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Mi héroe
Unas merecidas vacaciones en la playa es lo que más necesitaba. Mi día comenzaría
yendo a nadar con Diana, Diego y Cinthia, sin embargo, por alguna extraña razón mi
mejor amigo comenzó a realizar todas las escenas clichés por existir como por
ejemplo, salpicar de agua a otra chica mientras disfrutan del sol.
—Es un capítulo cliché, tengo que hacer cosas cliché ¿No? —Diego salpicando
agua.
—No estoy en contra de eso, haz lo que quiera, pero ... ¡Al menos haz las escenas
cliché con tu novia no con otra chica! —Gritaba Leo
—Hey cute boy, won´t we have fun?... —Observando a Leo —I don´t have problem
if you want to join us gloomy boy —Preguntaba una chica extranjera.
¡Puuuuuum! ¡Puuuuuuuum!
Aquella hermana extranjera que era una belleza inigualable se asustaría al ver a
Diana y a Cinthia por lo que se iría.
—¿Estás pensando en que fue una lástima no hablar con esa mujer? —Diana
—Ya, no te enojes, solo era una broma, un cambio cultura... Probablemente —Diego
—... —Cinthia
Después de arreglar las cosas con Cinthia, Diego seguía con su deseo de seguir
haciendo cosas cliché, él quería jugar a romper la sandía, un juego cliché de las
historias japonesas, así que para darle gustó decidimos seguir el juego.
—Tu solo golpea —Diego cubriendo los ojos de Leo con una venda.
El juego es simple, solo tengo que dar un par de vueltas sobre mi propio eje para
perder el equilibrio y luego tengo que tratar de romper la sandía con un palo de
madera.
—Bueno... «¿Por qué estamos haciendo esto?» —Pensó Leo mientras golpeaba con
su palo.
Apliqué toda mi fuerza, pero parece que la sandía es más resiste de lo que pensé,
por lo que traté de darle un par de veces más hasta que...
—Le... Le... ¿Leo? ... —Observando a Leo con incredulidad —Po... Po... ¿Por qué
estás golpeando al señor en la cabeza? —Diana
—¿Días? ¿De qué hablas? ... Llevamos solo un par de horas desde que llegamos
—Sandy
No puede ser, llevó solo un par de horas en la playa y ya me han golpeado un par
de veces, también tuve que huir de un mastodonte, si esto sigue así no creo que
pueda sobrevivir por más tiempo.
—La playa da miedo... Mucho miedo —Leo murmurando mientras dibujaba caras
tristes en la arena.
Nada mal.
Luego de los malos ratos, todo mejoró, me divertí con mis amigos, nos tomamos un
par de fotografías y luego decidimos ir a comer.
—Afirma —Diego
—Así es —Diego
—Buscas probar cosas nuevas, tener experiencias nuevas —Leo
—Sí —Diego
—Nada, no tiene nada de malo, pero básicamente lo que haces es viajar kilómetros
para probar la misma comida que puedes conseguir en tu casa —Leo
—... —Leo
—Tú quieres que yo haga eso... —Pensando —Vale suena divertido —Diego
sonriendo.
—Gracias —Diana
Al día siguiente.
El primer día fue bastante divertido, lo admitiré, incluso en la noche los que ya eran
mayores de edad bebimos un poco, pero por el cansancio no pude quedarme hasta
tarde así que dormí sin siquiera recordar cómo es que llegue a mi habitación.
—¿Otro cliché en el capítulo? Por el amor dios autor, ten tantito amor a la historia —
Leo
—¿Qué tiene de malo? Todos aman el cliché —Diego
—Aman ¿Eh? ... —Observando a Diego —Bueno ese chico está coqueteando con
tu novia —Leo
—¿Eh? —Diego
En cuanto intentamos reunirnos con las chicas, nos encontraríamos con la típica
escena donde "los chicos geniales" trataban de ligar con Cinthia y compañía. Por lo
general esto ni siquiera sería de mi interés, todos son libres de de hacer lo que
deseen, pero creo que esta vez tendré que intervenir pues Marisa y Diana lucen
bastantes asustadas.
—Venga chicas, nosotros invitamos a comer, ¿Qué dicen? —El chico atractivo.
—Te haré pasar mejor rato que él, te lo aseguro —Otro chico
—¿Qué hay de ti? ¿Vienes? —Un amigo del chico atractivo tratando de sujetar la
mano de Diana.
—Lo siento —Sujetando la mano del tipo —Pera ella viene conmigo —Leo
Se los aseguro, al verme los tres chicos fastidiosos me vieron y casi se rieron de mí,
tal vez mi apariencia no los intimido lo suficiente, pues al ver a Diego los tres chicos
afirmaron...
—Chicas, ¿Por qué no le dijeron antes? —Sonriendo —Estos dos chicos los están
chantajeando ¿Cierto? —El chico atractivo
¿Cuál es la maldita cara de la friendzone? ... Ni hablar solo por eso le daré una
lección a ese idiota o ese era mi intención, sin embargo...
¡Zaaas!
—¡No hables así de Leo! —Decía Diana furiosa después de abofetear al chico
atractivo.
Ante la sorpresa de todos, Diana sería quien golpearía al chico que hablaba pestes
de mí.
—No hables mal de Leo, no tienes ni la más remota idea de maravilloso que es él
como persona, ahora lárgate —Diana
—¿Qué dijiste, idiota? —El chico atractivo preparándose para golpear a Diana.
Diego y yo tuvimos que intervenir, para nuestra causa esos chicos eran bastantes
débiles por lo que no tuvimos complicaciones para derrotarlos,..
Pensé que el problema se había resuelto, sin embargo, la aparición de esos chicos
hicieron que Diana y Marisa estuvieran un tanto inquietas, parece ser que hay un
daño psicológico el cual persistirá por el resto de sus vidas.
—¿Te encuentras bien? —Leo
Estuve un tiempo a solas con ella, durante minutos Diana no decía ni una sola
palabra, solo sujetaba mi mano mientras ella jugaba con la arena usando sus
piernas.
—S... Sí —Diana
Tenía que hacer algo, me sentía un poco incómodo, así que decidí salir a jugar con
Diana para tratar de animarla.
—No te preocupes no es nada, si te pasa algo entonces dilo con confianza, podemos
hablar sobre el tema —Leo
—Sí —Leo
Diana me sujeto con mucha fuerza, hizo que cayera o mejor dicho me obligo a
sumergirme en el mar, no entendía la razón, pensé que estaba jugando, pero al poco
tiempo supe que esto no era así ya que...
—Ya no puedo ocultarlo más... Leo, me gustas, me gustas mucho, mucho.... —Diana
Aunque, pensé que nunca lo diría, incluso me tomó por sorpresa, pero por fin ha
llegado el momento que había esperado, enamoré a una gran chica y siento que
será un desperdicio rechazarla, pero así va la trama de esta novela.
—... —Leo
—«¡Lo sabía! Él... Él estaba a punto de rechazarme ¿Verdad?... ¿Por qué? ¿Por
qué?... Hace tiempo se confesó, ¿Por qué ahora cambió de opinión?... ¿Será por
Sam? Yo... ¡Yo no quiero perder así!» —Pensaba —No... No digas nada más, olvida
todo —Diana huyendo del lugar.
El día continúo y Diana continuaba bastante extraña e incluso podía sentir que me
evitaba, decidí no prestar mucha atención en eso, de hecho, yo hubiera hecho lo
mismo así que seguimos nuestros planes hasta llegar en la noche.
Las chicas deseaban ir a bailar así que no tuvimos más opción que acompañarlas,
no soy un buen bailarín, pero luego de un par de bebidas alcohólicas poco y nada
importa si sabes bailar o no.
Pasamos un buen rato bailando y bebiendo, las primeras en cansarse fueron Diana
y Mónica quienes decidieron regresar al hotel, a los pocos minutos decidí también
irme a descansar, me sentía cansado, además mi joven cuerpo aún no se
acostumbra a beber alcohol por lo que mi resistencia es baja.
El alcohol comenzaba a ser más efecto, me las ingenié para regresar al hotel y me
dirigí a mi habitación, fue allí cuando me encontraría con una enorme sorpresa.
Puto autor ¿Otro cliché?.... Bueno en este no me quejo, pero en cuanto entré, estaría
Diana con su ropa interior, muy sexy por cierto, mientras la luz de la luna iluminaba
su figura, mi corazón se detuvo pues pensé que me había equivocado de habitación,
pero ingresé con mi llave así que no hay duda de que estoy en el lugar que me
corresponde.
Tan rápido me vio corrió hacía mí y me abrazó con mucha fuerza, mientras tanto
seguía sorprendido y no sabía cómo reaccionar, ¿Cómo lo harías tú?...
—... —Leo
Pero al sentir su respiración en mi piel descubro que esto es real, menos mal, en
verdad pensé que estaba en camino al hospital.
Sin decir una sola palabra Diana comenzaría a besarme mientras tanto
instintivamente coloqué mis brazos en su cintura y respondí a sus besos hasta que
ambos caímos en la cama debido a nuestros acalorados movimientos.
Quede arriba de ella, le mire al rostro y su expresión bajo la luz de la luna que
atravesaba por la ventana era grandiosa, más linda no podía verse, además con el
ruido natural del mar hacía el momento más romántico a más no poder, tal vez todo
eso en conjunto llevó a Diana a tener un gesto de vergüenza y fue allí cuando
recupere un poco mi cordura, por lo que pregunté...
Su dulce y avergonzada voz, su rostro iluminado por la luz de la luna, ver su hermoso
cuerpo y el alcohol en la sangre hacen que no sea fácil contenerme, estoy llorando
sangre.
—Yo... Yo... —Colocando la mano en su pecho —Yo te quiero, te quiero mucho ¿No
me crees? —Diana
—... —Leo
Por sus latidos sé que no miente, además tocar su pecho se siente bien, la sensación
es muy agradable, maldición si esto sigue así yo...
—¿Leo? —Diana
Tome la mano de Diana, ella se encontraba temblorosa, tal vez sea por el
nerviosismo, me acerqué a su rostro y noté que ella trataba de calmar su respiración
lo cual me pareció tierno, así que tomé sus labios suaves, la sensación de sus besos
era increíble tal vez era debido al ambiente a nuestro alrededor, el silencio del cuarto
más el ruido natural del mar me hacían ser más perspicaz con cada detalle.
Diana me besaba con fuerza mientras me abrazaba, decidí tocar su pecho y al hacer
esto escuché como ella dejaría escapar un lindo gemido.
Comencé a besar el cuello de Diana y al mismo tiempo tocaba sus pechos mientras
ella dejaba escapar más gemidos, e incluso, cuando miraba su rostro logré captar
una maravillosa imagen, Diana sujetaba mi cabello con una boca abierta y con una
expresión que demostraba mucho placer, casi retorciéndose del placer.
Sin duda esa expresión aumentaba mi excitación, sin embargo, no hay que comer
con prisa, hay que disfrutar del momento previo y aunque ella ya se encontraba
mojada, lista para consumir el acto, decidí disfrutar de su cuerpo todavía un poco
más.
Poco a poco le quite la poca ropa que usaba, no hubo tiempo de desabrochar su
sostén así que solo lo deslicé hacia abajo, miré los pechos de Diana, he de decir que
tiene unos pechos verdaderamente hermosos, sus pezones son de un color rosado.
—No… No mires tanto… Tonto —Diana
Ella está avergonzada, lo cual me parece bastante encantador, pero bueno supongo
que tiene razón mirar excesivamente hará que pierda las ganas así que no debo
perder mi tiempo por lo que use mi lengua para sentir aquellos pezones rosados.
—¡Hyaa! —Diana
Seguía jugando con sus pezones, parecía disfrutarlo y también es muy sensible en
esa parte ya que se retorcía cada vez que daba suaves mordiscos a sus pezones y
cada vez que lo hacía jalaba con suavidad mi cabello.
—Bésame... —Diana
Tal y como lo pidió volví a cargar en con su boca, sus labios son increíbles, pero creo
que debería aumentar un poco la intensidad, así que sin quitarle las bragas metí mi
dedo del medio en su vagina.
Tras tocarla un poco, decidí cambiar de posición, mis manos se cansan entonces
debo de cambiar posición cada cierto tiempo para darle variedad y emoción.
—Tranquila —Leo
Diana estaba básicamente sentada, abrí mis piernas y me coloqué detrás de ella
para embonar ambos cuerpo sin problema, allí con mi mano izquierda volví a tocar
sus pechos, apretando en movimientos circulares y con gentiliza su pezón, además
con mi mano derecha volví a meter mis dedos en su vagina.
Mi siguiente reacción fue sujetar mi miembro, con lentitud comencé a meter mi pene
dentro de su vagina, en un principio fue difícil, pues se sentía bastante apretado,
pero al final lo había logrado, mientras tanto las expresiones de Diana eran increíbles
no me cansaré de decirlo.
Comencé mis movimientos lentos, es la primera de Diana así que sentirá algo de
dolor, pero poco a poco se acostumbrara, por ahora solo seguiré lento y seguro.
—Un… Un poco, pero se siente rico, me siento feliz —Diana besando a Leo.
Con el ritmo aumentando los gemidos de Diana también lo hacían, al parecer el dolor
ya no le incomoda así que puedo usar un poco de fuerza.
Vaya, quien diría que Diana podía gritar tales cosas, eso hace que aumente mi
excitación y como consecuencia solo tuve que desquitarme con ella, no le daré ni un
pequeño descanso ahora que me ha provocado.
—¿Leo? —Diana
—No te preocupes solo tienes que moverte de arriba abajo yo haré lo demás —Leo
Seguíamos teniendo sexo enfrente del espejo, Diana era la única que podía verse,
pues me daba básicamente la espalda mientras ella seguía moviéndose.
—«¿Esa soy yo? ¡Soy una pervertida!» —Pensaba mientras se miraba al espejo —
Mira como me tienes Leo, me encanta, ¡Te adoro! … Sigue así —Decía Diana
mientras trataba de moverse más rápido.
En fin, tuve que guiar a Diana, para evitar cualquier tipo de accidente, pero de alguna
manera lo lograríamos, ella estaría arriba de mí y aunque era inexperta comenzó a
moverse con rapidez, casi salvajemente.
Incluso fue atrevida, creo que le he dado un nuevo fetiche pero a Diana le había
gustado darme la espalda mientras teníamos sexo, pues ahora estando arriba de mí
se daría la vuelta, es decir, veía su hermoso trasero enfrente de mí.
¡Zaaaaas!
—Otra vez… ¡Hazlo otra vez! —Decía Diana mientras seguía saltando arriba de Leo.
¡Zaaaaas!
¡Puuuuuuuuuum!
—¡No idiota! ¡Hazlo bien o no lo haremos! —Exigía Cinthia quien había golpeado a
Diego.
—¿Haa?... Eso crees… Usaré mi técnica especial, se llama el vecino del hombre
que araña —Diego
—Qué crees que haces… Ay… Ay…. Diego… Diego ¡Diego! ♥ —Cinthia
Me desperté, sabía que era un día diferente, lo que pasó en la noche no había sido
un sueño, fue cien por ciento real. A mi lado se encontraba Diana que aún se
encontraba desnuda y por alguna razón dormí mientras le tocaba uno de sus pechos.
—¿Quieres otra ronda?.... ¿Lo hacemos más tarde?... Quiero seguir durmiendo un
poco más —Diana bastante somnolienta.
Por alguna razón tomé esa oferta, tras dejar descansar un poco a Diana volvería a
la carga, pues desde que desperté ella movía su trasero y como solo usaba sus
grabas pues era bastante tentador, más bien ese fue la intención de ella todo este
tiempo y le funcionó...
—¡Hyaa! —Diana
Diana se encontraba en la cama boca abajo, le dije que no se moviera y comencé a
masajear su trasero, ella eventualmente tenía uno que otro espasmo, incluso su
braga ya se encontraba mojada, esta vez llegar a ese punto fue más rápido, tal vez
se estaba aguantando para hacerlo y como le dio vergüenza no dijo nada.
Pero aún sigo estimulado por lo de la noche así que ya no pude parar, sujete sus
muslos con delicadeza y sin quitarle su ropa interior comencé a insertar mi pene y
sacarlo sucesivamente.
Para mi sorpresa ella movería sus caderas, ese movimiento casi me mata pues fue
bastante placentero.
La tensión entre nosotros aumentaba, ella seguía con movimientos toscos, pero se
sentían geniales, ambos llegaríamos al punto máximo.
—… —Leo
Al igual que antes Diana mi miraba mientras caminaba hacia la ducha, movía sus
caderas con bastante sensualidad.
Esa mujer… ¿Trata de provocarme de nuevo? ¿Cree que soy tan fácil de provocar?
Me siento como un hijo de puta, tal vez no debí beber todo ese alcohol, debí
rechazarla cuando tuve la oportunidad, ahora me siento mal.
—Así que ese es el problema, pues con muy poco te da estrés ¿Eh? —Diego
—Solo habla con ella dile la verdad, deja que te golpee un rato y listo, cada quien
continua con su vida —Diego
—Supongo... —Leo
—Pero... ¿Por qué no quieres salir con ella? Sé que es la chica irritante, pero en
verdad te quiere ¿No?... Además viendo tu rostro diría que no siempre tendrás la
suerte de salir con alguien tan bella como ella —Diego
Pero volviendo al tema, ¿Por qué no salgo con ella?... Lo he pensado, en mi otra
vida ella me despreció, en esta vida al principio también lo hizo, siempre fui un
delincuente para Diana y dejó de pensar así hasta que tuve que salvarla de las
manos de Enzo.
—¿Leo? —Diego
—No... No puedo salir con ella, no lo entendería, pero no creo que lo nuestro funcione
—Leo
—... —Diego
Así es, mientras siga pensando en Araní no creo que podré salir con alguien, pasara
lo mismo que sucedió con Sam.
Ya he llegado tan lejos, falta poco para reunirme con ella, no es necesario dudar
más.
El día continuo, cayó el ocaso, y tras tomar mucho valor le pedí a Diana hablar en
privado, voy a ser honesto con ella.
—Ni siquiera se te ocurra decir que lo sientes o que no debió pasar —Diana
—Leo eres mi salvador, nada de eso lo cambiará, eres mi héroe así que decidí que
mi primera vez será y es tuya, nunca me arrepentiré de eso —Diana
—... —Leo
—No tienes por qué sentirte mal, sé muy bien que no estás enamorado de mí, tu
corazón está con alguien más y eso es más que obvio «Sam» —Diana
—.... —Leo
—Aunque, aun podemos divertirnos en este viaje ¿Sabes? —Dijo Diana sonriendo
—Como sea, ya me siento mejor «Al menos la primera vez de Leo es mía, Sam» —
Pensaba —Voy a ir a caminar un rato, no me sigas por favor —Diana
—... —Leo
Esa noche Diana regresaría con los ojos hinchados de tanto llanto.
Nuestro viaje de playa llegaría a su fin, días pasaron y mi relación con Diana para mi
sorpresa no cambió, ella continuo sonriendo y quedamos en muy, pero muy buenos
términos.
El día de la graduación.
—¿Eh? —Leo
—Por cierto, antes de irte, te daré un consejo, no entres a ninguna empresa piramidal
—Leo
Por cierto Mudo no lograría cumplir su sueño, pero creo encontró otro, se convertirá
en escritor y se casará con Mía.
En cuanto a Eddy, fue la persona que tuvo más éxito, el bastardo logró cumplir su
sueño, en pocos meses se ira a América, estudiará moda y tras años de mucho
esfuerzo se convertirá en un exitoso diseñador, uno de los más reconocidos a nivel
mundial, creo que también se casará con un chico con el que trabaja y sus planes a
futuro es adoptar a una niña.
—Eso parece, será extraño no estar todos los días juntos —Leo
Con eso dio inicio a mi nueva vida universitaria, solo queda una chica antes de
encontrarme con Araní, sin embargo...