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2009

SPEPM –
AIPEM –
INFOGEP

Dr. Guillermo E. G. Hassel


Dr. Jorge B. Falero
APUNTES
MÓDULO I PARA PROPIETARIOS,
REPRESENTANTES LEGALES
Y APODERADOS
DE LOS INSTITUTOS DE
EDUCACIÓN PÚBLICA
DE GESTIÓN PRIVADA
DE MISIONES
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ÍNDICE

APUNTES PARA PROPIETARIOS, REPRESENTANTES LEGALES Y


APODERADOS DE LOS INSTITUTOS DE EDUCACIÓN PÚBLICA DE GESTIÓN
PRIVADA

PRIMER ENCUENTRO – LA EDUCACION DE GESTION PRIVADA 7

1. EL DERECHO DE ENSEÑAR Y APRENDER 9

Conceptos de la COORDIEP 10

Elemento fundamental de la Nación 11

Constitución Nacional 11

Derechos especiales en la Constitución Nacional 12


Educación Ambiental. 12
Educación para el consumo. 13

Pactos internacionales 14

Reparto de competencia en materia educativa 16

Educación de gestión privada 17

Importancia del docente 22

2. LA EDUCACIÓN DE GESTIÓN PRIVADA COMO SERVICIO PÚBLICO 23

Noción de servicio público 24

La educación privada incorporada como servicio público 25


Elemento finalista 26
Elemento subjetivo 27
La responsabilidad primaria del Estado en materia de educación (publicatio) 28
El régimen normativo exorbitante 30
Presunción de legitimidad 31

3. RELACIÓN JURÍDICA ENTRE ESTADO, INSTITUTO Y PERSONAL 35

Introducción: Jerarquía de las fuentes. Orden de prelación. Supletoriedad. 35

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Relación entre el Estado, el Instituto y los docentes 36

Contratación a término. 39

4. ORGANISMOS DE CONTROL 41

Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones 42

El Consejo Gremial de Enseñanza Privada 43


Jurisdicción 44

Tribunal de Cuentas de la Provincia de Misiones 48


Creación 48
Funciones 48
Constitución de la Provincia de Misiones 48
Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas 49
Ley 4249 – Cargo de Fiscal Superior 50
Organización y composición 51
Recursos 52

5. CONTRATO DE TRABAJO. DIFERENTES REGÍMENES. 55

Contrato de trabajo del docente privado 55

El sistema normativo del contrato de trabajo del docente privado 56


Aplicación en Misiones 58

Armonización de los regímenes jurídicos 58

La Ley 13.047: Estatuto del Docente Privado 61


Equiparación con el docente público 63
Diferencias esenciales 65
Equiparación en Misiones 66

La Ley de Contrato de Trabajo 67

Normas de orden local 68


Principio de buena fe 69

El contrato de empleo público 70


Similitudes 71
Estabilidad 72

El contrato en educación y los terceros involucrados 72

6. EL EMPLEADOR. CATEGORÍAS DE ESTABLECIMIENTOS. 77

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Concepto de empleador 77
Empresa educativa 78
Quienes pueden ser empleadores 79
La Iglesia católica y las parroquias 81
Separación de patrimonios 82

Distintas categorías de establecimientos privados. 83


Institutos adscriptos, reconocidos o incorporados 83
Reconocimiento en Misiones 84

Exigencias para el otorgamiento de la adscripción, reconocimiento o incorporación 85


Exigencias en Misiones 85
Limitación al lucro 87

Efectos del otorgamiento de la incorporación 88

Pérdida de la adscripción 88
Pérdida en Misiones 89
Indemnizaciones 90

Establecimientos subsidiados y no subsidiados 91


Normativa local 91
Aumento o reducción del aporte 93

Instituciones no incorporadas o academias 93


Regulación especial para la publicidad 94
Relación con los docentes 96

Las cooperativas de trabajo 96

7. EL IDEARIO DE LAS INSTITUCIONES PRIVADAS. 99


Limitaciones 99
Educación Sexual Integral 102

Aspecto ideológico 103


Las asignaturas generales y las de la ideología 104

La adhesión de las empresas de tendencia 106


La forma de la adhesión 106
La oportunidad de la adhesión 106
El alcance de la adhesión 107
Intimidad 108

8. EL REPRESENTANTE LEGAL 109

Condiciones especiales 110

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El Representante Legal en Misiones 110

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PRIMER ENCUENTRO – LA EDUCACION DE GESTION PRIVADA
1. El derecho de enseñar y aprender.

2. La educación de gestión privada como servicio público.

3. La relación jurídica entre el Estado, el instituto y el personal.

4. Los organismos de control.

5. Contrato de trabajo. Diferentes regímenes.

6. El empleador. Categorías de establecimientos.

7. El ideario de las instituciones privadas.

8. El representante legal.

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EL DERECHO DE ENSEÑAR Y APRENDER

Previo al estudio del contrato de trabajo del docente que presta servicios en un
establecimiento educativo de gestión privada, debe analizarse el marco normativo general,
tanto desde la perspectiva nacional como también la provincial.

En la Constitución Nacional se consagra el derecho de enseñar y aprender, en el marco de los


llamados “derechos de primera generación”, siguiendo las pautas de los Derechos
Humanos, aunque la evolución determina que actualmente se trate de un derecho social
ya que el Estado tiene la obligación de implementar los mecanismos y poner a disposición
los medios que posibiliten el acceso al conocimiento de toda la población, sin ningún tipo
de discriminaciones. Obviamente que el “derecho de enseñar y aprender” enunciado en el
siglo XIX ha evolucionado hacia una concepción social más compleja, dentro de los
llamados “derechos de la tercera generación”, los derechos de los pueblos y el derecho a la
identidad individual y colectiva, en un marco de tolerancia y solidaridad.

 Artículo 14 (Constitución Nacional) - Todos los habitantes de la Nación gozan de los


siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: De trabajar y
ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar,
permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin
censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar
libremente su culto; de enseñar y aprender.

Este derecho también es indicado en la Constitución de la Provincia de Misiones, que


también consagra la libertad de enseñar y de aprender.

 Artículo 40 (Constitución de la Provincia de Misiones) - La libertad de enseñar y de


aprender las ciencias y 1as artes es un derecho que no podrá coartarse con medidas limitativas
de ninguna especie. Es libre la investigación científica.

La Cámara de Representantes proveerá por ley el establecimiento de un sistema de educación


que contemple primordialmente la instrucción primaria y secundaria, y organizará la
instrucción especial y superior. (Actualmente es la Ley General de Educación N° 4.026)

Por otra parte el artículo 5° de la Constitución Nacional impone a las Provincias asegurar la
educación primaria.

 Artículo 5°- Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación

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primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno federal, garante a cada provincia el goce y
ejercicio de sus instituciones.
Esta terminología histórica actualmente se interpreta como: asegurar la educación provincial,
que incluye el Nivel Inicial, el nivel Primario, el Secundario (de carácter obligatorio por ley
Nacional de Educación N° 26.206) e incluso el Nivel Superior no Universitario. Esto no
cabe dudas desde la Sanción de Ley Nacional N° 23.049 que terminó por Transferir, a
principio de los años noventa, totalmente los Servicios Educativos a las Provincias.

Conceptos de la COORDIEP
Al respecto, la Junta Coordinadora de Asociaciones de la Enseñanza Privada de la
República Argentina (COORDIEP) señala que por libertad de enseñanza se entiende
“la libertad de opciones educativas”, indicando que “todo hombre tiene derecho, en razón
de su inalienable libertad (…) a la elección de escuela y, por ende, maestros,
independientemente del carácter estatal o privado de los establecimientos “. Esa libertad
se da y debe ser mantenida y perfeccionada en el sistema educativo, entendido éste como
“el conjunto de unidades de prestación de servicios educativos pertenecientes al Estado o
a los particulares, en las que se realiza el proceso organizado de enseñanza-aprendizaje”.

Recuerda asimismo que nuestra Constitución Nacional posee elementos suficientes para
asegurar un sistema que debe crecer integrado por las gestiones estatal y privada,
asegurando la vigencia de la libertad de enseñanza para poder concretar, en los hechos, la
libertad de opción para los padres en la educación de los hijos y de los estudiantes, cuando
la edad les permita ejercer dicho derecho.

Es el modelo constitucional educativo argentino el que permite la libertad cultural, la


libertad de enseñanza, en lo educativo y la posibilidad de opciones, en lo escolar, están
dadas por la libertad de aprender y enseñar, imbricada con las otras libertades o derechos
del artículo 14: asociarse con fines útiles, publicar las ideas sin censura previa, profesar
libremente el culto, ejercer toda industria lícita.

El modelo constitucional argentino, como articulación ideal de valores y culturas, es un


modelo de libertad magníficamente logrado por el artículo constitucional nombrado.

El juego de los artículos que completa el modelo educativo, ratifican que es de libertad, de
pluralidad, de diversidad, de apertura, de participación y que quedan fuera de él
cualquier pretensión de limitar o condicionar lo que la Constitución Nacional asegura, la
libertad cultural y la necesidad de la libertad de enseñar y aprender.

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Elemento fundamental de la Nación
La cuestión de la enseñanza e instrucción constituyó (y constituye) el elemento
fundamental en la construcción del Estado Nacional. Al respecto, Joaquín V. González en
su “Manual de la Constitución Argentina” (1935) señala que “la enseñanza y la instrucción
constituyen un principio fundamental de gobierno, puesto que reconoce la necesidad de la
instrucción como base de la libertad”.

Más adelante, este autor, al analizar el contenido del artículo 14 de la Constitución


Nacional, definía a la libertad de enseñar como “el derecho que todo hombre tiene para
ejercer su ministerio conforme a la naturaleza, a la ciencia y a las leyes del país”, señalando
asimismo que ese derecho implica también el derecho de exigir esa enseñanza a la
sociedad y al estado.

En el mismo sentido, el jurisconsulto Humberto Quiroga Lavié (1996) expresa que “la
libertad de enseñar implica el derecho de los particulares a organizar e impartir educación,
dentro de los particulares a organizar e impartir educación, dentro de las bases o
lineamientos que dispongan el Congreso y las provincia o municipios, en sus respectivos
ámbitos”.

Es importante recordar asimismo que la Constitución Nacional de 1949, (conocida


históricamente como la Constitución Peronista que respondía al modelo del
Constitucionalismo Social y que tuvo vigencia hasta el golpe de estado del 55) incluyó en
su preámbulo, como uno de los objetos fundamentales, el de “promover la cultura
nacional”, incorporando en el artículo 37 la sección cuarta sobre la educación y la cultura.

Constitución Nacional
La reforma constitucional de 1994 extendió las atribuciones del Congreso Federal en
materia de cultura y educación, indicando María Gelli que “concedió carácter superior a
las leyes a buena parte de los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos,
ampliando y ajustando así las herramientas determinantes en la regulación de esta libertad
originaria”.

Asimismo se debe indicar que el artículo 75 inciso 19 de la Constitución Nacional establece


como facultad del Congreso de la Nación, la de “sancionar leyes de organización y de base
de la educación que consoliden la unidad nacional, respetando las particularidades
provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la
participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la
igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los

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principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y
autarquía de las universidades nacionales”.

 Artículo 75 – inciso 19 (Constitución Nacional) - Proveer lo conducente al desarrollo


humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a
la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de
la moneda, a la investigación y desarrollo científico y tecnológico, su difusión y
aprovechamiento.

Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover


políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y
regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.

Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad


nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad
indelegable del estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores
democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que
garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía
y autarquía de las universidades nacionales.

Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las
obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.

Derechos especiales en la Constitución Nacional


Existen aspectos novedosos que deben considerarse en el análisis de la Constitución
Nacional y su relación con la educación. En esta oportunidad destacamos dos cuestiones
indicadas en el capítulo denominado “Nuevos Derechos y Garantías” referidos al Derecho
Ambiental y a los derechos de los consumidores y usuarios de bienes y servicios.

Educación Ambiental.
En la Constitución Nacional, a través de la Reforma de 1994, introduce aspectos novedosos
de la educación, en especial referidos a la Educación Ambiental indicando en el artículo
41° que indica:

 Artículo 41° (CN) - Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado,
apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El
daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la
ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los
recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad
biológica, y a la información y educación ambientales”.

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Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de
protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las
jurisdicciones locales”.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de


los radiactivos”.

Es una norma nueva que en doctrina recibe diversos nombres que van de considerarlos
como derechos de la tercera generación hasta llamarlos intereses difusos, colectivos o de
pertenencia difusa. El derecho ambiental comenzó a tener auge en el derecho comparado
universal recién en el siglo XX.

La Constitución Nacional, con la incorporación expresa en el artículo 41° antes detallado,


ubica a este tema como derecho subjetivo, superándose la disputa doctrinaria.

En cuanto a la educación ambiental, el deber estatal se diversifica en múltiples aspectos,


uno de los cuales, muy apegado al de informar a la sociedad, puede ser el de una debida y
constante campaña publicitaria que estimule a todos a preservar el ambiente, o sea, a que
cumplan el deber que el artículo 41° nos impone; asimismo, los planes de enseñanza en
todos los niveles educativos han de incorporar la educación ambiental.

Educación para el consumo.


Otro de los derechos denominados nuevos que se incorpora con la reforma Constitucional
de 1994, son los llamados derechos difusos: el de los consumidores y el de los usuarios de
bienes y servicios; ambos con su correlato en la educación.

El nuevo texto constitucional estable:

 Artículo 42 (CN) - Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la


relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una
información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y
digno.

Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la


defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los
monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la
constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.

La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y


los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en
los organismos de control.

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Pactos internacionales
Es dable recodar además que el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, reconoce el derecho a la educación a toda persona, con
finalidad de orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y de
capacitarse para la participación en la personalidad humana y de capacitarse para la
participación en una sociedad libre.

 PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y


CULTURALES (1966 – Aprobado en 1986). En la suscripción de dicho pacto explícitamente la
República Argentina reconoce la Educación como un derecho social, que el Estado debe
garantizar con una acción efectiva y universal sin restricciones de ninguna índole. En ese
sentido, su artículo 13 expresa:

13.1 - Los Estados partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la
Educación (...). La Educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad
humana y del sentido de su dignidad y fortalecer el respeto por los derechos humanos (...) debe
capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre...

13.2 - Los Estados, en orden a lograr el pleno ejercicio de este derecho deben implementar: a)
Enseñanza primaria obligatoria y gratuita; b) Enseñanza secundaria accesible y
progresivamente gratuita.

Disposiciones en igual sentido se inscriben en el artículo XII de la Declaración Americana


de los Derechos y Deberes del Hombre y en el artículo 26 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos – Pacto de San José de Costa Rica. (1969, pero aprobada por el
Congreso Argentino en el año 1984)

 DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE


(Bogotá 1948)

Artículo XII - Toda persona tiene derecho a la educación, (...) Asimismo tiene el derecho de
que, mediante esta educación se lo capacite para lograr una digna subsistencia, en mejoramiento
del nivel de vida y para ser útil a la sociedad (...). Toda persona tiene derecho a recibir
gratuitamente la educación primaria, por lo menos.

Artículo XXIII – Toda persona tiene el deber de adquirir a lo menos la instrucción primaria.

 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS: (ONU, 1948)

Artículo 26 – 1 - Cada persona tiene derecho a la Educación (...) La instrucción elemental será
obligatoria (...) la instrucción técnica y profesional, generalizada, el acceso a los estudios
superiores será igual para todos (...).

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También en el artículo 28 y 29 de la Convención sobre los Derechos del Niño (1989,
Nueva York) se establece la obligación de los Estados de respetar la libertad de los
particulares y de las entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza.
Asimismo se fija derechos sociales y culturales, como ser a la educación, a la formación
profesional en el artículo 5 de la Convención contra la Discriminación Racial. (1.967,
Nueva York)

A partir de estos textos de carácter constitucional puede apreciarse que Argentina


reconoce a la educación como un Derecho Social, aspecto que esencialmente implica que el
Estado (Nacional, Provincial y Municipal) debe:

Responsabilizarse de garantizar el ejercicio del derecho educativo para todos los habitantes.

Movilizar los medios y recursos para el ejercicio igualitario del derecho educativo de todos los
habitantes, cualquiera sea sus situaciones, edades o condiciones.

Ejercer la planificación, ejecución y control de la actividad educativa estatal.

Controlar la actividad educativa privada en cuanto a su adecuación y pertinencia.

 CONVENIO SOBRE PUEBLOS INDÍGENAS Y TRIBALES (Convenio 169 - 1989)

También deberá considerarse de manera especial el Convenio sobre pueblos indígenas y


tribales firmado en Ginebra el 27 de junio de 1989, ratificado por Argentina el 3 de julio de
2000, que en su parte sexta, referida a “Educación y Medios de Comunicación” establece
pautas específicas.

Parte VI. Educación y Medios de Comunicación.

Artículo 26

Deberán adoptarse medidas para garantizar a los miembros de los pueblos interesados la
posibilidad de adquirir una educación a todos los niveles, por lo menos en pie de igualdad con el
resto de la comunidad nacional.

Artículo 27

1. Los programas y los servicios de educación destinados a los pueblos interesados deberán
desarrollarse y aplicarse en cooperación con éstos a fin de responder a sus necesidades
particulares, y deberán abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas de
valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales.
2. La autoridad competente deberá asegurar la formación de miembros de estos pueblos y su
participación en la formulación y ejecución de programas de educación, con miras a
transferir progresivamente a dichos pueblos la responsabilidad de la realización de esos
programas, cuando haya lugar.

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3. Además, los gobiernos deberán reconocer el derecho de esos pueblos a crear sus propias
instituciones y medios de educación, siempre que tales instituciones satisfagan las normas
mínimas establecidas por la autoridad competente en consulta con esos pueblos. Deberán
facilitárseles recursos apropiados con tal fin.

Artículo 28

1. Siempre que sea viable, deberá enseñarse a los niños de los pueblos interesados a leer y a
escribir en su propia lengua indígena o en la lengua que más comúnmente se hable en el
grupo a que pertenezcan. Cuando ello no sea viable, las autoridades competentes deberán
celebrar consultas con esos pueblos con miras a la adopción de medidas que permitan
alcanzar este objetivo.
2. Deberán tomarse medidas adecuadas para asegurar que esos pueblos tengan la oportunidad
de llegar a dominar la lengua nacional o una de las lenguas oficiales del país.

3. Deberán adoptarse disposiciones para preservar las lenguas indígenas de los pueblos
interesados y promover el desarrollo y la práctica de las mismas.

Artículo 29

Un objetivo de la educación de los niños de los pueblos interesados deberá ser impartirles
conocimientos generales y aptitudes que les ayuden a participar plenamente y en pie de
igualdad en la vida de su propia comunidad y en la de la comunidad nacional.

Artículo 30

1. Los gobiernos deberán adoptar medidas acordes a las tradiciones y culturas de los pueblos
interesados, a fin de darles a conocer sus derechos y obligaciones, especialmente en lo que
atañe al trabajo, a las posibilidades económicas, a las cuestiones de educación y salud, a los
servicios sociales y a los derechos dimanantes del presente Convenio.
2. A tal fin, deberá recurrirse, si fuere necesario, a traducciones escritas y a la utilización de los
medios de comunicación de masas en las lenguas de dichos pueblos.

Artículo 31

Deberán adoptarse medidas de carácter educativo en todos los sectores de la comunidad


nacional, y especialmente en los que estén en contacto más directo con los pueblos interesados,
con objeto de eliminar los prejuicios que pudieran tener con respecto a esos pueblos. A tal fin,
deberán hacerse esfuerzos por asegurar que los libros de historia y demás material didáctico
ofrezcan una descripción equitativa, exacta e instructiva de las sociedades y culturas de los
pueblos interesados.

Reparto de competencia en materia educativa


Al adoptarse el sistema federal en Argentina, los convencionales eligieron la forma de
reparto de competencias, que establece “todo lo que la Constitución no atribuye al Estado
Nacional, se consideran reservados por los Estados miembros”. Es decir, las Provincias o

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Estados particulares tienen las competencias como regla general, es decir, la
incompetencia de las provincias es la excepción.

El régimen de reparto se encuentra establecido expresamente en el artículo 121° de la


Constitución Nacional, donde se fija que “las Provincias conservan todo el poder no
delegado por esta Constitución al Gobierno Federal…”

Son las Provincias las que mediante la Constitución hacen la delegación al Gobierno
Federal. La doctrina distingue competencias exclusivas del Estado Federal; competencias
exclusivas de las Provincias y competencias concurrentes entre el Estado Federal y las
Provincias.

En materia educativa debemos hacer el siguiente deslinde:

 Las Provincias tienen el derecho y la obligación de asegurar la educación primaria


(artículo 5°). (Facultad reservada por las provincias). Los servicios pos educación
primaria son concurrentes, a pesar de que en la actualidad la Nación transfirió la
totalidad de los establecimientos educativos secundarios y terciarios a las Provincias
(Ley 23049).

 Las Provincias tienen competencia para promover la educación, la ciencia, el


conocimiento y la cultura (artículo 125, in fine). (Facultad concurrente Nación –
Provincia).

 El Estado Federal a través del Congreso tiene competencia para proveer lo conducente
al progreso de la ilustración (artículo 75, inciso 18 CN). (Facultad concurrente Nación –
Provincia).

 El Estado Federal a través del Congreso tiene competencia para dictar planes de
instrucción general y universitaria (artículo 75, inciso 18 CN). (Facultad delegada a la
Nación).

 El Estado Federal a través del Congreso tiene competencia para sancionar leyes de
organización y de base de la educación (artículo 75, inciso 19 CN). (Facultad delegada a
la Nación).

Educación de gestión privada


En el marco de las normas específicas referidas al derecho de enseñar y aprender en el
campo de la educación privada, es fundamental hacer referencia a las pautas establecidas
en la “Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la
Enseñanza” (Naciones Unidas, Conferencia General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, París, 1960, ratificada por la Argentina
el 30 de octubre de 1963.

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En el preámbulo de ese documento, tras proclamar “el derecho de todos a la educación”,
se señala que “las discriminaciones en la esfera de la enseñanza constituyen una violación
de derechos enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos”, razón por la
cual se fija como objetivo “instituir la cooperación entre naciones a fin de asegurar el
repeto universal de los derechos humanos y una igualdad de posibilidades de educación
(…) procurando la igualdad de posibilidades y de trato para todas las personas en esa
esfera”.

Entre otros aspectos, en el artículo 2, inciso c) de esa Convención, los Estados se obligaron
a posibilitar “la creación o el mantenimiento de establecimientos de enseñanza privados,
siempre que la finalidad de esos establecimientos no sea la de lograr la exclusión de
cualquier grupo sino la de añadir nuevas posibilidades de enseñanza a las que
proporciona el poder público, y siempre que funcionen de conformidad con esa finalidad,
y que la enseñanza dada corresponda a las normas que hayan podido prescribir o aprobar
las autoridades competentes, particularmente para la enseñanza del mismo grado”.

Las partes fundamentales del articulado de dicha Convención se indican a continuación:

 Artículo 1

1. A los efectos de la presente Convención, se entiende por "discriminación" toda distinción,


exclusión, limitación o preferencia fundada en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión,
las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición
económica o el nacimiento, que tenga por finalidad o por efecto destruir o alterar la igualdad
de trato en la esfera de la enseñanza y, en especial:

a. Excluir a una persona o a un grupo del acceso a los diversos grados y tipos de
enseñanza;

b. Limitar a un nivel inferior la educación de una persona o de un grupo;

c. A reserva de lo previsto en el artículo 2 de la presente Convención, instituir o


mantener sistemas o establecimientos de enseñanza separados para personas o
grupos; o

d. Colocar a una persona o a un grupo de personas en una situación incompatible con


la dignidad humana;

2. A los efectos de la presente Convención, la palabra "enseñanza" se refiere a la enseñanza en


sus diversos tipos y grados, y comprende el acceso a la enseñanza, el nivel y la calidad de
ésta y las condiciones en que se da.

 Artículo 2

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En el caso de que el Estado las admita, las situaciones siguientes no serán consideradas
como constitutivas de discriminación en el sentido del artículo 1 de la presente Convención:

a. La creación o el mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza


separados para los alumnos de sexo masculino y para los de sexo femenino, siempre
que estos sistemas o establecimientos ofrezcan facilidades equivalentes de acceso a la
enseñanza, dispongan de un personal docente igualmente calificado, así como de
locales escolares y de un equipo de igual calidad y permitan seguir los mismos
programas de estudio o programas equivalentes;

b. La creación o el mantenimiento, por motivos de orden religioso o lingüístico, de


sistemas o establecimientos separados que proporcionen una enseñanza conforme a
los deseos de los padres o tutores legales de los alumnos, si la participación en esos
sistemas o la asistencia a estos establecimientos es facultativa y si la enseñanza en
ellos proporcionada se ajusta a las normas que las autoridades competentes puedan
haber fijado o aprobado particularmente para la enseñanza del mismo grado;

c. La creación o el mantenimiento de establecimientos de enseñanza privados, siempre


que la finalidad de esos establecimientos no sea la de lograr la exclusión de cualquier
grupo, sino la de añadir nuevas posibilidades de enseñanza a las que proporciona el
poder público, y siempre que funcionen de conformidad con esa finalidad, y que la
enseñanza dada corresponda a las normas que hayan podido prescribir o aprobar las
autoridades competentes, particularmente para la enseñanza del mismo grado.

 Artículo 3

A fin de eliminar o prevenir cualquier discriminación en el sentido que se da a esta palabra


en la presente Convención, los Estados Partes se comprometen:

a. Derogar todas las disposiciones legislativas y administrativas y abandonar todas las


prácticas administrativas que entrañen discriminaciones en la esfera de la
enseñanza;

b. Adoptar las medidas necesarias, inclusive disposiciones legislativas, para que no se


haga discriminación alguna en la admisión de los alumnos en los establecimientos de
enseñanza;

c. No admitir, en lo concerniente a los gastos de matrícula, la adjudicación de becas o


cualquier otra forma de ayuda a los alumnos, ni en la concesión de permisos y
facilidades que puedan ser necesarios para la continuación de los estudios en el
extranjero, ninguna diferencia de trato entre nacionales por los poderes públicos,
salvo las fundadas en el mérito o las necesidades;

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d. No admitir, en la ayuda, cualquiera que sea la forma que los poderes públicos puedan
prestar a los establecimientos de enseñanza, ninguna preferencia ni restricción
fundadas únicamente en el hecho de que los alumnos pertenezcan a un grupo
determinado;

e. Conceder, a los súbditos extranjeros residentes en su territorio, el acceso a la


enseñanza en las mismas condiciones que a sus propios nacionales.

También la Ley de Educación Nacional 26.206, en su artículo 1°, “… regula el ejercicio del
derecho de enseñar y aprender consagrado por el artículo 14 de la Constitución Nacional y
los tratados internacionales incorporados a ella, conforme con las atribuciones conferidas
al Honorable Congreso de la Nación en el artículo 78, incisos 17, 18 y 19 y de acuerdo con
los principios que allí se establecen y los que en esta ley se determinan”.

Esta norma se complementa con las disposiciones de sus arts. 2º y 3º que prescriben que
“la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social,
garantizados por el Estado”, indicando asimismo que “la educación es una prioridad
nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar
la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la soberanía democrática,
respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo
económica-social de la Nación”.

 Artículo 1 (LNE) - La presente ley regula el ejercicio del derecho de enseñar y aprender
consagrado por el artículo 14 de la Constitución Nacional y los tratados internacionales
incorporados a ella, conforme con las atribuciones conferidas al Honorable Congreso de la
Nación en el artículo 75, incisos 17, 18 y 19, y de acuerdo con los principios que allí se
establecen y los que en esta ley se determinan.

 Artículo 2 (LNE) - La educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal


y social, garantizados por el Estado.

 Artículo 3 (LNE) - La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de


Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional,
profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades
fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación.

 Artículo 4 (LNE) - El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente
y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y
equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las
familias.

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 Artículo 5 (LNE) - El Estado nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento
con la finalidad de consolidar la unidad nacional, respetando las particularidades provinciales y
locales.

 Artículo 6 (LNE) - El Estado garantiza el ejercicio del derecho constitucional de enseñar y


aprender. Son responsables de las acciones educativas el Estado nacional, las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en los términos fijados por el artículo 4° de esta ley; los
municipios, las confesiones religiosas reconocidas oficialmente y las organizaciones de la
sociedad; y la familia, como agente natural y primario.

 Artículo 7 (LNE) - El Estado garantiza el acceso de todos/as los/as ciudadanos/as a la


información y al conocimiento como instrumentos centrales de la participación en un proceso de
desarrollo con crecimiento económico y justicia social.

 Artículo 8 (LNE) - La educación brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y


fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada
educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz,
solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común.

Asimismo, como se indicara en el caso específico de Misiones, las constituciones y leyes de


educación provinciales, como es el caso de la Ley 2987 (en este caso específico el artículo
4), contemplan también preceptos atinentes en sus respectivos enunciados referidos a
educación, ratificando el principio de la libertad de enseñanza, dentro del marco del
control estatal, en relación con su organización, funcionamiento y planes de estudios. En
general receptan las concepciones del constitucionalismo social y democrático, así como
los principios de no discriminación, igualdad y respeto de la persona, inspirados en la
legislación de Derechos Humanos.

 Artículo 4 (ley 2987) - El Estado provincial en el marco de una sociedad pluralista sustentado
en los principios constitucionales democráticos reconoce el derecho de los padres a elegir la
educación para sus hijos y las escuelas que la impartan; la facultad de las personas físicas y
jurídicas para crear institutos de enseñanza y a éstos, el derecho a la coparticipación económica
para el financiamiento de la educación, en las condiciones que establece la presente ley. Todo ello
sin perjuicio del derecho del Estado provincial a su regulación y control para asegurar la
conformidad de la enseñanza con los principios de bien común establecidos en la Constitución
Nacional y Provincial y sin otros límites que los impuestos por el ordenamiento jurídico
vigente.

Es importante tener presente, como señala Zunino (2008), que los principios indicados
señalan “que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad
humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos
humanos y las libertades fundamentales”. Es que, como indica el documento de Naciones

Apuntes - Hassel y Falero - Página 22 de 115


Unidas, “la educación debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en
una sociedad libre, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y entre todos los grupos raciales, étnicos o religiosos y promover las actividades
de las Naciones Unidas en pro del mantenimiento de la paz.” Obviamente estos
lineamientos coinciden con las disposiciones de la Ley Nacional de Educación 26.206.

Importancia del docente


Como indica Zunino (2008), la expresión de esta libertad de enseñar se manifiesta por un
lado, en el “ideario” del establecimiento escolar y, por el otro, en el concepto de “libertad
de cátedra”, ambos derechos fundamentales, que registran sus lindes en las normas
reglamentarias propias del sistema educativo.

Pero el derecho de enseñar que consagran los textos legales enunciados, no es factible de
concretar sin la participación del docente. Tanto en el Estatuto del Docente de la
Provincia de Misiones ratificado por Ley 174 y sus modificatorias, como el Estatuto del
Docente Nacional que fuera fijado por ley 14.473 se entiende por la tal a quien “imparte,
dirige, supervisa u orienta la educación general y la enseñanza sistematizada, así como a
quien colabora directamente en esas funciones, con sujeción a normas pedagógicas y
reglamentaciones…”

 Artículo 1º (ley 14.473) – Se considera docente, a los efectos de esta ley, quien imparte, dirige,
supervisa u orienta la educación general y la enseñanza sistematizada, así como a quien
colabora directamente en esas funciones, con sujeción a normas pedagógicas y reglamentaciones
del presente estatuto.

Esto significa que el educador es el agente indispensable, a través del cual el Estado y los
empleadores privados ejercen el derecho de enseñar, contracara imprescindible del
derecho de aprender que tienen todos los habitantes de la Nación, enmarcando su accionar
en las pautas normativas que las disposiciones estatales le fijan como responsable esencial
de la educación.

Como bien expresa Zunino (2008), “dada la naturaleza especial de la tarea laboral de que
se trata, la labor docente se encuentra reglamentada de manera especial, condicionada por
los fines que se persiguen e imbuida del principio de equiparación de los trabajadores
docentes, cualquiera que sea el ámbito de dependencia que posea”.

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2. LA EDUCACIÓN DE GESTIÓN PRIVADA COMO SERVICIO PÚBLICO

Previo al desarrollo de este tema es importante efectuar algunas precisiones en cuanto a


los términos utilizados, para evitar equívocos terminológicos. Es así que cuando se habla
de la “educación” que brinda un establecimiento adscripto, se está haciendo referencia a
aquella que se imparte de conformidad a planes de estudio aprobados por el Estado y que
conllevan la posibilidad de obtención de un título “oficial”, esto es, reconocido por el
Estado. Además cuando en los diversos textos especializados se habla de instituciones que
han obtenido la “adscripción”, el “reconocimiento” o la “incorporación”, son simplemente
las diferentes denominaciones dadas en las distintas jurisdicciones para las organizaciones
de educación pública de gestión privada que brindan sus servicios ajustados a los planes
oficiales

Esto significa que el Estado, a través de los organismos pertinentes que en el caso de
Misiones es el Servicio Provincial de Enseñanza Privada (SPEPM), previa verificación del
cumplimiento de una serie de exigencias que hacen a la capacidad material (recursos
humanos, adecuada estructura edilicia, etc.), así como también a la solvencia moral y
financiera de sus propietarios y el acatamiento de un conjunto de exigencias atinentes al
plan de estudios, a los títulos que debe poseer su personal, y la observancia de normas
laborales, entre otros, autoriza el funcionamiento del establecimiento educativo de que se
trata, para que éste brinde dicho servicio.

A partir de ese momento, el Estado autorizante poseerá competencias para verificar y


exigir el cumplimiento de obligaciones específicas atinentes a lo pedagógico, a la relación
laboral con sus dependientes, pudiendo llegar tal supervisión al ámbito financiero, e
incluso a la regulación o determinación de los aranceles en los casos en que el Estado
aporta fondos para el funcionamiento del establecimiento.

 Artículo 13 (Ley 2987) - Los establecimientos de enseñanza pública de gestión privada se


clasifican en:

Inciso 1) Incorporados a la enseñanza oficial: son aquellos establecimientos fiscalizados por el


Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones, reciban o no aporte financiero del
Estado, cuyos estudios tienen validez oficial.

Inciso 2) Particulares: son aquellos establecimientos que imparten enseñanza en general,


directamente o a distancia, sin reconocimiento ni validez oficial y sin opción a percibir aporte
financiero alguno del Estado.

 Jurisprudencia: “Los establecimientos incluidos en el artículo 2 incisos b) y c) de la ley


13.047 que pertenecen al sistema docente no formal, carecen de reconocimiento estatal

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que los habilite para el ejercicio de una actividad docente reglamentada. Como
consecuencia de ello, al personal dependiente no le resultan aplicables los derechos
reconocidos mediante los artículos 11, 12, 16 y 17 de la mencionada ley”. Cámara
Nacional del Trabajo, Capital Federal, sala 2ª, 20/9/1990, in re “Britos, José v.
Instituto Granaderos s/Despido”, SAIJ Sumario E0006551. Están también excluidos de
la aplicación de esta norma los docentes de nivel universitario (Cámara Nacional del
Trabajo, Capital Federal, sala 6ª, 12/8/1982, in re “Faccioso, Ana María v. Fundación
Universidad de Belgrano s/cobro de pesos”, SAIJ Sumario nro. E0000535, quienes se
rigen por la Ley de Educación Superior Ley 24.521.

Academias e Institutos de Perfeccionamiento

Quedan excluidos entonces de este contralor estricto los establecimientos de educación no


formal, es decir, aquellos que hacen a la formación profesional – en la medida en que no se
encuentren adscriptos, reconocidos o autorizados por el Estado- o los que en cualquiera
de sus vertientes brindan los denominados establecimientos “libres” – para utilizar la
terminología de la ley 13.047 - o “academias”, las que se regirán por las normas generales
aplicables a cualquier actividad comercial.

Sin embargo debe tenerse presente que mediante Resolución 313 del 19 de julio de 1994, el
ministerio de Cultura y Educación de Misiones creo el registro de “Institutos privados de
Perfeccionamiento Técnico-Docente” en el ámbito del Servicio Provincial de Enseñanza
Privada de Misiones, dividiéndolos entre aquellos incorporados a la enseñanza oficial y
los no incorporados (academias), pero en este último caso fijándose pautas específicas para
su funcionamiento como también la documentación que deben presentar para poder
inscribirse.

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Apuntes - Hassel y Falero - Página 26 de 115
Noción de servicio público
Aunque la conceptuación del “servicio público” no constituye un tema central, es
importante abordar la cuestión para estudiar si es procedente calificar a la educación de
gestión privada como tal y asignarle un su caso las consecuencias jurídicas que se derivan
de esta categorización, aunque debe tenerse presente que se trata de una noción de difícil
definición.

En la concepción tradicional del servicio público, los elemento que han permitido
caracterizarlo con los siguientes: la existencia de una finalidad de satisfacción del interés
público –elemento teleológico-, la presentación del servicio de que se trate por parte del
Estado, sea de manera directa o indirecta –elemento subjetivo u orgánico-, un régimen
especial, exorbitante, propio del derecho público, y la titularidad del servicio en cabeza del
Estado (publicatio) –elemento normativo-

Diversas son las razones que han llevado a la crisis –aunque hay quienes hablan de
“evolución”- de este concepto, pero es claro que en la medida en que aquellos elementos
antes mencionados fueron desdibujándose, fue produciéndose un claro resquebrajamiento
de la noción originaria.

En ese camino de transformación del concepto, fueron variando los alcances dados a
ambos términos que lo integran: cambió tanto lo que se entiende por “servicio” como el

Apuntes - Hassel y Falero - Página 27 de 115


alcance del carácter “público” de aquél. En este marco puede decirse que los diversos
autores están de acuerdo en que aquel concepto tradicional del servicio público se
encuentra hoy superado, pero a la hora de delimitar una noción válida para nuestros días,
aquellos se inclinan por nociones en las que existen importantes y numerosas diferencias.

Juan Carlos Cassagne señala que “lo que hay que destacar en este proceso es el hecho de
haberse operado la extensión de la institución a ciertas actividades que los particulares
ejercen por derecho propio, calificadas por la ley como servicios públicos y sometidos a su
régimen jurídico”.

Otros autores entienden que, más allá de la crisis del concepto y de las diversas posturas al
respecto “quedan en pie de la noción tradicional tres elementos a ser considerados: a) la
prestación que satisfaga una necesidad o interés colectivo en forma directa, indirecta o
reglamentada por el Estado; b) el régimen de derecho público exorbitante del derecho
civil; c) el debido control estatal en los distintos aspectos que involucran el servicio”.

Sin embargo, más allá de la mayor o menor preponderancia que se le otorgue a cada uno
de los elementos antes mencionados según la óptica doctrinaria que se adopte, lo cierto es
que en ningún caso podrá haber servicio público si no se trata de una actividad que tienda
a satisfacer un interés público o colectivo y primordial. No obstante es claro que no toda
actividad de interés colectivo y primordial es necesariamente servicio público.

Asimismo la prestación de este servicio podrá estar en manos estatales o privadas, pero
para que se pueda hablar de servicio público en manos privadas debe existir una
transferencia de facultades estatales a esos fines, a través de figuras como la concesión, la
autorización, la licencia o el permiso, todo ello en el marco de un régimen jurídico
exorbitante. También debemos indicar que si las actividades están sometidas a una fuerte
regulación estatal, responden a las consecuencias jurídicas que son propias de los servicios
públicos.

Aspectos básicos de los servicios públicos

Apuntes - Hassel y Falero - Página 28 de 115


Con relación al tema de los servicios públicos, Gaspar Ariño Ortiz acerca el concepto de
servicio público a la idea de actividad reglamentada propia del mundo anglosajón,
sustituyendo los regímenes cerrados por un régimen abierto bajo un sistema de
“autorización reglamentada” con obligaciones que garanticen determinadas prestaciones.
Es decir, el servicio público está caracterizado por la titularidad estatal sobre la actividad y
el carácter de gestor delegado a quien presta la actividad sobre la que no posee titularidad.

Al respecto debe tenerse presente que la liberalización de la economía en el ámbito de los


servicios públicos no exige la eliminación de la publicatio que implica la titularidad pública
de la actividad. A través de la publicatio el Estado asume para sí la titularidad de
determinada actividad como es la educación, excluyendo a los particulares en principio,
ya que ese derecho les debe ser delegado por el Estado mediante una clara e inequívoca
decisión de los poderes públicos competentes, cuestión que implica para los particulares
contar con la mencionada delegación estatal.

Obviamente al poder otorgar la respectiva autorización existe un sujeto, el Estado, que


titular de un derecho pre-existente, cuyo ejercicio por parte de las instituciones
autorizadas se halla condicionado al cumplimiento de los requisitos establecidos por las
leyes y reglamentos, ya que el mencionado “contrato” de autorización se celebra
directamente en el interés público aspecto que incide en su régimen jurídico, con un
intenso control estatal. Sin embargo es fundamental remarcar que las instituciones
autorizadas actúan en nombre propio, cuestión que reviste importancia, entre otras
cuestiones, por las relaciones laborales y las responsabilidades civiles.
Controles. Cuando el Estado otorga la autorización de funcionamiento atribuye derechos
pero reservándose poderes de intervención y control, por cuya razón puede modificar el
servicio educativo concedido, imponer penalidades y hasta hacer caducar el permiso de
funcionamiento, todo dentro de los denominados “marcos regulatorios”, que otorgan
estabilidad y consistencia a los principios y criterios generales que ambas partes conocen y
respetan. Dentro de esos marcos se incluyen la Constitución Nacional, las leyes nacionales
y provinciales y las reglamentaciones dictadas al efecto.

Ejecución de la autorización. Cuando los institutos de educación de gestión privada


reciben la autorización de funcionamiento se establece entre el mismo y el Estado un
“contrato” especial, mediante el cual las partes se comprometen a respetar una serie de
principios entre los que vale la pena mencionar como esenciales:

 En primer lugar el respeto a la palabra empeñada y a la buena fe, pero teniendo


presente que al tratarse de un servicio público siempre las interpretaciones deben
realizarse en favor de la continuación del funcionamiento de la organización escolar.

Apuntes - Hassel y Falero - Página 29 de 115


 El Estado, considerando sus potestades constitucionales, debe exigir el cumplimiento
del servicio educativo en forma eficiente, obligatoria, continua, regular y manteniendo
el principio de igualdad para todos los sectores involucrados.

 También el Estado debe concretar todos los controles que involucren los aspectos
técnicos, pedagógicos, administrativos y financieros, ya que su omisión puede hacer
surgir responsabilidades para los funcionarios involucrados.

 Tanto la institución escolar como el Estado deben comprometerse a adecuar el servicio


educativo a las necesidades y mejores técnicas que se presenten, introduciendo las
modificaciones que correspondan en su organización como en el funcionamiento
pedagógico y educativo, siembre que esos cambios no sean arbitrariamente
incorporados por ninguna de las partes.

 Asimismo el Estado, ante cualquier incumplimiento, puede imponer sanciones. Esta


atribución es un principio esencial pues incluso a falta de texto expreso los
funcionarios no están desarmados pues su poder deriva de sus atribuciones de control.

 Con relación a la extinción de la autorización para el funcionamiento de la institución


escolar, debe indicarse que cesan sus efectos jurídicos especialmente por los factores
que se indican, aunque siempre las normas podrán fijar otras igualmente válidas:

o Por muerte, falencia o desaparición del propietario del instituto de educación de


gestión privada, porque dicha autorización es intuito personae aunque en caso de
muerte podría autorizarse que continúen sus herederos.

o Se extingue por renuncia del propietario.

o Por caducidad de la autorización de mutuo acuerdo o motivada por


incumplimiento del propietario.

o Por mérito o conveniencia del Estado, aunque la anulación de la autorización no


puede ser arbitraria, no correspondiendo en ningún caso el pago de
indemnizaciones.

 Es importante realizar básicas consideraciones con relación a la responsabilidad frente


a la sociedad en general, formada especialmente por padres y alumnos:

o Como el funcionamiento de la institución escolar se realiza a costa y riesgo del


propietario, la responsabilidad por su funcionamiento frente a los usuarios de
éste último.

o Basándonos en que la Constitución Nacional establece que los usuarios son la


parte más débil en este tipo de relaciones, se debe imponer el orden público

Apuntes - Hassel y Falero - Página 30 de 115


económico de protección y, en caso de duda, se estará siempre a la
interpretación más favorables a alumnos y padres. Estas obligaciones incluyen
la obligación de seguridad y el deber de una información adecuada y veraz.

o Con relación a la responsabilidad de los entes de control, como es en el caso de


Misiones el Servicio Provincial de Enseñanza Privada, la mayoría de la doctrina
opina que si no cumplen adecuadamente sus funciones de control, los usuarios
de los servicios educativos pueden demandar al Servicio a forzarlos a ejercerla,
pero los padres no podrán demandar al Estado el resarcimiento del daño.

La educación privada incorporada como servicio público


Una cuestión que presenta aristas complejas es la relativa a la definición de la naturaleza
jurídica del vínculo existente entre el establecimiento educativo de gestión privada
incorporado a la enseñanza oficial y el Estado, es decir, el encuadramiento legal de la
actividad desarrollada por dicho institutos.

Esta definición, como hemos visto, adquiere sustancial importancia desde que, a partir de
ella, se derivan una serie de consecuencias de incidencia directa sobre la vida de la
institución, tales como los alcances del contralor que el Estado puede y debe ejercer sobre
ella, así como también las condiciones que se le imponen al establecimiento educativo
privado para su habilitación y funcionamiento.

A su vez, la definición sobre la naturaleza jurídica de la vinculación entre el ente educativo


empleador y el Estado repercute sobre el contrato de trabajo que vincula el establecimiento
empleador con sus trabajadores.

Desde esta perspectiva, es esencial señalar que las actividades de los establecimientos
educativos privados incorporados desarrollan un servicio público, con todas las
consecuencias jurídicas que tal definición determina. En efecto, hoy se encuentra
consolidada la idea de que desarrollan un “servicio público”, que algunos autores como
Zunino califican como un “servicio público impropio”, ya que realizan una actividad con
especial contralor por parte de las organizaciones estatales específicas (en el caso de
Misiones, el Servicio Provincial de Enseñanza Privada), que implican una serie de
derechos y obligaciones recíprocas en el marco de una relación con el Estado de mucha
intensidad, que las diferencian de las que posee cualquier otra institución de la vida civil
o comercial.

 Artículo 1 (Ley 2987) - Créase el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones


(S.P.E.P.M.) que funcionará como órgano descentralizado en el ámbito del Ministerio de
Cultura y Educación de la provincia y que ajustará sus funciones, objetivos y finalidades a las
prescripciones establecidas en la presente ley y su reglamentación.

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 Artículo 2 (Ley 2987) - El Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones tendrá por
misión ejecutar las políticas de la provincia en materia de educación pública de gestión privada
dentro de los principios reconocidos por esta ley, las Constituciones Nacional y Provincial y
Tratados Internacionales.

A tal fin intervendrá en todo lo concerniente a la asistencia, reglamentación y supervisión de los


establecimientos educativos de gestión privada y la determinación del régimen de aportes y
control de su inversión, sin perjuicio de la competencia del Tribunal de Cuentas.

En el marco de la vaguedad del concepto de servicio público al que hemos referido, en el


caso de la educación de gestión privada, se dan aquellos elementos que permiten
caracterizar la actividad como servicio público impropio o actividad especialmente
regulada por el Estado, toda vez que presenta los siguientes componentes:

Elemento finalista
Comenzando con lo relativo al aspecto teleológico, es claro que el fin que se persigue con
el servicio es satisfacer una “necesidad general” o colectiva, que tiene un “interés general”
que reviste la condición de “prioridad básica” o “prioridad esencial” en el desarrollo del
Estado y de la sociedad. Esto es así toda vez que es indiscutible que la educación
constituye uno de los deberes esenciales del Estado y que sería, por ende, impensable un
Estado desentendido de la educación.

Lo dicho se ve reafirmado a poco que se repare en que la educación posee ínsita una
vocación expansiva, que debe tender, por su propia naturaleza, a abarcar a todos los
sectores de la población con la mayor igualdad posible.

Elemento subjetivo
En lo atinente al elemento subjetivo –quién presta el servicio-, cuando se habla de la
“educación pública de gestión privada”, estamos refiriéndonos a aquella que se imparte en
los establecimientos incorporados a la enseñanza oficial, pero de propiedad de
particulares.

Dicho servicio público puede desarrollarse, como indica Fiorini, “con la concurrente
participación de la actividad privada en la misma gestión, como acontece en nuestro país
con la instrucción pública”, pero no basta con la decisión de los interesados en llevar
adelante este emprendimiento, sino que se requiere, necesariamente, de la autorización
por parte del Estado para el funcionamiento de la institución.

Esta autorización para el funcionamiento es una naturaleza jurídica distinta de aquella que
se exige para la simple apertura de un comercio o de cualquier actividad de otra índole, a
la que se denomina “habilitación”. Esto es así, ya que no se trata de un mero contralor en
el marco del poder general de policía del Estado, sino de la materialización de controles

Apuntes - Hassel y Falero - Página 32 de 115


mucho más intensos, propios de la existencia de una concesión de potestades estatales, en
la actividad a ejercer por terceros por delegación.

 Artículo 16 (Ley 2987) - La incorporación es el acto administrativo por el cual el Estado


provincial reconoce la enseñanza que imparten los establecimientos de enseñanza pública de
gestión privada y los títulos, diplomas y certificados de estudios extendidos por éstos, cuando se
adecuen a las previsiones legales y reglamentarias en el orden provincial en cuanto al mínimo
de enseñanza, régimen de funcionamiento y demás requisitos de validez de los estudios
cursados; a tales efectos dichos establecimientos estarán sujetos a la supervisión que determine
el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones.

Se trata de un problema que ha de considerarse definitivamente resuelto: los


establecimientos de utilidad pública son personas jurídicas de derecho privado. Ahora
bien es evidente que los controles administrativos sobre estos organismos son, sobre todo
en ciertos casos, particularmente intensos. La vigilancia administrativa, por ejemplo, en
relación con las fundaciones de interés público, clasificadas como benéficas o benéfico-
docentes, no se limitan a una fiscalización externa de la legalidad de su actuación, sino que
se adentra en la apreciación de la oportunidad, de la mayoría de sus actos de gestión, e
incluso de la subsistencia de sus propios fines. Tal como indica Garrido Falla, “el llamado
protectorado estatal sobre estas instituciones presenta, pues, unos caracteres típicos frente
a la mera limitación de policía que hacen posible la configuración de una tercera categoría
entre aquélla y la tutela sobre las entidades descentralizadas”.

No se trata de una autorización sujeta a la mera registración previa a la iniciación de la


actividad y sometida a un control genérico respecto de las condiciones de salubridad,
moralidad o seguridad en que dicha actividad se desarrolla. Se trata por el contrario de
una autorización, que conlleva un fuerte contralor previo de facetas diversas como la
adopción de los planes de estudio oficiales, la posesión de un edificio cuyas condiciones
fija el Estado, la posesión de los títulos exigidos para la enseñanza pública por parte de los
docentes del establecimiento, la acreditación de solvencia moral y financiera del
propietario –persona física o jurídica-, en algunos supuestos el arancel a cobra por el
servicio, etcétera.

Obviamente el contralor del Estado se da con independencia de los aportes o subsidios por
parte de aquél a favor del establecimiento, ya que la incorporación a la enseñanza oficial
de un instituto no está condicionada al subsidio que eventualmente pudiera recibir por
parte del Estado. Por el contrario, la incorporación se relaciona con la autorización para el
funcionamiento y el otorgamiento de títulos de valides oficial, y el consecuente contralor
pedagógico y demás aspectos antes señalados efectuado por el Estado, como condición
para la convalidación de tales títulos, siendo lo relativo al aporte económico un aspecto
tangencial, que puede o no estar, sin que se modifique en absoluto la facultad de contralor
aludida.

Apuntes - Hassel y Falero - Página 33 de 115


La responsabilidad primaria del Estado en materia de educación (publicatio)
Otro aspecto esencial que hace a la configuración de la educación privada incorporada
cono servicio público está dado por lo que se denomina la publicatio o titularidad estatal
del servicio de que se trata. La definición se basa en el artículo 75, inciso 19, tercer párrafo
de la Constitución Nacional, donde se consagra la responsabilidad indelegable del
Estado respecto a la educación.

 Constitución Nacional - Atribuciones del Congreso - Artículo 75- Corresponde al


Congreso: (…) 19. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con
justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la
formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación
y desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.

Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover


políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y
regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.

Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional


respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad
indelegable del estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores
democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que
garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía
y autarquía de las universidades nacionales.

Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las
obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.

Esto implica que la titularidad en cabeza del Estado aparece claramente en todo el plexo
normativo que regula esta actividad, remarcándose que el sistema educativo en su
integridad está conformado por los servicios de gestión estatal y los de gestión privada. Al
respecto, la Ley de Educación Nacional establece en su artículo 14 que “el Sistema
Educativo Nacional es el conjunto organizado de servicios y acciones educativas reguladas por el
Estado que posibilitan el ejercicio del derecho a la educación. Lo integran los servicios educativos de
gestión estatal y privada, gestión cooperativa y gestión social, de todas las jurisdicciones del país,
que abarcan los distintos niveles, ciclos y modalidades de la educación”.

Como puede apreciarse, la normativa indica que lo que está en manos privadas es sólo la
“gestión” del servicio, diferenciando esto de su “titularidad”, a la que permanece en
manos del Estado.

Esta situación también se refleja en el artículo 13 de la misma norma que dispone que “el
Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reconocen, autorizan y
supervisan el funcionamiento de instituciones educativas de gestión privada, confesionales o no

Apuntes - Hassel y Falero - Página 34 de 115


confesionales, de gestión cooperativa y de gestión social”, cuestión que asimismo se remarca en
el artículo 62 de esa Ley, donde se establece que “los servicios educativos de gestión privada
estarán sujetos a la autorización, reconocimiento y supervisión de las autoridades educativas
jurisdiccionales correspondientes”.

Entre las obligaciones de los administradores educativos privados, en el artículo 63


inciso b) de la norma antedicha se establece que ellos deberán “cumplir con la normativa y
los lineamientos de la política educativa nacional y jurisdiccional; ofrecer servicios
educativos que respondan a necesidades de la comunidad; brindar toda la información
necesaria de la comunidad; brindar toda la información necesaria para la supervisión
pedagógica y el control contable y laboral por parte del Estado”.

En suma, la educación que integra el sistema educativo, nacional, provincial o municipal,


es siempre pública, pudiendo ser de gestión estatal directa, o bien, de gestión privada.

También estos conceptos han sido receptados en la provincia de Misiones, estableciendo


en el artículo 2 de la ley 4026 que “el Estado provincial tiene la responsabilidad principal e
indelegable de fijar y controlar el cumplimiento de la política educativa y de garantizar el
derecho a la educación de todos los habitantes, mediante la creación, sostenimiento,
autorización y supervisión de los servicios necesarios, con la participación de la familia, la
comunidad, sus organizaciones y la iniciativa privada”. A la vez en el artículo 42 de dicha
norma se indica que “los servicios educativos de gestión privada deben estar sujetos al
reconocimiento previo y a la supervisión de las autoridades educativas oficiales, de
acuerdo con lo dispuesto en las leyes provinciales que organizan el control jurisdiccional y
las normas y acuerdos federales establecidos a tal fin”.

El régimen normativo exorbitante


En el mismo orden de ideas debe puntualizarse que los aspectos normativos antes
descriptos, que configuran la titularidad del servicio en manos del Estado, resultan a la
vez demostrativos de la naturaleza claramente exorbitante de este plexo legal, ya que
contiene prerrogativas a favor del Estado que exceden largamente la regulación ordinaria
de la actividad de los particulares o las meras limitaciones a los derechos individuales
adoptadas, fundadas en el Poder de Policía.

Repárese, por caso, en que sólo desde esta perspectiva es admisible un contralor respecto
de la calidad del servicio que se brinda, ya que eso y no otra cosa es la supervisión
pedagógica que efectúa el Estado en estos institutos, en función de la cual se puede llegar
incluso a disponer la caducidad de la incorporación o reconocimiento.

Es decir entonces que la condición de los establecimientos educativos de gestión privada


como prestadores de un servicio público hace que éstos estén sujetos a una estricta
regulación, que abarca desde la habilitación para su funcionamiento hasta los contenidos

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curriculares, así como también los títulos exigidos al personal docente, en su caso el valor
de las cuotas que se abona por el servicio, el adecuado cumplimiento de las norma
laborales respecto del personal, las estructuras edilicias en las que el servicio se presta,
entre otros, todo esto sin perjuicio del contralor que, como cualquiera otra actividad
privada, tienen en orden a sus aspectos de policía tributaria, de seguridad social, etcétera.

Por esta causa expresa Albergucci que “la autorización significa que el Estado –las
autoridades de cada jurisdicción- en cuanto responsable de la educación pública, se
reserva la potestad de reglamentar el ejercicio de los derechos y obligaciones de los agente
de gestión, a través de las normas de aplicación”.

Presunción de legitimidad
Finalmente, con relación a este tema, es dable recordar expresiones de Altamira Gigena,
que señala que “en la segunda mitad del siglo XX, en la República Argentina, el legislador
posibilitó que establecimientos privados impartieran enseñanza universitaria, expidiendo
títulos y diplomas con validez oficial. Anteriormente, ya se había otorgado la posibilidad a
personas jurídicas privadas, que impartieran enseñanza primaria y secundaria (…) Las
normas precedentemente citadas son útiles para llegar a la conclusión de que las personas
jurídicas privadas que ejercen función administrativa por mandato legal dictan actos
administrativos que a los fines de gozar de la presunción de legitimidad deben respetar
los principios y normas del derecho público en general y del derecho administrativo en
especial”.

Esto nos habla incluso de la competencia contenciosa administrativa para la dilución, en


sede judicial, de los diferendos surgidos por la actuación de los administradores de la
educación incorporada o reconocida – con excepción de aquellos que hacen a la relación
laboral de la empresa educativa con sus dependientes – cuestión que dilucida la
naturaleza jurídica del servicio educativo de gestión privada.

 Jurisprudencia: La Cámara con competencia laboral de la Ciudad Cruz del Eje (17 de
mayo de 2000 in re “Bergondo, Paula Constanza y otra v. Instituto Privado Dante
Alighieri y otro –ordinario laboral y sus acumulados”), citando a Marienhoff, ha dicho
que una de las especies principales de colaboración de los particulares con la
Administración en la prestación de los servicios públicos es “por actividad paralela”, al
decir que ésta se produce “cuando un particular o administrativo realiza una actividad
de beneficio general que el Estado ya tomó a su cargo con el carácter de servicio
público. Es el caso, por ejemplo, de los establecimientos privados de enseñanza…”.

Señala el doctrinario que en esta caso “el particular ejercita una actividad similar a la
que cumple o puede cumplir el Estado; por ejemplo: la enseñanza en cualquiera de sus
ciclos (…) El particular no puede realizar esa actividad –servicio público- por su propia
y exclusiva resolución y sin intervención de los poderes públicos”, porque de otro

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modo iría contra la “concepción de la unidad esencial del Estado moderno. Con el
objeto de conservar esa unidad, el Estado se reserva las facultades necesarias para
garantizarla, a saber: necesidad de una “autorización” previa a las instituciones
admitidas a colaborar, seguida de un permanente control y vigilancia, para mantener
la colaboración dentro de los límites debidos. El poder de control y vigilancia incluye la
facultad de retirar las autorización otorgada si las circunstancias así lo exigiesen, de
vigilar la selección del personal y de comprobar de una manera continua el
funcionamiento de la institución colaboradora”.

El mismo fallo concluye que “la educación es un servicio público, que se integra en un
sistema único, y que su prestación puede ser de gestión oficial o gestión privada”.

Linares por su lado expresa que “impartir instrucción pública por el Estado entraña
servicio público, también tiene ese carácter la educación primaria, secundaria y
universitaria suministradas por establecimientos privados, por el hecho de hacerlo sobre la
base de una licencia y estar sometidos al control del Estado. Tanto es así que en
determinados casos de incumplimiento de las reglamentaciones oficiales, puede la licencia
ser revocada. Se trata, la actividad, de un servicio público impropio”.

Por otra parte, y desde el punto de vista del derecho positivo, el Decreto Nacional
365/1993 zanjó la discusión examinada, al sostener que “la enseñanza del ciudadano,
cuando es prestada por instituciones privadas, constituye un servicio público de los
denominados impropios, y como tal se haya sujeta a la tutela y el contralor estatales”.

 Jurisprudencia: La gestión educativa incorporada entendida como servicio público ha


sido sostenida incluso por la Corte Suprema de Justicia de la Nación al expresar que
“el tratamiento del punto lleva a considerar la naturaleza de la actividad que llevan a
cabo los institutos privados de enseñanza (…) compartiendo el criterio arraigado en el
derecho administrativo, dentro de los casos en los cuales se manifiesta lo que ha dado
en llamarse colaboración de los particulares en la prestación de un servicio público,
caracterización conceptual en la que se subsume la de “colaboración por actividades
paralelas” en la que la intervención de aquéllos concurre con la del Estado en la
satisfacción del beneficio general de la comunidad (…) que, en tales condiciones, la
participación de los particulares se enmarca en el ejercicio privado de la función
pública toda vez que, aunque medie un interés del Estado, se realiza en nombre propio
y los prestatarios no integran, por tal razón, la organización administrativa estatal
aunque en el desempeño de esas tareas estén sujetos al control de los órganos de
gobierno…” (Corte Suprema de Justicia de la Nación, fallo del 30 de marzo de 1989, in
re “Asociación Civil Escuela Escocesa San Andrés y otros v. Provincia de Buenos Aires
y otra s/declarativa”, JA 1989-III-230. Fallos 312:418).

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También la Ley de Educación Nacional N° 26.206 remarca, en su artículo 62 que “los
servicios educativos de gestión privada estarán sujetos a la autorización, reconocimiento y
supervisión de las autoridades educativas jurisdiccionales correspondientes”.

A modo de colofón podemos concluir en que, partiendo de la premisa de que nuestros


ordenamientos jurídicos definen a la educación como un servicio público, o servicio
público impropio o de colaboración, el Estado es quien tiene en sus manos la titularidad
de ese servicio, y la responsabilidad esencial y primaria en la materia, pudiendo si delegar
su ejercicio en terceros, pero siempre bajo el control intenso, propio de este tipo de
regímenes, por parte de los organismos creados a tal efecto.

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3. RELACIÓN JURÍDICA ENTRE ESTADO, INSTITUTO Y PERSONAL

Introducción: Jerarquía de las fuentes. Orden de prelación. Supletoriedad.


El orden jerárquico normativo surge primeramente de la interpretación armónica de los
artículos 31 y del 75, incisos 22 y 24 de la CN. La jerarquía máxima la tiene la Constitución
Nacional y los 13 tratados internaciones relativos a los derechos humanos; en segundo
lugar se ubican los demás tratados internacionales y concordatos; luego las leyes
sancionadas por el Congreso, después los convenios colectivos y laudos arbitrales
(voluntarios u obligatorios) con fuerza de convenios colectivos; la constitución y leyes
provinciales; las resoluciones (CFE, ministeriales u de organismos estatales Nacionales y
Provinciales; las resoluciones de los Representantes Legales; las disposiciones de los
directivos del instituto; las circulares internas, demás normativas inferiores. A estas
fuentes normativas debemos agregar La Jurisprudencia; las costumbres jurídicas (usos y
prácticas administrativas) y también la Doctrina de los autores.

Pero específicamente en el ámbito del derecho del trabajo, tenemos que tener en cuenta
que rige el principio protectorio, materializado en tres reglas básicas:

1. in dubio pro operario;

2. la regla de la norma más favorable;

3. la regla de la condición más beneficiosa.

Incluso una norma de jerarquía inferior puede prevalecer sobre otra de jerarquía superior
si resulta más favorable al trabajador. En caso de presentarse un conflicto de aplicación de
las distintas fuentes del derecho del trabajo (dejando de lado la Constitución Nacional y
los tratados internacionales), se debe tener en cuenta las siguientes pautas rectoras:

 En principio, la ley se impone por sobre las demás fuentes, puesto que la ley tiene
jerarquía superior al convenio colectivo.

 En caso de darse que una ley general posterior complementa a una ley especial, si
ésta otorga mejores derechos al trabajador, en ese caso, la sustituirá en forma
parcial o totalmente.

 El convenio colectivo tiene eficacia derogatoria respecto de una ley anterior menos
beneficiosa y deja sin efecto al convenio colectivo anterior aun cuando éste otorgara
mejores derechos a los trabajadores y deroga también las cláusulas menos
favorables incluidas en el contrato individual.

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 Por el contrario, las cláusulas normativas de los convenios colectivos no se
incorporan al contrato individual.

 Ni la ley ni el convenio colectivo pueden afectar el contrato individual anterior que


otorga mayores beneficios al trabajador; en este caso, el contrato individual se
impone tanto al convenio colectivo como a la ley.

En síntesis, para saber cuál es la fuente que corresponde aplicar al caso concreto, se deben
tener en cuenta los principios propios del derecho del trabajo y analizar lo siguiente:

1. Lo pactado por el trabajador en el contrato individual de trabajo.

2. Observar si a la actividad o a la empresa le resulta aplicable un convenio colectivo


de trabajo o si está regida por un estatuto especial o si existe reglamento de
empresa.

3. Si la respuesta a los dos puntos anteriores es afirmativa, verificar si ninguna de las


cláusulas o normas viola el orden público laboral.

4. Si la respuesta a los dos primeros puntos es negativa o si el punto tercero es


afirmativo, se debe aplicar la LCT. (Ley N° 20.744 – 21.297 y modificatorias)

En caso de colisión entre dos o más fuentes que otorgan distintos beneficios al trabajador,
se debe aplicar la regla del régimen más favorable. Para lograr tal objetivo
doctrinariamente se han establecido tres criterios:

 Acumulación: se toman las normas y cláusulas más favorables de cada una de las
fuentes del derecho y con ellas se conforma una nueva norma.

 Conglobamiento: se elige la fuente que contenga mayores beneficios para el


trabajador y se dejan de lado las restantes.

 Conglobamiento por instituciones: este sistema es el adoptado por la LCT; es un


método por el cual se toman como base para efectuar la elección, las normas más
favorables contenidas en un determinado instituto, es decir, se divide la norma por
institutos y luego se elige aquella que tenga mayores beneficios para el trabajador.

Relación entre el Estado, el Instituto y los docentes


Es importante realizar algunas consideraciones sobre aspectos del contrato de trabajo del
docente privado que aparecen frecuentemente como factores de confusión conceptual. Es
decir, a los errores en que se incurre al confundir los roles jurídicos, responsabilidades,
derechos y deberes que posee cada uno de los actores de la relación que se establece entre

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el empleador propietario del establecimiento educativo, el trabajador en estos institutos
educacionales y, finalmente, el Estado otorgante de la autorización o incorporación a la
enseñanza oficial.

Dicho error radica generalmente en entender que existe una relación jurídica directa y de
dependencia laboral entre el trabajador docente privado y el Estado, siendo que en
realidad la relación de dependencia laboral se da exclusivamente entre el trabajador y el
empleador privado. No existe relación de dependencia laboral entre el docente privado y
el Estado.

Sin embargo, sí existe una vinculación jurídica entre el propietario de un establecimiento


privado incorporado (empleador) y el Estado, quien ejerce sobre aquél facultades de
controlador pedagógico, económico, de cumplimiento de las normas de derecho del
trabajo, entre otros, como condición para conceder y mantener la autorización de
funcionamiento del instituto.

Esta relación jurídica entre el Estado y los efectores privados de la educación, como se
verá, se rigen por las normas locales que regulan la actividad de estos establecimientos
escolares.

Se impone además recordar que todos los establecimientos descriptos deben adecuarse al
régimen normativo, independientemente de que reciban o no subsidio o aporte estatal.
Esto porque la obligación de su adecuación a la normativa deviene de su condición de
instituto incorporado, y no la de beneficiario del subsidio estatal.

Si bien esta relación empleador-Estado en modo alguno abarca al docente, ni siquiera en


los casos en que su salario se abona con los fondos que a ese fin proporciona total o
parcialmente el poder público a través del respectivo subsidio, ello no impide que el poder
público exija a propietarios de institutos privados de educación el cumplimiento de
determinadas condiciones respecto del personal docente (título, aptitud psicofísica,
etcétera), cuyo cumplimiento resulta necesario para obtener y mantener la incorporación.

El propietario del instituto educativo, que puede ser una persona física o ideal (asociación,
fundación, sociedad comercial o civil, u otras) es en definitiva quien a este contrato ocupa
el lugar de la empresa o el empleador en los términos genéricos del Régimen de contrato
de trabajo.

 Jurisprudencia: Al respecto la Corte Suprema de Justicia de la Nación expresó que


“sólo media una relación laboral entre las partes, sin que el contralor que el estado
ejerce sobre tales institutos importe sustituir los sujetos de la relación laboral”. (Corte
Suprema, in re “Carrieri, María T. v. Nuestra Señora Del Carmen”, Fallos 274:326).

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Por último, debe tenerse presente que los compromisos asumidos por los propietarios o
sus apoderados solo obligan a la empresa y no al Estado. Esto implica que el salario lo
abona siempre el empleador, aun cuando reciba subsidio estatal a ese efecto. Por tanto, los
salarios o rubros laborales de cualquier naturaleza que se deban al trabajador los adeuda
siempre el empleador y no el Estado. Lo mismo ocurre con las indemnizaciones derivadas
de la ruptura del contrato de trabajo y cualquier otro rubro nacido en el marco de dicha
relación laboral.

Por tanto, no resulta a los empleadores factible escudarse en la eventual falta de pago de
subsidio o aporte estatal con destino a sueldos, o demora en este, para incumplir con tal
débito, propio del contrato de empleo.

 Jurisprudencia: La Cámara del Trabajo de Córdoba, en este sentido ha dicho que “…


no obstante que a esta clase de institutos privados de enseñanza el Estado provincial
les garantiza la entrega de dinero para afrontar estos rubros que deben abonarles a sus
dependientes, ello no significa que los desobligue como responsables directos de tales
créditos” Agrega asimismo dicho fallo que “siendo ello así, la razón dada por la
patronal demandada en el sentido de que no abandonó los haberes de todo un año a la
actora debido a que nos percibía del Estado provincial ya que era éste quien debía
suministrarlos por ser un instituto adscripto y, por lo tanto, no resultaba responsable
directo de tales créditos, carece de toda virtualidad jurídica. Es más, por su condición
de adscripto, conforme a la norma citada, no sólo que era y sigue siendo el primer
responsable por no cumplir con la satisfacción de estos créditos alimentarios de la
actora, sino que tampoco podía permitirse esgrimir como razón eximente de su
responsabilidad tamaño despropósito” (Cámara del Trabajo de Córdoba, sala sexta, 3
de octubre de 2002, in re “Funes, Lis G. v. Asociación para el Progreso de la
Educación SRL”).

Lo dicho encuentra razón en que la circunstancia de que el Estado contribuya


económicamente con el establecimiento educativo para el pago de los haberes del personal
no cambia ni incide en la relación laboral estrictamente privada entre el dependiente y su
empleador. Por cuya causa puede expresarse que el subsidio estatal otorgado a favor de
un instituto educacional de carácter privado no cambia la naturaleza contractual de la
relación laboral existente entre éste y los profesores que allí se desempeñan, la que sigue
siendo reglada por la Ley de Contrato de Trabajo.

 Artículo 52 (Ley 2987) – La provincia garantiza a los establecimientos de enseñanza pública


de gestión privada el aporte financiero destinado al pago de los haberes y cargas previsionales y
sociales del personal que integra la planta funcional aprobada, como así los correspondientes al
personal docente suplente de acuerdo con las normas de anticipos y rendiciones de cuentas que
determinen el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones y el envío mensual de

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dicho aporte en las mismas fechas en que se remitan los sueldos de los establecimientos de
educación pública de gestión estatal.

El aporte estatal no podrá ser considerado como pago de sueldos a los docentes, ni les dará a
éstos derecho alguno contra el Estado provincial.

Por último, resulta necesario señalar que las obligaciones propias de los institutos
adscriptos, reconocidos o incorporados, respecto de su personal, son de plena aplicación a
partir de que el establecimiento solicita su incorporación.

Esto es así toda vez que, por un lado, el cumplimiento de tales condiciones está impuesto
como requisito previo para lograr la incorporación y, por la otra, porque no resultaría
admisible en derecho –por repugnar el principio de igualdad ante la ley-, que en un
establecimiento, que pretende ser reconocido por el sistema educativo oficial, se vea
eximido de mantener en orden a sus dependientes un trato idéntico que el que dispensa
cualquier empleador docente privado ya reconocido, ya que lo contrario vulneraría no
sólo la ley, sino también el principio de coherencia con los actos propios. Este criterio ha
sido respetado en la Resolución 250/1988 del Consejo Gremial de Enseñanza Privada.

Contratación a término.
Un tema que preocupa a muchos docentes y propietarios se relaciona con la contratación a
término de los titulares. Al respecto, es importante tener presente que la legislación
vigente señala (tal como indica Vázquez Vialard en su libro sobre Derecho del Trabajo y la
Seguridad Social) en relación al docente privado, que aquél que trabaja todo el periodo
lectivo sea en nivel inicial,  primaria y secundaria, no es un trabajador de temporada razón
por la cual la prestación principal del empleador, el pago del sueldo, debe realizarse
durante los 12 meses del año (artículo 19 de la ley 13047).

Además, la norma citada obliga a los docentes a tomarse la licencia de vacaciones en el


tiempo de receso estival (Decreto 2413/79).

Todo ello lleva al convencimiento de que la naturaleza del contrato docente, cuando se
prestan servicios durante todo el año lectivo, es un contrato de trabajo permanente y
continuo, según afirma la Cámara Laboral.

En razón de ello la Cámara hizo lugar a fines del último año al agravio presentado por
varios docentes a quienes se les designaba de marzo a noviembre o a diciembre para no
pagar vacaciones, teniendo como base que la relación entre las partes fue un contrato de
trabajo por tiempo indeterminado de prestación continua y, por tanto, las actoras debían
percibir remuneración durante el periodo de receso (Art. 19 de la Ley 13047). 

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En otras palabras, los contratos a término de los docentes titulares son inválidos por violar
el orden público laboral (artículo 14 LCT y 19 de la 13047).

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4. ORGANISMOS DE CONTROL

Lo relativo a los organismos de control estatales sobre el servicio educativo es una


cuestión jurídicamente compleja atenta la superposición de normas en el orden nacional y
provincial, que merece un tratamiento prudente a los fines de intentar dilucidar tal busilis
normativo.

En ese marco, el funcionamiento de dichos órganos está estrechamente vinculado con lo


que se analiza en los parágrafos anteriores y, específicamente en orden al régimen jurídico
aplicable al contrato de trabajo del docente privado, valen las aclaraciones y análisis ya
realizados respecto a dicha cuestión.

Sin perjuicio de esta remisión, señalamos que el ejercicio del Poder de Policía del Trabajo,
o sea, la potestad estatal de control del cumplimiento de la normativa laboral, no difiere
del resto de las relaciones de empleo privadas, por lo que es ejercido por los organismos
jurisdiccionales pertinentes. A modo de corolario, que simplemente ratifica lo dicho, debe
recordarse que el artículo 63 de la ley 26.206 establece entre las obligaciones de los agentes
privados prestadores del servicio educativo el de “brindar toda la información necesaria
para (…) el control contable y laboral por parte del Estado”.

Con antelación al dictado de la Ley 24.049, de Transferencia de los Servicios Educativos


Nacionales, coexistían establecimientos educativos privados bajo la órbita nacional –
supervisados mediante la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada (SNEP)-, y
otros de idéntica naturaleza bajo las respectivas órbitas provinciales.

En ese marco corresponde señalar primeramente que la precitada Ley 24.049 autorizó al
Poder Ejecutivo Nacional a transferir, a partir del primero de enero de 1992, a las
provincias y a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, (hoy Ciudad de Bs. As.) las
facultades y funciones sobre los establecimientos públicos y privados reconocidos que
tenía el Ministerio Nacional del ramo. Es por ello que con la implementación de la
transferencia aludida, no quedaron establecimientos educativos, públicos ni privados, en
manos directas del estado nacional.

La norma referida expresa, en su artículo 23, que esos servicios se transfieren


manteniéndose los principios de libertad de enseñanza y los derechos emergentes de la
normativa nacional sobre la materia. Entre esas normas se encuentra la Ley 13.047, como
fuente de derechos y obligaciones para las partes vinculadas al contrato de trabajo del
docente privado. Las diversas jurisdicciones adhirieron a la ley 24.049 a través de
convenios de transferencia, que fueron aprobados por sus respectivas legislaturas, y allí,
en algunos casos como es el de Misiones, se especificó expresamente la vigencia de la ley
13.047.

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Es decir que al producirse dicho traspaso, los institutos de gestión privada dejaron de estar
adscriptos o incorporados a la Nación, quedando sometidos, por tanto –en lo atinente al
poder de policía educativo, propio del contralor de la prestación de este servicio-, a los
órganos que al efecto prevén las legislaciones locales.

En tal sentido es dable destacar las pautas fijadas por el Consejo Federal de Cultura y
Educación, en su Acuerdo Marco sobre Educación Pública de Gestión Privada, en el
sentido de que “las autoridades competentes de las provincias y de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires tienen la atribución de autorizar y supervisar los establecimientos de
gestión privada en su jurisdicción (artículos 36 y 59, inciso c) de la Ley 24.195). Las
facultades y funciones sobre los establecimientos educativos de gestión privada
transferidos por el gobierno nacional a las autoridades de las provincias y de las Ciudad
Autónoma de Buenos Aires a través de la ley 24.049 (artículo 1) y la aplicación de los
criterios de federalización y descentralización para el gobierno y la administración del
sistema educativo nacional (artículo 51 de la ley 24.195) determinan la competencia de las
autoridades jurisdiccionales para la reglamentación y supervisión del ejercicio del derecho
a enseñar (artículo 59, inciso c) de la ley, ley 24.195) y de los derechos y las obligaciones de
los agentes prestadores del servicio de enseñanza pública de gestión privada (artículo 36,
ley 24.195)” (Res. 119/1999, XL Asamblea Extraordinaria del Consejo Federal de Cultura y
Educación, Ministerio de Cultura y Educación de la Nación).

Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones


Sobre este tópico, el Acuerdo Marco aludido ha establecido que “en las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sería aconsejable organizar en la estructura del
Ministerio, Secretaría o Dirección General de Educación de cada jurisdicción, un
organismo con competencia específica sobre los establecimientos de enseñanza de gestión
privada…” (Punto 15), aspecto que en Misiones se tradujo en la creación del Servicio
Provincial de Enseñanza Privada de Misiones mediante Ley 2987.

 Ley 2987 - Título I - Disposiciones generales

Artículo 1.- Créase el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (S.P.E.P.M.) que
funcionará como órgano descentralizado en el ámbito del Ministerio de Cultura y Educación de
la provincia y que ajustará sus funciones, objetivos y finalidades a las prescripciones
establecidas en la presente ley y su reglamentación.

Artículo 2.- El Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones tendrá por misión
ejecutar las políticas de la provincia en materia de educación pública de gestión privada dentro
de los principios reconocidos por esta ley, las Constituciones Nacional y Provincial y Tratados
Internacionales.

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A tal fin intervendrá en todo lo concerniente a la asistencia, reglamentación y supervisión de los
establecimientos educativos de gestión privada y la determinación del régimen de aportes y
control de su inversión, sin perjuicio de la competencia del Tribunal de Cuentas.

Es decir que el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (S.P.E.P.M.) tiene a


su cargo la supervisión de los institutos públicos de gestión privada. Fue creado por Ley
2.987 (promulgada el 10 de diciembre de 1992), siendo un organismo descentralizado con
dependencia funcional del Ministerio de Cultura y Educación, que tiene a su cargo la
implementación de las políticas que para el sector fije el Poder Ejecutivo. Es dable tener
presente que la educación privada forma parte del sistema provincial de educación.

En definitiva, en la actualidad son los organismos que en cada jurisdicción provincial y de


la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que las normas locales han creado para el contralor
de la actividad de los establecimientos privados adscriptos o incorporados, los que tienen
las facultades de regulación, control y sanción, respecto de tales institutos.

El Consejo Gremial de Enseñanza Privada


El Consejo Gremial de Enseñanza Privada es un organismo colegiado dependiente del
Poder Ejecutivo Nacional, que fue creado por la Ley 13.047. Dicha norma le asigna al
Consejo Gremial de Enseñanza Privada (CGEP) las siguientes funciones:

 Recepción de las comunicaciones de personal en situación de “disponibilidad”


(artículo 16).

 Determinación de haberes del personal (artículo 18).

 Determinación del valor de los aranceles que cobran los establecimientos privados
(artículos 22 y 23).

 Fijación y contralor porcentual de dichos aranceles con destino al pago de haberes


(artículo 21)

 Fijación de becas a otorgar por los establecimientos privados (artículo 26)

 Fiscalización de las relaciones emergentes del contrato de empleo privado en la


enseñanza y de la aplicación de la presente ley (artículo 31).

 Resolución de las cuestiones relativas al sueldo, estabilidad, inmovilidad y condiciones


de trabajo del personal, que no están contempladas en el presente estatuto (artículo 31).

 Sustanciación de sumarios y en su caso imposición de sanciones, frente a las denuncias


que formule cualquier persona, entidad gremial o funcionario de reparticiones
públicas, por transgresiones a las disposiciones de la ley (artículo 33 y 34).

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 Resolución de los recursos que se dedujesen en contra de las resoluciones
sancionatorias dictadas por el Consejo, las que serán apelables ante el Poder Ejecutivo
Nacional.

En lo que hace a su integración, de conformidad a los dispuesto por el artículo 27, vale
señalar que se trata de un organismo colegiado compuesto por catorce (14) miembros y un
(1) presidente, designado por el Poder Ejecutivo nacional, conforme el siguiente detalle:

a) Cuatro representantes del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (2 por la


enseñanza secundaria y normal; 1 por la enseñanza técnica y 1 por la enseñanza
primaria).

b) Dos representantes de la Secretaría de Trabajo y Previsión.

c) Dos representantes patronales de los “establecimientos adscriptos a la enseñanza


oficial” (1 por los establecimientos religiosos y 1 por los establecimientos laicos).

d) Un representante patronal de los establecimientos comprendidos en los incisos b) y c)


del artículo 2ª (establecimientos no adscriptos y academias libres).

e) Tres representantes del personal (1 por los profesores, 1 por los maestros y 1 por el
restante del personal).

f) Dos representantes de las asociaciones de los padres de familia (uno por los
establecimientos religiosos y uno por los establecimientos laicos).

Se indica que “el presidente será designado por el Poder Ejecutivo” en tanto que “los
representantes a que se refieren los incisos c), d) y e) serán designados por las asociaciones
gremiales correspondientes”.

Más allá de lo anacrónico de su composición, corresponde analizar si las funciones antes


descriptas se corresponden, en la actualidad, con la realidad jurídica nacida a la luz de la
Ley de Transferencia de los Servicios Educativos, que ha traspasado a las jurisdicciones
locales, el contralor y regulación de estos establecimientos educativos.

Jurisdicción
Respecto a la jurisdicción, especialistas como Luis Silva y Vázquez Vialard, sostienen que
“Cuando los establecimientos privados pertenecen a las jurisdicciones provincial o
municipal, sus relaciones con el Estado se rigen por las normas locales, sea que integren el
sistema formal o no formal”, criterio también sostenido por el Consejo Federal de
Educación en el mencionado “Acuerdo Marco sobre Educación Pública de Gestión
Privada” (Resolución 119/1999, CFE).

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Con específica relación con las funciones que posee el Consejo Gremial de Enseñanza
Privada y las posibilidades efectivas de su ejercicio en el marco de la normativa vigente,
cabe hacer las siguientes reflexiones:

 En lo relativo a la determinación de los haberes del personal docente –que se


encuentran equiparados a los del sector público de cada jurisdicción-, es hoy, por esa
circunstancia, debería ser resorte propio y exclusivo de los Estados locales. Es que no
resulta admisible que un Estado provincial se vea obligado a abonar haberes que fije el
CGEP –organismo, como se ha dicho, dependiente del Estado Nacional-, cuando se
trata de establecimientos habilitados, supervisados y en muchos casos subvencionados
por ese Estado provincial. El CGEP si podría determinar los haberes del personal no
docente (maestranza y servicios; administrativos y extraprogramaticos o no incluidos
en POF), como de hecho lo hace, estableciendo por Resolución los Sueldos Básicos
acordados en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación entre
los representes de las patronales y el SAEOEP (Capital y Gran Bs. As.) y el SOEME
(todas las Provincias Argentinas), en el marco del Convenio Colectivo de Trabajo N°
318/99.

Aquella inadmisibilidad jurídica de haberes docentes, respecto de dependientes cuyos


sueldos están legalmente ”atados” a los que perciba el sector docente público
provincial de que se trate, más aún si se tiene en cuenta que el Estado nacional se ha
auto inhibido de intervenir en esta materia al transferir los servicios educativos a las
jurisdicciones provinciales. Esto surge con toda claridad de las disposiciones del art. 64
de la Ley de Educación Nacional, en cuanto establece que “los docentes de las
instituciones de gestión privada reconocidas tendrán derecho a una remuneración
mínima igual a la de los docentes de instituciones de gestión estatal, conforme al
régimen de equiparación fijado por la legislación vigente…”.

La norma indicada significa que el pago de los haberes del personal docente
constituye una de las obligaciones que la Ley de Educación Nacional y las leyes locales
imponen a los propietarios de estos establecimientos, como condición para la concesión
de este servicio educativo, por cuya causa los empleadores no pueden abonar sueldos
inferiores a los fijados en el orden provincial para el ámbito docente. Es decir, el CGEP
carece de toda competencia, y sus pronunciamientos serán inoponibles a los Estados
provinciales y a los empleadores (aunque las Provincias pueden aceptar los acuerdos
logrados en su marco). Además al señalar la ley en su artículo 62 que “los servicios
educativos de gestión privada estarán sujetos a la autorización, reconocimiento y
supervisión de las autoridades educativas jurisdiccionales correspondientes”, esclarece
definitivamente la incompetencia de este organismo en la materia.

También es importante recordar que Canaves, especialista del Consejo Superior de


Educación Católica (CONSUDEC), expresó que “respecto de los docentes de

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establecimientos privados que siempre dependieron de las provincias, el Poder
Ejecutivo nacional jamás tuvo facultades para fijar las remuneraciones de su personal.
En consecuencia, si el Poder Ejecutivo nacional a partir de la transferencia de los
servicios educativos, voluntariamente se desprendió de la facultad de determinar la
remuneración de los docentes privados, por vía de convenios suscriptos con las
distintas jurisdicciones, mal puede ahora pretender violentar ese convenio invadiendo
facultades constitucionales de éstas para inmiscuirse en el régimen salarial de los
docentes privados, menos aún en forma unilateral”.

 Tampoco posee hoy el CGEP potestades para la determinación de aranceles, ni de


porcentuales de ellos con destino al pago de haberes, como tampoco en lo atinente al
otorgamiento de becas para alumnos de estos institutos. Esto es así porque la fijación
de dichos ítem es facultad exclusiva y excluyente de los Estados provinciales, a través
de sus organismos específicos. Tal potestad está en cabeza de las jurisdicciones locales
en la medida en que estos aranceles resultan inversamente proporcionales al monto del
aporte estatal (al mayor aporte estatal, menor arancel), razón por la cual será el Estado
provincial, al determinar el otorgamiento o no de su subvención, quien regulará
también el valor de dichos aranceles. Por ende, consideramos que menos es de
competencia de la Nación, a través de la Secretaria de Comercio Interior, controlar las
cuotas. Para eso esta el SPEPM, que deberá hacerlo conforme a las grillas y los criterios
determinados por Decreto del Poder Ejecutivo Provincial.

Es decir, tampoco resulta jurídicamente admisible que el CGEP imponga a las distintas
jurisdicciones los aranceles a aplicar en los establecimientos privados que se
encuentran bajo su órbita, pues como expresa Ferraro, “son aquellas las que posean
legalmente la facultad de fijar esos montos, en tanto la concesión de servicios
educativos a terceros, que lleva ínsita esta potestad, es de su exclusiva incumbencia”.

 También podemos concluir que el CGEP no posee actualmente reales facultades de


contralor en orden al contrato de trabajo que vincula a los establecimientos con sus
dependientes, porque como expresa Seco en la Revista de Derecho Laboral, “con
relación al personal de los institutos adscriptos, que son fiscalizados por la autoridad
provincial, concurriendo allí con las funciones de la autoridad administrativa del
trabajo (…) y en los aspectos pedagógicos, es competente la autoridad educativa de
aplicación”. En el caso de Misiones, la Dirección General de Trabajo y el SPEPM.

Las reflexiones efectuadas en los párrafos anteriores -podría decirse- son de plena
aplicación también respecto de las condiciones del ejercicio de potestades disciplinarias
(sustanciación de sumarios administrativos, imposición de sanciones, etc.), respectos de
incumplimientos a la ley 13.047. A esta conclusión se arriba a poco que se repare en que
todas estas facultades han sido también objeto de transferencia a las órbitas locales, como
consecuencia necesaria de dicho traspaso y a los fines de dotar a las jurisdicciones de las

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herramientas atinentes al contralor y fiscalización de la prestación del servicio educativo
que esos Estados conceden a terceros.

Finalmente y en cuanto a la resolución de conflictos vinculados a otras cuestiones propias


del contrato de empleo del docente privado como las disponibilidades del personal, sus
licencias, etc., aparece claro que son las normas locales (Ley 2987, Dto. 542/83, entre otras)
las que, imbricadas con el ordenamiento jurídico nacional (Ley 26.206 y 13.047), resultan
de aplicación en este campo y, consecuentemente, son los organismos de cada jurisdicción
los que tienen a su cargo la intervención en esta materia y, en todo caso, serán la DGT o los
tribunales locales con competencia en lo laboral quienes deberán resolver en ultima
instancia las divergencias que se susciten respecto a esta materias, tal como se indica más
adelante en los artículos 50 y 51 de la Ley 2.987.

Por lo demás no puede dejar de subrayarse que la Ley Nacional de Educación prevé la
integración de representantes de los diversos sectores que hacen a la educación estatal y
privada, en el marco del Consejo de Políticas Educativas, del Consejo Federal de
Educación (art. 119, inc. a).

En definitiva, entonces concluimos en que el CGEP Ley 13047, independientemente de su


subsistencia formal, carece realmente hoy de gran parte de las facultades en orden a la
relación de trabajo docente, y sus actos resultarían en la práctica inaplicables y no
obligatorios para los actores de la educación pública de gestión privada en este aspecto.

Sin perjuicio de lo dicho, cabe agregar que las normas y los criterios interpretativos de la
ley 13.047, emanadas del CGEP con antelación a la transferencia de los servicios
educativos a las órbitas locales – en tanto dicho organismo por aquel entonces poseía
competencia a estos fines reglamentarios-, mantienen su vigencia en la medida en que
resulten aplicables al plexo normativo actual. Es más, el Art. 50 de la ley 2.987 dice “Hasta
tanto se sancionen nuevas normas que rijan la relación del propietario con el personal de su
establecimiento se adoptaran las disposiciones de la Ley Nacional 13047”.

Tribunal de Cuentas de la Provincia de Misiones

Creación
El Tribunal de Cuentas de la Provincia de Misiones, es un organismo creado por la
Constitución de Misiones e implementado por Decreto Ley 1214/60 y modificaciones. Las
pautas mencionadas permiten a dicha entidad actuar como un organismo independiente
de los tres Poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y establece la inamovilidad de los tres
miembros (un Presidente Abogado y dos Vocales Contadores).

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Funciones
El Tribunal de Cuentas es el Organismo de la Constitución Provincial que tiene el control 
externo posterior de  las cuentas de percepción  e inversión   de las rentas públicas, tanto
provinciales como municipales y de reparticiones autárquicas, aprobarlas o desaprobarlas,
y en este último caso indicar los funcionarios responsables, como también el monto y las
causas   de las irregularidades que la  dieron origen (articulo 2 ley orgánica). Es en este
marco que realiza el contralor de los movimientos de fondos realizados por el Servicio
Provincial de Enseñanza Privada, quien debe ajustarse estrictamente a las pautas
normativas y presupuestarias tanto en la administración de los fondos operativos como las
sumas que se distribuyen a las instituciones educativas en carácter de subsidios (más del
99 por ciento de las sumas movilizadas del presupuesto del organismo).

Asimismo podrá inspeccionar las oficinas provinciales y municipales que administren


fondos públicos y  fiscalizar las cuentas de las instituciones privadas, que reciban
subsidios del Estado provincial, como es el caso de los institutos de educación pública de
gestión privada que reciben los aportes en el marco de la ley 2987.

El artículo 18 agrega que, el Tribunal de Cuentas es la única autoridad con facultades


exclusivas y excluyentes, en el orden administrativo, para aprobar o desechar las cuentas
rendidas por la administración provincial, en sus tres poderes, sea dicha administración
centralizada o autárquica. Las mismas facultades las tendrá en lo relativo a las cuentas
comunales.

Las  atribuciones del Tribunal de Cuentas se encuentran  establecidas en la Constitución


Provincial y en su Ley Orgánica, tal como se detalla a continuación.

Constitución de la Provincia de Misiones


En el artículo 133 de la Constitución de Misiones se establece que, “sin perjuicio de lo que
disponga la ley”, el Tribunal tendrá las siguientes atribuciones:

1) Examinar las cuentas de percepción e inversión de las rentas públicas, tanto


provinciales como municipales y de reparticiones autárquicas; aprobarlas o
desaprobarlas y, en este último caso, indicar el funcionario o funcionarios
responsables, como también el monto y la causa de los alcances respectivos.

A tal fin los poderes públicos, las municipalidades, y los que administren los caudales de
la Provincia, estarán obligados a remitir anualmente las cuentas documentadas de los
dineros percibidos e invertidos, para su aprobación o desaprobación. El Tribunal se
pronunciará en el término de un año de la presentación; de lo contrario se tendrá por
aprobadas sin perjuicio de la responsabilidad de los miembros del Tribunal;

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2) Inspeccionar las oficinas provinciales y municipales que administren fondos públicos y
tomar las medidas necesarias para prevenir cualquier irregularidad, en la forma y con
arreglo al procedimiento que determine la ley;

3) Fiscalizar las cuentas de las instituciones privadas, que reciban subsidios del Estado
provincial.

Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas


Las pautas para su funcionamiento se determinan en el artículo 16 de dicha norma, la que
indica que corresponde a este Tribunal:

1) Ejercer el control externo de legalidad de las cuentas de percepción e inversión de las


rentas públicas provinciales y municipales, fiscalizando el cumplimiento de las leyes y
reglamentos relativos a la utilización de los recursos financieros - patrimoniales
estatales en los actos dictados por la autoridad responsable de ellos;

2) El examen y juicio de legalidad de las cuentas rendidas por los órganos competentes de
la Provincia y Municipios y quienes administren caudales de la Provincia;

3) Pronunciarse sobre la Cuenta General del Ejercicio;

4) El examen y juicio de las cuentas rendidas por las personas de Derecho Privado que
reciban subsidios de la Provincia o los Municipios;

5) Abrir juicio administrativo de responsabilidad a todo funcionario público provincial o


municipal de conformidad con las prescripciones de la presente ley;

6) La declaración de responsabilidad en el Orden Administrativo y formulación del


pertinente cargo, cuando corresponda;

7) Presentar anualmente al Poder Ejecutivo el Presupuesto de Gastos del Tribunal, a fin


de ser incluido en el Presupuesto General de la Provincia;

8) Autorizar y aprobar sus gastos, con arreglo a lo que establezca su propio reglamento;

9) Aplicar a los responsables en juicio de cuenta o administrativo de responsabilidad, en


caso de trasgresión a disposiciones legales o reglamentarias sin perjuicio del cargo o
alcance que corresponda formular a los mismos, por los daños materiales que puedan
derivarse para la hacienda del Estado Provincial o Municipal, multa de hasta un treinta
por ciento (30%) del monto del cargo que se formule o hasta la cantidad de Pesos
quinientos ($ 500), cuando el porcentaje indicado sea inferior a dicha suma;

10) Apercibir y aplicar multas de hasta el treinta por ciento (30%) del monto de los
intereses o valores cuestionados, o de los sueldos o retribuciones que se perciben, en
los casos de desobediencia a sus Resoluciones;

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11) Designar, Promover y Remover al Personal de su dependencia ante la propuesta de
cualquiera de sus Miembros Titulares y aprobado por la simple mayoría de los
Titulares y Sustitutos. No obstante, el Presidente y los Vocales en sus respectivas Áreas
podrán resolver por si solos sobre asignación de funciones o desafectación o traslado
del personal de sus Jurisdicciones;

12) Solicitar directamente el dictamen de los Asesores Legales del Gobierno de la


Provincia, cuando lo considere necesario;

13) Aprobar su Reglamento Interno y todos aquellos necesarios para la ejecución de la


presente Ley;

14) Asesorar a los Poderes del Estado Provincial, cuando estos lo requieran, en la materia
de su competencia.

Ley 4249 – Cargo de Fiscal Superior


Mediante la Ley Provincial 4249 de diciembre de 2005 se creó el cargo de Fiscal Superior
en el ámbito del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Misiones, “que debe reunir las
calidades de ciudadano argentino y poseer título de Abogado o Contador Público,
expedido por Universidades argentinas o extranjeras debidamente revalidado en la
República”.

Son facultades, atribuciones y deberes del Fiscal Superior:

a) tomar vista previa en la designación, promoción y remoción del personal dependiente


del Tribunal de Cuentas;

b) tomar vista previa de toda decisión que adopte el Tribunal de Cuentas de la Provincia
respecto al control de legalidad de las cuentas de percepción e inversión de las rentas
públicas provinciales, municipales, entes autárquicos, organismos descentralizados,
empresas del estado y/o en los que este último tenga participación, quedando
comprendidos los juicios administrativos de responsabilidad, la fiscalización del
cumplimiento de las leyes y reglamentos relativos a la utilización de los recursos
financieros-patrimoniales, declaración de responsabilidad y el correspondiente cargo en el
orden administrativo cuando corresponda, presentación del Presupuesto de Gastos del
Tribunal, autorización y aprobación de los gastos. Esta vista previa alcanzará a todo
proceso o causa en trámite ante el Tribunal de Cuentas;

c) interponer recurso de apelación directo dentro del término de cinco (5) días hábiles
posteriores a su notificación personal, ante el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia,
para el caso de no coincidir el Fiscal Superior con la decisión adoptada por el Tribunal de
Cuentas, a los fines de que el máximo Tribunal resuelva en definitiva sobre la cuestión. La
interposición del recurso de apelación en todos los casos tendrá efecto suspensivo sobre lo

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resuelto por el Tribunal de Cuentas. Se aplicará en forma supletoria y en lo pertinente las
normas contenidas en el Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Misiones;

d) intervenir como última instancia administrativa respecto a la interpretación y/o


aplicación que debe darse a una norma jurídica, en el caso de divergencia entre distintas
direcciones, dependencias u organismos del Tribunal de Cuentas.

Organización y composición
El Artículo 132 de la Constitución Provincial, establece: El Tribunal de cuentas estará
compuesto por un Presidente, abogado, y dos vocales, contadores públicos, todos
inamovibles, nombrados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Cámara de
Representantes. No podrán tener ningún otro empleo ni ejercer profesión.

El artículo 4 de la ley orgánica en conformidad con este artículo establece, que el tribunal
de cuentas se compondrá por: un presidente con título de abogado y dos vocales, con
titulo de contador público, y le agrega como complemento a la disposición constitucional,
todos expedidos por universidad legal Argentina.

En cuanto a los requisitos para ser miembros, además de los títulos universitarios
habilitantes solicitados, también debe tratarse de un ciudadano argentino nativo o
naturalizado con 10 años de ejercicio de la ciudadanía.

En lo referente a la forma de nombramiento, el artículo 5 de la ley establece que serán


nombrados por el ejecutivo con acuerdo de la cámara de representantes y agrega que
serán inamovibles mientras dure su buena conducta. Su remoción sólo se hará mediante el
procedimiento establecido para los Miembros del Superior Tribunal de Justicia de la
Provincia.

A todos los efectos los Miembros del Tribunal de Cuentas se hallan equiparados a los
Miembros del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia.

El artículo 6 hace referencia a la incompatibilidad del cargo con cualquier otro empleo o
profesión, salvo la actividad docente.

El artículo 7 establece que no podrán integrar el tribunal de cuentas los concursados


civilmente, que se encuentren en estado de quiebra, o los que estén inhibidos por deuda
judicialmente exigible.

Actos que dicta el Tribunal de Cuentas. Una vez que las cuentas recibidas son
examinadas por el fiscal de cuentas y elevado dicho examen al tribunal de cuentas, y
cuando el fiscal no hubiese formulado reparos a la misma, si el tribunal considera que la
cuenta debe ser aprobada dicta entonces, una resolución al respecto que contiene: las

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registraciones contables que deben practicarse, la comunicación al obligado declarándolo
libre de responsabilidad, la notificación al fiscal de cuentas y el archivo de las actuaciones.

Ahora bien, si el fiscal formuló reparos a la cuenta, el tribunal le correrá traslado al o los
obligados, de los cargos formulados por el fiscal, por un término no mayor de 30 días
(artículos 36, 37 y 38).

Toda persona afectada por reparos o cargos en un juicio de cuentas podrá comparecer por
sí, personalmente o por escrito, o por apoderado, a contestarlos, acompañar documentos o
solicitar que el Tribunal de Cuentas pida los que hagan a su descargo y deban obrar en
oficinas públicas (artículo 40).

Producido el descargo por el obligado, con la agregación de las pruebas, si correspondiere,


o vencido el plazo (30 días), se pasarán las actuaciones al fiscal de cuentas para que se
pronuncie sobre los descargos y las pruebas pertinentes, con lo cual el expediente pasará a
sentencia. El presidente dictará la providencia de autos para resolver y pasará el
expediente a alguno de los vocales, para que proyecte el fallo en un término que no debe
superar los 15 días. Proyectado el fallo, se pasará el expediente al otro vocal y al
presidente, para que se expidan, en un plazo no mayor de 5 días cada uno.

Con la opinión de los miembros del tribunal de cuentas este dictará su fallo con el primer
acuerdo que realice (artículos 42 y 43).

Recursos
El artículo 68 establece que contra los fallos del Tribunal de Cuentas habrá 2 tipos de
recursos:

 el de revisión y,

 el que autoriza el artículo 44, ante el Superior Tribunal de Justicia.

Recurso ante el Superior Tribunal de Justicia: El plazo de interposición es de 15 días


hábiles desde la última notificación del fallo a recurrir, y deberá fundarse únicamente en
las siguientes causales:

 Vicios o defectos de procedimientos substanciales que afecten el derecho de defensa


y que como consecuencia de ello se provoque un daño cierto y legitimo a los
interese del recurrente.

 Errónea interpretación y aplicación del derecho, ley, ordenanza, reglamento o


doctrina legal aplicable al caso por parte del tribunal de cuentas o arbitrariedad
manifiesta de su resolución.

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El Superior Tribunal de Justicia (S.T.J.) deberá oír al procurador general y dictar
resolución, dentro de los cuarenta y cinco días de planteada la cuestión.

En el primer caso, vicios o defectos de procedimientos que afecten el derecho de defensa,


el S.T.J. declarará nulo el fallo del tribunal y devolverá las actuaciones al mismo para la
sustanciación del juicio conforme a derecho.

En el segundo caso, errónea interpretación y aplicación del derecho, el S.T.J resolverá la


cuestión y su fallo será definitivo.

Recurso de Revisión: En el artículo 69 la ley prevé el recurso de revisión ante el mismo


tribunal, que debe ser interpuesto dentro de los 15 días hábiles a partir de la notificación a
las partes y podrá fundarse en:

1. La alegación de hechos y de pruebas nuevas que hagan al descargo del obligado.

2. Errónea interpretación de pruebas y documentos obrantes en el expediente.

La interposición del recurso tendrá efecto suspensivo y no podrá exigirse el previo


depósito del cargo o importe impuesto por el fallo del Tribunal.

Contra la resolución que dicte el Tribunal en el recurso de revisión podrá interponerse el


recurso previsto en el artículo 44 ante el S.T.J.

En el artículo 70 la ley establece el procedimiento que debe seguir el recurso de revisión,


diciendo que interpuesto el recurso lo primero que hará el tribunal es analizar su
procedencia. Si lo declara procedente remitirá todas las actuaciones al fiscal de cuentas
para que emita su dictamen. De dicho dictamen se correrá traslado por 30 dias al
recurrente para que lo conteste en un plazo no mayor de 30 días.

Recibida la contestación o vencido el plazo para contestarla, las actuaciones pasarán


nuevamente a sentencia.

En el articulo 71 la ley establece: si el Tribunal de Cuentas revocara su fallo anterior y


dejara sin efecto los cargos formulados, los comunicará al Poder Ejecutivo o al Intendente
municipal o comisión de fomento, para que disponga la restitución inmediata de las
sumas que se hubieran pagado en virtud del fallo revocado, sin esperar que la Cámara de
Representantes o el Concejo Deliberante, en su caso, voten los créditos especiales,
debiendo el Poder Ejecutivo o el Intendente dar cuenta a la Cámara de Representantes o al
Concejo Deliberante dentro del término de 30 días.

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5. CONTRATO DE TRABAJO. DIFERENTES REGÍMENES.

Contrato de trabajo del docente privado


Una primera cuestión a señalar radica en que el presente trabajo está circunscripto, en
cuanto al ámbito de aplicación personal, al establecido por la Ley Provincial 2987 y sus
decretos reglamentarios y por la ley 13.047, es decir, a aquel conformado por los docentes
dependientes de establecimientos de gestión privada de todos los niveles y modalidades,
con exclusión del nivel superior universitario, aun cuando se trate de universidades de
gestión privada.

 Jurisprudencia. Al respecto la Cámara Nacional del Trabajo, sala 3°, el 29/06/2001 en


autos Kuhme, Carlos c/Fundación Universidad de Belgrano s/despido, señalo que “la
ley 13.047 no es aplicable al caso de un docente de la Universidad de Belgrano, toda vez que la
ley citada comprende la educación primaria, media y técnica en general, sin que llegue a
comprender la educación universitaria”.

Es importante señalar que la relación se encuadra en este régimen estatutario desde el


inicio de la prestación, aun cuando el establecimiento no esté incorporado.

 Jurisprudencia. En este sentido, la Cámara Nacional del Trabajo, sala 4ª, 30/6/2004,
en el caso “García, Marisa v. Bernard, Carlos a.” como también la sala 3ª, 21/3/2006,
en el caso “Segura, Marcela v. Fundación de Altos Estudios en Ciencias Comerciales
s/despido” señalan que “el demandado se queja porque se encuadró la relación
habida entre las partes desde su inicio en el estatuto del personal docente de los
establecimientos de la enseñanza privada (Ley 13.047). Aduce que dicha norma sólo
resultaría aplicable a partir de la incorporación de su establecimiento educativo a la
enseñanza oficial. No le asiste razón. El encuadramiento normativo cuestionado se
ajusta a derecho. El estatuto en cuestión comprende al personal –directivo, docente,
docente auxiliar, administrativo y de servicio- de todos los establecimientos de
enseñanza de propiedad de particulares, cualquiera sea su naturaleza y organización,
estén o no incorporados a la enseñanza oficial (artículos 1º y 2º de la ley citada), por lo
que resulta aplicable desde el inicio mismo de la relación laboral habida”.

Cabe agregar que quedan excluidos también de la aplicación de la Ley 13.047, además de
los establecimientos universitarios ya mencionados, aquellos que no integran el “sistema
educativo” formal o no formal, como las denominadas “guarderías”, salvo que estén
supervisadas, para el caso de la Provincia de Misiones, por el Servicio Provincial de
Enseñanza Privada (SPEPM), aspecto que podría haberse modificado con la nueva Ley
Nacional de Educación, tal como se indica en los siguientes párrafos.

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 Jurisprudencia. En ese sentido la Cámara Nacional del Trabajo, sala 2ª, 25/6/2001, in
re “Rey, Andrea v. Cuevas, Vanessa N. y otro” ha señalado que “aun no
desconociendo que los niños menores de tres años de edad podrían resultar
destinatarios de ciertas actividades pedagógicas (…) a tal punto que podrían incluirse
tales actividades en la estructura del sistema educativo nacional a través de los
establecimientos destinados a la ‘Educación Inicial’ (conf. arts. 10 y 14, ley Federal de
Educación 24.195), para que pueda considerarse a un jardín maternal, que en principio
se dedica al cuidado y atención de niños de muy corta edad (de 45 días a 3 años) como
establecimiento ‘educativo’, en los términos de la ley 13.047 e incluso de la ley 24.195 es
necesario que, efectivamente, éste se encuentre autorizado y supervisado por las
autoridades educativas, como formando parte integrante del sistema educativo
general”

En este aspecto corresponde señalar que, a diferencia de la derogada Ley Federal de


Educción – que establecía la iniciación del nivel inicial a los 3 años de edad –, la nueva Ley
Nacional de Educación N° 26.206 establece que “la educación inicial constituye una
unidad pedagógica y comprende a los/as niños/as desde los cuarenta y cinco (45) días
hasta los cinco (5) años de edad inclusive…” (Artículo 18), siendo obligatoria a partir de
los cuatro años de edad (art. 19). Dentro de este contexto están comprendidas las
instituciones que brinden educación inicial, entre ellas las de gestión privada (artículos 23
y ss.). Esta nueva normativa abre el camino para la integración al sistema educativo formal
de los jardines maternales, que hasta ahora se encontraban, en principio, excluidos.

El sistema normativo del contrato de trabajo del docente privado


Para la determinación del régimen jurídico aplicable a la vinculación laboral del docente
privado, debe tenerse presente que es uno de los contratos comprendidos entre “los
llamados estatutos, que son leyes laborales especiales, dictadas para regular la relación de
trabajo, o algunos aspectos de ella, de determinados sectores de la actividad laboral”, tal
como indica Justo López en su “Ley de Contrato de Trabajo comentada”.

La regulación específica del contrato de empleo docente se encuentra determinada por


una ley laboral especial –el Estatuto del Docente Particular-, por lo que se trata de un
contrato de trabajo especial o excepcional en el marco de su estatuto particular. Además, en su
conformación confluyen distintos estamentos normativos, de diversa naturaleza, rango y
ubicación temporal.

En efecto, el régimen de los trabajadores docente que prestan servicios como dependientes
de los establecimientos educacionales privados está determinado, en lo específico, por la
Ley 13.047, que pese al medio siglo transcurrido desde su sanción, aún se encuentran
vigente, de acuerdo con las expresiones de Luis Silva en la Revista de Derecho Laboral, sin

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perjuicio de los recortes sufridos a raíz de la transferencia de servicios educativos de las
diversas jurisdicciones, conforme se ha señalado anteriormente.

A su vez, las normas del Régimen de Contrato de Trabajo operan como telón de fondo,
con las limitaciones que éste establece respecto de los estatutos especiales.

Por su lado, la Ley de Educación Nacional y las leyes de Educación que han sancionado
las jurisdicciones (Misiones Ley 4.026) integran también este complejo marco normativo.

La transferencia de los servicios educativos a las jurisdicciones provinciales, por su parte,


incide en este cuadro normativo, al tomar también aplicables los regímenes locales sobre la
materia.

Por último, se debe mencionar que se sancionó en 1989 la ley 23.929 –de Paritarias
Docentes-, que no tuvo aplicación efectiva alguna. Sin embargo, al influjo de las tendencias
que propugnan la regulación de los contratos de empleo mediante convenciones
colectivas, recientemente, se ha promulgado la Ley 26.075 –ley de Financiamiento
Educativo-, que en su artículo 10, establece: “El Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología, juntamente con el Consejo Federal de Cultura y Ecuación y las entidades
gremiales docentes con representación nacional, acordarán un convenio marco que
incluirá pautas generales referidas a: a) condiciones laborales, b) calendario educativo, c)
salario mínimo docente y d) carrera docente”.

Este Convenio Marco será una herramienta más dentro del contexto normativo del
contrato de trabajo de que se trata.

Sin embargo, es de resaltar que el Decreto 457/2007, que reglamenta la ley precitada, en su
artículo 2, 2ª parte, establece: “En la educación pública de gestión privada, la adecuación,
recepción y ejecución del convenio marco resultará de acuerdo con la participación e intervención de
los representantes de los docentes privados y representantes de los empleadores del sector: según el
régimen legal estatutario vigente”.

Este dispositivo presenta serias contradicciones con el principio de equiparación entre los
ámbitos público y privado que como hemos visto, forma parte esencial del sistema del
contrato laboral docente privado y que registra su fundamento en la normativa vigente.

Por otro lado, al remitir la posibilidad convencional al régimen estatutario vigente,


parecería darle intervención al Consejo Gremial de Enseñanza Privada, que como
viéramos en el capítulo precedente ha quedado desnaturalizado por el nuevo sistema
educativo. Peor sería si se hace en el Ministerio de Tr5abajo y no en el de Educación. Las
jurisdicciones y los representantes de la patronal y de los docentes son indispensables para
la configuración de una negociación colectiva. En suma, no parece avizorarse un futuro
muy claro a este incipiente proceso convencional.

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Aplicación en Misiones
En el caso de Misiones, la Ley 2987 y sus decretos reglamentarios establecen que el
personal será designado por el propietario de acuerdo a la Planta Funcional Aprobada
(artículo 46º), la que deberá ser igual a la de los establecimientos estatales cuando sean del
mismo tipo y categoría y gocen de aporte estatal (artículo 47º) y tendrá relación de
dependencia exclusiva con el propietario (artículo 51º). También fija que los haberes serán
equiparados a los del sector estatal, no siendo el Estado responsable del pago de las
indemnizaciones laborales previstas en la Ley de Contrato de Trabajo y en la Ley de
Accidentes de Trabajo (artículos 48º y 51º).

 Jurisprudencia. En la Provincia de Misiones, la Cámara de Apelaciones en lo Laboral,


en autos caratulado “Expediente 968/2008, Ramos, Elsa c/Margarita Gadea de Suarez
Luco y otros s/Laboral” dice que la “ley 2987 que preceptúa que la ley nacional 13047
también resulta de aplicación al caso”.

También en dicha normativa se garantiza el envío mensual de los aportes destinados al


pago de haberes y cargas Previsionales y Sociales del personal que integra la Planta
Funcional Aprobada, como así también del personal suplente, en las mismas fechas en que
se remitan al personal docente estatal, de acuerdo con las normas de anticipos y
rendiciones de cuentas que determine el S.P.E.P.M., no pudiendo considerarse ese aporte
como pago de sueldos a los docentes ni dándole derecho alguno a éstos contra el Estado
Provincial (artículo 52º).

Por otra parte dicha ley incorpora al personal docente de los Establecimientos
dependientes del SPEPM al régimen previsional que ampara a los docentes estatales y los
autoriza a gozar de la Obra Social del Instituto de Previsión Social de la Provincia (artículo
70º) y, de manera particular debe tenerse presente que el artículo 72º establece que el
estado Provincial no será responsable por las consecuencias de actos o hechos producidos
en los Establecimientos en perjuicio de alumnos o terceros.

Armonización de los regímenes jurídicos


Para armonizar la aplicación de los diversos regímenes jurídicos que tienen incidencia en
el contrato de trabajo del docente privado, corresponde analizar, por un lado, las normas
que especifica o subsidiariamente, regulan el contrato de empleo docente (Ley 13.047 y
Ley de Contrato de Trabajo) y, por el otro, aquellas que establecen las condiciones
relativas al personal, impuestas a las entidades educativas por el Estado a los efectos de
conceder la incorporación, adscripción o reconocimiento –condiciones estas aplicables
exclusivas en los supuestos de este tipo de establecimientos-, excluyéndose de tal forma a
las denominadas “academias libres”.

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El complejo marco regulatorio conformado por el Estatuto del Docente Particular (ley
13.047), las normas nacionales y de la Provincia de Misiones requieren de una
compaginación adecuada y coherente.

Al respecto, como base de los análisis que se realizan es dable recordar que el Estatuto del
Docente de la Provincia de Misiones, en el capítulo XL referido a la Enseñanza Adscripta
indica que “están comprendidos en este Estatuto, el personal docente, directivo y docente
auxiliar que presta servicios en establecimientos de enseñanza adscripta”. Cabe recordar
que antes de la sanción de la Ley del SPEPM (1993) muchas escuelas de gestión privadas
en Misiones eran adscriptas al CGE, que incluso en algunos casos hasta le administraban
los recursos humanos y le liquidaban los sueldos al personal. Veamos que dice la Ley 174:

 Articulo 129.- (Estatuto Docente Estatal de Misiones) Están comprendidos en este Estatuto, el
personal docente, directivo y docente auxiliar que presta servicios en establecimientos de
enseñanza adscripta, en relación con las prescripciones de la Ley 48.

 Articulo 130.- (Estatuto Docente Estatal de Misiones) El personal docente, directivo y docente
auxiliar de establecimientos adscriptos, gozarán de una remuneración mensual idéntica a la que
en igualdad de especialidad, tarea y antigüedad, perciba el personal similar de los
establecimientos oficiales.

 Articulo 131.- (Estatuto Docente Estatal de Misiones) Los servicios prestados en la enseñanza
adscripta tendrán la misma validez que los desempeñados en la enseñanza oficial, a los efectos
del ingreso, acrecentamiento de horas y ascensos, en todas las ramas, comprendidas en el
presente Estatuto. Una vez ingresado el docente en la enseñanza oficial, se le computará esa
antigüedad conforme las disposiciones de este Estatuto para el acrecentamiento de horas de
clases semanales y los ascensos.

El marco mencionado, de acuerdo con la doctrina sostenida por Zunino y Fanchin, es


llamada Teoría del conglobamiento orgánico o de la inescindibilidad de los institutos,
que tiene en cuenta la globalidad de cada institución y no la globalidad del régimen
laboral, por lo que, de acuerdo con Vásquez Vialard en su Tratado de Derecho del
Trabajo, “el nuevo régimen se construye por acumulación de institutos (no de
disposiciones sueltas)”, siendo este el criterio que acogen los artículos 6° y 9º, Párrafo 1º,
de la Ley de Contrato de Trabajo.

 Artículo 6° (LCT) — Establecimiento. Se entiende por "establecimiento" la unidad técnica o


de ejecución destinada al logro de los fines de la empresa, a través de una o más explotaciones.

 Artículo 9° (LCT) — El principio de la norma más favorable para el trabajador. En


caso de duda sobre la aplicación de normas legales o convencionales prevalecerá la más favorable
al trabajador, considerándose la norma o conjuntos de normas que rija cada una de las
instituciones del derecho del trabajo.

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Si la duda recayese en la interpretación o alcance de la ley, o en apreciación de la prueba en los
casos concretos, los jueces o encargados de aplicarla se decidirán en el sentido más favorable al
trabajador.

En el mismo sentido, con respecto al artículo 8º (LCT), afirma Zunino, citando a Ramírez
Bosco, que “el ordenamiento jurídico argentino, tanto en la ley 14.250 como ahora en la
LCT, optó por comparar las normas legales con las de convenios (Estatutos Especiales) por
la vía o criterio intermedio del conglobamiento por instituciones: no se aplica la norma
aislada más favorable, sino el conjunto de normas más favorables, que rijan un mismo
instituto del derecho del trabajo. No todo el conjunto normativo contra todo el otro, sino
instituto contra instituto”.

 Artículo 8° (LCT) — Condiciones más favorables provenientes de convenciones


colectivas de trabajo. Las convenciones colectivas de trabajo o laudos con fuerza de tales, que
contengan normas más favorables a los trabajadores, serán válidas y de aplicación. Las que
reúnan los requisitos formales exigidos por la ley y que hubieran sido debidamente
individualizadas, no estarán sujetas a prueba en juicio.

Por su parte, Justo López, discierne las reglas legales para resolver la cuestión,
expresando:

a. para el supuesto de que una institución no esté regulada por el estatuto particular y, en
cambio, sí lo esté en la LCT, como el personal del estatuto también está comprendido
en esta ley, en principio, se aplica lisa y llanamente la LCT, esto salvo que ella resulte
incompatible con la naturaleza y modalidades de la actividad de que se trate y con el
específico régimen jurídico a que se halle sujeta. En este supuesto no hay problema de
derogación del estatuto por la LCT sino, sencillamente, de aplicabilidad o no
aplicabilidad de esta última;

b. si una determinada institución aparece regulada por disposiciones diferentes de la LCT


y del estatuto particular y las de la actividad de que se trate y con el específico régimen
jurídico a que está sometida, no hay derogación por la LCT de las disposiciones
distintas y menos favorables para el trabajador del estatuto, sencillamente porque la
LCT no se aplica; las que se aplican son las disposiciones, incluso menos favorables, del
estatuto;

c. si una determinada institución aparece regulada por disposiciones diferentes de la LCT


y del estatuto particular y las de la LCT no resulten incompatibles con la naturaleza y
modalidades de la actividad de que se trate ni con el específico régimen jurídico a que
se halle sujeta, y las disposiciones de la LCT son más favorables para el trabajador, las
opuestas y menos favorables del estatuto están derogadas por el art. 7º de la ley 20.744;

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 Artículo 7° (LCT) — Condiciones menos favorables. Nulidad. Las partes, en ningún caso,
pueden pactar condiciones menos favorables para el trabajador que las dispuestas en las normas
legales, convenciones colectivas de trabajo o laudo con fuerza de tales, o que resulten contrarias
a las mismas. Tales actos llevan aparejada la sanción prevista en el artículo 44 de esta ley.

d. si una determinada institución aparece regulada por disposiciones diferentes de la LCT


y del estatuto particular y las de la LCT no resultan incompatibles con la naturaleza y
modalidades de la actividad de que se trate ni con el específico régimen jurídico a que
se halle sujeta y las disposiciones de la LCT son menos favorables para el trabajados,
las opuestas y más favorables del estatuto no están derogadas por el art. 7º de la ley
20.744, esto en virtud del principio pro operario, de base constitucional (artículo 14 bis,
CN) y principio de interpretación del mencionado art. 7º y en virtud del art. 9º de la
misma LCT que consagra, a su vez, el principio del régimen más favorables en cuanto
al derecho (que es una concreción del principio pro operario);

e. la comparación de lo más favorable con lo menos favorable debe hacerse siguiendo el


criterio –por algunos llamado orgánico- del conglobamiento por instituciones”.

Es decir, tal como expresa Justo López, “las disposiciones estatutarias sólo prevalecen
sobre las de la LCT cuando las de ésta son incompatibles con la naturaleza y modalidad
de la actividad de que se trate y con el específico régimen jurídico a que se halle sujeta
o cuando, no existiendo tal incompatibilidad, son favorables”.

El principio se incorporó asimismo en la Ley de Financiamiento Educativo (Ley 26.075,


artículo 10), donde en su reglamentación (Decreto 457/2007) se dispone que “en caso de
colisión o conflictos de normas originarias en diversos ámbitos prevalecerá la norma
más favorable o condición más beneficiosa, imponiéndose para su cotejo el principio de
conglobamiento por instituciones”.

La Ley 13.047: Estatuto del Docente Privado


La ley 13.047, sancionada el 29 de septiembre de 1947, constituye una de las primeras
regulaciones de sectores laborales específicos (“estatutos profesionales”) destinada a
brindar el marco normativo a la actividad del personal docente que presta servicios en
institutos adscriptos o reconocidos como aquellos no incluidos en tal categoría.

Como indica Justo López, el fundamento de estos estatutos particulares es “adecuar la


reglamentación legal a las características y a las exigencias de un tratamiento legal
razonable a determinada relación”. Asimismo Vázquez Vialard ha dicho que los estatutos
profesionales “cumplieron una de las funciones propias de los convenios colectivos de
trabajo, práctica que en aquella época no estaba muy desarrollada y carecía de una
regulación específica (…) La finalidad de los mencionados estatutos profesionales fue

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establecer un régimen específico para aquellas actividades que, por sus características, no
pueden ser reguladas en su totalidad por la ley laboral común, estructurada sobre la base
de una realidad diferente”.

Es dable recordar asimismo que el Dr. Carlos Galli, en un artículo publicado en la revista
del CONSUDEC, manifestó que “si bien muchas de sus normas han caído en desuso,
circunstancias similares a las que motivaron la sanción de la Ley 13.047, y especialmente
las nuevas situaciones creadas por los procesos de descentralización y de transformación
educativa, imponen la necesidad de mantener su cuerpo normativo, remozándolo y
adecuándolo a la realidad actual”.

Es decir, si bien algunas de sus normas han sido reemplazadas o cayeron en desuso
durante los casi sesenta años de vigencia de la ley, y aunque es evidente que la misma
debe ser remozada para adecuarla a los actuales procesos de descentralización y
transformación educativa, su naturaleza estatutaria específica se mantiene, distinguiendo
al contrato de trabajo del personal de los institutos educativos de gestión privada del
contrato de trabajo de empleo común, normado por la ley de Contrato de Trabajo. En
consecuencia la ley 13.047 constituye un estatuto particular, con lo cual su aplicación
prima sobre la ley de Contrato de Trabajo 20.744 en todo lo que sea modificatorio de ésta,
es decir, en aquello que hace a la actividad docente específicamente, quedando la última
como régimen de aplicación subsidiaria.

Esta situación también puede apreciarse en la Ley Provincial 2.987, donde en su artículo
50 se establece que “hasta tanto se sancionen nuevas normas que rijan la relación del
propietario con el personal de su establecimiento se adoptarán las disposiciones de la
Ley Nacional 13047”.

 Artículo 50 (ley 2987) – Hasta tanto se sancionen nuevas normas que rijan la relación del
propietario con el personal de su establecimiento se adoptarán las disposiciones de la Ley
Nacional 13047.

El personal de los establecimientos incorporados de acuerdo con las prescripciones de la presente


ley gozará del mismo régimen de licencia e inasistencias vigentes para el personal estatal, de
acuerdo con las normas que determine la reglamentación.

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Equiparación con el docente público
Uno de los rasgos principales que la Ley 13.047 impone al contrato de trabajo del docente
privado está plasmado en su artículo 11, que establece que “el personal directivo y
docente de los establecimientos ‘adscriptos a la enseñanza oficial’ tendrá los mismos
deberes, se ajustará a las mismas incompatibilidades y gozará de los mismos derechos
establecidos para el personal de los establecimientos oficiales”.

La reciente Ley Nacional de Educación ha ratificado el principio de equiparación de los


docentes que integran el Sistema Educativo Nacional –artículos 14, 15, 64, 67 y
concordantes-, siguiendo el criterio que también había adoptado la ley Federal de
Ecuación, hoy derogada.

En efecto, la ley 26.206, en su artículo 64, prescribe que “los docentes de las instituciones
de educación de gestión privada reconocidas tendrán derecho a una remuneración
mínima igual a la de los docentes de instituciones de gestión estatal, conforme al régimen
de equiparación fijado por la legislación vigente, y deberán poseer títulos reconocidos
oficialmente”.

El principio analizado recibe su mayor afirmación a partir del nuevo enunciado de los
Derechos y Obligaciones de los Docentes del Sistema Educativo Nacional, que está
integrado por los “servicios educativos de gestión estatal y privada, gestión cooperativa y
gestión social, de todas las jurisdicciones del país, que abarcan los distintos niveles, ciclos
y modalidades de la educación.”

 Artículo 14º (LNE) –  El Sistema Educativo Nacional es el conjunto organizado de servicios y


acciones educativas reguladas por el Estado que posibilitan el ejercicio del derecho a la
educación. Lo integran los servicios educativos de gestión estatal y privada, gestión cooperativa
y gestión social, de todas las jurisdicciones del país, que abarcan los distintos niveles, ciclos y
modalidades de la educación.

 Artículo 15º (LNE) – El Sistema Educativo Nacional tendrá una estructura unificada en todo
el país que asegure su ordenamiento y cohesión, la organización y articulación de los niveles y
modalidades de la educación y la validez nacional de los títulos y certificados que se expidan.

 Artículo 64º (LNE) – Los/las docentes de las instituciones de educación de gestión privada


reconocidas tendrán derecho a una remuneración mínima igual a la de los/las docentes de
instituciones de gestión estatal, conforme al régimen de equiparación fijado por la legislación
vigente, y deberán poseer títulos reconocidos oficialmente.

 Artículo 67º (LNE) – Los/as docentes de todo el sistema educativo tendrán los siguientes
derechos y obligaciones, sin perjuicio de los que establezcan las negociaciones colectivas y la
legislación laboral general y específica:

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Derechos:

a. Al desempeño en cualquier jurisdicción, mediante la acreditación de los títulos y


certificaciones, de acuerdo con la normativa vigente.

b. A la capacitación y actualización integral, gratuita y en servicio, a lo largo de toda su


carrera.

c. Al ejercicio de la docencia sobre la base de la libertad de cátedra y la libertad de enseñanza,


en el marco de los principios establecidos por la Constitución Nacional y las disposiciones de
esta ley.

d. A la activa participación en la elaboración e implementación del proyecto institucional de la


escuela.

e. Al desarrollo de sus tareas en condiciones dignas de seguridad e higiene.

f. Al mantenimiento de su estabilidad en el cargo en tanto su desempeño sea satisfactorio de


conformidad con la normativa vigente.

g. A los beneficios de la seguridad social, jubilación, seguros y obra social.

h. A un salario digno.

i. A participar en el Gobierno de la educación por sí y/o a través de sus representantes.

j. Al acceso a programas de salud laboral y prevención de las enfermedades profesionales.

k. Al acceso a los cargos por concurso de antecedentes y oposición, conforme a lo establecido en


la legislación vigente para las instituciones de gestión estatal.

l. A la negociación colectiva nacional y jurisdiccional.

m. A la libre asociación y al respeto integral de todos sus derechos como ciudadano/a.

Obligaciones:

a. A respetar y hacer respetar los principios constitucionales, las disposiciones de la presente


ley, la normativa institucional y la que regula la tarea docente.

b. A cumplir con los lineamientos de la política educativa de la Nación y de la respectiva


jurisdicción y con los diseños curriculares de cada uno de los niveles y modalidades.

c. A capacitarse y actualizarse en forma permanente.

d. A ejercer su trabajo de manera idónea y responsable.

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e. A proteger y garantizar los derechos de los/as niños/as y adolescentes que se encuentren bajo
su responsabilidad, en concordancia con lo dispuesto en la Ley N° 26.061.

f. A respetar la libertad de conciencia, la dignidad, integridad e intimidad de todos los


miembros de la comunidad educativa.

Diferencias esenciales
Los aspectos diferenciales entre los docentes de gestión privada o estatal quedan
reducidos al acceso a los cargos mediante sistema concursal, que sólo rige para la docencia
de gestión estatal, y a la estabilidad laboral, respecto de la cual rigen las normas del
Estatuto del Docente Particular y del contrato de trabajo privado, en su caso.

Otra cuestión que merece un análisis especial es el derecho a la libertad de cátedra que, si
bien es también un derecho del docente privado, en determinadas circunstancias y
temáticas puede sufrir alguna limitación derivada del ideario del establecimiento
empleador. En el resto de los derechos y obligaciones la equiparación es total.

Esta preceptiva, que se asienta en el principio constitucional de igualdad ante la ley (artículo
16 de la Constitución Nacional), y más específicamente es el de igual remuneración por igual
tarea (artículo 14 bis, CN), establece una equiparación entre los deberes y derechos propios
de los docentes públicos y los de los educadores del sector privado. De allí se proyecta este
principio sobre lo relativo a los salarios, las bonificaciones, disponibilidades,
incompatibilidades, régimen de licencias, justificaciones y franquicias, exigencia de
condiciones de idoneidad psicofísica y título, jubilación, etcétera.

Otro rasgo específico del Estatuto, que resalta esta nota de asimilación de este contrato
laboral privado con el contrato de empleo público, reside en que “el personal sólo podrá
ser removido sin derecho a preaviso ni indemnización, por causas de inconducta, mal
desempeño de sus deberes, o incapacidad física o mental, previa sustanciación del
correspondiente sumario por autoridad oficial competente, en el que se garantizará la
inviolabilidad de la defensa” (artículo 13, ley 13.047).

El plexo normativo aplicable al contrato de trabajo del docente privado se integra también,
como hemos visto, con las normas contenidas sobre el punto en la ley de Ecuación
Nacional, que ratifica los criterios de equiparación entre los dependientes docentes del
sector público y aquellos que lo hacen en el ámbito de la educación privada, que integra el
Sistema Educativo Nacional.

Por otro lado, vale puntualizar que este principio de equiparación había sido ya
consagrado en el artículo 174 de la ley 14.473 –Estatuto del Docente Nacional-, que
dispone: “El personal docente, directivo y docente auxiliar de los establecimientos

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comprendidos en el inciso a) del art. 2º de la ley 13.047 gozará de una remuneración
mensual idéntica a la que en igualdad de especialidad, tarea y antigüedad, perciba el
personal similar de los establecimientos oficiales…” (Esta norma modificó el art. 18 de la
ley 13.047 que establecía una equiparación salarial relativa, con diversos porcentajes según
el cargo de que se tratara, respecto del mismo cargo en el orden oficial).

Asimismo la Ley Provincial 2987 establece en su artículo 48 que “la retribución mensual
del personal de los establecimientos incorporados no podrá ser inferior a la que percibe el
personal en la enseñanza oficial en establecimientos o servicios de la misma modalidad y
categoría. En virtud de ello sus remuneraciones serán equiparadas con los índices,
asignaciones, sobre-asignaciones, bonificaciones y demás rubros que la legislación vigente
establece para este último”.

Equiparación en Misiones
Es decir que las normas aludidas producen una equiparación con los docentes públicos, y
esta equiparación, luego del proceso de transferencia y conforme a las cláusulas expresas
de los convenios suscriptos a tal fin, se produce respecto de los estatutos o
reglamentaciones de los docentes de gestión pública de cada jurisdicción. Este concepto,
ratificado y extendido a su máxima amplitud por la ley 26.206 ha sido reafirmado en la ley
de educación de Misiones, que prescribe la igualdad de derechos y obligaciones a los
establecidos para los docentes del ámbito público, como asimismo en la mencionada ley
2987.

 Artículo 48 (ley 2987) – La retribución mensual del personal de los establecimientos


incorporados no podrá ser inferior a la que percibe el personal en la enseñanza oficial en
establecimientos o servicios de la misma modalidad y categoría. En virtud de ello sus
remuneraciones serán equiparadas con los índices, asignaciones, sobre-asignaciones,
bonificaciones y demás rubros que la legislación vigente establece para este último.

 Artículo 50 (ley 2987) – Hasta tanto se sancionen nuevas normas que rijan la relación del
propietario con el personal de su establecimiento se adoptarán las disposiciones de la Ley
Nacional 13047.

El personal de los establecimientos incorporados de acuerdo con las prescripciones de la presente


ley gozará del mismo régimen de licencia e inasistencias vigentes para el personal estatal, de
acuerdo con las normas que determine la reglamentación.

 Artículo 47º (ley 4026) – Los agentes que presten servicios educativos a través de
establecimientos incorporados al servicio educativo provincial tienen, con sujeción a las normas
reglamentarias, entre otros, los siguientes derechos y obligaciones:

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a) crear, organizar y sostener unidades de prestación de servicios educativos;

b) nombrar y promover al personal directivo, docente, administrativo y auxiliar de la unidad


escolar de su propiedad;

c) disponer sobre la utilización del edificio escolar;

d) proponer planes y programas de estudio de conformidad con su ideario;

e) participar del planeamiento educativo;

f) responder a los lineamientos de la política educativa nacional, regional y provincial, en el


marco de la normativa vigente;

g) ofrecer servicios educativos que respondan a las necesidades de la comunidad;

h) emitir certificaciones y títulos reconocidos;

i) brindar a los organismos del Estado toda la información necesaria para el control
pedagógico, contable y laboral de los servicios que presten;

j) percibir una remuneración mínima igual a la de los docentes de gestión pública así como las
mismas bonificaciones, compensaciones, asignaciones y beneficios previsionales y
asistenciales.

La ley 24.049 y los convenios dictados por las distintas jurisdicciones en adhesión a aquélla
han dispuesto resguardar los derechos y deberes nacidos al amparo de la ley 13.047, con lo
que los docentes abarcados por dicha transferencia de servicios educativos ven integrado
su contrato de trabajo individual con tales preceptos.

La Ley de Contrato de Trabajo


La ley de Contrato de Trabajo será aplicable como norma residual, en todo cuanto no esté
específicamente regulado en la ley 13.047 o en la ley 2987 que impone determinadas
obligaciones a los empleadores como condición al otorgamiento de la adscripción de los
establecimientos educativos.

Es decir que este régimen de contrato de trabajo normado por la LCT resulta de aplicación
subsidiaria o residual respecto de la relación de empleo del docente privado, en tanto y en
cuanto resulte compatible con la naturaleza de la actividad de que se trata.

Al respecto Vázquez Vialard indicó que “la relación laboral se rige de acuerdo con la
norma estatutaria, aunque ésta sea menos favorable para el trabajador y la de carácter

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general haya sido dictada con posterioridad, en tanto, en forma expresa, no haya
modificado aquélla”.

 Jurisprudencia. La Procuración del Tesoro de la Nación se ha expresado en este


sentido al sostener que “cuando confluyen dos o más normas y una reviste el carácter
de específica, como sucede con el estatuto profesional que establece la ley 13.047, se
configura una situación de incompatibilidad jurídica y por consiguiente, por vía de
principio, debe prevalecer el estatuto profesional, aun siendo la norma de alcance
general, posterior y más ventajosa para el trabajador” (29/9/2005, in re “Maniaci
Teresita del V. v. Hijas de Nuestra Señora del Huerto –ordinario- otros”).

La misma Ley de Contrato de Trabajo, en su artículo 2, impulsa la aplicación subsidiaria


de esa norma en tanto “resulte compatible con la naturaleza y modalidades de la actividad
de que se trate y con el específico régimen jurídico a que se halle sujeta.”

Obviamente son aplicables al contrato de trabajo del docente privado todas las previsiones
que contiene la LCT sobre los principios generales del derecho laboral, es decir, teoría del
“contrato realidad”, irrenunciabilidad de los derechos laborales, nulidad del fraude
laboral, buena fe, gratuidad, presunción de la existencia del contrato de trabajo,
presunción de que se trata de trabajo remunerado, entre otros.

Por la misma razón resultan de aplicación los deberes genéricos que la LCT impone al
trabajador, a saber, fidelidad, realizar actividades en competencia con su empleador,
etcétera, así como también las facultades que posee el empleador de dirección,
organización y similares, las que deben ejercerse de manera razonable y no arbitraria.

Normas de orden local


El marco legal aplicable está integrado también por la normativa provincial regulatoria de
la docencia pública de gestión privada, a la que remite la normativa federal, entre la que
resalta en Misiones la ley 2987 y los decretos que la reglamentan y complementan.

Nos estamos refiriendo a aquellas normas locales que regulan el funcionamiento de los
establecimientos adscriptos o incorporados de la jurisdicción de que se trate, o sea, que
aludimos al marco normativo al que el empleador se somete cuando solicita la adscripción
de su establecimiento a la educación oficial, como expresan Zunino y Fanchin.

Adelantamos que esta sujeción del empleador al cuadro normativo referido hace que
cualquier planteo ulterior tendiente a la inaplicabilidad de estos preceptos que le resultan
más gravosos –como por ejemplo la obligación de sustanciar sumario administrativo en
caso de despido con invocación de causa-, aparecerá como de mala fe y violatorio del
principio de coherencia con los actos propios. Pero también corresponde aclarar que al no

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actuar ni el CGEP, de la Ley 13047, ni el CRL de la Ley 2.987, no cabria otra alternativa que
sustanciar un sumario administrativo propio con todo lo complejo, riesgoso y costoso que
ello significaría para los institutos.

Principio de buena fe
Como expresa Ricardo Seco, “los empleadores educativos privados de institutos
adscriptos a la provincia no pueden agraviarse porque se apliquen además algunas leyes
provinciales a los docentes privados de esos establecimientos educativos, que en algunos
casos tendrían mayores derechos que los que confiere la LCT, pues esos derechos en varios
casos se hallan en la Ley Nacional 13.047 (Estatuto Especial, que como ley principal se les
aplica), y porque la equiparación a los docentes estatales, en este caso provinciales, surge
de la misma ley 13.047 (legislación sustantiva del trabajo privado, artículo 75, inciso 12,
CN) y de la Ley de Transferencia 24.049, artículo 23.

Si un empleador de un instituto privado incorporado cuestionara de constitucionalidad las


normas de las leyes provinciales que inciden en el contrato de trabajo docente, sería un
acto contrario a doctrina de los propios actos, pues ante una conducta anterior relevante
de sumisión a una ley, que establece pautas para la autorización de funcionamiento, luego
se la cuestionaría, actuando de manera contraria al principio de buena fe (artículo 63 LCT
y artículo 953 del Código Civil) e importa un claro abuso del derecho repelido por el
ordenamiento jurídico (artículo 1071 Código Civil)”.

 Artículo 63 (LCT) —Principio de la buena fe. Las partes están obligadas a obrar de buena fe,
ajustando su conducta a lo que es propio de un buen empleador y de un buen trabajador, tanto
al celebrar, ejecutar o extinguir el contrato o la relación de trabajo.

 Artículo 953 (Código Civil) – El objeto de los actos jurídicos deben ser cosas que estén en el
comercio, o que por un motivo especial no se hubiese prohibido que sean objeto de algún acto
jurídico, o hechos que no sean imposibles, ilícitos, contrarios a las buenas costumbres o
prohibidos por las leyes, o que se opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que
perjudiquen los derechos de un tercero. Los actos jurídicos que no sean conformes a esta
disposición, son nulos como si no tuviesen objeto.

 Artículo 1071 (Código Civil) – El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de


una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio
abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que aquélla tuvo en mira al
reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres.

 Jurisdicción. El sistema de compaginación estatutaria, con la equiparación a los


docentes públicos de cada jurisdicción y la aplicación subsidiaria de la LCT, se debe
interpretar a la luz de la llamada teoría del conglobamiento orgánico o de la

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inescindibilidad de los institutos. Al respecto, la Cámara Nacional del Trabajo,
respecto al estatuto especial de la ley 13.047, indicó que esta normativa específica o
estatutaria “prevalece sobre las disposiciones de la LCT cuando las últimas sean
incompatibles con la naturaleza y la modalidad de las actividades desarrolladas y con
sus específicos regímenes jurídicos o cuando, no existiendo tal incompatibilidad, son
más favorables”.

El contrato de empleo público


El principio de la equiparación del docente privado al docente público y la aplicación de la
normativa provincial imponen el estudio de esta cuestión.

Al respecto José Dromi, en su Manuel de Derecho Administrativo, indica que el contrato


de empleo público es “una relación contractual, de derecho público, que guarda analogía,
en cuanto al objeto con el contrato de trabajo y con la locación de servicios, y que difiere de
ellos, por el régimen jurídico específico, en razón de ser el Estado el contratante, y en
razón de los fines del servicio contratado”.

La relación de empleo público, al decir de Alejandra Petrella, “guarda similitudes con


elementos del derecho laboral y del administrativo y ambas relaciones jurídicas tienen el
mismo objeto; pudiéndose afirmar que prácticamente la única diferencia radicaría en que
en el empleo público el empleador no es una persona privada, sino pública, el Estado, lo
cual conlleva a una serie de consecuencias jurídicas (…) razón por la cual la naturaleza del
empleo público sigue siendo, para la doctrina y jurisprudencia mayoritaria de carácter
netamente publicista”. Por esta causa, en el marco del contrato de empleo público, resulte
excluida la aplicación de la Ley de Contrato de Trabajo (artículo 2º, inciso a, LCT), salvo
acto expreso de inclusión o convención colectiva de trabajo que así lo establezca.

 Artículo 2° (LCT) — Ámbito de aplicación. La vigencia de esta ley quedará condicionada a


que la aplicación de sus disposiciones resulte compatible con la naturaleza y modalidades de la
actividad de que se trate y con el específico régimen jurídico a que se halle sujeta.

Las disposiciones de esta ley no serán aplicables:

a. A los dependientes de la Administración Pública Nacional, Provincial o Municipal, excepto


que por acto expreso se los incluya en la misma o en el régimen de las convenciones
colectivas de trabajo.

b. A los trabajadores del servicio doméstico.

c. A los trabajadores agrarios.

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La principal diferencia entre ambos contratos reside en la participación del Estado como
sujeto de derecho, en uno de sus extremos contractuales. En efecto, en la relación que se
establece en el marco del régimen de contrato de trabajo aplicable a los docentes
dependientes de establecimientos privados, uno de los polos de tal vinculación contractual
está dado por un empleador que no reviste la condición de ente estatal en tanto el otro está
conformado por el trabajador docente.

De tales diferencias jurídicas se deriva una serie de consecuencias entre las cuales una de
las de mayor importancia práctica está dada por la forma de perfeccionamiento del
contrato, esto es, el modo en el que dicha vinculación queda jurídicamente trabada.

En el caso del empleo público, el contrato recién se perfecciona con la “designación” o


nombramiento del agente, a través de un acto administrativo formal, que debe reunir
todas las exigencias de validez y posterior prestación efectiva del servicio. En tanto, en el
caso del empleo privado, rige el principio general del “contrato-realidad”, en virtud del
cual la mera prestación del servicio presupone la existencia del contrato laboral, no
requiriéndose acto formal alguno, aunque éste pueda existir.

Incluso, como se desprende de los principios generales del derecho aplicables en esta
materia, poco importará la existencia de un contrato escrito o la modalidad con la que allí
se haya definido a la relación (a plazo, por temporada, etc.), toda vez que lo que va a
primar es la realidad de la efectiva prestación y la modalidad concreta de ella.

Similitudes
En relación con las similitudes existentes entre el contrato de empleo docente público y el
contrato de empleo docente privado, podemos señalar una serie de modos fácilmente
identificables, que se desprenden del principio de equiparación entre trabajador docente
público y privado, y de la condición de servicio público del sistema educativo que lo
diferencian de manera evidente del régimen de trabajo general y hacen a la especificidad
de la relación laboral que nos ocupa.

En efecto, ambos contratos tienen en común los siguientes aspectos:

 Exigencia de título habilitante para el ejercicio de la actividad laboral;

 Régimen de Remuneraciones;

 Régimen de Licencias;

 Régimen de Incompatibilidad;

 Régimen de Disponibilidad

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 Posibilidad de pertenecer al mismo Régimen Jubilatorio. Respecto a este último tema la
ley 2987, en su artículo 70, establece que “el personal docente de los establecimientos
incorporados de acuerdo a las prescripciones de la presente ley quedarán incorporados
al régimen previsional que ampara a los docentes de los establecimientos de enseñanza
pública de gestión estatal y podrá gozar de la obra social del Instituto de Previsión
Social de la Provincia de Misiones dentro de los marcos legales correspondientes”.

Estabilidad
Debe remarcarse una diferencia sustancial entre el contrato de trabajo del docente privado
y el contrato de trabajo genérico, que constituye a su vez una importante similitud con el
contrato de empleo público. Nos estamos refiriendo a lo relativo a la estabilidad, principio
este que, como hemos señalado, ha sido tratado por la ley 13.047 y por las leyes locales con
igual alcance, al establecer la obligatoriedad de la sustanciación de un sumario
administrativo como condición sine qua non para el despido con causa, esto sin el pago de
indemnización alguna. Es esta nuestra mayor inseguridad, en el caso inclusive de que
exista justa causa para el despido.

El contrato en educación y los terceros involucrados


De acuerdo con el artículo 1199 del Código Civil, los contratos no pueden oponerse a
terceros ni invocarse por ellos. Sin embargo en el artículo 504 del Código Civil se
encuentra una excepción al efecto relativo de los contratos. Dicho artículo prevé que si en
la obligación se hubiere estipulado una ventaja a favor de un tercero, éste podrá exigir el
cumplimiento de la obligación, si la hubiere aceptado y se hizo saber esta circunstancia al
obligado antes de ser revocada.

El contrato de enseñanza privada es considerado como un contrato a favor de tercero en


donde se establece la siguiente relación jurídica triangular: a) estipulante: padre o madre
en ejercicio de la patria potestad compartida o no; b) promitente: establecimiento
educativo de enseñanza; c) tercero beneficiario: hijo menor (alumno). Dicha estipulación a
favor del tercero nace de la voluntad del estipulante, se inserta en un contrato de carácter
oneroso (en el caso del contrato de enseñanza privada), que le sirve de base, en donde la
prestación hacia el tercero estará a cargo del promitente, y en donde el beneficiario es un
tercero ajeno al contrato base entre el estipulante y el promitente.

Por lo tanto entre estipulante y promitente existe un contrato base de educación que los
une jurídicamente. Y existe además una relación accesoria en la cual el sujeto activo
(estipulante) goza de las acciones contra el promitente para exigir su cumplimiento en
dirección del tercero. Y entre promitente y tercero media una relación de expectativa en
donde una vez producida la aceptación de la obligación, se producen los siguientes

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efectos: el tercero beneficiario goza de acción directa contra el promitente para obtener el
cumplimiento de la obligación.

Pero al no ser parte en el negocio base, no tiene derechos resolutorios en caso de


incumplimientos, fundados en el pacto comisorio implícito en los términos del artículo
1204 del Código Civil:

 Artículo 1204 (CC) - En los contratos con prestaciones recíprocas se entiende implícita la
facultad de resolver las obligaciones emergentes de ellos en caso de que uno de los contratantes
no cumpliera su compromiso. Más en los contratos en que se hubiese cumplido parte de las
prestaciones, las que se hayan cumplido quedarán firmes y producirán, en cuanto a ellas, los
efectos correspondientes.

No ejecutada la prestación, el acreedor podrá requerir al incumplidor el cumplimiento de su


obligación en un plazo no inferior a quince días, salvo que los usos o un pacto expreso
establecieran uno menor, con los daños y perjuicios derivados de la demora; transcurrido el
plazo sin que la prestación haya sido cumplida, quedarán resueltas, sin más, las obligaciones
emergentes del contrato con derecho para el acreedor al resarcimiento de los daños y perjuicios.

Las partes podrán pactar expresamente que la resolución se produzca en caso de que alguna
obligación no sea cumplida con las modalidades convenidas; en este supuesto la resolución se
producirá de pleno derecho y surtirá efectos desde que la parte interesada comunique a la
incumplidora, en forma fehaciente, su voluntad de resolver.

La parte que haya cumplido podrá optar por exigir a la incumplidora la ejecución de sus
obligaciones con daños y perjuicios. La resolución podrá pedirse aunque se hubiese demandado
el cumplimiento del contrato; pero no podrá solicitarse el cumplimiento cuando se hubiese
demandado por resolución.

En cambio el promitente podrá oponer al tercero todas las excepciones que podría hacer
valer contra el estipulante, nacidas del contrato en el cual se originó el beneficio, por
ejemplo podrá oponerle el incumplimiento por el estipulante de las obligaciones a su
cargo.
Entre estipulante y tercero, media una atribución indirecta por parte del estipulante hacia
el tercero, que una vez aceptada por éste, no puede ser revocada por parte del estipulante.
Dado que los establecimientos educativos privados (predisponente) pactan cláusulas
predispuestas, las cuales pueden ser aceptadas o rechazadas por el adherente pero sin
posibilidad de modificarlas, estos contratos de enseñanza educativa privada son
considerados contratos de adhesión y la prestación de servicios educativos puede ser
ubicada dentro del ámbito de la ley 24.240 de defensa y protección al consumidor.

Otros autores opinan que el contrato de enseñanza privada es un contrato híbrido puesto
que participa de las características del contrato de locación de servicios y de obra. Hay

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locación de servicios por cuanto el establecimiento educativo asume una obligación
genérica de medios que consiste en educar y enseñar a los alumnos (artículo 1623 Código
Civil) y la otra parte a pagar por ese servicio un precio en dinero. Y existe también
locación de obra, por cuanto una de las partes establecimiento educativo) asume una
obligación tácita accesoria de seguridad (Lanzillotta, Humberto c/Escuela del Sol, Cámara
Nacional Civil, sala D, 18/03/1998), como obligación de resultado, la que consiste en
entregar sanos y salvos a los alumnos menores de edad al finalizar la jornada laboral, a sus
padres quienes confían la guarda temporaria de los mismos al establecimiento de
enseñanza privada
(artículo 1117 Código Civil).

Respecto de los caracteres del contrato de enseñanza educativa privada, el mismo es: a)
de adhesión o de consumo; b) bilateral; c) oneroso; d) consensual; e) innominado o atípico:
puesto que la ley no lo designa bajo una denominación especial (artículo 1143 Código
Civil); f) atípico mixto: puesto que no se encuentra tipificado dentro del derecho privado,
sino que surgen de la vida diaria jurídica en virtud de la libertad contractual. Este
contrato goza de las características de distintos contratos (locación de servicios, locación de
obra, instituto de la guarda de menores, etcétera); g) conmutativo: por el servicio de
enseñanza y educación se abona un precio mensual cierto en dinero, es decir que las partes
conocen al
momento del perfeccionamiento del contrato, las contraprestaciones recíprocas del mismo;
h) no formal; i) de ejecución inmediata; j) principal y accesorio; k) de tracto sucesivo o de
cumplimiento continuo o periódico; l) es un contrato del cual nacen obligaciones intuitu
personae para ambas partes: el alumno a través de sus padres elige donde educarse y el
educador tiene libertad para aceptar al alumno. Dichas facultades tienen sus limitaciones
en la enseñanza pública donde las reglamentaciones limitan las facultades de elección; m)
es rescindible por cualquiera de las partes: parte de la doctrina opina que esta facultad
deriva de ser un contrato con obligaciones intuitu personae. Sin embargo algunas
especialistas indican que dicha facultad amplia que tiene el alumno de resolver el contrato,
colisiona con la relación entre el tercero y el promitente mediante la cual una vez aceptada
la estipulación a su favor, éste podrá exigir del promitente el cumplimiento de la
obligación teniendo a su disposición todos los medios de compulsión que corresponden al
acreedor contra el deudor. Pero no siendo el tercero, parte en el negocio base, no le
corresponderá ningún derecho fuera del señalado, por ejemplo no podrá pedir la
resolución del contrato fundado en el pacto comisorio implícito (artículo 1204 Código
Civil).

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6. EL EMPLEADOR. CATEGORÍAS DE ESTABLECIMIENTOS.

Concepto de empleador
Teniendo presente que el contrato de trabajo se inserta habitualmente en el marco de una
organización empresarial, el artículo 5 de la Ley de Contrato de Trabajo nos brinda
definiciones aplicables al contrato del docente privado, al señalar que “… se entiende
como empresa la organización instrumental de medios personales, materiales e
inmateriales, ordenados bajo una dirección para el logro de fines económicos o benéficos.
A los mismos fines, se llama empresario a quien dirige la empresa por sí, o por medio de
otras personas, y con el cual se relacionan jerárquicamente los trabajadores, cualquiera sea
la participación que las leyes asignen a éstos en la gestión y dirección de la empresa”.

Para ser más claros en este aspecto, es dable recordar que Schlemenson afirma que una
empresa constituye “un sistema socio-técnico integrado, deliberadamente constituido para
la realización de un proyecto concreto, tendiente a la satisfacción de necesidades de sus
miembros y de una población o audiencia externa, que le otorga sentido. Está inserta en un
contexto socio-económico y político con el cual guarda relaciones de intercambio y de
mutua determinación”. También Ossorio indica que empresa “es la organización de los
elementos de la población – naturaleza, capital y trabajo - con miras a un fin
determinado”.

A su vez, el artículo 26 de la Ley de Contrato de Trabajo indica que “se considera


empleador a la persona física o conjunto de ellas, o jurídica, tenga o no personalidad
jurídica propia, que requiera los servicios de un trabajador”.

Además el artículo 6 de la LCT explica que “se entiende por establecimiento la unidad
técnica o de ejecución destinada al logro de los fines de la empresa, a través de una o más
explotaciones”. Es claro que en términos de servicios educativos, cuando se hace alusión al
establecimiento, se hace referencia a la “escuela”, “colegio” o “instituto”, pudiendo una
misma empresa o un mismo empleador poseer varios establecimientos.

 Artículo 5° (LCT) — Empresa-Empresario. A los fines de esta ley, se entiende como


"empresa" la organización instrumental de medios personales, materiales e inmateriales,
ordenados bajo una dirección para el logro de fines económicos o benéficos.

A los mismos fines, se llama "empresario" a quien dirige la empresa por sí, o por medio de otras
personas, y con el cual se relacionan jerárquicamente los trabajadores, cualquiera sea la
participación que las leyes asignen a éstos en la gestión y dirección de la "empresa".

 Artículo 6° — Establecimiento. Se entiende por "establecimiento" la unidad técnica o de


ejecución destinada al logro de los fines de la empresa, a través de una o más explotaciones.

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 Artículo 26. — Empleador. Se considera "empleador" a la persona física o conjunto de ellas, o
jurídica, tenga o no personalidad jurídica propia, que requiera los servicios de un trabajador.

Empresa educativa
En el caso de la actividad docente, la organización de medios materiales e inmateriales
implica que para que se pueda hablar de empresa educativa deba haber una estructura
integrada, desde el punto de vista de los recursos materiales, por lo edilicio, más los
elementos necesarios para impartir educación (pizarrones, computadoras, biblioteca,
mapoteca, laboratorios, playón deportivo, etc.), y desde la perspectiva de los recursos
humanos, la empresa, para ser tal, deberá contar con el personal directivo, docente y
auxiliar, necesario para la actividad escolar de que se trate. Obviamente, sin olvidar el
elemento esencial que son los alumnos.

Entendemos que el concepto de “institución educativa”, introducido por la Ley Nacional


de Educación en su artículo 122, corresponde al de “establecimiento educativo”, al que
define como “la unidad pedagógica del sistema responsable de los procesos de
enseñanza-aprendizaje destinados al logro de los objetivos establecidos por esta ley”.

Puede añadirse – más allá de las nuevas denominaciones- que los institutos adscriptos
podrán impartir enseñanza en los niveles inicial, educación general básica, polimodal,
superior no universitario, especial, etc., en los mismos términos que la enseñanza oficial de
gestión pública, integrando, juntamente con ellos, el Sistema Educativo Nacional (artículo
14, ley 22.206). Como hemos dicho, la educación de gestión privada incorporada no abarca
al nivel universitario que posee su propia regulación jurídica.

Téngase presente que la empresa educativa podrá o no tener fines lucrativos (siendo este
un tema que será analizado más delante considerando la Ley de Educación Nacional), ya
que ello no incide en la caracterización de la organización como empresa escolar, razón por la
cual la ley provincial 2987 y la ley 13.047 protege al personal de todos los establecimientos
privados de enseñanza, aunque no persiguen fines de lucro, o la impartan en forma
gratuita, tal como expresara la Cámara Nacional del Trabajo en un fallo de su sala 4ª de
1956.

Deberá el empleador ejercer las funciones que le son propias, de tal suerte que será él
quien determine las acciones a seguir, siempre dentro de los límites que los planes de
estudio y reglamentaciones del servicio educativo se lo permitan, en tanto integra el
Sistema Educativo Nacional, siendo también el empleador el que abona los haberes,
cumple con las cargas provisionales y sociales, y ejerce el poder disciplinario respecto de
su personal, siendo válido considerar en este sentido las expresiones de los artículos 51 y
52 de la Ley Provincial 2987.

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 Artículo 51 (Ley 2987) – El personal designado conforme a la presente ley tendrá relación de
dependencia exclusiva con el propietario del establecimiento, no siendo el Estado provincial
responsable del pago de las indemnizaciones laborales establecidas en la Ley de Contrato de
Trabajo y en la Ley de Accidentes de Trabajo.

 Artículo 52 (Ley 2987) – La provincia garantiza a los establecimientos de enseñanza pública


de gestión privada el aporte financiero destinado al pago de los haberes y cargas previsionales y
sociales del personal que integra la planta funcional aprobada, como así los correspondientes al
personal docente suplente de acuerdo con las normas de anticipos y rendiciones de cuentas que
determinen el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones y el envío mensual de
dicho aporte en las mismas fechas en que se remitan los sueldos de los establecimientos de
educación pública de gestión estatal.

El aporte estatal no podrá ser considerado como pago de sueldos a los docentes, ni les dará a
éstos derecho alguno contra el Estado provincial.

En este marco normativo, el “empleador” es aquel que ocupa uno de los polos de la
relación laboral, mientras que el otro es ocupado por el trabajador o dependiente. El
empleador – persona física o jurídica - es el propietario, conductor y administrador de la
“empresa” como organización de medios destinados a la consecución de los fines propios
de ésta.

No habrá por tanto “empresa” ni “empleador” en los casos de docentes que prestan
servicios de apoyo educativo a alumnos, sin una estructura organizativa de recursos
humanos – empleados - y materiales conformada a tal fin, ya que no existirá en este caso
una organización de medios destinados al logro de fines empresariales, como el caso de
los docentes que dictan clases particulares de apoyo a alumnos de establecimientos
escolares.

Quienes pueden ser empleadores


En la educación privada el empleador será el propietario de la empresa educativa de que
se trate. La determinación acerca de quiénes pueden ser empleadores en esta campo se
encuentra definida tanto en la Ley de Educación Nacional (artículo 63) como en la Ley
Provincial 2987 (artículo 32)

 Artículo 63 (LNE) - Tendrán derecho a prestar estos servicios la Iglesia Católica, las
confesiones religiosas inscriptas en el Registro Nacional de Cultos; las sociedades, cooperativas,
organizaciones sociales, sindicatos, asociaciones, fundaciones y empresas con personería jurídica
y las personas físicas.

 Estos agentes tendrán los siguientes derechos y obligaciones:

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Derechos: crear, administrar y sostener establecimientos educativos; matricular, evaluar y
emitir certificados y títulos con validez nacional; nombrar y promover a su personal directivo,
docente, administrativo y auxiliar; formular planes y programas de estudio; aprobar el proyecto
educativo institucional de acuerdo con su ideario y participar del planeamiento educativo.

Obligaciones: Cumplir con la normativa y los lineamientos de la política educativa nacional y


jurisdiccional; ofrecer servicios educativos que respondan a necesidades de la comunidad;
brindar toda la información necesaria para la supervisión pedagógica y el control contable y
laboral por parte del Estado.

 Artículo 32 (Ley 2987) – La incorporación sólo será acordada a institutos cuyos propietarios
sean:

1. Persona de existencia visible que acredite antecedentes vinculados a la educación.

2. Fundaciones, asociaciones o sociedades civiles con personería jurídica, o comerciales


inscriptas de acuerdo con la legislación vigente, cuyos fines sean la promoción de
actividades culturales, educativas o científicas y cuyo personal directivo o gerencial sea
docente.

3. La Iglesia Católica, como así también todas las iglesias y los cultos reconocidos oficialmente.

4. Las instituciones religiosas e instituciones seculares reconocidas o admitidas de conformidad


con la legislación nacional en la materia.

5. Los sindicatos con personería jurídica, cuyos integrantes estén vinculados a la educación.

Las normas transcriptas están íntimamente vinculadas con las disposiciones del Código
Civil en relación con las personas jurídicas. Dicho cuerpo legal establece que “personas”
son “todos los entes susceptibles de adquirir derechos o contraer obligaciones” (artículo
30, Código Civil).

Por su parte, tal como indica el artículo 33 del Código Civil, las personas jurídicas pueden
ser de carácter público o privado. Tienen carácter público: 1) el Estado nacional, las
provincias y los municipios; 2) las entidades autárquicas; 3) la Iglesia Católica. Tienen
carácter privado: 1) las asociaciones y fundaciones que tengan por principal objeto del bien
común, posean patrimonio propio, sean capaces por sus estatutos adquirir bienes, no
subsistan exclusivamente de asignaciones del Estado, y obtengan autorización para
funcionar; 2) las sociedades civiles y comerciales o entidades que conforme a la ley tengan
capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, aunque no requieran
autorización expresa del Estado para funcionar.

En definitiva y en orden a la propiedad de establecimientos educativos de gestión privada,


la Iglesia Católica, al igual que el resto de los credos reconocidos, las fundaciones, las

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asociaciones civiles o comerciales, las cooperativas, las entidades sindicales y las personas
de existencia visible, pueden revestir el carácter de propietarios de tales institutos
escolares.

Es pertinente aclarar que en los últimos años, como reflejo de una terminología extendida
internacionalmente, se ha impuesto el uso del término “organizaciones no
gubernamentales” (ONG) para referirse a diversas organizaciones sociales ajenas a la
potestad estatal. Están referenciadas, en relación con la educación, en la nueva Ley
Nacional de Educación. De cualquier manera, es de tener en cuenta que estas ONG, para
poder ser sujetos de derecho, deben contar con el reconocimiento estatal (en definitiva, ser
personas jurídicas) y constituirse dentro del marco del derecho asociativo vigente, ya sea
como fundaciones, asociación civiles, cooperativas, etcétera.

La Iglesia católica y las parroquias


Tratamiento especial ha merecido en la legislación la personería jurídica de Iglesia
Católica, regulada por la ley 24.483, denominada Ley de Personería Jurídica Civil o
Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. En su artículo 1º
prescribe que los Institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica que gocen
de personalidad jurídica pública en la Iglesia Católica les será reconocida la personalidad
jurídica civil por su sola inscripción en un registro que se llevará en el Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

 Articulo 1 (Ley 24.483) – A los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida


Apostólica que gocen de personalidad jurídica pública en la Iglesia Católica, admitidos por la
autoridad eclesiástica competente conforme al artículo V del Acuerdo entre la República
Argentina y la Santa Sede aprobado por la Ley 17.032, les será reconocida la personalidad
jurídica civil por su sola inscripción en un registro que se llevará en el Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

El mismo régimen se aplicará a las distintas provincias o casas que gocen de personalidad
jurídica autónoma, conforme a sus reglas, constituciones o estatutos y lo pidan expresamente.

Al respecto, Julio Grisolía en su Tratado de Derecho del Trabajo y Seguridad Social indica
que “las parroquias pertenecientes a la Iglesia Católica tienen suficiente personería jurídica
para ser titular de derechos y obligaciones, e inclusive estar en juicio”, aspecto que fue
reconocido en un fallo de la Cámara Federal de San Martín en 1993, en autos “Anses c/B.
Parroquia Niño Jesús de Praga s/ejecución fiscal”. En el mismo sentido expresa Ariel
Busso que “la Parroquia siempre es persona, dado que tiene patrimonio,
responsabilidades, obligaciones y derechos, independientemente de la voluntad del
Obispo…”.

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Separación de patrimonios
Una de las principales consecuencias del reconocimiento de la “persona jurídica” como
ente jurídico es la separación de los patrimonios de sus socios respecto del patrimonio del
ente jurídico, de modo tal que, como expresa el artículo 39 del Código Civil, “los bienes
que pertenezcan a la asociación no pertenecen a ninguno de sus miembros; y ninguno de
sus miembros ni todos ellos están obligados a satisfacer las deudas de la corporación…”.

Esto es sin perjuicio de la posibilidad de que los miembros de la entidad respondan


personalmente con su patrimonio en los supuestos en que la utilización de la personería
jurídica lo haya sido al efecto de actuar en fraude a la ley y en perjuicio de los derechos de
los dependientes o de terceros, como indica el artículo 54 de la Ley de Sociedades 19.550 y
sus modificatorias, que indica que “la actuación de la sociedad que encubra la
consecución de fines extra societarios, constituya un mero recurso para violar la ley, el
orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente
a los socios o a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados”.

 Articulo 54 (ley 19550) – Dolo o culpa del socio o del controlante. El daño ocurrido a la
sociedad por dolo o culpa de socios o de quienes no siéndolo la controlen constituye a sus autores
en la obligación solidaria de indemnizar sin que puedan alegar compensación con el lucro que
su actuación haya proporcionado en otros negocios.

El socio o controlante que aplicará los fondos o efectos de la sociedad a uso o negocio de cuenta
propia o de tercero está obligado a traer a la sociedad las ganancias resultantes siendo las
pérdidas de su cuenta exclusiva.

Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación de la sociedad que encubra la


consecución de fines extrasocietarios constituya un mero recurso para violar la ley, el orden
público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o
a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados.

En estos casos el Fiscal General del Trabajo, en dictamen de 1997 ha sostenido que “se
habría creado una hipótesis automática de la caída del velo societario, en supuesto de
ilicitud que, como en el caso concreto, excederían el mero cumplimiento de las
obligaciones emergentes del contrato, al relacionarse con la indebida instrumentación de
los importes remunerativos reales, configurativa de un arquetípico fraude laboral”.

Por último, cabe acotar que, por la especial naturaleza de la actividad que desarrollan las
empresas educativas, se requiere de sus Propietarios y/o Representantes Legales el
cumplimiento de una serie de exigencias que hacen a su idoneidad técnica, moral y
financiera, exigencias propias de la concesión del servicio educativo, adscripción o

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autorización, que se plasman en las reglamentaciones de la Provincia, tal como se indica
en la ley 2987, en sus artículos 33 y siguientes, como también en los decretos
reglamentarios y complementarios.

 Artículo 33 (Ley 2987) – Los propietarios y apoderados deberán gozar de buen concepto y
solvencia suficiente para garantizar el funcionamiento del establecimiento por un período no
menor de tres (3) años, lo que será verificado en forma y modo que establezca la reglamentación.

 Artículo 34 (Ley 2987) – El propietario deberá ser titular de dominio del inmueble en que
funciona el establecimiento o en su defecto locatario, comodatario o usufructuario, y garantizar
su uso y ocupación por el término de tres años.

 Artículo 35 (Ley 2987) – Los propietarios, en sus relaciones con el Estado a los fines de la
presente ley, podrán actuar por sí o por apoderados, con mandato registrado en el Servicio
Provincial de Enseñanza Privada de Misiones y deberán fijar domicilio en el territorio de la
provincia a los efectos legales.

 Artículo 36 (Ley 2987) – Los propietarios, los representantes legales y los apoderados deberán
inscribirse en el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones.

 Artículo 37 (Ley 2987) – Los propietarios serán responsables del archivo de documentación
oficial y del funcionamiento integral del instituto, sin perjuicio de la responsabilidad que
correspondiere al personal directivo, docente y docente auxiliar.

 Artículo 38 (Ley 2987) – Las obligaciones contraídas por lo propietarios con su personal o
terceros, no responsabilizan ni obligan de modo alguno al Estado provincial.

Distintas categorías de establecimientos privados.

Institutos adscriptos, reconocidos o incorporados


Las instituciones educativas de gestión privada deben ser reconocidas y autorizadas por el
poder administrador conforme su ámbito jurisdiccional –el Estado nacional, las provincias
o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, y recién a partir de ese momento integrarán el
Sistema Educativo Nacional, tal como se establece en los artículos 13, 14 y 62 de la Ley
26.206.

 Artículo 13º (LNE) - El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos


Aires reconocen, autorizan y supervisan el funcionamiento de instituciones educativas de
gestión privada, confesionales o no confesionales, de gestión cooperativa y de gestión social.

 Artículo 14º (LNE) - El Sistema Educativo Nacional es el conjunto organizado de servicios y


acciones educativas reguladas por el Estado que posibilitan el ejercicio del derecho a la

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educación. Lo integran los servicios educativos de gestión estatal y privada, gestión cooperativa
y gestión social, de todas las jurisdicciones del país, que abarcan los distintos niveles, ciclos y
modalidades de la educación.

 Artículo 62º (LNE) – Los servicios educativos de gestión privada estarán sujetos a la


autorización, reconocimiento y supervisión de las autoridades educativas jurisdiccionales
correspondientes.

Los términos “adscripto”, “incorporado”, “reconocido” o “establecimiento de enseñanza


pública de gestión privada” se utilizan de manera indistinta, esto es, como sinónimos, y
responden a diversas terminologías utilizadas por las normas jurisdiccionales
correspondientes.

Reconocimiento en Misiones
Este sistema de reconocimiento o adscripción rige desde la sanción de la Ley 13.047 y se
incorporó asimismo en la Ley Provincial 2987, en especial en su artículos 9, 13 y
siguientes.

 Artículo 9 (Ley 2987) – Los establecimientos de educación pública de gestión privada que
funcionen en la provincia de Misiones, cualquiera sea su nivel, naturaleza u organización,
ajustarán sus relaciones con el Estado provincial a través del Servicio Provincial de Enseñanza
Privada de Misiones.

 Artículo 13 (Ley 2987) – Los establecimientos de enseñanza pública de gestión privada se


clasifican en:

1. Incorporados a la enseñanza oficial: son aquellos establecimientos fiscalizados por el


Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones, reciban o no aporte financiero del
Estado, cuyos estudios tienen validez oficial.

2. Particulares: son aquellos establecimientos que imparten enseñanza en general,


directamente o a distancia, sin reconocimiento ni validez oficial y sin opción a percibir
aporte financiero alguno del Estado.

 Artículo 14 (Ley 2987) – El Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones clasificará


y registrará a los establecimientos de enseñanza pública de gestión privada conforme a las
pautas establecidas en el artículo anterior.

La reglamentación fijará la forma y el plazo en que los establecimientos de enseñanza pública de


gestión privada deberán presentar la documentación requerida a los efectos pertinentes.

 Artículo 15 (Ley 2987) – En la reglamentación de la presente ley el Poder Ejecutivo provincial


determinará el procedimiento, las condiciones, plazos y demás requisitos a exigir para otorgar el

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reconocimiento a los establecimientos de enseñanza pública de gestión privada, resguardando el
principio de libertad de enseñanza.

Exigencias para el otorgamiento de la adscripción, reconocimiento o incorporación


Las exigencias que hacen al otorgamiento del reconocimiento oficial pueden sintetizarse,
en general, en las siguientes:

a) Sometimiento al plan de estudios oficial para el nivel educativo de que se trate y


propio de la especialidad educativa del establecimiento.

b) Que su personal docente posea los títulos y requisitos mínimos reglamentarios


exigidos para el ingreso a la docencia o el ascenso en los colegios oficiales, en idénticas
asignaturas o cargos.

c) Equiparación en materia salarial, de régimen de licencias y de incompatibilidades del


personal docente dependiente, con el del ámbito público que corresponda a la
jurisdicción.

d) Que el número de los alumnos por grado o curso no sea inferior al mínimo ni superior
al máximo establecidos por la reglamentación para las distintas zonas y tipos de
enseñanza para el sector de gestión pública.

e) Acreditación de solvencia técnica, moral y financiera de la persona física o jurídica


propietaria del establecimiento.

Exigencias en Misiones
Las exigencias en la Provincia de Misiones se indican en la Ley Provincial 2987, en sus
artículos 23 y del 32 al 39 (ya detallados en párrafos anteriores), como asimismo en el
Decreto Reglamentario 397/93 se establecen condiciones específicas, las que deberán ser
tenidas en cuenta en cada caso.

 Artículo 23 (Ley 2987) - Para solicitar o mantener su incorporación los establecimientos


deberán cumplir, sin perjuicio de los demás requisitos establecidos en la presente ley,
los siguientes:

1. Respeto por las bases y objetivos que establecen las normas vigentes para los
establecimientos de enseñanza pública de gestión estatal.

2. Desarrollo de los programas mínimos o sintéticos establecidos para cada materia,


de modo que el conjunto de conocimientos impartidos en cada ciclo escolar no sea
inferior al incluido para el mismo ciclo y tipo de enseñanza de los establecimientos
de enseñanza pública de gestión estatal.

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3. Adopción de un plan de estudios oficial del grado o rama de la enseñanza que se
procure impartir, o de planes propios previamente aprobados de acuerdo con lo
establecido en el art. 9.

4. Impartir la enseñanza en idioma castellano sin perjuicio de su reproducción


bilingüe o de la enseñanza de uno o más idiomas extranjeros.

5. Favorecer la formación de los sentimientos patrióticos, los principios federalistas y


el arraigo a la tierra donde se vive.

6. Propender a la formación integral de un hombre libre, responsable, crítico, solidario


y creativo.

7. Asegurar la valoración del trabajo en todas sus formas, como medio de realización
y perfeccionamiento personal y de participación en el bien común, armonizando lo
teórico y lo práctico, lo intelectual y lo manual.

8. Disponer de un local que cuente con las dependencias para el desenvolvimiento


pedagógico de su labor escolar, según criterio y reglamentación del Servicio
Provincial de Enseñanza Privada de Misiones.

9. Facilitar a la población escolar el equipamiento para que ésta pueda desarrollar sus
actividades.

10. Posibilitar el ingreso de la población escolar sin otros requisitos que los establecidos
en la legislación vigente y en la aceptación por los mismos, de los reglamentos
internos de cada establecimiento, así como de los objetivos institucionales.

11. Respetar y velar por el cumplimiento de las normas vigentes relacionadas con la
vida institucional de los establecimientos, especialmente en cuanto estén destinadas
a garantizar la participación de los docentes, padres y alumnos, en el
desenvolvimiento de la actividad educativa, siempre que dicha participación no
atente contra los objetivos propios de cada establecimiento y el principio de bien
común.

Decreto 397/93 – Anexo I : A - De la incorporación

 Artículo 1 - Los institutos serán designados con el nombre que adoptaren y el siguiente
agregado: "Establecimientos de Educación Pública de Gestión Privada" incorporados a la
enseñanza oficial, y además con el número de código que le correspondiere en el Registro creado
por el art. 14 de la L 2987 sancionado por la Honorable Cámara de Representantes de la
provincia de Misiones.

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 Artículo 2 - Los institutos no podrán designarse con nombres de personas de existencia visible
ni en idioma extranjero.

 Artículo 3 - Las de reconocimiento de nuevos institutos serán presentadas antes del 30 de julio
del año anterior a aquel en que comenzará a funcionar.

 Artículo 4 - Además de acreditar el cumplimiento de los requisitos exigidos por la L 2987 en


los artículos 23 inciso 8), 32 a 39, la solicitud de reconocimiento de nuevos institutos deberá
incluir los siguientes datos y documentos:

4.1. Nombre y domicilio del solicitante; y si fuera persona jurídica testimonio del instrumento
de su constitución.

4.2. Antecedentes en la docencia o vinculación del solicitante con las actividades educativas.
Deberá acreditarse mediante certificación escrita.

4.3. Tipo de enseñanza que impartirá el Instituto, turno y sexo de los alumnos. Deben
informarse sobre el plan de estudios que se proyecta aplicar especificando con el o con los cursos
que comenzará la actividad.

4.4. Fines que se propone el nuevo Instituto.

4.5. Justificación de la necesidad socio-económica y cultural que motiva la creación.

4.6. Apreciación de las posibilidades de obtener en el lugar el personal necesario con el título de
docente y/o habilitante.

Para la designación del personal directivo, docente y docente auxiliar deberá tenerse presente lo
establecido por el Estatuto del Docente en vigencia y las normas reglamentarias concordantes.

4.7. Proyecto de presupuesto de gastos y cálculo de recursos para los dos primeros años de
funcionamiento.

4.8. Inventarios de los muebles, útiles y material didáctico exigidos por las normas vigentes.

4.9. Plano del edificio aprobado por autoridad municipal, con indicación del destino de las
dependencias.

Limitación al lucro
En algunos regímenes se limita la posibilidad de ser titular de los institutos educativos de
gestión privada a las entidades sin fines de lucro, cosa que no ocurre en Misiones, aunque
es importante señalar que la reciente Ley 26.206, en su artículo 10, introduce un
importante precepto limitante de la libertad de comercio y el consecuente lucro que ello
implica, al establecer que “el Estado nacional no suscribirá tratados bilaterales o

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multilaterales de libre comercio que impliquen concebir la educación como un servicio
lucrativo o alienten cualquier forma de mercantilización de la educación pública.”

 Artículo 10º (LNE) – El Estado nacional no suscribirá tratados bilaterales o multilaterales de


libre comercio que impliquen concebir la educación como un servicio lucrativo o alienten
cualquier forma de mercantilización de la educación pública.

Efectos del otorgamiento de la incorporación


En cuanto a los efectos que produce el reconocimiento como establecimiento
“incorporado”, puede señalarse como el más importante de todos es la potestad de
expedir títulos de validez oficial. A su vez, el reconocimiento conlleva la facultad de
matricular, calificar, examinar, promover, otorgar pases y certificados, y aplicar el régimen
disciplinario y de asistencia al alumnado correspondiente a la jurisdicción en la que se
encuentra el establecimiento, en igualdad de condiciones respecto de los establecimientos
públicos.

Cabe agregar que la incorporación, en tanto decisión adopta sobre la base de la evaluación
y acreditación de la idoneidad técnica, moral y financiera del instituto y sus propietarios,
constituye una determinación intuitu personae, por lo que no puede ser transferida sin la
previa autorización de la autoridad jurisdiccional de aplicación en la materia, a efectos de
controlar el cumplimiento de esas exigencias por parte del nuevo propietario, ya que
constituye un nuevo reconocimiento.

Pérdida de la adscripción
Resulta, además, necesario destacar que la adscripción puede perderse, pero siempre
previo trámite sumarial que garantice el derecho a la defensa del propietario del
establecimiento educativo.

Las causales de caducidad del reconocimiento son contempladas en la Ley 13.047, que en
su artículo 17 indica que el mismo caduca por: Renuncia expresa de la entidad titular;
Cuando el titular perdiere su buen concepto y solvencia; Cuando el titular hubiere cedido
la adscripción; cuando el instituto desarrolle actividades contrarias a los principios
establecidos en la Constitución Nacional, provincial o las leyes; Incumplimiento reiterado
o doloso de las normas establecidas por la ley o su reglamentación; La alteración del
funcionamiento del instituto imputable al titular; El incumplimiento de las obligaciones
que como depositario de la documentación oficial tiene el instituto; Cuando el instituto no
reanude sus actividades después de transcurrido el plazo por el cual fue autorizado a
suspender su funcionamiento; Por la pérdida de la personería jurídica acordada; Cuando

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las condiciones del local dejaren de ser apropiadas para el funcionamiento de un
establecimiento escolar.

Pérdida en Misiones
Para nuestro caso es fundamental recordar las causales apuntadas en la Ley 2987 donde se
indican, en su artículo 29, los motivos por los cuales se produce la caducidad de la
inscripción, a la vez que el artículo 30 indica el procedimiento que deberá seguirse.

 Artículo 29 (Ley 2987) – La incorporación caducará:

o Por renuncia.

o Cuando el propietario perdiere su buen concepto y solvencia.

o Por la cesión a un tercero de los beneficios de la incorporación.

o Por desarrollar el establecimiento, actividades contrarias a los principios establecidos en la


Constitución Nacional, Provincial o en la presente ley.

o Por incumplimiento reiterado de las normas sobre matriculación, calificación, evaluación de


exámenes, promoción, otorgamiento de pases, certificados, títulos, diplomas o régimen
disciplinario o de asistencia de alumnos.

o Por alteración del normal funcionamiento del establecimiento, imputable al propietario.

o Por incumplimiento de las obligaciones que como depositario de la documentación oficial


tiene el establecimiento.

 Artículo 30 (Ley 2987) – La caducidad será resuelta por el Servicio Provincial de Enseñanza
Privada de Misiones, previa sustanciación de actuaciones que garantice el derecho del
propietario.

Por otra parte el Decreto Reglamentario 397/93 indica otras condiciones para proceder a la
suspensión o a la caducidad de la inscripción de los institutos.

Decreto 397/93 – Anexo I: E - De la suspensión de la incorporación

 Artículo 23 – Los Institutos que deseen suspender su funcionamiento o el de alguna de sus


secciones por un término no mayor de un (1) año lectivo, siempre que medie causa justificada,
deberán solicitar dicha suspensión al Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones
(S.P.E.P.M.) con una anticipación de treinta días hábiles a la iniciación del curso escolar, por
nota que deberá elevar el representante legal o apoderado.

 Artículo 24 – En el caso de cursos y/o divisiones la suspensión podrá extenderse hasta tres (3)
años y deberá solicitarse al Servicio Provincial de Enseñanza Privada (S.P.E.P.M.) dentro de

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los diez días posteriores a la fecha fijada para el cierre definitivo de la matriculación. La solicitud
deberá ser elevada por el apoderado o representante legal.

 Artículo 25 – Además, de lo establecido en el artículo 29 de la Ley 2987, podrá caducar su


incorporación cuando no reanude sus actividades después de transcurrido el plazo por el cual
fue autorizado a suspender su funcionamiento.

Indemnizaciones
Respecto a la incidencia de la pérdida de la adscripción respecto de las relaciones de
empleo con el instituto cuyo reconocimiento caduca, habrá que estar a la determinación
acerca de si la causal de cese le es imputable al empleador o ajena a él. En el primero de los
casos es de aplicación el artículo 245 LCT, procediendo por tanto el pago de una
indemnización plena. En tanto, en la segunda hipótesis, procederá el pago de la
indemnización reducida que contempla el artículo 247 LCT.

 Artículo 245 (LCT) —Indemnización por antigüedad o despido. En los casos de despido
dispuesto por el empleador sin justa causa, habiendo o no mediado preaviso, éste deberá abonar
al trabajador una indemnización equivalente a UN (1) mes de sueldo por cada año de servicio o
fracción mayor de TRES (3) meses, tomando como base la mejor remuneración mensual, normal
y habitual devengada durante el último año o durante el tiempo de prestación de servicios si éste
fuera menor.

Dicha base no podrá exceder el equivalente de TRES (3) veces el importe mensual de la suma
que resulte del promedio de todas las remuneraciones previstas en el convenio colectivo de
trabajo aplicable al trabajador, al momento del despido, por la jornada legal o convencional,
excluida la antigüedad. Al MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD
SOCIAL le corresponderá fijar y publicar el promedio resultante, juntamente con las escalas
salariales de cada Convenio Colectivo de Trabajo.

Para aquellos trabajadores excluidos del convenio colectivo de trabajo el tope establecido en el
párrafo anterior será el del convenio aplicable al establecimiento donde preste servicios o al
convenio más favorable, en el caso de que hubiera más de uno.

Para aquellos trabajadores remunerados a comisión o con remuneraciones variables, será de


aplicación el convenio al que pertenezcan o aquel que se aplique en la empresa o establecimiento
donde preste servicios, si éste fuere más favorable.

El importe de esta indemnización en ningún caso podrá ser inferior a UN (1) mes de sueldo
calculado sobre la base del sistema establecido en el primer párrafo.

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 Artículo 247 (LCT) —Monto de la indemnización. En los casos en que el despido fuese
dispuesto por causa de fuerza mayor o por falta o disminución de trabajo no imputable al
empleador fehacientemente justificada, el trabajador tendrá derecho a percibir una
indemnización equivalente a la mitad de la prevista en el artículo 245 de esta ley.

En tales casos el despido deberá comenzar por el personal menos antiguo dentro de cada
especialidad.

Respecto del personal ingresado en un mismo semestre, deberá comenzarse por el que tuviere
menos cargas de familia, aunque con ello se alterara el orden de antigüedad.

Establecimientos subsidiados y no subsidiados


Una distinción que corresponde también analizar es la referida a si el establecimiento de
que se trate recibe o no aportes estatales con destino al pago de haberes de su personal,
debiendo destacarse, como indica Zunino y Fanchin, que “puede existir reconocimiento
sin subsidio, pero en ningún caso subsidio sin reconocimiento”.

Según Leonardo Ferraro “el aporte estatal o subvención consiste en una suma de dinero
que el Estado gira a determinados establecimientos educativos de gestión privada, a
efectos de contribuir con el pago de salarios de su personal”.

El principio general está enunciado en el artículo 65 de la ley 26.206 que indica que “la
asignación de aportes financieros por parte del Estado destinados a los salarios docentes
de los establecimientos de gestión privada reconocidos y autorizados por las autoridades
jurisdiccionales competentes estará basada en criterios objetivos de justicia social, teniendo
en cuenta la función social que cumple en su zona de influencia, el tipo de establecimiento,
el proyecto educativo o propuesta experimental y el arancel que se establezca.”

Es decir que el subsidio tiene como objetivo atender los gastos salariales, incluyendo los
aportes y contribuciones a los sistemas de previsión y seguridad social, del personal
docente, o parte de ellos, o sólo un porcentaje de estos salarios.

Vale precisar, además, que el monto del arancel que le será permitido cobrar al instituto
está en relación inversamente proporcional al porcentaje del subsidio estatal que aquél
recibe.

Normativa local
Los aspectos generales de los aportes a los institutos están detallados en la Ley Provincial
2987, en los artículos 52 y siguientes:

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 Artículo 52 (Ley 2987) – La provincia garantiza a los establecimientos de enseñanza pública
de gestión privada el aporte financiero destinado al pago de los haberes y cargas previsionales y
sociales del personal que integra la planta funcional aprobada, como así los correspondientes al
personal docente suplente de acuerdo con las normas de anticipos y rendiciones de cuentas que
determinen el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones y el envío mensual de
dicho aporte en las mismas fechas en que se remitan los sueldos de los establecimientos de
educación pública de gestión estatal.

El aporte estatal no podrá ser considerado como pago de sueldos a los docentes, ni les dará a
éstos derecho alguno contra el Estado provincial.

 Artículo 53 (Ley 2987) – Los establecimientos de educación pública de gestión privada


incorporados, a los efectos de la contribución financiera del Estado provincial, se clasificarán en
dos grupos:

Establecimientos gratuitos.

Establecimiento con derecho a percibir aranceles, por parte de los alumnos.

 Artículo 54 (Ley 2987) – Los establecimientos incorporados que impartan enseñanza sin
percibir arancel alguno, tendrán derecho a recibir del Estado provincial, en carácter de aporte
financiero, el 100% del monto de las remuneraciones que correspondan pagar a su personal de
acuerdo con la planta funcional incluyendo cargas sociales y previsionales, más un porcentaje
que fije la reglamentación para pago de suplentes.

En estos establecimientos no serán considerados aranceles las cuotas o aportes voluntarios a las
asociaciones cooperadoras; la reglamentación determinará el máximo que se puede percibir en
ese concepto.

 Artículo 55 (Ley 2987) – EL Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones


establecerá anualmente el porcentaje de los ingresos por aranceles de enseñanza que los
establecimientos incorporados de carácter pago destinarán al pago de los sueldos de su personal.
Este porcentaje no podrá ser inferior al 50 % de sus ingresos.

 Artículo 56 (Ley 2987) – En el caso de los establecimientos comprendidos en el art. 53, inc. 2)
el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones reglamentará los montos de los
aranceles que aquellos tendrán derecho a percibir teniendo en cuenta el aporte financiero del
Estado provincial, las características socio-económicas de la zona en que el establecimiento se
halle ubicado, el material didáctico del que disponga y las comodidades que ofrezcan a sus
alumnos. Los aranceles podrán ser percibidos únicamente durante el período lectivo.

 Artículo 57 (Ley 2987) – A los fines de la presente ley se considerarán aranceles todos los
pagos que sean efectuados en calidad de retribución por la enseñanza impartida, derechos de

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estudios, inscripciones o matrículas, uso de muebles, gabinetes, bibliotecas, reposición de
materiales, derechos de examen, extensión de certificados de estudios, pases y todo otro pago
obligatorio vinculado directamente con las exigencias del plan de estudios adoptado. No serán
computados a los efectos señalados los aranceles proporcionalmente exigidos por asignaturas
complementarias de los planes oficiales, la equitativa retribución de servicios ajenos a la
enseñanza y las contribuciones para edificación y equipamiento escolar hasta un monto de diez
(10) por ciento de remuneraciones del personal del establecimiento.

 Artículo 58 (Ley 2987) – A los efectos del cumplimiento de lo prescripto en el presente


capítulo, los establecimientos incorporados deberán abrir una cuenta especial en el Banco de la
Provincia de Misiones, para el depósito de los aportes estatales, cuyo manejo, junto con el
movimiento de otros recursos arancelarios, se registrará en libros rubricados en la forma y con
los controles de inspección que establezca la reglamentación.

Aumento o reducción del aporte


Cabe resaltar, asimismo, que esta subvención no configurará en ningún caso un derecho
adquirido por parte del establecimiento destinatario de aquél, toda vez que el Estado podrá
válidamente y frente a la pérdida o modificación de las condiciones que llevaron al
otorgamiento del aporte, o incluso por razones de oportunidad, mérito o conveniencia,
propias del ámbito de discrecionalidad o zona de reserva estatal, suprimirlo o reducirlo.

Vale reiterar en este punto que la circunstancia de recibir los subsidios precitados, en
absoluto modifica la condición de empleador del titular, con todas y cada una de las
consecuencias que de ella se derivan, ni transfiere al Estado responsabilidad solidaria
alguna con respecto al contrato de empleo.

Instituciones no incorporadas o academias


Estos establecimientos privados no conforman el sistema educativo formal, lo que implica
que no siguen planes oficiales de estudio, ni otorgan títulos con validez oficial. Su
regulación está fundamentalmente expresada en el artículo 59 de la ley 2987, como
también en el artículo 2 de la ley 13.047.

 Artículo 59 (Ley 2987) – Se denominan establecimientos "particulares", a los efectos de esta


ley, aquellos establecimientos de educación pública de gestión privada no incorporados a la
enseñanza oficial de jurisdicción Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones y que
deberán cumplimentar las siguientes exigencias para su habilitación:

o Registro previo del establecimiento y de la persona física o ideal, propietaria del mismo de
acuerdo con los medios y la oportunidad que disponga el Servicio Provincial de Enseñanza
Privada de Misiones.

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o Disponer del local adecuado en cuanto a condiciones de funcionalidad, seguridad e higiene.

o Impartir la enseñanza en idioma castellano, salvo que se trate de escuelas de lengua


extranjera, sin perjuicio de adicionar a aquél uno o más idiomas extranjeros.

o Respeto a la moral y buenas costumbres.

o No divulgación de doctrinas contrarias a los ideales democráticos y a los principios


fundamentales de la Constitución Nacional y Provincial y al patrimonio común de los
valores fundamentales de la nacionalidad.

o Otorgar diplomas o certificados que guarden relación con los estudios realizados y que no
signifiquen falsedad o fraude.

o Consignar en toda correspondencia, título o diploma, el número de registro y la leyenda


"título, certificado o diploma sin validez oficial" sin ningún otro aditamento que pueda
inducir a vinculación alguna con el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones o
con el Estado provincial o a que se interprete como validez o reconocimiento oficial a las
actividades del establecimiento y a la enseñanza que imparten.

 Artículo 60 (Ley 2987) – La violación a las disposiciones contenidas en el artículo precedente


podrán determinar la suspensión temporaria o clausura definitiva del establecimiento infractor,
sin perjuicio de las responsabilidades de otro tipo que puedan corresponderle al propietario del
establecimiento.

Se trata de aquellas academias que imparten educación o capacitación en aspectos varios


(academias de idiomas, música, mecánica, informática, electrónica, diseño de modas,
gastronomía y otros). Tales estudios incluso pueden ser propios de la enseñanza oficial,
pero sin sujeción a currículas oficiales, sin supervisión estatal y sin que sus egresados
obtengan títulos reconocidos. Lo dicho no impide que puedan existir establecimientos
educativos que impartan educación en estas materias y que, por estar reconocidos por los
organismos estatales, se encuentran comprendidos por el régimen de los institutos
adscriptos, con todas las consecuencias jurídicas que de ello se derivan.

En definitiva, estos establecimientos no forman parte del servicio público educativo, por lo
que las condiciones para su funcionamiento son las propias de toda actividad comercial.

Regulación especial para la publicidad


Existe una regulación especial, prevista en la Ley 24.806, dentro del marco de la protección
del consumidor, que establece los requisitos que deberá cumplir la difusión de los
servicios que presten las personas o instituciones de propiedad privada, destinada a
enseñanza.

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En su artículo 1º se indica que “toda persona y/o institución de propiedad privada
destinada a la enseñanza, que dicte cursos presenciales, semipresenciales o a distancia, o
cualquier otra forma de prestación de los mismos”, deberá cumplir con una serie de
requisitos en la difusión de sus servicios, que se aplica tanto a las academias como a las
organizaciones incorporadas.

Ley 24.806 - Publicidad de la enseñanza privada: Requisitos que deberá cumplir la difusión
de los servicios que presten las personas y/o instituciones de propiedad privada, destinada a
enseñanza, que dicten cursos presenciales, semipresenciales o a distancia.

 Articulo 1º — Establécese que toda persona y/o institución de propiedad privada destinada a la
enseñanza, que dicte cursos presenciales, semipresenciales o a distancia, o cualquier otra forma
de prestación de los mismos, deberá en la difusión de sus servicios, cumplir con los siguientes
requisitos.

Tratándose de establecimientos con o sin reconocimiento oficial, si los cursos impartidos no


cumplen con los planes y programas aprobados por el organismo educativo oficial
correspondiente, no podrán incluir la mención de títulos con igual denominación a los que se
expidieron o se expiden oficialmente.

Deberán asimismo, hacer constar en toda su publicidad, en forma destacada, que el título y/o
certificado que extienden no tiene carácter oficial:

En caso de que no contaran con el reconocimiento oficial, deberán brindar al interesado


información veraz, por medio de acta notificativa, en la que deberá constar:

o Clase de título y/o certificado que se entrega.

o Que no habilita para ejercer la docencia oficial o privada, o cualquier otra profesión cuya
carrera o curso sea dictada por establecimientos de enseñanza de Nivel Inicial,
Educación General Básica, Nivel Polimodal o Nivel Superior y que estén reconocidos
oficialmente: o para continuar estudios superiores:

En caso de que el establecimiento contara con reconocimiento oficial, deberá en cada carrera y/o
curso que publicite, mencionar el número de resolución respectiva por el cual fueron aprobados,
así como código y características del establecimiento.

 Artículo 2° — La violación a lo establecido por la presente ley facultará a los ministerios de


Educación y/o secretarias educativas, cualquiera sea su jurisdicción, a que, a través del
organismo encargado del reconocimiento y control de los establecimientos privados, intimen al
cese de la difusión engañosa y al desarrollo de los cursos o carreras.

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 Artículo 3° — Si dicha violación continuara, los organismos mencionados precedentemente
deberán iniciar las acciones sancionatorias previstas en la ley 24.240 de defensa del consumidor
y/o el artículo 172 del Código Penal, y/o el artículo 42 de la Constitución Nacional.

Relación con los docentes


Respecto de la relación de estos establecimientos con sus docentes, se rigen también por la
Ley 13.047 – en tanto regula esta modalidad de la actividad educativa- y por la Ley de
Contrato de Trabajo como norma residual.

Se trata del único sector cuya grilla salarial es establecida por el Consejo Gremial de
Enseñanza Privada. Esto es así toda vez que, como se ha dicho, los haberes del personal
dependiente del resto de los establecimientos privados reconocidos son fijados a través de
las jurisdicciones a las que corresponden, con cuyos docentes oficiales están equiparados
en lo salarial. Al no estar estos docentes equiparados del modo indicado, les son aplicables
las pautas salariales que fija el organismo aludido.

Las cooperativas de trabajo


Cuando se habla de sociedades cooperativas, se hace referencia de acuerdo con Bernardo
Drimer, a “asociaciones de personas que, basadas en su esfuerzo propio y ayuda mutua,
organizan y administran empresas económicas con el objeto de proporcionar servicios que
satisfacen sus necesidades, sujetándose al efecto a determinados principios cooperativos o
normas fundamentales de funcionamiento”.

Tales principios están plasmados en la normativa nacional que regula este tipo de
asociación, la Ley 20.337. Sin embargo, tal como señala la Cámara Nacional del Trabajo en
fallo de la sala 7ª de 1999, “la calidad de socio cooperativo no obsta la aplicación de las
normas que rigen el contrato de trabajo y también las que regulan el trabajo subordinado,
ya que el artículo 27 de la ley 20.337 no las excluye expresamente, al punto que cada
asociado se presenta ante la sociedad en el doble carácter de asociado y trabajador
subordinado, sin desmedro de que este principio de carácter general es cuestión de hecho
subordinada por consiguiente a la interpretación judicial”.

En ese marco se dictó la Ley 25.887, que – entre otros aspectos - regula la potestad de la
autoridad de aplicación en materia de Policía del Trabajo (Ministerio de Trabajo de la
Nación y organismos provinciales con competencia en policía del trabajo), para
inspeccionar dichas empresas y considerar a los “socios” de una cooperativa consignados
como tales en fraude a la ley, como trabajadores en relación de dependencia.

Dicha norma, en su artículo 40, establece: “Los servicios de inspección del trabajo están
habilitados para ejercer el contralor de las cooperativas de trabajo a los efectos de

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verificar el cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social en relación con
los trabajadores dependientes a su servicio, así como a los socios de ella que se
desempeñaren en fraude a la ley laboral. Estos últimos serán considerados trabajadores
dependientes de la empresa usuaria para la cual presten servicios, a los efectos de la
aplicación de la legislación laboral y de la seguridad social. Si durante esas inspecciones se
comprobare que se ha incurrido en una desnaturalización de la figura cooperativa con el
propósito de sustraerse, total o parcialmente, a la aplicación de la legislación del trabajo
denunciarán, sin perjuicio del ejercicio de su facultad de constatar las infracciones a las
normas laborales y proceder a su juzgamiento y sanción, esa circunstancia a la autoridad
específica de fiscalización pública a los efectos del artículo 101 y concordantes de la ley
20.337….”

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7. EL IDEARIO DE LAS INSTITUCIONES PRIVADAS.

Una de las características propias de la “empresa educativa” es la posibilidad de que


cuente con un ideario propio. Esta cuestión tiene profunda relación con el principio de la
libertad de enseñanza y sus limitaciones, en especial los principios antidiscriminatorios y
los contenidos esenciales de la educación. Por otro lado, otra limitación está dada por el
derecho a la intimidad o privacidad.

La expresión “ideario” es definida en el Diccionario de la Real Academia Española:


“Repertorio de las principales ideas de un autor, de una escuela o de una colectividad,”

Si bien en nuestro derecho positivo nacional no encontramos una definición del término,
es un derecho de raigambre constitucional reconocido a los padres y tutores la elección
de la educación dentro de un ideario determinado conforme a sus convicciones.
Consecuentemente, a fin de viabilizar esta potestad, debe reconocerse es derecho de los
agentes educativos de fijar un ideario propio, que a su vez no es más que la expresión del
derecho de libertad de enseñanza.

Recordemos que el artículo 23 de la ley 24.049 – de transferencia de los servicios


educativos a las jurisdicciones locales - establecía que los servicios educativos de gestión
privada que se transfieren “podrán mantener sus características doctrinarias,
modalidades curriculares y pedagógicas y el estilo ético formativo propio, en el ámbito
de las jurisdicciones receptoras”. Estos aspectos son los conforman su ideario, como se
reconoce en los convenios de transferencia suscriptos con cada jurisdicción.

La Ley de Ecuación Nacional establece, en el artículo 63, el derecho de los gestores


privados de educación a “… aprobar el proyecto educativo institucional de acuerdo con su
ideario…”, dentro del marco de su obligación de “cumplir con la normativa y los
lineamientos de la política educativa nacional y jurisdiccional”. En sintonía con tal
dispositivo, el artículo 128 de la misma norma consagra en cabeza de los padres, madres y
tutores del derecho a “elegir para sus hijos o representados, la institución educativa
cuyo ideario responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas”.

Limitaciones
Los derechos fundamentales no son absolutos, sino que admiten la limitación y
compaginación dentro del plexo armónico del sistema. Esta armonización y consecuente
limitación al derecho a la fijación de un ideario se efectúan a través de la Ley Nacional de
Educación, en la que se exponen los lineamientos generales del sistema educativo, en
especial los artículos 3, 4, 7, 8 y en relación con los fines y objetivos de la enseñanza, el
artículo 11, a los cual deberán atenerse todos los agentes educativos.

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 Artículo 3° (LNE) – La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de
Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional,
profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades
fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación.

 Artículo 4° (LNE) – El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos


Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral,
permanente y de calidad para todos los habitantes de la Nación, garantizando la igualdad,
gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones
sociales y las familias.

 Artículo 7° (LNE) - El Estado garantiza el acceso de todos/as los/as ciudadanos/as a la


información y al conocimiento como instrumentos centrales de la participación en un proceso de
desarrollo con crecimiento económico y justicia social.

 Artículo 8° (LNE) –  La educación brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y


fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada
educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz,
solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común.

 Artículo 11º (LNE) –  Los fines y objetivos de la política educativa nacional son:

a. Asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades, sin


desequilibrios regionales ni inequidades sociales.

b. Garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona y
habilite tanto para el desempeño social y laboral, como para el acceso a estudios superiores.

c. Brindar una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de
participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de conflictos, respeto a los derechos
humanos, responsabilidad, honestidad, valoración y preservación del patrimonio natural y
cultural.

d. Fortalecer la identidad nacional, basada en el respeto a la diversidad cultural y a las


particularidades locales, abierta a los valores universales y a la integración regional y
latinoamericana.

e. Garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de estrategias


pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los sectores más
desfavorecidos de la sociedad.

f. Asegurar condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas sin admitir
discriminación de género ni de ningún otro tipo.

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g. Garantizar, en el ámbito educativo, el respeto a los derechos de los/as niños/as y adolescentes
establecidos en la Ley N° 26.061.

h. Garantizar a todos/as el acceso y las condiciones para la permanencia y el egreso de los


diferentes niveles del sistema educativo, asegurando la gratuidad de los servicios de gestión
estatal, en todos los niveles y modalidades.

i. Asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes en las


instituciones educativas de todos los niveles.

j. Concebir la cultura del trabajo y del esfuerzo individual y cooperativo como principio
fundamental de los procesos de enseñanza aprendizaje.

k. Desarrollar las capacidades y ofrecer oportunidades de estudio y aprendizaje necesarias para


la educación a lo largo de toda la vida.

l. Fortalecer la centralidad de la lectura y la escritura, como condiciones básicas para la


educación a lo largo de toda la vida, la construcción de una ciudadanía responsable y la libre
circulación del conocimiento.

m. Desarrollar las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes producidos
por las tecnologías de la información y la comunicación.

n. Brindar a las personas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta


pedagógica que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el
pleno ejercicio de sus derechos.

ñ. Asegurar a los pueblos indígenas el respeto a su lengua y a su identidad cultural,


promoviendo la valoración de la multiculturalidad en la formación de todos/as los/as
educandos/as.

o. Comprometer a los medios masivos de comunicación a asumir mayores grados de


responsabilidad ética y social por los contenidos y valores que transmiten.

p. Brindar conocimientos y promover valores que fortalezcan la formación integral de una


sexualidad responsable.

q. Promover valores y actitudes que fortalezcan las capacidades de las personas para prevenir
las adicciones y el uso indebido de drogas.

r. Brindar una formación corporal, motriz y deportiva que favorezca el desarrollo armónico de
todos los educandos y su inserción activa en la sociedad.

s. Promover el aprendizaje de saberes científicos fundamentales para comprender y participar


reflexivamente en la sociedad contemporánea.

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t. Brindar una formación que estimule la creatividad, el gusto y la comprensión de las
distintas manifestaciones del arte y la cultura.

u. Coordinar las políticas de educación, ciencia y tecnología con las de cultura, salud, trabajo,
desarrollo social, deportes y comunicaciones, para atender integralmente las necesidades de
la población, aprovechando al máximo los recursos estatales, sociales y comunitarios.

v. Promover en todos los niveles educativos y modalidades la comprensión del concepto de


eliminación de todas las formas de discriminación.

Un tema de actualidad que se vincula con el ideario, puede hallarse en las recientes leyes
que establecen un régimen especial de protección a las alumnas embarazadas y la
obligatoriedad de educación sexual. La Ley 25.584 prohíbe cualquier “adopción de
acciones institucionales que impidan o perturben el inicio o persecución normal de sus
estudios a las estudiantes en estado de gravidez o durante el período de lactancia y a los
estudiantes en su carácter de progenitores”. Este sistema se complementa con las Leyes
25.273 y 26.061 (Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes). Obviamente, en el supuesto de que algún establecimiento educativo
estableciera en su ideario cualquier diferenciación de trato en relación con alumnos en
razón de maternidad o paternidad, sería no sólo inaplicable, sino incluso ilegítimo y sujeto
a las acciones reparatorias que las leyes prevén.

Educación Sexual Integral


Por su parte, la Ley 26.150 –Programa Nacional de Educación Sexual Integral- introduce la
obligación de desarrollar “acciones educativas sistemáticas en los establecimientos
escolares”. Claro que además se prescribe que “cada comunidad educativa incluirá en el
proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su
realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las
convicciones de sus miembros”.

En la Provincia de Misiones -diciembre del 2007- se sanciono la Ley N° 4410, que en su


artículo 1 establece la enseñanza obligatoria, sistemática y gradual de la Educación Sexual
Integral, en todos los niveles. La misma ley entiende como Educación Sexual Integral a la
tarea pedagógica que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos
relativos al ser humano y su sexualidad, con el objeto de promover el bienestar personal y
social. Faculta al Consejo General de Educación y al Ministerio a elaborar en conjunto
contenidos mínimos, graduales y transversales para el dictado de la ESI. La educación
debe incluir a los padres en sus programas.

La Ley expresamente en su artículo 7 establece que se debe respetar el proyecto


educativo institucional de cada comunidad educativa.

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El artículo 9 faculta al PE reglamentar la ley (que aun no se ha hecho), debiendo
implementarse la misma, en forma progresiva en un plazo máximo de cuatro años.

En resumen, el sistema jurídico garantiza la libertad de enseñanza y la opción privada en


materia educativa, pero obliga a que su contenido y alcance se hagan compatibles con su
carácter de servicio público y su función social, que se expresan en exigencias y
condiciones uniformes, mínimas y adecuadas al marco de la legalidad que impone el
mismo sistema, ya que se trata de un bien público y un derecho personal y social,
principio central de la Ley Nacional de Educación.

Aspecto ideológico
La posibilidad de establecer un ideario propio determina que la empresa educativa pueda
ser incluida como empresa ideológica, al decir de Zunino y Fanchin.

La cuestión relevante, desde este ángulo de observación, consiste en la eventual incidencia


que esta caracterización de los institutos educativos privados pueda tener en el contrato de
trabajo del docente privado.

La materia ha sido desarrollada especialmente por la doctrina y la jurisprudencia europea,


y hace alusión centralmente a aquellas empresas cuya actividad principal tiene, por
definición, un contenido ideológico (propio del ámbito político, gremial, de las ONG, etc.)
o religioso, que resulta trascendental o relevante en tanto caracteriza y diferencia a dicha
empresa de otras del mismo rubro.

Es el caso, entre otros, de las empresas periodísticas, de los partidos políticos, y de los
establecimientos educativos de gestión privada confesionales o con un ideario
determinado.

Al decir de Francisco Blat Gimeno, se trata de organizaciones “cuya finalidad es realizar


programas ideológicos o de creencia; las empresas con fines políticos, religiosos, sindicales
o culturales, o cuya actividad es indisoluble de un determinado postulado ideológico;
empresas o actividades que implican la defensa o, como mínimo, el acatamiento de unos
determinados principios ideológicos, las empresas creadoras o sustentadores de una
determinada ideología en función de la cual existen y cuya propia estructura organizativa
no es sino una forma de manifestación de aquélla y también las empresas privadas que
suministran bienes o servicios de componentes casi exclusivamente ideológico”.

De esta forma, ya no se trata de una simple empresa, sino de una empresa ideológica,
“aspecto que tiene influencias en las relaciones laborales del personal docente”, según
Graciela Sandoval Vargas (Boletín Mexicano de Derecho Comparado). En otros términos, son
aquellos empleadores cuyas prestaciones guardan un elevado contenido ideológico, con
cuya realización, según Del Rey, “pretenden la consecución de los fines propios de la

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entidad, puesto que difunden públicamente las creencias o sistema de valores de la
entidad de tendencia”.

Planteado entonces el ámbito laboral y personal al que nos estamos refiriendo, cabe
discernir cuál es el grado de incidencia que esta característica del empleador tendría
respecto del contrato de trabajo que lo vincula con sus dependientes.

Al respecto la Cámara del Trabajo de Córdoba, sala 7ª (9/2/2006, en autos “Maggi


Karina Nilda c/Colegio Julieta Delfina, Mónica Cuomo y otros s/ordinario despido” ha
dicho en este sentido que “la relación laboral que se despliega en empresas ideológicas o
de tendencia que comprometen a los dependientes no sólo físicamente (fuerza de trabajo)
sino en su producto intelectual y forma de pensar en diversidad de planos (religioso,
político, gremial, etc.), necesita un singular tratamiento jurídico”. En similar orden de
ideas se ha expresado que existe un involucramiento ideológico en el caso de
determinados tipos de trabajadores, entre los que se cuentan los docentes, y que en estos
supuestos “al asumir directa o indirectamente posiciones de tal carácter, implica un
compromiso personal de grado superior en las reglas básicas del contrato de trabajo”, tal
como expresa César Arese.

Efectuadas las consideraciones precedentes, corresponde analizar la cuestión en el campo


específico de la educación de gestión privada.

Las asignaturas generales y las de la ideología


Una primera diferenciación está dada, por un lado, por las asignaturas que corresponden
con los programas educativos generales y comunes a todo el servicio, es decir, aquellos
que abarcan a la educación pública y a la privada. Por el otro, están las materias o áreas
que corresponden a la “tendencia” propia de la institución de que se trate, y que son las
que, en definitiva, distinguen su oferta educativa de otras y le dan la impronta que
permite caracterizarla como empresa ideológica.

En este sentido creemos que la enseñanza en las materias comunes, que no conllevan la
impronta ideológica referida, en tanto hacen al contenido propio de dicha materia, en
ningún caso puede permitir considerar injurioso el obrar del docente. Por eso es
conveniente, en el momento de ofrecerle el espacio curricular, informarle de la visión,
misión y objetivos institucionales, solicitándole su adhesión al PEI y compromiso a las
actividades propias que hacen particular a la comunidad educativa.

La limitación a la libertad, en orden a la definición del “ideario”, a plasmar en el Proyecto


Educativo Institucional (PEI) de los institutos de gestión privada se encuentra consagrada
en el inciso b) del artículo 63 LNE, en tanto establece como obligación la de “cumplir con
la normativa y los lineamientos de la política educativa nacional y jurisdiccional”.

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 Artículo 63º (LNE) – Tendrán derecho a prestar estos servicios la Iglesia Católica, las
confesiones religiosas inscriptas en el Registro Nacional de Cultos; las sociedades, cooperativas,
organizaciones sociales, sindicatos, asociaciones, fundaciones y empresas con personería jurídica
y las personas físicas.

 Estos agentes tendrán los siguientes derechos y obligaciones:

o Derechos: crear, administrar y sostener establecimientos educativos; matricular, evaluar


y emitir certificados y títulos con validez nacional; nombrar y promover a su personal
directivo, docente, administrativo y auxiliar; formular planes y programas de estudio;
aprobar el proyecto educativo institucional de acuerdo con su ideario y participar del
planeamiento educativo.

o Obligaciones: Cumplir con la normativa y los lineamientos de la política educativa


nacional y jurisdiccional; ofrecer servicios educativos que respondan a necesidades de la
comunidad; brindar toda la información necesaria para la supervisión pedagógica y el
control contable y laboral por parte del Estado.

Por eso Cardona, citado por Zunino y Fachin, expresa que “aun tratándose de empresas
de tendencia, no puede extenderse la exigencia de comunión con el ideario de la empresa,
a todos los puestos de trabajo, sino que resulta preciso entre prestaciones según su mayor
conexión con el ideario de la empresa. Surge así la diferenciación entre “tareas de
tendencia y tareas neutras”.

Ahora bien, si en el marco del dictado de dichas asignaturas el educador incurre en una
apología de principios abiertamente contrarios a la tendencia ideológica del
establecimiento, puede dar lugar a la ruptura del vínculo con justa causa.

En este aspecto se impone tener presente que no se está haciendo mención a una apología
de principios antidemocráticos, totalitarios, o discriminatorios por razones de sexo, raza,
religión, ideología política o gremial, ya que en cualquiera de estos casos, la ruptura del
vínculo con justa causa tendrá origen no ya en la violación al principio de fidelidad con la
ideología del establecimiento, sino en haberse incurrido en la trasgresión de la ley 23.592
que establece la aplicación a “quienes por cualquier medio alentaren, o incitaren a la
persecución o el odio contra una persona, o grupos de personas, a causa de su raza,
religión, nacionalidad o ideas políticas”.

Es que en ningún caso podrá ser válido un ideario que no sea respetuoso de los mandatos
constitucionales, de los principios democráticos de gobierno o que propugne cualquier
tipo de discriminación.

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La adhesión de las empresas de tendencia
Otra cuestión a abordar está dada por el alcance, la oportunidad y la forma de la adhesión
que debe existir por parte del trabajador de una empresa ideológica respecto del ideario de
aquélla.

La forma de la adhesión
Resulta necesario puntualizar primeramente que tal adhesión del trabajador a la tendencia
de la empresa en que presta servicios debe efectivamente existir, toda vez que por su
naturaleza no se concibe una prestación de tareas en ella por parte de quien no adhiere a
los lineamientos ideológicos o religiosos que sustenta.

Esta adhesión podrá ser expresa y se dará este modo cuando existan reglamentos internos
de los que se desprende un ideario determinado. Pero podrá también ser tácita cuando el
carácter de empresa de tendencia aparezca a todas luces, de suerte tal que el trabajador no
pueda, de buena fe y razonablemente, sostener el desconocimiento de la tendencia propia
de la institución.

La oportunidad de la adhesión
Como regla de adhesión debe darse al momento en que el dependiente ingresa a prestar
servicios a favor de su empleador – empresa de tendencia -. Esto es así toda vez que a
partir de tal incorporación el trabajador deberá cumplir su labor en un marco ideológico
que la condiciona.

Sin embargo, puede ocurrir que una empresa neutra ideológicamente pase a tener, a partir
de un determinado momento, una tendencia o ideología que la convierta en empresa de
esta naturaleza, o bien, que varíe el ideario en el transcurso de su giro.

En estos supuestos, la adhesión deberá prestarse al momento en que se produce la


conversión de la institución en empresa ideológica o en ocasión de variarse el ideario de
ésta.

Por supuesto que en estos casos, en razón de que la adhesión es –por definición-
voluntaria, la oposición del dependiente a suscribir la nueva ideología en ningún caso
podrá justificar el despido con invocación de causa fundado en dicha falta de aceptación
de aquélla.

Más aún, dicha variación puede constituir un uso abusivo del “ius variandi”, que autorice
al dependiente a considerarse en situación de despido indirecto, por cuanto se lo estaría
obligando a continuar laborando en un ámbito que puede serle repulsivo ideológica o
religiosamente.

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Por eso Graciela Sandoval Vargas ha indicado que “aun cuando los titulares de los
centros tienen el derecho de establecerlo, no es posible que lo alteren a su arbitrio, en tanto
que una vez establecido constituye un elemento objetivo y propio de la institución; por lo
cual su arbitraria modificación constituirá una conducta fraudulenta en relación con los
padres en virtud de que habiendo elegido un centro con conocimiento de causa, vieran
sometidos a sus hijos a una educación ideológica distinta. Por el lado de los profesores es
el mismo, pues si éstos aceptaron trabajar en un centro en el que la orientación ideológica
no les supuso impedimento para su incorporación, al establecerse una nueva ideología tal
vez no estarían en la misma disposición”.

Por otro lado, para el supuesto de que la empleadora no disponga el despido del
trabajador en ocasión de asumir o variar una determinada tendencia, no podrá luego
producir la rescisión del vínculo con tal razón, toda vez que de hecho habrá asumido la
relación en condiciones tales que le será inexigible al dependiente una adhesión al ideario
referido.

Es importante además tener en cuenta la opinión del especialista en legislación docente,


doctor Juan José del Río, quien en una publicación especial de la Revista Redes (N° 200)
expresa “que el ius variandi no podría importar un ejercicio irrazonable de esa facultad ni
alterar modalidades esenciales del contrato, ni tampoco causar perjuicio material o moral
al trabajador, el que ante tal situación podría considerarse despedido sin causa”.

El alcance de la adhesión
Otro elemento a tomar en consideración estriba en determinar cuáles son los límites de las
obligaciones que nacen de la adhesión por parte del dependiente al ideario de la empresa.

En este sentido una sentencia del Tribunal Constitucional Español de 1981, que puede
considerarse en el marco de las pautas del Derecho Internacional, ha expresado que “la
existencia de un ideario conocida por el profesor al incorporarse libremente al centro, o
libremente aceptada cuando el centro se dota de tal ideario después de esa incorporación,
no lo obliga, como es evidente, ni a convertirse en apologista del mismo, ni a transformar
su enseñanza en propaganda o adoctrinamiento, ni a subordinar a ese ideario las
exigencias que el rigor científico impone a su labor”. Además ese fallo señala que “no
pueden sin embargo considerarse como vulneraciones al deber de respeto (...) las simples
y aisladas discrepancias a propósito de algún aspecto del ideario del centro, que exponga
el profesor a filo de sus normales actividades escolares, siempre que las manifieste
razonadamente, con oportunidad y en forma adecuada a la edad y grado de conocimiento
y de madurez de sus alumnos”.

Es decir, entonces, que en términos generales, la adhesión del trabajador a la orientación


de su empleadora se circunscribe al desempeño de una labor acorde con aquélla, y la
abstención de la difusión de ideas abierta o manifiestamente contrarias. Por esa causa

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Raquel Quintanilla Navarro opina que “el trabajador tiene derecho a expresar libremente
sus pensamientos ideas y opiniones pero al mismo tiempo está obligado a respetar unos
límites en razón a la consideración debida a los demás, y naturalmente al empresario o
empresa lo que le impide menoscabar innecesariamente el prestigio o crédito de aquélla “.

Intimidad
Otra cuestión a tratar es la relativa a si la adhesión de que hablamos produce sus efectos
sólo en orden a la prestación de tareas o, si excediendo dicho campo, acarrea obligaciones
incluso en la vida del dependiente ajena a la relación laboral.

Para analizar este tema pude recurrirse a Miguel Ekmekdjian, quien en su Tratado de
Derecho Constitucional, señala que “en este aspecto es fundamental tener presente que
este tipo de limitaciones tienen profunda relación con el derecho a la intimidad. Este
derecho fundamental, junto con el derecho a la dignidad, el derecho al honor y a la
libertad de conciencia, son atributos fundamentales de la persona (...) El derecho a la
intimidad o a la privacidad puede ser definido como la facultad que tiene cada persona de
disponer de una esfera, espacio privativo o reducto inderogable de libertad individual, el
cual no puede ser invadido por terceros, ya sean particulares o el propio Estado”.

Es importante tener presente, según indica Rafael Navarro-Valls, que “...para los
tribunales constitucionales italiano y alemán —e implícitamente el español—, las
actividades privadas contrarias de modo notorio al ideario de un centro o a la enseñanza
de una disciplina confesional pueden tener consecuencias jurídicas y justificar eventuales
rescisiones contractuales. Claro está que dicha actividad privada “notoria” será tema de
análisis por parte del juez, quien decidirá finalmente al respecto y, como todo el derecho
del trabajo, con una mirada tuitiva de la relación laboral, y de los intereses y derechos
fundamentales del trabajador.

Tratándose el despido con base en la conducta contraria a la debida adhesión a la


tendencia de las empresas ideológicas de una modalidad de distracto con justa causa de
naturaleza excepcional o extraordinaria, siempre su análisis en el caso concreto deberá
efectuarse con carácter restrictivo

Es claro que aun para quienes propugnan una posición como la descripta, que puede
calificarse como proclive a la inadmisión de conductas externas al establecimiento pero
que pueden considerarse en pugna con su ideario, la posibilidad de la ruptura del vínculo
laboral con este motivo queda reducida a los docentes de aquellas asignaturas en las que la
ideología aparece como eje central de la enseñanza.

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8. EL REPRESENTANTE LEGAL

La figura del “representante legal” —consagrada en la Ley 13.047 y de allí tomada por
algunas jurisdicciones provinciales en la regulación de los institutos privados, como es el
caso de la Ley Provincial 2987 adquiere una dimensión propia en el sistema educativo de
gestión privada, entendiéndose por tal a la persona física que, por designación del
propietario ejerce la representación del establecimiento ante el organismo de control
estatal del sistema educativo en el que aquél se encuentra adscripto y ante sus
dependientes.

A los fines de la representación que ejercen quienes actúan en nombre de la entidad


educativa, debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 35 del Código Civil, que
prescribe: “Las personas jurídicas pueden, para los fines de su institución, adquirir los
derechos que este Código establece, y ejercer los actos que no le sean prohibidos, por el
ministerio de los representantes que sus leyes les hubiesen constituido”.

A su vez, el art. 36 de dicha norma de fondo dispone que “se reputan actos de las
personas jurídicas los de sus representantes legales, siempre que no excedan los límites de
su ministerio...”. Velez Sársfield en la nota al artículo 35, aclara que “la persona jurídica,
puede sólo por medio de sus representantes, adquirir derechos y ejercer actos, y no por
medio de los individuos que forman la corporación, aunque fuese la totalidad del
número”.

Si bien, en ocasiones, el representante legal de un establecimiento educativo no actúa en


función de un mandato específicamente otorgado a tal efecto, su sola condición de tal hace
que sus actos en relación con la autoridad de aplicación o los docentes dependientes sean
reputados como válidos y producidos por la entidad representada.

En este sentido debe tenerse en cuenta que el artículo 36, LCT, dispone que “a los fines de
la celebración del contrato de trabajo, se reputarán actos de las personas jurídicas los de
sus representantes legales o de quienes, sin serlo, aparezcan como facultados para ello”.

También resulta de aplicación en este aspecto el artículo 1874 del aludido Código de
fondo, que postula que “el mandato tácito resulta no sólo de los hechos Positivos del
mandante, sino también su inacción o silencio, o no impidiendo, pudiendo hacerlo,
citando sabe que alguien está haciendo algo en su nombre”.

De la condición misma de mero mandatario del representante legal, se derivan algunas


consecuencias, tales como que no corresponde dirigir a su nombre las comunicaciones
referidas a la relación laboral, tales como cartas documento o telegramas, denuncias
administrativas o demandas judiciales, ya que se trata de un mero representante, siendo

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siempre el destinatario de tales comunicaciones la empresa o persona física propietaria de
la institución educativa.

Condiciones especiales
Con relación a las cuestiones específicas del representante legal, recurrimos a
consideraciones formuladas por el doctor Norberto Baloira, integrante de la Coordinadora
de Institutos de Educación Privada de la Argentina (COORDIEP), quien expresa que “el
mismo es responsable del funcionamiento integral de la comunidad educativa. Es quien
asume el ideario institucional; anima su vivencia en todos los roles, creando un clima de
diálogo; se inserta en su realidad local, organiza la tarea creando estructuras y, finalmente,
se evalúa y luego evalúa toda la acción. En definitiva, resguarda la libertad de enseñanza,
que comprende creación, ideario y organización”.

Asimismo, respecto de las cualidades que debe reunir el representante legal, señala que
“debe tener condiciones esenciales de comunicación y relación humana; nivel cultural
educativo, cabal conocimiento de los roles y mecanismos internos de una institución
escolar, para designar con acierto a sus agentes y brindarle el apoyo que necesitare”.

También indica que “deben tener conocimientos para el planeamiento institucional, de la


legislación específica y de las instancias administrativas que exige el funcionamiento
escolar”.

Coincidiendo con estas expresiones, es fundamental que los representantes legales de las
instituciones de gestión privada de Misiones asuman plenamente sus roles y funciones,
sustentadas en acabado conocimiento jurídico, administrativos y aspectos vinculados a la
formación educativa, ya que de ello depende la suerte de la organización escolar, la
comunidad educativa y sus agentes.

El Representante Legal en Misiones


En la normativa provincial se hace expresa referencia al representante legal de los
institutos de educación pública de gestión privada. Se indican que deberán gozar de buen
concepto a la vez que deberán inscribirse en el Servicio Provincial de Enseñanza Privada.

En el Decreto 397 se define al representante legal como “la persona de existencia visible
que ejerce la representación de la entidad propietaria ante el Servicio Provincial de
Enseñanza Privada de Misiones”, remarcándose que “sólo designan representantes legales
las entidades pluripersonales mencionadas en los incisos 2) a 5) del artículo 32 de la Ley
2987”. Esto implica que “la persona de existencia visible” no podrá designar representante
legal y deberá actuar por sí, marcando claramente la disposición de quien siendo titular de
una organización escolar debe actuar en el medio donde la misma se encuentra, ya que
deben “fijar domicilio en el territorio de la Provincia”, aunque esto no significa que para
actos específicos pueda otorgar poderes especiales.

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 Artículo 33 (Ley 2987) – Los propietarios y apoderados deberán gozar de buen concepto y
solvencia suficiente para garantizar el funcionamiento del establecimiento por un período no
menor de tres (3) años, lo que será verificado en forma y modo que establezca la reglamentación.

 Artículo 35 (Ley 2987) – Los propietarios, en sus relaciones con el Estado a los fines de la
presente ley, podrán actuar por sí o por apoderados, con mandato registrado en el Servicio
Provincial de Enseñanza Privada de Misiones y deberán fijar domicilio en el territorio de la
provincia a los efectos legales.

 Artículo 36 (Ley 2987) – Los propietarios, los representantes legales y los apoderados deberán
inscribirse en el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones.

 Artículo 37 (Ley 2987) – Los propietarios serán responsables del archivo de documentación
oficial y del funcionamiento integral del instituto, sin perjuicio de la responsabilidad que
correspondiere al personal directivo, docente y docente auxiliar.

 Artículo 38 (Ley 2987) – Las obligaciones contraídas por lo propietarios con su personal o
terceros, no responsabilizan ni obligan de modo alguno al Estado provincial.

Decreto 397/93 – Anexo I: G - Del representante legal

 Artículo 27 – Los propietarios a que hacen mención el Artículo 32 inc. 1) de la L 2987 pueden
actuar por sí mismo y no tienen obligación de designar representante legal; pero, si por motivos
de distancia, trabajo o cualquier otra razón valedera no pudiendo realizar personalmente las
tareas propias de su condición de propietarios, pueden designar a un apoderado para actuar ante
el organismo oficial.

 Artículo 28 – Se llama representante legal a la persona de existencia visible que ejerce la


representación de la entidad propietaria ante el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de
Misiones (S.P.E.P.M.). Sólo designan representantes legales las entidades pluripersonales
mencionadas en los incisos 2) a 5) del Artículo 32 de la Ley 2987. Los representantes legales,
por razones fundadas, pueden designar un apoderado ante el Servicio Provincial de Enseñanza
Privada de Misiones.

 Artículo 29 - La designación de los apoderados de los propietarios impersonales y la de los


apoderados de los representantes legales, en los casos especiales que se autorice debe acreditarse
por los siguientes documentos, escritura de poder otorgado ante escribano público; o carta poder
con firma autenticada por autoridad judicial o por escribano público.

 Artículo 30 - Los propietarios que no tengan residencia en el lugar de asiento del


establecimiento deberán designar allí un apoderado.

 Artículo 31 - El apoderado legal o representante legal puede ser rector del Instituto, pero no
puede integrar los cuadros docentes de menor nivel.

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 Artículo 32 – El representante legal y el apoderado son responsables ante el Servicio Provincial
de la Enseñanza Privada (S.P.E.P.M.) del funcionamiento integral del Instituto y de archivo de
la documentación oficial.

 Artículo 33 – Son responsabilidades y atribuciones de un apoderado o representante legal, las


siguientes:

33.1. Tener muy en cuenta la autonomía de gestión, propia de cada uno de los roles
institucionales, respetando la responsabilidad que corresponde al personal directivo y docente,
sin que ello le impida hacer uso de sus facultades de empleador y responsable máximo de los
objetivos del establecimiento.

33.2. Tener cabal conocimiento de los roles y mecanismos internos de una institución escolar,
para designar con acierto a sus agentes y brindarles el apoyo que necesitaren.

33.3. Conocer la legalización e instancias administrativas que exige el funcionamiento escolar.

33.4. Poseer condiciones esenciales de comunicación y relación humana, para motivar, orientar,
integrar e integrarse en la comunidad educativa.

33.5. Cumplir los trámites reglamentarios para registrar su designación ante el S.P.E.P.M.

33.6. Designar al personal directivo, docente y docente auxiliar.

33.7. Solicitar la incorporación y/o reconocimiento de secciones, cursos y divisiones ante el


Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones.

33.8. Ordenar la administración y correspondiente documentación técnico-contable del


Instituto, asumiendo plenamente su responsabilidad en el manejo y rendiciones, tanto de los
aportes por subvención del Estado como del total de los otros ingresos.

33.9. Cumplir el otorgamiento de las debidas licencias conforme al régimen de justicia laboral.

33.10. Cumplir con el pago de los haberes mensuales al personal del Instituto y con el control y
firma de las planillas de liquidación.

33.11. Controlar a través de las autoridades escolares de las tareas de todos los que tienen
compromiso laboral con el Instituto.

33.12. Mantener todo tipo de reuniones que estime necesarias con el personal, salvo las que
tuvieron por objeto el tratamiento de cuestiones pedagógicas.

33.13. Carecer de antecedentes penales.

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 Artículo 34 – En el caso de que el Instituto se cancelará por cualquiera de los motivos que
señala el artículo 29 de la Ley 2987 es responsabilidad del responsable legal o apoderado hacer
entrega de toda la documentación de carácter permanente que integra el archivo oficial.

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