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2009

SPEPM –
AIPEM –
INFOGEP

Dr. Guillermo E. G. Hassel


Dr. Jorge B. Falero

MÓDULO III
DESIGNACIONES,
REMUNERACIONES Y
JORNADA LABORAL

APUNTES
PARA PROPIETARIOS,
REPRESENTANTES LEGALES
Y APODERADOS
DE LOS INSTITUTOS DE
EDUCACIÓN PÚBLICA
DE GESTIÓN PRIVADA
DE MISIONES

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APUNTES SOBRE EL RÉGIMEN JURÍDICO DEL CONTRATO DE TRABAJO DE
LOS DOCENTES DE LOS INSTITUTOS DE EDUCACIÓN DE GESTIÓN PRIVADA

ÍNDICE

DESIGNACIÓN DEL DOCENTE. POTESTADES DEL EMPLEADOR.................................................7


Potestades de los institutos de gestión privada.............................................................................................7
Condiciones de ingreso...............................................................................................................................12
El título y la antigüedad.............................................................................................................................15
La aptitud psicofísica..................................................................................................................................17
La estatura como condición de idoneidad....................................................................................................18
La exigencia de nacionalidad argentina......................................................................................................20
La edad máxima como condición de ingreso a la docencia..........................................................................25
Ley Nº 24.049 (Ley de Transferencia de Servicios Educativos)..................................................................26
La titulación superior.................................................................................................................................27
REMUNERACIONES, JORNADA LABORAL E INCOMPATIBILIDAD............................................29
La presunción de onerosidad del trabajo docente........................................................................................29
Equiparación con los haberes del sector docente público.............................................................................30
Disposiciones propias del estatuto del docente privado sobre pago de haberes............................................32
Conformación del salario docente...............................................................................................................33
Relación laboral no registrada. Indemnización doble..................................................................................36
Salario del personal de academias libres.....................................................................................................38
Personal no docente....................................................................................................................................38
El Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID)...................................................................................43
Embargo sobre salarios docentes.................................................................................................................45
Horas extras...............................................................................................................................................45
Régimen Especial de Asignaciones Familiares...........................................................................................47
Caja Complementaria.................................................................................................................................60
JORNADA LABORAL DEL PERSONAL DOCENTE PRIVADO.........................................................63
Definición de jornada laboral......................................................................................................................63
La jornada laboral de los docentes de establecimientos de gestión privada..................................................64

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Excepciones al régimen general de la LCT sobre jornada de trabajo...........................................................66
El derecho a la jornada y el derecho al horario............................................................................................67
INCOMPATIBLIDADES............................................................................................................................70
Concepto. Fundamentos del instituto.........................................................................................................70
La incompatibilidad en el ámbito de la docencia privada............................................................................72
Ley 3010 y sus modificatorias.................................................................................................................73

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ENCUENTRO 3 – DESIGNACIONES, REMUNERACIONES Y JORNADA LABORAL
LUGAR: OBERÁ
FECHA: 21 DE AGOSTO DE 2009
1. Designaciones: potestades del empleador. Condiciones de ingreso: títulos y
antigüedad, aptitudes psicofísicas.
2. Las remuneraciones del personal docente privado: equiparación y conformación. El
salario en las academias.
3. El Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Régimen especial de asignaciones
familiares.
4. Embargo sobre salarios docentes.
5. Jornada laboral de los docentes de institutos de educación pública de gestión privada.

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DESIGNACIÓN DEL DOCENTE. POTESTADES DEL EMPLEADOR

Potestades de los institutos de gestión privada.


Una primera cuestión en la que resulta necesario detenerse consiste en la potestad que
tiene el empleador privado para la designación de la totalidad de su personal, sea éste de
carácter docente directivo, docente con funciones administrativas o auxiliares.
Se ha dicho en tal sentido que “en los empleos privados el patrón es libre de emplear a
quien él desee, pues la afecto societati o simpatía laboral la maneja él: nadie puede estar
obligado a contratar a quien no desee” (Quiroga Lavié, Humberto, Constitución..., cit., p.
99).
En el régimen general de contrato de trabajo se trata de una facultad privativa del
empresario, no sujeta a condicionamientos de ninguna índole. Por el contrario, en el caso
de la contratación de empleados en el área de la actividad docente privada, la contratación
está sujeta a las condiciones de idoneidad que el docente debe reunir (título, aptitud
psicofísica, etc.) en sintonía con las exigencias que en el mismo sentido posee la normativa
aplicable al ámbito público al que está, como se ha visto, equiparado también en este
aspecto, por tratarse según lo dicho de un servicio público, lo que autoriza tal imposición
que resultaría repugnante para el orden jurídico común.
Así la Ley de Educación Nacional 26.206, en el artículo 63º, correspondiente a los derechos
y obligaciones de los prestadores privados del servicio educativo, establece que éstos
tendrán derecho a “crear, administrar y sostener establecimientos educativos (...) nombrar
y promover a su personal directivo, docente, administrativo y auxiliar...” dentro del marco
de las obligaciones que el mismo sistema le impone, aspecto que significa “cumplir con la
normativa y los lineamientos de la política educativa nacional y jurisdiccional”.
No se innova demasiado respecto a lo dispuesto por el artículo 9° de la ley 13.047 que
dispone que “el personal será designado por los respectivos establecimientos de
enseñanza y, en el caso particular de los establecimientos ‘adscritos a la enseñanza oficial’,
con aprobación de los organismos oficiales que corresponda, la que será indispensable
para confirmar la designación”. Debe recordarse al respecto que el artículo 50º de la ley
2987 indica que “hasta tanto se sancionen nuevas normas que rijan la relación del
propietario con el personal de su establecimiento se adoptarán las disposiciones de la Ley
Nacional 13047”.
Es claro que la alusión de la norma transcripta a la aprobación por parte de los organismos
oficiales alude a la acreditación ante estos entes de la satisfacción de las exigencias de
idoneidad en orden al título, aptitud psicofísica, etc., por parte del docente designado.

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Pero además, la caracterización de esta aprobación como requisito indispensable para la
confirmación de la designación sólo puede ser tenida por válida en orden a los efectos que
se derivan de tal aprobación en la relación empleador-Estado.
El decreto 571/1980, reglamentario de la ley 13.047, estableció que tal aprobación deberá
producirse y notificada al empleador en el plazo de seis meses contados desde la
comunicación de la designación efectuada por éste. Vencido tal plazo sin que haya habido
comunicación alguna se considera automática y tácitamente confirmada la designación.
De cualquier manera, en ningún caso podrá admitirse que la falta de “aprobación” por
parte de los organismos de regulación estatal pueda redundar en perjuicio para el
trabajador o en la eximición de responsabilidades de toda naturaleza para el empleador.
Esto es así ya que, aun en los supuestos en que el nombramiento del docente no obtenga la
aprobación del ente estatal con competencia en la materia – sea que ello tenga como razón
la ausencia de condiciones para que tal aprobación proceda o aun en los supuestos en que
la falta de aprobación se deba a cualquier otra causal – en ningún caso el empleador podrá
liberarse de las obligaciones que se derivan de la configuración de la relación laboral,
configuración que por el principio de “contrato realidad” se habrá dado con la mera
prestación consentida de la labor educativa (En este sentido: Resolución 207/1988 CGEP,
citada por Storoni de Belbey - Muratorio, María del Carmen, Régimen Laboral..., cit., p. 20).
Una interpretación distinta de los alcances de esta norma puede llevar al absurdo de que
al empleador le resulte más conveniente no obtener la aprobación del nombramiento, para
sobre esa base, ulteriormente, desligarse del pago de las indemnizaciones debidas frente al
despido incausado, invocando a tal efecto la falta de aprobación referida.
Limitación importante. Sin embargo existe una limitación importante incluida en la ley
26.206, ya que en su artículo 70º se establece taxativamente y sin posibilidad de otra
interpretación, que “no podrá incorporarse a la carrera docente quien haya sido
condenado/a por delito de lesa humanidad, o haya incurrido en actos de fuerza contra el
orden institucional y el sistema democrático, conforme a lo previsto en el artículo 36 de la
Constitución Nacional y el Título X del Libro Segundo del Código Penal, aún cuando se
hubieren beneficiado por el indulto o la conmutación de la pena”.
Designación en Misiones. Con relación a este tema, el decreto 397/93 establece en su
artículo 38 que la designación del personal directivo, docente auxiliar y docente será
efectuada por el propietario de acuerdo con las normas reglamentarias en cuanto a títulos
docentes y/o habilitantes. Al respecto se establece que se “deberán elevar al Servicio
Provincial de Enseñanza Privada de Misiones para su aprobación, únicamente, las
propuestas de los nombramientos con carácter de titulares o suplente, correspondientes a
los cargos de rector, director de estudios y secretario de los establecimientos de Educación
Pública de Gestión Privada de niveles superior y medio, a los de director, vice-director y
secretario de nivel primario”.

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Boletín del SPEPM. Como elemento recordatorio, se colocan a continuación partes
específicas de las
indicaciones para
nombramientos
publicadas en el Boletín 4
del Servicio Provincial de
Enseñanza Privada.
Indicaciones específicas.
Tal como se indica en el
artículo 39, las
propuestas a que se
refiere el artículo 38 se
adecuarán a las normas
siguientes:
 39.1. Serán elevadas
con la firma del
representante legal o
apoderado, debiendo
constar en ellas los
nombres y apellidos
completos, el número
de documento de
identidad y el
domicilio de la
persona propuesta,
con expresa
indicación del cargo a
ocupar.
 39.2. Se adjuntará:
o a) Fotocopia
legalizada del
título.
o b) Declaración
jurada de
cargos y
actividades del
docente con su horario reloj.

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o c) Declaración jurada con los datos personales del docente.
o ch) Ficha de registro de firmas, certificadas por entidad oficial pública.
 39.3. En todos los casos deberá indicarse la causa de la vacancia o de la ausencia del
titular.
 39.4. En los casos de designaciones con carácter suplente, en ocasión del reintegro del
titular, al responsable legal o apoderado deberá comunicar tal circunstancia al
Departamento Supervisión Pedagógica (División Nombramientos) y Departamento de
Coordinación Operativa (División Registro y Certificación Documental, en forma
separada, indicando la fecha del reingreso y acompañando nueva ficha actualizada de
la firma.
En el artículo 40 de dicha norma se indica que la decisión oficial del Servicio Provincial de
Enseñanza Privada de Misiones de no aprobar la designación a que hace referencia el
artículo 38 por no reunir las condiciones reglamentarias de títulos, determina para el
propietario del establecimiento la inmediata obligación de designar nuevo personal para el
cargo de que se trate.
Recomendación especial. Tal como se indicara en encuentros anteriores, se recomienda
especialmente el dictado de una disposición interna de la institución por parte del
propietario o representante legal donde se detallan todos los aspectos de la mencionada
designación, tanto de directivos como del personal docente o administrativo, a fin de
evitar posibles conflictos ante la falta de precisiones. Es decir, además de todos los datos
requeridos por las normativas citadas, también se deberán incorporar a ese documento
detalles específicos de las tareas a realizar y el horario correspondiente. Es dable remarcar
que esta instrumento no reemplaza al libro de designaciones, que también deberá ser
adecuadamente cumplimentado.
Vinculaciones específicas. Previo a continuar con el desarrollo de los aspectos normativos
de la designación en Misiones, debe tenerse presente que el artículo 9 de la ley 2987 ordena
que los establecimientos de educación pública de gestión privada, cualquiera sea su nivel,
naturaleza u organización, ajusten sus relaciones con el Estado provincial a través del
Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones.
Respecto del personal, el artículo 46 de dicha norma indica que el mismo será nombrado
por el propietario del establecimiento de enseñanza pública de gestión privada “de
acuerdo con la planta funcional aprobada por el Servicio Provincial de Enseñanza Privada
de Misiones”, remarcándose además que la retribución mensual del personal “no podrá
ser inferior a la que percibe el personal en la enseñanza oficial en establecimientos o
servicios de la misma modalidad y categoría. En virtud de ello sus remuneraciones serán
equiparadas con los índices, asignaciones, sobre-asignaciones, bonificaciones y demás
rubros que la legislación vigente establece para este último”. Obviamente el personal de

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los establecimientos de gestión privada gozará del mismo régimen de licencia e
inasistencias vigentes para el personal estatal, de acuerdo con las normas vigentes.
Con relación al tiempo que dispone el propietario o representante legal, se indica en el
artículo 49 de la ley 2987 que producida “la vacante de un cargo docente”, se deberá
designar al titular “dentro de un plazo máximo de cuarenta y cinco (45) días, no
computándose a este efecto los períodos de vacaciones”, aspecto que no obsta lo
desarrollado respecto del período de prueba.
Finalmente debe tenerse siempre presente que el personal designado tendrá relación de
dependencia exclusiva con el propietario del establecimiento, no siendo el Estado
provincial responsable del pago de las indemnizaciones laborales establecidas en la Ley de
Contrato de Trabajo y en la Ley de Accidentes de Trabajo.
Ley de Educación Provincial. Con respecto a esta temática, la ley provincial de Educación
4026 indica en su artículo 47 que “los agentes que presten servicios educativos a través de
establecimientos incorporados al servicio educativo provincial tienen, con sujeción a las
normas reglamentarias, entre otros, los siguientes derechos y obligaciones:
a) crear, organizar y sostener unidades de prestación de servicios educativos;
b) n o m b r a r y p r

unidad escolar de su propiedad;


c) disponer sobre la utilización del edificio escolar;
d) proponer planes y programas de estudio de conformidad con su ideario;
e) participar del planeamiento educativo;

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f) responder a los lineamientos de la política educativa nacional, regional y provincial, en
el marco de la normativa vigente;
g) ofrecer servicios educativos que respondan a las necesidades de la comunidad;
h) emitir certificaciones y títulos reconocidos;
i) brindar a los organismos del Estado toda la información necesaria para el control
pedagógico, contable y laboral de los servicios que presten;
j) percibir una remuneración mínima igual a la de los docentes de gestión pública así
como las mismas bonificaciones, compensaciones, asignaciones y beneficios
previsionales y asistenciales.
Se indica además, en el artículo 48, que “los propietarios de las unidades escolares
incorporadas son corresponsables del cumplimiento de las obligaciones con su personal,
según las leyes laborales vigentes y las responsabilidades que emanan de la Constitución
Provincial, sin perjuicio de la percepción del aporte, que es obligación del Estado”.

Condiciones de ingreso
Hemos dicho que la libertad de contratación que impera en el ámbito laboral privado está
restringida en el caso de la docencia, por la imposición de determinadas condiciones que
hacen al “principio de idoneidad”.
Por idoneidad debe entenderse la aptitud o disposición específica para hacer algo también
específico (Midón, Mario A. R., “Consideraciones en torno a la idoneidad y el empleo
público”. LL 1983-A-920).
Esta aptitud hace referencia a aspectos tales como la idoneidad técnica (título habilitante,
antecedentes, antigüedad en el empleo, etc.), idoneidad física (salud, sexo y edad
requerida) e idoneidad moral (ausencia de antecedentes penales, contravencionales, etc.)
(Sagües, Néstor P., “Sobre la reglamentación del principio constitucional de idoneidad”, LL 1980-
C-1216). En orden a esta última exigencia, tal como se indicara específicamente en un
párrafo anterior, la Ley Nacional de Educación, en su artículo 70, excluye como aspirantes
a la docencia a “quien haya sido condenado/a por delito de lesa humanidad, o haya
incurrido en actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático,
conforme a lo previsto por el artículo 36 de la Constitución Nacional, y el Título X del
Libro Segundo del Código Penal “DELITOS CONTRA LOS PODERES PUBLICOS Y EL
ORDEN CONSTITUCIONAL”, aun cuando se hubieren beneficiado por el indulto o la
conmutación de la pena” .
CONSTITUCIÓN NACIONAL - Primera Parte - Capítulo Segundo - Nuevos derechos
y garantías

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Art. 36.- Esta Constitución mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiere su
observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos
actos serán insanablemente nulos.
Sus autores serán pasibles de la sanción prevista en el artículo 29, inhabilitados a
perpetuidad para ocupar cargos públicos y excluidos de los beneficios del indulto y la
conmutación de penas.
Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos actos, usurparen
funciones previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las provincias, los que
responderán civil y penalmente de sus actos. Las acciones respectivas serán imprescriptibles.
Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de
fuerza enunciados en este artículo.
Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso
contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las
leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos.
El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la función.

Es decir que la exigencia de idoneidad constituye una limitación en doble sentido. En


efecto, por un lado, es una restricción a los derechos de los particulares, quiénes sólo
podrán acceder, permanecer o ascender en un cargo docente si reúnen las condiciones de
idoneidad exigidas para el cargo de que se trate y, como contrapartida, es una valla a las
potestades de los empleadores, quienes no podrán contratar a aquellos que no posean esas
condiciones de idoneidad preestablecidas.
En general, los regímenes vigentes en las distintas jurisdicciones educativas han
establecido condiciones de ingreso para la docencia pública que, como hemos visto,
resultan también de aplicación para el sector docente privado. Estas exigencias
contempladas en los marcos normativos provinciales se han impuesto siguiendo la matriz
fijada en el Estatuto del Docente Nacional (ley 14.473), que dispone en este aspecto, en su
artículo 13, que para “ingresar en la docencia por el modo que este estatuto y sus
reglamentos establezcan deben cumplirse, por el aspirante, las siguientes condiciones
generales y concurrentes:
a) Ser argentino nativo, por opción o naturalizado. En este último caso tener cinco años
como mínimo de residencia continuada en el país y dominar el idioma castellano.
b) Poseer la capacidad física y la moralidad inherente a la función educativa.
c) Poseer el título docente nacional que corresponda.

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d) Poseer el título nacional que corresponda a la especialidad, cuando se trate de proveer
asignaturas o cargos para los que existan establecimientos de formación de profesores.
e) Poseer título oficial técnico profesional, universitario o secundario, o certificado de
capacitación profesional afín con (a especialidad respectiva, y se trate de proveer
asignaturas o cargos técnico-profesionales o de actividades prácticas de gabinete,
laboratorios, plantas industriales y de taller en los establecimientos en que se imparte
enseñanza industrial, comercial, profesional de mujeres y de oficios.
f) En la enseñanza superior, poseer los títulos y antecedentes que establezca la
reglamentación de cada instituto.
g) Solicitar el ingreso y someterse a los concursos que establece este estatuto.
También, en concordancia con las pautas indicas anteriormente, en su artículo 14 se indica
que “podrá ingresarse en la docencia con título técnico profesional” de la materia o afín
con el contenido cultural y técnico de la misma, en los siguientes casos:
a) Cuando no exista para determinada asignatura o cargo, título docente nacional
expedido por establecimientos de formación de profesores.
b) Cuando sean declarados desiertos dos sucesivos llamados a concurso para esa
asignatura o cargo.
c) En la enseñanza superior, con títulos o antecedentes científicos, artísticos y docentes de
notoria trascendencia”.
Por su lado, la ley 13.047, en su artículo 8 referido a este punto, establece: “Para ser
designado en cargos directivos o docentes, en los establecimientos ‘adscritos a la
enseñanza oficial’ se exigirá título habilitante. En aquellas localidades donde no se cuente
con docentes que posean título habilitante para la enseñanza secundaria, normal o
especial, se podrá autorizar la designación de maestros normales nacionales, o egresados
de escuelas técnicas, según el caso, con carácter interino, los que quedarán habilitados para
la enseñanza de la asignatura si en el transcurso de tres años merecieren concepto
profesional favorable”(Concordante con las disposiciones del artículo 176 de la ley 14.473
-Estatuto para la Docencia Nacional-)..
En algunas legislaciones provinciales, a las exigencias generales contenidas en las normas
transcriptas, se agrega el requisito de edad máxima para el ingreso a la docencia, como es
el caso de Misiones donde se fija (para el Consejo General de Educación) que deberá
contar como máximo cuarenta años de edad.
 ARTICULO 61.- (Conforme sustitución por Art.1 de la Ley N° 939) El ingreso en la enseñanza
primaria se hará por concurso de Títulos y antecedentes, con el complemento de pruebas de
oposición en los casos en que se consideren necesarios. Los antecedentes que la Junta de
Clasificación y Disciplina deber considerar son los siguientes:

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a) Títulos docentes.
b) Promedio de calificaciones.
c) Antigüedad de Título o títulos exigibles.
d) Antigüedad de gestiones. Para los egresados desde 1950 y hasta que se abrieren los registros de
aspirantes a cargos, la antigüedad de gestiones se determinar por la antigüedad del título.
e) Servicios docentes prestados con anterioridad.
f) Residencia.
g) Publicaciones, estudios y actividades vinculadas con la enseñanza.
h) Otros títulos y antecedentes.
Para ingresar en la docencia primaria se requerir  contar como máximo con cuarenta (40) años de
edad a la fecha de la designación. Podrán solicitar su ingreso en las condiciones de este Estatuto,
aquellas personas de más de cuarenta (40) años y menos de cuarenta y cinco (45), que hubieran
desempeñado funciones docentes en los términos del artículo 1 de este Estatuto en Institutos
docentes nacionales, provinciales o adscriptos con superintendencia oficial ubicados en el territorio
de la nación, cualquiera haya sido su cargo o jerarquía y se hubieran desempeñado durante un curso
escolar completo o el equivalente en prestaciones parciales o discontinuas. Lo establecido en el
presente artículo se hace extensivo a la enseñanza Media.
En definitiva, la acreditación de idoneidad para el empleo docente se concreta en aspectos
que hacen a la aptitud psicofísica, al título, a la nacionalidad y en algunos casos a la edad.
En los supuestos de ascenso a cargos directivos o jerárquicos, se debe añadir el requisito
de antigüedad en el cargo precedente en el escalafón.

El título y la antigüedad
El título y, en su caso, la antigüedad para la designación o el ascenso procuran garantizar
la capacitación suficiente del aspirante para el dictado de la asignatura o el desempeño en
el cargo de que se trate.
Dicha exigencia, a más de encontrar sustento normativo en los preceptos enunciados
precedentemente se encuentra en los dispositivos de la Ley de Educación Nacional, que en
su artículo 64 establece: “Los/las docentes de las instituciones de educación de gestión
privada reconocidas (...) deberán poseer títulos reconocidos oficialmente”.
Cabe preguntarse qué ocurre en los supuestos en que el ingreso se ha producido, de
hecho, pero sin contar el dependiente con los títulos exigidos para el dictado de la
asignatura o desempeño del cargo de que se trate.

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En tal sentido corresponde recurrir a lo establecido en el artículo 51 de la LCT que
dispone: “Aplicación de estatutos profesionales o convenciones colectivas de trabajo:
Cuando por las leyes, estatutos profesionales o convenciones colectivas de trabajo se
exigiera algún documento, licencia o carné para el ejercicio de una determinada actividad,
su falta no excluirá la aplicación del estatuto o régimen especial, salvo que se tratara de
profesión que exija título expedido por la autoridad competente. Ello sin perjuicio que la
falta ocasione la aplicación de las sanciones que puedan corresponder de acuerdo con los
respectivos regímenes aplicables”.
La interpretación de este precepto y su aplicación en el marco de la actividad docente
privada consiste en que la ausencia de título por parte del educador dependiente acarreará
la pérdida de los beneficios que, por sobre los contenidos en la LCT, pudiese establecer la
ley 13.047, como por ejemplo los períodos de licencia, la disponibilidad, la obligación de
sustanciar sumario previo al despido con invocación de causa, etc., Pero subsistirán
aquellos derechos contemplados en el régimen laboral general -ley 20.744-, como el
derecho a la indemnización en los supuestos de despido sin invocación de causa,
vacaciones anuales, licencia por enfermedad, etcétera.
Por lo demás se ha expresado: “El despido con fundamento en la pérdida por parte del
trabajador de la habilitación legal que requiere para el cumplimiento del débito produce
un caso típico de fuerza mayor indemnizable en los términos del artículo 247, LCT,
situación que no releva al empleador de la obligación de pre avisar” (Cámara del Trabajo -
Villa Maria, Córdoba, 17/9/1999, in re “Vanteson, Luis J. B. y. Instituto Secundario Manuel
Belgrano”, LL 2000-C-932, LLCba., 2000, p 344).
El mismo fallo señala: “El despido del docente sin culpa del empleador, a raíz de la
modificación esencial del contrato de trabajo, como consecuencia del nuevo sistema
educativo derivado de la Ley Federal de Educación 24.195, y sus concordantes 8113 y 8525,
de la Provincia de Córdoba, que impide que quienes carecen de título o habilitación
especial para el ejercicio de la docencia en institutos oficiales o privados adscriptos al
régimen, debe indemnizarse en los términos del artículo 254, párrafo 2 de la LCT”.
En el mismo orden de ideas cabe recordar que el artículo 80 de la ley 13.047 establece sobre
el punto: “En aquellas localidades donde no se cuente con docentes que posean título
habilitante para la enseñanza secundaria, normal o especial, se podrá autorizar la
designación de maestros normales nacionales, o egresados de escuelas técnicas, según el
caso, con carácter interino, los que quedarán habilitados para la enseñanza de la
asignatura si en el transcurso de tres años merecieren concepto profesional favorable”.
Esta designación como “interino”, hemos visto, constituye una modalidad sui generis de
contratación, propia y exclusiva del régimen docente privado que, a nuestro juicio, se
encuentra sujeta para su consolidación definitiva como contrato de trabajo por tiempo
indeterminado y regido por las disposiciones del estatuto especial de la ley 13.047, a la

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condición de que transcurran no menos de tres años en tal situación y que durante ese
lapso el docente obtenga calificación profesional favorable.
De no darse esta condición, por aplicación del ya analizado artículo 51 de la LCT, el
docente sin título se verá privado de exigir la aplicación de los beneficios propios del
estatuto especial, pero no de los institutos propios del régimen general de contrato de
trabajo —ley 20.744—, incluyendo el derecho a la indemnización por antigüedad —
aunque, en este caso, sin sumario previo—.
Adviértase, en definitiva, que la docencia es uno de los pocos casos en el ámbito laboral
argentino, en que la exigencia del título se constituye en un requisito indispensable para la
concreción del contrato de trabajo en términos de plenitud de ejercicio de los derechos que
le son característicos.

La aptitud psicofísica
La aptitud psicofísica hace a las condiciones para ejercer efectiva y adecuadamente las
tareas de que se trata, siendo considerada pacíficamente por la doctrina como exigencia
que conforma el concepto de idoneidad, propio del contrato de empleo público conforme
lo prescribe el artículo 16 de la Constitución Nacional.
No puede perderse de vista al considerar esta cuestión la clara definición y diferenciación
de los conceptos de “aptitud/ ineptitud” y “capacidad/incapacidad” términos que suelen
ser utilizados –equivocadamente- casi como sinónimos, de modo tal que aquel que posee
alguna incapacidad es calificado como “no apto” para el ingreso, ascensos, etcétera.
En ese sentido cabe señalar que por “capacidad” se ha entendido “el talento o disposición
para emprender una cosa, u intrínseco al individuo” (Reig, Eduardo A., “Acuerdo
preocupacional”, Semanario Jurídico, Córdoba, número 878). El mismo autor define la
incapacidad como la “merma o menoscabo orgánico o funcional para el desempeño de las
funciones psíquicas o físicas de una persona, en relación con el criterio de normalidad
existente en la población, cuantificado porcentualmente en relación con la total obrera”.
La ley 22.431 (Sistema de Protección Integral de los Discapacitados) “considera
discapacitada a toda persona que padezca una alteración funcional permanente o
prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social implique desventajas
considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral” (artículo 2º).
Por aptitud, se entiende la “idoneidad para ejercer la profesión, empleo o cargo,
extrínsecamente a la persona, pues involucra una relación entre las tareas a realizar y las
condiciones individuales para ejecutarla” (Reig, Eduardo A., “Acuerdo pre ocupacional,
cit.)

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De lo expuesto se sigue que el contralor de la aptitud psicofísica debe apuntar, no a
constituir un filtro por el que sólo pasen aquellos que no padezcan incapacidad alguna, lo
que en definitiva constituiría una práctica discriminatoria aberrante, sino a garantizar que
el personal docente se encuentre apto para desarrollar las específicas funciones que le
serán asignadas (Zunino, Ángel R. - FAnchin, Luis A., Temas de derecho laboral docente,
Espartaco, Córdoba, 2000, p. 37), es decir que sea “apto” para el desempeño de la labor
docente concreta a asumir.

La estatura como condición de idoneidad


También algunas normativas han incluido, como condición de acceso a la docencia o a los
institutos de formación docente, exigencias relativas a una altura mínima.
Sobre ello vale transcribir, pese a su extensión, un fallo dictado por el más alto Tribunal de
la Nación, en el que la riqueza de sus conceptos abarca los criterios antes expuesto en
relación con la idoneidad y las interpretaciones aviesas que sobre el punto suelen
desplegarse.
Dijo la Corte en este pronunciamiento que “la resolución 957/1981 del Ministerio de
Educación con arreglo a la cual se exige una estatura mínima de 1,60 m a los varones que
deseen ingresar al Instituto Nacional Superior del Profesorado doctor Joaquín y. González
para seguir estudios de Matemática y Astronomía, comporta una reglamentación
manifiestamente irrazonable de los derechos de enseñar y aprender (si es que no excediese
la potestad acordada al Poder Ejecutivo por el artículo 86, inc. 2°, Constitución Nacional,
aspecto sobre el que no media agravio), afecta la dignidad de las personas que
inicuamente discrimina, y, por lo mismo, conculca las garantías consagradas en los arts.
14, 16, 19 y 28 de la Constitución Nacional”.
El fallo citado trae a colación los argumentos defensivos esgrimidos por el Estado nacional
en una causa similar, en la que sus representantes sostuvieron: “El docente debe ser física,
moral e intelectualmente apto para la enseñanza. Las dos últimas condiciones (morales e
intelectuales) eximen de todo comentario. Pero la primera de ellas no es menos importante
sobre todo si se tiene que actuar frente a alumnos inmaduros, sin discernimiento lógico,
como son los del nivel inicial y del nivel primario. La presencia del maestro debe
imponerse naturalmente a los educandos. Ninguna persona con defectos físicos (la
bajísima estatura entre ellos podría ejercer pleno ascendiente sobre el sujeto de la
educación (...) El alumno suele ser hiriente, sarcástico, y más que nunca la figura del
maestro, de la maestra, debe estar ‘bien plantada’ frente a ellos, se debe recurrir a todos los
resortes humanos para no perder autoridad. El maestro no debe ser jamás un disminuido,
un apocado, para neutralizar con su fuerza física, moral e intelectual, las pullas y chanzas
de los alumnos. Porque somos humanos, y porque humanos son también los niños, es que

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en esta profesión, tal vez más que en ninguna otra, la prestancia física es imprescindible
para no interferir el complejo proceso de enseñanza y aprendizaje”.
Sobre esta materia, la sentencia de la Corte expresa: “los párrafos transcriptos importan la
aceptación de un conjunto de principios no cuestionados pero cuestionables, y dejan al
descubierto, desenmascarados, los equívocos radicales de la defensa, la tonta rama de sus
racionalizaciones y sus oscuras vetas místicas. Al respecto, y sin dejar de advertir la
frivolidad de los prejuicios que se vinculan con las excelencias atribuidas a la estatura, y
que sus términos importan desconocer el origen de la burla y su importancia en la
integración social del niño y del adolescente, así como descartan infundadamente otras
posibilidades no menos despiadadas de aquélla, al referirla exclusivamente a algunos
aspectos, siempre físicos, del docente, cabe poner de relieve que lo peor del discurso de
que se trata es la agraviante indiferencia con que en él se deja fuera de toda consideración
los más nobles méritos de los menos talludos, fijando una restricción genérica susceptible
de convertir a cada situación personal en un argumento vivo en contra de la posibilidad
misma de tal generalización (por ejemplo, la estatura del actor es de 1,48 m). Como si fuera
posible, rebajan las calidades humanas a la mensurabilidad física, establecen acríticamente
una entrañable e incomprensible relación entre alzada y eficacia en el desempeño de la
tarea docente, y empequeñecen la figura de los maestros al no advertir que si éstos han de
tener una vida fecunda les es forzoso ser, antes que altos, inteligentes y aptos en las
técnicas de comunicación”.
Adita el pronunciamiento judicial referido que “es cierto que los docentes del ‘pre
primario’ y ‘primario’ trabajan sobre una circunstancia humana particularmente sensible,
y que sus personalidades (no sus meras apariencias) se convierten en modelos de
identificación de los niños y los estampan significativamente en su futuro comportamiento
social (...) Que también es verdad que el Estado tiene en la educación un interés vital. Por
lo mismo, cabe preguntarse si no sería más compatible con la estructura democrática de
aquél, antes que el requisito del metro sesenta, la exigencia de un juramento de lealtad a la
Constitución Nacional que incluya el expreso compromiso de repudiar desde la cátedra la
promoción por parte de cualquier persona, simple ciudadano o funcionario de los poderes
constituidos, de toda idea o acto que conduzcan al desconocimiento de sus principios y
garantías fundamentales. Al cabo, nadie es más alto que la Constitución”.
También agrega el fallo citado que “no es necesaria una inteligencia muy trabajada del
asunto para comprender los principios de la ética elitista, perfeccionista y autoritaria, que
sirven de sustento ideológico a la regla impugnada de la res. 957/1981. Irónicamente, el
instituto de enseñanza al que aspira ingresar el actor como alumno para poder ejercer la
docencia en el futuro lleva el nombre de uno de nuestros constitucionalistas más
sobresalientes, no exclusivamente por el largo de sus huesos. [Se refiere a Joaquín V.
González.] Respecto del tema decía: ‘Limitación práctica al derecho (de enseñar) es la de
exigir prueba de idoneidad o suficiencia para ejercer en la República la enseñanza o la

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medicina (Fallos: t. 3, p. 315) y demás profesiones científicas (...) impedir que un espíritu
hostil a las instituciones fundamentales venga a corromper a la juventud’ (Obras
Completas, vol. III, fs. 148/9) (...) Que en lo concerniente a esta última reflexión, no resulta
dudosa la hostilidad de la norma general en examen respecto de nuestra instituciones
fundamentales, y si fueran educadores quienes proponen mantenerla, valdría hacer una
paráfrasis de expresiones de Alberdi y declarar que la Argentina será educada cuando se
vea libre de ciertos educadores. Sobre todo si se tiene en cuenta que las amenazas más
graves a la naturaleza emocional de nuestra población media son, evidente y
precisamente, las tentaciones del elitismo y del autoritarismo y su fatal correlato: la
anarquía. Por lo mismo, no necesitan agitadores, ni normas jurídicas que las recojan”.
Finalmente, el decisorio mencionado señala que “en suma, hay que decirlo de una buena
vez de manera enfática y vigorosa, este extravagante privilegio de los que miden más de
1,60 m es incompatible con la necesidad de cimentar una sociedad democrática e
inteligente, infiere una lesión enorme a los derechos del actor ya mencionados, y mancha
al ordenamiento argentino con valores éticos sustancialmente anacrónicos. Basta señalar,
al respecto, que el mantenimiento de su eficacia importaría una suerte de inhabilitación
especial perpetua para que el demandante accediera a los beneficios que la Constitución le
acuerda sin reserva alguna que permita apoyar discriminaciones semejantes a las que fija
la res. 957/1981”(Corte Sup., 15/5/1984, in re “Arenzón, Gabriel D. v. Gobierno Nacional
(Ministerio de Educación - Dirección Nacional de Sanidad Escolar.)”, Fallos 306:400)

La exigencia de nacionalidad argentina


En la medida en que la mayoría de las legislaciones sobre la materia —siguiendo los
lineamientos del artículo 13, inciso a), de la ley 14.473, Estatuto del Docente Nacional—
equiparan las exigencias de ingreso con las requeridas para la docencia en el ámbito
público, corresponde hacer una escueta referencia al requisito relativo a la “nacionalidad
argentina”.
Estas normas en general aluden a la exigencia acerca de poseer la calidad de argentino, ya
sea nativo, por opción o naturalizado, como condición para el ingreso a la docencia, la que,
por e! ya invocado principio de la equiparación entre los ámbitos público y privado, es de
aplicación en este último.
Esta exigencia, propia de la administración pública en general desde tiempos pretéritos, ha
sido considerada dentro de las condiciones de idoneidad exigida por la Constitución. Así,
Rafael Bielsa la relaciona, dentro de estas condiciones, a la aptitud político-moral (Bielsa,
Rafael, Derecho administrativo, cit., t. III, p. 104)
La base sociológica que sirvió originariamente de fundamento a esta exigencia ha sufrido
serias modificaciones. En efecto, en sus orígenes, el dispositivo tendía a conservar el

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manejo de la estructura administrativa estatal en manos de nacionales o nacionalizados,
dado el gran afluente inmigratorio que llegaba al país.
Este sustrato social, presupuesto necesario de la preceptiva legal, ha variado
profundamente. En efecto, en la actualidad se registra, por un lado, cierta tendencia
migratoria de nacionales y una fuerte corriente inmigratoria de países limítrofes en un
marco de integración regional. Por otro lado, la relación entre los distintos países y la
preservación de la identidad nacional tiene características distintas a las vigentes a fines de
la pasada centuria o principios de la presente. Esto conlleva una eficiente adecuación a
necesidades y realidades diferentes.
El concepto ha sido claramente expuesto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al
sostener que “...en épocas de inmigración masiva, fueron objetivos declarados que la
educación se constituyera en un crisol de razas, de modo que pudieran integrarse
efectivamente a la Nación aportes étnicos dispares. En esto, la educación sistemática tenía
una función importantísima, que lleva a ver en ella un santuario de la nacionalidad. La
formación del ciudadano, la socialización de la población, todas eran finalidades que
animaban esta tendencia. Pero ese cuadro histórico ha sufrido grandes modificaciones (...)
El país ha dejado de ser un país de inmigración masiva (...) la función de socialización se
cumple hoy en importantísima medida por medio de la educación no sistemática. Por otra
parte el control administrativo sobre la enseñanza sistemática se encuentra plenamente
asentado, de modo que su eficacia no requiere indispensablemente de la nacionalidad de
los docentes como requisito de idoneidad, pues cualquiera sea ella aquel control detallado
y minucioso podrá ejercerse por igual, incluirá exigencias sobre la formación y cualidades
de maestros y profesores, lo mismo que sobre el modo en que desarrollen sus tareas...”
(Del voto de Carlos S. Fayt, en autos “Repetto, Inés M. v. Pcia. de Buenos Aires”, JA 1988-
IV-643, Fallos 311:2272. En similar sentido: C. Cont Adm. y Trib. Ciudad Bs. As., sala 2ª,
21/3/2002, “Najmías Little, Luis v. GCBA Dir. Gral. de Educación de Gestión Privada
s/amparo (artículo 14, CCABA)”, Del voto de los Dres. Nélida M. Daniele (por sus
fundamentos), Esteban Centanaro y Eduardo A. Russo, Lexis Online 70005771. En sentido
contrario: Trib. Sub. Just. Ciudad Bs. As., 31/3/2005, in re “Asociación por los Derechos
Civiles (ADC) v. GCBA s/acción declarativa de inconstitucionalidad”, Lexis Online
35001576).
En esta señera resolución, la Corte Suprema de Justicia de la Nación remarca que la
Constitución Nacional en su Preámbulo y en su artículo 20 establece la igualdad de los
extranjeros y nacionales en lo que hace al ejercicio pleno de los derechos civiles, debiendo
interpretarse su preceptiva en el marco histórico concreto de aplicación. Asimismo, señala
que carece de razonabilidad la discriminación efectuada, de lo que resulta un indebido
ejercicio de la potestad reglamentaria del poder estatal del mandato constitucional.

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Es de remarcar que con posterioridad al fallo reseñado, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, in re “Calvo y Pesini, Rocío y. Córdoba Provincia de s/amparo” (Corte Sup.,
24/2/1998, JA 1998-11-377; Fallos 321:194, Foro de Córdoba, nro. 48, p. 132.), volvió a
tratar el tema con igual resultado. En este último caso declaró la inconstitucionalidad del
artículo 15, inc. a), de la ley 7625, que establecía el requisito de nacionalidad argentina para
el personal de los equipos de salud humana de la provincia de Córdoba.
Si bien la jurisprudencia citada no anula de manera automática las normas escritas, la
trascendencia de la cuestión tratada y la jerarquía institucional del tribunal que la emite,
establecen una bisagra en las posibilidades interpretativas posteriores.
El principio de integración de los extranjeros, invitados a habitar en el suelo argentino,
apotegma de nuestra ley suprema, se transforma -con la exigencia de nacionalidad
apuntada- en una mera declaración retórica o, peor aún, en una trampa patológica: se los
induce a venir, para encerrarlos luego en el ghetto de la discriminación, en el apartheid de lo
que no pueden ser.
No es en vano que usemos palabras extrañas para designar la situación. En efecto, cuán
lejos está este accionar del concepto fundacional enunciado en el Preámbulo, del que nos
sentimos orgullosos: estamos haciendo un país “...para todos los hombres de! mundo que
quieran habitar el suelo argentino... “. Qué necesario resulta hoy reafirmar estos principios de
profundo contenido humanista, en un mundo que aparece sumido en el individualismo, la
xenofobia y su correlato indispensable, los skinheads (“cabezas rapadas”, expresión de la
xenofobia europea).
La adecuada interpretación y aplicación de nuestro sistema normativo implica el acceso
irrestricto de los extranjeros que acrediten título suficiente y aptitud psicofísica.
Ello así porque es de la esencia del sistema de derecho que la validez jurídica desciende
desde la Constitución hacia abajo, por lo que ninguna disposición de menor grado puede
desdecir los preceptos constitucionales. Este principio de la jerarquía normativa está
siendo violado de manera flagrante por la exigencia estatutaria. En esta línea de
razonamiento se inscribe lo sostenido en el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación ya mencionado, en el que, en el voto de los Dres. Enrique Petracchi y Jorge Bacqué,
se expresa: “...toda distinción efectuada entre nacionales y extranjeros, en lo que respecta al goce
de derechos reconocidos en la Ley Fundamental, se halla afectada de una presunción de
inconstitucionalidad. Por tal razón aquel que sostenga la legitimidad de la citada distinción debe
acreditar la existencia de un ‘interés estatal urgente ‘para justificar aquélla, y no es suficiente, a tal
efecto, que la medida adoptada sea ‘razonable ‘… “ (MULLER, Jonathan M. - GILLI, María
Angélica - CAYUSO, Susana, en Constitución y derechos humanos, t. 2, Astrea, Buenos Aires,
1991, p. 1618).
A más de lo dicho en los párrafos precedentes cabe preguntarse: la exigencia de
nacionalidad argentina, ¿a qué propende? En una respuesta inmediata, se ha dicho que

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asegura que el docente conozca nuestra idiosincrasia e idioma, y esté compenetrado con
nuestro modo de ser y de pensar.
Dudoso es que pueda reunir esta condición un argentino nativo que recibió su instrucción
primaria, secundaria y superior en un país extranjero. Sin embargo, si acredita títulos
válidos y condiciones psicofísicas, puede ser docente. A la inversa, un extranjero que
arriba al país a poco de su nacimiento, que reside permanentemente en él, que cursa
estudios en nuestro país y que ha sido formado como cualquier ciudadano argentino
ofrece garantías, desde esta óptica, que conoce nuestro “modo de ser”. Sin embargo, por el
hecho de no tener la partida de nacimiento y no haberse nacionalizado, se encuentra
inhibido de ejercer la docencia.
El idioma -requisito este sí indispensable para el ejercicio de la docencia- es un problema
distinto; se conoce o no, pero, obviamente, no se garantiza su aprehensión por la partida
de nacimiento o el acto formal de la Carta de Ciudadanía.
Desde este ángulo de observación podemos afirmar que el requisito de la nacionalidad
resulta irrazonable, ya que no protege ni propugna la protección de bien social alguno.
Resulta, además, un grave perjuicio social cuando el extranjero residente en el país ha
obtenido sus títulos gracias al sistema educativo nacional —con el alto costo social y
económico que esto implica—y a la hora de la utilización de esa capacitación tan
arduamente lograda, se lo expulsa del sistema educativo sin aprovechar su condiciones y
capacitación. Es incendiar el sembrado antes de la cosecha. Implica, desde el punto de
vista de las obligaciones del Estado respecto de la educación, un serio descuido de los
recursos humanos que debe utilizar en el cumplimiento de esta función, una de las
justificantes de su propia existencia.
En línea con este pensamiento, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
reformó mediante la ley 668 el Estatuto del Docente en este aspecto; morigeró le
prohibición de ingreso a los habitantes no nacionalizados, disponiendo la admisión
excepcional de extranjeros en el área de educación superior cuando razones de idoneidad así
lo requieran. Sin embargo, continúa manteniendo la prohibición general.
Por lo demás, es evidente que la exigencia analizada con- culca el derecho civil del
extranjero a enseñar y a ejercer su oficio o profesión, en igualdad a los nacionales (En este
sentido: C. Fed. Mendoza, sala A, 5/7/2002, in re “Valdemoros de Brajon, Maria del P. v.
Universidad Nacional de Cuyo”, JA 2003-1-514). Sin embargo, harto conocido es el
concepto de que los derechos fundamentales integran un plexo, un tejido, profundamente
intrincado, de forma tal que la destrucción de uno solo de los derechos que lo componen,
apenas uno de esos hilos, no sólo produce la violación de un derecho o principio
supraordinante, sino que acarrea la distorsión y consecuente violación de buena parte del
resto de ese plexo. En suma se destruye el equilibrio que precisamente los derechos
fundamentales garantizan.

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Así, colateralmente resultan dañados sus derechos a la propiedad y a la seguridad social,
ya que al no poder acceder al contrato de empleo, tampoco podrá tener sueldo, obra social,
jubilación y demás beneficios garantizados a todos los trabajadores.
Para mayor evidencia de perversidad, se le presenta al extranjero la opción de renunciar a
uno de sus derechos humanos fundamentales cual es el derecho genérico a la propia
identidad, específicamente, en el caso, a la nacionalidad, ya que podrán ejercer la docencia
los extranjeros nacionalizados.
El derecho a tener, y obviamente a mantener, su nacionalidad ha recibido aceptación en
diversos instrumentos internacionales, tales como la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (artículo 15) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(artículo 20). Sin embargo, no es un principio novedoso en nuestro ordenamiento jurídico.
En efecto, el artículo 20, CN, además de establecer los criterios ya enunciados sobre la
igualdad de nacionales y extranjeros, precisa que los extranjeros no están obligados a admitir
la ciudadanía. La exigencia de los Estatutos Docentes provinciales y su aplicación
dogmática obligan a admitir la ciudadanía a aquellos extranjeros que pretendan ejercer los
derechos a los que se encuentran habilitados, conforme a La CN (artículo 20).
Evidentemente, al exigir la nacionalización se aplica el principio inverso de la
nacionalización compulsiva.
Por otro lado, por imperio del convenio 111 OIT queda prohibido expresamente todo tipo
de discriminación. Este instrumento presenta un interés especial en este caso: han
adherido a él los países integrantes del Mercosur, circunstancia que obliga a la adecuación
operativa de las prácticas respecto del empleo de extranjeros en nuestro país.
A más de lo dicho vale señalar que con la vigencia de la ley 25.871 -Régimen de
Migraciones-, se fijaron las condiciones de igualdad que deben imperar en relación con los
derechos de ciudadanos argentinos y extranjeros, por lo que se ha dicho que “el legislador
parece haber cerrado el camino a interpretaciones contrarias al principio de igualdad en lo
referente al derecho a acceder al empleo. En efecto, a partir de la sanción de la nueva Ley
de Migraciones (...) es de esperar que cualquier limitación al derecho a trabajar no podría
ya sortear el examen de la propia ley 25.871, norma que —entendemos— regula
adecuadamente la garantía establecida en el artículo 20 de la Carta Magna” (ARONIN,
Lisandro S., “El derecho a trabajar de acuerdo al concepto de razonabilidad regulatoria
según la Constitución Nacional, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y la nueva Ley de Migraciones”, I.exis Online 0003/400304).
Finalmente, no puede soslayarse que la Ley de Educación Nacional no contempla ninguna
exigencia respecto de la nacionalidad como condición para el acceso a la docencia.

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La edad máxima como condición de ingreso a la docencia
Como se ha señalado supra, en algunos regímenes normativos sobre la materia, se ha
incorporado, como exigencia para el ingreso a la actividad docente pública o privada, el no
superar determinado tope de edad.
Adelantamos nuestra opinión en el sentido de que, en principio, dicho límite etario
configura un requisito reñido con la Constitución, en tanto ésta establece como única
condición para el acceso a los cargos públicos -condición trasladable a la actividad privada
en el campo docente- la de la idoneidad, no pudiéndose prima facie entender que la edad
hace al requisito de idoneidad aludido, salvo que la edad se traduzca en imposibilidades
de naturaleza psicofísica en el caso concreto.
Por eso se ha sostenido: “Expresa el artículo 16, CN: ‘Todos sus habitantes son iguales ante
la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad...’. Y la idoneidad
de una aspirante a cubrir cargos en la docencia en la especialidad de maestra de grado, tal
el caso venido a decisión, mal puede juzgarse por superar aquélla el límite máximo de
edad” (Sup. Trib. Just. Corrientes, 10/10/2001, in re “Verón Nelida Delia y. Consejo
General de Educación de la Prov., de Corrientes s/acción de inconstitucionalidad”).
Posteriormente, ya cerrando la cuestión, se declaró la inconstitucionalidad del artículo 57,
inc. e), de la ley 10.579, Estatuto del Docente de la Provincia de Buenos Aires, con el
fundamento de que una restricción de esta naturaleza es discriminatoria y vulnera el
derecho a trabajar y a la igualdad ante la ley. Específicamente, se vulnera el principio de
idoneidad para el acceso al cargo (Argumento de Sup. Corte Bs.As., 19/2/2002, in ,
“Briceño, Adela y. Dirección de Cultura y Educación de la Pvcia. de Buenos Aires
s/amparo”, JA 2003-11-426. Ver SPACAROTE1, Gustavo - MARTINEZ PASS, Laura, “El
límite de edad para ejercer la docencia en la provincia y el plazo de caducidad en la acción
de amparo bonaerense”, JA 2003-11-429).
En la misma línea de pensamiento, en relación con esta exigencia establecida en el artículo
57, inc. e), de la ley 10.579, Estatuto del Docente de la Provincia de Buenos Aires, se ha
expresado que “la limitación temporal de la posibilidad de acceder a la titularidad en el
cargo para los docentes no guarda proporción con las funciones encomendadas a aquéllos,
pues el solo hecho de alcanzar la edad de 50 años no revela la ausencia de condiciones
para cumplirlas. Por ello, esa disposición -artículo 57, inc. e), del Estatuto Docente- afecta
el derecho de trabajar consagrado en los arts. 14 de la Constitución Nacional, 39 de la
Constitución provincial y en las convenciones internacionales de jerarquía constitucional,
en particular, los arts. XIV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y 6° del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Asimismo, la igualdad se ve
alterada pues el legislador ha establecido una discriminación en perjuicio de los docentes o
aspirantes a serlo que lleguen a la edad aludida, respecto de los más jóvenes, sin razón

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atendible que la justifique (causas Nº 290, ‘Ramírez’, sent. del 18/10/2005; Nº 329,
‘Vetrano’, sent. del 22/11/2005). En similar sentido se ha pronunciado la Cámara Segunda
de Apelación en lo Civil y Comercial de La Plata, sala 1ª, en autos ‘Moriones’ (sent. de
fecha 29/6/2004), al evaluar que la desestimatoria de la inscripción en el Listado Oficial
para acceder a un cargo docente por el solo hecho de que se supera la edad de cincuenta
años, que prevé el artículo 57, inc. e), del Estatuto del Docente, importa un exceso
reglamentario, que lo torna inconstitucional a la luz de los arts. 16 de la Constitución
Nacional y 11 de la Constitución de la provincia, correlacionado con los arts. 75, inc. 22, de
la Constitución Nacional y 11 de la Constitución provincial” (C. Cont. Adm. La Plata,
21/3/2006, in re “González, Susana Ana v. Dirección General de Cultura y Educación
s/amparo”).

Ley Nº 24.049 (Ley de Transferencia de Servicios Educativos)


El 6 de diciembre de 1991 se sancionó la Ley Nº 24.049 de Transferencia de Servicios
Educativos a las Provincias y Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La ley fue
promulgada el 7 de enero de 1992.
A través de la citada ley, se facultó al Poder Ejecutivo Nacional (PEN) a transferir, a partir
del primero de enero de 1992, a las Provincias y a la Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires, todos los servicios educativos administrados en forma directa por el
Ministerio de Cultura y Educación y por el Consejo Nacional de Educación Técnica, así
como también las facultades y funciones sobre los establecimientos privados reconocidos,
en las condiciones y con las excepciones que prescribía misma.
La transferencia, tal como preveía la norma, operó a través de convenios celebrados entre
el PEN y cada una de las jurisdicciones.
La transferencia comprendió los bienes y el personal afectados a dichos servicios
educativos.
Respecto del personal transferido se estableció que se le garantizaba la función, jerarquía,
situación de revista y la retribución al momento de la transferencia, su equiparación a la
escala salarial jurisdiccional, el reconocimiento de la antigüedad y estabilidad en el cargo u
horas cátedra.
Los servicios educativos de gestión privada que se transfirieron quedaron garantizados
para que se sigan prestando con respeto a los principios de libertad de enseñanza y los
derechos emergentes de la normativa nacional sobre la materia. Consecuentemente,
podían mantener sus características doctrinarias, modalidades curriculares y pedagógicas
y el estilo ético formativo propio, en el ámbito de las jurisdicciones receptoras.
Las jurisdicciones receptoras de los servicios debían mantener el régimen de aportes a la

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enseñanza privada en concordancia con el fijado en el orden nacional, en lo que hacía a
montos, proporciones y destino de los servicios transferidos.

La titulación superior
En la ley de educación superior se establece, en su artículo 36º, que los “docentes de todas
las categorías deberán poseer título universitario de igual o superior nivel a aquel en el
cual ejercen la docencia, requisito que sólo se podrá obviar con carácter estrictamente
excepcional cuando se acrediten méritos sobresalientes”.
Con relación a este tema, el especialista doctor Eduardo Marcelo Cocca, expresó en una
reciente publicación que “el Estado Nacional, a través del Ministerio de Educación otorga
como corresponde, autorización a diferentes universidades públicas y privadas, el permiso
para el post- grado de Profesor Universitario y posterior otorgamiento del título
correspondiente, luego de cursada y aprobada la curricula especifica de la carrera”.
“Ahora bien, la gran mayoría de los profesionales que ejercen como docentes
universitarios, salvo raras excepciones, carecen del título de Profesor Universitario”.
“El Profesor Universitario, cuando está en clase frente al alumnado, no está en calidad de
abogado, juez, medico, ingeniero, etc., sino cumpliendo la función y desempeñando el rol
de Profesor Universitario, y para lo cual y se cae de maduro que su carrera de grado no es
suficiente para el ejercicio profesional como Profesor Universitario, tal como lo marca el
sentido común y las regulaciones de las leyes”.
“Prima facie, estos profesionales, sin título de Profesor Universitario, estarían alcanzados
por el artículo 246 inciso 1 - Usurpación de Títulos - del Código Penal, que dice: el que
ejerciera o asumiere funciones públicas sin título; el artículo 247.- Usurpación de Títulos -
Código Penal.- que dice: el que ejerciere actos propios de una profesión......, sin poseer
titulo...... y luego dice: el que se arrogare grados académicos, títulos profesionales u
honores que no le correspondieren”.
“La ley de Educación Superior N* 24521, artículo 36, nos dice: los docentes de todas las
categorías deberán poseer título universitario de igual o superior nivel a aquel en el cual
ejercen la docencia.........,o sea que si ejercen como Profesor Universitario, tal como
taxativamente lo marca la ley, deberán tener título de Profesor Universitario, además del
título de la carrera de grado que lo habilita en la especialidad”.
“Las universidades otorgan el título de Profesor Titular, Asociado, Adjunto o Jefe de
Trabajos Prácticos. Le recuerdo aunque parezca una verdad de Perogrullo, para acceder al
título de Profesor Universitario, hay que cursar y aprobar una determinada curricula. La
ley de Educación Superior, que la que norma, contiene y da marco legal a las
universidades, ni aun en el párrafo referido a la autonomía universitaria, no dice en

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ninguna parte que estas puedan nombrar a cualquier profesional con titulo insuficiente
como Profesor Universitario”.

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REMUNERACIONES, JORNADA LABORAL E INCOMPATIBILIDAD

La presunción de onerosidad del trabajo docente


Como primera cuestión en este capítulo, corresponde señalar que a la labor docente le es
aplicable de manera plena la presunción de onerosidad del trabajo, lo que significa que la
regla es que toda tarea prestada en relación de dependencia y en beneficio de un
empleador debe ser entendida como realizada a cambio de una contraprestación
denominada salario o remuneración.
La norma de la LCT concretamente establece, en su artículo 115, y bajo el título
“Onerosidad Presunción “: “El trabajo no se presume gratuito”. En coincidencia con dicho
precepto el artículo 4 de la misma norma dispone: “Constituye trabajo, a los fines de esta
ley, toda actividad lícita que se preste en favor de quien tiene la facultad de dirigirla,
mediante una remuneración...”.
Por su lado, el artículo 21 de la misma norma, al definir el contrato de trabajo, señala:
“Habrá contrato de trabajo, cualquiera sea su forma o denominación, siempre que una
persona física se obligue a realizar actos, ejecutar obras o prestar servicios en favor de la
otra y bajo la dependencia de ésta, durante un período determinado o indeterminado de
tiempo, mediante el pago de una remuneración...”.
En el campo de la docencia privada, en el que como hemos visto el compromiso
ideológico, confesional o de otra naturaleza que impregna este contrato de trabajo posee
una trascendencia sustancial, en ocasiones se constata que los empleadores abusan de
dicha consustanciación del dependiente con los objetivos del establecimiento educativo,
para soslayar total o parcialmente el cumplimiento del pago de los haberes, o para
postergarlo en el tiempo.
En este marco, en los casos en que se nombra a un trabajador docente en un cargo u horas
cátedra que se encuentran en trámite para la asignación del subsidio estatal a su respecto,
es frecuente que el empleador omita el pago del salario hasta la obtención de dicho
subsidio estatal, pese a que el dependiente durante ese lapso ha cumplido efectivamente
las labores educativas encomendadas.
En razón entonces de que, como se ha señalado en esta obra, la relación de trabajo se da
entre el empleador y su dependiente, con prescindencia de la vinculación entre el primero
y el Estado o cualquier otro ente que subsidie la actividad, el empresario es el único
responsable del pago de los salarios de sus trabajadores, por lo que este tipo de prácticas
resulta abiertamente contrarias al mandato de la LCT ya analizado.

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Equiparación con los haberes del sector docente público
La característica más importante del sistema de remuneración de los docentes privados es
la de su equiparación con la de los educadores del sector público.
Así, como hemos visto, la Ley Nacional de Educación establece, en su artículo 64: “Los/las
docentes de las instituciones de educación de gestión privada reconocidas tendrán
derecho a una remuneración mínima igual a la de los/las docentes de instituciones de
gestión estatal, conforme al régimen de equiparación fijado por la legislación vigente...”.
Marcábamos en los capítulos precedentes que este principio de equiparación había sido ya
consagrado en el artículo 174 de la ley 14.473 -Estatuto del Docente Nacional-, que
dispone: “El personal docente, directivo y docente auxiliar de los establece cimientos
comprendidos en el inc. a) del artículo 2° de la ley 13.047 -que refiere a los
establecimientos adscriptos a la enseñanza oficia- gozará de una remuneración mensual
idéntica a la que en igualdad de especialidad, tarea y antigüedad perciba el personal
similar de los establecimientos oficiales.”
Al producirse la transferencia de los servicios educativos por parte de la Nación, la ley
24.049 estableció a este respecto, que el personal transferido mantendría una “retribución
por todo Concepto no inferior a la que se perciba al momento de la transferencia y
equiparación, a la escala salarial jurisdiccional durante 1992” (artículo 8°, inc. b). Con este
dispositivo se concretó el principio de la equiparación respecto del salario del personal
transferido, incluyéndose, obviamente, a los docentes privados.
Por su parte, prácticamente todos los regímenes jurisdiccionales que regulan la actividad
docente privada imprimen en su preceptiva este principio de equiparación salarial.
Este mandato de equiparación salarial entre los ámbitos público y privado adscripto de la
educación no es más que la aplicación concreta en el campo de la docencia del principio de
rango constitucional de igual remuneración por igual tarea, plasmado en el artículo 14 bis,
CN. Concretamente, lo que determina el salario es la tarea educativa, cualquiera que sea el
gestor, y no la dependencia contractual del trabajador.
Dentro de este marco de respeto al principio constitucional señalado, la reciente Ley de
Financiamiento Educativo —ley 26.075— Prevé la constitución de un Programa Nacional
de Compensación de Desigualdades Salariales Docentes, en procura de eliminar las
desigualdades regionales y fijar sueldos mínimos para la actividad en todo el país.
En efecto, en su artículo 9, se establece: “Créase, en el ámbito del Ministerio de Educación,
Ciencia y Tecnología, el Programa Nacional de Compensación Salarial Docente, cuyo
objetivo será el contribuir a la compensación de las desigualdades en el salario inicial
docente en aquellas provincias en las cuales se evalúe fehacientemente que, a pesar del
esfuerzo financiero destinado al sector y de las mejoras de la eficiencia en la asignación de
los recursos, no resulte posible superar dichas desigualdades. En la reglamentación de la

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presente ley, el Poder Ejecutivo nacional, con la participación del Consejo Federal de
Cultura y Educación, fijará criterios de asignación tendientes a compensar las
desigualdades existentes entre las diferentes jurisdicciones mediante un porcentaje de los
recursos determinados en el artículo 4°, que se destinarán al Programa Nacional de
Compensación Salarial Docente, así como su operatoria y los requisitos que deberán
cumplir las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para acceder a los
recursos”.
Esta nueva orientación de la Ley de Financiamiento Educativo introduce una ruptura
fundamental con los criterios dominantes en un pasado reciente. En efecto, en la última
década del siglo pasado: “El Ejecutivo consideró que la descentralización era una forma de
quitarle al gobierno federal la responsabilidad de administrar el gasto en educación. Una
ley de 1991 dispuso que se traspasara la responsabilidad de la educación secundaria a los
gobiernos provinciales; la educación primaria había sido transferida a partir de 1978.
Conforme a esa ley, el gobierno federal no efectuaría transferencias adicionales de recursos
fiscales por montos específicos a las provincias, de modo que cada provincia tendría que
financiar el funcionamiento del sistema educativo con recursos propios” (Informe BID
2006, cit por GRAHOVAC, Walter, “Formulación e implementación de políticas
educativas construidas y sostenidas a partir del di logo y la concertación de acuerdos entre
distintos sectores: una experiencia, una posibilidad”, IX Reunión Hemisferio de la Red de
Educación, BID, 8 - lO de noviembre de 2006).
Conforme a lo dicho, resulta obligatorio para los empleadores abonar a sus dependientes
haberes idénticos a los que, en el ámbito público, correspondería según el cargo o número
de horas cátedra de que se trate, incluyendo bonificación por antigüedad y demás
conceptos que se pagan a los educadores oficiales.
Esta equiparación se da también respecto de los docentes que cumplen labores en
asignaturas no curriculares, o no reconocidas, extraprogramáticas o no subvencionadas
Esto es así en razón de que la norma no contiene distinción alguna sobre este punto, por lo
que mal podría distinguirse al respecto, resultando de aplicación el principio
constitucional igualitario ya mentado y el principio ubi lex non distinguit nex nos distinguere
debemus.
La adscripción o reconocimiento que el Estado otorga lo es respecto de la institución
educativa como tal, ya que es ella como un todo la que emitirá los títulos merced a tal
adscripción, computándose también las enseñanzas impartidas por los docentes de
materias extracurriculares
Por lo demás el criterio expuesto en el párrafo precedente halla también su base en la
consideración del establecimiento educativo como un todo inescindible, que no admite un
tratamiento diferenciado entre sus dependientes.

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Lo dicho resulta importante toda vez que no es poco frecuente que los empleadores de la
educación pretendan encuadrar al personal que no integra la planta reconocida, en otros
ámbitos convencionales —por lo general como empleados de comercio- y abonar sus
haberes conforme las escalas salariales de ese sector de trabajadores, en detrimento de las
sumas que debe pagar- se a estos docentes de acuerdo con lo abonado a los docentes del
sector público.
No es admisible a la luz de los arts. 16 y 14 bis, CN, que en un mismo establecimiento
convivan empleados que realizan idéntica labor, pero reciban pagas diferenciadas.
En suma, los salarios de los trabajadores docentes del ámbito privado, así como la
determinación de sus categorías funcionales, están determinados por las normas locales, y
su aplicación es respecto de la totalidad del personal de la institución.

Disposiciones propias del estatuto del docente privado sobre pago de haberes
Sabiamente el Estatuto del Docente Privado ha incluido entre sus preceptos algunos que
resultarían sobreabundantes en cualquier otra actividad laboral, pero que, por la práctica y
características propias de la labor educativa, resultan necesarios para prevenir abusos o
distorsiones del contrato de trabajo del docente privado.
Así el artículo 19 de la ley 13.047 establece: “Los sueldos establecidos por el artículo
anterior se abonarán durante los doce meses, independientemente de un sueldo anual
complementario, equivalente a una doceava parte del total de sueldos percibidos en el
respectivo año calendario”.
El mandato de la norma de referencia deja claro que no existe posibilidad alguna de
considerar las designaciones docentes por períodos lectivos, sin incluir la totalidad del año
(C. Apel. Trab. Trelew, sala B, 22/2/2001, in re “Rojas Tracci, Graciela y. Constanza,
Marcelo Abelard y otros”, El Dial BC 16FB.). La cuestión está estrechamente vinculada a lo
ya dicho respecto de la invalidez de las contrataciones a plazo fijo -comúnmente de marzo
a diciembre-, o por cualquier otra modalidad que excluya el pago de haberes durante los
períodos de receso escolar.
Por su lado, el artículo 20 de la ley 13.047 determina: “El sueldo que perciba el personal
docente se entenderá, en todos los casos, corno retribución por la sola prestación de los
servicios específicos para que fuera designado”.
Esta norma apunta a evitar que el personal docente se vea obligado a cumplir sin
contraprestación algunas labores ajenas a las propias del cargo u horas cátedra en las que
se encuentra designado. Así, por ejemplo, toda actividad de elaboración de material de
estudio por encargo del empleador y para uso del cuerpo docente, apuntes de cátedra,
excursiones que excedan la jornada laboral, etc., deben ser retribuidas de manera

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diferenciada y adicionadas al salario ordinario del docente o pagados en el marco de un
contrato de locación de obra o servicio según corresponda.
Casos especiales. Como se analizara en los encuentros anteriores, los espacios curriculares
cuatrimestrales o creados excepcionalmente tienen un tratamiento especial y, por lo tanto,
su designación está limitada a la prestación del servicio a término. Un ejemplo de este caso
son los profesores en cátedra cuatrimestrales o técnicos profesionales destinados a una
actividad específica.

Conformación del salario docente


En este aspecto corresponde partir de la premisa de que “siendo el personal docente uno
de los recursos más importantes -cuantitativa y monetariamente- para la producción del
servicio educativo, se entiende que algunos de los instrumentos más poderosos para
incentivar y motivar la mejora en la calidad de ese servicio son, precisamente, los salarios
y las perspectivas profesionales que ofrece este trabajo” (Morduchowicz, Alejandro,
Discusiones de economía de la educación, Losada, Buenos Aires, 2003, p. 171).
En relación con la conformación del salario docente, es importante tener presente, además
de la normativa constitucional, el contenido de la “Recomendación OIT/UNESCO relativa
a la situación del personal docente”, de 1996.
Sobre esta temática son destacables algunos de sus acápites, a saber:
“115. La retribución del personal docente debería:
“a) Estar en relación, de una parte, con la importancia que tiene la función docente y, por
consiguiente, aquellos que la ejerzan para la sociedad y, de otra, con las responsabilidades
de toda clase que incumben a los docentes desde el momento en que comienzan a ejercer.
“b) Poder compararse favorablemente con los sueldos de otras profesiones que exijan
titulación análoga o equivalente.
“e) Asegurar un nivel de vida satisfactorio tanto para el personal docente como para sus
familias, así como permitirle disponer de los recursos necesarios para perfeccionarse o
desempeñar actividades culturales y, por consiguiente, afianzar sus cualificaciones
profesionales.
“d) Tomar en cuenta que determinados puestos requieren más experiencia, cualificaciones
superiores e implican responsabilidad más amplia.
“116. El personal docente debería ser retribuido con arreglo a escalas de salarios
establecidas de acuerdo con sus organizaciones profesionales...”.
Fuera de estas premisas generales, la estructura salarial docente es la que corresponde a la
estructura salarial y escalafonaria de cada jurisdicción.

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La problemática de los conceptos remunerativos y bonificables. No cabe duda de que
una sana práctica en materia de estructura salarial debe inspirarse en el principio por el
cual todo concepto integrativo del sueldo posee carácter “remunerativo” y “bonificable”.
Al hablar de ítem “remunerativos” se quiere significar que tales rubros están sujetos a los
descuentos por aportes previsionales, de obra social y sindicales, y a su vez se toman en
consideración para el cálculo de las contribuciones patronales para los mismos sistemas,
así como también para el pago de aguinaldos y, en su caso, indemnizaciones por despido,
etcétera.
Al hacer referencia a la condición de “bonificables” de estos conceptos, se hace alusión a
que ellos inciden en todos los componentes salariales que están constituidos por un
porcentual sobre el haber básico como lo puede ser la “bonificación por antigüedad” u
otros que se establecen en cada jurisdicción.
Pese al concepto general enunciado, la realidad nos muestra que los avatares de nuestra
economía han producido una gravísima distorsión de la estructura salarial, al incorporar
elementos al salario bajo la modalidad de “no remunerativos” o “no bonificables”. Este
proceso general y abarcativo de prácticamente todos los sectores de trabajadores se
acentúa en el campo de la docencia privada en razón de la equiparación con los haberes
del sector público que son los que más han padecido esta modalidad.
La calificación de un rubro salarial como “no bonificable” o “no remunerativo” resulta
prima facie contraria a derecho, en tanto implica una arbitraria reducción de la retribución
que corresponde abonar al trabajador, a más de conllevar una grave desfinanciación de los
sistemas de previsión y seguridad social. Por ello es que cuando tales montos son
abonados de ese modo, como consecuencia de una determinación unilateral del
empleador, la calificación resulta inoponible al dependiente.
En tal sentido repárese en que el artículo 6° de la Ley Nacional 24.241 -Régimen integrado
de Jubilaciones y Pensiones-, establece que “se considera remuneración (...) todo ingreso
que percibiere el afiliado en dinero o en especie, susceptible de apreciación pecuniaria, en
retribución o compensación o con motivo de su actividad personal, en concepto de sueldo,
sueldo anual complementario, salario, honorarios, propinas, gratificaciones, y
suplementos adicionales que tengan el carácter de habituales y regulares, viáticos y gastos
de representación, excepto en la parte efectivamente gastada y acreditada por medio de
comprobantes, y toda otra retribución, cualquiera fuere la denominación que se le asigne,
percibida por servicios ordinarios o extraordinarios prestados en relación de
dependencia...”.
Asimismo, el artículo 7° de la ley precitada establece: “No se considera remuneración las
asignaciones familiares, las indemnizaciones derivadas del contrato de trabajo, por

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vacaciones no gozadas, y por incapacidad permanente provocada por accidente de trabajo
o enfermedad profesional...”.
De la lectura de las normas transcriptas surge entonces con claridad que los pagos
normales y habituales deben inexorablemente ser considerados remunerativos, con todos
los efectos jurídicos antes señalados que ello acarrea.
En la jurisprudencia no encontramos criterios unánimes. Adherimos, por nuestra parte, a
la postura que sostiene: “Un decreto del ámbito municipal no puede desconocer ni alterar
normas básicas en materia de remuneración como las contempladas en el artículo 103 y
siguientes de la LCT que disponen, en líneas generales, que reviste carácter salarial todo
emolumento percibido por el trabajador con habitualidad y como correlato al desempeño
de sus tareas. Por lo demás, la opinión vertida por el CGET en relación al tema carece de
fuerza vinculante, puesto que no corresponde a tal organismo determinar la naturaleza
remuneratoria o no del rubro en cuestión, sino que es el Poder Judicial de la Nación, frente
a una controversia de derecho sobre el punto, quien debe decidirlo, de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 1116, CN (conf. sala l0ª, 30/12/1998 sent. 5503, ‘García Salvatori,
Daniel y. Nueva Escuela Argentina 2000 SRL s/despido’). De manera que el rubro ‘fondo
educativo’ así como los anteriores ‘suplemento mensual no remunerativo’, ‘antigüedad
remuneración exenta’ y ‘decreto 260 GCBA cargos’, revisten en verdad carácter salarial y,
por ende, deben ser tenidos en cuenta a los efectos de la determinación de la
indemnización por antigüedad” (C. Nac. Trab., sala 4, 30/6/2006, “Mulleady, María y otro
v. Fundación Salottiana s/despido”).4.

Los no remunerativos se computan para la jubilación. El 7 de mayo de este año, la Sala I


de la Cámara de la Seguridad Social confirmó una sentencia de primer grado que ordenó
que se computen los aumentos salariales "no remunerativos" para el cálculo de la
jubilación.
Los camaristas sostienen que de esta forma se da cumplimiento a "la razonable
proporcionalidad que debe existir entre el sueldo en actividad y el haber de retiro".
El fallo tiene gran impacto porque, como es sabido, tanto el gobierno como las empresas
otorgaron y siguen otorgando aumentos "no remunerativos", sobre los cuales ni la
empresa ni el trabajador realizan contribuciones y aportes a la jubilación y no se
consideran el cálculo del aguinaldo o de otros beneficios laborales.
Es una práctica extendida y consentida por el Gobierno, pero que impacta sobre las
jubilaciones. Ocurre que, como la Seguridad Social no toma en cuenta esas sumas para
calcular el monto de la jubilación, surge un haber más bajo con relación a los ingresos que
tuvo como trabajador activo.

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Por eso, los especialistas sostienen que se trata de una jurisprudencia de gran impacto ya
que muchos jubilados y retirados podrían reclamar el mismo tratamiento.
La demanda la presentó Ramón Chanampa, un empleado de las Fuerzas Armadas que se
quejó porque, por la vía de sumas no remunerativas, el personal en actividad tuvo varios
incrementos salariales que no se extendieron a los haberes jubilatorios.
Ante esa situación, reclamó que en la proporción que corresponda, esos incrementos se
incorporaran al monto de la jubilación.
La jubilación vinculada a las FF.AA. depende del IAF (Instituto de Ayuda Financiera para
el pago de jubilaciones y retiros militares) un organismo del Ministerio de Defensa. Pero el
caso es asimilable a los jubilados nacionales que cobran a través de la ANSeS o de
Institutos provinciales.
El juez Bernabé Chirinos, uno de los firmantes del fallo de la Cámara, señaló que la Ley de
Contrato de Trabajo fija que el sueldo "es la contraprestación que recibe el trabajador y
que, sea en dinero o en especie, integra la remuneración del trabajador. Y que a los fines
jubilatorios se tiene que respetar la proporcionalidad con la remuneración total y no una
parte de ella".
Además, agregó, que en los casos Sanchez y Badaro, la Corte Suprema insistió en defender
la proporcionalidad del haber jubilatorio con relación al sueldo en actividad.
En el fallo, los camaristas señalan que el esquema salarial contemplado originalmente para
el sector "ha quedado desvirtuado" a partir de la creación de los "adicionales no
remunerativos" que tienen un carácter general ya que los cobra la totalidad del personal.
Por ello, agrega la sentencia, "no parece razonable atribuirles un carácter particular y, en
consecuencia, su evidente naturaleza salarial permite concluir que se torna imperioso su
cómputo para la determinación de los haberes de pasividad".

Relación laboral no registrada. Indemnización doble.


Mediante ley 25.323 se estableció, en su artículo 1º, que “las indemnizaciones previstas por
las Leyes 20.744 (texto ordenado en 1976), artículo 245 y 25.013, artículo 7°, o las que en el
futuro las reemplacen, serán incrementadas al doble cuando se trate de una relación
laboral que al momento del despido no esté registrada o lo esté de modo deficiente”.
El agravamiento indemnizatorio establecido en el presente artículo, no será acumulable a
las indemnizaciones previstas por los artículos 8°, 9°, 10 y 15 de la Ley 24.013.

 ARTICULO 8 - El empleador que no registrare una relación laboral abonará al trabajador


afectado una indemnización equivalente a una cuarta parte de las remuneraciones devengadas

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desde el comienzo de la vinculación, computadas a valores reajustados de acuerdo a la
normativa vigente.
En ningún caso esta indemnización podrá ser inferior a tres veces el importe mensual del
salario que resulte de la aplicación del artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo (t.o.
1976).
 ARTICULO 9 - El empleador que consignare en la documentación laboral una fecha de
ingreso posterior a la real, abonará al trabajador afectado una indemnización equivalente a la
cuarta parte del importe de las remuneraciones devengadas desde la fecha de ingreso hasta la
fecha falsamente consignada, computadas a valores reajustados de acuerdo a la normativa
vigente.
 ARTICULO 10. - El empleador que consignare en la documentación laboral una
remuneración menor que la percibida por el trabajador, abonará a éste una indemnización
equivalente a la cuarta parte del importe de las remuneraciones devengadas y no registradas,
debidamente reajustadas desde la fecha en que comenzó a consignarse indebidamente el monto
de la remuneración.
 ARTICULO 15. - Si el empleador despidiere sin causa justificada al trabajador dentro de los
dos (2) años desde que se le hubiere cursado de modo justificado la intimación prevista en el
artículo 11, el trabajador despedido tendrá derecho a percibir el doble de las indemnizaciones
que le hubieren correspondido como consecuencia del despido. Si el empleador otorgare
efectivamente el preaviso, su plazo también se duplicará.
La duplicación de las indemnizaciones tendrá igualmente lugar cuando fuere el trabajador el
que hiciere denuncia del contrato de trabajo fundado en justa causa, salvo que la causa
invocada no tuviera vinculación con las previstas en los artículos 8, 9 y 10, y que el empleador
acreditare de modo fehaciente que su conducta no ha tenido por objeto inducir al trabajador a
colocarse en situación de despido.

Asimismo la ley 25323 establece que “cuando el empleador, fehacientemente intimado por
el trabajador, no le abonare las indemnizaciones previstas en los artículos 232, 233 y 245 de
la Ley 20.744 (texto ordenado en 1976) y los artículos 6° y 7° de la Ley 25.013, o las que en
el futuro las reemplacen, y, consecuentemente, lo obligare a iniciar acciones judiciales o
cualquier instancia previa de carácter obligatorio para percibirlas, éstas serán
incrementadas en un cincuenta por ciento (50%)”, aunque a continuación se indica que si
“hubieran existido causas que justificaren la conducta del empleador, los jueces, mediante
resolución fundada, podrán reducir prudencialmente el incremento indemnizatorio
dispuesto por el presente artículo hasta la eximición de su pago”.

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Salario del personal de academias libres
En el acápite anterior se ha hecho referencia al principio de equiparación entre los salarios
a abonarse a los docentes del sector público, con los educadores del sector docente privado
adscripto.
Queda, por tanto, por analizar la situación de los docentes que prestan servicios en las
denominadas “academias libres”, es decir, aquellas instituciones que brindan enseñanza
sin otorgar títulos oficiales y sin contralor estatal pedagógico, sujetas sólo al control propio
del poder de policía que se ejerce respecto de cualquier actividad comercial en lo atinente
al cumplimiento de las normas laborales, de higiene y seguridad en el trabajo,
previsionales, sociales, tributarias, etcétera.
Estos docentes se rigen, en cuanto a los haberes que le deben ser abonados, por las escalas
salariales que en la materia elabora el Consejo Gremial de Educación Privada, creado por
ley 13.047.

Personal no docente
El 24 de julio de 2008 se firmó un convenio, que se encuentra vigente, entre el Sindicato de
Obreros y Empleados de la Minoridad y la Educación (SOEME) y CONSUDEC, ADEPRA
y CAIEP por la parte empleador por el que se ratifica la vigencia de la Convención
Colectiva de Trabajo 318/99 y las pautas salariales fijadas en el marco del Consejo Gremial
de Enseñanza Privada.
Es importante recordar que el ámbito de aplicación de dicho convenio abarca a todos los
Establecimientos Educativos de carácter privado que funcionan en todo el territorio
nacional, con excepción de Capital Federal y algunos partidos de la provincia de Buenos
Aires, que se aplica otro convenio colectivo de trabajo que se acordó con otro gremio
específico, que no tiene jurisdicción en Misiones.
Respecto al personal comprendido, el convenio establece que “rige para todo el personal
que se desempeña bajo relación de dependencia en tareas administrativas, técnicas, de
maestranza, servicio de mantenimiento y en general, cualquier otra actividad que con la
sola excepción de aquellas de carácter específicamente docente, contribuyan a la
presentación del servicio educativo” en los establecimientos de gestión privada.
En ese sentido aclara el documento que “se considera bajo relación de dependencia
habitual y permanente con el empleador a todo trabajador que desempeñe tareas no
docentes retribuidas en los establecimientos comprendidos en el ámbito de aplicación del
presente convenio, con excepción del personal especialmente contratado para
desempeñarse en colonias y centros recreativos durante la época estival, el personal que

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trabaja por cuenta propia, el personal de empresas locadoras de servicios que contraten
con los establecimientos y aquellos comprendidos en otros Estatutos Especiales o
Convenciones Colectivas de Trabajo, por la índole de la actividad del establecimiento”.
Agrega además que “queda vedado al empleador de los centros educativos comprendidos
en la presente convención contratar personal por temporada o a plazo fijo por un periodo
mayor de un año, en el que ningún caso podrá ser renovado”, sin perjuicio de la aplicación
del periodo de prueba.
Asimismo indica que “ningún trabajador comprendido en la presente convención podrá
ser encuadrado bajo la calificación de “servicio domestico”. Así mismo, ellos no podrán
ser afectados, en ningún caso, a tareas domesticas, propias y particulares de los
empleadores, ni incluir las mismas como parte integrante de su jornada legal”. Señala que
el personal revistará, de acuerdo con las funciones que le fueron asignadas, en algunos de
los siguientes agrupamientos: administrativos / técnico – profesional / mantenimiento y
producción.
Se incluye a continuación las escalas correspondientes a las remuneraciones del personal y
las asignaciones familiares fijados por el Consejo Gremial de Enseñanza Privada. Cabe
destacar que los sueldos básicos de los porteros y demás personal administrativos deben
liquidarse proporcionalmente a las horas semanales realmente trabajadas.

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El Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID)
Este Fondo fue creado por ley 25.053 y sufrió sucesivas modificaciones (Reglamentada por
decreto 878/1999, modificada por leyes 25.239, 25.264, 25.733 y 25.919.)
En lo atinente a la materia de este trabajo, el artículo 13 de la norma citada dispone: “Los
recursos del Fondo Nacional de Incentivo Docente serán destinados a abonar una
asignación especial de carácter remunerativo por cargo que se liquidará mensualmente
exclusivamente a los agentes que cumplan efectivamente función docente. Los criterios
para definir la asignación a los distintos cargos serán acordados entre el Consejo Federal
de Cultura y Educación y las Organizaciones Gremiales Docentes con personería nacional,
procurando compensar desigualdades”.
El quantum de esta asignación está definido en el artículo 13 bis de la norma de marras,
que establece:
“a) Cuando el salario de los docentes por la presente ley sea igual o menor que el de la
jurisdicción donde estén ubicados geográficamente, la asignación correspondiente al
FONID será por igual monto de los de esa jurisdicción.
“b) Cuando ese salario sea mayor, pero menor a la sumatoria del mismo con la asignación
del FONID, percibirán la diferencia hasta alcanzar ese monto sumado.
“e) Cuando el salario sea mayor a la suma del salario más la asignación por incentivo, no
percibirán ninguna asignación adicional”.
Respecto al carácter remunerativo que la propia norma le asigna a este plus, cabe señalar
que no existen criterios unánimes en orden a si incide en las indemnizaciones que
corresponde abonar a los docentes privados.
Sin embargo, corno la ley le asigna carácter remunerativo, se desprende en principio que
dichas sumas deben ser computadas a los fines del pago de indemnizaciones por despido.
En consonancia con este criterio, se ha dicho: “El incentivo docente es de carácter
remuneratorio (conf, artículo 13, ley 25.053) y por lo tanto la obligación de su pago
corresponde al empleador más allá de que, en este caso, la Dirección General de Educación
Privada haya girado o no al establecimiento las cuotas correspondientes en tiempo y
forma, sin perjuicio de las acciones que a éste pudieran corresponderle” (C. Nac. Trab.,
sala 5, 28/3/2005, in re “Heras Baccini, María v. Colegio Buenos Aires s/despido”).
Vale señalar que con fecha 21 de diciembre de 2004, se publicó en el Boletín Oficial de la
Nación, la resolución 2/2004 del Consejo Gremial de Enseñanza Privada, por la que se
establece el pago de una asignación no remunerativa de monto y naturaleza semejante a la
del FONID para los docentes de colegios de gestión privada cuyos cargos u horas cátedra
no posean aporte o subsidio estatal, o lo fuera con carácter parcial. Este criterio es otra

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consecuencia del carácter de remunerativo introducido por la reforma del régimen de
FONID.
Dictamen aplicación Financiamiento Educativo. Ante consultas formuladas por los
institutos, la Asesoría Jurídica del SPEPM emitió dictamen “respecto de la aplicación del
artículo 9º Ley de Financiamiento Educativo, para los casos de los docentes con cambio de
tareas y largo tratamiento”. Explicó que deben aplicarse las pautas establecidas por la
Resolución del Ministerio de Educación de la Nación 301/08 mediante la cual se aprueba
el reglamento y pautas de aplicación del programa de compensación salarial docente
previsto en el artículo 9º de la ley 26075 de financiamiento educativo para el año 2008.
En dicha normativa se establece que “será abonada exclusivamente a todos los docentes
que estén efectivamente prestando servicios en el ámbito escolar, impartiendo, dirigiendo,
supervisando, orientando y colaborando en las tareas de enseñanza”.
Se agrega en las características del programa que “no están incluidas las personas que, por
situaciones especiales de revista tales como: comisiones de servicios, adscripciones,
afectaciones, designaciones específicas y/o especiales, licencias con goce de haberes,
docentes pasivos y jubilados, se encuentran prestando servicios de naturaleza política,
técnica y administrativa fuera del asiento natural de su designación, aunque los mismos se
desarrollen dentro del sistema educativo”.
Considerando las pautas señaladas, es dable desdoblar las situaciones en las siguientes:
1) Los docentes con cambio de tareas son aquellos que debido a restricciones laborativas,
por causas no imputables a los mismos, deben prestar servicios dentro del asiento
natural de su designación pero cumpliendo otras funciones dispuestas por la patronal,
acordes con las limitaciones circunstanciales del trabajador antedicho. Es necesario
aclarar que todo cambio de tarea motivada por enfermedades de largo tratamiento,
enfermedad profesional, accidentes de trabajo o embarazo de alto riesgo serán
determinados por una Junta Médica, quien establecerá las recomendaciones generales
del tipo de tareas a realizar y el tiempo de duración de dicho cambio que estarán
relacionados a la capacidad de labor del docente involucrado.
2) En el caso de las afecciones que determinen el otorgamiento de licencias por largo
tratamiento que inhabiliten al docente para el desempeño de las tareas, de acuerdo con
las pautas legales vigentes y con los dictámenes de la Junta Médica respectiva, los
mismos no se encuentran prestando servicios por razones invalidantes para el
desempeño de sus funciones causadas por enfermedades ajenas a su voluntad.
Como corolario de los puntos anteriores, expresa que en ambos casos, tanto los docentes
con cambios de tareas como aquellos que se encuentran de licencia por largo tratamiento
deben percibir la compensación salarial establecida por el artículo 9º de la Ley de
Financiamiento Educativo 26.075.

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Embargo sobre salarios docentes
Sobre este punto resultan de aplicación las limitaciones a los embargos sobre haberes que
rigen para todos los trabajadores en relación de dependencia, esto es, el decreto 484/1987,
reglamentario de los artículo. 120, 147 y 149, LCT, que establece la inembargabilidad de los
haberes hasta una suma equivalente al importe mensual del salario mínimo, vital y móvil.
Cuando las remuneraciones son superiores a dicho importe, serán embargables hasta un
diez por ciento (10%) cuando el haber no supera el doble del salario mínimo vital y móvil,
y de hasta un veinte por ciento (20%) cuando la remuneración sea superior al doble de
dicho parámetro.
Cabe recordar que estos límites para el embargo de haberes no rigen en los supuestos de
cuotas por alimentos o litis expensas (artículo 4°).
Por otra parte, corresponde también precisar que, por ley de facto 18.352, resultan
inembargables “los fondos asignados a los propietarios de los institutos incorporados a la
enseñanza oficial en concepto de contribución estatal para el pago de los sueldos de su
personal directivo, docente y docente auxiliar”.
Dicha inembargabilidad no es de aplicación respecto a “los casos en que ese personal
reclamare en juicio el pago de haberes no satisfechos, por el establecimiento privado. El
embargo en tales situaciones sólo podrá extenderse hasta el monto de los fondos
asignados al pago de sus respectivos sueldos”. Dispositivos similares se encuentran en los
regímenes jurisdiccionales sobre la materia.

Horas extras
Sobre el punto resulta preciso señalar que, en principio, debe estarse a lo establecido para
el supuesto de jornadas extraordinarias respecto de los salarios del sector docente público,
ello por resultar de aplicación tales pautas en virtud del principio liminar de equiparación
entre los ámbitos educativos de gestión pública y privada.
Al no existir normas locales específicas sobre la materia, resulta válido lo dicho en cuanto
a: “No estando prevista en las normas aplicables a la fecha del reclamo (arts. 65, dec.
60/111/58; 53, inc. a), dec.-ley 19.884/1957; 7, ley 8727 modificada por ley 10.427, Prov., de
Buenos Aires) la extensión de la jornada de los docentes primarios, corresponde al
establecimiento privado empleador el pago de los servicios prestados por las maestras de
grado durante una hora diaria más sobre la jornada habitual de cuatro horas en la que
tenía a su cargo el dictado de materias extra programáticas aunque tal prestación adicional
no esté contemplada ni reconocida por la Dirección de Establecimientos No Oficiales

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(DENO, artículo 12, ley 8727)” (Sup. Corte Bs. As., 21/6/1988, ¡are “Etcheler, Silvia y.
Colegio San Agustín y otros s/horas extras, etc.”, SAIJ Sumario N° 80012928).

Las sumas a abonar a los dependientes, establecidas por decreto 1273/2002 y


subsiguientes. Sin dejar de advertir acerca de lo coyuntural y la consecuente superación
de la trascendencia de la cuestión, no creemos conveniente dejar de efectuar alguna
mención a la aplicabilidad al ámbito docente privado de los incrementos salariales
dispuestos a través de los decretos 1273/2002, 921/2004 y similares.
Al respecto se ha dicho -en opinión que compartimos-: “No es aplicable a los docentes de
enseñanza privada los incrementos dispuestos por el decreto 1273/2002 dado que como se
señala en los considerandos de la aludida resolución 921/2004, el artículo 38 de la ley
24.195 (BO 5/5/1993) consagra la equiparación salarial entre los docentes que trabajan en
establecimientos oficiales y los que se desempeñan en igual cargo y función en
establecimientos privados, en virtud del principio constitucional de igual remuneración
por igual tareas (...) Vale decir que a los docentes privados no son aplicables los referidos
decretos porque sus salarios han sido equiparados a los de los docentes públicos y el
decreto 1273 expresamente excluye de su ámbito de aplicación personal a los trabajadores
del sector público (artículo 2°), exclusión ratificada por el artículo 2° del decreto 1371/2002
(BO 1/8/2002) y por el artículo 2° de la resolución 169/2002 de la Secretaría de Trabajo
(BO 3/9/2002) criterio de esta sala al resolver en autos ‘Basso, Paula Marina y. Sena &
Bretón Moreno Soc. Civil y otros’ [Fallo en extenso elDial - AA2E2C] (SD 87136 del
27/9/2005) (del voto de la Dra. Porta)”(C. Nac. Trab., sala 3ª, 18/4/2006, in re “Zuccarelli,
Lidia Nora v. Belgrano Day School SA s/diferencias de salarios”, Lexis Online 35003573.
En sentido contrario, C. Trab. Córdoba, sala 10ª, 19/4/2005, in re “Raimo, Ana (os tina y.
hijas de Nuestra Señora del Huerto — demanda”, voto del Dr. Tosselli).
También se ha expresado en este sentido: “Se trata (...) de una verdadera equiparación
entre los docentes públicos y los privados (...) Si partimos de esta equiparación y
aplicamos la teoría del conglobamiento orgánico por institución prescripta por el artículo
9°, primer párrafo, LCT, no podemos sostener de ninguna manera que con respecto a la
remuneración se apliquen ambas esferas, la pública y la privada. Nos explicamos, al actor
se le abonan ítem propios de su equiparación a la enseñanza oficial, tales como la
pertenencia a la docencia y no al cargo en la institución, adicional remunerativo estado
docente, no puede pretender entonces que se le apliquen también los aumentos fijados en
la parte privada, por cuanto ello va en desmedro de la teoría a que estamos haciendo
referencia” (C. Trab. Córdoba, sala II’, Unipersonal Dra. Bonetto de Rizzi, 19/5/2005, in re
“Lambert Femando H. y. Fundación Dr. Antonio Nores y otro - demanda”.
De igual modo se ha expresado: “En cuanto al reclamo del pago del adicional de $ 100
fijado por decreto 1273/2002, la exclusión de los docentes privados a los alcances de la

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norma surge claramente establecido en su artículo 1°, ya que el mismo comprende a los
trabajadores del sector privado que se encuentren comprendidos en los convenios
colectivos de trabajo. Lo que no comprende el caso de autos en el que no existe Convenio
colectivo para este tipo de personal, sumado ello a su equiparación con los docentes del
sector público, ello por aplicación de los arts. 1° y 2° del citado decreto (12 73/2002). No
resultando al efecto obligatorio el otorgamiento ni goce de este beneficio (...) para los
docentes de planta funcional del ramo educación privada, en concordancia con lo
dispuesto expresamente por resolución 1884/2002 (CGEP)” (C. Trab. Tucumán,
28/7/2004, in re “Rollan de Mibelli, Susana Fátima v. Colegio Nuestra Señora del Huerto
s/cobros”).

Régimen Especial de Asignaciones Familiares


Aplicación en la Provincia de Misiones. Con relación a las asignaciones familiares, es
importante recordar que las obligaciones propias de los institutos incorporados, respecto
de su personal, son de plena aplicación a partir de que el establecimiento solicita su
incorporación, porque no resultara admisible en derecho que un establecimiento se vea
eximido de mantener en orden a sus dependientes un trato idéntico que el que dispensa
cualquier empleador docente privado ya reconocido, ya que lo contrario vulneraría no
sólo la ley, sino también el principio de coherencia con los actos propios.
Asimismo es dable tener presente que si bien con antelación al dictado de la Ley 24.049, de
Transferencia de los Servicios Educativos Nacionales, coexistían establecimientos
educativos privados bajo la órbita nacional – supervisados mediante la Superintendencia
Nacional de Enseñanza Privada (SNEP)-, y otros de idéntica naturaleza bajo las
respectivas órbitas provinciales, a partir del dictado de la precitada Ley 24.049, que
autorizó al Poder Ejecutivo Nacional a transferir, a partir del primero de enero de 1992, a
las provincias y a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, (hoy Ciudad de Bs. As.)
las facultades y funciones sobre los establecimientos públicos y privados reconocidos que
tenía el Ministerio Nacional del ramo, no quedaron establecimientos educativos, públicos
ni privados, en manos directas del estado nacional.
En tal sentido el Consejo Federal de Cultura y Educación, en su Acuerdo Marco sobre
Educación Pública de Gestión Privada, indica que “las autoridades competentes de las
provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la atribución de autorizar y
supervisar los establecimientos de gestión privada en su jurisdicción (artículos 36 y 59,
inciso c) de la Ley 24.195). Las facultades y funciones sobre los establecimientos educativos
de gestión privada transferidos por el gobierno nacional a las autoridades de las
provincias y de las Ciudad Autónoma de Buenos Aires a través de la ley 24.049 (artículo 1)
y la aplicación de los criterios de federalización y descentralización para el gobierno y la
administración del sistema educativo nacional (artículo 51 de la ley 24.195) determinan la

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competencia de las autoridades jurisdiccionales para la reglamentación y supervisión
del ejercicio del derecho a enseñar (artículo 59, inciso c) de la ley, ley 24.195) y de los
derechos y las obligaciones de los agentes prestadores del servicio de enseñanza
pública de gestión privada (artículo 36, ley 24.195)” (Res. 119/1999, XL Asamblea
Extraordinaria del Consejo Federal de Cultura y Educación, Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación).
Es decir que el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (S.P.E.P.M.) tiene a
su cargo la supervisión de los institutos públicos de gestión privada, debiendo enfatizarse
que la educación privada forma parte del sistema provincial de educación. En definitiva,
en la actualidad son los organismos que en cada jurisdicción provincial y de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, que las normas locales han creado para el contralor de la
actividad de los establecimientos privados adscriptos o incorporados, los que tienen las
facultades de regulación, control y sanción, respecto de tales institutos.
En lo relativo a la determinación de los haberes del personal docente –que se encuentran
equiparados a los del sector público de cada jurisdicción-, es hoy resorte propio y
exclusivo de los Estados locales. En el caso de Misiones, la Ley 2987 y sus decretos
reglamentarios establecen que el personal será designado por el propietario de acuerdo a
la Planta Funcional Aprobada (artículo 46º), la que deberá ser igual a la de los
establecimientos estatales cuando sean del mismo tipo y categoría y gocen de aporte
estatal (artículo 47º) y tendrá relación de dependencia exclusiva con el propietario
(artículo 51º). También fija que los haberes serán equiparados a los del sector estatal, no
siendo el Estado responsable del pago de las indemnizaciones laborales previstas en la
Ley de Contrato de Trabajo y en la Ley de Accidentes de Trabajo(artículos 48º y 51º). Un
caso jurisprudencial que remarca esta relación se presentó en Misiones, cuando la Cámara
de Apelaciones en lo Laboral, en autos caratulado “Expediente 968/2008, Ramos, Elsa
c/Margarita Gadea de Suarez Luco y otros s/Laboral” dice que la “ley 2987 que preceptúa
que la ley nacional 13047 también resulta de aplicación al caso”.
También en dicha normativa se garantiza el envío mensual de los aportes destinados al
pago de haberes y cargas Previsionales y Sociales del personal que integra la Planta
Funcional Aprobada, como así también del personal suplente, en las mismas fechas en que
se remitan al personal docente estatal, de acuerdo con las normas de anticipos y
rendiciones de cuentas que determine el S.P.E.P.M., no pudiendo considerarse ese aporte
como pago de sueldos a los docentes ni dándole derecho alguno a éstos contra el Estado
Provincial (artículo 52º).
Por otra parte dicha ley incorpora al personal docente de los Establecimientos
dependientes del SPEPM al régimen previsional que ampara a los docentes estatales y
los autoriza a gozar de la Obra Social del Instituto de Previsión Social de la Provincia
(artículo 70º).

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Referido específicamente a las asignaciones familiares, el artículo primero de la ley
provincial 2107 establece la adhesión a la ley nacional 18.017, es decir, mantiene las pautas
fijadas por este norma pese a que la misma fue derogada por la ley 24.714 que instituyó un
nuevo régimen. Al respecto es importante tener presente que al adherir a las pautas
mencionadas, la ley provincial hace suyo el texto que pasa a estar incorporado a la misma,
razón por la cual para apartarse de sus indicaciones debería hacerse a través de una nueva
ley que modifique la anterior.
Siguiendo con este tema es importante recordar la opinión doctrinaria de Roubier, quien
señala que la mencionada función aplicativa en el tiempo posterior a la derogatoria de
una ley tiene su fundamento en la jurisprudencia vigente que indica que el efecto diferido
es, en general, el que prolonga la aplicación de la ley en el porvenir, más allá de su
derogación. La supervivencia de la ley no necesita de un texto formal para admitir,
supuesto que haya una razón jurídica suficiente como es el caso de la existencia de la ley
provincial 2107. Sintetizando, en este caso la ultra actividad opera por disposición expresa
de la norma provincial en el marco de sus facultades Constitucionales, por cuya razón en
todo el sistema educativo provincial deberán aplicarse las pautas salariales y previsionales
fijadas por la Jurisdicción Provincial, sean los institutos subvencionados o no
subvencionados porque, como se explicara, no pueden hacerse este tipo de diferencias.
Por todo lo expuesto se desprende que todos los institutos deben incluir a todo su plantel
docente en el marco regulado por la Provincia, ya que la titularidad en cabeza del Estado
aparece claramente en todo el plexo normativo que regula esta actividad, es decir, lo que
está en manos privadas es sólo la “gestión” del servicio (la titularidad permanece en
manos estatales), ya que la incorporación significa que la jurisdicción - en cuanto
responsable de la educación pública - se reserva la potestad de reglamentar el ejercicio de
los derechos y obligaciones de los agente de gestión.
Teniendo en consideración las pautas antes expuestas, los Institutos deben incluir a todo
su personal docente dentro del régimen salarial y previsional (la obra social es opcional)
fijado por la Provincia de Misiones para el personal docente, sea la gestión pública o
privada.
En síntesis, las organizaciones educativas de gestión privada deben proceder de la
siguiente manera:
1°) Los docentes deben cobrar las asignaciones familiares en un solo instituto siguiendo las
pautas fijadas por la Provincia de Misiones, ya que no corresponde aplicar las normas
nacionales establecidas para la ANSES, se encuentre el cargo subvencionado o no
subvencionado.
2°) Todos los cargos docentes del establecimiento deberán liquidarse de acuerdo a las
pautas salariales y previsionales fijadas por las normas de la Provincia de Misiones (la
obra social es optativa, pudiendo adherir a la provincial), no pudiendo ningún cargo

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docente estar bajo las normas de la ANSES, sean los cargos subvencionados o no
subvencionados.

ASIGNACIONES FAMILIARES
El decreto provincial Nº 1466 del 12 de octubre de 2010 estableció un nuevo régimen de
Asignaciones Familiares para empleados públicos provinciales, incorporando
expresamente al personal del escalafón docente de la Provincia de Misiones, en todos sus
niveles.
Prestaciones. Se establecen en dicha norma las siguientes prestaciones para los empleados
activos:
a) Asignaciones por hijo.
b) Asignaciones por hijo con capacidades diferentes.
c) Asignación prenatal.
d) Asignación por ayuda escolar anual para los niveles de educación inicial, primaria,
secundaria y polimodal.
e) Asignación por ayuda escolar para hijos con capacidades diferentes.
f) Asignación por maternidad.
g) Asignación por nacimiento.
h) Asignación por adopción.
i) Asignación por matrimonio.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

ART. 2º LEY N° 18.017: La asignación por matrimonio consistirá en el pago de la cantidad


de $ 30.000, que se hará efectivo en el mes en que se acredite dicho acto ante el empleador. Para el
goce de este beneficio, se requerirá una antigüedad mínima y continuada en el empleo de 6 meses.
Esta asignación será abonada a los dos cónyuges, cuando ambos se encuentren comprendidos en las
disposiciones del art.1 de esta ley.
POR DECRETO PROVINCIAL N° 2.214/04 : ASIGNACION POR MATRIMONIO $ 450

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ART. 2 BIS agrega art. 2° LEY N° 20.590 : La asignación prenatal consistirá en el pago de
una suma equivalente a la asignación por hijo a partir del día en que se declarase el estado de
embarazo y por un lapso de nueve meses que preceden a la fecha calculada del parto. Esta
circunstancia debe ser declarada al tercer mes y previa realización del examen médico pertinente o
mediante certificado médico donde se exprese que la beneficiaria se halla embarazada. Para el goce
de este beneficio se requerirá una antigüedad mínima y continuada en el empleo de tres meses, y no
estará sujeta al cumplimiento de las jornadas de trabajo exigibles para las asignaciones indicadas en
los arts.5,6,7,8 bis,8ter y 9.
Esta asignación será abonada mensualmente por el principal a toda mujer embarazada que trabaje
bajo su dependencia y a todo trabajador dependiente cuya esposa esté embarazada y declare bajo
juramento que su cónyuge no percibe dicho beneficio por sí misma. Dicha asignación será abonada
aun cuando el trabajador no se hubiere hecho acreedor a la percepción de salario durante el mes.
POR DECRETO PROVINCIAL N° 2.214/04: ASIGNACION PRENATAL $ 30
ART. 3° LEY N° 18.017: La asignación por maternidad consistirá en el pago de una suma
igual al sueldo o salario durante el período en que la mujer goce de licencia legal en el empleo con
motivo del parto. Se considerará sueldo o salario la suma que la beneficiaria hubiera debido percibir
durante ese lapso. Para el goce de este beneficio, se requerirá una antigüedad mínima continuada en
el empleo de 10 meses.(ver artículo 20 Ley N° 18.017).
ART. 4°: La asignación por nacimiento de hijos consistirá en el pago de la cantidad de $
20.000, que se hará efectivo en el mes en que se acredite tal hecho ante el empleador. Para el goce de
este beneficio, se requerirá una antigüedad mínima y continuada en el empleo de 6 meses. Esta
asignación será abonada a un solo cónyuge.
POR DECRETO PROVINCIAL N° 2.214/04: ASIGNACION POR NACIMIENTO $ 300
ART. 5° La asignación por CÓNYUGE se abonará:
a) AL trabajador, por esposa legítima a su cargo, residente en el país, aunque ésta trabaje en
relación de dependencia.
b) AL personal femenino, por esposo legítimo a su cargo, residente en el país, inválido en forma
total.
El monto mensual de esta asignación será de $ 2.700 para los trabajadores no agropecuarios, y de $
2.400 para los trabajadores agropecuarios.
POR DECRETO PROVINCIAL N° 2.214/04 : ASIGNACION POR CONYUGE $ 22,50
ART. 6º: La asignación por hijo se abonará al trabajador por cada hijo menor de 15 años o
incapacitado, que se encuentre a su cargo. El pago de la asignación se extenderá al trabajador cuyo
hijo o hijos a cargo, mayores de 15 años y menores de 18 años, concurran regularmente a
establecimientos donde se imparta enseñanza. El monto mensual de esta asignación por hijo será de
$ 3.200 para los trabajadores no agropecuarios, y de $ 2.700 para los trabajadores agropecuarios.

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ART. 1º DECRETO N° 367/89: A partir del 1º de abril de 1.989 el monto mensual de la
asignación por hijo prevista en la Ley Nº18.017 se incrementará en un importe equivalente al de la
asignación por escolaridad primaria que también contempla la citada ley, cuando además de
encontrarse reunidos los requisitos que hacen a la procedencia de la primera de dichas asignaciones,
concurran los siguiente:
a) Que el hijo sea menor de cuatro (4) años de edad, y
b) que ambos padres trabajen, pudiendo hacerlo en forma autónoma el progenitor que no perciba la
asignación por hijo.
ART. 2º: NO será necesario el requisito exigido en el inciso b) del artículo anterior en los casos de
viudos o viudas o madres solteras con derechos a la percepción de la asignación por hijo.
ART. 23° LEY 762: EXTIENDESE a partir del 1° de enero de 1.977 hasta los 21 años de edad de
los hijos a cargo que generen derecho a cobro de la asignación por hijo, cuando este concurra
regularmente a establecimientos donde se imparte enseñanza (aclaración: se paga hasta los 18 años
pero si estudia se abona hasta los 21 años)-
POR DECRETO PROVINCIAL N° 2.214/04 : ASIGNACION POR HIJO $ 30
ART. 3° DECRETO NACIONAL 285/93: EL monto de la asignación por hijo se cuadruplicará
cuando éste fuera incapacitado o discapacitado.
POR DECRETO NACIONAL 285/93 ART. 3° HIJO INCAPACITADO $ 160
LEY N° 22.431 ART. 2°: A los efectos de esta Ley se considera discapacitada a toda persona que
padezca una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental que en relación a su
edad y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar, social,
educacional o laboral.
ART. 3°: LA Secretaría de Estado de Salud Pública certificará en cada caso la existencia de la
discapacidad, su naturaleza y su grado así como las posibilidades de rehabilitación del afectado.
Dicha Secretaría de Estado indicará también, teniendo en cuenta la personalidad y los antecedentes
del afectado, que tipo de actividad laboral o profesional puede desempeñar. El certificado que se
expida acreditará plenamente la discapacidad en todos los puestos en que sea necesario invocarla,
salvo lo dispuesto en el art. 19° de la presente Ley (jubilaciones y pensiones).
ART. 7º LEY N° 18.017: La asignación por familia numerosa se abonará al trabajador
que tenga por lo menos tres hijos a cargo, menores de 21 años o incapacitados. Dicha asignación se
abonará por cada hijo a partir del tercero, inclusive, por el cual perciba la asignación por hijo,
aunque por alguno de los primeros, en las condiciones del párrafo anterior, no corresponda percibir
esta última asignación. El monto mensual de esta asignación será de $ 1.300 para los trabajadores
no agropecuarios, y de $ 800 para los trabajadores agropecuarios.
POR DECRETO PROVINCIAL 2.214/04 ASIGNACION POR FAMILIA NUMEROSA $
4,50

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LEY N° 23.252 ASIGNACION POR FAMILIA NUMEROSA, DERECHO A PERCIBIR
POR EL EMBARAZO DEL TERCER HIJO. $ 4,50 (en el S.I.A.P. prenatal familia
numerosa).
ART. 1° : EL estado de embarazo correspondiente al tercer hijo genera el derecho al pago de la
asignación por familia numerosa, prevista en el art. 7 de la Ley 18.017.
A partir del momento en que se genere el derecho al cobro de la misma, esta asignación se
adicionará a la prenatal contemplada en el art. 3ro. de la Ley citada en el párrafo anterior.
ART. 8º LEY N° 18.017: La asignación por escolaridad primaria se abonará al trabajador
cuyo hijo o hijos concurran regularmente a establecimientos donde se imparta enseñanza primaria.
El monto mensual de esta asignación será de $ 1.000 para los trabajadores no agropecuarios, y de $
700 para los trabajadores agropecuarios
POR DECRETO PROVINCIAL N° 150/05 ASIGNACION POR ESCOLARIDAD
PRIMARIA $ 4,50
ART. 8º BIS agrega art. 2° LEY N° 19.523: La asignación de ayuda escolar primaria
consistirá en el pago anual de la suma de $ 60, que se hará efectivo en el mes de marzo de cada año
o en el que comience el ciclo lectivo. Esta asignación sólo se abonará al trabajador que de acuerdo
con las normas vigentes tenga derecho a percibir asignación por escolaridad primaria y se abonará
en las condiciones establecidas en el art. 12.
POR DECRETO NACIONAL 285/93 ART. 2° ASIGNACION POR AYUDA ESCOLAR
PRIMARIA $ 130. (curso escolar obligatorio).
ART. 14° BIS agrega ART. 16° LEY Nº 22.431 : EL monto de las asignaciones por escolaridad
primaria, media y superior, y de ayuda escolar, se duplicará cuando el hijo a cargo del trabajador, de
cualquier edad, fuere discapacitado y concurriese a establecimiento oficial, o privado controlado por
autoridad competente, donde se imparta educación común o especial.
A efectos de esta Ley, la concurrencia regular del hijo discapacitado a cargo del trabajador, a
establecimiento oficial, o privado controlado por autoridad competente, en el que se presten servicios
de rehabilitación exclusivamente, será considerada como concurrencia regular a establecimiento en
que se imparta enseñanza primaria.
ART. 6° BIS agrega LEY N° 20.262: ...La asignación por escolaridad primaria prevista en el
art.8 se abonará al trabajador cuyo hijo, cualquiera sea su edad, concurra a establecimiento oficial o
privado donde se imparta educación diferencial.
ART. 8º TER. Agrega art. 2° LEY 19.599: La asignación anual complementaria de
vacaciones consistirá en la duplicación de los montos que el trabajador tuviere derecho a percibir
durante el mes de enero de cada año en concepto de las asignaciones previstas por la presente ley,
con excepción de las por matrimonio, maternidad, nacimiento de hijos, adopción y ayuda escolar
primaria.

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ART. 9º LEY N° 18.017: La asignación por escolaridad media y superior se abonará al
trabajador cuyo hijo o hijos concurran regularmente a establecimientos donde se imparta enseñanza
media y superior. El monto mensual de esta asignación será de $ 2.000 para los trabajadores no
agropecuarios y de $ 1.500 para los trabajadores agropecuarios.
POR DECRETO PROVINCIAL 2.488/93 ASIGNACION POR ESC. MEDIA Y SUPERIOR
$ 6,75
ART.1° DECRETO NACIONAL 1.276/96: LOS estudios cursados en establecimientos
educativos de gestión estatal y de gestión privada reconocidos, dependientes de las distintas
jurisdicciones provinciales y de LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, y los títulos por ellos
expedidos, tendrán validez nacional conforme al régimen que se instituye por el presente decreto y
será otorgada por el MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACIÓN.
ART.2°: LA validez nacional de los estudios y títulos a la que se refiere el artículo anterior tendrá
vigencia previa legalización de los mismos por la autoridad competente de cada jurisdicción, la que
deberá certificar:
a) La escolaridad cumplida, la que deberá conformarse a la estructura de niveles y ciclos del
SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL, que incluye la Educación Inicial, la Educación
General Básica, en TRES (3) ciclos entendidos cada uno de ellos como una unidad pedagógica
integral e Indivisible, la Educación Polimodal y los trayectos técnicos- profesionales.
b) La aplicación durante los estudios realizados, de los contenidos básicos comunes para la
Educación Inicial y para la Educación General Básica y de los contenidos básicos comunes, los
contenidos básicos orientados y los trayectos técnico- profesionales de la Educación Polimodal.
ART.3°: LAS equivalencias de estudios y las certificaciones originadas en la coexistencia de la
estructura del sistema educativo vigente hasta la sanción de la Ley Federal de Educación y la
aprobada por la Ley N°24.195 será la siguiente:
ESTRUCTURA LEY N° 24.195 ESTRUCTURA ANTERIOR
1° año EGB1 1° grado primario
2° año EGB1 2° grado primario
3° año EGB 1 3° grado primario
4° año EGB2 4° grado primario
5° año EGB 2 5° grado primario
6° año EGB2 6° grado primario
7° año EGB3 7° grado primario
8° año EGB 3 1° año secundario
9° año EGB 3 2° año secundario

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1° año POLIMODAL 3° año secundario
2° año POLIMODAL 4° año secundario
3° año POLIMODAL 5° año secundario
ART.4°: LA validez nacional de los estudios y títulos docentes tendrán vigencia, previa
legalización de los mismos por la autoridad competente de cada jurisdicción y por las universidades
en los casos que correspondan, la que deberán certificar:
a) El cumplimiento de los planes de estudio organizados a partir de los Contenidos Básicos
comunes para la Formación Docente para el Nivel Inicial, para la Educación General Básica
para el ciclo Polimodal, aprobados por el CONSEJO FEDERAL DE CULTURA Y
EDUCACIÓN.
b) El cumplimiento por parte de las Instituciones de Formación Docente, de los criterios de calidad
establecidos por el CONSEJO FEDERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN y por el
CONSEJO DE UNIVERSIDADES.
ART.5°: LA validez nacional de los estudios y títulos docentes expedidos por Instituciones
Universitarias, se ajustará a lo establecido en el artículo 43 de la Ley N° 24.521.La acreditación de
las carreras respectivas, a la que se refiere el inciso b) de dicho artículo tendrá en cuenta los criterios
de calidad aprobados por el CONSEJO DE UNIVERSIDADES y el CONSEJO FEDERAL DE
CULTURA Y EDUCACIÓN.
ART.6°: LOS títulos que no hubieran obtenido la correspondiente validez nacional de conformidad
con lo previsto en el presente decreto, no tendrán reconocimiento oficial y carecerán en consecuencia
de los efectos jurídicos y académicos que la legislación acuerda a los títulos oficiales.
ART.7°: LOS establecimientos escolares y las instituciones no universitarias de formación
docente de carácter estatal que se creen y los de carácter privado que se reconozcan por distintas
jurisdicciones locales, deberán ajustar su organización a la estructura aprobada por la Ley N°
24.195 y sus normas derivadas, a partir del 1° de enero de 1.997.
ART.8° SUSTITUIDO POR ARTICULO 1° DECRETO N°3/00: SUSTITUYESE el artículo
8° del Decreto N° 1.276 del 7 de Noviembre de 1996, por el siguiente ARTTICULO 8°: Los
estudios que se cursen en establecimientos dependientes de las jurisdicciones de acuerdo con diseños
curriculares o planes de estudios que no se ajusten a la estructura del Sistema Educativo Nacional,
aprobado por la Ley N° 24.195, el presente decreto y las normas derivadas de ellos, no tendrán
validez nacional a partir del 1 de enero de 2.002.
ART.9° SUSTITUIDO POR ART.2° DEL DECRETO N° 3/00: SUSTITUYESE el artículo del
Decreto N° 1.276/96, por el siguiente: ART.9° Hasta el 1 de enero del año 2.003 el MINISTERIO
DE EDUCACION podrá otorgar validez nacional a estudios y títulos que se ajusten parcialmente a
lo establecido por el inciso a) del artículo 2° del presente decreto.

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ART. 9 BIS agrega art. 2° LEY N° 23.185: La asignación por pre-escolaridad se abonará al
trabajador cuyo hijo o hijos concurran regularmente a, establecimientos donde se imparta
enseñanza pre-escolar. El monto mensual de esta asignación será similar al establecido para la
asignación por escolaridad primaria.
POR DECRETO PROVINCIAL 2.488/93 ASIGNACION POR PRE-ESCOLARIDAD $
4,50
LEY N° 18.017 ART.10°: Las asignaciones por escolaridad sólo se abonarán cuando
corresponda el pago de la asignación por hijo.
ART. 10° BIS agrega art. 2° LEY N° 19.217: La asignación por adopción consistirá en el
pago de la cantidad de $ 300, que se hará efectivo en el mes en que se acredite dicho acto ante el
empleador. Para el goce de este beneficio se requerirá una antigüedad mínima y continuada en el
empleo de 6 meses. Esta asignación será abonada a uno solo de los adoptantes.
POR DECRETO PROVINCIAL 2.488/93 ASIGNACION POR ADOPCION $ 1.800
ART. 11° LEY N° 18.017: PARA percibir las asignaciones enumeradas en los arts.5 a 9, será
necesario asimismo cumplir los restantes requisitos previstos en las disposiciones legales orgánicas
de cada uno de las cajas mencionadas en el art.1, en cuanto no contradigan lo dispuesto en la
presente ley.
ART. 11° BIS agrega art. 3° LEY N° 19.217: A los fines de las asignaciones por hijo, por
Familia numerosa y por escolaridad, también se considerarán hijos los menores cuya guarda,
tenencia o tutela haya sido acordada al trabajador por autoridad judicial o administrativa
competente. En tales supuestos los padres no tendrán por dichos hijos derecho al cobro de esas
asignaciones.
ART. 12° LEY N° 18.017: Las asignaciones por cónyuge, por hijo, por familia
numerosa y por escolaridad se abonarán a uno solo de los cónyuges y estarán sujetas a los
reajustes que correspondan de acuerdo a los coeficientes zonales que se determinan en planilla
anexa. Con excepción de la asignación por maternidad, todas las restantes previstas en la presente
ley no podrán percibirse simultáneamente en más de un empleo, debiendo abonarse en la actividad
donde fuere mayor la antigüedad.
ART. 13°: EL poder ejecutivo establecerá las condiciones, así como el mínimo de trabajo
efectivo, que deben realizar dichos trabajadores, para hacerse acreedores a los beneficios
contemplados en los arts.5 a 9 de la presente ley. Hasta tanto ello ocurra, seguirán aplicándose las
disposiciones vigentes
ART. 14° LEY 18.017: EN lo que respecta a las actividades comprendidas en el ámbito de las
cajas de subsidios familiares para empleados de comercio y para el personal de la industria, y de la
caja de asignaciones familiares para el personal de empresas estatales, el pago de las asignaciones
establecidas en el art.1 estará a cargo del empleador, debiendo las cajas mencionadas efectuar los

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reintegros respectivos, en los casos que correspondiere. Para obtener dichos reintegros será
condición que los beneficiarios se encuentren afiliados al régimen jubilatorio que corresponda.
ART. 14° BIS agrega LEY Nº 22.431: EL monto de las asignaciones por escolaridad primaria,
media y superior, y de ayuda escolar, se duplicará cuando el hijo a cargo del trabajador, de cualquier
edad, fuere discapacitado y concurriese a establecimiento oficial, o privado controlado por autoridad
competente, donde se imparta educación común o especial.
A efectos de esta Ley, la concurrencia regular del hijo discapacitado a cargo del trabajador, a
establecimiento oficial, o privado controlado por autoridad competente, en el que se presten servicios
de rehabilitación exclusivamente, será considerada como concurrencia regular a establecimiento en
que se imparta enseñanza primaria.
ART. 15° LEY N° 18.017: LAS convenciones colectivas de trabajo no podrán estipular en el
futuro ningún beneficio que reconozca como causa el matrimonio, la maternidad, el nacimiento o
tenencia de hijos, la paternidad o la escolaridad. Las cláusulas que violen esta disposición serán
nulas y sin efecto alguno.
ART. 16°: LAS asignaciones establecidas en esta ley absorben las sumas que debe abonar el
empleador de acuerdo a las disposiciones legales vigentes o a las convenciones colectivas de trabajo.
En los casos que éstas estipulen beneficios por montos superiores a los previstos en la presente ley,
los mismos permanecerán congelados y el empleador tomará a su cargo la diferencia, sin derecho a
reintegro o compensación por parte de las cajas respectivas. Las prestaciones de la naturaleza de las
contempladas en la presente ley cuyas condiciones, modalidades y beneficios titulares no se
ajustaren a las previsiones por la misma se mantendrán congeladas y caducarán el 30 de junio de
1.969.Hasta dicha fecha continuarán a cargo exclusivo del empleador.
ART. 19°: LAS provincias deberán adecuar gradualmente sus respectivas legislaciones a las
normas, tipos de beneficios y montos fijados en la presente ley, de acuerdo a sus posibilidades
económico- financieras.
ART.13° DECRETO 683/89 : (Reglam. Ley 2.532, Art. 1°, Punto I, Inc.b) 3- Modif.Art.62,
Ley 1.556).Por maternidad se concederá licencia con goce íntegro de haberes por el término de
cuarenta y cinco (45) días anterior y noventa (90) días posterior al mismo.-
ART.14° : LA interesada podrá optar porque se le reduzca la licencia anterior al parto, en tal
caso no podrá ser inferior a treinta (30) días, el resto se acumulará al período de licencia posterior al
mismo.-
ART.15°: EN el caso de nacimiento pre-término se acumulará al descanso posterior todo el
lapso de licencia que no se hubiere realizado antes del parto, de modo de completar los 135 días.-
ART.16°: LA iniciación de la licencia por maternidad limitará automáticamente el usufructo de
cualquier otro tipo de licencia que se esté gozando, con excepción de la licencia ordinaria, la que

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podrá utilizar los días restantes, a partir de los treinta días corridos del reintegro a sus tareas
habituales.-
ART.17°:: EN caso de nacimiento múltiple, la licencia por maternidad será de ciento cincuenta
(150) días corridos, ampliándose el período post-parto.-
ART. 21° LEY 18.017: EL poder ejecutivo queda facultado para establecer y modificar los
requisitos necesarios para el goce de las asignaciones previstas en esta ley. Podrá asimismo
modificar el aporte y el tope fijados, y el monto de las prestaciones que se acuerdan.
ART. 22°: FACULTASE al poder ejecutivo a modificar los coeficientes zonales fijados en
planilla anexa, de acuerdo al desarrollo, índices de costo de vida y situación económico- social de las
distintas zonas.
ART. 26°: LAS sumas que se abonen en virtud de las asignaciones previstas en esta ley no se
considerarán integrantes del salario, y en consecuencia, no están sujetas a aportes ni descuentos
jubilatorios o del impuesto a los réditos, no serán tenidas en cuenta para la liquidación del sueldo
anual complementario, ni para el pago de indemnizaciones por despido o accidentes y son
inembargables.
ART. 29°: EN cuanto no resulten modificadas por la presente, y sin perjuicio de las facultades
concedidas al poder ejecutivo en esta ley, quedan subsistentes los regímenes orgánicos de las cajas
de subsidios familiares para empleados de comercio, para el personal de la industria, y de
asignaciones familiares para el personal de la estiba.
ART. 30°: DEROGASE la ley 11.933 (1.920-1.940,544), con excepción de lo establecido en
dicho párrafo del art. 2.Las prestaciones establecidas en dicho párrafo, quedan incluidas en la
asignación fijada en el art.3 de la presente.
ASIGNACIONES FAMILIARES DECRETO Nº 2.214/04 DE MISIONES
ART.1º: FIJANSE a partir de las fechas y en los montos que se detallan en planilla anexa las
Asignaciones Familiares, para el ámbito de la Administración Pública Provincial.
PLANILLA ANEXA AL ARTICULO 1º DEL DECRETO Nº 2.214/04

CONCEPTOS 01/11/1993 01/12/1993 01/01/2005


Asignación por Cónyuge 13,25 15,00 22.50
Asignación por Hijo 17,25 20,00 30,00
Asignación por Pre-Escolaridad y Escuela 2,75 3,00 4,50
Primaria
Asignación por Escolaridad Media y Superior 4,00 4,50 6,75
Asignación por Familia Numerosa 2,75 3,00 4,50

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Asignación Por Pre-Natal 17,25 20,00 30,00
Asignación por Matrimonio 255,00 300 450,00
Asignación por Adopción 920,00 1.200,00 1.800,00
Asignación por Nacimiento 170,00 200,00 300,00
Asignación Art. 5° Ley 2.333* 4,00 4,50 6,75
Asignación Art. 1° Ley 2.172** 15.50 18,00 27,00

(*) LEY N° 2.333 ART. 5°: ESTABLECESE a partir del primero de julio de 1.986, una
bonificación especial a favor de los agentes de la Administración Pública Provincial que tengan a su
cargo hijos menores de 21 años cursando estudios pre-primarios, primarios o secundarios como
regulares, en los establecimientos oficiales o privados reconocidos. Dicha bonificación será de
Australes 6,10 por cada hijo que se encuentre en la situación señalada. Tendrán derecho a percibir
dicha bonificación, inclusive aquellos agentes que no perciban del erario provincial la
correspondiente asignación familiar por escolaridad pre-primaria, primaria o secundaría, en cuyo
caso deberán presentar a la Contaduría General en forma anual una constancia del establecimiento
educacional respectivo, que certifique la condición de alumno regular.
(**) LEY 2.172 ART. 1°: ESTABLECESE a partir del primero de agosto de 1.984 una
bonificación especial a favor de los agentes de la Administración Pública Provincial, que tengan a
su cargo hijos menores de 25 años, cursando estudios en Universidades Oficiales o Privadas
reconocidas por el Estado Nacional. Dicha Bonificación será de $ 1.000 por cada hijo en la situación
señalada precedentemente.
ART. 2°: PARA tener derecho a esta bonificación el agente deberá presentar semestralmente a
Contaduría General de la Provincia constancia de la universidad que certifique la condición de
alumno del hijo a cargo del agente.
ACLARACIÓN IMPORTANTE: La asignación por escolaridad (incluyendo ley 2333 y ley
2172) se abona el 100 % cuando el docente tenga 18 ó más horas de cátedra y, en el caso
que tenga menos de esa cantidad percibirá el 50 %.

Caja Complementaria.
Tomando como base las consultas formuladas por varios Representantes Legales de
Institutos de Enseñanza Pública de Gestión Privada, bajo la supervisión pedagógica y
administrativa del SPEPM, en relación con los alcances del Régimen Complementario para
Jubilados y Pensionados de la Actividad Docente, se realizan las siguientes aclaraciones.
Se tuvieron presente para analizar esta cuestión los aspectos que se detallan:

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1) La Cámara Nacional de Apelaciones de la Seguridad Social, Capital Federal
sala 01 en autos “Infante del Castaño, Juan Carlos c/Caja Complementaria para la
Actividad Docente s/seguridad social”; sentencia, 34433 del 24 de setiembre de 1992,
señaló que por ley 21.809 quedó facultada la transferencia de los docentes nacionales a
la jurisdicción provincial, en las condiciones allí establecidas, previéndose
expresamente en el artículo 7 la posibilidad de optar por continuar en la ex caja
Complementaria de jubilaciones y pensiones del personal docente, en cuyo caso el
gobierno provincial debería actuar como contribuyente y como agente de retención de
los aportes previsionales. Por su parte, el decreto 1.231/78 reglamentó el plazo para
ejecutar dicha opción, y la ley 22.804, por la que se instituyó el Régimen
Complementario de Jubilaciones y Pensiones para la Actividad Docente y no Docente
en jurisdicción del Ministerio de Educación y la Caja Complementaria de Previsión
(arts. 1 y 17), declaró obligatoriamente incluidos en ella a los docentes transferidos de
conformidad a las leyes 21.809, 21.810, 22.367 y 22.368, siempre que hubieran optado
por continuar en aquélla. De todo ello se desprende claramente la necesidad de que
concurra una manifestación expresa de voluntad, en sentido positivo, por parte del
personal transferido, para poder continuar en el régimen complementario. De lo
contrario, los agentes quedan incorporados ipso facto a los correspondientes regímenes
provinciales (cfr. arts. 5 y 7 ley 21.809).
2) Teniendo en consideración los términos de la Nº 22.804 y sus modificatorias, en la que
se establece en su artículo 1°, “con alcance nacional y con sujeción a las normas de la
presente ley, el régimen complementario para jubilados y pensionados de la actividad docente”.
De acuerdo con la normativa, se encuentran incorporados a ese régimen los docentes
comprendidos en el Estatuto del Docente (Ley 14.473, sus modificatorias y su
reglamentación), que presten servicios en todos los niveles, especialidades o
modalidades de la enseñanza oficial excepto las Universidades. Al respecto es
fundamental aclarar que el Estatuto del Docente establecido por ley 14473 y sus
modificatorias comprenden los deberes y derechos del personal docente que presta
servicios en organismos dependientes del Ministerio de Educación y Justicia, es decir,
no alcanza a aquellos docentes incorporados al régimen provincial.
3) El segundo punto de la norma mencionado fija que también están comprendidos en el
régimen de la caja complementaria “los docentes comprendidos en el citado estatuto
que presten servicios en establecimientos privados de enseñanza en todos sus niveles,
especialidades o modalidades, incorporados a la enseñanza oficial, excepto las
Universidades”. Es decir, nuevamente fija claramente que no están alcanzados los
docentes provinciales.
4) Asimismo se tuvo en consideración que el artículo 70° de la Ley Provincial Nº 2.987
(SPEPM) indica que “el personal docente de los establecimientos incorporados de
acuerdo a las prescripciones de la presente ley quedarán incorporados al régimen

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previsional que ampara a los docentes de los establecimientos de enseñanza pública de
gestión estatal…”
5) El tercer punto de la ley 22.804 fija que también están comprendidos “los docentes
transferidos (…) que hubieran optado por continuar en la Caja Complementaria de
Jubilaciones y Pensiones del Personal Docente, creada por convenio de
corresponsabilidad gremial de fecha 27 de mayo de 1975”. Es decir, solamente en el
caso que el docente privado transferido de la órbita nacional a la provincial
(incluyendo la Ley Nº 24.049) hubiera decidido expresamente continuar perteneciendo
a la caja complementaria de previsión, seguirá comprendido en ella, pero en el caso
que no exista dicha opción fehaciente, no continuará incorporado.
6) Finalmente la ley determina que “los docentes que se incorporen en virtud de los
convenios a que se refiere el artículo 32 de esta ley podrán aportar a la caja
complementaria”. Al respecto, dicho artículo 32° de la norma indica que “el Poder
Ejecutivo Nacional podrá autorizar a la Caja Complementaria a celebrar convenios con
organizaciones nacionales, provinciales, municipales y privadas para incorporar su
personal docente al presente régimen”, es decir, de acuerdo con la reglamentación de
ese artículo, se autoriza “a la Caja Complementaria a celebrar convenios con
organismos centralizados, descentralizados y autárquicos de la Administración Pública
Nacional, con las provincias y municipios y entidades privadas, a efectos de incorporar
a su personal docente en todos sus niveles, modalidades y especialidades al presente
régimen”. Esto implica que en el marco de los potenciales convenios que suscriba la
caja complementaria con Misiones (que aun no celebró ningún tipo de convenios con la
Caja Complementaria), los docentes podrían optar libremente, para incorporarse o no
al mencionado sistema, pero de ninguna manera puede ser una inclusión compulsiva.
Que de hecho en los colegios de Misiones hay varias realidades. Como sería el caso de
docente no transferidos, porque cubrieron vacantes de las antiguas Planta Funcionales o
directamente porque empezaron a ocupar cargos u horas cátedras nuevas o creados
posteriores a la transferencia- que convinieron o aceptaron ser incorporado a la Caja
Complementaria. Pero por otro lado, hay docente que no convinieron o no aceptaron,
motivo por el cual la patronal no hizo las retenciones de sus remuneraciones.
CONCLUSIÓN. Por todo lo antedicho se hace saber que cada instituto debe mantener
obligatoriamente incluido como incorporado a la Caja Complementaria a los docentes
Transferido por la Ley Nº 24.049 que hayan convenido o aceptado, cualquiera sea su
situación y las modificaciones que impliquen la continuidad de la carrera docente en la
provincia. Es decir, es necesaria que concurra una manifestación expresa de voluntad, en
sentido positivo, por parte del personal transferido, para poder continuar en el régimen
complementario. Además solamente corresponde incluir a aquellos docentes no
transferidos que hayan celebrados convenios o hayan aceptado voluntaria y expresamente

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ser incorporado al Régimen Complementario. Por otra parte, los Institutos están
obligados a suministrar a la Caja Complementaria solamente los informes en relación a los
docentes incorporados a la Caja Complementaria, es decir, de no existir en la institución
ningún docente incorporado expresamente a la Caja Complementaria, no se le deberá
suministrar ningún tipo de información y se deberá rechazar por improcedente cualquier
reclamo de pago. Todo esto, hasta tanto se cambie el Régimen por Ley o se Convenga a
nivel nacional y debidamente homologado, un alcance o una aplicación distinta, que
siempre tendrá efecto a partir de la nueva norma, nunca con efecto retroactivo.

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JORNADA LABORAL DEL PERSONAL DOCENTE PRIVADO

Definición de jornada laboral


El artículo 197, LCT, bajo el título “Concepto. Distribución del tiempo de trabajo.
Limitaciones”, dispone: “Se entiende por jornada de trabajo todo el tiempo durante el cual
el trabajador esté a disposición del empleador en tanto pueda disponer de su actividad en
beneficio propio”.
Es decir entonces que, por jornada laboral, debe entenderse aquel tiempo que el trabajador
destina a cumplir con la actividad para la cual se lo ha contratado, o bien, pone a
disposición de su empleador su fuerza de trabajo, existiendo por tanto una innegable
vinculación directa entre jornada de labor y salario, que es la contraprestación a cargo del
empleador por la labor cumplida o el tiempo puesto a su disposición.
En relación con la jornada de trabajo docente son esclarecedores los conceptos de la
recomendación OIT/UNESCO relativa a la situación del personal docente, de 1996, que a
este respecto recomienda:
“90. Al fijar las horas de trabajo del personal docente, deberían tomarse en cuenta todos
los factores que determinan el volumen de trabajo total de dicho personal, como:
“a) El número de alumnos de los cuales el educador ha de ocuparse durante la jornada y
durante la semana.
“b) La conveniencia de disponer del tiempo necesario para el planeamiento y la
preparación de las lecciones, así como para la corrección del trabajo de los alumnos.
“c) El número de clases diferentes que el educador ha de impartir cada día.
“d) El tiempo que se exige al personal docente para que participe en investigaciones en
actividades complementarias del programa escolar y para vigilar y aconsejar a los
alumnos.
“e) El tiempo que conviene conceder al personal docente para informar a los padres de los
alumnos sobre el trabajo de sus hijos y tener consultas con ellos.
“91. El personal docente debería disponer de tiempo suficiente para poder participar en
actividades destinadas a promover su procedimiento profesional durante el ejercicio del
cargo”.

La jornada laboral de los docentes de establecimientos de gestión privada


Cabe efectuar en este orden una primera precisión acerca de las diversas modalidades de
contratación del personal docente, esto es, por horas cátedra o por cargos docentes.

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En el primero de los casos se trata de una prestación laboral por módulos horarios en los
que se dictan las diversas asignaturas y que tienen una carga horaria, según la
reglamentación de cada jurisdicción de entre cuarenta (40) y cincuenta (50) minutos por
unidad.
Dichas horas cátedra se asignan por “bloques” que constituyen la unidad indivisible
menor y que varía según la materia.
Es decir que la designación del personal docente no es en una hora cátedra, sino que se
produce siempre en un conjunto infragmentable de dos o más horas cátedra, o sea, las que
integran el “módulo” o “bloque”, conforme el plan curricular (ver imagen siguiente del
Boletín 7 del SPEPM).

A su vez, tal designación en un bloque determinado, por caso en tres (3) horas cátedra,
implica que el docente deberá cumplir esa cantidad de prestaciones -horas cátedra- por
semana, llegando de tal modo a un total, en el ejemplo propuesto, de doce (12)
prestaciones al mes.
Estas horas cátedra serán cumplidas en los horarios, continuos o discontinuos, que
establezca el empleador, dentro del marco del régimen curricular.
En los supuestos de cargos docentes -concepto que abarca los cargos de base, directivos y
jerárquicos no directivos-, la prestación de la tarea es continuada, de lunes a viernes, y con
una extensión determinada por la reglamentación aplicable en cada jurisdicción educativa.
Efectuadas las consideraciones precedentes, cabe puntualizar que la normativa específica
sobre la materia -la ley 13.047- no contiene previsiones particulares sobre jornada laboral.
Sólo efectúa una mención tangencial al establecer en su artículo II que los docentes

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privados deben respetar el mismo régimen de incompatibilidades que los docentes
públicos, con lo cual se establece una cortapisa a la acumulación de cargos u horas cátedra,
lo que obviamente -tal como se desarrolla infra- tiene incidencia directa sobre la extensión
de la jornada laboral de este sector de trabajadores.
Sin embargo, más allá de tal aparente ausencia normativa, es claro que la jornada laboral
aplicable a los docentes de institutos privados es la misma que corresponde para el cargo u
horas cátedra de los docentes de gestión pública de la jurisdicción de que se trate.
Esto es así toda vez que si los docentes de gestión privada tienen derecho a idénticas
remuneraciones que las que perciben sus pares del ámbito público, por aplicación del
principio constitucional de igual remuneración por igual tarea, es evidente que la jornada
laboral exigible a los primeros debe también ser igual a la exigible a los segundos.
En cuanto a cuál es concretamente la jornada laboral que deben cumplir estos docentes de
institutos privados, es claro que a partir de la transferencia por parte del Estado nacional
de los servicios educativos a las órbitas provinciales, y de la transferencia a dichas
jurisdicciones de la potestad de contralor y regulación respecto de los colegios de gestión
privada, el régimen de jornada laboral aplicable será el que se prevé en la jurisdicción de
que se trate para el ámbito público.
Así las cosas, más allá de la diversidad de regímenes sobre jornada conforme lo antes
expuesto, es claro que resultan de aplicación los topes máximos que sobre jornada laboral
establece la ley específica de la materia -Ley 11.544-, de ocho (8) horas diarias o cuarenta y
ocho (48) semanales, en coincidencia con lo establecido por el convenio 30 OIT.
Vale señalar al respecto que la jornada laboral del personal docente tiene particularidades
que la diferencian de otras actividades remuneradas y que están dadas por la necesaria
labor que el docente debe realizar al margen de su tarea de impartir enseñanza,
consistente en la preparación de su clases, del material necesario para dicha tarea,
corrección de evaluaciones, etcétera.
Esta realidad ha sido reconocida por la UNESCO, al expresar que en la definición de la
jornada laboral docente, deben tomarse en consideración “todos los factores que determinan
el volumen de trabajo total de dicho personal” (UNESCO - OIT, “Recomendación relativa a la
situación del personal docente”, París, 5/1011966, parágrafo 90).
En tal sentido se ha expresado también: “Pese a que la duración de las lecciones es un
elemento importante para determinar el número total de horas trabajadas, otras cuestiones
igualmente importantes que deben examinarse son el número de lecciones, o de períodos
de enseñanza que se requieren, así como la combinación de materias que deberán
enseñarse por semana. Los factores de este tipo son precisamente los que a menudo se
descuidan cuando se evalúa la carga de trabajo del personal docente puesto que cada
lección suele exigir un tiempo adicional para su preparación y evaluación, además del

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tiempo consagrado directamente al aula o la enseñanza. En consecuencia, los educadores
que deben dictar muchas lecciones por semana, incluso si éstas son breves, tendrán una
carga de trabajo muy pesada si se la mide por el número total de horas trabajadas dentro y
fuera del aula, independientemente de las normas establecidas por la ley, por los
convenios colectivos, o de otra manera acerca de las horas de trabajo” (OIT “Reunión
Paritaria sobre las Condiciones de Trabajo del Personal Docente”, Ginebra, 1981, p. 58 y
ss.)
La dificultad para la definición de la jornada laboral docente, en razón de las
características antes enunciadas, hace que este contrato de trabajo conlleve un salario
inclusivo de la totalidad de las labores propias y necesarias para el desarrollo de la
actividad educativa, sin que pueda reclamarse un mayor haber en función de las horas
extra-áulicas que tal tarea hubiese conllevado.
Por eso se ha expresado que “la jornada de trabajo más que estar formada por partes pagadas y
partes no pagadas, como puede parecer; está pagada en su totalidad por un período en la escuela y
otro fuera de ella. Al recibir a fin de mes un salario constante, estos dos períodos están cubiertos del
mismo modo, porque la obligación de extender la jornada de trabajo pesa tanto como la puntualidad
o el respeto a los planes de estudio” (NAROD0WSKI, Mariano - NARODOWSKI, Patricio, La
crisis laboral docente, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988, p. 36).
Ahora bien, las características de la actividad docente en muchas ocasiones conllevan el
cumplimiento de otras tareas que pueden exceder los topes que marca la ya citada Ley de
Jornada de Trabajo —ley 11.544—, tales como campamentos, viajes educativos, etc., las
que, en caso de efectivamente superar dichos máximos legales, deberán ser abonadas
como horas extraordinarias.

Excepciones al régimen general de la LCT sobre jornada de trabajo


Siguiendo los lineamientos de calificada doctrina (Seco, Ricardo F., “Jornada...”, cit,, p.
247), cabe señalar que a la jornada laboral del personal docente de institutos privados, no
le son aplicables determinados principios generales que fija el Régimen de Contrato de
Trabajo, a saber: 1) No es aplicable el límite entre jornada y jornada (artículo 197 in fine,
LCT) que establece la necesidad de una pausa de doce (12) horas entre el cese de una
jornada y el comienzo de la otra. 2) No resulta de aplicación la posibilidad de reducción de
la jornada laboral en los términos del artículo 198, LCT; 3) La jornada laboral docente no es
susceptible de reducción por amamantamiento, “porque la naturaleza del sistema se lo
impide en el caso de los docentes de horas cátedra. Distinta podría ser la solución si se
desempeña en un cargo con hora reloj...”. A nuestro juicio, a los fines de que tal alternativa
de reducción pudiese configurarse, la carga horaria debería ser en esa jornada suficiente
como para justificar la reducción, como por caso dos cargos con horarios continuos. 4) No

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existe tampoco la reducción horaria por trabajo nocturno e insalubre, que prescribe el
artículo 200, LCT, dada la naturaleza propia de la diagramación del servicio público
educativo.

El derecho a la jornada y el derecho al horario


Una cuestión que corresponde precisar es la necesaria distinción que debe efectuarse entre
el “derecho a la jornada”, como derecho a una prestación que no puede superar
determinados límites horarios conforme lo visto, y el “derecho al horario”, como derecho a
conservar la prestación de la actividad docente en un horario determinado.
En tal sentido cabe recordar que el artículo 197, LCT, establece:
“La distribución de las horas de trabajo será facultad privativa del empleador y la
diagramación de los horarios, sea por el sistema de turnos fijos o bajo el sistema rotativo
del trabajo por equipos, no estará sujeta a la previa autorización administrativa, pero aquél
deberá hacerlos conocer mediante anuncios colocados en lugares visibles del
establecimiento para conocimiento público de los trabajadores”.
Es decir entonces que los docentes de establecimientos de gestión privada no poseen un
derecho a mantener determinado horario de prestación o turno en el que cumplen la labor,
sino que la asignación de éste es resorte del empleador, quien deberá ejercer tal facultad
con razonabilidad, aplicando el principio de buena fe (artículo 64, LCT) y en el marco de
las determinaciones propias del servicio educativo, que impide en cualquier caso la
utilización de dicha potestad con fines persecutorios o discriminatorios.
Tal actitud antijurídica se configuraría si el empleador pretendiese variar el horario de
labor de sus dependientes, superponiéndolos con otras tareas, previamente declaradas,
respecto de las cuales no exista incompatibilidad.
En este sentido no puede soslayarse el análisis del texto recientemente modificado del
artículo 66, LCT, que establece: “El empleador está facultado para introducir todos
aquellos cambios relativos a la forma y modalidades de la prestación del trabajo, en tanto
esos cambios no importen un ejercicio irrazonable de esa facultad, ni alteren modalidades
esenciales del contrato, ni causen perjuicio material ni moral al trabajador”.
La principal innovación introducida está inspirada en el sano principio del mantenimiento
de la relación de empleo, ya que sin dejar de lado la posibilidad de que el trabajador
pueda rescindir el vinculo laboral, le asiste la posibilidad de optar por la intervención del
poder público para que se pronuncie sobre la validez de la mutación, manteniéndose la
relación de empleo. En efecto, el artículo precitado continúa diciendo: “Cuando el
empleador disponga medidas vedadas por este artículo, al trabajador le asistirá la
posibilidad de optar por considerarse despedido sin causa o accionar persiguiendo el

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restablecimiento de las condiciones alteradas. En este último supuesto la acción se
sustanciará por el procedimiento sumarísimo, no pudiéndose innovar en las condiciones y
modalidades de trabajo, salvo que éstas sean generales para el establecimiento o sección,
hasta que recaiga sentencia definitiva”.
Reconocimiento de la antigüedad docente. Con relación al reconocimiento de la
antigüedad de los docentes, se deben aplicar las pautas establecidas tanto en la ley
provincial 4026 como en la ley nacional 13.473. En la primera de las mencionadas se
establece, en el artículo 57, que “se resguardan los derechos de los docentes del ámbito
estatal y privado”, entre otros a la “movilidad entre las distintas jurisdicciones, el
reconocimiento de los aportes y la antigüedad acumulada en cualquiera de ellas”.
Por otra parte la normativa nacional, en su artículo 41, indica que “se consideran
acumulables a los efectos de las bonificaciones por antigüedad todos los servicios no
simultáneos de carácter docente, conforme con la definición del artículo 1, debidamente
certificados, prestados en jurisdicción nacional, provincial o municipal, o en
establecimientos adscritos a la enseñanza oficial”. A efectos informativos se recuerda que
el mencionado artículo 1 expresa que “se considera docente, a los efectos de esta ley, quien
imparte, dirige, supervisa u orienta la educación general y la enseñanza sistematizada, así
como a quien colabora directamente en esas funciones, con sujeción a normas pedagógicas
y reglamentaciones del presente estatuto”.
Es decir, en vinculación a la antigüedad laboral docente se deben considerar los siguientes
aspectos:
1) Para el pago del adicional por antigüedad se reconocerán todos los servicios docentes
no simultáneos prestados en cualquier jurisdicción, sea la gestión privada o pública,
siempre que estén debidamente certificados. Sin embargo es dable tener presente que al
concretar la designación, el propietario o representante legal deberá consignar claramente
la fecha de ingreso a la institución (que será la base para dirimir una potencial
desvinculación con pago indemnizatorio) y la antigüedad docente acumulada al momento
del ingreso a la organización escolar (que será la base para el pago del adicional por
antigüedad).
2) Debe tenerse presente que cuando se trate de dos o más instituciones pertenecientes a
un mismo propietario (persona física o jurídica) la fecha de ingreso corresponde a la
incorporación a cualesquiera de dichas organizaciones (que será la base para el pago de la
posible indemnización), procediéndose de similar manera en el caso del reconocimiento
para abonar el adicional por antigüedad. Por ejemplo, si la entidad propietaria A es dueña
de los institutos A1, A2 y A3 y un docente ingresa a la entidad A1 y posteriormente pasa a
cumplir tareas en A2 y finalmente en A3, para el pago de la indemnización se deberá
computar todo el tiempo que el trabajador haya permanecido dentro de la organización de
la propietaria A, contándose obviamente los períodos no simultáneos. Sin embargo, para

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el pago de la antigüedad, deberán sumarse también los períodos que se desempeñó en
otras organizaciones escolares, sean estas de Misiones o de cualquier otro lugar de la
República (no del extranjero).

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INCOMPATIBLIDADES

Concepto. Fundamentos del instituto.


Este instituto constituye uno de aquellos que más palmariamente muestra el
entrecruzamiento normativo que se produce entre el marco regulatorio de la docencia
pública y el aplicable a la docencia en establecimientos de gestión privada. Se trata de una
figura propia del contrato de empleo público, que ha sido traspolada al contrato de trabajo
del docente privado, por imperio, como se verá, del plexo legal propio de este último, y
como una muestra más de la aplicación del ya mentado principio de equiparación entre
ambos sectores.
En términos generales, la incompatibilidad encuentra sustento en que “desde una
perspectiva de mejor funcionamiento de un servicio público, parece lógico que el estatuto
del funcionario público establezca medidas que aseguren que las posibles actividades
privadas del funcionario no afecten ni a su imparcialidad ni al estricto cumplimiento de
sus deberes, incompatibilizando cuantas incumplan o menoscaben algunas de aquéllas, y
siendo esta medida compensada con la percepción de un complemento remunerativo”
(PALOMAR OLMEDA, Alberto, Derecho de la función pública. Dykinson, Madrid. 1992, p.
404)
En sentido similar se ha expresado que “la incompatibilidad importa una prohibición legal
que debe estar explícita o implícitamente impuesta por una norma de orden público y de
alcance general, que le otorgue carácter objetivo, pudiendo en determinados casos acarrear
una sanción” (GARCÍA PULLÉS, Fernando, Régimen de Empleo Público de la
Administración Nacional, LexisNexis, Buenos Aires, 2005, p. 243.)
De igual modo se ha definido a esta figura como ‘el estado jurídico en el que se halla un
agente que ha violado la prohibición legal de ejercer simultáneamente dos o más cargos o
actividades considerados lesivos o en oposición con los intereses públicos” (POSE,
Guillermo A., Régimen Jurídico de la Función Pública, Depalma, Buenos Aires, 1985, p. 85).
Podemos definir a la incompatibilidad docente como el impedimento para el educador de
acumular más cargos u horas cátedra que las admitidas por el régimen legal o de ejercerlas
simultáneamente.
Coincidente con estos conceptos son las definiciones legales siguientes, incorporadas a
diversas normativas::
Se establece como concepto de acumulación al conjunto de cargos, funciones y/u horas
cátedra, ejercidos en cualquier carácter, por un mismo docente.
Asimismo se define como incompatibilidad la imposibilidad legal del desempeño de un
cargo, función y/u horas cátedra, por parte de un docente, por el desempeño de más de

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un cargo, función y/u horas cátedra; o la imposibilidad del desempeño de más de un
cargo, función y/u horas cátedra por razones funcionales, horarias.
En el propio concepto podemos diferenciar dos aspectos a los que se refiere la
incompatibilidad, por un lado la prestación personalizada y directa de la función —es
decir, el impedimento de detentar dos cargos con prestación en un mismo horario— y, por
el otro, la suma de cargos u horas cátedra a que le es lícito acceder a cada agente.
Desde el ángulo de la simultaneidad de la prestación laboral, resulta evidente el
fundamento de la incompatibilidad por superposición horaria. No es más que la expresión
de una regla de la realidad: es de la esencia de la relación de empleo la prestación personal
del servicio y obviamente no puede la misma persona estar simultáneamente en distintos
lugares.
Por otro lado, el fundamento del límite para poseer más de un determinado número de
cargos u horas cátedra impone dos ángulos de observación: los objetivos de la educación y
los derechos del trabajador docente.
El sistema tiende, desde la perspectiva pedagógica, a preservar la calidad del servicio
educativo, y al mejor y mayor rendimiento áulico, enunciado como uno de objetivos
básicos de la educación y, a la par, uno de los deberes esenciales del trabajador docente.
Teniendo en cuenta la normativa laboral protectoria, dicha cortapisa coincide con el
interés de preservar la salud del trabajador, evitando el exceso de labor, aspecto básico
dentro de las condiciones de trabajo, ya que la acumulación excesiva de tareas redunda a
lo largo del tiempo en un desgaste desmedido de la salud y en una consecuente merma en
la calidad del servicio.
Esta modalidad de la jornada máxima de prestación laboral es propia de la actividad
docente, pero coincide con el criterio general del derecho del trabajo de limitación de la
jornada. En efecto, en el caso de la docencia, que por sus características una misma
persona puede ocupar distintos cargos u horas cátedra, en diversos establecimiento y
niveles, incluso bajo la dependencia de distintos empleadores, tanto públicos como
privados, se impone que el centro de gravedad del control se encuentre en el prestador de
servicios y no, como en el régimen general, en el dador de trabajo.
Lo dicho se engarza con las largas y paradigmáticas luchas del movimiento obrero en
procura de la limitación de la jornada laboral, plasmada, de alguna forma en los preceptos
contenidos en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que establece el derecho a la
jornada limitada, y a condiciones dignas y equitativas de labor.
Estos objetivos son de imposible cumplimiento si no existe un límite horario, fijado en
función de las reales posibilidades del docente de desarrollar adecuadamente el proceso
de enseñanza y aprendizaje.

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Para plasmar con efectividad este precepto protectorio limitador al esfuerzo laboral, el eje
del control se debe asentar, decíamos, sobre el trabajador. La herramienta adecuada es la
Planilla de Incompatibilidades Horarias. En ella se deben anotar, anualmente, los horarios
de trabajo y cargo u horas cátedra que posee el docente, tanto en establecimientos de
gestión pública como privada.
Si bien las reglamentaciones jurisdiccionales pueden establecer algunas precisiones
específicas, en general, al inicio de cada año lectivo, debe el trabajador presentar una
declaración jurada firmada por él mismo y por los directores de las escuelas en las que se
desempeña, quienes certifican la autenticidad de su firma.
Finalmente, vale precisar que el vallado de la incompatibilidad debe tener su debido
correlato y compensación en lo atinente a la contraprestación salarial, que debe garantizar
un ingreso suficiente para el desarrollo de una vida digna, conforme los preceptos
constitucionales enunciados y por imperio también del derecho plasmado en el mismo
precepto constitucional, relativo a una retribución justa.

La incompatibilidad en el ámbito de la docencia privada


Sobre esta cuestión debe estarse, en primer lugar, a lo establecido en el artículo II de la ley
13.047, que dispone: “El personal directivo y docente de los establecimientos ‘adscritos a la
enseñanza oficial’ tendrá los mismos deberes, se ajustará a las mismas incompatibilidades
y gozará de los mismos derechos establecidos para el personal de los establecimientos
oficiales. En ningún caso el personal de un establecimiento adscrito podrá desempeñar
cargo u horas en el establecimiento oficial al que estuviere incorporado” (Cabe señalar,
además, que existen reglamentaciones locales sobre el régimen de incompatibilidad
docente, aplicables al ámbito privado, v.gr. ley 11.237, Santa Fe; ley 7306, La Rioja; ley
3335, San Juan; ley 6929/2001 y el decreto 285/2002, Mendoza; decreto 1935/1964 para la
enseñanza inicial y primaria y decreto 3489/1969 para la enseñanza media, especial y
superior, Córdoba; ley 5137, Chubut, entre otras).
Tal como se infiere del texto precedente, es claro que la incompatibilidad es impuesta al
régimen del trabajador de la educación privada por imperio del principio de equiparación.
En relación con esta cuestión, vale citar aquí las consideraciones y conclusiones vertidas en
el dictamen de la Fiscalía de Estado de la provincia de Córdoba, que lleva el N° 2234/84,
aludiendo a los topes de incompatibilidad vigentes para el sector docente público: “En
tales casos (...) el requerimiento básico que exige la normativa aplicable en los
establecimientos oficiales no puede ser ajena a las exigencias para el desempeño en la
enseñanza privada. Admitir lo contrario posibilitaría, verbigracia, la acumulación sin
límites de las obligaciones docentes o administrativas o particulares con las educativas,
pretendiendo que ello en modo alguno altera, menoscaba, cuestiona o afecta la eficiencia

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pedagógica y el desempeño responsable de los maestros y profesores, que en mayor
porcentaje remunera el Estado provincial, a través de la cooperación económica
consagrada en la ley 5326”.
El precitado dictamen concluye sosteniendo: “No cabe, en opinión de Fiscalía de Estado,
fijar excepción alguna a la observancia del régimen de incompatibilidad por acumulación
de cargos, vigente en la provincia en los establecimientos privados adscriptos a la misma.
La vigencia del Estado de derecho, señalado a fs. 2 de autos, apoya precisamente la
necesidad de observar en totalidad el régimen legal vigente. Las dificultades propias de un
adecuamiento por la naturaleza del sistema institucional privado merecerá, en su caso,
una definición reglamentaria precisa, pero en modo alguno la supresión lisa y llana del
régimen general en esa área”.
Sin perjuicio de la aplicación de la normativa general limitante de la jornada de trabajo
como marco subsidiario, en el caso de que el docente detente cargos u horas en el régimen
oficial o privado reconocido, deberá ajustarse a las disposiciones antes analizadas.
Finalmente, vale señalar que, en lo atinente a la docencia particular o libre, no adscripta
(por caso, la de las academias que expiden títulos no oficiales), no existe en principio tope
de incompatibilidad alguno en ese ámbito.

Ley 3010 y sus modificatorias


Régimen de acumulación de cargos, funciones y horas cátedras para el personal docente
en Misiones. El artículo 1º de la ley establece que el régimen de acumulación de cargos,
funciones y horas cátedra para el personal que se desempeñe en tareas docentes se ajustará
a las siguientes normas:
a) Los docentes de las distintas ramas de enseñanza podrán acumular hasta dos (2) cargos,
pero sólo uno de ellos podrá revestir carácter jerárquico;
b) A un cargo docente se podrá acumular otro cargo docente o hasta veintiún (21) horas de
cátedras de cualquier nivel;
c) los docentes que presten servicios exclusivamente en el dictado de horas cátedras
podrán acumular hasta cuarenta y dos (42) horas. En Nivel Superior no podrán superar las
treinta (30) horas cátedras de ese nivel, facultándoseles a dictar hasta doce (12) horas de
nivel medio.
Se fija además, en el artículo 2º, que el dictado de veintiún (21) horas cátedras de cualquier
nivel de la enseñanza es compatible con el desempeño de cargo administrativo. Sin
embargo se señala en el artículo 3º que los docentes de escuela de jornada completa, con
excepción de los maestros especiales no podrán acumular otro cargo ni horas cátedra.

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A los fines del régimen de acumulación dispuesto, la cátedra universitaria se considerará
por hora semanal de Nivel Superior con la siguiente equivalencia:
 La Dedicación Simple equivale a diez (10) horas de Nivel Superior
 La Dedicación Semi-exclusiva a quince (15) horas de Nivel Superior
 La Dedicación Exclusiva a treinta (30) horas de nivel superior.
Respecto a los supervisores de cualquier rama de la enseñanza desempeñarán sus
funciones con carácter de dedicación exclusiva, siendo incompatible con cualquier otra
función o cargo.
Dictado de clases de quienes tienen cargos. En el artículo 8º, se indica que el Personal
directivo de establecimientos de doble o triple turno que dicte horas de cátedra, deberá
desempeñar su función en un turno y el dictado de horas cátedra en otro. En
establecimientos de un sólo turno y no siendo posible la ubicación en otro de la misma
localidad en turno opuesto, el personal directivo podrá dictar sus horas cátedra en el
mismo turno, con autorización superior y por el término que la autoridad juzgue
conveniente; debiendo en todos los casos compensar las horas quitadas al desempeño del
cargo directivo, cumpliendo tareas que la optimización del servicio requiera, en turno
opuesto y en horario que la autoridad determine. Al respecto, se entiende que la autoridad
de los establecimientos públicos de gestión privada es el propietario o el representante
legal, quien deberá fijar las pautas de tal desempeño mediante disposición escrita.
También se establece, en el artículo 9º, que los Secretarios y Pro-secretarios de
establecimientos educacionales no podrán dictar sus horas de cátedra en los turnos que
atienden su Secretaría o Pro-secretaría, en el supuesto que se tratare de establecimientos
de más de un turno. Si fuera de turno único y siempre que en la localidad no existiere otro
establecimiento, podrá dictar hasta seis (6) horas en el mismo turno; debiendo compensar
fuera del horario escolar, en tareas administrativas que le serán establecidas por el
directivo de la escuela, siendo en este caso el director o rector el responsable de establecer
las pautas, en disposición conjunta con el representante legal.
Respecto de los ayudantes de clases prácticas; maestros de enseñanza práctica;
preceptores; bedeles y bibliotecarios, el artículo 10º fija que podrán dictar clases semanales
en el mismo establecimiento, pero en un turno distinto al que desempeñan el cargo.
El personal docente que sea designado para ocupar interinamente cargos docentes que
impliquen mayor jerarquía funcional o de mayor remuneración y que por tal motivo se
encuentre en incompatibilidad por excederse del máximo de acumulación permitida por el
presente régimen, tendrá derecho a solicitar licencia sin goce de haberes en la tarea que se
exceda mientras dure su situación de interino, tal como establece el artículo 11º (ley 3010).

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Alcance de la normativa. El artículo 15º establece que las presentes disposiciones regirán
para el personal docente dependiente del Consejo General de Educación, Ministerio de
Cultura y Educación y Sistema Provincial de Enseñanza Privada que se desempeñen en
establecimientos subvencionados por el Estado, computándose asimismo los cargos y
horas cátedras que se ejerzan o impartan en otras jurisdicciones, de cualquier nivel o
modalidad, sean éstas de gestión pública o privada con aporte del Estado Nacional,
Estados Provinciales o Municipales.

Decreto 2445 - Reglamenta ley 3010

Artículo 1:
(Reglamenta el artículo 1º): El régimen de acumulación de cargos, funciones y horas
cátedra para el personal docente al que se refiere este artículo, incluye aquellos que se
detentan como docentes activos o en uso de licencia sin goce de haberes. No podrán
reservarse por acumulación, aquellos cargos que excedan los límites establecidos, con
excepción de los que correspondieren por razones de mayor jerarquía funcional o
presupuestaria o por haberle sido concedida con anterioridad una licencia extraordinaria.
Entiéndese por cargo jerárquico aquél que sobrepase el escalafón inicial de las respectivas
carreras.

Artículo 2:
(Reglamenta el artículo 3º): Los docentes de escuelas de Frontera de Jornada Completa,
que perciban remuneración especial por tal concepto, no podrán acumular otros cargos no
horas cátedra, con excepción de los maestros especiales y de aquellos que no hubieran
estado en situación de incompatibilidad de acuerdo a la Ley 386, revistiendo como
titulares.

Artículo 3:
(Reglamenta el artículo 5º): En los casos de maestros especiales que actualmente se
desempeñen en el ejercicio de cargos, los mismos podrán optar por acogerse al beneficio
establecido en el artículo 5º o por mantener su situación actual, en cuyo caso serán de
aplicación los artículos 1º inciso a y 2.-
Las designaciones que se efectúen a partir de la vigencia de la ley, se harán exclusivamente
en el sistema de horas cátedra.

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Artículo 4:
(Reglamenta los artículos 6º y 7º): En el caso de los supervisores titulares ya designados a
la fecha de entrada en vigencia de la ley, podrán optar, dentro de los 30 (treinta) días de la
vigencia del presente, entre realizar su tarea con dedicación exclusiva o mantener su
situación anterior.
Exclusivamente en el primer caso tendrán derecho al cobro del adicional respectivo.
En el segundo caso, podrán conservar sin modificación el número de horas cátedra que
poseían a la fecha de entrada en la vigencia de la ley, siempre que ‘no’ excedieran los
límites oportunamente establecidos por la ley 386, pero no tendrán derecho al cobro del
adicional previsto en el art.7º.
En el caso de no efectuarse opción alguna dentro del plazo establecido en el primer
párrafo presente, el supervisor deberá considerarse de dedicación exclusiva.
En el caso del personal titular al que se le haya liquidado el adicional previsto por el
decreto 2132/93 y ejerza la opción autorizada por el primer párrafo del presente, deberá
efectuar la devolución del monto correspondiente a dicho adicional dentro de los 30
(treinta) días de vigencia del presente.

Artículo 5:
(Reglamenta el artículo 8º): A los efectos del cumplimiento e este artículo, los docentes que
no sean titulares, deberán renovar anualmente las autorizaciones respectivas a la que se
refiere la ley.
Los docentes comprendidos en la excepción de este artículo, tanto titulares como interinos,
deberán dejar constancia en los registros del establecimiento escolar de la compensación
de horas de trabajo realizadas por el docente en cuestión, dentro del horario habitual de
dicho establecimiento.
Los docentes referidos en el párrafo anterior, deberán cesar automáticamente en su
situación de excepción cuando se cree otro establecimiento en la localidad u otro turno en
el establecimiento, en el mismo nivel de enseñanza.

Artículo 6:
(Reglamenta el artículo 9º): Determínase como condiciones indispensables para acceder a
la excepción permitida por ese artículo, la de poseer título docente y ser titular al momento
de la entrada en vigencia del presente decreto.

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La autorización respectiva deberá renovarse anualmente y deberá dejarse expresa
constancia de la compensación horaria efectuada, en la forma prevista en el artículo
anterior.

Artículo 7:
(Reglamenta el artículo 11º): La licencia a la que se refiere este artículo será concedida solo
en caso que el docente se exceda en la acumulación permitida o exista superposición
horaria que no pueda modificarse.
Mediante el otorgamiento de esta licencia no podrá permitirse la acumulación de dos
cargos jerárquicos, en la misma situación de revista.

Artículo 8:
(Reglamenta el artículo 13º): A los efectos de la acumulación de horas, todos los cargos
docentes equivaldrán a 21 horas cátedra.
El Consejo General de Educación aprobará anualmente un formulario modelo de
declaración jurada, el que deberá ser presentado, por lo menos una vez por año, ante el
Departamento de Personal del organismo.
El citado organismo podrá solicitar la actualización de dichas declaraciones, por causas
fundadas, tanto con carácter general, como a ciertos docentes o categorías de los mismos
en particular.

Artículo 9:
(Reglamenta el artículo 14º): Entiéndese que existirá superposición horaria cuando entre el
término de una labor y el comienzo de la otra, exista un plazo menor de 30 minutos dentro
de la misma localidad.
El Consejo General de Educación reglamentará las condiciones en que pondrá autorizarse
la prestación de servicios en distintas localidades, siempre que:
a) No exista posibilidad de prestación en el mismo lugar.
b) Exista entre el término de una labor y el comienzo de otra, un plazo mínimo de 30
minutos, al que deberá sumarse el período que insuma el viaje de una localidad a
otra en transporte público de pasajeros.

En los casos de cónyuges o en que exista relación de parentesco de hasta cuarto grado de
consanguinidad o hasta segundo grado de afinidad, entre el personal jerárquico en el

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mismo establecimiento, el Consejo General de Educación podrá verificar que dicha
situación no obste a la prestación eficiente del servicio. En caso de advertirse lo contrario,
deberá disponerse el traslado de uno de los agentes afectados. En caso de no existir
acuerdo entre los mismos al respecto, deberá trasladarse al de menor jerarquía.

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