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Capítulo 104

Mi héroe
Unas merecidas vacaciones en la playa es lo que más necesitaba. Mi día comenzaría
yendo a nadar con Diana, Diego y Cinthia, sin embargo, por alguna extraña razón mi
mejor amigo comenzó a realizar todas las escenas clichés por existir como por
ejemplo, salpicar de agua a otra chica mientras disfrutan del sol.

—Serás idiota, ¿Qué diablos haces? —Leo

—Es un capítulo cliché, tengo que hacer cosas cliché ¿No? —Diego salpicando
agua.

—No estoy en contra de eso, haz lo que quiera, pero ... ¡Al menos haz las escenas
cliché con tu novia no con otra chica! —Gritaba Leo

—¡Oh! Ella, se me había olvidado... —Diego dejando de jugar.

—Hey cute boy, won´t we have fun?... —Observando a Leo —I don´t have problem
if you want to join us gloomy boy —Preguntaba una chica extranjera.

—¿Qué dijo? —Leo observando a la extranjera.

—No sé, ¿Pero eso importa? —Diego

¡Puuuuuum! ¡Puuuuuuuum!

—¡idiotas! —Gritaban Cinthia y Diana quienes habían golpeado a Leo y a Diego.

—Sorry, you look like they´re busy —La chica extranjera.

Aquella hermana extranjera que era una belleza inigualable se asustaría al ver a
Diana y a Cinthia por lo que se iría.

Fue una verdadera lástima.

—¿Estás pensando en que fue una lástima no hablar con esa mujer? —Diana

—No, no claro que no —Leo

—Ya, no te enojes, solo era una broma, un cambio cultura... Probablemente —Diego
—... —Cinthia

Después de arreglar las cosas con Cinthia, Diego seguía con su deseo de seguir
haciendo cosas cliché, él quería jugar a romper la sandía, un juego cliché de las
historias japonesas, así que para darle gustó decidimos seguir el juego.

—¿Consiguieron la sandía? —Leo

—Tu solo golpea —Diego cubriendo los ojos de Leo con una venda.

El juego es simple, solo tengo que dar un par de vueltas sobre mi propio eje para
perder el equilibrio y luego tengo que tratar de romper la sandía con un palo de
madera.

—¡Allí! ¡Dale! —Gritaba Diego

—Bueno... «¿Por qué estamos haciendo esto?» —Pensó Leo mientras golpeaba con
su palo.

Apliqué toda mi fuerza, pero parece que la sandía es más resiste de lo que pensé,
por lo que traté de darle un par de veces más hasta que...

—¿Qué diablos es esto? Es bastante duro —Leo

—Le... Le... ¿Leo? ... —Observando a Leo con incredulidad —Po... Po... ¿Por qué
estás golpeando al señor en la cabeza? —Diana

—¿Qué hago qué? —Leo quitándose la venda de los ojos.

—... —Un señor musculoso saliendo de la arena.

—Ay no... —Leo

—Pequeño bastardo, eso me dolió —El señor musculoso

Diego, hijo de...

—Los veré después chicas —Leo corriendo.

—¿Por qué corres? —El señor musculoso tratando de atrapar a Leo.

—Porque volar no puedo —Decía Leo mientras huía.


A partir de ese momento dejamos de hacer cosas clichés solo para satisfacer los
deseos de Diego. Logré escapar del turista furioso que me perseguí y me reuní con
las chicas.

—Sa... Sandy... ¿Cuántos días llevamos en la playa? —Leo

—¿Días? ¿De qué hablas? ... Llevamos solo un par de horas desde que llegamos
—Sandy

—¿Un par de horas? —Leo

No puede ser, llevó solo un par de horas en la playa y ya me han golpeado un par
de veces, también tuve que huir de un mastodonte, si esto sigue así no creo que
pueda sobrevivir por más tiempo.

—La playa da miedo... Mucho miedo —Leo murmurando mientras dibujaba caras
tristes en la arena.

—¿Qué sucede con Leo? —Mónica

—Conoció a Diego, eso fue lo que pasó —Karla

—Animo Leo, estás en la playa hay que divertirse —Beatriz

—Chicas... —Leo observando a sus amigas.

Nada mal.

—Vaya, todas lucen geniales, se ven muy bien —Leo

—Gra... Gracias... —Respondieron Mónica y Baetriz sonrojadas.

—Mmmmm... «A mí no me dijo nada» —Pensó Diana molesta.

Luego de los malos ratos, todo mejoró, me divertí con mis amigos, nos tomamos un
par de fotografías y luego decidimos ir a comer.

—A ver, déjame entender, viajaste por varias horas ¿Cierto? —Leo

—Afirma —Diego

—Llegas aquí porque no conocías la playa ¿Verdad? —Leo

—Así es —Diego
—Buscas probar cosas nuevas, tener experiencias nuevas —Leo

—Sí —Diego

—Entonces... —Observando a Diego mientras comía —¡¿Por qué diablos comes


pollo?! ¡Estás en la playa! ¡Trata de comer algo de aquí, vienes aquí a conocer! —
Leo

—¿Qué tiene de malo comer pollo? —Diego

—Nada, no tiene nada de malo, pero básicamente lo que haces es viajar kilómetros
para probar la misma comida que puedes conseguir en tu casa —Leo

—Pero me gusta el pollo —Diego

—Me cansé, haz lo que quieras —Leo

—Eso iba a ser, en la cena pediré también pollo —Diego

—... —Leo

Y efectivamente, en la cena el desgraciado comería otra vez pollo.

Esa misma noche...

—Tú quieres que yo haga eso... —Pensando —Vale suena divertido —Diego
sonriendo.

—Gracias —Diana

Al día siguiente.

El primer día fue bastante divertido, lo admitiré, incluso en la noche los que ya eran
mayores de edad bebimos un poco, pero por el cansancio no pude quedarme hasta
tarde así que dormí sin siquiera recordar cómo es que llegue a mi habitación.

Al despertar noté que Diego ya no se encontraba en la habitación, él se encontraba


ya desayunando así que lo acompañe, para cuando terminamos nos dirigimos a la
playa y fue allí cuando me toparía con otra escena cliché...

—¿Otro cliché en el capítulo? Por el amor dios autor, ten tantito amor a la historia —
Leo
—¿Qué tiene de malo? Todos aman el cliché —Diego

—Aman ¿Eh? ... —Observando a Diego —Bueno ese chico está coqueteando con
tu novia —Leo

—¿Eh? —Diego

En cuanto intentamos reunirnos con las chicas, nos encontraríamos con la típica
escena donde "los chicos geniales" trataban de ligar con Cinthia y compañía. Por lo
general esto ni siquiera sería de mi interés, todos son libres de de hacer lo que
deseen, pero creo que esta vez tendré que intervenir pues Marisa y Diana lucen
bastantes asustadas.

Lo más seguro es que recuerden que así conocieron a Enzo y a Vargas.

—Venga chicas, nosotros invitamos a comer, ¿Qué dicen? —El chico atractivo.

—N... No... Gracias —Respondió una temerosa Marisa.

—Yo tengo novio, gracias —Cinthia

—Te haré pasar mejor rato que él, te lo aseguro —Otro chico

—Largo —Respondió una Cinthia furiosa.

—... —El chico asustado.

—¿Qué hay de ti? ¿Vienes? —Un amigo del chico atractivo tratando de sujetar la
mano de Diana.

—Lo siento —Sujetando la mano del tipo —Pera ella viene conmigo —Leo

—Leo —Diana bastante sonrojada,

—¿Disculpa? —Decía el chico tratando de no reír.

Se los aseguro, al verme los tres chicos fastidiosos me vieron y casi se rieron de mí,
tal vez mi apariencia no los intimido lo suficiente, pues al ver a Diego los tres chicos
afirmaron...

—Chicas, ¿Por qué no le dijeron antes? —Sonriendo —Estos dos chicos los están
chantajeando ¿Cierto? —El chico atractivo

—¿Huh? —Diana y Cinthia


—No tienen de que preocuparse chicas, él... —Señalando a Diego —Claramente es
un idiota, mientras que él... —Señalando a Leo —No lo conozco, es sombrío, pero
además seguramente es del chico que se la pasa en la friendzone, su rostro lo delata,
es un perdedor —El chico atractivo.

—Diablos, en esta nos ganó, el desgraciado no miente —Diego

—¡Váyanse a la mierda! —Gritaba Leo

¿Cuál es la maldita cara de la friendzone? ... Ni hablar solo por eso le daré una
lección a ese idiota o ese era mi intención, sin embargo...

¡Zaaas!

—¡No hables así de Leo! —Decía Diana furiosa después de abofetear al chico
atractivo.

Ante la sorpresa de todos, Diana sería quien golpearía al chico que hablaba pestes
de mí.

—No hables mal de Leo, no tienes ni la más remota idea de maravilloso que es él
como persona, ahora lárgate —Diana

—¿Qué dijiste, idiota? —El chico atractivo preparándose para golpear a Diana.

—... —Diana asustada.

—Bien, suficiente —Leo derribando al chico.

—Eres un... —El amigo del chico atractivo.

—Ya, largo.... —Diego pateando las partes íntimas del amigo.

Diego y yo tuvimos que intervenir, para nuestra causa esos chicos eran bastantes
débiles por lo que no tuvimos complicaciones para derrotarlos,..

—Nos las pagarán —Decían los chicos mientras huían.

Incluso huyen usando un cliché ¿Eh?

Pensé que el problema se había resuelto, sin embargo, la aparición de esos chicos
hicieron que Diana y Marisa estuvieran un tanto inquietas, parece ser que hay un
daño psicológico el cual persistirá por el resto de sus vidas.
—¿Te encuentras bien? —Leo

—... —Diana abrazando a Leo.

—Di... ¿Diana? —Leo

—Por favor, quédate un poco más —Diana

—... —Los demás observando.

Estuve un tiempo a solas con ella, durante minutos Diana no decía ni una sola
palabra, solo sujetaba mi mano mientras ella jugaba con la arena usando sus
piernas.

—Vayamos a nadar un rato —Leo

—S... Sí —Diana

Tenía que hacer algo, me sentía un poco incómodo, así que decidí salir a jugar con
Diana para tratar de animarla.

—Gra... Gracias, Leo —Diana

—No te preocupes no es nada, si te pasa algo entonces dilo con confianza, podemos
hablar sobre el tema —Leo

—¿En serio? —Diana

—Sí —Leo

—En... En ese caso... De... Debo confesar, si me pasa algo —Diana

Eso pensé, debe seguir asustada.

—¿Qué sucede? —Leo

—Esto... —Diana sujetando a Leo.

Diana me sujeto con mucha fuerza, hizo que cayera o mejor dicho me obligo a
sumergirme en el mar, no entendía la razón, pensé que estaba jugando, pero al poco
tiempo supe que esto no era así ya que...

—... —Diana besando a Leo.


Ese había sido un largo beso.

¡Plaaash! [Saliendo del agua]

—Ya no puedo ocultarlo más... Leo, me gustas, me gustas mucho, mucho.... —Diana

—... —Leo observando a Diana.

Dios santo... Se ve tan hermosa.

No, no te distraigas, recuerda cuál es tu verdadero objetivo.

Aunque, pensé que nunca lo diría, incluso me tomó por sorpresa, pero por fin ha
llegado el momento que había esperado, enamoré a una gran chica y siento que
será un desperdicio rechazarla, pero así va la trama de esta novela.

Ahora es el momento de mi venganza, lo siento Diana, pero fuiste tú quien primero


me despreció, ahora ya es demasiado tarde.

—Di... Diana yo... —Leo

—¡No digas más! —Diana colocando sus manos en la boca de Leo.

¿Sabía lo que iba a decir?

—... —Leo

—«¡Lo sabía! Él... Él estaba a punto de rechazarme ¿Verdad?... ¿Por qué? ¿Por
qué?... Hace tiempo se confesó, ¿Por qué ahora cambió de opinión?... ¿Será por
Sam? Yo... ¡Yo no quiero perder así!» —Pensaba —No... No digas nada más, olvida
todo —Diana huyendo del lugar.

Diana corrió y se dirigió hacia el hotel...

—Bien hecho, ahora las vacaciones van a ser incomodas —Diego

—¿Te puedes callar? —Leo

El día continúo y Diana continuaba bastante extraña e incluso podía sentir que me
evitaba, decidí no prestar mucha atención en eso, de hecho, yo hubiera hecho lo
mismo así que seguimos nuestros planes hasta llegar en la noche.
Las chicas deseaban ir a bailar así que no tuvimos más opción que acompañarlas,
no soy un buen bailarín, pero luego de un par de bebidas alcohólicas poco y nada
importa si sabes bailar o no.

Pasamos un buen rato bailando y bebiendo, las primeras en cansarse fueron Diana
y Mónica quienes decidieron regresar al hotel, a los pocos minutos decidí también
irme a descansar, me sentía cansado, además mi joven cuerpo aún no se
acostumbra a beber alcohol por lo que mi resistencia es baja.

—¿Seguro que puedes regresar al hotel tu solo? —Preguntaba Cinthia preocupada.

—Él estará bien —Respondió Diego

—Se supone que yo deba responder —Leo

—Como sea, ve a descansar luego te alcanzo —Diego sonriendo.

—S... Sí... —Leo caminando a salida.

—Pero Diego —Cinthia

—Estará bien —Diego

El alcohol comenzaba a ser más efecto, me las ingenié para regresar al hotel y me
dirigí a mi habitación, fue allí cuando me encontraría con una enorme sorpresa.

—Di... Di... ¿Diana? —Leo

Puto autor ¿Otro cliché?.... Bueno en este no me quejo, pero en cuanto entré, estaría
Diana con su ropa interior, muy sexy por cierto, mientras la luz de la luna iluminaba
su figura, mi corazón se detuvo pues pensé que me había equivocado de habitación,
pero ingresé con mi llave así que no hay duda de que estoy en el lugar que me
corresponde.

Además, Diana diría...

—Te... Te he estado esperando —Diana

Tan rápido me vio corrió hacía mí y me abrazó con mucha fuerza, mientras tanto
seguía sorprendido y no sabía cómo reaccionar, ¿Cómo lo harías tú?...

De la nada aparece una chica linda semidesnuda en tu habitación y se abalanza


hacia ti, esto rara vez pasa en la vida real y si te llegó a pasar, eres un desgraciado
infeliz, no sé porque estás leyendo esta historia, en fin, había dos posibilidades, la
primera esto está pasando y la segunda y más probable, tal vez en este momento
voy en camino al hospital por una fuerte congestión alcohólica.

—... —Diana quien abrazaba a Leo bastante nerviosa.

—... —Leo

Pero al sentir su respiración en mi piel descubro que esto es real, menos mal, en
verdad pensé que estaba en camino al hospital.

—Di... ¿Diana? —Leo

Sin decir una sola palabra Diana comenzaría a besarme mientras tanto
instintivamente coloqué mis brazos en su cintura y respondí a sus besos hasta que
ambos caímos en la cama debido a nuestros acalorados movimientos.

Quede arriba de ella, le mire al rostro y su expresión bajo la luz de la luna que
atravesaba por la ventana era grandiosa, más linda no podía verse, además con el
ruido natural del mar hacía el momento más romántico a más no poder, tal vez todo
eso en conjunto llevó a Diana a tener un gesto de vergüenza y fue allí cuando
recupere un poco mi cordura, por lo que pregunté...

—Que... ¿Qué haces aquí? —Leo

Con una voz temblorosa, respondió...

—¿No es obvio, tonto? —Diana

¡Ay dios mío!

Su dulce y avergonzada voz, su rostro iluminado por la luz de la luna, ver su hermoso
cuerpo y el alcohol en la sangre hacen que no sea fácil contenerme, estoy llorando
sangre.

—Po... ¿Por qué? ... To... ¿Tomaste de más? —Leo

—Hoy no tomé —Diana

Diana ya es mayor de edad y no ha bebido, ¿En serio no voy camino al hospital?

—Yo... Yo... —Colocando la mano en su pecho —Yo te quiero, te quiero mucho ¿No
me crees? —Diana

—... —Leo
Por sus latidos sé que no miente, además tocar su pecho se siente bien, la sensación
es muy agradable, maldición si esto sigue así yo...

—Hace tiempo decidí que tú fueras el primero —Decía Diana avergonzada.

¿Por qué lo tenía que decir? No puedo controlarme más...

—¿Estás segura? —Leo

—Sí, sin importar que suceda después, estoy segura —Diana

Supongo que no hay vuelta atrás, ni siquiera puedo pensar bien....

—¿Leo? —Diana

Tome la mano de Diana, ella se encontraba temblorosa, tal vez sea por el
nerviosismo, me acerqué a su rostro y noté que ella trataba de calmar su respiración
lo cual me pareció tierno, así que tomé sus labios suaves, la sensación de sus besos
era increíble tal vez era debido al ambiente a nuestro alrededor, el silencio del cuarto
más el ruido natural del mar me hacían ser más perspicaz con cada detalle.

Diana me besaba con fuerza mientras me abrazaba, decidí tocar su pecho y al hacer
esto escuché como ella dejaría escapar un lindo gemido.

—¡Gya! —Gimió Diana

—¿Estás bien? —Leo

—S... Sí continua «Que vergüenza»—Diana

Comencé a besar el cuello de Diana y al mismo tiempo tocaba sus pechos mientras
ella dejaba escapar más gemidos, e incluso, cuando miraba su rostro logré captar
una maravillosa imagen, Diana sujetaba mi cabello con una boca abierta y con una
expresión que demostraba mucho placer, casi retorciéndose del placer.

Sin duda esa expresión aumentaba mi excitación, sin embargo, no hay que comer
con prisa, hay que disfrutar del momento previo y aunque ella ya se encontraba
mojada, lista para consumir el acto, decidí disfrutar de su cuerpo todavía un poco
más.

Poco a poco le quite la poca ropa que usaba, no hubo tiempo de desabrochar su
sostén así que solo lo deslicé hacia abajo, miré los pechos de Diana, he de decir que
tiene unos pechos verdaderamente hermosos, sus pezones son de un color rosado.
—No… No mires tanto… Tonto —Diana

Ella está avergonzada, lo cual me parece bastante encantador, pero bueno supongo
que tiene razón mirar excesivamente hará que pierda las ganas así que no debo
perder mi tiempo por lo que use mi lengua para sentir aquellos pezones rosados.

—¡Hyaa! —Diana

Seguía jugando con sus pezones, parecía disfrutarlo y también es muy sensible en
esa parte ya que se retorcía cada vez que daba suaves mordiscos a sus pezones y
cada vez que lo hacía jalaba con suavidad mi cabello.

—Bésame... —Diana

Tal y como lo pidió volví a cargar en con su boca, sus labios son increíbles, pero creo
que debería aumentar un poco la intensidad, así que sin quitarle las bragas metí mi
dedo del medio en su vagina.

—Ay… —Gimió Diana

Tras tocarla un poco, decidí cambiar de posición, mis manos se cansan entonces
debo de cambiar posición cada cierto tiempo para darle variedad y emoción.

—Que… ¿Qué? ¿Qué haces? —Diana

—Tranquila —Leo

Diana estaba básicamente sentada, abrí mis piernas y me coloqué detrás de ella
para embonar ambos cuerpo sin problema, allí con mi mano izquierda volví a tocar
sus pechos, apretando en movimientos circulares y con gentiliza su pezón, además
con mi mano derecha volví a meter mis dedos en su vagina.

Fue la locura, Diana se movía, levantaba su cuerpo y tocaba mi miembro y aunque


sus movimientos me provocan un ligero dolor no me logró incomodar, era tosca, pero
placentero, además trataba de agarrar mi cabeza y lo había logrado, de alguna
manera logró a besarme girando su cabeza mientras seguíamos dándonos placer.

—«Mira como me tiene, que vergüenza…Pero… » Ay dios… Ay dios que rico… —


Diana

—¿Te gusta? —Leo

—¡Me encanta! —Diana


Creo que ya era hora de pasar a la verdadera acción, volvimos a cambiar de posición,
Diana se acostó y me miraba.

—«Eso se ve grande… ¿No me dolerá?» —Pensaba Diana mientras miraba a Leo


—Va… Vamos… Leo…. Ya no lo soporto… Lo quiero dentro, pe… Pero se gentil ♥
—Diana

—Vale —Respondió Leo

Mi siguiente reacción fue sujetar mi miembro, con lentitud comencé a meter mi pene
dentro de su vagina, en un principio fue difícil, pues se sentía bastante apretado,
pero al final lo había logrado, mientras tanto las expresiones de Diana eran increíbles
no me cansaré de decirlo.

Comencé mis movimientos lentos, es la primera de Diana así que sentirá algo de
dolor, pero poco a poco se acostumbrara, por ahora solo seguiré lento y seguro.

—Ha… Ha…. Ha… —Diana jadeando.

—¿Te duele? —Leo

—Un… Un poco, pero se siente rico, me siento feliz —Diana besando a Leo.

Con el ritmo aumentando los gemidos de Diana también lo hacían, al parecer el dolor
ya no le incomoda así que puedo usar un poco de fuerza.

—Le… Le… ¿Leo?.... ¡Ay! ¡Ay! —Diana gritando.

Empecé a realizar movimientos más rápidos y fuertes mientras lo seguía haciendo,


al mismo tiempo con mi única mano libre jugaba con sus pechos o tocaba los labios
de su vagina para aumentar el placer.

—Su… puta madre que rico —Gritaba Diana.

Vaya, quien diría que Diana podía gritar tales cosas, eso hace que aumente mi
excitación y como consecuencia solo tuve que desquitarme con ella, no le daré ni un
pequeño descanso ahora que me ha provocado.

—Ha… Ha…. Ha… —Diana jadeando.

El sudor en su cuerpo me provocaba más, además los lindos gemidos eran


demasiado estimulantes, ver cada uno de esos detalles hacían que recargara pilas
y continuaba sin parar, la fuerza que usaba hacían que sus hermosas tetas
rebotaran.
Me había cansado de esa posición así que al igual que antes me coloqué detrás de
Diana, pero ahora en vez de estar sentado le cargaría mientras yo estaba parado.

—¿Leo? —Diana

—No te preocupes solo tienes que moverte de arriba abajo yo haré lo demás —Leo

Tenía cargada a Diana y volvería a insertarle mi miembro, ella entendería lo que


trataba de hacer así que daría digamos pequeños saltos mientras la cargaba, de
hecho, comencé a caminar hacia un espejo y ella al notarlo preguntaría mientras
seguía brincando….

—A… A… ¿A dónde me llevas? —Diana

—Solo quiero que te veas —Leo

Seguíamos teniendo sexo enfrente del espejo, Diana era la única que podía verse,
pues me daba básicamente la espalda mientras ella seguía moviéndose.

—«¿Esa soy yo? ¡Soy una pervertida!» —Pensaba mientras se miraba al espejo —
Mira como me tienes Leo, me encanta, ¡Te adoro! … Sigue así —Decía Diana
mientras trataba de moverse más rápido.

Mi plan había funcionado, Diana estaba más excitada que nada.

—A… Ahora quiero… ¡Quiero estar arriba de ti! —Diana

—Cla… Claro… —Leo

Solo espero que ella no doble al pequeño Leo.

En fin, tuve que guiar a Diana, para evitar cualquier tipo de accidente, pero de alguna
manera lo lograríamos, ella estaría arriba de mí y aunque era inexperta comenzó a
moverse con rapidez, casi salvajemente.

Incluso fue atrevida, creo que le he dado un nuevo fetiche pero a Diana le había
gustado darme la espalda mientras teníamos sexo, pues ahora estando arriba de mí
se daría la vuelta, es decir, veía su hermoso trasero enfrente de mí.

¡Zaaaaas!

—¡Ay maldito! —Gritaba Diana


No pude evitarlo, tenía el lindo trasero enfrente de mí, tuve que darle una nalgada,
aunque fue una posición incómoda para mí creo que logré hacerlo bien.

—Otra vez… ¡Hazlo otra vez! —Decía Diana mientras seguía saltando arriba de Leo.

¡Zaaaaas!

Esa noche hubo muchos aplausos….

Mientras tanto en la habitación de Cinthia.

—¡Crece báculo sagrado! —Diego

¡Puuuuuuuuuum!

—¡No idiota! ¡Hazlo bien o no lo haremos! —Exigía Cinthia quien había golpeado a
Diego.

—¿Haa?... Eso crees… Usaré mi técnica especial, se llama el vecino del hombre
que araña —Diego

—Qué crees que haces… Ay… Ay…. Diego… Diego ¡Diego! ♥ —Cinthia

Al día siguiente, en la mañana.

—... Leo observando el techo de su habitación.

Me desperté, sabía que era un día diferente, lo que pasó en la noche no había sido
un sueño, fue cien por ciento real. A mi lado se encontraba Diana que aún se
encontraba desnuda y por alguna razón dormí mientras le tocaba uno de sus pechos.

—... —Leo apretando el pecho de Diana.

—¿Quieres otra ronda?.... ¿Lo hacemos más tarde?... Quiero seguir durmiendo un
poco más —Diana bastante somnolienta.

Por alguna razón tomé esa oferta, tras dejar descansar un poco a Diana volvería a
la carga, pues desde que desperté ella movía su trasero y como solo usaba sus
grabas pues era bastante tentador, más bien ese fue la intención de ella todo este
tiempo y le funcionó...

—¡Hyaa! —Diana
Diana se encontraba en la cama boca abajo, le dije que no se moviera y comencé a
masajear su trasero, ella eventualmente tenía uno que otro espasmo, incluso su
braga ya se encontraba mojada, esta vez llegar a ese punto fue más rápido, tal vez
se estaba aguantando para hacerlo y como le dio vergüenza no dijo nada.

Pero aún sigo estimulado por lo de la noche así que ya no pude parar, sujete sus
muslos con delicadeza y sin quitarle su ropa interior comencé a insertar mi pene y
sacarlo sucesivamente.

—Ay Leo… Sigue así se siente muy rico…♥ —Diana

Para mi sorpresa ella movería sus caderas, ese movimiento casi me mata pues fue
bastante placentero.

La tensión entre nosotros aumentaba, ella seguía con movimientos toscos, pero se
sentían geniales, ambos llegaríamos al punto máximo.

—M… ¡Me corro! —Diana

—Yo igual —Leo

En ese instante saqué mi pene y expulse todo mi semen en su pecho.

—Ha… Ha… Ha… —Diana jadeando.

—… —Leo

—Me… Me iré a bañar —Diana

—… —Leo observando a Diana.

Al igual que antes Diana mi miraba mientras caminaba hacia la ducha, movía sus
caderas con bastante sensualidad.

Esa mujer… ¿Trata de provocarme de nuevo? ¿Cree que soy tan fácil de provocar?

—… —Leo siguiendo a Diana en la ducha.

Pues sí, creo que sí soy fácil, volvimos hacerlo en la ducha….

Luego de nuestro momento juntos, decidí ir con Diego, no llegó a la habitación, en


ese caso lo único se me ocurre es que este con Cinthia por lo que fui hasta donde
estaba.
—Hola Leo o debería de decir ¿Don Leo? —Diego

—Fuiste tú ¿Cierto? ....¿Le diste tu llave? —Leo

—¿Vas a reclamarme algo? —Diego

—No, de hecho gracias, supongo... —Leo

¿Cómo puedo reclamar a un amigo cuando me ayudo a tener sexo?

—Entonces ¿Cuál es el problema?... A ella le gustas, ambos querían, no existe


ningún crimen aquí a menos de que los que nos permitan publicar la novela diga lo
contrario —Diego

—Ya deja eso... El problema es... que... —Leo

¿Diana espera que yo salga con ella después de esto?

Me siento como un hijo de puta, tal vez no debí beber todo ese alcohol, debí
rechazarla cuando tuve la oportunidad, ahora me siento mal.

—Así que ese es el problema, pues con muy poco te da estrés ¿Eh? —Diego

—¿De qué hablas? —Leo

—Solo habla con ella dile la verdad, deja que te golpee un rato y listo, cada quien
continua con su vida —Diego

—Supongo... —Leo

—Pero... ¿Por qué no quieres salir con ella? Sé que es la chica irritante, pero en
verdad te quiere ¿No?... Además viendo tu rostro diría que no siempre tendrás la
suerte de salir con alguien tan bella como ella —Diego

Este tipo quiere que lo golpee ¿Cierto?

Pero volviendo al tema, ¿Por qué no salgo con ella?... Lo he pensado, en mi otra
vida ella me despreció, en esta vida al principio también lo hizo, siempre fui un
delincuente para Diana y dejó de pensar así hasta que tuve que salvarla de las
manos de Enzo.

Ya cumplí con mi objetivo, le he demostrado lo que yo valgo, que tampoco puede


juzgar a las personas solo por su apariencia, llegué con ella hasta el último acto, mi
venganza está completa y de la forma más épica creo yo.
Entonces ¿Por qué? ¿Por qué no estoy feliz?

—¿Leo? —Diego

—No... No puedo salir con ella, no lo entendería, pero no creo que lo nuestro funcione
—Leo

—... —Diego

Así es, mientras siga pensando en Araní no creo que podré salir con alguien, pasara
lo mismo que sucedió con Sam.

Ya he llegado tan lejos, falta poco para reunirme con ella, no es necesario dudar
más.

—Iré hablar con ella, te dejo —Leo

—Como quieras —Diego

El día continuo, cayó el ocaso, y tras tomar mucho valor le pedí a Diana hablar en
privado, voy a ser honesto con ella.

—Diana yo... —Leo

—Ni siquiera se te ocurra decir que lo sientes o que no debió pasar —Diana

—¿Eh? —Leo sorprendido.

—Leo eres mi salvador, nada de eso lo cambiará, eres mi héroe así que decidí que
mi primera vez será y es tuya, nunca me arrepentiré de eso —Diana

¿Diana en verdad sabía que la iba a rechazar?

—Me rompería el corazón si dices que eso no debió pasar —Diana

—... —Leo

—No tienes por qué sentirte mal, sé muy bien que no estás enamorado de mí, tu
corazón está con alguien más y eso es más que obvio «Sam» —Diana

—No.... No sé que decir —Leo

En serio no sé, me dejó sin palabras.


—Me tendré que conformar en ser tu amiga y solo eso —Diana

—.... —Leo

—Aunque, aun podemos divertirnos en este viaje ¿Sabes? —Dijo Diana sonriendo

¿Eso es una invitación a ser amigos con derecho?

—Como sea, ya me siento mejor «Al menos la primera vez de Leo es mía, Sam» —
Pensaba —Voy a ir a caminar un rato, no me sigas por favor —Diana

—... —Leo

Esa noche Diana regresaría con los ojos hinchados de tanto llanto.

Nuestro viaje de playa llegaría a su fin, días pasaron y mi relación con Diana para mi
sorpresa no cambió, ella continuo sonriendo y quedamos en muy, pero muy buenos
términos.

Y así llegaría el día que nos tocaría separarnos.

El día de la graduación.

—Entonces este es el adiós —Diana

—Sí, eso parece —Leo

—Yo... —Llorando —En verdad voy a extrañarte, me hubiera encantado nunca


haberte juzgado, pero me alegro de verte conocido —Diana

—Yo igual, Diana y no te preocupes todo lo demás ya es cosa del pasado —


Respondió Leo sonriendo.

—Siempre siendo amable ¿Eh? —Diana acercándose a Leo.

Diana se acercaría a mí y me daría un último beso.

—¿Eh? —Leo

—Este será el último —Diana llorando mientras trataba de sonreír.

—Buena suerte Diana, espero encontrarnos de nuevo —Leo


—Sí —Diana

—Por cierto, antes de irte, te daré un consejo, no entres a ninguna empresa piramidal
—Leo

—¿Empresa piramidal? ¿Qué es eso? —Diana

—¿Quién sabe? Te lo dejo de tarea —Leo

—Vale, gracias mi héroe —Diana sonriendo.

Desde entonces tomaría camino separados de varios de mis amigos, en cuanto su


futuro, me enteré que Diana logró cumplir su sueño de convertirse en maestra de
idiomas ni siquiera se vio involucrado con la estafa piramidal de mi anterior vida, así
que le va bien.

Marisa también le va muy bien, tengo entendido que es la jefa de enfermeras de


cierto hospital privado bastante importante y aunque su relación con el amigo de
Mudo no funcionó es una exitosa mujer.

Por cierto Mudo no lograría cumplir su sueño, pero creo encontró otro, se convertirá
en escritor y se casará con Mía.

En cuanto a Sandy y William ellos se casaran en un par de años, no lograré asistir a


su boda, pero tendrán un hijo y serán muy estables, me alegro mucho por ellos.

En cuanto a Eddy, fue la persona que tuvo más éxito, el bastardo logró cumplir su
sueño, en pocos meses se ira a América, estudiará moda y tras años de mucho
esfuerzo se convertirá en un exitoso diseñador, uno de los más reconocidos a nivel
mundial, creo que también se casará con un chico con el que trabaja y sus planes a
futuro es adoptar a una niña.

Todo parece indicar que a mi generación le ira bien...

—Aquí es cuando tomamos caminos diferentes —Diego

—Eso parece, será extraño no estar todos los días juntos —Leo

Gracias al dios inútil...

—Voy... Voy a extrañarte —Decía Cinthia llorando.

—¿Por qué lloras? —Diego


—¡No quiero alejarme de Leo! ¡Ven estudia con nosotros! —Exigió Cinthia en llanto.

Me embarra de sus porquerías...

—Cinthia —Sonriendo —Estudiamos diferentes carreras, pero eso no significa que


no nos vayamos a ver —Leo

—Además nuestras universidades quedan a 15 minutos caminando, podemos


encontrarnos sin problema —Diego

—¿En serio? —Limpiándose la nariz —Pensé que era más lejos.

Espero que limpie mi ropa.

—Entonces, ni hablar que comience el nuevo arco de nuestras vidas —Diego

Con eso dio inicio a mi nueva vida universitaria, solo queda una chica antes de
encontrarme con Araní, sin embargo...

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