Está en la página 1de 19

BIOÉTICA Y ANIMALES NO HUMANOS

Daicy Yaseri Santos Mosquera

Erika Lizeth Tarazona Castillo

Elcy Yacira Sánchez Murillo

Irma Yaneth Rivas Quebrada

John Milton Sánchez Peralta

Actividad Evaluativa Eje 4

Bioética

Fundación Universitaria del Área Andina

Especialización Auditoria en Salud

19 Octubre de 2020
BIOÉTICA Y ANIMALES NO HUMANOS

Daicy Yaseri Santos

Erika Lizeth Tarazona Castillo

Elcy Yacira Sánchez Murillo

Irma Yaneth Rivas Quebrada

John Milton Sánchez Peralta

Actividad Evaluativa Eje 4

Bioética

Presentado a:

Jorge Arley Ramírez Cárdenas

Fundación Universitaria del Área Andina

Especialización Auditoria en Salud

19 Octubre de 2020
Introducción

Los animales no humanos son vistos, de manera general, como seres que no tenemos por

qué respetar. Se asume que sólo los miembros de la especie humana han de ser plenamente

tenidos en cuenta. Así, se considera que es perfectamente legítimo dañar (aunque sea

notablemente) a los animales de otras especies, si ello nos proporciona algún beneficio. Como

consecuencia de esto, los animales no humanos son tratados de manera cotidiana, sistemática e

institucionalizada como meros recursos. Esto ocurre en un gran número de ámbitos. Su uso se

lleva a cabo para la obtención de bienes y servicios muy variados, entre los que destacan los de

tipo culinario alimenticio. La mayor parte de los seres humanos participan de tal utilización, que

es muy raramente cuestionada.

Desde hace ya algunos años, el movimiento animalista ha venido ganando fuerza en

Colombia. Cada vez son más las organizaciones, colectivos e individuos que actúan y piensan en

función de la defensa de los animales no-humanos. Sin embargo, consideramos que en esta

materia no se ha alcanzado un nivel de madurez aceptable.

El presente taller tiene como finalidad identificar cuáles son los aspectos legales vigentes

en Colombia en relación a la protección, derechos, garantías a los denominados seres sintientes.

En el abordaremos algunos aspectos éticos donde reflexionaremos si en nuestro país estas normas

realmente garantizan la protección de estos seres y expondremos una aproximación a la situación

actual de esta temática.


Objetivos

General

Evaluar los derechos de los seres sintientes a la luz de los principios de la bioética,

vinculando los aspectos normativos vigentes en nuestro país en relación con la temática.

Específicos

 Identificar los aspectos legales vigentes en nuestro país en relación con los seres

sintientes a la luz.

 Identificación de los derechos de los seres sintientes a la luz desde el contexto de los

principios Bioéticos.

 Analizar los aspectos éticos y normativos que protegen la vida de los animales no

humanos.
En Colombia, el marco legal de protección de los animales está compuesto principalmente

por las siguientes normas:

 Decreto 1608 de 1978 Código de Recursos Naturales.

 Ley 84 de 1989 “Por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección de los Animales

y se crean unas contravenciones y se regula lo referente a su procedimiento y

competencia” (ENPA). El ENPA cuenta con una parte sustancial de protección de los

animales donde se enumera una serie de conductas constitutivas de crueldad, los deberes

correlativos de protección y una serie de prohibiciones. De igual forma, cuenta con una

parte procedimental, que impone sanciones a los transgresores del Estatuto y señala un

procedimiento administrativo y unas autoridades competentes.

 Ley 611 de 2000 “Por la cual se adoptan normas para el manejo sostenible de especies de

la fauna silvestre y acuática.

 Ley 599 de 2000 Código Penal, título XI, capítulo único, sobre delitos tendientes a la

protección del medio ambiente y los recursos naturales.

 Decreto 178 de 2012. En el cual se pone freno de algún modo a una de las modalidades

más comunes de maltrato animal. Los carros de tracción animal, los cuales deben ser

reemplazados por automotores.

 Ley 1638 de 2013. Prohibición del uso de animales silvestres ya sean nativos o exóticos

de cualquier especie en espectáculos de circos fijos e itinerantes, sin importar su

denominación, en todo el territorio nacional.

 Ley 1774 de 2016. “Por medio de la cual se modifican el código civil, la Ley 84 de 1989,

el código penal, el código de procedimiento penal y se dictan otras disposiciones"

Popularmente llamada Ley contra el maltrato animal.


Colombia es un país que goza de una gran diversidad cultural, así como de una gran

cantidad de fauna y flora, y a pesar de que en las últimas décadas se han promulgado algunas

normas a favor de la protección de los animales, hoy en día se sigue evidenciando diversas

formas de abusos y maltrato hacia las diferentes especies animales. Al entrar a analizar si estas

normas protegen a los animales, encontramos varios vacíos, y creemos que aún se debe avanzar

más, como en algunos países, donde se ha escalado en otorgarle derechos a los animales

sintientes, al igual como a los humanos.

DECRETO 178 DE 2012

Por el cual se establecen medidas relacionadas con la sustitución de vehículos de tracción

animal.

La Ley 769 del 6 de agosto de 2002, “Código Nacional de Tránsito Terrestre” expresa en

su artículo 98:

“Vehículos de tracción animal. En un término de un (1) año, se prohíbe el tránsito urbano

en los municipios de Categoría Especial y en los municipios de primera categoría del país, de

vehículos de tracción animal.

Quedan exceptuados de la anterior medida los vehículos de tracción animal utilizados

para fines turísticos, de acuerdo a las normas que expedirá al respecto el Ministerio de

Transporte.

Actualmente en nuestro país esta normatividad no se cumple, se evidencia en varias

poblaciones animales prestando este servicio, primero no se cumple. Analizando el decreto habla

todo de cómo van a ser cambiados los medios de transporte, pero por ningún lado se habla de

¿qué hacer con estos animales?, posiblemente serán sacrificados o serán devueltos a su propio
hábitat, es ahí cuando cada uno de nosotros no cumplimos con los principios éticos, tenemos una

mentalidad capitalista donde buscamos explotar a cambio de una retribución, pero sin pensar el

daño que estamos causando.

El principio de no maleficencia no se cumple ya que estamos causando un daño a los

animales ya sea físico, mental entre otros, usualmente estos animales son sometidos a largas

horas laborales sin tener acceso a comida ni alguna, ahí le estamos causando un daño. En cuanto

al principio de justicia no estamos ofreciéndole las mínimas condiciones de bienestar, estos

animales viven en las calles no tienen acceso a su hábitat natural que es el campo. El principio de

beneficencia tampoco se cumple ya que los humanos somos quienes nos beneficiamos a costa de

los animales, ellos simplemente cumplen orden aun estado en condiciones precarias. El principio

de autonomía en los animales seria nulo porque no pueden dar a conocer su voluntad, es ahí en

donde los humanos cumplen un papel importante para hacer cumplir las condiciones mínimas

dignas de los animales.

LEY 1638 DE 2013.

Prohibición del uso de animales silvestres ya sean nativos o exóticos de cualquier especie

en espectáculos de circos fijos e itinerantes, sin importar su denominación, en todo el territorio

nacional. En esta ley realiza una prohibición de los animales en espectáculos de circo de esta

manera se disminuye el tráfico de estas especies, se evita el maltrato animal, la libertad, la

explotación, puesto que no está bien que la sociedad goce del sufrimiento de otro ser, además

sacarlos de su hábitat natural genera daños ambientales, es por esta razón que frente a la

expedición de licencias nacionales y locales no podrán emitir ninguna licencia dos años después

de la publicación de la presente ley. En este caso se presta el principio de beneficencia y no


maleficencia, se busca hacer el bien y no el mal ante las injusticias que se vienen dando frente a

estos animales,

Esta ley además obliga a Los empresarios de circos, un plazo de dos años, contado a

partir de la publicación de la presente ley, para adecuar sus espectáculos en todo el territorio

nacional, sin el uso de especies silvestres o exóticas. Quedan encargados de la verificación del

cumplimiento y difusión de la presente ley: El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la

Policía Nacional, las Corporaciones Autónomas, Regionales y Desarrollo Sostenible y los

gobiernos departamentales. Distritales y municipales en el marco de sus competencias. Están

exentas de esta ley los establecimientos dedicados a la conservación de especies, actividades

pedagogías, investigación y estudio, que no son ambulantes, tales como zoológicos, acuarios y

oceanários. Los animales además de serlos, son seres, que sienten, que además les duele el

maltrato, sufren el rechazo, el realizar prácticas para la explotación no nos hace consientes del

daño que se está realizando, por esta razón viendo el desde la perspectiva de los derechos de los

animales, ecosistema hay que ayudar a preservar para así poder brindarles algo mejor a la

sociedad infantil que va a enfrentar una realidad con mejores valores hacia nuestra especie no

humana y ecosistema. Es por esto que a este nivel se observa que el principio de justicia.

LEY 1774 DE 2016.

“Por medio de la cual se dictan las disposiciones Legales contra el maltrato animal y

otorgo a los animales el estatuto de seres sintientes, debido al atributo que le dan a los animales

de ser seres con capacidad de sentir, debido a sus relaciones directas con el medio ambiente, a

través de los sentidos y el dolor que estos puedan llegar a sentir. Por otra parte la ley señala que

los animales cuentan con unos derechos en la sociedad y de la misma forma se le otorgan unos
deberes a los seres humanos, que deben cumplir para garantizar la protección animal. La ley en

su Artículo 1: establece que los animales como seres sintientes no son cosas, por lo cual recibirán

especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o

indirectamente por los seres humanos.

Esta Ley, además de tipificar como punible el maltrato animal y de consagrar los tipos

agravados de maltrato; modifica, el Código Civil Colombiano de 1887 considerando a los

animales como seres sintientes, prohibiendo el maltrato animal por parte de la sociedad y a su vez

brindando los instrumentos legales para que los Jueces y las fuerzas de Policía cuenten con las

herramientas jurídicas prácticas y seguras para garantizar la especial protección de los animales

contra el maltrato, la crueldad, y el dolor. Para ello la ley se fundamenta en uno de sus principios,

las cinco libertades de los animales:

1. Libre de hambre o sed

2. Libre de malestar físico o dolor

3. Libre de enfermedades o lesiones

4. Libre de miedo o estrés

5. Libre de expresar su comportamiento normal

A hora bien si analizamos el cumplimiento de la ley desde la perspectiva de la ética y lo

moral, vemos claramente que en nuestra sociedad aún se evidencia algo irreprochable

denominado la crueldad, ya que aún los seres sentientes “animales” no se les respeta como lo

establecen las leyes colombianas pues en nuestra sociedad se evidencia la crueldad con los

animales y fauna en general. La fauna no se respecta debido a su caza indiscriminada a costas de

recibir un beneficio como lo es la pesca y caza de animales silvestres, de los cuales muchos se

encuentran en vía de extinción y que son utilizados en beneficios económicos y/o para
supervivencia (alimentación) como el caso de los animales utilizados para adiestramiento en las

actividades de los denominados circos y lugares públicos que en su gran mayoría son maltratados

y mal alimentados y en la gran mayoría nunca reciben bueno cuidados o cuidados médicos.

Por otra parte vemos los animales de uso doméstico como los caballos utilizados para

tareas domésticas “carga” los cuales reciben largas jornadas de trabajo con cargas exageradas y

mal cuidados por sus dueños.

Revisando todo lo anterior claramente identificamos que el principio de la no

maleficencia no se aplica, debido a que este centra su objetivo en el no causar “daño” y menos a

costa de un beneficio. No se puede, desde la perspectiva ética o moral verse una persona

beneficiada a costa de causar un daño a otro ser, nunca nuestros intereses y/o beneficios pueden

estar por encima de los demás, sin importar el daño que se cause independientemente si es

consciente o no. La ética y la moral van mucho más allá de nuestros actos y las consecuencias

que estos pueden ejercer contra otros seres.

El maltrato y la negligencia se presentan de muchas formas hacia un animal y esas son

inconcebibles éticamente; ya que se está causando de una u otra forma un daño que puede ser

irreparable y en el peor de los casos de consecuencias graves como la existencia del ser. Otro acto

no ético e inmoral es el tomar una postura de ignorancia al daño que se pueda estar presentando

en un caso de maltrato animal y no denunciar oportunamente como suele suceder en nuestra

sociedad, que en algunas veces somos indiferentes a los casos de maltrato animal conocidos y

“nos hacemos los ciegos “.


LEY 611 de 2000

Por la cual se adoptan normas para el manejo sostenible de especies de la fauna silvestre y

acuática.

La ley 611 de 2000 en sus artículos 1-2- 3 define Artículo 1°. De la Fauna Silvestre y

Acuática. Se denomina al conjunto de organismos vivos de especies animales terrestres y

acuáticas, que no han sido objeto de domesticación, mejoramiento genético, cría regular o que

han regresado a su estado salvaje. Artículo 2°. Del manejo sostenible de la fauna silvestre y

acuática. Se entiende como la utilización de estos componentes de la biodiversidad, de un modo y

a un ritmo que no ocasione su disminución en el largo plazo y se mantengan las posibilidades

para satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones actuales y futuras. Artículo 3°.

De los zoocriaderos. Se refiere al mantenimiento, cría, fomento y/o aprovechamiento de especies

de la fauna silvestre y acuática en un área claramente determinada, con fines científicos,

comerciales, industriales, de repoblación o de subsistencia. Los zoocriaderos a que se refiere la

presente ley podrán ser abiertos, cerrados y mixtos:

La presente ley tiene por objeto regular el manejo sostenible de la fauna silvestre y

acuática, y el aprovechamiento de las mismas y de sus productos, el cual se podrá efectuar a

través de cosecha directa del medio o de zoocría de ciclo cerrado y/o abierto.

A pesar de todo el impacto del tráfico ilegal de animales silvestres inevitablemente afecta

el entramado de la vida, considerado como el sistema de interrelaciones necesarias para todos los

vivientes; por ello, se plantea la necesidad de reflexiones bioéticas sobre la vida en general y la

vida humana en particular en busca de la construcción de un ethos5 de actitudes y hábitos

coherentes con una conciencia ecológica, que permita resolver los conflictos de orden ambiental,

mediante la toma de decisiones éticas racionales basadas en la aplicación de los principios


tradicionales, asistidos por nuevos planteamientos y por nociones como las de la ética del

cuidado, el principio de vulnerabilidad y el principio de precaución , elementos imprescindibles

en el camino hacia la conservación de la diversidad biológica y cultural . Sin embargo, es

impensable defender la conservación de la naturaleza a toda costa, incluso también acosta del ser

humano, pues no es concebida una ética de la naturaleza sin el componente social, como es

irrealizable una ética social de la vida que no reflexione sobre los ambientes naturales que cobijan

a las comunidades humanas. De esta manera, en la relación humano-fauna el origen de las

dificultades y la palanca de acción son las costumbres, valores, hábitos, estilos de vida,

comportamientos sociales y morales entre otros, de tal suerte que la ética misma aparece como un

aspecto del conflicto y de su solución. Al respecto, las soluciones propuestas han desatendido el

hecho de que los intentos por conservar la naturaleza van en buena parte a coste y expensas de

postergar aún más las necesidades básicas de poblaciones ya intolerablemente desamparadas. Se

trata entonces, el planteamiento abierto sobre el reto de una ecología solidaria, de la necesidad de

“compatibilizar los derechos de los pueblos a alcanzar ciertos niveles de vida, con la necesidad de

racionalizar el uso de los recursos” bajo un responsabilidad compartida. El comercio de animales

silvestres constituye así una forma de interacción hombre-naturaleza en la que intervienen

variantes de orden tanto biológico como cultural, de allí la necesidad de cómo se plantea

desarrollar una bioética ecológica que reflexione acerca de las acciones del ser humano y sus

consecuencias sobre el entorno tanto natural como social. La bioética, al fundamentarse en la

ética aplicada al ámbito vital, necesita intervenir en la conflictiva relación entre los humanos y la

fauna en vista de que profundiza en el enjuiciamiento, apreciación o ponderación de las

conductas y las prescripciones acerca de cómo esa interacción debería ser. El sentido general de

“deber” es inherente al de moral (ética) y ésta a las costumbres, constituyendo de ese modo una

apelación a la razón en el campo de la praxis, así, es un modo al menos indirecto de intervenir en


lo práctico. Frente a ello, la bioética se ha enriquecido de los principios éticos que han ido siendo

reconocidos universalmente y que constituyen pautas y valores que expresan los mínimos

socialmente compartidos y racionalmente fundamentados, es decir, son los reguladores de las

decisiones (Maliandi y Thüer, 2008). De esta manera, la ética tiene que moverse en planos

diversos, donde se recurra a principios que no son sino exigencias racionales que indican

actitudes mediante las cuales se pueden solucionar conflictos concretos, por lo que en la

relación.La bioética, al fundamentarse en la ética aplicada al ámbito vital, necesita intervenir en

la conflictiva relación entre los humanos y la fauna en vista de que profundiza en el

enjuiciamiento, apreciación o ponderación de las conductas y las prescripciones acerca de cómo

esa interacción debería ser. El sentido general de “deber” es inherente al de moral (ética) y ésta a

las costumbres, constituyendo de ese modo una apelación a la razón en el campo de la praxis, así,

es un modo al menos indirecto de intervenir en lo práctico. Frente a ello, la bioética se ha

enriquecido de los principios éticos que han ido siendo reconocidos universalmente y que

constituyen pautas y valores que expresan los mínimos socialmente compartidos y racionalmente

fundamentados, es decir, son los reguladores de las decisiones, De esta manera, la ética tiene que

moverse en planos diversos, donde se recurra a principios que no son sino exigencias racionales

que indican actitudes mediante las cuales se pueden solucionar conflictos concretos, por lo que en

la relación.

En consecuencia el cuidado, preservación y buen uso de la fauna silvestre le compete de

forma directa a la humanidad, por lo cual, en ese sentido, la responsabilidad y autoridad ética

deben ser compartidas por los grupos humanos afectados, las instituciones y el Estado, en busca

de llegar a armonizar la conflictiva relación entre los humanos y el recurso biológico, en este caso

particular representado por la fauna silvestre pues quizá, sólo de esta manera se pueda mantener

el equilibrio ecosistémico y con ello proteger a las comunidades humanas vinculadas, lo que
conllevará a la conservación de la diversidad no sólo biológica sino también cultural. Una

realidad frente a la cual los actuales y futuros profesionales: Médicos Veterinarios, Zootecnistas,

Biólogos, Ecólogos, e Ingenieros Agrónomos, entre otros, están llamados a que de manera ética

propongan formas para abordar y tomar decisiones consensuadas y transdisciplinares en las

cuales se considere también al mundo no-humano. Profundizar en la bioética permite de esta

manera, evidenciar que existen elementos para la resolución de conflictos y la toma de decisiones

en la conflictiva relación entre los humanos y la fauna, que permitan garantizar la persistencia de

la biodiversidad mediante su gestión activa (conservación y uso sostenible) considerando siempre

el bienestar y la diversidad cultura.

La ley 84 de 1989

en Colombia existe la ley 84 de 1989, por la cual se adoptó el Estatuto Nacional de

Protección de los Animales, cuyas disposiciones tienen por objeto: a) Prevenir y tratar el dolor y

el sufrimiento de los animales; b) promover la salud y el bienestar de los animales, asegurándoles

higiene, sanidad y condiciones apropiadas de existencia; c) erradicar y sancionar el maltrato y los

actos de crueldad para con los animales; d) desarrollar programas educativos a través de medios

de comunicación del estado y de los establecimientos de educación oficial y privados, que

promuevan el respeto y el cuidado de los animales; e) desarrollar medidas efectivas para la

preservación de la fauna silvestre. Igualmente se establecen como deberes para con los animales,

por parte de su propietario, tenedor o poseedor, entre otros: a) Mantener el animal en condiciones

locativas apropiadas en cuanto a movilidad, luminosidad, aireación, aseo e higiene; b)

suministrarle bebida, alimento en cantidad y calidad suficientes, así como medicinas y los

cuidados necesarios para asegurar su salud, bienestar y para evitarle daño, enfermedad o muerte;

c) suministrarle abrigo apropiado contra la intemperie, cuando la especie de animal y las


condiciones climáticas así lo requieran. En cuanto al uso de animales vivos para investigación y

experimentación, se tiene que tales actividades solo pueden realizarse con autorización previa del

Ministerio de Salud Pública y sólo cuando tales actos sean imprescindibles para el estudio y

avance de la ciencia, siempre y cuando esté demostrado: a) Que los resultados experimentales no

puedan obtenerse por otros procedimientos o alternativas; b) Que las experiencias son necesarias

para el control, prevención, el diagnóstico o el tratamiento de enfermedades que afecten al

hombre o al animal; c) Que los experimentos no puedan ser sustituidos por cultivo de tejidos,

modos computarizados, dibujos, películas, fotografías, video u otros procedimientos análogos.

De acuerdo con la constitución política de Colombia se considera que todo animal posee

derechos, que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen

conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales; que el

reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de las otras

especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo;

que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo; que el respeto

hacia los animales por el hombre está ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos; y que

la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los

animales los cuales no se deben utilizar en circos.

La Organización de las Naciones Unidas ha establecido que todos los animales nacen

iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia. Así mismo, que todo animal

tiene derecho al respeto. Así mismo, establece que el hombre como especie animal, no puede

atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho.

Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales. Igualmente se destaca

que todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.

Por otra parte, ningún animal puede ser sometido a malos tratos ni actos crueles y si es necesaria
la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia. Se

considera que todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su

propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse. Igual, toda privación de

libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho. Así, todo animal

perteneciente a una especie que viva tradicionalmente pero en el entorno del hombre tiene

derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su

especie. También, toda modificación de dicho ritmo o dichas condiciones que fuera impuesta por

el hombre con fines mercantiles es contraria a dicho derecho. Existen otras disposiciones que

señalan que todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la

duración de su vida sea conforme a su longevidad natural; y que el abandono de un animal es un

acto cruel y degradante. Se prescribe que todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación

razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo.

Frente a la explotación de los animales para la simple recreación humana, es un mandato

que ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre y que las exhibiciones de

animales y los espectáculos que se sirvan de animales, son incompatibles con la dignidad del

animal.
CONCLUSIONES

Éticamente hablando los derechos no pueden ser patrimonio exclusivo de los humanos, la

finalidad de esta perspectiva bioética, y como lo menciona la misma Corte Suprema de Justicia

de “asignarle derechos” a los animales no humanos, puede verse como una extensión de los

principios jurídicos de las personas a los seres sintientes en forma proporcional y amplia, sin

afectar desarrollos agroindustriales, sin menguar avances médicos y sin desatender la solución de

las necesidades alimentarias de los seres humanos.

Se trata sí, de reconocer y asignar derechos y personería jurídica para determinar epistemológica,

ética, política, cultural y jurídicamente la irracional destrucción de nuestro planeta, y de toda la

naturaleza que aqueja en forma vergonzante y trágica la generación de nuestro tiempo.

En la población colombiana todavía no se tiene conciencia de respecto a la fauna y flora,

la población tiene mentalidad capitalista en donde cada uno busca el beneficio propio acosta de la

explotación de los recursos naturales y algunas especies que se encuentran en nuestro territorio.

Todavía no conocemos la magnitud del problema ya que Colombia es un país demasiado rico en

cuanto a fuentes hídricas, flora y fauna.


BIBLIOGRAFIA

Horta Oscar (S.f.) Animales humanos y no humanos: de la discriminación al respeto.

(artículo en línea) Recuperado de:

https://masalladelaespecie.files.wordpress.com/2009/03/animalesdiscriminacionrespeto1.pf

Mañanas Blu 10:30 (14 de agosto de 2019). [redacción digital Blu Radio] Debate por el

reconocimiento de derechos a animales en Colombia. Recuperado de:

https://www.bluradio.com/nacion/debate-por-el-reconocimiento-de-derechos-animales-en-

colombia-223548-ie3509872

Camps, V. (1990). Historia de la ética. Barcelona: Crítica.

Nietzsche, F. (2010). Genealogía de la moral. Barcelona, España: Editorial Tecnos.

Acopazoa. (2003). Biodiversidad, Colombia país de vida. Fondo para la acción ambiental.

Cargraphics S.A. Colombia. Junio 2012.http://www.eduteka.org/ Biodiversidad.php

Asociación Defensora de Animales y del Ambiente - ADA. 2000. Ley 611 de agosto de

2000. Septiembre 2011. http://faunacolombia.org/legislacion/ l611_00.pdf

Baptiste L.G., Hernández S., Polanco R. y M. Quiceno. (2002). La fauna silvestre

colombiana: una historia económica y social de un proceso de marginalización. En: Rostros

culturales de la fauna. Las relaciones entre los humanos y los animales en el contexto

colombiano. Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Bogotá. 343 pp.

FUENTE: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Declaración Universal del

Derecho del Animal, París, 1978.

ANAYA VELÁSQUEZ, Fernando y GARAY SEVILLA, Ma. Eugenia. “Bioética y

utilización de otras especies”. En: Bioética general. [Ed.] Jorge Luis Hernández Arriaga. 1a. ed.

México, D. F.: El Manual Moderno, 2002. págs. 163-172.


Fuente: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Declaración Universal del

Derecho del Animal, París, 1978.

PAPACCHINI, Ángelo. Los derechos humanos en Kant y Hegel. El problema de los

derechos humanos en Kant y Hegel. 1a. ed. Cali, Colombia: Universidad del Valle, 1993. Anexo:

Derecho a la vida y derechos de los animales. Una defensa de la teoría kantiana, págs. 135-142.

GARCÍA RAMÍREZ, María José y BELLO PIZARRO, Juan Carlos. El delito de maltrato

a los animales. Santiago de Chile, 1997. 128 págs.

Cely M. (2012). Estadísticas del uso ilegal de fauna silvestre en Colombia. Ministerio del

Medio Ambiente. Dirección general de ecosistemas. Grupo de biodiversidad. Colombia.

http://www.minambiente.gov.co/documentos/474_estadisticas_trafico.pdf

También podría gustarte