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Universidad Autónoma de Chiriquí

Escuela de Medicina
Facultad de Medicina
Psicología Médica MED
345
VI SEMESTRE DE MEDICINA
Resumen acerca de:
Dimensión Asistencial
(Capítulo 5)

Elaborado por:
Julia Esquivel Miranda (4-805-2067)

Elaborado a consideración de:


Dr. Octavio Bejerano

Fecha de Entrega:
Lunes 28 de junio

-2021-
Capítulo 5: Dimensión Asistencial

 El encuentro MÉDICO-PACIENTE
La relación médico-paciente se ha configurado de distintas formas, dependiendo de las concepciones
imperantes con respecto al enfermar humano por lo que actualmente nos encontramos con distintos
especialistas de la salud, que se relacionan con los pacientes y son responsables de sus cuidados además se
mueven en esa dimensión relacional y asistencial; la relación médico-paciente se puede entender como la
relación que se establece entre el paciente y médico que aplica sus conocimientos teóricos y técnicos al
diagnóstico y tratamiento de aquél.
La denominación ‘’relación médico-enfermo’’ se refiere a ese encuentro entre la persona enferma y el
médico. Sin embargo, hoy día empleamos también otras denominaciones que perfilan esa relación y que
responden a diversas razones. Por otro lado, la persona que consulta no tiene por qué ser necesariamente un
enfermo, también muchas personas sanas consultan para descartar una enfermedad o para someterse a una
revisión rutinaria. Por ello, el término enfermo se denomina como paciente, siendo esta profesional de la
salud-paciente, recordemos que el término paciente designa un papel pasivo, y en la actualidad se procura
que los sujetos ejerzan un papel activo y participen en los procesos de toma de decisiones, por lo que el
término usuario sería más apropiado.

 Estatus y roles del Médico y el enfermo


La demostración de que la relación médico-enfermo es una relación social institucionalizada que, en
líneas generales, está programada socialmente en función del estatus y las expectativas de rol que ambos
tienen asignados, se espera del paciente que acepte que acepte las intervenciones y siga las indicaciones
terapéuticas. Frente a estas obligaciones, el paciente tiene reconocidos unos derechos, que son la exención de
las responsabilidades de su rol habitual y el derecho al cuidado, a la protección social y a una ayuda técnica
eficaz por lo que es importante mencionar algunos estatus y roles del enfermo son:
 No buscar deliberadamente la enfermedad. Desear la curación.
 Legitimar socialmente la enfermedad.
 Aceptar las limitaciones de la enfermedad.
 Buscar ayuda competente y cooperar en la curación.
 Exención de las responsabilidades del rol normal.

Por otro lado, el Estatus y rol del médico puede ser variada: desde resistirse al tratamiento y negar el rol
de enfermo, hasta sucumbir a los beneficios temporales de la dependencia y fijarse en la «ganancia
secundaria» de su enfermedad, que le lleva a adoptar posturas de invalidez y de adhesión excesiva al rol de
enfermo, algunos de ellos son:
 Competencia técnica.
 Actitud universalista.
 Actitud altruista.
 Neutralidad afectiva.
 Legitimación social de la enfermedad.
 Manipulación con fines específicos.

Se espera del médico que tenga competencia técnica y que tenga una actitud de neutralidad afectiva
debido a la pérdida de objetividad que esto acarrearía en el trato con él. Así mismo, el médico tiene derecho a
legitimar socialmente la enfermedad y a penetrar en la intimidad física y psíquica de sus pacientes, derecho
éste limitado por la especificidad funcional. Estas consideraciones definen lo que el médico y el enfermo deben
hacer en cada una de las etapas del proceso de la enfermedad, configurándose así el comportamiento
genérico de ambos en las distintas fases de la situación de enfermedad.
Estas consideraciones definen lo que el médico y el enfermo deben hacer en cada una de las etapas del
proceso de la enfermedad, configurándose así el comportamiento genérico de ambos en las distintas fases de
la situación de enfermedad. Si en alguna de estas fases, médico o enfermo se desvían del comportamiento
esperado, se generan fenómenos clínicos y sociales que pueden llegar a ser conflictivo.
Por tanto, en un primer nivel de análisis, médico y enfermo se comportan en su encuentro según esa
programación de sus roles, que define sus obligaciones y derechos.

 Modelos de relación Médico-Paciente

Para un
mejor entendimiento de este cuadro tenemos el siguiente contexto:

 La primera actividad es aquella en la que el protagonismo recae casi por completo en el médico,
actuando el paciente de forma totalmente pasiva; se da esta circunstancia en situaciones tales como
intervenciones quirúrgicas, estados graves que requieren asistencia urgente, estado de agitación o de
coma, El prototipo de esta relación sería el de la madre-lactante.
 En la segunda actividad, el médico lleva la dirección y el paciente coopera en la comunicación. Se da
esta relación en las enfermedades agudas, y su prototipo es la relación que se establece entre padres e
hijos.
 Por último, existiría una relación de participación mutua que se daría en las enfermedades crónicas y
en las fases postoperatorias y postraumáticas, y cuyo prototipo sería la relación entre dos adultos.

Durante las dos o tres últimas décadas se ha suscitado una polémica acerca del papel que debe
desempeñar el paciente en la toma de decisiones médicas, el conflicto surgido entre la autonomía y la salud,
entre los valores del paciente y los valores del médico; teniendo en cuenta las distintas concepciones de
médico y paciente acerca de los motivos, los valores, las decisiones y los objetivos de la relación tenemos los
siguientes modelos:

A. Modelo Paternalista
También conocido como paternal o sacerdotal en el cual los médicos utilizan sus conocimientos para
determinar la situación clínica del paciente y elegir qué pruebas diagnósticas y qué tratamientos son los más
adecuados para restablecer la salud de paciente. El médico selecciona la información que ofrece al paciente y
éste consiente en la intervención; este modelo presupone la existencia de un modelo objetivo que sirve para
determinar qué es lo mejor para el paciente sin que sea necesaria su participación. El médico antepone la salud
del paciente y su bienestar a su capacidad de elección y autonomía, además el médico también tiene una serie
obligaciones que cumplir, como tutor del paciente, entre ellas poner los intereses del paciente por encima de
los suyos o pedir opinión a otros médicos cuando sus conocimientos no basten para establecer un diagnóstico
o un tratamiento adecuados.
B. Modelo informativo
Conocido también como modelo científico, modelo técnico. El objetivo de la relación es proporcionar al
paciente toda la información relevante para que éste pueda elegir la intervención que desee. El médico ofrece
detalladamente la información acerca del diagnóstico o posible diagnóstico, las posibilidades terapéuticas, los
riesgos y los beneficios consiguientes, las probabilidades a favor o en contra de los procesos que se
establezcan; en suma, se concibe la autonomía del paciente como el control sobre la toma de decisiones
médicas.
C. Modelo interpretativo
El objetivo es determinar los valores del paciente y lo que éste realmente desea, y ayudarle a elegir, de
entre todas las intervenciones posibles, las que mejor se acomoden a sus valores. Al igual que en el modelo
informativo, el médico informa al paciente acerca de los riesgos o beneficios de cada acción posible y también
le ayuda a esclarecer los valores que mejor se adapten a la intervención. El médico actúa, por tanto, como un
consejero; nunca juzga los valores del paciente; el médico no impone sus opiniones, y el paciente es quien
finalmente toma las decisiones ajustándolas a sus pretensiones.

D. Modelo deliberativo
El objetivo de este modelo es que el paciente determine, de entre todos los valores relacionados con la
salud. El médico debe tratar de explicar qué valores relacionados con la salud son los que más peso tienen y,
por tanto, ayudar al paciente para que pueda conseguirlos. Actuará como un maestro o un amigo,
comprometiendo al paciente a un diálogo y a una deliberación acerca de qué tipo de actuación será mejor. El
médico indica lo que el paciente podría hacer, pero no sólo se limita a esto, sino que, conociendo al paciente y
deseando lo mejor para él, le sugiere qué debería hacer, qué decisión sería la más adecuada. el paciente es
quien finalmente decide, pues está capacitado para reflexionar, analizar y escoger, a través del diálogo con el
médico, aquellos valores relacionados con la salud que mejor se adecuen a su situación.

 Características psicológicas del enfermo hospitalizado


Tras el análisis de las circunstancias objetivas que rodean la hospitalización, el estudio de las
características psicológicas del enfermo hospitalizado, sus respuestas ante esa situación potencialmente
amenazante a la que se enfrenta

En efecto, el
enfermo hospitalizado puede presentar alteraciones emocionales, especialmente sintomatología ansiosa o
depresiva, y experimentar sentimientos de despersonalización, de pérdida, de incertidumbre y desvalimiento y
de falta de control de la situación. Tales alteraciones psíquicas, algunas de las cuales pueden aparecer en
cualquier paciente, son más frecuentes de lo que habitualmente se cree en los enfermos hospitalizados,
aunque en general suelen pasar desapercibidas para el personal sanitario que se encarga de su cuidado. Una
prueba de esta frecuencia la constituyen las altas tasas de morbilidad psiquiátrica que se dan entre los
pacientes de hospitales generales en numerosos países en los que se han efectuado estudios epidemiológicos
durante los últimos años.

¿Por qué se producen estas alteraciones?, su nivel de equilibrio psicológico previo, sus mecanismos de
defensa habituales y sobre todo su grado de vulnerabilidad frente a situaciones de estrés; por otro, la forma
en que cada paciente percibe la situación de hospitalización, las expectativas que tiene frente a ella. Este
último factor, las expectativas del paciente ante la situación de hospitalización y la valoración íntima que hace
de sus posibilidades para afrontarla, parece desempeñar un importante papel en este proceso; el sujeto
hospitalizado se encontraría en una situación de indefensión institucionalizada (tal como este autor la ha
denominado) que se produciría a partir de la percepción que tiene el paciente de la situación, en la que se
darían dos hechos: la incontrolabilidad y la impredecibilidad.

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