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Universidad Del Atlántico.

Facultad De Ciencias Humanas.

Programa De Sociología.

Pensamiento Sociológico Latinoamericano y del Caribe.

Decolonialidad.

Prof. Blas Zubiría.

Estudiantes:

Álvarez Santiago Valentina Isabel

Barraza Rodelo Sandra Milena

Ferrer Baldovino Gina María

García Acosta María Fernanda

Maestre Guerra Jaider Javier

BARRANQUILLA
2020

Decolonialidad.
Introducción

Latinoamérica es ese extenso territorio lleno de virtudes y diversidad, conocido como el


conjunto de países que esconden junto a su historia la magia de los saberes. Dentro de las
mismas se encuentra inmersa un concepto importante que va a ser parte de las grandes D:
La decolonialidad. Significado que se expresará fundamentalmente en el desprendimiento
de todo pensamiento eurocéntrico, tanto en poder, como en economía. Además, lograr el
desenganche de la lógica moderna para poder construir una alternativa epistémica alterna.
Con la categoría de la decolonialidad, lo que se pretende es rescatar ese inconsciente
histórico que ha sido excluido y, crear una nueva epistemología del sur; realizando
búsquedas de conocimientos que visibilicen las prácticas de los pueblos que han sido
reprimidos históricamente por el colonialismo.

Las miradas eurocéntricas se han cuestionado aproximadamente desde el siglo XVI y se ha


prolongado una intensificación en el siglo XX, para cambiar un patrón mundial tanto en la
tecnología, como en la economía y en la ciencia. De igual forma, en las relaciones sociales
se sigue cuestionando la hegemonía de una visión tanto moderna, como colonial. Entonces
el proyecto de la decolonialidad ha mantenido esa red entre modernidad y colonialidad,
donde se supone una aproximación genealógica trabajada por el intelectual Walter
Mignolo, quien explica la ascendencia de esa historia del pensamiento decolonial, que
sostiene que este proyecto depende de la visión unívoca que tenga Europa, porque el
abordaje que se plantea debe ser un acto epistémico que comprometa tanto a la ética, como
la política en dicho desprendimiento para brindar la apertura hacia el pensamiento que se
plantea construir.

De tal manera se pretende mediante el siguiente trabajo abordar teóricamente el concepto


de decolonialidad, desde enfoques que solo lo permitirá la conexión con diferentes autores,
llevando consigo a la multiplicidad conceptual y analítica sobre cada ámbito desde la cual
se está estudiando la misma. Destacando de cierta manera la relación presente entre el
continente americano y Europeo, que aunque no siempre ha sido positiva si ha marcado en
gran parte ciertas corrientes existentes, sin dejar de un lado además la interdisciplinariedad
que la sociología mantiene junto a otras disciplinas y/o ciencias.
ESBOZO DE LA DECOLONIALIDAD

El pensamiento decolonial, se remonta con una genealogía que inició con los tratados del
indígena Waman Poma de Ayala y de un ex-esclavo Otabbah Cugoano. Principalmente en
estos tratados, se rescata un elemento esencial que en ese entonces había sido reprimido
estratégicamente. Ese elemento esencial fue la localización del pensamiento, identificando
una subjetividad en las formas de comprender el mundo y los que lo rodean. Entonces con
estos tratados se permitió una ruptura en los mecanismos que se estaban asumiendo en
Europa, los cuales inventaron la denominación de la historia universal, dicha historia
finalmente elimina todo pensamiento diferente y proclama uno aséptico y neutral, donde se
teje una visión civilizada de la colonia.

El primer tratado que fue el de Waman Poma de Ayala, se considera decolonial porque
dentro de su escrito realiza críticas a los grupos humanos que viven en la Colonia, estas
críticas son basadas desde un ámbito religioso, político y moral. Puesto que habla sobre la
convivencia, sobre el cristianismo y sobre la ejecución de un buen gobierno. En este caso,
él lo que quería era unir a la colonia sin tener en cuenta su mestizaje o su procedencia. A
priori, se discierne que su propuesta es un acto afirmativo tanto político, como ético, que
pretende reescribir la historia colonial de una forma distinta reclamando un gobierno
estructural con una base de experiencia.
Por otro lado, el tratado de Otabbah Cugoano se sumerge en uno de los aspectos más
oscuro de la colonialidad, que fue el racismo, el desprecio y el estigma desechable de la
vida humana concebida en ese entonces. Dónde la superioridad o inferioridad era definida a
partir del color. Cabe resaltar, que su crítica fundamental fue dirigida a la explotación de
esclavos y el comercio que se producía en Holanda, Portugal, Inglaterra y Francia.

En la modernidad, todas aquellas fuerzas opresivas generaron un descontento en la


humanidad y por este motivo se evidencia la genealogía de la decolonialidad. La única
vigencia en ese entonces, era el anhelo por alcanzar este modelo figuracional, que permitía
una igualdad y un reconocimiento de la otra historia y del otro episteme en Latinoamérica;
para alcanzar la decolonialidad del ser, del saber y del poder.

En 1955 se realiza la conferencia de Bandung y esto figura como un acontecimiento muy


importante para la humanidad, puesto que se evidencia el espíritu de lucha y se recarga
hacia el respeto de los derechos fundamentales del ser humano. Derechos como la
integridad, la igualdad y la soberanía. En concordancia, esta conferencia se convierte en
una reunión fundamental para el mundo, gracias a sus propósitos señalados. Porque se
centraba en bases y en una visión común para un futuro donde no exista capitalismo ni
comunismo, sino por el contrario, encontrar un sentido hacia el camino decolonial; lograr
instaurar una tercera vía y lograr un desprendimiento en los discursos principales que se
brindaban en occidente.

La búsqueda de una sociedad más solidaria donde la desigualdad y la injusticia sean


inferiores, que pueda haber una coexistencia entre los seres humanos, los sujetos múltiples
y diferentes; principales ideales de la decolonialidad. En la decolonialidad se manejan
conceptos fundamentales, que explican el comportamiento y los prejuicios que existían en
el poder imperial, justamente se presentaban como una alternativa comprometida en lograr
la paz y la dignidad de todos los pueblos del mundo. Estos conceptos fueron: la
colonialidad del poder, la colonialidad del ser, del saber, la interculturalidad y la
transmodernidad.

Para explicar el concepto de colonialidad del poder, Quijano es quién inicia indicando
cómo se manifiesta este poder y denota que está circunscripto a una malla de relaciones
sociales, donde existe la explotación, la dominación y el conflicto. En tal caso, prescribe
que estas relaciones mantienen un control en todos los ámbitos de la existencia social.
Además, de mantener el control de la naturaleza y todos sus recursos, incluyendo el sistema
de reproducción y el sexo. Igualmente, el conocimiento y la autoridad que se mantiene en
esta relaciones. Asimismo, es importante la colonialidad del poder, pues también se
evidencia en las relaciones de género, mediante la existencia de una superioridad del
hombre como el ser mejor dotado de racionalidad, motivo por el cual es libre. Por otro lado,
la mujer se considera meramente como mercancía, para servidumbre, imprescindible fueron
las esclavas negras que sufrían una dominación más prolongada y verás.

La colonialidad del ser se construye a partir de las sociedades donde no hubo una
destrucción total de la estructura social, logrando la permanencia de sus herencias
intelectuales, particularmente utilizaron la vía de imposición de un saber eurocéntrico, en el
que se implantó la colonialidad del saber. Es así, como la colonialidad del saber se conoce
como la narrativa histórica universal, única posible de Europa.

La interculturalidad es trabajada por Catherine Walsh y Raúl Fornet Betancourt, quienes


sostienen que la interculturalidad finalmente lo que busca es derribar las relaciones de
poder, es decir, la inferioridad y superioridad en conjunto con la cultura y lo racial;
relaciones que se han instaurado a partir de una visión eurocéntrica. El aporte que brinda
hacia la decolonialidad, es la construcción de un imaginario diferente de la sociedad que ha
sido emancipado por Europa. Al mismo tiempo, permite pensar y crear un poder distinto en
la sociedad. Por consiguiente, interviene en las estructuras reproduciendo una diferencia en
la desigualdad y creando espacios para un diálogo entre pasado y presente, obteniendo una
inclusión del control que ha sido reconocido por formas particulares en la identificación de
la sociedad.

A propósito de los cambios que quiere lograr la decolonialidad, los logros y metas que
plantea alcanzar, la transmodernidad induce una construcción de una historia humana
donde se reconoce la cultura qué ha sido despreciada por la visión Europea. De modo que,
se asume un esfuerzo por la reconstrucción de la identidad histórica de América Latina y su
respectiva integridad, la cual fue excluida de la modernidad. En definitiva, para hablar de la
posmodernidad se remonta nuevamente a un significado continúo, que ignora las demás
culturas y se estigmatizan como salvajes e inferiores.
Algunos aportes…
Arturo Escobar:
Arturo Escobar conocido por sus aportes en lo que respecta a Latinoamérica, reconocido
desde la antropología no solo en Colombia, país de nacimiento, sino también en Estados
Unidos donde reside y diferentes partes de Europa donde ha presentado diversos trabajos.
Asumiendo una postura bastante crítica, investigativa en lo que respecta los temas sociales
de nuestro continente, abordando temáticas como el poder, desarrollo, postdesarrollo que
terminarán por incluir el tema de decolonialidad que es en primera instancia nuestro eje
principal.

Uno de sus aportes junto a un programa de investigación referente a la modernidad y


colonialidad en América Latina permitió explorar unos ejes conceptuales que además se
exponen desde las perspectivas ser, poder, saber. Estos fueron

● Énfasis en localizar los orígenes de la modernidad.


● Colonialismo y desarrollo del sistema mundial como constitutivos de la
modernidad.
● Perspectiva planetaria en la explicación de la modernidad.
● Identificación de la dominación de otros fuera del centro Europeo.
● Concepción del eurocentrismo como la forma de conocimiento de la modernidad/
colonialidad.

Es importante mencionar que además de este concepto de decolonialidad, existen otras D


que hacen parte de este amplio análisis, entre las cuales vale la pena resaltar al desarrollo
como una forma según Escobar de articulación entre las pretensiones de certeza,
universalidad y objetividad. Reconociendo a su vez como esta relación de colonialidad,
desarrollo, dependencia se ven fuertemente afectadas por el conocimiento y el poder,
reconocidos como patrones constantes en la realidad de nuestro continente, colocando en
ventaja o desventaja a ciertos sectores de la sociedad.
“La racionalidad occidental tiene que abrirse a la pluralidad de formas de conocimiento y
concepciones de cambio que existen en el mundo y reconocer que el conocimiento
científico objetivo, despegado, es sólo una forma posible entre muchas”. Escobar, A.

Es así como la decolonialidad se convierte en una reconfiguración de los modelos


socialmente establecidos y llega a convertirse en un espacio donde la multiplicidad política,
social, ambiental, cultural, económicos sean posibles. Para Escobar es necesario pensar la
decolonialidad como un proyecto que debe estar en marcha constante a través de los
pensamientos y prácticas de los actores sociales, quienes finalmente son los verdaderos
productores del conocimiento.

Como aspecto a relacionar Escobar hacía mención sobre el concepto de desarrollo y


postdesarrollo, abordándolo seguidamente de la colonialidad y la decolonialidad. Así, en
primera instancia el menciona que “La noción de postdesarrollo, en general, es una ayuda
para reaprender a ver y reevaluar la realidad de las comunidades locales: ¿Es posible
disminuir el dominio de las representaciones del desarrollo cuando abordamos esta
realidad? El postdesarrollo es una manera de señalar esta posibilidad, un intento de despejar
un espacio para dilucidar otros pensamientos, ver otras cosas, escribir otros lenguajes”.
Escobar, 2000.

Por consiguiente, la deconstrucción no solo del concepto desarrollo sino también de la


colonialidad han sido los pilares organizadores que permiten un avance en la
transformación de políticas desarrollistas, que aunque surgen inicialmente como un desafío
representarán luego un auge hacia las nuevas formas de ver y entender las prácticas
sociales. Entendiéndolo también a partir de las políticas de lugar (Escobar 2005) que
dejaban ver la estrecha relación entre las personas y el entorno.

La decolonialidad es concebida para muchos como un proceso que en su esencia de


innovación debe tener en cuenta ciertas pautas que Arturo Escobar por su parte los describe
de manera adecuada, si se tiene en cuenta que tiene una carga histórica muy fuerte,
llevando así al análisis y enfoque específico de cada sector de estudio en la sociedad.
Seguidamente su exposición frente a las pautas van entorno a tres ejes desde la cual
construye la formación discursiva del desarrollo que nuevamente va de la mano a la
concepción del decolonialismo; estos son conocidos como: La forma de producción de
conocimientos, el sistema de poder que regula las prácticas y las formas de subjetividad
moldeadas por dicha formación discursiva.

Aníbal Quijano:

La trayectoria teórica de este autor ha atravesado por dos grandes momentos. En el primero,
Quijano hizo parte de los investigadores y precursores de la llamada “teoría de la
dependencia”, en un periodo que abarca el inicio de la década de los sesenta y mediados de
la década de los setenta. Se desempeñó como investigador de la División de Asuntos
Sociales de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) entre 1965 y 1971,
durante su estancia en Chile. En un segundo momento, desde finales de la década de los
ochenta hasta la actualidad, sus preocupaciones teóricas se extienden y diversifican, pues
analizan procesos sociales que parecen romper la frontera del análisis ortodoxo del
marxismo de los setenta, que reducía la mayoría de los fenómenos sociales al análisis de las
relaciones materiales de producción. Así, desde los noventa, el análisis de la modernidad
como proceso complejo que oculta su dimensión constitutiva de colonialidad, marcaría la
tendencia bajo la cual su forma de describir la realidad latinoamericana empieza siempre
con el esquema general de análisis de la colonialidad.

La teoría decolonial, para Quijano, constituye una reflexión alrededor de los conceptos de
colonialidad y colonialidad del poder, síntesis de las relaciones políticas, económicas y
culturales en Latinoamérica. Nos plantea que la colonialidad del poder es uno de los
conceptos medulares para la dinamización y consolidación del proyecto decolonial, se
considera uno de los debates centrales de dicha perspectiva, pensado y reflexionado por él;
ha participado enérgicamente en la red modernidad/colonialidad introduciendo esa
categoría imprescindible para la comprensión de dicha alternativa epistémica.
El debate lo inicia Quijano explicando en primer orden cómo opera y se manifiesta el
poder, ante lo cual refiere: “el poder es un espacio y una malla de relaciones sociales de
explotación/dominación/conflicto”. Estas relaciones se establecen y mantienen por el
control de diversos ámbitos de existencia social, el control de la naturaleza y sus recursos,
el sexo y su sistema de reproducción, el conocimiento y la autoridad como mecanismo que
garantiza dichas relaciones. Las relaciones de poder se expresan como parte integrante del
modelo de la colonialidad que es considerada como uno de los elementos constitutivos y
específicos del patrón mundial de poder capitalista. Se funda en la imposición de una
clasificación racial/étnica de la población del mundo como piedra angular de dicho patrón
de poder y opera en cada uno de los ámbitos de la existencia humana (Quijano, 2014).

Asimismo, señala Quijano que el colonialismo es más antiguo que la colonialidad, pero esta
ha demostrado ser más profunda y duradera que el colonialismo. Ha de precisarse que la
categoría “colonialidad” como elemento constitutivo del patrón mundial ha sido el
resultado del colonialismo, pues sin este su instauración intersubjetiva mundial habría sido
imposible.

Insiste afirma que la Colonialidad es un concepto diferente, aunque vinculado con el


concepto de colonialismo. Expresa que este último alude estrictamente a una estructura de
dominación y explotación, donde el control de los recursos, la autoridad y otros ámbitos de
una población, es detentado por otra de diferente identidad que incluso tiene otra
territorialidad. De igual manera acota que esa estructura no implica obligatoriamente
relaciones racistas de poder.

El ejercicio exagerado del poder o la colonialidad del poder se ha expresado de maneras


variadas, tales como la clasificación del mundo en identidades raciales y divididas entre los
dominantes/superiores, es decir los europeos y los dominados/inferiores o no-europeos,
empleándose para tal categorización las manifestaciones externas de las cuales la más
significativa ha sido el color de piel, signo que ha traído consigo privilegios sociales y
económicos para los territorios del centro y atraso, explotación y condiciones no
democráticas para los territorios ubicados en la periferia. De igual manera, la colonialidad
del poder ha operado en las relaciones de género, con lo que se exacerbó la superioridad del
hombre como ser mejor dotado de racionalidad y por ende digno de ser libre, así como el
sometimiento de la mujer, considerada como mercancía, como servidumbre, en especial las
esclavas negras, sobre quienes esa forma de dominación fue más explícita, inmediata y
prolongada.

Por otra parte, señala que la colonialidad del poder se ha hecho manifiesta mediante la
hegemonía del eurocentrismo en las relaciones culturales e intersubjetivas en general. Ante
esto expone que en las sociedades donde la colonización implicó la destrucción de la
estructura social, ocurrió un despojo de los saberes intelectuales y de sus medios de
expresión exteriorizantes u objetivantes, quedando reducidos a poblaciones rurales e
iletradas; mientras que en las sociedades que no sucedió la destrucción total de sus
herencias intelectuales, se optó por otra vía que fue la imposición hegemónica del saber
eurocéntrico, implantándose así la colonialidad del saber.

Giro decolonial.

En el texto “El giro decolonial. Consideraciones críticas desde América Latina” (2018) la
autora elabora una crítica a la subalternidad de estudios que dan cuenta de un pensamiento
indígena, afrodescendiente y feminista. Es decir, Zapata explica la subalternidad expuesta
en relación con contradicciones internas que dan paso a críticas que se expresan como
consecuencia de los estudios decoloniales. Zapata, manifiesta cierta preocupación por la
poca explicación que hay sobre que es o no la decolonialidad. Si bien la decolonialidad
puede ser aceptable o debatible dependiendo los puntos de vista, se puede entender de
distintas formas; la decolonialidad se ve cómo ese proceso que se encarga de trascender
históricamente la colonialidad.

El giro decolonial se da como una revolución en la forma en que muchos de los sujetos
colonizados percibían su realidad, es decir, llega con el fin de acabar esos imaginarios,
logrando que poco a poco se vaya saliendo de esa colonización y empezar a notar los
cambios que este giro decolonial trae a los imaginarios y acciones, por lo tanto, dejarían de
ver la clave de su desarrollo en Europa, lo que conlleva a dejar de lado ese colonialismo
intelectual tan intrínseco que se tenía en América Latina, logrando así generar sus propios
conocimientos acorde a su realidad; rechazando así la modernidad por representar la
colonialidad del poder .

Según Maldonado-Torres (2011):

Todo movimiento, toda rebelión, todo pensamiento que ha intentado restaurar la


humanidad de los deshumanizados sin tomar la humanidad del colonizador moderno
como la norma y promoviendo la generosidad y la acción conjunta entre los
deshumanizados mismos y sus aliados pertenecen al pensamiento descolonizador y
representan puestas en práctica diversas del giro descolonial.

El sentimiento originado por el giro decolonial causaba temor ante los diferentes pliegues
de poder causados por la colonización en la modernidad, esto también se considera como
un “giro de espanto” ante la colonialidad lo que sugiere una postura crítica ante el mundo
de la muerte colonial y provoca esa búsqueda por los más afectados en dicho mundo, es
decir, deshacer esa realidad colonial y eliminar las jerarquías de poder de la modernidad.
Esto da como base el nacimiento de un nuevo sujeto, el cual se encuentra fracturado y
dividido respecto a sus tradiciones, de los primeros en experimentar esta nueva etapa son
las comunidades indígenas.

Dentro de la crítica de los sectores subalternos del pensamiento decolonial, se encuentra el


trabajo de la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui, la cual realiza una observación importante
a la “grosera omisión” de trayectorias de pensamiento anticolonial en América Latina,
como cita Zapata (2018). Rivera, busca darle la importancia que merece entender la
construcción de la historia desde los indígenas; por lo cual, pone en relieve reconocer la
importancia de una reconstrucción histórica a partir de la percepción propia de las
comunidades.

En este ensayo, Zapata, aporta el concepto “racionalización del conocimiento”, a traves del
cual muestra un vinculo no voluntario entre el pensamiento indígena-feminista-anticolonial
en el marco bibliográfico decolonial, el no reconocer esta vinculación se refiere a la poca
exploración de los autores de este giro en los planteamientos que estos temas generan. El
decolonialismo, llama a una vinculación de los planteamientos subalternos que busquen
entender las lógicas de lucha, resistencia y consolidación de otras esferas sociales de la
región; o sea, se busca poder vincular y explorar estas para añadirlas a la construcción del
pensamiento social latinoamericano.

Conclusión.

La decolonialidad es el comienzo de la lucha de los explotados y oprimidos, por lo cual se


inician ataques contra la modernidad con la intención de quebrar esa colonialidad del poder,
originando así un proyecto de emancipación, siendo una opción que solo busca comprender
la realidad, por lo que se puede pensar que vivimos en un mundo poscolonial y
descolonizado.

En síntesis, de la decolonialidad se puede decir que:

● Da pie para la construcción de otro mundo posible, donde se deja de lado ese poder
producto de la colonización.
● Resiste y subvierte el orden colonial.
● Da paso a un proyecto intercultural desde la subalternidad.
● Va más allá del paradigma de la dependencia.
Bibliografía

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Maldonado-Torres, N. (2011). El pensamiento filosófico del “giro descolonizador”. E. Dussel, E.


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Restrepo, E., & Rojas, A. (2010). Inflexión decolonial: fuentes, conceptos y cuestionamientos.
Editorial Universidad del Cauca .

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