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¿VACAS ASUSTADAS?

¿COMO SE SIENTEN LAS VACAS PARA INGRESAR


A LA SALA DE ORDEÑO?
Mgtr. Zootecnista Daniel Vicente Macz
Docente Producción Animal ENCA

Es de suma importancia entender el


comportamiento de una vaca antes,
durante y después del ordeño. Mucho se
ha cuestionado del porque existen vacas
muy buenas dando leche y otras
consideradas malas; esto aún y cuando
son de la misma raza y criadas bajo el
mismo sistema. El principio fundamental
para responder a las interrogantes del
título del presente artículo radica en como
nuestra vaca fue adaptada al proceso de
ordeño. La vaca es una de las especies
animales que recuerda con facilidad
situaciones placenteras o traumáticas.
Por ejemplo, los animales con experiencias previas de
manejo rudo las recordarán, y en el futuro, cuando se las
exponga al manejo, podrían sufrir más estrés que los
animales cuyas experiencias previas de manejo fueron
benignas.

Acá es donde cobra relevancia toda situación traumática, esto porque el miedo es
un factor de alto estrés con gran importancia en el ganado bovino y más aún en las
vacas productoras de leche, más aún preocupante es mencionar que el miedo es
contagioso. De hecho, cuando un animal tiene miedo, segrega feromonas -
hormonas con olor (cortisol,
adrenalina, noradrenalina) que
son olidas por los demás
animales, lo que hace que ese
sentimiento se haga colectivo.
Las vacas ven y oyen muy
diferente a los humanos, esto
provoca que aspectos o
situaciones en el sistema
productivo que a nosotros nos
pasan desapercibidas a ellas
les generen estrés y miedo y se
conviertan en situaciones
desagradables para nuestros
vacas.

Documento de apoyo a la docencia. Bovinotecnia.


Mgtr Zootecnista Daniel Macz
Algunos de los aspectos que debemos conocer de la fisiología, anatomía y
comportamiento de nuestras vacas para respetar su forma de actuar son las
siguientes:

1. Las vacas son costumbristas y se identifican con las personas.


Se ha discutido bastante que todo sistema
pecuario debe contar con personal que le
guste trabajar con animales, que los vea como
seres vivos y no como seres insensibles, la
capacitación y retroalimentación frecuente
con el personal es vital. Los ordeñadores son
quienes mejor deben conocer a las vacas, las
llaman por sus nombres, conocen que hacen,
que les gusta y que no, las identifican muy
bien, y éstas conocen bien a las personas.
Evitar rotaciones de personal en áreas
delicadas como la lechería es beneficioso.
Diversos estudios indican que se han
encontrado aumentos de hasta un 20% en la
producción de leche en salas de ordeño
manejadas por mujeres.
2. Respetar el sentido de la vista de la vaca.
Las vacas captan el 50% de la información sensorial que reciben a través de sus
ojos los cuales son bulboides colocados estratégicamente de forma que tienen un
amplísimo campo visual horizontal: 330 grados sin mover la cabeza que se amplía
hasta los 360 cuando están pastando, dicho en otras palabras las vacas poseen un
ángulo de visión casi en 360 grados. Esto explica por qué cuando estamos detrás
de una vaca ella suele agachar la cabeza para poder vernos.
3. Tomar en cuenta que a las vacas les cuesta calcular las distancias.
Las vacas tienen una muy
reducida visión binocular, que
es de la que nos servimos
para ver en profundidad, y por
lo tanto para saber la distancia
a la que se encuentra. El
campo de visión binocular de
una vaca es de entre 30 y 50
grados, cuando en el ser
humano es de 90 a 140
grados.
4. Ven mucho mejor las líneas verticales que las horizontales:
Por su tipo de pupila, las vacas ven mucho mejor las líneas verticales que las
horizontales. Esto es lo que explica que en situaciones de estrés intenten saltar por
encima de cercos -que sobre todo son barras horizontales- y acaben chocando con
ellas, porque no ven el tubo horizontal superior y asumen que el cerco es más bajo.
Por el contrario, rara vez una vaca intentará saltar por encima de una talanquera,
porque son sobre todo barras verticales y si las verá sin problema.

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5. Tardan más en adaptarse a los cambios de luz:
Las vacas tardan más tiempo que los humanos
en adaptarse a condiciones repentinas de
cambios de luz, llegando incluso a provocarles
dolor los cambios bruscos de oscuridad a mucha
luz. En esto también influye su visión de los
colores, llamada dicromática, que le permite
tener mayor capacidad de detectar los
movimientos repentinos. Posiblemente, este tipo
de visión también sea la causante de que las
vacas vean los contrastes de luz y de oscuridad
con mucha más intensidad que los humanos. Así,
consideran el color oscuro como más profundo que el claro, como si fuera un
precipicio. Esto lo debemos tener en cuenta a la hora de mover una vaca, ya que
una simple sombra o un cambio de color brusco puede provocar que la vaca no
avance.
6. Considerar que las vacas poseen un oído sensible
Las vacas escuchan con mucho más volumen que los humanos, siendo capaces de
escuchar a una frecuencia mucho más elevada, por lo que un ruido, más o menos
normal para nosotros, va a resultar excesivo para ellas y las va a molestar o a
distraer. Se puede decir que a una vaca le
empiezan a molestar ruidos por encima de
80 decibeles, mientras que en el humano
el límite está en 120 decibeles.
Considerando que una persona hablando
normal está a 60 decibeles, no hay
ninguna necesidad de gritarle a las
vacas, ya que ellas escuchan mucho
mejor que nosotros. Por lo tanto, los ruidos
agudos, así como los fuertes e
intermitentes les van a molestar,
causándoles estrés y que se detengan y no
quieran avanzar.
7. Si la vaca tiene las orejas orientadas a nosotros es que nos presta atención.
Una habilidad de las vacas es
la gran movilidad de sus
orejas, lo que les permite
buscar rápidamente la
procedencia de un sonido. De
esta forma, para asegurarnos
de que una vaca nos ve y nos
está prestando atención,
debemos fijarnos en que sus
orejas estén orientadas hacia
nosotros.

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Algunos de los aspectos que se deben
considerar en áreas de lecherías para
evitar miedo, estrés o incomodad en
nuestras vacas dependen del conocer
el funcionamiento de su sentido de la
vista y del oído ya mediante ello
podremos comprender el motivo por el
que las vacas reaccionan con miedo o
con estrés ante elementos y
situaciones que al ser humano le
parecen normales. Por ende en este
sentido, debemos conocer y evitar las
siguiente situaciones si queremos
mejorar el bienestar animal del hato, y
por lo tanto su rentabilidad.

a) Corrientes de aire de frente:


A las vacas no les gusta que les sople el aire de frente, y en estas situaciones se
suelen voltear para quedar con el tren posterior hacia la corriente de aire. Este
comportamiento se debe de tener en cuenta a la hora de instalar ventiladores en el
establo.
b) Evitar ropa o cualquier otro objeto colgado en las puertas y cercados:
Esto va a detener a los animales, especialmente si la pieza o el objeto es de color
amarillo por lo que causa en el reflejo de la luz. Muy importante considere el evitar
plásticos y papeles que se muevan por la instalación, bien por el viento o porque
formaban parte del establo pero están sueltos, causan estrés al bovino.
c) Evitar movimientos lentos en las aspas de los ventiladores:
Las vacas no tienen problema cuando los ventiladores están en funcionamiento,
pero cuando las aspas se mueven lentamente por acción de las corrientes de aire,
suelen distraerse obsesivamente en algunos casos y no se mueven. Esto es
frecuente en ventiladores colocados en ventanas, que al moverse lentamente
provocan brillos y sombras.
d) Movimientos de las personas delante o al lado de las vacas:
Si en un pasillo la vaca ve a una persona al final de este no va a querer entrar en
él. Si es inevitable el paso de personal por donde tienen que circular las vacas, lo
mejor es colocar paneles en las paredes para que las vacas no ven lo que pasa
alrededor. Por eso cuando un visitante asiste a un ordeño debe evitar estar
moviéndose de un lugar a otro o colocándose en lugares que no corresponden al
proceso de ordeño.
e) Objetos pequeños en el suelo:
Deben evitarse, sobre todo si su color contrasta mucho con el del suelo, la vaca se
retrae, evita seguir caminando y si le obliga salta y puede resbalar y caerse.
f) Cambios de material y de textura en el suelo:
Tal y como se ha mencionado anteriormente lo que molesta a las vacas son los
contrastes. Así, cambios de superficie de hormigón a metálicos o de tierra a
hormigón suelen frenar a los animales o que las pasen de un salto para evitar esa
línea de contraste.

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g) Rejillas de alcantarillado en el suelo:
Se da el mismo problema de contraste y la vaca asume
que lo oscuro es profundo.
h) Cambios de color repentinos en el equipo:
Estos cambios de color suponen un gran contraste, de la
misma forma que pasadizos grisáceos o de hormigón que
desembocan en un equipamiento metálico o brillante.
i) Entradas demasiado oscuras:
Otro problema de contraste. Al pasar de una zona bien
iluminada a otra más oscura, la vaca no va a ver lo que
hay dentro de la zona oscura y se va a resistir a entrar.
Conviene colocar una luz dentro o colocar paneles
translúcidos para iluminar esta zona oscura.
j) Luz intensa como sol cegador:
Si están dentro de una zona oscura las vacas van a
rechazar la salida a una zona de mucha luz porque la luz
solar intensa les va a causar dolor.
k) Puertas en una dirección o antirretroceso:
Las vacas se frenan porque asumen que la puerta no se
mueve. Debemos usarlas solo cuando es imprescindible y tener paciencia para que
la vaca aprenda a pasar por ella. Las puertas deben ser fáciles de abrir -una persona
debería abrirla con un dedo- y procurar que no hagan ruido al abrirse o al cerrarse.
Evitar empujar bruscamente las puertas y hacer ruidos fuertes.
l) Reflejos brillantes en los charcos:
La vaca ve con mucho más detalle los contrastes entre claro y oscuro, por lo que si
en un charco se refleja la luz de una lámpara o del sol, puede que se muestre remisa
a pasar por encima de el. Además, si esa agua se mueve, provoca una serie de
reflejos que bloquean aún más al animal.
m) Reflejos en metal liso:
Las planchas de acero inoxidable presentes, por ejemplo, en la sala de ordeño,
reflejan la luz y pueden asustar a las vacas, especialmente si están flojas y vibran
con los golpes de otras vacas o con el funcionamiento de la máquina. Por lo tanto,
se recomienda utilizar planchas de colores mates, que no reflejen tanto la luz, evitar
las vibraciones fijando bien los hierros, y mover, si fuera necesario, las lámparas
que iluminan el local. Para ver si reflejan o no, deberíamos colocar nuestros ojos a
la altura de los ojos de la vaca.
n) Cadenas o lazos colgados que se mueven:
A veces dejamos colgadas cadenas o lazos para asegurar una puerta cuando la
abrimos o la cerramos. Ese elemento, al moverse, puede hacer que los animales se
paren o rechacen pasar, especialmente si la cadena es nueva y brilla.
o) Golpes y ruidos metálicos:
Pude ser debido al típico traqueteo de las puertas al abrirse o cerrarse, techos de
lámina desprendidos o también al golpear una vara contra un hierro. En este
sentido, se debe evitar golpear nada y poner gomas en las zonas donde golpee
hierro contra hierro.
p) Ruidos agudos:

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El proceso de ordeño debe ser muy placentero para nuestras vacas por ende se
deben evitar bocinazos, alarmas de marcha atrás de las máquinas, silbidos, puertas
que rechinan al abrirse…etc. Fugas de vacío del sistema de ordeño pueden
provocar estrés a las vacas.

Todos los aspectos mencionados con anterioridad pueden influir en cada una de
nuestras vacas del sistema productivo, son corregibles y dependen de querer tratar
bien a los animales, lo más importante para que todo suceda normalmente, es que
los operarios y las vacas lo aprendan;
a las vacas se les puede enseñar si
los
estímulos que reciben son siempre
iguales y agradables. Converse
frecuentemente con el personal de
ordeño, asista a ver el ordeño desde
que las vacas se llevan de los corrales
al corral de espera, observe como las
ordeñan y como las retiran de nuevo
a sus potreros o corrales. Dialogue
con el personal, retroaliméntese y
corrija deficiencias del manejo,
recuerde que un personal motivado y
abierto al dialogo asimilará fácilmente
las correcciones, pero si usted
amenaza, regaña o maltrata al personal estos se desquitarán con los animales y se
agravará la situación, recuerde que “se atraen más moscas con una gota de miel
que una de hiel”.

Se le recomienda considerar algunos puntos importantes como los siguientes:


• No es necesario ni conveniente gritar, chiflar ni agitar nada para lograr que las
vacas se muevan.
• Las vacas son animales que se dirigen con facilidad a un lugar que les ofrece
salida del encierre; esto es la manga en los corrales o la sala de ordeño en una
instalación de lechería.
• Si se desea ayudarse con el uso de banderas, éstas sólo deben usarse para que
los animales las vean -principalmente los que están más lejos del operario- y nunca
deben agitarse ni usarse para “picar” o golpear. Las banderas se han difundido más
en los hatos bovinos para producción de carne que en las lecherías, pero no dejan
de ser una muy buena herramienta para el manejo de vacas lecheras. Las banderas
son para mostrarlas, y para nada más. Hay dos explicaciones del porqué las
banderas son elementos útiles si son bien utilizadas; una es que las vacas
respetarán a algo que las supera en altura, iniciando una “fuga sin miedo”. La otra
es que la bandera puede ser el estímulo de un reflejo condicionado, cuya respuesta
es ponerse en movimiento.
• Cuanto más lento sea el desplazamiento del operario que ingresa al corral de
espera, mejor será la respuesta de las vacas.

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• Nunca debe pretenderse que las vacas ingresen a una sala de ordeño donde se
grita o golpea a las que están adentro; las vacas irán mucho más fácilmente a una
sala silenciosa en la que no haya “olor a miedo”, producto de la secreción de
feromonas.
• Gritar, silbar o castigar a las vacas para que se muevan dentro de a sala es hacer
lo mismo con aquellas vacas que están quietas en sus puntos ordeñándose, algo
sumamente estresante porque éstas no tienen alternativas para moverse.
• Se debe ser claro y prolijo en los estímulos; esto significa que si el operario hace
un movimiento con el objetivo de mover a las vacas, debe dejar de hacerlo cuando
las vacas ya han respondido. Es muy común que se silbe a las vacas para que
ingresen a la sala de ordeño y que se siga silbando cuando ya lo están haciendo,
detenga los silbidos cuando los animales se estén moviendo. Ideal no silbar.
• Un manejo exitoso en ganaderías exitosas es lograr conseguir que las vacas sigan
a una “puntera” que ya ha ingresado, porque quiso hacerlo o porque respondió a un
estímulo del operario.
• Si el operador ve un ojo de la vaca que arrea, significará que está bien ubicado; si
no ve ningún ojo o si ve ambos, significará que no lo está. Vaca que mira de reojo
está interactuando con uno; vaca que mira con los dos ojos no está bien con uno y
hay que sacarle la vista de sus ojos, porque supone agresividad de nuestra parte si
la miramos fijo.
• La capacitación teórico-práctica del personal afectado al manejo de las vacas se
ha convertido en un deber para productores y asesores, teniendo en cuenta los
beneficios que otorga.

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