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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA


ARMADA

NÚCLEO LA ISABELICA – VALENCIA EDO. CARABOBO

DEFENSA INTEGRAL DE LA NACION V

Estudio
integral
de
concept
o para
DOCENTE:
Plaza Mario
BACHILLER:
Morales Cristian

la
05S-1347-D1

defensa
integral
VALENCIA, MARZO DE 2019
Introducción
En este trabajo vamos a hablar un poco sobre la seguridad y la defensa abarcan múltiples
dimensiones y pocos las conciben en la actualidad como disciplina exclusivamente
militares. En Latinoamérica, la llamada “seguridad nacional” ha sido un concepto
impregnado particularmente de la ideología de la democracia liberal.
La seguridad y la defensa abarcan múltiples dimensiones y pocos las conciben en la
actualidad como disciplina exclusivamente militares. En consecuencia, la seguridad y
defensa, deberían abordarse desde una óptica integral y holística. Tal tratamiento viene
impuesto por las circunstancias y por la naturaleza de las amenazas a enfrentarse en el
mundo y la sociedad de hoy. En el siglo XXI las guerras son integrales y totales, han
concluido muchos filósofos e intelectuales en la postmodernidad.
La cotidianidad nos induce a interpretar a la seguridad desde un sin número de categorías.
Nos referimos a la seguridad social en el contexto del bienestar colectivo e individual.
Hablamos de seguridad económica en relación con la carencia o no de cualquier recurso
material o financiero.
Con la constitución nacional de la república bolivariana de 1999, en Venezuela se rompió
con el paradigma contranatural de la “seguridad nacional” y “defensa”, que algunos países
han venido promoviendo en Latinoamérica y el caribe desde finales de la década de los
años cuarenta. La carta magna de Venezuela, consagra que la seguridad de la nación es
responsabilidad primaria y esencial del Estado-Nación. En su razón de ser. Sin seguridad de
la nación no hay ni habrá paz social en Venezuela.
Recientemente, el mayor general Wilmer Omar Barrientos Fernández, comandante
estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ratifico que el “nuevo
pensamiento militar trasciende el ámbito de la armas” e incluye a “todo el pueblo en la
defensa integral”.

Apreciación de la amenaza de agresión militar contra la republica

Se piensa que la agresión militar en contra de país se estaba planificando antes que se
realizara antes las elecciones de EEU. Luego de la extraordinaria movida política que
realizo el presidente Maduro en el marco 73 periodo de sesiones de la Asamblea General de
la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Nicolás Maduro realizo lo que se esperaba que realizara en el marco de la actual
coyuntura. Acudió valientemente a Naciones Unidas y dejo el nombre de Venezuela en
alto.
El imperialismo ha mostrado su crisis y verdadero desespero, ante lo que en varios
artículos y varios analistas han venido sosteniendo.

Forma y método de la lucha armada

Lo que está ocurriendo en Venezuela es una confrontación entre la mayoría de los


ciudadanos desarmados y la minoría armada en el poder. No es para nada una guerra civil.
Es una lucha de una cúpula cívico-militar armada contra el pueblo silvestre. Tampoco es
exactamente –no todavía– una estrategia conducida por un frente político opositor, con una
dirección única. Sino una población en rebeldía donde cada cual elige sus métodos y
formas de lucha.

Las más importantes son las marchas multitudinarias convocadas por la dirigencia
política. Que ocurren casi diariamente, desde hace dos meses, en todos los rincones del país
y son, siempre, pacíficas hasta que las detiene la brutalidad policial y comienza el
enfrentamiento violento. La refriega.

Es cuando entran es escena los jóvenes conocidos como “escuderos”, quienes con
entrenamiento cada vez más preciso logran detener o, por lo menos, hacer más lento el
avance de la policía –incluso en algunos lugares los hacen retroceder y huir– a través de
técnicas de defensa propia y derecho a la rebelión que están consideradas en la ley.

Y luego vienen los actos de resistencia no violenta: el hombre del papagayo; el nudista
con la Biblia en la mano; la mujer que sola se enfrenta a la tanqueta sin una piedra en la
mano; la monja que dialoga con el GN; los periodistas que van en los autobuses
informando a través de noticieros de TV simulados; las instalaciones callejeras de grupos
de artistas plásticos; los movimientos de acción teatral; los miles de personas que se
concentran a meditar por Venezuela a la misma hora en distintas ciudades y lugares del
planeta.

Las tres son necesarias. Las marchas masivas, la violencia defensiva –que es distinta de
las guarimbas, inútiles, ofensivas, masoquistas y onanistas– y la resistencia no violenta. Las
primeras, porque muestran la mayoría que somos y la decisión colectiva de no abandonar la
calle para impedir que se termine de cerrar el candado de la dictadura. Las segundas,
porque ayudan a proteger la integridad física de los manifestantes, especialmente la de los
de mayor edad, y muestran al mundo la crueldad y violencia que anima a las fuerzas
represivas del régimen. Y la tercera, porque viene a subrayar el carácter democrático de la
protesta, hacer más inteligibles sus razones, y a generar organización y conciencia
ciudadana para el largo plazo que podría ser más represivo y totalitario aún.
Durante largos años muchos venezolanos manejaron la leyenda urbana de que bastaba que
una multitud de demócratas opositores al régimen militarista de Maduro se plantara en los
alrededores de Miraflores para que este tambaleara y se cayera. Tal y como había ocurrido,
por ejemplo, en la primavera egipcia o en las huelgas generales dirigidas por el movimiento
Solidaridad en Polonia.

Pues bien, luego del secuestro definitivo de las elecciones regionales por parte del CNE y
del golpe de Estado ejecutado por Maduro a través del Tribunal Supremo, la dirigencia
opositora convocó a marchas de protesta que llegaran al centro de Caracas, a la sede del
sesgado árbitro electoral y a las oficinas de la Defensoría del Pueblo, y todas han rebotado.
Ninguna ha logrado sobrepasar los límites que la cúpula gobernante determina, salvo
cuando, como en el caso de la marcha a la sede de la Conferencia Episcopal, la cúpula de
poder da orden de permitir el paso.

Violando todos los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución ahora moribunda,


el gobierno ha hecho un despliegue represivo descomunal, sin miramientos, a fuerza de
tanquetas, bombas lacrimógenas, lanzadas algunas desde helicópteros, miles de
funcionarios disparando perdigones y metras, de activistas de los colectivos mussolinianos,
bajo la orden “disparen a matar”. Entonces los creyentes de la leyenda urbana han
entendido que la toma de Miraflores no era tan sencilla.

Mucho me temo que llegó la hora de hilar fino. Cuando se trata de luchar contra gobiernos
autoritarios y totalitarios, en cualquiera de sus variantes –dictaduras militares de derecha e
izquierda, estatismos comunistas, tiranías y autocracias, neoautoritarismos– no hay
fórmulas preconcebidas, vías únicas, métodos dignos y otros condenables a priori. También
hay vías híbridas.

Métodos de lucha armada: Una de las cuestiones más polémicas dentro del movimiento
comunista y revolucionario internacional es la que hace referencia a los métodos de lucha y
a la brecha existente entre legalidad e ilegalidad
En un principio el movimiento obrero era muy claro en sus premisas, los métodos de
organización eran en su inmensa mayoría clandestinos y, todo hay que decirlo simples e
incluso informales. Ni siquiera se había definido bien el concepto de partido de vanguardia,
aunque ya Marx en obras como “circular a la liga de los comunistas” mostrara los primeros
esbozos
En esta situación, los métodos de lucha ilegales eran todos pues hasta una huelga
económica resultaba ilegal. Esta realidad era resultado de factores como la pervivencia de
la vieja sociedad feudal, a veces incluso copando el Estado y a la debilidad y escaso
desarrollo del movimiento obrero y hasta de la clase obrera MISMA.
No obstante cuando nos vamos aproximando al último tercio del siglo XX con las
revoluciones burguesas del 68 se entra en una nueva etapa en la que tanto el propio
movimiento obrero como la burguesía experimentan cambios sustanciales .La burguesía se
encuentra en su etapa más progresista, dispuesta a reconocer la lucha de clases, la
organización independiente de la clase obrera y hasta “el derecho a la resistencia contra la
tiranía” mientras que el movimiento obrero adquiere organización y fuerza, llegando a ser
sujeto activo de dichas revoluciones bajo el auspicio de la pequeña burguesía radical o
incluso con independencia de clase, dando comienzo la formación de los primeros partidos
marxistas. Ante esta situación los métodos de lucha “legales”, como las elecciones, el
parlamento o las huelgas económicas pasan a un primer plano, y esto no resultaba en
principio negativo ya que permitía el desarrollo legal de las organizaciones de la clase
obrera y sobretodo utilizar “las instituciones contra las instituciones” los partidos de la II
internacional no habían renunciado a sus principios y hablaban abiertamente de destruir la
sociedad burguesa incluso desde la tribuna parlamentaria y las contradicciones generadas
desde el parlamento y las movilizaciones de masas en las calles eran uno de los principales
problemas de la burguesía del momento que no tardaría en reaccionar hacia la derecha. En
esta época no es que existiera la posibilidad de una “vía pacífica hacia el socialismo”, pues
en momentos verdaderamente crudos los estados “democráticos” no dudaron en aplicar la
violencia más salvaje contra la clase obrera en lucha, simplemente se permitía el desarrollo
pacífico de las organizaciones de la clase obrera las cuales no dejaban de defender como
táctica para la revolución la insurrección, la huelga general armada e indefinida
Esta situación no podía durar mucho tiempo. Si por algo se ha caracterizado la clase
burguesa, a pesar de la propaganda cacareada por los medios de comunicación a su
servicio, es por su rápida putrefacción, desde el mismo momento en que toman el poder su
declive comienza; la clase obrera por la cual existen es su propia tumba. El capitalismo no
puede vivir amplísimos períodos de estabilidad como el feudalismo ni en sueños, su
dominio se da a través de la represión masiva y de las armas “El estado burgués no es más
que una banda de hombres armados” y ya cuando entramos en el siglo XX nos encontramos
con una etapa decadente dentro del capitalismo, una nueva etapa donde prolifera la quiebra
masiva de pequeñas empresas o la absorción de las mismas (las condiciones fueron
preparadas por las sucesivas crisis cíclicas) y donde el desarrollo conduce a la quiebra, a
gigantescos monopolios y a la formación de un capital mezcla del industrial y el bancario
:el financiero. Se va conformando una selecta élite, una oligarquía financiera separada de la
inmensa mayoría de la población y la necesidad de mercados lleva a un nuevo colonialismo
así como el carácter limitado de la tierra a la competencia entre las diferentes grandes
empresas que conducirá inevitablemente a la guerra imperialista
Es el agotamiento histórico de un sistema y una de sus consecuencias inmediatas es el
aumento de la represión y el blindaje del Estado ante el peligro de la revolución; el
concepto tan cacareado de “Estado de derecho”, la proliferación de tribunales
constitucionales, el “imperio de la ley”, etc… forman parte de una misma estrategia que
tiene por fin lograr la imposibilidad de cualquier tipo de cambio por la vía pacífica en un
contexto de agudización de la lucha de clases. Ante esta situación a los partidos marxistas
se les platean dos alternativas claras; una la de abrazar el reformismo e integrarse en el
sistema capitalista y otra la mantenerse firmes en sus principios.
En todos los partidos obreros se dan fuertes debates en torno a estas dos posiciones, que
también tienen su reflejo en el debate sobre los métodos de lucha. Mientras los reformistas
eran partidarios de centrarse en las elecciones e ir abriendo el camino al socialismo de
manera pacífica, los revolucionarios seguían defendiendo la insurrección pero no tal y
como la defendieron antes sino aceptando que en la etapa preparatoria a esa insurrección
iba a combinarse la acción legal con la ilegal, llegando a poner por delante los métodos
ilegales o “de nuevo tipo” con respecto al parlamentarismo clásico de la II internacional.
Fue destacada en esta dirección la labor de los bolcheviques rusos que, sin renunciar al
instrumento de las elecciones, promovieron destacamentos dedicados al sabotaje, grupos en
los centros de trabajo que dieran escarmientos a patrones y amarillos o incluso atracos y
atentados explosivos donde participaron, entre otros, dirigentes de la talla de Stalin. Es
cierto que por aquellos años todavía no existía una táctica clara de carácter universal en
cuanto a esta cuestión, en gran medida porque el país donde el movimiento revolucionario
se encontraba más avanzado presentaba una realidad atípica en la cual a pesar de que la
revolución democrático-burguesa estuviese incompleta el partido podía desplegar un
amplio trabajo legal, sindical y cultural
Tras la primera guerra mundial, el debate en el movimiento comunista internacional
estaba zanjado en cuanto a la combinación de los métodos de lucha pero irrumpían teorías
como las de la “ofensiva” que hablaban de buscar el enfrentamiento constante, abierto y
directo con el Estado conduciendo a acciones suicidas, pero hasta cierto punto admirables y
comprensibles por el hastío originado por el reformismo. Con la irrupción del fascismo “la
dictadura terrorista abierta de los sectores más reaccionarios del capital financiero” en su
versión más cruda y totalitaria la posibilidad, si quiera remota de utilizar vías pacíficas y
legales se esfuma teniendo que actuar las organizaciones revolucionarios en la más férrea
clandestinidad y poniéndose como tarea primordial la lucha armada, lucha armada que
tomaría forma con los partisanos italianos y franceses y en la cual no solo participarían
comunistas sino también anarquistas, socialistas y toda clase de antifascistas
Mientras tanto en las colonias, donde con la extensión del capital se había asegurado las
condiciones para el surgimiento del movimiento obrero y de los partidos comunistas, la
labor de los revolucionarios se orientó a participar en las luchas armadas por la liberación
nacional.
Ya en los años 50 y 60 con el fortalecimiento del revisionismo en la URSS se extiende
como una plaga el parlamentarismo y la teoría “del socialismo por vías pacíficas” que había
conducido a la transformación de partidos obreros en lameculos de la burguesía en el
pasado, las respuestas dadas en aquel momento fueron en principio escasas, al menos en las
potencias imperialistas donde como mucho se podría citar algunos conatos de oposición a
esta estrategia en España, con el nacimiento de un movimiento sindical verdaderamente
independiente o con algunas fuerzas guerrilleras o en Italia donde el revisionismo alcanzó
su expresión más grotesca con el llamado “compromiso histórico” entre trabajadores y
capital, se trata en todo caso de una respuesta espontánea y no organizada influida en
algunos países por corrientes ideológicas como en el anarquismo. Es en el tercer mundo
donde la lucha armada, ante la imposibilidad de utilizar cualquier otra vía y ante las duras
condiciones de vida de la población, tiene una mayor relevancia sucediéndose a lo largo de
esas décadas la independencia de muchas de las colonias con la participación de comunistas
bien a través de partidos que mantuvieron una línea revolucionaria como el vietnamita, bien
a través de frentes amplios que acabaron abrazando la construcción socialista como el M-26
J en Cuba.
A finales de los 60 empiezan a soplar aires nuevos en los PCs revisionistas de todo el
mundo. Con el ejemplo de China, Albania y las luchas guerrilleras del tercer mundo se
suceden las decisiones y nuevos grupos antirrevisionistas por todos los rincones… Se
plantea otra vez el debate sobre los métodos de lucha, a veces con posiciones enfrentadas
dentro de ese mismo movimiento.
Mientras unos defienden la combinación de todos los métodos de lucha, otros siguen
centrados en el parlamentarismo bajo diferentes discursos y otros adoptan posturas
ilegalistas o militaristas ¿Lo acertado? Desde luego que depende de cada país, no era lo
mismo la España de Franco, que la Francia de Miterrand ni los países oprimidos que las
metrópolis imperialistas en todo caso si que parece que ante la represión y la reacción, ante
el distanciamiento entre obreros y Estado, ante la el blindaje de los estados modernos etc…
seguir empecinados en un electoralismo que supone una pérdida de esfuerzo militante es un
grave error político y una apertura hacia el reformismo.
En el caso concreto de nuestro país seguimos bajo un capitalismo monopolista dentro de
un régimen político de fascismo maquillado. Si, fascismo no se puede definir de otra
manera a un estado que mantiene en su jefatura a un Rey nombrado por un dictador que se
impuso a través del genocidio, un estado que reprime no solo a revolucionarios sino a
cualquier expresión de disidencia, que emplea incluso métodos como las torturas o el
terrorismo paraestatal. Ante ese monstruo gigantesco no podemos atarnos de pies y manos
manteniéndonos en la más estricta legalidad porque su marco es muy estrecho, tanto que
los propios obreros y estudiantes sin necesidad la mayoría de las veces de vanguardia lo
superan constantemente, aquí no existe derecho a la huelga, a la manifestación o a la
reunión limitarnos a sus requisitos sería una traición para con los trabajadores .Hay quienes
dicen que de esa manera es imposible ganarte a la gente; su pragmatismo simplón les ciega,
olvidan que en primer lugar tenemos que atraer a los sectores de la clase obrera más
avanzados de las masas, no a la totalidad de las mismas, es lo que les hacer ir a rebufo de
los acontecimientos y no a la vanguardia de los mismos.
La lucha armada tiene una finalidad en las sociedades de hoy, rompe con el aura
omnipotente del Estado burgués, sirve como apoyo a las luchas de masas que se desarrollan
en la calle, permite acumular fuerzas dentro de un proceso de guerra popular prolongada
hacia la insurrección…. Lejos de impedir o frustar el avance del partido y de la revolución,
de la lucha de clases, ambas formas de lucha se retroalimentan , no hay más que ver el caso
de Euskal Herria y el MLNV, o las intensas luchas que se desarrollaron en toda Europa
durante los años de plomo
Lo que no conduce a nada es el parlamentarismo y el electoralismo, 30 años de renuncia a
los principios por el sillón nos han llevado al desarme ideológico y organizativo de los
trabajadores, y ahora para más inri les salen imitadores por el norte .Una cosa es parar una
de las vías, que puede ser la armada y otra muy distinta renunciar a ella para siempre justo
cuando el régimen está en una etapa de vuelta a sus orígenes, de nulo compromiso con
crear un marco más o menos democrático donde se ejerzan los derechos políticos de
manera plena y las organizaciones revolucionarias actúen con libertad.

Sistema Defensivo Territorial

Es el conjunto de medidas y actividades políticas, económicas, militares, diplomáticas,


jurídicas, de seguridad, orden interior y defensa civil, que se organiza y realiza desde
tiempo de paz por los órganos y organismos estatales, las entidades económicas,
instituciones sociales y de masas, y los ciudadanos, en los diferentes niveles de la división
político administrativa, con el objetivo de garantizar la defensa del país.
Conclusión

En este trabajo aprendimos un poco más sobre los métodos de lucha como una de las
cuestiones más polémicas dentro del movimiento comunista y revolucionario internacional
es la que hace referencia a los métodos de lucha y a la brecha existente entre legalidad e
ilegalidad
En un principio el movimiento obrero era muy claro en sus premisas, los métodos de
organización eran en su inmensa mayoría clandestinos y, todo hay que decirlo simples e
incluso informales. Ni siquiera se había definido bien el concepto de partido de vanguardia,
aunque ya Marx en obras como “circular a la liga de los comunistas” mostrara los primeros
esbozos

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