que no, no pienso eso de ti. Háblame de él, ¿Cómo se llama? -Jeon Jungkook. -Respondí, sintiéndome aliviado de por fin hablar con alguien sin esconder nada-. Igualmente, lo que sienta no importa, él no siente lo mismo por mí. Me siento usado, de hecho. - ¿Te usó? ¿Cómo? -Creo que quería acercarse a mi gemelo, Luxury, él es amado por todos. No es de sorprenderse que Jungkook se haya fijado en él, es... demasiado perfecto. -Oh, ¿Luxury? No tiene nada en especial. -Comentó, encogiéndose de hombros- . Lo vi en la cena de navidad en tu casa y en el día que nos presentaron, no tiene nada impresionante definitivamente, aunque tienes razón, es perfecto. -Entonces sí tiene algo de especial. -La verdad es que no, TaeHyung. Luxury tiene rasgos finos, talentos, es un excelente violinista, no se equivoca al hablar y tiene virtudes dignas para la aristocracia. La perfección a tal grado se vuelve monótona porque nunca vas a conectar con él simplemente porque no existe una empatía de "Yo también me equivoco". Luxury no tiene nada en especial precisamente porque no tiene nada humano en su persona, no tiene algo que conecte para decir "Él me entendería a la perfección", ni tiene aquello que yo llamaría "El disfrute del hablar". Luxury sabría tantas cosas que no habría nada para descubrir o pensar, simplemente, aburrido. -Dio otro sorbo y añadió-: Un artista del calibre de Jungkook en lo último que se fijaría es en la perfección absoluta, he visto sus pinturas ya que ha pintado para mi madre y me he dado cuenta de que él halla lo bello en lo humano, en lo imperfecto. Él se enamora de la humanidad y eso es lo que lo lleva a expresarlo en el lienzo, ¿Qué de interesante tendría ilustrar a un ser perfecto que nunca en su vida se ha equivocado? Sólo estás haciendo un retrato, un triste retrato sin vida porque no hay nada humano en ella. Jungkook escoge minuciosamente lo que desea pintar sólo porque le parece bello, si está pintando a una persona hace un énfasis en lo bello de esa persona simplemente por ser persona. Yo creo que Jungkook es el tipo de artista que cuando se enamora pintaría y haría bosquejos de esa persona por toda una vida, por lo que dudo que Jungkook te haya usado por un ser tan perfecto como tu hermano, TaeHyung. Sentí mis ojos llenarse de agua, recordando la pintura que Jungkook había hecho para mí y que Jennie me había ayudado a esconder para traerla conmigo. Supuse que Irene la había visto y aquello me explicaba por qué el lienzo estaba en la habitación colgado. Vi su firma y las ganas de llorar fueron inmensas. -Él... me traicionó con Luxury. - ¿Has hablado con él? -Inquirió Irene-. ¿Qué pasaría si fue algo en contra de la voluntad de Jungkook? Y no me refiero a algo violento, pudo haber sido drogado o embriagado, pudo suceder cualquier cosa. Pero pondría mis manos al fuego afirmando que Jungkook no haría eso conscientemente, TaeHyung. Intenta hablar con él. -Irene, simplemente no puedo. Aunque me den cierta ilusión tus palabras y aunque lo extrañe con cada parte de mi ser, sigo estando herido. Me sigue doliendo en el alma. Luxury me ha hecho sentir inferior por casi toda mi vida, por lo que eso... Es difícil de digerir, es todo. Tengo dignidad, no perdonaré algo porque sí sólo porque fue un accidente o algo por el estilo. Mis lágrimas valen. -Y es entendible, pero cuando te sientas listo, habla con Jungkook. Tal vez es todo un malentendido. Lo único que sé, TaeHyung, es que Jungkook te ama. - Dijo, señalando el lienzo-. De ello no hay duda alguna. Luego de dicha conversación, Irene y yo nos dormimos juntos para no levantar sospechas del personal doméstico. Ella se durmió primero, haciendo evidente su cansancio del día y yo sólo me quedé viendo dicha pintura, viendo cada rasgo, cada pincelada que hacía ver esa pintura como lo más frágil. Jungkook parecía que me conocía, tal vez con sólo verme sabía lo rota que estaba mi alma. Suspiré, y cerré mis ojos para dormirme, minutos después cuando ya me estaba dejando caer en los Morfeo, sentí el ambiente helarse y cuando vi a Luxus en la ventana supe que se trataba de él. Luxus se llevó un dedo a sus labios y señaló la puerta, resoplé levantándome de la cama y salí de la habitación en silencio, bajando hasta el salón donde Luxus terminó apareciendo en uno de los sillones. No le pregunté cómo había llegado tan rápido, tampoco me interesaba. - ¿Qué quieres, Luxury? -Le cuestioné con sequedad-. Ni siquiera cuando ya estoy formando mi propia vida me dejas en paz. - ¿No puedo darle mis felicitaciones a mi hermano? Enhorabuena, te has casado, espero seas feliz. -Gracias, ¿Puedes irte? -Le dije al ver que no se movía de su sitio. Sus ojos zarcos brillaban en lo más profundo de la oscuridad. - ¿Pasa algo para que no quieras verme? -Inquirió sonriendo con burla. - ¿Y en serio preguntas? -Reí con sequedad-. Eres un maldito cínico. -Jungkook está preocupado por ti. -Dijo, restándole importancia a lo que le dije- . ¿No te apetece hablar con él? -No me interesan los recados de Jungkook, menos si vienen de ti. -Esto no es ningún recado. Si malinterpretaste las cosas, sólo diré que Jungkook te ama y por mi parte, bueno, me interesa alguien más. No soy ningún obstáculo en su relación. -Ya, ¿Tan interesado estabas en alguien más que te lo llevaste a tu cama? No me jodas, Luxury, puedes mentir mejor que eso. -No tengo la necesidad de mentirte. -Aseveró encogiéndose de hombros-. Si no quieres creer lo de que me interesa alguien más, pues ya es muy tu problema. Jungkook ya dejó muy en claro que te ama y te extraña, espero te tranquilice esa noticia. - ¿Piensas que es así de fácil, Luxury? Perdí toda mi confianza en Jungkook, estoy herido, estoy hecho mierda porque me sacaron de mi hogar por tu maldita culpa. Dejé a Lisa, a mamá, a Jennie, a NamJoon. -No hables como si en verdad te importaran. - ¡Deja de hablar de mí como si me conocieras, por un demonio! -Le grité, la furia corría por mis venas-. ¡¿Qué sabrás tú de mí, Luxury?! ¡Yo en verdad quería a mis hermanos! ¡A diferencia de ti no los veía como objetos! Eran mis hermanos, era mi madre, y los quería. Tuve que dejarlos por tu culpa, ¡¿Tan siquiera sabes que me da miedo la soledad?! ¡¿El dormir solo durante las noches?! ¡¿Tan siquiera te importé?! -TaeHyung. -Llamó, hice caso omiso. Cuando comencé a soltarlo todo, no pude detenerme. - ¡No me queda nada, Luxury! Me viste tan feliz por conocer a Jungkook que simplemente me lo quitaste, me quitaste toda la felicidad que me quedaba. Me has dejado vacío, ¡Y no pareces arrepentido por eso! Y Luxury tampoco iba a quedarse sin contraatacar. - ¡Deja de responsabilizarme de tus cosas! -Gritó de vuelta-. Yo no te he quitado nada, y si lo que te dolió fue mi abandono, lo siento, pero te recuerdo lo mierda que es vivir aquí. Bienvenido al siglo XIX, TaeHyung, donde te encarcelan si eres homosexual o te matan si además de serlo cometes incesto. Entiende, métete en tu cabeza que lo nuestro era incesto. Estabas dependiendo emocionalmente de mí y simplemente te dejé porque es una mierda depender de alguien y aun así te quedaste en la sombra esperando que cambiara de parecer. No es mi culpa que te consumieras en una tristeza profunda, hice lo mejor para los dos. A ti no te duele que yo tenga amigos o que me guste alguien, a ti te carcome la idea de que te dejé después de tomarte por última vez. Piensas que te abandoné, pero no es así, somos hermanos, TaeHyung, ¡Hermanos! simplemente no podíamos seguir y sigo manteniendo mi promesa de no volver a tocarte jamás. -Luxus tomó aire-. Respecto a Jungkook, él no es ningún objeto; no te lo quité, fue una jugada mía y lo convencí de acostarse conmigo; una tontería. Sólo quería vacilarte y mira en la situación que estamos. Fue mi error y lo siento. Luxury es demasiado perfecto como para equivocarse. Sabía que estaba mintiendo, pero, ¿Dónde estaba la verdad y la mentira? -Jungkook te ama, TaeHyung. -Musitó, calmándose poco a poco-. De eso no hay duda alguna. Sabía que Irene estaba escuchando desde el umbral de la puerta, esperando a que respondiera algo esperanzador, pero no fue así. -Si Jungkook en verdad me amara, no hubiera cedido a algo así. Hablaré con él cuando él mismo me busque, por ahora no me importa lo que tú u otros me digan. Giré mi cabeza para ver a Irene, quien tenía la mirada gacha. -Sigo teniendo dignidad, Luxury y aunque me digas esto tampoco pienso perdonarte. -Tampoco esperaba que lo hicieras, me da igual si lo haces o no, al menos sabrás que al menos lo dije. En fin, me largo, buenas noches, TaeHyung. Luxus se fue haciendo una reverencia ante Irene y ella se acercó a mí para darme un abrazo al notar que me iba a desmoronar. -Lo hiciste bien. -Me susurró, dejando que mojara su camisón con mis lágrimas- . Lo hiciste bien, voy a apoyarte, ¿Sí? Que para esto estamos los amigos. Y la palabra "Amigos" se sintió tan cálida en mi interior que la abracé con fuerza, tratando de ignorar los gritos de mi corazón que clamaban que buscara a Jeon Jungkook.
Utopía, Capítulo XIX: Jennie, Luxury
Kim Jennie. Enero 15, 1876 No me di cuenta hasta que se fueron, pero la mansión se sentía vacía sin los gemelos. Los días sin ver a Luxus o a TaeHyung se volvieron extraños, más cuando sus dos sillas fueron removidas de la mesa. Sólo éramos Lisa, NamJoon y yo; aunque agregando el hecho que NamJoon no estaba en la mansión, pues había decidido quedarse una temporada con SeokJin por petición de Nayeon, quien al parecer se enteró de los problemas de mi hermano mayor al momento de dormir, aunque su alimentación ya no parecía ser un problema. NamJoon iba a llevarme con él, para no descuidarme o evitar que me sintiera sola, pero nuestro padre lo impidió por motivos que nunca explicó y mi hermano mayor se fue a la mañana del doce, sólo despidiéndose de mí. Sin él sólo éramos Lisa y yo en aquella mansión tan silenciosa, pues apenas y nuestros padres hablaban con nosotras. Lisa se la pasaba en su cuarto y yo dormía en la cama que solía pertenecerle a SeokJin cuando sentía miedo de la oscuridad o la soledad que inundaba la mansión, causándome tal ansiedad que lloraba hasta dormirme. Esa madrugada, fui la primera en despertar cuando todos seguían dormidos y con un suspiro me levanté de la cama dispuesta a deambular hasta conseguir que me diera sueño. Salí al pasillo, viendo cada puerta cerrada hasta detenerme en aquella puerta, la única que tenía una "V" de plata en la puerta y que relucía entre las demás. Nunca había entrado al cuarto de Vante, es más, en mis tres años viviendo allí jamás había conocido su cuarto. Solía ser bastante reservado, sólo encerrándose allí cuando era necesario y procuraba poner el pestillo cuando estaba por fuera. Jin, lo describía como algo normal, adornado con el desorden del artista. Si bien, su habitación podría ser similar a la de TaeHyung, con la leve diferencia de que Vante encontraba su pasión en la música, en la escritura y la lectura, mientras TaeHyung la encontraba en la pintura y el dibujo. Tragando saliva, giré el pomo, sorprendiéndome de que la puerta estaba abierta. Miré a ambos lados temerosa de ser descubierta y entré a la habitación cerrando la puerta detrás de mí. Me acerqué a la mesa de noche y me percaté del mechero que estaba junto al candelabro. Las velas no estaban del todo consumidas, por las que las encendí con cuidado y tomé el candelabro para iluminar la habitación. Vante no había recogido todas sus cosas, incluso aún tenía ropa en su armario. Parecía como si se hubiera llevado lo necesario para una semana o dos fuera, cosa que se me hizo extraña. La cama estaba perfectamente hecha y sobre esta reposaba un pequeño conejo de peluche que tenía bordado en la patita "Vante". Lo dejé en su sitio y me acerqué a la mesa de noche, abriendo el primer cajón. Dentro había una cajetilla de cigarros, unos sobres sin abrir que no tenían remitente y una fotografía en blanco y negro. Tomé la foto con delicadeza y vi que en ella salían TaeHyung, Lisa y él junto a sus padres. Vante abrazaba posesivamente a su padre biológico, estirando una sonrisa cuadrada que jamás había visto en el poco tiempo que le conocía. TaeHyung también abrazaba a su hermano gemelo también sonriente y Lisa se mantenía con su madre estirando una media sonrisa. Al revés de la foto, escrito en tinta negra ponía "La familia Kim. 30 de noviembre, 1861". Dejé la foto en su lugar y luego revisé los sobres, viendo que estos estaban sellados con lacre que tenían una letra "H" adornada por flores. Cerré el cajón dejándolos en su lugar y abrí el segundo cajón, encontrando un montón de partituras que estaban atadas en una cinta color rojo. Dejé el candelabro sobre la mesa y cogí las partituras, tratando de recordar mis clases de violín a las que la difunta me sometía en el tiempo en que estaba viva. Leyendo cada partitura podía recrear en mi cabeza la belleza de las melodías y por un instante deseé en recrearlas, hasta que llegué a una llamada "Black Swan". Abajo del título y antes de que comenzara el pentagrama, pude reconocer la letra de Vante, aquella que secamente ponía "Para el que me dejó" y esa era la última partitura. Había otras pero que estaban incompletas, y con ello me di cuenta que después de "Black Swan", Vante había abandonado por completo el violín y por alguna razón me sentí triste. La difunta amaba la música de la misma forma que amaba a SeokJin, por lo que nos metió a los tres a clases particulares con los instrumentos que quisiéramos. NamJoon y Jin se fueron por el piano y yo me fui por el violín. Tomamos clases hasta que la diosa de mi hermano mayor pasó a llamarse la difunta y por la falta de constancia decidimos no tomar más clases. Yo con suerte recordaba pequeñas cosas y aún conservaba mi violín, por lo que sin pensar mucho en las consecuencias y dejándome llevar por la curiosidad, tomé únicamente la partitura de "Black Swan" y cerré el cajón. Tomando de nuevo el candelabro exploré el resto del cuarto, viendo los títulos de la librería. Me llamó la atención uno de los títulos: "Los sacrificios humanos de Alicia", cuyo autor parecía ser totalmente anónimo. Dejé la partitura sobre la cama y tomé el libro, viendo la tapa negra y la rosa roja en el centro. No lo pensé mucho y también me llevé el libro, decidiendo de una vez por todas salir de aquella habitación e ir hacia la mía. No dormí el resto de la madrugada por leer el libro y cuando me di cuenta ya era de mañana. La rutina no cambió mucho, dejé el libro y la partitura en la mesa y me di un baño de veinte minutos, luego de ello toqué la campana de la habitación para llamar a uno de los sirvientes. -Señorita Jennie. -Me dijo una de ellas, sacando la ropa del armario mientras yo me quedaba sentada en mi cama con una bata cubriendo mi cuerpo-. Últimamente la he visto muy decaída, si me permite la observación, ¿Le pasa algo? Negué con la cabeza y me levanté para ser vestida. Hice una mueca de dolor cuando el corsé comenzó a ser puesto y luego de ellos vi miles de telas caer sobre mi cuerpo hasta que le encontré la forma de vestido. Luego de ello me sentaron frente al tocador para maquillarme y peinarme, la sirvienta no hizo más preguntas por mi estado hasta que salió de la habitación una hora después de haberme arreglado. El desayuno tampoco fue gran cosa, un silencio profundo donde sólo se escuchaban los cubiertos chocando contra los platos, las órdenes murmuradas por mi madrastra y las cortas conversaciones de mi padre con ella. Lisa no parecía cómoda de estar allí y fue la primera en levantarse de la mesa e irse a su habitación, minutos después lo hice yo, escuchando después que nuestros padres saldrían después de desayunar. Al entrar a la habitación, no me sorprendí de encontrar sobre mi cama las cartas de NamJoon y Jin, recordándome que debía portarme bien y obedecer a nuestros padres y que si había algún inconveniente, los llamara o llamara a los Jung por si pasaba algo malo. Mis hermanos eran más cercanos a Hoseok y YoonGi, pues según ellos, Jimin era más íntimo con Vante debido a su posición de mejor amigo y ChanYeol vivía a las afueras de Londres y no tenía mucho tiempo para hablar o pasar el rato, por lo que Hoseok y YoonGi se volvieron muy cercanos a nosotros. Sonreí al leerlas y escribí la respuesta, luego le di la carta al mensajero para que se la llevara. Minutos después tomé la partitura de Vante y saqué mi violín del armario, me dediqué unos quince minutos a afinarlo luego comencé a tocar la partitura poco a poco, lastimándome en algunas ocasiones debido a lo compleja que era. Estaba tan sumida en mi trabajo que no noté cuando Lisa entró a la habitación, viéndome desde el umbral. Gruñí frustrada cuando me equivoqué por décima vez y luego me sobresalté al escuchar la risa de Lisa. - ¡Lisa! -Exclamé-. Por favor, avisa cuando entres. Me has asustado. -Ya, lo siento. Sólo que te veías linda tocando, además de que se me hizo curioso escuchar un violín aquí en casa, no escuchaba uno desde hace tres años. - ¿No escuchabas un violín desde hace tres años? ¿No vas a orquestas o algo así? Lisa negó con la cabeza, cerrando la puerta detrás de ella. -Nuestro padre, el muerto, solía llevarnos muy seguido. A Luxus le fascinaba ir, pero cuando murió, mamá comenzó a traducir ese recuerdo como un daño para él entonces dejó de llevarnos. -Oh, ya veo... -Además, Luxus era el único violinista de la familia y su retiro sólo trajo el silencio aquí. -Dijo y luego se sentó al borde de la cama-. Tocas bastante bien, ¿Recibes clases? -Recibía. -Respondí-. Nuestra madre adoraba la música y nos contrató tutores, pero con su muerte ya no nos dio ganas de seguir tocando. Aunque, SeokJin sigue tocando piano, hace magia cuando ve uno. Yo... olvidé varias cosas y esta partitura está muy difícil. -Eso es un hecho, es una partitura de Luxus, Jenn. Vi su sonrisa cuando notó que me quedé pasmada en mi sitio, luego ella se acercó tomando la partitura. -Reconocería la melodía de "Black Swan" en cualquier lado. -Me dijo, viendo el papel-. Luxus la creó exclusivamente para nuestro padre, trabajó día y noche en ella. Por eso su complejidad, él quería ponerse un reto grande para impresionarlo. - ¿Y cómo reaccionó el señor Kim al escucharla? -Pregunté inocentemente. La sonrisa de Lisa se marchitó a una expresión triste y me maldije internamente por mi imprudencia. -Murió antes de que pudiera escucharla, por eso Luxus dejó de tocar. -Yo... lo siento. -Está bien, no lo sabías. La canción es algo compleja, pero si practicas vas a dominarla muy pronto, ya verás. Asentí y guardé el violín en su estuche al sentir que ya había practicado bastante, Lisa guardó por mí la partitura en mi cajón y las dos nos acostamos en mi cama viendo el techo en silencio. Mi hermanastra había estado bastante callada en los últimos días, encerrada en su propia burbuja sin querer salir de ella. Nuestros padres no estaban y en silencio era latente, tanto que llegaba a dar miedo. Pronto, Lisa tomó la palabra. - ¿Estuviste husmeando en el cuarto de Luxus? Me daba vergüenza admitirlo, pero aun así murmuré una respuesta positiva que hizo a la rubia suspirar y girar su cuerpo en mi dirección para ver mi perfil, yo giré mi cabeza para verla. Me sentí nerviosa por la cercanía, pero no me moví. -Muy pocas veces he entrado al cuarto de Luxus. -Admitió-. Cuando éramos niños, el único que mantenía ahí era TaeHyung porque también era su habitación, hasta que a cada uno nos asignaron una. Lo curioso era, que siempre la habitación de TaeHyung estaba ubicada al lado de la de Luxus, pues mi hermano era de tener pesadillas muy seguido y dormía con él. Recuerdo que eran bastante unidos, se querían mucho el uno al otro. Ya cuando papá murió, Luxus cerró la puerta por completo y todo de su persona cambió, ya cuando llegaron ustedes, la habitación de TaeHyung y Luxus estaba separada por tu puerta y las cosas ahora son simplemente... monótonas. Como si cuando murió papá, toda la felicidad que había en esta mansión se desvaneciera como humo. -Sé de lo que me hablas. -Le dije, intentando empatizar con ella-. Nosotros en serio queríamos a mamá, bueno, SeokJin tenía un gran apego hacia ella. Cuando la mataron, se sintió un gran vacío en nuestro interior y decidimos permanecer los tres juntos para ser fuertes, aunque NamJoon y yo somos los que hemos cuidado de Jin por estos años. Nos alegra que esté comiendo de nuevo, pero, no es algo precisamente normal, ¿Sabes? Nosotros... -Suspiré, no noté cuando Lisa comenzó a acariciar mi cabello-... tenemos miedo de que le pase algo a él o a nosotros. Papá no nos cuida, por lo que debemos cuidarnos nosotros mismos. No por nada, NamJoon está con Jin en estos momentos o están todas esas cartas en mi escritorio. Yo adoro a mis hermanos y ellos me adoran a mí, no sé qué haría sin ellos. Lisa sonrió enternecida, aún con sus dedos acariciando cada mechón de mi castaño cabello. -Hablas como TaeHyung cuando se trataba de Luxus. -Comentó-. Antes de que Luxus cambiara. - ¿Por qué no se llevan bien? -Musité, Lisa desvió la mirada resoplando por la nariz. -Diría que ninguno de los dos la tuvo fácil, pero eso sería darle mérito a Luxury. Pese a todo, en el fondo sé que se quieren, aunque ya no sepan demostrarlo como antes. Son hermanos, nacieron juntos y quién sabe si morirán juntos, por mucho que no se soporten no van a cambiar eso. TaeHyung es demasiado sensible y sentimental como para olvidarse de eso, Luxury se dará cuenta más adelante. Sólo hay que dejarlos tomarse su tiempo. -Sé que hay algo bueno en Luxury, un sentimiento cálido y humano. -Dije, Lisa detuvo sus toques y me miró fijamente-. Sé que él es una buena persona en el fondo. Y entonces la risa junto al beso en la nariz por parte de Lisa me confundió por completo. Ella parecía reírse de mi comentario, relacionándolo tal vez con un acontecimiento que sólo ella conocía. Su risa era seca y amarga, como si en el fondo deseara que mis palabras fueran veraces y no simples suposiciones cargadas de sueños y fantasías. -Ay, Jenn. -Dijo, su sonrisa no se borró-. Vante está muerto. Kim Luxus. Los gemelos, Parte I Diciembre 30, 1863 Londres, Inglaterra 7:00 AM - ¡Vante, Vante! Lo que me despierta en la mañana son los saltos eufóricos de TaeHyung sobre la cama, buscando a toda costa librarme del tranquilo sueño en el que estaba sumergido. Intento esconder mi cabeza bajo la almohada para seguir durmiendo, pero mi gemelo resulta siendo más rápido y lanza mi almohada hacia algún punto de nuestra habitación. Se pone sobre mí y comienza a zarandearme de un lado a otro, gritando una y otra vez mi nombre. -TaeHyung, déjame dormir... -Le pido, casi suplicándole, pero mi gemelo no iba a rendirse tan fácilmente. - ¿Cómo quieres seguir durmiendo? ¡Hoy cumplimos diez años! Llevo despierto desde las cinco, ¡Mamá ha mandado a hacer nuestro pastel al mejor pastelero de la ciudad! ¡No puedo esperar! -Pues a diferencia de ti, yo si duermo. -Musité, posando mi brazo sobre mi rostro para intentar dormir, TaeHyung quitó mi brazo con fuerza-. ¡Tae! En serio. -Yo también hablo en serio, Vante, ¡Vamos! -Exclama TaeHyung-. Es nuestro cumpleaños, ¡No seas perezoso! Fingí roncar para provocarlo y TaeHyung comenzó a gritar a modo de berrinche. En ese instante, nuestra puerta se abrió y papá emergió de ella, sosteniendo dos postres de vainilla con fresa, cantando el feliz cumpleaños para los dos. TaeHyung y yo sonreímos al verlo y esperamos a que él terminara de cantar para soplar las velas al mismo tiempo. - ¡Papá! -Gritó TaeHyung-. Vante no quiere despertarse, es un perezoso. -Vante, ¿Hoy es tu cumpleaños y lo quieres pasar en cama? Qué aburrido eres. - ¿Me dices aburrido a mí? -Inquirí en broma-. ¡Este tontito ha estado despierto desde las cinco! - ¡Porque mamá hablo de nuestro pastel! -Si querías despertar a alguien, pudiste despertar a tu hermana. -Aseveró papá- . Sabes que ella es muy perezosa también. TaeHyung y yo nos miramos cómplice y luego salimos corriendo de la habitación rumbo a la de nuestra hermana, escuchando la risa de papá en la habitación. Al abrir la puerta con fuerza, Lisa se puso automáticamente la almohada en la cabeza y gritó cuando comenzamos a saltar en su cama, cantando el feliz cumpleaños. - ¡Que no me importa que estén cumpliendo años! ¡Papá! ¡Saca a estas bestias de mi cuarto! Papá entró y se quedó viendo la escena con una sonrisa, luego se lanzó de repente sobre nosotros dispuesto a hacernos cosquillas. TaeHyung y yo a suerte podíamos respirar de la risa y cuando Lalisa fue atacada también comenzó a reír. Los tres conspiramos en contra de nuestro padre para hacerle cosquillas y cuando lo tuvimos rendido bajo nosotros lo soltamos, también riendo. -Ustedes son unos traviesos. -Comentó al recuperar el aliento-. Ya me las pagarán con su regalo de navidad. -Ya pasó navidad y cuando llegue olvidarás tu amenaza. -Le dije, sonriendo con triunfo. -Vante, ni tú ni tu hermano recibirán su regalo hoy. - ¡¿Qué?! -Gritó TaeHyung-. ¡No escuches a Kim arruínalo todo Vante! ¡Dame mi regalo a mí, Padre! -Tú también me atacaste con cosquillas, es lo justo. - ¡Vante me obligó! -Padre. -Intervino Lisa-. Si no les vas a dar regalos, ¿Me los das a mí? -Claro, Lis. Podemos ir juntos a París para comprarte juguetes exclusivos para mí, igual, creo que a tus hermanos no les gusta salir. Miré a mi hermano espantado y me di cuenta que él también tenía mi misma expresión. Le tiramos a Lisa un cojín y atacamos a papá con gritos. - ¡No! -Gritamos TaeHyung y yo al unísono-. ¡Padre, no! -Miren, si Vante se arregla en menos de una hora, tal vez y cambie de opinión. Y TaeHyung no lo pensó dos veces y me jaló fuera de la cama y de la habitación, lanzándome al baño de nuestra habitación. - ¡Es por un bien mayor! -Exclamó-. Rápido, Vante. Y luego cerró la puerta con fuerza. Suspiré con una sonrisa y me di un baño rápido, lavé mis dientes y me vestí rápidamente. Treinta minutos después, ya estaba peinando mi cabello rubio que formaba pequeños rizos. En ese momento, TaeHyung entró con papá a la habitación y aplaudió con entusiasmo al verme preparado. Nos sentamos en la cama para comernos el postre de vainilla, todo mientras papá ataba los cordones de mis botas porque todavía no sabía cómo atarlos. - ¿Invitaron amigos para pasar su cumpleaños? TaeHyung y yo nos quedamos en silencio, no queriendo responder a esa pregunta. Papá suspiró y se levantó para vernos fijamente, con una expresión preocupada y a su vez comprensiva. -Chicos, creo que ya es hora de que comiencen a hacer amigos. Se la pasan encerrados aquí y cuando salen es para jugar sólo ustedes tres. - ¡Los demás niños son tontos! -Respondió TaeHyung, su boca estaba manchada de vainilla-. Molestan a Vante sólo porque sus ojos son diferentes, ¡A mí me parecen lindos! -Tae, no tienen brillo. Son huecos. -Le dije, tratando de que asimilara la realidad, no lo hizo. -Para mí son lindos. -Contradijo y luego miró a nuestro padre-. Además, Papá, ¿Para qué necesito más personas si tengo a Vante? -Y a Lisa. -Añadió papá-. Es porque son tus hermanos, Tae, pero los dos pueden hacer amigos y hacer su grupo más grande. -No necesito más gente si tengo a Vante. -Dijo, abrazándome por los hombros, giré mi cabeza para darle un beso en la mejilla que lo hizo sonreír y soltarme. - ¿Y tú, Vante? -Papá, aunque quisiera, mi condición no me lo permite. Estar con TaeHyung igual es bueno, no necesito más amigos que a él. Papá suspiró y acarició nuestros cabellos con sus dos manos. -Así que prometen quererse y llevarse bien siempre. - ¡Lo prometemos! -Exclamamos a la vez. Vaya mentira...
Utopía, Capítulo XX: Kim TaeHyung
Enero 18, 1876 Londres, Inglaterra 12:15 PM -Entonces Luxury y tú no se llevan bien desde la muerte de tu padre. Asentí ante la conclusión de Irene, que en esos momentos estaba maquillándose ante el espejo. Durante los días que estuve con ella, supe que ella era fanática de los labios color rojo carmín y la sombra de ojos café y dorada, siendo esos los únicos colores que usaba. Irene, pese a su rol de princesa, era como una adolescente. Le gustaba leer y escribir poemas, también adoraba comprar ropa para probársela y el maquillaje era una pasión que no disimulaba en lo absoluto. Si quería probar cosas nuevas, las probaba en mi rostro y no me molestaba dejarme maquillar por ella si eso era lo que la divertía. Incluso pasar tiempo con ella hacía la situación más amena y menos dolorosa. -Te seré sincera en algo, es una estupidez ese razonamiento. -Dijo sin pelos en la lengua. Otra cosa propia de ella era lo directa que llegaba a ser-. Está bien que te duela la muerte de alguien, a todos alguna vez nos ha dolido una visita de la muerte a un ser que amamos, pero el simple hecho de usar como excusa eso para hacer daño, es simplemente ofender a esa persona. -Luxury adoraba a papá. -Le dije, sumergiéndome en miles de recuerdos-. Es irreconocible el verlo ahora, es como si esa parte humana que se aferraba tanto a él hubiese muerto en ese instante que él también lo hizo. Vante y yo fuimos muy unidos en la infancia, pero cuando él murió... Creó una barrera que no dejaba pasar a nadie. Dejó de ser él. -A no ser que tu hermano tenga una doble personalidad, que lo dudo, pero no lo descarto, sigue siendo una tontería ese argumento. La mejor forma de sobrellevar una muerte es superándola, viviendo de la forma más normal posible para hacer honor a esa persona. Luxury no ha superado esa muerte, eso está clarísimo y el esconderse bajo esa fachada de chico sin sentimientos es innecesario. Por ejemplo, lo que hiciste con el violín estuvo bien, aunque suene muy horrible, ese instrumento era un apego y ya, le estaba haciendo daño a tu hermano y tú lo ayudaste, pero hay que entender que Luxury no lo ha superado todavía. Le duele y es difícil para él asimilar que su adoración ya no está, por eso actúa de esa forma, Tae. Es el dolor el que lo hace actuar, esa impotencia de no haber hecho nada para ayudarlo. La muerte es inevitable, a todos nos llega, pero nadie está preparado para ver sus consecuencias. Tu padre murió porque era su momento y tú y tu hermana lo supieron asimilar, Luxury simplemente no. Es entendible que sea doloroso, pero no justifica la maldad. Irene siempre elegía las palabras correctas para aconsejarme, convirtiéndose en la mejor compañía que tuve tener en años. Durante esos días después de la visita de Luxus, nos la pasábamos mucho tiempo juntos, haciendo cosas que nos divirtieran. Ella tenía la intención de verme feliz, trataba de que no pensara mucho en la situación con mis hermanos y Jungkook. Había funcionado, pues me sentía más tranquilo y libre. Le estaba demasiado agradecido y ella lo sabía muy bien. -Papá no es alguien fácil de olvidar. -Comenté, ella me miró frunciendo sus cejas-. Luxury asegura que su muerte fue un asesinato porque él mismo lo presenció, pero Lisa y yo estamos muy desubicados con eso. El reporte de la policía decía que fue por el abuso del cigarrillo, lo mismo nos dijo mamá, pero Luxury tenía otro relato. Era bastante extraño, todavía sigo pensando en ello. -Yo no conocí al legítimo señor Kim, pero mis padres sí. Cuando escucharon la noticia, ellos llegaron a decir que él estaba algo temeroso la última vez que lo vieron, como si supiera que iba a morir. -Luxury no se lleva bien con mamá ni con nuestro padrastro, tal vez sólo quiere sabotear su matrimonio inventando esas cosas. -Tae, si Luxury amaba tanto a su padre como me dices, ¿Por qué inventaría que su padre fue asesinado? Es más fácil de digerir una muerte por enfermedad que por asesinato, ¿Sabes? Y de nuevo me quedé en silencio, mirando el techo apoyando la cabeza en la cabecera de la cama. Irene había hecho lo prometido y había despedido a todos los sirvientes de la mansión, siendo ella y yo los únicos allí. Yo dormía en la habitación de invitados, la cual ahora estaba llena de lienzos, cuadernos de dibujo y por supuesto la pintura de Jungkook. No sabía por cuánto tiempo iba a quedarme con ella, pero aun así me sentía bien. Las palabras de la princesa me hacían pensar en lo que realmente debía hacer, no podía quedarme en silencio por toda la vida. Era necesario hablar con Luxury y con Jungkook. Con los dos. Sabía que debía enfrentarme a dos testimonios, que podían ser iguales o distintos. Luxury habló de que fue consensuado, con un Jungkook totalmente lúcido de las cosas y por otro lado estaba la teoría de Irene, esa que insinuaba que se había tratado de un abuso. Ella me explicó que el abuso no sólo se centraba en la violencia o la amenaza, sino que también el abuso estaba desde la inconsciencia. Irene había sugerido que Jungkook habría estado drogado o embriagado aquella noche, sugiriendo que Jungkook no estaba en sus cinco sentidos y que Luxury se aprovechó de él. Esa teoría sólo podía esclarecerla el mismísimo Jungkook, con el cual no hablaba desde casi dos semanas. Lo extrañaba y mucho, no sabía cuánto iba aguantar sosteniendo mi orgullo y mi dignidad. Si Luxury en verdad había abusado de Jungkook, entonces las cosas eran realmente distintas. Jungkook me amaba, tanto como yo lo amaba a él. Existía una pequeña esperanza de que así fuera, pero yo sabía que si resultaba siendo cierto que fue abuso, la rabia y el dolor iba a ser incluso más grande. La pelea con Luxus iría a peor, en cualquier caso. Y comencé a extrañar a Vante aún más. -Tendría que hablar con él. -Admití, Irene asintió apoyando mi decisión-. Aunque, si te soy sincero me da miedo. Me he sentido diferente en estos días, como si realmente no fuera yo. Me siento invadido y el confrontar a Luxury me aterra porque... siento que él sabe lo que me sucede porque es realmente su culpa. Irene cambió su expresión a una preocupada y se levantó de su tocador para ponerse sus zapatos. Ese día iría a encontrarse con su novio, un simple contador del banco. Se me hizo extraño ver cómo su sonrisa se volvía en una mueca de preocupación, como si supiera algo que no quería decirme. - ¿En qué sentido piensas que dejaste de ser tú, TaeHyung? -La última vez que hablé con Jungkook había perdido los estribos, todo se nubló para mí y me había lanzado sobre Jungkook como una bestia. Mi cuerpo se movió por sí solo, dejándose llevar por una tentación que no era mía. -Irene me escuchaba con atención, pude ver sus dedos frotarse entre sí con nerviosismo-. Cuando recobré la consciencia, él estaba llorando con su ropa desarreglada y del miedo hui. Desde aquel día me siento invadido, quiero hacer algo, pero no sé qué es. Temo perder el control de lo que sea que me esté... -Pausé, dándome cuenta de lo que estaba contando-... Lo siento, debes creer que me he vuelto loco. -No, no. Sé de lo que me hablas. -Dijo ella-. Lo sé, TaeHyung y me preocupa un poco. - ¿Sabes lo que me sucede? -Sólo... -Suspiró-. Espero estar equivocada. Luego de ello, cambió abruptamente el tema. -TaeHyung, no quiero que te quedes solo hoy, ¿Por qué no le pides a Luxury que venga y hablan los dos? -No me siento listo para confrontarlo. Irene asintió comprensivamente. -Entonces supongo que estarás bien solo, ¿No? No tardaré mucho igualmente. -Estaré bien, ve con cuidado. Irene dejó un beso en mi mejilla y salió de la habitación, luego de la mansión. Fueron dos horas en las que me quedé solo, me preparé mi almuerzo y me quedé leyendo en el salón un libro que Irene me había recomendado. Estaba absorto en la lectura hasta que escuché el timbre siendo tocado, no esperaba a nadie y hasta donde tenía entendido Irene tampoco esperaba a alguien, por lo que con extrañez me dirigí al portón y lo abrí. Me sorprendí en ver a Lisa, pero no sólo su presencia me descolocó, pues traía su vestido de luto. Por un instante, pensé en lo peor. - ¿Lisa? ¿Qué haces aquí? Lo primero que hizo Lisa fue darme un abrazo y luego un beso en la mejilla. Sus ojos estaban cristalizados y sus manos bajo sus guantes negros estaban temblorosas. Su cabellera larga y dorada caía por su espalda, donde un sombrero enorme sombrero negro adornado por plumas negras y flores, reposaba en su cabeza. Lisa parecía no encontrar las palabras para decirme por qué vestía con la ropa de luto, esa misma que usamos hace tres años con la muerte de papá. Luego de ello, mirándome a los ojos, logró hablar. -Tae, Madre lleva enferma dos días y... -Pausó, suspirando para no soltar en llanto-... los doctores dicen que ya es hora. Hoy dictarán el testamento. En ese instante sentí mi mundo detenerse, así como mi respiración y por unos instantes mi corazón. Todo me dio vueltas, casi perdiendo el tacto. Sentí el nudo en la garganta, pensé en papá y en mamá. Padre había muerto hace ya tres años, lo enterramos, vi su entierro. ¿Y ya era el turno de nuestra madre? - ¿Qué...? -Musité, no me di cuenta cuando las lágrimas comenzaron a caer. Lisa comenzó a llorar con fuerza-. Lisa, ¿Qué tiene nuestra madre? ¡Dime! -No lo sabemos, nadie lo hace. -Sollozó mi hermana-. Luxury nos visitó hace dos días, y madre enfermó tanto que estuvo en cama. Los doctores creen que... ya es hora. Está demasiado grave. Y entonces pensé en lo peor. Si Luxury vio con sus propios ojos la muerte de nuestro Padre que, según él, la habría causado nuestra madre, entonces la situación estaba clara. Luxury habría enfermado a nuestra madre y si estaba tan mal hasta el punto de dictar testamento, la habría matado. La sangre comenzó a hervir en mis venas. -NamJoon y SeokJin ya van en camino, Jennie me pidió que viniera por ti. - ¿Y Luxury? -Dijo que llegaría más tarde, pues tiene que hacer unas cosas. - ¿Y las antepone antes de nuestra madre que está moribunda? -Inquirí, sintiéndome ofendido. -Sabes cómo es Luxury, no asistió cuando dictaron el testamento de papá, antes es muy sorpresivo que asista a este. -Luego, de resoplar añadió-: Tae, te espero todo lo que quieras, pero debes ponerte tu ropa de luto y venir conmigo. Asentí y dejé pasar a Lisa para que me esperara en el salón. Le serví un té de manzanilla para calmarla y luego subí a mi habitación para vestirme. El traje de luto lo tenía guardado dentro de un plástico, pues no solía usarlo y la última vez había sido hace tres años. Mientras me vestía pensé en Luxus, en lo que posiblemente estaba planeando y en lo raro que sería verlo nuevamente vistiendo con su ropa de luto. La ropa de luto de Luxury era bastante peculiar, no sólo por el sombrero de copa y los guantes, lo curioso era que Luxury había mandado a arreglar su traje varias veces para modificarlo un poco, usando por encima un corsé negro que no llegaba a apretarle mucho. Luego me pasmé por un momento, recordando que la noche en que Luxury había venido estaba usando su ropa de luto, ¿Por qué lo haría? O también, ¿Por qué madre enfermaría días después de que la usara? La confusión me estaba comiendo la cabeza y cuando menos lo pensé estaba frente al espejo vistiendo nuevamente de negro. Me ajusté la corbata y del cajón saqué los guantes de terciopelo negro, tras ponérmelos me puse el saco negro que llegaba hasta mis muslos y luego até los cordones de mis zapatos. Luxury era un loco por las plataformas y recordé que sus zapatos de luto tenían dos enormes plataformas que lo hacían ver más alto y demandante. Me sentí más atemorizado, fue por ello que después de ello y ponerme los anillos salí de la habitación, encontrando a Lisa en el salón que veía las pinturas que como un dato curioso tenían la firma de Jungkook. - ¿Jeon ha pintado para la princesa? -Preguntó Lisa, después de evaluar mi aspecto. -Ella y sus padres admiran mucho su trabajo. -Hm. Eso fue lo único que pronunció mi hermana antes de que los dos saliéramos de la mansión y camináramos hasta el carruaje que nos llevaría a lo que en un principio fue mi hogar. El jinete me saludó con una reverencia y luego de subirnos emprendió marcha. Lisa sacó de la manga de su vestido un abanico negro y comenzó a agitarlo un poco para ventilarse. Por su expresión estaba decaída, pero también estaba inquita por algo que no pasé por alto. - ¿Sucede algo, Lis? Ella me miró y guardó su abanico en su manga. -Tú... ¿A quién crees que le den el patrimonio familiar? - ¿Por qué estás pensando en eso? -Pregunté. -Sólo... tengo curiosidad. Tú y SeokJin tienen su propio patrimonio ahora, ¿Qué pasará con el nuestro? Sabía lo que estaba insinuando y yo también lo temí, sin embargo, quise tranquilizarla. -SeokJin y yo podemos controlar el patrimonio familiar y el de nuestras esposas al mismo tiempo. -Dije, al ver que Lisa no estaba muy convencida añadí-: Lis, lo más probable es que Madre le dejé el patrimonio a SeokJin, él es el más responsable de los seis. -SeokJin no es un Kim legítimo. -Afirmó ella-. NamJoon tampoco lo es y Jennie es demasiado menor para ese cargo y no es legítima. Madre tendrá que elegir entre... los tres. -Lalisa, entonces lo más probable es que lo tome yo por ser el mayor. - ¿Crees que papá en serio le dejó el patrimonio familiar a Mamá incluso sabiendo que ella le era infiel? Tae, esto está muy raro. Y vaya que lo estaba. Lisa temía que el testamento de nuestra madre no tuviera validez alguna debido a las inconsistencias que había con el testamento de papá. Aunque no sólo temía ello, ella tenía razón con lo que respecta a los hermanos Choi-Kim, los cuales no eran legítimos de la familia. El testamento de la aristocracia especificaba que el patrimonio familiar sólo se les hacía entrega a personas legítimas del apellido. Por ello, SeokJin, Jennie y NamJoon no aplicaban para dicha herencia. Lisa podía aplicar porque los trámites para cambiar su apellido estaban hechos con éxito, pero mi madre había puesto reglas en aquella ley y eso le daba importancia a la sangre. Lisa no aplicaba porque no compartía sangre con nosotros, los hermanos Choi no aplicaban por no ser parte legítima de la familia. Sólo quedábamos Luxury y yo, los hijos legítimos de los Kim. Lisa temía que el patrimonio quedara para mi gemelo y yo también, aunque no quise demostrarlo. -Saldrá bien, Lis. Confía en mí. Veinte minutos de silencio después, llegamos a la mansión. El carruaje se detuvo justo frente la mansión y respiré profundo cuando el chofer nos abrió la puerta para bajar. La sirvienta que atendía a Jennie nos abrió la muerta y sentí una punzada en el corazón al ver a todos los visitantes de mi madre que vestían de negro. Pero más fue el dolor al ver a la madre de Jungkook junto a sus dos hijas. Todos estaban allí, menos Jungkook. ¿Dónde estaba él? Hoseok se levantó del sillón para acercarse a mí y darme un abrazo, después de él los abrazos por parte de YoonGi, Jennie, NamJoon, ChanYeol y SeokJin no se hicieron de esperar. Jimin no se acercó, pero tampoco me hizo de lado, murmurando que se alegraba por verme. Me senté junto a ellos y luego miré a las hermanas Jeon que mirando de reojo a su madre se acercaron a nosotros, me dieron un pequeño abrazo cada una y luego se sentaron algo alejadas de su madre, quien no parecía feliz con tal acercamiento. - ¿Dónde está Jungkook? -Les pregunté. Ellas compartieron una mirada algo triste y luego Rosé respondió: -No sabemos de él desde hace unos días. - ¿Qué? Frunciendo el ceño miré a los demás, quienes tenían la misma mirada gacha. - ¿Qué pasó con Jungkook? -Pregunté nuevamente, sintiendo el pánico recorrer mi cuerpo. Por un momento, la idea de que Jungkook llegara con Luxury me carcomió en el alma, pero lo vi después improbable a causa de la presencia de la familia de Jungkook. -Al parecer se fue de su casa. -Dijo YoonGi-. Soyeon nos visitó hace unos días preguntando por él. -No lo hemos visto desde el incidente en la mansión Im. -Habló después Jimin- . Y como al parecer se había llevado sus pertenencias, intuimos que se fue de su casa. - ¿Y no tienen alguna idea de dónde pueda estar? Soyeon fue quien habló esta vez. -Por un momento creímos que estaría contigo, pero por lo que vemos, lo más probable y por descarte es que esté con Luxury. Aunque nada es seguro, aun así, no deja de ser preocupante. Yo no tenía ni la menor idea de dónde podría estar viviendo Luxury, pero era posible que Jungkook se estuviera quedando con él. Lo más factible era que Jungkook estuviera huyendo del problema, de la conversación y por ello vio como escapatoria vivir con mi gemelo. De nuevo, aquel mal presentimiento me recorrió por todo el cuerpo y las cosas no parecían cuadrar en lo más mínimo. El testamento de mi padre, la extraña enfermedad de mi madre y la desaparición de mi pintor. Todo eso parecía señalar hacia un mismo punto que era mi hermano y aunque quería expresar mi teoría no podía hacerlo con su mejor amigo a mi lado y con miles de personas que lo amaban y adoraban. Nuevamente, me guardé aquella sensación para mis adentros. - ¿Y cómo has estado? -Me preguntó SeokJin, buscando cambiar el tema. A su lado estaban sus inseparables sirvientes, aquellos misteriosos mellizos que escuchaban la conversación sin decir nada y que sólo esperaban órdenes-. ¿Cómo van las cosas con Irene? -Es bastante agradable. -Contesté, mostrando a los demás el anillo falso que Irene había mandado a hacer para mantener las apariencias-. La verdad estoy bien, ¿Y tú cómo vas con Nayeon? -Lo mismo puedo decir. Nayeon es una buena chica y he estado hablando con ella. Llegamos al acuerdo de que cuando esto termine, NamJoon y Jennie se vendrán conmigo. - ¿En serio? -Inquirió Lisa, SeokJin asintió-. ¿Por qué? -No tenemos nada para hacer aquí. -Respondió NamJoon-. Ya murió nuestra madre biológica hace tres años y hoy morirá nuestra madrastra. Queremos alejarnos de forma definitiva de nuestro padre y de todo lo que involucre el apellido Kim, por lo que nos iremos apenas se haga el funeral. Igualmente, estaremos escribiendo para saber de ustedes. -Además, Jennie no puede estar mucho tiempo aquí sola. Nos necesita. -Añadió SeokJin. Vi que Jennie estaba con la mirada gacha, no queriendo participar en aquella conversación. Me pregunté qué había pasado con ellos y su padre para querer alejarse, y por mucha curiosidad que me causara no pregunté al sentir que no era un buen momento. Sentí temor por Lisa, pensando en que ella quedaría sola en la mansión dependiendo de quién tomara el control del patrimonio familiar. Aunque la idea de que este fuera vendido no era descartable. -Es deprimente vernos en estas circunstancias. -Comentó ChanYeol, viendo a los sacerdotes subir hasta la habitación de nuestra madre tal vez para confesarla y comulgarla-. ¿Qué habrá pasado con la señora Kim? Ella había estado muy saludable en los últimos días. - ¿Nunca ha sufrido de alguna enfermedad? -Inquirió Hoseok, mirándonos a Lisa y a mí en busca de respuestas. -Ella siempre ha sido muy saludable, nunca ha tenido enfermedades hereditarias o algo por el estilo. -Contesté-. Nuestro padre tenía un abuso con el cigarrillo, pero no hasta el punto de matarlo. -Luxus asegura que fue asesinado. -Comentó Jimin-. ¿No crees que sea el mismo destino con tu madre? -Él nunca tuvo pruebas para afirmar aquello. -Arremetió Hoseok-. Sólo cuenta lo que ha visto, no podemos garantizar que sea verdad. -Pues es muy raro que justo una mujer saludable como lo es Kim SookHye esté moribunda por una enfermedad que ni los doctores han podido diagnosticar. -Mi madre murió envenenada y nunca supimos quién fue. -Comentó SeokJin-. ¿Por qué todo esto me parece tan familiar? - ¿De qué hablas, Jin? -Preguntó Jennie. -Cuando nuestra madre murió... -Al mayor de los segundos le costaba pronunciar dicha realidad, lo noté por su nerviosismo repentino-. Antes de hacerlo, fue rápido pero doloroso para ella. Esto parece ser lo contrario. -Lento y doloroso. -Concluyó YoonGi-. No es desechable la idea de que fuese envenenada. -Pero, ¿Quién haría eso? -Musitó Rosé-. La señora Kim es una buena mujer, ¿Por qué habría de tener enemigos que la quisieran muerta? -El ser humano es injusto, jovencita. -Dijo YoonGi-. La señora Choi era una buena mujer y murió, la señora Kim no es inmune. Nadie lo es. La benevolencia no es la clave para la vida eterna, la muerte llega, en la presentación que sea. - ¿Conociste a mi madre? -Inquirió SeokJin. -Por la forma en que hablas de ella puedo sospechar que era una buena mujer. -Lo era. -Dijo NamJoon. -Entonces no me equivoco. En ese momento la puerta de la mansión volvió a abrirse y al salón entró una figura vestida de negro que se me hizo conocida. Luxus volvía a vestir de luto, esta vez con un motivo ese día. Me sentí aliviado al verlo entrar solo, pero aun así la zozobra sobre el paradero de Jungkook seguía latente en mi interior. Todos lo carcomieron con miradas al verlo entrar y se sentó como si nada junto a Soyeon, encendiendo un cigarrillo en el proceso. Su expresión tan tranquila me daba indicaciones de que tal vez, él tenía algo que ver con aquella reunión. -Llegas tarde. -Le dijo Lisa, sin mirarlo y entre dientes. Él sonrió, el humo salió de sus labios después y giró su cabeza para verla. -Tenía unos asuntos que resolver, pero al menos, llegué a tiempo para la lectura del testamento. - ¿Sólo eso te interesa? -Le pregunté, Luxury volvió a calar del cigarrillo. - ¿No es eso lo que nos tiene reunidos aquí, TaeHyung? ¿O a qué más vendríamos nosotros? No es nada entretenido ni agradable ver a la mujer que nos dio la vida morir lentamente en una cama, nadie haría un viaje tan largo para ver eso y ya. -Luxus. -Llamó Soyeon, mi hermano la miró-. Jungkook... ¿De casualidad está contigo? Y temí tanto por la respuesta que mis manos comenzaron a sudar bajo los guantes. Luxury se encogió de hombros. -La última vez que vi a Jungkook fue cuando visité a mi amiga Kim JiSoo, se está quedando con ella un tiempo. Las hermanas suspiraron de alivio y agradecieron a Luxus por la información, al parecer se sentían más tranquilas por saber que su hermano estaba seguro y yo me sentí tranquilo por un momento que fue efímero, hasta que volví a la realidad. El abogado de la familia, llegó al salón. -La testadora Kim SookHye solicita la presencia de sus hijos para hacer lectura del testamento y para que puedan despedirse de ella. Todos nos levantamos, recibiendo el apoyo de las familias amigas. Las manos me temblaban y la ansiedad me consumaba. Lisa tomó mi mano y todos subimos las escaleras hasta la habitación de nuestra madre. El abogado giró el pomo y luego abrió la puerta. Ella nos observó desde la cama, moribunda e irreconocible. Respiramos profundo. Luxury fue el primero en entrar.
Utopía, Capítulo XXI: Kim Luxus
-Vante. No respondo al llamado. TaeHyung vuelve a insistir. -Vante, sé que estás ahí. ¿Puedes abrir la puerta? Me quedo en silencio. Escucho el suspiro resignado de mi gemelo, pero aunque parezca que se fue sabía que él estaba todavía de pie. Abracé el violín en mis brazos, las lágrimas caían lentamente por mis mejillas y todo mi cuerpo temblaba. -Vante, no sales desde hace tres días, tampoco has comido. Madre está preocupada. El estómago me gruñía por el hambre, pero aun así no me moví. Algo estaba mal conmigo, algo estaba mal. Demasiado malo. Demasiado maligno. -No comeré hoy, TaeTae. -Le dije, tratando de que mi voz no se distorsionara por el llanto-. No tengo hambre. -Vante... -TaeHyung. -Supliqué, abrazando con más fuerza el violín-. Quiero estar solo, por favor. TaeHyung musitó un "Está bien" Triste y luego supe que se había ido. Tres días después de la muerte de papá me había quedado encerrado en mi habitación. No por miedo, ni por luto. Simplemente estaba mal. Algo estaba mal conmigo, con el reflejo en el espejo, con el color de mi sangre. Todo mal, todo estaba mal. Traté de mantener la cordura, repitiendo una y otra vez mi nombre para opacar la voz en mi cabeza que pronunciaba lo contrario. -Vante. Luxury. -Vante. Luxury. -Vante, Vante, Vante... Luxury, Luxury, Luxury. Nunca supe quién era aquella voz, o a quién le pertenecía. Días después, aún en el encierro, supe que era mi propia voz. Lisa me dejaba el plato de comida en la puerta y yo con suerte probaba bocado. Había dejado de dormir cuando me veía a mí mismo con dos grandes alas negras y con una mirada tan frívola que me despertaba de golpe. Luego comencé a olvidar mi propio nombre, costaba pronunciarlo, costaba recordarlo. Un día, dejé de llorar. Con una daga escribí "Vante" Y ahogué un grito cuando la sangre en lugar de rojo, salía color púrpura. Ya no abrazaba el violín. Llevé las manos a mis oídos. En el reflejo del espejo, mis ojos de un color zarco que desapareció al parpadear muchas veces. -Van... Vant... Vante, Vante. Es Vante. Kim Vante... Luxury. Me estaba volviendo loco. Ya podía dormir, me acostumbré a verme a mí mismo en tal estado. Al último día de la semana, dejé de repetir mi nombre, dejé de llorar, de abrazar el violín, de escribir mil veces mi nombre completo. Apenas lo recordaba. Cuando TaeHyung regresó, la puerta resultó abierta. ¿La abriste tú, Luxury? Me vio en el suelo, se acercó y me abrazó. Pude derramar una lágrima, me lo permitió. La voz de mi cabeza me permitió llorar en el hombro de mi hermano. Abrazando el violín nuevamente, mi cordura, la poca que quedaba. Vuelve a tomar el control. Ya no le doy importancia, Vante se sumerge en la oscuridad. -Me llamo Luxury, TaeHyung. Pero seguía ahí. Vante estaba ahí, aún lo escuchaba, aún lo sentía. Cuando el violín se rompe, su agonía es por fin perdonada. Vante llora una última vez y luego dejo de escucharlo. Quedaba yo, únicamente yo. Vante. Al llamar no responde. Vante. Vante. Vante. ¡Vante! Ya no lo escuchaba, ya no lo sentía. Luxury. Sólo era Luxury. (...) Al abrir la puerta, veo a mi madre acostada en la cama y junto a ella hay tres médicos que nos miran con tristeza. Salen de la habitación cabizbajos y luego nos quedamos nosotros con nuestra madre y el abogado de la familia, ese mismo que había entregado el supuesto testamento de papá. Nos esparcimos en varios sitios de la habitación. Yo me siento en el sillón que antes era de papá y veo que TaeHyung se queda con Lisa en todo momento; SeokJin, NamJoon y Jennie también se mantienen juntos. El abogado ayuda a la mujer a sentarse en la cama, y ella nos observa con detenimiento a los seis, siendo yo el último en su campo de visión. Su forma de mirarme me recordó lo sucedido hace dos días, cuando llegué de imprevisto a la mansión y ella me recibió. La mirada se mantuvo, ella tragó saliva, yo me permití la entrada. -Tenemos que hablar. -Le dije, vi sus ojos cristalizarse, pero aun así asintió y me permitió la entrada hasta el salón. - ¿Cómo estás, Madre? -Pregunta Lisa, con alguna esperanza brillando en sus ojos. La dama sonríe con tristeza. -Ha llegado mi hora, cariño. -Dice, su voz es susurrante y cargada de sumisión. Nunca había escuchado ese tono de voz proveniente de ella. -Mataste a papá. -Le dije apenas estuve frente a ella, en el comedor de la mansión. Lisa y Jennie estaban en sus habitaciones-. Yo te vi hacerlo. -Y no sabes cuánto me arrepiento de ello, hijo. -Me dijo-. Pero créeme si te digo que cumplir esa profecía no es la forma de arreglar esto. -No vine aquí a perdonar tus errores, madre. -Aseveré, dejando sobre la mesa el frasco de veneno que Hyuna me había dado, mi madre comenzó a llorar en silencio-. Quiero hablar contigo de varias cosas, cosas que no podré decirte cuando leas el testamento. Por ejemplo, cuéntame de ese testamento falso que hiciste para quedarte con el patrimonio familiar. El abogado se ajustó la corbata y sacó un par de documentos, entre ellos estaba el testamento falso de mi padre. Hizo lectura de los bienes de la familia: El patrimonio familiar, el apellido, las negociaciones familiares y con la monarquía. Algunos bienes pertenecían a mi madre totalmente, negocios que ella había cerrado a lo largo de sus tres años en el frente de la aristocracia británica. Las negociaciones con la monarquía pertenecían totalmente a ella, pero las negociaciones familiares como el dinero, algunas propiedades, el apellido de la familia, el patrimonio y demás cosas le pertenecían totalmente a papá, siendo supuestamente heredados por mi madre. Escuché atentamente, sosteniendo la mirada con la mujer que sabía lo que iba a suceder en aquella habitación. Ella no iba a morir hasta que yo interviniera. -Engañé a tu padre por muchos años, él se enteró y me dijo que no me dejaría nada de su herencia. Tuve miedo. -Explicaba ella-. Tu padrastro y yo hicimos un plan contra nuestras parejas, él envió a alguien para que matara a su esposa y yo me encargué de tu padre. El testamento real nunca apareció y moví fichas para hacer uno falso. - ¿Sigues sin saber dónde está el original? Ella asintió con la cabeza. Sonreí ante el gesto y dejé sobre la mesa el documento, el cual ella observó con los ojos muy abiertos. - ¿Te gustaría echarle un vistazo? Tras una larga lectura y preguntarnos si estábamos de acuerdo, el abogado comenzó a hablar de leyes y otras cosas más a las que no presté mucha atención. Luego, llegó la parte que nos interesaba a todos en la habitación. El abogado sacó una hoja, junto un tintero, una pluma y un sello, preparado para escribir el testamento del patrimonio familiar. Sin embargo, mi madre lo detuvo. -Aún no. -Fue lo único que dijo-. Quiero hablar con mis hijos de algo. - ¿Cómo...? Tu padre... él... ¿Te dejó todo a ti, Luxury? -El patrimonio familiar siempre fue mío y lo robaste. Si papá un día antes de morir no me dice que guarde el testamento real para algo importante, entonces yo ya te habría dejado a ti y a tu nuevo marido en la calle. Ahora que sabes la verdad y que estás pisando mi propiedad, vas a hacer lo siguiente. Tu vida me pertenece, madre y lo que dictamina este papel sugiere que la vida de mis hermanos también depende de mí, así que vamos a ser racionales y te diré cómo serán las cosas ahora. -Tras guardar el testamento nuevamente en mi saco, llamé a uno de los sirvientes para que nos trajera dos copas de whisky, la última bebida de papá antes de morir. Cuando este llegó, tomé la copa de mi madre y en ella dejé caer las gotas de veneno, contando un total 30 siendo esta la cantidad de meses que papá llevaba muerto, luego la puse frente a ella-. Antes de que bebas eso, te aclararé un par de cosas. Número uno: El veneno te matará en dos días y sus síntomas serán tan dolorosos que te harán clamar por la muerte. Es una pequeña venganza de mi parte por haber matado a lo más preciado que tenía. Tu sufrimiento no acabará hasta que yo lo termine, por lo que todo intento de suicidio de tu parte sólo empeorará las cosas. Número dos: Cuando estés en tu lecho de muerte y todos estemos aquí para despedirte, vas a evitar a toda costa la escritura de un nuevo testamento. Aunque este no vaya a tener ningún valor, quiero que uses esos minutos de vida para que le cuentes a tus hijos las porquerías que has hecho en tu vida. Vas a contarle a TaeHyung y a Lisa cómo y porqué mataste a nuestro padre y luego le contarás a tus hijastros por qué su madre tuvo que morir. Agregando también el nombre de la asesina y la cantidad de dinero que se le fue pagado por ese trabajo. SeokJin no aguantará aquello, por lo que puedes despedirte de tu marido que sin duda va a morir asesinado. Número tres: Vas a quitar la orden de alejamiento de los Jeon, y vas a escribir una disculpa para ellos. Luego, hablarás del verdadero testamento y del patrimonio familiar. Ya cuando termines de confesar, terminaré con tu dolor. Puedes beber de la copa ahora. Ella se quedó inmóvil, sin querer beber de ella. Las lágrimas caían por sus mejillas y sin una pizca de paciencia la tomé de la mandíbula con fuerza y tomando la copa la a su boca y la forcé a beber y tragar de la misma. Sabía que mi mirada era frívola cuando ella me miró con un desprecio al que no pude evitar sonreírle. Bebí de la mía de un tirón y luego me levanté de la silla, acomodándome la ropa. -Te veo hasta entonces, suerte estos dos días. -Pero, señora Kim, debemos hacer el testamento pronto. -Dijo el abogado, por sus constantes miradas al reloj intuí que tenía prisa. -Quiero hablar con ellos. Por favor. El abogado suspiró y asintió, poniéndose cómodo para hacer más amena la espera. La dama miró a sus hijos, sus cinco adoraciones y vi que sus ganas de llorar se intensificaron. No me sorprendí de que no me mirara, pues ella estaba en esa situación de muerte por mi culpa. No me arrepentía de nada. Parecía estar organizando sus ideas, sus palabras, tratando de suavizar el golpe que iba a darles. Ese golpe de realidad. Segundos después, tomó aire y comenzó a hablar. -Hijos, antes que nada, quiero decirles que los amo a todos ustedes, a los seis. A pesar de todo, son lo mejor que me ha pasado en mi vida y porque los amo siento que es momento de ser sincera con ustedes. Ellos fruncieron el ceño y se quedaron en silencio, esperando a que ella hablara. Esta vez ella me miró, suplicando para que acabara con ella pronto. Me quedé en mi lugar, esperando por la confesión. Su llanto se hizo presente nuevamente, gimoteando unos minutos hasta lograr calmarse un poco. -TaeHyung, Lisa... Luxury. -Susurró, los tres la miramos atentamente. Mis hermanos expectantes, yo de forma frívola-. Su padre era un buen hombre, yo lo amé por mucho tiempo. Fue el hombre de mi vida y siempre lo será, porque ante Dios él fue el primero. Sin embargo... dejé de amarlo en un punto y todo era tan monótono que comencé a conocer hombres y me terminé enamorado de HeeSok, su padrastro. Su padre luego se enteró y él dijo que no dejaría nada de su herencia para mí. Pausó unos segundos y ya las miradas que caían sobre ella estaban cargadas de confusión. Me acomodé mejor en el sillón y aproveché para fumar un rato, viendo cómo mi madre comenzaba a respirar repetidas veces para lanzar la verdad. -Yo... me asusté y mucho, no quería terminar en la calle. Por lo que hice un plan con su padrastro, el plan era quedarnos con el patrimonio de nuestras dos familias para no perder la posición de la aristocracia y poder continuar controlando la aristocracia familiar. Por lo que... yo... -Volvió a pausar, vi que SeokJin y sus dos hermanos estaban más interesados en la conversación cuando escucharon del plan. SookHye volvió a vacilar y el dolor que fue en aumento la hizo hablar-... lo esperé aquella noche en las escaleras y tras una discusión, lo tiré de las escaleras de la mansión. El impacto lo mató al instante. Su padre no murió por ninguna enfermedad, yo soborné a la policía para que dijera eso, en verdad yo lo maté. Lisa y TaeHyung se quedaron piedra, pero vi cómo de sus ojos caían lágrimas silenciosas. Yo me fingí sorprendido y llevé la mano a mi boca, exagerando la expresión. Mi madre me suplicó que parara con ello, pero aun así le sonreí ladinamente y di una calada al cigarrillo, esperando por la siguiente confesión. -SeokJin. -Llamó mi madre, mi hermano la miró fijamente-. Tu madre, Choi HaNeul era una buena mujer. Era muy fiel a HeeSok y siempre lo quiso, por lo que en el testamento su nombre estaba ahí seguramente. Tu padre... como estaba de acuerdo al plan, contrató a una mujer llamada Kim JiSoo y pagó ocho sacos de monedad de oro para un envenenamiento. - ¿Qué? -Inquirió SeokJin, su respiración comenzó a ser irregular y dio dos pasos hacia adelante, entrando en pánico. NamJoon lo tomó de los hombros para detenerlo, él también estaba atónito. SookHye se asustó por aquella reacción y me miró buscando ayuda, yo sólo me encogí de hombros. -Tu padre la contrató para envenenarla, ella aceptó y -Volvió a romper en llanto- ... Lo siento mucho, SeokJin. - ¡¿Cómo puedes decirme que lo sientes?! -Gritó él, soltándose del agarre de su hermano para tomar a mi madre de los hombros y comenzar a zarandearla-. ¡MI MADRE ESTÁ MUERTA! - ¡SeokJin, ya basta! -Intervino NamJoon, el llanto de Jennie fue desgarrador, un grito cargado de dolor que atrajo la atención de Lisa que no dudó en abrazarla con fuerza, dejando que soltara todo en su pecho. NamJoon también lloraba, pero su intento de detener a SeokJin fue en vano cuando fue empujado por él. - ¡Vi a mi madre morir! -Vociferó el pelinegro-. ¡Vi cómo se ahogaba con su propia saliva mientras clamaba por seguir viviendo! ¡Ella era lo único que teníamos porque nuestro padre era una puta escoria! ¡Nos quedamos solos! ¡SOLOS! -Lo siento, lo siento, mucho, mucho. -Comenzó a susurrar mi madre, abrazándose a sí misma. La escena era simplemente increíble. NamJoon quedó apoyado en una pared, cubriendo su rostro lloroso, TaeHyung veía la escena en silencio, aún petrificado por la noticia anterior y SeokJin se dejó abrazar por NamJoon al acercarse, intentando contener su pánico y sus impulsos de cometer una locura. Lisa abrazaba a Jennie con fuerza, pero su llanto era tan desgarrador que podía escucharse pese al intento de ahogar ese llanto. El abogado no sabía qué decir, de por sí la escena era impactante. Mi madre siguió hablando pese a todo, queriendo acabar con todo de una sola. Se dirigió al abogado esta vez. -La razón por la cual le pedí que no escribiera el testamento, es porque debido a lo que le conté, el testamento de mi esposo que usted tiene en sus manos es totalmente falso. Yo lo falsifiqué para quedarme con el patrimonio. Mi difunto esposo escribió su testamento un día antes de su muerte, donde pide que todo lo que le perteneció en vida quede para su hijo Kim Vante Luxury. -Ya tuve suficiente de esta mierda. -Susurró TaeHyung, levantándose de su silla para salir de la habitación, SeokJin lo siguió después, siendo acompañado por NamJoon. -SookHye, eso no puede ser verdad. -Sollozó Lisa-. Por favor, di que no es cierto. Pero más fue la decepción cuando saqué de mi saco el testamento real y se lo extendí al abogado, que al dar una leída rápida asintió. Lisa retomó el llanto, abrazando a Jennie con fervor. - ¿Por qué, SookHye? -Cuestionó Lisa-. ¡¿POR QUÉ?! Mi madre no pudo responder, pues Lisa y Jennie salieron de la habitación completamente destrozadas, cerrando la puerta de un portazo. Yo me quedé en mi lugar, escuchando al abogado que rápidamente y para evitar incomodidades me hizo firmar el testamento de mi padre, para después irse y dejarme solo con ella. SookHye estaba destrozada, con los ojos hinchados de tanto llorar y yo por algún gocé de aquella vista, sonriendo de oreja a oreja por su dolor. - ¿Ya estás satisfecho o necesitas más? -Me cuestionó, su voz estaba distorsionada por el lloriqueo. -Ya terminé contigo, no con ellos. -Respondí-. ¿Y la carta de disculpa a los Jeon? -En el cajón. Abrí el cajón y tomé la carta, la cual guardé en mi saco. Me senté en la silla junto a ella y con mis dientes tiré de uno de los dedos del guante de mi diestra para quitarlo. SookHye cerró los ojos, lista para cerrar su destino. -Saluda a mi padre de mi parte. -Le dije, posando mi mano en su cuello. Unas curvilíneas color púrpura comenzaron a adornar su cuello y ella entreabrió los ojos para ver mis ojos zarcos-. Kim SookHye, dama infértil que pactó con el demonio para dar vida, eres libre de todo contrato y puedes descansar en paz. Yo me encargaré de tus hijos, de tus bienes, de tus deseos, de todo lo que en vida tanto amaste. Una última lágrima cayó por su mejilla. -Bella dama infértil, la profecía está cumplida. Y tras soltar su cuello mi madre expiró. Me puse nuevamente el guante, viendo la marca de la rosa que quedó en él y tras hacerle una reverencia salí de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí, bajé las escaleras hasta el salón, donde los sirvientes intentaban calmar a mis hermanos que seguían totalmente turbados. Las miradas cayeron sobre mí, esperando alguna noticia sobre el estado de mi madre o sobre el patrimonio familiar. Me dirigí hacia los doctores y sacerdotes. -Ya murió. -Les dije y luego me acerqué a mis hermanos, ignorando los murmullos y el llanto de los amigos de la muerta. Los Park, los Jung y los Jeon estaban con ellos, tratando de buscar respuestas sobre el porqué de su estado. - ¿Cómo es eso que te pertenece el patrimonio familiar? -Cuestionó TaeHyung con furia, todas las miradas caían como dagas sobre mí-. Es obvio que tú la mataste. -Puedo admitir eso sin problemas, no soy como ella. -Le dije en un tono de voz suave-. Con todo lo sucedido hoy, ¿Van a lamentar su muerte ahora? Lisa se levantó de golpe de la mesa y quebrando una copa de cristal me apuntó con ella, atrayendo la atención de todos. Reí con sequedad, al verla acercarse y me mantuve en mi lugar. -Voy a matarte. -Me dijo. - ¿Tú también? - ¡YO NO SOY COBARDE COMO TAEHYUNG! Tomé a Lisa de la muñeca con la cual sostenía la copa rota y la obligué a enterrarlo en mi pecho. Todos chillaron horrorizados, viendo que yo mismo me estaba causando una supuesta muerte. Lisa también estaba aterrada, tratando de sacar la copa de mi interior. Alterné miradas con ella, manteniendo los ojos fijos en sus ojos que con desesperación trataban de liberar aquel ataque. Dejé que sacara la copa rota y todos jadearon al ver las gotas que en lugar de rojo carmesí era un oscuro color púrpura. Lisa estaba aterrada, sus ojos derramando más lágrimas. Debido a la tela negra no se veía mucho que estaba sangrando, pero aun así se notaba que había una mancha ahí, más cuando tomé con dos dedos aquel líquido y manché con él la mejilla de mi hermana. -Si en verdad quisieras matarme, habrías enterrado la copa repetidas veces. -Eres un maldito monstruo. -Susurró ella, temblando de la ira. -Lo sé. Y no me extrañó ver a mi hermana salir de la mansión corriendo, cerrando la puerta con fuerza detrás de ella. Los murmullos comenzaron a escucharse por todos los invitados y se intensificaron cuando llevaron en una camilla el cuerpo inerte de mi madre, cuya rosa púrpura era bastante notable en su cuello. Cuando me giré para ver a los demás presentes, todos bajaron la mirada temerosos a excepción de TaeHyung, el cual me mantenía la mirada completamente frívola. Sonreí y saqué de mi saco la carta de disculpa a los Jeon, la cual le entregué a Soyeon. No di explicaciones y me acerqué a mi gemelo, lo tomé del brazo y lo llevé hasta la biblioteca de la mansión. Él no puso resistencia alguna. Cerré la puerta detrás de mí y pronto me vi encarando a mi gemelo, que no parecía sentir otra cosa que rabia e impotencia. -Irene no va a salvarte esta vez. -Le dije-. Ahora vamos a hablar seriamente. -No tengo nada que hablar contigo. TaeHyung iba a dirigirse hacia la puerta, pero se detuvo apenas hablé de nuevo. - ¿Incluso si se trata de tu pintor? - ¿Qué pasa con Jungkook? -Me cuestionó, regresando hacia mí. -Jungkook irá a verte mañana después del funeral y mi titulación, para que no andes de dramático con él. -Si es enviado por ti, no quiero saber nada de él. -Me respondió con sequedad-. Deja de actuar como su paloma mensajera, Luxury, te ves como un desesperado. - ¿En serio tanto te jode que me lo haya follado? -Luxury, córtalo. - ¿O lo que te jode es que yo haya follado con alguien más y no contigo? Sonreí al ver su mirada asustada y supe que lo tenía justo donde lo quería. Retrocedió un par de pasos cuando comencé a acercarme y cuando una pared intervino terminé acorralándolo. TaeHyung se puso nervioso bajo mi dominio y relamí mis labios sin quitarle los ojos de encima. Me acerqué a su oído dispuesto a hablarle en susurros, sabiendo lo nervioso que se ponía con eso. -Podrás hablar con los dos y te diremos a lujo de detalles lo que realmente sucedió, así te darás cuenta de que todo es un malentendido. -Luxury... Apártate. Me aparté de su oreja, pero lo tomé del mentón para juntar sus labios con los míos, uniendo nuestras lenguas de golpe rápidamente enterré mis dientes en su músculo gustativo y dejé que se inyectara toda la libido. Luego seguí con el ritmo del beso que no me sorprendió que fue correspondido. Sonreí en medio del beso, dejándome llevar por aquellos labios que llevaba años sin probar. Tenía a TaeHyung y a Jungkook justo donde los quería.
Utopía, capítulo XXII: Jeon Jungkook 1/2
Los últimos dos días habían sido un infierno y lo concluía con lo poco que podía recordar. Luxury me había llevado con él a base de mentiras. Ni JiSoo me estaba esperando allí, ni iba a estar tranquilo en ese sitio. La realidad era que me estaba esperando una tortura sexual en la cual sólo él iba a disfrutar. Al parecer, Kim tenía su propio cuarto en aquella mansión del bosque, en su punto más subterráneo; un cuarto tan grande que podría comparar con el vestíbulo de la mansión en la que había crecido. Nadie tenía permitido entrar allí, tampoco parecían molestarse. Luxury me llevaba la comida, Luxury era el único que entraba y salía. Él dormía allí, pues podía reconocer su cama y sus pertenencias, pero aquellas cadenas que me ataban limitaban el movimiento eran un detalle que me asustaron al entrar por primera vez. Lo primero que hizo fue volver a marcarme, esta vez mordiendo en aquella marca de mi hombro con una fuerza tal que me sacó sangre, sin embargo, no me tomó. -Te dije que no volvería a tocarte... Por el momento. Y ese era el puto problema. No porque me gustara, sino porque el dolor me hacía clamar a aquel demonio que me soltara. El no volvería a tocarme. No podía. Yo no quería. Si tuviera que explicar lo que hacía aquella droga en mi interior, lo compararía con la ebriedad del alcohol a un nivel más exorbitante. Todos mis sentidos se agudizaban, tornándose sensibles. Cada roce a mi piel era motivo de un gemido o un jadeo, mi cuerpo sudaba a chorros y el calor me quemaba como si estuviera al lado de una hoguera. Ni hablar del dolor muscular y abdominal, ese dolor en mi parte baja que parecía como si me estuvieran desgarrando por dentro. Luxury sabía lo que sucedía y se sentaba frente a mí sólo para verme sufrir, disfrutando cómo mi lado racional se iba a la mierda y dejaba en su lugar un ardiente deseo sexual que si no era tratado dolía en carne viva. Luxury me marcaba cada cuatro horas, gozando de aquella tortura. Algunas veces acariciaba mi cabello hasta mi mandíbula, otras veces se masturbaba frente a mí, limpiando sus dedos en mis labios para darme un poco de aquel gusto que mi cuerpo deseaba darse. Quería mantener mi fidelidad a TaeHyung, porque lo amaba y no quería hacerle más daño, pero esa droga parecía ser más fuerte que mi lado racional. Me soltaba cuando expresaba que quería ir al baño que estaba en aquel enorme cuarto, y me esperaba en la puerta. No habían salidas por ningún lado y si las hubiera, Luxury se encargaba de ellas. Estaba atrapado y no sabía cuánto podría aguantar. Esa noche, Luxury había regresado en la madrugada después de asistir a la lectura del testamento por la muerte de la señora Kim. Luxury encendió un par de velas, y se acercó a mí. Estaba profundamente dormido, ya acostumbrado a la incomodidad de las cadenas que apresaban mis muñecas. Me movió un poco para despertarme y así lo hice, viendo con los ojos entrecerrados su tenue figura. - ¿Luxury? -Musité somnoliento-. ¿Qué pasa? Él no dijo nada y soltó mis cadenas y me ayudó a levantarme. Me descoloqué un poco al sentir el fuerte olor a alcohol que emanaba de su aliento y de su cuerpo. Su expresión, que apenas podía verla a causa de las tenues llamas de las velas, denotaba cansancio y casi frustración. No pasé por alto las marcas en su cuello y unas marcas de uñas que se borrarían en un par de horas. Lo evalué de arriba a abajo, notando que tenía la ropa descolocada, incluso con algunos botones de su camisa que no estaban en su lugar. Ver a Luxury en tal estado me puso los nervios de punta, pues no sólo era obvio que había estado con alguien esa noche, sino que también se notaba que se había pasado de copas. Olía a una combinación de whisky con vino tinto, y eso a mi consciencia drogada y nublada le fascinó. Quise mantener el poco autocontrol que me quedaba cuando sin decir nada tomó mis labios con fervor. Los mantuve quietos, sintiendo los contrarios moverse con lentitud. Mi cuerpo deseaba ser tomado, mi mente deseaba que yo fuera tomado. El dolor de los últimos dos días fue tan insoportable que aquel beso se convirtió en un alivio y dejé de pensar de nuevo. Correspondí a su beso después, abriendo mi boca para dejar que su sabor fuese degustado por mi lengua. Sentí el potente sabor a alcohol en su saliva y aliento, estaba claro que ninguno de los dos estaba consciente en este momento. Luxury me guio hasta su cama, donde se puso sobre mí para continuar devorándome, alimentando cada vez más esa marca en mi cuello que con lentitud dibujaba una rosa de líneas púrpuras que brillaba cuando me tocaba de esa forma. Ya no lo aguantaba más, el dolor me estaba llevando a recurrir a la única forma de calmarlo. Cuando nos separamos del beso, él estaba jadeante y sus ojos zarcos brillaban con intensidad. -Te pedí que no volvieras a tocarme. -Le dije en un susurro, esperando que su ebriedad respondiera algo sensato, algo que olvidaría en unas horas cuando el sol saliera. -Y tú no estás en posición de ordenarme nada. -Me dijo, acariciando la marca de mi cuello con la yema de sus dedos-. Menos si tengo un humor de perros en estos momentos. Luxury volvió a tomar mis labios, juntando mis muñecas para ponerlas sobre mi cabeza con una sola mano, usando su mano libre para desprender los botones de mi camisa. Por un instante agradecí que en su tortura de dos días y medio no me hubiese mantenido al desnudo, pues con las cosas que era capaz de hacer aquel hombre no era algo digno de sorpresa que me humillara de tal forma. Gemí cuando tiró de mi labio inferior con sus dientes, enterrando un poco estos para inyectar más de ese tortuoso líquido que me tenía en tal situación. Sus besos bajaron por mi mandíbula, siendo insistentes en mi cuello y en aquella marca que soltaba gotas púrpuras por tal contacto. Mordí mis labios, apretando la tela de la ropa de Luxury, tratando de no emitir ningún sonido que lo pudiese complacer. Aquella nueva dosis me terminó traicionando, cuando froté mi rodilla con la erección entre sus piernas y terminé jadeando su nombre repetidas veces cuando sentí su lengua y dientes atacando mis pezones. El dolor iba en aumento, el deseo era tal que el dolor me hacía lagrimear. Como si algo se desgarrara, mi piel, mis brazos, mis piernas. Dolía, quemaba. Necesitaba que dejara de dolor. Le supliqué que detuviera aquella tortura, Luxury sonrió dejando besos húmedos desde mi ombligo hasta el borde de mi pantalón. Ahí fue cuando se detuvo y me soltó para sentarse en la cama, desprendiendo su cinturón. -Luxury... -Susurré, las lágrimas daban su recorrido por mis mejillas. El dolor me impedía la movilidad, a él no le pareció importarle-. Por favor. -Te ves patético clamando por que te la meta, ¿Sabías? - ¡Duele demasiado! -Le grité-. ¡No te lo estaría pidiendo si no doliera tanto! Ya estoy harto, Luxury. Él bufó en una risa y se levantó y tiró de mis tobillos para dejarme en el suelo, siseé por el dolor, viendo cómo las lágrimas que salían de mis ojos se mezclaban con aquellas gotas púrpuras que provenían de la marca en mi cuello que por el contacto estaba goteante, reflejando lo necesitado que estaba. Lo vi sacar un cigarrillo y encenderlo despreocupadamente y después de la primera calada el aroma a tabaco que tanto le caracterizaba comenzó a emanar en la habitación, combinándose con el olor a alcohol que seguía siendo tangible. Por un instante me cuestioné cuánto había bebido. -No te tiré al suelo para nada, ¿Sabías? -Me dijo al verme completamente inmóvil, sólo sollozando por el dolor-. No pienso follarte y no pienso bajar esto por mi cuenta, dale un uso útil a tu boca y deja de quejarte. - ¿Por qué no vas dónde la puta que te tiraste antes de venir y me dejas en paz de una puñetera vez? -Le cuestioné, ya harto de la situación. - ¿Llamas puta a tu queridísimo TaeHyung? Me quedé hielo ante su pregunta retórica y me quedé pensando en un instante lo que acababa de decir. Vi sus marcas, lo descolocada que estaba su ropa y ni hablar de lo tosca y agresiva que era su actitud. Luxury se había acostado con TaeHyung, eso era lo que había pasado y el estómago se me revolvió en sólo pensarlo. Tal vez no había sido culpa de TaeHyung, tal vez Luxury se habría aprovechado como lo hizo conmigo. Tal vez había sido un malentendido. Tal vez, tal vez, tal vez. Luxury suspiró dejando que un manto de humo saliera de sus labios y quitando del todo su cinturón, lo tomó de ambos extremos y haciendo un arco lo enredó en mi cuello para atraerme hacia él, justo delante de su entrepierna. Lo miré suplicante, pero no pareció compadecerse cuando apagó el cigarro que estaba a la mitad justo en la marca de mi cuello. Mi grito fue amortiguado por su mano, suave por el terciopelo de sus guantes y cínicamente llevó un dedo a sus labios, pidiendo que guardara silencio. Al notar que me calmé apartó su mano y luego se desabrochó el pantalón, sacando después su miembro endurecido. Con sus dientes tiró de uno de los dedos del guante de su diestra y comenzó a acariciar su extensión lentamente. -Tus dolores los controlo yo. -Me dijo, masturbándose lentamente-. Si no quieres que las cosas se pongan jodidas para ti, lo mejor es que mantengas esa linda boquita callada y la uses para algo útil. - ¿Los controlas tú? -Musité, jadeando aún por el dolor de la quemadura. - ¿Cómo crees que has logrado dormir en estas noches o mínimamente puedes mantenerte en pie? ¿Hm? No lo repetiré una tercera vez, Jungkook. Resoplando entrecortadamente me puse en una posición más cómoda y tomé el miembro de Luxury entre mis manos. Comencé a masturbarlo lento, empezando con mis manos y luego ayudándome con mis labios y lengua para estimular su glande. Cuando Luxury suspiró y enredó sus dedos en mi cabello, me engullí el falo en la boca, comenzando con el dichoso vaivén. El mayor no parecía tener muchas ganas de ir lento, por lo que tomando un puñado de mi cabello comenzó a embestir mi boca hasta sacarme pequeñas arcadas. No podía respirar y como pude me aparté, tosiendo descontroladamente. Luxury se había molestado, más no lo expresó con palabras, pero sí con acciones. El dolor fue en aumento, sintiéndose como agujas que penetraban cada poro de mi piel. Me erguí de golpe, susurrando una disculpa y retomé mi trabajo. Minutos después, cuando había llegado al dichoso clímax lo tragué absolutamente todo, pensando en que esa maldita droga que consideraba veneno estaba también en ese líquido. Luxury pronto se levantó guardando su miembro dentro del pantalón y volvió a abrochárselo, sólo que dejó su cinturón sobre la cama. Yo me quedé mirando el piso, sintiendo el dolor disminuir, pero no irse. Luxury se apoyó sobre una de las paredes, pasando su mano por su rostro, suspirando. Por un momento quise preguntarle el porqué de su estado, pero me mantuve en silencio, levantándome del suelo como podía y abrochando mi camisa. Me sentí asqueado al sentir que seguía duro. -Voy a bañarme. -Le dije con frialdad, abriendo la puerta del baño. El baño de la habitación era bastante elegante, teniendo una bañera gigante de mármol y muchos espejos alrededor. Antes de que pudiera cerrar la puerta, Luxury me detuvo. -Entraré contigo. - ¿Vas a bañarte también? -Le pregunté, deseando que su respuesta fuera negativa. -Simplemente quiero verte. Y aunque quise refutar no lo hice. Asentí y entré finalmente, Luxury se sentó en uno de los sillones del baño y yo me puse frente al tocador de mármol para desvestirme en silencio, sintiendo la vergüenza a flor de piel. Quería pedirle que se girara, que se fuera, que me dejara solo; pero el miedo y el trance no dejó que abriera la boca. Él controlaba el dolor, no me convenía retarlo. Dejé caer la camisa y luego llevé mis manos al botón de mi pantalón, luego bajé la cremallera y finalmente dejé caer la prenda junto a mi ropa interior. Me deshice de los zapatos, y al verme al espejo completamente desnudo supe que Luxury estaba observando detenidamente mis movimientos. Tragando saliva caminé hasta la enorme bañera y me sumergí en el agua tibia, hundiéndome de los pies hasta la cabeza. El ardor en aquella marca no tardó en llegar y apreté los dientes para no jadear. Luxury se levantó y dejó en la orilla de la bañera el jabón que había olvidado tomar a causa de los nervios, murmuré un gracias y procedí a bañarme en silencio. Luxury fue el que lo rompió. -Mi titulación será a las diez de la mañana. -Me dijo, entonces concluí que el patrimonio familiar había sido totalmente suyo-. Estaré ocupado hasta la noche. - ¿Qué haré yo entonces? -Le cuestioné, comencé a enjabonar en mi pecho, acariciando mis clavículas. -Tú vas a quedarte aquí, aunque Hyuna te necesita para algo a las diez de la noche, a esa hora yo ya habré llegado, por lo que yo te escoltaré donde estará ella. - ¿Qué va a hacer? -Le pregunté sintiendo una punzada de nervios. Luxury se quedó en silencio y yo no pregunté nada más. Diez minutos después me envolví en una bata de baño y salí junto con él del baño. Luxury y yo compartíamos armario, por lo que una mitad era de su ropa y la otra me pertenecía a mí. Tomé una de mis pijamas y me la puse, viendo que Luxury se fumaba el último cigarrillo antes de dormir. Cuando iba a acostarme sobre las telas del suelo, él me detuvo pronunciando mi nombre. -Duerme conmigo. -Pidió y yo más confundido no pude estar. Luxury nunca me había pedido aquello, yo dormía sobre el colchón y las telas que había en el suelo y él en su cama, pero nunca me había pedido algo así. Asentí lentamente y me acerqué a paso lento a la cama, él apagó su cigarro contra el cenicero de la mesa de noche y me hizo espacio en su cama. No le pregunté por qué no se había cambiado de ropa, sólo me acomodé en mi espacio. Luxury me abrazó por la cintura y hundió su cabeza en el interior de mi cuello, inhalando profundamente mi aroma. El dolor se había calmado bastante. -Luxury, ¿Por qué? Pero él no respondió a mi pregunta y yo me quedé callado con millones de pensamientos corriendo por mi mente. No dije nada más en esa noche y no pregunté cuando sentí una humedad tibia en ese lado de mi cuello donde él estaba apoyado, poco después caí dormido. Al día siguiente cuando desperté, Luxury no estaba y yo me levanté. El dolor había vuelto, pero era soportable. Me levanté de la cama y me fui al baño a lavarme los dientes, luego aproveché a bañarme. Al salir en vuelto en la bata de baño, Luxury entró a la habitación. Vestía un pantalón negro simple con unos zapatos de tacón que no tenían una plataforma tan alta como las que solía usar siempre, la camisa blanca que usaba era manga larga y tenía varios pliegues redondos de tela cayendo en la parte del cuello, aquellos pliegues de tela formaban una "V" y eran tan holgados que podía apreciar sus clavículas y una parte de su cuello, me sorprendí al verlo con unos lentes redondos. En sus dedos tenía unos cuantos anillos, pero resaltaba entre ellos el anillo de su mano derecha, cuyo pulgar abrazaba un anillo con un brillante rubí incrustado. Recordé que ese día titulaban a Luxury como cabecilla de la aristocracia británica y que ese día debía reunirse con todo el círculo aristócrata para ultimar cambios, aunque tal vez se iba a hacer el funeral de la señora Kim. Luxury era alguien muy elegante para las cosas importantes, por lo que me extrañé por su vestimenta tan simple. -Ponte lo que elegí para ti. -Me dijo después de cerrar la puerta detrás de él. Señaló con su mandíbula un conjunto completamente negro. Se trataba de una camisa manga larga con cuello en "u" y unos pantalones negros simples. Unos zapatos con plataforma y un corsé negro de cuero. -Pero es tuyo, ¿no? -Le cuestioné, Luxury asintió-. ¿Por qué quieres que use tu ropa? Él sólo se encogió de hombros y se sentó sobre la cama. Suspiré y saqué el conjunto del armario y abrí un segundo cajón para ponerme la ropa interior. Sabía que Luxury me estaba viendo, pero aun así no le di mucha importancia. Continué vistiéndome ante su atenta mirada, mientras mis pensamientos divagaban en el repentino y silencioso llanto de Luxury antes de que cayera dormido. No era necesario ser un genio para darse cuenta que él no era del tipo de persona que expresaba sus sentimientos, si es que los tenía, por lo que preguntarle iba a ser una pérdida de tiempo. Una vez estuve listo me senté frente al tocador para peinarme, suspirando al ver la marca de la rosa mucho más visible que antes. Aquel trance me tenía con un insoportable dolor de cabeza y a eso sumándole el leve dolor por todo el cuerpo el cual Luxury no tenía ninguna intención de redimir. - ¿No ibas a tener tu titulación hoy? -Le pregunté, pasando mis dedos por mi cabello. Luxury se acomodó los lentes con un sólo dedo y respondió: -No fui. Lo miré desde el espejo frunciendo el ceño. Esa titulación era un evento importante, donde lo presentaban ante la reina como su nuevo ayudante en cuanto a la aristocracia. Era un protocolo importante y el no ir era considerado una falta de respeto. - ¿Se puede saber por qué? -Considero más importante mi reunión con el círculo de los aristócratas, que será esta tarde que ese tonto protocolo. Tampoco quiero ver a la familia real, eso implicaría ver a la princesa Irene y a... Calló de repente, exhalando profundo por la nariz. Sabía que se refería a TaeHyung por su expresión y con lo que había dicho anoche supe por qué no quería verlo. El incesto en las familias aristócratas o de clase alta era bastante común, incluso se veía en la realeza pues era con el objetivo de que la sangre se mantuviera pura y se mantuviera un tipo de sangre representativo en la familia, por lo que esa práctica era bastante normalizada. Sin embargo, con la criminalidad de la homosexualidad supe que el incesto homosexual era mérito para pena de muerte o un par de años en prisión. No sabía si eso era lo que le preocupaba, pero tampoco estaba en posición de cuestionárselo. -Veremos a TaeHyung hoy en la noche. -Me dijo y yo sentí mi corazón dar un vuelco-. Hablé con él ayer, nos dará la oportunidad de hablar. - ¿Lo convenciste... acostándote con él? -Le pregunté, insultándome después a mis adentros por preguntar aquello. El rubio me miró a través de sus lentes y negó con la cabeza sonriendo. El dolor aumentó un poco, no siendo tan soportable como antes. Apreté mis muslos con mis dedos por el cambio tan repentino y mis ojos se cristalizaron cargados de súplica que se veía reflejada desde el espejo. El dolor de cabeza también aumentó. -Jungkook, ¿Por qué amas a mi hermano? -Me preguntó de repente, levantándose de la cama para posarse detrás de mi, apoyando sus manos en el espaldar de la silla. Me veía desde el reflejo. - ¿Perdona? El dolor aumentó más. Apreté los dientes. -Sabes que detesto repetir las cosas. ¿Por qué amas a mi hermano? -Luxury, por favor. -Pedí en un murmullo-. Simplemente lo amo, no hay explicación para un sentimiento tan etéreo como el que siento por él. - ¿Tanto lo amas? -De eso no hay duda. -Dije en un jadeo, el dolor era horrible y aumentaba cada vez más-. Lo amo con cada maldita parte de mi ser y me jode en demasía que todo lo que hemos construido se vaya a la borda por algo que tú causaste. A pesar del dolor, no pude controlar mi lengua y le dije la pura verdad. Él rio mostrando sus perfectos dientes y acarició mi mentón con suavidad, sin quitarme los ojos en el reflejo del espejo. -Me gustaría entender ese sentimiento. -Me dijo, su toque era lento y delicado. Aterrador-. Pero lastimosamente no me interesa enamorarme de nadie, menos en ese punto tan empalagoso como lo que sientes por mi hermano. -TaeHyung no merece nada de lo que le estás haciendo. - Ah, ¿no? -No. -Hm. El dolor aumentó a un nivel que desconocía y me hizo ahogar un grito que fue reemplazado por mis lágrimas. Luxury giró la silla para poder encararlo por completo, él acortando la distancia dio una lamida a mis labios con la punta de su lengua, luego procedió a limpiar mis lágrimas de dolor con sus pulgares. - ¿Quieres que el dolor termine y te deje ir, Kookie? Asentí frenéticamente y él sonrió nuevamente con burla, dando una risa corta. -Esta noche nos vamos a ver con TaeHyung y como la buena putita que eres vas a saltar en la polla de ambos. -Me dijo en un susurro, rozando nuestros labios. Negué lentamente con la cabeza-. Oh, lindo, no te estoy preguntando. -Luxury, yo no quiero tener nada contigo. -Le dije, intentando llevar el dolor a un segundo plano-. No siento nada por ti, mucho menos por todo lo que estás haciendo. Para esta mierda ya. -Me temo que no puedo, Jungkook. Ahora te explicaré algo para no hacer esto más complicado, ¿Te parece, cariño? -Luxury acarició mis mejillas con sus pulgares, el rubí de su anillo brillaba con poder en su dedo-. Esta marca que tienes en tu delicioso cuello es la marca de un íncubo, si has investigado de demonios sabrás lo que son. Yo soy un demonio sexual, TaeHyung está ascendiendo para ser uno. El hecho de que estés marcado es la constancia de que puedo devorar tu alma durante el acto sexual en el momento que quiera, por lo que en una eyaculación durante una penetración será alimentar más rápido esa marca y consumir aún más tu energía humana hasta convertirse en tu alma. Yo no tengo que ascender a nada más porque ya soy un demonio puro, pero, TaeHyung aún no lo es. - ¿Por qué le estás haciendo esto? -Nada personal, simplemente es un pequeño trabajito que tengo. Esa marca es un permiso para poder usarte como ritual para que TaeHyung pueda ascender y así pueda dejarlo finalmente en paz. Tú le entregas tu lindo culito y ambos tenemos lo que queremos, pero como hace casi dos meses que querías hacerlo con ambos, ¿Por qué no darte ese placer? - ¿Y si me niego? Luxury hizo una mueca y arqueó ambas cejas, burlándose de lo que parecía un destino trágico. -Te diré lo mismo que le dije a mi madre antes de matarla con mis propias manos. Tu vida y la de mi hermano dependen de mí. En cuanto a ti, lindo pintorcito, puedo causarte un dolor tan agonizante que suplicarás por la muerte o por el placer, será más por la primera. Tu marca comenzará a sangrar gota a gota hasta que te desangres y el proceso será bastante doloroso, tus venas van a volverse goteros, por lo que tu sangre va a coagularse en todo tu cuerpo y va a gotear una gota de sangre una vez a la semana. No fluirá sangre por ningún conducto de tu cuerpo y -Hizo una mueca de dolor-, no es muy recomendable moverse si no quieres sentir un dolor que te hará gritar hasta desgarrar tus cuerdas vocales. Cualquier intento de suicidio va a ser inútil y sólo empeorará las cosas. El dolor va a tenerte en las últimas y no tendrás otra opción que acudir a mí para matarte, ya será cosa mía si hacerlo rápido o aún más lento. En cuanto a TaeHyung, bueno, con él pienso ser más compasivo por lo que ha hecho por mí a lo largo de mis míseros veintidós años. Yo lo ayudaré a ascender, follándolo como a él tanto le gustaba cuando éramos adolescentes, pero devoraré su alma en bocados pequeños y haré que su muerte sea igual de lenta que la tuya, incluso más. Tal vez mate a mis hermanos uno a uno frente a él, no lo sé, depende de qué ánimos esté para ese momento; pero la agonía está garantizada. No me afecta en lo absoluto lo que decidas, pero yo te recomendaría no negarte; así nos haces las cosas más fáciles a los tres, ¿No crees? No supe en qué momento comencé a llorar aun permaneciendo en un silencio sepulcral. Asentí ante su cuestión y él dejó un casto beso en mis labios antes de erguirse. El dolor disminuyó, me sentí aliviado y pude soltar un sollozo que tenía en la garganta. -Sabia elección. Luxury se alejó y tomó un saco color beige de su armario y se lo puso tarareando una melodía aleatoria, luego se acercó a la puerta y tomando el pomo me miró. -Por cierto, Jungkook, te veo demasiado lúcido para lo que pasará esta noche. Te pediré que no hagas escándalo cuando Hyuna y yo te necesitemos a las diez de la noche, créeme que no quiero golpear tu linda carita ni amarrarte. Colabora con nosotros calladito y bonito. Te traeré tu desayuno. Y tras decir eso, salió de la habitación.
Utopía, Capítulo XXII: Kim Luxury 2/2
-Mgh… Sí… Ah, justo ahí… Nuestra primera vez fue en nuestro cumpleaños número dieciséis. TaeHyung amaba su cumpleaños, nuestro cumpleaños, era su fecha favorita en todo el mundo y cuando llegaba no había quien borrara su sonrisa. Ese día se la pasó hablando maravillas de mí, a nuestros familiares, a los trabajadores de papá y a todo nuestro círculo social. “Vante esto, Vante lo otro”, “Vante es hermoso, Vante es el mejor hermano del mundo”, Vante, Vante, Vante. Yo apenas y podía asimilar las cosas bellas que pensaba de mí, apenas podía entender el significado de sus “Te amo” después de las sesiones de besos a las que tanto nos habíamos acostumbrado. Estaba completamente perdido y confundido ante mis sentimientos. -Te amo, Vante. -Decía, después de que yo devorara sus labios de una forma que desconocía que podía hacer. Sus labios eran suaves, su lengua inexperta y sus gemidos ahogados eran una melodía que no me cansaba de escuchar y que por supuesto, me encendía de forma insana. Ese día, resultó siendo todo distinto. Fue la primera vez que tuvimos contacto con el alcohol; yo bebí poco, TaeHyung no estaba interesado en beber, Lisa se había quedado a dormir en casa de una amiga suya a la que le estaba dando tutoría en piano. Nuestros padres estaban en su burbuja con sus amigos y socios de la familia y las copas llevaron a nuestro cumpleaños a un segundo plano. TaeHyung quería privacidad, me pidió irnos a un sitio silencioso y nos fuimos a mi cuarto. Conversamos un rato, a puerta cerrada y con pestillo y los besos no tardaron en llegar. Era normal sentir la sangre llegar a ese punto, cuando la humedad del beso era tal que los jadeos y los gemidos que soltaba mi hermano, junto al lujurioso coro del chasquido de nuestras salivas pasando de boca a boca, me volvía loco. TaeHyung y yo llegamos al límite, cuando sentí sus dedos acariciar la dureza de mi pene dentro del pantalón. Nos miramos, deseamos lo mismo y terminamos cayendo en el colchón de mi cama, besándonos de forma sucia mientras luchábamos con arrancarnos la ropa y comernos de la manera debida. El tenerlo a mi merced, metiendo mis dedos en su interior mientras él clamaba entrecortadamente que lo jodiera terminó volviéndose en lo más adictivo del mundo, verlo saltar sobre mi falo mientras mantenía la mirada de una forma que me llevaba al cielo o al más profundo de los infiernos. Me enloquecía y las ganas de joderlo se volvió poco después una rutina. Sin embargo, TaeHyung seguía repitiendo lo mismo después de cada follada. -Te amo, Vante. Y cada noche lo decía con insistencia, mi respuesta era la misma. -También te amo, TaeHyung. Pero, ¿En qué sentido le estaba respondiendo aquello? Era mi hermano, lo quería por ser mi hermano, mi familia, ¿Por qué otra cosa habría de amarlo? Fue entonces cuando comprendí los sentimientos de TaeHyung y sentí miedo, como Vante, sentí miedo y me alejé a toda costa. Nunca volví a tocarlo, ni a besarlo y en cada prostituta que veía en la calle trataba de olvidarme de lo jodido que era vivir sin ese contacto. Fue por ello que ahora, ambos siendo adultos, ya no nos podíamos controlar. TaeHyung temblaba como gelatina ante los besos y el tenerlo apoyado en aquella puerta sólo me dieron más ganas de devorarlo, sintiendo una necesidad que jamás creí volver a sentir. Lo tomé del cuello de la camisa y me tiré a una de las sillas de la biblioteca, él se puso sobre mí y volvió a atacar mi boca, mientras luchaba contra los botones de mi camisa. Sus manos temblaban por los nervios y el placer. No, eso no era efecto de la libido. Cuando entré en él, me abrazó por el cuello, dejando besos en él de paso mientras él mismo saltaba sobre mi pelvis. Jadeaba mi nombre, ya no siendo Vante. El Luxury se escuchaba tan bien saliendo de sus labios que no pude evitar ir más lento en mis embestidas, quería disfrutar de aquello, de aquel aperitivo que era su cuerpo y concluí que no lo había superado del todo. Después de ello no nos dijimos nada más. Mi trabajo estaba hecho y después de vestirme salí de la mansión para entrar a un bar en el cual bebí hasta cansarme, sintiéndome confundido, recordando la primera vez en que me había enamorado de verdad. TaeHyung había robado mi corazón en la infancia, en la adolescencia y lamentablemente aún conservaba una parte en la adultez. Nunca me había enamorado, era una persona de relaciones rápidas, me había acostumbrado tanto a las folladas de una noche que había olvidado la sensación de estar enamorado de alguien. Gocé de cada minuto con TaeHyung, y supe que mi primer amor fue él. Luego me pareció ridícula la idea de que mi primer amor fuese mi hermano gemelo. Me frustré aún más y no quise pensar más en ello. Resoplé al estar sentado en la cabecera de la mesa, viendo llegar a las personas que hacían parte de la aristocracia británica. Los padres de Jimin y ChanYeol eran fáciles de reconocer, pues eran rostros desconocidos debido a lo ausentes que eran, los padres de Hoseok y YoonGi estaban tan presentes en todo que no era extraño verlos y por supuesto estaba el ahora viudo Kim HeeSok, quien parecía tener intenciones de negociar conmigo. Iba a divertirme mucho. Hyuna estaba a mi lado, limando sus largas uñas mientras veía entrar a la gente. La idea era que ella estuviera presente en aquella reunión para comenzar con la negociación y estar junto a ella daba una percepción extraña. Yo iba vestido de forma casual, dándome igual que fuese una reunión importante, mientras ella usaba su ropa que gritaba “Soy bruja y el rubio de mi lado es un demonio”. Vestía siempre de negro, usando siempre capas que entre más profunda la capucha mejor. Sus uñas estaban pintadas de negro con toques dorados y en el dedo del medio reposaba un anillo de una serpiente dorada que hacía también de manilla porque se enredaba en su muñeca. Ni hablar del fuerte color rojo de sus labios y los diamantes debajo de sus ojos verdes. Aun así, me seguía hipnotizando con su belleza y no le reproché en lo absoluto su aspecto que me hacía babear por ella. No estaba enamorado de ella, pero tampoco descartaba el hecho de que me gustara. La reunión se llevó a cabo en la mansión de los Park, por lo que no fue raro que el mayordomo de la familia cerrara la puerta cuando todos estuvimos reunidos finalmente. Había una pila de documentos a mi lado, cosas que había dejado mi madre y demás y sólo pude pensar en las mil y una cosas innecesarias que mi madre había gestionado. Definitivamente, tenía mucho trabajo por delante. Di inicio a la reunión. -Buenas tardes y gracias por haber venido. Mi nombre es Kim Vante Luxury y soy el nuevo líder de la aristocracia británica. Muchos de ustedes ya me conocerán, por lo que esta introducción es más que todo un protocolo para dar inicio a estar reunión. -Dije y luego señalé a Hyuna-. Ella es Kim Hyuna, será mi asistente a lo largo de mi tiempo representando a este grupo, por lo que, si tienen algún mensaje, sugerencia o queja pueden acudir a ella. Hyuna hizo una pequeña reverencia y recibió los aplausos leves de los presentes. Luego de ello tomé tres carpetas, sabiendo que se trataba de los planes de vida de los hijos de cada apellido. -Para empezar, he llegado a este puesto para hacer algunos cambios, empezando principalmente por los planes de vida de sus hijos. -Abrí la carpeta de los Park, dando una lectura rápida al plan de vida de ChanYeol y Jimin, asentí y alcé la vista los Park-. Señor y señora Park, ustedes han casado a su hijo Park ChanYeol con la jovencita Seo SooJin y tienen como objetivo casar después a Park Jimin, al principio pensaron en la hija del conde Im, la jovencita Im Nayeon, pero por desacuerdos y órdenes de mi difunta madre tuvieron que pensar en una nueva prometida, pues Nayeon ya está esposada con mi hermanastro Kim SeokJin. Por el momento no han dado el nombre de la nueva prometida de Jimin, pero el cambio que haré es que no lo van a esposar con nadie, aplica también con Hoseok y YoonGi. El señor Park se opuso inmediatamente. -Pero joven Vante… -Lo interrumpí alzando una mano. -Con todo respeto y antes de que hable, Señor Park, le he de pedir que en todas las reuniones y en cualquier lugar me llame por mi segundo nombre que es Luxury, si no le molesta. No pareció estar muy de acuerdo, pero asintió. -Muy bien. Joven Luxury, es indispensable que mi hijo se case para poder expandir nuestras relaciones sociales y poder tener más clientes para la fábrica de textiles. -De hecho, señor Park. -Intervine, dando una ojeada a otra carpeta que contenía las cifras de las ganancias de la fábrica en los últimos dos años, incluyendo nombres de socios-. El matrimonio de su hijo es completamente innecesario porque su fábrica no ha tenido alguna recaída significativa. Mi difunto padre firmó un acuerdo con usted, donde concedía total permiso de usar el 10% del presupuesto de los Kim directamente, siendo este un préstamo que ustedes usan mensualmente y pagan a finales de cada año. El matrimonio de Jimin es innecesario, como lo es el de ChanYeol. La familia Seo no ha hecho algo significante por el grupo, por lo que el cambio que haré en cuanto al plan de vida de sus hijos es comenzar con los trámites de divorcio en cuanto a ChanYeol y comenzar con la tutoría de Park Jimin, pues donde tengo entendido, ustedes quieren que él ascienda a conde. La pareja asintió, estaba atónita por las decisiones que estaba tomando. - ¿Quién lo asesoraría? -Preguntó la señora Park-. Kim SookHye nos prometió la asesoría de mi hijo para ascender a conde, por lo que eso nos tiene algo preocupados. -La tendrá. -Afirmé tomando la pluma y el tintero que Hyuna me ofreció, comencé a tomar nota-. Hyuna, dales la información del nuevo tutor. La pelinegra asintió y le extendió a la pareja un sobre, cuyo sello de lacre tenía una rosa amarilla. La pareja abrió el sobre. -Para ahorrarles la lectura, el tutor se llama Kunpimook Bhuwakul, pueden llamarlo BamBam para más comodidad. Es un conde de Tailandia y es amigo de la familia de hace un par de meses. Hace poco envió una carta a mi madre ofreciendo su asesoría para su hijo, pero dadas las circunstancias no pudo darle una respuesta. Se mudó aquí a Londres hará unas dos semanas, por lo que va a ofrecer sus servicios por una semana de prueba, si los convence nos reuniremos para firmar el contrato fijo. Si quieren más información, en el revés del sobre encontrarán su dirección y dónde pueden encontrarlo, por si quieren hablar directamente con él. Los Park no hicieron más preguntas y luego tomé el plan de vida de Hoseok y YoonGi, no mostré mi sorpresa por la cantidad de cosas que tenían planeadas para ellos. El padre de YoonGi era un hombre estricto, la misma mierda que HeeSok, pero sin ser un asesino y sin hijos incestuosos. La madre de Hoseok, por otro lado, era más comprensiva y no tenía ni voz ni voto en cuanto a la toma de decisiones. Una desgracia. -En cuanto a ustedes, señor y señora Jung, el plan de vida que tienen para Hoseok y YoonGi es demasiado largo para ellos, por lo que se hará un par de cambios. -Es lo necesario, ¿No? -Cuestionó el señor Min, que sólo usaba el Jung para lo que le convenía. -Pues verá, no veo muy relevante que condicionen el número y el sexo de los hijos que quieren que tenga cada uno, ni las fechas que ustedes dieron para que se cumpla cada demanda como lo que sería la ascensión a duque y a conde. Tengo entendido que su hijo YoonGi, el cual no les legítimo del apellido Jung está bajo la tutoría para ser mayordomo de la realeza, todo esto para ascenderlo a duque. Este proceso puede tardar más que el que usted está condicionando, pues eso lo decide la reina. Ya en cuanto a Hoseok, su posición de conde es posible debido a que ya ha recibido asesoría antes y ha servido a la princesa Irene en sus viajes. Los matrimonios de ambos son innecesarios por dos motivos: El primero, Hoseok ya está preparado para ascender a conde por lo que el proceso no tiene en los requisitos estar casado y el segundo, YoonGi está recibiendo asesoría para algo totalmente distinto a lo que ustedes desean que aplique, por lo que no puedo hacer nada más que guiarme por los conocimientos que él está recibiendo y para ser mayordomo no necesita esposa. -Pero, ¡Sería una deshonra si no se casa! -Exclamó el señor Min. -Escuche, sus deseos de tener nietos o de ver a sus hijos en un altar son irrelevantes para la aristocracia británica, por lo que los gastos en bodas, educación, tutoría y demás son completamente innecesarios. Ahora bien, volviendo a los Park, Jimin va a necesitar que alguien lo acompañe en sus viajes por lo que me encargaré de que YoonGi sea su mayordomo personal y así poder cumplir con los nuevos planes de vida de una vez. Además, sería tranquilizador para ustedes que su hijo sea protegido por un rostro conocido. -Me parece perfecto. -Dijo la señora Park, parecía aliviada por aquella noticia. -Bien. En cuanto a ustedes, señor y señora Jung. Hoseok va a tener una ayudante y asistente para hacerle el trabajo más fácil cuando su proceso como conde culmine. Es una pariente lejana de los Minatozaki, no tiene antecedentes penales y sabe hacer su trabajo. Va a llevarlo a sus viajes y se encargará de organizar su tiempo y trabajo. Respecto a YoonGi, tengo entendido que su tutoría como mayordomo no ha culminado debido a que el tutor es incompetente, eso dice el reporte, por lo que le daré un nuevo tutor. Su nombre es Byun BaekHyun y comenzará a trabajar con su hijo a partir de mañana, para la próxima semana YoonGi se mudará con los Park pues ya para ese momento Jimin habrá comenzado con la tutoría. Hoseok ya será titulado para ese entonces y la joven Minatozaki va a estar junto a él. Mi asistente Hyuna les entregará los sobres de las recomendaciones para que tengan mayor información. Todos estaban atónitos en aquella mesa, los Park estaban encantados, la señora Jung también y el señor Min junto a HeeSok se veían fastidiados. No presté mucha atención y seguí escribiendo un par de cosas para alzar la vista hacia mi ex padrastro. Tomé el plan de vida de los Kim y leí rápidamente cada cosa, luego continué con él. -Créame que me sorprendió su asistencia, señor Kim. -Le dije, en ese momento quise fumar un cigarrillo para disfrutar mejor aquello. Hyuna leyó mi pensamiento y se levantó para abrir un cajón y sacar de allí una cajetilla de cigarrillos. Sacó uno para mí, lo puse entre mis labios y lo encendió por mí, luego le ofreció al señor Park y el señor Min, los cuales parecían agradecidos por el ofrecimiento y poco después el aroma a tabaco inundó la sala. Di una calada profunda y luego resoplé lento, dejando que el humo saliera con gracia. -Usted ya no hace parte de la aristocracia británica porque mi madre no le dejó nada, pero seré comprensivo con usted, va a firmar conmigo usando su patrimonio familiar, el cual perteneció a la difunta Choi HaNeul para unirse nuevamente al grupo, será el mismo proceso que llevaré a cabo con los Jeon en una reunión que organizaré para pasado mañana. Espero su asistencia para ese día, le llegará una carta con más información el día de mañana. -Di otra calada y eché otro vistazo al plan de vida de mis hermanastros-. Muy bien, sus hijos son acogidos por mi familia debido a que tienen el apellido Kim por mi padre, así que el plan de vida también me concierne. Tengo conocimiento de que su hijo SeokJin se ha casado con Im Nayeon, hijo del conde Im. Bien, aquí nos iremos por terreno pantanoso. Hyuna, trae el testamento de Choi HaNeul. Hyuna se levantó y sacó de la biblioteca una carpeta que estaba marcada como “Testamentos”. Me lo entregó y musité un gracias, rozando mis dedos con los de ella unos segundos. Ella me sonrió y volvió a sentarse, yo borré la sonrisa de idiota que se me había dibujado en el rostro. - ¿Por qué necesitaría el testamento de mi esposa? -Me cuestionó ofendido. -Porque hay algunos puntos que no se han cumplido pese a que ya han pasado tres años. -Dije, pasando rápidamente las hojas hasta encontrarlo. Lo saqué y entregué la carpeta a Hyuna-. Aquí está. La señorita Choi pide en su testamento que la titulación de SeokJin para conde, de NamJoon para juez y dejando el de Jennie a total libertad; se haga apenas se le haga entrega del patrimonio familiar a su marido, es decir usted. Ninguna de las peticiones de la señora Choi se cumplieron a excepción de la del patrimonio familiar, el cual lo están usando su madre y sus hermanos porque usted se terminó casando con mi difunta madre. No preguntaré por qué no se cumplieron, aunque ya me hago una idea. -Luxury. -Me cortó, lo miré arqueando una ceja. -Otra regla. No se interrumpe cuando hablo, cuando termine de hablar puede decirme lo que quiera, ¿Sí? Gracias. -Traté de no reír al verlo tan ofendido, pero mantuve la compostura-. Como decía, como sus hijos aparecen legalmente con el apellido legítimo Kim por petición suya, el plan de vida de ellos ya pasa a mis manos, por lo que los cambios son los siguientes: SeokJin ascenderá como conde, no obstante, su matrimonio con Nayeon es inútil porque los Im no tiene negocios ni deudas con nosotros, por lo que el trámite del divorcio también se llevará a cabo. Como en el caso de Hoseok y Jimin, SeokJin va seguir recibiendo los servicios domésticos y de acompañamiento por sus sirvientes: Hwang HyunJin y Hwang YeJi, así también va a continuar con la tutoría de Kim JiSoo. - ¡No! ¡No puede ser Kim JiSoo! -Gritó HeeSok, levantándose de la silla y dando un golpe a la mesa. Sonreí. -Señor Kim, sus problemas personales con Kim JiSoo no me conciernen, por lo que eso no va a repercutir en el plan de vida de su hijo. -Maldito niñato. -Dijo con furia y alzó su mano para abofetearme, pero Hyuna lo agarró con fuerza de la muñeca, evitando el golpe. -Si lo hace va a meterse en un gran problema. -Le dijo-. El joven Luxury tiene un compromiso más tarde y lo está retrasando así que siéntese y no interrumpa más. -Gracias, Hyuna. Aunque me gustaría advertirle algo, señor Kim. -Lo miré fijamente a los ojos-. Mi madre está muerta, usted ya no tiene ninguna relación familiar conmigo. Usted trabaja ahora para mí, bajo mis órdenes, por lo que debe mostrarme respeto si no quiere que reporte su comportamiento a la reina, o en su defecto, termine confesando un par de cosas que no le harán mucho bien a su reputación o a su libertad. Ahórreme esa molestia, ¿Sí? Él no dijo nada, pero parecía haber comprendido el mensaje. Apagué el cigarrillo contra el cenicero de mi costado y continué con la reunión. -Retomando, ese sería el plan para SeokJin. En el caso de NamJoon, sus tutorías como juez aún no comienzan, por lo que yo le asignaré un tutor. El esposo de Kim JiSoo, Kim JongIn, que es juez. Debido a que los tutores de ambos hermanos están ligados, NamJoon trabajaría para SeokJin en todos los asuntos legales que lo involucren. Los dos vivirían en la propiedad que SeokJin heredó, como dictamina en el testamento de la señora Choi HaNeul. En lo que corresponde a Jennie, ella aún está muy joven para recibir una tutoría más significativa, por lo tanto, recibirá la más general: Lenguaje, matemática y música. Yo seré su tutor y ella va a residir conmigo en donde estoy viviendo. El patrimonio de los Kim, va a ser vendida, pero eso será asunto para otra reunión. ¿Alguna pregunta? La señora Park alzó su mano, asentí para darle la palabra. - ¿Qué pasará con el plan de vida de TaeHyung y Lisa? Ya que está haciendo modificaciones, supongo que las hará también en lo que respecta a sus hermanos. -El plan de vida de TaeHyung ya está cumplido, pues está casado con la princesa Irene y eso nos trae muchos beneficios por lo que no es necesario modificarlo. En lo que concierne a Lisa, ella aún está muy joven para un plan de vida más modesto, por lo que pasará lo mismo con Jennie y recibirá tutoría básica, pero con mi asistente Hyuna. -La señora Park asintió y luego esperé por otra pregunta-. ¿Nadie más tiene dudas? Negaron con la cabeza y miré a la pelinegra asintiendo, ella tomó los papeles que estaba tomando y comenzó a repartirlos a los presentes. -Esos son los nuevos planes de vida de sus hijos, les pido que por favor los lean detenidamente y firmen, luego de ello podrán irse. Hyuna y yo esperamos en silencio y minutos después recibimos los documentos firmados. Todos comenzaron a salir, despidiéndose de mí con una reverencia. Hyuna y yo nos quedamos en la sala un rato más y el mayordomo nos cerró la puerta para mejor privacidad. -Te ves lindo cuando te pones en plan macho alfa. -Me dijo ella, ayudándome a poner sellos en los documentos. - Ah, ¿sí? Tú tampoco estuviste mal siendo mi asistente. Se supone que era fingido, pero ya estoy pensando en contratarte. Hyuna soltó una risa y comenzó a acomodar todo en el archivador de la sala. La vi de arriba abajo, pensando en lo hermosa que era. Nunca me había sentido así de atraído por alguien, quitando la enfermiza atracción que sentía por TaeHyung. Hyuna tenía algo que me tenía flechado y ella parecía saberlo, por lo que se aprovechaba de eso. -Me alegra que haya salido bien. -Dijo, sentándose en la mesa a un costado de mí-. Con esto y lo que sucederá esta noche, definitivamente vamos a tener todo funcionando. Los contenedores van a comenzar a moverse y por fin podremos activar los relojes de conversión de pecado, joder, estoy demasiado feliz, ¡Eres un genio, Luxury! - ¿No crees que merezco una compensación? -Inquirí, levantándome de mi silla para después poner ambas manos a sus costados, acorralándola en la mesa. Ella arqueó una ceja y ladeó una sonrisa retórica. -Ya he visto cómo juegas, Luxury, y no va a funcionar conmigo. Sonreí, me incliné un poco más, rozando la punta de mi nariz con la de ella. Ella sonrió, sentí sus manos acariciar mis brazos y subir hasta mis hombros. - ¿En serio? -Inquirí, inclinándome más, rozando sus labios. -Sí. -Hm. Al final terminé besando sus labios, siendo correspondido al instante. Habría pasado un buen tiempo desde que besé unos labios femeninos, que no probaba el sabor del carmín de un labial. Hyuna tenía algo distinto a los besos que había dado en toda mi vida. No era prostituta, por lo que no se sentía monótono, no era Jungkook por lo que no se sentía forzado, no era TaeHyung por lo que no se sentía extraño y sexual. Era simplemente Hyuna, y aquello me encantó. Aunque no hubo nada húmedo de por medio lo disfruté y ella me apartó suavemente con una sonrisa cuando quise profundizar. Se la regresé. -Te dejaré ir más allá cuando finalices tus asuntos sexuales. TaeHyung y Jungkook no serán los únicos y lo sabes, aún te quedan Jimin y Jennie. Hice un puchero con mis labios. -Lástima. Ella soltó una corta carcajada y dejó un casto beso en mis labios antes de bajarse de la mesa. Le di su espacio, limpiando con la comisura de mis labios algún rastro de labial. -Será mejor que nos vayamos, tienes trabajo para hacer joven Luxury. Ambos reímos y salimos de la sala. Recordé que Jimin estaba en casa de YoonGi y Hoseok, por lo que no tenía caso quedarme más tiempo. Hyuna me dijo que debía hacer un par de cosas, por lo que se fue dejando un beso en mi mejilla y tomamos caminos separados. Revisé mi reloj de bolsillo y vi que ya iban a ser las cinco. Aún era demasiado pronto para ir a preparar a Jungkook, por lo que decidí ir a la mansión Kim para recoger un par de cosas y adelantar trabajo. Suspiré y me encaminé hasta allá, pensando de nuevo en la situación con mi gemelo. Ya estaba confirmada su asistencia en la catedral a la medianoche, por lo que no me tenía que preocupar, pero aun así el recuerdo de haberme acostado con él nuevamente me tenía frío y pensativo. Nunca pensé en lo que TaeHyung era capaz de causar en mí y mis sentimientos pronto se vieron mezclados. -Te amo, Vante. La noche anterior no lo había dicho, no había motivo para que lo dijera. La libido no había sido el que lo había llevado a aquello conmigo, de eso estaba completamente seguro y me sentí muchísimo más confundido. Al llegar a la mansión, me recibieron los sirvientes que me reverenciaron apenas entré. La mansión estaba vacía y los sirvientes estaban guardando en cajas las pertenencias de mis hermanastros, cuando pregunté por qué uno de ellos me respondió: -El joven SeokJin quiere que sus hermanos vivan con él en la mansión Im. -Dígale que se reúna conmigo pasado mañana para hablar de eso, cambiaron los planes respecto a su mudanza. -Sí, joven amo. -Respondió el sirviente. Subí las escaleras de caracol y caminé hasta la oficina que le pertenecía a mi padre, pasando por las habitaciones, intentando que los recuerdos no me consumieran. No había rastro de Lisa y cuando revisé sus pertenencias tampoco estaban. Suspiré, definitivamente la mansión estaba siendo abandonada. Me senté en la silla de papá y sin pensarlo mucho, saqué unos documentos que tenía mi ex padrastro en su poder y comencé a analizarlos uno por uno, luego comencé a firmar varias cosas y modificar otras. Me quedé tan sumido en eso que no noté cuando comenzó anocheció y uno de los sirvientes llamó a mi nombre, poniendo el “amo” por delante. -Le traje un té, lo vi trabajando por horas sin pedir nada y pensé que debía descansar. Vi el reloj que estaba colgado en la pared, este marcaba las ocho y media. Tomé la taza de café y le di un sorbo, agradeciendo después. -Me alegra que usted tomara el patrimonio. -Comentó el sirviente-. He trabajado aquí por años, sé que usted hará un buen trabajo, como lo hizo su padre. Luego recordé que aquel sirviente era el que servía únicamente a mi padre y me sentí halagado por sus palabras. Estaba sentado en la silla de mi padre, en su oficina, haciendo el trabajo al que él tanto me había preparado. En ese momento sentí aquel vacío en mi corazón y bajé la vista a los papeles. Recordé que llevaba tres años sin visitarle y luego la promesa que le hice resonó en mi mente. “Cuando mi madre muera -Dijo Vante, dejando rosas rojas en la lápida-, vendré a verte, padre. Tú lo entiendes, ¿Verdad?” Suspiré y dejé la pluma en el tintero, luego pronuncié el nombre del sirviente. - ¿Empacaron el violín de Jennie? -Aún no, amo. Estamos con las pertenencias del joven NamJoon. -Tráigame ese violín, lo traeré mañana. - ¿Qué hará, amo? Pensé que estaba retirado. Y reí con sequedad. -Lo estoy. Lo regresaré mañana., por favor. Minutos después, el violín estaba frente a mí. Murmuré un gracias y lo sostuve de la manija del estuche que contenía el instrumento. Mi nuevo trayecto fue el cementerio.
Utopía, Capítulo XXIII: Luxury, TaeHyung
Kim Luxury. TaeHyung tenía sus secretos. Su comportamiento era impecable, se expresaba bien, tenía modales y era un aficionado por el arte y otras cosas que para los ojos de la sociedad lo hacían un chico ejemplar. Mis padres pensaban en eso siempre, en especial mi madre, quien siempre veía la oportunidad para compararme con él. Padre nunca permitió ello y TaeHyung y yo vivimos bajo opiniones divididas. Mi padre abogaba por mí, mi madre abogaba por él. Cuando el que abogaba por mí murió, las comparaciones fueron en aumento, con un HeeSok apoyando en aquella resistencia. Todo lo que hacía era mérito para una comparación o un regaño y aquello comenzó a volverse frustrante y a consecuencia la actitud de TaeHyung comenzó a cabrearme, pues yo sabía que faceta de niño bueno tenía su punto más sombrío. - ¡¿Qué te hemos dicho sobre traer prostitutas aquí?! -Gritaba mi madre después de encontrarme con una chica posicionada entre mis piernas-. ¡Sácala de aquí ahora, Vante! Primero soltaba un suspiro de frustración por la erección que no pude aliviar, después era pagarle y sacarla, luego llegaba el verdadero problema. Mi madre le había dado total autoridad a HeeSok de golpearme y humillarme frente a toda la familia. Mis hermanos oyeron el escándalo y estaban asomados en el balcón del pasillo viendo lo que sucedía, yo me tomaba el tiempo de analizarlos, ignorando el ardor en mi mejilla y los sermones de mi padrastro que eran corroborados por mi madre. SeokJin y NamJoon, los hermanos de una conducta intachable, tenían toda la apariencia de haber tenido sexo; Jennie y Lisa estaban en la misma habitación y no dejé pasar la marca en el cuello de la castaña menor; y, por último, estaba TaeHyung quien dormía solo en su cama, pero tenía unos antecedentes tan sucios que daban total merecimiento a un sermón similar al que estaba recibiendo en ese momento. Después, llegaba la dichosa comparación. -Tu hermano jamás se ha visto enredado en esas cosas. Por Dios, Vante, respeta un poco nuestro hogar, ¿Sí? Deja de traer a esas mujeres de mala vida aquí. Das vergüenza. Y yo sólo quería reír a grandes carcajadas, pero lo único que salía de mis labios era la amargura de un bufido. TaeHyung nunca se metió con prostitutas por dos motivos: El primero era que le fascinaba chupar una buena polla y el segundo era que esa polla era la mía. Ese TaeHyung con modales, que no se metía en escándalos y de grandes virtudes se veía jodidamente caliente saltando cuando me montaba y comenzaba a embestirlo tan profundamente que se mordía los dedos hasta sangrar, para evitar gritar y llamar la atención. Aunque mi mayor deseo era que nos vieran y supieran que los dos éramos la misma porquería de personas. Porque era mi hermano gemelo. Mi reflejo en el espejo. Una parte mi ser, de mi persona. Si yo era una porquería, él también lo era. TaeHyung siempre tuvo sus fantasías sexuales, esas que sólo me contaba a mí después de cada noche y cuando lo nuestro terminó dejó de contármelas para ponerse esa máscara incluso para mí. Él siempre fue alguien de tener deseos desenfrenados, un enorme deseo sexual que no se saciaba con nada más que con el acto. No usaba pretextos, si se daba la follada, se daba. Cuando todo se rompió, TaeHyung no se acostó con nadie más y sólo expresaba sus deseos en poemas eróticos donde poco después, comenzó a mencionar a Jungkook, a mí y a los tres en dicha situación. - ¿Sabes qué es lo que más deseo? -Me preguntó, minutos después de haber follado esa noche. TaeHyung siempre apoyaba su cabeza en mi pecho, mientras disfrutaba de la combinación del aroma a sexo con el del cigarrillo que fumaba. No era de fumar mucho en ese entonces, pero me gustaba hacerlo después de haberlo probado. - ¿Qué? -Le cuestioné, enrollando algunos mechones de su oscuro cabello en mis dedos, exhalando el humo del cigarro. -Quiero hacerlo contigo y alguien más. Que seamos tres. Recuerdo que había reído por su deseo, pareciéndome ridícula aquella fantasía, pero luego al verlo a los ojos supe de que estaba hablando en serio. TaeHyung sabía que yo iba a cumplir todas sus fantasías, en el momento que fuese o lo deseara. Incluso después de haber quebrado. Nunca fuimos novios, pero se sintió de esa manera. Porque él me amaba y yo simplemente no estaba seguro en ese momento, luego lo supe cuando me alejé y el hombre que amaba había muerto. TaeHyung amó a Vante y este ya no estaba. Luxury ya no hacía parte de su vida y me di cuenta muy tarde de que los sentimientos fueron mutuos. Ya no había nada. Pero aquella mirada tan seria que me había dedicado me dio a entender que TaeHyung sabía que cumpliría dicho deseo, tarde o temprano, incluso si no era Vante quien los cumpliera. Mi hermano tenía un deseo desenfrenado, por eso la libido no hizo efecto en él. Porque ese era realmente él cuando la máscara caía. Y me sentí de repente de dieciséis años, completamente dominado por ese hombre. -Deberías ser como tu hermano, ¿Por qué no eres como él? -Madre... -Susurré, suspirando para que el humo del cigarro saliera de mi boca, acariciando mis labios. Luego apagué el mismo contra la lápida que le pertenecía a ella. -Mgh... Luxury... -Siempre fui como él. Suspiré nuevamente, viendo cómo la noche consumía el cementerio. Era un sitio lúgubre, ciertamente deprimente incluso para mí. Los cementerios eran reflexivos ante lo que no queríamos reflexionar: La muerte. Los seres humanos nunca lograban cumplir sus expectativas en cuanto a la vida, siempre existía un más y no un suficiente. Siempre existiría un lugar para visitar, algo para hacer, alguien para amar, algo para decir. Nunca era suficiente y la muerte era ese pare a todo y siempre causaba daño, incluso a los que la sentían al lado. La muerte respiró a mi lado dos veces y estaba en esos momentos con los dos suspiros. Papá había aceptado su muerte, Mamá le temía. La ironía era que los dos terminaron igual, temiéndole o no. La muerte hacía su trabajo indiscriminadamente. Yo aún seguía esperándola. Acaricié las cuerdas del violín con suavidad, sintiendo ese tacto quemar en la yema de mis dedos. La afiné en silencio, sintiendo el viento frío mover mi cabello. Luego de ello, me levanté para observar ambas lapidas. Antes de tocar, debía decir algo, ¿No? -Supongo que estarás muy decepcionado de mí. -Dije, tratando de aclarar mis ideas-. Y lo entiendo, también me odiaría por eso. Me pediste que los cuidara y ahora están dispersos por ahí. Yo... la verdad, me disculpo por no haber cumplido con tus expectativas, pero si no me puedo cuidar a mí mismo, ¿Los cuidaré ahora a ellos? Acaricié el violín nuevamente, definitivamente no me sentaba para nada bien aquella sensación. Tenía un nudo en la garganta y sentía que ese instrumento me quemaba en la piel. No era mi violín, no era mi violín. -Yo también extraño a Vante. -Admití, tratando de ignorar ese molesto nudo en la garganta-. Tú lo cuidaste, lo criaste y lo hiciste feliz. Le diste los mejores diecinueve años de la vida, pero... ¿Qué iba hacer yo cuando tú te lo llevaste contigo, Padre? Mi humanidad dependió tanto de ti que te la llevaste porque te pertenecía. Perder aquella humanidad me dejó un vacío que sólo mi parte inhumana y demoníaca pudo llenar. No toqué fondo hasta que me di cuenta que ya no estaban ni tú ni él, ya no tenía algo por lo cual vivir. Una vez me dijiste que los humanos siempre tienen un motivo para vivir, un impulso, un deseo, algo que me hiciera feliz. No había nada, padre, nada. Sentí calidez rodar por mis mejillas, saliendo de mis ojos zarcos; muertos y vacíos. Carentes de toda emoción, ¿Cuánto habría pasado desde la última vez que lloré sin tapar mi rostro? -Intenté acabarlo, padre. Todo, lo intenté... No pude, porque no soy humano, ¿Sabes? -Reí con sequedad, algunas lágrimas se perdieron por mi cuello-. Ya estaba muerto, padre, lo que te está hablando es aquello que nunca quisiste ver: Mi lado demoníaco. Un demonio que se aferraba a un violín que está destrozado. Soy un demonio, padre. Luxury, soy Luxury. Y sollocé. Me maldije por hacerlo. Tomé el arco con fuerza, apoyé mi mentón en la almohadilla del violín, posicioné mis dedos en las cuerdas. -Vante se sentía vivo contigo, Vante se enamoró de su hermano aún sabiendo que era algo prohibido, Vante se llevó tanto el crédito que el perderlo me hizo perder la identidad. Luché contra la realidad y sufrí demasiado. Una bestia dormía en mi interior y ahora tenía el cuerpo para él solo. Cuando conocí de lo que era capaz, Padre... -Sonreí, las lágrimas dejaron de fluir-. Me siento vivo de nuevo. Solté una risa. No me di cuenta cuando comencé a tocar la melodía de papá, modificada de una forma que desconocía. Sonaba con gracia, casi con burla, con poder. No era Vante el que estaba tocando. Era yo, Luxury. -Sí, Padre, estoy vivo... Me estaba saliendo de la partitura, era una melodía distinta. Sentí un cosquilleo en mi espalda, la sangre comenzó a salir de mis omoplatos. Vante. Vante. Me llamo Vante. Vante. Luxury... Vante. Es Vante... Luxury. Luxury. LUXURY. -Y ahora vivo por siempre... - ¡No! ¡No! ¡¿Qué es esto?! Vante se había quedado solo en la mansión y aquel en todo su cuerpo lo tenía agonizando en el suelo, la voz de su cabeza pronunciaba lo mismo. Luxury. Luxury. Luxury. -Por favor, no... ¡Cállate! -Gritaba llevando sus manos a sus orejas con fuerza, gotas púrpuras comenzaron a gotear de sus fosas nasales-. ¡Cállate! ¡Cállate! ¡CÁLLATE! -Este es el sentimiento de estar vivo. Relamí mis labios y continué tocando. Vante se arrastró hasta el baño gritando de dolor, los sirvientes golpeaban la puerta con fuerza, pero esa estaba bloqueada por un cajón. No recordaba haberla puesto allí y tampoco tenía las fuerzas de moverlo. Se acercó al espejo, derramando aquel líquido amatista por todas las aberturas de su cuerpo. -Duele, quema, ¡Me está matando!¡Agh! Ayúdenme por favor... Alguien... Ayúdeme... -Duele, duele, duele... -Siseaba Vante, Luego su voz comenzaba a volverse un poco más grave-. Duele... Que alguien... me... Agh... ¿Qué... es... -Vante alzó la vista al espejo luego la sangre dejó de fluir como las lágrimas? El dolor desapareció-. ... Esto? De repente comenzó a ver su reflejo con confusión, tomó la sangre de su mentón con sus dedos y lamió con la punta de su lengua un poco de ella. Observó sus manos, su rostro, su cuello, su cuerpo, como si no se reconociera. Luego de ello, por alguna razón sonríe. -Finalmente... Soy libre. La melodía comenzó a tomar su clímax y apenas la melodía llegó a su fin unas grandes alas negras se abrieron paso en mi espalda, sacándome un pequeño jadeo. Leí la lápida de papá de nuevo, luego la de mi madre. Sonreí. No había más lágrimas. -Sí, queridos padres, viviré por siempre. -Reí, escuché los lamentos de Vante lejanos en mi cabeza-. Ya tengo por qué vivir, los motivos de lo que tanto me decías, Padre. Acaricié las plumas de mis alas con suavidad, viendo lo oscuras y bellas que eran. Volví a guardar el instrumento de Jennie en su estuche y lo tomé de la manija, luego las alas desaparecieron cuando quise guardarlas. -Vante se hundió en la oscuridad porque quiso, Padre. -Le dije-. Lo he escuchado agonizar tantas veces que creo que no le faltará mucho, ¿Puedes disculparte con él por mí? -Le sonreí al silencio, luego suspiré-. Fue un gusto verte de nuevo, Padre. Trataré de verte más seguido. Y tras decir eso, salí de allí. Kim TaeHyung. -Irene. -Llamé a la pelinegra, que me respondió con un leve gemido. Estaba concentrada en su bordado, pero aun así me escuchaba-. ¿Recuerdas cuando especulaste que Luxury tenía una segunda personalidad? Jugueteé con mis dedos con su asentimiento. Estaba absorta en su trabajo. Irene tenía varios hobbies y el bordado parecía ser de sus favoritos, pues en el que más empeño y esfuerzo ponía. Yo me estaba vistiendo, preparándome para encontrarme con mi hermano y Jungkook en la catedral. - ¿Qué pensarías si te dijera... que puede ser posible? Irene dejó su labor para mirarme con sus cejas fruncidas. Dejó la aguja junto con el tambor de bordado y se sentó más cómodamente para escucharme. - ¿De qué hablas, Tae? Exhalé profundamente. -Cuando padre murió -Comencé a hablar, recordando ese entonces-, a Vante le afectó mucho, tanto que dejó de convivir con nosotros y se la pasaba en su habitación, con suerte comía y salía. Pausó. La chica asintió, prestando atención, y movió uno de sus dedos en ademán para que continuara con la historia. -Vante salía cuando era realmente necesario y cuando lo hacía siempre lo veía con ojeras y con los brazos lastimados. Otras veces, a mitad de la noche los sirvientes lo veían deambular por la mansión como si no la conociera o como si estuviera perdido, tampoco respondía por su nombre hasta que tocaban su hombro y parecía regresar en sí. -Irene frunció las cejas, casi analizando mis palabras-. Una noche quiso dormir conmigo porque estaba asustado y lloró en mi hombro, al día siguiente volvió a encerrarse en su cuarto. En ocasiones lo escuchábamos hablando solo, suplicando o llorando y una vez durante una cena con unos socios de nuestra madre comenzó a gritar a la nada un "Cállate" mientras se cubría las orejas. Nuestra madre era una mujer de apariencias, por lo que tuvo que evitar que Vante saliera para evitar rumores. Unas veces actuaba como Luxury en la actualidad, otras veces era Vante. Era muy extraño todo. - ¿Nunca lo visitó algún doctor? -Preguntó Irene, negué con la cabeza. -Madre no dejaba que nadie se esterara del estado de mi hermano, no fue hasta que un día lo dejamos solo y lo encontramos leyendo en el salón como si nada. Después empezó con sus peticiones para llamarle "Luxury" y las cosas comenzaron a ir con normalidad hasta el día de hoy. Luxury habla en tercera persona cuando se trata de él mismo como Vante y su reacción cuando rompí su violín... Fue como volver a ver a mi hermano, a ese que tanto quise. - ¿Vante? Asentí. Irene exhaló por la nariz, pensando en alguna razón lógica para todo, pero no pareció llegar a mucho dado por su expresión frustrada. -Tu hermano no está bien, eso está clarísimo. Pero, ¿Estás seguro de que se trate que hay dos personas distintas en ese cuerpo? Es decir, Luxury y Vante son completamente contrarios según tú, ¿No? -Yo conozco a Vante. -Afirmé con seguridad-. Sé que él no es capaz de cometer las mismas cosas que hace Luxury. Es Luxury el que está de invitado en ese cuerpo, estoy seguro. -No hay forma de demostrarlo, Tae. Si Luxury lleva con esa actitud casi tres años, dudo mucho que Vante vuelva o algo por el estilo. -Irene, sé que suena como una locura, pero... -No es una locura, Tae. -Intervino Irene-. Tu teoría tiene cierto sentido, pero, si nos vamos por ella sabrás que Vante entonces ya no vive ahí desde hace mucho tiempo, ¿No? Y me quedé en silencio, sintiendo la esperanza irse de mis manos lentamente. -Te amo, Vante. -Pero, me crees, ¿no? -Creo que tu familia es despreciable por no haber hecho algo al respecto para ayudar a tu hermano. -Él fue el que enloqueció, no era nuestro problema. -No seas tan frívolo, TaeHyung. -Reprendió Irene-. En un duelo pueden pasar muchas emociones a la vez, es un peso muy grande para alguien. El dolor es subjetivo y si tu hermano enloqueció por ello, lo mínimo que podían hacer tú y tu familia era ayudarlo y no lo hicieron. - ¿Estás justificando a Luxury? -Inquirí, casi ofendido por lo que ella decía. -Estoy justificando a tu hermano y tu hermano es Kim Vante Luxury. Como fue injusto para ti, también lo fue para él. Y resoplé frustrado, Irene hizo lo mismo y volvió a su labor para seguir bordando, como queriendo ponerle fin a dicha conversación. Ella no sabía a dónde me dirigía y en ese momento tuve miedo en que me preguntara. No quería que ella se enojara conmigo, por lo que me acerqué a ella y tomé sus pálidas manos para detener su trabajo, ella alzó la vista. -Lo siento, no quería que... -TaeHyung, soy muy sensible ante el sufrimiento, ¿Sí? Yo te quiero muchísimo, pero que Luxury te haya hecho daño no significa que él no tenga sus malas rachas. Será una mala persona, pero, hasta las peores personas tienen su punto débil. Vante se consumió en su propia locura por haber perdido a su ídolo y simplemente pasó, ¿Sí? Igualmente, Luxury no deja de ser tu hermano por muy mierda que sea. Me sorprendí por haber escuchado una mala palabra salir de los labios de la pelinegra, pero aun así dejé que siguiera hablando. -Vante no está en ese cuerpo, Tae. Ya no, deja de buscarlo, porque no vas a encontrarlo más. Y aquello me atravesó como una daga y escoció de igual forma. Pronuncié un "lo siento" para Irene y ella dejó un beso en mi mejilla para decirme que todo estaba bien. Luego de ello me despedí de ella, preguntándole si iba a estar bien. -Mi novio llegará en unos minutos, no te preocupes. Y aquello me tranquilizó, dejé un beso en su coronilla y tomé el sombrero de copa del pechero junto a mi saco, luego salí de la mansión suspirando. Y con mi suspiro salió un manto de vapor de mis labios. Hacía un frío similar al de aquella noche donde volví a ver a Vante por última vez. Y sólo me entraron ganas de llorar.
Utopía, capítulo XXIV: Jeon Jungkook.
Hyuna era una mujer hermosa. Tenía largos cabellos negros que llegaban hasta su cintura, una piel nívea que con sólo verla se sabía que era suave, un cuerpo de ensueño: Con unas caderas ni tan anchas ni tan angostas, con una cintura que daba como innecesario el uso del corsé y ni hablar del buen busto que tenía. Sus labios estaban a la medida: Ni tan delgados, ni tan gruesos; el lunar de su pómulo me recordaba mucho al que tenía TaeHyung y sus ojos eran grandes y de un bello color esmeralda. Sencillamente, era una mujer bellísima. No se necesitaba ciencia para saber que Luxury estaba interesado en ella, su forma de mirarla y hablar con ella era ciertamente delatadora, pero luego llegué a la conclusión de que Luxury la veía a ella más como una estrategia que como una persona para amar, estaba interesado, pero no en el sentido amoroso. Él se dejaba llevar por el físico de aquella dama y eso era lo único que amaba de ella, eso o tal vez porque tenían en común ser unos antipáticos que ponían por delante su beneficio que el de los demás. Yo sabía reconocer a una persona enamorada, pues cuando se está con esa persona los sentimientos pasan a ser bastante evidentes: Expresiones, forma de actuar, miradas, etc. La mirada de Luxury siempre se mantenía frívola, estirando una que otra sonrisa que parecía convincente para dicha situación, pero a través de esos zarcos no había nada. Él no estaba enamorado, pero qué infortunio el de aquella dama pues, en su mirada esmeralda, cuando de aquel demonio se trataba el enamoramiento era tangible. Sentí pena por ella y luego pensé que Luxury no era una persona de enamorarse. Él usaba el amor como estrategia, más no como algo sentimental. Luxury no amaba a Hyuna, ni me amaba a mí o a cualquiera con quien se haya relacionado a lo largo de su vida. Él parecía huir de todo lo relacionado a los sentimientos, a aquello que sea tan tangible como el enamoramiento. Demostró dicho rechazo cuando le dije lo que sentía por TaeHyung, valoraba la sinceridad, pero no el romanticismo. Aunque, ese rechazo me demostró algo: Luxury no consentía nada romancista que tuviera que ver con TaeHyung. Sus expresiones podrían parecer vacías, pero decían más que mil palabras. No le gustaba la idea que yo amara a TaeHyung, o más bien que TaeHyung me amara a mí. Estaba sentado frente al espejo, suspirando al ver el reloj marcando las diez y con puntualidad fue Hyuna quien abrió la puerta y me observó sin decir nada, anunciando con su mirada que era el momento. Suspiré con pesadez y me dirigí hacia la puerta y comencé a seguirla. La mansión del bosque era bastante grande, un fragmento perdido de la teología y que sólo podía ser vista y habitada por demonios, brujas, dioses de la muerte, ángeles y descendencias de los anteriores. Había soñado con dicho lugar muchas veces después del suicidio de mi padre, pero no entendía cómo podía ver y estar en dicho lugar. Lo mismo ocurría con Lisa, quien sin problemas había entrado a la mansión y la conocía como la palma de su mano. No tenía forma de explicar eso, por lo que lo dejé pasar. Seguí a la pelinegra a un enorme salón cuyas paredes estaban pintadas de púrpura, con unas rosas color lila tapizadas. Me indicó que me sentara en la silla que encabezaba la mesa de aquella habitación y en silencio lo hice. Volvía a estar consciente y aquello le alegraba, el dolor también había desaparecido de la noche a la mañana, por lo que me pareció extraño y a su vez tranquilizante. Hyuna se sentó en una de las sillas a mi costado y encendió una larga pipa, parecíamos estar esperando por algo. Aún cuando tenía la curiosidad a flor de piel, no pregunté y esperé con ella en un lapsus de diez minutos. La puerta volvió a abrirse y un chico de cabellos blancos entró junto a una figura conocida que vestía siempre de rojo. Me sorprendí al ver que JiSoo efectivamente estaba viviendo en dicha mansión, nunca me había percatado de ella o la había escuchado, pero luego recordé que ella era una mujer discreta, que no era muy fanática de ser el centro de atención, incluso podía llegar a ser bastante impredecible. Ella me observó unos momentos y luego bajó la vista para sentarse en uno de los sillones. El albino dejó sobre la mesa una copa color negro y frunciendo el ceño, Hyuna miró a mi madrina. Para mi sorpresa, JiSoo no parecía estar ahí en ese momento. Ella no era alguien de distraerse, por lo que me pareció inusual que no acatara al llamado a su nombre las tres primeras veces. El golpe a la mesa que dio Hyuna y su nombre siendo gritado fue lo que la hizo despertar. - ¿Qué? -Cuestionó ella, sobresaltada. -Hm, cómo que estás en las nubes hoy. Te estábamos diciendo que si estás segura si esa es la copa. -Yo… no estoy muy segura. - ¡¿Cómo no vas a estarlo?! -Gritó Hyuna-. Luxury te explicó hace días que la libido puro tenía que ser servido en una copa en específico, tú eres la que sabe de eso, ¿Y no estás segura de si esta es la copa? ¡No me jodas, JiSoo! - ¿Libido? -Musitó JiSoo, abriendo mucho los ojos. -Oye, no deberías ser tan dura. -Apaciguó el albino. JiSoo bajó la mirada-. Sabes que ella ha estado ocupada en estos días con Kim SeokJin, ella no puede estar en dos lugares al tiempo. -Tengo entendido que ella es un demonio de un pecado capital, Felix. Que actúe como tal y sea útil. -Suenas como Luxury. -Arremetió Felix casi ofendido-. Deja de ser así, ¿Bien? Apuesto a que sí es la copa y sólo haces drama porque sí. -Luego de ello, volteó para ver a JiSoo-. Jis, está bien, ¿Vale? -Lo siento. -Expresó mi madrina-. No he estado conectada en estos días. - ¿Sí? Pues conéctate. -Bufó la pelinegra. -Hyuna, ya basta. -Intervino de nuevo Felix-. Te está haciendo daño pasar tanto tiempo con ese tipo. - ¿Qué? -Digo, nunca nos has hablado de ese modo. -Explicó el chico-. Luxury podrá ser el que esté al mando en este momento, pero ya tenemos bastante con soportarlo a él como para soportarte a ti, ¿Vale? Haznos el maldito favor de no hacer las cosas más martirizantes. Hyuna iba a refutar, pero la puerta volvió a abrirse y de ella emergió Luxury. Él había llegado hará media hora y sólo había entrado a la habitación para bañarse y vestirse, luego de ello se encargó de unas cosas pequeñas que al parecer no le llevaron mucho. Vestía mucho más formal que en la mañana, usando cómo no, prendas color negro con blanco. Los tirantes de sus pantalones negros eran cubiertos por su saco del mismo color, los botones de su camisa estaban desabrochados en los dos primeros y su corbata estaba ligeramente suelta. Sus zapatos tenían una plataforma cuadrada, de unos diez centímetros, no era algo raro, adoraba las plataformas incluso si su altura ya era la ideal. No llevaba guantes esta vez, pero los anillos se mantenían en su sitio, siendo el más sobresaliente en el dedo pulgar, cuyo rubí brillaba incluso sin luz. Su cabello estaba rizado en algunos puntos, casi despreocupadamente. Era el mismo Luxury de siempre, ese que explotaba sus encantos sin importar que ropa llevase. - ¿Sucede algo? -Cuestionó cerrando la puerta, mirando únicamente a Hyuna. -No es nada. -Contestó ella-. ¿Esta es la copa que necesitabas? Luxury observó la copa de color negro y asintió sin decir muchas palabras. Felix rio con sequedad, burlándose de Hyuna que lo miró de forma asesina. -Te tardaste en bajar. -Comentó Felix-. ¿Qué hacías? -Cosas. -Respondió en un suspiro, se acercó a mí para acariciarme el mentón. Olía a cigarrillos y a Whisky, pero no parecía estar ebrio como la última vez-. ¿Te portaste bien, Kookie? -Jódete. -Chisteé, rodando los ojos. -Tan tierno como siempre. -Comentó él, estirando una sonrisa con sus labios-. En fin, hagamos esto rápido. Hyuna, la daga. - ¿Eh? -Pronuncié confuso-. ¿Q-qué rayos harás? Hyuna le extendió una daga dorada y Luxury se arremangó una de las mangas de su saco y camisa, luego indicó a la chica que dejara la copa justo debajo de su muñeca. Ahogué un jadeo al ver a Luxury cortar sobre la piel de su muñeca, haciendo un profundo corte vertical desde su muñeca hasta el codo. Una enorme cantidad de sangre cayó dentro de la copa, sangre de un color amatista y brillante. El corte de su brazo se regeneró después y luego se reacomodó la ropa, tomando la copa para aproximarse a mí. La libido está en todos sus fluidos, pero se concentra más en la sangre. JiSoo también veía con los ojos muy abiertos dicha escena y se levantó al instante. -Hagamos esto rápido, bébelo. -Me ordenó Luxury. -No creas que lo haré. -Le dije-. Ni loco beberé de tu sangre. -No me hagas usar la fuerza, Jungkook. -Aseveró Luxury, inclinándose hacia mí. Nuestras narices rozaron un poco-. Última oportunidad. Bébelo. -No. Ya te lo he dicho Luxury, no voy a dejar que vuelvas a tocarme jamás. Luxury rio con sequedad y con una mano me tomó con fuerza de la mandíbula, apretando mis mejillas con la fuerza suficiente como para que mi boca se abriera un poco. Comencé a moverme frenéticamente para evitar que pudiese darme de la copa. Luxury gruñó frustrado y cambió la posición de su mano a mi cuello, apretó con fuerza hasta lograr asfixiarme y clamar por el aire, sin mencionar que el dolor de siempre ya estaba en unos límites que desconocía y que trataba de a toda costa superar para no caer en sus juegos. Luxury logró colar el líquido en mi boca, pero cuando iba a obligarme a tragarlo unos cuchillos de oro volaron de repente hacia él, no con la intención de lastimarlo, pero sí de asustarlo o mínimamente aturdirlo. Apenas pudieron rozarlo, pero uno de ellos logró tirar la copa al suelo y que un poco de la sangre se derramara. Luxury volteó en dirección de donde provinieron los cuchillos y arqueó ambas cejas al ver que había sido JiSoo la que los había lanzado. Como pude escupí en el suelo lo que quedaba en mi boca, aunque un poco de esa sangre había logrado ser tragada. De repente me sentí mareado. - ¿Y a ti qué te pasa? -Inquirió Luxury, tratando de sonar calmado, pero se notaba que no estaba muy feliz. - ¿Qué quiero? ¡Quiero que lo dejes en paz! Jungkook no va a soportar ese líquido, vas a terminar matándolo. -Espetó ella, un ligero humo color carmesí la rodeaba y sus ojos brillaban en un rojo intenso, incluso pude distinguir dos enormes alas color negro saliendo de su espalda. Tuve un pequeño y fugaz recuerdo de mi infancia y supe que no era la primera vez que la veía con esa forma-. Pero esa es tu intención, ¿No? Por eso no te importa. Luxury no respondió, pero no le quitó los ojos de encima a la mujer que vestía de escarlata. Hyuna y Felix estaban paralizados y yo no sabía cómo reaccionar, todo me daba vueltas y quería vomitar. El dolor era insoportable y por un instante quise gritar. JiSoo se acercó a mí, golpeando con su hombro el de Luxury y me tomó para ayudarme. -Ven, Jungkook. Te daré algo para que te sientas mejor. - ¿Qué coño crees que haces, dama roja? -Cuestionó Hyuna esta vez-. ¡Vas a joderlo todo! - ¡Jungkook ya ama a ese muchacho! Si cometen acto sexual esta noche será igual, ¡Luxury lo quiere drogar porque también quiere aprovecharse de él! - ¿De qué lado estás, uh? -Interrogó Hyuna-. Se supone que estás de nuestro lado, ¿Qué coño nos importa si este humano es abusado sexualmente o no? Si es por cumplir nuestro objetivo, no nos debe importar. -Lamento que tengas muchos resentimientos en tu vida, Hyuna, pero que a nadie le haya importado que el maestro SomChai Manoban haya abusado de ti cuando eras su aprendiz no es nuestro problema, ¿Sí? Deja de ser tan putamente incoherente, porque si nos vamos por tu lógica, tu violación era necesaria para un rito. No es importante. JiSoo me tomó con suavidad y me recargó en uno de sus hombros para llevarme a algún lado. - ¡Eres una…! Cunado Hyuna iba a arremeter contra JiSoo usando su magia, Luxury la detuvo tomándola de la muñeca y tirando de ella hasta hacerla chocar contra la propia mesa. No escuché la voz de Luxury hasta que salimos de allí. El dolor se esfumó de repente y sólo me quedaban las ganas de vomitar. JiSoo me llevó hasta el baño de la mansión, donde me dejó frente al retrete para vomitar lo que pudiera. Así lo hice, terminé arrojando al inodoro una enorme cantidad de un viscoso líquido amatista que tenía pequeños toques color negro azabache. Paré para tomar aire y JiSoo me extendió un pequeño frasco de vidrio que contenía un líquido escarlata. La miré con cierta desconfianza, pero ella sonrió con dulzura después de suspirar. -Es una poción para evitar el efecto de la libido, podrás haber vomitado, pero ya tienes muchas dosis en tu cuerpo. Tomé el frasco y bebí todo el contenido antes de levantarme y tirar de la cadena. Me limpié la boca con el dorso de mi mano y me miré al espejo, viendo que no estaba en muy buen estado. JiSoo se posó a mi lado, viéndome a través del espejo. -Creí que era mentira eso de que estabas aquí. -Le dije-. ¿Dónde has estado? -Últimamente he estado muy ocupada, ya no tengo muchos asuntos aquí en Londres. - ¿Por qué trabajas para Luxury? -Le cuestioné-. Él no es de fiar. -Lo sé, Kook. Pero, ya conoces mi naturaleza. Entre demonios nos entendemos, aunque Luxury es un perro necio. No soporté verte así, eres como mi hijo, Jungkook. Nunca permitiré que te hagan daño. Reí sin gracia. -Así que no era una pesadilla. - ¿El qué? -El que eres un demonio. -Respondí, apartando mis ojos del espejo para verla-. Un demonio que cayó en el segundo pecado capital. -La gula. -Afirmó ella-. Tu padre cayó en el séptimo pecado capital. -La ira. -Por eso confío en ti, Jungkook. Tú lo entiendes, tú crees en esto. -Me crie en medio de esto, JiSoo. -La ira y la soberbia son los dos pecados más poderosos y mortales que Dios pudo castigar. La ira crece dentro de ti desde que tu padre te la dejó, entiendes todo esto, Jungkook. Por eso lo sabes, has visto demasiado. -Odio entenderlo, odio haber visto demasiado. JiSoo acarició mi mejilla con lentitud. -Lo sé. Resoplé por la nariz, bajando mis ojos a mis dedos. - ¿Vas a apartarte de Luxury después de esto? -Le pregunté, ella se encogió de hombros. -No lo sé. -Considéralo. - ¿Tú vas a apartarte de TaeHyung después de lo que suceda esta noche? No dudé en dar mi respuesta. -No. Ella sonrió enternecida y dio un apretón a mi mejilla. -Está bien. -Luego, añadió-: No dejes que Luxury te ponga un dedo encima. Él ha estado consumiendo tu alma lentamente, él es un íncubo, por lo que con cada contacto va devorando una pequeña porción de tu alma. Asegúrate de contarle todo a TaeHyung sin que Luxury lo sepa. Deberás dejar que TaeHyung caiga en su tentación antes de que esta lo termine matando, pero después de eso deben huir de aquí. Si se quedan, Luxury te matará. - ¿Por qué lo haría? -Cuestioné. -Luxury está completamente loco. -Afirmó JiSoo-. Está obsesionado con su hermano y llegará a cualquier extremo para tenerlo sólo para él. No estás a salvo aquí, ni tú ni TaeHyung. Deben escapar. - ¿Y a dónde se supone que iremos? -Lalisa va a ayudarlos. -Aseveró con seguridad-. Tenlo por seguro. Debes irte ya, no quiero que te haga daño. JiSoo se quitó su collar y lo dejó en mi mano. El dije era una cruz de plata, la cual era el recordatorio de que mi madrina fue una gran devota de Dios. Una mujer religiosa que por ser infértil se refugió en la comida, la cual parecía calmar su enorme depresión. JiSoo se había entregado al pecado al beber de la copa, esa copa de la cual siempre solía beber. Dejó de ser humana para todos, pero yo la seguía viendo como la misma mujer dulce que era, sólo que esta vez era feliz porque había logrado concebir dos hijos, dos mellizos. -Si estás en peligro, invócame. -Me dijo-. Estaré ahí para protegerte. Asentí y me colgué el collar. JiSoo dejó un beso en mi mejilla y salió conmigo. Luxury ya estaba en la puerta, mirando su reloj de bolsillo, los dos demonios compartieron una mirada cargada de toda la ira del mundo y luego JiSoo subió al segundo piso de la mansión, haciendo eco con sus zapatos. Me acerqué a Luxury suspirando y luego lo miré fijamente. - ¿Quieres que TaeHyung caiga en su tentación? Bien. Pero vas a mantenerte completamente alejado, no vas a tocarme, ni vas a tocar a TaeHyung. -Estás muy seguro de tus palabras. -Advirtió Luxury, abriendo el portón-. No quieres jugar así, Jungkook. - ¿Estás seguro de que soy yo el que no quiere jugar de esta forma, Luxury? Tu propia enfermedad te ciega, crees que has ganado cuando en realidad lo has perdido todo. Perdiste a tu padre, perdiste el amor de tu hermano y después perdiste la cordura. Mi padre también tenía una segunda personalidad, ¿Sabes? Lo vi hundirse lentamente en la oscuridad hasta que -Formé con mis dedos una pistola y los posé en la frente de Luxury, luego pronuncié un “Bang” y moví la muñeca hacia arriba, simulando un disparo- todo se silenció. Eres demasiado evidente, Luxury, Vante te está arrastrando a una locura absoluta y a un miedo tan tangible que te forma un vacío en el corazón que desesperadamente quieres llenar con todo lo que hacía feliz al dueño de ese cuerpo. Detestas la melodía del violín, ya no tienes ideas para escribir poemas, detestas el aroma a té blanco y detestas a TaeHyung y porque lo detestas quieres amarlo como Vante lo hizo en su momento, o quieres ser amado como TaeHyung amó a Vante; o como me ama a mí. Estoy completamente seguro de jugar de esta forma, Luxury, si vas a matarme, hazlo, pero eso no va a llenar ese vacío de tu interior. Fui el primero en salir de la mansión. La luna era de color amatista.
‧͙⁺˚*・༓☾ Introducción: Conversión☽༓・*˚⁺‧͙
1861. Bangkok, Tailandia. No sé quién vaya a encontrar esto, pero quiero que esto sea lo último que deje antes de morir. Existen siete tentaciones en el mundo terrenal: La Lujuria, La Gula, La Soberbia, La Pereza, La Envidia y La Ira. He logrado estudiarlas y puedo entenderlas ahora con un poco más de claridad. Estas tentaciones se refugian en siete objetos a los que se les llama "Contenedores". No existe un registro exacto de cuánto tiempo tienen de existencia, pero estaríamos hablando de miles de años atrás. Tal vez desde que el hombre comenzó a habitar en la tierra. Los contenedores tienen un poder tan grande, que estando los siete juntos podrían incluso superar el poder de Dios, podría jurar que dicho poder lograría hasta matarlo. Este poder, si cae en las manos equivocadas, podría causar una gran catástrofe a nivel mundial. Un choque de mundos: La luz y la oscuridad, el blanco y el negro. Puedo explicarlo diciendo que el infierno llegaría a la tierra y el Reino de los cielos terminaría siendo destruido, con su rey siendo revocado. He descubierto cómo prevenir esta catástrofe, lee con atención. ¡La llave es la clave! La Ira es el mal más grande que jamás existió, la madre de todos los pecados del hombre. La llave puede dividirse y tener varios portadores, pero su forma la toma en tres objetos: La katana, el rifle y la daga. Mi hija tiene la katana, está oculta en el castillo de La Corte, bajo el cuadro las margaritas. El rifle está en Londres, al igual que la Daga. Si juntan estos tres objetos podrán destrozar los demás contenedores y acabar con toda esta locura. ¡Destruyan los objetos! Y así liberarán las almas de los contratistas que tuvieron el infortunio de toparse con ellos. Hija mía, mi querida Lalisa; si lees esto, sólo te pido que encuentres la katana. Tu hermana se ha llevado todos los contenedores y ahora la muerte me espera con ella. Quiero que seas fuerte, que te comportes bien con los Kim y ten cuidado con el gemelo maldito, el de los ojos muertos, ten mucho cuidado con él. Los demonios son muy astutos, no te dejes dominar por sus juegos sucios. Sé fuerte. Confía en JiSoo, ella cuidará de ti desde la lejanía. Destruye los objetos, cariño, reúne las divisiones de la llave y libera a todos los que puedas de esta maldición. No pienses en tu hermana Hyuna, ella ya está perdida. Sé valiente, cielo. Encuentra La Corte, donde siempre ibas a jugar, sé que lo recuerdas muy bien porque sé eres muy lista. Recuerda: La llave es la clave. Acaba con todo esto, Lalisa. Despierta al mal que luche contra el mal. Fuego con fuego. Despierta aquello de lo que tanto te advertí. Sé valiente. Despierta a Némesis.
Att: SomChai Manoban.
Ira, Capítulo XXV: Jeon Jungkook
Luxury no dijo nada hasta que llegamos a la catedral. Se mantuvo en un silencio sepulcral en todo el trayecto, algunas veces tarareando melodías que llegaban a su cabeza y otras simplemente eran el sonido de su exhalación al fumar. Se habría fumado casi ocho cigarros seguidos en el camino y eso en definitiva no pintaba nada bien. Me anoté dicho detalle para preguntarle a TaeHyung. Entendía que Luxury fuera un fumador bastante activo, pero en el poco tiempo que me tuvo en cautiverio lo había visto tan ansioso por fumar. Tras acabar un cigarrillo, seguía con otro, y otro, y otro. Lo mismo ocurría cuando bebía. Recordé cuando me torturó en medio de su embriaguez, esa sería la primera vez en que lo veía en dicho estado. Luxury no parecía ser alcohólico y por eso mismo concluí que algo lo estaba estresando. O en su defecto, cabreando. A mitad de camino se detuvo, justo cuando íbamos a doblar en la esquina para llegar a la catedral. Al girarme, Luxury tiró su octavo cigarro al suelo y lo pisoteó con su calzado. Su mirada era sombría pese a que sus zarcos brillaban de forma distintiva en medio de la noche, en las desérticas calles de Londres. Algo había cambiado en sus expresiones, en su mirada, en su aura, en todo. Me carcomió el miedo al ver que Luxury estaba completamente inexpresivo. ¿Cómo podía decir tanto con una mirada tan neutra? Su silencio y que estuviera tan quieto me había intimidado en su momento, luego cuando se acercó, la garganta se me secó. Su altura, con la ayuda de las plataformas de sus botas, lo hacían ver incluso más amenazante que las otras veces que me había encarado en medio de su tortura. El pánico comenzó a amenazarme por dentro, revolviendo mis entrañas como en un remolino. Me quedé quieto, al verlo tan cerca, el fuerte olor a cigarrillos me golpeó como si de cloroformo se tratase. Lo que antes era aroma agradable, se había vuelto en un veneno que te mataba con sólo respirar. Sentí un escalofrío cuando su aterciopelada voz fluyó separando sus labios, moviendo su lengua de una forma lenta. Midiendo con precisión sus palabras, palabras en las que tal vez había pensado en todo el camino. -No quieres jugar conmigo, Jungkook, no quieres. -Pronunció, luego soltó una risa corta-. Haré lo que me dices. Quédate con TaeHyung esta noche, deja que consuma su tentación contigo, deja que su piel se funda con la tuya y que la luna sea testigo de su lascivo sacrificio. Pero entonces, nuestro juego va a comenzar, pequeño conejito. Deja de jugar con el cazador si lo que quieres es no ser cazado. -Acarició con suavidad mi mejilla, subiendo hasta mi cabello-. Voy a matarte, Jeon, voy a despellejarte como a un maldito conejo en temporada de caza. - ¿Por qué desperdicias tu saliva con tus amenazas? -Inquirí en un susurro, tratando de mantenerle la mirada. Mis dedos temblaban al ver que sus ojos no expresaban absolutamente nada. No estaba alterado, ni enojado, nada. No había nada. -A tu padre no le avisaron que iba a morir, ¿O sí? -Uno de sus dedos se enroscó en mi cabello, jaló con fuerza para sacarme un quejido-. Acuéstate con TaeHyung esta noche, Jungkook. Grita su nombre para que te lo grabes a la perfección, hasta que te quedes sin aire y el orgasmo sea tan potente que te haga reír al final. Quiero que recuerdes muy bien ese maldito momento antes de que tú y yo nos enfrentemos como se debe. Estabas muy seguro de querer jugar así conmigo, pues bien... Juguemos. Y tras decir eso, desapareció un manto de humo índigo. Me quedé paralizado unos momentos, intentando regular mi respiración. El corazón me latía a mil por segundo y el mal cuerpo me consumía por completo. - ¿Jungkook? Me tranquilizo un poco al escuchar la voz de TaeHyung a mis espaldas y al girarme para confirmar que se trataba de él, inmediatamente me lancé a sus brazos para abrazarlo con fuerza. Aunque no correspondió a mi abrazo, me sentí seguro con sólo sentir su aroma, su calor, su respiración. Él, simplemente él. - ¿Dónde está Luxury? -Me preguntó al apartarme con suavidad, miré sus bellos y brillantes ojos. Su nariz, sus labios, su azabache cabello. Todo, todo de él. Era él. Era él. -No quiso venir, además, soy yo quien debe hablar contigo, soy yo el que te debe explicaciones. -Ya, entiendo. -Murmuró TaeHyung, observó la fachada y luego regresó su atención a mí-. ¿Hablaremos fuera de la catedral? -Entraremos. -Le dije, TaeHyung frunció el entrecejo-. Mira, en serio debo explicarte muchas cosas, Tae. Si tan sólo confiaras en mí unos minutos, por favor... Te lo explicaré todo, ¿Sí? Por favor. TaeHyung asintió lentamente y murmuré múltiples veces "Gracias". Saqué el manojo de llaves que Luxury me había pedido guardar esa tarde y con las manos temblorosas abrí el enorme portón del templo. Lo sostuve para que TaeHyung entrara primero y cuando lo hice, entré yo, cerrando con llave. - ¿El sacerdote Lee no nos descubrirá aquí? -Cuestionó TaeHyung, caminando por el sitio, admirando las pinturas y las estatuas. -El sacerdote Lee viene en madrugada, este sitio es únicamente para las eucaristías. -Expliqué-. La casa pastoral queda a una cuadra de aquí. La catedral está completamente desolada a estas horas. -Ya... Era hiriente la indiferencia de TaeHyung, pero luché con no lanzarme a sus brazos y suplicar por su perdón incluso si no era mi culpa. TaeHyung tomó asiento en una de las sillas de adelante y me senté junto a él. Los dos nos quedamos en silencio unos segundos, aclarando las ideas de nuestra mente. La ansiedad me estaba volviendo loco, el hecho de tenerlo ahí a mi lado me ponía los nervios de punta y todo el discurso que había preparado para ese momento se volvió borroso hasta volverse completamente blanco. Tomé aire y me preparé para romper el silencio. -Supongo que tienes muchas preguntas en este momento. -Empecé, TaeHyung giró su cabeza para verme, escuchando con atención. Me sentí aún más nervioso-. Antes que nada, TaeHyung, lamento mucho lo que ha sucedido en estos días, pero te aseguro que es un completo malentendido. Pausé. TaeHyung se quedó en silencio, dejándome hablar. Me sentí autorizado en continuar con mi explicación, por lo que sin tener el valor de mirarle me quedé viendo el suelo, jugando con mis dedos. -Mi familia es extremadamente devota a la religión. -Comencé a relatar-. Mi padre biológico hacía parte de la guardia real y mi madre era sastre. Vivíamos en Francia, en París respectivamente. Papá solía viajar mucho debido a su trabajo, por lo que a causa de eso nos mudamos aquí a Londres. Soyeon y yo nos manteníamos en casa, como el dinero era bastante limitado, compartíamos tutor para nuestras clases particulares. Al ser estas tan caras, Soyeon renunció a ellas y a consecuencias de ello tuve que renunciar también. En fin -Suspiré, tratando de no entrar en muchos detalles-, como te dije antes, éramos muy devotos a la religión, por lo que temas como el sexo o cosas respecto a ello eran completamente desconocidas para mí, hasta el sol de hoy sigo sin entender la más puñetera idea de cómo funciona ese mundo. Cuando mi padre biológico falleció, mi madre no tenía tiempo para explicarnos eso, cuando volvió a casarse y Rosé llegó a la familia, las cosas se calmaron un poco. No duró mucho porque mi padrastro cayó enfermo de forma extraña y falleció, por lo que tuvimos que apañarnos como fuese. Rosé, Soyeon y Mamá trabajaban tiempo completo en la sastrería, yo vendía mis pinturas a la realeza y a la aristocracia, al menos las ganancias nos daban para sobrevivir. No teníamos tiempo ni para hablar de nuestro día, por lo que la charla respecto al sexo estaba en el completo olvido. Así fue nuestra vida hasta que te conocí a ti. Obtuve el valor para verlo a los ojos. TaeHyung me observaba con atención, con una mirada pacífica que inspiraba total tranquilidad. Quise acariciar su rostro, tomarlo entre mis manos y observarlo hasta el fin de nuestros días. Me contuve de hacerlo para no asustarlo o presionarlo y seguí relatando. -TaeHyung, las sensaciones que me causas son completamente indescriptibles. Créeme si te digo que te amo como nunca he amado a nadie en mi maldita existencia y -Tomé aire, las lágrimas se estaban acumulando en mis ojos- no creo poder amar a alguien más que no seas tú. Sé que estás molesto, sé que debes odiarme y sé que la he cagado. Cuando te propuse eso con Luxury en esa estúpida carta, ¡No sabía lo que decía! Nunca me explicaron lo que era aquello, dije un montón de tonteras que te hicieron daño. -Odiar es una palabra muy fuerte, Jungkook. -Dijo TaeHyung por primera vez- . No te odio. -Pero... -Continúa. -Vas a llamarme loco después de esto, pero te pido por favor que me escuches hasta el final. -Supliqué-. Luego de explicarte, si no quieres volverme a ver, lo aceptaré y te dejaré en paz. Sólo te pido que por favor me escuches. Su silencio me autorizó a hablar. Tuve el valor de tomar una de sus manos, estaban tibias y se sentía confortantes ante la nevada que eran mis manos. TaeHyung no me acarició de vuelta, pero tampoco apartó mi mano de la suya. -Mi padre biológico se suicidó cuando tenía dieciséis años, se pegó un tiro en la cabeza con un rifle. Llevaba tiempo actuando como un psicótico, llegando al punto de que me apuntó con su arma, cuando intentó disparar no salió nada del cañón, es una larga historia. El punto es que estaba completamente loco, decía que escuchaba voces y una de ellas le pedía que se matara. Presencié el momento donde lo hizo y junto a su cadáver vi a una figura alada de brillantes ojos verdes que sonreía en la oscuridad apenas me vio. -Tomé aire, estaba realmente nervioso-. Mi familia es constantemente acechada por demonios. Sé que suena loco, pero hemos vivido tantas cosas que contarlas me llevaría toda la noche. El sacerdote Lee bendice la casa cada mes, todo bajo la discreción para evitar rumores, por lo que la actividad anormal de la casa se vuelve levemente amena. Desde que era un niño puedo detectar presencias, energías, cosas por ese estilo. Mi madrina JiSoo me dijo que nací con eso y que no debería avergonzarme de ese -Hice comillas con mis dedos- "don". Supe distinguir demonios cuando la energía de mi madrina se volvió pesada, sin mencionar el intenso aroma a sangre que emanaba de su cuerpo. Ella es un demonio, se convirtió en uno hace un par de años por involucrarse en cosas oscuras a causa de su depresión, eso ya es otra historia. -En otras palabras, puedes detectar cosas sobrenaturales. Asentí. TaeHyung asintió también e hizo un ademán con su mano para que continuara. Me confundí por su reacción y fruncí el ceño. -Alto, ¿No crees que estoy loco? -Kook, viví con Lisa y Luxury: Los seres más extraños de la tierra. No soy muy creyente en esas cosas, lo admito, pero ellos dos son todo lo contrario a normal. En especial, mi hermano. -Entonces, ¿Me creerías si te dijera que tu hermano es un demonio? -Tendría sentido. -Admitió TaeHyung-. Eso sí, tendrías que explicarme por qué piensas eso. Por supuesto que lo hice. -Tae, existen varios tipos de demonios, pero te hablaré de uno en específico: Los íncubos. Son demonios sexuales que consumen el alma de su víctima por medio del contacto físico, en especial el sexual. Lo hacen por medio de la hipnosis, la parálisis del sueño y ya a consciencia si es invocado mediante rituales. Luxury es un íncubo puro, es decir, es su verdadera forma y naturaleza, no puede cambiarla. Puede cambiar de forma dependiendo de los gustos y preferencias de la víctima, pueden tomar la forma de cualquier persona y hacerse pasar por ella para cumplir con sus objetivos. -Pausé y relamí mis labios-. Ese día donde me besaste en tu habitación, Luxury nos descubrió, pero hubo algo en su mirada que me dejó hipnotizado y no en el buen sentido. La presencia de un Íncubo posee una energía bastante fuerte, que puede llevar en aumento la excitación y el deseo sexual, por eso me excitó la idea de que Luxury nos estuviera viendo. Su energía es tan potente, que el sentido común pasa a un segundo plano. Por eso te propuse esas tonterías en aquella carta. -Tiene algo de sentido, Pero, ¿Qué pasa con lo que pasó después, hm? Te acostaste con mi hermano. -TaeHyung, como te digo, puedes llamarme loco después, pero todo tiene su explicación. Ese día cuando huiste, la razón por la que te aparté, es porque por alguna razón Luxury logró tener un poder sobre ti para controlarte. ¡Sé que suena loco! Pero, Luxury encontró una forma de perturbar tu mente y controlarte, llevando a tu personalidad a un segundo plano por unos momentos. Es... -Suspiré-... Como lo que le pasó a Vante. TaeHyung cambió su expresión a una pensativa, como si no hubiese escuchado una explicación sobre su verdadero hermano desde hace tiempo. Una oleada desesperanza pareció envolverlo, pero no dijo nada al respecto. -A mi padre le sucedió algo así cuando intentó matarme de un disparo, JiSoo también tuvo esas lagunas en su transformación. No digo que Luxury sea responsable de todas, pero los demonios pueden hacer eso siempre que haya una conexión de por medio. Aún no sé qué te conecta a él, pero apenas lo descubra haré todo lo posible en liberarte. -Mi voz se quebró y un par de lágrimas se me escaparon. Sentí la mano de TaeHyung posarse en mi hombro y pacientemente esperó a que me calmara-. Cuando huiste de la mansión, decidí que lo mejor era hablar con JiSoo, pues ella es la que sabe sobre eso. Ella vivió en una mansión en medio del bosque y yo iba muy seguido allí para jugar con su hijo adoptivo BaekHyun y con Sana. JiSoo no estaba y fue Luxury quien me recibió, como Lisa venía conmigo, ella se fue con un chico y yo me fui con Luxury. Lo enfrenté, le dije absolutamente todo lo que sabía y él no pareció alterarse por eso. Me acorraló y... Me obligó a besarlo, cuando lo hizo mordió mi lengua para inyectar algo y... -Espera. -Interrumpió TaeHyung-. ¿Luxury te drogó y te forzó a acostarte con él? -Los íncubos poseen un líquido extra en sus fluidos al que llaman "Libido". Cuando ese líquido es inyectado a una persona, esa persona pierde la capacidad de razonar y deja una puerta abierta en la mente para el demonio que inyectó la sustancia. Cuando se deja esa puerta abierta, el demonio puede acceder y hacer que hagas lo que él pida. Luxury quería que yo me acostara con él para separarme de ti y me forzó a hacerlo. Ese control se mantiene por varios días, ya cuando se recupera la razón, los resultados no son muy favorables. Luxury ha estado consumiendo mi alma por unos días que me tuvo cautivo en la mansión del bosque, por lo que -Bajé el cuello de mi camisa para mostrarle la marca de la rosa de mi cuello, la cual ya estaba casi culminada- ya no hay nada para revertirlo. Si tienes dudas por lo del cautiverio, en esa inconsciencia, Luxury al parecer logró convencerme para pasar una temporada con él a causa de lo que estaba sucediendo en mi casa por el tema de mi homosexualidad. Cuando recuperé la razón, volví a enfrentarlo, él prometió en vano no volver a tocarme y me llevó con él por medio de amenazas. Me dijo que, si no cooperaba, te haría daño a ti y yo no iba a permitir eso por lo que cedí a todo. Me tuvo encerrado, inyectándome ese veneno cada cuatro horas y torturándome cada que podía. Me soltó porque dijo que tenía que explicarte todo, claramente, no podía contarte la verdad. La idea inicial era mentirte, él estaría aquí y tenía que acostarme con los dos. De no ser porque JiSoo me salvó, te estaríamos forzando a hacer algo y yo... Sólo me queda pedirte perdón, TaeHyung. Perdóname. El llanto ya no podía ser retenido y tomando sus manos le clamaba por su perdón, dejando mi corazón destrozado en sus cálidas manos. TaeHyung suspiró y apartó sus manos para atraerme en un abrazo. Sollocé en su pecho, murmurando sin cansarme múltiples "Perdóname". TaeHyung acariciaba mi cabello en medio de ese cálido abrazo y cuando sintió que me calmé me apartó un poco, secando mis lágrimas con sus pulgares. -Me acabas de contar que te obligaron y torturaron, ¿Por qué me pides perdón? -Porque te lastimé. -Fue un malentendido. -Dijo, acariciando mi espalda con suavidad. Oculté mi rostro en la curva de su cuello y su hombro-. ¿Quieres saber por qué dolió tanto? Asentí sin apartarme de él. Tenía mis manos empuñando la tela de su ropa, aferrándome con tal fuerza que temía que todo eso fuese irreal. -Luxury siempre me hizo sentir inferior. Desde... La muerte de mi hermano y mi padre, me sentí demasiado solo, con el corazón roto y me encerré en mi mundo. Cuando te conocí, me enamoré perdidamente de ti y sentí que la esperanza volvía a mí. Fue tan doloroso enterarme de lo de Luxury que comencé a pensar que me habías usado para acercarte a él. Yo también debo disculparme porque saqué conclusiones precipitadas sin hablar contigo antes. Sólo que... Estoy tan acostumbrado al abandono, que no lo vi de otra forma más que un acontecimiento más de mi vida diaria. Levanté mi cabeza para verlo a los ojos y como quise hacerlo antes acaricié su rostro con delicadeza, gozando de la suavidad de su piel, de lo etéreo de su rostro, de su ser. Lo amaba, lo amaba demasiado. Kim TaeHyung era mi serendipia. -Te amo, TaeHyung. -Le dije sin dudarlo-. Te amo a ti y sólo a ti. Jamás pensaría en alguien más que no seas tú, yo elegí amarte desde aquel día que te vi en la sastrería. Te amé cada día en que descubría más de ti con cada encuentro casual donde no sabías de mi existencia y te amo desde que me dejaste pintarte cuando me viste en la ventana. Soy el artista que se enamoró de su musa y te aseguro, mi vida, que el enamoramiento del artista es para toda la eternidad. Porque nunca el artista encontrará otro ser más bello que su alma gemela. Nunca dudes de lo que siento por ti, Tae. Porque es el sentimiento más tangible que vas a hallar en toda tu vida y en las siguientes. -Para, vas a hacerme llorar. -Aseveró sonriendo, pude ver unas lágrimas acumularse en sus ojos-. Yo también te amo, Jungkook. No lo veo de otra forma. Ven aquí. TaeHyung volvió a abrazarme con fuerza y nos fundimos en el calor del otro, sintiendo cómo nuestros corazones se reparaban mutuamente. Nuestras lágrimas eran euforia en su máximo esplendor y cuando juntamos nuestros labios sentí que la vida volvía a mi cuerpo, sentí de nuevo mis piernas, mis manos, mi corazón. Todo volvía a ser palpable y tangible al ser sus labios encajando con los míos lo primero que pude volver a sentir. Vivir volvía a valer la pena, mientras él estuviera a mi lado. Al separarnos juntamos nuestras frentes, manteniendo nuestros ojos cerrados. -Ahora que lo pienso -Musité, rozando sus labios-, no tengo dónde quedarme. No quiero regresar a la mansión del bosque ni mucho menos con mi madre. TaeHyung abrió los ojos y dejó un casto beso en mis labios antes de hablar. -Puedes venir conmigo. Vivo con Irene en la mansión que heredó por nuestro matrimonio, antes de que lo preguntes, ella entiende la situación y fingimos ser una feliz pareja de casados cuando se trata de asuntos de la realeza. Ella y yo sólo somos amigos, ella tiene a su novio y yo te tengo a ti. Ella estará feliz de verte. -Me parece perfecto, aunque, ¿Ya me consideras tu novio? -Sólo es cuestión de que me digas tu respuesta. Sonreí y volví a besarlo lento. -Acepto ser hasta tu esposo. -Algún día seremos eso. -Me conformo con ser tu novio y estar contigo el tiempo que dura un matrimonio con amor. Nos besamos una última vez hasta que nos levantamos y tomados de la mano salimos de la catedral. No pensé en su tentación, ni en la amenaza de Luxury y en las consecuencias que me traería estar con TaeHyung. Y, a decir verdad, no me importaba. Con TaeHyung me sentía a salvo. El futuro era incierto, pero si estaba con él, ya no me paralizaba más. Ya no tenía miedo.
Soberbia, Capítulo XXVI: Park Jimin.
Enero 21, 1876 Londres, Inglaterra. Siempre me dieron miedo los desconocidos. Mamá era una desconocida, papá era un desconocido, ChanYeol era un desconocido, todos los que estaban a mi alrededor eran desconocidos y no me gustaba. Cuando era niño, recuerdo que mi madre nos advertía siempre a mi hermano y a mí lo mismo antes de salir a la calle a jugar con los otros niños. -No acepten dulces de extraños. Los niños con los que jugábamos eran desconocidos y solían llevar dulces para comer. Unos días eran dulces de manzana, otros eran chicles de fresa, otros chocolates, y otros bombones. ChanYeol, con sólo ver un dulce, comía al instante, rompiendo la regla de nuestra madre. Esos niños eran desconocidos, de la clase media de las calles más remotas de la ciudad, no los conocíamos y nunca les recibí un solo dulce. Siempre me llamaron amargado, por ser tan callado o limitado antes las cosas y a causa de eso comencé a mantenerme más en casa viviendo con desconocidos. Mis padres pocas veces estaban en casa y cuando ChanYeol se casó me acostumbré a tener una enorme mansión con lujos para mí solo y eso me hacía feliz, pues me conocía y no tenía miedo de estar conmigo mismo. No había desconocidos, sólo el amable mayordomo que me daba espacio para sentir la compañía de la soledad. Me la pasé solo unos largos años, hasta que llegó un día donde en mi soledad quise salir a caminar y en el trayecto una melodía de violín me detuvo. Lo vi por primera vez en su balcón, tocando el violín de una forma sublime, bella, suave y armónico. Al azar la vista distinguí su cabello rubio, su mirada perdida y muerta y me sentí totalmente flechado. Él se percató de mi presencia y chocamos miradas. Luego de ello, de un silencio tan incómodo, desapareció y cuando quise irme la puerta de la mansión donde residía se abrió. - ¿Me escuchaste? -Preguntó con un tono de voz tímido. -Sí, lo siento, no quería hacerte sentir incómodo. -Está bien. -Dijo rápidamente-. Es sólo que no suelo tocar ante un público, mi padre es el único espectador que he tenido y es raro. -Entiendo. Unos segundos de silencio después, volví a oírlo. -Me llamo Kim Vante. -Se presentó estirando su mano con una sonrisa pusilánime. -Un placer, Vante. Yo soy Park Jimin. Kim Vante Luxury no era un desconocido, o desde ese momento no lo era. Ese día me invitó a pasar y nos conocimos con sólo conversar de cosas amenas. Luego de ello, los años nos hicieron inseparables y no temía de estar junto a él. Sólo conocía a Vante y por sólo conocerlo confiaba plenamente en él. Al poco tiempo me terminé enamorando perdidamente de su persona, pero sin tener chance de tan siquiera asimilarlo, Vante había desaparecido y me quedaba conocer a Luxury, quien seguía siendo un desconocido en el cuerpo de un conocido y me confundía demasiado. Luxury y Vante siempre fueron muy distintos y eso las hacía dos personas completamente diferentes. Con Luxury tuve que empezar de nuevo lo que había hecho con Vante, aunque las preferencias no cambiaban, sus respuestas se escuchaban tan distintas que yo las asimilaba como nueva información y por ello me obligué en confiar únicamente en Luxury sólo por ser algo de Vante, incluso, si era el resultado de una enfermedad que lo había llevado a la muerte y que lo que estaba controlando su cuerpo era un total extraño. Confiaba únicamente en él y todo se lo cuestionaba primero a él. Ese día no había sido la excepción. En la mañana, el carruaje nos llevó a la nueva residencia de Luxury. Una mansión que había pertenecido a su padre y que había heredado por el testamento del mismo, vivía totalmente solo, aunque no pasaba mucho tiempo allí. Mis padres se notaban ciertamente inquietos, mi hermano estaba pensativo y yo no sabía lo que estaba sucediendo. Un mayordomo nos abrió la puerta y nos guio hasta el despacho de mi mejor amigo, donde lo encontramos leyendo un libro mientras fumaba. Conté cuatro cigarros en el cenicero de su lado, noté que estaban recién apagados y eso no era nada bueno. Luxury se quitó sus lentes de lectura y cerró el libro, apagó el cigarro y nos invitó a sentarnos. - ¿Cómo han estado? -Preguntó, sacando de la cajetilla otro cigarro que encendió y caló casi de forma ansiosa. -Hemos estado bastante bien, joven Luxury. -Contestó mi madre-. Estamos ansiosos por conocer al nuevo tutor de nuestro hijo. -Me alegra su entusiasmo, ¿Tú estás bien con eso, Jimin? Me tardé un poco en responder, pensando en que se trataba de un desconocido el tutor que Luxury me había asignado. Luxury sabía que me daban miedo los desconocidos y me sentí molesto por su decisión tan repentina. -No estoy muy seguro. -Le dije-. Me gustaría hablarlo contigo en privado. - ¿No estás de acuerdo en algo? -Me cuestionó, el humo acompañó su pregunta. Luxury sólo fuma en exceso cuando está enojado o estresado por algo. -No. -Bien, lo hablaremos después. - ¿Por qué no lo dices? -Preguntó ChanYeol-. También podemos saber, ¿No? -No. Porque son unos desconocidos. Mi hermano y mis padres no dijeron nada, pero no pasé por alto sus miradas cargadas de intriga y enojo al verse completamente excluidos de mis asuntos. Luxury se entabló con mi familia en una conversación basada en recordar los acuerdos de la reunión anterior y minutos después, el mayordomo dio entrada al tutor. Era un joven alto, de cabellos negros y piel nívea. Tenía unos lentes dorados redondos, similares a los lentes de lectura de Luxury y vestía totalmente de negro. Estrechó manos con mis padres, mi hermano y con Luxury, conmigo se dirigió con una leve reverencia para sentarse en uno de los sillones. -Jimin, él es BamBam. Será tu tutor y consejero a partir de hoy, cuando te titulen como conde por la reina vas a vivir con él en una mansión de aquí en Londres. YoonGi también va a custodiarte y servirte. -Presentó Luxury, señalando al chico con su pluma. -Será un placer trabajar para usted, Conde Park. -Aseveró el chico, era ligero el acento tailandés en su inglés, por lo que se escuchaba ciertamente peculiar. -Gracias, supongo. -Murmuré al sentirme nervioso-. ¿Cuándo es mi titulación? -Esta semana. -Respondió Luxury-. Mañana me reuniré con SeokJin por el mismo asunto, por lo que la titulación de ambos y la de Hoseok será el mismo día. Igualmente, te mudarás hoy mismo para comenzar con tu tutoría lo más pronto posible, YoonGi comenzará a servirte a partir de hoy también. Asentí, sintiéndome más nervioso. Min YoonGi no era un desconocido, pero tampoco me inspiraba la confianza para estar seguro de lo que sería mi futuro. YoonGi solía visitarme seguido, hablábamos de muchas cosas y solíamos compartir nuestras desgracias. Confiaba en él de una forma parcial, apenas lo conocía de hace un año. Me tranquilizaba en un porcentaje muy bajo su presencia, pero aun así no me sentía del todo bien. Luxury agregó un par de cosas más a la conversación antes de cerrar la reunión y Luxury pidió a todos que salieran unos momentos para conversar de aquello que me tenía inquieto. Cerró la puerta detrás de él con pestillo y se sentó en el escritorio sin decir nada, esperando que fuese yo el que diera las explicaciones. Vante sabría lo que sucedía, Luxury no estaba acostumbrado. Tomé la palabra. -Sabes que no me gustan los desconocidos. -Le dije, viéndolo fijamente-. Sabes el miedo que me causan y lo primero que haces es contratarme un tutor que ni siquiera es de aquí. - ¿Y qué querías que hiciera, Jimin? Había que hacerle una reforma a tu plan de vida, porque es mucho peor casarte con una desconocida a que uno te sirva, te guíe y aconseje. - ¿Y por qué no te ofreciste como mi tutor? -Le cuestioné. -Soy el tutor de Jennie. -Para algo ella tiene hermanos. -Repliqué, levantándome de la silla con brusquedad-. ¡Es que no te entiendo, Luxury! Prefiero no ascender a nada si eso significa convivir con desconocidos. -Jimin, por un demonio, ya tienes veinte años. Déjate de esos miedos infantiles, ¿Sí? Me sentí indignado por dicha reacción y cuando lo vi encender un cigarro, se lo quité de la boca antes de que pudiera encenderlo. Luxury me observó fastidiado, casi enojado. - ¿Qué coño te pasa? Estás fumando como un jodido ansioso. -Le dije, Luxury rodó los ojos y se acercó a la ventana. Estaba estresado y cuando lo estaba se desquitaba con el primero que se cruzara por su camino. -Déjalo, Jimin, no estoy de humor. -Oh, no me salgas con esa mierda. Te estás desquitando conmigo y no lo permitiré, ¿Qué coño te ha pasado? ¿Peleaste con TaeHyung o qué? - ¡¿Qué te hace pensar que se trata de TaeHyung?! -Porque siempre tienes un humor de perros cuando discutes con él y te digo con todo respeto que no es mi puto problema, ¿Sí? Ahora, volviendo a este lío, quiero a ese tipo fuera de mis asuntos. Puedo hacerlo solo. -Vaya que eres un inmaduro, Jimin. No moveré fichas sólo por un capricho tuyo. Luxury se acercó a mí y me quitó el cigarro de la mano para posteriormente encenderlo. Llevaba dos años conociendo a Luxury y casi cinco de conocer a Vante y jamás lo había visto tan enojado y estresado. Intuí que llevaba así mucho tiempo, no se trataba de un estrés laboral o una calamidad familiar. Era mucho más que eso y no era para nada bueno. -Pues no voy a satisfacer un capricho tuyo por tu pleito de hermanos. Iba a retirarme de allí hasta que sentí la mano de Luxury atraerme con brusquedad, quedamos lo suficientemente cerca como para la punta de nuestras narices rozaran. Luxury dejó el cigarro en el cenicero y posó sus manos en mi cintura, sacándome un pequeño sobresalto. Jamás lo había tenido tan cerca y el corazón comenzó a latirme con fuerza. Su aroma era a cigarros y té de menta, un té que por lo general se bebía para cuando se estaba estresado. Mis ojos vieron sus labios unos momentos y luego chocaron con su mirada. -Jimin, ¿Qué tengo que hacer para convencerte? Me quedé piedra cuando las manos de Luxury se posaron en mis muslos y me atrajeron más a él, causando un roce ligero de nuestros labios. No sabía qué hacer en dicha situación, estaba completamente acorralado. No supe cómo reaccionar, o qué hacer, pero mi punto racional sabía que era demasiado tarde como para pensarlo. Los labios de Luxury se encontraron con los míos en un lento beso del cual me costó responder a causa del shock, sus labios sabían más a cigarros que a cualquier cosa por lo que supe que estuvo abusando de este por más tiempo del debido. Me dejé llevar por el beso poco después, abriendo mi boca cuando tiró de mi labio inferior y permitiéndole total acceso a su lengua. Enredé mis dedos en su cabellera dorada y ahogué un gemido cuando él me puso contra una de las paredes del despacho para besarme con más fervor y lascivia. No entendía por qué estaba haciendo eso, o por qué se le notaba tan desesperado, pero aun así no lo detuve para preguntarle. Desató el listón de mi cuello y desabotonó mi camisa mientras besaba mi cuello, asegurándose de dejar marcas y chupetones que ya después pensaría en cómo borrar. Jadeé en su oído apenas sus dedos apretujaron uno de mis pezones y después su mano se deslizaba por todo mi abdomen hasta llegar al borde de mi pantalón. Dejó besos húmedos en mi manzana de Adán y luego volvió a devorar mis labios antes de girarme con brusquedad y chocar mi pecho contra la pared. Puse uno de mis brazos en la misma para apoyar mi frente, gimiendo por lo bajo con los besos que dejaba Luxury en mi nuca quitando mi saco y camisa para después dejar besos húmedos a lo largo de toda mi columna mientras una de sus manos se encargaba de desprender mi cinturón y meter mano dentro de mi pantalón y ropa interior. Mordí mi brazo cuando tomó mi miembro erecto y comenzó a masturbarme lentamente, pegándose lo suficiente como para rozar su erección contra mi trasero. Mi lado racional no entendía el punto de dicho acto que estábamos cometiendo, pero mi lado más libido deseaba más que ese roce. Luxury me bajó el pantalón junto con mi ropa interior y me sentí enrojecer al estar tan expuesto. Llevó dos de sus largos dedos a mi boca para chuparlos y obedecí sin rechistar. Una vez estuvieron lo suficientemente húmedos, Luxury los sacó de mi boca y los delineó en mi entrada, comenzando a ingresarlos uno por uno. Intenté no gemir en alto para no llamar la atención de mi familia y mi tutor que estaban en la planta baja, viendo como única alternativa morder mi brazo hasta formar marcas de dientes, incluso hasta sangrar. Tras cinco minutos de estimulación, Luxury se quitó el cinturón y se bajó un poco el pantalón para sacar su miembro, delineándolo en mi entrada hasta meterlo en una estocada. Gemí con los dientes incrustados en mi piel, sintiéndome en el maldito éxtasis cuando comenzó a golpear mi punto dulce. - ¿Te he convencido o no? -Me cuestionó en medio de las embestidas, jalando de mi cabello para tirar mi cabeza hacia atrás. -E-eres un… Idiot… ah~ Luxury mordió suavemente mi hombro y comenzó a embestirme con más fuerza hasta que ambos terminamos llegando a la vez. Nos tomamos unos segundos para recuperar el aliento y después de ello supe del desastre que habíamos dejado. -Confía en mí. -Dijo Luxury después de salir de mi interior-. No es tan malo como lo pintas. Volvió a ponerse el pantalón y yo hice lo mismo para no sentirme tan incómodo, ya luego me bañaría en casa. Me acomodé la ropa y lo ayudé a limpiar el desastre que había dejado en su pared, no le pregunté por qué había hecho aquello, o por qué se sintió como un simple acto para calmar el estrés. No quise preguntar absolutamente nada y me quedé en silencio. Luxury sacó de su cajón un cofre de color negro y me lo extendió, confuso lo tomé entre mis manos. -Es un regalo para ti. -Me dijo-. Iba a decirle a BamBam que te lo entregara, pero como no confías en nadie, mejor te lo doy yo. Fruncí el ceño y abrí el cofre, encontrando en su interior un espejo dorado. Lo tomé entre mis manos y observé mi reflejo. Por alguna razón, me quedé ensimismado por lo que en el espejo se proyectaba. Mi rostro, mi cabello. Mis ojos, mi nariz, mis labios, mi mentón. No supe por qué, pero mi propio reflejo me tenía completamente hipnotizado. Dejé de sentir el entorno, estaba completamente sumergido en lo que mis ojos veían. Bello, simplemente… bello. -Jimin, ¡Jimin! - ¿Eh? Alcé la vista con rapidez, sintiendo un inexplicable vacío en el corazón por haber apartado la vista del espejo. Luxury arqueó una de sus cejas, intuí que me estuvo llamando por un buen rato. -Te quedaste paralizado, ¿No te gustó? Si quieres… - ¡No! -Grité cuando vi el brazo de Luxury estirarse para quitarme el espejo, lo posé sobre mi pecho con el fin de protegerlo-. Quiero decir… sólo me quedé viendo las marcas en mi cuello, debo ver cómo borrarlas. El espejo me gusta, te agradezco mucho el detalle, mi espejo de mano se había roto hace unos días. -Tú adoras los espejos. -Me parecen intrigantes. -Admití, acariciando los bordes del espejo dorado-. Aunque este… tiene algo que me encanta, ¿Dónde lo conseguiste? -Por ahí. -Contestó encogiéndose de hombros-. Espero que con ese regalo y lo que pasó hace unos minutos haya logrado convencerte. Si yo te lo asigné es porque está acoplado a tus deseos, Jimin, dale al menos una oportunidad. -Bien. Lo intentaré, ¿Sí? -Gracias. -Ahora, ¿Me dirás por qué estás estresado? -Le pregunté, cuando Luxury negó con la cabeza me rendí y decidí no insistirle-. Bien, no me cuentes. Me voy, ¿Quién me va a llevar a esa mansión de la que hablaste? -BamBam es tu chofer, pero generalmente estarás acompañado de YoonGi todo el tiempo. Creo que él estará allí unas dos horas después de que llegues, va a ir con su tutor que también va a servirte, por lo que puedes estar tranquilo en cuanto a seguridad. -De YoonGi no me quejo, pero de lo demás sí. Vas a matarme, Luxury, no creo si pueda aguantar mucho. -Te acostumbrarás, créeme. Ahora vete, te están esperando y tengo una cita en unos minutos. - ¿Con quién vas a reunirte? ¿Eh? -Los Jeon, adelanté su cita para hoy y con mi padrastro. -Suerte con eso. -Gracias. Envía una carta si ocurre algo. -Ajá, adiós. Metí el espejo nuevamente a su cofre y salí del despacho, tratando de dejar en el olvido lo que había sucedido allí. Pedí una disculpa por la tardanza y salí con mi familia y tutor de la mansión. BamBam se subió al asiento del jinete de la carroza y esperó pacientemente para que me subiera. -YoonGi llevará tus pertenencias. -Dijo mi madre, dejando un beso en mis mejillas-. Procura escribir una vez a la semana, ¿Sí? -Sí, madre, no te preocupes. -ChanYeol te acompañará por hoy para conocer tu entorno. -Anunció mi padre, le di una mirada a mi hermano mayor y asentí con una sonrisa-. No queremos dejarte ir, no de una forma tan despectiva como dejarte subir a esa carroza y ya. -Está bien, padre, además me vendría bien algo de compañía y ayuda de mi hermano. -Pues perfecto. -Aseveró ChanYeol dando una palmada de entusiasmo-. Debemos irnos ya. Llegaré a la noche. Mis padres se despidieron de ChanYeol y de mí, llenándonos de abrazos y palabras cursis antes de que subiéramos a la carroza. BamBam emprendió marca dando un azote a los caballos y comenzamos a avanzar por las calles de Londres. Acaricié el cofre con mis dedos, pensando en lo bello que era aquel espejo y cómo se manifestaba mi reflejo por medio de él, de repente sentí el deseo de volver a verlo y contemplar mi imagen por más tiempo, pero la voz de ChanYeol me sacó de mis pensamientos. -Ya comencé con los trámites de divorcio. -Me dijo-. Se sentirá bien volver a casa, aunque preferiría vivir contigo. -Yo no tengo problema. -Le dije-. Estar contigo y YoonGi será más ameno para mí, no soporto vivir con desconocidos. - ¿Lo dices por BamBam y el tal BaekHyun? - ¿BaekHyun? -El tutor de YoonGi. Hace unos días fui a ver a los Jung y me comentaron ello, Hoseok está algo inquieto porque su acompañante o ministra será una pariente lejana de los Minatozaki. Es un asunto ciertamente intrigante porque la única que quedaba de la familia era Sana, ¿No es así? -A veces dudo que Minatozaki Sana esté muerta. -Me sinceré, observando por la ventana. -Jimin, tú la viste en el funeral. -Nosotros también creímos que Vante había muerto desangrado por un intento de suicidio que fue causado por su locura y acabamos de verlo justo ahora. -Vante está muerto. -Espetó ChanYeol-. Su enfermedad lo mantiene con vida sin estarlo. Es jodidamente complicado. -La locura es totalmente abstracta, ChanYeol. -Entonces, ¿Tú piensas que Vante sigue vivo? -Pienso que Luxury mató a Vante y tomó su lugar. -Dije apacible, apartando mis ojos del panorama para ver a mi hermano-. Y también pienso que Minatozaki Sana no está muerta. -Vaya fantasía en la que vives, Jimin. - ¿La enfermedad de Vante era una fantasía? -Le cuestioné, ChanYeol soltó una risa seca. -Los Kim siempre han sido personas casi irreales, empezando por Kim Vante Luxury. Cuando me enteré de su enfermedad no supe qué pensar, cuando me enteré de su muerte no me sorprendí porque es común que en nuestras familias escondan la basura bajo la alfombra. Que hayan dejado lo de Vante como un intento fallido de suicidio sólo porque lo vieron “Vivo”, cuando realmente no era él. El asunto de Vante está en el vacío del iceberg de la aristocracia y se quedará allí por siempre. No es algo fácil de explicar, Jimin, ni mucho menos algo fácil de digerir. - ¿Lo dices por TaeHyung? -Oye, que me alegra que TaeHyung ya esté interesado en alguien más, porque el pobre estuvo hecho mierda con lo de su hermano por unos tres largos años. Sabes que el tema del incesto es muy común en nuestras familias: SeokJin y NamJoon, Vante y TaeHyung, Lisa y Jennie, Jennie y TaeHyung, Hoseok y YoonGi, aunque sean sólo sospechas, todo eso es muy común, Jimin. Créeme, si Minatozaki Sana termina siendo la ministra y consejera de Hoseok, no nos sorprendería porque nos hemos enterado de cosas peores. -Eres odioso cuando tienes razón. -Entiendo el placer de Luxury en lo que respecta en los secretos de todo el grupo familiar. Cada año nos hacen la foto familiar a todos, ¿Nunca has sentido que las fotos muestran lo más perfecto de las personas, cuando la realidad es otra? - ¿Has sentido que tienes una doble vida después de la foto familiar? - ¿Tú no? -Supongo que reflexionas en eso cuando fantaseas con Kim Lisa. -Y yo supongo que lo haces mientras fantaseas con Kim Vante Luxury. -Las sonrisas más falsas las encuentras en las fotos. -Comenté, recordando las fotos familiares que colgaban siempre en el salón de los vestíbulos de cada mansión de las tres familias-. No me imagino cómo será el proceso de los Kim para tomarse una foto. -Oh, no creo que sea tan complicado. -Aseveró ChanYeol-. Sólo deben ponerse la máscara que llevan siempre y quitársela cuando la foto está lista. Nunca se molestaron de disimular igualmente. Y más de acuerdo no pude estar.