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AUDICIÓN DE PORCINOS

Nombre
Facultad de , Universidad francisco de Paula Santander
Código, Zootecnia

Dr.

1 de junio de 2021
INTRODUCCIÓN

Los cerdos, igual que nuestra especie, Homo Sapiens, perciben


sensaciones físicas a partir de cinco sentidos; vista, tacto, gusto, olfato
y el oído, sin embargo, se diferencia de los humanos los dos últimos,
ya que estos tienen mayor predominancia y agudización en los
porcinos y en todos los demás mamíferos.
Por consiguiente, es clave conocer que los mamíferos poseen un
sistema auditivo más desarrollado que otras especies de nuestro
mundo, y son comúnmente más sensible a la percepción acústica.
Esto se debe, según varios estudios, a la propia evolución por la que
atravesaron dichos animales, en donde tuvieron que irse adaptando a
la vida nocturna para esconderse de las otras especies depredadoras
que oscilaban en su mismo entorno.
Entender el sentido de la audición en animales, es importante porque
tal sentido permite la recepción de señales acústicas procedentes de
otros animales y del medio ambiente, viéndose este proceso ligado
con la socialización y el aprendizaje de las vocalizaciones especificas
entre sus congéneres. De igual forma, entender los sentidos de los
porcinos permite el conocimiento de los mismos, y con ello se asegura
el bienestar de aquellos dentro de las granjas y/o industrias
ganaderas.
En relación a lo anterior, en el siguiente trabajo se pretende describir
brevemente las características esenciales del sistema auditivo de los
cerdos; la frecuencia con la que perciben los sonidos externos, y la
socialización que se da entre estos animales por la percepción
auditiva.
AUDICIÓN DE PORCINOS

El cerdo es un animal mamífero que puede encontrarse en estado


salvaje o doméstico. El nombre científico de la especie en estado
natural es Sus Scrofa y coloquialmente se le conoce como Jabalí o
cerdo silvestre; mientras que aquellos ejemplares que han sido
domesticados reciben el nombre de Sus Scrofa Domestica.

Es oportuno mencionar que los mamíferos aparecieron hace unos 220


millones de años y en los primeros de ellos se produjo una
transformación muy importante de su aparato auditivo: ya que dos
huesos que en los sinodotes formaban parte de la articulación de la
mandíbula, acabaron incorporados al aparato auditivo de los
mamíferos tempranos. Estos dos huesos: el articular y el rectangular
de la mandíbula, se convirtieron en el martillo y el yunque del oído. El
tercer integrante de esa cadena de huesecillos ya funcionaba como
conductor de sonido y aún es el único órgano que cumple esa función
en los anfibios, reptiles y aves.

En los no mamíferos la audición está limitada a menos de 10.000


ciclos, mientras que los mamíferos pueden oír frecuencias superiores
a veces por encima de 100.000 ciclos. La capacidad de oír a
frecuencias superiores también está relacionada con otro rasgo
exclusivo de los mamíferos: las células ciliadas externas de la cóclea,
para potenciar las capacidades funcionales en el curso de la
evolución.

De forma concreta, el oído de los cerdos está bien desarrollado, (la


localización de los sonidos se realiza moviendo la cabeza) siendo su
rango de audición similar al de las personas con una ligera diferencia
en lo que a los ultrasonidos se refiere. Tienen una buena sensibilidad
a los sonidos de alta frecuencia y escuchan los de baja frecuencia
mejor que la mayoría de los mamíferos. Captan los sonidos entre un
rango de 250 Hz y 16 KHz (a partir de 32KHz su sensibilidad
disminuye enormemente). Utilizan los sonidos para comunicarse con
sus congéneres enviándose avisos de alarma, de peligro, etc. siendo
capaces de emitir más de 20 diferentes. Se asustan con facilidad ante
ruidos fuertes y repentinos, lo que se manifiesta por una aceleración
de su frecuencia cardíaca.

Igual que el resto de los mamíferos el cerdo presenta tres huesecillos


en oído medio, que acoplan la vibración del tímpano y la trasmiten
hacia el oído interno. Y funcionalmente la cadena de huesecillos, tiene
una ventaja, relacionada con la capacidad de los mamíferos de
discriminar frecuencias mayores que las que captan reptiles y aves

De igual manera, el pabellón auricular, pinna, aurícula u oreja es la


única parte visible del oído. El pabellón auditivo funciona como una
especie de embudo que ayuda a dirigir el sonido hacia el interior del
oído. Sin la presencia de este embudo las ondas sonoras tomarían
una ruta directa hacia el conducto auditivo. Esto haría que el proceso
de audición fuera difícil e ineficaz ya que gran parte del sonido se
perdería y sería más difícil escuchar y comprender los sonidos.

Cabe acotar también, que los estímulos auditivos son utilizados como
medio de comunicación en todas las actividades sociales. Mientras
que su sentido olfativo es utilizado para la identificación de sus
congéneres. Así pues, el sentido del oído se destaca por ser el
mecanismo mediante el cual el cerdo recibe información (chillidos,
alaridos) de sus compañeros, lo que permite mantener un estado de
comunicación entre los mismos.

Por consiguiente, los cerdos utilizan el oído como una importante


fuente de información social. Derivado de su grado de especialización,
la audición es posiblemente el segundo sentido más útil en la vida de
estos animales. Mediante la interpretación de vocalizaciones, los
cerdos determinan el estado emocional y de salud de otros individuos,
y con ello su identidad y afiliación.
Igualmente, durante el periodo de lactancia, la capacidad auditiva de la
hembra juega un papel fundamental en su interacción con las crías, en
la atención que ésta les ofrece y por lo tanto en sus posibilidades de
supervivencia. Esto se debe a la emisión de sonidos neonatales, que
son aquellos que emiten las crías y las madres para mantener la
interacción durante este periodo, así como las demandas básicas de
los recién nacidos (hambre, frio, soledad, peligro, etc.). Peculiarmente,
en los porcinos se ha identificado una interacción de vocalizaciones
entre madres e hijos, dándose como comprobado tal suceso en
granjas donde los ventiladores hacen mucho ruido y los lechones no
alcanzan el peso ideal al no escuchar los llamados maternos
producidos durante la bajada de leche.

De igual forma, estudios indican que el rango de audición de los


cerdos va desde los 40 Hz hasta los 500 Hz, lo que les da una
capacidad auditiva muy superior a la del humano, haciéndolos
capaces de detectar incluso sonidos ultrasónicos.

Para finalizar, es necesario precisar que los ruidos extraños,


repetitivos o extremadamente fuertes causan estrés y dificultan el
manejo de estos animales en las granjas e industrias ganaderas. Por
ello la carga, la descarga y el manejo realizados deben hacerse con el
menor ruido posible; sin recurrir a alaridos, gritos o chillidos que les
puedan generar una incomodidad.
CONCLUSIÓN

Entender las sensaciones, el alcance de las mismas, su determinación


o agudización, nos permite conocer que les molesta, incomoda o
estresa, para así saber que espacios o practicas humanas se pueden
modificar con el fin de brindar estabilidad a los animales domésticos
dentro del confinamiento.
En el caso concreto, se concluyó la gran frecuencia con la que
escuchan los porcinos, y lo importante que es este sentido para la
salud y bienestar de los mismos animales. Puesto que si evitamos el
uso de ventiladores ruidosos en las granjas e industrias ganaderas los
cerdos no sufrirán destrucción por no escuchar los llamados de sus
madres lactantes.
Otro factor, bastante importante para reconocer la relevancia del
sistema auditivo de los cerdos, es que este al ser bastante agudo
puede hacer que los porcinos perciban y reconozcan desde una
distancia considerable los ruidos de miedo que emiten sus demás
compañeros cuando están siendo llevados al matadero, produciendo
entonces que los receptores de dichos sonidos sientan el mismo
terror, lo que hará un tanto imposible su manejo. Por consiguiente, los
granjeros deber procurar que se evite la escucha de tales chillidos,
para que así la carga y descarga de los animales no sea una cuestión
irrealizable.

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