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MONOGRAFÍA
DIABETES MELLITUS
Autor (es):
Aquino
Docente:
Ms. Daniel Manay Guadalupe
Línea de Investigación:
Ciencias de la vida y cuidado de la salud humana
En el Perú se registran 3.9 casos de diabetes mellitus por cada 100 peruanos mayores de
15, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2019. El año anterior, la cifra
fue 0.3% menor en el mismo segmento poblacional. La población femenina es la más
afectada (4.3%) en comparación con la población masculina (3.4%) y teniendo en cuenta el
contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, la diabetes se ha
convertido en una de las comorbilidades más frecuentes en las personas fallecidas por la
COVID-19, según el Centro Nacional de Epidemiologia, Prevención y Control de
Enfermedades.
II. DEFINICIÓN.
La diabetes mellitus es definida por la Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus
siglas en inglés) como un conjunto de enfermedades metabólicas, que se acompaña en mayor o
menor medida de modificaciones en el metabolismo de los hidratos de carbono, de las proteínas y
de los lípidos caracterizadas por la hiperglucemia resultante de defectos en la secreción de
insulina, la acción de la insulina o ambas[CITATION Ame04 \l 10250 ]. Esa hiperglicemia crónica se
encuentra asociada con daño, disfunción e insuficiencia a largo plazo de varios órganos,
especialmente los ojos, los riñones, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos[CITATION
Ame04 \l 10250 ].
III. CLASIFICACIÓN
La ADA brinda una clasificación de la diabetes según las siguientes categorías generales:
a. Diabetes tipo 1 (DM I): debido a la destrucción autoinmune de las células β del páncreas ¿,
que generalmente conduce a una deficiencia absoluta de insulina, incluida la diabetes
autoinmune latente de la edad adulta[ CITATION Ame20 \l 10250 ].
b. Diabetes tipo 2 (DM II): debido a una pérdida progresiva de la secreción adecuada de
insulina por parte de las células β con frecuencia en el contexto de la resistencia a la
insulina[ CITATION Ame20 \l 10250 ].
c. Tipos específicos de diabetes debido a otras causas, como son los Síndromes de diabetes
monogénica (como diabetes neonatal y diabetes de inicio en la madurez de los jóvenes),
enfermedades del páncreas exocrino (como fibrosis quística y pancreatitis) y
enfermedades inducidas por fármacos o productos químicos. diabetes (como con el uso de
glucocorticoides, en el tratamiento del VIH / SIDA o después de un trasplante de órganos)
[ CITATION Ame20 \l 10250 ]
d. Diabetes mellitus gestacional: diabetes diagnosticada en el segundo o tercer trimestre del
embarazo que no era claramente una diabetes manifiesta previa a la gestación[ CITATION
Ame20 \l 10250 ].
La diabetes tipo 1 (DM I) y la diabetes tipo 2 (DM II) se describen como enfermedades
heterogéneas en las que la presentación clínica y la progresión de la enfermedad pueden variar
considerablemente. La clasificación es importante para determinar el manejo terapéutico del
paciente; sin embargo, en algunas personas no pueden clasificarse claramente como personas con
diabetes tipo 1 o tipo 2 en el momento del diagnóstico.
Los paradigmas tradicionales que se tenían de que la diabetes tipo 2 se produce solo en
adultos y la diabetes tipo 1 solo en niños ya no son precisos, ya que actualmente se conoce que
ambas enfermedades ocurren en ambos grupos de edad. Los niños con diabetes tipo 1 suelen
presentar los síntomas característicos de poliuria/polidipsia, y aproximadamente un tercio
presenta cetoacidosis diabética (CAD)[ CITATION Ame20 \l 10250 ]. La aparición de la diabetes tipo
1 puede ser más variable en los adultos; pueden no presentar los síntomas clásicos que se
observan en los niños y pueden experimentar una remisión temporal de la necesidad de insulina.
Ocasionalmente, los pacientes con diabetes tipo 2 pueden presentar CAD, particularmente las
minorías étnicas y raciales[ CITATION Ame20 \l 10250 ].
Las vías que conducen hacia la desaparición y disfunción de las células β están
menos definidas en la diabetes tipo 2, pero la secreción deficiente de insulina de las
células β, con frecuencia en un contexto de resistencia a la insulina, parece ser el
denominador común. La diabetes tipo 2 está asociada con defectos en la secreción de
insulina relacionados con la inflamación y el estrés metabólico, entre otros
contribuyentes, incluidos factores genéticos[ CITATION Ame20 \l 10250 ].
IV. EPIDEMIOLOGÍA.
Los adultos con diabetes tienen un riesgo de dos a tres veces superior de
presentar un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular[ CITATION Org21 \l 10250 ]
La neuropatía diabética en los pies (pie diabético) también se encuentra dentro de las
afecciones que se presentan que, junto con la reducción del flujo sanguíneo, aumenta el
riesgo de presentar úlceras e infecciones que, en última instancia, pueden requerir una
amputación[ CITATION Org21 \l 10250 ]. Por otro lado, la retinopatía diabética, que se debe a
la acumulación con el tiempo de lesiones en los capilares de la retina, es una causa
importante de ceguera (causa el 2,6% de los casos de ceguera en el mundo). Además, la
diabetes es una de las principales causas de insuficiencia renal.
En el Perú se registran 3.9 casos de diabetes mellitus por cada 100 peruanos
mayores de 15, La población femenina es la más afectada (4.3%) en comparación con la
población masculina (3.4%). Y en el contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia
del coronavirus, la diabetes se ha convertido en una de las comorbilidades más frecuentes
en las personas fallecidas por la COVID-19, según el Centro Nacional de Epidemiologia,
Prevención y Control de Enfermedades (CDC)[ CITATION Min20 \l 10250 ].
Para el año 2020, el Minsa proyectó una meta de atención de 180 000 personas
con diabetes a nivel nacional, un 10% adicional en comparación con el 2019. Sin embargo,
debido a la emergencia sanitaria por la COVID-19, se generó una brecha de atención,
registrándose únicamente el 55% de las atenciones previstas[ CITATION Min20 \l 10250 ] Lo
que implica un problema que requiere atención debida, por las morbilidades que puede
involucrar al no ser atendida.
En general, se cree que una dieta occidental densa en energía que provenga de hidratos
de carbono junto con un estilo de vida sedentario son la causa principal de la diabetes tipo
2[ CITATION Cha17 \l 10250 ]. Estos dos factores también son responsables de la actual epidemia
mundial de obesidad, que está estrechamente asociada con el aumento de la tasa de diabetes tipo
2 [ CITATION Kol17 \l 10250 ]. En un análisis más detallado, que compila un estudio[ CITATION
Kol17 \l 10250 ] se plantea que un índice de masa corporal (IMC) alto parece contribuir menos a
un mayor riesgo de Diabetes tipo 2 (DM2) que la presencia de un aumento de la obesidad visceral
y / o grasa ectópica (grasa del hígado) [ CITATION Kol17 \l 10250 ]. Esto encaja con la observación
de que las personas obesas sin desequilibrio metabólico tienen poca obesidad visceral o grasa
hepática. Por el contrario, las personas que desarrollan Diabetes Tipo 2 a pesar de tener
simplemente sobrepeso o dentro de un rango de peso normal, como en Asia, presentan obesidad
visceral y depósito de grasa ectópica y masa muscular reducida, lo que en conjunto resulta en un
IMC normal o casi normal[ CITATION Kol17 \l 10250 ]. En el estudio de manera llamativa, también
se observó un aumento sustancial de casos de diabetes tipo 2 sin distinción de edad en las últimas
décadas en países en los que no ocurrieron cambios importantes en la disponibilidad de
alimentos, como en Europa Occidental[ CITATION Kol17 \l 10250 ].
Esto sugiere que factores ambientales y de estilo de vida adicionales contribuyeron al aumento del
riesgo de diabetes tipo 2.
Para una mayor comprensión de los factores que determinan a aparición de la Diabetes tipo 2 se
los agrupa de factores de riesgo modificables y factores de riesgo no modificables.
Ambiente intrauterino. Se ha determinado que sujetos con bajo peso al nacer así
como aquellos cuyas madres presentaron diabetes gestacional tienen un riesgo
aumentado de DM2[ CITATION Pal12 \l 10250 ].
Edad y sexo. A medida que avanzamos en edad aumenta el riesgo de DM2, sin
embargo, en los últimos años se ha visto una disminución en la edad de aparición
en adultos jóvenes y adolescentes. En general, la prevalencia de DM2 es mayor en
mujeres que en hombres[ CITATION Pal12 \l 10250 ].
Figura 1: Los factores del estilo de vida de los prodiabéticos se dirigen a las redes reguladoras, adaptado de [ CITATION
Kol17 \l 10250 ]
La insulina es una hormona anabólica secretada por las células β del páncreas como
respuesta a diversos estímulos, siendo la molécula más relevante: la glucosa. Tiene por función
principal mantener la homeostasis glicémica y de otros sustratos energéticos[ CITATION Gro14 \l
10250 ]. De este modo, posterior a cada comida, la insulina inhibe la liberación de ácidos grasos
libres al mismo tiempo que favorece la síntesis de triglicéridos en el tejido adiposo. Por otra parte,
la insulina suprime la producción hepática de glucosa, al tiempo que promueve la captación de
glucosa por el tejido muscular esquelético y adiposo[ CITATION Gro14 \l 10250 ]. Al existir un
estado de resistencia a la insulina, la acción de esta hormona a nivel celular está reducida, lo que
aumenta la secreción de insulina. Esto permite compensar el defecto en la acción tisular y así
mantener la homeostasis glicémica. Bajo estas condiciones se instaura un estado
hiperinsulinémico, el cual es característico en sujetos con RI, particularmente después de la
ingesta de una cantidad considerable de carbohidratos[ CITATION Car13 \l 10250 ].
Para que los lípidos se acumulen en tejidos ectópicos, debe existir un desequilibrio entre la
captación y oxidación de ácidos grasos que permita su acumulación en células de tejidos
específicos. Individuos con RI tienden a caracterizarse por una menor densidad mitocondrial y
síntesis de ATP en músculo esquelético[ CITATION Car13 \l 10250 ]. Basado en esta evidencia,
algunos autores han propuesto la existencia de una disfunción mitocondrial en músculo
esquelético de individuos con RI, lo cual determinaría una menor capacidad oxidativa de ácidos
grasos y, en consecuencia, su acumulación intracelular[ CITATION Car13 \l 10250 ]. Sin embargo,
aún es necesario ahondar en los mecanismos fisiopatológicos que conllevan a la acumulación de
lípidos en áreas ectópicas como el musculo esquelético.
Por otro lado, se conoce que los lípidos, interfieren en la señal insulínica. Esto conduce a la
pregunta de cuál u cuales especies lipídicas ejercen dicho efecto. Dado que los triglicéridos
acumulados en músculo esquelético poseen una actividad biológica neutra, es decir, no interfieren
en la actividad de proteínas, otras especies lipídicas debieran dar cuenta del efecto deletéreo
sobre la señal insulínica. En este sentido, los diglicéridos o ceramidas han mostrado estar
aumentados en músculo esquelético de sujetos con resistencia a la insulina.
La RI mediada por lípidos también posee un nexo con la inflamación. En efecto, los ácidos
grasos libres circulantes constituyen un estímulo pro-inflamatorio, dada su capacidad de unirse a
receptores de membrana como TLRs (Toll-like receptors). Estos receptores median la respuesta
inmune innata. La activación de TLRs activa al NFêB, con la consiguiente liberación de citoquinas
pro-inflamatorias. Estos receptores no son exclusivos de células inmunes, también se expresan en
adipocitos, representando un nexo entre el exceso de nutrientes, en este caso lípidos, la
inflamación y la inducción de la RI [ CITATION Var12 \l 10250 ].
La diabetes tipo 2 se asocia con una falta de adaptación al incremento en la demanda de insulina,
además de pérdida de la masa celular por la glucotoxicidad. Además, el receptor a insulina
presenta alteraciones en su función. Cuando la insulina se une a su receptor en células del
músculo, inicia las vías de señalización complejas que permiten la translocación del transportador
GLUT4 localizado en vesículas hacia la membrana plasmática para llevar a cabo su función de
transportar la glucosa de la sangre al interior de la célula. La señalización del receptor termina
cuando es fosforilado en los residuos de serina/treonina en la región intracelular para su
desensibilización, y finalmente esto permite la internalización del receptor[ CITATION Cer13 \l
10250 ].
Cabe señalar que el conocimiento de la fisiopatología de la diabetes va del triunvirato
hasta el octeto ominoso lo cual está relacionado con insuficiencia de las células β del páncreas,
aumento en la secreción de glucagón, mayor gluconeogénesis, incremento de la lipólisis,
resistencia a la insulina, disminución del efecto incretina, disminución de la captura de glucosa a
nivel periférico, mayor reabsorción de glucosa a nivel renal y alteraciones de los
neurotransmisores[ CITATION Yap17 \l 10250 ], como se aprecia en la figura 2
IX. CONCLUSIONES
Reconocer que la diabetes es una enfermedad crónica, que no tiene
curación en el momento actual, pero que se puede controlar con
medicamentos, un buen control de los niveles de glucosa en sangre,
adaptado a la edad y las condiciones generales del paciente.
Tener en cuenta que los hábitos dietéticos inadecuados, el sobrepeso,
el sedentarismo, la dislipidemia, la HTA y los factores genéticos
constituyen la base para la insulinorresistencia y el síndrome
metabólico que epidémicamente está afectando a la población mundial
y muy especialmente la latinoamericana.
Es importante diferenciar a los dos tipos de diabetes por ejemplo la
diabetes tipo 1 se caracteriza porque tiene mayor incidencia entre los
jóvenes y los niños. En este tipo de diabetes, el propio sistema
inmunitario del paciente produce una destrucción de las células beta
del páncreas, lo que origina una deficiencia total de insulina. Mientras
que la diabetes tipo 2 se desarrolla con mayor frecuencia en personas
adultas y mayores, se produce por una resistencia periférica a la
insulina.
La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad con elevada
morbimortalidad. Sin embargo, su diagnóstico temprano y la
prevención de los factores de riesgo asociados (hipertensión arterial,
dislipidemia, obesidad, tabaquismo), retrasan la aparición de las
complicaciones crónicas y todos los riesgos que conllevan, promoviendo
una calidad de vida más saludable de los pacientes diabéticos.