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Escribe Elías Canetti: Dolores cargados de significado: conllevaría siempre una mejora del hombre.

En vez de advertencias,
cada dolor tendría su sentido comprensible, solo podría significar los dolores serían en este caso estímulos. El ser más rico en dolores,
algo preciso, y el remedio estaría en el comportamiento del propio que se comportase debidamente, sería también el que más lejos
espíritu. La superación del dolor sería, sin embargo, algo difícil y llegaría: su curación sería su propia invención y su propio logro.

DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021

REGISTRO >> ENCICLOPEDIA VENEZOLANA DE LA DESTRUCCIÓN

Ensayo sobre la destrucción


LUIS PÉREZ-ORAMAS
“La revolución ha sido la vía letal de nuestros mesianismos: en su nombre, como si llevaran
I. Destrucción
Nelson Rivera me ha solicitado una
carnestolendas monstruosas el estandarte de la Parca, se ha ido acometiendo la destrucción
nota para introducir la polifonía so- de Venezuela”
bre la destrucción de Venezuela que
hoy comienza a publicar el Papel Lite-
rario: un ensayo sobre la destrucción.
No sé, en verdad, cómo hacerlo.
El siglo XXI se inauguró para noso-
tros con un deslave sin precedentes de
aguas pantanosas, cuando se iniciaba
el ejercicio criminal de presdigitación
política que fue el régimen logorreico
de Hugo Chávez. Esta realidad y aquel
símbolo azaroso se reúnen, a la altu-
ra del presente, para saldarse, como
es imposible ignorarlo, con la destruc-
ción de la Venezuela moderna.
Es un impudor que alguien que no
sufra en carne viva este holocausto,
por estar protegido en el extranjero,
es decir, quien esto escribe, pueda
pretender hacer la enumeración im-
posible de lo perdido sobre la tierra
quemada que ha dejado el chavismo
a su paso.
Yo me he puesto a hojear las Memo-
rias de un venezolano de la decaden-
cia, de Pocaterra, capítulo “XXIII”,
donde se hace un recuento pormeno-
rizado de las crueldades monstruosas
con las que se inició para nosotros el
siglo XX, y concluyo con la certeza de
que nada en verdad en nuestra his-
toria sobrepasa la indiferencia mo-
ral del régimen de Nicolás Maduro:
es nuestro nazismo, es decir la trans-
formación minuciosa de nuestra vio-
lencia (¿innata?) en sistema. Un siste-
ma mediocre, como todo lo que ha ido
consumiendo brutalmente desde 1999
la más mínima coyuntura de civiliza-
ENCICLOPEDIA VENEZOLANA DE LA DESTRUCCIÓN
ción en Venezuela.
La destrucción de Venezuela se re- pues la pérdida del vínculo y con ello 1998, Hugo Chávez anunció, entre blica, desvergonzada, culpable en su ras paulinas de Giorgio Agamben:
sume hoy en tres palabras: miseria, la pérdida de la comunidad. otros, el desmantelamiento de Petró- estulticia, de la destrucción de Vene- San Pablo hace claro en sus encícli-
persecución, y muerte. La miseria es No hay registro, ni espacio, ni te- leos de Venezuela, que ya llamaba zuela. Entre ambos, aquel juramento cas que la relación teológica entre
general, y también alcanza los res- rritorio material o simbólico; no hay con desprecio y asco un Estado den- y este perjurio, se dibuja el arco de la el acontecimiento mesiánico –la lle-
quicios de riqueza, especialmente región, ni ciudad, ni familia que no tro del Estado. Ese día, sin que na- destrucción, cuya complejidad trágica gada, la coincidencia con su hora, el
la malhabida, que aún persiste en el pueda contar el número específico die chistara, se inició el desmontaje no podía sospecharse en ninguno de pleroma ton kairon, es decir la recapi-
país. El bienestar material de algunos de sus pérdidas durante este tiempo de lo que hizo posible a la Venezue- nuestros peores augurios. Nada puede tulación de todas las cosas y todos los
en una sociedad desasida, abandona- arduo de ilusionismo político y, aho- la moderna. Algunas semanas más entonces sorprendernos, aun cuando tiempos– y la ley produce la katarge-
da a lo peor de su suerte, no es otra ra, ya sin matices, de brutal y salvaje tarde, Hugo Chávez juró como pre- no podamos dejar, en verdad, de abis- sis, es decir la suspensión de esta úl-
cosa que el colmo de la miseria, con- dictadura. sidente matar la ley que lo legitima- marnos ante el dolor que produce, an- tima: la in-operancia de la ley. La fa-
creta y moral: una fuente de oro en Venezuela vive la monstruosidad de ba, la Constitución que calificó de te la extensión que ha adquirido. talidad del mesianismo en la historia,
medio del estiércol. Venezuela es un la ideología: el mundo al revés, vis- moribunda. Hasta aquí la lógica de nuestra des- es decir, el efecto devastador que ge-
país de pobreza incalculable y de mí- to en su imagen invertida, conducido Jurar es, recuerda Emile Benvenis- trucción en el uso de actos de palabra nera entre los humanos el simulacro
seros, asqueantes ricos. por unos criminales cuyo único ta- te, “poner en relación una afirmación que anticiparon la perdición nacio- de esta teología en el funcionamien-
La persecución, por su parte, no se lento es el engaño, y a veces también con una cosa sagrada”, con una subs- nal, primero ante un vasto y ensor- to de la sociedad consiste, como lo ha
limita a existir en su peor y literal el autoengaño. tancia sacra que sola puede autorizar decedor silencio, y luego ante el fu- visto Agamben con lucidez sistémica,
acepción: aquella que produce como la validez del acto del juramento1. Si, ror de la protesta incesante cuando al proyectarse esta sombra mesiánica
sabemos, anualmente, miles de eje- II. Juramentos “moribunda”, la cosa sagrada devie- ya era, acaso, demasiado tarde. sobre la relación entre ley y sobera-
cuciones extrajudiciales por parte de En 1995, tres años antes de la malha- ne maléfica, su función de vínculo se no, en el advenimiento de un estado
las fuerzas armadas y policiales, con llada llegada al poder de Hugo Chávez, rompe. No sé si alguien lo recuerda: III. Mesianismo de excepción permanente. Apenas se
centenares de prisioneros políticos yo creí ver que en Venezuela habían Nicolás Maduro juró la presidencia, El simulacro de la religión en política establece –y como ha sucedido en Ve-
sometidos a tortura. La persecución entrado en colisión angustiante, en si- sobre el bodrio constituyente de 1999 se traduce en su cáncer, en su peor nezuela, se acepta como normal– una
es también el Estado secuestrado por tuación de fricción insostenible, tres que había sustituído al documento metástasis: el mesianismo. Para po- relación de dependencia entre la ley
el partido único que solo responde al realidades: el país, el Estado y, por su- constitucional más eximio de nuestra der re-encontrar la posibilidad de la y cualquier manifestación mesiáni-
individuo en cuanto este se humi- puesto, la gobernanza. La implosión historia, en nombre de Hugo Chávez. nación, los venezolanos tenemos que ca del poder, entonces la desolación
lla ante él: un sojuzgamiento y una de esos tres componentes de la unidad Si la cosa sagrada es una persona or- empeñarnos en comprender y en ex- social se inicia, irremediable e inter-
servidumbre involuntaria, forzada, de la nación se hizo aún más crítica dinaria, si se intenta sacralizar a un cluir de nuestros usos y costumbres minable. Lamentablemente nuestro
etigmatizante. cuando, por efecto del mesianismo individuo común, ya no puede haber lo que nos ha llevado desde siempre país, que aún sufre el colmo del me-
La muerte es, en fin, a la vez, en Ve- chavista y de la conversión del boli- ni juramento ni vínculo ni res públi- a buscar la figura de un mesías en la sianismo chavista tiene por narrativa
nezuela el día a día, literal y simbóli- varianismo en religión de Estado, se ca. Solo queda entonces un simulacro historia. La falla de nacimiento de originaria, consensualmente acepta-
co, de la vida colectiva. vino a perder todo resto de distinción de religión que no religa, que desliga. tal pulsión autodestructiva lleva en da, al mesianismo bolivariano. Tal es
Pero la destrucción de Venezuela entre ellos. El país se fue transforman- El juramento no pone nada en obra Venezuela, lamentablemente desde la enfermedad infantil de nuestra his-
se manifiesta, también, en el efec- do en un territorio a expensas del cual pero mantiene lo que otro ha puesto hace más de un siglo, el nombre de toria, que no ha podido ser vencida
to colateral, gigantesco, indetenible, mantenerse quienes lo dominan, has- en obra: la ley, la comunidad, la reli- Simón Bolívar. El chavismo ha actua- por la civilidad venezolana para sal-
inexorable de nuestro hundimiento ta quedar seco, exangüe, desangrado gión, etc.2 Chávez juró destruir a Ve- do como el ácido que afila sus contor- var a la realidad de Venezuela: la de
y ruina: la diáspora venezolana por material y simbólicamente. Y la ima- nezuela al prometer su re-fundación nos, produciendo la imagen mortífe- un mesianismo de orígen, recurren-
el mundo; la progresiva, inevitable gen espiritual de la nación comenzó a absoluta. Tal es la única promesa que ra de esa ideología nacional. te, mutante, voraz, carcomiente.
desvinculación con relación al país borrarse, convirtiéndose en nostalgia, cumplió, la única palabra en la que El trabajo de nuestro tiempo, y del
de las vidas de quienes, no cabe du- afectando gravemente la posibilidad no cometió perjurio. Nicolás Madu- futuro, si ha de haberlo, deberá con- (continúa en la página 2)
da, pudieron encarnar la generación de construir (y de conocernos) en el ro juró la presidencia en nombre de sistir en hacer inoperante al mesia-
mejor preparada, más informada, trabajo de la memoria. Hugo Chávez: ese juramento no po- nismo entre nosotros, desde su raíz 1 Giorgio Agamben: El sacramento del
competente, creativa de la historia No sé si alguien lo recuerda: en su ne nada en obra pero mantiene en antropológica. lenguaje. Arqueología del Juramento [Vrin,
de la nación. primera rueda de prensa como pre- des-obramiento lo que el otro había Veamos porqué, para lo cual voy a 2009], 25.
La destrucción de Venezuela es sidente electo, el 6 de Diciembre de jurado des-obrar. Es la asunción pú- seguir breve y torpemente las lectu- 2 Ibidem, 10.

Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021

Enciclopedia Venezolana
de la Destrucción
Convocamos a un Aleph-Tav
poco más de cien Dícese del legendario álbum de cromos que recopila el principio –Aleph–

autores a escribir y el fin –Tav– de todo el universo nacional, representado en las letras del
alfabeto patrio.
textos breves Compuesto por cientos de láminas, las estampas y lo que ellas representan,
desaparecen sin retorno desde hace años con la constancia de un reloj
que, con amplia implacable.
A la fecha, en el catálogo quedan apenas unas pocas viñetas que aún no se
libertad, hablen desvanecen: Las plazas Bolívar. El cerro el Ávila y el teleférico de Mérida.
El humor. Y el vino “La Sagrada familia”.
de la destrucción:
Sonia Chocrón
de las personas y
las instituciones,
de los servicios y
la infraestructura, Archivar
de la educación Leo Paper Cadavers. The Archives of Dictatorship in Guatemala (Duke Uni-
versity Press, 2014), de la historiadora Kirsten Weld. El libro trata sobre el
y la información, proceso de descubrimiento y recuperación de los archivos de la Policía de
Guatemala, cuyos documentos revelan los crímenes perpetrados por la dic-
Ateneo de Trujillo
de los derechos tadura guatemalteca durante la larga guerra civil. Aunque se trata de un Mediante Decreto Oficial, el Ateneo de Trujillo fue creado el 24 de julio de 1942,
caso de estudio sobre el país centroamericano, pienso en Venezuela. ¿Recu- e inaugurado en la casa donde se firmó el Decreto de Guerra a Muerte, el 13
y las garantías peraremos archivos de tal magnitud como los estudiados por Weld o ha ha- de noviembre de ese mismo año. Sesenta y ocho años y un mes después, el 13
bido en Venezuela una sistemática destrucción de cada documento que re-
ciudadanas, de gistra los abusos y los actos de violencia del Estado? ¿Existirán burócratas
de diciembre de 2010, la sede que desde marzo de 1960 ocupaba y que fuera
construida por el Ejecutivo Regional de entonces “para asiento del Ateneo de
silenciosos, aplaudiendo diariamente a sus jerarcas del gobierno, pero fo-
los talentos y tocopiando y escondiendo documentos, actas y oficios? Leo Paper Cadavers
Trujillo”, fue violentamente invadida por un grupo autodenominado Coman-
do Kuikas. Una treintena de personas armadas con machetes y bombas de
y trato de imaginar que a pesar de la metódica política de la destrucción y
capacidades, la desmemoria llevada a cabo durante estas décadas, sobrevivirán trazos,
mortero, tomaron la instalación expulsando violentamente a los directivos del
Ateneo. Ese mismo día, el gobernador del estado, Hugo Cabezas Bracamonte,
y de cualquier huellas, papeles olvidados, capaces de develar las atrocidades, violaciones
y atropellos de estos desgarradores años. Quiero gritar que archiven todo,
emitió un Decreto (No. 695) ordenando la intervención del Ateneo. Este De-
creto, así como las acciones directas de los invasores del Ateneo, estuvieron
otro aspecto que fotocopien todo, que conserven hasta las notas adhesivas desechadas a
la basura. Porque a pesar de todo, a pesar de la destrucción, algún día esos
instigados por el Cronista de la Ciudad, Huma Rosario Taveras y el Director
de Educación del Ejecutivo, Benito Flores.
de la realidad papeles revivirán su latente memoria capaz de ofrecernos el derecho de po-
der mirar y juzgar con más severidad estas infames décadas de Venezuela.
Lo que antes se llamó Ateneo de Trujillo, pasó a llamarse Complejo Cultural
Kuikas. Lo que durante casi siete décadas fue un activo espacio de discusión,
que merezca Alejandro Martínez
formación y difusión cultural, desapareció para dar paso a la espoliación, las
ruinas, la nada.
ser consignado,
Pancho Crespo Quintero
tangible o
intangible. A esta Armando Reverón
entrega de hoy, Aviso para navegantes
El 15 de diciembre de 1999, día en el que el barro arrasó con parte del li-
constituida por 68 toral central venezolano, desapareció también el Castillete de Armando
Reverón, edificación que fuera vivienda y taller de ese gran artista, y que
En Venezuela, desde 1999, la libertad de información ha venido desapare-
ciendo no de un día para otro, pero todos los días un poquito más. Medios
textos, le seguirán constituía, de hecho, un ámbito simbólico para nuestra cultura: el lugar
donde había sido creada una de las obras artísticas más lúcidas de la mo-
de comunicación, desde modestos periódicos de provincia y estaciones de
radio locales hasta portales de difusión internacional y emisoras de amplia
otros 41 más, la dernidad latinoamericana.
Tras años de abandono, el gobierno local lo reinauguró en 2018. Sin in-
cobertura –todos, o casi todos, han sido intervenidos, prohibidos, multados,
enjuiciados, vandalizados, bloqueados, suspendidos, vendidos y finalmen-
próxima semana vestigaciones serias que respaldaran este delicado trabajo, la “restaura- te extinguidos. Si se quiere un estudio consistente léase 20 años de censura
en Venezuela (1998 -2018) de Andrés Cañizales (Alfa digital, 2019) y allí pue-
ción” del Castillete nos lo devolvió transformado en un adefesio de palmas
y cemento. de verse como los ataques a la libertad de información fueron perpetrados
Pero la devastación es mayor. La desaparición de los archivos del Museo contra los propios medios y sus instalaciones, sus propietarios, directivos
Reverón, entregados tras el deslave a la Galería de Arte Nacional, es un y personal, especialmente periodistas, muchos de los cuales han salido al
hecho, como lo es el menoscabo del material documental sobre nuestra exilio. Hasta hace unos días los escritores literarios no habían sufrido reta-
historia plástica que era resguardado en las hemerotecas de los principa- liaciones. Pero nada es permanente. El encarcelamiento de la escritora Mi-
les museos nacionales. lagros Mata Gil (Caracas, 1951), apresada el pasado 31 de marzo en El Tigre
Hace poco el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas fue rebautizado (Anzoátegui), por efectivos de la Comisión Nacional antiextorsión y secues-
como Museo Armando Reverón. Se quiere reforzar una imagen tergiversa- tro, y posteriormente liberada bajo medidas cautelares, por ser autora de un
da y manipuladora de este refinado y valiente creador, con fines populistas. texto titulado “Fiesta mortal”, publicado en una red social y difundido en un
La destrucción que supuso el deslave del estado Vargas prefiguró para grupo de whatsapp, en el cual se describe satíricamente un festejo privado,
muchos un signo agorero de lo que vendría. La Venezuela de hoy corrobo- es en mi conocimiento el primer caso de detención de un autor literario por
ra, dolorosamente, este presentimiento colectivo. sus opiniones. Quedamos avisados.

Katherine Chacón Ana Teresa Torres

Ensayo sobre la destrucción


surda tentativa de imponerle al con- números del Papel Literario.
junto del organismo social la ilusión Tenemos que rechazar, para vencer
de un solo tiempo. La frase de un re- por una vez la ideología nacional me-
volucionario histórico, Saint Just, ta- siánica, y su trompeta apocalíptica, la
llada en la piedra de un jardín arcádi- revolución, cualquier principio, cual-
co por el poeta Ian Hamilton Finlay, quier teoría o utopía que no coloque
(viene de la página 1) IV. Revolución teridad, se habrá destruído Venezuela? viene al caso: “El orden del presente al dolor del otro como límite absolu-
La revolución ha sido la vía letal de Tendríamos que reconocer nuestra es el desorden del futuro”. to de su legitimidad; todo lo que para
Apenas se autoriza a los ciudada- nuestros mesianismos: en su nombre, verdad heteróclita, nuestra modestia Pascal Quignard, reflexionando sobre ser tenga que hacerse indiferente al
nos a proyectar sobre el soberano como si llevaran carnestolendas mons- nacional para poder rehizar nues- el sobrenombre pulsional de Paul Ce- dolor del otro, al dolor concreto, a la
(es decir sobre el Poder) una expec- truosas el estandarte de la Parca, se ha tras ambiciones. Para emanciparnos lan, l’élan, el impulso, en aquel que se singularidad ordinaria y sufriente.
tativa mesiánica, se produce una ido acometiendo la destrucción de Ve- del mesianismo es preciso entonces lanzó como Boutès a las aguas del Sena Venezuela necesita, sí, que advenga
mutación en la relación que rige la nezuela. No podemos seguir reivin- aceptar nuestra heterocronía: asumir, desde la memoria del dolor y la destruc- el ejercicio insoportablemente diferido
vida humana y la ley, primero po- dicando, entonces, bajo ninguna cir- todos, que nuestra temporalidad es ción infrigidos por el nazismo, escribe: de una Justicia implacable para los res-
tencialmente y luego en acto, en de- cunstancia, esa falacia, ese espejismo múltiple, y a menudo conflictiva. “El futuro, en lo que concierne al tiem- ponsables de la destrucción; pero sobre
vastadores actos, de suerte que des- ideológico, esa palabra maldita que es- Le debemos a un alemán desespe- po, es lo que está encriptado. La palabra todo, para que pueda haber futuro, para
aparece “toda distinción entre la conde la más excepcional falsedad so- rado, Ludwig Boltzman, un descubri- futuro (phutur) viene, ella misma, de la alcanzar la suerte de ver surgir desde
observancia y la transgresión de la bre nuestra relación con el tiempo. miento que la física contemporánea palabra griega phusis. Es el llamado”3. sus sombras un día al país de todos nue-
ley”1. Tal es nuestro estado, el estado Tengo para mí que la falta de tole- asume como principio fundacional: Yo quisiera hablar entonces del vamente, los venezolanos deberemos
de nuestro presente. Tal es la causa rancia hacia nuestra propia diversi- que no hay ecuación elemental del dolor: la incapacidad de dolernos en encontrar, entre nosotros, los caminos
de la destrucción que nos abruma. dad también sustenta, como Saturno universo en la que el tiempo como en- el dolor del otro es el peor resultado de una política de la misericordia.
De allí el peligro de toda forma polí- de sus hijos, a nuestro mesianismo, tidad única y no fractal aparezca. El de ese ejercicio inhumano del poder.
tica de mesianismo, de toda política raíz de la destrucción, al no saber reco- futuro, que no existe aún, solo existirá Pero entre las figuras de resisten- 1 Giorgio Agamben: El tiempo que resta.
de la promesa (y no de obras); y de nocernos en la ordinaria verdad múl- como paso de calor entre los cuerpos, cia, acaso la más digna es aquella Comentario a la carta a los Romanos
allí la necesidad, la urgencia salu- tiple de lo que somos como sociedad y como entropía, es decir como ubícuo y de quienes, en estas y otras páginas, [Trotta, 2006], 105.
taria y epocal que nos corresponde haber querido, absurda e incesante- familiar incremento de desorden2. no han cesado de registrar el catá- 2 Carlo Rovelli: The Order of Time [River-
enfrentar como sociedad para sobre- mente, ser otros, alienarnos a imagen La revolución es siempre, por prin- logo de nuestros dolores colectivos head Books, 2018], 59.
vivir: aniquilar al mesianismo entre de otros. ¿Cuántas veces en su historia, cipio y lógica, la madre de todas las como lo hacen las líneas que estas 3 Pascal Quignard: Lecciones de solfeo y
nosotros. en su enfermiza búsqueda célera de al- intolerancias porque implica la ab- líneas introducen, en los sucesivos piano [Pre-textos, 2021], 49.
EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021
Papel Literario 3

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Balcón del latín balcone Calle Newton, 2014


En ese entonces, la calle de la alcaldía. Sin estación del Metro, pero con
sus obras: el nido de concreto de algún ave mitológica. Justo al lado, una
pollera: una calle con sentido del humor. Con edificios medianos, grises,
ocultos de la pendiente tras un restaurante sichuan. Una calle en que todo
fluye siempre hacia el río: las lluvias que se arrastran desde lo alto de la
montaña, las marchas de los vecinos aporreando sus cacerolas. Protestar
tenía sentido todavía. En el seno de la multitud, la generación espontánea:
jóvenes con trajes de combate improvisados. Flotaba en el aire una amena-
za imprecisa, cuando alzaron sus primeras barricadas. Cuando abrieron,
feroces, las bocas de alcantarilla. Cuando hirieron los ojos rubios de cada
poste de luz. La calle era una trinchera desierta. Un archipiélago en un pla-
neta abandonado. Entonces la tan temida invasión se acabó produciendo,
quién sabe si convocada por los propios vecinos. Un vehículo blindado se
abrió paso en solitario. De sus tripas nacieron dos siluetas distintas: jóve-
nes, también, uniformados. Treparon las aceras bajo la mirada atenta y
silenciosa de los balcones. No hubo lluvia de botellas, ni gritos de libertad.
No hubo bombas lacrimógenas disparadas hacia las ventanas. La calle era
una tregua: un primer paso hacia la prolongada posguerra. A partir de
entonces se espació el camión de basura. Las tapas de alcantarilla tardan
meses en reaparecer. Los postes, casi un año en volver a dar luz. La calle
no volvería a ser la misma.

Gabriel Payares

Caimanes
Somos el país cuyo mapa fue desdibujado como un hueso roído. Y las
ciudades lanzadas cual piedras al pantano. Los caimanes voltean y bajo el
sol relucen sus panzas llenas de monumentos, puentes, carreteras. Cuando
eructan, luces de semáforos y neón alumbran intermitentes desde sus
gargantas.
Los reptiles digieren la ciudad que les tiran aquellos que la convirtieron
en botín y se deshacen de sus restos.
Los forajidos apresaron a los agrimensores para obligarlos a redibujar
la topografía con un suelo anémico, deforestado. Los forzaron a borrar los
nombres, a eliminar de un zarpazo los ríos en el cauce de la sequía. Para
divertirse, los dueños, los bandoleros, los conminaron a ilustrar monstruos
medievales, como en los mapas antiguos, para señalar un territorio más
indómito.
Tiemblan sus papadas al reír cuando miran el plano hecho a su antojo: el
encabezado con dos pistolones, la calavera con sus tibias de bandera.
A los habitantes los echó el espanto, algunos llevaron consigo las venta-
nas para recordar las tardes frente a sus casas, los domingos cuando llovía.
Hay caimanes que se indigestan con los hornos de las fábricas, los labora-
torios y sus reactivos. Otros mueren atragantados en plena deglución de un
hospital. Pronto se hartan del concreto. Se aburren de estar en la ciénaga.
Con precaución asoman sus hocicos a la orilla, luego sus cabezas comple-
tas. De a poco sacan el cuerpo y, de repente, sus colas atraviesan calles y
1 F. Ventana cerrada hasta el suelo del salón donde solo se asoma el hombre en la prolongación voladiza de la noche autopistas.
tragado por las multitudes él abre su hoja de metal y levanta los brazos sin acodarse sobre el yeso del frisado y brama Los dueños del mapa-hueso carcomido se cuidaban de los árboles porque
no articula torrente es y fuerza telúrica amalgamada es con la turba una hojarasca de gusanos es bullicio él la bulla alguna vez estos se movieron y derrocaron una monarquía; así que los tala-
hacia el bullicio patibulario en los cristales rotos por los retumbes de la banda marcial y el sandungueo del carnaval ron para evitar motines. Pero nunca pensaron en caimanes arrastrándose
acrisolado en el meloso anís porque el soberano ha gritado lo dice el árbitro electoral y el teniente le baladra al pueblo. hacia sus dominios.
Nadie lo vio venir, y ahora estos rastreros insaciables comen palacios,
2 F. En la terraza de la casa de mis abuelos quedó un viejo taburete con asentadera de cuero y se ha ido pudriendo muerden cuerpos grasosos, tragan jetas de carne podrida entre los dien-
desde entonces al menos en el recuerdo de quienes partimos y en el recuerdo de quienes se quedaron y no volvieron tes. La cabeza les cabe en un bocado; aunque los bigotes les producen
más a visitar aquel lugar donde todos coincidimos alguna vez ahora habitado por sombras desmemoriadas y que a flatulencias.
pesar de cualquier día soleado pertinaz enmohece así el taburete se ablanda y ni siquiera es deterioro porque él se El mapa entero es ahora un pantanal.
descompone a pesar de la imputrecescibilidad de lo curado se transforma en gelatina bullente el país.

Israel Centeno Carolina Lozada

Ballet Ruso Ciencia aprisionada Comer


Versalles significó la humillación y el aislamiento Entonces se sentaron a comer las piedras rotas de la orilla
de Alemania tras su derrota en la primera guerra mal, mirando el cielo de Mérida ido, mirando el amplio cam-
mundial. La república de Weimar heredó un país po olvidado / seco / quebrado, mirando el enjambre de ca-
destruido, donde Liza Minelli fingía bailar y cantar rroña que no deja ver las olas en el cielo, entonces la tierra
en un cabaret, pero nunca se abandonó el “principio en la boca, es lo que hay, otra vez, mastiquentraguen, la tie-
de que el conocimiento… debe ser incesantemente rra de la esperanza, buen provecho, las uñas mugrosas en-
perseguido”, que Wilhelm von Humboldt legó al tre dientes desesperados, la tierra maldita, o, la tierra san-
fundar la Universidad de Berlín en 1810. Y así en ta y prometida para el exilio de todos los ángeles, de todas
esos tormentosos años veinte, la mecánica cuántica las lenguas desatadas, tragan las lágrimas crecidas frente
fue elaborada en las universidades y ha permitido al templo, es lo que hay, la lágrima con un cuerpo adentro,
todo el desarrollo tecnológico de nuestro tiempo. Se muerden los codos ya fofos pobre gente mi sangre de estre-
necesitó libertad de acción en las universidades y llas, comen balas, recuerdos, piden más detrás de las rejas,
financiamiento en tiempos de crisis. En Venezuela, y solo viento que viene de la infancia suena, mi familia sin
la ciencia como institución es de data reciente. La cena suena, mastican las tripas piches del animal blanquea-
ASOVAC se creó en 1950. El IVIC en 1959 y las fa- do puro hueso, pero primero hay que leerlo por dentro para
cultades de ciencias surgieron en la década de los saber qué hacer si no hay mercado solo residuos amargos
sesenta. Con el fin del milenio creció vigorosamen- en los parajes abandonados, comen cable, sin miedo, oigo
te hasta alcanzar un status privilegiado en el estado otra vez, amigues acá no existe el futuro, otra vez esparce tu
venezolano. Se implementaron el SPI y el CVI. Pe- eructo que no llega, puja como única noticia ante imponente
ro, irónicamente, a pesar de que la LOCTI del 2005 montañas, los hambriados necesitan palabras para sus ojos
proporcionó el mayor financiamiento a la ciencia frente a vastas tierras devastadas –ya basta de gritos frente
en Venezuela, ahora está aprisionada, menoscaba- a la losa vacía– ahora, como saben, estamos hundidos del
da. Financiar sin libertad fue caer en un pozo de lado de la sombra mirando nacer nuevos astros, gracias ca-
frustraciones. Así se destruye cualquier propósito, maradas solo hay pellejos por hoy, la fiesta ha dejado árido
hasta un país. el camino a casa, pero vamos igual.

Adel Khoudeir Jairo Rojas Rojas

Anna Pavlova en Caracas

Quisiera que mi pequeño país ruso se pareciera más al ballet y menos al zar.
Con dominios así de esbeltos como largas, firmes y estilizadas piernas por
las que vibra, corre la sangre como autopistas. No se derrama, pérdida, en las
calles rojas, huecas, muertas de la ciudad tras bombas, estallidos y fieras rau-
das en moto con armas en el cinto, matando perros en el aire de plomo, vicio
bajo puentes, asfixia desde abril.
Quisiera que mi pequeño país ruso fuese grande, fino, lleno de luz y sabana,
lleno de luz y sabana, con vida alegre en las butacas, sin aplausos ciegos en
teatros rotos, verde de palma, no de oliva.

Betina Barrios Ayala


4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021

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Crímenes de lesa ciudad Desde mi ventana, Mérida, mayo 2017


Ignoran, pero no porque no saben. Es peor. Ignoran la fuerza de la ciudad
porque la conocen y se propusieron desarmarla, desconociéndola, pues la
temen. Como saben que el poder también teme esa fuerza, le prodigaron
lisonjas, quizá buscando lo que por talento no hubieran logrado.
Ignoraron el Plan de Habilitación Física de Barrios cuando la emergencia
de liderazgos alternativos amenazó su protagonismo embaucador. Ignora-
ron las responsabilidades que acarreaba y las posibilidades que abría la
tragedia del deslave para apalancar la falacia del eje Orinoco-Apure. Igno-
raron el patrimonio asaltando espacios y edificaciones para dislocar refe-
rencias. Ignoraron los paseos y permitieron su invasión por buhoneros a
quienes espantaron para simular decencia. Ignoraron que la ciudad es un
sistema de interrelaciones y redujeron todo a una Misión Vivienda de edi-
ficios lamentables, enfrentamientos insalvables y propiedad cuestionable,
luego degradada a las pinturitas del Barrio Tricolor. Ignoraron secuen-
cias emblemáticas como la Avenida Bolívar, devorando su espacio público,
consolidando el abandono y degradándola con bloques prematuramente
envejecidos e irremisiblemente tristes, que exhiben tendederos y basura.
Lo saben. Sabemos que lo saben; saben que lo sabemos. Entre torpezas,
trapisondas y turbiedades, su ignorancia es un aciago listado de crímenes
de lesa ciudad.
Y esos tampoco prescriben.

Enrique Larrañaga

Culturas originarias en extinción


Habitantes originales de la selva, los Yanomamis, viven en los límites virtua-
les entre Brasil y Venezuela. Los Yekuana se localizan en Bolívar y Amazonas. Ednodio Quintero
Estas culturas se encuentran hoy en vía de extinción a causa de la invasión de
buscadores de oro y la deforestación de sus selvas orquestada por el régimen
chavista.
El Amazonas venezolano y su territorio de 184.000 Km2, constituye una Duelo
de las más prodigiosas reservas de la biosfera, manteniendo el equilibrio
climático al producir nubes, lluvias, agua y oxígeno para la atmósfera del A las familias que viven en el Cementerio General del Sur
planeta. En sus selvas han sobrevivido por miles de años culturas que cons-
tituyen los reservorios de la sabiduría ancestral de la humanidad. ¿Qué sabe del duelo un niño que duerme sobre los muertos?
Esa vasta región se ha convertido en el escenario de una lucha de poderes Un niño para el que una tumba es un hogar, una lápida es una almohada.
por el control de sus territorios por parte de organizaciones criminales de- ¿Quién le dice a este niño que la vida no “debe” correr ni jugar en un camposanto?
dicadas a la minería, apoyadas logísticamente por corporaciones militares ¿Que el aroma de los crisantemos y las camelias es un tributo a la ausencia y no a su sonrisa?
a cargo del llamado Arco Minero, en alianza con la guerrilla colombiana, Este niño que se mancha de tierra, que se guarece de la lluvia, que pierde los dientes de leche en el seno de los difun-
el narcotráfico y el negocio del oro. Una minería sin control que arrasa tos. ¿Cómo explicarle que ellos son cicatrices y no guardianes? ¿Quién le dirá que no son suyos?
indiscriminadamente la selva utilizando mercurio en el proceso de extrac- ¿Qué sueña un niño en un cementerio?
ción del oro, perjudicando los suelos y envenenando los ríos. ¿No es acaso Este niño que ya ha resemantizado nuestro mundo, que nació de un parto de múltiples duelos: de país roto, de salud
un crimen de lesa humanidad la destrucción del pulmón del planeta y de quebrantada, de calles de suelo gris y orines fermentados, de exilios e insilios.
nuestras culturas ancestrales en nombre del “socialismo”? ¿Dónde cabe el duelo de este niño en la RAE?
Niño Pocaterra, niño dionisos.
Edgar Cherubini Lecuna ¿Quién le habla del duelo a un niño que despertó en la muerte?

Natasha Rangel
Daño antropológico

Al atavismo caudillista y militarista; y al daño populista, rentista y clientelar,
se le agregó el daño antropológico neototalitario. El padre tan ausente a veces
Educación
en el nivel microsocial, se transformó en un padre omnipresente en todos los
niveles; permisivo y pseudo-protector, primero. Vigilante, despótico y genoci-
da silencioso, después. La moral distraída de algunos de nuestros primeros
El alma
republicanos se transformó en la moral desvariada de los destructores de la En su libro El Danubio,
república.
Claudio Magris dice que a
Las aproximaciones a la modernidad de la segunda mitad del siglo XX han
sido arrasadas por la barbarie de la manipulación y fosilización identitarias. los horrendos crímenes del
El odio se atizó con todas sus paradojas. Los íconos y símbolos de la naciona- nazismo es necesario agregar
lidad fueron profanados y la memoria colectiva ha sido horadada; la circuns- el de haber pervertido la
cripción, la autovía central y la montaña totémica de la ciudad ya no tienen el
interioridad alemana. Parece
mismo nombre.
No existe la burocracia moderna weberiana, ni su racionalidad, en donde se una obviedad, pero a veces
adecúan lógicamente medios a fines. La ineficiencia extrema, o la simple ino- olvidamos señalar que los
perancia, es el común denominador de los servicios públicos. La ciudadanía peores males de la historia no
incipiente de los lustros anteriores, desapareció. No hay una instancia me- solo liquidan cuerpos sino que
diadora que haga respetar los derechos sociales, y existe miedo de luchar por
ante todo se proponen acabar
los derechos políticos. Por mera sobrevivencia, nos han obligado a gestionar
el silencio. El panóptico mediático es comunicación del miedo. Terror a los con las almas. Que lo logren
grandes aparatos represivos y a los micropoderes (colectivos) de la hegemonía; o no, ese es otro asunto –¿se
desconfianza e insilio. puede matar un alma?–, pero
El arquetipo de trickster nos secuestró; impera el individualismo anárquico
de que las someten a vejaciones
y la ausencia de normas estables y racionales. Comúnmente ya no encontra-
mos fanáticos, sino oportunistas moderados. El sociolisto, dueño de un bode- indecibles no queda la menor
gón, no blande las banderas del socialismo. ¿De dónde provienen sus fondos? duda. Envenenar el trato de una
No hay instituciones bancarias para solicitar créditos legales para verdaderos sensibilidad con el mundo es la
emprendimientos. El trabajo asalariado ya no tiene ningún valor. La ética bo- empresa más abominable que
livariana está a años luz del espíritu del capitalismo y la cultura laboriosa del
se pueda concebir. Mucho más
protestantismo ascético. No hay progreso sino una involución y regresión se-
cular. El futuro se quedó sin gasoil. La neolengua se encargará de desdibujarlo. si es adrede, por puro morbo
de perjuicio, como pienso que
Carlos Colina se ha pretendido hacer con
nosotros en Venezuela. Elisa
Derecho Lerner me dijo un día que el
chavismo era la abolición de
En las sociedades libres con un sólido Estado de Derecho, el Derecho es una
la belleza. Entonces no supe
herramienta en favor de los ciudadanos para limitar el poder del Estado.
Pero en Venezuela, en los últimos 22 años, hemos presenciado una transfor- contestarle que, aunque estaba
mación del ordenamiento jurídico y un uso (manipulación en realidad) del de acuerdo, su entereza moral
Derecho para sostener en el tiempo un poder arbitrario e ilegítimo. La ley, –la de Elisa y la de tantísimos
otrora garantía para el ejercicio de derechos y libertades, hoy ha sido susti- otros venezolanos portadores
tuida por decretos presidenciales, actos unilaterales inconsultos, para soca-
de una belleza interior de raíces
var estos derechos. El Poder Judicial, fundamental para la efectividad de los
pesos y contrapesos del poder, ha sido genuflexo ante el Poder Ejecutivo; ha muy hondas– es y será por
avalado sus políticas de control social en contra del ciudadano e incluso ha siempre una patria posible para
sido agente activo en la ejecución de estas políticas. Nuestras Universidades nuestro resguardo y nuestra
enfrentando la enseñanza del Derecho con la cada vez más abismal distancia curación. Para el resguardo
entre deber ser y ser. Los abogados ejerciendo cada vez menos Derecho y más
y la curación de nuestra
gestoría especializada en procesos y trámites kafkianos. La libertad, lamen-
tablemente en nuestra cultura jurídica nunca ha sido concebida como un fin interioridad, de nuestra alma.
del Derecho, pero hoy en día es el objetivo de ataque de esta herramienta del
poder en el que han convertido al derecho, con d minúscula. y le llaman… sistema educativo Diego Arroyo Gi

Andrea Rondón Jonatan Alzuru Aponte


EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021
Papel Literario 5

REGISTRO >> ENCICLOPEDIA VENEZOLANA DE LA DESTRUCCIÓN

El ayunador El espacio
Soy oriunda de un país acechado Hubiera querido seguir en el mapa el recorrido gón donde daban vuelta muslos, arepas, cacha- ble como lo fue para los trazadores de mapas de
por el hambre, donde lo que hay – del carro porque no se podía imaginar el terri- pas. Ahora, nada. Un niño a lo lejos golpeaba siglos pasados. Una barbarie verde y abandona-
la falta de comida– ha sustituido torio en el que se estaban adentrando. En el aire una lata. Una selva repentina cerró nuevamente da, atravesada por el carro Golem, siempre ha-
eso que habría que buscar –los flotaba el negro de las partículas de monóxido o la visión. Una radio sin estaciones. Apenas al- cia adelante, que a veces se cruzaba con otro ca-
signos, lo que no hay–, de no tener de una lluvia a punto de caer. Los árboles cria- gunos letreros. Fotos de concejales en campaña. rro también rearmado y humeante.
que pasar la vida luchando por ban barbas. Las curvas estaban cuarteadas. El Muy poco tránsito. El espacio era más espacio. Sin señales, ni mar-
llenar el vacío de lo primordial. asfalto, un pergamino. Una sucesión de puestos Hubiera querido activar el GPS, pero ahorraba cas, ni reglas, ni rastros. Todopoderoso como un
Vengo de un país donde aquello de comida cerrados la sorprendió en un descam- energía. Además, la densidad de la maleza for- dios que se sabe intocable.
que podía considerarse un placer y pado. Tenían las paredes tiznadas porque en su maba una coraza que imposibilitaba toda señal
un derecho se convirtió en agobio. momento habían albergado una hoguera, un fo- satelital. El espacio era verdaderamente inasi- Liliana Lara
Ser testigo de esta pesadilla es
una de las razones que me han
impulsado a escribir sobre el
ayuno, cuya imagen, en el fondo,
se me presenta como una forma
El exilio interior Emprendedores
de resistencia, la experiencia de
Cuando comencé a escribir este diario, cuyas páginas me resultan a veces En la entrada de la talabartería han colocado unos cajones con frutas. Se
la anorexia como metáfora del
desagradables, llegué a un punto en que las palabras comenzaron a detener- mantiene el registro comercial del negocio pero nadie encarga carteras, pi-
reclamo.
se lentamente. No sé si llamar a esta situación, con propiedad, un bloqueo de hacer arreglos o comprar algún género de cuero. Lo mismo ocurre en la
El ayunador, el anoréxico,
inconsciente, o quizá se trate de un mecanismo de escape, un deseo irrepri- tienda de insumos para bicicletas: varios guacales exhiben plátanos, yucas,
rechaza alimentarse, se bate a
mible de contener las náuseas. De cualquier manera, algo era evidente: las aguacates en tanto las llantas, los manubrios, las bombas de aire yacen al
muerte contra su hambre, la
ganas de vomitar me dominaban lanzándome hacia una especie de oscuridad fondo como sombras de una época antigua.
incita, la reta, la convierte en
voraz y melancólica. Librerías, atelieres, comercios de ropa interior han improvisado mostra-
un arma. Un origen “que no
Siempre quise convencerme de que, en efecto, me había ido de este país de- dores y estantes para vender comestibles de rápida cocción y relativo bajo
parece tener un fin terreno”
vastado por el odio y la miseria. Solía imaginarme en otros lugares, entre precio. A veces incluyen huevos y –sin refrigerar– embutidos y quesos, y,
subyace a la decisión de vérselas
otros seres que, desde luego, pronto aprendería a querer. Nada de todo ello desde el inicio de la cuarentena por COVID-19, tapabocas y guantes con-
con el estómago vacío. Algunos
pasó, es evidente, y en vez de haber escapado en silencio, decidí exiliarme en feccionados con retales.
estudiosos sugieren que detrás de
el baño de mi casa. No recuerdo con exacta fidelidad el día o la hora en que En la venta de muebles pueden comprarse buenas papas; en la oficina de
la acción de dejar de comer esté
este extraño hecho ocurrió. Solo tengo un súbito recuerdo de aquella extraña administración de condominios, tomates baratos y regios. Los jóvenes que
quizás la necesidad de echarle en
noche en la cual subí las escaleras, me abotoné la camisa y entré a mi baño. suelen atender estos “emprendimientos” no tienen idea de que hace dos
cara al otro –¿alteridad familiar,
No he vuelto a salir de él y sospecho que no lo haré jamás. Si otros se fueron, décadas los vecinos conversaban sobre marroquinerías y persianas, sobre
alteridad metafísica?– su ausencia,
yo me fugué a mi baño. En vano me llaman. La policía me busca. He desapa- sastres y autoperiquitos. Se trata de chicos de entre diecisiete y veinte años
su ceguera, su incapacidad de ver
recido en la estricta soledad de los sumideros. que viven el mundo de la posverdad o del apocalipsis sin saberlo: creen que
y de ser visto.
la serie descatalogada de sus smartphones les da un toque moderno.
El negarse del ayunador puede
Juan Carlos Santaella “En el restaurante chino hay lentejas y azúcar”, grita una mujer que sos-
ser leído al mismo tiempo como
tiene a un niño. El sexagenario agradece el reporte y enfila hacia el arrui-
el repudio a la ingesta urgente,
nado dragón donde un pequeño grupo coteja el montante del dólar.
a ese alimentarse que implica
llanamente salvar el pellejo, ese
comer para no morir de hambre. El olor del periódico impreso Carlos Sandoval
Y esto también lo configura,
a mi parecer, como una forma La tecnología ha permitido el acceso a la prensa digitaliza; nadie niega el avan-
de batirse contra la condición ce; pero, en esta Venezuela destruida, ¡perdimos el placer del olor de la prensa
degradante a la que la pobreza impresa! No hay escogencia. Si quieres leer un periódico, debe estar digitali-
puede someternos. Condición que zado y eso solo lo pueden hacer quienes tienen el privilegio de usar internet.
padecen no solo los que sufren Sentarte un domingo en la mañana, con un humeante café recién colado, y
directamente el efecto corrosivo de varios ejemplares de la prensa, consistía en una de esas horas placenteras que
la carencia, sino también aquellos desaparecieron de nuestro horizonte. Ya no hay ese peculiar aroma a tinta,
que, desde lejos, observan. –ya la tecnología lo había ido suprimiendo–, no se nos manchan las manos;
¡no luchamos porque el doblez no queda igual! Perdimos la visión total del
Carmen Leonor Ferro periódico, desde su Editorial, hasta los clasificados; visión que nos brindaba
una idea bastante aproximada de lo importante. Ya no disfrutamos de la sec-
ción de “Sociales” en el diario El Nacional, porque tampoco tenemos libre la
pluma (el teclado) del insigne Roland Carreño.
El periódico impreso huele; se le puede sentir; lo podemos arrugar, apretar,
¡hasta enrollar para espantar un insecto volador! El contacto con el papel
permite interactuar con la prensa. Definitivamente, sufro de “bibliosmia”,

El baño acertadísimo término acuñado por un blog para definir el olor a un buen libro.

de Motatán Corina Yoris-Villasana

Uno de los grandes placeres de mi


infancia era ir los fines de semana
El sonido de la música
con mi familia al baño de Motatán,
es decir, al hermoso y enigmático y los perros
hotel que tenía una piscina de
agua termal que manaba de una Antes uno caminaba por las urbanizaciones de Caracas y el espíritu del tró-
roca enorme; aguas que han fluido pico se dejaba colar a través de la música que se oía de las casas junto a la al-
durante miles de años. El sitio garabía de la gente y el ladrido de los perros, que no perdían oportunidad de
estaba muy bien cuidado y era ladrar cuando un extraño caminaba por la acera. Pasan cisternas de agua. Las
óptimo para comidas y paseos casas están vaciadas de personas que se han ido, el deterioro de las fachadas
familiares. De todo lo que allí las delata. Las que siguen aquí, al menos la mitad, parece que las ha abando-
había –la piscina, el restaurante, nado el espíritu, que es otra forma de estar ausente. Los perros han desapa-
las zonas boscosas aledañas– lo recido: ¿cuánto cuesta mantener a una mascota que es como un hijo? Hasta
que más nos gustaba a nosotros el tiempo se nubla más de lo normal. Se impone un silencio suizo que rasga el
los niños era la pecera gigante que corazón, casi da escalofríos cuando se avanza por tantas calles de urbanizacio-
presidía la recepción del hotel: nes que antes eran un esplendor de alegría y ganas de vivir. Caminar por las
colocada en medio del hall, se urbanizaciones de Caracas es un ejercicio de quietud, pasearse por cemente-
podían contemplar por los cuatro rios en vida, los que se fueron, los que se quedaron, los perros que ya no están.
costados peces multicolores y
de diferentes tamaños: era como Pedro Plaza Salvati
entrar en otro mundo dentro de
ese cosmos mágico que eran las
agua termales. Estoy seguro de
que si Thomas Mann hubiera
Emergencia Humanitaria
nacido en Chejendé habría
ambientado allí La montaña
Compleja (EHC)
mágica, pero la habría titulado Su concepto incorpora la multiplicidad de amenazas a la seguridad humana.
Los peces mágicos. Y puede que Estas crisis pueden afectar el suministro y acceso a alimentos y servicios so-
hubiera visto a Settembrini y Hans ciales básicos que pueden convertirse en instrumentos de políticas de poder.
Castorp sentados sobre la roca No resultan de un desastre natural o conflicto armado, surgen de la pérdida
que escupía agua caliente. Muchos de rectoría institucional, falta de oportunidades de financiamiento, hiperin-
años después llevé a mi esposa flación, caída de los salarios reales, un deterioro catastrófico de los servicios
española de paseo a ese hotel, públicos (electricidad, gas, agua, etc.), y otras condiciones que definen el es-
con la esperanza de recuperar tado de bienestar, la calidad de vida en un país y el ejercicio de los derechos
con ella algo de esa época dorada, de sus ciudadanos. Venezuela pasa por una EHC desde 2015 que compromete
pero el hotel era una especie de severamente el derecho humano a la alimentación, especialmente de las po-
burdel para delincuentes, todo blaciones y comunidades en extrema pobreza por los efectos del hambre y
olía a excrementos y la pecera la desnutrición. Servicios públicos como el suministro de agua potable, elec-
había desaparecido. Tuvimos que tricidad y gas doméstico comprometen la conservación y preparación de los
huir al Hotel Trujillo, a pasar el alimentos; la escasez de gasolina y gasoil limita la producción, distribución
susto. Sin embargo, el agua termal, y consumo de alimentos; la hiperinflación limita el acceso económico y físi-
milenaria, seguía su curso, como co a los mismos. Las enfermedades de origen alimentario han aumentado su
lo hará, espero, cuando ya ninguno incidencia. La pandemia de COVID-19 empeora todo. Duro aprendizaje de un
de nosotros esté aquí y el mal haya término de destrucción multifactorial.
desaparecido de la Tierra.
Pablo Hernández, Andrés Carmona,
Juan Carlos Chirinos María S. Tapia y Siloyde Rivas
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021

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Fisura ¿Irreparable casi?


La fisura se fue progresivamente abriendo en la pared de nuestra columna vertebral y nuestros tejidos afectuosos. La La cosa empezó con un juramento de destrucción que a muchos fascinó:
recuerdo tímida, casi imperceptible, en el muro de mi niñez. La primera vez que la noté fue el día que mi padre salió “Eliminaré a los adecos de la faz de la tierra. Les voy a freír las cabezas
en la lista de despedidos de PDVSA. Recuerdos vagos, una cadena nacional, un presidente abusando de su poder, ju- en aceite”. Unos y otros creímos que era pura retórica efectista, y no nos
gando a ser árbitro de un juego sin reglas. Mi padre y sus compañeros siendo llamados golpistas. equivocamos, porque ciertamente nunca vimos ninguna cabeza chispo-
La grieta se fue haciendo agujero negro, presencia innegable, futuro aspirado. 23 años de continuos esfuerzos para rrotear en aceite; lo que sí hemos experimentado todos en carne propia
borrar lo que las generaciones precedentes habían construido. No la mía. La grieta se hizo trocha, camino, ruta para se asemeja más bien a otra ya recurrente metáfora culinaria que también
más de 5 millones de venezolanos desarraigados y los otros millones que sufren exilio-raíces-atadas. promete destrucción, pero a paso lento y de vencedores: la rana hervida.
Bibliotecas, escuelas, universidades, hospitales, museos, la industria nacional, los sueños, los derechos humanos, los lí- Durante dos décadas hemos sido testigos (¿privilegiados?) de una ca-
deres sociales, las heroínas anónimas. Entre las ruinas, los testigos incesantes, los que siempre creen, los que continúan pacidad de destrucción insospechada, tanto de instituciones, empresas
en la obstinada tarea de hacer memoria de nuestra pérdida. Y los hacedores, a quienes observo de lejos surgir de la fisura, y asociaciones de cualquier tipo, como de cada familia venezolana y de
aquí y allá, convertidos en caballeros andantes de un país que se aferra a su memoria mientras el presente le clava su daga. cada individuo en particular. Este último empeño destructivo es el menos
fácil de percibir y precisar, tal vez sin embargo el más importante. Aun
Camila Ríos Armas las psiquis mejor armadas han sufrido las consecuencias de esta especie
de tenaz y rítmica horadación que busca despojarnos de toda humanidad.
Así, por ejemplo, creemos habernos fortalecidos ante el dolor ajeno (que

Fundarte roja (In)certidumbre


constituye nuestro único paisaje); cuando en realidad, sospecho, somos
un poco menos humanos.
La RAE define la palabra destrucción como “ruina, asolamiento, pér-
En 1975, Diego Arria, entonces Gobernador de Caracas, creó Fundarte. Tu- dida grande y casi irreparable”. Debo confesar: vivo aferrada al “casi”.
lio Hernández apunta que fue la primera fundación creada para la gestión La imaginación de los ángeles afectos
cultural local de una ciudad. El trabajo de Fundarte honró esa visión pio- a la ignominia deviene en vaho fétido.
Es quebradiza retórica del deterioro. Silda Cordoliani
nera. Dejó huella en todas las disciplinas artísticas: danza, teatro, artes
plásticas, literatura, y también en la actividad cultural de las comunidades: Cuando enferman del alma se mime-
San Bernardino, El Valle, Catia, 23 de Enero, La Pastora… A veces con más tizan en maldad; entonces la metáfora
recursos o más creatividad, pero siempre con resultados dignos e intere- sutil sobra, se les vuelve escarnio; el
santes. Hasta que llegó la revolución y sus rojos hechizos avanzaron, poco símil es nube manchada por el terror;
a poco, pero con firmeza, borrando todo.
El 9 de marzo de 2015 ardió el Pent House del edificio Tajamar, la sede de
huye, inacabado, estéril, improducti-
vo. Sus aleteos afean incluso un salir Justicia
Fundarte. Todo lo que quedaba se volvió ceniza: las obras de arte, los libros, de casa con esperanza, con hálito de
un retorno y un sonreír de nuevo an- Justicia: Consejo de la Judicatura. Corrupción y partidización. 1998:
los archivos… ¿Cómo explicar que tal dramático final haya pasado desaper-
te los rostros de las querencias. Todo Banco Mundial, modernización y esperanza. 1999: Rousseau sí, Roscio
cibido? ¿Tal vez porque solo es una gota en un mar amargo?
plan será una marcha callada hacia no, o soberanía mata constitución. Constituyente originaria. Decreto
Como siempre, sobreviven los libros, pero no en un catálogo de la insti-
un futuro enigmático: deambular con de reorganización judicial. Designación inconstitucional de magistra-
tución, sino en las bibliografías, en las bibliotecas y en las librerías… Me
nostalgia por una ruta zigzagueante dos. Comisión de Funcionamiento y Reestructuración del Sistema Ju-
dirán que Fundarte vive. Sí. Tiene una vida diferente, bajo la sombra de su
en la que cada tramo es difuso, oscu- dicial, suspensión y destitución de jueces sin debido proceso. 80% de
nuevo logotipo: una alegre estrella roja.
ro. Vivir sin vivir. Sinvivir recurrente. jueces provisionales. 2000: Muerte de la justicia administrativa, vuelta
A costa de su vuelo perverso, regre- al poder sin control. El derecho laboral contra la empresa privada y
Blanca Strepponi
san como celajes los recuerdos, la me- abolición de la libertad de expresión e información. Supraconstitucio-
nalidad, hegemonía y marxismo. 2002-2003: secuestro de la voluntad
Garitero
moria herida, atormentada, masacra-
da, erial en el que se delinque si se popular y toma del Poder Electoral. 2004: ¿Miquelenistas o chavistas?:
osa compartir los restos de tus muer- Destitución y designación de magistrados. Ley Orgánica del TSJ ex-
Ser denominado garitero es una deshonra en la jerga malandra. Decirle al tos. Existir en un pasado construido, press o el ascenso de los diputados/magistrados. Subordinación plena
hampa: “¡Garitea ahí!”, puede ser suficiente para que te otorguen el cese. Se- deconstruido, arrasado y, de nuevo, al proyecto revolucionario chavista. Cese total de las garantías econó-
gún la RAE el término tiene tres acepciones, la primera refiere al encargado articulado cual ovillo de fierros rotos, micas, del Estado rentista al Estado total. 2007: ¡Uh!, ¡ah!, ¡Chávez no se
de un garito (una casa de apuestas clandestina), la segunda al jugador de ga- desvencijados, carrete de ilusiones va!, en la apertura judicial, o cómo la justicia roja se parece a la de la
ritos y la tercera es “encubridor de ladrones”. Sin embargo, el ser-garitero, calcinadas. La vereda hacia lo que esvástica. Repudio de tratados de derechos humanos y la corte intera-
en la jerga venezolana, va un paso atrás a dichas nociones. Es un término fuimos luce empedrada con restos de mericana. 45.000 fallos a favor de la revolución, ninguno a favor de las
carcelario que toma como referencia la garita, ese lugar desde donde se vigi- lo que va quedando: despojos alimen- personas. 2015: nueva designación de agentes políticos como magistra-
la con resguardo, y la transforma en sustantivo antropomórfico, que refiere tados por el luto inesperado. No obs- dos. El TSJ instrumento de persecución política, represión y encarcela-
a alguien que vigila de incógnito para contribuir –casi indirectamente– en tante, el horizonte continúa plantado miento de alcaldes y otros funcionarios. Maduro sentencia, TSJ ejecu-
alguna actividad ilegal. en volver a vivir sin sinvivir. ta. Maikel Moreno, presidente del TSJ. La destrucción está consumada.
En la entrada de cada barrio hay un fulano que ya no sabe dormir, respira
piedra y recortes de otras drogas mientras vigila con los ojos como taparas Luis Barrera Linares Luis Alfonso Herrera
vacías, pero siempre atentas. Tan delgado que pasa inadvertido ante los
ojos viciosos que se encumbran sobre escaleras espontáneas. Notifica las
entradas y salidas del barrio, vela el acceso de los conejos y la culebra a la
plaza, es parte de una industria engrasada con coágulos de sangre. Al ajus-
tar cuentas la primera víctima es, siempre, el garitero, la alarma insomne.

E. Bautista Espejo

Gas que mata


El fuego devoró en minutos la casa de Benilde Amundaray y solo quedaron
pedazos de concreto. La versión oficial dice que alguien lanzó una colilla de
cigarro cuando entregaban –después de 10 meses sin recibir gas de bom-
bonas– cientos de cilindros en un caserío distante en Monagas: Caño Los
Becerros. Tenían casi un año cocinando a leña, como cocinan más de 6 mi-
llones de familias en todo el país. 9 muertos y 41 personas con quemaduras
de segundo y tercer grado.
El gas ha dejado un saldo de más de 100 lesionados en un país que no tie-
ne unidades de atención para quemados, y muchos de ellos no cuentan con
recursos para pagar los costosos tratamientos de ungüentos, aires acondi-
cionados y antibióticos.
Venezuela es el octavo país del mundo con reservas probadas de gas na-
tural en sus suelos. Las refinerías de PDVSA están destruidas y producen
solo un poco de este hidrocarburo, que se distribuye cada seis o diez meses
en todo el país, con suerte. Pero el gas ahora mata.
Quien quiera gas constante debe pagarlo en el mercado negro a precios
dolarizados; lo otro es una espera trágica. O aceptar comer a leña como en
el siglo XIX.

Celina Carquez

Hijos del vacío


Una mañana, un representante de Cunaguaro y Serpiente Films se presen-
tó en la puerta de mi productora clandestina de cine. Me entregó una noti-
ficación firmada y sellada por el Ministro de Información Cultural. En el
papel se explicaba tajantemente que dejáramos de grabar cortos.
Nuestras historias eran una especie de Monty Python tropical con críti-
ca social, directa, desenfadada y corrosiva contra los desmanes del Estado.
En YouTube sumábamos alrededor de cinco millones de visitas. A menudo,
hacíamos documentales. Como el dedicado al padre Alejandro Moreno, Los
hijos del vacío. En el minuto doce, Moreno sostiene que vivimos la era de, pre-
cisamente, los hijos del vacío. Hijos sin padres ni madres ni hermanos que,
en lugar de asesinar, buscan a alguien que los suicide. También grabamos
una parodia de The 400 Blows, la historia de un adolescente que se las arregla
para incendiar Caracas. Pensaba que tarde o temprano todos los caraqueños
perderíamos la razón y la ciudad ardería en llamas por combustión espontá-
nea. Él quería adelantarse a sus presagios. Hacia el desenlace, entre cenizas y
humo, el chamo entiende que su interés romántico no lo ama y se lanza a El
Guaire. Pero fue con Práctica de tiro que nos ganamos el incondicional cariño
del Ministerio. Se basa en un capítulo de Fiebre, de Otero Silva. Los cuatro
protagonistas se refugian en una sala de cine para ver westerns a modo de
taller de técnicas básicas de disparo. De esta manera, se entrenan para eje-
cutar cuatrocientos golpes de Estado fallidos al mejor estilo de Lon Chaney.

Mario Morenza
EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021
Papel Literario 7

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La casa asediada La nuestra


A la miseria hay que merecerla.
Desandar el camino es volver sobre la memoria. Mirar los detalles, las hendiduras y los relieves de una huella bo-
No darla por sabida, mucho menos
rrosa y reencontrarse con lo que fuimos. El país pareciera desdibujarse. Han muerto los viejos maestros y muchos, ganarla desde arriba, por decreto,
los más jóvenes, han tenido que marcharse. Se buscan la vida con la esperanza de volver algún día. Los años siguen porque un alguien dice,
pasando como los pájaros en bandadas, mientras se queman los libros en las bibliotecas, se envilece el lenguaje. Hay porque un alguien la vocea,
que alejar los símbolos del odio, la omnipresente mirada del arrebatador. Unir de nuevo las manos separadas. Abolir porque la levanten de la calle amanecida
las etiquetas que ponen a los hermanos en bandos diferentes. No jugar al solaz de las apariencias. No seguir el juego y la hagan precipitar al abismo
de la obediencia, porque no hay excusa que justifique la abolición de las leyes y la ética con el propósito de quedar de aquellos que no saben llevarla,
ni cómo dentro de su lata suena.
bien y seguir las órdenes perversas del poder. Los libros siguen siendo el refugio ante la casa asediada. Actuar con
A la miseria hay que saber vivirla
cautela, pero actuar. Seguir en el camino, creer en el país, en las leyes, en las instituciones es luchar contra la demo-
y sostener con tiento el hilo
lición de nuestro orden personal, es también un modo de estar. Conocer la verdad es el reto de cada día, desmontar como ir de puntas descalzo por un filo.
las apariencias, la manipulación y las falsas esencias. Hay un reguero de humo, unas suelas,
una jarra en hambre sumergida,
Gregory Zambrano un enjambre de ojos en la esquina,
una camilla de cartones aislada
por una cortina de franela.
La destrucción de lo ficticio Merecer con garra la miseria
para que ilumine el final de toda fiesta;
para que engendre con el bello dios
Víctor Hugo expresó en Los Miserables que una revolución es la vuelta de lo ficticio a lo real, pero aquí la palabra
en medio de su borrachera.
revolución refiere la vuelta a un principio, no el establecimiento de un nuevo origen en un sentido que observamos
A ella le gusta besar arrebatada
en Hannah Arendt, en Sobre la Revolución.
con el borde de los dientes
Para nosotros, esa vuelta tiene un sentido económico y otro político, en lo económico se regresó a la era pre-petrolera,
y tiene espasmos en el sexo
en lo político se ha llegado a un momento anterior que se ubica formalmente el 17 de diciembre de 1935. En este
que le cuelgan de una cuerda.
contexto, la ficción que se ha destruido en Venezuela en estos veinte años y en un alcance temporal más amplio nos
Ella es, a un tiempo, penuria y piedra
ha llevado al pasado ya que ha sido producto de una burbuja hecha de valores de cambios, construida en base al
y es una sola en cada puerta.
petróleo que separó a los venezolanos de la realidad. Mientras se mantuvo la burbuja, y hubo esfuerzos deliberados
por mantenerla por parte de aquellos que la construyeron, los venezolanos creímos que era la realidad. Ese periodo
Samuel González-Seijas
fue el de un País Portátil todo se medía por esos valores de cambio que se podían sacar de la tierra sin el concurso de
todos. Una vez destruida la ficción, la realidad ahora pareciera recordarnos a Casas Muertas. Pero eso fue una realidad
no nuestra realidad, nos queda ahora construirla y asumirla como propia.

Edgar Blanco La perversión del lenguaje


Pensamos que comunicación es palabra, pero también es acto, incluso un
La destrucción del criterio gesto posee una topografía mental plena de significados. De allí que Lacán
se pregunte: “¿Qué es un gesto de amenaza? No es un golpe que se inte-
rrumpe, es algo que se hace para detenerse y quedar en suspenso, que no
cesa de no producirse” (Seminario XI, 1964). Cuando Chávez tomó el poder
hace 21 años, el país observó su amenazante y repetitivo gesto con el puño
cerrado golpeando en la otra mano, mientras exclamaba “¡…los haremos
polvo cósmico!”, a todos los que no pensaran como él. La violencia, el
avasallamiento y la indignidad conforman la sintaxis de un lenguaje que
desde entonces impone su visión unilateral de la realidad, arremetiendo
contra la construcción de la verdad social, que debe ser el producto del
conjunto de subjetividades que la conforman. Es un lenguaje onomatopé-
yico, coagulado por los resentimientos, adornado con dogmas anacrónicos
y conjeturas confusas, de eslóganes y mentiras. Un lenguaje pervertido al
imponerse por la fuerza, conduciendo al colectivo a espacios pre-políticos,
pre-sociales, primitivos. Un lenguaje de improperios para deshumanizar
al adversario político e incitar a los ejecutores de la represión, torturas,
asesinatos y masacres a invertir el sentido del crimen como un acto de
profilaxis. Un lenguaje propio de la psicopatía política del comunismo, del
fascismo y de los totalitarismos de todo cuño, que utilizan la retórica del
odio como una política de Estado.

Edgar Cherubini Lecuna

La pobreza del Espíritu


Desde el momento en el que el ser social asiente, acepta y queda sujeto a
la forma universal que compendia la totalidad de sus propias galimatías
previsibles, elevándolas a Constitución, entonces, al celebrar el espíritu de
lo que ahora es ley, termina por enajenarse ante su letra. A partir de esa
determinación, puede afirmarse que, objetivamente, la pobreza espiritual
ha triunfado y se ha impuesto como representación oficial de la cultura
de un determinado pueblo. La vulgaridad deviene así fundamento, natu-
raleza, que insurge contra el precedente pacto social. Y tarde o temprano
Me gusta destruir paradigmas, ilusiones, ídolos, reventar la lógica, las expectativas y las nociones de lo posible e impo- termina triunfando sobre las premisas que sustentaban las formas de la
sible. Abrirme el pecho y sacar un bulto de sangre que se transfigura frente a mí. Destruyo superficies y abro grietas cultura anterior, penetrando –“a paso de vencedores”– las costumbres, las
para escabullirme. Aunque estoy bastante familiarizada con la destrucción hay una que me incomoda especialmente, la opiniones, las relaciones jurídicas, políticas, morales y las instituciones
destrucción del criterio, lograda a través del secuestro simbólico de la lucha contra el machismo, el racismo y el clasis- civiles. Al asumir como propias la pobreza de las letras con las que está
mo. Una gran conquista chavista sobre nuestra clase intelectual, y una gran derrota de la inteligencia y la sensibilidad. escrita la nueva Constitución, el pueblo venezolano terminó por aceptar
Basta cruzar la línea imaginaria que nos separa de Brasil y Colombia, para constatar cuanto concierne el feminismo a –y celebrar– la institucionalización de la pobreza de su Espíritu, su au-
intelectuales y artistas, lo cual no pasa en Venezuela; donde el feminismo es considerado un asunto de izquierda radical, tocondena. Se puede cuantificar –medir– el daño que se le ha infligido al
negativo en la mayoría de sus expresiones. Se da a entender que los esfuerzos de las mujeres por visibilizar la injusticia Espíritu de un pueblo a través del estudio del progresivo empobrecimiento
ancestral a la que hemos sido sometidas, atenta contra la cultura y la libertad. Se promueve este discurso a través de la de su lenguaje. Desde el establecimiento de la Constitución “bolivariana”,
invisibilización de las obras de las mujeres. La desproporción en espacios como este mismo, está tan a la vista, que pasa el régimen gansteril que mantiene bajo secuestro a Venezuela, delibera-
desapercibida a las más agudas inteligencias. damente hizo de la pobreza de Espíritu el nuevo modo de ser venezolano.

Érika Ordosgoitti José Rafael Herrera

La noche
Fuimos poco a poco perdiendo la noche. Esa zona de la posibilidad. Esa
extensión de la vida. Fuimos acortando sus horas: amaneceres, primero;
madrugadas enteras después. Como pobres cenicientas, nos pusimos el
norte de la medianoche. Los bares y las tascas cerrando más temprano;
los restaurantes chinos. Luego, el horario del Metro, hasta las once, dejó
de ser suficiente. Fuimos bajando hacia las diez, las nueve, las ocho. Los
autobuses dejaban de transitar a las siete. Al final, el crepúsculo pasó a
ser el límite, como en La máquina del tiempo, de H. G. Wells y ese futuro
distópico en el que ahora parece que vivimos.
La noche de la ciudad pasó a ser la de la ciudad de los milagros: reco-
gelatas, mendigos, ordalías de muchachos y niños de la calle, algunos
borrachos. Luego, ellos también han ido desapareciendo. Ya casi no se
les escucha.
Algunos entendidos dicen que la noche no existe. Que nunca hubo trán-
sito ni luces más allá de sus primeras horas. Que nunca la recorrimos.
Que hemos sido siempre gente del día.
La noche, es solo para dormir. ¿Para qué más serviría?

Ricardo Ramírez Requena


8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021

REGISTRO >> ENCICLOPEDIA VENEZOLANA DE LA DESTRUCCIÓN

La UCV arrodillada Los repuestos


Nuestra casa, nuestra Alma Mater, museo viviente, cuya belleza ha acom- Los carros solo servían para avanzar algunos kilómetros y volver. Hacer compras mínimas a la vuelta de la esquina
pañado múltiples generaciones de estudiantes y profesores, que se emo- o llevar a los niños al colegio siempre y cuando quedara cerca. En esos días había combustible, pero no había piezas
cionan cada tanto bajo las Nubes flotantes de Calder en el Aula Magna, en de repuestos. A cada carro le faltaba algo. Nadie podía emprender un viaje tan largo. Incluso si la carretera hubiera
la hermosa sede declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO estado intacta, ninguno de sus familiares y amigos hubiera podido llevarla hasta la ciudad en la que yacía su padre.
en 2001. Justo después, germinaron en ella las ruinas. Sin presupuesto pa- Entonces a su primo se le ocurrió armar un carro Frankenstein. Entre sus amigos pidió prestadas algunas partes
ra el mantenimiento de su infraestructura, poco a poco fue manifestando mecánicas. Hubo quien le alquilara un alternador o un cigüeñal. Entraron en contacto con un traficante, que como
su deterioro en silencio: jardines mustios y con la grama alta, fisuras en un traficante de órganos se movía en la oscuridad. Ella le entregó casi todo su dinero a cambio de unos cauchos, una
sus muros, paredes descascaradas, oficinas vandalizadas por la violencia rolinera, un retrovisor. El primo reencauchó, zurció, tramó, enaceitó. Quedó satisfecho de su criatura y emprendie-
política y delincuencial, la lluvia de losetas caídas en la entrada de la Bi- ron el viaje.
blioteca, el Pastor de Nubes oscurecido sin reflejar ya el cielo caraqueño, El carro, como un Golem de metal que se movía entre la verdad y la muerte, cumplía a cabalidad las órdenes de su
el pasillo techado de Humanidades con mapas de humedad tan serios, creador. Los llevó por un camino alterno, por otra carretera desconchada, sorteando el puente desplomado en la ca-
que con cada aguacero, caía más agua debajo de él que en el exterior. Y rretera de Oriente.
la universidad tercamente continuaba con las puertas abiertas, entre las
ruinas, hasta que el 17 de junio de 2020, cayó de rodillas: colapsó el pasillo Liliana Lara
techado. Quizás hubo un ruido estruendoso, que no oímos, porque ella es-
taba desierta, por la pandemia, como si lo que la hubiera mantenido antes

Mercado de Coche
estoica y resiliente fuera la vida humana que la transitaba.

Luz Marina Rivas


Dos elementos condicionan las dinámicas en el Mercado Mayor de Coche. Sobrevivir es el primero de los dos. El caos
es el segundo. Cualquier principio, código civil, derecho humano, asomo de legalidad, queda completamente anulado
La vuelta una vez cruzas las entradas a este espacio del suroeste de la ciudad. El tratado de libre comercio. La constitución ac-
tual, la constitución federal de 1931 de Gómez, el código hammurabi, las normas del buen oyente y el buen hablante
o la regla que se nos ocurra queda sin efecto alguno apenas pones un pie en este mercado.
Le he dicho que no quiero regresar al mundo de los cuerpos secándose al
Caminar en este espacio requiere condiciones físicas por encima de la media y un grado elevado de concen-
sol hasta fundirse con la piedra, secándose al sol a la orilla de un río de
tración zen. Vendedores con guacales o manteles de cuestionable higiene sobre los que exhiben sus productos, el
aguas negras. La piedra secándose dentro de cada uno, en la boca del es-
urgente tránsito de carretilleros, la clientela desaforada o alfombras de frutas, vegetales descompuestos, conchas y
tómago, que me obliga a doblarme, un peso que forma un vacío entre los
desperdicios de diversa procedencia entorpecen el desplazamiento. En cada metro cuadrado se puede suscitar desde
hombros y me sigue empujando hacia la tierra. Yo querría tocar la tierra,
un improvisado ring de kick boxing callejero que incluya machetes, navajas y hasta tiros, o colisiones entre un auto
sé del calor que desprende, yo querría, pero no puedo ver los miembros de
particular con un camión cava.
aquel cuerpo junto al río comulgando con la inmovilidad. Que no quiero
A pesar de la presencia de las fuerzas del orden o vigilantes de Inmerca, los uniformados que intentan man-
verlo. Usted no me está escuchando. Le repito que no me haga recordar
tener a raya las irregularidades terminan embuidos por los tumultos y las mafias. En el mercado toda autoridad po-
la luz de ese mundo estéril, donde la vida se pudre y se espesa y todo lo
sible se disuelve por completo.
que parecía luminoso al pie de las montañas se hace sombra e inunda
todas las estancias, las verdes, las azules, las amarillas y escuece los ojos
Mario Morenza
en sangre, entra por la garganta y ya no puedes pedir ayuda a los seres
que antes caminaban por las calles. Usted me pide la piedra que llevo en
medio de los órganos. Láncela al río, que la piedra en el agua abraza su
condición de quietud perfecta, que la humedad envolvente difícilmente
penetrará en su centro frío, que la piedra tendría que haber dejado de llo- Molokotov
rar a la piedra hace mucho, pero continúa su tarea incansable bajo el sol.
“De repente, se apoderó de mí un agudo sentimiento de culpa durante algunos minutos por haber dejado a papá solo
Loredana Volpe en Caracas. Pensé en lo triste que debía ser para él tener que pasar su ancianidad en aquella situación paupérrima.
Toda una vida dedicada al trabajo, a la familia, al país, para acabar encerrado en una casa entre el miedo y la per-
plejidad; y lo que quizá era peor, sin esperanza alguna de lograr ver otra cosa que aquello. Una mezcla de compasión
con derrota abrazó mi estado de ánimo al percibir que la decadencia y la ruina habían logrado alcanzar el presente
Laberinto Cromovegetal de los venezolanos”.
Julieta Omaña Andueza
¿Qué es una institución? Una visión animada por un número de
*Fragmento de la novela Molokotov.
voluntades, dispuestas a seguir sus leyes para darle cuerpo y vida. Ernesto
Mayz Vallenilla tuvo una visión en 1970: la de crear una institución, la
Universidad Simón Bolívar. Como filósofo, Mayz Vallenilla entendió que
el pensamiento libre y la creación intelectual necesitan (literalmente) un
espacio amplio, y sobre todo, un espacio prudentemente separado de la
ciudad y del ruido para desarrollarse. Por eso la Simón Bolívar se funda
en Sartenejas, funcionando así como una suerte de fortaleza amurallada
Morir de revolución:
por la naturaleza, cercada de la barbarie, en el tope de una montaña. Intr. U.t.c.gerundio: Muriendo de revolución.
Pasé mi infancia en sus jardines, mientras mis padres preparaban a los U.t.c.r: Morirse de revolución
próximos ingenieros químicos que trabajarían para la industria petrolera
del país, y los próximos politólogos que nos explicarían qué nos pasó y 1. Dícese de aquellas muertes que se producen en el no-país, como consecuencia del plan trazado por los revolucio-
qué nos iba a pasar como sociedad. Pero esta y otras tantas instituciones, narios chavistas.
seguidas de las voluntades y leyes que las componen, entraron en algo 2. Muertes de enfermos crónicos por la falta de medicamentos: como H, quien murió porque, primero, le empezaron
parecido al Laberinto Cromovegetal de Cruz-Diez que se encuentra frente a cambiar los medicamentos para su VIH cada mes. Luego empezaron a entregarle medicamentos caducados. Más
a la biblioteca central de la USB. Entramos a un laberinto sin saber muy tarde, se los daban cuando había. Llegó a pasar más de un año sin medicación, hasta que enfermedades oportunis-
bien cómo y cuándo podremos salir de él. tas dieron cuenta de su vida. Ya su médico tratante se lo había advertido: Si puedes irte, vete. Esto no va a mejorar. A
los enchufados no les faltan los tratamientos, tienen dólares para traerlos de fuera. Si puedes, vete, H, si quieres vivir.
Paola Romero 3. Muertes por suicidio: aquellos que ya no aguantan tanta “felicidad”. Se lanzan de azoteas, se tiran a los rieles del
metro, Se dejan caer de un puente, como quien no quiere. Como Y, quien no soportó ver cómo sus hijos eran consu-
midos por la desnutrición.
De muchas muertes por revolución, no se llega a saber. Pero, cuando se muere por revolución, no se les dice muertos; se
les llama ASESINADOS.
Libertad desmembrada
Golcar Rojas
Podías recorrer el país sin sentir ningún temor. Ni siquiera imaginabas
que un día sería pavoroso viajar por carreteras donde la gente vendía plá-

Música y dinosaurios
cidamente los frutos del campo. No tener miedo era calidad de vida. Esa
sensación se perdió. Una especie de gangrena enfermó el cuerpo invisible
pero verdadero de la libertad.
Tener un carro en Venezuela es un acto suicida. Abundan atracadores Apenas presintió la llegada del gran destructor, el protector del sistema se preparó para lo peor. Su filosofía de vida
que te detienen para quitarte el vehículo y todo lo demás, inclusive la era la adaptación a cualquier precio: lo único importante era sobrevivir. “Cuando el mundo tira para abajo, es mejor
vida. Estos delincuentes pueden ser integrantes de cualquier banda o no estar atado a nada”, agregaba el joven auxiliar, canturreando la canción: “Los amigos del barrio pueden desapare-
colectivo; policías o guardias nacionales; militares o militantes. Aunque cer, los cantores de radio pueden desaparecer, los que están en los diarios pueden desaparecer, la persona que amas
no estás en capacidad de obtener dólares, tienes miedo de andar sin dó- puede desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”. Dinosaurios eran todos los que no entendían el arte y
lares y tienes terror de andar con dólares. Te asesinan o te extorsionan. su misión sagrada, que justificaba cualquier acción para salvarla de su destrucción, sin importar que eso implicara
El bolívar es puro papel. Para cualquier cosa necesitas dólares en efecti- su posterior manipulación y sometimiento a causas peores. “Puede no haber mundo y la música seguirá existiendo”,
vo. Eso ocurre en un país gobernado por enemigos jurados del imperio decía el protector con su voz pausada. “La música prescinde del mundo. Ya lo dijo Schopenhauer”. Pero el tsunami
yanqui. Caminando también te topas con alcabalas o con pandilleros que de la revolución arrasó con todo. De aquella institución solo quedó un carapacho vacío. Los instrumentos sonaron
te cobran por dejarte caminar. La libertad es un espejismo. Solo tienes huecos, ejecutados por almas secuestradas, como las demás. Algunas notas rebeldes lograron escapar del beso mor-
la libertad de pensar si no estás bajo la influencia de la propaganda, que tal del gran destructor y de la conchabanza de los gerifaltes del sistema. En ese pentagrama se seguirá escribiendo la
todos los días insiste en que eres la persona más libre y feliz del planeta. historia cuando todo esto acabe, porque también acabará.

José Pulido Alfredo Sánchez


EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021
Papel Literario 9

REGISTRO >> ENCICLOPEDIA VENEZOLANA DE LA DESTRUCCIÓN

Navegaremos hacia el sol Silencio


No reiteraré lo que muchos expresarán al enumerar las ruinas y escombros que van mostrándose a lo largo de las ¿Qué le ofrece el silencio a la sociedad? En el canto III de la Ilíada los aqueos
geografías física y humana del país venezolano que fue alguna vez obligada referencia de vida y de cierta resonancia marchan silenciosamente “respirando valor”, prestos a ayudarse entre sí.
y esplendor. En un poema, Borges, el lector, desestima sus escritos ante las silenciosas
¡No lo haré! noches “llenas de Virgilio”. Ambos reciben las dádivas del silencio: valor,
Prefiero destacar algo singularmente patético y estremecedor: hemos perdido la alegría de vivir y con ella la capa- hermandad, voces que emanan de la lectura, olvido y experiencia.
cidad que antes me mantenía en el cielo de todos mis afectos y amores: verme en tus ojos, abrazarme al ser que pasa Afirma Peter Sloterdijk que “el no entusiasmado es alguien que simple-
junto a mí y decirle que somos bellos con solo acostar mi mirada en la suya y tomar exacta medida de la alegría que mente no ha entendido donde está él con relación a sí mismo y a todo”. Una
palpitaba en su corazón. sociedad carente de silencio pierde la orientación y solo puede escuchar el
Es mi mayor carencia; mi mayor desgracia y desamparo, pero me anima la certeza de que cuando volvamos a mi- violento ruido de sus palabras atropellándose unas contra otras en las re-
rarnos y abrazarnos con los ojos, juntos, tú y yo, ¡navegaremos hacia el sol! des y los medios. No hay solidaridad ni reconocimiento mutuo. El entusias-
mo desaparece. Sin orientación no hay otro, tampoco sí mismo. La sociedad
Rodolfo Izaguirre deviene en un todos contra todos incomprensible.
La escandalosa conmoción de un país en ruinas le pertenece al alma y al
paisaje, pues lo externo se alimenta de lo interno. Y aunque para algunos

Nervios en ruinas ¿Qué se la palabra desmedida, vil y socarrona continúa siendo un “poderoso sobe-
rano”, en realidad “Solo se desplazan en el interior de un sueño para evitar

No soy psicólogo, ni psiquiatra, ni psicoanalista, pero no me cabe la menor


duda de que los últimos veintidós años han servido, entre otras cosas, para
siembra? que el silencio les hable”, como en “Certamen” de Rafael Cadenas

Humberto Valdivieso
pulverizar nuestros nervios. ¿Somos ciudadanos o pacientes? Nuestros ni- ¿Qué había detrás de aquel titular
veles de angustia nos desquiciaron. El exilio y el insilio ocasionaron irrepa- de Arturo Uslar Pietri: “Sembrar el
rables destrozos. La paranoia se convirtió en nuestra condición natural. El
acostumbramiento al fracaso, la subordinación prolongada, la exposición
Petróleo” que marcó al país desde
1936? Sin biblioteca
al cinismo, el dolor y el miedo nos hicieron añicos. Y también están quie- Una sencilla creencia, que se man-
nes, a pesar de todo, preservan la alegría. ¿Negación o auto protección? tuvo vigente durante décadas: el (domingo 3 de enero de 2021). No ayuda mucho leer algunas líneas de J.T.
Somos los pacientes recluidos en un enorme psiquiátrico dominado por petróleo venezolano se acabaría muy sobre su biblioteca personal. No me ayuda porque me hace extrañar mi
siniestros médicos crueles. O al menos eso parece decirnos Luis Enrique pronto. Por lo tanto, aquellos royal- biblioteca de Valencia. Intenté crear una en Bogotá, pero se esfumó (y veo
Belmonte en su última novela, Archeus, en la que explora desde el absurdo ties dolarizados que recibía el Esta- improbable que me devuelvan esos libros). Extraño mi biblioteca como si
y el nonsense (de la mano de Carroll y Bulgákov) una delirante sociedad de do Venezolano por el petróleo debían extrañara a una persona. Pudiera iniciar otra en Cali, quizás si tuviese
enfermos mentales sometidos a los caprichos de unos especialistas desal- invertirse en el agro, en la industria, más plata compraría al menos tres libros mensuales. Pero no se trata de
mados y omnipotentes. Metáfora: trasplante de una herida colectiva a un futuros pilares de nuestra economía. comprar libros como si comprara una silla. Mis libros de Venezuela repre-
territorio imaginario. Creo que uno de los grandes desafíos del futuro será Hoy sabemos que en el subsuelo hay sentan un punto fijo al cual volver. Volver a ellos sería como volver a casa.
reconstruir los equilibrios psíquicos, la confianza y el amor propio, pisotea- más petróleo que el que nunca imag- Aquí los libros no funcionan así, no parecen libros porque siempre está la
dos durante tanto tiempo. Aceptar nuestros nervios en ruinas quizás sea inamos tener. Entonces, el dilema tentativa de la mudanza (¡ese gran poema de Fabio Morábito sobre las mu-
un buen primer paso. Y desde ese hundimiento enderezar la salud mental. hoy es otro, ¿quiénes y cómo lo van danzas!). Así no es posible crear ni creer. Es complicado siquiera pensar en
No sé cuándo, quizás nunca, quizás estaremos muertos o sonámbulos para hacer? Ya no están aquí las empresas todo esto. Me siento afectado porque sin duda va más allá del libro como
ese entonces, esperando, con esa fe vencida que todavía arrastramos, con anglo-holandesas y americanas que objeto, como posesión o acumulación compulsiva. Veo los pocos libros que
esa paciencia que hemos alimentado a costa de nuestros corazones, una lo produjeron durante 60 años. La tengo a la mano, los poquísimos que he comprado (no llegan a 5) y los que
rebelión en la granja. O al menos un poco de paz. empresa PDVSA que para finales de nos han regalado (quizás unos 20). Los veo y no veo libros sino lomos, úni-
siglo 20 producía 3.5000.000 barriles camente lomos, otros objetos.
Gustavo Valle diarios desapareció. Fue sustituida
a principios del siglo 21 por otra, ro- Néstor Mendoza
ja-rojita, convertida luego en caja ne-
gra. ¿Qué sabemos de ella? Muy poco,

Nuestra oscuridad se dice que la producción venezola-


na ronda hoy los 500.000 barriles di-
arios, la misma cantidad que cuando
Hubo un momento, no tengo clara la fecha, en que la ciudad se empezó a gobernaba López Contreras a finales
oscurecer. No recuerdo tampoco cómo me di cuenta. Pero sí está en mi me- de los años treinta.
moria la vez en que regresé a la plaza Bolívar. Oscuridad y militares, mili- Cuando el General Gómez mandaba
tares y tipos con walkie talkies mirándote con sospecha, y así otros tantos desde Maracay, el salario de un cam-
sitios. Las Mercedes, Chacao, La California, Catia, de extremo a extremo, pesino con alpargatas rotas, era de
calles oscuras de las que podía salir algún animal de ojos brillantes. Algún un bolívar diario, unos 10 dólares al
alma en pena. Vivo en una ciudad sin noche salvo para algunos privilegia- mes. Hoy, un siglo más tarde, el país
dos, los de los carros enormes que ocupan grandes espacios en las aceras, con las reservas de petróleo pesado
esos que siempre tienen los vidrios abajo y andan sin placa. Pero a diario me más grande del mundo, cuenta con
pregunto en qué momento los lobos se apoderaron de las calles y no logro un salario mínimo mensual de uno,
recordarlo. Pienso: ¿fue después de 2014, 2015, 2016, 2017, 2018…? ¿Fuimos o quizás dos dólares.
nosotros? ¿Es, acaso, un castigo divino? ¿Le abrimos las puertas al diablo? ¿Y qué se siembra? ¿Bodegones?
¿Fue alguien más? Al final solo nos queda la nostalgia de la ciudad que tu-
vimos, las fotos y videos que publican en Internet para recordar nuestra Carlos Oteyza
pretendida grandeza. Toca esperar.

Isaac González Mendoza

Razones para
Papel carbón maldecir
Esta técnica se vale de un mineral que parece un antojo del fuego y así debe
reconocerse. El roce y el soporte animan su registro. La herramienta nos No hay agua, no hay luz, no hay gas,
permite escribir con una ceniza puntual, controlada. Esta hechura tam- no hay medicinas, no hay gasolina,
bién padece fatiga, puesto que las cosas que dicen se cansan de decir. No no he comido carne en tres meses,
hay excepciones. Por ejemplo, la historia, hecha toda de un calco. Como si gano menos de dos dólares al mes,
el legislador tomara notas sucesivas del desvarío y luego esa acumulación las remesas no alcanzan, el bolívar
se hiciera ley, mandato. La dicción falla cuando el papel se corre o el ori- no existe, Bolívar no existe, estoy
ginal se mueve. Entonces aparece el manchón como un discurso abrasivo, solito en esta casa, llevo cinco años
excluyente. La maniobra se interrumpe como un paisaje cuando se percata sin ver a mis muchachitos, mi fami-
de su retrato. Porque imitamos la pose y la pose a las repeticiones. Como la lia es WhatsApp; caminé kilómetros
impresión de un rostro contra la máscara de yeso. Cavidades, pronuncia- para ¿salvarme?, crucé trochas, no
mientos, gestos inconclusos, pasan a ser líneas de un mapa. Pero basta de tengo pasaporte, mi título es inútil,
salidas abstractas. El mapa que nos habita desconoce en todos los términos ahora trabajo de cualquier cosa, no
los límites de su borde. Basta de suponer a la línea como una vía de consue- pude despedirme de mi abuela, no
lo, o un filtro. El rayón de la réplica surca y con ello dice. Salta, se arruga. pude ir al entierro de mi papá; es-
Termina con nosotros. tán presos los que tuitean, presos los
que escriben, presos los que hablan,
Juan Luis Landaeta presos los que hacen, presos los que
piensan, presos todos los que publi-
quemos hoy; murieron los que iban
en el peñero hacia Trinidad, murie-
ron los que atravesaron el desierto
Papeles rodantes de Chile, murió una chamita que co-
mió yuca amarga, murió mi profe de
Falta un papel, el nombre está incompleto, la naturalización parece una pa- un balazo, murieron los jóvenes que
rodia ardua del nacer. Por eso se le da largas, ¿no fue suficiente con la ver- marchaban, se me murió mi mamá
sión original? Un miedo se incuba en soledad: al trámite, al portazo de la ley, en un hospital, se me murió el cara-
a la razón de Estado. Después de varios años de adaptación pseudo-uterina jito de hambre, se están muriendo
en el país extranjero, sin embargo, hay que aprender a nacer y aprender a demasiados por el Covid, todos esta-
parodiarse. El nuevo, al cabo deseado nacimiento legal exige comprobar el mos muertos, nadie salió ileso de es-
ombligo legal anterior. Se procede con tiento casi renacentista, se busca un tos años, los que estamos adentro y
consulado. Pero el consulado ya no existe: la casa sigue ahí, no sus funcio- los que vivimos afuera estamos igual
nes. Nadie atiende el teléfono fijo ni el WhatsApp. Se contempla una ruina de jodidos, por eso todos mentamos
invisible, antes operativa que arquitectónica. El efecto por algún motivo no madre, por eso todos tenemos razo-
es de sorpresa sino de reconocimiento, la insinuación de una ciudadanía nes para maldecir, los maldecimos en
fantasmagórica. Nuestros papeles ruedan como la cabeza del Berlioz, de cada oración, aunque nos acusen de
Bulgákov, en Moscú. sembrar odio, ¿quién inició el odio?

Leonardo Rodríguez Mireya Tabuas


10 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE MAYO DE 2021

REGISTRO >> ENCICLOPEDIA VENEZOLANA DE LA DESTRUCCIÓN

Soy tusi tan rosa Venezuela. Espejo del siglo XXI


El 15 de diciembre de 1999, el país fue convocado a un referéndum Constituyente.
Mi Sugar Daddy me ha pagado
Aquel domingo, como un presagio, una lluvia pertinaz fue socavando el cerro y desdibujando los cauces de los ríos,
todas mis operaciones. Sí, mi Su-
dejando a su paso solo un desierto de escombros. Los pobladores del Estado Vargas, guarecidos en sus moradas, no
gar Daddy que tiene 63 años. Yo
lograban aun discernir el sonido del estruendo desatado, cuando, sin permiso, el agua entró por puertas y ventanas,
tengo 21, ¿y qué, marica? ¡Estás
llevándose todo por delante, incluidos ellos. Al fragor de la naturaleza empezaron a sumarse gritos destemplados,
como mi mamá que le encanta
bramidos, estallidos.
un drama y no ha vivido lo que
También en Caracas, algunos barrios, construidos al margen de las quebradas, corrieron la misma suerte.
yo he vivido desde que nací! Vein-
Mientras sucedía aquel horror, el proceso electoral continuó impasible.
tiún años en un país muy distin-
Fueron horas, que se convirtieron en días, hasta quedar todo reducido al espanto de la supervivencia.
to, marica. Y que si la mujer es
La ineficacia del auxilio, mas que sosiego, trajo confusión y desorden. El saldo resultó en miles de muertos y des-
como un cristal, que si se toca
aparecidos –aun sin contabilizar–, cuerpos sin reconocer, familias enteras solo con lo puesto, muchos tratando de
mucho se empaña. Que si el can-
abordar algún vehículo que los pusiera a salvo y demasiados niños, declarados huérfanos precipitadamente, que
dor y la pureza es lo que le gusta
terminaron en albergues.
a un hombre. ¡“Candor y pureza”
En esos días, transcurridos durante diciembre de 1999, el país pudo mirarse en el espejo de lo que sería su siglo XXI.
en tanga, meneándome frente a
Los hechos ocurridos dejaron al descubierto la improvisación, la irresponsabilidad, el fraude, el discurso vacuo, pero,
un espejo con el iPhone que él me
sobre todo, la desidia y la indolencia del Régimen.
dio, marica! Y es que a mi Sugar
Daddy le gustan mis tetas y mi
Maite Espinasa
cinturita y mi culo y mis pierno-
tas. ¿Qué? ¡Sal del shock! ¿Cómo
quieres que te lo diga, marica? Yo
soy suyita-suyita. Él me lo paga
todo, me lleva a los bodegones
Venezziola
y me compra Nutella, me rega-
La patria, como el aire, resulta tan natural y predecible que no imaginamos su ausencia. Pero cuando la perdemos,
ló un Volkswagen descapotable
ay, descubrimos cuán frágil y necesaria era. Haber nacido debería garantizar patria y aire. Haber nacido en un punto
rosado, y a cada rato me da dos
geográfico debería proveer una historia que nos incluya; también el derecho a renegar de ella y la libertad de igno-
mil dólares para que me los gas-
rar algo que se tiene por derecho. Es sencillo ser un individuo, denostar la patria, mientras haya un suelo que recoge
te en ropita, en lo que yo quiera.
cenizas y fracasos.
¿Me voy a quejar, marica? Y no
¿Y cuando se nació en un lugar que, si bien ostenta un nombre, himno y bandera, ahora parece un campamento de
soy la única, soy la nueva gene-
gentes allí reunidas para beber la última gota de petróleo? ¿Y cuando el pasado era una lacra que había que extirpar
ración de mujeres bendecidas y
a toda costa, aunque hacerlo nos dejó la intemperie y la desmemoria? ¿Y cuando el país natal quedó reducido a un
afortunadas. ¡Abajo las feminis-
anacronismo hacia el cual no hay avión que lleve? A lo mejor Venezuela nunca ha sido más real que la alucinación
tas ácidas, marica! ¡Tusi’s Power
de aquel marino enceguecido por el sol. Nacimos como ficción y, quizá, nunca hemos superado la nostalgia por los
Forever!
palacios venecianos adosados a nuestro gentilicio.
Sí, lo primero que confiscó Chávez fue la patria, cuyo nombre baboseó ad nauseam, y también la realidad, que con-
Carolina Espada virtió en privilegio exclusivo del Estado.

Laura Cracco

Una casa
La Casa de la Poesía, cuya simbología representaba la estrella que caía
del cielo y la flor que crecía desde la tierra –emblema creado por Gerd
Vida privada
Leufert–, dos símbolos básicos en cualquier poesía y en cualquier civi-
Cuarenta uniformados apuntaban a la octogenaria que trató de disimular la incomodidad de mostrarse en ropa de
lización, quería comunicar algo sencillo: romper con el estado de aisla-
andar por casa.
miento en que había caído la poesía y los poetas en nuestro país; evitar
El armamento no estaba detrás de la pared con el retrato de mi padre italiano en liquiliqui. Ni la droga bajo la losa
las roscas culturales para darle más amplitud a la voz de la poesía; abar-
del piso o en la olla de hervir agua. Entre Ana Karenina del Círculo de Lectores de los setenta y estampillas con la
car todas las artes y que la poesía fuera una expresión multidisciplina-
cara de Franco y de caciques de Venezuela no hallaron oro. Voltearon la casa para descubrir un morrocoy y restos
ria; honrar y dignificar el oficio de los poetas; estimular a las nuevas
materiales de una vida guayanesa.
generaciones; y llevar la poesía y la voz de los poetas al gran público…
La fiscal que dirigía el allanamiento soltaba finuras bajándose el tapabocas de marca. Mi madre pidió moderación
entre otros objetivos. Fueron 15 años de intensa programación: hasta
del vocabulario y el que no tenga mascarilla se me va saliendo ya.
el 2005, cuando el entonces ministro para la Cultura, Farruco Sesto,
Se descubrió, con el atropello, la misma autoridad de mujeres elegantes que cuando entraban víboras les retorcían
decide ahogarla. ¿La causa? Nuestra negativa a invitarlo a leer como
el cuello ellas mismas para preservarnos la intimidad de la infancia.
poeta en el acto inaugural de la X Semana Internacional de la Poesía,
Cuando le tocó a mi amiga caraqueña, comandaba el famoso coronel. Frente a la imagen de su hermana recién fa-
que en ese entonces estaba dedicada a Eugenio Montejo. Y en cuanto a
llecida, el cubano de la tropa alardea: esta muertica es mía. Treinta días metidos en todos los cuartos. La fantasía au-
lo que ocurre hoy, años después de su desaparición, lo podríamos decir
tocrática de poseer a la persona, despojándola de privacidad.
parafraseando a Machado: ahora uno está viendo cosas muy claras que
no son verdad.
Dinapiera Di Donato
Santos López

Universidad:
socavada majestad
No es una metáfora decir que la infraestructura de nuestras casas de estu-
dio superiores se cae a pedazos, pues es inocultable el estado de deterioro
de las instalaciones universitarias. Las sombras de los tiempos evidencian
un panorama desolador de su mundo, como si hubiesen sido obligadas a
doblar las piernas, venciéndole al fin en un público, gradual y doloroso rito
de total derribamiento.
Han sido víctimas del horror de la ignorancia y la barbarie, de quienes,
creyéndose revolucionarios, dueños de una verdad inapelable, se empeñan
en sustituir la falta de pan con la abundancia de sus dogmas.
En su manifiesto descenso, la Universidad chapotea en un presente per-
dido: desde la mengua de cursantes, egresados y profesores, pasando por
el menoscabo del más oculto rincón de su infraestructura, hasta la viola-
ción de su autonomía.
La visión del bien total y de la armonía completa en los fines humanos
ha entrado en crisis, pues hemos llegado a lo más hondo del deterioro
institucional.
Y aunque la Universidad lucha por mantenerse abierta; para poder al-
canzar su recuperación definitiva, no solo tendrá que trabajar para recon-
quistar la majestad de su saber, sino arrimar los dos hombros en el arduo
trabajo de reconstruir el país.

Rafael Simón Hurtado

Vecinos
Plural de persona que vivía cerca de casa. Es verdad que alguna vez ha-
blamos mal de ellos. Que si cocinaban con mucha sal, que iban a misa
más o menos de lo recomendado. Pero eran casi de la familia. En 1998, en
plena campaña electoral (que si Chávez, que si lo otro) comenzó a enra-
recerse el trato entre las dos familias. Progresivamente, se hicieron san-
teros, millonarios y, por qué no decirlo, insoportables. Hace cuatro años,
sin despedirse ni nada porque se trataba de un asunto secreto que inten-
taba burlar decisiones judiciales, se mudaron a Estados Unidos y de la
mujer que les alquiló la casa solo supimos que practicaba abortos y que
su hijo nos robaba la línea telefónica para minar criptomonedas. A ellos
sí los detuvieron. Eso fue hace un año. Entonces supimos que por mucho
tiempo no volveríamos a tener vecinos.

Slavko Zupcic

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