La relación médico-paciente se puede entender como la relación que se establece
entre el paciente y médico que aplica sus conocimientos teóricos y técnicos al diagnóstico y tratamiento de aquél. La finalidad de esta relación es devolver la salud al paciente, aliviar su padecimiento y prevenir la enfermedad. La relación médico-paciente es una forma específica de relación interhumana. Su especificidad radica en dos notas distintivas: es una relación de ayuda y al mismo tiempo es una relación técnica. Además, esa doble relación de ayuda técnica se establece en un marco social concreto y se estructura a través de una situación de interacción personal directa. Estas dos circunstancias, (el marco social y la interacción personal) constituyen las dos dimensiones básicas de esa relación de ayuda técnica que es la relación médico-paciente. Estatus y roles del médico y del enfermo: A la sociología funcionalista americana (Fox, Merton), se debe el primer análisis del estatus y rol del médico y del enfermo, que fue formulado en los años cincuenta. la demostración de que la relación médico-enfermo es una relación social institucionalizada que, en líneas generales, está programada socialmente en función del estatus y las expectativas de rol que ambos tienen asignados y que deben ser asumidos por ellos. Por tanto, en un primer nivel de análisis, médico y enfermo se comportan en su encuentro según esa programación de sus roles, que define sus obligaciones y derechos. Estatus y rol del enfermo Estatus y rol del médico • No buscar deliberadamente la • Competencia técnica enfermedad. Desear la • Actitud universalista curación • Actitud altruista • Legitimar socialmente la • Neutralidad afectiva enfermedad • Legitimación social de la • Aceptar las limitaciones de la enfermedad enfermedad • Manipulación con fines • Buscar ayuda competente y específico cooperar en la curación • Exención de las responsabilidades del rol normal. modelos de la relación medico paciente los modelos varían según diversos factores entre el médico el paciente entre estos factores están: tipo de enfermedad, el grado posible de participación del enfermo, el tipo de ejercicio del médico si es especialista o general, tipo de asistencia o la personalidad de los participantes. Según Hollender las diversas modalidades de relación Médico-paciente son: 1. Médico activo- Paciente pasivo: La primera es aquella en la que el protagonismo recae casi por completo en el médico, actuando el paciente de forma totalmente pasiva; se da esta circunstancia en situaciones tales como intervenciones quirúrgicas, estados graves que requieren asistencia urgente, estado de agitación o de coma, etcétera. El prototipo de esta relación sería el de la madre-lactante. 2. En la segunda modalidad, el médico lleva la dirección y el paciente coopera en la comunicación. Se da esta relación en las enfermedades agudas, y su prototipo es la relación que se establece entre padres e hijos. 3. Por último, existiría una relación de participación mutua que se daría en las enfermedades crónicas y en las fases postoperatorias y postraumáticas, y cuyo prototipo sería la relación entre dos adultos. Modalidades médico-paciente basa en motivos, valores, decisiones y objetivos de la relación: 1. Modelo paternalista: también denominado paternal o sacerdotal. Los médicos utilizan sus conocimientos para determinar la situación clínica del paciente y elegir qué pruebas diagnósticas y qué tratamientos son los más adecuados para restablecer la salud de paciente. El médico selecciona la información que ofrece al paciente y éste consiente en la intervención; incluso en el caso extremo el médico informará al paciente de forma autoritaria durante la intervención. Este modelo presupone la existencia de un modelo objetivo que sirve para determinar qué es lo mejor para el paciente sin que sea necesaria su participación. El médico antepone la salud del paciente y su bienestar a su capacidad de elección y autonomía. Naturalmente, el médico también tiene una serie de obligaciones que cumplir, como tutor del paciente, entre ellas poner los intereses del paciente por encima de los suyos o pedir opinión a otros médicos cuando sus conocimientos no basten para establecer un diagnóstico o un tratamiento adecuados. 2. Modelo informativo: Se conoce también como modelo científico, modelo técnico o modelo del consumidor. Su objetivo de la relación es proporcionar al paciente toda la información relevante para que éste pueda elegir la intervención que desee. El médico ofrece detalladamente la información acerca del diagnóstico o posible diagnóstico, las posibilidades terapéuticas, los riesgos y los beneficios consiguientes, las probabilidades a favor o en contra de los procesos que se establezcan. En el caso extremo, el paciente dispondría de toda la información y seleccionaría la que creyera más conveniente. En este modelo no hay lugar para los valores y opiniones del médico, ni para que el médico comprenda los valores del paciente, los enjuicie o los contraste. En suma, se concibe la autonomía del paciente como el control sobre la toma de decisiones médicas. 3. Modelo interpretativo: El objetivo es determinar los valores del paciente y lo que éste realmente desea, y ayudarle a elegir, de entre todas las intervenciones posibles, las que mejor se acomoden a sus valores. Al igual que en el modelo informativo, el médico informa al paciente acerca de los riesgos o beneficios de cada acción posible y también le ayuda a esclarecer los valores que mejor se adapten a la intervención. El médico actúa, por tanto, como un consejero; nunca juzga los valores del paciente, pero le ayuda a comprenderlos, pues se parte de la base de que el paciente no presenta unos valores fijos, e incluso algunos no son conocidos por él o pueden entrar en contradicción en determinadas situaciones clínicas; por consiguiente, es tarea del médico tratar de esclarecerlos y articularlos de forma coherente. El médico no impone sus opiniones, y el paciente es quien finalmente toma las decisiones ajustándolas a sus pretensiones. 4. Modelo deliberativo: El objetivo de este modelo es que el paciente determine, de entre todos los valores relacionados con la salud, aquellos que son los mejores. El médico debe suministrar la información acerca de la situación clínica del paciente y ayudarle a dilucidar cuáles serían los valores adecuados a las distintas opciones posibles. El médico debe tratar de explicar qué valores relacionados con la salud son los que más peso tienen y, por tanto, ayudar al paciente para que pueda conseguirlos. Actuará como un maestro o un amigo, comprometiendo al paciente a un diálogo y a una deliberación acerca de qué tipo de actuación será mejor. El médico indica lo que el paciente podría hacer, pero no sólo se limita a esto, sino que, conociendo al paciente y deseando lo mejor para él, le sugiere qué debería hacer, qué decisión sería la más adecuada. Evidentemente la acción del médico debe ser una acción moral, no coactiva: el paciente es quien finalmente decide, pues está capacitado para reflexionar, analizar y escoger, a través del diálogo con el médico, aquellos valores relacionados con la salud que mejor se adecuen a su situación. Cada uno de estos modelos presentan inconvenientes por lo tanto determina que ninguno pueda ser tomado como modelo ideal para la relación Médico- Paciente. características psicológicas del enfermo hospitalizado En efecto, el enfermo hospitalizado puede presentar alteraciones emocionales, especialmente sintomatología ansiosa o depresiva, y experimentar sentimientos de despersonalización, de pérdida, de incertidumbre y desvalimiento y de falta de control de la situación. También tiende a desarrollar actitudes de dependencia excesiva, al igual que aumenta el nivel de regresión y de desorganización de su comportamiento, características estas que en mayor o menor grado están presentes en todo enfermo. Tales alteraciones psíquicas, algunas de las cuales pueden aparecer en cualquier paciente, son más frecuentes de lo que habitualmente se cree en los enfermos hospitalizados, aunque en general suelen pasar desapercibidas para el personal sanitario que se encarga de su cuidado. Una prueba de esta frecuencia la constituyen las altas tasas de morbilidad psiquiátrica que se dan entre los pacientes de hospitales generales en numerosos países en los que se han efectuado estudios epidemiológicos durante los últimos años. Perturbación Emocional: • Ansiedad • Depresión Sentimientos de: • Despersonalización • Pérdida • Falta de control de la situación • Incertidumbre • Desvalimiento • Indefensión Actitudes de dependencia excesiva Aumento de la regresión
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