Desde el momento de su nacimiento las personas tienen la
necesidad de comunicarse. El llanto del bebé es la primera forma de expresión, para hacer saber a quienes están a su alrededor que tiene alguna necesidad. La posibilidad de expresarse es una condición intrínseca del ser humano, que históricamente ha sido reconocida en los instrumentos de derechos humanos, bajo principios como la progresividad, la interdependencia con otros derechos y la imprescriptibilidad. Los medios de información se encargan principalmente de presentarnos un panorama de los hechos actuales, ellos “nos ayudan a definir la comunidad y a elaborar un lenguaje y un conocimiento compartidos basados en la realidad” (Kovach & Rosenstiel, 2012, p. 24).
Asimismo, sean digitales o tradicionales, sean las redes sociales
contra las cápsulas informativas en tabloides de papel periódico, estos medios no solo evolucionan o se desplazan unos sobre otros; se acumulan. En la mayoría de agencias mediáticas, hoy en día, encontramos diferentes medios con una misma agenda y contenido, por ejemplo, en una cadena de televisión que trasmite las noticias del día acompañada en paralelo por una emisión de radio, una entrada en un portal web y por un diario impreso. La demanda de información de los individuos aumenta cada día; ya más de la mitad de la población mundial tiene acceso a internet (Debate, 2018).
Sin embargo, se aprecia con suma preocupación que los propios
medios no garantizan que los principios de claridad, sencillez y concisión sean empleados con la destreza y optimización requerida, ya que las informaciones publicadas actualmente en los medios carecen de las características vitales para que exista una perfecta recepción del mensaje emitido. Además las funciones de informar, educar y entretener son aplicadas a través de un lenguaje muy técnico cargado de vocablos extranjeros en su mayoría, lo cual dificulta el proceso enseñanza - aprendizaje implícito en la relación entre el periodista y el público.
Al mismo tiempo, existe en la actualidad una hipertrofia en las
exigencias del periodismo, basadas principalmente en la necesidad del lector por estar informado de los acontecimientos que se suscitan en el mundo. Esto conlleva a una constante búsqueda de la optimización en el tratamiento de las informaciones suministradas a través de los mensajes que llegan al público. Por ello, el empleo eficaz y oportuno de las características y funciones del lenguaje utilizado para la redacción de tales informaciones cobra cada vez mayor relevancia, ya que los periodistas se han convertido en agentes fundamentales en la adquisición de conocimientos por parte de la población a la cual van dirigidos los mensajes emitidos en los medios de comunicación.
En Venezuela el desarrollo del periodismo digital viene a la par del
crecimiento del número de internautas, y es apenas en este siglo XXI donde las respectivas Escuelas de Comunicación Social en el país se han dedicado a la tarea de explorar esta nueva área del conocimiento comunicacional, que ha generado un impacto dentro de las maneras de difundir y presentar información. Los periodistas deben enfrentarse al gran reto de comunicar para llegar a las masas de manera inmediata, lograr atrapar la atención de la audiencia y lo más importante entender lo que quiere en base a las características que el medio presenta. En consecuencia, los comunicadores tendrán que responder a un nuevo perfil en el cual lo más importante será la capacidad de vislumbrar y valorar las posibilidades de la red, así como la versatilidad para combinar las formas más tradicionales de comunicar/informar con las que imponen los nuevos lenguajes
Es necesario destacar, que el tipo de lenguaje a utilizar debe ser
minuciosamente analizado y estudiado ya que se nos presenta una situación interesante, un mundo donde la información está y a la vez no está, donde multitud de códigos proliferan en el ciudadano común, entrando en conflicto con la estandarización de la comunicación a través del periodismo. Su alta mutabilidad trae consigo una innegable inestabilidad del mensaje, y el periodismo en esencia limita el mensaje a lo “urgente” o de interés más “inmediato”; en ambos casos se dejan de lado importantes elementos de la comunicación humana, algo en extremo complejo que no puede resumirse en la pantanosa y accidentada platica de los chats, o en la “objetividad” de los hechos noticiosos. Es ciertamente un momento a la vez emocionante y triste para todo aquel estudioso y curioso de los procesos comunicativos humanos al ver tantas cosas nuevas, al poder tener las herramientas que amplíen su entendimiento, pero al ver perdidos tantos elementos del pasado.
Además, la noticia podrá ser importante al momento, pero se ha
inculcado durante años en la psique de las masas que una vez que pasa “el momento”, pierde relevancia y por ende importancia, aun si el tema en cuestión sigue siendo capaz de generar interés, la calidad de suceso pasado del hecho diluye la capacidad y necesidad de retención de información en las personas como colectivo, las cuales solo ven lo que se les presenta, sin juzgar posibles causas, sus características y posibles consecuencias, es el morbo de la imagen presente alimentando la sed de satisfacción rápida. Sin embargo, aunque fuera de los medios “oficiales y cada vez más en desuso como algo además de entretenimiento o curiosidad, formas menos rígidas pero más sentidas de expresarse se han mantenido, e incluso algunos creativos les han utilizado para llevar un mensaje.
Hoy en día es innegable el poder de convencimiento que un artista
musical tiene, e incluso escritores de novelas son capaces de transmitir ideas, convicciones y valores a través de situaciones homologas de la realidad o quizás solo simples comentarios. A estos tan importantes elementos hay que mantenerlas a flote, que no se ahoguen en la bruma del recuerdo solo por sufrir de “pasado”, hay cosas que deben conservarse y para esto es necesario apelar a algo más profundo de la mentalidad humana: los sentimientos, sin dejar de lado aquello que pueda entretener para así captar la atención y mantenerla más fácilmente. Sobre todo el periodista, el encargado de velar por el proceso comunicativo y su correcto fluir, debe valerse de todas las herramientas posibles para asegurarse de que cualquier tipo de mensaje llegue a todo público posible, y vigilar que el tiempo y demás variables no causen estragos en la permanencia de los conocimientos y la información, ya que somos lo que sabemos.
En la era digital, y tecnológica que estamos viviendo, en los medios
de comunicación del Estado Guárico, se puede apreciar que el lenguaje periodístico empleado por los mismos presenta debilidades en cuanto las características que debe mostrar y las funciones que debe cumplir, tal cual lo señalan los planteamientos de los teóricos. En relación a las características del lenguaje periodístico en estos medios, se encontró una exigua presencia de claridad, sencillez y concisión en la redacción dificultando la efectiva captación del mensaje por el lector. Asimismo, existe abuso de términos en sentido figurado, convirtiendo un texto sencillo en uno confuso, además de alejarse de los principios de la elegancia en la redacción y la fluidez de la escritura.
Es por ello, que se plantea la necesidad de mejorar la técnicas de
escritura por medio de la fusión entre el periodismo y la literatura de manera que la noticia se arrope bajo un velo de perpetuidad del mensaje, que salve nuestros recuerdos del olvido y nos permita avanzar y evolucionar correctamente, pero ¿Pero será la literatura la mejor aliada del periodismo en la era digital? Referencia Bibliográficas
Castro G., Óscar y Posada G., Consuelo. Manual de Teoría Literaria.
Colombia: Editorial Universidad de Antioquía, 1994.
Fernández, Gonzalo (2002).Como Escribir Correctamente. Madrid, España
Grijelm Alex (2003). El Estilo del Periodista. Barcelona,España:Santillana Watzlawick, Paul. Teoría de la Comunicación Humana. Barcelona: Editorial Herder, 1985.