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Tema 74traumatismos Vertebrales Completo PDF
Tema 74traumatismos Vertebrales Completo PDF
TEMA 74.
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1.- TRAUMATISMOS VERTEBRALES.
o LESIONES TRAUMÁTICAS CERVICALES.
Introducción.
Las lesiones de la columna cervical ocurren aproximadamente en un 2,4% de todos los
pacientes con traumatismo cerrado y hasta en el 24% de los accidentes de tráfico fatales.
A menudo son secundarias a un mecanismo de alta energía aunque en pacientes con
espondiloartropatía (espondilitis anquilosante o hiperostosis esquelética idiopática difusa)
pueden ocurrir tras traumatismos menores y ser fracturas inestables.
El 75% ocurren en la columna cervical subaxial (C3-C7), aunque en los pacientes geriátricos
se producen en la columna cervical superior tras traumatismos menores.
Valoración general de los pacientes con lesiones cervicales.
La mayoría se producen en accidentes de tráfico y traumatismos deportivos.
La valoración inicial es sobre el terreno:
• Inmovilización correcta (una inmovilización inadecuada puede empeorar los déficits
neurológicos en un 25%). Se trasladará al accidentado con un sistema rígido (tijeras) con
un collarín rígido y cinchas estabilizadoras. En el caso de lesiones deportivas, no se debe
retirar el casco ni las protecciones hasta llegar al hospital. En el niño, es necesario que el
dispositivo de traslado disponga de un hueco occipital o colocar una almohadilla bajo el
tronco para adaptar la cabeza y evitar la flexión cervical. En un paciente con anquilosis
diagnosticada previamente, la inmovilización debe tener en cuenta cualquier deformidad
previa, a menudo cifosis.
La evaluación inicial incluye la valoración primaria, el tratamiento de rescate y la valoración
secundaria. Es muy importante una valoración secundaria exhaustiva con pruebas de imagen
que incluyan toda la columna para buscar lesiones extravertebrales asociadas o una lesión
vertebral no contigua. Es importante en la exploración, la palpación de los relieves óseos y
comprobar que existe movilidad activa indolora (de lo contrario, no se debe movilizar la región
cervical sin una exploración radiológica previa).
Rx: AP, lateral (muy importante), transoral (C1 y C2), proyección La Rx lateral es básica en los
del nadador (C7 y T1), oblicuas (fracturas de carillas articulares o traumatismos de la columna
de los pedículos). cervical. Ante la duda, nunca se
No está indicado realizar Rx cervicales en paciente con debe movilizar la región cervical
traumatismos cuyo mecanismo es de bajo riesgo, están sin haber realizado al menos
despiertos y alertas y no refieren dolor o molestias en el cuello ni esta proyección.
tienen otras lesiones. Sí que son necesarias en los que
presentan cervicalgia, déficit neurológico, alteración del sensorio u otras lesiones.
Existe controversia en cuanto al momento adecuado para la retirada del collarín cervical en
pacientes sintomáticos tras las Rx iniciales y quizá tras el TC. Las mayores dudas surgen en el
paciente obnubilado.
Evidencia de inestabilidad de la fractura:
• Criterios de White y Panjabi: Una lesión con una puntuación de inestabilidad igual o >5
puntos es INESTABLE (ver tema 73).
• Criterios de Denis (3 columnas): (ver tema 73).
• Existen, además, otros criterios de inestabilidad:
o Mala alineación de las apófisis espinosas en la Rx AP.
o Rotación de las facetas en la Rx lateral.
o Inclinación lateral del cuerpo vertebral en la Rx AP.
o Aumento del espacio retrofaríngeo a nivel de C2 >2 mm, y en C6 >6 mm.
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TC: Es la técnica de imagen de elección para la valoración morfológica de la fractura. Muy
sensible para detectar fracturas de las facetas. El angio-TC es hoy en día la prueba de
elección para la detección de lesiones asociadas de la arteria vertebral. (Figura 1)
Fig 3
o TC y RMN: Técnicas de elección. Su sensibilidad es del 84% y del 86%
respectivamente.
• Tratamiento:
o Hay que ser especialmente cuidadosos y mantener la alineación hasta la fijación
definitiva. La estabilización provisional inmediata se realiza mediante un halo-chaleco o
un halo-compás y arco de tracción, siendo imprescindible evitar la sobredistracción. Si
las radiografías convencionales muestran una alineación conservada pero la RNM
señala la existencia de lesiones a este nivel, se recomienda aplicar una tracción
controlada como prueba de provocación para identificar una inestabilidad oculta. Si la
tracción produce una distracción de la articulación atlanto-occipital >2 mm, se
recomienda realizar una fijación interna. El porcentaje de resultados satisfactorios es
alto mediante la fijación y artrodesis occipitocervical posterior con los sistemas de
instrumentación actuales, que utilizan barras moldeadas que conectan placas de fijación
en occipital con los tornillos poliaxiales suboccipitales para conseguir la fijación desde
occipital hasta C2 o más abajo.
Fracturas del atlas (C1):
• Se producen por compresión axial, con sensación de “inestabilidad” y dolor en la región
cervical superior. Se pueden asociar a otras lesiones de la columna cervical y, de forma
más rara a lesión neurológica. Suponen el 7% de las fracturas de la columna cervical.
• Clasificación de Levine: (Figura 4)
o Fractura aislada de la apófisis transversa.
o Fractura aislada del arco posterior: por hiperextensión.
o Fractura aislada del arco anterior: por hiperflexión.
o Fractura-estallido: por compresión axial simétrica. El anillo se fractura en varios
fragmentos separando las masas laterales del atlas (Fractura de Jefferson).
o Fractura conminuta de una masa lateral: por compresión axial asimétrica. El anillo se
fractura por delante y por detrás de una de las masas laterales y la desplaza.
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Fig 4
• Es muy importante valorar la integridad del ligamento transverso (LT) del atlas. Su lesión
se puede demostrar mediante:
o TC: Permite identificar un fragmento avulsionado en una de las inserciones del LT.
o Desplazamiento de las masas laterales en la Rx AP >7 mm.
o Distancia atlanto-odontoidea en la Rx lateral >4 mm.
o Valoración directa mediante RMN.
• Tratamiento:
o Fracturas inestables (fractura del arco anterior con desplazamiento atlanto-axoideo
posterior y fractura de Jefferson con lesión del ligamento transverso). Cada vez se
utilizan con más frecuencia los tornillos anclados en las masas laterales de C1, ya que
permiten la consolidación directa de las fracturas sin sacrificar la movilidad. La
artrodesis occípito-cervical es una opción razonable, pero a costa de perder en gran
medida la capacidad de rotación sobre la apófisis odontoides.
o Fracturas estables, no desplazadas → ortesis rígida durante 6-8 semanas.
o Fracturas desplazadas y fractura de Jefferson con integridad del ligamento transverso
→ halo-chaleco durante 8-12 semanas.
Inestabilidad atlo-axoidea:
• Existen tres patrones de inestabilidad, que pueden presentarse de forma aislada o
asociados a otra lesión cervical:
o Inestabilidad tipo A: Con desplazamiento rotacional en el plano axial. Dentro de ésta
se incluye la subluxación rotatoria del atlas, que es la que se describirá posteriormente.
o Inestabilidad tipo B: Son inestables por traslación en el plano sagital por insuficiencia
del ligamento transverso del atlas. Son lesiones comúnmente mortales, pero los
supervivientes requieren artrodesis C1-C2.
o Inestabilidad tipo C: Disociación atloaxoidea vertical multiplanar. Son análogas a la
disociación craneocervical y se tratan igual.
• Subluxación rotatoria atloaxoidea:
o El mecanismo de producción es desconocido, puede ocurrir espontáneamente o tras un
traumatismo. Produce dolor cervical alto, neuralgia occipital, en ocasiones presenta
insuficiencia vertebro-basilar y, de forma más rara, cursa con déficits neurológicos.
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o Diagnóstico:
Rx transoral: Situación asimétrica de las masas laterales con respecto a la
odontoides.
TC.
o Clasificación de Fielding y Hawkins de la subluxación rotatoria atlo-axoidea: (Figura 5)
Tipo I: Rotación sin traslación. El ligamento transverso del atlas está íntegro.
Distancia atlas-odontoides en la Rx lateral <3 mm. Es la más frecuente en niños.
Tipo II: Rotación con subluxación. El ligamento transverso del atlas es insuficiente.
Distancia atlas-odontoides 3-5 mm.
Tipo III: Subluxación unilateral con distancia atlas-odontoides >5 mm.
Tipo IV: Desplazamiento posterior completo del atlas.
Fig 5
o Tratamiento:
Tipos I y II → collarín 7 días, si no mejora y tiene menos de 1 mes de evolución →
Tracción y rotación activa 24-48h seguido de una ortesis.
Tipos III y IV (muy raros): Requieren una artrodesis C1-C2.
Fracturas de la apófisis odontoides (C2):
• Constituyen el 10-15% de las fracturas de la columna cervical.
• Clasificación de Anderson y D´Alonzo: (Figura 6)
o Tipo I: fractura-avulsión del ligamento alar en el extremo de la odontoides.
o Tipo II: fractura a través de la cintura de la odontoides (en la unión cuerpo-diente).
o Tipo III: fractura que se extiende caudalmente hasta el cuerpo de C2.
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Fig 6
• Tratamiento:
o Tipo I: Suelen ser estables. En ocasiones se asocian a disociación atlanto-occipital. En
caso de inestabilidad → ortesis cervical.
o Tipo II:
Los ancianos toleran mal el halo por lo que debe considerarse la artrodesis C1-C2
precoz. Si existe contraindicación o alto riesgo quirúrgico, se opta por las ortesis
externas. La tasa de mortalidad al año tras una fractura de tipo II es del 31% en >65
años con independencia del tipo de tratamiento.
En pacientes jóvenes y sanos:
Fracturas sin desplazamiento: Inmovilización con halo durante 6-12 semanas.
Son factores de riesgo de no consolidación las fracturas conminutas, el retraso
en el diagnóstico y los >50 años. En estos casos, considerar el tratamiento
quirúrgico precoz.
Fracturas en las que no se puede conseguir o VIDEO: Fijación de odontoides con
mantener la reducción: Tratamiento un tornillo:
quirúrgico. Si la parte anterior de la apófisis http://www.orthobullets.com/video/vie
odontoides no presenta gran conminución se w?id=1527
debe colocar 1 tornillo de compresión por vía
anterior (Figura 7, video). Si no es así, se opta
por una estabilización mediante una instrumentación con tornillos y barras o un
sistema de alambres por vía posterior.
o Tipo III: Son estables y se tratan mediante una ortesis cervical durante 6-12 semanas.
En caso de desplazamiento se recomienda la artrodesis posterior C1-C2 (si existe
conminución o en el anciano) o fijación con tornillos.
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Figura 7. Fractura de odontoides tipo II tratada con un tornillo de compresión por via
anterior
Espondilolistesis traumática de C2 (fractura del ahorcado):
• Está causada por una fractura bilateral de la porción interarticular (pars interarticularis) de
C2. Según el mecanismo, se producen distintos tipos de lesiones del ligamento longitudinal
anterior y/o del posterior, así como del disco C2-C3. Se utiliza la clasificación de Levine-
Edwards que se basa en el grado de desplazamiento, la angulación y la existencia de una
luxación de la articulación facetaria entre C2 y C3.
• Clasificación de Levine-Edwards: (Figura 8)
o Tipo I: fractura no desplazada (<3 mm) ni angulada de la pars interarticularis. Se
produce por compresión axial e hiperextensión cervical. Raramente presentan una
lesión neurológica asociada.
o Tipo II: fractura desplazada (>3 mm) también por hiperextensión y carga axial seguida
de flexión de rebote.
o Tipo IIa: En flexión, con disrupción del complejo discoligamentario C2-C3.
o Tipo III: Luxación anterior de cuerpo y de las articulaciones facetarias C2-C3 con
fractura de la pars interarticularis. Por un mecanismo de flexión-distracción seguida de
hiperextensión.
Fig 8
• Tratamiento:
o La mayoría se pueden tratar mediante inmovilización externa con halo u ortesis
cervical durante 6-12 semanas. Puede tolerarse un desplazamiento de hasta 5 mm si
no hay rotura de los ligamentos posteriores o del disco C2-C3.
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o Entre las indicaciones quirúrgicas están las fracturas tipo II con importante angulación,
las tipo III con lesión del disco C2-C3 o luxación facetaria y la imposibilidad de
conseguir o mantener la reducción de la fractura. Pueden ser apropiadas las técnicas
quirúrgicas por vía anterior o posterior. Por vía anterior, discectomía C2-C3, fijación con
placa y artrodesis. Por vía posterior, fijación y artrodesis C1-C3 o, para conservar la
movilidad, una osteosíntesis directa de la porción interarticular con tornillos de
compresión solos (si la lesión discal C2-C3 es mínima) o conectados a una fijación
segmentaria C3.
Lesiones de la columna cervical sub-axial (C3-C7).
Clasificación:
• Históricamente, el sistema Subaxial Injury Classification (SLIC) era el sistema de
clasificación más utilizado. Su principal limitación era presentar una evaluación simplista del
componente morfológico de la fractura, sin evaluar lesiones importantes como las fracturas
facetarias.
• Ha sido reemplazado mayoritariamente por la clasificación AO Cervical Spine (Tabla 1).
Figura 9. Fractura luxación C5-C6 tratada mediante reducción cerrada y artrodesis cervical anterior
Fig 10
• Fracturas-luxaciones: Suponen el fallo de las tres columnas por compresión, tensión,
rotación o fuerzas de cizallamiento. Son las que tienen mayor incidencia de déficit
neurológico y, por su propia naturaleza, son inestables.
Sistema de clasificación Magerl/ AOSpine (antigua):
• Divide las fracturas en tres grupos generales:
o Fracturas de tipo A: Lesiones por compresión.
o Fracturas de tipo B: Lesiones por distracción.
o Fracturas de tipo C: Lesiones por torsión.
o Esta clasificación no considera el estatus neurológico ni la lesión ligamentosa
Sistema de clasificación de McCormack:
• Evalúa 3 parametros:
o La conminución del cuerpo vertebral en el plano sagital
o El grado de desplazamiento en el plano axial (valorado en TC)
o La corrección de la deformidad cifótica.
• Ayuda a predecir cuándo la fractura requiere proporcionar un soporte estructural mediante
un abordaje anterior.
• Fracturas con conminución moderada con una puntación igual o menor a 6 pueden ser
tratadas con un abordaje posterior.
• Fracturas con gran conminución con una puntuación igual o mayor a 7 requieren un soporte
anterior.
Clasificación TLICS (Thoracolumbar Injury Classification and Severity Score):
• Las clasificaciones previas carecían de una gran reproducibilidad tanto intra como
interobservador. Debido a estas discordancias, Vaccaro et al propusieron en 2005: “un
método de clasificación que trata de integrar los aspectos mecánicos y morfológicos con el
pronóstico y el tratamiento” (Tabla 2).
Íntegra 0
Afectación radicular 2
3. Situación
neurológica Afectación completa (sensitiva y motora) de la 2
medula
Lesión medular incompleta (sensitiva o 3
motora)
Lesión de la cola de caballo 3
Puntuación TLICS:
Tratamiento recomendado
suma de puntos:
≤3 Tratamiento conservador
=4 Quirúrgico o no quirúrgico
≥5 Quirúrgico
N0 Neurologicamente intacto 0
N1 Déficit neurológico transitorio 1
N2 Síntomas radiculares 2
N3 Lesión medular incompleta o cauda equina 4
N4 Lesión medular completa 4
Nx El paciente no puede ser explorado 3
MODIFICADORES ESPECIFICOS DEL PACIENTE
M1 Lesión indeterminada de banda de tensión posterior 1
M2 Comorbilidad específica del paciente que condiciona a favor o en contra de cirugía 0
TRATAMIENTO (suma de 3 puntuaciones, una de cada bloque anterior)
≤3 puntos Conservador
≥ 5 puntos Quirúrgico
Tratamiento.
A pesar de los avances en la instrumentación vertebral y la anestesia, la mayoría de los
pacientes se tratan de forma conservadora con inmovilización y deambulación precoz.
La clasificación AO/TLICS permite orientar el tipo de tratamiento. (Tabla 4)
Tabla 4: Planteamiento quirúrgico
El tratamiento de las fracturas toracolumbares continúa siendo controvertido y varía ampliamente desde el
tratamiento ortésico hasta las artrodesis 360º, en función de preferencias geográficas, institucionales o
individuales, con poca base científica.
Principios Los patrones de lesión estable (AO/TLICS < 4) pueden tratarse de forma conservadora
Generales mediante corsé y movilización activa.
Los patrones de lesión inestable (AO/TLICS > 4) se deben tratar de forma quirúrgica:
1 La lesión del CLP suele necesitar un abordaje posterior.
2 Una lesión neurológica incompleta producida por el desplazamiento de los
elementos anteriores suele necesitar un abordaje anterior.
3 Si existe una lesión neurológica incompleta y una lesión del CLP suele ser necesario
un doble abordaje.
4 La presencia de fragmentos óseos intracanal no constituye por si misma una
indicación de descompresión ya que se remodelan.
5 No hay pruebas de que la descompresión quirúrgica de las fracturas estallido mejore
los resultados neurológicos.
Situación neurológica Complejo ligamentario posterior
Íntegro Lesionado
a) Sin lesión neurológica Abordaje posterior Abordaje posterior
b) Afectación radicular Abordaje posterior Abordaje posterior
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Figura 12: Fractura estallido con retropulsión de fragmentos e invasion de canal. Tipo A4 de la
clasificación AOSpine.
Figura 13. Fractura por flexión distracción con afectación del CLP (AOSpine B2). Esquema.
NOTA DIBUJANTE: REDIBUJAR el esquema
Figura 16: artrodesis de una fractura AOSpine C con instrumentación larga: dos niveles por
encima y por debajo de la fractura.
Fig 17
Técnicas mínimamente invasivas (fijación percutánea). Principalmente útiles en
lesiones óseas con escaso desplazamiento que no requieran grandes maniobras de
reducción. Es decir, principalmente en las fracturas AOSpine B1 o B3 mínimamente
desplazadas en columnas anquilosadas. Una vez lograda la consolidación de la
fractura puede plantearse la retirada del instrumental. La indicación de cirugia MIS
en fracturas estallido es más controvertida.
Abordaje combinado, anterior y posterior:
Todavía está en debate, aumenta la estabilidad del montaje y permite una
descompresión idónea pero aumenta la morbi-mortalidad. (Figuras 18a y 18b)
Fig 18a y b
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• Momento de la cirugía:
En general, la cirugía se debe
o El momento óptimo para el tratamiento quirúrgico continúa realizar lo antes posible, pero
siendo debatido hoy día. Aunque no existen evidencias no como una emergencia. Sólo
suficientes para recomendar con insistencia la cirugía se debe realizar de forma
urgente, algunas pruebas muestran que la cirugía realizada urgente si hay un déficit
dentro de las primeras 72 h, puede reducir la duración de la neurológico incompleto
estancia hospitalaria, el tiempo en la UCI y la morbilidad en progresivo.
fracturas torácicas más que en las lumbares. En general, la
cirugía debe realizarse cuando el paciente esté estable.
o En general se considera que la descompresión quirúrgica, si se requiere, debe
realizarse de forma urgente pero no como una emergencia.
o Previamente es necesario realizar la estabilización clínica del paciente y corregir
las alteraciones de la coagulación lo que disminuye las pérdidas hemáticas
perioperatorias, especialmente en los procedimientos descompresivos anteriores.
o El déficit neurológico incompleto progresivo necesita tratamiento inmediato.
• Complicaciones:
o Incidencia: 23-79%.
o Incluyen: Lesión vascular, fallo de fijación, pérdida de corrección, TVP, TEP, infección,
deterioro neurológico, fuga de LCR, lesión visceral, infección de orina, complicaciones
pulmonares, mala posición de tornillo y problemas con la cicatrización de herida.
o La mala posición de algún tornillo es la complicación más frecuente (42%). Suele ser
asintomática y rara vez requiere cirugía de revisión.
o La incidencia de complicaciones es significativamente mayor en los pacientes tratados
con doble abordaje (anterior y posterior) frente a los tratados únicamente por el
posterior.
Fig 19
De forma complementaria, también hay que tener en cuenta la valoración de la fuerza muscular
(Daniels), la valoración sensitiva y los reflejos, aunque la información que proporcionan no permite
una interpretación estricta y es sólo orientativa. (Tabla 6)
Tabla 6: Valoración muscular (escala de Daniels).
Grado Función muscular
Valoración sensitiva
Grado 2 Normal.
Función refleja:
C5 → bicipital.
C6 → estiloradial.
C7 → tricipital.
L4 → rotuliano.
S1 → aquíleo.
T12 → cremastérico.
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S2-S4 → bulbo-cavernoso y anal.
o Otras pruebas diagnósticas.
Indicadas en:
Pacientes que no colaboran (inconscientes, intoxicaciones...).
Deterioro progresivo de la función neurológica.
Lesión neurológica desproporcionada a la lesión ósea.
Antes de la cirugía (o reducción) en lesiones incompletas.
Son:
RMN: En los cortes sagitales se detecta bien la lesión intramedular.
Potenciales evocados sensitivos-motores: Útiles para confirmar la lesión medular completa o
en la cirugía (o reducción) cuando el paciente está anestesiado.
Biomarcadores bioquímicos: En muestras de LCR de pacientes con lesión medular aguda hay
aumento de citoquinas y proteínas estructurales como interleuquina 6 y 8, proteína 1
quimioatrayente de monocitos, proteína tau, proteína S100β y proteína glial ácida fibrilar.
También se han descrito otros biomarcadores de proteínas en LCR y sangre.
o Clasificación de la lesión neurológica.
Primaria: ocurre en el momento del traumatismo. Existen diferentes tipos, que pueden actuar de
forma conjunta:
Contusión: Es la más frecuente. Consiste en una compresión breve, puede ser parcialmente
reversible, pero habitualmente se produce una lesión neuronal o una hemorragia.
Compresión: Debido al reducido tamaño del canal medular se comprime la médula por
traslación, angulación, fragmentos óseos sueltos o hematoma. La lesión se produce por
obstrucción del flujo neuronal o por obstrucción vascular que acaba ocasionando una isquemia
neuronal.
Tracción: Por elongación de la médula en lesiones por flexión-distracción → colapso capilar y
axonal o rotura.
Herida: Por fragmentos óseos o cuerpos extraños.
Secundaria: Es el resultado del edema o la isquemia que se produce después del traumatismo.
Isquemia neural: por lesión vascular o liberación de sustancias vasoconstrictoras.
Edema: comprime estructuras neurológicas y/o vasculares.
Secuelas tardías: Se produce dolor crónico o deterioro neurológico progresivo por:
Deformidad residual.
Compresión residual.
Proceso de cicatrización.
Siringomielia postraumática.
Lesión de las raíces nerviosas:
Lesión producida en el foramen intervertebral. Al tratarse de nervios raquideos la lesión tiene
cierta capacidad de recuperación (al menos parcialmente). Generalmente son elongaciones o
compresiones. La avulsión de la raíz es rara (salvo en el plexo braquial).
Lesiones medulares incompletas:
El pronóstico depende del grado y extensión de la lesión y de la velocidad de recuperación los
primeros días o semanas (ver anatomía de la médula espinal, tema 73).
• Síndrome de Brown-Sequard: Es una hemisección medular lateral. Produce parálisis de la
musculatura ipsilateral y pérdida de sensibilidad termo-algésica contralateral. Es raro y su
pronóstico es bueno, >90% de los pacientes recuperan parte de la función.
• Síndrome de Schneider (síndrome medular central): Es el más frecuente. Se produce
sobre todo en lesiones por hiperextensión en columnas artrósicas en pacientes de mediana
edad y edad avanzada. Se produce una debilidad (lesión motora) con mayor afectación de
extremidades superiores que inferiores (y déficits mayores distales que proximales) Se
observa una lesión de la sustancia gris central, con afectación de la sensibilidad termo-
algésica y conservación de la propioceptiva y táctil. Por lo general suele conservarse el
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remanente sacro. El 60-70% de los pacientes recupera la función de las extremidades
inferiores y la continencia de esfínteres.
• Síndrome medular anterior: Es relativamente frecuente, se produce sobre todo por un
traumatismo en flexión o compresión. La afectación motora es completa en el nivel de
lesión y por debajo del mismo, hay disfunción termo-algésica aunque se conserva el resto
de la sensibilidad a nivel de tronco y miembros inferiores excepto en el nivel de la lesión.
Tiene mal pronóstico ya que sólo recuperan la función el 10-15%.
• Síndrome medular posterior: Es raro. La lesión sólo afecta a los cordones posteriores, lo
que implica pérdida de la sensibilidad propioceptiva y ataxia sensitiva, pero no se afecta la
sensibilidad termo-algésica.
• Síndromes cérvico-medulares (parálisis cruzada): Se produce lesión de los tractos largos en
la decusación troncoencefálica. Afecta de forma variable a los nervios craneales, con mayor
debilidad del miembro superior que del inferior y mayor debilidad proximal que distal.
• Hemiplejía cruzada de Wallemberg: Lesión unilateral troncoencefálica. Produce debilidad
unilateral de la porción superior del brazo, debilidad contralateral de la porción distal,
afectación variable de los nervios craneales y del tronco encefálico.
• Lesión radicular: Avulsión o compresión de una o más raíces nerviosas (avulsión del plexo
braquial). Pérdida sensorial en el dermatoma, pérdida motora del miotoma y ausencia de
reflejos tendinosos profundos.
• Cono medular: Lesión de la médula sacra (cono) y de las raíces nerviosas lumbares dentro
del canal medular. Vejiga y miembros inferiores arrefléxicos, pueden preservarse los
reflejos bulbo-cavernoso y de la micción.
• Cauda equina: Lesión de las raíces nerviosas dentro del canal medular. Vejiga y miembros
inferiores arrefléxicos.
Lesión medular completa:
Produce anestesia completa y déficit motor voluntario completo. Se diagnostica una vez
pasada la fase de shock medular (cuando aparece el reflejo bulbo-cavernoso).
o Tratamiento de la lesión neurológica.
Tratamiento médico:
Tratamiento inicial en UCI:
• Tras la lesión se produce hipotensión con bradicardia (por el efecto de la simpatectomía en
la fase de shock neurogénico). Para diferenciarlo del shock hemorrágico algunos autores
recomiendan administrar un bolo de 500 ml de ringer lactato, que mejora la tensión arterial
cuando es por sangrado, pero no la mejora en el shock neurogénico.
• Alteraciones cardíacas: arritmias que precisan de tratamiento específico.
• Buscar lesiones asociadas músculo-esqueléticas.
• Es necesario monitorizar la situación respiratoria, cardíaca y hemodinámica. Debe evitarse
la hipotensión (<90 mmHg) y conviene mantener presiones arteriales medias de 85 a 90
mmHg durante los 7 primeros días del accidente.
• Se recomienda realizar profilaxis de TVP/TEP.
• Son importantes los protocolos de terapia respiratoria intensiva.
• Las infecciones son frecuentes y deben tratarse de inmediato.
Tratamiento con corticoides (debatido en la literatura reciente): El tratamiento agudo de la
• Ante sospecha de daño medular agudo se administra, antes de lesión medular con corticoides a
las 3 horas, 30 mg/kg de metil-prednisolona a pasar en 15 altas dosis está debatido en la
minutos. A continuación, tras una pausa de 45 minutos, se inicia literatura reciente.
una perfusión continua de 5,4 mg/kg/h durante las primeras 24
horas.
• El protocolo NASCIS III prolonga esta pauta hasta 48 horas (cuando se inicia al tratamiento
entre las 3ª y 8ª hora desde la lesión) y parece que mejora la recuperación funcional,
aunque aumenta el riesgo de infección. Su uso pasadas 8h desde la lesión no aporta
beneficios.
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• La utilización de metilprednisolona es controvertida, incluso hay revisiones recientes que no
encuentran evidencias que justifiquen el uso de agentes neuroprotectores, incluidos los
corticoides, pese a lo cual se siguen utilizando.
• Está contraindicada en embarazadas, heridas por arma de fuego, lesiones de la cola de
caballo y en <13 años.
Nuevos procedimientos que están en diversas fases de estudio son:
• Células progenitoras oligodendríticas destinadas a remielinizar los axones lesionados.
• Células nerviosas progenitoras humanas purificadas.
• Anticuerpos anti-Nogo para inhibir la Nogo-A, una proteína de la mielina.
• Riluzol, un bloqueador de los canales de calcio.
• Proteína B-210 (Cethrin): Inhibidor de la molécula Rho que bloquea la regeneración
neuronal.
Tratamiento quirúrgico: En el estudio Surgical Timing in Acute Spinal Cord Injury Study (STASCIS)
se recomendaba la descompresión de la médula espinal en las primeras 24 horas en los
pacientes con lesión medular aguda. Esta descompresión precoz consiguió incrementar las
posibilidades de mejorar en dos grados el déficit neurológico según la escala ASIA.
Tratamiento rehabilitador a largo plazo.
Figura 20: vertebroplastia percutánea (cortesía del Dr. Carlos Lacoste). DIBUJANTE:
ES ORIGINAL
Cifoplastia (CP): Es una variante de la técnica anterior que consiste en crear una
cavidad en el cuerpo vertebral mediante un dispositivo expansible que recupera
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parcialmente la altura vertebral para, tras retirarlo, rellenar la cavidad con cemento a
baja presión. (Figura 21).
Figura 21
o Indicaciones:
Fracturas compresivas osteoporóticas. La indicación más ortodoxa es aquella
fractura con un hundimiento del cuerpo <70%, que después de 6-8 semanas
continúa siendo dolorosa y con una RMN que muestra edema óseo (aumento de
captación en T2 y en STIR). En su defecto, un TC asociado a una gammagrafía
positivos también podría ser útil aunque hay que tener en cuenta que la
gammagrafía puede permanecer activa durante al menos 2 años tras la fractura.
Tumores vertebrales líticos (metástasis y mieloma múltiple).
o Contraindicaciones:
Alteraciones de la coagulación.
Infección vertebral local o sepsis.
Extensa lisis de los contornos vertebrales o colapso >2/3 de la altura del cuerpo
vertebral (vértebra en “galleta”).
Compresión de estructuras neurales (médula o radicular), estenosis de canal >20%.
EPOC o cardiopatías graves (relativa).
o Complicaciones: Son poco frecuentes, de ellas, el 70% son por fugas del cemento a
través del sistema basivertebral, a través del drenaje venoso segmentario o a través de
un defecto cortical. Pueden producirse fracturas vertebrales próximas, pero no está
claro si es consecuencia de la técnica o por la propia osteoporosis.
o Resultados de las técnicas percutáneas:
Alivio del dolor: En general han sido efectivas para el tratamiento del dolor.
Restauración de la altura/mejoría de la cifosis:
Varios estudios apuntan a una corrección relativa promedio del ángulo cifótico de
5º-7º para la cifoplastia. Se consigue mayor corrección en fracturas agudas, más
que en las subagudas (4 meses).
• Abordaje convencional con instrumentación vertebral: Generalmente no suele ser
necesario. Cuando existe una inestabilidad y deformidad importantes que precisen
instrumentación hay que ser extremadamente prudente ya que el anclaje de los tornillos es
muy deficiente. En ocasiones es necesario utilizar tornillos que permiten su cementación.
Es una cirugía con elevada incidencia de complicaciones.
VIDEOS:
1. Fijación de odontoides con un tornillo: http://www.orthobullets.com/video/view?id=1527
2. Anatomía de los pedículos e inserción de tornillos transpediculares en columna torácica, lumbar
y sacra: http://www.orthobullets.com/video/view?id=1271
3. Técnica de cifo y vertebroplastia percutánea: https://www.vumedi.com/video/vertebroplasty-
kyphoplasty-demonstration/
BIBLIOGRAFÍA RECIENTE:
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Patients. Instr Course Lect 2018;67:353–368.
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3. Bunch J et al. Spinal Trauma in the Pediatric Polytrauma Patient. Instr Course Lect 2018;67:299–
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