Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SAN MARCOS
Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA
SEGURIDAD, SALUD
OCUPACIONAL Y MEDIO
AMBIENTE-SSOMA
ANEXO:
− Examen
Al concluir el estudio del presente módulo el participante deberá ser capaz de:
❖ Detallar las enfermedades causadas por los agentes químicos y por los agentes
físicos.
Por eso, se diferencia del accidente o del incidente en que su evolución es lenta,
progresiva y sostenida en el tiempo.
El concepto de enfermedad profesional tiene una vasta gama de grados que van desde
efectos orgánicos imperceptibles, hasta efectos altamente dañinos, siendo la muerte el
último nivel de dicha escala.
1. Agente: debe existir un agente en el ambiente de trabajo que, por sus propiedades,
pueda producir un daño a la salud. La noción de agente se extiende a la existencia
de condiciones de trabajo que implican una sobre- carga al organismo en su
conjunto, o a parte del mismo.
Una enfermedad profesional se produce por una sumatoria de factores sobre los que no
se han reparado de antemano.
- Por ingestión
- Por inhalación
• Por ingestión
Por la boca pueden ingresar partículas que se depositan en las zonas húmedas
(lengua, encías, garganta.). De este modo pasan al organismo y son absorbidas
por las paredes del estómago. Los trabajadores pueden ingerir agentes peligrosos
accidentalmente si no se limpian las manos antes de comer, beber o fumar, o si
conservan sus alimentos, bebidas y cigarrillos en una zona contaminada. Eliminar
los agentes químicos y biológicos peligrosos es la mejor manera de evitar su
ingestión.
Por esta vía pueden ingresar óxidos de plomo, pesticidas u otras sustancias líquidas
que se ingieren accidentalmente (ácidos, álcalis, etc.)
• Por inhalación
En el ámbito laboral la inhalación es la vía más directa, frecuente y de mayor
captación de agentes nocivos, ya que penetran en el organismo a través de la
respiración.
Aunque el cuerpo filtra muchos de los contaminantes normales del aire que se
respira, no puede eliminarlos a todos. Las partículas pequeñas pueden penetrar
profundamente en los pulmones y ocasionar problemas respiratorios.
Estas sustancias, que pueden ser gases o polvos en suspensión, llegan a los
pulmones y se depositan allí (polvos) provocando neumoconiosis, o bien pasan a
otros órganos (gases y vapores) a través del sistema circulatorio.
Los trabajadores que realizan tareas en las que se desprenden polvo, son más
susceptibles a las afecciones respiratorias.
Los productos químicos y sus distintas formas, pueden ser inhalados y dañar
distintos órganos, además de los pulmones.
Es importante advertir las señales de alarma, como el olor que desprenden los
productos químicos.
• A mayor nivel de concentración del agente, menor será el tiempo que demorará
Tiempo de exposición: si dos trabajadores están expuestos al mismo tóxico, pero uno
más tiempo que el otro, el primero tardará menos en adquirir la enfermedad profesional.
Por lo tanto, se puede afirmar que:
• A mayor tiempo de exposición a un tóxico, mayor posibilidad de enfermar.
Esto significa que se hallan determinados los valores máximos a los que los trabajadores
pueden estar expuestos. Se conoce que, por debajo de esos niveles, dentro de una
cierta cantidad de horas estipuladas de trabajo, no se producen daños.
Recuerde:
El amoniaco es una sustancia corrosiva que puede irritar y quemar la piel y los ojos
produciendo lesiones permanentes. La exposición al amoniaco puede irritar la nariz, la
boca y la garganta, provocando tos y respiración sibilante. La inhalación puede irritar los
pulmones y provocar tos y disnea; las exposiciones repetidas pueden ser causa de
• Efectos irritantes y corrosivos: los isocianatos irritan la piel y las mucosas ocular y
respiratoria. El contacto directo (o la exposición a concentraciones elevadas) puede
producir trastornos de los párpados y la córnea con quemaduras en los ojos,
fotofobia, blefarospasmo, hiperhemia conjuntival y úlceras superficiales en la
córnea.
La irritación de las vías respiratorias puede producir edema pulmonar agudo
acompañado de broncoconstricción y la posible aparición de bronquiolitis grave,
muerte por síndrome de dificultad respiratoria aguda o secuelas de tipo fibrótico.
• Efectos inmunoalérgicos (diisocianatos): dermatitis alérgica por contacto; rinitis y
conjuntivitis alérgicas; asma; neumonitis debida a hipersensibilidad.
• Broncopatía obstructiva crónica.
En realidad, dado que la formulación suele llevarse a cabo en pequeñas industrias que
fabrican muchos productos diferentes en operaciones sucesivas, los trabajadores están
expuestos a cada uno de los distintos plaguicidas durante un breve período.
• Compuestos organoclorados
La aldrina, la endrina, la dieldrina y el toxafeno suelen ser las sustancias
responsables de las intoxicaciones agudas.
• Compuestos organofosforados
La acción tóxica de los fosfatos orgánicos se produce por la inhibición de las
enzimas denominadas colinesterasas. Los signos y síntomas de la intoxicación por
organofosfatos pueden explicarse por la inhibición de la colinesterasa:
- La intoxicación leve o en sus primeras fases puede ser difícil distinguirla de cierto
número de afecciones distintas: el agotamiento por calor, la intoxicación
alimentaria, la encefalitis, el asma y las infecciones respiratorias comparten
algunos de los síntomas y confunden el diagnóstico. Los síntomas suelen
presentarse por este orden: dolor de cabeza, fatiga, vértigos, náuseas, sudores,
visión borrosa, opresión en el pecho, cólicos abdominales, vómitos y diarrea.
- En fases más avanzadas de la intoxicación, aparecen dificultad respiratoria,
temblores, convulsiones, colapso, coma, edema pulmonar e insuficiencia
respiratoria.
- Cuanto más avanzada sea la fase de la intoxicación, más evidentes son los
signos típicos de la inhibición de la colinesterasa, a saber: pupilas contraídas,
respiración rápida, de tipo asmático, debilidad acusada, sudoración profusa,
salivación profusa; y por último edema pulmonar, confusión mental, temblores,
• Compuestos organoclorados
La intoxicación crónica se caracteriza por lesiones en los sistemas nervioso,
digestivo y cardiovascular y alteraciones del proceso de formación de la sangre.
Estos compuestos afectan al sistema nervioso central y pueden provocar
convulsiones, a menudo de apariencia epiléptica.
• Compuestos organofosforados
La exposición crónica a los compuestos organofosforados puede ser acumulativa
en el sentido de que las exposiciones repetidas y muy seguidas pueden reducir los
niveles de colinesterasa mucho más rápidamente de lo que ésta se regenera, hasta
el punto en que una exposición muy leve puede precipitar una intoxicación aguda.
Esto puede considerarse una intoxicación subaguda.
El uso del término general «plaguicidas» tiene varias justificaciones, en particular las
siguientes:
El dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro de olor acre, más pesado que el aire. En
el agua se convierte en ácido sulfuroso (H2SO3). El trióxido de azufre (SO3) (sinónimo:
anhídrido de ácido sulfúrico) es una sustancia sólida cristalina que produce vapores de
olor acre y en reacción térmica con el agua se convierte en ácido sulfúrico (H2SO4).
Pueden producirse efectos fisiológicos tanto cuando se establece la baja presión como
cuando se restablece una presión atmosférica similar a la de tierra. Los órganos más
susceptibles son el oído medio y los senos paranasales.
Entre las fuentes más comunes de campos de RF figuran: la radio MF (30-300 MHz),
los teléfonos móviles, las emisiones de televisión, los hornos de microondas, la
diatermia médica (0,3-3 GHz), el radar, los enlaces por satélite, las comunicaciones
por microondas (3-30 GHz) y el sol (3-300 GHz). Las radiaciones de RF son radiaciones
no ionizantes (RNI). Los campos de RF pueden provocar distintos efectos en el ser
humano, que dependen de su frecuencia y su intensidad.
La mayoría de los efectos adversos para la salud que podrían deberse a la exposición a
campos de RF comprendidos entre 1 MHz y 10 GHz son compatibles con respuestas al
calor inducido en caso de elevación de la temperatura de tejidos o del organismo
superior a 1ºC. Los daños histológicos en el ser humano pueden producirse durante la
exposición a niveles elevados de RF debido a la incapacidad del organismo para disipar
o hacer frente al calor excesivo que puede generarse.
Según los datos científicos recientes, es poco probable que la exposición a campos de
RF induzca o promueva la aparición de cánceres. Pueden producirse exposiciones
relativamente elevadas a campos de RF entre los trabajadores de los sectores de
radiodifusión, transportes y comunicaciones si trabajan en las proximidades de antenas
y sistemas de radar que transmiten RF.
• UV: lámparas bactericidas, soldadura por arco de plasma y xenón, radiación solar
especialmente a gran altitud, láseres industriales.
• IR: Radiación solar, fuentes de calor radiante, láseres industriales.
• Efectos en la salud:
• Efectos patológicos de la radiación ultravioleta
Efectos agudos:
- Fotorretinitis: Lesión fotoquímica que puede ser provocada por la luz azul que se
emite a longitudes de onda comprendidas entre 400 nm y 500 nm o luz de amplio
espectro emitida a gran intensidad (proyectores de xenón, arcos voltaicos,
pistolas de bengalas).
Son efectos patológicos documentados los provocados por láseres de las clases
III y IV que emiten luz visible, que pueden provocar lesiones agudas, dolor ocular,
ceguera transitoria y persistencia de la imagen visual, deficiencia cromática. La
fotorretinitis también puede presentarse sin síntomas durante la exposición a
láseres de onda continua; un examen minucioso puede revelar la presencia de un
escotoma.
Efectos agudos:
- Efectos térmicos en la parte anterior del ojo y las zonas circundantes: sensación
de escozor en la piel que rodea a los ojos, blefaritis y queratitis.
Efectos crónicos:
- Catarata de los sopladores de vidrio (inducida por el calor): Comienza en la
corteza posterior del cristalino y forma una retícula que provoca una opacificación
posterior discoide de contorno irregular.
Brucelosis
La brucelosis es una zoonosis provocada por una bacteria del género Brucella
(cocobacilos Brucella melitensis, Brucella suis o Brucella abortus). Este organismo se
desarrolla lentamente y es resistente a la desecación pero sensible a los ácidos y al
calor. La infección puede ser aguda, subaguda, crónica o sin síntomas clínicos. Los
animales infecciosos pueden mostrar signos de la enfermedad o no.
Cualquier ocupación puede suponer riesgo si entraña o puede entrañar exposición a los
siguientes animales o productos: cabras (B. melitensis), cerdos (B. suis), vacas (B.
abortus). El contacto con material infeccioso, como sangre de animales, es una vía de
infección importante para los ganaderos y los veterinarios. La inhalación y la ingestión
son también posibles vías de infección. Entre los efectos en la salud figuran brucelosis
aguda, subaguda y crónica, con complicaciones articulares, cardíacas y neurológicas.
Entre los países que han incluido la brucelosis en sus listas de enfermedades
profesionales figuran: Argelia, Chile, China, República Checa, Francia, Lituania, Malasia,
México, Sudáfrica y Reino Unido. La brucelosis figura en la Lista Europea de
Enfermedades Profesionales de 2003.
Aunque todos estos agentes podrían provocar una infección relacionada con la actividad
laboral, el tipo más importante y común en todo el mundo es el de los virus de las
hepatitis B y C (hepatitis séricas).
Los efectos en la salud comprenden los siguientes: hepatitis aguda, hepatitis persistente,
hepatitis crónica activa, cirrosis posthepatítica y cáncer de hígado postcirrótico.
El VIH destruye y afecta a muchos tipos de células humanas, en particular las células
CD4 (linfocitos T cooperador y T-4) y las células del sistema nervioso central. A medida
que se van reduciendo el número y las funciones de las células CD4, se produce un
deterioro progresivo de la función inmunitaria. Aparecen síntomas o enfermedades
relacionados con el VIH, acompañados de infecciones oportunistas y tumores.
Entre los grupos profesionales expuestos a la infección por el VIH figuran el personal
médico, de enfermería y de laboratorio, los flebotomistas, los técnicos, el personal de
mantenimiento y los especialistas en terapia respiratoria. Han incluido el VIH/SIDA en
sus listas de enfermedades profesionales países como Australia, Malasia y Túnez.
Tétanos
El tétanos es la enfermedad provocada por Clostridium tetani, un bacilo anaerobio,
grampositivo y formador de esporas. La resistencia de las esporas a la desecación y el
calor ha garantizado su amplia distribución en el suelo y en las heces de animales.
Por las características anaerobias y la toxina que produce la bacteria durante sus
primeras fases de crecimiento, el tétanos sigue siendo una secuela particularmente
grave de las heridas penetrantes, en especial en circunstancias de ignorancia, pobreza
y servicios de salud poco desarrollados. La enfermedad se caracteriza por rigidez y
contracciones espasmódicas de los músculos voluntarios.
Probablemente los grupos profesionales que padecen mayor riesgo son los agricultores
y los trabajadores de la construcción, que están más expuestos a sufrir heridas
penetrantes contaminadas con tierra. La prevención del tétanos mediante la
inmunización está bien establecida.
Tuberculosis
La tuberculosis humana se limita principalmente a la infección por Mycobacterium
tuberculosis. Los principales grupos expuestos son el personal sanitario y el de
laboratorio, aunque los ganaderos y los veterinarios pueden estar expuestos a M. bovis.
Los agentes causantes pueden ser, por ejemplo, macromoléculas (sustancias de origen
animal o vegetal, como maderas), sustancias de baja masa molecular, sales metálicas
(sales de níquel, cromatos), resinas, endurecedores (por ejemplo, resinas epoxídicas),
tintes y productos intermedios (como parafenilendiamina), fotoalérgenos, tintas
endurecidas con radiación ultravioleta que contienen acrilatos, y guantes de látex.
Dermatosis irritantes de contacto causadas por otros agentes irritantes reconocidos como
tales no incluidos en otras rúbricas
Entre los agentes causantes figuran sustancias y preparados no corrosivos que por un
contacto inmediato, prolongado o repetido con la piel o las mucosas provocan
inflamación, así como sustancias y preparados corrosivos que por contacto con tejidos
vivos provocan lesiones graves.
Algunos agentes físicos son capaces, por sí mismos, de producir una reacción de
irritación, como algunos polvos en contacto con las mucosas de los ojos o las vías
respiratorias o incluso la fricción cutánea. Los ácidos y bases fuertes y los jabones y
detergentes fuertes a menudo se utilizan en el trabajo e irritan la piel.
Entre las ocupaciones de mayor riesgo figuran todas aquellas que entrañan movimientos
repetitivos, sobreesfuerzos y posturas extremas de la muñeca (por ejemplo,
transformación de carnes, pescados y aves, construcción y carpintería, ensamblaje de
piezas de pequeño tamaño, trabajos textiles).
La tenosinovitis crepitante crónica puede ser una de las lesiones más corrientes entre
los trabajadores de fábricas cuyo trabajo entraña movimientos repetitivos, esfuerzos
intensos y posturas extremas de la muñeca, y en especial la combinación de esos
factores de riesgo.
Al parecer hay cinco factores principales que intervienen en la etiología: 1) los cambios
de ocupación que suponen un esfuerzo desacostumbrado; 2) el regreso al trabajo
después de un período de ausencia; 3) un sobreesfuerzo local, sea repetitivo o único;
4) un traumatismo local fuerte y directo; y 5) un movimiento simple estereotipado y
repetitivo asociado a intensidad de esfuerzo y velocidad.
Entre los síntomas pueden aparecer dolor, sea continuo o en ráfagas que irradian hacia
el brazo, inflamación, sonido crepitante de los tendones (crepitus) y restricción de
movimientos. El dolor que producen los movimientos en los que interviene el tendón
puede hacer imposible agarrar objetos, como una taza.
Las ocupaciones y las industrias afectadas son las mismas que las mencionadas en los
dos nuevos puntos «Tenosinovitis de la estiloides radial debida a movimientos repetitivos,
esfuerzos intensos y posturas extremas de la muñeca» y «Tenosinovitis crepitante
crónica de la mano y de la muñeca debida a movimientos repetitivos, esfuerzos intensos
y posturas extremas de la muñeca».
Este punto corresponde al código M70.2 en la CIE-10 de la OMS y figura como rúbrica
506.12 en la Lista Europea de Enfermedades Profesionales de 2003.
Entre los grupos profesionales afectados se encuentran los fontaneros, los instaladores
de moquetas, los instaladores de tejados, los mineros del carbón, los jardineros y otros
trabajadores que pasan largos períodos de rodillas. Esta enfermedad corresponde al
código M70.4 en la CIE-10 y es la rúbrica 506.11 de la Lista Europea de Enfermedades
Profesionales de 2003.
La causa más común es el uso excesivo de los flexores de la muñeca que están unidos
al hueso en esta zona del codo. Todos los músculos flexores de la mano están unidos
al codo en la cara interna (el epicóndilo medio). Si se fuerzan o se utilizan en exceso,
acaban inflamándose. La epicondilitis lateral es una lesión causada por un uso excesivo
que afecta a los músculos extensores/supinadores que parten de la región epicondilar
lateral del húmero distal.
Entre los grupos profesionales afectados cabe citar a los obreros de la construcción,
como los instaladores de tableros y de tejados y los albañiles, los cortadores de carne,
los envasadores y otras ocupaciones que entrañan movimientos repetitivos e intensos.
Esta enfermedad tiene asignados los códigos M77.0 (Epicondilitis media) y M77.1
(Epicondilitis lateral) en la CIE-10 de la OMS y se encuentra en la rúbrica 506.23 de la
Lista Europea de Enfermedades Profesionales de 2003.
Estos quistes aumentan de tamaño con la actividad física, son dolorosos y a menudo
bastante aparentes al flexionar la rodilla. Los desgarros se producen cuando hay una
rotación repentina de la rodilla mientras está flexionada; también pueden suceder
cuando la rodilla se estira bruscamente. En general, la tibia está fija porque el pie está
apoyado en el suelo.
En 2001, el síndrome del túnel carpiano fue la sexta enfermedad profesional por orden
de frecuencia en las Comunidades Europeas. En Europa la tasa de incidencia fue
particularmente elevada entre operarios de fábricas y de maquinaria, trabajadores no
calificados y trabajadores de artesanía y oficios conexos. Se producen casos en todos
los sectores.
La Oficina consideró que en el caso de los dos puntos nuevos que siguen, el origen
profesional está suficientemente demostrado; fueron propuestas para destacar sus
graves repercusiones en la salud y su aparición poco frecuente en el lugar de trabajo de
nuestros días.
El arsénico y sus compuestos han sido clasificados por el CIIC como carcinógenos para
el ser humano (Grupo 1). La exposición profesional al arsénico inorgánico,
especialmente en la minería y la fundición de cobre, ha sido asociada de forma casi
indefectible con un riesgo mayor de cáncer. En los trabajadores más expuestos al
arsénico se observó un aumento de casi diez veces en la incidencia de cáncer de
pulmón, y se han observado relaciones dosis-respuesta relativamente claras en relación
con la exposición acumulativa y especialmente con los límites máximos a 30 días.
El berilio y sus compuestos han sido clasificados por el CIIC como carcinógenos para el
ser humano (Grupo 1). En una serie temprana de estudios de mortalidad de trabajadores
de dos plantas de extracción, producción y fabricación de berilio en los Estados Unidos,
se observó un exceso sistemático, mínimamente significativo, de muertes por cáncer de
pulmón.
Las ocupaciones que conllevan las mayores exposiciones potenciales son la producción
y la purificación de cadmio, la fabricación de acumuladores de níquel-cadmio, la
El cadmio y sus compuestos han sido clasificados por el CIIC como carcinógenos para
el ser humano (Grupo 1). Estudios tanto antiguos como recientes proporcionan pruebas
invariables de que el riesgo de cáncer de pulmón es mayor entre los trabajadores
expuestos al cadmio.
Erionita
La erionita se presenta como componente fibroso de algunos depósitos de zeolita en
distintas zonas del mundo. Sus fibras también se han detectado entre los componentes
del suelo y de los materiales de construcción en esas zonas.
Óxidos de etileno
El óxido de etileno es un gas licuado incoloro de olor dulce. Se utiliza principalmente
como intermedio químico para el etilenglicol y otras sustancias químicas, como
surfactantes no iónicos, éteres de glicol, etanolaminas, trietilenglicol y dietilenglicol. Se
utiliza como esterilizante y fumigante en la industria sanitaria y el campo médico.
Formaldehído
El formaldehído (metanal, aldehído fórmico) es un gas incoloro e inflamable a
temperatura ambiente. La exposición más común en el lugar de trabajo es a una solución
acuosa al 30-50 por ciento (en peso) (formalina).
Entre las personas que pueden estar expuestas a contraer hepatitis B o C en el trabajo
figuran, entre otras, el personal sanitario, el personal de primeros auxilios y las personas
que manipulan productos sanguíneos/histológicos, médicos y personal de enfermería,
otras personas que manipulan jeringuillas usadas, agentes de policía y personal de
emergencias.
Sílice
La sílice aparece como componente natural de muchos materiales que se utilizan o
manejan en las actividades de construcción. La sílice cristalina está presente en
cantidades importantes en la arena, la piedra arenisca y el granito, y a menudo
constituye una proporción considerable de la arcilla, el esquisto y la pizarra.
Los riesgos para la salud que entraña la sílice se deben a la inhalación de polvo. Entre
las actividades que pueden exponer a los trabajadores al polvo figuran la cantería, la
renovación de fachadas, la limpieza de edificios especialmente con chorro de arena,
muchos procesos de demolición, el picado, corte o perforación de cemento, y la
perforación de túneles.
• Riesgos químicos
Gases y vapores:
Son contaminantes invisibles que se desplazan en el aire. La vía de acceso suele
ser la respiratoria pero también pueden ser absorbidos a través de la piel o del tracto
digestivo.
Los gases, según cuales sean sus efectos en el organismo, se pueden dividir en
tres categorías:
Aerosoles:
Son partículas -sólidas o líquidas- que, por su tamaño pequeño y poco peso, se
mantienen en suspensión. Por lo tanto, no se ven ni se sienten. Un ejemplo son las
partículas de pintura con pistola.
Para saber cómo cuidarse es fundamental, en primer lugar, conocer las posibles
vías de entrada de los agentes peligrosos al organismo. El ingreso puede producirse
a través de:
• Riesgos físicos
Son formas de energía que inciden sobre las personas en niveles superiores a los
que el organismo puede tolerar.
Los agentes físicos que actúan en el organismo humano produciendo distintos tipos
de enfermedades son:
- Los virus: son microbios invisibles transmitidos por perros, gatos, ratas o por
mosquitos. Producen fiebre aftosa, hidrofobia, encefalitis viral, tifus, etc.
- Las bacterias: son microorganismos unicelulares que se producen por división
celular. Por ejemplo, la brucelosis, que se trasmite por la leche, o la disentería,
por consumir alimentos contaminados.
- Los hongos: pertenecen al reino vegetal y producen, por ejemplo, tiña, micosis,
etc.
- Los parásitos: son organismos que viven en, o sobre, otro organismo y que
obtienen de él su subsistencia, sin prestarle ningún servicio a cambio. Por
ejemplo, la triquinosis y la sarna.
- Las sustancias alergénicas: pueden ser de origen animal (pelos, lanas) o vegetal
(fibras de algodón, cáñamo, polvos de harina, maderas, etc.).
Los trabajadores que más probablemente estén expuestos a este tipo de riesgos
son los que se ocupan de animales y los crían, los que elaboran alimentos, los
pescadores, los campesinos, el personal médico y de odontología, los que
manipulan granos, los estibadores, los trabajadores de silo, los trabajadores de la
industria láctea, entre otros.
• Riesgos ergonómicos
Son aquellos que están directamente relacionados con posturas físicas
inadecuadas, movimientos repetitivos, posiciones físicas incorrectas, etc.
- la iluminación, el ruido,
- la temperatura,
- las vibraciones,
- las tareas repetitivas,
Con relación al trabajo repetitivo, éste es una causa habitual de lesiones y enfermedades
del sistema óseo muscular (y relacionadas con la tensión). Estas lesiones se denominan
generalmente lesiones provocadas por esfuerzos repetitivos (LER). Son muy dolorosas
y pueden incapacitar permanentemente.
Por otra parte, la detección de los riesgos es una tarea compleja que depende de la
"Higiene ambiental", disciplina que tiene por objetivo el reconocimiento, evaluación y
control de aquellos factores ambientales que pueden ocasionar enfermedades, afectar
la salud y el bienestar, o crear algún malestar significativo entre los trabajadores.
- Control ambiental
- Control del trabajador
• Control ambiental:
Los cuatro principales medios de prevención de los riesgos profesionales, por orden
de eficacia decreciente.
Métodos:
Acciones de prevención
Básicamente, y sintetizando, las acciones de prevención con relación a las
enfermedades profesionales deben estar destinadas a:
Para poder determinar si nos encontramos ante una emergencia o no, lo primero que se
debe hacer es una valoración inicial del entorno y del paciente.
Valoración de la persona.
Cuando se valora a un paciente es importante determinar su situación para tomar las
medidas oportunas, establecer prioridades de actuación con el paciente e, incluso, si
las víctimas fueran más de una, determinar qué paciente requiere asistencia más
urgentemente.
El orden más aconsejado para valorar la gravedad de paciente y las medidas a tomar
es:
1. Nivel de conciencia.
2. Estado respiratorio.
3. Estado cardiocirculatorio.
4. Existencia de hemorragias.
5. Existencia de fracturas.
Con los tres primeros elementos habremos valorado la urgencia vital mediante la
observación de la conciencia y las constantes vitales.
El nivel de conciencia es el primer parámetro que hay que valorar ante una situación de
emergencia. Nos da la pauta acerca de la actuación a seguir y puede orientarnos sobre
la gravedad del paciente o servirnos como referencia para observar la evolución de
ciertas patologías que cursan con alteración del nivel de conciencia, como los
traumatismos cráneo encefálicos.
Para valorar la conciencia de un herido ante una situación de emergencia, hay que gritar
Para hacer el seguimiento del nivel de conciencia, se pueden emplear múltiples escalas.
La más empleada es la escala de Glasgow (GCS, Glasgow Coma Scale), que analiza
tres parámetros (la apertura de ojos, la respuesta verbal y la respuesta motora) y les
asigna una puntuación en función de los resultados obtenidos. Repitiendo esta escala
cada cierto tiempo, podemos conocer el nivel de conciencia y su evolución.
Escala de Glasgow
Una vez hecha la valoración, la puntuación de los tres parámetros se suman obteniendo
un valor en la escala de Glasgow.
Transitorios. Se caracterizan por ser de corta duración. Los más importantes dentro de
este grupo son:
Las posibles alteraciones que podemos encontrar respecto a las pupilas son:
En función de su simetría:
• Isocóricas. Las dos pupilas tienen el mismo tamaño (normal).
• Anisocóricas. Una pupila es más grande que otra (anormal).
Actividades propuestas
1·· Analiza las diferencias entre el síncope y la lipotimia.
2·· Realiza un esquema con los dibujos y el nombre de las alteraciones en las pupilas.
Estas normas se establecen por el grupo de expertos de los países europeos que lo
forman, revisándolas periódicamente y publicando las pautas de actuación.
Estas incluyen:
Calidad de la RCP
Las interrupciones de las compresiones torácicas deben ser minimizadas. Durante las
interrupciones de las compresiones torácicas, el flujo coronario disminuye
sustancialmente. Al reiniciar las compresiones torácicas son necesarias muchas
compresiones antes de que el flujo coronario se recupere a su nivel previo.
Con las yemas de los dedos bajo el reborde del mentón de la víctima, elevar este para
abrir la vía aérea.
4. Manteniendo la vía aérea abierta, mirar, oír y sentir si hay una respiración normal.
Para ello:
• Escuchar en la boca de la víctima si hay sonidos respiratorios.
• Sentir si se percibe aire espirado en nuestra mejilla.
En los primeros minutos de una parada cardíaca, la víctima puede estar respirando
insuficientemente o dando ruidosas bocanadas poco frecuentes.
Tras cada compresión, dejar de hacer presión sobre el tórax sin perder el contacto entre
tus manos y el esternón. Repetirlo con una frecuencia de cerca de 100 compresiones
por minuto (un poco menos de 2 compresiones por segundo).
• Pinzar la parte blanda de la nariz cerrándola con los dedos pulgar e índice de la
mano que está sobre la frente.
• Permitir que se abra la boca de la víctima, pero manteniendo la elevación del
mentón.
• Hacer una respiración normal y poner nuestros labios
• alrededor de su boca, asegurándonos de hacer un buen sellado.
• Soplar de manera constante dentro de la boca mientras se observa la elevación
• Realizar otra respiración normal y soplar dentro de la boca de la víctima otra vez
para alcanzar un total de dos respiraciones de rescate efectivas. A continuación,
volver a poner las manos sin dilación en la posición correcta sobre el esternón y
dar otras 30 compresiones torácicas más.
• Continuar con compresiones torácicas y respiraciones de rescate con una
relación de 30:2.
Si la respiración de rescate inicial no hace que el tórax se eleve como en una respiración
normal, entonces antes del siguiente intento:
La RCP solo con compresiones torácicas puede ser utilizada de la siguiente manera:
La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño (OVACE), es una causa poco
común pero potencialmente tratable de muerte accidental.
Actividades propuestas
1·· Realiza un diagrama con los pasos para reconocer si estamos ante una parada
cardiorrespiratoria o no.
2·· Haz un dibujo con la posición del paciente y el socorrista para dar los golpes en la
espalda ante una obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño.
2.4. HEMORRAGIAS
Denominamos hemorragia a cualquier salida de sangre fuera de los vasos sanguíneos
debida a una rotura accidental o espontánea, como consecuencia de un traumatismo,
herida o enfermedad previa.
Las hemorragias se pueden clasificar según el tipo de vaso sanguíneo roto y según el
lugar hacia donde sale la sangre.
Hemorragias internas.
Son aquellas que se producen en el interior del organismo, sin salir al exterior. Por tanto,
no se ven, aunque se puede sospechar de su presencia debido a que el paciente
presenta signos y síntomas de shock. Las medidas a tomar ante la sospecha de una
hemorragia interna son:
• Control de signos vitales.
• Tratar las lesiones (si es posible).
• Aflojar todo aquello que comprima al accidentado a fin de facilitar la circulación
sanguínea.
• Tranquilizar al herido.
• Evitar la pérdida de calor corporal.
• Tapar al herido.
• Colocar al accidentado estirado con la cabeza más baja que los pies (posición
de Trendelenburg), siempre que sus lesiones lo permitan.
• Evacuar lo antes posible al herido.
Hemorragia exteriorizada.
Es aquella que, procedente del interior, fluye al exterior a través de orificios naturales del
cuerpo. Dependiendo del orificio por el que salen, tenemos:
• Por el recto. Si la sangre procede del recto o de una zona cercana a este y es
roja, se denomina rectorragia. Si la sangre procede del esto- mago o porciones
superiores del intestino, es digerida en su recorrido por el tubo digestivo y al salir
es negra, pegajosa y con un olor característico y, se denomina melena. En ambos
casos, se procederá a derivar al paciente a un centro sanitario.
• Por la boca. Si la sangre procede del estómago y sale en forma de vómito se
denomina hematemesis. Si procede del aparato respiratorio y se exterioriza con
la tos, se denomina hemoptisis.
Hemorragias externas.
Son aquellas en las que la sangre fluye al exterior a través de una herida. La actuación
ante una hemorragia externa, sea arterial o venosa, se basa en tres técnicas que se
aplicarán sucesivamente, según vaya fracasando la anterior, y que consisten en:
Compresión arterial. Comprimir fuertemente la arteria principal del brazo (humeral o axilar
en función de la altura de la herida) o de la pierna (femoral o poplítea) para reducir o
eliminar la circulación sanguínea en esa zona. Se usa cuando la compresión directa no
es efectiva. Solo se puede usar en hemorragias de extremidades, pues en tórax,
abdomen, cuello y cabeza no es eficaz. La compresión se mantendrá durante 10
minutos. Pasado ese tiempo, se reducirá la presión. Si la hemorragia se ha detenido,
se venda y se evacua como en el caso anterior y, si no se detiene, se mantiene la presión
hasta su traslado a un centro sanitario o se valora pasar al siguiente apartado, si la vida
del paciente corre peligro.
En función de la causa que las produce, se puede clasificar a las heridas en:
• Heridas incisas producidas por elementos cortantes, por ejemplo, cuchillos,
cristales, latas de conserva, etc.
• Heridas punzantes producidas por punzones, agujas, etc.
• Heridas contusas de bordes irregulares, producidas por el choque violento de
objetos romos contra la piel.
Consideraremos herida grave a las heridas que no cumplan los requisitos anteriores o
que, aun teniendo apariencia leve:
• Presenta dudas acerca de su profundidad. Algunas heridas tienen un orificio de
entrada pequeño y aspecto superficial, pero presentan un trayecto profundo.
• Se sospecha que el objeto causante está contaminado.
• Se acompaña de hemorragia intensa o, aun siendo escasa, no se contiene
fácilmente.
Heridas especiales
·· Ciertas heridas requieren un tratamiento especial como medida de emergencia. Entre
ellas destacamos:
Son un grupo de lesiones en las que, aun siendo producidas por distintos agentes, el
tratamiento es similar.
1. Quemaduras
Definimos quemadura como la lesión producida por el calor, sea cual sea su foco emisor
(fuego, agua hirviendo, etc.).
Para evaluar la gravedad de una quemadura, hay que tener en cuenta los siguientes
aspectos:
• Profundidad. A mayor profundidad, más gravedad.
• Extensión. A mayor extensión, mayor es el peligro de muerte aun en caso de
quemaduras superficiales.
• Localización. En función de la zona afectada, las quemaduras pueden tener
distintas consecuencias (ojos, genitales, orificios naturales, etc.).
• Edad. Los niños y ancianos corren más riesgo vital ante una quemadura.
TÉCNICA
2. Causticaciones
Son las lesiones de la piel con sustancias corrosivas como ácidos, productos químicos,
etc. El tratamiento es similar a las quemaduras:
• Retirar la ropa impregnada y lavar la piel con agua abundante.
• Tratar como el resto de las quemaduras: cubrir y trasladar.
• Si la causticación se produce en los ojos, lavar con agua abundante durante un
mínimo de 20 minutos y cubrir ambos ojos.
• Trasladar urgentemente a un centro sanitario.
3. Congelaciones
Son las lesiones de la piel o sistémicas producidas por el frío. Los signos de congelación
son, el color blanquecino o gris-amarillento de la piel, entumecimiento y hormigueos. Al
principio pueden doler, pero según se ven afectadas las terminaciones nerviosas el dolor
desaparece.
TECNICA
Las lesiones traumatológicas incluyen una serie de patologías muy variadas entre las
que podemos destacar: contusiones, esguinces, luxaciones y fracturas.
1. Contusiones
Son lesiones producidas por impactos contra la piel que no llegan a romperla. Producen
magulladuras o aplastamientos y pueden provocar lesiones internas.
Técnica
2. Esguinces
3. Luxaciones
Suponen la pérdida permanente y completa de las relaciones entre las superficies
articulares en una articulación.
TECNICA
4. Fracturas
Es la pérdida de continuidad del hueso. Se producen por traumatismos, patologías que
cursan con desmineralización de los huesos o presiones inadecuadas, prolongadas y
En función de la forma que toma el reborde óseo fracturado, podemos distinguir los
siguientes tipos de fracturas:
• Fractura oblicua. Fractura en ángulo con el eje.
• Conminuta. El hueso se fractura en fragmentos de diversos tamaños.
• Espiral. La fractura gira alrededor del eje del hueso.
• En tallo verde. El hueso se fractura de forma incompleta, como cuando se astilla
una caña. Es típica de los niños.
Cursa con dolor intenso, deformidad que aumenta al intentar movilizar el miembro o la
zona afectada, impotencia funcional e inflamación.
Hay ciertas fracturas que pueden ser potencialmente peligrosas y en las que tendremos
especial cuidado con el paciente, como son:
• Lesiones en la cabeza, muslos o pelvis. No moveremos al paciente a menos que
sea absolutamente necesario para evitar lesionar órganos internos o vasos al
movilizar los extremos óseos.
• Lesiones en la columna vertebral. No se movilizará al paciente salvo que haya
riesgo vital, en cuyo caso se realizará con la ayuda de tres personas al menos,
movilizando al paciente de manera que la columna y la cabeza permanezcan
alineadas continuamente (movilización en tabla).
TÉCNICA
Ante un paciente politraumatizado, una vez valorada la gravedad y atendidos los riesgos
vitales, realizar una buena inmovilización de las lesiones produce beneficios como:
6. Vendajes
Es el procedimiento que consiste en aplicar una venda en una zona del cuerpo.
Los movimientos básicos de los vendajes, combinados entre sí, hacen posible vendar
cualquier parte del cuerpo.
El vendaje funcional
Se trata de un tipo de inmovilización parcial que se caracteriza por permitir una cierta
movilidad. Se utiliza en patologías ligamentosas, tendinosas y musculares. Tiene la
ventaja de evitar los efectos secundarios de la inmovilización total, como atrofia
muscular, rigidez articular, lesiones cutáneas, etc.
Permite una actividad relativa, con lo que la recuperación es más rápida, por lo que
desde hace algunos años se está imponiendo, sobre todo en lesiones deportivas leves
y moderadas, dejando la inmovilización total solo para casos graves.
ACTIVIDADES FINALES
Consolidación:.
1·· Investiga acerca de qué elementos pueden suponer un riesgo a la hora de prestar
auxilio a un accidentado.
2·· Realiza una tabla con los trastornos cuantitativos de la conciencia junto con la
explicación de cómo reconocerlos.
3·· Realiza un esquema con los puntos más importantes a seguir ante la sospecha de
una parada cardiorrespiratoria.
Aplicación:
1·· En un accidente en el que tenemos los siguientes pacientes:
• Paciente inconsciente que respira.
• Paciente con hemorragia no muy abundante.
• Paciente consciente con fractura abierta.
• Paciente en parada cardiorrespiratoria.
2·· Un paciente que abre los ojos ante estímulos dolorosos, responde con palabras
inapropiadas y localiza el lugar donde recibe un estímulo doloroso, ¿qué puntuación
obtendría en la escala de Glasgow?
Analiza qué tipo de vendaje (en espiga, circular, etc.), se ajusta mejor a cada zona del
cuerpo.
5·· Busca fotografías de los materiales que se emplean habitualmente en una
reanimación cardiopulmonar y que se pueden encontrar en un carro de parada.
6·· Simula con ayuda del maniquí del aula la cura de distintos tipos de heridas como:
heridas leves, con cuerpos extraños en ojos o abdomen, etc.
CASO FINAL
Solución ··
1. En primer lugar, hay que analizar el entorno:
• Señalizar el accidente.
• Trasladar al paciente a una zona segura con cuidado de no agravar las
lesiones que pueda haberse producido en el accidente, ni producir lesiones
nuevas por una mala técnica de movilización.
2. Analizar el estado vital del paciente, para lo cual seguiremos las indicaciones del
ERC del 2005:
• Analizar el nivel de conciencia, gritando y agitando al paciente.
− Si responde, seguir buscando otras lesiones (fracturas,
hemorragias, etc.), en la posición en la que le hemos dejado,
cuidando de no empeorar cualquier posible lesión que pudiera
existir y aún no hayamos detectado.
− Si no responde, pedir ayuda si no se ha hecho antes y seguir el
protocolo.
• Comprobar su estado respiratorio:
− Si respira, colocarle en posición de seguridad y buscar otras
lesiones.
− Si no respira:
− Realizar 30 compresiones torácicas, según protocolo.
− Realizar dos respiraciones de rescate efectivas:
− Si el tórax no se levanta, comprobar la existencia de cuerpos
extraños en la vía aérea.
− Si el tórax se levanta, continuar protocolo.
• Si no se recupera, continuar el protocolo hasta que lleguen las asistencias.
• Si se recupera, continuar evaluando las lesiones y el estado del paciente
hasta que lleguen las asistencias.
3. Buscar hemorragias:
• Externas. Realizar compresión directa, compresión arterial o torniquete
según protocolo.
• Exteriorizadas. Actuar según protocolo y preparar al paciente para su
evacuación.
• Vigilar signos de hemorragias internas.
4. Buscar facturas:
• Realizar inmovilización siguiendo pautas de actuación ante fracturas
abiertas o cerradas.
5. Buscar heridas y aplicar el tratamiento, si se dispone de material para ello, en
función del tipo de herida (leve, grave, heridas perforantes).
6. Evaluar las pupilas y el nivel de conciencia periódicamente para detectar cambios
en el estado del paciente.
7. No darle nada de comer o beber.
Mantener al paciente caliente y en las mejores condiciones posibles hasta que lleguen
las asistencias y pueda ser trasladado a un centro sanitario con garantías.
3. http://www.paritarios.cl/especial_exposicion_agentes_biologicos.htm
4. http://www.zuhaizpe.com/enfermedades/la_respiracion.htm
2. Detalle las enfermedades causadas por los agentes químicos y por los agentes
físicos.
10. Detalle las principales lesiones traumatológicas y los primeros auxilios y respuestas
a emergencias.