Está en la página 1de 2

Estrategia de negociación directa y asistida.

La negociación directa que se da directamente entre las partes sin la intervención ni ayuda
de una tercera persona imparcial.
La negociación directa es el procedimiento más famoso y utilizado en nuestras sociedad,
primero resulta temporalmente prioritario con respecto a la negociación asistida,
segundo, la negociación directa deja más espacio de libertad y, por lo tanto, más
autonomía a las partes tanto con respecto al fondo del conflicto como de los movimientos
que se pueden hacer para resolverlo. En cambio, por más flexible que sea el
procedimiento que se siga, la negociación asistida debe tener determinadas reglas
procesales básicas que limiten de forma parcial esta autonomía. Por estos dos motivos,
solo es aconsejable recurrir a una negociación asistida cuando la negociación directa ha
fallado.
La negociación asistida es aquella en que interviene una tercera persona que es
necesariamente neutral e imparcial y ayuda a las partes a llegar a un acuerdo voluntario
que resuelva el conflicto.
La negociación asistida tiene algunos aspectos.
1. Aceptabilidad del procedimiento: las partes deben aceptar libremente las reglas
que implican el procedimiento y deben comprometerse a seguirlas.
2. Flexibilidad del procedimiento: se trata de procedimientos flexibles que pueden
adaptarse a las necesidades del caso concreto para cada parte.
3. Voluntariedad del acuerdo: el procedimiento tiene como objetivo que las partes
alcancen un acuerdo completamente voluntario que ponga fin al conflicto.
4. Neutralidad del tercer asistente: el tercer asistente que interviene debe ser del
todo natural.
5. Imparcialidad del tercer asistente: el tercer asistente que interviene debe ser del
todo imparcial.
6. Confidencialidad: salvo si las partes pactan algo en contra, se entiende que estos
tipos de procedimientos son estrictamente confidenciales.
Como ya se ha dicho anteriormente, solo en algunos casos resulta recomendable recurrir
a la negociación asistida, y todos tienen que ver con alguna deficiencia de la previa
negociación directa. Básicamente los casos son los siguientes.
a) Cuando las partes, por problemas en sus relaciones mutuas o por cualquier otra
causa, no pueden establecer una comunicación, calmada y racional entre ellas y,
por lo tanto, tienen dificultades para negociar de forma directa.
b) Cuando las negociaciones directas llegan a una situación de impasse en las cual
nadie quiere ceder más, o bien no tienen la suficiente creatividad para encontrar
una solución satisfactoria para ambos.
c) Cuando el conflicto es en extremo complejo y las partes no son capaces por si solas
de comprender todo su alcance.
d) Cuando las partes cometen errores en el análisis negocial o, simplemente,
consideran que es mejor la presencia de un tercero con conocimientos técnicos y
experiencia en la resolución del conflicto.

También podría gustarte