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El Degeneracionismo

Los antecedentes del Eugenismo

Valentín Magnan

La mayoría de los distintos Eugenismos tienen un impulso común en el temor a


la decadencia y a la degeneración. Este miedo es característico de finales del siglo XIX
y tiene orígenes ideológicos muy anteriores al propio concepto de eugenesia.
Especialmente atemorizadas están las clases altas, que ven desintegrarse sus privilegios
y observan con recelo los movimientos sociales de masas, las grandes aglomeraciones
urbanas, la “corrupción” de las costumbres, la pérdida de la autoridad moral de los
padres de familia, de la religión o de las clases dirigentes.

El degeneracionismo es una teoría psiquiátrica del siglo XIX, pero también una
de las “explicaciones científicas” de esta supuestas decadencia, y una de las corrientes
teóricas que alimentan el eugenismo. Su origen se atribuye a la obra de Morel, médico
francés dedicado a la psiquiatría, que crearía una importante escuela de pensamiento
según la cual muchas de las demencias y taras mentales no son más que signos de
“declive hereditario”.

“Morel, Benedict-Augustin (1857), Traité des dégénérescences physiques,


intellectuelles et morales de l’espèce humane et des causes qui produisent ces variétés
maladives, Paris”.

En la misma corriente está Valentín Magnan (1835-1916), que reformula el


concepto y atenúa el hereditarismo de Morel. Puedes encontrar una breve reseña
biográfica sobre Magnan, escrita por Eduardo Tomás Mahieu, en la historia de la
psiquiatría de psiconet.com.

Degeneración y fracasos militares

Uno de los terrenos donde se quiso ver evidencias de la degeneración racial fue
en la calidad de los reclutas allí donde los mandos militares eran incapaces de asumir
otros motivos para las derrotas. En España es evidente la asociación del
“regeneracionismo” como corriente política y el desastre militar en Cuba. En el imperio
británico las sorprendentes derrotas frente a los boers (Boer Wars en inglés) en África
llevaron a crear comisiones para estudiar el deterioro de la calidad racial, como única
explicación posible:

“Vanessa Heggie (2008) Lies, Damn Lies, and Manchester’s Recruiting Statistics:
Degeneration as an “Urban Legend” in Victorian and Edwardian Britain, J Hist Med
Allied Sci (2008) 63 (2): 178-216

Pobreza y degeneración

También la degradación de la salud en las nacientes ciudades industriales,


especialmente la infantil, así como la proliferación de pobres y mendigos urbanos por el
derrumbamiento de la pequeña agricultura fueron vistas como indicadores de
degeneración racial

“Great Britain. Inter-Departmental Committee on Physical Deterioration: Report


of the Inter-Departmental Committee on Physical Deterioration… (London, Printed for
H.M. Stationery Off., by Wyman & Sons, Limited, 1904)”

“Thomas Edward Jordan (1993) The Degeneracy Crisis and Victorian Youth, State
University of New York Press”.

Declive de las “buenas familias”

Otra de los temas que preocuparon mucho a las elites gobernantes e intelectuales
del siglo XIX fue el declive familiar de las clases altas. Con las revoluciones burguesas
muchas antiguas sagas familiares perdieron sus privilegios, pero también la gran
burguesía veía cómo sus descendientes rechazaban continuar la empresa familiar o
dilapidaban el patrimonio heredado. De nuevo la degradación de la herencia biológica
proporcionaba una explicación que les absolvía de toda culpa. Se da en este tema una
prueba abrumadora de la continuidad con el eugenismo, porque el propio Galton,
fundador del término, dedicó su trabajo al análisis estadístico de la extinción de las
mejores familias:

“Galton, F.; Watson, H.W. (1874), “On the Probability of the Extinction of Families“.
Journal of the Royal Anthropological Institute (4): 138-144”.
La explicación del delito y el nacimiento de la criminología

Por supuesto, también la delincuencia y el crimen podían ser explicados por


condicionantes biológicos y hereditarios, así que ésta es también la época en que nace la
criminología “científica”. Uno de sus pioneros, Cesare Lombroso, se preciaba de poder
detectar el carácter criminal de una persona con sólo observar algunos de sus rasgos
físicos (asimetrías craneales, tipo de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.). En la
misma línea de Galton, y apoyándose también en Darwin, para Lombroso la herencia
recibida no puede corregirse, y considera necesario evitar la procreación o, incluso,
eliminar directamente, a quienes han recibido esa predisposición al delito.

“Cesare Lombroso (1876) L’uomo delinquente in rapporto alla antropología, alla


medicina legale ed alla disciplina carcelaire, Milán”.

“Cesare Lombroso (1897) Genio e degenerazione. Nuovi studi e nuove battaglia.


Palermo, Remo Sandron”.

El arte degenerado

Por supuesto el miedo de los dirigentes y gobernantes a la pérdida del mundo


tradicional tuvo también su expresión en términos estéticos y artísticos. El caso más
evidente es la expresión “arte degenerado” adoptada por el régimen nazi en Alemania
para aludir a todo arte moderno. En 1937 se plasmó en una exposición oficial del mismo
nombre en Münich que después circuló por todo el país. El principal objetivo era
desprestigiar y ridiculizar a los enemigos del “arte heróico” tradicional alemán, lo que
se combinó con sanciones y hasta la prohibición de producir obras.

La exposición más visitada de la historia (2014) en arteomuerte.com

Otras pistas:

Huertas, R. (1987), Locura y degeneración, CSIC.

Hochmann, J. (1992), “La theorie de la dégénescence de B.A. Morel, ses origines et son
evolution”, incluido en Patrick Tort, Darwinisme et Societé. Paris, PUF, pp. 401-412

Soloway, R. A. (1990), Demography and Degeneration: Eugenics and the Declining


Birthrate in Twentieth-Century Britain, Chapel Hill, Universtity of North Carolina
Press.

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