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Módulo 1
Semiótica e información
Contenido
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................................... 4
CONCLUSIÓN ............................................................................................................................................ 32
Introducción
Las palabras dichas –lo sabemos- tienen el poder de generar emociones. Una
palabra, por ejemplo, es capaz de hacer descender loa niveles de serotonina en
el cerebro y –entonces- de deprimirnos. O al revés. Sin embargo, olvidamos,
demasiado a menudo, que la palabra dicha intencionalmente entra en
competencia no solo con otras palabras, sino con la información proveída por
nuestro entorno. Y de eso trata este módulo: de comprender que por más
poder que confiramos a nuestras palabras, estas operan en un contexto
informativo. Y así iremos entendiendo –más adelante- que hablar de
comunicación política no es lo mismo que hablar de discurso político.
Sin embargo, los datos, las noticias, la información que el ser humano extrae y
procesa no provienen únicamente del mundo de lo intencional y menos
exclusivamente del mundo del lenguaje; aun cuando nos cueste percibirlo con
claridad porque culturalmente estamos predispuestos a suponer que detrás de
la información hay alguien que quiere decirnos algo, aun cuando nos cueste
admirar los datos y noticias con los que trabajamos cotidianamente, provienen
indiscriminadamente de estímulos deliberadamente producidos para informar,
pero también de estímulos ajenos en el origen a toda voluntad significativa.
¿Qué es la lengua-objeto?
¿Qué es la metalengua?
Así, tendríamos:
Metalengua Lengua-objeto
con Saussure, los signos lingüísticos son solo una parte de los signos que se
entretejen en una sociedad; en ese sentido, si bien existía un metalenguaje
para dar cuenta del lenguaje, se requiere de otra disciplina capaz de explicar el
comportamiento de los signos en general. Así se planteó la necesidad de la
semiología o semiótica, de la cual la Lingüística sería solo un capítulo.
METALENGUA LENGUA-OBJETO
Lingüística Signos
lingüísticos
Nuestro común impulso por «dar sentido» a todas y cada una de las cosas y
ocurrentes se enriquecerá con un mayor manejo conceptual sobre la vida de los
signos.
Y nos obliga, entones, a emprender una experiencia que, con ayuda de los
conceptos provenientes de la semiótica, nos permite las respuestas que el
conocimiento científico habrá de proveernos.
Hoy nos parecerá extraño, pero es claro que el hombre «primitivo» nos hubiese
dicho automáticamente que sí, que no solo habla, sino que lo hace en nombre
de la divinidad.
Así, el sol, el rayo, las mareas, un eclipse o una sequía serían —desde esta
perspectiva— una manera de hablar de los dioses, constituirían —entonces— su
«lenguaje».
Sin embargo, la ciencia nos ha dado una respuesta base. La naturaleza, con sus
leyes y elementos, no obedece a la divinidad; la naturaleza es, está y ocurre,
pero esta ocurrencia es ajena a toda intencionalidad.
nos parece ridícula. Se trata, por tanto, de otro tipo de signos naturales, porque
debajo de ellos tampoco identificamos la presencia de una voluntad o
deliberación.
En estos últimos casos, ¿ante qué tipo de signos estamos? Concordando con
Eco, se trata obviamente de signos artificiales (que implican inteligencia y
voluntad), pero signos soportados en estímulos creados por el hombre para
satisfacer una función no significativa en el origen, de allí su nombre: signos
artificiales podrecidos como función. Pero, ¿qué tienen en común estos signos?
Proponemos llamar procesos informativos transmisivos a todos aquellos
procesos de extracción de información en los cuales el individuo, ante la
presencia de un estímulo no significativo en su origen, interpreta dicho estímulo
a partir de su programa de experiencias, le confiere un significado y crea —con
ello— un signo, en el que inicialmente solo existía un estímulo neutro desde la
perspectiva de las significaciones. Los procesos transmisivos, entonces, están
basados en:
PROCESOS TRANSMISIVOS
X Estímulo
Interpreta y Crea
atribuye signos
significado
Es claro que junto a estos procesos informativos transmisivos existe otro tipo
de procesos informativos: los procesos comunicativos. En ellos, nuestra
propia experiencia nos lleva a abstraer sus rasgos relevantes. Son procesos en
los que media una intencionalidad significativa en el origen; procesos que
suponen, por tanto, la presencia de un emisor (alguien que quiere decir algo) y
procesos que se soportan en signos artificiales producidos expresamente para
significar. En estos procesos, a diferencia de lo que sucede en los procesos
transmisivos, la información fluye en doble sentido, es bidireccional porque el
emisor atribuye significado al estímulo propuesto y el receptor también lo hace.
PROCESOS COMUNICATIVOS
X Estímulo X
Emisor (EFE)
Interpreta Interpreta
y atribuye y atribuye
significado significado
Y esta conversión en signo nos lleva otra vez al terreno de la producción de los
signos reclamado por Umberto ECO, a propósito del diseño de la semiótica
general; conviene precisar aún más la operatividad del código social y el código
individual en esta conversión. Como ya vimos, las diferentes comunidades
codifican formas de expresión y contenido que ofrecen a sus individuos.
Conviene recordar con Louis HJELMSLEV que en la estructura del signo existen
dos planos:
EF ES
CF CS
Individuo Experiencia
inanalizada
Así es claro que cuanto más y mejor sepa yo de economía, estaré en mejores
condiciones para percibir y «leer» ciertos fenómenos económicos; pero es claro
también que si mi umbral no me permitió distanciarme del código social para
P. E.
Código Experiencia
Social Inanalizada
Una vez que la energía sensorial llega al cerebro, dicha energía será procesada
por el ser humano de acuerdo con su programa de experiencias, obteniéndose
finalmente el dato, la noticia. Esta es, entonces, la etapa que cierra el proceso
de extracción de información, etapa en la cual la intervención del cerebro
permite al ser humano la identificación de la información. Como ya vimos, todo
ser humano posee un programa de experiencia. Es decir, un conjunto
organizado de experiencias que le van a permitir procesar la energía sensorial e
identificar la información; le van a permitir, también, poseer un umbral cultural
de percepción. A un programa de experiencias dado, por tanto, le corresponde
un umbral cultural de perfección dado; a un estadio de organización de
experiencia corresponderá una determinada actitud u aptitud para comprender
el mundo.
Todo conocimiento del papel que juegan los signos en el tejido social no solo
enriquecerá nuestro programa de experiencias, sino supondrá la ampliación de
nuestro umbral natural de percepción; por lo tanto, una mejor perspectiva para
nuestra adaptación al mundo externo e interno.
2. Proceso comunicativo
Existen diversas aproximaciones al fenómeno de la comunicación. De todos los
conceptos esbozados por los autores que han tratado este tema, tendremos el
siguiente punto de partida:
PROCESOS COMUNICATIVOS
X Estímulo, X
Emisor signos Receptor
artificiales
producidos
para
significar
Interpreta Interpreta
y atribuye y atribuye
significado significado
Vemos, entonces, que en todo proceso comunicativo hay alguien que quiere
decir algo y que, para hacerlo, se vale del manejo de signos artificiales
producidos expresamente para significar. A ese alguien lo denominaremos
emisor. Observamos también que en el proceso hay un destinatario, a él lo
denominaremos receptor. Los signos que circulan entre el emisor y el
receptor, estableciendo lo que se denomina un circuito comunicativo,
constituyen el mensaje. Emisor, mensaje y receptor son, pues, tres elementos
fundamentales del proceso comunicativo.
Al otro lado del circuito comunicativo no basta tampoco que el receptor tenga
expectativa por dejarse afectar por el emisor. Para que se establezca el circuito
comunicativo es indispensable que dicho receptor reconozca e identifique los
La palabra hablada.
La palabra escrita.
La palabra electrónica.
Pero dado el carácter didáctico que tienen estas primeras páginas, sigamos
buscando primero un lenguaje común básico. Y continuemos definiendo los
elementos del proceso comunicativo en un sentido amplio.
Denominaremos señal a la cara extensa del mensaje; aquello que del mensaje
impresiona los sentidos. Pero dicha cara externa nos tiene que remitir a una
cara interna, a lo que el mensaje dice, a lo que denominaremos contenido del
mensaje.
La distinción entre una cara externa y una cara interna en el mensaje se realiza
porque el mismo debe reproducir la estructura que posee todo signo —los
signos son la materia prima del mensaje—; y este posee una cara externa a la
que se denomina significante y una cara interna a la que se le domina
significado.
Tendríamos:
CONTEXTO
EMISOR RECEPTOR
CODIFICADOR MENSAJE DECODIFICADOR
Intención
Contenido
Señal
Semántica
canal
CÓDIGO
3. Factores de perfeccionamiento y
degradación de la comunicación
En la medida en que en un proceso comunicativo intervengan tantos
elementos, es claro que el éxito o fracaso de la comunicación no se reduce al
simple y mecánico acuerdo entre intención, contenido y semántica del mensaje.
Ciertamente, sin este acuerdo la comunicación fracasará; pero, al contemplar el
cuadro de los elementos participantes en un proceso comunicativo,
observaremos de inmediato que son muchos los factores que pueden incidir
sobre el acuerdo mencionado, aun por encima de la propia voluntad de los
sujetos participantes en el proceso comunicativo.
Comunicación plena.
Comunicación aberrante.
Comunicación fallida.
Así:
COMUNICACIÓN
A=B
ABERRANTE
Donde:
Observación final
Por otro lado, tampoco podemos negar esa denominada acción corrosiva como
resultado del advenimiento de un fenómeno aun de dimensiones
insospechadas: aquel de los mass media, de los medios masivos de
comunicación. Estos no solo plantean nuevos lenguajes, sino que nos ofrecen
también una nueva dimensión del espacio y del propio tiempo.
Conclusión
Ahora estamos en condiciones de entender que hablar de intencionalidad
significativa y, entonces, de comunicación, no basta para lograr los fines que
nos hayamos trazado. Porque los procesos comunicativos compiten
sígnicamente –para tener validez- con los procesos transmisivos, aquellos de los
que brota información aun cuando carezcan de emisor.