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Hay dos tipos de personas en el mundo. Los que observan primero y los que saltan.
Siempre he sido más un espectador. Cauteloso. Un planificador. Eso cambió después de
que conocí a Jeon Jungkook. Él es tan persistente. Tan seguro de sí mismo –y de mí.
Pero no todas las historias de amor tienen un feliz para siempre. ¿Pensaste que Jungkook y
yo íbamos a cabalgar hacia el atardecer? Únete al club. Ahora tengo que tomar una
decisión, la más importante de mi vida. Jungkook ya tomó la suya –de hecho, trató de
decidir por nosotros dos. Pero sabes que ese no es mi estilo. Así que volví a Greenville.
Solo. Bueno, algo así…
Lo que me he dado cuenta es que los viejos hábitos son difíciles de superar y a veces
tienes que volver a donde empezaste, antes de seguir adelante.
Enredos de Pareja sucede dos años después del final de Enredos de Oficina y está narrado
desde el punto de vista de Taehyung..
PRÓLOGO
***
Estamos en la cama.
Estoy sobre mi espalda. Y Jungkook está entre mis piernas.
Bueno, su rostro lo está, de todos modos.
—Me encanta tu pene.
Gimo, y él refuerza sus palabras con acciones. Es grande con las acciones.
Húmedas y adoradoras acciones.
—Joder, podría vivir aquí.
Capta su ritmo, y antes de que puedas decir “Pégame con una fusta”, estoy tirando de su
cabello y gritando su nombre. Momentos después, Jungkook sonríe con orgullo y se arrastra
por mi cuerpo. Mis extremidades están perezosas por el vino— y el orgasmo, por supuesto.
Todo alrededor, es una agradable neblina, una niebla de adormecimiento, haciendo que
todo parezca onírico.
Y luego nos besamos. Y calor se extiende a lo largo de mi cuerpo como una corriente
eléctrica, trayéndome de vuelta.
Haciéndome sentir que esto es real.
Arranco mi boca de la suya y susurro, el alcohol me hace valiente
—Jungkook... Jungkook, quiero intentar algo.
Esto atrapa su atención.
—¿Qué quieres probar? —Su lengua se desliza sobre mi pezón.
Sonrío y muerdo mi labio
—Algo nuevo.
Levanta la cabeza. Sus parpados están adorablemente pesados.
—Me gusta lo nuevo.
Suelto una risita y lo aparto de mí, luego me levanto y hago mi camino hacia el
tocador —chocando con la mesita de noche mientras voy.
—Perdón. —Abro el cajón y saco los dos pares de esposas.
Jimin los consiguió para su despedida de soltero, pero él ya tenía un par.
No preguntes.
Balanceo uno alrededor de mi dedo. Mi sexy pavoneo de regreso a la cama casi es
arruinado cuando tropiezo con mis zapatos y río.
Jungkook se alza sobre sus rodillas. Se ve hambriento, como un león muerto de hambre
mirando a un jugoso filete que está fuera de alcance. Se traslada para tomar las esposas de
mí, pero lo empujo lejos.
—Sobre tu espalda, chico grande.
Sé lo que piensa. ¿No puedes casi escucharlo?
―Mmm... ¿Tae quiere manejar el show? Interesante.- Se echa hacia atrás y lleva sus
muñecas a los postes de la cabecera. Rodeo sus muñecas y aseguro las medias lunas en el
lugar.
Click.
Click.
Él le da a cada uno un tirón, probándolo, mientras yo me paro junto a él, mis ojos paseando
sobre la extensión de perfección desnuda que es Jeon Jungkook.
Hermoso.
—¿Planeas hacer algo? O ¿vas a mirarme toda la noche?
Lo miro. Y sus ojos son ansiosos, desafiándome a que lo traiga.
Oh, yo puedo traerlo. No hay duda de eso.
Levanto mi barbilla orgullosamente y llevo mis manos entre sus muslos.
Froto y masajeo sus bolas lentamente. Deslizo mi mano en su polla ya dura, aferrándolo
fuerte —la forma en que sé que le gusta— antes de administrarle unas bombeadas firmes.
El pecho de Jungkook comienza a subir más rápido. Interesante.
Y antes de que preguntes, no, no fui siempre así. Esto es atrevido, Audaz.
Toda mi relación sexual con Bogum involucró dos niveles: tímido y mundano.
Vacilante y repetición. Y ahí es donde se quedó. Fue sólo después de Jungkook que me di
cuenta de cuánto Bogum y yo nos habíamos conteniendo el uno al otro.
En el sexo —en la vida.Ante los ojos del otro, siempre seriamos Bogum y Taetae.
Inmaduros.
Dependientes. Siempre jóvenes —como Tuck Para Siempre sobre la fuente de la juventud.
Jeon Jungkook llegó a mi vida, sin pelos en la lengua, exigente, y sí, un cachondo hombre
que había estado creciendo en mí durante una década fue puesto en libertad. Por lo menos
en la cama. Su cama.
Me doblo por la cintura, el culo al aire y tomo su longitud en mi boca. Él da un tirón con el
contacto. El alcohol debe haber entumecido mi reflejo de nauseas, porque soy capaz de
llevarlo hasta el fondo de mi garganta.
Y lo hago.
Cuatro, cinco, seis veces. Entonces traslado mis ojos a los suyos. ¿Durante una mamada?
A los hombres les encanta el contacto visual. No me preguntes por qué.
No tengo idea.
—¿Te gusta cuando chupo tu polla, Jungkook? —A él también le gusta hablar sucio. En
realidad, no hay mucho que a Jungkook no le guste.
Sus ojos ruedan hacia atrás—. Joder, sí…
Vuelvo al trabajo, dejando que mi lengua entre en acción. Su voz es entrecortada, jadeando
—Dios, cariño, tú das el mejor sexo. Puedes enseñar una maldita clase.
Ja, ¡eso es chistoso! Lame polla 101.
Después de casi dos años, soy un experto en la lectura del lenguaje del cuerpo de
Jungkook. Así que cuando sus caderas empiezan a levantarse y aprieta sus manos en el
aire, sé que está cerca. Sus apreciativos gruñidos y gemidos casi me hacen abandonar mi
plan.
Pero no lo hago.
En el último segundo, justo antes de que llegue, me aparto. Y me siento. Los ojos de
Jungkook se cierran con fuerza, esperando la explosión que no va a venir. Abre los ojos y
está desconcertado.
Sonrío, sintiéndome empoderado. Y travieso.
Bostezo dramáticamente
—Sabes, ese vino realmente tomó mucho de mí. Estoy un poco cansado.
—¿Quu... qué? —jadea.
—Creo que necesito un descanso. No te importa, ¿verdad?
Jungkook gruñe—. Tae...
Paso mi pierna sobre él, deslizando su masivamente impresionante erección entre mis
piernas. Estoy sentado sobre él, pero no lo dejo deslizar dentro.
—Estoy demasiado sediento. Voy a tomar un vaso de agua. ¿Quieres?
—Esto no es gracioso, Taehyung.
Oooh, está enojado.Da miedo.
Deslizo mi dedo en el centro de su pecho.
—¿Quien se está riendo? —Tira contra las esposas—más duro esta vez.
Cuando las ataduras aguantan, suelto una risita. ¿Quién sabía que chuzar a un león con un
palo puede ser tan divertido?
—Relájate, Jungkook. Quédate como un buen chico y volveré... —Me encojo de hombros—.
Eventualmente.
Beso su nariz rápidamente, saltando de la cama y escabulléndome de la habitación
mientras él llama mi nombre.
No me mires así; sólo estoy burlándome un poco de él. Sabes que se lo merece. No hay
nada malo en ello, ¿no?
***
Voy por el pasillo a la cocina, orgulloso de mí mismo. Cuando camino sobre el frío piso, piel
de gallina sube por mis piernas y abajo por mis brazos. Realmente estoy sediento, así que
cojo un vaso del armario y lo lleno con agua fría.
Parado en el fregadero tomo un buen y trago largo, cerrando los ojos mientras el líquido frío
alivia mi garganta seca. Una gota hace un sendero debajo de mi barbilla, sobre mi clavícula
y se escurre por mi pecho.
Sin previo aviso, un pecho duro presiona contra mi espalda, sorprendiéndome. Chillo y el
vaso cae y se rompe en el fregadero.
No sé cómo consiguió liberarse, pero las esposas estas sonando en sus muñecas. Ásperas
manos me tiran hacia arriba, me atrapan.
Me estremezco cuando el seductor aliento cálido raspa mi oreja.
—Eso no fue agradable, Tae. Yo también puedo no ser agradable. —su voz es baja, no
enojada, pero firme. Es increíblemente excitante.
Una mano agarra mi cabello en la nuca y tira, lo que me hace arquear la espalda y presiona
mi pelvis contra el borde del fregadero. Jala de mi cabeza hacia un lado, y entonces me
besa, sumiendo su lengua en mi boca mientras yo trato de seguirle el ritmo.
El beso es posesivo.
Dominante.
Un momento después se empuja dentro de mis muslos, sin entrar en mí, y empieza un ritmo
castigador, su abdomen inferior golpeando contra mi culo con cada empujón.
Es emocionante.
Me oigo gemir. El mostrador aplastando mi estómago y parte de mi polla, pero no me
importa.
Todo lo puedo sentir es a Jungkook.Controlándome, Conduciéndome. Su mano libre agarra
la mía y la lleva de vuelta a mi pene.
Apretando mis dedos abajo, obligándome a darme placer.
Los hombres tenemos algo por la masturbación. Me he dado cuenta que nos excita a lo
grande—como lanzar una mecha en un barril de gasolina.
Suelta mi mano, pero mi mano continúa moviéndose como él quiere que lo haga. Como si
fueran una marioneta en una cuerda, y Jungkook es el maestro titiritero. Y luego se inclina
hacia atrás, llevándose el calor de su pecho.
El ritmo de su empuje se desacelera. Y siento su mano deslizarse abajo por mi columna.
Entre nosotros.
A mi culo.
Su mano amasa y frota, entonces sus dedos se deslizan alrededor del montículo de carne.
De ida y vuelta sobre el agujero hipersensible entre ellos, mientras se fricciona entre mis
muslos.
Sus dedos hacen varias pasadas inofensivas hasta que me relajo. Hasta que la tensión se
drena de mis hombros, y una vez más estoy distraído con el intenso placer que la fricción
entre nosotros invoca.
Y entonces desliza un dedo dentro.
No hay dolor.
Las palabras realmente no hacen justicia. Pero lo intentaré: delicioso.
Jungkook mueve lentamente el dedo dentro y fuera, poniéndose al día con el ritmo de su
polla.
Y estoy gimiendo, bajo, profundo y sin inhibiciones. Mi propia mano frota más rápido
—más— en mi propia polla. Entonces jadeo cuando él me estira más ampliamente,
haciendo espacio para que un segundo dedo se deslice dentro.
Sus movimientos son reposados. Tortuosos y provocadores. Y quiero abrir mi boca y pedir
más.
Más fricción, más calor.
Más rápido, más… Por favor.
Jungkook me obliga a inclinarme suavemente. Doblándome. Y entonces se ha ido —fuera
de mi cuerpo.
Y me duele la pérdida.Hasta que siento la cabeza de su pene, mojado con fluidos,
acariciando de ida y vuelta sobre la abertura que sus dedos acababan de ocupar.
—Jungkook...
Es un gemido, mitad placer, mitad dolor.
Todo suplica.
—Di que sí, Tae. Por Cristo Jodido... por favor, di que sí. —Su voz es áspera.
Cruda.
Con necesidad.
Por mí.
Y de repente me siento poderoso.
Extraño, teniendo en cuenta nuestra posición actual, pero aun así —soy quien está en
control. Él muy bien puede estar rogando a mis pies. Preparado y esperando órdenes.
No lo pienso. No peso las opciones ni contemplo las consecuencias. Sólo siento, sumergido
en la sensación de éxtasis.
Me dejo ir.
Y confío.
—Sí...
Muy lentamente, Jungkook presiona hacia adelante dentro de mí. Hay un momento de dolor
—una quemadura por el estiramiento— e inhalo agudamente. Se detiene. Hasta que libero
mi aliento. Luego, suavemente, continúa avanzando, hasta que su más íntima carne está
completamente instalada en la mía. Entonces se queda completamente inmóvil. Dejando
que mi cuerpo se ajuste a la intrusión.
Siento su mano deslizarse a través de mi cadera y muslo, viniendo alrededor a mi parte
delantera. Su mano pasa por debajo de la mía, su mano frotando con un movimiento
vertical. De esa manera sensual, magnífica, antes de sumergirse dentro de mí. Una y otra y
otra vez.
Siempre pensé del sexo anal como el último espectáculo de dominación, contundente, tal
vez humillante, cuando era joven.
Pero esto no se siente así, nunca se siente así con él.
Me muevo primero, empujando hacia atrás contra él.
Dándole mi permiso a Jungkook —queriendo saber. Necesitando cruzar la meta. Con él.
Es más que erótico. Más allá de íntimo.
Los labios de Jungkook presionan contra la piel en mi espalda. Besando y maldiciendo y
susurrando mi nombre. Y entonces es él quien se está moviendo.Recuperando el control.
Deslizándose dentro y fuera, tierno pero firme. Es divino.
Mi mano se cierra sobre la suya en mi pene. Mis piernas tiemblan y sé que me estoy
acercando. Tan cerca. Como escalar una montaña y darme cuenta que la cumbre está sólo
a unos simples pasos.
Nuestras respiraciones salen en profundos jadeos con la boca abierta ante cada movimiento
de las caderas de Jungkook.
—Sí, sí, sí...
Los orgasmos de los hombres son el 90% físico. Es fácil para ellos llegar,
independientemente de donde estén sus pensamientos. Pero a mí no es la mano de
Jungkook o su polla, lo que me hace llegar.
Es su voz.
Con su frente contra mi omóplato, canta—. Oh Dios, oh Dios, oh Dios...
Es tan diferente a él.
Suena abierto. Expuesto.
Vulnerable.
Este hombre exasperante, que siempre quiere estar al mando, tomar las decisiones. Que no
hace un movimiento sin examinarlo desde todos los ángulos, dándole la vuelta alrededor en
su increíble mente —los pros, los beneficios, las ramificaciones.
Se desmorona detrás de mí.
Y mientras susurra una letanía de blasfemias y oraciones —caigo sobre el borde.
En éxtasis.
Mi cabeza se mueve hacia atrás y mis ojos se cierran. Estrellas estallan detrás de mis
párpados cuando me tenso y grito, y ola tras ola vertiginosa de placer pasa por mi cuerpo.
Los movimientos de Jungkook se vuelven desiguales y erráticos, más contundentes y
descontrolados.
Y un momento después aprieta mis caderas contra él, sosteniéndome ahí, mientras un
último gemido gutural se derrama de sus labios.
Después, nuestras respiraciones se ralentizan. Todavía conectados y temblando con las
réplicas. Sus manos suben por mis brazos cuando sale de mí.
Me hace girar para enfrentarme a él. Sus manos acarician mis mejillas, y luego él me
besa.Y es tan dulce. Amable y cariñoso. Un marcado contraste con nuestros desesperados
movimientos momentos antes.
No sé por qué, pero mis ojos se llenan de lágrimas.
Al instante, la mirada de Jungkook se preocupa.
—¿Estás bien? ¿Yo... te lastime?
Sonrío a través de las lágrimas, porque son de felicidad. Porque de algún modo extraño,
inexplicable, nunca me sentí más cerca de él que ahora mismo.
—No. Estoy maravilloso. Siéntete libre de no ser amable conmigo en cualquier momento.
Luego sonríe también. Aliviado y satisfecho.
—Anotado.
Jungkook me alza y me lleva a la ducha. Estamos parados bajo el chorro caliente y nos
lavamos mutuamente con adoración. Entonces Jungkook nos envuelve en toallas gruesas,
calientes y me lleva a la cama. Nos envuelve en una gruesa manta y me abraza contra él.
Y me hace sentir valioso.
Él me hace sentir así. Siempre.
Preciado.
Adorado.
***
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CAPITULO 1
En la secundaria, biología era mi materia favorita. Lo que más me fascinó fueron las
especies que se transformaban en todo un nuevo ser. Como los renacuajos. O las
mariposas. Inician como una cosa, pero terminan como otra cosa totalmente.
Irreconocibles.
Todo el mundo mira siempre a las mariposas y piensa.
—Qué maravilla.
Pero nadie piensa sobre lo que tuvieron que pasar para convertirse en lo que son. Cuando
la oruga construye su capullo, no sabe lo que está pasando. No entiende que está
cambiando.
Cree que se está muriendo. Que su mundo se está acabando.
La metamorfosis es dolorosa. Terrorífica y desconocida. Es sólo después de eso que la
oruga se da cuenta de que valió.
Porque ahora puede volar.
Y eso es lo que siento ahora. Soy más de lo que era antes. Más fuerte.
¿Crees que era fuerte antes?
Te engañe. Algunas cosas eran sólo bravuconadas. Una fachada.
Tratar con Jeon Jungkook es como nadar en una de esas granujas olas en la playa. Es
abrumador. Y o bien pateas duro para mantenerte al día, o él rueda sobre ti y te deja con la
cara llena de arena.
Así que tuve que fingir ser duro.
No necesito seguir fingiendo, porque ahora soy granito. Impenetrable, a través de todo el
camino.
Pregúntale a cualquiera que ha sobrevivido a un terremoto a medianoche, o a un incendio
que borra todo lo que importa. La devastación inesperada cambia. Y estoy de luto por el
viejo yo. Y mi vida. La única que había planeado compartir con Jungkook para siempre.
Pareces confundido. Lo siento, vamos a empezar otra vez.
¿Ves a ese hombre? ¿En el columpio, en este patio vacío?
Ese soy yo —Kim Taehyung.
Pero en realidad no. No el Taehyung que recuerdas, de todos modos. Como he dicho, soy
diferente ahora.
Probablemente te estés preguntando por qué estoy aquí, en Daegu, solo.
Técnicamente hablando, no estoy solo.
Pero hablaremos de eso más adelante.
La razón por la que estoy en Daegu es simple. No podía soportar quedarme en Nueva York.
No por otro día. No después de todo.
¿Jungkook?
Está todavía en Nueva York. Probablemente enfermo por una cruel resaca. O tal vez está
todavía borracho. ¿Quién sabe? No nos preocupemos demasiado por él.
Tenía a un atractivo stripper para cuidar de él.
Sí, he dicho un stripper. Al menos espero que sea un stripper. Pudo haber sido un
prostituto.
¿Pensaste que Jungkook y yo íbamos a cabalgar hacia el atardecer? ¿Vivir felices para
siempre? Únete al club.
Aparentemente felices para siempre sólo dura dos años.
No compruebes el título. Estás en el lugar correcto. Este sigue siendo el show de Jungkook
y Taehyung. Sólo que está retorcido. Un desastre. ¡Bienvenido a Oz, Toto! Es un lugar
jodido.
¿Qué es eso? ¿Crees que sueno como Jungkook? Eso es lo que dice Jimin —que él me ha
infectado con sus palabras soeces. Minnie lo llama el Lenguaje de Jungkook. Supongo que
después de dos años, se contagia.
Así que veo que te estás preguntando qué pasó. Estaban tan enamorados.
Eran tan perfectos el uno para el otro.
Cuéntamelo.
O mejor aún, cuéntale al striper
De todos modos —créanlo o no—el verdadero problema no era otro u otra persona. No al
principio. Jungkook no mentía cuando dijo que siempre me desearía. Lo hizo.
Todavía lo hace. Él sencillamente no nos quiere.
¿Sigues sin entender? Eso es porque no lo estoy diciendo bien. Debería empezar por el
principio. Mira, la semana pasada me enteré...
No, espera. Eso no va a funcionar. Si vas a entenderlo, tengo que ir más atrás.
Nuestro final comenzó hace un mes. Voy a empezar ahí.
***
***
El hotel es impresionante. Con vistas que sólo he visto en una postal. Estamos en el piso
superior: ático. Como Richard Gere en Mujer Bonita, Jungkook es un gran creyente de "sólo
lo mejor."
Es tarde cuando entramos, pero después de una siesta en el avión, ambos estamos
conectados. Energizados.
Y hambrientos.
Todas las compañías aéreas se están reduciendo estos días, incluso las de primera clase.
Los sándwiches podrían ser gratuitos, pero eso no quiere decir que sean comestibles.
Mientras que Jungkook está en la ducha, empiezo a desempacar. ¿Por qué no nos
duchamos juntos? No necesito responder a eso, ¿verdad? Pongo las bolsas en la cama y
las abro. La mayoría de los hombres miran una maleta vacía como si fuera una especie de
ecuación física—pueden mirarla durante horas, pero todavía no tienen ninguna maldita pista
de qué deberían hacer con ella.
Pero no Jungkook.
Él es el señor-pienso-en-todo. Empacó todos los imprevistos que muchos hombres no
pensarían. Todo lo que necesitare para hacer mis vacaciones cómodas y divertidas.
Excepto ropa interior. No hay un solo par de ropa interior en la maleta entera.
Y no es un descuido.
Mi novio pasa a tener un grave rencor a la ropa interior. Si las cosas fueran a su manera,
ambos estaríamos caminando alrededor como Adam y Eva —quitando las hojas de higuera,
por supuesto.
Pero trajo el resto de los elementos esenciales. Desodorante, crema de afeitar, una
maquinilla de afeitar, protector solar, las píldoras anticonceptivas, crema hidratante, el resto
de mi antibiótico para la infección de oído que tuve la semana pasada, crema para el
contorno de ojos, y así sucesivamente. Y deberíamos hacer una pausa, para un anuncio
breve de servicio público.
Tengo unos clientes que se encuentran en el campo farmacéutico. Y aquellas empresas
que cuentan con departamentos enteros cuya única función es escribir. ¿Escribir qué, te
preguntas? ¿Conoces esas pequeñas contraindicaciones que vienen con tu receta? ¿Esas
que enumeran todos los posibles efectos secundarios y lo que debe hacerse, si alguno de
ellos ocurre? Puede causar somnolencia, que no opere maquinaria grande, comuníquese
con el médico inmediatamente, bla, bla, bla.
La mayoría de nosotros sólo abrimos la pequeña bolsa de papel, sacamos nuestras pastillas
y tiramos la información. La mayoría de nosotros lo hace…Pero no deberíamos. No voy a
aburrirte con una conferencia. Sólo voy a decir por el momento: Lee la información. Te
alegrarás de hacerlo.
Y ahora, de regreso a México.
Jungkook sale del baño con una toalla alrededor de su cintura, y olvido todo sobre la
maleta. ¿Sabes cómo algunos hombres son tipos que prefieren los senos, o tipos de culo?
Soy un chico de antebrazos. Hay algo en los antebrazos que sencillamente es... caliente.
Masculino — en una forma varonil.
Jungkook tiene los mejores que he visto. Fuertes y tonificados—no muy voluminosos, no
demasiado delgados—con apenas vello.
Se quita la toalla de sus caderas y la frota sobre sus hombros. Y estoy muy seguro de que
empecé a babear.
Tal vez después de todo soy un hombre de piernas.
—Sabes que es de mala educación mirar.
Arrastro mis ojos hasta los suyos. Está sonriendo. Y doy un paso hacia él— como un puma,
acercándose a su presa.
—¿Así como ahora?
Jungkook lame sus labios
—Definitivamente —Una gota de agua se desliza por el centro de su pecho.
¿Alguien más tiene sed?
—Bueno, no quiero ser grosero.
—Dios no lo quiera.
Justo cuando estoy a punto de inclinarme hacia abajo y lamer la gota de él, mi estómago
gruñe. Con fuerza.
Grrrrrrrr.
Jungkook se ríe.
—Quizás debería alimentarte primero. Para lo que he planeado, vas a necesitar un poco de
energía.
Muerdo mi labio en anticipación
—¿Tienes algo planeado?
—¿Para ti? Siempre.
Me gira y me da una palmada en el trasero.
—Ahora lleva ese delicioso culo en la ducha así podemos irnos. Cuanto más rápido
comamos, más rápido podemos volver aquí y follar hasta que salga el sol.
La verdad él no quiere ser tan crudo como suena.
Sí, tienes razón probablemente lo hace.
***
Una hora más tarde, estamos en camino a la cena. Jungkook me sorprendió con un
conjunto nuevo. Unos shorts blancos, con un saco del mismo color, los shorts llegan un
poco por encima de mi rodilla. Mi cabello está levemente despeinado, como sé que le
encanta. En cuanto a mi novio, no puedo apartar mis ojos de él. Pantalón caqui y una
camisa blanca crujiente, algunos de los botones superiores abiertos, las mangas enrolladas
a mitad de camino.
Precioso.
Llegamos al restaurante.
Siempre pensé que era interesante la cultura latina. La música, la gente. Son vibrantes,
volátiles.
Apasionados.
Todas las palabras que describen donde vamos a cenar esta noche. Es tenue. La única
iluminación proviene de las velas en las mesas y las luces centelleantes en el techo. Un
ritmo palpitante emana de un pequeño grupo de músicos en la esquina.
Jungkook pide en español una mesa para dos personas.
Sí, habla español, coreano y está trabajando en el japonés. ¿Crees que su voz era sexy?
Confía en mí, hasta que no lo hayas oído susurrar frases capaces de sonrojarte en una
lengua extranjera, no sabes el significado de la palabra sexy.
Seguimos a la robusta anfitriona, una morena a una mesa en la esquina.
Ahora, toma un momento para echar un vistazo. ¿Ves toda la atención femenina que
Jungkook consigue, sólo caminando por la habitación? ¿Las miradas apreciativas,
invitadoras a los ojos?
Me doy cuenta —siempre lo hago.
Pero aquí está la cosa: Jungkook no. Porque no está mirando.
A ninguna de ellas.
¿Para ustedes chicos allá fuera quiénes creen que mirar no duele? Se equivocan. Porque
no pensamos que solo están disfrutando de la vista.
Creemos que están comparando, encontrando nuestras faltas. Y eso duele. Como una
cortada de papel en tu ojo.
Soy plenamente consciente que Jungkook podría tener cualquier mujer o chico que quiera.
La modelo de Beverly Hills, el heredero en Park Avenue. Pero me eligió a mí. Luchó por mí.
Así que cuando salimos, es un gran impulso a mi confianza.
Porque soy el único al que está mirando.
Nos sentamos en la mesa y exploramos el menú.
—Entonces, ¿explícame otra vez cómo lo hiciste a través de la universidad y la escuela de
negocios sin nunca beber tequila directamente?
Me río de la pregunta, recordando.
—Bueno, en la secundaria, teníamos estas hogueras, salidas de campo. ¿Has dormido con
una botella vacía de dos litros de soda por almohada?
No es divertido.
—Así que una noche, Bogum y los chicos estaban bebiendo tequila y Bogum se tragó el
gusano. Y luego empezó a tener alucinaciones. Estábamos trabajando en anatomía de
anfibios en biología en ese tiempo, y con lo jodido que estaba, Bogum estaba convencido
de que era una rana y que Jimin intentaba diseccionarlo. Se escapó al bosque solo, y nos
tomó tres horas encontrarlo con su lengua en la tierra.
He estado reacio a probar tequila desde entonces.
Jungkook sacude su cabeza.
—Confirma, una vez más, lo que siempre he sabido. Park Bogum es y siempre ha sido un
completo idiota.
Estoy acostumbrado a las pullas de Jungkook contra Bogum. ¿Y en este caso? No está tan
equivocado.
Así que le digo—. Mientras no me hagas tragarme el gusano, voy a darle una oportunidad.
Sus ojos se iluminan, como un niño en una tienda de bicicletas.
—¿Sabes qué significa esto?
—¿Qué?
Mueve sus cejas
—Puedo enseñarte a hacer body shots
***
Aunque no creo que tengas que estar borracho para tener buen sexo, tener un buen
colocón ciertamente no hace daño.
Jungkook y yo estamos en el ascensor rumbo a nuestra habitación, los dos más que
prendidos por el tequila. Puedo saborearlo en la lengua de Jungkook —amargo con un
toque de cítrico. Me tiene atrapado contra la pared, mi short por encima de mis muslos, y
estamos empujando y moliendo contra el otro.
Me alegro de que no haya nadie más en el ascensor, ¿aunque en este momento? Estoy
demasiado lejos para que me importe un bledo.
Tropezamos en la habitación.
Todavía a tientas y besándonos.
Él cierra la puerta y me gira alrededor. En un rápido movimiento saca mi ropa, dejándome
desnudo.
Me inclino sobre la mesa, descansando en mis codos. Escucho el silbido de una
cremallera—y luego lo siento. Deslizando su dedo en mi entrada, asegurándose de que
estoy listo.
Siempre estoy listo para él.
—No te burles —gimo.
Entre el tequila y el ascensor, estoy realmente excitado. Necesitado. Él empuja lentamente
pero hasta la empuñadura. Y suspiro.
Ahora, todos sabemos que la vieja frase de que más grande es mejor. Y Jungkook es
grande, no tengo mucho con que compararlo, pero es dos veces del tamaño de Bogum.
No estoy haciendo que los chicos allá fuera estén incómodos, ¿cierto?
De todos modos, no es el tamaño lo que hace al hombre. Es el ritmo —el movimiento— el
conocimiento de cómo golpear todos esos deliciosos puntos con apenas la cantidad
correcta de presión. ¿Así que la próxima vez que veas un infomercial para que te crezca la
polla o el pene milagro?
Ahorra dinero. Compra el Kama Sutra en su lugar.
Jungkook agarra mi cabello, tirando mi cabeza hacia atrás y se mueve más rápido.
Duro y rápido. Agarro el borde de la mesa, sosteniéndome por equilibrio.
Besa mi hombro y susurra a mi oído—. ¿Te gusta, cariño?
Lloriqueo—. Sí, sí... mucho.
Empuja en mí con más fuerza, sacudiendo el escritorio.
Y así, estoy llegando como un locomotor fuera de control.
Estoy flotando. Ingrávido.
Y es sublime.
Jungkook retarda el movimiento de sus caderas cuando bajo, saliendo— haciéndolo durar.
Me tira de regreso contra su pecho y sus dedos se mueven para arriba a través de mi
estómago y hasta mi pecho, acariciando con sus manos.
Alzo mis brazos alrededor de su cuello, girando la cabeza, llevando su boca a la mía.
Me encanta su boca, sus labios, su lengua. Besar es una forma de arte, y Jeon Jungkook es
Miguel Ángel.
Tira de mí y me doy la vuelta para enfrentarme a él. Apoyando su espalda sobre la cama.
Jungkook se sienta en el borde y yo trepo, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura.
Dios mío, sí.
Así es como me gusta mejor —pecho a pecho, boca a boca, ni una pulgada de espacio
entre nosotros. Lo tomo en mi mano y me deslizo hacia abajo sobre él. Mi interior se estira
con la plenitud y Jungkook gime.
Me levanto lentamente y caigo con fuerza. Probando la fuerza de los resortes de la cama.
Squeak.
Squeak.
Me muevo más rápido, más profundo. Nuestros cuerpos pegajosos con el calor mexicano.
Y luego Jungkook está sosteniendo mi cara en sus manos, los pulgares moviéndose hacia
adelante y hacia atrás a través de mi piel. De repente tierno.
Adorador.
Nuestras frentes se presionan juntas y en la tenue luz puedo ver sus ojos mirando hacia
abajo, viendo donde se mueve dentro y fuera de mí, mi miembro rebotando por el
movimiento.
Y yo también bajo la mirada.
Es erótico. Sensual.
Empujo su cabello detrás de su frente.
Y mi voz está rogando.
—Dime que me amas.
No lo dice a menudo. Prefiere mostrármelo. Pero nunca me canso de escucharlo. Porque
cada vez que en realidad dice las palabras, estoy lleno del mismo asombro como la primera
vez.
—Te amo, Taehyung. —Sus manos aún sostienen mi cara. Los dos jadeando—
moviéndonos rápidamente—cada vez más cerca. Se siente espiritual.
Una santa comunión.
La voz de Jungkook es baja. Sin aliento.
—Dime que nunca me vas a dejar.
Sus ojos ahora son de plata suave, líquida. Rogando por confortación.
A pesar de toda su audacia y exceso de confianza, creo que hay una parte que todavía es
perseguida por la semana que pensó que yo había escogido a Bogum sobre él. Creo que
por eso trabaja tan duro demostrando cuánto me quiere.
Para mostrarme que elegí sabiamente.
Sonrío suavemente y lo miro directamente a los ojos.
—Nunca. Nunca te voy a dejar, Jungkook.
Las palabras se sienten como votos.
Sus manos agarran mis caderas, levantándome, ayudándome a moverme.
—Dios, Taehyung... —Sus ojos se cierran.
Y nuestras bocas abiertas, dando y recibiendo la respiración del otro. Se expande dentro de
mí, palpitando, cuando me aprieto duro alrededor de él.
Y venimos juntos. En perfecto unísono.
En perfecto esplendor.
Después, los brazos de Jungkook se cierran alrededor de mí. Toco su cara y lo beso
suavemente. Cae hacia atrás en la cama, llevándome con él, me mantiene en la parte de
encima. Yacemos así por un tiempo hasta que nuestros corazones se calman y nuestra
respiración se ralentiza.
Y luego Jungkook me hace rodar debajo de él.
Y lo hacemos de nuevo.
CAPITULO 2
Él mueve peina hacia atrás su cabello negro, y brillante con brillo para
las festividades de esta noche—. Sólo estoy diciendo, parece que te
vendría bien un día de spa.
No está mal. He estado agotado toda la semana, con ese tipo de
cansancio que adsorbe por completo tu cuerpo y que te hace sentir
como que estás cargando pesas en los tobillos y costillas. Ayer, en
realidad me quedé dormido en mi escritorio.
Tal vez estoy bajando con la gripe que anda por ahí.
Jimin se abanica con la mano—. ¿Dónde diablos está Jungkook con
esas bebidas? Me estoy muriendo.
Se fue hace unos minutos, lo que no es inusual en un lugar como estos.
Aun así, mis ojos escanean la habitación.
Y luego lo encuentro. En el bar, bebidas en mano, hablando con una
mujer.
Una hermosa mujer rubia con las piernas tan largas como mi cuerpo
entero.
Lleva tacones de aguja de plata y un minivestido con lentejuelas. …
Parece divertida. Conoces el tipo —una de esas chicas divertidas con
las que los hombres les gusta estar porque eructa y ve deportes.
Está sonriendo.
Más importante aún, Jungkook le está sonriendo de regreso.
Y si ves la forma en que se inclina hacia él. ¿La inclinación de la
cabeza? ¿El sutil roce de los muslos?
Se han acostado. No hay duda de ello.
Hijo de puta.
Esta no es la primera vez que me he enfrentado a uno de los viejos
ligues de Jungkook. De hecho, es casi una ocurrencia diaria —la
camarera en Nobu, el mesero en el McCarthy Bar y Grill, clientes varios
al azar en Starbucks. Jungkook es amable pero brusco, sin prestarles
más atención que a un compañero de la escuela secundaria cuyo
nombre no recuerda absolutamente.
Así que normalmente no me molesta.
Pero como he dicho, esta no es una semana normal. La fatiga me ha
dado mal genio. Estoy demasiado sensible. Enojado.
Y joder, él todavía sigue hablando con ella.
Ella pone su mano en su brazo, y mi hombre de las cavernas interior
golpea su pecho como King Kong. Hay un vaso vacío delante de mí.
¿Recuerdas a Marcia Brady y el fútbol? ¿Crees que podría llegar a ellos
desde aquí? ¿Has notado que los asesinos en serie y asesinos en masa
son casi siempre masculinos? Eso es porque a los hombres les gusta
difundir su agonía alrededor. Sí, tomé Psicología 101 en la Universidad.
Pero el punto es que en vez de ir allá y arrancar las extensiones de
cabello a Rubia como quiero, me levanto.
—Me voy a casa.
Jimin parpadea—. ¿Qué? ¿Por qué? —Entonces ve mi cara—. ¿Qué
demonios hizo ese imbécil ahora?
Un consejo: cuando te enfades con tu pareja, trata de no decirle a tus
amigos.
¿Porque después de que tú le has perdonado?
Ellos nunca lo olvidaran.
Recomiendo quejarse con su familia, en su lugar. Ellos ya han visto
todos sus rasgos negativos, egoístas e inmaduros en pleno apogeo
—así que no es como si estuvieras dejando salir el gato fuera de la
bolsa.
Niego con la cabeza—. Nada. Sólo estoy... cansado.
Él no se lo cree. Y su mirada aterriza en donde yo sigo mirando. Piernas
lanza su cabeza hacia atrás y se ríe. Sus dientes son perfectos y
blancos nacarado.
Al parecer la bulimia no le ha podrido el esmalte.
Todavía.
Jimin se gira a su esposo—. Yoongi, trae a tu amigo. Antes de que yo
vaya, porque entonces necesitarás una fregona para recogerlo.
Levanto mi barbilla obstinadamente—. No, Yoongi, no. Jungkook es
obviamente feliz donde está. ¿Por qué arrastrarlo lejos?
¿Inmaduro? Posiblemente.
¿Me importa? Nop.
Yoongi observa de ida y vuelta entre nosotros. Entonces se precipita en
dirección a Jungkook.
Minnie lo tiene tan bien entrenado. Pone al encantador de perros en
vergüenza.
Lo abrazo despidiéndome—. Te llamaré mañana.
Y entonces me dirijo hacia la puerta sin mirar atrás.
***
***
CAPITULO 3
Dos días después, estamos teniendo desayuno en la mesa de la cocina. A
Jungkook le gusta hacer ejercicio en la tarde después del trabajo, para
descomprimir y liberar el estrés del día. Yo, sin embargo, soy una de esas altamente
molestas personas que ama ir a correr a las cinco de la mañana. El desayuno es
donde nos encontramos en el medio. Después de lo cual, Jungkook va a la oficina y
yo voy a la ducha.
—¿Sabes qué es lo que amo del cereal Cookie Crips? —Está mirando fijamente
su cuchara.
Nunca he visto a una persona ingerir tanto cereal. Lo juro, si yo no cocino, eso es
todo lo que él comería.
Engullo un bocado de yogurt —Dannon Light & Fit. Los comerciales no mienten, de
verdad son deliciosos. Fresa-banana es lo mejor.
—¿Qué?
—Es la forma como galletas. Es decir, no solo son impresionantes, sino que me
hacen sentir como si me estuviera vengando de mis padres por hacerme comer
cada jodido copo de avena la primera mitad de mi vida.
Un poeta y un filósofo, Jungkook es realmente un hombre del renacimiento.
Abro mi boca para provocarlo, pero la cierro con fuerza cuando una ola de nausea
me golpea como un rayo. Aclaro mi garganta y llevo el revés de mi mano a mis
labios.
—¿Taehyung?¿Estás bien?
Cuando trato de responder, mi estómago hace una voltereta que pondría celosa a
Nadia Comneci**
Voy a vomitar.
Odio vomitar.
Me hace sentir claustrofobia. Sofocado.
***
Tres horas después, salgo del elevador en el piso cuarenta de nuestro edificio de
oficinas.
Mi estómago está vacío, pero después de un buen sueño, me desperté sintiéndome
mejor. Refrescado. Listo para tomar el mundo de Anne Robinson.
Camino por la pequeña sala de conferencias y echo un vistazo por el vidrio.
¿Puedes ver a Jungkook? ¿Sentado junto a la pequeña señora de cabello gris en la
silla de ruedas? Mientras él está hablando de la representación legal ubicadas
alrededor de la mesa las manos de la señora Robinson desaparecen debajo.
Un segundo después Jungkook salta, como si acabara de ser electrocutado.
Las mujeres adultas tienen una cosa por Jungkook.
Es completamente chistoso.
Él le da a la señora Robinson una severa mirada. Ella solo menea sus cejas.
Entonces rueda sus ojos antes de alejar la mirada, pillándome en el proceso.
Jungkook se excusa y sale al pasillo, alivio brillando en su cara como un farol—. Por
el amor de todo lo que es sagrado, gracias a Dios estas aquí.
Mis labios se separan en una sonrisa—. No lo sé, la señora Robinson parece estar
disfrutando de tu compañía.
—Ajá, si ella trata de disfrutar algo más, voy a tener que grapar sus manos a la
mesa de conferencias.
Entonces me observa de cerca, preocupado—. No pienses que no disfruto verte,
porque lo hago. Pero, ¿qué estás haciendo aquí? Se supone debes estar en cama.
Me encojo de hombros—. Debe de ser un bicho de tres horas. Me siento bien ahora.
Jungkook ahueca mi mejilla y palpa mi frente, buscando algún síntoma de fiebre.
—¿Estás seguro?
—Sip. Fresco como una lechuga.
Asiente con la cabeza, pero sus ojos son sospechosos, sin estar completamente
convencido—. Todo bien. Oh, se supone que tenemos una cena con mis padres
está noche. ¿Crees que vas a estar bien, o quieres que lo cancele?
Cena con los Jeon siempre es una velada interesante.
—Debería estar bien para ir.
Me entrega el archivo Robinson—. Está bien. Tus estrategias de inversión la tienen
toda temblorosa. Está húmeda y extendida, solo esperando por que le des en el
clavo.
—Eso es asqueroso, Jungkook.
Está imperturbable—. Tú dices tomate, yo digo tomahto. —Entonces me besa
rápidamente—. Ve y acábala.
Se aleja y yo me dirijo a la sala de conferencias a sellar un trato.
***
CAPITULO 4
Visitar la familia de Jungkook nunca es aburrido. Al venir de una familia pequeña y
ser hijo único, encontré las reuniones familiares un poco sobrecogedoras al
principio. Pero ahora estoy acostumbrado.
Jungkook y yo llegamos de últimas.
Min Frank—el padre de Yoongi—y Jeon Joon permanecen de pie en la húmeda
esquina del bar, intercambiando presupuesto de la bolsa. Jimin está encaramado en
el brazo de una silla junto a Yoongi, viendo un juego de football, mientras la
hermana de Jungkook, JaeHwa, alias ―La Perra y su esposo, Seung, se sientan en
el sofá.
Jiwoo, la sobrina de Jungkook, está en el piso. Ha cambiado desde la última vez
que la viste. Tiene seis años ahora, su cabello es más largo, su rostro un poco más
delgado —más de niña, menos de bebe, pero todavía adorable. Está jugando con
un conjunto de muñecas y accesorios miniaturas de enfermería.
La mamá de Jungkook, Anne, y la mamá de Yoongi, Estelle, están posiblemente en
la cocina. Y si te estas preguntando donde está el padre viudo de Seung, George
Reinhart, no vamos a verlo hasta más tarde.
Cuando entramos en la habitación, Steve nos saluda y nos ofrece a los dos una
bebida.
Nos recostamos en el sofá de dos plazas, bebidas en mano, observando el juego.
Jiwoo empuja un botón de una de sus muñecas, y una voz electrónica llena la
habitación—. ¡No, no, no! ¡No, no, no!
La cabeza de Jiwoo se inclina a un lado mientras observa la molesta muñeca—.
Creo que estás equivocado, papi. No-No Nancy no suena para nada como mami.
Ese comentario atrapa la atención de JaeHwa—. ¿Qué quieres decir Jiwoo?
Detrás del hombro de su esposa, Seung sacude la cabeza hacia su hija,
desafortunadamente para él, ella no entiende el mensaje.
En su lugar explica—. El otro día, cuando estabas fuera, papi dijo que No-No Nancy
suena justo como tú. Pero en lugar de no, tú dices, ―Nag, Nag, Nag‖ — todas las
cabezas se giran hacia JaeHwa, observándola como una bomba haciendo la cuenta
regresiva hasta cero.
Seung intenta valientemente apaciguarla. Sonríe y se burla—. Hay que admitir,
cariño, el parecido es asombroso....
JaeHwa le golpea en el brazo. Pero él aprieta su bíceps antes de que haga
contacto, absorbiendo el golpe. Ella le pega otra vez, menos juguetonamente.
Seung comenta—. No puedes hacer mella en el acero, nena. Ten cuidado, no
quiero herir tu mano con la presión.
Más rápido que una bala, los dedos de JaeHwa arremeten y pellizcan la tierna carne
en la parte posterior de su trícep, llevándolo a sus rodillas.
Jungkook hace una mueca y se frota la parte trasera de su propio brazo en
simpatía.
—Eso va a dejar una marca.
La voz de JaeHwa es firme. Y final—. No fastidies. Soy agradable, maternal, una
esposa sustentadora, y si sólo haces lo que se supone que debes hacer, ¡nunca
tendría que decir nada en absoluto!
Él aúlla—. Sí, querida.
Libera su brazo y se levanta—. Voy a ayudar a mi madre en la cocina.
Después de que se va, Jiwoo mira la fastidiosa muñeca cuidadosamente, entonces
a su padre—. En realidad, tienes razón, papá. Mamá realmente suena como Nancy.
Seung pone su dedo sobre los labios—. Shhhh.
***
***
Por último, la cena está servida. La comida real es tranquila, pero durante el postre,
JaeHwa da un golpecito a su copa con una cuchara.
—Todo el mundo, su atención, por favor —Sonríe a Seung y luego prosigue—.
Jiwoo tiene un anuncio que le gustaría hacer.
Jiwoo se pone de pie en su silla y proclama—. ¡Mi mamá y mi papá tuvieron sexo!
Toda la mesa está en silencio.
Hasta que Yoongi eleva su copa—. Felicitaciones, Seung. Es como el cometa
halley, ¿no? ¿Sólo consigues que llegue cada setenta y cinco años?
Jimin se ríe.
Y Joon despeja su garganta. Torpemente—. Eso es, ah... eso es... muy bueno,
querida.
Luego Frank decide compartir—. El sexo es bueno. Te mantiene calmado. Yo me
aseguro que tener sexo por lo menos tres veces por semana. No es que mi Estelle
esté en ninguna de esas cosas raras, pero en cuarenta años de matrimonio, ella
nunca ha tenido un dolor de cabeza.
Estelle sonríe con orgullo a su lado.
Y Yoongi cubre su rostro con sus manos.
El resto de nosotros simplemente observa. Los ojos y boca ligeramente abiertos.
Hasta que Jungkook lanza su cabeza hacia atrás y se ríe—. Es tan genial —limpia
sus ojos, casi llorando.
JaeHwa sacude su cabeza—. Esperen. Hay más. ¡Adelante, Jiwoo!
Jiwoo rueda sus ojos—. Bueno, eso significa que van a tener un bebé, por supuesto.
Voy a ser una hermana mayor.
Las felicidades estallan alrededor. Anne está llorando mientas abraza a su hija—.
Estoy muy feliz por ti, cariño.
Jungkook está de pie y abraza a su hermana dulcemente—. Felicitaciones, Jae —
Luego golpea a Seung en la espalda—. Conservaré lista la habitación de invitados
para ti.
Estoy confundido—. ¿La habitación de invitados?
Jungkook explica—. La última vez que JaeHwa estuvo embarazada, echó a Seung,
no una, ni dos, sino cuatro veces.
Yoongi se une—. Y eso sin contar la vez que lo dejo quedarse, pero tiró toda su
mierda por la ventana.
Jungkook suelta una carcajada—. Parecía como si un camión de reparto de Barney
exploto en Park Avenue. Los desamparados nunca se habían vestido tan bien.
JaeHwa rueda sus ojos y se vuelve a mí—. Las hormonas del embarazo. Pueden
causar algunos cambios de humor muy malos. Tiendo a ponerme un poco… perra…
cuando estoy embarazada.
Jungkook sonríe—. A diferencia del resto de las veces, ¿cuando estás tan
agradable?
¿Sabes cómo algunos perros todavía siguen masticando tus zapatos —no importa
cuántas veces le pegas con un diario? ¿Simplemente no pueden resistirse?
Jungkook es uno de esos perros.
JaeHwa se gira a su hermano como un gato siseando a una serpiente.
—Sabes, Jungkook, ¿estando encinta? Es algo así como una tarjeta de ―sal libre
de la cárcel. No hay un jurado en el país que me condenaría.
Él se aleja lentamente.
Niego con la cabeza, entonces le pregunto a JaeHwa—. Aparte de eso, ¿cómo
estás?
Se encoge de hombros—. Estoy cansada, sobre todo. Y los vómitos no ayudan.
La mayoría de las mujeres se enferman por la mañana, pero yo lo consigo por la
noche, lo que apesta bastante.
Eh
Vómitos.
Cansancio.
Cambios de ánimo.
Sin duda suena familiar.
¿Qué? ¿Por qué me miras así?
No, no, todo el mundo sabe que es algo difícil que se de el embarazo masculino,
además usamos anticonceptivos. Y mi periodo de fertilidad no debe... uno... dos...
Cuatro...
Cinco...
Mi período debió ser hace cinco días.
Oh.
Mi.
Dios.
CAPITULO 5
La negación es una habilidad que dominé a una temprana edad.
No lo pienses. No hables de ello. Aguántate.
Ahógalo.
No lloré la noche en que mi padre murió.
No cuando el Sheriff Mitchell llegó a nuestra puerta para llevarnos al hospital, o
cuando el doctor nos dijo que lo habían perdido. No derramé ni una lágrima durante
el velatorio, o en el funeral.
Gracias por sus condolencias.
Sí, voy a ser fuerte por mi madre.
Eres tan amable.
Ocho días después de que él estuviera yaciendo en el suelo, mi madre trabajaba en
la cafetería de abajo. Yo estaba en nuestra cocina, tratando de abrir un frasco de
pepinillos.
Entré en la habitación de mis padres y llamé a mi papá por ayuda. Y fue entonces
cuando me di cuenta, mirando su habitación vacía. Él no estaba allí.
Nunca estaría ahí otra vez. Me desplomé en el suelo y lloré como un bebé.
Sobre un frasco de pepinillos.
Ese mismo conjunto de habilidades son las que me ayudan a atravesar el resto de
la noche con los Jeon. Sonrío. Hablo. Abrazo a Jiwoo como despedida.
Jungkook y yo nos vamos a casa y hacemos el amor.
Y no le digo.
No gritas fuego en una sala de cine si no estás seguro de que hay llamas.
¿Has visto Lo que el viento se llevó? Scarlett O'hara es mi ídolo.
"No puedo pensar en esto ahora. Pensaré en ello mañana."
Ese es mi plan. Al menos por el momento.
***
***
Cuando regreso dos horas más tarde, Jungkook está sentado en mi escritorio,
tamborileando una pluma con impaciencia contra la madera oscura. Generalmente
comemos el almuerzo, juntos –lo ordenamos– y lo compartimos en una de nuestras
oficinas.
—Oye.
Levanta la mirada.
—Hola.
—¿Ya pediste o me estabas esperando?
Parece confundido.
—¿Eh?
Me acomodo sobre el borde de la mesa.
—Almuerzo, Jungkook. Es por eso que estás aquí, ¿no?
Sacude su cabeza.
—En realidad, quería hablar contigo sobre la cena. Un nuevo lugar fue abierto en
Little Italy, y realmente podría pedir un poco de pasta. Iba a hacer reservaciones
para nosotros esta noche. A las siete.
Me congelo.
No tengo mucha práctica mintiendo. No desde la secundaria, de todos modos.
Incluso entonces, había un montón de mentiras abiertas. Más... omisión de mis
actividades que habrían hecho que mi madre volara.
Cuando era necesario mentir, Jimin era mi chico, mi coartada.
Eso no ha cambiado.
—No puedo esta noche. Jimin quiere tener una noche de chicos. No hemos tenido
una de esas en mucho tiempo.
Vamos a hacer una pausa por un momento. Esto es importante.
¿Puedes ver su cara? Mira de cerca o te lo perderás.
Por un momento, hay un destello de sorpresa. Un toque de ira... tal vez dolor.
Pero luego lo atrapa y suaviza su expresión en posición neutral. Perdí esa mirada la
primera vez. Deberías recordarlo.
Tendrá mucho más sentido en aproximadamente diez horas.
La voz de Jungkook es plana. Como un detective tratando de hacer tropezar a un
perpetrador.
—Viste a Jimin anoche.
Mi estómago gorjea como Pop Rocks en soda.
—Eso fue diferente todo el mundo estaba allí. Esta noche seremos sólo nosotros
dos. Tomaremos unos tragos, tal vez comer unos aperitivos que engorden, y luego
voy a casa.
Jungkook se levanta, sus movimientos apresurados, tensos.
—Bien, Taehyung. Haz lo que quieras.
Intenta caminar delante de mí, pero lo agarro de su cinturón.
—Oye. No seas así. Podemos salir a cenar mañana. No te enojes.
Me deja jalarlo más cerca, pero no dice nada. Le doy una sonrisa coqueta.
—Vamos, Jungkook. Almorcemos. Y después, puedes tenerme.
Froto mi mano en su pecho, tratando de suavizarlo.
Pero no cede.
—No puedo. Tengo trabajo que terminar. Más tarde hablaré contigo.
Besa mi frente, y sus labios parecen detenerse un momento más de lo normal.
Luego se retira y se aleja.
***
***
Mientras trato de hacer que mis pies se muevan, dos grandes manos vienen detrás
de mí y cubren mis ojos. Una voz familiar susurra en mi oído:
—¿Adivina quién?
Me doy la vuelta, a punto de reventar. Vivir con alguien, particularmente durante los
años de universidad, crea un vínculo por las experiencias compartidas y preciosos
recuerdos.
—¡Daniel!
Daniel Walker es un tipo del tamaño de un mamut. Él y Arnold Schwarzenegger
podrían ser hermanos. Pero no dejes que te engañe. Es uno de esos caramelos
Werther; duro por fuera, suave y pegajoso por dentro. Es afectuoso. Comprensivo.
Compasivo.
Durante nuestro primer año, un ratón decidió trasladarse a nuestra casa
desvencijada. Todos votaron por matarlo, excepto Daniel. Construyó una trampa
con una cadena, cartón y un palo del que los Little Rascals estarían orgullosos.
Y en realidad atrapó al pequeño. Lo mantuvimos. En una jaula, como una mascota.
Lo llamamos Bud, por nuestra cerveza favorita.
Daniel me tira en un abrazo de oso, me levanta y me da vueltas. Luego me pone de
pie y besa mi mejilla
—Es tan bueno verte, Taehyung. ¡Te ves genial!
Sonrío tanto que me duele la cara.
—Gracias, Daniel. Tú también. No has cambiado ni un poco. ¿Cómo va todo?
—No me puedo quejar. Las cosas están bien, ocupado. Tengo todavía entrevistas
en los hospitales —Daniel es un anestesiólogo. Cada vez que pueden, él y Bob
trabajan juntos. Como Jungkook y yo. Continúa—: Pero la práctica de Bobbie está
en auge, así que soy el chico de los recados, por ahora. —Sostiene en alto una
bolsa de comida China para llevar.
Cuando el olor llega a mi estómago, se retuerce, haciéndome saber que no está
satisfecho. Trago duro. Él lanza un pesado brazo sobre mis hombros y conversamos
durante varios minutos. Acerca de su viaje, de Jimin y Bogum. Le cuento sobre
Jungkook y cómo quisiera que los cuatro saliéramos juntos a cenar.
Y luego hay un fuerte chillido de neumáticos.
Los dos giramos y vemos las luces traseras de un coche desaparecer a toda
velocidad del estacionamiento.
Daniel sacude su cabeza.
—Y pensé que los conductores de Filadelfia eran malos.
Me echo a reír.
—Oh no, los neoyorquinos tienen el monopolio sobre la mala conducción. Y los
locos fanáticos del béisbol. No uses el jersey de Filadelfia aquí; podría terminar en
una matanza.
Daniel se ríe y nos dirigimos al edificio.
***
Bueno, es oficial.
La vida como la conocía está terminada.
Estoy embarazado. Embarazado. El pan está en el horno y ese chico malo se está
horneando. No estaba realmente sorprendido. Sólo esperando estar equivocado.
Según Bobbie, mis antibióticos eran los culpables. Disminuyen la eficacia de las
píldoras anticonceptivas.
¿Ves lo que estaba diciendo acerca de esos folletos? Léelos. Apréndelos. Vívelos.
Es demasiado pronto para hacer una ecografía, así que tengo que regresar en dos
semanas. Y cada día también tengo que tomar vitaminas prenatales que son lo
suficientemente grandes para ahogar a un gran elefante.
Suertudo de mí.
Aparco mi coche en el garaje, pero no voy a la casa.
Una de las mejores partes de la vida en la ciudad es que siempre hay un lugar que
está abierto, un lugar para caminar con gente alrededor.
Salgo a la acera y camino unas pocas cuadras, tratando de aclarar mis ideas.
Intentando averiguar qué demonios debo hacer ahora.
Si te estás preguntando por qué no sueno feliz, es porque no lo estoy. Tienes que
entender, nunca fui ese chico. No jugué con muñecos. He jugado con la caja
registradora de mis padres. ¿Cuándo los niños querían ir a una tienda de juguetes?
Yo quería ir a una tienda de artículos de oficina.
Incluso antes de que mi ansia de independencia financiera empezara, mis sueños
giraban en torno a edificios de oficinas y escritorios, no cunas y cochecitos de bebé.
No es que no quiera niños. No quiero uno ahora. Ahora no era parte del plan.
Y luego está Jungkook. Él me ama, lo sé. Pero el embarazo cambia las cosas.
Significa estrías, vientre caído y noches sin dormir. No más vacaciones
espontáneas.
No más maratones de sexo.
Va a enloquecer. Definitivamente.
Me siento en un banco y veo los autos pasar.
Entonces una voz a mi derecha atrapa mi atención.
—¿Quién es un buen chico? ¡Hunnie lo es! Mi dulce niño.
Es un chico con suaves mechones rubios y ojos oscuros, de mi edad.
Y está sosteniendo una bolsa de baba.
¿Crees en las señales? Yo no.
Pero mi abuela sí. Era una mujer increíble, una respetada arqueóloga que hizo un
extenso estudio sobre las tribus de nativos americanos del sur. Adoraba a mi
abuela. Una vez me dijo que las señales estaban alrededor de nosotros. Guías para
conducirnos en la dirección correcta, hacia nuestro destino. Nuestro futuro. Que
todo lo que teníamos que hacer era abrir nuestros ojos y corazones, y
encontraríamos el camino.
Así que observo al joven padre y su hijo. Y entonces un hombre se une a ellos.
—Oye. Siento llegar tarde. Una maldita reunión me atrapó.
Supongo que es su marido. Lo besa. Y toma el paquete que él más bajito está
sosteniendo sobre su cabeza.
—Aquí está mi chico. Hola, amiguito.
Su sonrisa es tan caliente, tan hermosa, literalmente quita el aliento. La dorada
pareja se apoya uno contra el otro con ternura, el cariño mutuo, tirando de ellos
juntos como un imán.
Me siento como un voyeur, pero el momento es tan preciado que no puedo
ignorarlo.
Y es cuando me doy cuenta. No sólo estoy embarazado. Voy a tener un bebé.
Jungkook y yo hicimos un bebé. Una nueva persona.
Y una imagen aparece en mi cabeza. Tan clara. Tan perfecta.
Un pequeño niño de pelo oscuro, con la sonrisa sabelotodo de Jungkook y mi
chispeante personalidad. Una parte de cada uno de nosotros.
Las mejores partes.
Pienso en cómo Seung miró a JaeHwa, anoche, cuando anunciaron la noticia. Me
imagino la forma en que Jungkook me mira cuando piensa que no estoy prestando
atención. Y la forma en que abrazó a Jiwoo cuando se quedó dormida a su lado en
el sofá. Recuerdo lo maravilloso que se siente enseñarle a tocar guitarra.
Y lo increíble que sería enseñarle a un bebé... todo.
Jungkook adoraría tener a un pequeño alguien para mostrarle cosas, como la forma
de jugar ajedrez y baloncesto.
Y cómo maldecir en cuatro idiomas diferentes.
Jungkook no es Joey Martino. Su familia lo es todo para él.
Es decir que soy todo para él.
Y voy a tener su bebé. Dios mío. Las hormonas del embarazo deben ser una
sobrecarga, porque las lágrimas llenan mis ojos y corren por mis mejillas. Lágrimas
de felicidad.
Porque va a estar bien.
Tal vez tendré estrías, pero esto es Nueva York, la capital de la cirugía plástica del
mundo. Y claro, hay cosas que quiero lograr profesionalmente.
Y lo haré. Porque Jungkook estará allí para ayudarme. Para apoyarme. Como ha
hecho desde el día en que lo conocí.
Va a estar emocionado, como un niño recibiendo un regalo inesperado en la
mañana de navidad. Va a ser una sorpresa al principio, ¿pero no puedes verlo?
Eufórico. Encantado.
—Disculpe, jovencito, ¿está bien? —Debo estar llorando más fuerte de lo que
pensaba, porque el papá del bebé me está mirando con preocupación.
Limpio mis mejillas, avergonzado.
—Sí, estoy bien. Sólo... —Miro a su hijo—. Él es tan hermoso. Son tan hermosos.
Me descompongo en una ronda de sollozos frescos, y el más bajito da un paso
atrás.
Genial. Ahora soy el loco en un banco.
— ¿Hay alguien al que necesite que llamemos? —Pregunta.
Tomo un respiro y me controlo. Entonces sonrío
—No. Estoy bien. De verdad. Es que... voy a tener un bebé.
Ahí está.
Ya lo dije.
Claro, sólo lo dije a dos perfectos desconocidos, lo que es un poco raro, pero aun
así. ¿Tengo miedo? Claro que sí. Pero nunca me he escapado de un reto en mi
vida, ¿por qué empezar ahora?
—Felicitaciones y buena suerte, joven.
—Gracias.
La familia da vuelta y caminan juntos por la calle. Mientras los veo irse, una
exhibición del almacén a la derecha llama mi atención. Es una tienda de mercancía
Yankee, y en la ventana hay una diminuta camiseta que dice, FUTURO LANZADOR
DE LOS YANKEES. Y mi emoción florece como una flor en una selva tropical.
Porque ahora sé cómo voy a decirle a Jungkook.
CAPITULO 6
¿Qué sabes acerca de ESP? Percepción extrasensorial; el conocimiento de un
incidente antes de que suceda. Todos tenemos un poco de ello, ese otro noventa
por ciento de nuestro cerebro que no usamos.
Son esos momentos en el auto cuando piensas en una canción que no has oído en
años, y es la siguiente que viene en la radio. Son esas mañanas en que recuerdas a
un viejo amigo y a la hora de cenar el teléfono suena, y es el amigo en el que
pensabas.
Nunca he sido un gran creyente en ese tipo de cosas. Pero cuando el empleado de
la tienda me dio mi cambio por la pequeña camiseta, una bola de ansiedad se
instaló profundamente en mi vientre. Y no eran mariposas normales. Era urgente.
Un malestar desesperado, como cuando te das cuenta de que olvidaste pagar una
factura de la tarjeta de crédito.
Tenía que ver a Jungkook. Tenía que hablar con él –decirle– y tenía que ser ahora.
Caminé rápidamente por la calle. Bueno... lo más rápido que pude.
Con cada paso que me acercaba más a nuestro edificio, la preocupación
aumentaba de forma exponencial.
En ese momento lo atribuí a la noticia que estaba a punto de soltar. Pero ahora,
mirando hacia atrás, creo que era otra cosa.
Precognición.
Al momento en que me detuve fuera de la puerta de nuestro apartamento, mis
rodillas temblaban y mis palmas sudaban. Entonces agarré el pomo...
¿Si tienes un estómago débil? Puede que no quieras ver esto.
No va a ser bonito.
***
Entro en el apartamento. Las luces están apagadas. Pongo mis llaves sobre la mesa
y me quito el abrigo. Enciendo el interruptor en la pared, inundando la habitación
con luz.
Y es cuando lo veo.
Ellos.
Jungkook está de pie en medio de nuestra sala de estar, con la camisa
desabrochada, dejando al descubierto el pecho que he recorrido con los dedos más
de mil veces. La caliente piel bronce que me encanta tocar. Tiene una botella medio
vacía de NamjoonDaniels en una mano. Y la otra mano está oculta. Enterrada.
En una melena de pelo rojo.
Él es lo opuesto a mí en todos los sentidos. Gruesos mechones rojos, es tan alto
como Jungkook, incluso sin los zapatos. Sus labios son rojos y exuberantes,
bastante regordetes para darle envidia a Angelina Jolie. Y esos labios rojos
regordetes se están moviendo contra la boca de Jungkook.
Buenos besadores, muy buenos besadores, no sólo utilizan sus labios. Utilizan su
cuerpo entero, su lengua, sus manos, sus caderas.
Jungkook es un gran besador. Pero nunca he tenido la oportunidad de observarlo en
acción. Nunca lo he visto besando a nadie. Porque yo he estado en el extremo
receptor. El besado.
Pero ese no es el caso ahora.
Me quedo ahí aturdido. Observando. Y aunque sea sólo por unos pocos segundos,
se siente como por siempre. Como una eternidad.
En el infierno.
Luego Jungkook se inclina hacia atrás. Y casi como si supiera que he estado aquí
todo el tiempo, sus ojos encuentran los míos inmediatamente. Son duros.
Despiadados.
Y su voz es tan fría como el acero de una puerta al aire libre en una tormenta de
nieve.
—Mira quién está en casa.
Muchas personas se imaginan cómo reaccionarían si descubren a su novio o novia
engañándolos. Qué dirían. Cuán fuertes serían.
Honestos e indignados.
¿Pero cuando es de verdad? ¿Cuándo no se trata sólo de predicciones?
Esas emociones están peculiarmente ausentes.
Estoy entumecido por dentro.
Muerto.
Y mi voz no es más que un susurrante tartamudeo.
—¿Qué... qué estás haciendo?
Jungkook se encoge de hombros.
—Simplemente tengo un poco de diversión. Pensé, ¿por qué deberías ser el único
teniéndola?
Oigo las palabras, pero no las entiendo. Mis ojos se entrecierran y mi cabeza se
inclina, como un perro desconcertado.
Jungkook se aleja del pelirrojo y toma un trago de la botella. Se estremece mientras
traga.
—Te ves confundido, Taehyung. Te lo explicaré. La primera regla de mentir es
siempre tener la coartada correcta. Mira, ahora mismo, Yoongi y Jimin están en un
avión a Las Vegas. Yoongi ha estado planeando el viaje durante semanas, una
segunda luna de miel sorpresa. Así que sabía que estabas lleno de mierda esta
tarde. Sólo tenía que ver si realmente seguirías adelante con la mentira. Así que te
seguí. Te va a encantar el GPS.
El año pasado, una mujer llamada Kasey Dunkin desapareció después de una
noche de fiesta con sus amigos en la ciudad. Estuvo en todas las noticias. La policía
pudo localizar su teléfono en un almacén abandonado en Brooklyn, y a pesar de que
ella había sido apuñalada varias veces, sobrevivió. Jungkook y yo tuvimos el mismo
tipo de programa instalado en nuestros teléfonos al día siguiente.
—¿Me has seguido?
Me siguió hasta la oficina de Bob. Él sabe a dónde fui. Eso significa...
—Sip. Sabía dónde te encontrabas. Lo sé todo. Joder, te vi.
Él sabe... Jungkook sabe que estoy embarazado.
Y, obviamente, no está contento.
Mi voz se eleva a medida que hablo, ganando impulso.
—¿Sabes? —Señalo al hombre que nos está mirando como si fuéramos su propia
telenovela personal—. ¿Y así es como reaccionas?
Jungkook parece confundido.
—¿Jodidamente siquiera me conoces en absoluto? ¿Cómo diablos creías que iba a
reaccionar?
He visto a Jungkook molesto antes.
Irreflexivo.
Frustrado.
Pero esto es diferente.
Esto es... cruel.
—¿Ni siquiera vas a tratar de negarlo? ¿Hacerme pensar que estoy delirando?
—Me pregunta. Por un momento su cara se arruga. Y parece... angustiado, como
una víctima de tortura a punto de romper su silencio—. ¿No vas a decirme que
estoy equivocado, Taehyung?
Parpadea y la mirada angustiada se ha ido. Y estoy bastante seguro de que sólo la
imaginé.
Una ilusión.
Cruzo los brazos sobre mi pecho.
—No voy a hablar de esto contigo en frente de una audiencia.
La mandíbula de Jungkook se cierra con terquedad.
—¿Vas a terminarlo?
Mis pies se mueven hacia atrás, lejos de él, por su cuenta. Y mi mano cae de
manera protectora a mi abdomen.
—¿Qué?
—Dije: ¿vas a jodidamente terminarlo? —repite, impaciente con mi estado de shock.
Políticamente, Jungkook está a favor del aborto. A pesar de su educación católica,
respeta y ama a las mujeres y hombres de su familia demasiado como para dejar
que un anciano en el Congreso dicte lo que pueden o no pueden hacer con sus
cuerpos. Pero emocionalmente (moralmente) siempre he pensado que era provida.
Así que el hecho de que esté de pie aquí diciéndome que aborte un niño, nuestro
hijo, es sólo... incomprensible.
—No lo he hecho... No he tenido tiempo para pensar en ello.
Se ríe amargamente.
—Bueno, es mejor que empieces a pensar, ¿porque hasta que tu pequeña
indiscreción está fuera de la foto? Ni siquiera quiero verte, y mucho menos hablar de
cualquier cosa.
Sus palabras me golpearon como una ráfaga de viento en un día frío. Del tipo que te
deja sin aliento.
Jungkook no es Joey Martino.
Él es peor.
Porque él quiere que yo elija. Un ultimátum. Al igual que hizo con Bogum. ¿Y de qué
demonios está hablando, mi indiscreción? ¿Como si hubiera hecho que sucediera
por mí cuenta?
Y luego entiendo su ira. Su afán de venganza. Comienza a tener sentido.
—¿Crees que planeé esto? ¿Que lo hice a propósito?
Él sonríe, e incluso una persona sorda sería capaz de oír el sarcasmo.
—No, por supuesto que no. Estas cosas suceden a veces, ¿no? Aun cuando no
quieras.
Abro la boca para discutir, explicar, pero la risita del stripper me interrumpe. Lo miro.
—¡Fuera de mi casa antes de que te eche con el resto de la basura! —¿En
situaciones como esta? Las personas pueden reducirse una a la otra más rápido
que un distribuidor de árboles en la víspera de Navidad. Pero no es porque seamos
mezquinos. O maliciosos.
Es porque es más fácil ir detrás del amante sin nombre que admitir que la verdadera
culpa la tiene el hombre que se suponía iba a amarte. Quién se supone que sea
entregado. Fiel.
Y no lo fue.
—Lo siento, cariño, no pagas por éste espectáculo. Voy a donde el hombre del
dinero me dice —explica.
Jungkook enrolla un brazo alrededor de su cintura y sonríe con orgullo.
—Él no va a ninguna parte. Estamos empezando.
Encuentro la fuerza para levantar una ceja. Y tratar de formar una respuesta.
—¿Ahora pagas, Jungkook? Es patético.
Él sonríe.
—No te hagas ilusiones, cariño, he estado pagando durante los últimos dos años
también. Sólo que fuiste un poco más caro que un puto promedio.
Debería haberlo sabido mejor. Discutir con Jungkook es como tratar con un
terrorista. Él no tiene fronteras; nada está fuera de los límites. No hay profundidades
en las que no se hunda para ganar.
Luego me mira pensativo.
—Aunque debo decir que, a pesar de cómo todo esto resultó, fuiste dinero bien
gastado. Especialmente esa noche, contra el fregadero de la cocina… —Hace un
guiño—… vale la pena cada centavo.
Me estoy muriendo. Cada horrible palabra me atraviesa como una cuchilla
rebanadora. ¿Puedes ver la sangre? Rebosando lentamente con cada atroz sílaba.
Deslizándola, así es más doloroso de lo que alguna vez tenía que ser.
Pareces sorprendido. No debes estarlo.
Jeon Jungkook no quema puentes. Él utiliza dinamita en ellos. Destrozando el
puente, las montañas que lo conectan, y cualquier otra cosa viva con la mala suerte
de estar dentro de un radio de ochenta kilómetros.
Jungkook nunca hace nada a medias. ¿Por qué destruirme sería diferente?
Me giro para caminar por el pasillo antes de derrumbarme frente a él como una
pirámide egipcia.
Pero me agarra del brazo.
—¿A dónde vas, Taehyung? Quédate, tal vez puedas aprender un truco nuevo.
¿Sabes cómo la personalidad de alguien puede hacerlo más atractivo? ¿Al igual
que ese chico en la escuela secundaria que, a pesar de la falta de tono muscular y
el caso leve de acné, era capaz de correr con la multitud popular? Porque decía las
bromas más divertidas y tenía las mejores historias.
Me gustaría poder decirte que funcionaba a la inversa. Me encantaría poder decir
que las palabras de Jungkook transformaban mágicamente su cara en la
monstruosidad que decía.
Pero no puedo.
Míralo.
Me imagino que así es como Lucifer se veía cuando Dios lo arrojó del cielo.
Amargado y roto. Pero siendo tan dolorosamente hermoso.
Libero mi brazo. Y mi voz es muy aguda, casi histérica.
—¡No me toques! ¡Nunca me toques otra vez!
Sonríe lentamente, la imagen misma de la serenidad. Se limpia la mano en los
pantalones, como si acabara de tocar algo sucio.
—Eso realmente no será un problema para mí.
Voy a vomitar. Voy a vomitar sobre sus zapatos negros de Bruno Magli.
Y no tiene nada que ver con el embarazo.
Me muevo por el pasillo, obligándome a caminar. Porque me niego a dejar a
Jungkook verme huir de él.
***
CAPITULO 7
La característica que define a una personalidad tipo A es tener metas y contar con
las estrategias para alcanzar esos objetivos. Definitivamente soy un tipo A.
La planificación es mi religión; la lista de tareas es mi Biblia.
Pero cuando llego a la mitad del vestíbulo del edificio que ha sido mi hogar durante
los últimos dos años, me congelo, porque por primera vez en mi vida, no tengo idea
de qué hacer a continuación. Sin rumbo.
Y es aterrador, me siento sin peso, como un astronauta al que le han cortado su
ancla, a la deriva en el espacio. Desolado, condenado al fracaso.
Mi vida gira en torno a Jungkook, y nunca pensé que necesitaría un plan de
contingencia.
Mis manos comienzan a temblar en primer lugar, luego mis brazos y mis rodillas, los
latidos de mi corazón se aceleran y estoy seguro de que me estoy hiperventilando.
Es la adrenalina, la respuesta a la lucha o la huida, es un fenómeno asombroso. Es
la acción sin pensamiento, un movimiento sin el permiso del cerebro.
Y la mía está en pleno apogeo, cada miembro me grita que me mueva, que me
vaya. A mi cuerpo no le importa donde, siempre y cuando no sea aquí. Corre, corre
tan rápido como puedas, no me puedes alcanzar, soy el hombre de jengibre.
El hombre de jengibre fue afortunado, tenía a alguien que lo perseguía.
—¿Joven Kim?
Al principio no lo oigo. El sonido de mi propio pánico es demasiado ensordecedor,
como mil murciélagos en una cueva sellada.
Luego toca mi brazo, trayéndome de regreso a la tierra—. ¿Joven Kim?
¿El caballero canoso de preocupados ojos verdes con la elegante chaqueta negra?
Es Lou, nuestro portero.
Es un buen tipo, casado hace 23 años, con dos hijas en la universidad. ¿Has notado
que siempre se menciona a un portero Lou, Harry o Sam? ¿Como si el nombre que
le habían dado predeterminara de alguna manera su ocupación?
—¿Le consigo algo?
¿Me consigue algo?
Una lobotomía sería perfecta ahora mismo. Nada del otro mundo sólo un punzón, un
martillo y seré el miembro más feliz del club de mentes inmaculadas.
—¿Se encuentra bien, joven Kim?
Conoces ese dicho, ―Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado en
absoluto
Es una tontería, quién dijo eso no sabía ni una mierda sobre el amor. La ignorancia
es mejor; es indoloro.
¿Pero conocer la perfección, tocarla, saborearla, respirarla cada día, y que luego se
lo lleven? La pérdida es agonía, y cada centímetro de mi piel duele con ello.
—Yo necesito... Tengo que irme.
Sí, esa es mi voz, la versión aturdida y confundida, como un herido en un choque
masivo, que sigue diciendo a quien le escuche que la luz estaba en verde.
No se suponía que terminaría así, no debía de terminar en absoluto. Él lo escribió
en las nubes, ¿recuerdas?
Para siempre.
Lou mira el bolso en mi hombro—. ¿Se refiere al aeropuerto? ¿Llega tarde a un
vuelo?
Sus palabras retumban en el pozo sin fondo que ahora es mi mente.
Aeropuerto… Aeropuerto… Aeropuerto... Vuelo… Vuelo... Vuelo.
Cuando los pacientes de Alzheimer empiezan a perder sus recuerdos, son los más
recientes los que se van primero. Los viejos, la dirección de la casa en la que
crecieron, el nombre de su maestra de segundo grado, estos se quedan alrededor,
porque están arraigados. Una gran parte de la persona que tiene esa información es
casi instintiva, como saber cómo tragar.
Mis instintos se encargan, y empiezan a planear.
—Sí, tengo que ir al aeropuerto.
¿Sabes algo acerca de los lobos? Son animales de manada.
Familiar.
Salvo cuando están heridos.
Si eso sucede, el lobo herido entra solo en la noche, así no atrae a los
depredadores, y regresa a la última cueva que la manada ocupó, porque le es
familiar, seguro, y se queda allí para recuperarse.
O morir.
—¿Lou? —Él se vuelve hacia mí desde la puerta—. Necesito un poco de papel y un
lápiz, tengo que enviar una carta. ¿Podría enviarla al correo por mí?
Los porteros de Nueva York no sólo abren las puertas. Son repartidores, carteros,
guardaespaldas y recaderos.
—Por supuesto, joven Kim.
Me entrega una hoja de papel limpia y un bolígrafo, luego sale para conseguir mi
taxi. Me siento en el banquillo y escribo rápidamente, cualquier niño de nueve años
te puede decir que es la mejor manera de arrancar una curita.
Se parece a una nota de suicidio, en cierto modo, creo que lo es.
Para mi carrera.
Está vacío.
Y siento que mi pecho se desmorona en sí mismo, mis respiraciones salen con
rapidez, jadeando por el dolor, como cuando te tuerces un tobillo. Y mi visión se
nubla mientras lentamente las puertas del ascensor se cierran.
Parece tan simbólico.
Creo que tengo mis propias puertas cerradas ahora, ¿eh?
Me limpio los ojos, aspiro, y ajusto la bolsa en mi hombro.
—Sí, Lou. Estoy listo ahora.
CAPITULO 8
Anormal.
Dicen que la pena es un proceso, con etapas.
Bastardo.
Y las separaciones son como una muerte. El fallecimiento de la persona que eras,
de la vida que habías planeado tener.
Chupa pollas.
La primera etapa es el shock. Entumecimiento, como uno de esos árboles en un
bosque, después de que un incendio lo ha arrasado, están quemados y huecos,
pero de alguna manera todavía en pie.
Como si alguien olvidara decirles que se supone deberían yacer en el piso cuando
se está muerto.
Desgraciado.
¿Quieres aventurar una respuesta de cuál es la segunda etapa?
Ah sí, es la ira.
Lo qué has hecho por mí últimamente, estoy mejor sin ti; nunca me gustaste de
todos modos, ira.
Lame-bolas. No, es lamentable. Lame-culo.
Mejor.
¿Los obscenos insultos? Es un juego que Jimin y yo inventamos en la universidad,
para ventilar nuestra frustración contra los profesores fuera-de-tacto, que caminan
con un palo en el culo y que nos estaban dando un mal rato.
Siéntate libre de saltar en cualquier momento, es liberador.
Y por alguna razón, es mucho más fácil cuando eres estudiante universitario.
Cara de culo.
De todos modos —¿qué estaba diciendo? Es cierto —ira.
Gilipollas.
La ira es buena, el fuego es combustible, el vapor es poder y la rabia te mantiene en
pie, cuando todo lo que realmente quieres hacer es curvarte en una pelota en el piso
como un armadillo asustado.
Intestino herniado.
Este es un hecho para ti: los hombres casados viven de siete a diez años más que
los solteros. En cambio los que tienen que aguantarlos, mueren ocho años antes
que sus contrapartes solteros.
¿Estás sorprendido? Ni yo.
Pene infectado.
Porque algunos hombres son parásitos, chupadores de vida variados de la selva
que se introducen en tus genitales, entonces ponen sus huevos en tus riñones.
Y Jeon Jungkook es su líder.
Pajero.
La azafata me pregunta si me gustaría una bebida de cortesía.
Estoy en el avión, ¿no había mencionado eso?
No tomo la bebida; trato de evitar el baño del avión, hay demasiados recuerdos.
Divertidos y dulces recuerdos.
Coño.
Verás, a Jungkook no le gusta volar, nunca salió y dijo eso, nunca dejó que lo
detuviera, pero me di cuenta.
Volar requiere que le entregue las riendas a alguien más, dejar ir la ilusión del
control y todos sabemos que Jungkook tiene suficientes problemas de control para
llenar el gran cañón.
Justo antes del despegue, se pondría de mal humor, tenso, y entonces, después de
que la señal del cinturón de seguridad se apaga, sugeriría un viaje conjunto al
lavabo.
Para aliviar un poco de esa tensión.
Yo nunca podría decir que no.
¿El club de sexo en las alturas?, ahora soy un miembro de oro.
Saco de semen.
Después de que el carro se mueve junto a mí, me reclino en el respaldo de mi
asiento y cierro los ojos. Y pienso en lo que cada amante despreciado sueña.
Venganza.
Sufrimiento.
Castigo.
Abusador de Llamas.
No es que me vuelva Lorena Bobbitt sobre él, mi arma más poderosa es la culpa,
mucho más letal que un machete.
Así que mis escenarios de venganza giran en torno a... la muerte.
Mi muerte.
A veces es cáncer; a veces es el parto, pero en cada uno, Jungkook está golpeando
la puerta en mi lecho de muerte, rogando por entrar, para decirme lo jodidamente
equivocado que estaba, cuanto lo siente.
Pero siempre llega demasiado tarde, yo ya me había ido y ese conocimiento lo
destruye, lo deja destrozado. Arruinado.
La culpa le come lentamente, como un diente en un vaso de Coca-Cola.
Bolsa de huevos.
Y pasará el resto de su vida vestido solo de negro, como una abuela italiana de
ochenta años de edad.
Manosea orcas.
Sonrío.
Es una buena idea.
Es una palabra con doble puntuación.
Jimin estaría muy orgulloso.
Gas vaginal.
Oh sí, fui ahí.
Gusano.
Sabes, creo que es mejor así, nada de mentiras. Si miro la situación objetivamente,
estoy mejor así.
Jungkook me hizo un favor.
Devorador de esperma.
¿Por qué aunque le gusta jugar a disfrazarse en el traje grande de papá?
Emocionalmente es un adolescente, un niño.
Rascaculos.
Del tipo con el que a nadie le gusta jugar, ¿Por qué cuando un juego no va como
quiere? Rompe el tablero en pedazos.
Infección del tracto urinario.
¿Y quién lo necesita?
Yo no, no señor. Merezco más.
Vagina.
Voy a superar esto. Soy Kim Jodido Taehyung.
Voy a tener éxito.
Sobreviviré.
Perseveraré.
Putón.
Incluso si es sólo para fastidiarlo. Mi segundo nombre es obstinado.
Cojín maxi-absorbente.
Estaba bien antes de Jungkook, y estaré bien después de él.
Sólo porque nunca he estado solo, no significa que no pueda estarlo.
Yo. No. Lo. Necesito.
De verdad.
Filtración de levadura.
¿Estás convencido?
Cabeza de grano.
Sí.
Yo tampoco.
***
Sé lo que te estás pensando, ¿por qué? Esa es la gran pregunta, ¿no?
La que Nancy Kerrigan hizo famosa, la que hace todo el mundo queriendo una
respuesta cuando la tragedia golpea.
¿Por qué, por qué, por qué?
A los seres humanos les gustan las explicaciones. Anhelamos las razones, algo a
quien culpar, los diques estaban demasiado bajos, el conductor estaba ebrio, la
falda era demasiado corta, la lista es interminable.
El viaje de Akron a Greenville dura unas tres horas. Eso es mucho tiempo para
conducir y pensar, paso el viaje entero pensando acerca del por qué.
Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, le hubiera preguntado. Ojalá que todo esto
fuera un terrible error, un malentendido, como en Romeo y Julieta o West Side
Story.
Pero de verdad, ¿qué probabilidades hay de eso? Si tuviera que adivinar, diría que
Jungkook no estaba listo para crecer, para tomar ese nivel de responsabilidad, de
compromiso.
Mira mi mano. ¿Ves un anillo? Eso no es un accidente.
Es un tío maravilloso para Jiwoo, dedicado, nutrido.
El tipo de hombre que le pega a otro comprador por el último muñeco Elmo
Cosquillas o Cabbage Patch Kids, dos días antes de Navidad. Él haría cualquier
cosa por ella.
Pero ser padre es diferente, todo depende de ti y sin embargo nada es nunca sobre
ti otra vez y esa es la parte que creo que Jungkook no pudo manejar.
Personalmente, yo culpo a Anne y JaeHwa, no me malinterpretes, son buena gente,
pero déjame ponerlo de esta manera: el verano pasado, JaeHwa nos tenía a todos
en la casa de campo de sus padres para el cumpleaños de Jiwoo, Jungkook y yo
llegamos tarde porque nos detuvimos en una carretera desierta para besarnos.
Por cierto, ¿sexo en el auto? Es una cosa maravillosa, si alguna vez quieres sentirte
joven y desenfadado, hazlo en el asiento trasero, pero estoy divagando.
Así que ahí estamos, holgazaneando junto a la piscina, y me levanto para tomar un
trozo de pizza, pero, ¿Jungkook se levanta? Por supuesto que no, porque su madre
ya le ha calentado una rebanada crujiente y fresca en la cocina.
Y su hermana se la trajo a su sillón, con una cerveza fría.
¿Estaban rotas sus piernas? ¿Sufría de un inicio temprano de la enfermedad de
Parkinson que le hacía imposible para él calentar su propia comida? ¿O, Dios no lo
quiera, comerla fría? No, es justo la manera en que son con él, como siempre han
sido.
Mimándolo, siendo indulgentes.
Y yo no puedo evitar pensar que si Anne y JaeHwa le hubieran dejado conseguir su
propia maldita pizza de vez en cuando, entonces tal vez hubiera tomado mejor la
noticia, estando más preparado.
Al final, no importa, el conocimiento del por qué no cambia nada. Así que cuando
paso el letrero de BIENVENIDO A GREENVILLE, me prometo no preguntarme
alguna vez el por qué otra vez, no perderé la energía.
Pero ¿sabes una cosa? Dios tiene un sentido del humor.
Porque me estaré preguntando el por qué otra vez en sólo unos días.
Por una razón totalmente diferente e infinitamente más devastadora.
Lamento tener que decir esto, pero sí, en realidad se pone peor.
Ya verás.
***
CAPITULO 9
El ser humano promedio gasta un tercio de su vida en cama.
Ocho mil trescientos treinta y tres días. Doscientas mil horas.
¿Por qué te estoy diciendo esto? Porque nunca deberías sentirte mal por gastar
mucho dinero en ropa de cama decente. Una buena manta no tiene precio.
Cuando eres joven, te protege contra el hombre del saco. Y cuando no eres tan
joven, mantiene caliente tus viejos huesos.
Mi madre tira de mi edredón hasta mi barbilla, arropándome en mi cama de infancia,
como un niño de seis años durante una tormenta.
Después de mi ataque en la sala de descanso, me llevó arriba al pequeño pero
pintoresco apartamento de dos dormitorios encima de la cafetería donde me crié.
Mi madre todavía vive aquí. La casa de mi juventud.
Ella limpia las lágrimas que caen por mis mejillas. Hipo y tartamudeo—. Yoyo-yo
soy... muy... es-s-estúpido.
Fui el mejor estudiante de mi clase en la escuela secundaria. Soy egresado de la
escuela de derecho de Harvard.
La ignorancia no es algo que conozco. Así que no puedo evitar sentir que debería
haberlo sabido — debería haberlo visto venir.
Después de todo, viví con Jungkook durante dos años. ¿Cuánto tiempo se tarda
para que un leopardo cambie sus manchas?
Oh, es verdad, no lo hacen.
Mi madre cepilla mi cabello lejos de mi cara—. Silencio, Tae.
Mis ojos están hinchados y mi nariz está moqueando, haciendo que mi voz suene
nasal e infantil—. ¿Q-q-qué...v-v-voy a hacer, mamá?
Ella sonríe con calma, como si tuviera todas las respuestas. Como si tuviera el
poder para tomar cualquier daño —éste— tan fácilmente como ella solía besar lejos
el dolor de mis lastimadas canillas y rodillas raspadas.
—Vas a dormir ahora. Estás tan cansado.
Continúa corriendo sus dedos por mi cabello. Es calmante. Relajante—. Duerme
ahora.... Duérmete mi dulce, dulce niño.
Mi padre me enseñó a tocar la guitarra, pero tengo la voz de mi madre.
Acostado en la cama, cierro mis pesados ojos cuando ella canta. Es una canción de
Melissa Etheridge acerca de los ángeles sabiendo que todo irá bien. Es la misma
canción que cantó para mí la noche que mi padre murió —la noche que durmió en
esta cama conmigo. Porque no soportaba dormir en su cama sola.
Con la voz de mi madre en mis oídos, finalmente me dejó ir.
Y duermo.
***
***
***
CAPITULO 10
—Kim TaeTae en un uniforme de vaquero. Es de verdad, ¿o algún
monstruosamente vivo recuerdo de LSD?
Tenía seis años la primera vez que la vi a Park Bogum.
Al mismo tiempo que Joey Martino abandono a JiHyun en esa habitación. Su
hermana menor, Sophie, fue expulsada de la casa.
Porque ella también estaba embarazada.
Al parecer la vieja señora Park estaba suscrita al Querida Mamita, un estilo de
crianza —con alambres de suspensión y todo. De todos modos, cinco años más
tarde, Sophie murió en un laboratorio por una sobredosis de anfetaminas. El estado
tomó custodia de Bogum hasta que fueron capaces de rastrear algún familiar con
vida, Park JiHyun.
Jimin se quedó con nosotros el fin de semana mientras que su padre condujo a
California para traerlo. JiHyun entró en la casa de acogida y vio a un niño pequeño,
con los ojos huecos y una camiseta negra desgarrada. Y a partir de ese momento,
Bogum era suyo —aun cuando él no lo había dado a luz.
Durante los primeros cuatro meses que Bogum vivió con JiHyun y Jimin, no habló.
En absoluto. Nos seguía, hacia todo lo que nosotros hacíamos. Cuando jugábamos
a la escuelita él era la pizarra, cuando excavábamos por el tesoro, él era nuestra
mula.
Pero nunca habló.
Entonces un día JiHyun estaba haciendo unos mandados en la calle principal, y
pasaron por una tienda de empeño. Bogum se detuvo en su camino. Y observo la
ventana delantera.
A una guitarra rojo brillante.
JiHyun entró y se la compró. Por ese tiempo yo era muy bueno tocando, así que él
pensó que mi padre podría darle a Bogum unas lecciones también. Pero—aquí está
la cosa— ¿antes de que mi padre llegara a darle una lección? Bogum ya sabía
cómo tocar. Era un prodigio, como Mozart. Un verdadero genio musical.
A veces puede ser muy molesto con ello.
—Bogum.
Lanzo mis brazos alrededor de su cuello. Él me aprieta firmemente en la cintura y
mis pies dejan el suelo. Mi voz es amortiguada en su hombro—. ¡Dios, es bueno
verte!
Sé que piensas que es un imbécil. Pero no lo es. De verdad.
Sólo lo has visto a través de los coloridos lentes de Jungkook.
Bogum se aleja, sus manos en mis brazos. Han pasado unos ocho meses desde
que lo vi por última vez. Está tonificado y bronceado —saludable.
Se ve bien. Excepto por la barba. No me gusta la barba. Es gruesa y lanuda — me
recuerda a un leñador.
—Tú también, Taehyungie. Te ves... —Su frente se arruga. Y su sonrisa se
convierte en un ceño fruncido. —. Maldita sea. Te ves como una mierda.
Sí, ese es Bogum. Siempre sabía qué decirle a un chico.
—Vaya. Con líneas así, debes estar golpeándolas con un bate en los Ángeles. Por
cierto, hay una rata colgando de tu rostro.
Se ríe y frota su barba—. Es mi disfraz. Necesito uno ahora, sabes.
Justo en ese momento, un chico que parece para tener unos diez se nos acerca
tímidamente—. ¿Me puede dar su autógrafo, Sr. Park?
La sonrisa de Bogum se ensancha. Y toma el papel y lápiz ofrecido.
—Claro que sí —garabatea rápidamente, entrega el autógrafo y dice: —No dejes de
soñar, chico, ellos realmente se vuelven realidad.
Después de que el deslumbrado niño se aleja, Bogum se vuelve a mí, con ojos
brillantes—. ¿Qué tan genial es eso? —Él es la cosa más caliente en la música
estos días. Su último álbum se quedó en el número uno durante seis semanas, y
tuvo una gran presentación para los premios Grammy de este año. Estoy orgulloso
de él.
Está justo donde siempre he creído que podría estar.
Aun así, bromeo—. Con cuidado. Tienes que hacer que esa gran cabeza salga por
la puerta.
Se ríe—. ¿Qué haces aquí? Se suponía que yo iba a ir a la ciudad para que nos
viéramos la semana que viene.
Antes de que pueda responder, una cara aparece del aire al otro lado de la puerta
de vidrio.
Asustando la siempre amada mierda fuera de mí—. ¡Ah!
Es una mujer de cabello claro con ojos castaños enormes, sin pestañear. Como
ET en la peluca rubia.
Bogum gira—. Oh, esa es Evay.
—¿Evie?
—No, E-vay. Como eBay. Está conmigo. —abre la puerta y la chica ET entra,
manos dobladas firmemente en su cintura. Lleva polainas negras y una camiseta de
Bob Marley. La palabra flaca ni siquiera se le acerca. Ella me recuerda a uno de los
esqueletos en la clase de biología, con una fina capa color carne.
Es bonita, en una forma como de campo de concentración.
—Evay, él es Taehyung. Taehyung - Evay.
En el mundo profesional, los apretones de manos son importantes. Da un vistazo de
cómo hacer negocios con clientes potenciales. Puede hacer o romper un trato.
Siempre me aseguro de que mi agarre sea firme, fuerte.
***
CAPITULO 11
Cuando llegamos al cuarto en el motel de Bogum, es oscuro.
Tropezamos a través de la puerta, cansados, polvorientos y riendo. Me siento en el
sofá mientras que Bogum recoge un pedazo de papel en el mostrador de la cocina.
—¿Dónde está Evay?
Sostiene la nota—. Tomo un auto de regreso a los Angeles. Dijo que al aire sin
procesar invadía sus poros.
—No te ves muy destrozado por eso.
Saca dos cervezas de la nevera y se encoje de hombros—. Hay más de donde vino.
Nada de mierda en mi zapato.
Bogum recoge la guitarra que está en la mesa de café y toca algunos acordes.
Luego busca bajo el cojín y saca una bolsita de plástico transparente. Lo lanza a mí.
—Todavía haces los mejores porros de este lado del Mississippi, ¿o el
establecimiento te ha asimilado completamente al colectivo?
Sonrío y recojo la bolsa. Enrollar un buen porro toma concentración. Usas mucha
hierba y es sólo un desperdicio —demasiado poca y pierdes el propósito.
Se trata de un proceso relajante. Como tejer.
Lamo el borde del papel y lo aliso. Luego se lo paso a Bogum.
Lo mira con admiración—. Eres un artista.
Pone el porro entre sus labios y enciende su Zippo.
Pero antes de que la llama toque la punta, cierro la tapa de metal con fuerza.
—No. Podría drogarme por el contacto.
—¿Entonces?
Suspiro. Y miro a Bogum a la cara—. Estoy embarazado.
Sus ojos se amplían. Y el porro cae de sus labios.
—¿No mierda?
Niego con la cabeza—. No mierda, Bogum.
Se gira hacia adelante, mirando la mesa. No dice nada por varios momentos, así
que lleno el espacio muerto.
—Jungkook no lo quiere. Me dijo que abortara.
Las palabras salen sin vida. Planas. Porque todavía no puedo creer que sean
verdad.
Bogum se vuelve a mí y sisea—. ¿Qué?
Asiento. Y lo lleno con los detalles más sórdidos de mi salida de Nueva York.
Para cuando estoy acabado, él está sobre sus pies, enojado y paseando.
Murmura—. Ese hijo de puta me debe un arma.
—¿Qué?
Hace un gesto—. Nada —Luego se sienta y empuja una mano a través de su
pelo—. Yo sabía que era un idiota, lo sabía. Realmente no lo tomé por un Junho
Chae, sin embargo.
Cada pueblo tiene dos lados de las vías —el lado bueno y el lado no tan bueno.
Chae Junho llegó desde el lado bueno de Greenville, con rociadores automáticos y
una McMansion con estuco. Él era un senior, en nuestro segundo año de
secundaria. Y desde el primer día de escuela ese año, Junho estaba enfocado en
una cosa: Park Jimin.
Bogum lo odio a la vista. Siempre ha sido desconfiado de las personas con dinero,
dinero que no ganan ellos mismos. Y Junho no era la excepción. Pero Jimin mando
de paseo a Bogum. Le dijo que era ridículo. Paranoico. Dijo que él quería darle una
oportunidad a Junho.
Así lo hizo. También le dio su virginidad.
Y cuatro semanas después, detrás de las gradas en la escuela, Jimin le dijo a Junho
que estaba embarazado. Al parecer en Greenville los hombres somos bastante
como terrenos fértiles.
No escupas sobre nosotros —podrías dejar embarazado a alguien.
Y si, a pesar de toda la educación sexual que JiHyun nos dio, eso sucedió.
Porque —esto es lo que mucha gente olvida de los adolescentes— a veces hacen
cosas estúpidas. No porque no tienen la educación o los recursos, sino porque
también son muy jóvenes para entender realmente que las acciones tienen
consecuencias.
Que cambian la vida.
De todos modos, como se puede imaginar, Jimin estaba aterrorizado. Pero como
cualquier chico, romántico, adolescente, pensó que Junho estaría allí para él. Que
podrían sortear lo que iba a venir juntos.
Estaba equivocado. Él le dijo que se fuera a la mierda. Lo acusó de intentar
atraparlo —le dijo que no creía que el niño ni siquiera fuera suyo. Algo así como la
historia del champú, enjuagar, repetir y repetir.
Jimin estaba devastado. Bogum... Bogum estaba furioso. Estuve con él el día que
robó un Camaro blanco del estacionamiento del Walgreens. Lo seguí en el
Thunderbird a un desarmadero en Cleveland, donde le pagaron 300 dólares por ello.
Lo suficiente para pagar por el aborto.
Podríamos haber ido a JiHyun, pero Jimin estaba demasiado avergonzado.
Así que fuimos a la clínica nosotros mismos. Y sostuve la mano de Jimin todo el
tiempo.
Después, Bogum nos dejó en mi casa. Luego fue a buscar a Chae Junho.
Cuando lo encontró, Bogum rompió su brazo y fracturó su mandíbula. Y le dijo que
si alguna vez respiraba una palabra sobre Jimin a alguien, volvería a romper sus
otros cuatro apéndices, incluyendo el que estaba entre sus piernas.
Hoy en día, es el secreto mejor guardado en Greenville.
—¿Sabes qué? Que se joda. Haces buen efectivo, así que seguro que no necesitas
su dinero. ¿Y en cuanto a toda la cosa del padre? Está sobrevalorado. Tuviste un
padre por como cinco minutos... mi primo y yo nunca. Y los tres resultamos
geniales.
Replantea esa declaración.
—Está bien, quizá no Jimin. Pero aun así, dos de cada tres no está mal.
Podríamos…
Lo interrumpo—. Creo que voy a abortar, Bogum.
Se queda en silencio. Totalmente. Enteramente.
Completamente.
Pero su conmoción y decepción suena fuerte —como un gran tambor.
O tal vez es sólo mi propia culpabilidad.
¿Recuerdas hace unos veinte años, cuando esa señora Susan Smith ahogó a sus
dos hijos, porque su novio no quería una mujer con hijos? Como el resto del país, yo
creí que ella debería haber sido ahorcada por sus dedos y que su piel fuera raspada
de su cuerpo con un rallador de queso.
Es decir, ¿qué clase de persona hace eso? ¿Qué clase de persona elige a un
hombre por encima de su propia carne y sangre?
Alguien débil.
Y esa es una característica que ya he admitido, ¿recuerdas?
Ha estado en mi mente por un tiempo ahora —como una telaraña que se aferra a
una esquina pero que tú pasas porque simplemente no tienes el tiempo para lidiar
con eso.
Soy un hombre de negocios, primero. Soy analítico.
Práctico.
¿Si una de mis inversiones no está saliendo como pensé que lo haría? Me deshago
de ella. Corto las pérdidas. Matemática simple—si tomas la emoción fuera de esto,
es obvio.
Lo sé. Sé lo que estás pensando. Pero ¿qué pasa con ese niño que imaginaste?
¿Ese hermoso y perfecto niño con el pelo oscuro y la sonrisa que amas?
La verdad es, no hay ningún niño. Todavía no. Ahora, no es nada más que un
cúmulo de células divididas. Un error que está parado en el camino de la vida que
se suponía tendría.
No sé si Jungkook y yo podamos volver a donde estábamos, pero sé que dar a luz a
un niño que él obviamente no quiere no me va a hacer ganar puntos. Y haría todo
mucho más fácil.
Como conseguir que mis cejas sean depiladas. Un procedimiento simple para una
vida de conveniencia.
Crees que eso me hace un imbécil frío, ¿no?
Sí... bueno... Creo que tienes razón.
La voz de Bogum es cautelosa. Indecisa. Como si no quisiera hacer la pregunta, y
quisiera oír la respuesta aún menos—. ¿Por él? ¿Vas a conseguir un aborto debido
a él?
Limpio la humedad en mis mejillas. No sabía que estaba llorando—. No puedo hacer
esto por mi cuenta. Solo.
Siempre vuelvo a eso, ¿no?
Bogum agarra mi mano—. Oye. Mírame a mí.
Lo hago.
Y sus ojos me están quemando. Con ternura. Y determinación—. No estás solo,
Taehyung. Y nunca lo estarás. No mientras yo esté respirando.
Muerdo mi labio. Y sacudo mi cabeza lentamente. Y el nudo en la garganta hace mi
voz ronca y débil—. Sabes lo que quiero decir, Bogum.
Y lo hace. Bogum entiende mejor que nadie, porque él estaba allí. Sabe lo difícil que
es, cómo se siente. Todas las noches cuando salía con él, a tomar un helado o al
cine, dejando a mi madre en una casa vacía.
Todos los premios y las ceremonias de graduación, cuando el rostro de mi madre
brillaba con orgullo, pero sus ojos brillaban con tristeza. Porque ella no tenía con
quien compartirlo.
Todos los días festivos, vísperas de año nuevo y acción de Gracias y Pascua —
cuando no podía ir a casa por la universidad, y yo lloraba en sus brazos después de
colgar el teléfono con ella, porque me mataba que pasara el día sola.
Bogum estaba allí para todo.
Y JiHyun. Él vio a su tío luchar —financieramente, emocionalmente, tratando de ser
dos padres en uno para él y para Jimin. La vio salir con hombre, tras hombre
buscando un príncipe azul que nunca apareció.
Las suyas fueron anti-vidas. Lo que yo nunca quise para mí.
Y sin embargo, aquí estoy.
Bogum asiente con la cabeza—. Sí, Tae, sé lo que quieres decir.
Me froto los ojos con fuerza. Frustrado. Agraviado... conmigo mismo—.
Necesito tomar una maldita decisión. Tengo que pensar en un plan y seguirlo. Yo
solo... — Mi voz se rompe—. Simplemente no sé qué hacer.
Bogum respira profundo. Entonces se levanta—. Está bien, que le den. Vamos.
Camina alrededor de la esquina y busca en el gabinete bajo el fregadero de la
cocina. No tengo idea de lo que está buscando.
—¿Qué quieres decir? ¿Adónde?
Se levanta, sosteniendo un destornillador—. Al lugar donde no pueden tocarnos
nuestros problemas.
***
**//e s una raza canina de origen tibetano, de pequeño tamaño, caracterizado principalmente por la gran
longitud de su pelo, cuya finalidad principal es evitar la pérdida de calor//**
CAPITULO 12
Besar a Bogum es... bueno. Me resulta familiar. Dulce.
Como encontrar tu vieja casa de Strawberry Shortcake en el ático de tus padres. Y
sonreír cuando la ves. Pasar la mano por el balcón y recordar todos los días que
pasaste envuelto en su mundo imaginario. Es nostálgico. Una parte de tu niñez.
Pero es una parte que dejaste atrás. Porque eres un adulto.
No importa cómo de estimados sean los recuerdos, no vas a sacar a Apple Dumplin'
y Plum Puddin' y empezar a jugar.
El beso termina y bajo mi cabeza. Y miro la camisa de Bogum. ¿Recuerdan la frase
—creo que es de una canción— si no puedes estar con quien amas, ama con el que
estés?
Esa podría encajar muy bien en esta situación.
Excepto por el hecho de que yo ya amo a Bogum. Demasiado para tomar ventaja de
su devoción —demasiado para usarlo para curar mi corazón roto y ego herido.
Merece algo mejor que eso. Bogum no es el premio de consuelo de nadie. Y
felizmente le arrancare los ojos a cualquier persona que intente hacerle uno. Él una
vez me dijo que yo no era el chico del que se había enamorado.
Y a pesar de lo mucho que dolió escuchar eso, tan inadecuado como me sentí en
ese momento —tenía razón.
Ya no soy ese chico.
Arrastro mis ojos de su camisa a su cara—. Bogum...
Pone un dedo en mis labios, cepillándolos suavemente. Cierra los ojos y toma
aliento. Ninguno de los dos se mueve por un momento, atrapados por unos cuantos
segundos finales en el encanto del pasado.
Entonces él habla, rompiendo el hechizo—. ¿Estar aquí contigo? Es impresionante.
Como recuerdo, incluso mejor. Se siente... se siente como si tenemos que dar un
paseo en el DeLorean —Su mano sostiene mi cara con ternura—. Pero está bien,
Taehyung. Fue sólo por un minuto. Y ahora estamos de regreso al futuro. No tiene
por qué significar nada más que eso. No tiene que cambiar lo que tenemos ahora,
porque eso también es bastante impresionante.
Muevo la cabeza, aliviado. Agradecido de que Bogum sabe lo que siento sin que
tenga que decir las palabras. Y que sienta lo mismo.
—De acuerdo.
Sonríe—. Debería llevarte a casa antes de que Solmi llame a los perros. O peor aún
a JiHyun.
Suelto una risita. Y mano en mano, dejamos la pista de patinaje y todos sus
recuerdos detrás.
***
Veinte minutos más tarde, Bogum estaciona en el parqueadero del restaurante de
mi madre. Nos sentamos en el camión en silencio, lado a lado.
—¿Quieres que te acompañe?
—No, está bien. Yo puedo.
Asiente lentamente—. ¿Así que... vas a ser como... algo raro entre nosotros ahora?
¿Porque nuestra lengua-luchó por un par de minutos?
Como he dicho antes —Bogum siempre tuvo una manera con las palabras.
—No. Ninguna rareza. No te preocupes.
Necesita más confirmación—. ¿Todavía mi chico, TaeTae?—no quiere decir del
modo como un novio. Se refiere a un amigo —el mejor amigo, que resulta ser un
chico — de esta manera. En caso de que te lo preguntes.
—Siempre seré tu chico, Bogum.
—Bien —vuelve la cabeza hacia el parabrisas y se asoma.
—Deberías pensar realmente acerca de California. Creo que sería un buen cambio
para ti. Un nuevo inicio —tiene razón, de una forma. California sería una página en
blanco para mí.
Sin recuerdos. Sin confrontaciones dolorosas. Sin conversaciones embarazosas.
Y con mi currículum, no preveo el encontrar un nuevo trabajo algo que sea
demasiado problema.
Habiendo dicho esto... Tengo contactos en Nueva York. Raíces.
Y no estoy seguro de que quiera cortar todas ellas. Así como todos los otros
aspectos de mi vida en este momento, no sé qué diablos quiero hacer.
Sueno como un disco rayado, ¿cierto? Lo siento.
Pongo mi mano sobre la suya en la palanca de cambios—. Pensaré en ello.
Él pone la otra mano encima de la mía—. Podrás resolverlo, Taehyung. Sé que lo
harás. Y se pondrá mejor. No dolerá por siempre. Lo digo por experiencia.
Sonrío con gratitud—. Gracias, Bogum. Por todo —Luego bajo del camión y él
conduce lejos.
***
Después de dejarle saber a mi madre que estoy de vuelta, me dirijo a mi habitación.
Cierro la puerta detrás de mí y me apoyo en ella. Agotado. Hablando de un día
malditamente largo.
Mi madre limpio mi cuarto. No estaba tan desordenado antes, pero lo puedo decir.
Las almohadas están un poco más mullidas, y mi teléfono celular, encaja
perfectamente en la mesita de noche.
Pateo mis zapatos, recojo mi celular y lo enciendo. A pesar de mi berrinche de
antes, todavía funciona. Miro los números. Alumbrando. Llamando mi atención.
Burlándose de mí.
Sería tan fácil. Sólo diez dígitos rápidos y podría oír su voz. Ha pasado por siempre
desde que escuché su voz. Me tiemblan las manos un poco. Como un drogadicto,
que necesita un pase —sólo una probada.
¿Crees que contestaría?
¿Crees que estaría solo si lo hacía?
Y eso es lo que mata mi antojo. De ningún modo voy a llamar.
Todavía... A menudo no escucho mis mensajes de voz. Generalmente sólo reviso la
lista de llamadas perdidas. Borro mis mensajes de voz incluso menos.
Bajo por la pantalla, a la fecha que necesito.
Y pulso reproducir.
—Oye, bebé. La excursión de golf se alargó. Iba a recoger una botella para más
tarde. ¿Quieres Dom o Philipponnat? ¿Sabes qué? Pensándolo bien, que se joda el
champán. Sabes mejor que los dos juntos. Estaré en casa en cinco minutos.
Cierro mis ojos y dejo que sus palabras me invadan. Jungkook tiene una voz
increíble. Tranquila y relajante, pero endiabladamente seductora al mismo tiempo.
Totalmente pudo haber estado en la radio.
Pulso otro botón.
Esta vez su tono es burlón—. Taaae, llegas tarde. Dile a Jimin que elija sus propios
zapatos. Tienes a un novio que está sentado en una bañera espumosa de
hidromasaje grande, solito. Ven a casa, cariño. Yo estoy aquí esperando.
***
La tarde siguiente, Bogum y yo estamos en la trastienda del restaurante,
compartiendo un plato de patatas fritas. Está trabajando en una nueva canción y
piensa mejor en sus pies.
¿Lo ves ahí? ¿Caminando de un extremo de la sala al otro, murmurando y
tarareando y ocasionalmente tocando la guitarra atada en su pecho?
Me siento en la mesa. Intentando pensar en salir del hoyo de desesperación que
ahora es mi vida.
Cuando Bogum cruza hacia la puerta que conduce a la cafetería, algo atrapa su ojo
en la ventana redonda en la parte superior. Y se aleja—. Oh, mierda.
Levanto la mirada—. ¿Qué? ¿Qué pasa?
Entonces la puerta se abre con un estallido. Golpea contra la pared y luego
permanece en su lugar —con miedo a moverse. Porque ahí, parado en la puerta en
toda su furiosa gloria, está mi mejor amigo.
Park Jimin.
Mierda, ya lo creo.
Está usando botas rojas de cuero hasta la rodilla, pantalones negros ajustados, un
top negro adornado y una chaqueta de piel falsa corta, en blanco y negro. Una
miríada de bolsos de Louis Vuitton cuelgan de sus hombros, emparejando las
grandes ruedas de una que arrastra detrás de él.
Y la cólera en sus ojos color ámbar hace que brillen como frescas piedras de
topacio —. ¿Alguien quiere decirme por qué tuve que escuchar de mi madre que
había reunión de los tres mosqueteros en Greenville y no me invitaron?
Pisotea fuerte hacia adelante. Bogum se mueve detrás de mí silla, usándome como
escudo humano.
—O mejor aún, alguien quiere explicarme por qué mi mejor amigo escapo de Nueva
York como salido del infierno, dejando tras de sí una tormenta que hace que Sandy
parezca una jodida ducha, ¿y no tengo idea de por qué?
Toma otro paso adelante y baja sus maletas hasta el piso.
Entonces mueve a la cabeza a la derecha, en dirección a la alegre adolescente
rubia junto a las taquillas.
Es Kimberly. Es una camarera aquí. Trabaja después de la escuela. Parece
agradable.
Y en este momento —aterrorizada.
—Oye, Gidget, haz algo útil y tráeme una Coca. No escatimes en el hielo.
Kimberly huye de la habitación.
Chica con suerte.
Jimin me señala y grita, como Jack Nicholson en A Few Good Men—. ¿Bien? No
me puedes mantener al margen, Taehyung. ¡Yo soy la órbita!
Mi voz sale débil. Arrepentido. Si alguna vez estás en el área de ataque de un lobo
enojado, recuéstate y hazte el muerto. Así será más fácil.
—No quería arruinar tus vacaciones.
Jimin resopla—. Si sólo la Reina Perra de Jaehwa hubiese sido tan considerada.
Nos llamó veinte veces al hotel, asustándonos sobre cómo teníamos que venir a
casa porque Jungkook necesitaba un suicidio.
Ruedo mis ojos—. Está exagerando.
—Pensé eso también. Hasta que vi al Príncipe Oscuro. No fue bonito.
Tomo la noticia como un pájaro recién nacido toma a un gusano, ávido de más—.
¿Viste a Jungkook? ¿Qué dijo? ¿Ha preguntado por mí?
—Realmente no era capaz de un discurso coherente en ese momento. En su
mayoría sólo murmuró como el tonto del pueblo. Namjoon lo está llevando. Al
parecer el imbécil está haciendo una abolladura bastante grande en la escena de
bares en estos días, y Nam ha estado vigilando su espalda. Lo que es temible de
por sí mismo, teniendo en cuenta que Namjoon está preparado para el Premio Del
Año Por Putón.
Jungkook ha estado saliendo. A los bares. Con Kim Namjoon. Recuerdas la última
vez que Jungkook salió con Nam, ¿no? ¿La chica del taxi?
Así que esto es lo que se siente al ser apuñalado con un picahielos, justo en el
corazón.
La voz de Bogum es sarcástica, atrayendo su fuego lejos de mí—. Oye, Jimin, es
bueno verte. Estoy bien, gracias por preguntar. ¿El álbum? Haciéndolo increíble,
triple platino. ¿California? Fabuloso, no podía estar más feliz. Otra vez... —curva
sus manos alrededor de su boca, estilo megáfono—... Gracias por preguntar.
Los ojos de Jimin se concentran en él, mirándolo de la cabeza a los pies. No
parece contento con lo que ve—. Se llama una hoja de afeitar; Deberías comprarte
una. Si el hombre antiguo pudo resolverlo, tienes una delgada oportunidad. Oh, y
Pearl Jam ha llamado. Quieren su franela de regreso.
Las cejas de Bogum se elevan—. ¿Estás criticando mi estilo? ¿Realmente, Cruella?
¿Cuántos cachorros tuvieron que morir así podrías usar ese abrigo?
—Come mierda.
—Cocinando otra vez, ¿no? ¿Creí que el Departamento de salud te lo prohibió para
toda la vida desde la última vez que lo intentaste?
Jimin abre su boca para refutarlo, pero no sale nada. Sus brillantes labios se
extienden lentamente en una sonrisa—. Te he extrañado, imbécil.
Bogum guiña un ojo—. Mismo para ti, cuz.
Él se sienta en una silla junto a mí y Jimin se derrumba en otra—. Bueno, Tae.
Joder, explica.
Tomo un gran respiro—. Estoy embarazado.
Al principio, Jimin no dice ni una palabra. Entonces hace la señal de la cruz—. ¿El
Anticristo ha llegado? Por amor de Dios, tenemos que abastecernos con agua
bendita o algo así. ¿Los cuatro jinetes aun no llegan?
Kimberly regresa con un gran vaso de refresco. Lo pone frente a Jimin, entonces
corre lejos.
Jimin toma un largo sorbo—. Así que estás preñado inesperadamente,
felicitaciones. Le pasa a los mejores de nosotros. ¿Cuál es el problema?
Bajo la mirada a la mesa—. Jungkook no quiere el bebé.
Como ya sabes, mi mejor amigo no es un fan de Jungkook.
Cuando se trata de él, él siempre asume lo peor. Siempre. Así que espero que esté
enojado en mi nombre. Espero que siga con una magnífica diatriba de prostitutos y
perros y enfermedades venéreas. Espero que me acompañe en otra ronda de juego
de insultos.
Pero él no hace ninguna de esas cosas.
En cambio, se ríe.
—¿Estás hablando en serio? Por supuesto que quiere al bebé. ¿Jeon Jungkook no
quiere un mini-él corriendo alrededor? Es como decir que Yoongi no quiere una
mamada cuando estamos atascados en el tráfico. Ridículo.
No hace falta decirlo, estoy sorprendido—. ¿Por qué crees eso?
Se encoge de hombros—. Una conversación que tuvimos una vez. Además, él y
Jiwoo, son como Master Blaster Mad Max, Más Allá De La Cúpula Del Trueno. Dime
exactamente que te dijo. A veces los chicos hablan más allá de sus culos, y hay que
remar a través de la mierda para averiguar lo que realmente significa.
—Fue bastante claro. Sus palabras exactas fueron ―Termínalo. Y por supuesto
el stripper con el que lo estaba haciendo fue realmente el punto de inicio —digo
amargamente.
Jimin me señala. Y ahora se ve enojado—. Eso lo creo. Hijo de puta — Él sostiene
sus manos en alto—. Pero está bien. No te asustes. Nos encargaremos de todo.
Tenemos este nuevo combustible en el laboratorio que está listo para ser ensayado
con animales. No sabrá lo que ha pasado, puedo deslizarlo bien a través de los
orificios de ventilación.
Se gira a Bogum—. Estás a cargo de la manguera de jardín y cinta adhesiva —
Entonces me mira—. Necesito tus llaves y el código de seguridad.
Niego con la cabeza—. Jimin, no le des gas de la muerte a Jungkook.
—No podría matarlo. Si tuviera que adivinar, diría que las probabilidades de
supervivencia son 50-50.
—Jimin...
—Bueno, treinta-setenta. Pero aun así, eso nos da una negación plausible.
Mi madre y George entran en la habitación, interrumpiendo el diabólico plan.
Mi madre abraza a Minnie con fuerza—. ¡Hola, cariño! Es tan bueno verte. ¿Tienes
hambre?
—Famélico—Se gira a George—. George, ¿cómo están colgando?
Creo que George Reinhart le tiene un poco de miedo a Jimin.
Quizá más que un poco.
Ajusta sus gafas. —Ellos... Están colgando bien... gracias.
Mi madre arrulla—. Mira a los tres aquí, todos juntos de nuevo, como en los viejos
tiempos.
Jimin sonríe—. Da miedo, ¿verdad?
Mi madre toma la mano de George—. Iremos a cocinarle algo de comer a los niños.
Se van y Jimin frota las manos juntas como el científico loco que es—. Ahora, de
vuelta a la cámara de gas...
Lo interrumpo—. Jimin, no creo que vaya a tenerlo.
Todos los rastros del humor dejan su cara. Piensa por un momento.
Parece pensativo, pero sin prejuicios. Cuando habla, su voz es grave. Pero amable.
—Yo te apoyo ciento cincuenta por ciento, Taehyung. Lo sabes. Pero porque te
conozco, y voy a decir esto: ¿Si decides hacer esto? Asegúrate de que es para ti,
porque es lo que quieres hacer. ¿Si lo haces porque crees que es lo que quiere
Jungkook, o tal vez de algún modo intentar arreglar las cosas con él? No.
Terminarás odiándote a ti mismo por ello, y lo vas a resentir.
No puedes decirles estupideces a tus mejores amigos. Y a veces es una espada de
doble filo, porque significa que no te dejan mentirte a ti mismo.
—No he decidido nada por seguro. Todavía no.
El teléfono de Jimin suena en su bolso, con la canción de Akon Sexy Bitch llena el
aire. Mientras que él excava en su bolsa, le pregunta a Bogum—. ¿Puedes traer mi
equipaje a la habitación de Taehyung? Voy a quedarme aquí esta noche.
—¿Parezco un puto botones?
Jimin no espera un segundo—. No, te ves como una persona sin hogar. Pero no
tengo un parabrisas para que escupas. Así que compórtate como un buen y
pequeño vagabundo y lleva mis maletas arriba, entonces tal vez podrás hacer un
dólar para ti.
Con una sonrisa, Bogum va a hacerlo. Aun así, se queja—. Esto era mucho más
divertido cuando él no estaba aquí.
Jimin mira su teléfono—. Ugg, es Yoongi. Lo juro, ese chico no puede cagar sin
llamarme para decirme de qué color es —Camina a través de la puerta de atrás
para tomar la llamada afuera.
Y Bogum me mira—. Está bien, soy un chico pero incluso yo pienso que eso es
asqueroso.
No puedo decir que estoy en desacuerdo con él.
***
Unos minutos más tarde, Jimin entra de nuevo en la habitación. Todavía al teléfono
y a punto de explotar como una bomba de cereza—. De todas las cosas ignorantes,
estúpidas de mierda que puedes decir... para cuando haya terminado contigo, ¡ellos
van a tener que reinstalar tu tarjeta V, amigo!
Oprime el botón apagado de su celular con mucha más fuerza de la necesaria.
—¿Problema?
—Sí. ¡El problema es que la gente es lo que está entre sus piernas, lo que explica
por qué mi esposo se está comportando como un pene grande, gordo e incircunciso!
Cubro mis oídos—. TMI ¡Jimin! T.M.I. * * Hay algunas cosas que no quiero saber
acerca de tu marido. ¿Qué pasó?
Resopla y se sienta junto a mí—. Al parecer, después de que fui el aeropuerto esta
mañana, Yoongi fue a ver a Jungkook. El apartamento estaba encerrado como Fort
Knox, pero Yoongi tenía una llave extra. Entonces entro y encontró a tu imbécil ex
novio desmayado de la borrachera en el piso del baño. Después de que se puso
todo Left Eye Lopes, prendiendo mierda en la bañera.
—¿Qué?
—Exactamente. Yoongi dijo que si no hubiera ido cuando lo hizo, todo el lugar
podría haberse incendiado.
Niego con la cabeza con incredulidad—. ¿Qué estaba quemando?
Jimin se encoge de hombros—. Yoongi no me dijo.
Sí, pero apuesto a que no era ninguna cosa de Jungkook lo que estaba en llamas.
Bastardo.
Jimin continúa—. Así que Yoongi consiguió la patética excusa para un hombre
sobrio. Al principio Jungkook no quería hablar, pero Yoongi continúo. Y finalmente,
lo derramó como aceite en el Golfo.
Mi estómago se aprieta—. ¿Él... él... le dijo Yoongi sobre el bebé?
Jimin asiente con la cabeza—. Yoongi dijo que Jungkook le conto todo lo que pasó
entre los dos.
Está bien. Esto es algo bueno. Si Jungkook le está diciendo a su familia que estoy
embarazado, tal vez le hagan cambiar de opinión. Tal vez todo lo que necesita es
algo de tiempo para acostumbrarse a la idea. Y Yoongi es una gran persona con la
que hablar. No tan bueno como Seung o Jaehwa, pero aun así, es muy sensato.
Al menos comparado a Jungkook.
—¿Qué dijo Yoongi?
Jimin rechina sus dientes juntos—. Me dijo que no podía creer que le hicieras algo
así a Jungkook.
—¿Qué?
Qué empiece la música.
Esta es la dimensión desconocida.
Al final, sabía que Equipo Nueva York tomaría el lado de Jungkook —dije que lo
harían. Pero yo pensé... tal vez... me defenderían. O por lo menos, estarían
enojados por sus métodos.
Jimin pone su mano sobre la mía—. No dejes que lo que dijo Yoongi llegue a ti. Es
natural que apoye a Jungkook, justo como yo que te ayudare a enterrar el cuerpo,
incluso si es mi querido padre a quien estamos dejando en el suelo.
—Jimin, eso es enfermo.
—Oh, ¿de verdad? ¡Tú no fuiste quien entró en casa y escucho a su padre teniendo
sexo con el Sheriff Mitchell!
Mi boca cae abierta.
Jimin continúa disgustado—. Y eran bullosos. Como sonido envolvente, tipo cine
ruidosamente IMAX. Estoy totalmente marcado para toda la vida.
Deténganse aquí un momento.
No conoces al buen sheriff, así que voy a explicarlo. Al crecer, el Sheriff Ben Mitchell
era la espina en nuestro costado, la roca en nuestros zapatos, el dolor en nuestro
culo. No tenía nada mejor que hacer que seguirnos —rompiendo nuestra cerveza,
registrando el coche de Bogum en busca de hierba. Él siempre pensó que
estábamos haciendo algo... y... bueno... tenía razón.
Pero eso está más allá de la cuestión.
Aunque el Sheriff Mitchell tenía la misma edad que nuestros padres, a nosotros,
siempre nos pareció más viejo —así como el vecino gruñón con un bastón que no te
permite recoger la bola de beisbol que accidentalmente cayó en su patio.
Mitchell nunca se casó y en cuanto a lo que sabíamos nunca tenia citas, así que
siempre se supuso que su rostro arrugado y su pobre actitud provenían de su
extrema incapacidad para tener sexo.
Park JiHyun es lo contrario de Mitchell en todos los sentidos. Es un espíritu libre. Un
miembro oficial y declarado del curativo Club de los Cristales de Poder. Una flor
joven de la edad moderna.
La idea de ellos haciendo eso era en partes iguales horripilante y peculiar. Me
estremezco—. Tienes razón. Es enfermo.
Bogum salta por las escaleras—. ¿Qué es enfermo?
Jimin deja caer la bomba—. JiHyun y el viejo Mitchell follando, en la mesa de la
cocina.
Bogum hace una mueca. Y gime—. Aw, hombre... Comí en la mesa esta mañana.
Me giro a él—. ¿Sabías acerca de esto?
—Tenía mis sospechas. Pero esperaba estar equivocado.
Jimin concuerda—. Eso no es todo. No sé lo que es peor, tener que escuchar a mi
padre, gimiendo en éxtasis, o escucharlo a él rogar por más y tener que visualizar
qué le estaba haciendo.
Cubro mi boca.
Y me rió.
Todos lo hacemos. Comienza de a poco y luego se construye hasta golpear la mesa
con los ojos llorosos e inclinados por la cintura.
—¡Oh... mi... Dios!
E incluso sobre las carcajadas Jimin, insiste—. ¡No es divertido! Creo que mis
partes de chico están rotas. Cada vez que pienso en ello, mi pene marchita como
una flor sin regar.
Nos reímos más fuerte. Y es la primera risa real y genuina que he tenido desde que
empezó todo esto. Mis mejillas duelen y mi costado también —y es maravilloso.
Saben, a veces intento imaginar cómo sería mi vida si Minnie no estuviera en ella. Y
entonces me detengo.
Porque realmente no puedo imaginarlo.
CAPITULO 13
Después de que instalamos a Jimin en mi habitación, Bogum llama a su manager.
Planeando hacer un show en un bar llamado la Casa de Sam, donde solía tocar en
la escuela secundaria. Quería honrar el lugar de donde venía —devolverle algo a los
lugareños, como Bruce Springsteen siempre hizo en el Stone Pony.
Y la Casa de Sam es donde estamos ahora.
Está repleto —solo de pie disponible. Jimin y yo estamos en el frente, nuestros
brazos chocando contra el otro mientras bailamos y cantamos. Bogum está en el
escenario, un par de canciones en su primera actuación. Se ve fantástico.
Pantalones vaqueros oscuros, un camisa blanca crujiente con botones y un mentón
bien afeitado. Él sabe cómo funciona la multitud —cuando incendiarlos con un riff de
su guitarra o tranquilizarlos con una suave balada.
Nunca he estado más orgulloso de él.
Termina la canción y alguien en la parte de atrás le grita que lo ama. Bogum baja la
mirada y se ríe, un poco tímido. Entonces lleva su boca al micrófono—. Yo también
los quiero chicos. Así que esta canción es nueva. No he tocado ninguna de estas
todavía, pero quería tocarla para ustedes esta noche. Es para alguien que creyó en
mí... incluso cuando no había una razón para hacerlo. Y quiero que sepa que
siempre me tendrá en su espalda, que él siempre estará en mi corazón, y que nunca
estará solo.
Sus ojos encuentran los míos entre la multitud. Y me guiña un ojo. Asiento, mensaje
recibido. Luego empieza a cantar.
El latido pulsa en mi estómago. Y escucho las palabras. Y creo que por suerte voy a
tener todas las cosas que escucho. Bendiciones preciosas, sin precio. Tengo una
familia que me ama. Amigos que matarían por mí. Literalmente.
Y pienso en quién soy. He sobrevivido a la muerte de mi padre con mi alma intacta.
Me gradué de Wharton School como el mejor de mi clase. ¿Recuerdas cuando
empecé a trabajar en la empresa? ¿Y Jeon Jungkook era el chico de oro? Y lo puse
en su lugar, con una patada de un extremo de la oficina al otro.
Yo hice eso.
Porque fui testarudo. E inteligente. Y porque creía que era capaz. Jungkook una vez
me dijo que podías cambiar el color de las paredes, pero la sala seguiría siendo la
misma.
Y tenía razón.
Yo era todas esas cosas antes que él —y sigo siendo todas esas cosas ahora.
Sin él.
¿Has perdido las llaves? Compruebas todos los bolsillos y jalas los cojines del sofá.
Y luego, después de buscar durante diez minutos —te das la vuelta y ahí están.
Sobre la mesa. Justo delante de ti todo el tiempo.
Casi... como si la respuesta fuera muy fácil para verla de inmediato.
Así es como me siento.
Porque de repente sé lo que quiero. Me siento confiado. Seguro. Y sé lo que soy
capaz de hacer. No será fácil —los mayores logros en la vida nunca lo son.
Como subir el Everest, o convertirse en el Presidente. Es muy difícil. Pero vale la
pena.
Yo te atraparé si tropiezas
Te recogeré si caes
Te abrazare cuando estés herido
Pero bebé, sobre todo,
Estaré ahí... así tú nunca estarás solo
Nunca te sentirás solo
Me imagino unos años a partir de ahora, caminando por las calles de la ciudad
desde el trabajo que me encanta —con una mano sosteniendo un maletín, la otra
sosteniendo la pequeña y dulce mano de mi pequeña niña o niño.
Y nos imaginó en la mesa del comedor, trabajando en tareas y hablando de
nuestros días. Veo cuentos y horas de acostarse, cosquillas, abrazos y besos de
mariposa.
Ser un padre soltero no es algo que haya planeado ser... ¿pero ahora? Es lo que
quiero ser.
***
Forest Gump lo tenía todo mal. La vida no es como una caja de chocolates.
Los médicos lo son.
El vivaz pero inexperto médico de la Facultad de medicina, o el sabelotodo
aguerrido que termina-todo-en los últimos minutos de un turno de veinte horas,
nunca sabes lo que vas a conseguir.
—Aborto espontáneo.
Mis ojos se mueven con rapidez de la pantalla gris del ultrasonido a los ojos de
acero azul del médico de emergencias. Pero él no me está mirando, está muy
ocupado escribiendo en su portapapeles.
—¿Qu... Qué dijo?
—Aborto espontáneo, aborto. Es común en el primer trimestre.
Hago un esfuerzo de procesar sus palabras, pero absolutamente no puedo—.
Está... ¿está diciendo que estoy perdiendo a mi bebé?
Finalmente levanta la mirada—. Sí. Si ya no lo perdió. Tan temprano en la
gestación, puede ser difícil de decir.
Mientras limpia el fresco gel en mi abdomen, Jimin aprieta mi mano.
Llamamos a mi madre en el camino al hospital, pero ella no ha llegado todavía.
Trago duro, pero me niego a renunciar. Testarudo— ¿recuerdas?
—¿Hay algo que se pueda hacer? ¿Reposo en cama o terapia hormonal? Voy a
hacer todo el reposo en cama los nueve meses si sirve de ayuda.
Su tono es cortante e impaciente—. No hay nada que pueda prescribir que pueda
detener esto. Y créanme, no querría. Un aborto espontáneo es la selección natural,
la forma del cuerpo de terminar un feto con alguna deformidad catastrófica que
habría impedido sobrevivir. Está mejor así —La sala comienza a girar mientras él
sigue como si nada—. Tiene que hacer una cita de seguimiento con su ginecólogo
regular. Cuando se expulse el tejido fetal, debe recogerlo del inodoro con un
colador. Luego ponerlo en un envase a prueba de derrames, un tarro de mermelada
funcionaría bien, para que su médico pueda analizar los restos y asegurarse de que
el útero está vacío. Si toda la materia uterina no está...
Presiono el revés de mi mano contra mi boca para mantener la bilis. Y Jimin carga al
rescate—. Eso es suficiente. Gracias, Doctor Frankenstein, lo tenemos desde aquí.
Él está ofendido—. Tengo que dar las instrucciones precisas al paciente. Si queda
tejido dentro del útero podría llevar a una sepsis y posiblemente la muerte. Puede
necesitar un D&C para prevenir la infección.
Mi voz es débil—. ¿Qué es un D&C?
Me suena familiar. Estoy seguro de que en algún momento de mi vida he aprendido
la definición, pero no recuerdo.
—Extracción con ventosa.
Las imágenes llenan mi cabeza con sus palabras, y tengo arcadas.
Él continúa—. Una manguera de succión se inserta en el cuello del útero…
—¡Dios mío, deje de hablar! —grita Minnie—. ¿No ve que está disgustado? ¿Estaba
en el baño cuando le enseñaron modales en la escuela de medicina?
—Disculpe, joven, no sé quién cree que es, pero no me va a hablar…
Su dedo señala la entrada de cortinas como el chasquido del saludo de un
soldado—. Salga. Él podrá hacer una cita con su médico regular. Ya acabamos con
usted.
Una leve brisa pasa delante de mí, y no estoy seguro de sí es el doctor. Porque mis
ojos se niegan a enfocarse, y mi mente se tambalea.
Tratando con fuerza de entender este último giro de los acontecimientos... y
fracasando miserablemente.
Jimin pone su mano en mi brazo y mi cabeza gira hacia él, sorprendido.
Como si olvidé que estaba ahí.
—¿Taehyung? ¿Vamos a vestirte ahora? Voy a llevarte a casa.
Asiento con la cabeza, adormecido. Se siente como si yo no estuviera aquí — como
si está fuera una experiencia fuera de mi cuerpo. O una pesadilla. Porque no hay
manera de que esto pueda estar pasando.
Después de todo, no es posible que esto termine así.
Jimin, me viste como si fuera un niño. Entonces me ayuda a salir de la mesa. Y
juntos nos dirigimos al coche.
***
**//F *cked up beyond all repair: Jodido más allá de toda reparación//**
Es entonces cuando noto la bolsa que trajo con él. Es una marrón de supermercado
y está llena. La levanta y deja algunos de los contenidos fuera. Hay unas bolsas de
marihuana, un cartón de Marlboro reds y dos botellas de tequila.
Miro el líquido color miel. Pienso en la música mexicana y piel caliente y susurros a
medianoche con Jungkook.
Te amo, Taehyung.
Alejo la mirada.
—No puedo beber tequila.
Como Mary Poppins con su bolsa sin fondo, Bogum escarba y saca una botella de
Grey Goose.
Y muevo lentamente la cabeza—. Vodka funciona.
CAPITULO 14
**Nota: El mundo del Mpreg siempre me ha parecido super complejo, cabe destacar
que no es cosa de alfa y omega, en esta historia los hombres y las mujeres pueden
quedar embarazados, los hombres con más dificultad que las mujeres.
Usaré la explicación de la abertura para que les quede claro.
¿Has lamido el piso del baño de hombres del Yankee Stadium? Yo tampoco.
Pero ahora ya sé lo qué se siente.
Sí, tenemos resaca. Es el infierno. Olvídate de los drones. ¿Si el ejército pudiera dar
rienda suelta a este sentimiento? Habría paz en el mundo para todos.
Estoy en la oficina del ginecólogo de mi madre. Bogum y Jimin vinieron por apoyo
moral. ¿Nos ves allí? Alineados en las sillas, como tres delincuentes esperando
fuera de la oficina del director. Jimin lleva gafas de sol aunque estamos dentro,
leyendo un folleto sobre el nuevo viagra femenino. Bogum está dormido, boca
abierta, cabeza inclinada y apoyada contra la pared detrás de nosotros. Mi madre
está aquí también, ojeando una revista sin leer ninguna palabra.
Y yo solo estoy sentado, tratando muy duro de no mirar las fotos de los bebés recién
nacidos que cubren las paredes.
Bogum deja salir un ronquido y Jimin lo golpea en las costillas con su codo.
Despertando él farfulla—. ¡Bolas de mono bombardeadas con banana!
Todos lo miramos inquisitivamente.
Y él se da cuenta de dónde está—. Lo siento. Una pesadilla —Entonces recuesta su
cabeza contra la pared, los ojos cerrados—. Me siento como un taburete con gases
—Jimin y yo asentimos al unísono. Y Bogum jura solemnemente—. Nunca voy a
beber otra vez. Voy a ser legítimo.
Su primo se burla—. He oído eso antes.
—Lo quiero decir esta vez. No más alcohol para mí. De aquí en adelante, hierba
solamente.
Sí. Eso tiene sentido.
Una enfermera en bata azul llama mi nombre. Mi madre y yo nos levantamos y
entramos en la primera sala de examen a la izquierda.
Me quito la ropa y me pongo la bata plástica rosada, con una abertura en el frente,
por supuesto.
Es mejor para verte, pequeña caperucita roja.
Me siento en la mesa, el forro de papel crujiendo debajo de mí. Mi madre está
parada a mi lado, frotando mi brazo solidariamente. Y entra el doctor.
Echa un vistazo. Barba blanca. Mofletes. Gafas redondas. Dale un sombrero rojo, y
podría montar totalmente esa última carroza en el desfile del día de acción de
gracias de Macy.
¿Tengo que ir a la tercera base con Santa Claus? ¿Estás bromeando?
La navidad nunca será lo mismo.
—Hola, Taehyung. Soy el doctor Witherspoon. El médico de cabecera de tu madre,
Joan Bordello, está de vacaciones…
Claro que ella lo está.
—Y yo estoy sustituyéndola —Baja la mirada al archivo en su mano—. A juzgar por
la fecha de tu último ciclo fértil, ¿estás casi de seis semanas en el primer trimestre?
Asiento.
—¿Y has tenido un poco de sangrado y cólicos?
—Sí.
—¿Puedes describir la sangre para mí, por favor? ¿El color? ¿Hubo algún coágulo?
Mi voz es áspera—. Empezó rosado pardusco. En el camino hacia el hospital había
un chorro...de sangre de color rojo brillante... y luego... se volvió marrón. Yo no... no
creo que hubiera algún coágulo.
Asiente con la cabeza, y sus ojos son amables—. He leído el informe del médico de
urgencias, pero me gustaría echar un vistazo yo mismo. ¿Está bien, Taehyung?
Fuerzo una sonrisa—. De acuerdo. Y puede llamarme Taehyung, todo el mundo lo
hace.
—Está bien, Taehyung. Cuando estés listo, deslízate hasta el borde de la mesa y
apoya los pies en los estribos, por favor.
Mientras sigo sus indicaciones, él rueda un carro con un monitor y un teclado
encima. Y entonces recoge una larga varita plástica blanca que parece... bueno…
como un consolador.
Para un elefante.
Levanto mi cabeza de la mesa—. Eh... ¿Qué es eso?
—Esto es un ultrasonido interno. Da un poco de miedo, lo sé...
No jodas, Santa.
—... pero no dolerá.
Y entonces saca un paquete de papel aluminio, lo abre y rueda un condón extra
grande sobre el consolador de elefante.
No es broma. No puedo inventarme todo esto aunque lo intente.
—Sólo trata y relájate, Taehyung.
Seguro. No hay problema. Solo voy a fingir que estoy en el spa. Teniendo un
masaje en el ano.
Inserta la varita cuidadosamente. Y me estremezco. El cuarto está en silencio
mientras él mueve hacia adelante y atrás el instrumento. No mentía, no es doloroso.
Sólo... desconcertante.
—¿Todavía estás experimentando algún calambre?
Miro el techo con azulejos color beige, evitando deliberadamente la pequeña
pantalla.
—No. No desde la noche anterior —Estoy seguro que el alcohol y la marihuana
deshabilitaron cualquier nervio de dolor en mi cuerpo.
Oigo los golpecitos de botones en el teclado, y él retira la varita—. Puedes sentarte
derecho ahora, Taehyung —Lo hago—. ¿Ves ese parpadeo, justo ahí?
Mi mirada se posa sobre la pantalla, donde está señalando—. Sí.
—Ese es el latido de tu bebé.
La respiración escapa de mis pulmones. Y estoy horrorizado—. Quiere decir… sigue
estando... ¿vivo?
—Correcto.
Mis manos se aprietan y siento las lágrimas surgir, listas para escapar como un
dique debilitado—. ¿Cuándo va a... cuánto tiempo tomara antes de que...yo
complete el aborto?
Él cubre mis manos con una de los suyas—. Basado en mi examen, tus niveles
hormonales, y lo que me dijiste, no veo por qué deberías.
Mi cabeza se levanta—. Espere… ¿qué? Pero el doctor de anoche dijo…
—Puede ser difícil, así de temprano para detectar un ritmo cardíaco fetal con un
ultrasonido tradicional. En cuanto a la hemorragia, algunas manchas en el primer
trimestre es algo muy común. Ahora, sin embargo, tu sangre está trabajando
normal, y la frecuencia cardíaca fetal es normal.
Todos estos factores indican que es un embarazo normal que debe progresar a
término.
Los brazos de mi madre se envuelven alrededor de mis hombros, aliviados y
emocionados. Pero necesito más—. Está diciendo... ¿Puedo mantenerlo? ¿Voy a
tener al bebé?
El Dr. Witherspoon suelta una risita.
Es un excelente sonido.
—Sí, Taehyung. Creo que vas a tener a este bebé. Su fecha está programada para
el 20 de octubre. Felicitaciones.
Cubro mi boca y las lágrimas fluyen. Estoy sonriendo con tanta fuerza que me duele
la cara. Y abrazo a mi madre—. Mamá...
Ella se ríe—. Lo sé, cariño. Estoy muy feliz por ti, te amo tanto.
—Yo también te amo.
Así es como debería haber sido la primera vez. Sin miedo. Sin dudas. Sólo júbilo.
Euforia.
Es el momento más maravilloso de mi vida.
***
Me visto con mi ropa más rápido que una esposo infiel al ser atrapado en el acto e
irrumpo en la sala de espera.
Jimin y Bogum me miran con sorpresa—. ¡Todavía estoy embarazado! ¡No estoy
teniendo un aborto!
Se levantan.
—¡Santa mierda!
—¡Yo sabía que el Dr. Imbécil no reconocía su culo de su codo!
Sonrisas y abrazos se pasan alrededor como ácido en Woodstock.
Y mi mejor amigo me pregunta—. Entonces, ¿supongo que ya has tomado la
decisión? ¿Lo vas a tener?
Mis manos bajan hasta mi estómago, ya imaginando el latido.
—Hasta que cumpla los dieciocho años y vaya a la universidad. Y aun así, podría
hacerle vivir en casa y viajar.
Él asiente, otorgando el codiciado sello de aprobación de Park Jimin.
Bogum cae de rodillas delante de mí—. Oye, ahí. Soy el tío Bogum —Entonces
levanta la mirada, preocupado—. Puedo ser el tío Bogum, ¿verdad? Déjame ser el
tío Bogum. La única oportunidad que tengo es Jimin, y quién sabe qué fenómeno de
la naturaleza va a expulsar.
Jimin le golpea en la cabeza.
Y me río—. Sí. Puedes ser el tío Bogum.
—Dulce —Vuelve su atención a mi estómago—. Oye, niño. No te preocupes por
nada, voy a contarte todo lo que necesites saber. Repite conmigo: Rodamiento,
ruedas.
Jimin sacude su cabeza—. No te puede entender, idiota. Es como del tamaño de un
renacuajo.
—Después de anoche, es probablemente un renacuajo agotado. Pero está bien,
¿no? Podrá construir una tolerancia, sacar pelo en el pecho.
Jimin sonríe—. ¿Y si es una niña?
Bogum se encoge de hombros—. A algunos hombres les gustan las chicas con
pechos peludos. Te sorprenderías.
Me alejo del intercambio de Tweedledum-Tweedledee y camino por el pasillo hasta
el Dr. Witherspoon. Mis palabras salen aturdidas. Culpables—. ¿Disculpe? Siento
molestarle... pero... anoche... estaba enojado y yo... bebí alcohol y fume cigarrillos
—Bajo mi voz—. Y marihuana. Mucho.
Un montaje de Informe de Noticas Especiales parpadea en mi mente:
Síndrome de alcoholismo fetal.
Súper-prematuros.
Bajo peso al nacer.
Pone su mano en mi hombro para tranquilizarme.
—No eres el primero en participar en algunas... conductas poco saludables antes de
saber que estaba embarazado, Taehyung. Los bebés en el útero son más
saludables de lo que crees. Tienen la capacidad de superar la exposición
momentánea a drogas y alcohol. Así que mientras te abstengas de ahora en
adelante de estas sustancias, esto no debería tener ningún efecto duradero.
Lanzo mis brazos alrededor de su cuello, casi haciéndolo caer.
—¡Gracias! Gracias, Dr. Santa, ¡éste es el mejor regalo de navidad que me han
dado nunca!
Corro de regreso a Jimin y Bogum—. ¡Me dijo que está bien! —Saltamos hacia
arriba y hacia abajo en un círculo, como tres niños en el patio haciendo Al corro,
corrito**
Y es casi perfecto. Casi. Porque hay algo que falta.
Alguien.
La única persona en la tierra que debería estar tan feliz como yo lo soy en este
momento. Debería estar aquí. Debería estar recogiéndome en sus brazos, girando
conmigo y besándome hasta que me desmaye.
Y entonces debería estar diciéndome que por supuesto que el bebé está bien,
porque su esperma de súper machote es indestructible.
¿No puedes solo verlo?
Pero él no está aquí. Este es el modo en que son las cosas. Me gustaría decir que
no hace daño, que no lo extraño, que realmente no me importa ya. Pero eso sería
una gran mentira. Amo a Jungkook. No me puedo imaginar alguna vez no
amándolo. Y quiero compartir esto con él, más que nada.
Pero no siempre conseguimos todo lo que queremos, a veces tenemos que estar
agradecidos por lo que tenemos. Y yo lo estoy. Agradecido, quiero decir. Feliz.
Porque voy a tener al bebé y a cuidarlo. Y no tengo que hacerlo solo. Entre mi
madre y George, Jimin y Bogum, no habrá ninguna escasez de manos que ayuden.
Él va a ser amado lo suficiente como para diez bebés.
Hace cuarenta y ocho horas, no sabía de lo que era capaz, de qué clase de acero
bombeaba en mis venas. Ahora lo sé. Y supongo que es la moraleja de la historia.
Tienes que caer, rasparte las manos y rodillas, antes de saber que tienes la
habilidad para recoger los pedazos de ti de nuevo.
Así que no te preocupes por mí. Voy a estar bien. Al final, voy a estar genial.
Nosotros vamos a estar genial.
***
***
Así que ahí está. Estás enterado de todo hasta ahora. Esa es mi historia. Fue una
película, ¿eh?
Mi padre me traía a este parque cuando yo era joven. Incluso entonces, cuando
recién fue construido, nunca fue muy concurrido. No sé por qué el pueblo eligió este
lugar para construir, es un lugar insólito para un parque infantil. No hay desarrollos
habitacionales o complejos de departamentos cercanos. Y no se puede ver desde la
carretera principal, está fuera del golpeado camino.
El tiempo no ha sido amable con el marco de metal del columpio y el acero
ondulado de las cadenas. Están oxidadas, desvanecidas y descoloridas de los
animados colores que alguna vez tuvieron. Todavía... es hermoso aquí, de una
manera industrial y moderna. Es solitario. Pacífico.
Y necesito tanto de eso como puedo conseguir. Porque pensar en lo que viene a
continuación, está más allá de mí. No voy a mentir, es aterrador. Se siente... como
mudarse a una nueva casa. Emocionante, pero también destroza los nervios.
Porque no sabes dónde está la gasolinera más cercana, o el número de los
bomberos locales. Quedan tantas cosas por aprender.
He leído que los bebés pueden oír lo que está pasando fuera del útero. Que nacen
sabiendo el sonido de la voz de su madre o padre. Me gusta la idea.
Bajo la mirada a mi vientre—. Oye, renacuajo. Lo siento por cada cosa que ha
estado pasando últimamente. Mi vida generalmente no es tan dramática. Aunque
Jungkook probablemente no estaría de acuerdo conmigo en eso. Él tiende a pensar
que soy un rey del drama total.
Jungkook. Eso va a ser difícil. Podría empezar ahora, la práctica hace la perfección.
Mi mano se apoya contra mi estómago, acunándolo—. Sí…tu padre. Tu padre es
como una estrella fugaz. Cuando está alrededor, todas las otras luces en el cielo
sólo... se desvanecen. Porque él es tan vibrante, no puedes quitar tus ojos de
encima. Al menos nunca he podido.
Muerdo mi labio. Y veo como un halcón se eleva por encima de mi cabeza.
Luego continúo—. Nos amamos. No importa lo que pasó o pasará de aquí en
adelante, es importante que tú sepas que estábamos enamorados. Tu padre me
hizo sentir que yo era todo lo que importaba para él. La única cosa. Y yo siempre
estaré agradecido por eso. Espero que lo conozcas algún día. Porque en realidad es
verdaderamente… genial —Me río suavemente—. Cuando no está demasiado
ocupado siendo un asno.
Cuando termino de hablar el aire se instala y todo está en calma durante varios
minutos. Es tan diferente de los parques de la ciudad, con sus bocinazos de coches,
niños gritando y pasos de trote. Es sereno.
Así que cuando una puerta se cierra repentinamente cerca, me asusta. Mi cabeza
se mueve hacia el sonido.
Y ahí es la última persona que pensé que vería aquí, en Greenville, en este
momento.
Es Jungkook.
CAPITULO 15
Se ve horrible. Sorprendentemente, increíblemente horrible.
Sus ojos están enrojecidos, su rostro pálido, hay un rastrojo de unos días en su
barbilla, y a pesar de todo eso, es todavía el hombre más guapo que he visto.
Mirar a otro lado sencillamente no es posible.
Jungkook también está mirando. Su mirada es inquebrantable, bebiendo de mí,
quemándome.
Permanecemos así durante un minuto. Y luego camina hacia mí. Sus pasos son
seguros y concentrados, como si estuviera marchando hacia una reunión de
negocios con toda su carrera en la línea.
Se detiene a pocos metros de distancia.
Pero se siente mucho más lejos.
Y todo lo que había planeado decirle en Nueva York vuela fuera de mi cabeza.
En lugar de eso, empiezo fácil—. ¿Cómo sabías que estaba aquí?
—Primero fui a la cafetería, vi a tu madre en la cocina. Ella dijo que no sabía dónde
estabas. Y me miraba como si quisiera cortarme la polla y ponerla en el menú. Así
que me fui al frente, y me topé con Park. Me dijo que probablemente estarías aquí.
Por supuesto, Bogum sabría dónde estaba. Justo como sabía que yo quería que me
enviara a Jungkook.
—¿Te hizo eso en tu cara? —Estoy hablando del verdugón del tamaño de un puño
en su mejilla izquierda. Parece fresco, empezando a hacer un cardenal.
Lo toca con cautela—. No. Jimin estaba con él.
No hay sorpresas. Aunque no creo que su corazón estuviera realmente en él.
¿Si Minnie en serio quería hacerle daño a Jungkook? No hubiera perdido su tiempo
con su rostro, habría ido directamente a la entrepierna.
—¿Qué quieres, Jungkook?
Deja salir un corto ladrido de risa, pero sin humor detrás—. Esa es una pregunta
capciosa —Luego se pierde en el horizonte—. No pensé que te irías de Nueva York.
Levanto una ceja, interrogante—. ¿Después de tu espectáculo? ¿Qué pensaste que
haría?
—Pensé que me maldecirías, tal vez me golpearías. Pensé que me elegirías…
Incluso si era sólo para impedir que alguien más me tuviera.
Celos. El arma de elección de Jungkook. Lo usó cuando pensó que quería regresar
con Bogum, ¿recuerdas?
—Bueno, te equivocaste.
Él asiente tristemente—. Así parece —Sus ojos encuentran los míos por un largo
momento. Y su frente se arruga un poco—. ¿Estabas... feliz... conmigo, Taehyung?
Porque yo estaba muy feliz. Y pensé que tú también lo estabas.
No puedo evitar la pequeña sonrisa que llega a mis labios. Porque recuerdo—. Sí,
estaba feliz.
—Entonces dime, ¿por qué? Me debes al menos eso.
Mis palabras salen lentas, un murmullo de tristeza rebosa cada sílaba—. No lo
planeé, Jungkook. Tienes que saber que no quería que sucediera. Pero pasó. Y la
gente cambia. Las cosas que queremos cambian. Y ahora, tú y yo queremos dos
cosas muy diferentes.
Toma un paso hacia mí—. Quizá no.
Estoy tratando de no leer más allá del hecho de que está aquí. No quiero tener
esperanza. Porque la esperanza realmente flota, como un trozo de madera sobre
una ola. ¿Pero si resulta ser infundada?
Se rompe contra las rocas, rompiéndote en unos mil pedazos.
—¿Qué significa eso?
Sus palabras son cuidadosas. Planeadas—. Estoy aquí para renegociar los términos
de nuestra relación.
—¿Renegociar?
—Le he dado muchas vueltas. Te fuiste justo de Park a mí, saltando con ambos
pies. Tu nunca has... engañando. Jugado en el campo. Así que... si quieres conectar
con otras personas —Aprieta su mandíbula, como si las palabras estuvieran
tratando de quedarse dentro, y él tuviera que obligarlas a salir—. Yo estoy bien con
eso.
Mi cara se llena de confusión—. ¿Has venido hasta aquí, para decirme que
quieres... ver a otras personas?
Traga duro—. Sí. Ya sabes, mientras yo todavía esté en la rotación.
El sexo siempre ha sido una prioridad para Jungkook. De esto se trata, ¿verdad?
No quiere el bebé, pero no quiere dejar de acostarse conmigo tampoco. Tener su
pastel y todo eso. Sin ataduras.
Es como un episodio de Jerry Springer.
—¿Cómo funcionaría eso exactamente, Jungkook? ¿Un polvo rápido en nuestro
almuerzo? ¿Una llamada a medianoche? ¿Sin hablar, sin preguntas?
Parece enfermo—. Si eso es lo que quieres.
Y estoy tan... decepcionado. Asqueado.
Con él.
—Vete a casa, Jungkook. Estás perdiendo tu tiempo. No tengo ningún deseo de
jugar en el campo en este particular momento de mi vida.
Esto lo toma por sorpresa—. Pero... ¿por qué no? Pensé... —se va a la deriva. Y
entonces sus ojos se endurecen—. ¿Esto es sobre él? ¿En serio estás diciéndome
que toda está mierda es porque él significa tanto para ti?
No me gusta su tono. Es despectivo, burlándose. ¿Dije que era una mariposa
antes? Nop. Soy un maldito león.
—Significa todo para mí —Lo señalo con mi dedo—. Y no dejaré que me hagas
sentir mal por ello.
Se estremece, como si lo acabara de electrocutar con una pistola de aturdimiento.
Cinco mil voltios directamente en su pecho. Pero luego se recupera.
Y dobla sus brazos obstinadamente. Completamente, sin arrepentimiento—. No me
importa. Eso no importa una mierda.
Si llenas un neumático con aire en exceso, empujándolo más allá de su límite,
¿sabes qué pasa?
Explota.
—¿Cómo puedes decir eso? ¿Qué diablos te pasa?
Se vuelve a mí—. ¿Hablas en serio? ¿Qué pasa contigo? ¿Estás drogado? ¿Tienes
algún jodido trastorno de personalidad que no he descubierto? ¡Dos años,
Taehyung! Por dos años te he dado todo... y tú... sólo lo tiraste al desagüe.
—¡No digas eso! ¡Los dos últimos años han significado todo para mí!
—Entonces actúa como tal. ¡Jodido Dios todopoderoso!
—¿Cómo voy a actuar, Jungkook? ¿Qué quieres de mí?
Grita—. ¡Quiero cualquier parte de ti que estés dispuesto a darme!
Caemos en silencio.
Respirando con dificultad.
Mirando fijamente al otro.
Y su voz es baja. Derrotada—. Voy a tomar lo que sea, Taehyung. Solo... no me
digas que terminó. No aceptaré eso.
Doblo mis brazos sobre mi pecho, y el sarcasmo crepita en el aire como estática—.
No parecías tener problema aceptándolo cuando tu lengua estaba en la garganta
del stripper.
—La hipocresía realmente no se ve bien en ti, Taehyung. Me redujiste a cenizas.
Creo que merecías un poco de tu propia jodida medicina.
Ves esto todo el tiempo. En las revistas de celebridades, en la televisión. Un minuto,
las parejas son como almas gemelas, nunca se habían sentido así, saltando de
arriba y abajo en el sofá de Oprah enamorados. Y al siguiente, están atacándose
unos a otros, arrastrando a los abogados a la batalla por el dinero, o casas... o los
niños. Siempre me pregunté cómo sucede eso.
Echa un vistazo. Así es cómo.
—Bueno, unas palmaditas para ti en la espalda, Jungkook. ¿Querías hacerme
daño? Lo has hecho. ¿Te sientes mejor?
—Sí, estoy emocionado. Un regular campista feliz. ¿No puedes decirlo?
—¿Puedes dejar de actuar como un niño por cinco minutos?
—Depende. ¿Puedes dejar de actuar como una perra sin corazón?
Si estuviera lo suficientemente cerca, lo abofetearía.
—¡Te odio!
Él sonríe fríamente—. Considérate afortunado. Ojalá pudiera odiarte, oré por ello.
Para sacarte de mí sistema. Pero todavía estás ahí, debajo de mi piel, como una
fatal y maldita enfermedad.
¿Has trabajado en uno de los crucigramas del periódico? Estás decidido a
terminarlo, empiezas tan seguro que puedes, pero luego se vuelve muy difícil. Muy
agotador.
Así que te rindes. Solo has...terminado.
Presiono una mano en mi sien. Y aunque trato de poner un frente fuerte, mi voz sale
pequeña—. No quiero hacer más esto, Jungkook. No quiero pelear. Podemos seguir
y seguir dando vueltas así todo el día, pero no va a cambiar nada. No tendré media
relación contigo. Eso es no-negociable.
—¡Mentira! Todo es negociable. Depende de cuánto están dispuestas a doblar las
partes —Y luego está rogando—. Y lo haré, Taehyung, me doblare. Ódiame todo lo
que quieras, pero no me dejes.
Y parece tan abatido. Desesperado. Tengo que dejar de reconfortarlo. De ceder, de
decir que sí. Hace unos días lo habría hecho. Habría saltado en la oportunidad de
comer de sus migajas. Para mantenerlo en mi vida, de cualquier forma que pudiera.
Pero hoy no.
Porque esto ya no es sólo sobre mí—. Ahora soy un acuerdo global. Tienes que
querernos a los dos.
Sus puños se agitan en el aire, buscando algo que golpear—. ¿De qué diablos estás
hablando? —ruge—. ¡Esto es como estar atrapado en una jodida película de Tim
Burton, donde nada tiene sentido! ¡Nada de esto tiene un maldito sentido!
—¡Me refiero al bebé! No voy a llevar a un bebé en una relación donde no lo
quieren. No es justo. No está bien.
No pensé que era posible que una persona se pusiera más pálida de lo que
Jungkook estaba cuando llegó por primera vez y seguir con vida. Pero me
equivoqué.
Porque su rostro se pone más blanco. Cerca de dos tonos.
—¿Qué? ¿Qué es... —me escudriña tratando de ver la respuesta antes de
preguntar—... estás embarazado?
Te hace pensar que tan duro le golpeo Jimin, ¿no?
—¡Por supuesto que estoy embarazado!
Toma un paso adelante. Y su rostro parece ser una de esas máscaras de teatro,
horror y esperanza de lado a lado—. ¿Es mío?
No respondo enseguida porque estoy muy sorprendido por la pregunta.
—¿De quién…de quién más sería?
—Bob —Dice como algo natural. Como si realmente creyera lo que está hablando.
—¿Bob?
—Sí, Taehyung. Bob. El tipo que significa todo para ti. Obviamente le has estado
follando, ¿cómo diablos sabes que el bebé no es suyo?
Me paseo a través de mi Rolodex** mental, buscando un Bob, tratando de averiguar
por qué, en nombre de Dios, Jungkook piensa que lo estaría follando—. El único
Bob que conozco es... es Roberta.
**// Rolodex: e s un dispositivo de archivo de rotación que se utiliza para almacenar información de contacto comercil.//**
CAPITULO 16
No sé cuánto tiempo nos quedamos así, en el suelo tranquilamente aferrándonos el
uno al otro, pero cuando nos levantamos, el sol se había movido hasta estar bajo en
el cielo, iniciando su descenso al anochecer. Jungkook me convenció de dejar mi
coche aquí, que regresaríamos por él más adelante. Está preocupado de que yo
esté demasiado cansado, demasiado emocional para conducir con seguridad. Por
una vez, no discuto con él.
Mientras nos conduce a la cafetería, mantiene una mano en el volante y la otra en
mí, mi muslo, mi hombro, o suavemente entrelazada con la mía. Y es un consuelo.
Maravilloso. Esperaba este momento, lo quería más de lo que he deseado algo.
Tenerlo aquí, conmigo, amándome, sinceramente nunca pensé que estaríamos
juntos así otra vez.
Es como una película. La reunión. La reconciliación. El final feliz.
El único problema es que en la vida real, no hay ninguna canción sonando de fondo.
Sin créditos rodando. En la vida real, tienes que lidiar con lo que sucede después de
la reunión. Las consecuencias de las cosas que se dijeron, las consecuencias de las
cosas que hiciste, que casi lo destruyen todo. Que todavía podrían.
Es por eso que vemos películas, porque la vida real nunca es tan fácil.
Y esto no quiere decir que no estoy muy feliz de una manera que completamente no
puedo describir. A pesar de lo que he dicho antes, hay un cálido confort en las
conocedoras palabras de Jungkook, el stripper, todo esto deriva de un terrible
malentendido.
Es la oración de cada persona a la que le han comunicado desgarradoras noticias.
Su hijo murió en un accidente de coche. Tiene cáncer en fase cuatro. La esperanza
está siempre en que el portador esté equivocado. Un problema con la identificación.
Un diagnóstico erróneo.
Un error.
Pero, ¿qué pasa después de los ―errores? ¿Después de haberlo aceptado como
verdad, o desperdiciado los ahorros de tu vida porque pensaste que sólo tenías una
semana de vida? ¿Qué haces entonces?
Seguir adelante. Reconstruir. Escalas tu camino del fondo con la determinación de
que no sólo la vida volverá a la normalidad, sino que será mejor y más dulce.
Porque en retrospectiva es más que 20/20. La perspectiva no sólo cambia cómo ves
las cosas, cambia lo que sientes. Y una vez que crees que lo has perdido todo,
valoras cada momento infinitamente más.
Nos detenemos en el estacionamiento del restaurante y entramos por la puerta
trasera de la cocina, tomados de la mano. Como dos adolescentes que no sólo
sobrepasaron su toque de queda, sino que se quedaron fuera toda la noche,
asustando a todo aquel que se preocupa por ellos casi hasta la muerte.
Mi madre se encuentra en el mostrador, picando furiosamente zanahorias crudas
con un reluciente cuchillo. No es difícil adivinar que está imaginando que la
zanahoria es algo completamente distinto. George se sienta en la mesa al lado de
Bogum. Minnie, al otro lado de él. Su teléfono celular en su oreja.
Cuando él nos pilla, dice en voz baja—. Están aquí. Te llamaré después —Y termina
la llamada.
Mi mamá levanta la cabeza. Golpea el cuchillo hacia abajo y se gira para
enfrentarnos. Luego se centra en nuestras manos unidas y fulmina con la mirada a
Jungkook.
—Tienes mucho valor al mostrar tu cara otra vez.
Jungkook toma un resignado aliento y trata de responder—. Solmi…
Mi mamá le corta—. ¡No quiero escucharlo! No puedes hablar —Apunta a mí—. Me
doy cuenta que mi hijo es un hombre adulto pero, ¿para mí? Él es mi bebé. Mi único
bebé. Y lo que le has hecho pasar es inexcusable.
Jungkook intenta otra vez—. Entiendo…
—¡Te dije que no puedes hablar! No hay nada que puedas decir que haga esto
mejor.
—Taehyung y yo…
—¡Cállate! Cuando pienso en cómo se veía cuando llegó… ¿Por qué crees que sólo
puedes entrar en su vida, después de las cosas que le dijiste? ¡Después de lo que
hiciste!
Jungkook mantiene la boca cerrada.
Y mi madre grita—. ¡Bueno, no te quedes ahí! ¡Responde!
Siempre he pensado de mi madre como la calma frente al caos. Racional. Esa
imagen está ahora totalmente quemada.
Jungkook abre su boca, pero no sale nada. En cambio, vuelve sus ojos perplejos a
mí. Y salgo al rescate—. Mamá, fue un horrible error. Jungkook no sabía sobre el
bebé.
—¡Dijiste que le habías contado sobre el bebé, y que su reacción fue contratar a un
stripper barato!
Y mi novio recién titulado creyó que era una buena idea señalar—. No era barato,
créeme.
Entierro las uñas en la palma de su mano para callarlo.
Luego explico a mi mamá—. No, no lo sabía. Pensó que yo estaba hablando de otra
cosa. Todo fue un malentendido.
Minnie interviene—. Ahora esa es una canción que he escuchado antes. Esa
melodía está empezando a ser muy vieja.
Ruedo mis ojos—. Ahora no, Min.
Mi madre cruza sus brazos y pisotea con su pie—. No puedo tenerlo bajo mi techo,
Taehyung. No es bienvenido aquí.
Y por esa razón nunca debes quejarte con tu familia sobre tu pareja. Ellos no lo
conocen como tú lo haces, seguro como el infierno que no lo aman como tú. Así que
nunca, jamás, le perdonaran como tú lo harás.
Aunque puedo ver de dónde viene mi mamá, tengo mucho en mi plato en este
momento. Y realmente no está ayudando en esta situación.
—Si ese es el caso, entonces no me quedaré aquí tampoco.
Mi mamá se ve conmocionada y sus brazos caen a sus lados.
Y Jimin dice—. Oye, idiota… —Jungkook mira en su dirección—. Sí, tú. Esta es la
parte donde se supone que dices que no quieres meterte entre Tae y su madre. Que
irás a alojarte en un hotel.
Jungkook resopla—. Supongo que no soy tan caballeroso. Yo me quedo con
Taehyung.
Dónde él vaya, yo voy.
Jimin sonríe—. Ay, es como Jack y Rose en Titanic —Levanta la mano—. ¿Quién
más está esperando que este idiota termine igual que Jack?
Lo ignoro y me concentro en mi madre. Cuya voz está implorando—. Ha sido un día
emotivo, Tae. Necesitas espacio, distancia, así puedes pensar claramente.
Niego con la cabeza—. No, mamá. He tenido toda la distancia que puedo aguantar.
Jungkook quiere a este bebé. Él me ama. Necesitamos hablar para arreglar las
cosas —Miro a Jimin—. Sin audiencia, ni participación.
Entonces me giro a mi madre—. Y esto no fue toda culpa suya. He cometido errores
también.
Como muchas madres, la mía es renuente a reconocer las fallas de su hijo—. ¿Eso
es lo que te dijo? ¿Qué es tu culpa?
—No, eso yo lo sé. Parte de esto es mi culpa, mamá —Suspiro—. Tal vez sería
mejor para todos si Jungkook y yo vamos a un hotel.
La testarudez es aparentemente hereditaria, porque ella dice entonces—. No. No te
quiero en un hotel. Si quieres que se quede, no voy a objetar. Pero no me gusta
—Fulmina a Jungkook—. Mantente lejos de mí, si sabes lo que es bueno para ti.
Entonces escapa fuera de la habitación.
George se levanta—. Debería ir a hablar con ella —Antes de irse, se vuelve a
Jungkook y sostiene su mano—. Me alegro de verte, hijo.
Jungkook suelta mi mano para sacudir la de George, que se transforma en el
abrazo-golpe-en-la-espalda. Es bueno saber que alguien lo hace, George.
George sonríe y sale detrás de mi madre.
A continuación, Bogum se levanta frente a nosotros. Si te fijas bien, puedes ver el
pecho de Jungkook inflarse, como un mono en la selva salvaje, preparándose para
luchar hasta la muerte por el último plátano.
—¿Hay algo que desees agregar, Park?
Bogum mira a Jungkook. Y entonces lo desestima, volviendo su mirada hacia mí.
—Le dije que estarías en el parque porque sabía que era lo que querías.
Sonrío amablemente—. Lo era. Y agradezco lo que hiciste. Ambos lo hacemos.
Empujo a Jungkook con mi codo. Él sólo se encoge de hombros, sin
comprometerse. Y Bogum dice—. No lo necesitas, Tae. Es así se simple.
—Lo amo, Bogum. Es así de simple.
Sostiene mi mirada por otro momento, y sacude la cabeza y levanta sus manos en
señal de rendición—. ¿Para el registro? Necesitas dos cubetas de terapia, como
ayer. Confía en mí, reconozco algo disfuncional cuando lo veo.
Cabeceo una vez—. Lo mantendremos en mente.
Jungkook se burla—. Lo que sea.
Jimin se levanta junto a Bogum y se dirige a Jungkook—. Voy a disfrutar viendo
como intentas salir del tanque séptico lleno de mierda que has cavado para ti
mismo. Eso va a ser mejor que cualquier cosa que puedo pensar en hacer —Agrega
como un pensamiento posterior—. Y si no lo es… tengo que ser realmente creativo.
No estés demasiado decepcionado por la falta de retribución de Minnie. Como el
verdadero amigo que es, él respeta mis decisiones, incluso si no está de acuerdo
con ellas. Sabe cuándo retroceder y dejarme encargarme de las cosas.
O… simplemente está comprometiendo su tiempo.
Jimin me tira en un abrazo y me dice al oído—. No dejes que joda su salida de ésta.
Los orgasmos múltiples son sólo una curita, no una cura.
Suelto una risita—. Gracias, Minnie.
Se gira a Bogum—. Vamos. Vamos a ver si JiHyun puede dejar de hacer el sucio
con el Sherriff Mitchell lo suficiente para hacernos algo de cenar.
Bogum hace una mueca—. Es muy pronto para bromear sobre eso.
Caminan por la puerta trasera, dejándonos a Jungkook y a mí por nuestra cuenta.
Dirijo mi mano a su bíceps—. George no es el único que está feliz de verte. En caso
de que no lo dijera antes… Estoy muy contento de que estés aquí.
Jungkook sonríe con ternura y toca mi mejilla—. Lo sé.
***
CAPITULO 17
Cuando mis ojos se abren a la mañana siguiente, es temprano. Luz gris se filtra a
través de las cortinas, pero el sol no ha salido todavía.
Y el espacio a mi lado está vacío. Estoy solo.
Por un horrible e irracional momento creo que todo fue un sueño.
Jungkook viniendo aquí a Greenville, nuestra reconciliación, sólo una viva ilusión
provocada por demasiadas miniseries de televisión de Lifetime y las novelas
románticas de Julie Garwood.
A continuación, veo la nota sobre la mesa.
No te asustes. Bajé a tomar café y desayunar. Estaré de vuelta lo antes
posible. Quédate en la cama.
Aliviado, giro sobre mi espalda y cierro los ojos. Sé por experiencia que si me
levanto demasiado rápido, las náuseas golpearán con venganza. Ya no me importan
las náuseas matutinas.
Claro, nadie disfruta de sus intestinos haciendo fiesta, pero de un modo extraño es
tranquilizador. Como una forma de mi cuerpo de decirme que estamos en orden.
Que todos los sistemas funcionan.
Diez minutos más tarde, me levanto lentamente y me deslizo en mi bata.
Entonces hago mi camino abajo, siguiendo el aroma del café recién colado. Afuera
de la entrada trasera de la cocina, escucho la voz de Jungkook.
En lugar de entrar, miro a través de la grieta cerca de la bisagra de la puerta.
Jungkook está en el mostrador, batiendo harina en un tazón de acero inoxidable.
Mi madre está sentada tiesa en la mesa de la esquina. Mirando las facturas,
presionando los botones de una calculadora grande. Su rostro es severo, enojado,
un infierno de empeño en ignorar a la otra persona en la habitación.
Escucho y observo, atrapando el fin de la historia de Jungkook—. Y yo dije ―dos
millones. No puedo llevar a mi cliente esa oferta. Regresa de nuevo cuando hables
en serio.
Mira a mi madre, pero no hay ninguna reacción. Vuelve a seguir batiendo y dice—.
Es como le decía a Taehyung hace unas semanas, algunos chicos tienen que
aprender cuando han sido vencidos.
Mi madre estrella una cuenta de cobro sobre la mesa y recoge otra de la pila.
Jungkook suspira. Luego coloca el recipiente sobre el mostrador y se sienta frente a
mi madre. Ella no lo reconoce en absoluto.
Piensa por un momento, frotando sus nudillos contra su barbilla. Luego se inclina
hacia mi madre y le dice—. Yo amo a su hijo, Solmi. Como…
tomare-una-bala-por-él, de esa clase de amor.
Mi madre resopla.
Jungkook asiente con la cabeza—. Sí, lo entiendo. Eso probablemente no significa
mucha mierda para ti. Pero es cierto. No puedo prometer que no meteré la pata otra
vez. Pero si lo hago, no será tan épico como mi más reciente desastre. Y te prometo
que voy a hacer todo lo que pueda después para compensar a Taehyung... para
hacer lo correcto.
Mi madre sigue mirando la cuenta en su mano como si tuviera la cura para el
cáncer.
Jungkook asiente, mira hacia la ventana y sonríe un poco.
—Cuando era niño, quería ser mi padre. Él siempre usaba estos impresionantes
trajes e iba a trabajar en la parte superior de un edificio enorme. Y siempre tenía
todo en su lugar, como si todo el mundo estuviera a su alcance. Cuando conocí a
Taehyung... no... Cuando me di cuenta que Taehyung era para mí, todo lo que
quería ser era quien lo hiciera feliz. Quien lo sorprendiera, le hiciera sonreír.
Por primera vez, mi madre mira a Jungkook. Él devuelve su mirada y le dice en una
voz determinada—. Quiero ser ese tipo, Solmi. Aún creo que lo puedo ser. Y espero
que, algún día, piense eso también.
Después de un momento, Jungkook se levanta y vuelve a hacer el desayuno en el
mostrador.
Espero, mirando, mientras mi madre continúa sentada en la mesa, inmóvil y
silenciosa. ¿No es eso lo que cada padre quiere oír?
Esa singular meta, que la persona que tus hijos aman los haga felices. No puedo
creer que ella no se mueva por las palabras de Jungkook.
Entonces ella dice—. Lo estás haciendo mal.
Jungkook deja de batir y se gira a mi madre—. ¿Lo estoy?
Ella se pone de pie y toma el cuenco de sus manos—. Sí. Si se mueve demasiado,
los panqueques quedaran pesados. Muy gruesos. Tienes que batir lo suficiente
como para mezclar los ingredientes —Le da una pequeña sonrisa a Jungkook.
Pero es suficiente—. Yo te ayudaré.
Retrocediendo lentamente, Jungkook sonríe—. Sería estupendo. Gracias.
Sí— que entre la calidez y ternura. Mi corazón se derrite un poco.
Porque todos quieren que su madre vea lo bueno en el hombre que ama.
Entro en la cocina—. Días.
—Buenos días, cariño. ¿Cómo te sientes? —pregunta mi madre.
—Estoy bien. Muy bien.
Camino hasta Jungkook, quien me besa suavemente y envuelve un brazo alrededor
de mi hombro—. ¿Qué estás haciendo? ¿No leíste mi nota?
—Lo hice. Pero quería ver lo que estabas haciendo. ¿Cómo estás?
Me hace un guiño—. Estamos llegando allí.
***
Nos quedamos en Greenville otro día antes de tomar un vuelo nocturno a Nueva
York. El primer sábado por la mañana, pasamos juntos el umbral de nuestro
apartamento.
Miro alrededor de la sala mientras Jungkook pone las maletas en la esquina. El
apartamento está recién limpiado, brillante y huele a cera para muebles con aroma a
limón. Se ve exactamente igual que cuando me fui hace una semana. Sin cambios.
Prácticamente leyendo mi mente, Jungkook ofrece—. Tenía a la gente de limpieza
aquí.
Miro por el pasillo hacia el baño—. ¿Y la hoguera?
Habíamos hablado de la incursión de Jungkook en la piromanía. Dijo que había
quemado unas fotos, pero había copias. No había nada perdido que no pudiera ser
reemplazado.
Algo poético, ¿no crees?
Sombríamente, le digo—. Jungkook, tenemos que hablar.
Me mira con cautela—. Ninguna conversación en la historia del mundo que
comenzara con esa frase alguna vez ha terminado bien. ¿Por qué no nos
sentamos?
Me siento en el sofá. Él toma el reclinable y gira para enfrentarme.
Voy directo al grano—. Quiero mudarme.
Rueda mis palabras alrededor en su cabeza mientras me preparo para el argumento
que sé que va a venir.
Pero sólo asiente ligeramente—. Tienes razón.
—¿La tengo?
—Sí, por supuesto. —Mira a su alrededor de la habitación—. Debería haberlo
pensado antes. Es decir, aquí es donde tu peor pesadilla se hizo realidad. Como la
casa de Amityville Horror, ¿quién diablos querría vivir allí?
Se lo está tomando mucho mejor de lo que pensaba. Hasta que continúa—. Mi
hermana tiene un gran agente inmobiliario. Le voy a llamar enseguida. Podemos
quedarnos en el Waldorf si quieres, hasta que encontremos un nuevo lugar. En este
mercado, no debería tardar mucho.
—No, Jungkook, dije que quiero mudarme. Solo. Quiero alquilar un apartamento.
Su ceño se frunce—. ¿Por qué querrías hacer eso?
Te preguntarás la misma cosa. He estado pensando en ello, planeándolo en mi
cabeza, desde que decidí que quería quedarme con el bebé, con o sin Jungkook.
Porque hay diferentes tipos de dependencia. Siempre quise ser financieramente
seguro y ahora lo soy. Pero nunca he sido emocionalmente independiente. Por mi
cuenta. Y en este momento de mi vida, es algo que quiero.
Aunque sólo sea para demostrarme a mí mismo que soy capaz de hacerlo.
—Nunca he vivido solo. ¿Lo sabías?
Todavía aturdido, dice—. ¿Está bien?
—El primer año de licenciatura, viví en los dormitorios. Luego Jimin, Bogum y yo con
un montón de otras personas alquilamos un lugar fuera del campus. Después de
eso, era siempre Bogum y yo o Jimin, Bogum y yo compartiendo una casa o un
apartamento. Y entonces me mudé aquí contigo.
Jungkook se inclina hacia adelante, descansando sus codos sobre sus rodillas—.
¿Cuál es tu punto, Taehyung?
—Mi punto es que nunca no he tenido a alguien en casa. Nunca he decorado o
comprado un pedazo de mueble sin consultarle a alguien. Tengo 27 años y
prácticamente nunca he dormido solo.
Abre la boca para discutir, pero yo continuo—. Y... Creo que hiciste un punto válido
sobre nosotros apresurando las cosas. Pasamos de un ligue de fin de semana a
vivir juntos durante la noche.
—¡Y mira lo maravilloso que resultó! Sé lo que quiero, y te quiero. No había ninguna
razón para esperar, porque…
—Pero tal vez hubiera habido un punto de espera, Jungkook. Tal vez habríamos
tenido una base más sólida para nuestra relación si sólo hubiéramos... salido... por
un rato antes de vivir juntos. Tal vez, si hubiéramos ido más lento, nada de esto
hubiera ocurrido.
Está enfadado. Y un poco asustado. Trata de ocultarlo, pero está ahí.
—Dijiste que me perdonabas.
—Lo hice. Pero... No he olvidado.
Agita su cabeza—. ¡Eso es sólo una conversación típica para que puedas colgar
esta mierda en mi cabeza por el resto de nuestras vidas!
Tiene un punto. Mentiría si dijera que no había una pequeña parte de mí que quería
manejar el punto de inicio, que él no puede tratarme como quiere. Que existen
consecuencias a sus acciones.
Que si alguna vez mete la pata otra vez, puedo, y voy a, dejarlo.
Pero no es sólo eso.
—¿Quieres redecorar?—pregunta—. Serás mi invitado. ¿Quieres pintar las paredes
de verde y poner un jodido unicornio en las sábanas de la cama? No diré una
palabra.
Ahora sacudo mi cabeza—. Necesito saber qué puedo hacer esto, Jungkook. Por
mí. Y... cuando nuestro hijo o hija se mude por su cuenta, quiero saber lo que
siente, así le puedo ayudar.
En este punto, creo que Jungkook va aceptar casi cualquier cosa que quiero.
Puedo sentir cuándo tengo la mano ganadora. Sabes lo que quiero decir. Los días
posteriores de que tu marido olvidara su aniversario, o tu novio pasando
demasiadas horas en el bar con sus amigos viendo el partido. Los días siguientes
una discusión, cuando la victoria está en ti, son pacíficos. Amorosos. Los hombres
escapan de su camino al ser amables y considerados. Poniendo tus zapatos en el
armario, sacando la basura sin preguntarles.
Así que aunque me doy cuenta que Jungkook no va a estar feliz con mi
razonamiento, me imagino que todavía será comprensivo y servicial.
—Bueno, ¡eso es jodidamente estúpido!
No es exactamente lo que había imaginado.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho—. Para mí no lo es.
Salta a sus pies—. ¡Entonces estás loco! —Pasa una mano a través de su pelo y
recupera la compostura. Cuando habla, sus palabras son tranquilas, razonables, el
acertado empresario haciendo su discurso—. Muy bien... estamos de acuerdo que
los últimos días han sido muy emocionales. Y estás embarazado, no estás
pensando con claridad. Cuando Jaehwa estaba embarazada se quería cortar todo el
pelo, estilo Miley Cyrus. El peluquero la disuadió, y al final ella estaba contenta. Así
que... vamos a poner una tachuela en esta idea... y volver más tarde.
Suspiro—. Esto será bueno para nosotros. Todavía nos veremos cada día, pero un
poco de tiempo aparte, un poco de espacio...
—Le dijiste a tu madre que no hacía falta espacio. Que teníamos que estar
jodidamente juntos para salir adelante.
—Eso fue entonces —Digo con un encogimiento de hombros. Luego voy por lo
confiable—. Si amas algo, déjalo ir. Si vuelve a ti, es tuyo.
Pellizca el puente de su nariz—. Así que... vas a probar que nunca vas a dejarme...
¿dejándome?
—No. Voy a probar que nunca te voy a dejar... volviendo a ti.
Jungkook desprende la parte delantera de los pantalones de su cintura y mira hacia
abajo—. Nope, todavía tengo una polla. Lo que explica muchas cosas, porque tu
razonamiento sólo tendría sentido si fueras una mujer.
Pongo mis ojos en blanco. Y Jungkook presiona—. ¡Estás jodidamente embarazado,
Taehyung! Vamos a tener un bebé. Ahora no es el momento de dar un paso atrás y
averiguar si quieres estar en una relación.
Tomo su mano y lo siento junto a mí en el sofá.
—¿Recuerdas todo lo que hiciste, antes que me mudara aquí? Las flores, los
globos, la charla de la hermana B, el cambio de la oficina en casa, fueron gestos
hermosos. Mostrando lo mucho que me querías, y lo dispuesto que estabas a
cambiar tu vida por mí.
Miro nuestras manos unidas—. Pero también hicieron una oferta que no pude
rechazar. Ninguna persona podría. Y creo que parte de ti cree que me manipuló a
vivir contigo. Que si no me hubieses molestado y puesto tan pesado, nunca te
hubiera elegido a ti.
—No lo habrías hecho.
—¿Ves lo que quiero decir? Y eso no es cierto. Puede haber tomado tiempo para
que confiara en ti otra vez, para creer que estabas listo para una relación, pero lo
habría hecho. Todavía estaría enamorado y queriendo una vida contigo, por ser
quien eres. No por las cosas que hiciste por mí. Esto arreglara eso, Jungkook. Así
no podrás nunca dudar de por qué estoy contigo.
Toma la mano de nuevo y la frota sobre su cara—. Así que... ¿Quieres pagar por un
apartamento, empacar tus cosas, comprar muebles, pasar por todos los problemas
de reubicación... sólo para demostrar a mí y a ti mismo que puedes hacerlo?
¿Sabiendo que en algún momento, vas a regresar conmigo?
—Bueno, cuando lo pones así, suena ridículo.
—¡Sí! Gracias. ¡Saca toda la mierda de la burbuja emo psicópata, y es ridículo!
—No, no lo es. Porque, más tarde, cuando decidamos vivir juntos de nuevo,
estaremos en condiciones de igualdad. No estarás haciendo un espacio en tu vida
para mí, será una decisión conjunta. Por todas las mejores razones.
Mira lejos hacia la puerta, pensando. Luego se vuelve hacia mí—. No. Lo siento,
Taehyung. Quiero hacerte feliz, lo hago. Pero no puedo apoyar algo que es tan
inútil. No estoy de acuerdo con eso. No lo haré. Sólo, no.
Cruza los brazos y hace pucheros. Como un niño de dos años que se niega a
moverse hasta que las cosas se hagan a su manera.
Hubo un tiempo, no hace mucho, que su negativa me habría influenciado.
Que habría dejado que su opinión se convirtiera en mi opinión. Que hubiera cedido
en aras de nuestra relación y mi cordura.
Pero ya no.
Me levanto—. Estoy haciendo esto, Jungkook, con o sin ti. Realmente espero que
pueda ser contigo.
Después voy al final del pasillo, hacia el dormitorio.
***
Me paro en medio de la sala por unos minutos, recordando.
Algunos de los más maravillosos y románticos momentos de mi vida han tenido
lugar en esta habitación.
Mentiría si dijera que no lo iba a extrañar.
Pero estoy firme en mi convicción que mudarme será bueno para nosotros.
Que, en algún momento, hará que las diferencias entre nosotros se derrumben bajo
el peso de nuestra propia pasión y terquedad o nos convirtamos en una pareja aún
más fuerte que antes.
Ojalá Jungkook lo viera así.
Con un suspiro, me muevo al armario para sacar mi equipaje. Sólo tomé un
pequeño bolso conmigo cuando me fui hace una semana, así que hay un montón de
ropa para ser embalada. Veo la maleta de cuero beige grande en el estante
superior.
Me estiro de puntillas tratando de agarrar la manija. Considero traer una silla desde
la otra habitación, pero trato de saltar primero.
Cuando doblo mis rodillas para mi segundo intento, oigo a Jungkook detrás de mí.
Se alza por encima de mi hombro, fácilmente apoderándose de la maleta y
bajándola.
—No debes estirar los brazos sobre tu cabeza. No es bueno para ti... para el bebé
—Sale del vestidor y pone la maleta en la cama.
—¿Cómo sabes eso? —Preguntó mientras camino detrás de él.
Se encoge de hombros—. Cuando Jaehwa estaba embarazada, leí un montón.
Quería estar preparado en caso de que entrara en trabajo de parto en una reunión
familiar, o si nos quedábamos atrapados en un taxi juntos durante la hora pico.
Abre la cremallera y añade—. Hubiera tenido que arrancarme los malditos ojos
después de eso, por supuesto, pero habría valido la pena —Sonrío. Me toma por los
hombros y me sienta en el borde de la cama—. Simplemente... levanta los pies.
Descansa.
A continuación, se vuelve hacia el vestidor y toma una pila de mis camisetas del
cajón, colocándolas ordenadamente en la maleta. Él no me mira mientras trabaja.
—¿Me estás ayudando a empacar?
Asiente rígidamente—. Sí.
—¿Pero todavía no quieres que me mude?
—No.
—Y... ¿todavía crees que es una idea estúpida?
—Sí. No tienes muchas ideas estúpidas, pero incluso si lo hicieras, esta sería la
más tonta de todas.
Toma otra pila del cajón mientras yo pregunto—. Entonces ¿por qué me estás
ayudando?
Deja caer la pila en la maleta y hace contacto visual. Y su cara dice todo lo que está
sintiendo, frustración, resignación... devoción.
—En los últimos dos años, probablemente he dicho una docena de veces que haría
cualquier cosa por ti —Se encoge de hombros—. Es hora de que lo demuestre o me
calle.
Y esto... es por eso que lo amo. Sospecho que es por eso que también lo amas.
Porque a pesar de sus faltas y defectos, Jungkook es lo suficientemente audaz para
darme todo lo que tiene. Para poner su corazón en el patíbulo y entregarse al
hacha. Haciendo cosas que odia, porque yo le pedí que lo hiciera. Él irá contra su
instinto y buen juicio, si es lo que necesito. Poniendo su bienestar, su felicidad, en
segundo lugar por el mío.
De pie, con mis brazos alrededor de su cuello y presiono mis labios en los suyos. Un
momento después, mis pies dejan el piso y él entierra su mano en mi cabello. Su
boca captura mi gemido cuando me presiona más cerca.
Me alejo y le digo—. Eres increíble.
Me da una suave sonrisa—. Es el consenso general.
Sonrío—. Y te amo.
Establece mis pies en el suelo, pero mantiene sus brazos alrededor de mi cintura—.
Bien. Entonces vas a dejarme poner tres cerrojos en la puerta de cualquier
apartamento al que decidas mudarte. Y una cadena. Y un pestillo.
Sonrío más ampliamente—. De acuerdo.
Jungkook lentamente se acerca, haciéndome retroceder hacia la cama.
—Y no vas molestarte cuando tenga instalado un sistema de seguridad.
—No soñaría con hacerlo.
Damos otro paso juntos, casi como bailando.
—Estoy pensando en comprar uno de esos collares ―he caído y no puedo
levantarme también.
Mis ojos se entornan mientras pretendo pensar en la idea—. Vamos a hablar de ello.
—Y... vas a dejarme acompañarte a casa del trabajo todas las noches.
—Sí.
La parte posterior de mis piernas hace contacto con el borde de la cama.
—También voy a ir a cada cita con el médico que tengas.
—Ni por un segundo imaginé lo contrario.
Jungkook ahueca mi rostro en sus manos—. Y un día, voy a pedirte que te cases
conmigo. Y vas a saber que no es porque estás embarazado, o por algún intento
equivocado para mantenerte.
Lágrimas llenan mis ojos mientras nos miramos el uno al otro.
Con una voz áspera, prosigue—. Vas a saber que te estoy preguntando porque
nada me haría más orgulloso que ser capaz de decir, ―este es mi esposo,
Taehyung. Y cuando te lo pida, vas a decir que sí.
Cuando cabeceó, una lágrima hace un sendero por mi mejilla. Jungkook la limpia
con su pulgar mientras yo prometo—. Seguro.
Y entonces él me besa con toda la pasión y el deseo que ha estado retenido los
últimos dos días. Jungkook acuna mi cabeza cuando caemos en la cama juntos.
Entonces me arqueo y el calor se propaga a través de mi estómago y muslos
mientras me froto contra donde ya estamos duros y listos.
Descansando sus codos en la cama por encima de mis hombros, Jungkook levanta
la cabeza y jadea—. Así que esto... ¿es sexo de reconciliación... o sexo de
rompimiento? Porque tengo realmente fantásticas ideas para cualquiera.
Abro mis piernas más ampliamente, acomodando a Jungkook entre ellas—.
Definitivamente es sexo de reconciliación, tal vez un poco de sexo por el descanso.
Y un montón de sexo del último-día-en-el-apartamento. Eso es mucho para cubrir,
por lo que va a tomar mucho tiempo.
Jungkook sonríe. Y es su sonrisa juvenil, encantada, una de mis favoritas, que sólo
sale en ocasiones muy especiales.
—Me encanta tu manera de pensar.
Y no dejamos la cama por el resto del día.
EPILOGO
Ocho meses después…
Así que... He vuelto a la iglesia, cada semana, a veces dos veces por semana.
Sí, soy yo, Jungkook.
Hace mucho que no nos vemos, ¿me extrañaste? A juzgar por tu cara de "me
gustaría meter tu polla en un sacapuntas automático"...
Creo que eso es un no.
Sigues enojada, ¿eh? No te culpo, fueron unas sólidas tres semanas antes de que
pudiera ver mi reflejo en el espejo y no quisiera patear mi propio culo, de hecho, una
noche salí con los chicos para celebrar un masivo acuerdo que Namjoon cerró, y
después de demasiados tragos de Jäger**, le rogué a Yoongi que me golpeara en
las bolas tan fuerte como podía.
**//Jägermeister: E s un licor amargo Alemán que tiene el 35% de contenido alcohólico. Se elabora con hierbas,
frutas y especies.//**
Porque no podía dejar de ver la mirada en el rostro de Taehyung cuando entró por
la puerta esa horrible noche, repitiéndose en mi cabeza una y otra vez, como una de
esas horribles películas en el cable que está constantemente, pero que nadie nunca
ve.
Por suerte para mí, Yoongi se negó, incluso más afortunado fue el hecho de que
Jimin no estaba con él, ya que estoy seguro de que él hubiera estado más que
encantado de hacerlo. Sí, es larga la lista de culos que he tenido que besar en
los últimos meses. Una línea digna de montaje. Taehyung, Jimin, Solmi, mi padre,
Jaehwa...
Me he abastecido de bálsamo para los labios, no quería raspar.
Has perdido mucho, trataré y te pondré al día.
***
¿Qué sabes sobre el rebuilding year**? Cada gran equipo de béisbol los tiene.
Diablos, los Yankees tienen uno cada año.
**//Rebuilding Year: Un equipo cargado con el talento suficiente como para aporrear a casi todos los equipos pero
que pierde un par de partidos debido a jugadores sin experiencia.//**
Nada estaba fuera de los límites, todo estaba sobre la mesa, hablamos de nuestras
inseguridades, las dudas son como las malas hierbas; si no tratas con ellas ahora
mismo, se multiplican, y antes de que lo sepas, tu jardín parecerá una jungla en
Vietnam.
Taehyung me acusó de usar el sexo como un arma y una manta de seguridad, y yo
le dije que él me excluía, cerrándose, así que no tenía ninguna forma de saber lo
que realmente estaba pensando. Entre los dos, teníamos demasiados problemas
para llenar toda una temporada de Dr. Phil.
¿Quién lo diría?
Sacar todo al aire libre ayudó, he hablado mucho sobre mis sentimientos, es un
milagro que no me broten tetas.
¿Sabes cuándo vas a limpiar tu garaje? ¿Y tienes que sacar todo, volcar cajas de
mierda, aclarar los estantes, antes de que puedas poner todo junto de nuevo?
Fue muy parecido a eso.
Hemos hablado en profundidad de lo que habíamos estado haciendo durante
nuestra interrupción, esas conversaciones eran tan divertidas como una jodida
colonoscopía.
Su lengua-enredada con la de Park fue diseccionado con el más fino detalle.
¿Estaba enojado? ¿Era el queroseno muy inflamable?
He querido poner mi mano a través de la pared, y su rostro. Aun así quería dibujar
una línea en la arena y decirle a Taehyung que él nunca hablaría con ese hijo de
puta otra vez. Nunca lo volveremos a ver.
Jamás.
Pero no lo hice. Porque, tanto como no me gusta admitirlo, el imbécil estaba ahí
para él cuando yo... no lo estaba. Él lo recogió después de que yo le propine una
patada en las costillas con una bota con punta de acero, en una rara y jodida forma
como que el-universo-no-tiene-sentido-alguno, me hizo un favor. Además, el imbécil
significa mucho para Taehyung, y aunque yo quiero ser todo para él, no puedo
atreverme a negarle algo, o alguien, que le hace feliz.
Entonces, a la luz de mi propio comportamiento, estoy dispuesto a darle una
oportunidad al imbécil, esta vez.
Por supuesto, la próxima vez que lo vea, todas las apuestas están fuera. Si idiota
me pone de los nervios, daré rienda suelta y tumbare sus dientes en su garganta, y
dado su talento para molestar, es bastante seguro.
¿Por qué me miras así? ¿No me digas que te gusta el tipo ahora? Jesucristo, Kool
Aid debe ser muy sabroso, todo el mundo lo está tomando estos días.
De todos modos... el siguiente tema... sabes que no me folle al stripper.
Pero lo que no sabes... es que no fue por falta de intentos.
Antes de que me quites la cabeza, mantengamos en mente que Taehyung había
arrancado mi corazón con sus propias manos, me dijo que me iba a dejar, que
habíamos terminado.
Y yo le creí.
Lo que me lleva a mi declaración de apertura, es cierto, la iglesia. El simple hecho
es que le debo a Dios, a lo grande, y no por las razones que probablemente estás
pensando.
¿Qué sabes acerca de la disfunción eréctil? El síndrome del pene flácido, fallo al
iniciar. Es una condición que cada pobre bastardo con una polla va a tener que
hacer frente en algún momento de su vida, es horrible, y como las rocas espaciales
que golpearan la tierra, está destinado a suceder al final.
Pero para mí, eso sólo ha pasado una vez. ¿Quieres adivinar cuándo?
Es cierto, esa terrible noche. Después de que Taehyung se fue, el bailarín hizo su
pequeño show durante unos quince minutos, entonces se ofreció a llevar las cosas
a un nivel superior, para que nos conociéramos mejor en el sofá, en el dormitorio, en
la lámpara del comedor.
Pero sabía que no iba a suceder, no podía pasar.
Porque estaba tan duro como un fajo de chicle masticado.
Ahora, tal vez no podía excitarme porque estaba devastado por Taehyung, tal vez
era porque había consumido alcohol suficiente para matar a un caballo. Pero yo
prefiero pensar que fue como un acto de Dios.
Una intervención divina para salvarme de mi propia estupidez.
Y funcionó, porque hoy, Taehyung y yo estamos mejor que nunca. Y estoy bastante
seguro de que no sería el caso si yo realmente me hubiera tirado a otro hombre. No
sé si Taehyung podría haberme perdonado eso, sé que yo no habría podido
perdonármelo a mí mismo.
***
Después de que todo estuvo fuera del camino, seguimos con las cosas buenas.
La reconciliación, la causa de su regreso, siempre he sido impresionante en esa
parte, ¿recuerdas? Pero no me gusta repetir las cosas; es poco imaginativo, así que
esta vez no había ningún diluvio de flores, ninguna oficina llena de globos, sin tríos
musicales. Lo que sí hubo, sin embargo, fueron mensajes de texto cariñosos.
Pequeños pero significativos regalos, notas sobre la puerta de su apartamento.
Cada vez que pensé en él cuando no estaba allí, cada vez que echaba de menos la
sensación de Taehyung junto a mí, se lo deje saber, la poesía pudo o no haber
estado involucrada.
Y Taehyung tampoco fue inactivo, a pesar de su evidente alegría por su situación de
vida independiente, él me hizo saber que estaba solo sin mí, insistió en que
habláramos por el teléfono justo antes de acostarnos. Más a menudo que no,
Taehyung terminaría cabeceando mientras yo estaba en el otro extremo, y pasaría
más de lo que me gustaría admitir escuchándolo respirar.
¿Es lamentable?
Al diablo, estoy más allá de que me importe.
Taehyung también cocinó la cena para nosotros en su casa tres veces a la semana.
Entonces trabajaríamos juntos en la mesa de su cocina, como dos estudiantes con
honores estudiando para los finales.
Pero alrededor de la octava semana, sentí que era tiempo de un gran gesto.
E hice mi jugada maestra.
¿Has visto Say Anything? ¿Recuerdas cuando John Cusack sostuvo ese radio
sobre su cabeza? Tomé una página de su libro. Pero en lugar de un reproductor de
CD, yo estuve de pie en la acera de Taehyung con una máquina de karaoke.
Recuerdas cómo me siento acerca de karaoke, ¿no? Hay muchas cosas que hago
bien, cantar no es uno de ellos. Pero me lo tragué y canté cada canción de amor de
maricones que se me ocurrió.
Yoongi, Seung y Namjoon aparecieron y se sentaron en la acera y me
interrumpieron, pero no me importo una mierda, porque todo el tiempo que estuve
cantando, Taehyung estuvo parado en el balcón, observándome, una pequeña
sonrisa en sus perfectos labios.
Y la humillación pública va por un largo camino.
Porque a mitad de ―Mirrors de Justin Timberlake, Taehyung bajó, me tomó de la
mano y me condujo dentro de su apartamento, les enseñe a los chicos el dedo del
medio en el camino. Y una vez que estuvimos allí, Taehyung me montó como un
guerrero cargando a la batalla.
¿Qué? No creías que no estábamos teniendo sexo, ¿verdad? ¿Yo, durante dos
meses sin tener sexo?
Por qué no sólo tiras de mi cerebro por mi nariz con un par de pinzas, estoy seguro
que sería menos doloroso.
Nosotros habíamos estado tenido sexo, pero como dije antes, no pasábamos la
noche. Lo que era como comer un helado sin salpicaduras, todavía es bueno, pero
definitivamente hay algo que falta. Esa noche, sin embargo, todo cambió, porque
cuando abrí los ojos, era por la mañana, y Taehyung ya estaba despierto.
Observándome. Estaba trazando mi pecho con sus dedos y me besó. Y luego me
dijo que estaba listo, que él quería que viviéramos juntos otra vez.
Ese… fue el segundo mejor día de mi vida.
Encontramos un apartamento nuevo muy rápido, yo había estado buscando uno por
un tiempo y lo reduje a tres opciones.
Era importante para Taehyung que tuviéramos un lugar que era "nuestro" en todos
los sentidos de la palabra. Para él, representaba un nuevo comienzo a nuestra
relación, un símbolo de cualquier empoderamiento que pensaba que de alguna
manera faltaba antes. Yo siempre pensé que Taehyung era el fuerte e
independiente, nunca me di cuenta de que él no pensaba eso.
El edificio es de más de cien años de edad, con molduras originales, ventanas del
piso al techo y dos balcones que ofrecen vistas al Central Park. Además, Bon Jovi
vive unos pisos más abajo, lo que está bien, Taehyung es un gran admirador suyo.
Así que creo que eso lo cubre todo. ¿He dejado algo?
He aprendido mi lección. Esta vez para siempre, En serio, ¿si llego a casa y
Taehyung se está acostando con un tipo al azar en nuestra cama? No me voy a
asustar, no diré ni una palabra.
Sólo lo recogeré, arrojándolo sobre mi hombro para llevarlo al laboratorio de ADN
más cercano para asegurarme de que es en realidad Taehyung y no un gemelo
perdido y malvado empeñado en destruir nuestras vidas.
No voy a dudar de Taehyung. O de nosotros, para el caso.
¿Todavía no me crees?
Eso está bien, el tiempo lo dirá. Y además, Taehyung me cree. Y eso es lo que
jodidamente y realmente importa, ¿no?
Ahora que estás al tanto, no te aburriré con más resúmenes. Pero la historia no ha
acabado todavía. Puedes ver el resto de la acción, en vivo.
***
***
***
Unas horas más tarde, despierto de mi coma inducido por el sexo con el sonido de
la voz de Taehyung.
—Ufff... maldita pizza. Maldito quien lo inventó.
Froto el sueño de mis ojos y miro por la ventana, es aún oscuro afuera, un par de
horas después de la medianoche. Taehyung está caminando por la habitación,
sobándose la barriga, respira con dificultad.
—¿Taehyung? ¿Qué está pasando?
Él se detiene en su camino y me mira—. No es nada. Vuelve a dormir. —
Gime suavemente—. Sólo indigestión.
¿Sólo una indigestión?
Famosas últimas palabras.
Y lo siguiente que sabes, tío Morty yace sobre una losa en la morgue por un ataque
al corazón que nunca supo que estaba teniendo. No durante mi turno, amigo.
En un instante, estoy fuera de la cama en pantalones chándal. Me paro junto a
Taehyung, mi mano sobre su hombro.
—¿Deberíamos llamar al doctor?
—¿Qué? No, no, estoy seguro de que es sólo... ugh... — Se inclina, sosteniendo su
torso—. Oh...ow...
Y un chorro de agua sale de entre sus piernas, como por valor de diez galones. Los
dos nos quedamos ahí, estúpidamente viendo como caen las gotas desde el borde
del camisón sobre la alfombra. Y entonces, como una serpiente deslizándose en la
hierba, la realidad serpentea a través de nuestros cerebros.
—Oh, Mi Dios.
—Santa mierda.
¿Recuerdas ese globo de agua que he mencionado?
Sí, ese idiota acaba de estallar.
***
Hee hee.
Whoo whoo.
Hee hee.
Whoo whoo.
Cuando tenía dieciséis años, el equipo de baloncesto de mi escuela estaba en
un empate por el campeonato del estado. Durante el último partido estábamos
abajo por uno, con tres segundos en el reloj. ¿Adivina a quien le pasaron el balón?
¿Quién hundió el ganador de tres puntos?
Sip, ese sería yo. Porque incluso en aquel entonces, era una roca.
Continuaba el empate, no me estrese. ¿Miedo? ¿Pánico? Era para perdedores.
Y yo no era un perdedor.
Así que ¿por qué mis manos temblaban como un paciente de Parkinson sin
medicación?
¿Alguien alguna vez te dijo que haces demasiadas malditas preguntas? Mis nudillos
eran blancos, envueltos en un agarre de muerte alrededor del volante.
Taehyung estaba en el asiento del pasajero con una toalla debajo de su culo,
implementando cada técnica de respiración Lamaze29, que el instructor hippie nos
había dicho.
**//Lamaze: Es una técnica de parto, el objetivo es aumentar la confianza de la madre en su capacidad de dar a luz.//**
Hee hee.
Whoo Whoo.
Hee hee.
Whoo.
Luego, a mediados de whoo, él grita—. ¡Oh, no!
Casi cierro el coche contra un maldito poste de teléfono—. ¡Qué! ¿Qué pasa?
—¡Me olvidé de las paletas de manzanas agrias!
—¿El qué?
Su voz estaba cargada decepción—. Las paletas de manzana agria. Jaehwa dijo
que fue lo único que sacio su sed cuando estaba en trabajo de parto con Jiwoo, iba
a recoger algunas esta tarde, pero se me olvidó. ¿Podemos parar y conseguir un
poco?
Okay. Parece que el sentido común de Taehyung se ha ido, adiós, por lo que
depende de mí para ser su voz de la razón, lo cual es malditamente aterrador,
teniendo en cuenta que estoy colgando de un hilo por aquí.
—¡No, no podemos jodidamente parar, y conseguir un poco! ¿Estás demente?
Los grandes ojos marrones de Taehyung se llenan inmediatamente con lágrimas y
me sentí como el idiota más grande del mundo.
—¿Por favor, Jungkook? Sólo quiero que todo sea perfecto... ¿y qué pasa si quiero
una paleta durante el parto, y te vas a conseguirme una, y luego tengo el bebé
mientras te has ido? Te lo perderás —Las lágrimas descendían por sus mejillas
como dos pequeños afluentes. —No soportaría si te lo pierdes.
Por favor, que no sea una niña. Por el amor de Dios, por favor no dejes que sea una
niña. Todo este tiempo, he estado orando por un bebé sano sin especificar un sexo.
Hasta ahora.
Porque si tengo una hija, ¿y sus lágrimas me llevan a mis rodillas como lo hacen las
de Taehyung? Estoy completamente jodido.
—Está bien, Taehyung, está bien, bebé. No llores, voy a detenerme.
Inhala, y sonríe—. Gracias.
Sacudí el volante a la derecha, haciendo un giro en U ilegal, y estaciono en la acera
frente a un 7-Eleven. Entonces, más rápido que una parada de rigor en la Indy 500,
estaba de vuelta en la carretera, con la codiciada paleta de manzana ácida dando
vueltas en el asiento trasero.
s un festival, donde se realizan desfiles de autos y carreras.//**
**//Indy 500: E
**
Una hora más tarde, Taehyung está acomodado en una habitación privada en el
Hospital presbiteriano de Nueva York, conectado a más artilugios emitiendo pitidos
que un octogenario con soporte vital. Me siento en la silla junto a la cama.
—¿Te traigo algo? ¿Un masaje en la espalda? ¿Cubitos de hielo? ¿Narcóticos? Sé
que podría ir por un vaso de whisky en el momento, o una botella entera.
Taehyung toma mi mano y la mantiene apretada, como si estuviéramos en un avión
que está a punto de despegar—. No, solo habla conmigo —Entonces su voz se
apaga. Baja—. Tengo miedo, Jungkook.
Mi pecho se aprieta dolorosamente y nunca en mi vida me había sentido tan
impotente.
Pero hice lo imposible por ocultarlo—. Oye, esta cosa de entrega entera es un
pedazo de la torta. Es decir, los hombres tienen bebés todo el tiempo, leí este
artículo una vez que decía que en los días de antaño, los niños nacían justo en el
medio de los campos, entonces lo limpiaban, lo ponían en su mochila, y volvían al
trabajo. ¿Qué tan difícil puede ser?
Él se rió.
A continuación, una voz llega desde la puerta—. ¿Cómo lo estamos haciendo esta
noche?
—Hola, Bobbie.
—Hey, Roberta.
Sí, sólo uso su nombre completo. ¿Estrés postraumático? Posiblemente.
¿Todo lo que sé al oír el nombre de Bob? Es que casi me dan ganas de cortarme
las venas con una caja de cuchillas.
Roberta comprueba la tabla al final de la cama—. Todo se ve bien. Estás cerca de
tres centímetros de dilatación, Taehyung, así que todavía tienes mucho tiempo para
venir. ¿Tienes alguna pregunta para mí?
Taehyung parece optimista—. ¿Epidural?
Aquí hay algunos consejos —no seas masoquista, consigue la epidural.
Voy a repetir esto, en caso de que te lo perdiste: CONSIGUE LA EPIDURAL.
De acuerdo con mi hermana, es una droga milagrosa. Ella felizmente habría
masturbado al tipo que lo inventó y Steven probablemente se lo permitiría.
¿Quieres extraer un diente sin novocaína? ¿Quieres conseguir extirpar el apéndice
sin anestesia? Por supuesto que no.
Y no me vengan con esa mierda de tener la "experiencia completa" de parto.
El dolor es el dolor, no hay nada "maravilloso" al respecto.
Jodidamente duele.
Roberta sonríe con dulzura—. Voy a conseguirlo y lo colocare de inmediato —
Ella hizo un par de notas en el portapapeles, luego lo devolvió a su lugar
colgándolo—. Volveré dentro de un rato para ver cómo estás. Tienen a las
enfermeras, llámenme si necesitan algo.
—Está bien. Gracias, Roberta.
Una vez que está fuera de la puerta, me levanto y agarro mi teléfono celular.
—Voy a llamar a tu mamá, no puedo conseguir recepción aquí. ¿Vas a estar bien
hasta que vuelva?
Agita su mano—. Claro, no voy a ninguna parte. Vamos a estar aquí.
Me inclino y beso la frente de Taehyung, entonces me agacho y beso su tripa,
diciéndole—. No empieces sin mí.
Entonces estoy fuera de la puerta corriendo para alcanzar al médico de Taehyung
en el pasillo—. ¡Oye, Roberta!
Se detiene y se da vuelta—. Hola, Jungkook. ¿Cómo estás?
—Estoy bien, quiero preguntarle sobre el ritmo cardíaco del bebé. ¿No es
uno-cincuenta un poco alto?
La voz de Roberta es tolerante, comprensiva. Está acostumbrada.
—Es bueno dentro del rango normal. Es común ver algunas fluctuaciones menores
en la frecuencia cardíaca fetal durante el parto.
Asentí con la cabeza. Y seguí adelante—. ¿Y la presión arterial de Taehyung?
¿Algún signo de preeclampsia**?
El conocimiento es poder, cuanto más sepas, más control tienes sobre una
situación. Al menos eso es lo que me he estado diciendo durante los últimos ocho
meses.
—No, como te dije por teléfono ayer y el día anterior, la presión arterial de Taehyung
es perfecta, ha sido estable todo el embarazo.
Froto mi barbilla y asentí—. ¿Alguna vez ha dado a luz a un bebé con distocia de
hombro? Porque no sabrás que está sucediendo hasta que la cabeza del bebé ya
está…
—Jungkook. ¿Creí que habíamos acordado que ibas a dejar de ver las repeticiones
de ER**?
**// Sala de Urgencias, es una serie de televisión con un perfil dramático. Trata de lo que ocurre en la sala de
urgencias del hospital ficticio County General en Cook County, Chicago, Illinois, y de la compleja vida personal de los
médicos.//**
***
Resulta que toda la preocupación fue en vano. Porque a las 9:57 de la mañana,
Taehyung dio a luz a un niño robusto y yo estuve a su lado todo el tiempo,
compartiendo su dolor.
Literalmente.
Estoy bastante seguro de que él rompió mi mano.
¿Pero a quién le importa? Unos huesos rotos no significan mucho cuando sostienes
un milagro de siete libras y nueve onzas.
Y eso es justo lo que estoy haciendo.
Sé que todos los padres piensan que su hijo es adorable, pero para ser honestos, él
es un chico guapo, ¿no crees? Un parche de pelo negro está suavemente en la
parte superior de su cabeza. Sus manos, sus labios, mirarlos es como mirarme en
un espejo pero sus ojos, son todo Taehyung.
Es exquisito. La perfección hecha carne.
Concedido, él no salió con este aspecto. Hace unas horas, tenía un gran parecido a
un pollo desplumado gritando.
Pero era mi pollo desplumado gritando, así que todavía era la cosa más hermosa
que he visto alguna vez.
Es irreal. La adoración. La devoción que es tan abrumadora, que casi duele mirarlo.
Quiero decir, amo a Taehyung más que a mi propia vida pero eso llevó tiempo, poco
a poco me enamore de él.
Esto… fue instantáneo. Tan pronto como puse los ojos en él, supe que alegremente
saltaría desnudo en una piscina de ácido de batería por él. Una locura, ¿verdad? y
no puedo esperar para enseñarle cosas. Mostrarle… todo, por ejemplo, cómo
cambiar un neumático, y hablarle dulce a una niña o niño, cómo golpear una pelota
de béisbol, y lanzar un gancho de derecha. No necesariamente en ese orden.
Solía burlarme de esos chicos en el parque, los papás con sus cochecitos y sonrisas
tontas y hombres monederos.
Pero ahora… ahora lo entiendo.
La voz de Taehyung me tira de mi bebé que miraba fijamente —. Oye.
Parece agotado, no lo culpo.
—¿Cómo te sientes?
Sonríe adormilado—. Bien…
Me estremezco—. Ouch.
—Sí.
Sus ojos caen al paquete de color azul pálido con manta en mis brazos.
—¿Cómo está el pequeño hombre?
—Está bien, sólo estamos pasando el rato. Nada, le estoy hablando de todas las
cosas importantes en la vida.
—¿En serio?
—Sí.
Bajo la mirada a nuestro hijo y mi voz es asombrada—. Hiciste un gran trabajo,
Taehyung. Él tiene tus ojos, me encantan tus ojos, ¿alguna vez te dije eso? fue la
primera cosa que noté en ti.
Él arquea una ceja —. ¿Pensé que mi culo fue lo primero que notaste?
Me reí, recordando—. Oh, sí, es cierto. Pero entonces te diste la vuelta y justo… me
impactaron.
El bebé soltó un chillido agudo, capturando nuestra atención.
—Creo que tiene hambre.
Taehyung asiente y cojo el biberón que la enfermera tenía preparado. Atraigo al
bebé más cerca y él se engancha a la boquilla como un experto.
Taehyung sonríe—. Probablemente deberíamos pensar en un nombre para él, ¿no
crees?
Taehyung y yo decidimos esperar en el juego de los nombres hasta después del
nacimiento del bebé, para asegurarnos de que era el adecuado. Los nombres son
cruciales, ellos son la primera impresión que el mundo tiene de ti. Es por eso que
nunca voy a entender por qué las personas maldicen a sus hijos con nombres como
Edmund, Albert o Morning Dew.
¿Por qué no ir al grano y llamar al chico Cabeza De Mierda?
Me recuesto en la silla—. Está bien, puedes empezar.
Sus ojos recorren la cara del bebé—. Connor.
Niego con la cabeza—. Connor no es un nombre de pila.
—Por supuesto que lo es.
—No, es un apellido —En mi mejor voz de Terminator digo—. Sarah Connor.
Taehyung rueda los ojos. Entonces dice—. Siempre me ha gustado el nombre
Dalton.
—Ni siquiera voy a dignificar eso con una respuesta.
—De acuerdo, Colin.
Me burlo—. De ninguna manera, suena demasiado como ―colon. Ellos lo llamarían
ano en el momento en que ponga un pie en el patio.
Taehyung me mira con incredulidad—. ¿Estás seguro de que fuiste a la escuela
católica? Suena como si hubieras crecido en la sala correccional.
La vida es un gran patio de escuela, recuerda eso.
Mentalidad de manada de lobos. Tienes que aprender temprano cómo no ser el
eslabón más débil. Ellos son a los que se comen. Vivos.
—Puesto que no apruebas mis elecciones, ¿qué sugieres? —Pide él.
Miro el rostro dormido de nuestro hijo, sus pequeños labios perfectos, sus largas
pestañas oscuras.
—Michael.
—Uh-uh. En tercer grado, Michael Rollins vomitó todos mis mocasines, cada vez
que escucho ese nombre pienso en perros calientes regurgitados.
Me parece justo, lo intento de nuevo—. Jihoon. No Jeonho o Jeonghun, sólo Jihoon.
Taehyung levanta las cejas, y aprueba—. Jihoon. Jihoon, me gusta.
—¿Sí?
Él baja la mirada al bebé de nuevo—. Sí, es Jihoon.
Meto la mano en mi bolsillo de atrás y saco un pedazo de papel doblado.
—Fantástico. Ahora su apellido.
Él está confundida—. ¿Su apellido?
Hemos hablado sobre el uso de Kim como el segundo nombre, pero seamos
honestos: las únicas personas que utilizan un segundo nombre son asesinos en
serie y padres cabreados, así que se me ocurrió algo mucho mejor.
Pongo el papel abierto en el regazo de Taehyung.
Echó un vistazo.
Kim-Jeon
Él levanta la vista, los ojos muy abiertos por la sorpresa—. ¿Quieres unir tu
apellido?
Sin duda, eso de los apellidos es algo sexista. Y no, no estoy de acuerdo con eso,
en el futuro, si alguno rufián viene y supone que es dueño de mi sobrina, voy a
comprarle una pala. Así se puede cavar su propia tumba antes de que lo ponga en
ella.
—Bueno… es nuestro. Y tú hiciste la mayor parte del trabajo, debes obtener la
mitad del crédito.
Sus ojos se ablandan cuando él recuerda—. Odias compartir, Jungkook.
Empujo un poco de su pelo rebelde tras la oreja—. Por ti, estoy dispuesto a hacer
una excepción.
Además, estoy apostando a que un día, pronto, el apellido de Taehyung coincidirá
con nuestro hijo.
Por supuesto, Taehyung se merece la mejor propuesta siempre y la mejor toma
tiempo.
Planificación.
Está en construcción en estos momentos. Estoy tomando clases en globo los
sábados por la tarde, cuando él piensa que estoy jugando a la pelota con los chicos.
Porque voy a llevar a Taehyung en un paseo en globo aerostático privado al Valle
Hudson. Habrá una elegante merienda preparada para nosotros cuando aterricemos
y ahí es donde voy a hacer la pregunta.
De esa manera, si existe la remota posibilidad de que Taehyung me rechace, lo
tendré en una zona totalmente apartada hasta que pueda cambiar de opinión.
Un genio, ¿verdad?
Voy a tener una limusina esperando cerca, pero no demasiado cerca, que nos lleve
de vuelta a casa, para que podamos sentarnos y descansar en el camino y tener
limo-sexo, por supuesto. Nunca se debe dejar pasar la oportunidad de tener sexo en
una limusina, siempre es divertido.
Los ojos de Taehyung están brillantes por las lágrimas. Felices—. Me encanta.
KimJeon Jihoon. Es perfecto, gracias.
Me inclino hacia delante y beso la frente de nuestro hijo. Y luego beso los labios de
su padre—. Lo tienes todo mal, bebé. Se supone que yo debo estar dándote las
gracias.
Él baja la vista hacia Jihoon con ternura y con esa voz que podría poner a un ángel
verde de envidia, comienza a cantar.
Solo hay unas pocas veces en la vida en la que tengo permitido llorar sin parecer un
tonto total.
Esta es una de esas veces.
Cuando Taehyung termina, me aclaro la garganta y froto la humedad de mis ojos.
Luego me subo a la cama a su lado.
Estoy bastante seguro de que va contra la política del hospital, y lo admito, algunas
de esas enfermeras las veo jodidamente intimidantes.
Pero vamos son enfermeras.
Taehyung se vuelve hacia mí, así que Jihoon se encuentra entre nosotros. Mi brazo
está por encima de él, con mi mano en su cadera, rodeándolos a los dos.
Los ojos de Taehyung son cálido terciopelo—. ¿Jungkook?
—¿Mmm?
—¿Crees que vamos a estar siempre así?
Le doy una pequeña sonrisa—. Definitivamente no.
Y luego toco su cara, la que planeo mirar todas las mañanas y todas las noches,
hasta que la muerte aparezca para arrastrarme lejos.
—Vamos a seguir mejorando.
***