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Ferrocarril
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El primer tren se fabricó en Inglaterra hace casi 200 años, y empleaba caballos para
arrastrar unos carros sobre unos rieles en el suelo.
El primer intento de máquina locomotora fue inventado en 1804 por Richard Trevithich.
Era un tren minero de Gales, Reino Unido, pero no fue incorporada al ferrocarril porque
los raíles de hierro no soportaban el peso de la máquina.
Años después, en 1814, George Stephenson fabricó una locomotora que utilizaba la
tecnología de la máquina de vapor para moverse, la cual sí se puso en práctica. Este
ferrocarril fue un símbolo de progreso. Era un medio de trasporte cómodo y barato y
permitía una velocidad desconocida hasta la fecha. Facilitó los desplazamientos de las
personas y los intercambios comerciales, por lo que también supuso un cambio en la
forma de vida y modificó los hábitos alimentarios al permitir que llegaran productos
procedentes de lugares lejanos a los mercados.
La primera línea ferroviaria del mundo entre dos ciudades fue construida en 1826, y
unía Liverpool y Manchester. En España, el primer ferrocarril se puso en
funcionamiento el 28 de octubre de 1848, entre Barcelona y Mataró.
Historia[editar]
Líneas sobre carriles[editar]
La primera noticia de un sistema de transporte sobre carriles fue una línea de tres kilómetros
que seguía el camino Diolkos, que se utilizaba para transportar botes sobre plataformas a lo
largo del istmo de Corinto durante el siglo VI a. C. Las plataformas eran empujadas por
esclavos y se guiaban por hendiduras excavadas sobre la piedra. La línea se mantuvo
funcionando durante 600 años.2
Los transportes sobre carriles comenzaron a reaparecer en Europa tras la Alta Edad Media. La
primera noticia sobre un transporte de este tipo en el continente europeo en este periodo
aparece en una vidriera en la catedral de Friburgo de Brisgovia en torno a 1350.3 En 1515, el
cardenal Matthäus Lang describió un funicular en el castillo de Hohensalzburg (Austria)
llamado «Reisszug». La línea utilizaba carriles de madera y se accionaba mediante una
cuerda de cáñamo movida por fuerza humana o animal. La línea continúa funcionando
actualmente, aunque completamente sustituida por material moderno, siendo una de las
líneas más antiguas que aún están en servicio.45
A partir de 1550, las líneas de vía estrecha con carriles de madera empezaron a generalizarse
en las minas europeas.6 Durante el siglo XVII las vagonetas de madera trasladaban el mineral
desde el interior de las minas hasta canales donde se trasbordaba la carga al transporte fluvial
o a carros. La evolución de estos sistemas llevó a la aparición del primer tranvía permanente
en 1810, el «Leiper Railroad» en Pensilvania.7
El primer ferrocarril propiamente tal (esto es, con carriles de hierro) tenía raíles formados por
un cuerpo de madera recubierto por una chapa, y fue fabricado en 1768. 8 Esto permitió la
elaboración de aparatos de vía más complejos. En un principio solo existían lazos de final de
línea para invertir las composiciones, pero pronto aparecieron los cambios de agujas.9 A partir
de 1790 se utilizaron los primeros carriles completamente de acero en Reino Unido.10 En
1803, William Jessop inauguró la línea «Surrey Iron Railway» al sur de Londres, siendo el
primer ferrocarril público de tracción de sangre (tirado por caballos). 11 La invención del hierro
forjado en 1820 permitió superar los problemas de los primeros carriles de hierro, que eran
frágiles y cortos, aumentando su longitud a 15 metros. 12 En 1857 comenzaron a fabricarse
carriles de acero definitivamente.10
Locomotora del año 1925, del tren histórico y turístico de Arganda (Madrid, España).
Electrificación y dieselización[editar]
Las primeras pruebas con trenes eléctricos las inició Rober Davidson en 1838, cuando
construyó un carruaje equipado por baterías capaz de alcanzar 6,4 km/h. El primer ferrocarril
con suministro eléctrico en la vía fue el tranvía que circulaba en 1883 entre Portrush y Giant's
Causeway, al norte de Irlanda, que utilizaba alimentación por un tercer carril. Los cables de
alimentación aérea a ferrocarriles se introdujeron en 1879, por Siemens en Berlín,21
en tranvías que hasta entonces eran arrastrados por mulas o caballos.
La primera línea de ferrocarril convencional electríficada fue la línea Roslag en Suecia. En la
década de 1890 algunas grandes ciudades, como Londres, París y México, utilizaron esta
nueva técnica para construir líneas de metro urbanas. En ciudades medias, los tranvías se
hicieron algo común y fueron el único medio de transporte público durante varias décadas.
Todas estas líneas utilizaron corriente continua, y la primera línea que utilizó corriente
alterna fue inaugurada en Austria en 1904.22
Las locomotoras de vapor necesitan un mantenimiento bastante elevado para funcionar. Tras
la Segunda Guerra Mundial, los costes de personal se incrementaron de modo muy
importante, lo que hizo que la tracción a vapor se encareciera sobre el resto. Al mismo tiempo,
la guerra impulsó el desarrollo de los motores de combustión interna, que hicieron a las
locomotoras diésel más baratas y potentes. Esto causó que varias compañías ferroviarias
iniciaran programas para convertir todas sus locomotoras para líneas no electrificadas en
locomotoras diésel.
Como consecuencia de la construcción a gran escala de autovías tras la guerra, el transporte
por ferrocarril se hizo menos popular, y el transporte aéreo comenzó a ocupar el mercado de
los viajes de muy larga distancia. Muchos tranvías fueron sustituidos por autobuses, mientras
que la necesidad de trasbordos hizo poco rentable el traslado de mercancías en distancias
medias. Además, sucesos como el Gran escándalo del tranvía de Estados Unidos hicieron
que el transporte por ferrocarril se redujera considerablemente.
La crisis del petróleo de 1973 cambió la tendencia a la baja de los tranvías. Hizo que los que
no se habían desmantelado, continúasen hasta nuestros días, al ser de nuevo más rentables.
También la introducción de los contenedores contribuyó a mejorar la rentabilidad del
transporte de mercancías por ferrocarril.
El primer tren comercial de alta velocidad fue inaugurado en 1939 en Italia con el ElettroTreno
ETR 200, alcanzando el para entonces récord mundial de 204 km/h, cerca de Milán.
Actualmente se considera de Alta Velocidad el ferrocarril que supera los 250 km/h de media.
En este sentido, en 1964, se inauguró en Japón la primera línea de Alta velocidad ferroviaria,
llamado Shinkansen, tren bala, para resolver el problema de transporte entre las pobladas
ciudades del país. Con el tiempo, este sistema se extendió por otros países, como Francia,
España y Alemania, lo que hizo recuperar al viajero interurbano.
Innovación[editar]
A lo largo de los años 1970, se introdujo una automatización mayor, especialmente en el
transporte interurbano, reduciendo los costes de operación. Algunas líneas de tranvía fueron
transformadas en líneas de tren ligero, otras líneas se construyeron en ciudades que habían
eliminado el tranvía décadas atrás. En los años 1990, el foco de atención se situó en mejorar
la accesibilidad, convirtiendo el tren en la solución al transporte de los discapacitados.
La innovación en nuevos sistemas de ferrocarril continúan actualmente, especialmente en
campos como la alta velocidad.
Véase también: Anexo:Cronología del ferrocarril
Material rodante[editar]
El material rodante está constituido por todos los equipos que circulan (ruedan) a lo largo de
las vías del ferrocarril. Se dividen en dos grupos: el material de tracción, las locomotoras, y el
material o equipos de arrastre, que son todos los que la locomotora arrastra o empuja
acoplados a ella, sobre las vías. Al conjunto de equipos rodantes unidos entre sí que arrastra
o empuja la locomotora, o están en la vía en espera de serlo, se denomina composición o
formación. Al conjunto de la locomotora con la composición se conoce como tren. Según el
tipo de servicio que prestan, los trenes se llaman: de carga, de pasajeros, de servicios, de
obras o mixtos.
A su vez se puede realizar una división por estos tipos de vehículos
entre: locomotoras, coches de viajeros, vagones, automotores y unidades de tren.
Tren[editar]
Serie de vagones enganchados a una locomotora. También los vagones puede llevar
mercancías o pasajeros, lo cual significa que hay dos tipos de tren. Una variante más reciente
es el tren autopropulsado, en el que los vagones, todos, o algunos, tienen motores en sus
ruedas, sin llevar una locomotora propiamente dicha.
Tipos y variantes[editar]
Un tren de alta velocidad: el Eurostar Italia, modelo ETR 500
Atmosférico: El que emplea como motor el aire comprimido en el interior de un tubo que,
empujando un émbolo, hace que este arrastre el tren
Ferrocarril propiamente dicho: las líneas o redes férreas, de aspecto más usual, en sus
variantes:
o Levitación magnética
o Alta velocidad
o Regionales y locales
Funicular: es un tren arrastrado por cable, normalmente de punto a punto, en lugares de
grandes pendientes
Metro: tren metropolitano, es un ferrocarril predominantemente urbano. Puede ser
completamente subterráneo, elevado o en superficie, pero es condición necesaria que
tenga plataforma reservada
Neumático: Variación del ferrocarril atmosférico en que todo el vehículo va empujado por
la acción del aire comprimido marchando a modo de un émbolo por dentro de un tubo.
Tranvía: es un ferrocarril de superficie de trazado urbano o mayormente urbano
Tren ligero: es un tipo de tren utilizado específicamente para el transporte de viajeros en
áreas urbanas
Trenes de cremallera: es el tren en el que la adherencia se mejora mediante un sistema
de cremallera, en lugares de fuertes pendientes. En España, es el que hace el recorrido
desde Monistrol a Montserrat.
Véase también: Terminología de transporte ferroviario de pasajeros
Infraestructura[editar]
La infraestructura ferroviaria incluye todas las instalaciones y edificaciones necesarias para el
funcionamiento del ferrocarril: estaciones, vías, puentes y túneles, sistema de señales y
comunicaciones, infraestructura de bloqueo de trenes y guiado, agujas, etc.
Vía férrea[editar]
Artículo principal: Vía férrea
Agujas de ferrocarril
De vía doble: La que en toda su longitud tiene la vía doble, dedicándose cada una para la
marcha de los trenes en un sentido.
También hay tramos de vías cuádruples. En estas los recorridos centrales son para el
transporte de mercancías y las laterales o externos, para el transporte de pasajeros ya que los
andenes exteriores permiten mejor acceso. Una variante es aquella en que las vías centrales
se reservan a ferrocarriles de larga distancia (más rápidos, con menos paradas) y las laterales
a viajes de cercanías.
De vía sencilla: La que solo tiene una vía única en toda su longitud y por la que circulan
los trenes en ambos sentidos, realizándose el cruce de los mismos en las estaciones y
algunos otros puntos determinados, donde se sitúan con tal objeto vías dobles
o apartaderos.23
Ancho de vía[editar]
Artículo principal: Ancho de vía
Señalización[editar]
Señal mecánica
La regulación del tráfico ferroviario se realiza mediante señales. Estas pueden ser fijas o
móviles, manuales, mecánicas o eléctricas.
Estación ferroviaria[editar]
Artículo principal: Estación de ferrocarril
Explotación ferroviaria[editar]
Artículo principal: Explotación ferroviaria
Electrificación[editar]
Artículo principal: Sistema de electrificación ferroviaria
Logística y economía[editar]
El ferrocarril forma parte de una amplia gama de transporte terrestre en todo el mundo, que,
en su conjunto, permite y realiza el transporte de personas y mercancías del lugar donde se
encuentran al lugar donde quieren ir o donde son necesarias. En la actualidad se emplea una
conjunción de medios (carreteros, ferroviarios, etc.) actuando coordinadamente para este fin.
Ferrocarriles
Los ferrocarriles representaron la más importante inversión realizada en
Venezuela durante las últimas décadas del siglo XIX. Sin embargo, los
primeros proyectos de vía férrea se empezaron a considerar desde el período de
la Independencia. En julio de 1824, un joven ingeniero inglés, Robert
Stephenson, fue comisionado a La Guaira por la Colombian Mines Association
para estudiar la factibilidad de construir un tajamar y un muelle en ese puerto y
la de unirlo con Caracas mediante un ferrocarril. Estimando que los obstáculos
naturales para la realización de este último proyecto conllevarían un costo
superior a las 160.000 libras esterlinas, Stephenson concluyó que la
rentabilidad previsible no justificaba tal inversión. Entre 1832 y 1834, otro
ingeniero inglés, John Hawkshaw, contratado por la General Bolívar Mining
Association, propietaria de las minas de cobre de Aroa (Edo. Yaracuy),
consideró la factibilidad de establecer una línea de ferrocarril entre Aroa y
Tucacas, a efectos de facilitar el transporte del mineral hasta su puerto de
embarque; se tendieron unos primeros rieles entre 1835 y 1836, pero la
paralización de los trabajos de explotación de las minas, después de 1836, puso
fin a esta iniciativa. En 1854, el gobierno de José Gregorio Monagas decretó la
construcción de un ferrocarril que, partiendo de La Guaira, la uniera con
Caracas, los valles de Aragua, Valencia y Puerto Cabello; pero el Ejecutivo
solo encontró un contratista para la sección Caracas-La Guaira y el proyecto no
llegó a cristalizar. En 1856, el Congreso autorizó al Ejecutivo para contratar la
construcción de un ferrocarril central que, internándose desde Puerto Cabello
hacia el este, llegara hasta Caracas y hacia el occidente, por Yaracuy,
Barquisimeto y Portuguesa, alcanzara los llanos de Barinas; de esta obra, solo
se completó un trozo que no alcanzaba a un kilómetro, inaugurado en Puerto
Cabello en 1858. En 1862, se reanudaron los trabajos de construcción de la vía
férrea entre Aroa y Tucacas, volviéndose a paralizar a los pocos meses.
Finalmente, en junio de 1867, Blas Bruzual, enviado extraordinario de
Venezuela ante el Gobierno de Estados Unidos, firmó un contrato con el
representante de una empresa denominada Compañía del Ferrocarril de La
Guaira, para la construcción de esa vía, proyecto que no logró siquiera iniciarse
debido a los alzamientos de la Revolución Azul que provocaron el
derrocamiento del gobierno del presidente Juan Crisóstomo Falcón a comienzos
de 1868.
A finales del siglo XVIII el inglés James Watt inventa la primera máquina de vapor,
la cual permite acelerar de manera significativa el lento avance material de la
humanidad. Aprovechando los adelantos mecánicos de la industria textil y la
masificación de la producción de acero, en 1804 que el también inglés Richard
Trevithick inventó la primera máquina locomotora sobre rieles.
Este invento fue muy rápidamente comercializado, pues solamente veinte años
más tarde aparece ya el primer servicio de ferrocarril entre Stockton y Darlington.
En 1830, cerca de cinco años después de inaugurado el primer servicio de
ferrocarril en Inglaterra, se comenzaron a construir locomotoras y carrileras en los
Estados Unidos, siempre partiendo de la costa Atlántica hacia el interior. En los
primeros diez años se construyeron 5.000 Km de vías ferroviarias y a finales del
siglo XIX ya utilizaban una red de más de 150.000 Km, en tanto que a comienzos
del siglo XX sobrepasaron los 400.000 Km.
La guerra civil americana de mediados del siglo XIX (o guerra de secesión), fue un
gran acicate para el desarrollo de los ferrocarriles, pues se constituyó en la
primera contienda moderna del mundo, debido a la utilización del ferrocarril para
fines estratégicos y tácticos, aunque durante el tiempo de la guerra disminuyó el
ritmo de construcción de los ferrocarriles, una vez terminada la misma se generó
un auge inusitado en la instalación de rieles y nuevas rutas.
La construcción de los ferrocarriles en USA se llevó a cabo siempre por parte de la
empresa privada con el apoyo de los estados y del gobierno federal, adjudicando
las tierras adyacentes a las vías férreas y otorgando créditos blandos.
La valorización de las tierras a lo largo de las vías soportó parte del costo de la
construcción, aumentó los ingresos públicos y estimuló la colonización de los
territorios donde se instaló el nuevo sistema, atrayendo una gran cantidad de
inmigrantes, principalmente europeos.
Pero el aporte del tren al progreso de la humanidad no se restringe únicamente a
lo relativo al sector del transporte. Los ferrocarriles contribuyeron de manera
importante a consolidar el desarrollo de las naciones que se embarcaron en su
construcción de manera decidida, además estimularon la inmigración y la
colonización de grandes zonas; facilitaron el avance de la ingeniería; promovieron
el desarrollo del espíritu empresarial, creando oportunidades para canalizar el
ahorro público, generando así la formación de grandes empresas comerciales. El
tren fue el motor del desarrollo de la mayor economía del mundo, realizando
simultáneamente aportes sociales, culturales y políticos.
Como las diversas empresas ferrocarrileras tenían diferentes propósitos,
desarrollaron las vías férreas y los equipos complementarios con diversas
especificaciones, ello exigió estandarizar el ancho de las trochas, la construcción
de los equipos, el sistema de cobro de los pasajes, el diseño de los equipajes, el
suministro de comidas rápidas, las medidas de prevención de accidentes etc. Los
vagones de pasajeros y las estaciones integraron una comunidad de diferentes
orígenes y niveles sociales.
El impacto llegó hasta terrenos inesperados: la velocidad del tren viajando en
grandes distancias de este a oeste modificó la concepción del tiempo: fue
necesario crear la división del mapa en zonas horarias para facilitar la
organización del sistema ferroviario, naciendo así los diferentes husos horarios.
Colombia no fue ajena a toda esta revolución: ya en 1835, sólo 10 años después
de establecida la primera línea comercial en Inglaterra, el Congreso colombiano
expidió la primera ley que trataba de concesiones ferrocarrileras otorgadas a
los cantones de Panamá y Portobello para desarrollar un ferrocarril que uniera
los océanos Atlántico y Pacífico.
La construcción del anhelado tramo se llevó a cabo entre 1.850 y 1.855, financiada
por capital privado norteamericano. Sin embargo, a pesar de que esta red fue una
empresa rentable, inclusive, aunque se considera como la red férrea más rentable
del mundo para su época, su incidencia en el progreso del país fue prácticamente
nula.
Diez años después, ya para 1.865, se iniciaron una serie de líneas en el interior
del país, comenzando en Barranquilla, Cúcuta, Medellín, Pacífico, Santa Marta, La
Dorada, sabana de Bogotá y Girardot, las cuales en su gran mayoría fueron
financiadas por la nación (50%), los privados (30%), departamentos (13%) y el
resto por asociaciones mixtas. La financiación de muchas de dichas obras se
efectuó haciendo emisión de dinero.
Si vemos por ejemplo la historia de los Estados Unidos, su momento más épico en
el siglo XIX fue la construcción del ferrocarril transcontinental. Este primer
ferrocarril, promovido por el presidente Abraham Lincoln, requirió hazañas
enormes de ingeniería y trabajo para cruzar llanuras y altas montañas y así unir el
este con el oeste. Costó mucha sangre y muertes por su complejidad pero sirvió
como un enlace vital para la industria, el comercio y los viajes. Se convirtió en el
eje principal. Hoy es el sistema más extenso del mundo con 250.000 kilómetros y
las líneas de transporte de mercancías constituyen alrededor del 80% de la red
ferroviaria total del país.
El hecho de que un sistema tenga cerca de 250 años sin registrar una evolución
significativa –vale decir que ha mejorado la electrónica y la eficiencia de los
motores, pero el principio sigue siendo el mismo de ese primer tren a vapor en
1771- es evidencia de que ha sido un gran sistema.