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Dice Julio Ramón Ribeyro: Literatura es afectación.

coloquial– constituye a la postre una afectación a la segunda


Quien ha escogido para expresarse un medio derivado, la potencia. Tanto más afectado que un Proust puede ser un Céline
escritura, y no uno natural, la palabra, debe obedecer a las reglas o tanto más que un Borges un Rulfo. Lo que debe evitarse no es
del juego. De ahí que toda tentativa para dar la impresión de no la afectación congénita a la escritura, sino la retórica que se añade
ser afectado –monólogo interior, escritura automática, lenguaje a la afectación.

DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021

NOVELA >> AMAR A OLGA, PUBLICADA EN ESPAÑA


Poeta, cronista y vuelta, me iba al balcón, me quedaba
mirando los árboles de la calle y es-
novelista, Gustavo cuchaba los gritos, las detonaciones,
las ambulancias. Miraba las estre-
Valle (1967) acaba de llas, me fumaba un cigarrillo y, sin
publicar su tercera demasiado dramatismo, pensaba en
lo infeliz que era” (p. 13).
novela, Amar a
Tenemos a lo largo de la novela,
Olga (Editorial Pre- pues, una ceñida correspondencia en-

Textos, España, tre la vida privada y la pública, bino-


mio en el cual un término convierte
2021). Entre otros, al otro en oscura superficie especular
o, acaso, intrincado objective correla-
ha sido reconocido tive como los descritos por T. S. Eliot3.
Pero el nexo, como he adelantado, se
con los premios hará incluso tangible, cruel, cuando

de Novela Adriano el protagonista, en su intento de recu-


perar el amor adolescente que perdió,
González León, sufra en carne propia –con ominosas
cortesías automotrices (pp. 176-177)–
Premio Transgenérico las consecuencias de transgredir la
autoridad en una Venezuela descrita,
y el Premio a la a la postre, como “inframundo de mi-

Crítica que otorga el litares armados hasta los dientes” (p.


199). El lazo de Olga con ese averno
portal Ficción Breve adensa la lobreguez de la anécdota.
Por lo anterior se deducirá que el
Venezolana correlato objetivo, si llegase a hacer
explícito sus roces con un ideario –
imposible aislar la “República Boli-
MIGUEL GOMES variana” de ellos–, corre el riesgo de
degenerar en alegoría, es decir, un

D
e las muchas virtudes que género que Gordon Teskey ha carac-
pueden destacarse en la ter- terizado como “logocéntrico por ex-
cera novela de Gustavo Valle, celencia”4 y Michael Ryan emparien-
Amar a Olga (2021), resaltaré ta con formas de conservadurismo5.
la concepción de sus personajes, en Cuando un literato diseña una ale-
particular, el narrador protagonista. goría –en especial si esta atañe a lo
En una tradición como la venezolana, nacional– erige, asimismo, un puente
donde ha predominado durante casi entre los dominios artísticos y un sa-
dos siglos la extraversión, alivia en- ber que, concebido como superior a lo
contrar una escritura impulsada por estético, otorga un crédito más propio
un fervor introspectivo. del campo del poder que del campo
El libro, en efecto, pertenece al lina- cultural. Umberto Eco equiparó el re-
je, no abundante aunque sí crucial, de gistro alegórico a un instrumento pri-
la novela y el cuento nacionales, que vilegiado de “imperios o teocracias”6:
acentúan los avatares de la vida inte- no es casual su consustanciación con
rior y de la sensibilidad de sus prota- la retórica del chavismo.
gonistas, convertidos, así, no en sim- GUSTAVO VALLE / ©VASCO SZINETAR Precisamente en esta coyuntura se
ples marionetas ideológicas del autor, percibe lo mejor de Valle como nove-

Gustavo Valle, cartógrafo


no en tipos que representan “nues- lista: su capacidad de no quedar atra-
tra” realidad con aspavientos didác- pado en las trampas que él mismo ha
ticos o salvacionistas, sino en criatu- ido tendiendo para cazar lecturas
ras próximas a la condición humana, naïves y adocenadas. Si los patrones
literarios latinoamericanos invitan

de la experiencia
dotadas de autonomía. Me refiero a la
verosimilitud psicológica que llevaba a constantes alegorizaciones de la
a E. M. Forster, en su clásico Aspects nación, y lo hacen muchas veces va-
of the Novel (1927), a entrever seres liéndose de tramas erótico-familiares
ficticios “llenos de espíritu de motín”, que les sirven de contrapunto, Amar
que acuden cuando el arte los invoca, a Olga infunde un grado de autono-
pero, debido a sus numerosas analo- (del todo) entregados a la ficción: las desintegraciones y la acumulación de inquietud cuando el narrador vincu- mía forsteriana a su protagonista que
gías con la gente que conocemos, “in- memorias o los diarios íntimos. ruinas materiales o simbólicas, mien- la con una “maldición” la historia de inhabilita los catecismos. Esa presun-
tentan vivir sus propias vidas y, por El auge simultáneo de una narrati- tras que la única fuente restante de va- su amor juvenil: “A veces pienso que ción comienza, para quienes estén al
consiguiente, suelen traicionar los va psicológicamente realista y varian- lores y, sobre todo, de dirección para la Olga es un espejismo […], una eva- tanto de la carrera de Valle, con la
lineamientos del libro, como si se le tes de la autobiografía quizá se expli- existencia se encuentra todavía en la sión […]. Escapo hacia ella, que es ruptura de un esquema intertextual
escaparan al autor o se escabulleran que por factores contextuales. Lo que familia, en el Eros o en la delicada tra- como sumergirme en el fondo de un que se mantiene con fuerza solo has-
de sus intenciones”1. Algo de esa in- apunto despliega presupuestos que ma de la amistad. Una red, en suma, lago, huyendo de la rutina, del has- ta el desenlace de esta novela. Me re-
dependencia se capta, por ejemplo, en considero necesarios para abordar donde nos recuperamos, nos reorgani- tío o de mi país maldito” (p. 11). Lue- fiero a que su abordaje, después de
el Alberto Soria de Ídolos rotos (1901), una novela como Amar a Olga. En la zamos, recobramos el aliento impres- go, ciertos indicios que surgen en la haber leído las incursiones previas
y se deduce por las reacciones des- minuciosa (re)invención de la subje- cindible para volver en algún mo- descripción de la gris cotidianidad y del autor en el género, no deja de
encontradas de sus críticos: un gru- tividad o la del Sí Mismo puede latir mento al exterior. La novela de Valle la carencia de atracción por Marina, suscitar interpretaciones y vueltas
po se ha empeñado en identificar las una necesidad de hallar soluciones pa- retrata ese flujo y reflujo de espacios. su mujer, coinciden con el triste pa- de tuerca que corroboran una inge-
actitudes de Soria con las de Manuel ra una de las mayores crisis culturales En Amar a Olga dos géneros princi- norama de Venezuela: “nos íbamos niosa pugna con lo doctrinario.
Díaz Rodríguez, pese a que, por diver- venezolanas de entre milenios: la pér- pales se alían: la narrativa de forma- a la cama y, si no había corte de luz,
sos testimonios, otros aseguran que dida de la fe en al menos dos grandes ción y la sentimental –esta, no en su que era muy frecuente, hacíamos za- (Continúa en la página 2)
se trata exactamente de lo contrario, discursos que cristalizan en la esfera modalidad española antigua, sino en pping” (p. 12). Finalmente, junto a
un modelo de conducta opuesto a las de la modernidad y que implican refe- la dieciochesca de Richardson, Goethe las contingencias de la midlife crisis 1 E. M. Forster, Aspects of the Novel, New
creencias personales del novelista. rencias identitarias colectivas bajo el o Choderlos de Laclos, con las técni- del protagonista, se perfila con igual York: RosettaBooks, 2002, p. 48.
Allí se verifica un genuino triunfo de signo de la nación. Uno es el del pro- cas epistolares minimizadas, aunque detalle una sociedad devorada por la 2 Fernando Coronil, The Magical State: Na-
la ficción gracias al realismo psicoló- greso indetenible del país asegurado no elididas, gracias a esporádicos gui- violencia y el caos: ture, Money and Modernity in Venezuela,
gico: Soria permanece indócil a enca- por sus hidrocarburos –la “magia” ños: “en este magro colchón lloré mu- Chicago: The University of Chicago Press,
sillamientos, indócil a empleos ancila- estatal estudiada por Fernando Coro- chas veces la ausencia de Olga y tam- “¿Qué pensaba Marina al cerrar los 1997.
res de la narrativa sea con propósitos nil2– y el otro es el de la perseverante bién emborroné algunas páginas con ojos […]? Los ruidos de la calle tras- 3 T. S. Eliot, “Hamlet and His Problems”,
nacionalistas, filosóficos o propagan- monumentalización de la génesis de la pensamientos, versos incompletos y pasaban la ventana: gritos lejanos, The Sacred Wood and Major Early Essays,
distas. En tiempos recientes, se divi- patria como baluarte de su continui- cartas sin destinatario” (p. 65). No detonaciones de armas de fuego, la Mineola, NY: Dover Publications, 1998,
san logros similares en no pocas obras dad –la índole de fetiches que adquie- obstante, el trasfondo político de los sirena de una ambulancia o de una pp. 55-59.
de Francisco Massiani, Antonio López ren los héroes de la Independencia en acontecimientos centrales no se pier- patrulla […]. Al cabo de unos minu- 4 Gordon Teskey, Allegory and Violence,
Ortega, Alberto Barrera Tyszka, Juan el neocaudillismo chavista. De ser ello de jamás de vista, hasta la colisión de tos, ella se daba vuelta, me ofrecía su Ithaca: Cornell UP, 1999, p. 3.
Carlos Méndez Guédez, Gisela Kozak, correcto, la actual exploración de lo dominios narrativos en el clímax de la espalda y conciliaba el sueño. Yo me 5 Michael Ryan, Politics and Culture, Bal-
Óscar Marcano, Krina Ber, Enza Gar- privado y de la vida interior se debe novela. quedaba con los ojos abiertos pen- timore: The John Hopkins UP, 1989, pp.
cía Arreaza y Pedro Plaza Salvati, en- a una estructura afectiva que permi- Al principio, ese horizonte conflicti- sando [en] los años que me queda- 116-120.
tre otros. Y la profusión que se advier- te a numerosos escritores intuir que vo es, si no enigmático, simplemente ban por delante, tomando en cuenta 6 Umberto Eco, Opera aperta. Forma e in-
te en las últimas décadas homologa la la vida colocada en el ámbito público fragmentario o metafórico. Ya el se- que ya había sobrevolado los cua- determinazione nelle poetiche contempo-
de otra constelación de géneros no se desvanece entre sucesivos colapsos, gundo párrafo nos sitúa en una vaga renta […]. Me levantaba, daba una ranee, Milano: Bompiani, 1962, p. 7.

Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021

NARRATIVA >> LA MÁS RECIENTE NOVELA DE GUSTAVO VALLE

Amar a Olga
El que sigue es el fragmento inicial de Amar a Olga (Editorial
Pre-Textos, España, 2021)
GUSTAVO VALLE litros hasta desquiciarse. Un tipo que do en el que dos veteranos amantes
no se atreve a arrojarse por la ven- se hallan separados por menos de un
Es salvaje esta manera de arrojar- tana, pegarse un tiro o tomarse tres metro de distancia. Apagábamos la
me al pasado. cajas de ansiolíticos. Su tentativa está luz, nos dábamos las buenas noches
A veces pienso que Olga es un espe- unida a la muerte, pero de una for- con tono lúgubre y nos entregába-
jismo en medio del desierto, una eva- ma oblicua; del balazo lo separa una mos a la anhelada soledad que pre-
sión, un camino de ida, un sueño de metáfora. Es una experiencia de pa- cede al sueño. ¿Qué pensaba Marina
esos que se olvidan al despertar. Es- rálisis o éxtasis con la que accedo a al cerrar los ojos en medio de aquella
capo hacia ella, que es como sumer- un estado en el que no puedo pensar oscuridad? Los ruidos de la calle tras-
girme en el fondo de un lago, huyen- más que en ella, como si la manera pasaban la ventana: gritos lejanos,
do de la rutina, del hastío o de mi país que tengo para desprenderme del in- detonaciones de armas de fuego, la si-
maldito. creíble poder que ha cobrado en mi rena de una ambulancia o de una pa-
Duermo siete horas diarias junto vida sea convertirla en mi adicción trulla. Y luego, al cabo de unos minu-
con Marina, vemos televisión en una más cobarde, en la excusa para un tos, ella se daba vuelta, me ofrecía su AMAR A OLGA / © PRE-TEXTOS
postura semejante al abrazo, vivo en estallido que termine por romper el espalda y conciliaba el sueño. Yo me
un departamento estrecho, tengo un puente que me une a ella. quedaba con los ojos abiertos pensan- ta como si salivara cada palabra que era nada más y nada menos que Olga.
pequeño Fiat y una vez al año nos va- Si el amor es el proceso mediante el do en las reseñas que debía entregar decía. ¿Por qué aferrarme al pasado y no
mos Marina y yo de vacaciones. cual una persona intenta conocer a para la enciclopedia española, en el Después comencé a pensar en ella al futuro? El futuro también es un
Trabajo desde casa para una enci- otra, las parejas veteranas, después pago del alquiler, o me hacía pregun- de manera más deliberada. La pri- escape; siempre más allá, turbio e
clopedia digital española redactan- de varios años intentándolo, convier- tas acerca del futuro y los años que mera vez fue en la cama, justo antes incomprensible, esperándonos con
do contenidos. Eso me garantiza una ten ese proceso en certeza y creen me quedaban por delante, tomando de dormirme. Marina había termina- el resto de las piezas que faltan. ¿No
modesta cifra mensual en euros con que la persona que está a su lado ya en cuenta que ya había sobrevolado do de leer una de sus novelas rusas, debería pensar en eso, en la manera
la que enfrento la hiperinflación y el no los sorprenderá más. Lo viven con los cuarenta. Con frecuencia me le- apagamos la luz y nos dimos las bue- de ir recolectando esas piezas para
desabastecimiento. la satisfacción de haber alcanzado, fi- vantaba, daba una vuelta, me iba al nas noches. Yo giré hacia el costado ponerlas en el lugar indicado en vez
Tengo una vida sexual sin estriden- nalmente, un tiempo de bienestar, sin balcón, me quedaba mirando los ár- izquierdo y me quedé mirando cómo de estar viajando en el tiempo en
cias, sin fantasías demasiado especta- demasiados miedos ni riesgos. Sus boles de la calle y escuchaba los gri- la luna penetraba los agujeros de la busca de una mujer que conocí hace
culares, sin dildos ni juguetes de colo- emociones se nivelan dulcemente en tos, las detonaciones, las ambulan- persiana. Y allí, encima de esa super- más de treinta años? Me consuela
res, pero una vez a la semana alcanzo la cotidianidad, y se entregan a un de- cias. Miraba las estrellas, me fumaba ficie que parecía un colador lumino- pensar que la única manera de ir
un orgasmo honesto y me esfuerzo venir sin resistencias para hacer de un cigarrillo y, sin demasiado drama- so, Olga se proyectó de manera frag- hacia adelante es dejar bien atado
para que Marina también lo alcance. sus costumbres una materia confor- tismo, pensaba en lo infeliz que era. mentada, como un rompecabezas que todo atrás, aunque esto es un inútil
Entonces, ¿por qué esta obsesión table de la que sentirse orgullosos. Primero se me apareció como en no consigue unir todas sus partes. consuelo porque el pasado está
por mi pasado, y especialmente por Fueron muchas las noches que ce- viejas fotografías o escenas prove- En los días sucesivos se manifestó desatado por naturaleza; el pasado
un pasado en el que una mujer remo- namos en silencio, sin vernos a la ca- nientes de un lugar remoto. Al prin- en las situaciones más inesperadas: está siempre desligado. Si no,
ta, demasiado perdida en el tiempo, ra, mirando nuestros celulares, espe- cipio no sabía de qué se trataba, si era cuando cortaba cebollas para una ¿para qué existe la memoria, que
casi invisible, se convierte en rando que el otro se llevara el último un sueño, una fantasía o un recuer- salsa de tomate, mientras leía una no- vuelve siempre a él con la ridícula
algo absoluto y necesario? bocado y así levantar la mesa, lavar do. Eran imágenes inconexas que vela de Julián Barnes o en la ducha pretensión de resucitarlo, y hasta
Mi mente puesta casi exclusivamen- los platos y dar todo por concluido. parecían arrancadas de una obra de cuando cerraba los ojos para aplicar- de recomponerlo? ¿Cómo sería
te en la recuperación de Olga oculta Luego nos íbamos a la cama y, si no teatro o una película muda. Y tras me el champú. Aparecía desenfocada, un mundo sin memoria? ¿Tiene
una agenda autodestructiva. Como el había corte de luz, que era muy fre- recuperar la atmósfera que servía de imprecisa, sin definir sus rasgos, pe- memoria la montaña, el mar, el
alcohólico que esconde detrás de su cuente, hacíamos zapping en busca contexto, vinieron los sonidos: sus ro yo tenía la plena certeza de que esa viento? Sospecho que no, y sin
vaso de whisky el verdadero propó- de un canal de cable para entretener- pasos al caminar en el piso de grani- mujer que de pronto comenzó a inva- embargo la montaña sigue allí, las
sito que lo lleva a consumir litros y nos o disfrazar ese momento incómo- to de la casa de su madre, su voz len- dir mi imaginación sin pedir permiso olas continúan y el viento no cesa.

Gustavo Valle, 17), en vías de divorcio el apremio re-


surge, pero lo hace con los agobios de
cribe –subrayo– como “delgada, de
dedos esqueléticos, suaves y de yemas

cartógrafo la mitad de la vida, reconociéndose


en una selva oscura o una waste land:
redondeadas. Sostuve esa mano du-
rante más tiempo del aconsejable.
Era […] el remo de un barco que me
de la experiencia “Mis manos se agitan debajo de mis estaba llevando lejos” (p. 203). ¿Cómo
pantalones con más fruición que de interpretar lo que las imágenes insi-
costumbre. A pesar del placer que núan? ¿Se distancia el protagonista
(Viene de la página 1) me proporciona masturbarme, a de la infelicidad o debemos inferir el
pesar de que me traslada a un esta- vaticinio de tragedias mayores?: la se-
Los argumentos de dichas incursio- do de frenesí […], siento una resaca ñorita Muerte tal vez esté dándole un
nes postulan un perpetuum mobile. Si […], como si del otro lado del placer apretón de manos a quien se ha visto
Bajo tierra (2009) era una novela del me esperara la decepción […]. No en trances mortales arrastrado por
descenso a las regiones infernales de tiene que ver con la culpa […], sino el amor, o lo que pensaba que lo era.
Caracas, donde la problemática his- con el baldío que aparece luego del El papel de la incertidumbre es in-
toria ancestral se confabulaba con espasmo y que solemos camuflar volucrarnos en la virtual reescritura
el presente catastrófico –los deslaves cuando estamos acompañados […]. de esta novela, ya que cuando un tex-
de Vargas– y con lo mítico –indígena El agujero anímico que me sobre- to literario se lee a fondo empieza de
o clásico–, Happening (2014) nos en- viene se asocia […] con la ausencia verdad a existir. Por algo el narrador
frentaba con una fuga, tras un acci- de placer ajeno” (p. 100). creado por Valle se abstiene de revelar
dente de tránsito, por la geografía MIGUEL GOMES / ©VASCO SZINETAR su nombre hasta la última línea: exen-
del país, con un ulterior derrumbe En el pasaje se aprecian las vacila- to de referente específico, podemos
de los parámetros usuales de la iden- en nosotros el narrador es a duras matrimonio con Marina haya llega- ciones a las que aludo, un personaje ocupar más cómodamente el lugar de
tidad personal y el sentido en gene- penas cuestionable, pronto el dato de do a un callejón sin salida donde hay desgarrado entre la ceguera y la luci- enunciación. De allí la empatía que he
ral. La tercera novela nos hace creer que se encuentra nel mezzo del cam- insatisfacción de las dos partes y que, dez, entre la incomprensión y la reso- mencionado líneas atrás; aunque tam-
que prolonga el arco de las preceden- min nos obliga a preguntarnos, a pe- fatalmente, vaya a concluir, no resul- lución de sus conflictos. bién ello explica que nos urja auscul-
tes y que una voluntad alegórica la sar de la versión que él nos ofrece de ta tan sensata la imperiosa necesidad Sea como sea, si la inmadurez lo tar la ambivalente personalidad con la
empuja ahora hacia un origen indi- los acontecimientos, si su problema de desenterrar un romance termina- persigue –cabe reparar adicional- que estamos tentados a confundirnos:
vidual y comunitario: “Es salvaje es- mayor como individuo no se localiza do hace lustros, exhumarlo incluso mente en la cualidad “serial” de sus una de las más altas misiones del ar-
ta manera de arrojarme al pasado” en una falta de coraje para admitir con una tenacidad detectivesca, que a pasiones, no agotadas con Marina y te es conducirnos por un camino in-
anuncia la primera línea. No obstan- las limitaciones de la madurez. Astu- cierta altura pondrá en riesgo las vi- Olga–, Valle jamás recae en el error terior donde los dilemas de la ficción
te, descubriremos que la búsqueda de tamente, el novelista incita en su lec- das tanto de Olga como de su ex y nue- de juzgar a su protagonista, labor se traduzcan en los de nuestra propia
Olga, el viejo amor, será el prólogo a tor dos respuestas simultáneas: soli- vo pretendiente. que reserva para nosotros y para vida, descubriéndonos zonas del alma
otro viaje, mucho más radical que darizarse con un personaje doblegado Para propiciar esa lectura menos nuestro desconcierto, puesto que, que no habíamos vislumbrado, conte-
los hasta ahora novelados por Valle, por la fuerza inexorable de un amor superficial, Valle disemina pistas de por más hipótesis que formulemos, nidos que nuestra conciencia niega.
puesto que desborda el territorio de “romántico” y someter a un cautelo- un cuadro psicológicamente regre- no alcanzaremos una ley. En par- Que el protagonista en esta oportuni-
la patria. El ejercicio de arqueología so escrutinio la obcecada vuelta a la sivo que nos impiden reducir la voz te, porque el narrador es, sin duda, dad se llame como el protagonista de
afectiva se transforma en una deriva adolescencia de un cuarentón. El na- del protagonista a la de un “héroe” una víctima indiscutible de circuns- una novela previa del autor indica que
o un detonante del desarraigo, con rrador, en pocas palabras, es una cria- de folletín y nos obligan a notar en tancias fuera de su dominio –para no se trata de un dispositivo no acciden-
avión de por medio. Venezuela de- tura al menos doble y Amar a Olga se él la complejidad, las ambigüedades ir muy lejos, cuando el militarismo tal, integrado sin demasiadas intermi-
ja de actuar como centro del Logos altera según la lectura sea heurística de un personaje verosímil. Su entre- corrupto los acose a él y a Olga–; y, siones en una poética más allá de los
novelesco. –adoptando, sin más, la versión del ga a la masturbación compulsiva, por no menos, porque, tras lo que supo- confines de un solo libro.
Además de lo anterior, que implica narrador– o hermenéutica –evaluan- ejemplo, desempeña esa función. Si nemos un fracaso afectivo abruma- Ese discreto milagro de ponernos a
desistir de una macroalegoría “galle- do esa versión como proveniente de al principio es un signo de mocedad, dor, da la impresión de resarcirse dialogar con una experiencia pura,
guiana” –recordemos el inventario te- una fuente no del todo confiable, lo cuando aún no se materializaban sus prestamente, en un viaje físico que transpersonal, únicamente ocurre
lúrico de las obras de nuestro clásico: que exige un cotejo más activo, más deseos con Olga –y nótese el léxico a lo sacará del “inframundo” (pp. 200- cuando el talento de un auténtico ar-
novelas del llano, del macizo guaya- incisivo, de la expresión y los hechos. propósito infantil: “Antes de su apari- 203). Pero, de esforzarnos en censu- tista, eludiendo las seducciones del
nés, del desierto de la Guajira, etcéte- No cuesta demasiado observar que las ción yo no era más que una eficiente rarlo como un tránsfuga emocional, sermón laico, lo permite. Y es lo que
ra–, ¿por qué atribuyo tales rupturas reacciones de ese personaje se ajustan máquina masturbadora. Las constan- cuyo loco amor previo no era, a fin acontece con Amar a Olga, en cuyas
a una ficción emancipada de rígidas a lo que el psicoanálisis considera un tes erecciones me provocaban moles- de cuentas, tan trágico, la ironía, la absorbentes páginas Gustavo Valle
pautas morales o cívicas? Por el mo- mecanismo de defensa, la regresión, tias, y al caminar debía dar saltitos pincelada siempre sutil del novelista confirma lo que muchos habíamos
do en que Valle suma la narración en que el sujeto involuciona a etapas […]. Sentado en el pupitre de la es- que se vale del narrador en primera percibido desde hace más de un de-
en primera persona y las peripecias. ya superadas en su desarrollo psíqui- cuela, escapaba al baño para frotar persona, no ha de soslayarse; la ma- cenio: estamos ante un escritor vene-
Si al inicio la simpatía que despierta co. Y, si bien puede aceptarse que el con desesperación mi piripicho” (p. no del nuevo objetivo erótico se des- zolano fundamental.
EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021
Papel Literario 3

ENSAYO >> SOBRE BAJO TIERRA, PRIMERA NOVELA DE GUSTAVO VALLE


LUIS MANCIPE

I
No tengo manera de saber cuántas ve-
ces he leído el capítulo “1”, pero pue-
do decir que recuerdo con precisión la
primera vez que lo hice.
Estaba entonces en segundo semes-
tre de la universidad, recorría los rin-
cones de Caracas recolectando libros
de manera compulsiva, algunos inclu-
so con plena consciencia de que no se-
rían leídos jamás, o que en todo caso
tenían un lugar reservado entre las
últimas prioridades de mi futuro. Me
lanzaba al puente de la Avenida Fuer-
zas Armadas, por ejemplo, y hurgaba
entre montones de libros. En algunos
puestos los exhibían desparramados
sobre las mesas, o apilados en cajas,
o directamente en el suelo, formando
un desastre imponente –recuerdo una
ocasión en la que, escarbando, metí la
mano en las entrañas de aquellas mon-
tañas de papel, y de pronto sentí algo
peludo con la punta invisible de mis
dedos, y me espanté al levantar un par
de títulos y descubrir un conejo muer-
to, gris y aún caliente. Por supuesto
que otras experiencias en El Puente
fueron menos escalofriantes, pero de
esta anécdota brota cierto reflejo del
relato sobre el que escribo en esta oca-
sión, ya hablaré de ello más adelante.
Mis búsquedas no se limitaban a aque-
lla fuente magmática del Centro, tam-
bién me paseaba entre los libreros del
pasillo de Ingeniería de la UCV, o visi-
taba el puesto de Víctor, en la entrada
de Plaza Venezuela, a los libreros que
se ponían con una manta en la super-
ficie de la estación del metro de Bellas
Artes, por Parque Central, y del mis-
mo modo, voraz, con dieciocho años,
me metía en todas y cada una de las
librerías que encontraba. Estaba for-
mando mi biblioteca, ya no solamente
le robaba libros a mis padres.
Un día cualquiera caminaba por Sa-
bana Grande y entré en la librería El
mundo del libro. Después de pasar un
rato revisando títulos familiares, cu-
yas portadas me resultaban reconoci- LEER Y AMAMANTAR / ©MICHELLE OZZA
bles a simple vista, de pronto apare-

Capítulo “1”
ció una tapa que llamó mi atención, y III La negra, migrante, guardiana del
cuyo hallazgo haría de aquella tarde Para redondear, por cuestiones de lon- hotel, a cambio de unos pocos dóla-
una de las inolvidables. gitud –este ensayo se queda corto y se res –siempre para descender hay que
Bajo tierra, se leía bajo la palabra podría decir mucho más sobre esta ofrecer algo a cambio– les permite a
Valle –el apellido de su autor. An- obra–, me limitaré a señalar un par de Gloria y Sebastian ir hasta la jaula
tes de enterarme de que había sido cosas sobre el hotel Teresa, ese portal donde vive Mawari –aquel viejo ex
decadente del descenso y la relación chamán nacido en el Delta del Orino-
ganadora del desaparecido premio
bienal de novela Adriano González
“la relación que hay entre lo que ‘está que hay entre lo que “está debajo de co, que en un principio creyeron pro-
León (2008), me aventuré a comenzar
la lectura. Copiaré a continuación el
debajo de nuestros pies’ y lo que puede nuestros pies” y lo que puede haber
debajo de los libros.
veniente de Asia, y que, quizá, en un
principio lo fue...las teorías del Estre-
primer párrafo –ese que para toda haber debajo de los libros” Aquel conejo muerto que me encon-
tré en El Puente, guarda en mi me-
cho de Bering o el viaje de Kon-Tiki
plantean que los primeros poblado-
novela es determinante, y del cual
depende, casi siempre, que le entre- moria cierto espejismo con el límite, res de América vinieron de Oriente–,
guemos a un libro las siguientes ho- es otra cosa. Contar una historia es, y no todos, por supuesto, son agrada- el umbral, que atraviesan los perso- donde por primera vez hablarían del
ras de nuestra vida. en el fondo, un trabajo imposible” bles. Lo que más disfrutaba de esto era najes de Bajo tierra para adentrarse viaje.
(Valle 10). sentir que lo que en las clases de Teo- en esos caminos subterráneos, a los Bajo tierra se encontrarán no solo
“Hay mucha gente buscando a otra ría literaria llamábamos “posible no que también yo accedí, como muchos con sus fantasmas –Sebastian, sin ad-
gente y eso se siente, de verdad que II realizado” para referirnos a la ficción, otros lectores, a través del papel. mitirlo, o con dificultad para hacerlo,
se siente. Explicar esto no tiene im- El arte de la novela, ya desde la Odi- a veces tenía un lugar en el mundo, y va tras la huella de su padre, al igual
portancia. Las cosas perdidas sue- sea, exige –así lo entiendo yo– un re- en Caracas mi cuerpo podía palparlo. “Abrimos la pesada puerta de hie- que Gloria busca, aparentemente de
len llevarse consigo el motivo de su conocimiento a los muertos. Entre Así, cuando leía los recorridos de Se- rro [del Teresa]. Tras la puerta apa- manera inconsciente, o al menos se-
pérdida, y si las recuperamos suele las muchas diferencias que puede ha- bastian junto a Gloria, mientras per- reció un oscuro pasillo, flanqueado creta, respuestas en relación al suyo,
ser demasiado tarde para reclamar ber entre lo épico de la Ilíada y lo no- seguían a Mawari –Gloria y Mawari con paredes de cerámicas mancha- y Mawari va tras los pasos (él es el
explicaciones” (Valle 9). velesco de la Odisea, una de las más son personajes secundarios, pero cen- das. No colgaba, ni de las paredes ni único que parece tener esto claro) de
importantes es la nekya –los sacrifi- trales a ratos, incluso más que el pro- del techo, una sola lamparita. Solo su esposa y su hijo. En la topogra-
Si bien en los primeros semestres de cios, la sangre, miel y vino, que ofrece pio narrador, sobre todo en la trama unos hilitos de luz entraban por el fía de las cuevas encontrarán olores
la universidad procuraba no descui- Odiseo sobre las aguas del mar para del descenso: la “historia” que se nos dibujo de la herrería que tenía la nauseabundos, mares de insectos,
dar la atención de las lecturas que me invocar y conversar con algunas al- cuenta–, y pasaban por la Av. Victoria, puerta en lo alto. (...) Al terminar el mierda de ratas, hombres que crían
exigía la carrera, esa tarde, y las dos mas del Inframundo. Desde entonces la UCV, Colegio de Ingenieros, o anda- pasillo subimos por una estrecha es- estos animales, viven de ellos, y es-
siguientes, se las dediqué exclusiva- y hasta nuestros días –algunas de un ban por el Parque los Caobos, tenía la calerita, al final de la cual había una carban –esto no tiene explicación, es
mente a esta novela. modo más velado que otras– toda no- impresión de que me aproximaba, pá- negra rolliza sentada detrás de una decir, es un misterio– entre montañas
A casi diez años de esa primera lec- vela precisa de estos encuentros. La gina tras página, a lo desconocido que mesita. La mujer estaba en el centro de cartas y postales perdidas, prove-
tura, y doce de su publicación, he teni- Cueva de Montesinos, en Don Quijote, habitaba bajo mis pies. de un espacio claustrofóbico apenas nientes de todos los rincones del glo-
do oportunidad de revisitarla –no solo el descenso de Leiziaga en Cubagua, Ese fue el hallazgo que significó pa- iluminado por una linterna. Sobre bo, y que estos hombres leen tras la
su primer capítulo–, y ha sido hermo- de Enrique Bernardo Núñez. Por este ra mí Bajo tierra, cuando buscaba con la mesa había una pequeña jaula, y pista de un mito informe: la corres-
so confirmar que aquel entusiasmo – motivo, de solo leer el título, me hundí afán universitario –¡Ja, qué tierno, dentro de la jaula una rata gris tan pondencia de las migraciones de la
esa mano imaginaria que salió del pa- de lleno en la novela de Gustavo Valle. ¿verdad?– la posibilidad de un descen- gorda como su dueña. La rata emi- modernidad.
pel, me agarró del cuello y no me soltó En aquel entonces, cuando empeza- so en Caracas. tía unos chillidos cada vez que At-
hasta que por mis pupilas entrara el ba realmente a caminar mi ciudad, me La metáfora es demasiado cercana, kinson metía su dedo regordete y le IV
punto y final– no se debía solo a que apasionaba leer narrativa venezolana aún en la dislocación que implica toda acariciaba la cabeza. He dicho poco sobre muchas cosas y
yo era un muchachito impresionable. –aunque me gustaría decir que la co- metáfora: lo que ocurre en la novela, Atkinson era la trinitaria que re- quiero reiterar la insuficiencia de es-
Ahora puedo decir porqué. nozco bien, hoy más que nunca siento literalmente, es el viaje de estos tres gentaba el hotel, o que fungía de te ensayo.
Antes haré una advertencia: el rela- una deuda personal con la narrativa personajes bajo tierra, por las cuevas gerente o recepcionista o emplea- Bajo tierra fue la primera novela de
to no es perfecto. De hecho, hay partes de mi país–, y, cuando los relatos ocu- y caminos que, supuestamente, reco- da o dueña, aunque calificarla de Gustavo Valle, con ella se inauguró la
en las que se siente cierta dificultad rrían en el valle de Caracas, disfrutaba rrieron los mariches cuando huían de cualquiera de estas formas sería un promesa de su narrativa. Su siguien-
expresiva, pero eso no es algo malo, con fetiche poder levantar los ojos del los conquistadores españoles. A estos error. Su aspecto descomunal (era te novela, Happening (2015), mereció
es incluso, me atrevería a decir, un libro e imaginar –o ver, directamente– derroteros se accedía a través del hotel alta y gruesa y de cara enorme), sus el Premio Transgenérico de la Fun-
acierto. Dice Sebastián C., narrador justo la calle por la que andaba algún Teresa –un lugar que, por pudor, nun- ropas viejas y manchadas de sudor dación para la Cultura Urbana –sin
y protagonista de Bajo tierra, un po- personaje, o respirar y comprender el ca me atreví a buscar–, en Nuevo Circo. le daban una apariencia de loca. A duda el más prestigioso galardón de
co más adelante, en ese mismo primer aroma que aparecía entre las líneas no ser por la actitud frontal y desa- literatura contemporánea en Vene-
capítulo –que es, valga decirlo, una –porque las ciudades tienen olores, “—Lo que no vive arriba está aquí fiante que tenía, uno podía confun- zuela–, y recientemente –esta es ya la
poética de todo el relato: olores que les pertenecen solo a ellas abajo —dijo [Mawari] con las manos dirla con una pordiosera más” (Va- confirmación– su novela Amar a Ol-
y que a veces acuden a nosotros como en la pared—. Debajo de los ríos es- lle, 25 - 26) ga ha sido publicada por Pre-Textos,
si vinieran desde adentro, de algún lu- tán las piedras y las gentes. El hom- Lo que sigue a la caricia de Mirta editorial que cuenta con uno de los
“(...) Casi siempre ocurre así, las
gar lejano en la memoria...y esto no es bre vive encima de cosas ya pisadas, –así llamaba Atkinson a su rata– es mejores catálogos en español.
historias se cuentan solas. Uno cree
exclusivo de las ciudades que conoce- acá abajo están los años, los siglos y la conflagración de los caminos –los Revisar su obra será una labor in-
que uno es quien las cuenta, pero
mos, en las que hemos vivido; son co- la muerte. Todo está debajo de nues- destinos y los destinatarios– ocultos eludible, sirva este breve texto para
no, uno solamente las agarra, las re-
mo perfumes que emergen de la tierra, tros pies (...)” (Valle, 87). bajo la superficie. dar cuenta.
corta, pero no las cuenta. Contarlas
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021

ENSAYO >> NARRADORES PIONEROS

José Gil Fortoul,


el cosmopolita
“Gil Fortoul encara en su personaje lo que ha sido su propia vida:
una infancia y juventud en un medio muy limitado, provincial y
pobre, y el encuentro repentino con un medio riquísimo, en donde
las posibilidades de desarrollo intelectual son enormes”
EDUARDO CASANOVA a Venezuela. Había publicado varios destituido y pensó en irse a vivir a la
libros que lo convertían en uno de los Argentina y dedicarse únicamente a

J
osé Gil Fortoul, nacido en Bar- intelectuales más destacados del país: actividades culturales, pero la caída
quisimeto en noviembre de 1861 Recuerdos de París (1887), Julián (1888), de Castro y la asunción de Juan Vi-
y muerto en Caracas en julio de El hombre y la historia (1890), Filosofía cente Gómez del poder, cuando otro
1943, fue hasta presidente de la Constitucional (1890), El humo de mi pi- importante intelectual de su momen-
República, aunque el verdadero po- pa (1891), La esgrima moderna ¿Idilio? to, Francisco González Guinán, fue
der estaba en las manos de Juan Vi- (1892), Pasiones (1895). Colaborador de nombrado ministro de Relaciones Ex-
cente Gómez. Era hijo de Adelaida El Cojo Ilustrado y El Pregonero, a su teriores, hizo que lo restituyeran en
Fortoul Sánchez, barquisimetana, regreso a Venezuela dictó varias con- su cargo berlinés, en donde se quedó
descendiente de franceses con ra- ferencias en la Universidad de Caracas hasta 1909. Ese año se publicó el se-
mificaciones en Venezuela y Nueva sobre diversos temas. gundo tomo de su Historia Constitu-
Granada, y del “Pelón” Gil (José Es- A fines de 1898, el presidente Igna- cional, y a su regreso a Venezuela se
píritu Santo Gil), nacido en Aragua cio Andrade le encomendó la tarea convirtió en senador de la República, JOSÉ GIL FORTOUL / ARCHIVO
en 1821 y muerto setenta años des- de escribir una Historia de Venezue- en donde se destacó por sus propues-
pués en El Tocuyo, que mantuvo du- la para conmemorar la llegada del si- tas progresistas. En 1911 fue nombra- reanudación de las relaciones diplo- general, sus obras buscan convertir-
rante la Guerra Federal una especie glo XX. Se trata de la Historia Cons- do ministro de Instrucción Pública. máticas que llevaban diez años rotas. se en manifiestos de su posición an-
de guerrita privada con el federalista titucional de Venezuela, cuyo primer Poco después empezaría el capítu- Poco después de la muerte de Gómez te la vida, en particular Julián, como
José Félix Mora. El hijo del “Pelón” tomo fue publicado en 1907. Luego de lo más importante de su vida polí- sufrió un atentado en El Nuevo Circo dice Domingo Miliani: “es el primer
fue historiador, sociólogo, novelista, la caída de Andrade y durante el go- tica, cuando en 1913 se convirtió en y el resto de su vida –diez años– lo pa- intento de novelista venezolano –y tal
poeta y hasta político. bierno de Cipriano Castro, en el año presidente de la Cámara del Senado, só prácticamente retirado. vez de lengua española– que propo-
Muy niño se instaló en El Tocuyo 1900, Gil Fortoul decidió regresar a presidente del Consejo de Gobierno Sus novelas, sin ser excelentes, son ne y logra con éxito la introducción
con sus padres; estudió en el Cole- Europa y aprovechó que otro intelec- y encargado de la Presidencia de los importantes, sobre todo porque con del monólogo interior. Julián Mérida
gio La Concordia, que dirigía Egidio tual, Eduardo Blanco, era ministro Estados Unidos de Venezuela, esto su publicación, por vez primera un implicita sus estados de conciencia,
Montesinos. En julio de 1880 se gra- de Relaciones Exteriores para pro- por la ausencia voluntaria de Juan novelista venezolano parece buscar sus conflictos interiores –soportes bá-
duó de bachiller en Filosofía y poco curarse el nombramiento de Cónsul Vicente Gómez, que decidió no ejer- lectores más allá del ámbito domés- sicos en la acción de la novela– y lo
después se mudó a Caracas para estu- General en Trinidad y en Liverpool. cerla formalmente, sino actuar como tico. La primera, llamada Julián, no hace no a través de uno, sino de va-
diar Derecho en la Universidad Cen- Dos años después sería delegado de jefe del ejército, desde donde en rea- es una obra extensa, pues su edición rios monólogos a través del texto; no
tral de Venezuela. Ese mismo año Venezuela a la Segunda Conferencia lidad dominaba el país. En 1915 ac- original es de 136 páginas. Fue edita- como una escritura confesional, de
publicó su poemario La infancia de Panamericana que se reunió en Mé- tuó por segunda vez como presiden- da en 1888 en Leipzig, por la Imprenta diario íntimo, sino como reflexiones,
mi musa y se convirtió en colabora- xico, en 1904 cónsul general en París. te de la Cámara del Senado. Un año de Julius Klignghardt, con el subtítu- angustias, sensaciones, proyectos,
dor de La Opinión Nacional, donde se Ese mismo año ganó un concurso so- después fue plenipotenciario de los lo de “Bosquejo de un temperamen- dilemas psicológicos, sin dirigirlos a
manifestó como un buen polemista. bre literatura venezolana de El Cojo Estados Unidos de Venezuela para to”, que es algo que, a juicio de Larra- un aparente destinatario”. También
En 1885 se doctoró en Ciencias Políti- Ilustrado. En 1906 pasó a ser encarga- gestionar los asuntos de límites con zábal Henríquez logra plenamente. es muy cierto lo que afirma Domingo
cas. Había recibido clases de Historia do de negocios en Alemania, y el año Colombia ante el presidente de la Para Picón Febres es “una obra es- Miliani en el texto que le dedica al es-
Natural impartidas por Adolfo Ernst, siguiente fue delegado a la Segunda Confederación Helvética. En 1917 fue pañola escrita por un venezolano”. critor larense: “Gil Fortoul es el pri-
lo que implicó su adscripción al po- Conferencia de la Paz que se reunió enviado extraordinario y ministro Tiende a ser (como casi toda novela) mer novelista venezolano en quien
sitivismo. Como abogado su primera en La Haya. Allí recibió la orden del plenipotenciario en Francia y Suiza, autobiográfica. se logra una quiebra efectiva de rela-
actuación fue la defensa de su padre presidente Castro de retirarse, or- y en 1923 jefe de la Delegación de Ve- Gil Fortoul encara en su personaje ciones con la narrativa del regiona-
en un juicio político que le siguieron den que discutió hasta convencer a nezuela en la Sociedad de Naciones. lo que ha sido su propia vida: una in- lismo romántico y el naturalismo de
en Barquisimeto. la cancillería de la inconveniencia Al regresar a Venezuela se dedicó a fancia y juventud en un medio muy superficie. Sus novelas marcan rum-
Poco después (1886) fue designa- de esa salida, debida a una propues- su profesión de abogado y a sus acti- limitado, provincial y pobre, y el en- bo franco a innovaciones técnicas, a
do cónsul de Venezuela en Burdeos ta norteamericana sobre el cobro de vidades académicas –desde 1918 fue cuentro repentino con un medio ri- modalidades avanzadas que habrán
durante el “Bienio” de Guzmán deudas y reclamaciones de súbditos individuo de número de la Academia quísimo, en donde las posibilidades de proliferar en pleno siglo XX, ago-
Blanco. Entre 1890 y 1892 fue cónsul de de un Estado contra otro, lo que es- Nacional de la Historia– y periodísti- de desarrollo intelectual son enor- tada la tiranía ‘criollista’ donde se su-
Venezuela en Liverpool. En 1892 fue taba directamente relacionado con cas –en 1931 se convirtió en director mes. Como bien señala Larrazábal mergió la narrativa desde finales del
designado Secretario de la Legación el pleito que mantenía Castro con la de El Nuevo Diario, periódico gome- Henríquez, es un personaje que pre- siglo XIX hasta la tercera década de
de Venezuela en París y en 1894 se empresa New York & Bermúdez. cista fundado en 1913. En 1933, fue figura varios de los protagonistas de nuestro siglo”. Es decir, Gil Fortoul
encargó de la Legación en Berna. Por los comentarios aparecidos en enviado extraordinario y ministro obras posteriores, entre ellos, el Rei- es nuestro primer novelista con deci-
Luego de diez años en Europa, regresó la prensa venezolana, Gil Fortoul fue plenipotenciario en México para la naldo Solar de Rómulo Gallegos. En dida vocación cosmopolita.

EL VUELO DETENIDO

Donde todavía está amaneciendo


“En cierto punto Sánchez ilustra cada cuento y reto- y asesinan a unos cuantos soldados rrar el oro para después, con refuer- cación posible que la locura. Y, sin
ma en estas siete historias el tópico con sus flechas. Pese a las mortífe- zos, volver por él. Apenas retoman su más, lo sentencia a muerte por de-
del camino, la petrolero, los horrores gomecistas y ras trampas de los nativos y el can- “itinerario trágico”, se suscita otro sertar de la fe cristiana y procrear
la hostilidad sanguinaria de sus in- sancio, los hombres sobrevivientes evento: regresa el hambre y amena-
tropa arriba a una fiernos carcelarios. En el prólogo, de Ambrosio Alfinger no se rinden. zan a Francisco Martín para otra de-
con paganos seres irracionales. Pe-
ro Martín vuelve a ser ungido por la
aldea. Observan escribe: “En ese hueco de fuego, en
ese mundo de sombras llameantes,
Diezmados, persisten en su desafora-
do avance hacia la locura, una locura
gustación caníbal. Francisco se salva
gracias a un oportuno deux ex machi-
suerte: lo salva el hecho de que quizá
sea el único que conoce el paradero
(o imaginan) el oro en esa pila bautismal de la naciona- auspiciada por la promesa de El Do- na: la repentina aparición de cuatro del oro enterrado. Pese a esto, lo cas-
lidad, se incubaron estos relatos os- rado, más poderosa y tentadora que indios que reman apaciblemente por tigan: debe, entre otras penitencias,
ambicionado en curos”. Y añade: “Hombres que ma- cualquier miedo. el río y se solidarizan con los españo- contemplar el cuerpo de Martín Ti-

las prendas de los tan y hombres que mueren, mujeres


que dan y mujeres que piden; san-
En cierto punto del camino, la tro-
pa arriba a una aldea. Observan (o
les. Les ofrecen frutos. Ingratamente,
uno de los indios es asesinado y los
najero, aquel soldado que oraba y
obligaba a sus compañeros a desviar
indios. Sin más, gre, alarido, dolor, forman los ele-
mentos de un ámbito donde todavía
imaginan) el oro ambicionado en las
prendas de los indios. Sin más, arra-
otros huyen despavoridos. Francis-
co escapa con ellos, ya que prefiere
la mirada de las voluptuosas indias.
Tinajero falleció y su cuerpo se en-
arrasan y desangran, está amaneciendo”. san y desangran, saquean y violan, morir desnutrido a ser devorado por cuentra milagrosamente intacto. ¡Lo
“Tríptico del amanecer” coquetea buscando un oro que jamás encuen- cristianos. declaran santo!
saquean y violan, con la nouvelle y se fragmenta en tres tran: “Las alucinaciones venían ya a Finalmente, Los dos se llamaban Francisco, ya en su celda, con una

buscando un oro que capítulos: ¡Oro, oro, oro!, La geogra-


fía del hambre y Los dos se llamaban
revolver los cerebros”, leemos.
En La geografía del hambre, la tro-
Martín se inicia con una elipsis au-
daz: han transcurrido cinco años des-
dieta punitiva, piensa sobre su exis-
tencia. El viaje desde España, la li-
jamás encuentran” Martín. Se trata de la más extensa y,
sin duda, mejor pieza narrativa del
pa continúa a merced de la brújula de
sus desvaríos. Una vez conformes con
de aquellos eventos y ninguno de los
numerosos expedicionarios ha en-
cencia para matar indios y la misión
de encontrar oro. Entre estas re-
compendio. Estas líneas las dedico el botín, emprenden el regreso. Pero contrado aquel oro enterrado. Sor- flexiones concilia el sueño, pero a la
MARIO MORENZA exclusivamente a este relato. la vuelta a casa no será fácil: “Iban presivamente reaparece Francisco mañana, cuando los carceleros van a
En ¡Oro, oro, oro! se narra la trave- a afrontar otra vez las selvas morta- Martín, capturado junto a otros in- buscarlo, la celda se encuentra total-

R
amón Díaz Sánchez, histo- sía del explorador Ambrosio Alfin- les con sus fuerzas mermadas, con dios. Los mismos indios que curaron mente vacía y sus barrotes hendidos.
riador y ensayista, se inició ger, quien comanda su tropa en la su fiebre, su hambre y sus llagas”. sus heridas y aliviaron su fiebre. Con Francisco Martín ha recuperado de
en la narrativa en 1936 con empecinada búsqueda de El Dorado. En medio de lo desconocido, la tropa el tiempo, Martín fue elegido jefe de nuevo su libertad: ha escapado una
su novela petrolera Mene. Hablamos de 1529, y en determinado hambrienta opta por el canibalismo la tribu y tuvo hijos con una india. vez más de los locos. Intuimos su re-
En 1941, publica en la Editorial Las punto del trayecto, los indios acechan y sacrifican a un indio prisionero. En El sacerdote, al comprobar los greso a su dorado exilio, hacia un
Novedades su primera colección de y los emboscan. Los aborígenes han un instante de reflexión, asumen su cambios ideológicos y teológicos de nuevo amanecer despojado de cual-
relatos Caminos del amanecer. Díaz desarrollado una puntería infalible extenuante debilidad y deciden ente- Martín, no admite en él otra expli- quier aparato de intolerancia.
EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021
Papel Literario 5

ENSAYO >> SOBRE TALITHA CUMI, NOVELA DE MARÍA LUISSA LÁZZARO

El relato trepanador de la nada


Poeta, ensayista, certidumbres que brotan de la subje-
tividad se despliegue en el acaecer,  y
crítica literaria, allí realice el encuentro con la expre-
sión objetiva del discurso científico,
narradora y autora en sus intentos de protección de la

de libros para niños, vida y la creación o reparación de ór-


ganos; y, en el despliegue dialógico, el
María Luisa Lázzaro encuentro con las texturas reflexivas
e intuitivas , experimentales y religio-
(1950) ha publicado sas, en resonancias con misticismos
orientales, en sorprendentes amalga-
Talitha Cumi. mas de razón y fe, para la afirmación
Levántate y anda del sentido y de la vida.
Novela que interroga la paradoja del
(2020) horror y la belleza, que se afirma en
la demanda vital, quizás inútil, de lo
amoroso, que traza, por arte del rela-
VÍCTOR BRAVO to, el mapa de una espiritualidad, en
un arco que va de la intensidad de la

T
alitha Cumi. Levántate y afirmación a la angustia de la caren-
anda (2020), la más reciente cia, que hace del abismo entre subje-
novela de la escritora vene- tividad y mundo pasaje hacia ámbitos
zolana María Luisa Lázzaro, que son a la vez de la creación y la lo-
irradia sus modulaciones de inten- cura, de la normalidad del vivir y de
sidad en la expansión de por lo me- la esquizofrenia, colocándose también
nos dos bucles narrativos: la pérdi- en el centro confluyente de multipli-
da, esa fatalidad de la existencia que cidad de voces que vienen a la vez del
acompaña el acaecer de la tempora- mundo y de la interioridad del ser; de
lidad, en su paradójico fluir, lento y MARÍA LUISA LÁZZARO / ©VASCO SZINETAR
allí que la novela abrace, en momen-
de prisa, y en el implacable desfila- tos, el discurso psicoanalítico, tan cer-
dero del morir, que es arrebato de verdad lo que se ama. Lo que no se El bucle narrativo sostenido en el la angustia tramada en los hilos del cano a las figuraciones que emergen
lo amado y apartamiento en el rin- ama no muere; solo desaparece”. instante del dolor, en esa intensidad, relato. De allí la presencia del otro del interior del ser, tal como lo mues-
cón de la soledad y el silencio; y el En Talitha Cumi, de María Luisa (de en esa insoportable fijeza, más allá que es, en el delta de las posibilidades tra, por ejemplo, una novela como La
segundo bucle narrativo que pare- “Marial”, según las letras del afecto) de lo soportable; pero también, en el narrativas, el doble que brota con la conciencia de Zeno (Coscienza di Zeno,
ce ser uno de los centros irradiantes hace de la pérdida del hijo (primero en acaecer que de pronto se desprende fuerza de la aniquilación; y es el otro 1923), de Italo Svevo.
del relato moderno: la subjetividad, el extravío, que es en el personaje su de la situación abismal del dolor que que conmina y ordena; pero también Y el silencio. Esa profundidad del
en su situación de abismo entre el precipitado hacia el morir) el absolu- no cesa, que jamás cesará, hacia la le- es el “otro” yo mismo, como nos dice lenguaje, y ese mirar hacia la nada
ser y el mundo, en su juego de meta- to de la pérdida, el implacable cerco vedad y el humor para que finalmen- Rimbaud en memorable expresión: que, como el abismo, según Nietzs-
morfosis e indeterminaciones. del dolor, su delicada recreación en los te siga siendo posible la vida. De este multiplicidad de voces que deviene che, se mira dentro de nosotros. El si-
Llegan la conciencia y la intuición mundos recuperados de la memoria, modo, en expresión de luminosa lu- diálogo del que habla y escucha y lencio como promesa de plenitud de
al más intenso de los instantes del la angustia, brotando en la implaca- cidez, se dice en la novela: “O te ríes asume el diálogo como el más firme sentido y como vértigo “trepanador
estremecimiento: el de la vida como ble herida por el desprendimiento del o te mueres atragantada en el cristal camino de comprensión. de la nada”, como nos dice Blumen-
continua pérdida, que el vivir, distraí- hijo, Cristian, hacia la lejanía, en su roto de tu propio padecimiento” La novela se despliega en sabiduría berg. El silencio y su cabalgata sobre
do en ilusiones, logros, plenitudes, no mundo indescifrable, en la escritura Ese desprenderse del vivir hacia el del lenguaje y de la intuición estéti- lomos de la paradoja que es también
sabe que no es en realidad sino des- jeroglífica que es la suya en el cami- cauce de un “hacia…”, alcanza algu- ca para el trazo de la arquitectura del la paradoja del ser, atraviesa esta no-
prendimiento sin cesar de lo más no de las desapariciones; y la madre, na forma de levedad que quizás haga texto, para desplegar lo que podría- vela, para revelar su afirmación an-
amado. El vivir, según las palabras afirmando en su duelo el acto creador posible soportar, en los frágiles lími- mos llamar el principio de composi- te lo que a cada instante lo destruye
de Hans Blumenberg, como “un in- como afirmación de vida, para hacer tes de lo humano, el “inmenso y fatal ción del texto: subjetividad y mundo (“cada día perdemos algo”, se dice en
menso y fatal inventario de desapari- visible, para abrir las puertas y llamar inventario de desapariciones” enhebran puentes, acaso endebles, la novela), a la vez que revela la fragi-
ciones”. El surco de esas desaparicio- a su lado al más amado de los seres, al El bucle narrativo de la pérdida, en entre los desfiladeros de la existencia. lidad del ser, su desamparo, su aban-
nes, en el trazo de la paradoja, lo abre hijo, que la mira sin regreso desde su Talitha Cumi, novela de Marial, al- El diálogo, como en los relatos de dono, su corazón con que vive (para
el amor en la íntima geografía pasio- invisible, como dirían las palabras de canza su resonancia fundamental en Ernest Hemingway, se convierte en decirlo en resonancias con el verso de
nal del ser. En este sentido ha dicho José Lezama Lima, desde la niebla de el tratamiento narrativo de la subjeti- hilo central del relato, para que los Martí), maltratado por la angustia y
María Zambrano que “solo muere en su lejanía. vidad que es, ciertamente, el lugar de signos en tropel de metamorfosis e in- la melancolía.

NOVELA >> ALAMBRADAS, DE PATRICIA VALDIVIA RIVERA

Entre el poder y la rabia


Patricia Valdivia la novela política de los cincuenta o
sesenta, salta por sobre ellos y los de-
Rivera (1955) es ja convertidos en añicos. El recurso
para lograrlo es a la par eficaz y sen-
poeta, narradora, cillo: lo que ocurre le sucede a perso-
najes tangibles, carnales y encarna-
comunicadora social dos, y es desde el centro de cada uno

y profesora de la de ellos de donde emerge cada histo-


ria y todas las historias. Es una no-
Universidad Central vela, para decirlo churchillianamen-
te, por donde corre sangre, sudor y
de Venezuela. también lágrimas, gritos de odio y
abrazos amorosos. Es una novela sin
Alambradas es su mixtificaciones.
más reciente novela Y digamos lo fundamental: el cen-
tro de su perspectiva es la mirada fe-
menina, la sensibilidad de la mujer, y
ambas dotan a la escritura y a los pa-
JOAQUÍN MARTA SOSA sadizos de la narración de una muy
peculiar visión del mundo, de sus
Desde mi primera lectura de los tex- realidades, irrealidades, misterios,
tos de Patricia Valdivia, resultó cla- humillaciones que, de modo unívo-
ro que estaba ante una escritora de PATRICIA VALDIVIA RIVERA / CORTESÍA DE LA AUTORA co, permiten que esta novela asuma
verdad, aún en ciernes, pero dueña las grandes cosas pequeñas, a veces
ya de los dones esenciales propios de todo aquello que marca con heridas las personas, alienándolas a la sa- y cuyo recorrido, entre migraciones invisibles por cotidianas, que, estas
la literatura, plena de tensión, directa incapaces de cicatrizar el alma de los cralidad de ideologías y poderes es- y exilios, viene casi desde el fondo de sí, determinan los derroteros de la
como un disparo y onírica como los agredidos, en este caso niñas, adoles- candalosamente inhumanos y anti los tiempos hasta abrocharse en este historia colectiva.
sueños más oscuros, recorrida por centes, mujeres, y también el destino libertarios. presente donde el idealismo persis- No es una novela de masas o de
personajes sometidos a las redes más de los países. Pero, digámoslo con suficiente fuer- te contra todo pronóstico, pero tam- agregados sociales difusos, es de gen-
primarias y brutales de la vida. En Alambradas, lo subrayo con es- za, con Alambradas no estamos ante bién continúan sus falsificaciones y te dueña de una entidad definida, ple-
Patricia Valdivia maneja una pe- pecial énfasis, está expuesta, sin nin- una novela panfletaria o de compro- las resistencias que se le oponen no na, para bien o para mal. Es una no-
culiar modalidad constructiva que, gún tipo de remilgos, la estructura miso político más o menos delineado, cesan. Es de esta red compleja de la vela sobre la épica eterna: el combate
se me ocurre, podríamos denomi- de desigualdades y exclusiones que de ninguna manera. En ella se reú- que nos hablan las voces de esta no- entre los poderes de los poderosos y
nar neorrealismo abierto. La razón la cultura del dominio, tanto la an- nen historias verídicas, vividas y su- vela, tanto las malignas, que parecen las rabias de los preteridos.
de llamarlo así radica en que su es- cestral como la moderna, tanto la fa- fridas por gentes cuya entidad real nacidas para sembrar sordidez, como El final de su lectura pasamos días
cenario narrativo es profundamente miliar como la social, tanto la política sobrepasa cualquier límite de la ima- las magnánimas, que se toman de la y días sin poder desprendernos de los
realista, pero, al mismo tiempo, soca- como la militar, destilan perniciosa- ginación. La suya es una narración esperanza como de un salvavidas que gritos y desgarros que escuchamos y
va y extrae hacia la luz los tejidos de mente y corroen países, sociedades, despiadadamente cruel y cruenta no puede abandonarse. vemos en ella. Y nos percatamos de
la pesadilla, de las bastardías, de las y desde allí carcomen las posibilida- afincada, principalmente, en dos paí- Y hay más: no se trata de una na- que incluso sus imperfecciones la
violencias sin redención posible, de des de realización humana y libre de ses de América (Bolivia y Venezuela), rración nutrida por los esquemas de mejoran.
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021

ANTOLOGÍA >> CUENTOS EN TIEMPOS DE DISPERSIÓN

Las nuevas constelaciones del cuento venezolano:


Escribir afuera o el país disperso

KATIE BROWN / ©VASCO SZINETAR RAQUEL RIVAS ROJAS / ©VASCO SZINETAR LILIANA LARA / ©VASCO SZINETAR

LUZ MARINA RIVAS


Compilada por Katie Brown, Liliana Lara y Raquel Rivas Rojas, Gisela Kozak, ruinosa pero con el
retrato del presidente, rodeada de

E
l pasado 28 de mayo fue un
día especial para la literatu-
la editorial Kálathos ha publicado Escribir afuera. Cuentos de basura y de indigentes; la basura y
la asquerosidad del Río Guaire que
ra venezolana. Escritores y intemperies y querencias (España, 2021), que reúne relatos de 31 infecta a Caracas en el pensamiento
lectores, nos reunimos en el de la protagonista del cuento de Sil-
ciberespacio, como tantas veces pu- autores que “están adentro o afuera de Venezuela, pues a noción de da Cordoliani cuando ve la pulcri-
dimos hacerlo físicamente en el Ate-
neo de Caracas, en nuestras queri- destierro, fractura y desarraigo que se desprende de estos relatos va tud del pueblo francés; los malan-
dros que asaltaron a Manuel antes
das universidades venezolanas con
sus bienales literarias y congresos
más allá de la situación geográfica de quienes los escriben” de ir al aeropuerto en el cuento de
Freddy Goncalves; el miedo a la vio-
de literatura, en el Celarg, en las li- lencia que encierra en su aparta-
brerías más emblemáticas, para ce- mento de La Candelaria en Caracas
lebrar lo que llamábamos el bautizo desencuentros con uno mismo o con nista percibe a la hija desde el ex- jes, códigos no verbales, formas de a la pareja del cuento de Juan Car-
de un libro. Esta vez nos convocó la la pareja o los hijos. El otro cerca- trañamiento hasta la pérdida. La hacer. El lenguaje de Luben se que- los Chirinos; el asalto y el asalto y
aparición de la antología de cuentos no comienza a ser un extraño, por- pregunta implícita por el futuro le dó en una Venezuela del pasado. Tal amordazamiento de los vecinos, que
titulada Escribir afuera. Cuentos de que ya ni el uno ni el otro son los llega a la protagonista del cuento “I vez la anticipación de esa extrañeza obliga a los padres del protagonista
intemperies y querencias, fruto del mismos. Así, un primer ejemplo es beg your pardon?” de Naida Saave- impide al protagonista de “Un pere- del cuento de Miguel Gomes a irse
esfuerzo de Raquel Rivas Rojas, Ka- el cuento “Moscas en la casa”, de dra, quien acaba de dar a luz a un grinaje”, de Rubi Guerra, luego de a Portugal.
tie Brown y Liliana Lara, quienes a Freddy Goncalves da Silva. Narra hijo en Estados Unidos y se entiende años de exilio, dar por terminada su El encuentro con la alteridad es
pesar de vivir a gran distancia en- la historia de la pareja formada por con un escaso inglés con la funcio- lucha contra la dictadura de Gómez otra línea de desarrollo de esta na-
tre ellas, trabajaron muy juntas y Manuel, diseñador de modas deve- naria que viene a registrar a su be- y no regresar al país. rrativa de la migración, que obli-
lograron reunir a escritores disper- nido en aprendiz de carnicero en Es- bé. ¿Cómo nombrarlo? ¿Cuántas ve- Por otra parte, tenemos la tensión ga a los personajes a repensarse a
sos por el mundo y a escritores que paña, y su pareja Fredy, inmigrante ces le preguntarán cómo se deletrea entre la nostalgia y el rechazo de Ve- sí mismos. Sus nuevas identidades,
están en Venezuela. Confiaron el ilegal. Este teme salir y pasa los días ese nombre y ese apellido con erres? nezuela. Se suceden diversos imagi- muchas veces confrontadas con el
proyecto al editor David Alejandro en el apartamento de Madrid, donde En otros cuentos, las familias ya son narios sobre lo que es Venezuela. hecho de tener trabajos que nunca
Malavé, al frente de Kalathos, edito- se siente carcomido por la soledad, multidiversas, como en el cuento de Uno de ellos, nostálgico, es el país hubieran imaginado y con el hecho
rial venezolana en España. El resul- esperando ansioso a a Manuel. La Juan Carlos Méndez Guédez, “Nieve multicultural, como el que aparece de encontrarse con otras culturas
tado es esta extraordinaria obra. creciente incomunicación que ha- sobre Madrid”. El protagonista está en San Mateo, el pueblito montaño- produce relatos muy reveladores.
La edición de la antología Escribir ce que la presencia del uno sea in- casado con una española y su hija ya so de “Los pobladores”, de Carolina Así, tenemos que el protagonista de
afuera cristaliza un fenómeno que soportable para el otro. Los desen- es también española. Se narra una Lozada, donde hay panaderos ale- “Anatoly”, de Gustavo Valle es un
hemos visto surgir en los últimos cuentros terminan en una situación divertida anécdota alrededor de una manes, agricultores austríacos, po- venezolano que ha sufrido grandes
años, en los que las migraciones y de violencia brutal. Igualmente, la hallaca congelada, que solo importa saderos italianos, que conviven ar- pérdidas y se solidariza con el ucra-
los exilios han llevado fuera del país pareja formada por Alberto y Mina, al padre de familia. Todo esto lleva moniosamente con los locales, hasta niano Anatoly, que repara aparatos
a una gran cantidad de escritores. en el cuento “Lovebirds”, de Fedosy a plantear la pregunta por esos hi- que una imprecisa “ocupación” o pe- debajo de un árbol en Buenos Aires.
La literatura venezolana se regó por Santaella, emigra a México gracias jos de venezolanos nacidos en otros ligro difuso que viene del exterior, También siente una profunda em-
el mundo. Ha captado la atención a un excelente empleo conseguido lugares. ¿Qué será Venezuela para no se sabe si es una guerra, o una patía el protagonista de “Sobre las
internacional, que ha descubierto y por ella. Él, fotógrafo reconocido ellos? ¿Quiénes serán esos hijos en epidemia, amenaza al pueblo y poco tumbas”, de Hugo Prieto, por una
galardonado la densa trayectoria de en Venezuela como artista, termina los países de llegada? a poco todos los habitantes emigran. joven periodista que investiga las
Rafael Cadenas y Yolanda Pantin, o aislado en el apartamento hasta que Esa pregunta se responde en los La pareja de los protagonistas debe- desapariciones en Santiago de Chi-
ha premiado la obra joven de Eduar- unas sombras fantásticas lo separan cuentos de las migraciones anterio- rá plantearse cómo sobrevivir a esas le durante los tiempos de la dicta-
do Sánchez Rugeles, Rodrigo Blan- de su esposa. Lacoonte y Casandra, res, como “De cuchillos y tenedo- ausencias. Es también multicultural dura de Pinochet. Ese protagonis-
co Calderón y Karina Sainz Borgo. en “España se ríe de Casandra”, de res”, de Krina Ber, “En busca de Pie- y diversa la pareja del cuento de Gi- ta venezolano se entera por ella de
Sin embargo, con la gran vitalidad Juan Carlos Chirinos también re- rre”, de Silda Cordoliani y “Error en sela Kozak, “Vacaciones del solte- que enfrente del hotel donde trabaja
que el cuento ha tenido siempre en sultarán solos en Madrid luego de Al Busayyah”, de Salvador Fleján. ro”, formada por un descendiente de como recepcionista existió un cen-
Venezuela, ha sido menos reconoci- haberse esforzado muy juntos por Esos hijos ya tendrán poco que ver italianos y por una joven hija de ma- tro de torturas, lo cual lo lleva a re-
do en el exterior que la poesía o la salir de Venezuela. La política, que con el país de origen de sus padres. dre colombiana y padre serbocroata. cordar La Tumba, tenebrosa prisión
novela. no los había separado en su propio En el cuento de Krina Ber, el hijo La Venezuela rememorada con debajo de la Plaza Venezuela. Ello le
Escribir afuera reúne a 31 cuen- país, los separará en España. Tam- se niega a saber las historias de la nostalgia puede ser la Venezuela del produce empatía con la periodista y
tistas venezolanos de distintas ge- bién se hacen extraños los tres her- madre; no quiere saber de ella más pasado de la adolescencia, como en con el país de acogida. La alteridad
neraciones. Las compiladoras ex- manos del cuento “Cenizas”, de Al- allá de lo que la hace su mamá. Eso “Bernardo”, de Miguel Gomes, una más pronunciada es la del Otro que
plican en ese prólogo que llaman berto Barrera Tyszka, uno viviendo lleva a la protagonista a rememorar Venezuela de cotidianidades sin ma- habita el país de llegada. A pesar de
“Itinerario” que sus historias se en Barcelona, otro en Colombia y la su propia adolescencia y lo que per- yores sobresaltos que los propios las grandes diferencias, es posible
inscriben en una tradición literaria tercera, en Alemania. Su reunión cibía como rarezas de su padre, mi- del desarrollo personal, que había acoger al Otro, como la venezolana
nacional emergente en la que se na- para decidir qué hacer con las ceni- grante en Israel. En el cuento de Sil- atraído a gente de todo el mundo, de “Manor Care”, de María Dayana
rra la fragmentación, la dispersión, zas del padre revela cómo la distan- da Cordoliani, la protagonista, en un como a los padres portugueses del Fraile, que trabaja por las mañanas
el trauma tanto de los que se han ido cia y las vivencias de la migración juego intertextual con Pedro Pára- protagonista. Sin embargo, muchos cuidando a una anciana en la Flo-
como de los que permanecen en el los han separado. mo de Juan Rulfo, viaja a Francia en personajes migrantes rememoran rida, que dice compartir su cuerpo
país. Buscan mostrar cómo es per- En esta vertiente temática, los hi- busca del pasado y de los documen- el país desde el rechazo al deterio- con un extraño demonio desde va-
cibido y sentido este éxodo, que al- jos también pueden resultar ajenos, tos de su abuelo francés, para con- ro de los espacios, la violencia, las rias reencarnaciones atrás, pero la
canza ya alrededor de cerca de seis como la niña del cuento “Constela- cretar el plan B de tener un pasapor- razones que provocaron la salida: la joven la cuida y la escucha. La mis-
millones de venezolanos fuera de su ciones”, de Gabriel Payares, a quien te extranjero que le permita migrar. fealdad de la jefatura donde se ca- ma joven sentirá que tiene un doble
tierra. La antología se organiza, co- su padre no conoce y va a buscarla Llega a un pequeño pueblo francés, san los protagonistas del cuento de en una joven norteamericana con la
mo lo explican Raquel, Katie y Lilia- en Venezuela luego de un aparato- y como le sucede a Juan Precia- que alterna su trabajo en una ofici-
na, según los distintos movimientos so divorcio de su esposa española. do, queda con las manos vacías. El na por las tardes. En “El triángulo
migratorios. El divorcio ocurrió porque según el abuelo Pierre era prácticamente un de las Bermudas, o te voy a contar
Tomo prestada la palabra “conste- protagonista “aún me resistía a tra- desconocido para ella y su madre, a quién soy”, de Keila Vall de la Ville,
laciones”, del cuento de Gabriel Pa- ducirme, a dejar ir una parte de lo pesar de los recuerdos amorosos de el encuentro con una adolescente en
yares, para hablar de los vasos co- que suponía que era”,. Ahora, la hija ese abuelo en su niñez. En el cuento Nueva York, que le pide contarle su
municantes entre los cuentos de la desconocida que crecerá en España de Fleján, aparece el amigo Luben, vida, hace a la protagonista venezo-
antología. Explorando los diversos es un reto para él. En “Anatoly”, de que emigró a Estados Unidos cuan- lana re-conocerse a sí misma, luego
textos, se me ocurren otras mira-
das sobre ellos que los vinculan por
Gustavo Valle, la familia se ha frac-
turado al poco tiempo de la llegada
do tenía nueve años, con sus padres,
y ya como adulto y veterano de las Escribir de haberse reinventado en un tra-
bajo de limpieza de un instituto de
sus temáticas. En primer lugar, po-
dríamos hablar de la fractura de la
a Buenos Aires. La esposa del pro-
tagonista muere de cáncer y él que-
guerras del Medio Oriente, saluda al
protagonista de tal manera que es-
afuera reúne yoga. Dina Piera di Donato hace un
contraste entre la vida superficial
identidad, que resulta en un aleja- da con dos hijos morochos, uno de te lo siente extraño: “Luben García, a 31 cuentistas en una playa donde cada evento se
miento de las personas más cerca- los cuales comparte con el padre la mi llave, recuerdo que dijo cuando registra en un selfie, con la llegada
nas y hasta quienes han emigrado conexión con Venezuela, mientras se presentó. Logro recordar tam- venezolanos de pateras de inmigrantes, otreda-
juntos; por lo tanto, fractura de pa-
rejas y de familias. En varios de los
el otro se desinteresa del todo. En
el cuento de pesadilla “El premio”,
bién que no me impresionó tanto el
anacronismo ‘mi llave’ como el to-
de distintas des cuya presencia remueve de dis-
tintas maneras a los locales y a algu-
cuentos, encontramos que los perso-
najes pierden en buena medida su
de Mariana Suárez, se produce una
huída forzada del país, vigilada por
no con que lo pronunció”. Cada mi-
grante revive como si fuera presente
generaciones” nos inmigrantes, como el grupo de
la protagonista.
identidad anterior. Comenzar una una suerte de soldados armados. el país que dejó, pero que ha seguido
nueva vida en otro lugar produce En este cuento la madre protago- cambiando en sus espacios, lengua- (Continúa en la página 7)
EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021
Papel Literario 7

Las nuevas constelaciones del cuento venezolano: co, que elabora una ficción a partir de
la figura de Hugo Carvajal, hombre de
de la intimidad, al mundo interior de
los personajes: las sensaciones, las

Escribir afuera o el país disperso


confianza del chavismo, construyendo pesadillas, las percepciones, los des-
un personaje con un lado desconoci- encuentros y los afectos en los nuevos
do, un talón de Aquiles muy humano territorios, los de la Venezuela dejada
que causaría su caída. También Israel atrás, de sus propias maneras de es-
(Viene de la página 6) sencia de un animal exacerba el des- cuento de los objetos dejados en Cana- Centeno apuesta por el policial, recor- tar en el mundo y ver cómo la migra-
encuentro con el espacio extranjero dá por una hija universitaria ausente. dando en su relato “La vie est belle” al ción les da un vuelco total. En ello se
Por otra parte, llama la atención la en este cuento, en “El entierro”, de Fe- El duelo de ese “nosotros” se va expre- fiscal Anderson desde un investigador buscan las nuevas identidades. Hay
percepción de los espacios en contras- derico Vegas, otro animal reconecta a sando al hacer presente esa ausencia venezolano, migrante en los Estados un distanciamiento del tema político
te. En el cuento “Camino de los espa- la protagonista con Venezuela. Adopta por medio de cada una de sus perte- Unidos. que ha estado presente en buena parte
ñoles”, de Lena Yau, se intenta en la un perro abandonado, que la decide a nencias. Recuerda el cuento “Ser”, de Finalmente, tenemos los cuentos en de la narrativa del siglo XXI evidente-
imaginación superponer a Caracas en quedarse en el país luego de haber pa- Luis Britto García (Rajatabla, 1970), en que la reflexión íntima se aproxima mente, no en todos los cuentos, pero
el espacio de Madrid, como en la nove- sado años por fuera, pero no hay salva- el que una larga enumeración de obje- más a la percepción, a los sentimien- resulta bastante atenuado en general.
la Casandra, de Ramón Díaz Sánchez, ción en esta historia de pérdida. tos construye una vida, una identidad. tos del migrante, más que a anécdotas En la mayoría de los casos se infiere a
los margariteños pintaban sus casas de En las calles de Estambul, la protago- Igualmente, el personaje de “Casas vi- puntuales: la transformación de Vene- partir de las pequeñas historias parti-
azul en los campos petroleros para re- nista de “Corazones rotos”, de Raquel vas”, de Liliana Lara construye histo- zuela, las ruinas del pasado, la extran- culares de los personajes o se adivina
cordar el mar. De hecho, la protagonis- Rivas Rojas, encuentra similitudes con rias a partir de fotografías y objetos de jeridad fuera de ella, los recuerdos del en sucesos difusos. Resulta más abier-
ta de Lena Yau se enferma al salir de calles de Caracas, Juan Griego o Bar- la casa que cuida en Israel, e imagina el antes, que se suceden en múltiples to en los cuentos de Rubi Guerra, Sil-
Madrid, porque no encuentra el mar, quisimeto. Ahora bien, este cuento deterioro y la pérdida de los que queda- imágenes, la extrañeza del ahora, el da Cordoliani y Marianela Cabrera,
como cuando salía de Caracas. En Is- nos abre a un motivo muy especial: los ron en Caracas. Los objetos, entonces, conflicto de no pertenecer, se desarro- que viven en Venezuela. Otra obser-
rael, la protagonista de “Casas vivas”, objetos ligados a la memoria. Los per- están irremediablemente asociados a llan en “Diario fragmentado del re- vación tiene que ver con el lenguaje.
de Liliana Lara, que trabaja cuidando sonajes visitan el Museo de la Inocen- los territorios. torno (con epílogo abierto)”, de Kira Hay menos oralidad vernácula de la
una casa, no puede dejar de pensar en cia, dedicado a objetos que se relacio- El habitar un nuevo espacio como Kariakin, y “Cartografía celeste”, de que recuerdo en los cuentos publica-
la suya, dejada atrás en Caracas, y se nan con una de las novelas de Orhan resultado de una huida puede impli- Marianela Cabrera. dos hace unos diez años. Ya se cuelan
siente obligada a contratar a alguien Pamuk, y la protagonista evoca con car desear borrar el pasado, la vida Como observaciones generales, po- algunas palabras en otros idiomas. Ya
que la cuide, como ella lo hace en Is- aquellos objetos ajenos otros que pue- anterior, el país anterior, y hacerse dríamos decir que en estas escrituras se habla de coches y no de carros, por
rael. Los espacios nuevos pueden re- blan su memoria, que la retrotraen a la de una nueva identidad, cosa que ocu- encontramos la ficcionalización de ejemplo.
sultar amenazantes para quien migra, niñez y a diversos momentos de su vi- rre en “La rockola del oeste”, de John nuevos espacios. Es significativo que Para finalizar, quiero destacar la ca-
como sucede en “Bajo el cielo de hule”, da. Descubre, entonces, que los objetos Manuel Silva, pero cualquier even- de los siete escritores que escriben lidad de toda esta producción, de gran
de Raquel Abend van Dalen. Una ciu- contienen relatos y trozos de vida, pero to, puede convocar ese pasado y abrir desde Venezuela, cuatro hayan desa- riqueza y variedad. Una antología co-
dad de casas iguales, con autopistas al ser dejados atrás a lo largo de la pro- las compuertas de la emoción y de la rrollado como espacios principales mo esta nos de una perspectiva plural
que semejan prisiones “de apariencia pia existencia, se experimentan vacíos. decepción. de sus cuentos los espacios extranje- y, como hemos visto, a pesar de las dis-
irreal”, genera miedo, genera una an- También los objetos componen el cuen- El género policial, tan propio de la fic- ros. Solo dos cuentos se han referido tancias, las obras parecen estar en sin-
siedad, que se agudiza con la figura de to “Presencia”, de José Luis Palacios. ción breve venezolana también se hace a los que se van desde la perspectiva tonía, así como sus autores, formando
un pato, que irrumpe en el aparente Un difuso “nosotros”, que se infiere co- presente en esta antología en “Home- de los que permanecen. Hay una mar- nuevas constelaciones para el cuento
orden de esa ciudad. Así como la pre- mo una pareja de padres, hacen un re- naje a John Cazale”, de Rodrigo Blan- cada preponderancia a la exploración venezolano.

NOVELA >> CINCO PUNTAS, PUBLICADA POR LA EDITORIAL LECTOR CÓMPLICE

Entrevista a Leopoldo Brandt Graterol


“Este ser humano,
creado a través de
las más complejas
y sofisticadas
tecnologías, tiene
una personalidad
profundamente
humana: es
compasivo y siente
el dolor de los demás
como propio”
ANNIE VAN DER DYS

L
a conversación ocurre, como
tantas otras en estos días, en
la distancia. Leopoldo Brandt
vive en Carolina del Norte, es
abogado egresado de la Universidad
Católica Andrés Bello y actualmen-
te trabaja para una importante em-
presa que se dedica a crear software
y, en general, al mundo de la tecno-
logía. Tal vez eso nos puede explicar
por qué este abogado, interesado en la
letra pequeña de las leyes que rigen
el mundo de internet (en 1991 publica
un estudio sobre la parte legal de las
páginas web, y en 2001 crea la primera
cátedra Aspectos Legales de Internet
para pregrado, en la Facultad de Dere-
cho de su alma mater) se mete de lleno
en la creación de un mundo de cien- LEOPOLDO BRANDT GRATEROL / CORTESÍA DEL AUTOR
cia ficción y aventuras donde se gene-
ra un clon en un laboratorio secreto. decide intervenir. ¿Debe este ser perso- podemos menos que preguntarle a que él tiene un proceso personal para finalizar su lectura, nos deja llenos de
Este ser humano, creado a través de nificar el Mesías rencarnado?, ¿o debe Leopoldo Brandt cómo surge la idea ir creando la historia y los personajes, interrogantes.
las más complejas y sofisticadas tec- desaparecer de inmediato de la faz de de Cinco puntas. para los cuales se basa en un programa Por eso la última pregunta no puede
nologías, tiene una personalidad pro- la Tierra para que no altere una histo- El escritor confiesa que atravesó una de Excel. Es un sistema que le permite ser otra que sobre los nuevos proyectos
fundamente humana: es compasivo ria de más de dos mil años, sobre la que profunda crisis personal a raíz de su di- organizar una historia como esta, don- que tiene en mente el escritor.
y siente el dolor de los demás como se asienta una de las religiones más vorcio. Y, en medio del dolor y del caos de se mezclan continuamente los des- Y aquí nos enteramos de que la se-
propio. Pero posee otra característi- poderosas, económica y políticamente que todo este proceso significó para él, cubrimientos reales ya existentes con gunda parte de Cinco puntas ya está
ca: tiene la posibilidad de remediarlo, hablando, del mundo? Para rizar aún sintió la necesidad de que existiera al- las posibilidades que quizás algún día avanzada. Hay mucha tela aún que
de acabar las penas, el sufrimiento, la más el rizo, nos enteramos de que el guien capaz de ayudar a los otros. Pe- lleguemos a ver, pero que están some- cortar en la historia, muchas peguntas,
enfermedad, de una forma que podía- clon ha embarazado a una mujer. ¿Es ro, como abogado tal vez, pensó que a tidos al mundo de las leyes de la ética dudas con las que los lectores nos que-
mos llamar milagrosa. El origen no entonces, este niño, el hijo del Mesías? su vez debería existir alguien que fuera y de la ciencia, sin que dejen de existir damos al terminar la lectura. Y, afor-
humano de este ser, quien no es hijo Cada nuevo capítulo de la historia capaz de proteger a este ser especial, drama, aventura y tensión entre sus tunadamente, esperamos que pronto la
de mujer, sino creado a través de la nos envuelve en un mundo donde se cuya misión era llevar consuelo y ayu- personajes y sus acciones. aparición de esta segunda entrega nos
utilización de ADN extraído del San- mezcla la acción, la aventura, la cien- da al mundo. Este es, en breves pala- Sobre sus maestros a nivel narrati- responda estas interrogantes.
to Sudario de Turín, el mismo que, cia, la tecnología y, sobre todo, el poder bras, el origen de Cinco puntas. vo, Leopoldo nombra a Pérez Rever- Con ganas ya de leer la continuación
supuestamente, se usó para envolver que este tipo de investigaciones tiene Quisimos saber también de su rela- te, quien sin duda ha creado un para- nos despedimos de Leopoldo, quien se-
el cuerpo sin vida de Jesús, pone to- para el mundo: el uso de células madre ción con la escritura, de cómo se había digma como autor de fábulas, en las guirá imaginando mundos donde la
talmente patas arribas el mundo cien- para la creación de órganos que pue- iniciado en este difícil arte. que se mezclan la aventura, la acción ciencia, la tecnología, y la bondad hu-
tífico y su lógica: ¿Por qué posee este dan ser usados a la hora de trasplantes Leopoldo nos cuenta que, como ya sa- y la puerta abierta a nuevos confines mana se den la mano para enfrentarse
ser poderes que solo habían sido adju- para salvar millones de vidas, pero cu- bemos, sus primeros acercamientos a no explorados, ya sea en la búsqueda a poderes oscuros y poderosos, capaces
dicados a un mesías?, ¿es el Mesías?, yas patentes dependen de un poderoso la escritura fueron académicos, para de tesoros con poderes sobrenatura- de todo con tal de evitar que este nuevo
¿un clon? Y el laboratorio que pagó su grupo farmacéutico, o la creación de dar forma y orden a los contenidos de les, o en la lucha de aventureros, como protector de la raza humana llegue a
creación ¿es dueño de este hombre?, este clon que es legalmente de la em- sus investigaciones y propuestas. Pero Alatriste. cumplir su cometido.
¿tiene derechos legales sobre él? presa que pagó su costoso proceso de este trabajo, tan meticuloso y organi- Sin duda Leopoldo ha sabido seguir
Las noticias sobre este clon llegan rá- creación y manutención. zado, le ha servido de mucho a la ho- los pasos de su maestro, creando una *Cinco puntas. Leopoldo Brandt Graterol.
pidamente al Vaticano y la Santa Sede Ante todas estas interrogantes, no ra de entrar al mundo de la ficción, ya novela trepidante e intrigante que, al Editorial Lector Cómplice. Venezuela, 2021.
8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021

DISCURSO >> CELEBRACIÓN DE LA HISTORIA

Bolívar
Samuel Darío de tremulentas oraciones y reprimi-
dos llantos ocultos, sí, muy ocultos,
Maldonado (1870- que la verdad es implacable....épocas
hubo en que era un delito sollozar si-
1925) fue médico, quiera: ese alimento de los dioses fue
amasado con mucha sangre y pues-
ensayista, poeta, to en sazón en las piras, que son los

narrador y ministro hornos de la patria, a fuerza de mu-


cha sangre, con mucha, eso sí, y ape-
de Instrucción nas digo mucha por temor a la hipér-
bole, ya que desde una vez por todas
Pública, y presidente y para siempre debemos convenir en
que ese pan de grandezas y que nos
del Territorio Federal sabe a gloria llegó a nuestros labios
Delta Amacuro empapado en un raudal de púrpura,
porque si no es poca la que ha de ver-
(1919) y del Estado ter un hombre para quebrantar con
su propia mano una cadena de servi-
Aragua (1921). El dumbre, ¡cuánta no será la que nece-
sita derrochar un pueblo que después
discurso que sigue de alcanzar su emancipación a tan al-
fue leído en Ocumare to precio, tiene que ofrendarse él mis-
mo, y con la abnegación más grande,
de la Costa, el 28 de sin ejemplo en la historia, sobre el
ara polvorienta de las batallas, por la
junio de 1921 libertad de un continente!
Y si anuncié la abnegación, no hay
que eludir a su gemelo el sacrificio,
SAMUEL DARÍO MALDONADO aunque huelgan estos términos cuan-
do se traen a cuento libertades y de-
Señores: rechos. pues todo cuanto el hombre
El ascender una tribuna en momen- arriesgue y pierda, en oblación a esa
tos en que se recuerda un pasado glo- dualidad augusta, será siempre pe-
rioso, si no es un deber, si tampoco queño, fútil, casi nada, pues me figu-
una necesidad, ni siquiera un rasgo ro que Dios en los días del Génesis,
de audacia, por lo menos es índice del cuando los orbes a la invocación de
entusiasmo que hinche el corazón y su verbo se incorporaron en las som-
alboroza el espíritu de los venezola- bras del caos, ¡permitid, señores, este
nos siempre que se trate de los lla- arranque de mi espíritu! Dios mismo
mados de la justicia y las demandas al crear las tierras y los cielos, can-
del patriotismo. Por eso estoy aquí, tores de la armonía infinita y del in-
señores. finito bien, soñaba solamente en que
Hemos venido recorriendo con la sirvieran de altares y de templos a la
devota unción de peregrinos o más democracia.
bien hollando el humus nativo de tie- Sacrificio el de este pueblo que se
rras sagradas, sagradas porque las lanzó a la hoguera de la revolución
regó la sangre de los que cayeron en suramericana, sin extender la mira-
la lid de la liberación, la más agigan- da por la insensatez de la empresa, la
tada de las lides, pues sin recaudo a vastedad de la tragedia y la magnitud
dudas apenas hubo treguas después de la catástrofe, sin parar mientes en
del triunfo, descanso tras los reveses, el numero inconcebible de los hijos SAMUEL DARÍO MALDONADO / ARCHIVO HISTÓRICO DE LA FAMILIA MALDONADO
empezó con los gritos jubilosos del que inmolaba; sacrificio del cordero
19 de abril para alcanzar su corona- pascual del nuestro pueblo que poseí- ofuscación pasional, ora de propios, bre una colina de San Mateo; “¿Y es- de tanta pelea, de tanto triunfo, en la
miento el 24 de junio, largos años des- do de un vértigo de locura, en medio ya de extraños, bien fuere de ayer o de to que es?”, volvió a interrogar, “me apoteosis de la victoria, en el desbor-
pués en que los bizarros hijos del Cid al tronido y retumbo de los tambores hoy, verter de lo íntimo de nuestros parece que pasa una estatua”. “Si”, damiento del júbilo, vistosos y auste-
y los descendientes de Guaycaipuro y del vibrar asordante de los clarines, corazones, homenaje del cual me hago le respondió, cabalmente, “es la de ros, cuando sus cabezas no podían so-
se midieron cuerpo a cuerpo sobre se arrojó impávido y de súbito y de heraldo y me convierto en eco, porque Ricaurte, el que se voló junto con el portar el peso de los laureles, que ya
el cálido pavés de nuestras tierras; cuerpo entero al fuego devorador de sería un absurdo y quizás un anatema polvorín, ¿no te acuerdas?”. “¡Ah! sí”, no les quedaba espacio para ceñirse
y por eso tan solo por eso, fuera de las llamaradas, hecatombe la más al- omitirlo al hacer remembranzas de la contestóle el párvulo y torno a insis- uno más: destácanse de pie con esa
ser sagradas, además son veneradas ta y espantosa que se haya consuma- magna lucha y que lo deposito como tir: “y entonces ¿por qué no más a él firmeza y gallardía, con esa apostu-
y también lo son benditas, ayer por- do por el triunfo de una idea, inmi- un exvoto sobre el sepulcro de los hé- se la pusieron?”. “Preguntón inocen- ra de serenidad olímpica, en la solem-
que se estremecieron bajo las plantas sericorde degollación de un pueblo roes: me refiero al desprendimiento de te”, se vio en la necesidad de explicar- ne actitud de las almas a quienes la
de los héroes y hoy y mañana porque viril, entusiasta y joven para sacudir nuestro pueblo, el pueblo de esta por- le, “no hay un jirón de tierra en que conciencia no tiene una acción que
conservan palpitantes los rastros im- la tutela paternal; matanza y carni- ción de tierra firme que desde que el palmo a palmo sitios de combates, si reprochar y si muchas caballerescas
borrables de hazañas que represen- cería purificadas por el desinterés y conquistador Ojeda la bautizó Vene- a todos los que murieron en las jorna- y altísimas por qué bendecirlas. Los
tan el máximo esfuerzo de un pueblo, fervor que animaron a las víctimas y zuela, como para distinguirla y des- das de la independencia, desde aquí envuelve un hado de simplicidad ho-
la excelsitud de una idea y la volun- que sorprenden la rigidez de la fría y tacarla de sus otros futuros descubri- hasta los últimos confines de Bolivia, mérica que es el emblema de haber
tad de un hombre: tres facetas de la austera razón, libre del odio de secta, mientos, habrá de llamarse Venezuela se les fuera a erigir un monumento, cumplido un deber por encima de
piedra miliaria que se alzó inconmo- de rencor patriotero y de fines egoís- por todos los siglos. tal vez no exagero al decir que se ago- toda ponderación: romper los viejos
vible sobre el dorso de nuestras mon- tas; perdonables aniquilamientos de Permitid, señores, bondadosa taran las planchas de bronce y empo- moldes de instituciones liberticidas,
tañas y el polvo de nuestras llanuras, la vida y de la prosperidad, expuestas aquiescencia a una ligera digresión brecieran las canteras de mármol”. aventar la servidumbre, contribuir
a modo de gigantesco pedestal de la a la faz del mundo y de la conciencia que el asunto de veras lo requiere. Y fueron ellos, nuestros soldados a pleno pecho descubierto con su
emancipación de Sur América. universal por ser justificados antici- Venían en ferrocarril estos días que primero y luego los de la Gran Co- arrojo y bizarría a la emancipación
Tal vez en estas horas de nuestros pos y solemnes tributos a la civiliza- corren un buen ciudadano y su hi- lombia, como los pinta un grande y de sus hermanos, abiertas las puer-
tiempos, en medio al tráfago peren- ción. Y si aquí, el vaivén de este mar jo, niño de tierna edad que hacía el noble historiador inglés, cubiertos – tas del corazón a la gentileza de aspi-
ne de la vida cotidiana, en lapsos de que nos circunda, arrullaba el último primer viaje, a visitar por adelan- con un pedazo de manta, abierto por raciones y propósitos, cerradas a la
inercia o de agitación momentánea sueño de los que se anegaron en sus tado y en calma las obras erigidas el medio–, lanza o sable en mano, mezquindad del interés propio; edifi-
y frívola, a nosotros los venezolanos ondas, y si allá, de cara a este sol que para celebrar el actual centenario. fusil al hombro, cañones a rastras, car sobre escombros, tras el desqui-
se nos escape de la memoria que ese nos quema, sobre la altiplanicie de Al llegar a la llanura, recorrido un a pie, a caballo, en hileras, en falan- ciamiento de la monarquía, y atar un
pan de independencia que de diario los picachos de los Andes, blanquea- trecho, el conductor gritó: “iLa Vic- jes, casi desnudos, pues, con esa úni- haz de naciones con el lazo tricolor de
saboreamos y nos nutre y nos forta- ron a la intemperie innumerables los toria!” El niño preguntó entonces: ca indumentaria, acaso la que mejor la igualdad social; allí está la pléyade
lece con sus generosos jugos, hostia esqueletos, y si los montones de más “¿aquí fue donde peleó el general Ri- les cuadra a los héroes de epopeya, de crucificados de norte a sur por la
de vitalidad y de energía y como toda de setecientos mil cadáveres forma- vas?”. “Sí, hijo mío, y aquí no más, expuestos a las más aterradoras in- democracia del continente, el único
hostia, divino presente de salvación ron como cinco gigantescas pirámi- no, pero este es el lugar en que Jose temperies, el sol de los trópicos que sacrificio de exponer a las miradas de
que hizo el Supremo Hacedor a sus des, en cinco formidables batallas, Félix, como lo llamamos todavía, con abrasa en las llanuras, el viento géli- Dios, el único meritorio en presencia
criaturas y que lucía en la mesa pul- esa mortandad insólita, solo tiene un puñado de estudiantes, casi ni- do que en los páramos entumece los de la historia y de la humanidad. Y
quérrima de nuestros mayores, blan- disculpa ante la vanidad de los hom- ños, de pantalón corto aún, defendió músculos, el frío de las nieves eternas si estas mis palabras por el hecho de
co, puro, suculento y se le degustaba bres y la grandeza de Dios porque fue la ciudad de la cuchilla de Boves, sin que en las cúspides hiela la sangre, ser sinceras han de parecer extrañas
con fervor eucarístico, y que hereda- consumada con un solo móvil, con igual por su arrogante intrepidez lo ensombrece el cerebro y suspende los y por la contingencia de ser mías juz-
mos inmaculado e incólume legare- una finalidad única, la libertad del mismo que por su crueldad desmedi- latidos del corazón; vedlos allá, como garse impregnadas de egoísmo, no
mos a nuestros hijos a que lo tras- hemisferio de Colón. da, pues no hay otra de ese temple, van, por esas espesuras de bosques apelo a la historia y a sus páginas
mitan de igual suerte, en su prístina Como hablé de sacrificio es un deber desde Alaska a la Tierra del Fuego, inhollados, fraguándose con sus pro- deleznables, no evoco un testimonio
albura y joyante limpidez, de gene- que le dedique algunas palabras a la en los anales militares”. Fueron los pias manos un camino que apenas es porque la verdad no la necesita nun-
ración en generación; tal vez, repito, abnegación y es forzoso también que dos dialogantes interrumpidos. La vereda transitable, a lo largo de pam- ca, tiendo mi índice para señalar el
me llego a figurar que por un instan- en acatamiento a solicitudes inapla- locomotora continuó al cabo con ese pas estériles, al través de playas soli- granito de las rocas de Ayacucho que
te, por un instante solo, se nos vuele zables por el imperio de su severidad ruidajo de su jadear. El padre en si- tarias y salobres, por tremedales, por conservan esculpida la tremebunda
de la imaginación que el trigo de ese histórica, rinda en estas cláusulas un lencio, el niño pensativo contempla- ciénagas, esguazando a nado el cau- vibración de los cationes que sellaron
pan efable fue recogido en las mieses homenaje a la justicia y que corres- ba el paisaje, y minutos después, de dal de los ríos, salvando los abismos, la independencia de Sur América.
del sacrificio, triturado al caer de co- ponde sin lugar a vacilaciones y te- repente, descubrió como una sombra unas veces como leones, otras tantas
piosas lágrimas, desleído al compás merarios juicios, por encima de toda humana que erguida se dibujaba so- como águilas; vedlos allá, después (Continúa en la página 9)
EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021
Papel Literario 9

Bolívar
de la familia venezolana y de la es-
pañola también. Total: una nación
inmolada.
Cuánto de grave y arduo explicar-
se las tendencias de aquel pensa-
miento que se cernía por sobre las
cimas más altas de la inteligencia,
(Viene de la página 8) cuán vanos los esfuerzos en descu-
brir la meta a que se dirigían las
Cumplidos fueron los destinos de bandadas de sus ideas con vuelos
un continente: al fragor de los com- de águilas por todos los horizontes:
bates sucedía la calina benéfica de el severo Miguel José Sanz, de raras
la paz. Era solemne la gravedad de facultades intelectuales, si las hubo,
la lora; las diestras no tenían más el del discurso sobre la educación
coyundas que romper, las espadas psicológica, consideró que de aque-
eran inútiles, el acero ensangrenta- lla mente jamás pudiera brotar na-
do debía colgarse, o convertirse en da de provecho; su tío, el indómito
instrumento de labranza para los José Félix Rivas, juzgó que era una
ejercicios decorosos del trabajo y de perogrullada el discurso pronuncia-
la salud pública, en vez del himno do en un banquete de la capital: en
guerrero, tocaba el turno al hosanna Casacoima lo conceptuaron de loco,
de la bienaventuranza, para sacudir en Güiria de inepto, en el Congre-
el ambiente letárgico que asfixiaba sillo de Cariaco de inútil. ¿Qué de
a las recientes nacionalidades. El extrañarnos, pues, que en lo suce-
hogar estaba lejos, mas era preciso sivo, constituida la Gran Colombia,
tornar, romper el paso por las mis- Santander pretendiera limitar los
mas escabrosas sendas, renovar las arrebatos de aquel genio con sub-
jornadas, el rumor asordante de las terfugios y argucias profesionales
olas del Caribe no repercutía por y la vara de un código? A una cos-
aquellas distantes esperezas. En- ta, hacia el fondo de este mar, arri-
tonces se creyó oportuno ofrecer el bó un día el proscrito mendicante
óbolo del galardón, la mente de los de la libertad, el Ulises de que habla
hombres al desprenderse de la brú- Carlyle, mas que no había camina-
jula incomparable de la reflexión, de do aún las doscientas mil millas cua-
fijo se desorienta y extravía. No hay dradas que tenía que recorrer con
varas con qué medir los hechos que sus legionarios y encontró el fer-
pasan los límites de lo humano ni vor, el agasajo, el pecho sincero de
arcas suficientes a satisfacer la re- los brazos abiertos de Petión, quien
compensa: están justipreciados por desde el primer instante vislumbró,
una balanza que pende de la mano por una de esas anticipaciones de
de la Divinidad. Y por eso y como las almas superiores, que algo extra-
siempre tuvo por la más alta presea humano revoloteaba sobre la cimera
el título de Libertador y vituperable de aquel cráneo. Más tarde, muy le-
la bastardía de las coronas, cuales- jos, desde la cúpula de una catedral,
quiera que fuesen, sobrepuesto a la el taciturno Deán Funes, allá en las
vanidad plebeya y a los halagos efí- regiones que fecunda el Plata, al
meros, el Grande entre los Grandes, sentir que las montañas se estreme-
irguióse en el tamaño desemejable cían a las insólitas pisadas de un es-
que trajo al mundo y con el gesto de peluznante corcel de guerra, tembló
un dios, ceñudos los ojos de relám- de pasmo, y vio, como en el horror
pagos, miró con desdén la cornuco- de los sueños, cabalgando sobre el
pia de riquezas con que se le tentaba espinazo de los Andes un ¡tremendo
y la rechazó como a diabólica ofren- jinete del Apocalipsis!
da. El estupor batió las alas sobre Escribe al caballero de Jamaica la
aquella escena en que se destaca- carta más trascendental y profética
ba en silencio, como una esfinge, la que pluma alguna y los émulos ri-
majestad de la grandeza. ¿Y los de- dículos de Panurgo, mascullan: de-
más? ¡Bien cabe aquí el signo de una lirios, puramente delirios. Discurso
interrogación! Hélos allí, por sobre de Angostura y modelamiento de la
los guijarros de las rutas, desnudos, Gran Colombia, contradicción gri-
descalzos, de precipicio en abismo tan los linces de los casuistas. Des-
y de abismo en precipicio, otra vez barata imperios y con hercúlea dies-
por las picas de las servas, las ve- tra forja repúblicas: contradicción,
redas de los montes, los riscos y los prorrumpen los espíritus raseros.
desfiladeros de las cordilleras, por Domina con la espada y con la gue-
mares tormentosos en bajeles des- rra el conflicto de un continente y
mantelados, en harapos los bizarros crea el arbitraje para resolver los
SIMÓN BOLÍVAR - JOSÉ GIL DE CASTRO / MUSEO DE ARTE DE LIMA
escuadrones de ayer, con hilachas problemas internacionales y evitar
de banderas, con fusiles y sables en las contiendas, contradicción opi-
pedazos, callados el clarín y el tam- la espada sin mácula y de fulmíneos al pretender estimar en su juste- de que se tostaran hasta las últimas nan las almas aferradas a las viejas
bor, mudas las fanfarrias bélicas, los reflejos, cabizbajo, poseído de fatí- za las causas íntimas y los valores raigambres de la reyedad soterra- normas primitivas, destructoras y
unos mancos, los otros baldos, con dica pesadumbre, con un brazo ro- exactos de las acciones humanas das en las entrañas de nuestro sue- bárbaras. Esboza el plan de la cons-
honrosas cicatrices los más, ilesos to, un otro inválido de legendarias que traspasan el nivel de lo ordina- lo y que el ave fénix de la república titución de Bolivia, con videncias de
casi ninguno! Ved ese retorno de los proezas, como fatigado de tanta glo- rio y común, de ahí que sudan te- extendiera las alas en su ascensión Solón, elegancias de lengua y cortes
héroes libertadores, como aparecen ria rodó de su alazán de batalla, pa- meridades de juicios y acritudes de magnífica. de estilo a lo Jenofonte, utopías, vo-
de mermados y macilentos, marcha- ra no levantarse más, en la encruci- recriminación a las acciones y a los Pero que se reflexione en los ce- cinglean los ánimos apocados o me-
ron cuesta arriba con la arrogancia jada de Berruecos! hechos. Parécenos hacedero limitar rros de obstáculos que le cerraban diocres. Contradicción, contradic-
de los Alcides, en plena robustez y Y así, a grandes rasgos, intento un los estragos del incendio, los furores el paso y convengamos en que estos ción, contradicción, es el clamoreo
belleza de una juventud lozana ¡y se esbozo de lo que fue la ascensión ha- de la tormenta, los estallidos del ca- hombres de corazón y cabeza ex- que surge de todas partes, porque
nos presentan ahora vacilantes, con cia la gloria, en esa vorágine de pe- taclismo y la cólera de lo volcanes, cepcionales proceden por grandes, primero que todos propuso como
la demacración de una vejez prema- leas que asombraron a los coetáneos y de igual modo detener la trascen- imprevistas síntesis: si no hay in- fórmula única, y a su modo, libérri-
tura! Por no cometer una irreveren- y que aún deja estupefacta el alma dencia del pensamiento, la energía dependencia en Sur América, junto ma, es decir, grande de toda gran-
cia, por no expresar una blasfemia, nuestra al concebir la magnitud de de las revoluciones, la salvajez de con la vida, no quedara piedra so- deza, por basarse en la verdad y la
porque no lo afea la mancha de una los arrestos que concluyeron en la las guerras, el vértigo de los comba- bre piedra. Vendrá la muerte a im- justicia, la Sociedad de las Naciones,
culpa, porque son dignos como los perínclita hazaña. La descollante fi- tes, la profundidad de la cuchillada perar sobre ese montón calcinado o lo que es lo mismo, la proclama-
más dignos de piedad y veneración, gura de Simón Bolívar se remonta y el raudal de las hemorragias, y de de escombros y desiertos. Tal pudo ción del advenimiento de una Bue-
porque mueven el alma a compun- por encima de todas, semeja el blo- ahí que se nos cierre el criterio, se ser la ideación de Bolívar: las con- na Nueva, el reinado de la paz en el
girse a lástimas, por eso no más de que corpulento del Chimborazo que nos anuble la inteligencia, y se nos secuencias seguras, el exterminio Universo. Contradicción es la dote,
una vez no los califico de cáfila mi- señorea los picachos de las monta- encojan las alas del razonamiento. según piensa atinadamente un es-
sérrima y desarrapada de mendigos. ñas que lo circunvalan. De qué mo- ¿Cómo calar entonces en la hondu- critor de nuestros días, del que mu-
Es un desfile de enclenques, de vale- do figurárselo al través de las emer- ra donde se movía el espíritu del Li- cho ha meditado, del que mucho ha
tudinarios y de espectros: los liber- gencias que se le anteponían, de qué bertador? Cinco mil años hace que edificado, del que mucho ha destrui-
tadores se transformaron en már- manera negar el grandor que era se está sondando el alma humana, do: contradicción, diría yo, es la na-
tires! Y las distancias confunden, y preciso ostentar para superarlas, nos decía un pensador de la pasada turaleza misma que nos seduce con
aterran las lejanías! Mas cuándo se ¿por cuáles causas cohibir el empuje centuria, y apenas se han conocido el iris de sus bellezas, nos sorprende
llega a la ventura de un descanso, de las fuerzas que lo animaban? Yo algunas de sus facetas y entonces, con la complejidad de sus fenóme-
cuándo se llega por fin a las puertas me lo imagino impelido por un so- cómo distinguir a cabalidad entre nos y nos aterra con el espanto de
de aquel hogar, si existe acaso en las plo de predestinación, ya que no me las oleadas de sombra y los chispo- La descollante sus cataclismos.
márgenes de los ríos, en las prade-
ras de los llanos, en las riberas ne-
logro explicar cómo es que un hom-
bre solo pueda echarse un mundo a
rroteos de luz, la razón o la sin ra-
zón que en justiciero análisis de cir-
figura de Simón Y aquí, bajo este árbol secular, en
cuya base estuvo cuando desembar-
morosas de lagos y de mares. ¡Cuán-
do arribará la suprema felicidad de
cuestas sin quedar aplastado bajo su cunstancias anómalas, impulsaron Bolívar có del exilio, señores, tenéis grabada
en esa piedra la proclama que abo-
inmensa mole. De aquí los sacudi- al paladín de la libertad a que vibra-
pisar el césped de la tierra nativa! mientos que se experimentaban a su ra a la faz del mundo por sí y ante se remonta por lía la esclavitud y derogaba el largo
¡Que le digan la soledad sombría de paso, temblaba la tierra en lo físico sí, la fulminación del Decreto de la martirio de la guerra a muerte. Con-
las estepas que sintieron sus últi- y el orbe moral parecía resquebra- guerra a muerte? encima de todas” tradicción también, no faltará quien
mos estremecimientos, que lo cuen- jarse. Preguntad ¿por qué devasta Fácil nos es a la distancia de un vocifere, cuando es tan solo que sur-
ten los rayos del sol que vieron su el huracán, por qué calcina el rayo, siglo, cuando en vez de los tizones je de las profundidades de su alma,
postrera gesticulación, que lo narre por qué arrasa el desbordamiento del incendio ya ni pavezas queda, y a ponerse de relieve, quizás una de
el viento de los páramos que arrulló de la inundación? El impulso de las las cenizas fueron esparcidas por el las más deslumbrantes facetas de su
el estertor de la agonía y el sueño de fuerzas sociales, se rige por las le- viento de los años, suponer que no carácter: la mansedumbre de su pie-
la muerte, y elventisquero que con- yes de una mecánica que no acepta era intensísimo y asolador el fuego dad que le acompañó, como el ángel
serva aún sus carcomidos huesos! Y cálculos y no es dable reducir a la de la hoguera, imaginar que era in- custodio, al través de las más acer-
si no, ¡contemplad a Sucre, el jovial expresión de los números aún. De necesario atizar con fiereza de Vul- bas vicisitudes, ¡de la cuna al sepul-
y magnánimo Sucre, el Mariscal de ahí esa incapacidad que nos asalta cano los carbones enrojecidos, a fin cro!
10 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021

ANIVERSARIO >> EMILIA PARDO BAZÁN: 1851-1921

Pardo Bazán, la escritora indomable


“Alma libre, se Si las fechas no lo desmintiesen (de
1883, cuando publica De mi tierra, es
Ulloa (1886) y La madre naturaleza
(1887), que componen un díptico so-
no era costumbre sacar esos asuntos
fuera de la alcoba. La descripción de
declara indomable la primera y respetuosa carta que se
conserva entre ambos), uno pensa-
bre el caciquismo, el analfabetismo
y la miseria absoluta que ahogaban
la resaca con la que arranca la his-
toria es antológica y a uno acaba por
y no acepta las ría que esos amantes condenados a entonces a la Galicia rural. Son tal dolerle la cabeza pensando en las con-
verse sin rozarse son doña Emilia y vez la cima de su carrera, que alcan- secuencias que tuvo para la protago-
imposiciones de Benito Pérez Galdós, que mantuvie- za en un momento explosivo también nista una gloriosa juerga en la prade-

su tiempo, ni de la ron una fogosa relación más allá de


la literatura y de las convenciones de
en lo personal. En París se codea en
las tertulias con Zola y los Goncourt.
ra madrileña de San Isidro.
A Pardo Bazán la admiramos hoy
sociedad que le ha la época.
Pero ya volveremos al cuerpo a
Empieza su relación amorosa con Be-
nito Pérez Galdós, de la que dan tes-
sobre todo por su obra novelística,
pero no debemos olvidar que fue tam-
tocado en suerte” cuerpo entre doña Emilia y don Be- timonio las más de 90 cartas que se bién -o quizás, fue sobre todo- una
nito. Regresemos antes al inicio, a esa conservan (todas, salvo una, de doña portentosa cuentista. Publicó más de
Ciudad Vieja de A Coruña donde vie- Emilia a don Benito). La lectura de 600 relatos, dispersos en revistas y pe-
LUÍS POUSA ne al mundo Pardo Bazán en 1851. Sa- este epistolario, más allá de las anéc- riódicos, y muchos reaparecen aho-
bemos por los “Apuntes autobiográfi- dotas morbosas sobre los detalles de ra de la mano de antologías temáticas


Por el otro lado (…) orientado cos” que asoman en el preliminar de sus escarceos íntimos, da cuenta de (cuentos de amor, góticos…). Solo un
al naciente, la virazón maríti- Los pazos de Ulloa que las primeras una enorme historia de amor entre apunte, doña Emilia dio a la imprenta
ma calla y no se oye más que el lecturas de la futura escritora son dos gigantes de la literatura del siglo en 1901 El vampiro, el primer relato
goteo argentino de la lluvia en las sospechosas habituales: El Quijo- EMILIA PARDO BAZÁN (1913), JOAQUÍN XIX, historia en la que se mezclan las vampírico de la historia de la litera-
los cristales. Pero se ve tan cerca que te, la Biblia y la Ilíada. Nada menos. SOROLLA / HISPANIC SOCIETY OF colisiones con la Real Academia Es- tura española. Solo cuatro años des-
se me viene encima, que me parece También que con solo trece años es- AMERICA pañola, las riñas y las envidias que pués de que Bram Stoker publicase
estar tocando (…) la fachada gótica cribe su primera novela: Aficiones acechaban a dos autores de semejan- su Drácula (1897).
de la iglesia de Santiago (…), gris y peligrosas. A los 16 años, resume en con la tradición realista de la litera- te talla. En Miquiño mío (Turner) se Es pionera en esto y en tantas co-
pálida, con su cornisa cuarteada por sus apuntes: “Me vestí de largo, me tura española del siglo XVI. El lega- reúnen estas cartas y se puede obser- sas. En 1889, la Real Academia Espa-
el peso de los años, su pórtico de arco casé y estalló la Revolución de 1868”. do de Cervantes y compañía lo mati- var la evolución desde una respetuo- ña rechaza su candidatura y pierde
apuntado, señalando ya la ojiva y sus Ese matrimonio con José Quiroga, fa- za con el naturalismo de Zola, pero sa amistad a una muy intensa rela- la oportunidad de convertirla en la
dos santos de piedra que sostienen el llido desde el inicio, asomará una y muy filtrado y crítico (como explica ción y al posterior apaciguamiento y primera académica de la institución.
arco y se miran inmóviles, siempre otra vez en su literatura, camuflado en los ensayos de La cuestión palpi- separación de los dos más notables Tiene más visión la Universidad: ya
desde la misma distancia, a guisa de en personajes y esperpentos varios. tante (1883)). Encuentra al fin su voz escritores españoles de su tiempo (y al final de su vida, en 1916, es nom-
almas enamoradas que no pueden re- La ruptura final se produce cuando y explota esa destreza magistral para de muchos otros tiempos). brada catedrática de Literatura de la
unirse jamás”. Quiroga le pide que elija entre su ma- trasladar al papel lo que atisba a pie Esa década formidable la remata Universidad Central de Madrid. Es la
Así describe Emilia Pardo Bazán (A rido y sus libros. El portazo que dio de calle. “Este privilegio concedido al doña Emilia con la publicación de la primera mujer en llegar al puesto. Y
Coruña, 1851-Madrid, 1921) en su deli- doña Emilia al abandonarlo todavía novelista de crearse un mundo suyo novela Insolación (1889), que aunque los alumnos, intoxicados por los pre-
cioso libro De mi tierra (1883) la vista se escucha hoy, más de un siglo des- propio permite más libre inventiva y no siempre aparece entre las favoritas juicios de la sociedad, la dejan sola
desde la ventana trasera de la caso- pués, en la madrileña calle Princesa”. no se opone a que los elementos to- de críticos y estudiosos, reúne buena con sus clases. Renuncia a la cátedra
na familiar en la Ciudad Vieja coru- De su padre hereda la escritora una dos del microcosmos estén tomados, parte de las virtudes de la autora. Nos y la Universidad, como la Academia,
ñesa, hoy casa-museo de la escritora curiosa mezcla de liberalismo y ca- como es debido, de la realidad”, re- cuenta Pardo Bazán aquí las peripe- se queda sin doña Emilia.
y sede de la Real Academia Galega. tolicismo, que adereza con toques de flexiona en el prólogo de La Tribuna. cias de Francisca de Asís Taboada, Cien años después, Pardo Bazán
La formidable narradora, de la que feminismo más individualista que Es precisamente La Tribuna (1883) marquesa de Andrade, una aristócra- contemplaría divertida los homena-
se conmemora ahora el centenario colectivo y una pizca de otras espiri- su primera gran novela. Asoma en ta gallega viuda que lleva en Madrid jes que se suceden por su centenario,
de su muerte, domina como pocos tualidades. Alma libre, se declara in- ella su Coruña natal, rebautizada co- una vida ociosa y desahogada que se- agradecería las reediciones de sus
autores el apunte al natural, el retra- domable y no acepta las imposiciones mo Marineda, y la Fábrica de Taba- guramente no distaba mucho de la ju- libros y sonreiría con malicia ante
to a vuelapluma, la talla del paisaje de su tiempo, ni de la sociedad que le cos. Las desventuras de la cigarrera ventud de la autora en la capital. Esta ciertas interpretaciones de su obra,
y del personaje. Pero, como sucede ha tocado en suerte. Amparo y sus compañeras de labor narración nos sirve para apuntar va- tal vez demasiado apegadas al pre-
con este pequeño párrafo plantado Mientras se siente incapaz de cum- le sirven a doña Emilia para escul- rios rasgos cruciales de la escritora. sente. Por fortuna, no necesitamos
aquí a modo de atrio, a esos elemen- plir los preceptos de la novela como pir con minuciosidad la cruda reali- Usa en ella doña Emilia, como sin dar intermediarios para volver a una pro-
tos regalados por la realidad siempre gran maquinaria de fabulación que dad proletaria de la época. Los años importancia a una innovación de se- sa que se puede paladear, párrafo a
añade un paso más: en este caso, esa proclama Víctor Hugo, la lectura de ochenta del siglo XIX conforman la mejante tamaño, el monólogo interior párrafo, como si acabase de salir del
comparación de los santos de piedra los Episodios Nacionales de Galdós década prodigiosa de la obra de Par- que se haría célebre a principios del cerebro de la autora que nos observa
con dos enamorados condenados a –siempre Galdós por medio– le abre do Bazán. A La Tribuna y su fresco siglo XX en manos de James Joyce. Y pasar bajo su prodigiosa lente desde
contemplarse a solo unos metros pe- los ojos. Su habilidad para describir de la durísima atmósfera de la Gali- expone sin tapujos la realidad del de- la ventana de su casa en la Ciudad
ro sin encontrarse nunca del todo. lo que la rodea la lleva a reconciliarse cia industrial, le siguen Los pazos de seo femenino en una época en la que Vieja de A Coruña.

MONÓLOGO >> SOY CATALINA DE SALAZAR, MUJER DE MIGUEL DE CERVANTES

“Y entonces llegaste tú”


José Manuel Lucía En Soy Catalina de Salazar, mujer
de Miguel de Cervantes (Huso, 2021)
que se quisieron y fueron felices.
Personalmente, que fuera así –en
convertirla en su víctima, sino pa-
ra mostrárnosla como ser capaz de
mos soportado”, nos confiesa ella las
penas con amor y humor son más lle-
Megías (España, continúa su reto de ir despojando
la vida de Cervantes de tópicos, ha-
las buenas rachas y en las malas–
me encaja con la belleza heroica con
amar y de inspirar amor.
Todo en Cervantes permite intuir
vaderas. Y en el libro son frecuentes
las evocaciones a las risas cómplices.
1967) es poeta, yan sido propiciados por este para la que el escritor alcalaíno se despi- el rastro del amor, esa gran compen- Proclama: “Bien puedo decir que a
construirse como personaje o por de de la vida en el prólogo de su Per- sación. Incluido en dicho todo el hu- tu lado me sentí la mujer más feliz
dramaturgo, un cervantismo apoltronado. Hace siles: “Adiós, gracias; adiós, donai- mor que impregna el Quijote y que, del mundo. La más libre”. La liber-

ensayista, catedrático que ella nos hable en primera perso-


na, días antes de fallecer, consciente
res; adiós, regocijados amigos; que
yo me voy muriendo…”
en efecto, hubo de impregnar tam-
bién su matrimonio.
tad, como es sabido, es uno de los te-
mas clave en Cervantes, y muy espe-
de Filología de que volverá a reencontrarse con
Miguel. Todo pudo ocurrir así. Sin
El libro, de 64 páginas, es todo lo
contrario a una obra menor. Un lo-
Cuando se conocieron, en Esqui-
vias, aún no había cumplido los 18
cialmente en la mujer.
“Yo sé quién soy”, recalcó don Qui-
Románica, cervantista recurrir a planteamientos anacró- gro ejemplar, no solo en cuanto a las años y él tenía ya 37 años. Había que- jote. Y también nosotros podemos
nicos, pues estamos ante un gran claves socioculturales para enten- dado manco en Lepanto, estuvo cin- decir acerca de ella, tras cerrar el li-
y experimentado conocedor de la cultura del Siglo de der al personaje sino también de la co años cautivo en Argel, aspiraba a bro: “Sé quién eres”.
comisario de Oro, rescata a Catalina de la zona
gris, que la ninguneaba. Pero esto
emoción. Esta recuperación ya venía
abriéndose camino en el cervantis-
esto y aquello, escribía…. En el libro
que reseñamos, Miguel no se casó
José Manuel Lucía juega en Soy
Catalina, pero lo hace desde su pro-
exposiciones no es nuevo en Lucía, ya en La ple-
nitud de Cervantes (Edaf, 2019) man-
mo, pero José Manuel Lucía es ade-
más poeta. Dota a Catalina de enti-
por intereses económicos, ni ella se
agarra a un clavo ardiendo. El amor
fundo conocimiento de lo posible.
Y ya ha adelantado que, desde este
tiene que el apodo las “Cervantas”, dad, no para enfrentarla a Miguel o irrumpe. ¿Acaso no ha sido siempre mismo registro, trabaja en Leonor,
por el que se conocía a las cinco mu- así? Nada ha cambiado. la madre del escritor. Un libro que
EDUARDO AGUIRRE ROMERO jeres con las que llegó a vivir en una En el texto no se menciona directa- atraerá nuevos lectores a las obras
misma casa –sus dos hermanas, su mente a Ana Franca, mujer casada de Cervantes, pero también a sus

C
uando alguien escribe una mujer, una sobrina y su hija natu- con la que Miguel tuvo a Isabel, su múltiples biografías, incluida la tri-
biografía de Cervantes en tres ral–, no tenía intención peyorativa, única hija, en 1584, ocho meses ante logía realizada por este reconocido
tomos, que aportan nuevas in- sino, al contrario, era un reconoci- del desposorio con Catalina. Lucia especialista.
terpretaciones, lo previsible miento del carisma de las mismas. nos presenta a esta agradecida a la No deja de ser una bella paradoja
es que se tome un largo descanso. Pe- Sí, la falta de informaciones sobre vida y liberada de reproches, aferra- que, quien pone tanto empeño en
ro José Manuel Lucía Megías es un ella ha llevado a que su presencia da a su fe. desmontar las mitificaciones del
cervantista atípico. O mejor, varios resulte borrosa, pero también hubo Hay que saber mucho para conden- cervantismo romántico, nos ofrez-
en uno: catedrático de Filología Ro- cervantistas que la “reprocharon” sar como lo ha hecho el autor. Saber ca, si bien ahora, desde lo literario,
mánica (Universidad Complutense), sin fundamento –y con misoginia– mucho y algo más. Siempre he in- una obra tan romántica. Ah, la vida.
investigador y editor, comisario de ser un freno a la actividad literaria tuido que la diferencia entre las dos “Y entonces llegaste tú, Miguel”, re-
exposiciones, coordinador de progra- de su marido. Las largas tempora- entregas del Quijote, separadas por cuerda. Un libro magnífico y nece-
maciones culturales… y poeta, entre das pasadas por Cervantes lejos del una década, es que en la de 1615 ama- sario.
otros Hyde, todos buenos. Vuelve a hogar se debieron a sus trabajos – ba más a sus personajes. Quizá parte
las librerías para contarnos la ver- comisario de abastos, recaudador de la magia de Soy Catalina radica *Horas después de que fuese remitida
sión de la mujer del autor del Quijote. de impuestos atrasados, negocios en el amor de este cervantista por la desde España esta reseña a Papel
Ahora, combina su rigor académico propios, intermediario en transac- pareja, sin ser hagiográfico. Literario fuerzas del ejército venezolano
habitual con la libertad del escritor y ciones comerciales…–, no porque “Y luz siempre ha sido a mi lado, pe- ocuparon y embargaron El Nacional. Su
la sensibilidad del poeta. No hay rup- fuese su forma de huir de un matri- se a todo lo que hemos sufrido juntos, autor quiso, como acto de solidaridad,
tura. Su melodía sigue siendo la mis- monio aburrido y sin amor. Lucía CATALINA DE SALAZAR, POR MARTÍN DE de todas las penalidades que hemos que también fuese publicada en Diario
ma, con otros instrumentos. hace que sea ella quien proclame VIDALES / ©CARLOS DE DIEGO padecido, de las estrecheces que he- de León, periódico del que es columnista.

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