Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SEMIÓTICA E INFORMACIÓN
Las noticias, los datos y la información que el hombre extrae y procesa
(estudiantes, profesionales, amas de casa, etc.), en un mundo globalizado, no
provienen exclusivamente del mundo intencional o del lenguaje sino provienen de
un universo de estímulos producidos para informar, así como estímulos ajenos en
el origen a toda voluntad significativa.
Para clarificar estos conceptos, es conveniente que distingamos entre el
conocimiento cotidiano que puede inducir a error (al considerar que toda
información es intencional) y el conocimiento científico, para lo cual es necesario
introducir dos conceptos básicos: el concepto de Metalengua, definido como un
conjunto sistemático de conceptos de los cuales se vale una disciplina para dar su
objeto de estudio; y el concepto de Lengua-objeto, es la delimitación de nuestro
objeto de estudio, el universo, sobre el cual nos interesa una reflexión científica.
Si nuestro nivel de lengua-objeto es el universo de la información, requeriremos
para su análisis del aparato conceptual o metalenguaje dado por una disciplina
capaz de ofrecernos los instrumentos de reflexión requeridos. Esa disciplina será
la Semiología o Semiótica, que es la disciplina encargada de estudiar la vida de
los signos en el seno de la vida social. Entonces, entre Metalengua (semiótica) y
Lengua-objeto (signos en la sociedad) hay una relación de interdependencia; es
decir, no hay nada en el metalenguaje que no esté referido a una delimitación
conceptual de nivel de lenguaje-objetivo y viceversa.
La información en un solo sentido: procesos transmisivos:
Los procesos informativos transmisivos son todos aquellos procesos de extracción
de información en los cuales el individuo, ante la presencia de un estímulo no
significativo en su origen, interpreta dicho estímulo a partir de su programa de
experiencias, le confiere un significado y crea –con ello- un signo, donde
inicialmente existía un estímulo neutro desde la perspectiva de la significación.
Lowell (1913) sostenía que la opinión pública se refiere a las ideas y deseos
relacionados con la legislación mantenidos por aquella parte de la población que
en un momento dado se integran de una manera efectiva en la vida pública. Y en
1923 destaca la importancia de las actitudes y el papel que juegan los partidos
políticos en su formación y representación.
Un tema que ha ocupado gran parte de la teoría jurídico – política del siglo XIX y
se extiende hasta la actualidad es la representación. El régimen de opinión articula
y canaliza las opiniones y voluntades de los ciudadanos para hacer factible el
principio de soberanía popular y esto fue posible por la aparición y actuación de
los partidos políticos y a la puesta en práctica del sistema electoral.
Weber señala que hay dos formas para entender la opinión, una intelectualmente
evolucionada, educada y de libre orientación, y otra, entendida como conducta
comunal nacida de sentimientos irracionales y controlados por los líderes políticos.
Cuando se habla del hombre masa, se suele definir como un átomo aislado,
perdido en la inmensidad de la multitud, un ser solitario, egoísta, mediocre,
primitivo e infantil; un ser que tiene miedo a la libertad, que ha perdido la
independencia y, lo que es peor, el deseo de ser independiente; en su
comportamiento actúa al margen de la moral y es un reflejo de los conflictos y
contradicciones de la sociedad.
Las opiniones tienen su origen y van cayendo desde las élites económicas y
sociales a las élites políticas y gubernamentales, y desde aquí a los medios de
comunicación y los líderes de opinión, hasta llegar, finalmente, a la masa del
público. La opinión pública puede haber ganado en poder, pero ha perdido en
racionalidad y, si los psicólogos de las multitudes la entendían como la
racionalización de un impulso colectivo, los teóricos de las sociedades de masas
le añadirán la idea de mediocridad, impersonalidad y mediatización.
Los medios, por el simple hecho de prestar atención a unos temas, canalizan la
atención del público influyendo en el clima de opinión y la opinión pública. La
fijación de la agenda es posible porque en alguno de los lados tenemos a los
medios que difunden gran cantidad de información y a los otros, que buscan
orientación. Según McCombs, todo individuo siente la necesidad de buscar
información para familiarizarse con su entorno.
A partir de los años sesenta se produce un cambio de actitud ante los medios. Los
expertos en difusión de mensajes buscan crear un ambiente favorable mediante la
teoría de la “fijación de una agenda” para explicar (en el campo político) la
canalización de la manera como llega al público por la forma y el fondo de difundir
los mensajes.
Abundan los casos en que los medios de comunicación marcan las prioridades a
las élites políticas, pero siempre no es así. A diferencia del público que es
influenciado por los medios; el poder puede definir prioridades dejando a un lado
la presión de los medios.
Noelle-Neumann sostiene que el hombre tiene el don de percibir con gran sutileza
el desarrollo de las opiniones de su ambiente. Ante la alarma que produce toda
situación conflictiva, los individuos tienen dos posibilidades: o subirse al carro del
vencedor, mostrándose más expresivos y seguros de sí mismos porque sintonizan
con la mayoría, o al perder terreno sus ideas, ocultarse en el silencio y el
ostracismo.
Comentarios Generales
Ahora, la información que recibimos nos produce estímulos y éstos no son los
únicos que nos proporcionan información. La semiótica permite explicar que
somos capaces de generar y consumir información.
La lectura desarrolla los procesos informativos transmisivos para un grupo
humano. Dentro de este grupo humano se manifiestan estímulos de un solo
sentido, pero hay diferentes tipos de estímulos que pueden provenir de la
comunicación (al recibir una noticia, escuchar la radio o en la conversación con un
amigo).
En cuanto a la opinión pública formal: hablamos, por ejemplo, del Parlamento, esto
origina la idea de que es un lugar donde acuden los representantes de las
diferentes tiendas políticas para la confrontación de sus ideas. Acuden en
representación de los ciudadanos. Se reúnen para el debate y emiten opinión que
se convierte en públicos. Mediante estos debates se ejerce la democracia u otra
forma de gobierno.