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La estipulación a favor de terceros.

Primeramente, debemos indicar la aseveración de la doctrina nacional y


extranjera sobre la denominada estipulación a favor de terceros:

(…) La estipulación a favor de terceros es un contrato mediante el cual el


deudor, denominado promitente, se compromete frente a otra persona denominada
estipulante, a ejecutar una prestación en beneficio de un tercero.

Como consecuencia fundamental, la estipulación a favor de terceros produce un


derecho de crédito directo del tercero frente al promitente. Constituye una de las
principales excepciones al principio que rige los efectos internos del contrato, mediante
el cual los contratos no tienen efecto sino entre las partes contratantes, no dañan ni
aprovechan a terceros, sino en los casos establecidos en la ley, es decir, la estipulación
a favor de terceros, se trata de un contrato en que una de las partes resulta directamente
obligada frente a una tercera persona. Es una excepción a los principios de los efectos
internos del contrato, que prevé la ley; concretamente en el artículo 1.164 del Código
Civil, el cual estipula lo siguiente: “Se puede estipular en nombre propio y en provecho
de un tercero cuando se tiene un interés personal, material o moral, en el cumplimiento
de la obligación”. El estipulante no puede revocar la estipulación si el tercero ha
declarado que quiere aprovecharse de ella.

La doctrina extranjera, ha expresado sobre el particular lo siguiente:

(…) La estipulación a favor de tercero es un procedimiento técnico que permite


a dos personas que celebran un contrato entre ellas hacer nacer un derecho en beneficio
de un tercero. Los dos contratantes desempeñan respectivamente el papel de estipulante
y de promitente. El estipulante toma la iniciativa de la creación del derecho a favor del
tercero; el promitente acepta obligarse a favor de ese tercero. La persona que resulta
acreedora a consecuencia del contrato se denomina tercero beneficiario. (Ripert,
Georges y Boulanger, Jean. Tratado de Derecho Civil. Tomo IV, Editorial La Ley,
Buenos Aires, pág. 380).

Como puede observarse de las citas doctrinarias expuestas, el consentimiento del


tercero tiene únicamente el efecto de hacer irrevocable el negocio jurídico planteado
entre el estipulante y el promitente, pero la obligación del promitente frente al tercero, y
toda la estructura de la estipulación, no está condicionada a la aceptación de ese tercero.
En otras palabras, la falta de consentimiento por parte del tercero, no anula la
estipulación. Sólo deja latente la posibilidad de que el estipulante y el promitente
anulen el convenio, posibilidad que desaparece una vez que el tercero ha aceptado la
estipulación. La torna irrevocable.

Interesan, así, tres categorías de personas diferentes, a saber:

 Estipulante: quien contrata a favor del tercero,

 Promitente: quien se compromete a favor del tercero en la calidad de deudor de


éste, y

 Beneficiario: que corresponde al acreedor de la estipulación efectuada en su


favor.

Cabe añadir, que esta institución es de amplia aplicación en nuestra legislación y


que, además, constituye una excepción al efecto relativo del contrato, es decir, en el
sentido de que por regla general, el contrato sólo otorga derechos y obligaciones a las
partes contratantes.

Aquí, se da el caso de que la calidad de acreedor nace a favor del beneficiario,


ajeno al contrato. Y si bien, éste debe aceptar la estipulación, su derecho no nace con la
aceptación, sino con aquella misma.

La estipulación a favor del tercero tiene numerosas aplicaciones en la vida


moderna, uno de los cuales es el seguro de vida, en que el beneficiario del seguro es un
tercero que no es parte en la negociación. También se aplica en el seguro de incendio,
cuando se pacta que la suma asegurada sea pagada al propietario del inmueble y no al
tomador de la póliza; el seguro de accidentes laborales, en el cual el patrono celebra el
contrato con una empresa aseguradora para que esta pague la suma asegurada a los
trabajadores de su empresa cuando ocurra algún siniestro amparado por la póliza.

-Requisitos:

Estos tienen que ser analizados desde el punto de vista de las partes que
intervienen, los que a continuación, serán expuestos:

 Requisitos del estipulante, promitente y del acto: no se existe una regla general
aplicable a este ámbito, sino que ellos se precisarán en atención al tipo de
convención que se trate. Lo único que podría ser exigible, es que tanto
estipulante como promitente, deben tener capacidad suficiente para celebrar el
acto respectivo.

 Requisitos del beneficiario: en la doctrina, deben concurrir dos requisitos, a


saber:

 Capacidad de goce para adquirir los derechos que se establecen en su favor: aquí
no se le exige capacidad de ejercicio, porque no interviene en el acto. Eso sí,
debe estar en situación jurídica de adquirir el derecho establecido a su favor.

 Debe ser persona determinada o determinable: este requerimiento es propio de la


doctrina clásica, ya que en la actualidad se ha ido acogiendo la posibilidad de
que el beneficiario sea una persona futura e indeterminada, con la salvedad de
que pueda determinarse al momento de hacerse exigible el derecho.

Clases de Estipulaciones a favor de terceros:

Efectos:

Es preciso distinguir tres situaciones:

1. entre el estipulante y el promitente.

2. entre el promitente y el tercero beneficiario y,

3. entre el estipulante y el tercero beneficiario.

- Se pueden reducir los efectos entre los contratantes a tres fundamentales:

1) Sólo el beneficiario puede exigir el cumplimiento: este derecho lo puede ceder a


favor de uno de los contratantes. Sino solamente respecto del tercero, el cual es,
el beneficiario. (El estipulante sólo podrá exigir el cumplimiento cuando se haya
establecido una cláusula penal en el contrato).

2) Los que produce la cláusula penal accesoria a la estipulación: como se dijo


anteriormente, consiste en una forma indirecta para compeler al promitente a que
cumpla su obligación, donde la cláusula penal (evaluación anticipada de los
perjuicios realizada al momento de contratar, consistente en que una de las
partes se sujete a un dar o hacer algo, si no cumple oportunamente con la
obligación) se hará efectiva si éste no cumple lo convenido. Esta facultad podrá
darse al estipulante sólo en el evento del incumplimiento.

3) Revocación de la estipulación: en virtud del ya citado art. 1164, mientras no se


produzca la aceptación expresa o tácita del tercero beneficiario, es revocable el
contrato por la sola voluntad de las partes que concurrieron a él. Lo que sucede
acá es que se da cumplimiento al aforismo de que "en Derecho, las cosas se
deshacen de la misma manera en que se hacen". Cabe hacer la salvedad de que
la revocación debe ser unánime y no unilateral. Además, se puede revocar la
estipulación sin expresión de causa.

-Requisitos de validez de la estipulación a favor del tercero:

Dentro de los requisitos de validez de la estipulación a favor del tercero, se


encuentran los generales y los propios.

Generales: está sometida a los requisitos generales de validez de los contratos que deben
concurrir para su existencia, a saber: consentimiento de las partes, que el objeto pueda
ser materia de contrato y causa lícita. Por lo tanto, el contrato puede ser anulado por
incapacidad legal de las partes o de una de ellas y por vicios del consentimiento.

Propios: la doctrina ha señalado los siguientes requisitos propios de esta figura jurídica:

 voluntad para estipular a favor de un tercero.

 carácter accesorio de la estipulación a favor de tercero y,

 designación del tercero beneficiario.

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