Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Preparación:
Colocar en un cazo todos los ingredientes
y cocinar a fuego lento durante unos 15
minutos o hasta que la fruta esté blanda. Dejar
templar un poco.
Triturar finamente con una batidora o con un
robot de cocina.
Pasar por un colador para eliminar las pepitas
y los restos de piel. El resultado deberá ser una
salsa fina y color brillante.
Puedes introducir esta salsa en un biberón de
cocina para emplatar tus recetas de forma más
cómoda y precisa.
Chutney
Es un condimento agridulce, una especie de
confitura que se elabora con frutas o verduras
cocidas en vinagre, con especias muy
aromáticas y azúcar. Es una bomba de sabor
originaria de La India, donde se
denomina chatni y significa “para chupar” en
el sentido de “chuparse los dedos”, aunque
también hay quien dice que significa “especias
fuertes”.
El término chutney viene dado por los británicos, por quienes es muy apreciado desde
los días de la Compañía de las Indias Orientales y del Raj. Y es que en Inglaterra son muy
aficionados a la elaboración casera de chutney (y otras conservas) para acompañar unas
tostadas, queso o carne fría entre otras cosas. De hecho, parece que hay dudas sobre si
esta especialidad es británica o india, de todas formas, la elaboración hindú es más
aromática, utilizada más como adobo o salsa.
Los chutneys pueden ser muy variados, no
existe una receta concreta para elaborar el
chutney, por lo que manda el gusto del
comensal. Pueden tener una textura fina y
homogénea o con tropezones, pueden ser
suaves o muy picantes y hay chutneys que se
pueden elaborar casi sin cocción y otros que
necesitarán hasta dos horas de reducción en el
fuego.
Una reducción es el resultado de cocer un líquido hasta que reduce su contenido de agua,
quedando con la consistencia de una salsa. Lo habrás visto muchas veces en forma de
pequeñas adiciones de salsas con colores oscuros, de apariencia densa, con una gran
cantidad de sabor concentrado. Es precisamente eso lo que se busca, “empaquetar” una
serie de ingredientes y sabores en una salsa intensa para la que necesitemos sólo
pequeñas cantidades.
El líquido reducido puede ser cualquiera,
siempre que contenga aquellos aromas y
sabores que queramos conferir, normalmente
caldos, vinos o desglasados de la sartén en la
que se han cocinado otros alimentos. Sólo hay
que variar un poco los ingredientes para crear
decenas de reducciones diferentes.
Ingredientes:
2 tazas de caldo de verduras casero
1 taza de vino tinto, preferiblemente afrutado
(al gusto)
3-4 rodajitas de cebolleta
1 cucharadita de concentrado de tomate
1 ramita pequeña de tomillo limón (se puede
usar tomillo normal)
1 ramita pequeña de romero
Preparación:
Pon el caldo de verduras en una sartén mediana a fuego fuerte. Cuando empiece a
hervir déjalo a fuego medio. Sólo tienes que vigilarlo de vez en cuando, pero dejando
que se evapore gran parte del agua. Ha de reducir hasta que sólo quede 1/2 taza.
Puede tardar de 20 a 40 minutos.
Es preferible utilizar una sartén porque será más superficie del líquido en contacto con
la fuente de calor, y una apertura más amplia por la que evaporar agua. Una vez hayas
reducido el caldo, pásalo a un bol o un tupper y resérvalo.
Mientras reduce el caldo de verduras puedes ir
reduciendo el vino. Pon en otra sartén (puedes
usar una más pequeña) el vino con el
concentrado de tomate y mézclalo bien. Pon la
cebolleta y las hierbas y caliéntalo a fuego
fuerte. Cuando hierva baja el fuego (medio-
bajo) y vigílalo de vez en cuando. Ha de reducir
hasta que quede aproximadamente 1/3 de
taza. Estará bastante más denso que el caldo
de verduras y también tardará bastante
menos, así que hay que vigilarlo, removerlo de
vez en cuando, para evitar pasarnos de cocción
y que se queme. Esta reducción tardará entre
10 y 15 minutos.
Una vez hayas reducido el vino tinto agrégale
la reducción de caldo de verduras y mézclalo
bien. Ponlo a fuego fuerte y cuando hierva
bájalo a fuego medio. En pocos minutos (entre
5 y 10) habrá reducido a media taza
aproximadamente. Pruébalo y rectifica de sal si
fuese necesario. Cuélalo con un colador fino
(sobre éste puedes poner una tela de
muselina), retira los sólidos y deja que se
enfríe a temperatura ambiente. Se puede
utilizar en el momento (antes de que se enfríe)
o se puede guardar en la nevera, bien cerrado,
unos 5 días.
A la hora de desglasar lo que pretendemos es crear una base o fondo con lo que quede
en la sartén después de freír a la plancha o saltear ingredientes de nuestros platos.
Utilizando sartenes que no sean del todo antiadherentes veremos que queda en la
sartén buena cantidad de jugo y pequeños restos, ya dorados, que tienen un olor y
sabor muy agradable y que se puede aprovechar. Sólo hay que añadir un poco de líquido
(normalmente agua, vino blanco, caldo de verduras, etc., o una combinación) y
disolverlo en la sartén con la ayuda de una cuchara, procurando raspar y llevarnos todo
el jugo al caldo para mezclarlo.
Para darle mayor complejidad a nuestra reducción, como en el caso anterior, podemos
añadir ingredientes adicionales que aporten sabor y que después se retiran (especias,
hierbas, algas, hongos, pastas, cremas como curry, miso, chutney, mostaza, etc).
Otros ejemplos de reducciones:
Reducción balsámica: reducir una taza de vinagre balsámico hasta que quede 1/2 taza o
hasta que se haga sirope. Este sirope se puede guardar en una botellita bien cerrada y dura
bastante tiempo.
Ingredientes:
• 4 manzanas
• 2 tazas de azúcar
Preparación:
Se coloca el azúcar, el colorante y una taza de
agua en una olla en fuego alto por siete
minutos hasta llegar a punto de caramelo.
Luego se sumergen las manzanas una a una en
el almíbar hasta que quede cubierta.