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REVISTA DE TROPAS

COLONIALES ^

DICIEMBRE
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LAS PRIMERAS NIEVES
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viceversa, diario; de Algeciras para gona, Valencia y Alicante para todos
Tánger y viceversa, diario; de Cádiz los puertos de Baleares y viceversa.
, para Tánger-Ceuta y viceversa, se- Servicio mensual entre Marsella-Pal-
manal; de Cádiz para Tánger y vice- ma de Mallorca-Argel y viceversa.
versa, semanal; de Cádiz para Lara-
che, los días 1, 5, 10, 15, 20 y 25 de SERVICIOS COMERCIALES
cada mes; de Larache para Cádiz, los
, días 2, 6, 11, 16, 21 y 26 de cada mes. Línea regular semanal con salidas
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Norte de África, españoles del Atlán-
De Cádiz, todos los domingos a las 15 tico y Cantábrico hasta Bilbao y vi-
horas; de Barcelona (servicio rápido ceversa.-Líneas regulares entre Bar-
quincenal), el jueves cada dos sema- celona-Valencia, Bai-celona-Alican-
• ñas; de Barcelona (servicio quincenal te-Orán y Barcelona-Castellón-Gan
con escalas en los principales puer- dia y viceversa en los tres servicios.
. tos del Mediterráneo yNorte deÁfri- Líneas regulares de carácter semanal
ca), el miércoles cada dos semanas. entre España, Inglaterra y viceversa.

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REVISTA DE TRPOAS
COLONIALES <Í^ Q-^
PROÍ>AGADORA DE ESTUDIOS HISPANO-AFRICANOS
Declatada df utilidad por- R. O. del Ministeiio dt. k Guetra de< 18 d& aíoto de< 1925 (D. O. l 7 8 ) .

Diciembre l926
Época II Número 2¿
DIRECTOR:
E X C M O . SR. D. F R A N C I S C O FRANCO BAAMONDE

Administrador:
J. M:* M I R Ó BERNA!
Redacción y Administración: Apartado de Correos 37.—Teléfono 245, — Ceuta

SUMAMIO

TEXTO

"Facetas del Protectorado», Francisco F R A N C O , paé- 2.65.—Notas de!


Carnet dp un antiguo Oficial de África»,F. del R O S A L , paá, 267.-«No<
tas del Rif, Al mareen de unas acuarelas», VI, A. M. de la E S C A L E -
R A , p a é 279.—"El lAterventor y la función interventora en la kabila».
Cándido L O B E R A , paé- 272.— Los consultorios indígenas de la Zona
de Melilla», Tomás O L I V E R , paá- z74. — «Antoloáía de poetas árabes,
durante la dominación musulmana en España, III», M- G A M B R A . p a á .
278. — «Conferencia Imperial de Londres^', Tomás García F I G U E R A S ,
pag. 281.—«Actividad militar en Marruecos, Zona Española. Acción
sobre la kabila de Beni-Lait», L.M., paá- 283. —«Ecos», J. S A N T í L L A -
N A , paé- 28S.—«Dinastías Cberifianas,» «El Sultán Muley Ismail»,
E. González J I M É N E Z , paá- 288. —«Carta ABierta». Cap. G A M -
BETTA.—«Revista de libros», J O . C . — «Resultado de la campaña rea<
"lizada por las tropas españolas de protectorado de Marruecos, durante el
año l926, con plano y estadísticas (en plana suelta).

GMÁFICO

«Primeras nieves», portada. «Proverbio musulmán». «Acuarelas de


Snada», por M. B E R T U C H I . — «Marruecos pintoresco; U n rincón de
Tetuán», Foto CarbonelL — «España m.usulinana: Ronda, Jardines de la
casa del Rey Moro», Toto Ros.—-Otros oriéinales fotoéráíicos

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Facetas del
Protectorado

L AS hrilliintes ü])eraciones militares de los dos años últimos,co-


i-oniulus ])or el viaje del Oeneral Sanjurjo atravesando toda la
Zona del Protectoi-ado con u n a reducida escolta, vienen u n a vez
E l carácter y costumbres indígenas, t a n variados en los dis-
tintos territorios, y a se trate de kabilas pacificas y de antiguo
sometidas, y a de otras m á s rebeldes (árabes o islamizadas) o de
más a confií'niar nuestros asertos: de q u e la acción militar activa aquellas bereberes, q u e j a m á s reconocieron autoridad alguna, y
e inteligente nos daría en corto plazo el territorio conquistado... en las q u e la palabra Majhzen suena a algo incapaz y desprecia-
Y a apenas quedan focos por apagar y la paz es un hecho en Ma- ble, requieren en el I n t e r v e n t o r conocimientos distintos, y condi-
rruecos, sin int(>rmediai'ios costosos y traidores; los caminos se ciones especiales de serenidad y tacto exquisito, que n o s g a r a n t i -
recorren sin temor a agresiones, y a u n de noche se a v e n t u r a n sin cen q u e en su labor h a de ser coronada por el éxito.
peligro j i n e t e s y peatones poi- las sendas y pistas del antes indó- L o s moros, por su tradición y costumbres, están h a b i t u a d o s
mito territorio del Rif. a gobernarse ])or hombres hechos y sentados, cuyas barbas h a n
Kl desarme de las kabilas, muy adelantado, y que en los mo- blanqueado los años, y recelosos del Majhzen m i r a n con renaro
mentos present(>s ])odemos di'signar con el nombi'e de desafine todo lo q u e de el emana. El asignarles en estas condiciones inter-
parcial, p o r haberse recogido en la mayoría de las kabilas las ar- ventores nuevos de pocos años y escaso grado, es llevar l a m i t a d
mas que p a r a someterse entregaron; h a de convertirse en brevej del camino perdido. ¡Cuántas veces h e escuchado de labios de
en progresivo y total. L a b o r lenta, pero segura, de perseguir ar- prestigiosos Caides al h a b l a r de un Oficial interventor inteligente,
m a m e n t o s e imponer severas sanciones a sus ])oseedores..., preñada pero m u y joven!: «Si está bueno, pero chiquito, estar todavía «mo-
de dificultades, por ser el fusil ])ara el moro ati'ibuto de vii'ilidad, c h a d l o » , como quejándose de su falta de esperiencia. Y la verdad,
el sueño de toda su vida, del q u e sólo se desjH'ende por la fuerza. poca esperiencia es la de un Teniente de veinte años para interve-
Tres h a n sido en Mai'ruecos los orígenes del a r m a m e n t o ; el nir u n a kabila o aconsejar a un kaid. Dentro de los mismos adua-
])erdido en combates y emboscadas, el llevado ])ÜI' desertores \' el res pierde prestigio el viejo kaid q u e ven aconsejado o interveni-
introducido por el contrabando. Kl primero desaparece al paeili- do, por u n joven de pocn experiencia.
carse el territorio; el segundo perdurará mientras existan deserto- L a s razones arriba expuestas, aconsejan un tacto especial en la
res, y el tercero, antes m u y considerable y ejercitado en todas las elecoiüu de I n t e r v e n t o r e s , QUE A LAS C U A L I D A D E S D E E X P E R I E N -
fronteras, es h o y eventual y escaso y desajiarece con las cabezas CIA, ACTIVIDAD, FIRMEZA, PACIENCIA, ENERGÍA, .JUSTICIA Y CA-
visibles de la rebeldía, siendo su centro Tánger. X'igilemos pues BALLEROSIDAD, HA DE UNIR AQUELLAS OTRAS DE GENEROSIDAD Y
los últimos orígenes y nos evitaremos para el jxu'venir desagra- SI.\IP.\TIA q u e el (leneral L i a u t e y , creía indispensables p a r a aque-
dables sor])i'esas. llos q u e h a n de intervenir en la política indígena. Estas cualida-
Desai'inado el país, cuando terminan de h a b l a r las armas, en des unidas al conocimiento completo de las costumbres y lenguaje
los m o m e n t o s en q u e el Kjército de operaciones se i'educe, después del país, son las q u e h a n de adornar al futuro interventor; v son
de darnos pacificado el territorio del Atlántico al Muluya, es más fáciles de encontrar, en el Ejói'cito, entre los C o m a n d a n t e s y
cuando se abre el cam])0 a la organización, a la política y a esta- Capitanes antiguos y con práctica del país, que entre los Alfére-
blecer las bases o j a l o n e s del verdadero protectorado. S o n estos ces y Tenientes.
los m o m e n t o s m á s delicados, en que al colocar los cimientos de No basta solamente para el éxito de la política ([ue el inter-
la obra futura, es necesario t e n g a m o s siempre presente la historia ventor r e ú n a las condiciones expuestas, a u n q u e contribuya m u c h o
de n u e s t r a actuación pretérita, y aprender en ella, QVK LO QUE a ello, es necesario, como t a n t a s veces h e repetido, q u e se deter-
TAX BHIU.ANTJÍ.VKNTE f'ONQClSTAX LAS AliJíAS. ITEDK PRHUEliLO m i n e n sus funciones con toda claridad, que se la den n o r m a s po-
lAEUÜ. UNA MALA n>OLITl('A. líticas q u e seguir, y q u e no se escuchen j a m á s aquellas frases
L a p e r m a n e n c i a en Marruecos de u n crecido Ejército d e ocu- entre Interventores; me marcho por q u e no estoy conforme con la
pación, h a creado un comercio y bienestar ficticio, al q u e seguirá política que hoy se sigue; mi política es tal o cual Es decir, q u e la
u n a crisis grande, cuando se repatrie u n a g r a n p a r t e y queden política g e n e r a l m e n t e era personal y resultado de las felices ini-
solamente los efectivos indispensables para g a r a n t i r el orden y ciativas de los Oficiales interventores.
la paz. Cuando m á s estudiamos este extremo, m á s necesaria se pre-
A esta forzosa crisis h a de a c o m p a ñ a r el malestar de aque- senta la reglamentación de las funciones del Interventor; su vida
llos que directa o i n d i r e c t a m e n t e se lucraban fácilmente con los de relación dentro y fuera de la kabila, sus deberes y sus atri-
millones q u e el Ejército dejaba; y so hace necesario, a d e l a n t á n - buciones; y para el porvenir, que solo exista u n a política fija
donos a los acontecimientos, q u e antes quo ese m o m e n t o llegue, e invariable, dentro de lo cual, campo sobrado tiene el interventor
se enfoquen las actividades del protectorado en el sentido de para sus iniciativas...
crearle u n a vida propia, poniendo en explotación sus fuentes n a - De las cualidades morales del I n t e r v e n t o r n a d a queremos
t u r a l e s de riqueza... Si HASTA E L P R E S E X T E S E HAX E N G E N D R A D O hablar, pues esenciales h a n de ser en quien la kabila tiene pues-
MUCHOS INTERESES AL CALOR DIC LA lll-E,RRA, VA ES HORA ])E QUE tos sus ojos, dispuesta siempre a justificar con sus defectos las
I^OS CREEMOS AL AJIl'ARO DE DA PAZ.,. faltas de las tribus.
N u e s t r a Z o n a por su reducida superficie, su extensión geo- Si el I n t e r v e n t o r h a de reunir t a n excelentes cualidades, n o
gi'áfica, al sei' b a ñ a d a en g r a n parte por el m a r L a t i n o v poseer ])odremos conseguirlos y retenerlos, si n o tiene a su vez u n a com-
las p u e r t a s del África Occidental, puede organizarse en forma tal, pensación a sus sacrificios y desvelos. Todos cuantos premios de
qvie c o n s t i t u y a para E s p a ñ a u n legitimo orgullo y un modelo en constancia o remuneración so les asigne m e parecen pocos si r e u -
pequeño de colonización y protectorado; pero p a r a alcanzar este nen las condiciones a p u n t a d a s ; cuyo gasto, aparte de insignifi-
grado, es preciso c a m i n a r con pasos firmes después de efectuado cante, n o debe asustarnos, p u e s l a calidad de los interventores es
u n estudio a fondo del país y de sus necesidades. la m á s firme g a r a n t í a de paz; ¡y la guerra es t a n costosa!...
A l t r a t a r de la organización del protectorado, al estudiar a Medida t a m b i é n m u y conveniente y q u e a u m e n t a r í a el campo
grandes rasgos los problemas q u e requieren m á s p r o n t o remedio, de interventores para su elección seria el fomentar m á s la ense-
forzosamente h e m o s de estudiar el I n t e r v e n t o r de las kabilas, que ñ a n z a del árabe y del s h a l h a entre l a oficialidad, estableciendo
constituye en si, la célula de la organización política; y a u n q u e fuertes ])remios en metálico o t a n t o por ciento de sueldo a los q u e
m u c h a s veces lie tratado extremo tan importante, creo necesario dominen el idioma, siempre q u e lo aprovechen sirviendo en indí-
el insistir en m i s razones p o r considerarlas beneficiosas p a r a la g e n a s o intervenciones.
obra futura. Son t a n t a s y tan variadas las misiones en q u e el I n t e r v e n t o r
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está llamado a mediar o vip;ilai', que cada dia se señala más la ciones climatológicas de cada Tíegión, posibilidad de riegos, etc. Y
necesidad de unos cursillos de interventores, para aquellos que si el colono o los indígenas no encuentran desdo los primeros mo-
llenando las condiciones antes apuntadas aspiren a intervenir en mentos quien les oriente y aconseje, se desanimarán y caminarán
la vida indígena. a ciegas o volverán a sus arados primitivos y a su rutina, sin vei'
Si estudiamos a su vez el cuadro de la vida marroquí, a pri- las ventajas de la civilización, ni del Protectorado.
mera vista encontramos que las aficiones del indígena son emi- Por otra parte el indígena rutinario y apegado a la tradición
nentemente agrícolas y pecuarias. El moro es un gran amante necesita ver por sí las mejoras y ventajas de los cultivos para
del campo y de la agricultura, pero pobre y rutinario, trabaja mal ai'i-ancarle de su apatía y cambiar su marcha. No están tan lejos
la tierra, y con su rudimentario arado, apenas araña el terreno para aquellos días en que la 4.' Bandera de la Legión en Üad-Lau, la
la siembra. Su pobreza le impide poder cultivar sólo que unapeque- 5.' en Xauen, y la de Depósito en Riffien, organizaban huertas y
ña f)arte del terreno que posee, y para ello muchas veces con el granjas que causaban la admiración de los indígenas despertando
grano prestado por el Kaid o jjersona más acomodada y con usu- e7i ellos el deseo de mejorar sus tierras y ganados.
j-ario interés. Esta labor agrícola y pecuaria debe ir directamente enlazada
Sus grandes aficiones son los rebaños y el pastoreo, pero ig- a las intervenciones, que en cada kabila, será la encargada de
norante y apático, ve empobrecerse sus especies por las malas aconsejar, prevenir, prestar el grano o las simientes, lograr de la
condiciones de vida y falta de selección en los padres. Esta afi- Sección los sementales, etc. etc. Lo que al mismo tiempo, seria en
ción, les exije grandes extensiones de terreno para el pastoreo, el Intei'ventor un resorte de mando en la kabila que le captaría
tierras descuidadas e incultas f|ue la jara y el ¡jalmito acaban por voluntades facilitándole su gestión.
cubrir. Esta Sección o Dirección agrícola y pecuaria facilitarla gran-
Al indígena le mueve más el interés que el sentimiento, y ni demente en el protectorado la labor contributiva; enterado de las
queremos retenerlos, ni deseamos mantenerlos alejados de las necesidades y rendimientos agrícolas puede oriientar e informar
armas, es necesario que fomentemos y encaucemos en debida al mando en todas las cuestiones económicas o fiscales que ten-
forma sus aficiones, educándole en el cultivo de la tierra, ayudán- gan relación con las tierras o ganados, necesidades y distribución
dole con préstamo de grano con un reducido interés, regalándole de préstamos o simientes, concesión de moratorias a los agricul-
simientes; enseñándole los cuidados que requieren los rebaños, la tores, en casos de pérdidas de cosechas o presentación de plagas,
selección de los padres con sementales apropiados que debe haber y cuantas medidas exigen en los tiempos modernos asuntos tan
en las Oficinas de policía de cada kabila, la selección y mejora importantes de la vida de los pueblos.
de sus gallinas y huevos. El llevar a la práctica estas medidas, exige un insignificante
Esto requiei'e el organizar en el jíroteotorado una sección de esfuerzo económico en los gastos del Protectorado, ya que la
agricultura, pero no sobre la base a que van a las colonias muchos mayoría de estos gastos son reintegrados con creces, en el aumen-
funcionarios: pingües sueldos y vivir bien, sin preocuparse de lo to de riqueza y produción, en el interés que aunque pequeño el
demás; sino a trabajar con afición y entusiasmo, a educar a los in- préstamo produce, en el aumento enorme en la recaudación de
dígenas y futuros colonos, a ensayar cultivos, a diotar instruccio- t r i b u t o s , y RN EL T A S GRAKIJE V l!R>rr.\'RR.\DOH DK AFIANZAR LA
nes para las siembras y a dirigir las granjas experimentales que PAZ EN NUESTRO TERRITORIO.
en Melilla, Rif central, Tetuán y Larache deben establecerse, y
donde los colonos españoles y moros reciban sin difioviltades ni Francisco FRANCO.
desplantes toda clase de facilidades; simientes, consejos, ejempla- Madrid. 18 noviembre 1920.
res vacunos y avícolas baratos, etc. etc.
La agricultura que es la verdadera riqueza de los países, y de NOTA.—En el próximo número estudiaremos otras necesida-
este la principal, exige un detenido estudio de los terrenos, condi- des de nuestro protectorado.

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U A 2 A N - — Fuerzas francesas desfilando ante oficíale/ españole/ condecorado/
con la cruz de Guerra -^

N o t a s del carnet
de u n antíéuo oficial
de África

I f l J r A cambiado radicalmente de aspecto el problema de Marrup. che el terreno de un modo admirable. Svis reservas las consti-
JL J L OOS. La sucesión de gobiernos, sin criterio fijo, la antipatía tuían hombres sin fusil, armados con palos, con gumías, y de este
con que se miraba desdeEspaña un problema al que no se le veía el modo, cada herido o muerto era inmediatamente reemplazado
fin, a pesar del apoyo inconmensurable que le prestó en ocasiones por otro, que se hacía cargo de su fusil y de sus municiones. Con
la opinión pública, y la sangría suelta por último, que representa- lo que, tenían siempre en fuego el mismo número de fusiles
ba esto en sangre y dinero, hicieron que todos los gobernantes tra- ¡era una reserva ideal!. En los repliegues nirestros, se echaban en-
taran de soslayarlo, que los gobiernos solo atendieran a ir tirando, cima como chacales, y así hemos tenido en ellos un tanto por
a salir del paso, viniendo a ser por último pesadilla nacional. ciento muy grande de heridos de gumía.
Una buena piarte de cvilpa, justo es confesarlo, nos alcanza a A esa gente comenzamos oponiéndoles tropas perfectamente
nosotros, precisamente a nosotros por no haber sabido aplicar bien regulares, perfectamente organizadas, llenas de entusiasmo la
los principios fundamentales de la guerra; por no haber acertado oficialidad y de valor la tropa, del valor legendario de nuestros
con la modalidad de ella; por no haber tenido tampoco una orga- soldados, pero nada adiestrados en este género de guerras, ni éstos
nizaoióu adecuada, en armonía con los métodos combativos del ni aquellos. Y por eso a pesar de la enorme superioridad numérica
adversario; por no tener en cuenta las condiciones de éste. nuestra, a pesar de ser infinitamente superiores nuestros me-
La guerra, como arte que es, no puede estar nunca sujeta a dios de combate; a pesar de nuestra voluntad y de niiestro gran
reglas fijas e inmutables; no pvieden darse más que orientaciones, espíritu, no se pudo sacar a tan excelentes elementos todo el ren-
basadas en los ejemplos de la historia, en los estudios de las cam- dimiento que se debía.
pañas; como no es posible tampoco darlas para la pintura, ni para Los métodos de combate seguidos en esta época por nuestra
nada que represente arte; con esas pirimeras reglas, surge des- parte eran: Una línea desplegada, la reserva, la reserva de la re-
pués el artista, el Napoleón, el Murillo. Y ese ha sido nuestro serva, tropas de apoyo...; ¡como en la Gran Guerra! Y en resumi-
error primordial, tomar las orientaciones por reglas fijas, aplicar das cuentas disparando, fusiles en fuego, una pequeña minoría.
la escuela de Cuba y Filipinas los que hablan estado en ella, y En el frente rebelde, una linea, muy tenue, muy móvil, muy
las de las gueri'as estudiadas en los libros, los que no habíamos maniobrera, blanco fugaz para la Artillería, enemigo que se fil-
hecho ninguna de las anteriores. Y la guerra, tiene caracteres traba por todas partes, que hacia certeros disparos sobre la masa,
distintos en los diferentes territorios y hasta en las distintas épo- y que nos ocasionaba multitud de bajas, aun en el caso de salir
cas dentro de un mismo país. victoriosos y no hablemos en el otro, en el de un revés, porque
En África mismo hemos tenido ocasión de apreciar esto. No las consecuencias ya hemos visto que han sido lamentabilísimas.
ha sido igual la guerra a jjartir del año 21, que la de períodos Pues, ¡y los zocos!; es casi otro axioma guerrero» batir los
anteriores; ni tampoco lo mismo en el territoi'io de Melilla que en grandes núcleos enemigos, la destrucción del adversario». Está
el de Larache, en donde varían por completo el terreno y las con- llena la guerra de África de descalabros por este dichoso axioma;
diciones del enemigo. nos íbamos a buscar los zocos, los núcleos de gente, y el enemi-
En sus comienzos, la campana de Marruecos, fué una guerra go, sin Artillería que proteger, con su enorme movilidad, con su
de guerrillas, de partidas de guerrilleros feroces, que se pegaban instinto guerrero, reunido todo, se desparramaba, se filtraba por
al terreno, que lo defendían palmo a jjalmo, de gente fanática en todas partes y las masas nuestras pronto tenían enemigos en el
su religión, en sus costumbres; de gente familiarizada con la frente, en los flancos, en la retaguardia; y enemigo invisible, ene-
guerra, con su fusil. Sus enlaces, eran hogueras que coloca- ]uigo que se acoplaba al terreno, que en un momento nos ocasio-
ban durante la noche, para reunií'se. Sus municiones, al prin- naba una enormidad de bajas; bajas sin saber de donde venían,
cipio escasas, pero jierfectamente a])7'oveohadas pues no hacían muchas veces en orden cerrado, sin tiempo ni de desplegar.
más que fuego de ventaja sobre segLu-o, aprovechando día y no- Más tarde, fuimos aprendiendo en época, primero del Gene-
a67
rai Jordana, figura en África, que no se nos olvidará; sé ílevaBá la El terreno tambiéii les fué favorable; bosque espeso en algu-
cuenta de los zocos, precisamente jHira no operar en ese día y se nos sitios, bosque bajo en otros, montañoso en todos; la retirada
lanzaba por delante una cortina de Policía, de aquella Policía fue muy dura, por la dificultad en los despliegues, en adoptar los
que dio tan excelentes resultados, que ocupaba las posiciones de dispositivos adecuados a estos combates retrógrados; máxime
noche, siguiendo los mismos métodos combativos de los rebeldes, cuando a nuestro paso, las cábilas que habían sido amigas se nos
con esa astucia y fino iiistinto de guerra de esta raza guerrera levantaban en armas, y surgian enemigos de todas partes.
por excelencia; y al amanecer, se encontraban ya con el «hecho Eué preciso un verdadero derroche de valor, por nuestras tro-
consumado»; aún disparaban algunos disidentes,pero pronto, con pas; que con sangre escribieron una de las páginas más brillantes
el fatalismo de lo que ya no tenia remedio, porque «estaba escri- de la Historia, y un derroche de inteligencia y de valor también
to», se acogían a la Oficina de Policía establecida, acataban al por parte del Alto mando, del valor más difícil, del valor de la
Majzen, y se había realizado la operación con escasas bajas y con responsabilidad, para cambiar los moldes sobre la marcha, ha-
poco esfuerzo. Esto costó trabajo aprenderlo, nos costó muchas ciendo caso omiso de todo y establecer después una barrera, luia
])érdidas, pero se aprendió al fin. línea racional; hasta llegar más tarde al actual estado de conso-
Hasta la aparición do nuestras primeras fuerzas indígenas lidación.
hemos luchado con desventaja. Nuestro soldado, por sus excelen- ]?eplegadas las fuerzas a la línea fuerte, aun quedaba la con-
tes condiciones, poi' liaber sido constantes en nuestra Patria las solidación de esta linea que había de jalonar con posiciones sóli-
luchas, por haber dominado al mundo entero, es un soldado das; colocar después columnas volantes en lugares apropiados;
aguerrido, fuerte, valiente, incomparable, no solo para guerras distribuir las fuerzas Jalifianas, que era preciso crearlas previa-
regulares, sino para guerra de guerrillas también; como lo de- mente, pues estaban en un estado total de jdesorganización y
muestra nuestra historia, nuestro pasado del que todos estamos asignarles su verdadero pajjel; organizar las iiíítei'venciones y co-
orgullosos. Pero nuestro soldado es confiado, lo somos nosoti'os menzar a funcionar de nuevo la política, asentada sobre cimiiui-
también y en este país, no es posible confiarse a nada; es preciso tos más sólidos que los antiguos.
por el contrario estai' siempre vigilantes, siempre alerta, siempre
En el período de consolidación de la linea se distribuyen las
dispuestos a i-epeler la agi'esión con la agresión, si no queremos
fuerzas Jalifianas, copiándolas convenientemente, para que en
sufrir serios contratiempos, jjorque el eiíemigo no dvierme, porque
cada sector hubiera un núcleo importante de ellas; las Harkas
el enemigo tiene esa paciencia musulmana para madurar sus gol-
ocupan también su puesto en las cábilas con misión de embos-
pes, observando un día y otro día nuestros servicios para aprove-
cadas, conjuntamente con las íilehal-las en los sitios mar-cados yov
char siempre nuestros yerros, nuestros descuidos, nuestros aban-
las Intervenciones, con arreglo a las noticias que hay del campo.
donos.
Poco a poco va renaciendo la ti'aiujuilidad y va convenciéndose
A pai-tir de nuestro desastre del 21 en el territorio de Melilla,
el enemigo, ensoberbecido de ayer, de la inutilidad de sus es-
varió radicalmente la oi'ganización y el modo de combatir de los
fuerzos y de sus intentos, ante una coi'tina de posiciones que no
rebeldes. Abd-el-Krim asiunió el mando, lo centralizó todo, orga-
cede, porque está pei'fectauumte apoyada por núcleos que han de
nizó unidades y servicios y quiso oponei'nos un ejército en regla;
salirle al paso.
no cabe duda que fué un grave error pai-a él y sus partidai'ios. l'na
guerra irregular, como la que había, hubiera durado miudio más Por eso hasta que no dan comienzo las operaciones de cola-
estando de su parto como estaba el terreno, y teniendo municio- boración franco-española, los encu(>ntros con el enemigo, no al-
nes y armas en abundancia, con el inmejorable parque de pertre- canzan la categoría de operaciones y se reducen al forcejeo
chos y armas de Tánger, portillo que han tenido siempi'c abiei'to natural de nuestras tropas Jalifianas en pi-imera línea con parti-
Al desastre del 21, siguió el repliegue del 24. das enemigas; a las que indudablemente se la asigna por el ad-
De tiempo inmemorial en Marruecos, en los pai'tes oficiales vcrsai-io un pajiel muy similar al nuestro.
de las operaciones habidas, estamos acostumbrados a oír, que la En este estado, reducido nuesti'o problema de África al justo
ocupación de una posición ha costado relativamente pocas bajas medio de nuestras disponibilidades, sobi'evino la ofensiva i'ifeña
y en cambio terminada esta, en el repliegue, casi siemjire hemos al frente francés, ofensiva formidable, ofensiva que obligó a
tenido un sangriento epilogo. Esto no ocurre, no suele ocurrir, en nuestros aliados a un repliegue rápido y no estudiado. Ello indu-
guerras regulares, pero en ésta, dada la idiosincrasia, el modo de dablemente ha hecho que tenga solución el problema de África,
ser del indígena, es seguro; no hay que citar ejemplos, porque es pues se vio la necesidad de una gran colaboración de los ejérci-
la regla general. Por eso cuando alguna vez se han cambiado los tos español y francés,
procedimientos, cuando efectuada la operación se han estaciona" Y es aquí donde comienza otra nueva foi'ma de combate,
do las columnas, han podido apreciarse los resultados completa- que se aproxima mucho a una guerra regular, do la que nos da-
mente satisfactorios a nuestras armas. Y es que el indígena, tiene mos perfecta cuenta leyendo las operaciones de colaboración ad-
un gran sentido práctico de la guerra; comprende que en los re- mirablemente detalladas ])or el culto escritor Vial de Moría, pre-
pliegues es donde se puede atacar con más éxito y jamás des- cisamente en las páginas de esta Eevista. Puestos ya de acuerdo
perdicia esta favorable coyuntura que se le presenta de hacer ba- los dos mandos francés y español, se les bate a los rifeños en la
jas, ya que no consiga su objetivo táctico. zona de Laraohe, siguiendo a estas operaciones las del desembar-
Siempre ve en la retirada un signo de debilidad, y ello, con- co de Alhucemas, que fué el golpe mortal para el adversario, la
juntamente con los antei-iores razonamientos, hace que su moral determinante del derrumbamiento del poderío rifeño.
se levante, que se crezca. Después sólo queda batir los pequeños núcleos de disiden-
Fácilmente se comprenderá pues la moi'al que tenia el adver- tes, pero sin descanso, sin esperar el verano; aprovechando la de-
sario en el repliegue del 24, después de haber llevado a cabo presión moral del enemigo. Asi indudablemente lo entienden los
nuestras fuerzas repliegues cruentísimos, en los que, si bien es Generales Sanjurjo y (íoded, que, recientemente, acaban de dar
verdad que se alcanzó a costa de grandes esfuerzos nuestro obje- una batida eficacísima en Beni-Ider y seguramente a estas ope-
tivo táctico, no es menos cierto que fué a un gran precio; que se raciones seguirán otras en Eeni-Aros y donde sea preciso; hasta
necesitó realizar un enorme esfuerzo, que hubo que luchar con acabar con los últimos focos de rebeldía, evitando de este modo
un enemigo crecido, envalentonado, que llevaba a cabo todo gé- que surjan nuevos cabecillas mañana, y terminar en el verano la
nero de empresas con una audacia máxima, ya que se había hin- labor ya iniciada del desarme, de lo que hablaremos en jjróximo
cho la ilusión de arrojarnos de África, alentado ]«.r las jiredica- artículo.
cíones de Abd-el-Krim, ayudado por fuertes contingentes rífenos,
que eran los mismos que habían consumado nuestro desastre de
Anual.
Francisco del R O S A L

H6i
El centro cordial Je Snada, la Zauía, reside al pie Je una palmer
Única, or¿ulli)sa y esbelta...

NOTAS DEL RIF

AL MARGEN
DE UNAS ACUARELAS
VI

D' ji;.iAiiAMos en nuestra anterior crónica a nuestro IjonJadnso


|)i-(')ccr luies])ed, el Clierif Sidi Hamido oí Uassani, afable
y soni'ienle en los umbrales de la casa que ha destinado pai'a alo-
una afabilidad atrayente en grado sumo. Puede decirse que la
dulzura y la benevolencia do esta mirada del anciano cherif Sidi
Hamido, son la esencia misma de su ser; son toda su ánima que
jarnos durante nuestra permanencia en Snada. se desborda, que emana y flota en derredor suyo como una aureo-
El laberinto de callejuelas zigzagueando entre los cañavera- la de bondad invisible, pero innegable. Es como una irradiación
les, las zarzamoras, los espinos y las chumberas, que guardan los de superioridad moral, de virtud oongénita rebosante, de que es-
límites de los encantadores huertecillos, desemboca en una pe- tán dotados los varones humildes y santos.
queña plazoleta—quizá mejoi' una amplia corralada—encuadrada Ahora sonríe casi infantilmente Sidi Hamido, al abrazar a
poi' algunas edificaciones de planta baja rematadas por azoteas. Enrique Arques, a quien por vez pirimera conoció y socorrió, ha-
Son casas de mampostería desnuda, de tipo labriego y muy seme llándose nuestro amigo cautivo y encadenado en la imponente y
jantes a las que hemos visto en Bocoia. La cual corralada produ- hoy desmantelada alcazaba, que a la sazón guarnecían mesnadas
ce la sensación de una quintana norteña con las obscuras portala- del Roghi Bu Hamara.
das de sus viviendas, las recias y ennegrecidas puertas, un tanto Tiene luego para cada i.no de nosotros un saludo y una son-
carcomidas y desvencijadas; con el horno de pan y los haces de risa llena de acogimiento y de franca hospitalidad y de cariñosa
leña en los ángulos; con las bandadas de gallinas y palomas que bienvenida para el bravo y buen Jatabí Solimán, para el siempre
picotean entre el estiércol de las bestias, y a uno de sus costados, sonriente Sid Dadi, para el venerable faki Sidi Alí, que hace sonar
los palitroques que forman el portillo de acceso al huerto. su enorme rosario de cuentas gordas como garbanzos y hasta para
Los chicuelos y los mozalbetes corretean en pandillas y hus- el pequeño, culto y estudioso Sidi Mohammed Ben Alí, nuestro
mean la caravana recién llegada, y tras de las portonas entreabier- infantil compañero de excursión.
tas, atisban las mujeres con curiosidad alborozada, muy femenina Después, Sidi Hamido en pausadas y nobles palabras, nos
y muy universal. brinda la casa y nos pide una larga estancia en ella deseándonos
El Cherif está en pié rodeado de algunos de sus deudos; es sea gratísima. Y él con el regocijo de encontrarse entre sus viejos
alto y delgado y im ]jooo encorvado y huesudo; tiene el rostro amigos y nosotros con la buena impresión de la acogida y el an-
alargai-do y anguloso, con la nai-iz afilada y correctísima, con una sia del blando descanso que nos depai'a, cruzamos el dintel de
levo barba blanca eonuj la nieve y unas tenues melenas, también nuestra nueva mansión, dejando en la corralada el ajetreo de la
de extraordinaria albura, l^ero el rasgo característico de su fiso- descarga del convoy; con las voces y los comentarios alegres de
nomía y sin génei'o ninguno de duda, de toda su jíersona radica los conductores y los ordenanzas, la algarabía y las disputas de
en sus ojos que despiden xma mirada bondadosa y modesta y de los criados indígenas de la expedición y el griterío alborozado de
269
los chiquillos, que como plaga de moscas todo lo tocan y huro-
nean; por doquier rebullen y triscan entre aquel embarazo de
vehículos y cajas, bultos y gentes, pertrechos y armas...
Por las rendijas de los vecinos portones siguen avizorando
caras femeninas, que se escalonan a lo largo del resquicio, casi
hasta tocar el suelo. Las hay de todas edades, desde la senectud
hasta la niñez, y entre todas dejan esoapai' un tenue charloteo
animado, alegre y encantador.
LA U L T I M A E S C E N A DEL D R A M A
R I F E Ñ O -^
La casa que nos depara la hospitalidad, de Sidi Hamido, no
es precisamente un palacio ni mucho menos, pero si es superior
en proporciones y en conforte a cuantas hasta el pi'esente hemos
habitado en el Rif.
Tiene dos patios deslumbrantemente blanqueados y de una
grata sensación. En el primero de ellos, inmediato a la entrada,
hay una abundante cisterna de agua potable, clara y fresquisimii.
que se alimenta de una noria próxima por encalados canalillos. El
segundo, es más íntimo y recogido y a él dan frente por frente
las dos mejores piezas de la vivienda; en la más amplia de ambas,
somos introducidos de primera intención para nuestro descanso v
para que nos sirva de comedor.
No está nuestra estancia lujosamente decorada ni amueblada
pero de todos modos, contrasta con las frías salas de enjabelgadas
5^ desnudas paredes que hasta el presente nos han albergado. Por
el contrario, ostenta toda la decoración y toda la tapicería usual
entre los indígenas medianamente acomodados. A todo lo largo de
la habitación, estrecha y larga, según fórmula de la arquitectura
indígena, corre un diván de mullidos colchones de lana, recubier-
to de tapicería y de tejidos polícromos, al cual sirve de respaldo
un \a.i'go jaiti o albenda de arcadas multicolores, que viste la jia-
red a modo de alto zócalo. El suelo luce abigarradas y gruesas al-
fombras de lana de Rabat o deMarrakex,y en ambos testeros meno-
res hay dos espléndidas literas o cabinas, con holgadas y vistosas
cortinas, anchos colchones y lujosas guarniciones y coberturas.
Por encima del jaiti, se alinean en las blancas paredes, hasta ocho ' Sidi Hamido
o diez espejos pon marcos de cristal grabado y azogado.
En la tapicería de la sala, que como antes decía, no puede portancia histórica que a nuestro alojamiento lian dado las últi-
calificarse de suntuosa, alternan incongruentemente las sedas, los mas escenas del trágico y sangriento embrollo del Eif.
damascos y las lanas de Marruecos, con las cretonas y las telas de Sidi Hamido nos habla de los últimos días de la ilegítima sobera-
algodón estampadas; mezquino producto de la industria europea nía deAbd-el-Kr¡m;pero su ingénita bondad y su cordial benevolen-
y misero sustitutivo en nuestra civilizada y cultísima pobreza. cia tampoco ahora le abandonan, ni aún en este caso, para halagar
Lo cierto es, que ]io siendo nuestro albergue uno de esos so- nuestro presumible encono ni nuestro humano ensañamiento de
ñados y fantásticos palacios musulmanes, a nosotros casi nos vencedores; ni tan siquiera para desbordar su justificado rencor
sobrecoge su magnificencia, que, por ley de relatividad, así nos contra quien impíamente le despojó y pretendió humillarle. ¡Cuan
parece, e íntimamente nos entusiasma y no nos conmueve por la distinto este anciano varón de todos los espontáneos y locuaces
regalona comodidad que amorosamente nos brinda... narradores de la caída del Roghi, durante estos dias tantas veces
escuchados por nosotros!
Y mientras nos sirven el té de ritual, insustituible en la hos- Habla Hamido de Abd-el Krim con la nobleza y la considera-
pitalidad marroquí, que está lujosamente presentado y exquisita- ción al caído con que se jjodría hablar de un hermano extraviado
mente adicionado con las ])astas, los didces, los almendrados y y calavera. Tiene su narración un acento de magnanimidad para
alfajores de rigor en las casas do distinción, Sidi Hamido, siempre con aquél, tan lienévola y generosa, que empcqucriece más y más
sonriendo bondadosamente, y luego de iiacer votos porque nuesti'a al misero cabecilla y nos dá la justa medida de la orgullosa indi-
])ermanencia en su casa nos sea grata y la hagamos nosotros más ferencia con-que, aun en sus mejoi'es días, le consideró el cherif.
duradera do lo prometido, nos relata y nos dá a entender la im- Sus bondadosas palabras de olvido, la absoluta ausencia de rencor
en su modo de referirse a Abd-el-Krim. reducen la hincha-
da flgui'a de este en tales términos, que en lo más intimo
del.corazón nos avergozamos como españoles, de tanta y
tanta tinta derrochada y tantos discuj-sos y tantas perora-
ciones en torno de este hombrecillo, que en los labios del
anciano cherif queda reducido a un aventurero vulgar,
tosco, envanecido y desorientado, a quien lamentables cir-
cunstancias—sin excluir las que se produjeron y crearon
en nuestro propio jjais—llevaron muclio más allá de sus
islanes iniciales, de sus ambiciones prístinas y d(> su ca-
pacidad directora. De no ser por ellas, otro hubiera sido su
final y otra la solución que al jjroblema rifeño liabria
cabido.
Pero lo ahora interesante, es que estas humildes cor-
tinas de .cretona rameada, que a falta de otras más suntuo-
sas guardan la enorme y árabe puerta de esta larga estan-
cia, donde la dulce voz del noble Hamido nos habla tan
serena y pausadamente, fueron para la larga y negra trage-
dia del Bif, como el pesado y lujoso telón de boca que al
Las Kuettas de Snada Foto Albalat. final del último acto, tras la emocionante e inesperada
27o
escena del desenlace, cae pausadamente con lenta solemnidad preciativamente te llamó el otro cherif, el de Tazarút, cuando,
raagestuosa, mientras el ánimo de los espectadores aun aletea moribundo, te predijo el fracaso.
palpitante, sobrecogido y angustiado. Hasta que un hondo
respiro, un ¡ah! inmenso, de descanso ansiado y satisfeclio, se esoa- En la histórica estancia y tras las famosas cortinas, hemos
])a de todos los corazones... gozado de una siesta larga y reconfortante; arrullados por el chi-
l^orque estas humildes cortinas dieron un día entrada a un rrido insistente y adormecedor, con que las cigarras glorifican al
Abd-el-Kr!m que todavía conservalia, al menos virtualmente, sol y al calor de la prima tarde estival. Cuando subimos al terra-
todas las preeminencias y los honores de Sultán rebelde del Rif y do de nuestra vivienda, el sol declina iiacia las montuosidades
al otro día se cerraban definitivamente tras de un mísero hombre- escalonadas y verdosas de Beni-Bu Frah.
cillo, confuso y acongojado, que del brazo de unos oficiales fran- Todo el macizo de la huerta está ya en sombra y de la mara-
ceses, o prisionero de ellos—que en este turbio particular aun no ña jugosa de sus setos y sus lindes, de sus higueras y sus almen-
hemos llegado a ver claro—abandonaba decididamente el Rif, dros, sus naranjos y sus granados, van fluyendo vaharadas de
huía del campo de batalla, abdicando de sus títulos, de su sobera- sombi'a violácea que envuelven y esfuman más y masías líneas
nía y de sus pasadas arrogancias y los matices. Por las cuestas labriegas que cierran el oriente, el
Por lo demás, la escena final fué breve y de una sencillez im- sol se difunde dorado con suavidad de atardecer castellano; pero
])ensada; pero intensamente dramática. Abd-el-lvrim llegó a Snada en los hoscos y rajados torreones de la oasbah, es una indescrip-
ya perseguido por sus mismos subditos de ayer, y pidió amparo a tible llamarada roja, de un rojo feroz, incandescente y deslumbra-
dor. La quebrada linea de sus rotas almenas, como la quijada de
Sidi Hamído; alojándose en esta misma estancia, donde ahora
un monstruo, se destaca encendida y mordiente sobre la fronda,
gustamos estas tazas de té aromatizado.
ya casi negra, de los gigantescos almendi'os.
Ya se había puesto el sol tras los riscos de Beni Bu Frali,
cuando Sídí Hamido acudió a saludar a su atribulado huésped, al Las apiñadas terrazas del ]5oblado tórnanse en anchas pince-
que hizo sabias y paternales reflexiones, conjurándole a poner fin ladas de sombra azulenca, que flotan sobre el vaho cárdeno de los
a aquella guerra sangrienta, a aquel estado de desasosiego, a aque- huertos; v el cielo adquiere ese suave y pálido claror amarillento
lla vida de privaciones, de asedio, de miseria, en que el Rif se veía de los ocasos marroquíes.
sumido por culpa de su ambición y de sus disparatadas pretensio- La zauia triunfa aún de las tinieblas ascendentes; el blanco
nes. Ya nadie quería la guerra, y a partir del desembarco espaiiol morabito, con su kubba nevada por la cal, brilla siempre con una
en Yxdain, su autoridad en el país, no era sino una pálida sombra, cálida luminosidad anaranjada. En la solana de su retiro, Sidi
cadavérica y errante. Hamido platica plácidamente con nuestros acompañantes indíge-
El rebelde aún meditó una noche tras las cortinas de damasco nas. No se porqué, quizá ])or la influencia mística del crepúsculo,
de una de las dos literas, confortantes y acogedoras, que guardan me imagino que su coloquio versa ahora sobre temas espirituales
los testeros de esta sala. Debió ser una larga ])esadilla horrenda y y ascéticos; y eso parecen confirmarlo, tanto el sereno y apacible
aplastante, Ift de esta última noche del sultanato taifa de Abd-el- semblante del cherif y sus pausados ademanes, como la recogida
Krim: con la hórrida cabalgata de crímenes y do injusticias, ase- y religiosa atención de sus visitantes...
sinatos y brutalidades; con la evocación del triunfo traicionero de En el ambiente aletean voces lejanas, con esa lejanía parti-
Abarran; del feroz entusiasmo y las bárbaras alegrías de Annual cular que adquieren los sonidos en la caída del sol, y todo él está
y Monte Arruít; con la vergüenza del martirio lento e inhumano de impregnado de los dulces rumores crepusculares, exclusivos de
nuestros prisioneros; con el recuerdo del ansiado día en que llegó los atardeceres campesinos. Los pastores con sus minúsculos re-
el oro del rescate; con las codicias y las conscupiscencias del baños van adentrándose por las intrincadas callejuelas y hun-
reparto...; los aventureros y los arbitristas que por doquier diéndose con sus bestezuelas, en la negrura de los portones...
Íleo-aban de los últimos rincones del mundo, brindándole halagüe- Y por encima de toda la vega, la palmera única, vencedora y
ños sus valiosos servicios; y luego la diplomacia de las más gran- orgullosa de Sídí Hamído se recorta sobre las primeras negruras,
des naciones que le rendía cortesías insos])echadas y le trataba todavía inflamada de luz y de color; los últimos rayos del sol la
con formulismos protocolarios y etiquetas inventadas para trasforman en un alto y dorado cetro, rematado por la enorme
Jefes de listado... ¡Abd-el-Krim: sólo en llxda fuiste lo que esmeralda de su copa, radiante, verde y encendida. Ciertamente es
soñaste ser y no quisiste o no supiste seguir siéndolo! ¡Tu avari- el símbolo del señorío espiritual de Snada.
cia de poder te perdió y ya no eres más que un hombrecillo insig- A. M. de la ESCALERA,
nificante v en fuga; eres simjdcmente d hijo dd faki; como des- Snada. l^.eni-Itcf. Agosto 192(5,

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PastorciUo moro. Foto Lázaro.

271
E l interventor
y la función interventora
de las kabilas
C IEN veces exaltamos la funoióii del Interventor de la nación
protectora en los múltiples servicios jalifianos, sosteniendo
que el problema de su foi-mación debía abordarse sin mayores di-
Interventor lia de perseguir la pacificación de los espíritus, secue-
la obligada de la pacificación material.
El régimen de administración directa practicado en la zona
laciones. Del Tnterventoi- depende la consolidación de la paz y la «riental hasta la desventura de 192], ha dejado sedimentos que
pacificación de los espíritus, pues es el agente jwlítíco educador conviene eliminar y doctrinas poco en armonía con la idea básica
de hombres, que ha de moldearlos en la justa medida de la socie- del Protectorado, gobierno de un ]iueblo mediante sus jefes natu-
dad indígena. Por extraordinaria que sea la inteligencia del Alto rales, sin turbarles en sus creencias y hábitos y en su modo de
Comisario, y grande el celo de los Jefes Superiores de la Adminis- vivir.
tración del Protectorado, nada positivo puede lograrse si carece Hay que convencer a rífenos y yebalas de los altruistas pro-
el Interventor de preparación y sus aptitudes no encajan en el pósitos que impulsan a España y demostrarles con hechos, que no
marco donde ha de moverse; si a una cultura general, no aiíade tratamos de arrancarles de su mundo con leyes y reglamentos,
conocimientos especíales sobre los usos, costumbres e idiomas de sino guiarlos y dirigirlos en colaboración con los organismos
los protegidos y en todo momento no demuestra superioridad. populares.
Para ejercer en una Icabila la misión interventora, ]5recisa un Los éxitos o los fracasos, dependen de una buena política in-
estudio completo de su vida social y de sus posibilidades econó- dígena; de la colaboración honesta de los jefes tradicionales cui-
micas. dadosamente seleccionados e intervenidos; de la protección con-
¿Cómo intervenir a los caides, sin penetrar en los organismos tra el prematuro desarrollo y abusos de la colonización; de la su-
tradicionales y en las atribuciones de esas yemaas de diverso misión a particulares disciplinas. El ideal es que el indígena se
grado, nervios de la administración berebere? encuentre en su rasa y no en tierra e.rtrañq.
¿Cómo regular las transacciones inraoviliarias, sin conocer el Esta frase feliz de otro tratadista, reñeja de modo admirable
régimen de la propiedad, sus diversas modalidades y lo estatuido el principal fin que ha de perseguirse.
sobre tierras colectivas? En la historia colonial de los pueblos, hay muchos ejemplos
¿Cómo legislar, sin haber recopilado el derecho consuetudi- demostrativos de perturbaciones y tumultos atribuidos a una
nario? causa que tuvo lenta progresión, dimanante de males que no su-
¿Cómo vigorizar la justicia, sin saber previamente si la kabíla pieron conocer ni ver y que no preveyeron administradores e in-
admite al oadi y prescrijociones del Koran y de la Sunma o por el terventores. Estos, a otras muchas cualidades, han de unir carác-
contrario, rigen las leyes del arfs, de la costumbre y de la tradi- ter, rectitud, voluntad y sobre todo un gran sentimiento del deber,
ción? que desoiga recomendaciones,y dé ejemplo a la autoridad indíge-
¿Cómo estatuir nada práctico en materia financiera, ignorando na; que vive en un mundo donde la dádiva prevalece.
los impuestos seculares de las tribus y su grado de islamización? No debe olvidarse que mientras nosotros evolucionamos a
¿Como dirimir diferencias, sin el detalle de los Zo/'creados través del tiempo, los indígenas son los que siempre fueron y no
por las familias y fracciones y de los Lefs entre kabilas? entienden nuestro dinamismo ni nuestras ideas. Seles inculpa de
El primer paso es la investigaoi(ín del sencillo y al mismo ingratitud y como dicoDuttés«es grave error filantrópico creerquo
tiempo complejo modo de vivir de rifefios y yebalas. Sencillo, haciendo el bien por medios que aun que dichosamente, modifi-
porque se trata de una civilización primitiva; complejo porque la quen la vida tradicional del indígena se atrae su reconocimiento.»
mentalidad europea no comprende concej^ciones do los indigenas, Sucede muchas veces, en el examen de aptitudes del indígena
mal avenidas con las ideas modernas. que ha de elegirse colaborador, que juzguemos con arreglo a
El Interventor ha de saber ante todo y sobre todo cuanto se nuestra mentalidad y es indispensable hacerlo en armonía con la
habla en torno suyo, medíante la posesión del árabe vulgar y de del país protegido, para evitar que a los calificados de aptos, los
los dialectos regionales, única foi'ma de enterarse de las reclama- rechazen por ineptos sus coterráneos.
ciones y de todas las manifestaciones de la vida comunal. Es muy Una de las cualidades, tal vez la preeminente del Interventor,
difícil interpretar acertadamente y muy dado a parcialidades, si es, saber esfumarse cuando convenga. Así se evitan antipatías y se
se utiliza a los indígenas, que astutos y sagaces traducen como cosechan éxitos, presentándose en momento propicio.
conviene a sus jíarticulares intereses o a los del mejor postor. De Nadie ha defendido mejor la función interventora en Marrue-
allí la insistencia de abogar años y anos por el fomento y estímulo cos, que el difunto general Berriáu en sus notables estudios, pu-
de enseñanzas que son el a. b. c. del Interventor. blicados en los números 7.° 8.° de «Renseignements Coloniaux» de
El prestigio lo es todo. Uno de los grandes maesti-os en ma- 1018. Después de ocho años, poco nuevo puede añadirse.
teria colonial Darmester, dice: La unidad en el desarrollo de la política, es base indispensa-
«El principio del Gobierno inglés en la India, radica en el pres- ble de éxito. Sin la coordinación inteligente de todos los medios
tigio. No en el prestigio del decoro, en la pompa externa y orien- de acción, es fácil incurrir en errores de lamentables conse-
tal, sino en el prestigio del hoiubre sobre el hombre. La India se cuencias.
halla administrada por doscientos diputados comisarios, de pode- Las iniciativas particulares, por buenas y acertadas que pa-
res variables en cada provincia, con amplitudes y arbitrismos pa- rezcan, por sanos que sean los móviles que las impulsan y guíen
ra las necesidades imprevistas. Estos hombres, no son eminentes, han de rechazarse pues destruyen labores por ellas ignoradas.
ni genios. Nada de eso. Pero todos tienen el don imperial por na- Es frecuente que un jefe de puesto militar se crea obligado a
turaleza y por tradición. Por naturaleza, son ingleses; es decir, contribuir con su grano de arena a la obra pacificadora y falto de
una raza que en general ama más dar órdenes que recibirlas. Por ínforiues, juzgando por meras impresiones, dé relieve a quien no
tradición son impulsados a esta misión especial de gobernar lo merezca. También son inadmisibles estas ingerencias.
pueblos». El bello ideal seria, concentrar en una mano en territorios y
La función interventora en el régimen de Protectorado tiene sectores la acción política y la militar, como ahora ocurre en el
mayor importancia que la del administrador en el de administra- Sur rifeño; mas exige personal especializado de las diversas jerar-
ción directa. En el fondo son análogas, pero necesita el Interven- quías. Mientras así no ocurra, hay que aceptar como mal menor la
tor mayor ductilidad y diplomacia porque ha de ejercerla a través separación de la acción política y del mando militar. Aquella ha
de la autoridad indígena. de ser única, emanada de la Suprema Autoridad.
Los combates y el derramamiento de sangre, hijos de la resis- La política más hábilmente concebida, fracasa si no existe uni-
tencia, opuesta a nuestra obra pacificadora, mantienen perjudiciales dad en su desarrollo.
estados de ánimo que han de borrarse medíante bien orientada la-
bor, que reaccione a quienes nos reputan de conquistadores. El Cándido LOBFRA.
27a
ESPAÑA * ^
MUSULMANA

R O N D A : Jardine/ de la Casa del Rey moro.


Foto Ros,
Los Consultorios indígenas
de la Zona, de Melilla Q_^

(^s de grandísimo interés bajo el p u n t o de vista h u m a n i t a j i o y so-


E N lii luievii zona Sdinetidií si'lian (ii'2,uniziKlo y fLincioiiiin los
siguientes Consultorios:
A n u a l para BenL-riiohex
cial, va que la viruela es enfermedad que marca con las cicati-ioes
do sus atacados los estigmas de i n c u l t u r a que debe reinar en el
país que permite su existencia. Sin que olvidemos el aspecto h u -
Budinar jiara Tensaraan
manitario tlel |)robleuui, a(iuellos pobres indígenas pidiendo li-
Einzoren para B e n i - r i r i a g u e l
mosna en las p u e r t a s de las Alezquitas'ínvocando a Muley A b d -
I s m o r e n ])ara Bocoia
el-l-Cader o Muley Abd-Selam en cuyas (')rbitas se adivina el globo
S'nada para Beni-llteft
del ojo horriblemente m u t i l a d o sin que se^pueda distinguir si fué
Beni B u - F r a h para licni l'>u-l"rali y ücn! (l-iiiil
la p ú s t u l a de viruela ó el candente hieiro del castigo, el causante
Tai'guist p a r a 1'arguisl
(le atiuella monstruosidad. P o r otra jiarte. imaginatl enfennus de
A u n q u e es preniaíuro hacer dedufciones. sin embargo se ha ob-
viruí^la en las condiciones en que se desarrolla la vida del indigr-
servado que solicitan con veriladero interoís la actuación del iMiVlico-
na y se comprenderá los estragos que producirá en su
H e m o s de citar lo ocurrido en Hocoia; se empezó
organismo ¡ y'^el "número de victimas (jue ocasionará.
a v a c u n a r esta K a b i l a por haberse presentado unos
Cual h a y a sido la lahoi- realizaila no ])uode d<-(i'i--
casos de viruela. Los niños eran llevados ex])on
minarse por (|ue ajienas existen datos de ella.
taneaniente al Consultorio en donde espci'aban
Tenenujs los recopilados por eU.'apitán Méilico
pacientemente les llegara el t u r n o p a r a s(>r
Sr. I'eris director que fué ael Consultorio di'l
vacunados, alcanzando el n ú m e r o de 700 en
Zoc(] del H a d de Benisicar. el que d u r a n t e
el primer mes de haberse sometido. Se ha
los años 1917, IH, 19 y - í 9 2 0 ])restó asisten-
de hacer constar que Rocoia es k a b i l a
cia á iSf) atacados (le \ i r u e l a y auiifiuc el
b a s t a n t e civilizada, que ha mantenido
n ú m e r o no es gi'ande. ha de tenerse en
i'elaciones comerciales con el extranje-
cuenta que solo atendía a las fracciones
ro y, que a d e m a s se n o t a la actuación
de Benisicaí' y Farjana. Sin que se se-
del H o s p i t a l del P e ñ ó n de Velez.
pa el número, se sabe realizó \ a c u n a -
E n términos generales ]iuede/le-
oiones. al igual que su sucesíJiwu el
cirse que el grado de cultura es mas
Cíinsiiltorio, Ca])itán .Médico. Sr. l'Vz;
elevado en esta Zona claramente vi-
después no se lian tenido noticias
sible en sus manifestaciones reli-
de más casos de viruela que dos
giosas, industria, agricultura y co-
])resentados el pasado año en Kajar-
mercio, siendo r u d i m e n t a r i o en el
na (|Lii^ fueron i n m e d i a t a m e n t e aisla-
aspecto de Higiene.
dos. H a s t a la actualidad no se ha
Consta en total la organización
dado n i n g ú n caso en la zona (|iie
Sanitaria de 10 Consultorios Indíge-
jnidierauKiS llamar a n t i g u a y si en
nas y 2 Enfermerías I n d í g e n a s . Se
R e t a m a y como se \'e en el resumen
dispone de una s a l a en el Hospital
i|uc se acoin])aña, se comenzó la va-
Central de Melilla donde se hospita-
cunación en ella alcanzando ya la
liza el indígena paisano que precisa y
cifra jiróxima a dos mil.
quiere este servicio, y de u n laborato
rio en la Oficina Central. ja extinción de la \ ¡rucia eiulc'mica.
sería u n a obra positiva de Protectoi'ado.
Sería de g r a n u t i l i d a d la organiza-
y u n a gloria más p a r a F]spaña en esta
ción del H o s p i t a l p a r a I n d í g e n a s depen-
obra de civilización.
diendo de los Servicios de las Intervencio-
nes, pues esto facilitaría que los enfermos N o daremos detalle alguno de esta enferme-
se hospitalizasen en m a y o r n ú m e r o al saber dad que constituye p a r a estos indígenas una
que solo ese personal encontrarían en aquel li verdadera ])laga, a p u n t a r e m o s el hecho d<' dar-
g a r y sobre todo facilitarían las observaciones ae se aquí con la m i s m a caracteristica (jue se mar-
enfermos \r estudio de enfermedades. En el podrir ca en oíros jiaíses de esta raza, es decir, ausencia
instalarse el Laboratorio. casi absoluta de atacados del s i s t e m a nervioso, (tabes
E n t r e las empresas encomendadas á los Médicos de los Con- y parálisis generali los ])O00S que se han ])resentado no se ha
sultorios en su aspecto higienista figuran las c a m p a ñ a s A n t i v a - ])odido comprobar su ibilencia ])or no {|uerer someterse a las
riólica y Antisifllítica. L a viruela h a existido endémica en n u e s - practicas de Laboratorio. Kn cambio ])redoininan las manifesta-
tra zona de Protectorado, y el hacerla desaparece!' ha sido uno de ciones de piel huesos y visceras.
los ideales de los Médicos Militares desde que se inició su labor de No son de este l u g a r las teorías que existen para explicaí' este
m a n e r a metódica en la asistencia a I n d í g e n a s en el año 1910 en fencuneno que la diferencia de la sifills Eurojiea, ])ero-no se h a d e
que el E x m o . Sr. General Alvarcz d e S o t o m a y o r , estando con su pensar por ello ((ue sea (íiifermcdad (|ue apenas origine translornos
división acampado en el Zoco del H a d de Hení-Sicar. m a n d ó cons- al indígena; \ e a s e la fotogralia que se a c o m p a ñ a de un enfermo
truir un barracón destinado a «Dispensario Médico jjara I n d í g e - de Sífilis terciaria qvie acudía al Consultorio del Zaio (de la colec-
nas», encargando de su dirección a u n Médico Militar de su ción del Capitán Módico Sr. Bj'avo i.
columna. El enfermo acude después de la primera inyección del medi-
Cualquiera que sea la fase de organización y funcionamiento camento con g r a n entusiastno en general, pevn no tiene constancia
de los Consultorios, siempre prosiguieron en su c a m p a ñ a antiva- y en c u a n t o l i a come]izado el m e d i c a m e n t o sus efectos curativos
riólica pero sin u n i d a d de acción y sin constancia, h a s t a que el y el enfermo e n c u e n t r a alivio, deja de asistir al Consultorio. En
R. D. de 20 de m a y o de 1925 reorganizando las Intei'venciones, y la memoria del 2,° trimestre del Zaio, se consigna además, ser las
m á s tarde, al organizar las c a m p a ñ a s Antívariiílica y Antisifilí- mujeres las más c o u s t a n t e s ' e n seguir su i r a t a m i e n t o .
tíca, les dio el verdadero camino p a r a que sea eficaz tal empeño. La imjjortaucia social y hnniauilai-ia de esta campaña, fácil-
H a r e m o s constar que desde el Otoño pasado a la fecha han mente se d e t e r m i n a con solo ivcíjrdaí- los trastoriujs (|ue origina
sido v a c u n a d o s 10.479 n i ñ o s indígenas. D e contiiuuu- así, m u y en los enfennos y las cíjusecuencias para la sucesión. Se dispone
pronto será u n hecho la desaparición de tal endemia y con ello la de material y m e d i c a m e n t o s en a b u n d a n c i a p a r a ella, no existiendo
labor de Protección h a b r á culminado en uno de sus aspectos, el que otro inconveniente y dificultad m a y o r que la inconstancia del in-
í74 . . •
díf^pna en seguir el tratamiento; snlo cnancUi la molestia o dolor R e s u m e n de los servicios realizados en los Consultorios du-
que le produce la enfermedad es de consideración, acude en bus r a n t e el 3.° trimestre. ('!)
ca de remedio, calmado aquel, no se cuida de este y por tanto deja CONSULTORIOS Campaña Vacuna- Asistencia Total
antisifllílica ciones cu f.\ Consultorio
su tratamiento incompleto. Como es medicación que el enfermo
Anual O O O O
busca con gran fe esperamos quede vencida esta dificultad, ])ues Budinar. . , 7 70 ]()5 182
a u n q u e inculta por indolencia, es esta raza inteligente y egoísta M'Talza (Enfermería 1. O O O O
y donde sabe encontrar un bien allí acude con insistencia y asi Beni-]tteft 7 982 468 1457
Beni-Frriaguel. . . . O O O O
lo hai'á en husca de su remedio y se somcterji a la medicación 15eni-Bu-Frach B 1.5(1 206 365
completa en c u a n t o se percate (jue solo así consigue su \'erdadera Ismoren 6 721 164 801
Kadia O O 75 84
curación o mcjoiía.
Tafersit !) 350 451 810
Kxtraotamos ahora la labor realizada por todos los t'Onsul- Targuist O O O O
Zalo I Enferineria I. . . 42 O 624 666
(orlos en el (creer trimestre. Como se ve, a u m e n t a en todos los Zoco el Had 4:5 O 456 4!)9
ser\¡ci(is y haremos constar que entre los m a n a n t i a l e s (¡ue se han
'ro(al; 126 2.27Í) 2..5ÍU 4,í)54
comenzado a estudiar existen dos; uno en l ' l a d - S e t t u t y otro en
Tomás OLIVER.
üeni-Tuzin de a g u a s termales cuvas características se det(>r-
Capitán Médico de lai Intervenciones Militares
IV inarán.
(ij ^us Médicos Directores fueron movilizados con fuerzas indígenas.

Caso Je Sí(ili,5 terciaria. Fnfenncria del 2aio.-Cülcccíón del Capitán l^édico Sr- Bravo.

í7S
PROVERBIO MUSULMÁN

Si te dijeraiv <jue karv visto un caballo volar, pre-


gunta q[ué pelo tenía, y si era alazán., créelo...
Dibujo de M- BertUcJii,
: 11" r '''Mo^íBÉ

ySl¿'••••'• ^ 1
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11

^^K«m'.
MAUUAKEX.-La Palmeix
íMúJKL'Jí, r '533

Foto riandiíti.

Antología de poetas árabes


d u r a n t e la dominación m u s u l m a n a
en E s p a ñ a >^_9
m
IV. INFLUENCIA DE LA POESÍA tra en un antiguo romance español, que presenta al l í e v D o n
ÁRABE EN LA ESPAÑOLA CRIS- J n a n a la vista de (iranada, y en una pcjesia árabe (|ue figura en
TIANA, Y EN LA DE OTROS PAÍ-
SES MERIDIONALES ^ la coleccituí de Al-.\Takkari. A'óase la semejanza.

Xicgan (|uc la huya cjcrciiln IJcnán, Duzy. Milá y Foiitanals, ROMANCE ESPAÑOL
AiiKuioi- (ie lus K!()S y varios o n u ü l u s más. i>n (anto que otros Dice lJ(jn J u a n :
alirnian y (Icinucstrini (|uc se ha ilejado sentir jjrofundainente. (Iranada. si tú quisieses,
FJI Alíale Andrés. sef;'ún Tiknor, sostuvo; «(^UH^SIO uso det;;!' contigo me casaria:
spa^-nudli di \-ei's('^-i;'iare india rima de_í;-li arabi. |)nii dirsi con daróto en arras y dote
l'undamcnid la ])rima origine d(dla moderna jioesia >. a Córdoba y a Sevilla
I'or lo <|U(' a nuestra literatura ])oética respecta, Schak s(^ in- y Jerez de la F r o n t e r a
clina por la oj)iiri(')n añrjnativa, basando su jjarecer en (|ue los que cabe si la tenia.
cristianos que estuvieron sometidos al dominio m u s u l m á n iniozá- (¡ranada, si m á s quisieses
ral)esi y los m u s u l m a n e s que luego lo estuvieron al cristiano i mo- mucho más yo te daría.
riscos o mudejares) conocieron las lenguas de sus dominadores v
creui'on otra vulgar que hablaron todos.
VA Arcipreste de H i t a cuenta sus amoríos con u n a uiora a la POESÍA ÁRABE
que hal)laba en arábigo; y dice que hizo «muchas cantigas para
E n t r e las tierras del mundíi
Judias y moras». (|ue debieron ser .zéijHff:. ya que el metro y la r i m a
(3ranada no tiene igual.
de estas coni|)oaiciones se encuentra en algunas poesías del Arci-
f;(iuó valen j u n t o a ( ¡ r a n a d a
preste; como los de la nurintcjKirjd se liallan en ciertas serranillas
Egipto, Siria e i rae?
del Marqués de tíantillana. A m b o s génei-os, según ya dijimos con
Ijuce cual h e r m o s a novia
anterioridad, eran e m i n e n t e m e n t e ])opulares.
con vestidura nupcial:
Pero aún aporta S c h a k pi'uebas más concluyentes del influjo
A q u e l l a s otras regiones
de la poesía árabe en la esi)añola. Hace notar, por eJem])lo, (|ue
todas su dote serán.
el comj)arar una c i u d a d d e (|ue un conquistado!' anhela apoderarse,
con una novia a cuya niano se asjdra, es imagen difícil de encon- El catedrático que fué de árabe en la Universidad de Sevilla
t r a r en poesías populares occidentales. Y, sin embargo, se encuen- don IJCÓII Carbonero y Sol y el crítico Sr. Valera, encontraron t a l
278
semejanza entre muchos rasgos y pensamientos de las célebres cogiste los tornadizos . „ ;- .. .
coplas de J o r g e l^ranriqíie y los de una ])oes¡a de Abul-Rel;a. que de Córdoba la nombrada.
el segundo tradujo esta última eu el uiismo metro y con la iiiis^ «¡Ay de mi Alhama!»
nía rima. Copiaremos dos estrolas: P o r eso mereces, rey.
De J o r g e Manrique «¡Ay d(í mi Alhama;»

C u a n presto se vá el placer, Alli habló un alfaquí f


cómo, desjnu'S de acordado. de b a r b a crecida y cana:
da dolor, —¡Bien se te emplea, buen rey,
como a nuestro parecer buen rey, bien se te empleara!
cualquiera tiemjMj ])asado «¡Ay de mí Alhama!»
fué mejor Mataste los Bencerrajes
que eran la flor de Granada.
l ' n a pena muy doblada
¿Qué se hizo el lley Don J u a n ?
que te ])ierdas t ú y el reino,
Los Infantes de Arao-(')n
y aquí se pierda (Iranada.—
¿que se hicieron?
«¡Ay de raí Alhama!»
¿(Jué fué de tanto galán
Pues lii(>n: de tal romance nos asíigura Pér(>z (h> 11 ita (pu>
como truxcron? "fiir i'íícrlti) i-ii (ii-(ihii¡íi con ocasión de la pérdida de A l h a m a . y era
tan lastimero y triste en aipud idi(jma. ([ue fué prohibido en (¡ra-
De A b u b l i e k a nada. poi'(|ue cada vez (|ue se cantaba, movía a gran dolor y pesiu' .
¿^ aún podi'á negarse la raigambr<' árabe de nues(i-a poi'sia
l']u todo terreno ser medioi'\-al?
sido ]iermanece v dura Don .\lai'C(dino .Vlenéndez Pcdayo no la m-gó, si bien alirigal)a
el m u d a r algunas dudas.— Pero, con su pers])ieacia crítica, expuso cpu.'la
lo (|ue hoy es dicha o ])lacer solución de cuestión t a n debatida puedí^ v(Miir del estudio del
si'i-á m a ñ a n a a m a r g u r a t'aneionei'o <le Abencuznián. Y ese estudio lo ha realizaibj ya. de
y |iesai' un uKido admirable. Don .hdian líihera. en (d discurso citado ni
principio, demostrando, mediante un análisis ])rofiin<lo y acal)ado
de la métrica, e x t r u c t u r a y lenguaje did Canciimero. (|ue <da (dave
('(Ui sus cortes (an lucidas
misteriosa qu(> e.\-plica (d mecanismo de las foi'mas poéticas de los
l)cd ^'cMneil los clai'os i'cvcs
varios sistemas Úricos did mundo civilizado en la lídad Media, está
¿donde cslán?
en la lirica andaluza, a (|ue peiáeneci; id Cancionero de .Mien-
¿lai (b'mde jos Sasanidas
cuzmán ••.
([lie diiTou tnn saliias leyes
'l'i'ahajos. |)ues. de eruditos han jirobado la intluencia que en
al ii-án?
la ])oesia his])ana ha ejei-cido la de aquíd ])U(dilo g i g a n t e que hoy
Mas he a(|ui (dra pi-neba más dccisi\-a. Pocas personas nlicio-
se halla sumido en la desgracia, como procer envilecido, como
nadas a la poesia desconocen acpud viejo y Ixdlo i'onuuicc ipn
i'ey destrouado.
^ si |)ens;inios en qu(> alcázares, niezipiitas, acmnluctos. lite-
Pascábase el lícv moi'o ,,
ratura, id inmenso tesoro que de los árabes recdbieron nuestros
|)oi- la Ciudad de (li-anada
mayores, fué herencia reservable, que estamos obligados a devol-
di'sdc la puerta de l'dvii'a
ver ahora, nos será fácil olvidar posteriores agravios y traiciones
hasta la de \'i\'ai'ranil)las
—cd i-encor nunca anida en los piíchos hidalgos—para ])oder pres-
«;Ay de mi .Alhama! >
tarles n u e s t r a ])rotección con todo el amor filial y toda la nuse-
Cartas le fu(>ron venidas
i-icordia que merecen (piienes tanto fueron y t a n bajo han caldo...
que A l h a m a ei'a ganada:
!'^)ue no luiy mayor desgracia ipie lialn-r S'KID y no Kcr!
las eai'tas IM'IK'I en (d l'ncgo
\' ;il nuMisiiici-o inatni'u Miéuel Cambra S A N Z .

379
MARRUECOS
PINTORESCO

UN RINCÓN DE TETUAN
Foto artística de Caifconell.
Concurrentes al banc(uete de ¿ala dado pon' el Gobierno inglés en. Lancaster House en. Konor de las representacíone/ venidas a la Asamblea de lo/ Dominio/
británicos. En primer" término de izquierda a derecha: Mr- W- T. Crosérave, el General Hertzoá. Mr. Mackenzie Kiné, Mr- Balwin, Mr- S- M- Bruce,
Mr. J. G. Coates y Mr- W . S. Monroe. Eiv segundo termino, de izcíuierda a derecha: El Maharajá de Buirkenhead, Mr. Churchill y Lord Balfour.—Foto Ortíz-

La Conferencia Imperial de Londre/

L A iniiyoríii de edad de los ])ueblos Jóvenes ligados a la melni


])oli por lazos de colonias, protectorados o en otra forma
tutelar cualquiera, y la ruptura de esos mismos lazos, toman siem-
Rusia, a su vez, cuidaba con esmero la ]n'0])aganda extranjera
y especialmente colonial, buscando, ya lo hemos dicho varias ve-
ces, una repercusión en la Metrópoli de serias dificultades exte-
pre formas violentas: guerras civiles, formación de una conciencia riores, para que, acrecentando el malestar en las clases trabajado-
política ])ropia, que os en sus comienzos forzosamente hostil al país j'as, se hicieran posibles nuevos avances de las nuevas doctrinas.
que ejerce esa tutela, etc., etc. Lograda la independencia, el tiem- Todas estas razones, han determinado en la actualidad una
po se encai-ga luego de sedimentar las aguas revueltas y las serie de dificultades emanadas de las colonias que llegan hasta
virtudes civilizadoras del país más adelantado se manifiestan hacer, en ese aspecto, poco deseable su posesión. Se mantienen y
siempi'e. se procuran acrecentar porque, frente a esas dificultades se alzan
Es esta una ley histórica, de la que los españoles tenemos máximos y vitales intereses económicos y comerciales, juntamen-
reiteradas jjruebas en nuestro dilatado Imperio Colonial Ame- te con las conveniencias derivadas de ima posición preponderante
ri';ano. mundial. Pero la crisis existe y las metrópolis se resienten de ella.
La guerra europea, agudizó la virulencia en las relaciones de Bastará recordar ahora que Inglaterra posee el más grande
las colonias con las metrópolis. De una parte la gran crisis de Imperio Colonial, que registra la Historia, (35,0(10,000 de kilóme-
civilización, que significaba la lucha con inusitado encarniza- tros cuadrados y 450,000,000 de habitantes, o sea, próxiiuamente,
miento de aquellos pueblos que marchaban a la cabeza de los la cuarta parte de las tierras emergidas y de la población de la
demás, tremolando la antorcha del progreso y no vacilando en tierral, que la midtiplicidad de razas, religión, costu-mbres, pro-
dar un mentís rotundo a sus cacareados ideales de fraternidad ducción, etc., es grandísima y que los elementos de su imperio
universal. Colonial presentan toda la variedad apetecilile de sistemas de tute-
De otra, las ideas wilsíjnianas, los célebres catorce jjuntos la, (colonias, protectorailíjs. mandatos conferidos poi' la Sociedad
del soñador, que no enconti'aron eco en las cancillerías de la vieja de las naciones, en sus categorías A. I!, y C , territoi'ios explota-
Europa, pero que arraigaron en los pueblos sometidos a tutela en dos ])or compañías, dominios o colonias autómatas, etc., etc.), para
los que grabaron, como idea básica, el derecho que tenían a go- com])render el interés que reportará a todos los pueblos coloniales
bernarse por si propios. la evolución, en este aspecto, de Inglatera, cuya potencia está pre-
Y finalmente la Revolución bolcheviquista de Kiisia; que cisamente basada en su mismo imperio colonial, cuyas colonias
aunque en la pvktioa resulte una diotadvu-a más, en teoría signifi- son tentáculos aferrados a las tierras de todos los continentes.
caba la caída de los princi])ios capitalistas, de las aristocracias, lis cierto que la Conferencia Imperial de Londres ha estudiado
de los im])ei'ialismos que hacían posibles las luchas fratioidas... solamente ])or su ])ro])ia índole constitutiva, las cuestiones relati-
Todos los pueblos jóvenes, acogieron el bolchevismo como un vas a las colonias autónomas, pero no lo es menos que tales cues-
ideal de liberación, aceptaron, sin asimilarlos, sus principios y ti(jncs son las más graves, ])U(^sto (|ue significan la jii'esenlación de
vieron en él un arma para llegar a conseguir su independencia. sus aspiraciones por pueblos que viven ya una vida interior inde-
281
p e n d i e n t e y la forma como da satisfación a ellas I n g l a t e r r a sin tación con el extranjero y b a n d e r a nacional. Gobernador General
q u e b r a n t a r por ello y acrecentándola ])or el contrario, su posición n o m b r a d o por el mismo dominio. L o n d r e s pasa a ser la Ca])ital
inundial. Federal. L o s Resultados conseguidos se apreciarán al ocuparnos
Todo ello justifica plenainente, que nos ooujiemos de la Con- del E s t a t u t o acordado.
ferencia Imperial de Londres en la K E V I S T A D E Tufü'As C O L O - Kn el orden económico las discusiones se h a n orientado en el
^'lALICS. sentido de estrechar las relaciones entre los Dominios y la Metró-
CONFERENCIAS COLONIALES ]joli. Como algunos de aquellos h a n alcanzado ya desarrcdlo in-
Y CONFERENCIAS IMPERIALES dustrial propio piden, lógicamente, protección a las industrias
L a primera reunión en L o n d r e s por los rejjresentantes de las indígenas. I n g l a t e r r a se encuentra, por el contrai-io, con menos
colonias autónomas, fué en 1887 con ocasión del 50". Centenario ju'imeras materias i m p o r t a d a s y competencia en el ten-eno comer-
del advenimiento al Trono de la E e i n a Victoria y tuvo u n carácter cial. L a solución puede estar y así se ha analizado en el estudio
consultivo. atento por I n g l a t e r r a de necesidades comerciales, que hoy satisfa-
L a s e g u n d a conferencia Colonial se celebró en 1897, con oca- cen otros jjaises a los que, ]jor este sistema, ])rocurai'á desplazar.
sión del jubileo de d i a m a n t e de la m i s m a Soberana y tuvo por ob- Los asuntos de la Defensa Imperial, y salvo las distintas
jeto e x a m i n a r el problema de la unión colonial. orientaciones jjolíticaa, resultan unificados gracias al ComniUee of
E n 1902 y con ocasión de la coronación de E d u a r d o V I I , se Imperial Defeiise. que asegura el enlace e n t r e el ejército, la m a r i -
celebró en Londres la tercera conferencia colonial. Y a se aprecia na y la aviación, enlace al que se tiende aún m á s con la creación
la importancia que iba alcanzando y se acuerda celebrarlas no reciente del College ofthe Imperial Béfense, cuya finalidad es pre-
con carácter ocasional sino de un modo periódico. Este jieriodo se- parar a los oficiales del ejercito, aire y m a r i n a a trabajar on co-
ria de cuatro anos. mún y comprenderse m u t u a m e n t e .
E n 1907 (15 de abril a 14 de mayo) se celebra con u n año de Y expuestas así las orientaciones generales, solo nos resta
retraso respecto a lo acordado, la cuarta conferencia colonial, ])ri- decir que los primeros ministros de los dominios, fueron objeto de
mera que preside el Jefe del Gobierno Inglés, asisten i'e])resentan- múltiples atenciones y que en su h o n o r se organizaron simulacros
tes de Inglaterra, Canadá, Terranova, Australia, N u e v a Zelanda, el líélicos donde las escuadras, las aeronaves y potentes carros de
Cabo, Transvaal, N a t a l e India. combate, se manifestaron con una esijlendidez imjn'opia de estos
En ella se tomó el acuerdo de que las sucesivas, se llamasen ticmjios de limitación de a r m a m e n t o y desarme.
Conferencias Iiq.periales y que asistieran a ellas los primeros m i - ESTATUTO DE LAS RELACIONES
nistros de todos los paises autónomos. ENTRE LA GRAN BRETAÑA Y
En .lulio y Agosto de 1909 liay una conferencia en L o n d r e s LOS DOMINIOS-,
pero sus deliberaciones, se cii-cunscriben a la defensa militar y F u é apj'obado en la sesión del 22 de noviembre y comprende
naval tlel Imperio. los p u n t o s fundamentales siguientes: Se cambia el título que el
L a ]:rimera Conferencia Imperial dura del ¿B de mayo al 30 de R e y Eduardo Xlí. habla tomado de «Rey de la G r a n B r e t a ñ a y de
j u n i o de 1911 y coincide con la coronación del Rey J o r g e Y. La I r l a n d a , líjnjjerador de las I n d i a s , R e y de todas las Colonias a u t ó -
guerra europea impide la celebración de estas conferencias que no n o m a s británicas», En lo sucesivo el Monarca se llamará «Jorge
se r e a n u d a n liasta el 20 de j u n i o de 1921 (segunda conferencia I m - V. por la gracia de Dios, R e y de la G r a n Bretaña, de I r l a n d a , de
perial i. La tercera se i n a u g u r a el primero de octubre de 1923 y en losDominios británicos, defensor de la Fe, E m p e r a d o r de la India».
ella, aparte de otros acuerdos, se t o m a el de crear la comisión eco- Se declara la i g u a l d a d de todos los D o m i n i o s en sus relacio-
nómica del Imperio. nes interiores y exteriores. L a situación de la I n d i a queda definida
por la ley Constitucional de 1919.
LA 4." CONFERENCIA IMPERIAL
Las relaciones imperiales se sujetarán a las n o r m a s siguientes:
n 9 de octubre — 2 3 de noviembre 1926). — Asisten los pri- El Gobernador General es el representante del Rey de I n g l a t e r r a
meros ministros de los Dominios Británicos. U n i ó n de África del y no del Gobierno Inglés; las relaciones entre la Gran B r e t a ñ a y
Sui-. iColonia del Cabo, N a t a l , Transvaal y E s t a d o Libre de Oran- los dominios y las de estos entre sí, se llevarán directamente de
ge i. (íeneral Hertzog: Aiistralia, M. Bruce: N u e v a Zelanda, Gobierno a Gobierno, sin tener que hacerlo como h a s t a aquí por
M. Croates: Canadá, M. Mackenzie K i n g : India, L o r d B i r k e n h e a d intermedio de los Gobernadores Generales. L a política exterior
con una tlelegaoión indígena: I r l a n d a , iVI. Cosgrave, presididos sigue siendo llevada jjor Inglaterra, si bien el estatuto traza las
])or el ])riiner Ministro inglés M. S t a n l e y Baldwin. líneas generales p a r a la conclusión de t r a t a d o s particulares, rejn'e-
Y a hemos indicado que de hecho estos Dominios son autóno- sentación de los dominios en las conferencias internacionales, etc.
mos. Sin embargo el problema de las relaciones ])olíticas ha se-
Cada dominio tiene derecho a aconsejar a la Corona, sobre los
guido en primer término. El Delegado de la Corona que ejerce el
asuntos que lo afectan.
])oder moderador, el P a r l a m e n t o Inglés (pie tiene funciones legis-
Se tleclara obligatorio, el arbitraje para todas las cuestiones
lativas que obligan a Jos Dominios a su cuni])limiento, y el no te-
que surjan entre I n g l a t e r r a y los dominios o estos entre sí.
ner representacicnidiplomática en el extranjero son las únicas limi-
La Conferencia aprobó la jjolitica exterioi' de Chamberlain,
taciones prácticas de la Soberanía de los Dominios.
esjjecialmente lo relativo al tratado de Locai'no y a la e n t r a d a de
Pero los jiartidos avanzados piden una Soberanía completa, A l e m a n i a en la Sociedad de Naciones y lo estimó u n g r a n paso
con su ])abellón nacional inclusive, y a u n q u e no a n h e l a n el sepa- hacia la jjaz m u n d i a l . Los asuntos de Ijocai-no, h a b í a n despertado
ratismo quieren llegar a u n a verdadera Confederación de Nacio- suceptibilidad, no obstante que en el articulo O", del tratado se fi-
nes Británicas. Y a empieza esto a dibujarse a u n q u e su evolución j a b a de modo taxativo, que en lo que afectara a cada dominio no
no sea todo lo rápida que los dominios quisieran. El Rey, en la tendría validez sin la aprobación de cada u n o de ellos. Se excep-
contestación al saludo que le fué dirigido por los primeros minis- t u a b a (artióulós 42 y 43) lo relativo a g a r a n t i z a r la frolitera fran-
tros de los Dominios, h a b l a . p o r p r i m e r a vez del British (Jommon- co-alemana y germano-belga ])ara lo que contribuían todos los
•iiealth (Estado de Naciones Británicas'). dominios.
Y es t a n t a la discreción y t a n acertado el comjjás de la L a conferencia acordó apoyar a la Sociedad de Naciones o hi-
evolucií'in que todos los Dominios, sin tener en c u e n t a los'partidos zo u n voto u n á n i m e en pro de l a rediicoión de a r m a m e n t o .
extremos, comprenden la conveniencia de confederarse con I n g l a - E n r e s u m e n y a u n teniendo en c u e n t a las protestas originadas
terra, a u n después de alcanzada su total independencia, y estiman en la J u d e a y en el Afi'ica del Sur y no olvidando tampoco el am-
en su j u s t o valor las concesiones que va haciéndoles la G r a n Bretaña. biente de pesimismo con que empezaron las sesiones, p u e d e decir-
Los d e m á s problemas, y a lo hemos indicado, están intima- se q u e d o s resultados h a n sido satisfactorios en e x t r e m o y que an-
m e n t e ligados al problema de las relaciones políticas. Asi, por te.la situación actual del m u n d o y de los peligros que se dibujan
ejemplo, en lo referente a Defensa Imperial, A u s t r a l i a y ; N u e v a ya concretamente en distintos continentes, las relaciones entre la
Zelanda, que están m á s alejadas y.teraen el i n m i n e n t e pelig;ro G r a n B r e t a ñ a y los dominios se h a n estrechado, sin que los legí-
asiático son partidarios de contribuir l a r g a m e n t e a la Defensa del timos anhelos de cada uno de estos h a y a n sido suficientes para
Imperio y cierran el tacto de codos con la Metrópcdi. África del b o r r a r las covenienoias de u n a colaboración de la que h a n de de-
Sur y Canadá, que no sienten t a n de cerca esos peligros .atienden rivarse m ú l t i p l e s beneficios p a r a cada u n o de los componentes.
m á s a sus respectivos problemas políticos. Tales h a n sido, en líneas generales, los resultados del «Gran
El problema m á x i m o en el orden político es el pie de i g u a l d a d consejo de familia Británico».
de los Dominios con la Metrópoli, m á x i m a autonomía. Represen- Tomás García F I G U E R A S .
«82
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Actividad militar en la Zona Kspañola


ACCIÓN SOBRE LA KABILA DE BENI-LAIT

T RRMrxADAs las operaciones sobre Heni Ider y habiéndose ya


llegado por el N o r t e al limite de Beni Aros y ])or el Oeste a
Rokba (Jozal,dentro y a de esta kabila, convenia ampliar el frente
de la oficina de Intervención de ISoni Hassan señalaban lapresencia
en T a y e n s á de Uld l í a m b o k con a l g u n o s de sus partidarios y u n a
concentración de 200 hombros con la que se e n c o n t r a b a n el H a r -
de contacto con lieni Aros ]iara intensificar en ella la acción ])o- titi, A b s e l a n de H i b a y H a m e d Si F e d d u l en el poblado de L a h -
litica. ventajosamente iniciada primero desde Megaret y más tar- sen; señalando asimisir.o la presencia de p e q u e ñ a s g u a r d i a s de
de al ocupar J5eni ]der desde Ikiharrax y Zoco el 'Hata; conve- () a 8 h o m b r e s situadas en los limites con lieni H a s a n , frente a la
niencia a la que se l e m a de los A r b o -
unia la de a u m e n - - .._^_™™»_™»«,,.^«»«« ,-.™._.„.. ,™ .,•--X. ,,•-.-...,• ' les y en las porxi-
t a r la estrecha zo- m i d a d e s de la an-
n a ocupada al Oes- • tígua posición de
te de la p i s t a de ! Audal.
X a u e n , p a r a evitar
])osibles inciden- ORGANIZA-
tes en la citada vía CIÓN D É L A S
de comunicación. COLUMNAS
Todas estas cir-
cunstancias indu- P a r a la ejecu-
Jei-on al A l t o Man- ción del plan jiro-
do a o c u p a r la yectado se organi-
cresta de Beni Lail, zan dos c o l u m n a s
fuerte linea mili- en la s i g T i i e n t e
tar que h a b í a de forma:
constituir la m á s COLUMNA DE
f i r m e g a r a n t i a con- ZOCO E L AR-
tra posibles incur- B A A . = A 1 mando
siones del enemi- del Coronel Canis,
go sobre l a p i s t a siendo j e f e d e E . M .
de X a u e n . el C o m a n d a n t e
%-^iM
L a s confidencias ("íantarino, cons-
ú l t i m a m e n t e reci- tituí díi p o r 1 5 0
bidas por conducto El Comandante López Bravo con un ¿lupo de harqueños de Beni Uniftluel. h o m b r e s de la I n -
£83
tervencinn de Beni Hassan. l ' n a mía do Infanteria y otra m o n t a d a lia y (]asa H a m i d o y apoyada ])or el resto del grupo de v a n g u a r -
de la Melial-la de Tctuán, u n •J'abor de Kegulares de Ceuta, J^ata- dia a las órdenes del Teniente Coronel Alvarez Coque, ocupa ])or
llóii de África núm. 2. u n a Batería de Obuses y u n a compañía sorpresa la posición de Muñoz Crespo. A l amanecer ilel día 6 las
de Zapadores, a más de los correspondientes servicios. indicadas fuei'zas, apoyadas ])or un Tabor de R e g u l a r e s del Grupo
C O L U M N A D E B Ü H A R R A X . — D i v i d i d a en grupo de van- de ajjoyo ])i'ücedente de Buharrax, se extienden por la cresta de
g u a r d i a y gru])0 de apoyo. Beni Lait, mientrag la v a n g u a r d i a de la c o l u m n a Canis avanza
EJj ( i i - i r P O :i)K A^\KGUA1ÍDTA.—Bajo la dependencia direc- desde el Zoco el A r b a a hacia el blokao Meyahadit, objetivo (|ue
ta del Excmo. Si', (¡enoral en Jefe y del Insjiector general de Fuer- alcanza a las 7. La ojieración se desarrolla n o r m a l m e n t e y sin re-
zas J a l i f i a n a s con dos escalones al m a n d o del Teniente Coronel sistencia seria ])or p a r t e del enemigo, quedando ocujiada toda la
Alvarez Coque, siendo jefe del ]irimer escalón (>l c o m a n d a n t e línea desde Muñoz Crespo a tíalah a las 9 horas y estalJeciéndose
López Bravo, que lleva a sus ói-denes la Harlía de Beni Urria- el contacto de a m b a s columnas en A u d a l a las !)'3(i. D u r a n t e la
giiel y tres Tabores d é l a H a r k a de Tetuán y estando constituido o])eración una escuadrilla de aviones bombardea los jioblados re-
el segundo escalón por la Mehal-la de Tetuán. beldes de Beni Aros.
G R U P O D E A B ( . ) Y O ~ A las órdenes del Teniente Coronel En vista de la ra|)idéz de la ocupación y para evitar que el
Sanz de Lai-in. constituido ])or un Tabor de Regulares de Tetuán: enemigo oj'ganizase su resistencia en Timisar, |)osición que con-
una Bandera de la Legión, dos Compañías de África 3, u n a B a l e - venía ocupar para g a r a n t i z a r la seguridad de la línea, el General
teria de obúses de lO'ó, otra de 7 cm. una compañía de Z a p a d o " en Jefe, que con su .Tefe de E. ÍM. (General dirige el movimiento
res y servicios. de las fuerzas Jalifianas desde Meyahedit, ilecide que la ocujia-
En principio se proj'ecta el m o v i m i e n t o sobre la base de que ei('in de dicho oiíjetivo se realice en el m i s m o día y en su conse-
el grujió de v a n g u a r d i a ocupe por sorpresa en la noche anterior a cuencia ordena xm transi)orte de fuerzas desde la derecha a la
la operación la a n t i g u a posición de Muñoz Crespo, p a r a extender- izquierda de la línea y u n a vez efectuado a las !i de la tarde la
se el dia señalado p a r a aquella jior la cresta de Beni Lait, enla- Harka Lójiez Bravo y fuerzas do la Intervención de Beni Hassan
zando si es posible en A u d a l con las fuei-zas de la columna de concentradas en Meyahedit, avanzan sobre la posici(')n de Timi-
Zoco el Arbaa, a las que se les señala como primer objetivo el sar ((uo logran ocujiar a las IB'Bd, con escasa resistencia ]ior parle
a n t i g u o blokau Meyahedit, p a r a constituir un g u a r d a flanco ha- del enemigo, (piedando do este modo alcanzados los objetivos
cia el B u h a x e n y c o n t i n u a r el m o v i m i e n t o el día siguiente jiara propuestos con solo B) heridos i n d í g e n a s y cayendo en nuestro
apoderarse de la posición de Timisar. jiodcr S prisioneros y a l g ú n a r m a m e n t o .
L a operación proyectada ])ara al dia 1". de dicieiuljre no.se Kl día 10 se jirosentan pai-a sojueterse al .\Iajzen todos los
llevó a efecto h a s t a el dia (i a causa del mal líemjio. desarrollán- jefes do aduares do Beni L a i t excepción hecha do los de Taiensa.
dose en la siguiente forma: Uriaguen y Timisar presionados por los huidos refugiados en el
Buhasen.
D E S A R R O L L O D E LA O P E R A C I Ó N (Jon esta ojieración. que significa un nuevo jiaso hacia el
Kl dia 5 a última hora de la tarde y como consecuencia de total dominio de n u e s t r a zona de ^Protectorado, se abre un fran-
gestiones llevadas a cabo en dias anteriores, se ])resentan en Ca- co camino hacia la kábila de Beni Aros constituyendo además
sa H a m i d o al C o m a n d a n t e López Bravo indígenas pertenecientes una n u e v a jirueba do la escasa m o r a l del contrario como conse-
al poblado de A s k a k r a i Beni Lait) que se comjjrometen a faci- cuencia de la serie i n i n t e r r u m p i d a de éxitos obtenidos en el año
litar el avance hasta la a n t i g u a posición de Salah. que va a finalizar.
l'iU la noche de este dia y de acuerdo con las instrucciones
recibidas, la H a r k a de rífenos de Lójiez Bravo, partiendo de A y a - L. M.

. ÍA.

L os genérale/ Sanjurjo y Goded con su Cuartel General descendiendo de la posición de Meyahedit, que visitaron
en el momento de ocuparla nuestras tropas Fotos Lázaro

284
ECOS
LA POSTURA DE MUSTAFA KEMAL PACHA añíulirle (|ue el otro factor del porvenir turco, lo era su ejército,
t a n disciplinado, tan sobrio y de una resistencia y de un valor

A PENAS hace seis meses que llegó ii Constantinopla la jirimera


estatua d e M u s t a f á K e m a l P a c h a ; vale la pena añadir que qui-
zá sea la primera estatua de u n adepto m usulmán. P a s a n d o por alto
sobradamente demostrados en toda la Historia europea del siglo
X I X y en lo que llevamos del X X . . . Y esos son los puños cerra-
dos y espectantes del Mustafá Kemal auténtico y vivo.
las interpretaciones coránicas, los turcos, que y a se h a n quitado
el fez, ú l t i m o vestii>'io exterior del islamismo, rinden al Ghas! el
liomenaje de una estatua, tan ])rodigado y desacreditad(] en los LA RUTA DE ALEJANDRO
])ueblos occidentales. El primer triunfo definitivo del Occidente sobre el Oriente, la
Mas la escultura, sin embargo de tales entusiasmos, fué mo- ])rimera agresión de Europa, que inició la sumisión y la esclavitud
tivo de g r a n decepción ¡jara la prensa y ])ara el])úblico de la an- de Asia, fué aquella asombrosa expedición de Alejandro el Magno
tigua Bizancio. P a r e c e que el artista vienes, a quién se encargó el que cruzando el H e l e s j x j n t o ^ i o y Dardanelos—se hizo dueño del
modelado de la efigie, estuvo poco acertado al escogei' la actilud A s i a Menoi'. Ija famosa leyenda que nos presenta a Alejandro en
en que había do p l a s m a r la genial y formidable personalidad de fiordium, corazón de la Frigia, deshaciendo con el filo de su es-
K e m a l P a c h a . E s t e aparece en pié, firmemente ajjoyado sobre sus pada el enigmático nudo que pendía sobre l a t u m b a del R e y Mi-
])iernas rígidas y abiertas en ángulo m u y ám])lio; con u n a esta- das, no es sino un feliz simbolismo, predicador de la importancia
bilidad que recuerda la del coloso de P o d a s . M s t e americana estratégica que p a r a la conquista y el dominio del Oriente tiene
corta y p a n t a l ó n recto de calle y sus puños cerrados se a])oyan en la ])eninsula del A s i a Menor, donde está a s e n t a d a Turquía. Cor-
las caderas, dando a la estatua la cai'actei-ística jiosición de un t a d o el n u d o gordiano, o sea, d o m i n a d a esta península, el imperio
h o m b r e «en jarras». , del A s i a estaba asegurado p a r a el héroe que lo aventurase. P o r
No es del caso r e l a t a r la polvareda y el revuelo do criticas, eso Alejandro dominó r á p i d a m e n t e el lígipto, la Siria, la P a l e s t i -
censuras, réplicas y duplicas, de las que h a sido eje la munic¡])a- na, la Mesopotamia, la Persia y la P>raetania y rebasó las nu'u'gi'-
lidad de Constantinopla y que la famosa efigie ha provocado. nes del I n d o ; y no llegó h a s t a el Ganges, porque sus soldados
Jja invectiva menos acre h a consistido en calificar de irrespetuosa maravillados, jjero tamliién ateri-orizados ante tan temeraria aven-
la p o s t u r a en que h a sido llevado al bronce el salvador de Turquía. tura, le pidieron, rodilla en tierra, que desistiera de continuarla. Y
Consignenuis simplemente, que la estatua h a vencido: o al el macedonio cedió, pero convencido de que había renunciado al
menos, las razones que en justificación de la obra ha alegado su cetro de la India, y asi era en verdad.
autíjr y la efigie se h a colocado solemnemente sobre su jjedestal. C o n s t a n t i n o p l a seria h o y el jiiimer ])aso dií un moderno A l e -
Divagando sobre este curioso incidente, he llegado t a m b i é n a j a n d r o . A n g o r a y Sivas, el segundo; después, Mosul, P a g d a d , h a s -
convencerme do que esa discutida a c t i t u d ])uede c i e r t a m e n t e ex- t a líassora, dond(> el Tigris y el líufrates fundidos en un abrazo
])resar, ¡juede materializar felizmente, el gesto moral, la p o s t u r a azul, conducen cómodamente al Ciolfo Pérsico, que es el Medite-
espiritual y política de Mustafá Kenial P a c h a y ])oi' consecuencia rráneo asiático. Si h a de jienotrarse en (d Asia, inútil es hiiir de
de toda Tui'qía, después de los graves y numerosos incidentes y este nudo gordiano del Asia Menoi'; cuantos itinerarios se trazasen
de las difíciles vicisitudes con ([ue la liepública O t o m a n a se h a con t a l pn^tensión, fracasarían. Toda oxjxtdición, toda locomoción
topado, desde el p u n t o y hoi'a en (|U(' la v o l u n t a d y la energía v ten-estro y h a s t a aerea, toda caiTetera o todo fen-ocarril, son irre-
el talento do Ivemal la hicieron levantarse de su t u m b a — d o n d e sistiblemente atraídos hacia las frontei'as de la actual 'I'urquía y
y a hedía a carroña—y ponerse en nuu'cha hacia la independencia hacia las do la Persia, huyeiulo de las soledades y los jjeligros de
y hacia la integración como estado moderno. los desiertos inhospitalarios de Siria y de la Arabia. E s t a es la
N a d a hay más antiestético y antiescultural que la i n d u m e n - r u t a inevitalde de la civilización y del comercio en su emigración
taria masculina de los europeos; una americana ¡jenüeman y un de Occidente a Oriente; teniendo siempre susjiendida sobre su
p a n t a l ó n de vueltas y r a y a , en bronce fundido, es algo inconcebi- m a r c h a la espada de LHxmocles esgrimida por Tiu-quia y quizá el
I)l(í jiara el ai-te. A q u í radica el error del maestro austríaco; no dia de m a ñ a n a jjor Persia.
jirecisamente en la p o s t u r a física del gi-an hombre, sorprendida y 'i'odo ello explica en la H i s t o r i a la titánica l u c h a que Turquía
perpetuada en el j n o n u m e n t o . Despojado de la ridicula envoltura h a debido de m a n t e n e r , casi sin interrupción, p a r a sostenerse
de señorito civilizado o de civilizado señorito, con la i n d u m e n t a r i a incólume entre el A s i a y la Europa, y de u n modo m á s penoso,
clásica o s i m p l e m e n t e al desnvido, el gesto de Mostafá K e m a l desde que pereció su potencia m a r í t i m a del Mediterráneo y desde
P a c h a liabría sido acertada y enérgicamente objetivado en la es- el día en que E u r o p a intensificó su expansión y cimentó su im-
cultura. P o r q u e eso es el Ghasi, eso h a sido y eso viene siendo; u n j'ialismo sobre la I n d i a y los demás pueblos asiáticos.
lucluidor, un coloso, u n verdadero atleta del nacionalismo, que Espeoialinente el siglo XIX—^incorporémosle estos cinco lus-
con sus pies firmes y abiertos se clavó en el suelo m e r m a d o de . tros del X X — h a sido p a r a Tui'quia u n siglo de política interna-
'i'urquía, el t a n asediado y a m b i c i o n a d o cuadrilátero del Asia cional dificilísima y angustiosa. Sus gobiernos y sus Sultanes,
Menor, la a n t i g u a Frigia y la a c t u a l A n a t o l i a . Sus p u ñ o s cerrados a u n los m á s inclinados hacia el absolutismo, dieron pruehas de
no a m e n a z a n ofensivos, pero a g u a r d a n la agresión éii posicióu am])lio espíritu do tolerancia y de iiii franco anhelo de progreso
atlética, en una soberbia actitud de defensa irreductible y un material y moral;' en realidad fueron.superiores en m u c h o al gra-
])üco provocadora. do de cultura y al estado de prepai'ación del jjueblo por ellos ad-
¡Cuan azarosa ha sido la epopeya de la salvación de A n a t o l i a ministrado. '- . . ^ •; - •., ; .
y de C o n s t a n t i n o p l a p a r a Turquía, objeto dé t a n t a s ambiciones, Y sin emhargo, E u r o p a se cebó.en la debilidad del Imjjerio y
de t a n t a s combinaciones y proyectos,,por p a r t e d e l imperialismo en su ])'osti'ación. L a s cancillerías de las g r a n d e s potencias asedia-
europeo! P o r eso Mustafá K e m a l P a c h a a m a la tierra do A n a t o l i a , b a n con sus i'eelamaciohes y^ooh sus imposiciones y sus coaccio-
no simbólica ni políticamente; la a m a de un modo material, de nes a la Sublime P u e r t a ; c u y a política, por completo negativa,
u n modo h u m a n o . Posee cerca de A n g o r a una amplia explotación parecía limitarse a no disgustar, a no enojar a n i n g u n o de t a n t o s
agrícola que es a la vez escuela p a r a el campesino anatolio y cam- y t a n heterogéos censores.
po de experimentación y estudios agronómicos p a r a el presidente Así sorprendió la g r a n g u e r r a a Turquía, sin que el partido de
K e m a l . Allí vive el Ghasí su vida civil, sus horas de ocio y todo los jóvenes Turcos ni su c o n t r i n c a n t e el de la U n i ó n Liberal lo-
gira allí en torno de su iniciativa y do su entusiasmo. grasen redimir a la nación de aquella capiiis diminutio internacio-
U n redactor de « H a m i t i Milli» le sorprendió en u n a ocasión nal. E u r o p a les i m p o n í a la inalterabilidad de las tarifas a d u a n e -
fuertemente emocionado ante u n p u ñ a d o de tierra del A s i a Me- ras, t u t e l a b a la administración de los impuestos, m a n t e n í a el
nor. «He aquí,—le dijo el P a c h a a su inesperado visitante,—donde r é g i m e n de capitulaciones y además r e g l a m e n t a b a e i n t e r v e n í a
están la salvación y el porvenir de 'l\irquía: en esta tierra roja de la gobernación de d e t e r m i n a d o s vilayetos. L a banca, la industria,
la A n a t o l i a y en esos arados de vertedera». N o t u v o l u g a r a las comunicaciones de T u r q u í a e s t a b a n en m a n o s de Europa.
285
Al estallar la gran guerra, Constantinopla era ambicionada a Europa. Antaño, fué anacrónica poi- su retraso fi-ente a la evolu-
la vez: por Inglaterra, como prenda de seguridad de sus comuni- lución y al progreso del Occidente; hogaño, por haberse anticipa-
caciones con Asia; por Rusia, como salida indispensable al Mar do en su progreso a las previsiones del imperialismo europeo y a
Mediterráneo; ])or Bulgaria, que recordaba sus brillantes avances su política colonial asiática. En más o en menos, todos los grandes
en el Tracia, el ano 1913, y por Grecia, que se soñaba heredera estados de Eurojja i'esultarían afectados ]jor una política turca de-
de'.los helenos de Pericles y de Alejandro o del Oran Imperio masiado asiática y demasiado afecta a l?usia. Esta es precisamen-
Bizantino. te la causa de tanta cspectación en torno de la conferencia de
Alemania habia log]-ado ya ])i'e])onderar en I\irquia, jjrinci- Odessa.
palmente a partir del triunfo del partido Joven Turco; neoesitába- Pero las naciones, sin duda más aludidas por los comentaris-
de TiU'quia comt) cauce de tránsito jjara su comercio en Oriente y tas son Inglaterra e Italia. Ambas, cada una desde distinto punto
como auxiliar en la gran conflagración que se jjresentia; calculan- de vista, aspiran a jiredominar en el Meditei'ráneo. Un militar
do que podría ])i-oporcionarle más de im millón de soldados de las italiano ha expuesto muy recientíunente con toda claridad, este
condiciones tan excelentes y tan jirobadas de los turcos. Era ade- ])aralelismo de los intei-eses anglo-italicos en el viejo maiT. n/aynnn
más Turquía el tapón que cerraba a Rusia todo acceso a la Eurojia En una conferencia pronunciada en Londres, ha dicho el coman-
meridional, dejando einlxjtellada "su flota del mar'Negro y rele- dante Luigi Víllani: «Italia y la O i'an Bretaña, tienen recíproco
gándola, conuí ])(]tenciii niiu-ítima, a los lejanos e inciertos juiertos interés en caminar de la mano. . . Italia ])0i- su jiosiciiui geográfi-
<lel mal' Báltico o el mar del Nor'te. fjue las heladas boreales hacen ca, y merced a sus bases navales en el Meditarráneo, puede ayu-
ini])racticables dui'ante la invei'uada. dar a Inglaterra a guai'daí' la i'uta de las Indias...» Este tan
Alemania arrastró a Tui'quia a la lieoatombe de 1914. Kn el amenazado y largo camino de las Indias, es la gran ])i'eocu])aci(')n
desasti-e perdió Tui-quia el Egipto, solii-e el que siquiera, fuese no- V uno de los ejes de la política naval y colonial inglesa.
ininalmente. ejercía soberanía, la Palestina, la Siria, pai'te de la Italia tiene otras inquietudes más com])licadas. Trátase de
Armenia, el Hedjad, la Mesojxitamia. el Yemen y en cierto modo una nación, demasiado moderna como estado y como potencia de
el Ivurdistán. primer orden de Europa, que no ha encontrado aún su postura de-
A (-recia se le adjudicó Smyrna con una zona adyacente de finitiva en el Mediterráneo. Todo se estabiliza en torno de ella;
influencia, las islas del mar Egeo próximas al Asia Menor y la todas las dovelas del arco que bordea y limita el maravilloso e
ambicionada isla de Chipre. Francia e Italia adquirieron, a su vez, histói'ico lago, cuna de la civilización de Occidente, se van asen-
zonas de influencia en la Anatolia, con facultad de ocuparlas y tando y ajusfando firmemente,—así por ejemplo,Marruecos que ya
administrarlas. En la Tracia, Turquía quedó reducida a Constanti- no es un problema internacional,—y el día en que la clave de Tur-
nopla y a una esti'echa zona a lo largo de los estrechos; hipotecada quía se acuñe definitivamente, las ambiciones expansionistas
aquella en prenda del cumidimiento por Turquía de las obligacio- se ahogarán, se axfisiarán dentro de una estabilidad definitiva y
nes im])uestas y sometidos estos al control de una comisión in- de una repartición de costas y fronteras natiu-al e inalterable. Se
teraliada... ha hablado estos días acerca de ciertos proyectos italianos sobre
el Mnterland, que el tratado de Sevres reservó a Italia en la Ana-
¡Que esfuerzo tan formidable y que derroche de energía y ta- tolia o sea, la actual Turquía; que aquella nación aspira a susti-
lento político, representa pues, la existencia y situación de la ac- tuir a Francia en el mandato de Siria; y no es muy aventurado
tual Turquía, sii creciente aflrhiación como jjei'sonalidad interna- conjetvu-ar—cuando se ha leído con alguna asiduidad la prensa co-
cional y su celosa independendia! lonista italiana o la francesa—que Italia acaricia ciertas pretensio
La firmeza con que ha sostenido 'i'urquia sus derechos sobre nes sobre Túnez... En síntesis, que las orientaciones italianas no
Mosul, las concesiones (d)tenidas con tal ocasión del gobierno in- están muy acordes con el statii-quo actual mediterráneo.
glés, la imposición de profesores tui-eos en los colegios extranje- Por eso, una de las interpretaciones que a la confei'encia de
ros, el cierre de las escuelas británicas de Estambul, y el incidente Odessa se han dado, es la de un nuevo gesto de Turquía, un gesto
sostenido con motivo del va])ür francés Lotus, son jjruebas elo- definitivo—los puños cerrados de Mustafá Kemal Pacha—ante los
cuentísimas del cambio ojjerado en la política exterior de Turquía. i-umores, probablemente infundados, de una acción armada ita-
Pero, he aquí, que la 'i\irquía modei-na afirmándose, robuste- liana contra Turquía, en colaboración con Bulgaria y Grecia y un
ciéndose, marchando incesaiitementt; hacía el estado soberano y desembarco italiano en la Anatolia. La ]3rensa fascista, con jnis-
progresivo, constituye un serio problema para las naciones occi- teriosas alusiones e inexpicables llamadas de alarma y prepara-
dentales, que guardan grandes intei'eses o acarician aún grandes ción, que la prensa turca se ha apresurado a recoger, ha contribui-
ambiciones en el Asia; es un fantasma que crece, que avanza in- do a dar pábulo a tales desconfianzas y temores.
cesantemente. ¡Ks el nudo gordiano de la antigüedad que vuelve No obstante todo ello, el gobierno otomano ha negado la exis-
a enredarse, a comjjlicarse y endurecei-se! Angora, donde ese nudo tencia de aquellos, ha firmado su cordialidad de relaciones con
se teje tan activamente, está situada a escasas leguas de la anti- Italia y desautorizado esta versión de la entrevista de Odesa. Ita-
gua Cíordium. Kl simli(}lism(i helénico sobi'evive a los siglos. lia, por su parte, ha desmentido oficialmente los rumores alar-
mistas.
LA CONFERENCIA DE ODESSA La otra ajjreoiación que se ha hecho de la conferencia
Un nuevo lazo en este nudo, lian ci'eído ver algunos de los Tohitcherine-Tevfik, Ruchdy, es anglófoba y fué lanzada al esta-
observadores de la jxditica internacional, en la conferencia cele- dio por la prensa soviética. Se asegura que en Odessa quedó fra-
brada en Odessa entre el Ministro de Negocios Extranjeros de la guada un entente entre Rusia, Turquía, Persia y el Afghanistán y
iíepública Turca, Tevfik Ruchdy bey y el Comisario de Relaciones trazado el proyecto de ima Sociedad de Naciones asiáticas, frente
Exterioi'es de la U. R. S. S. Tchitchei'ine. a la nacida en Versalles.
Esta nebulosa entrevista, ocurrida en trece de Noviembre úl- Realmente la idea es diabólica, y tiene marcado sabor y fi-an-
timo, y que apenas si duró tres horas, ha absorbido durante mu- co olor soviético, pero no hay que echar en olvido que, no obs-
chos días la atención y ha agotado las columnas de fondo de los tante su fiereza comunista, la U. R. S. S. desearía ser admitida a
más sesudos y respetables diarios mundiales. libre plática con las naciones capitalistas de Occidente, en el or-
Tanto revuelo, no ])or lo que en si mismo se merezca, sino por den comercial y financiero, y de un modo particular con el Reino
lo que rejjresenta, ha exacerbado el agudo instinto de independen- Unido.
cia de los turcos. «¿Por qué esta entrevista ha de provocar en la He aquí porqué los espíritus sagaces y el parsimonioso «Le
prensa extranjera tantos y tan sensacionales comentarios?» Pre- Tejiips» creen y afirman que todas esas bravuconerías y esos te-
gunta, en el fondo de un diario de Constantinopla, Agha oglu nebi'osos proyectos son del todo ajenos a la realidad de la confe-
Ahmed, dijjutado por Kars en el parlamento de Angora... «La rencia. El comisario del pueblo Tchitcherine, preparaba a la sazón
independencia que se reconoce a Prusia, a Holanda, a Suecia y de aquella, un trascendental viaje a Berlín y a París y no pudo
Noruega y hasta a Bulgaria y a Grecia, no es, por lo visto, admi- contraer por consiguiente ningún compromiso seiio con Turquía.
sible aún, tratándose de Rusia y Turquía»...«El Occidente civiliza- Previamente, habrá de ])esar las posibilidades de una política de
do no puede concebir aún una Turquía civilizada y libre». a])roximación a Europa que su jjroyectado viaje ha de presentarle;
En realidad, así es; aun cuando el diputado de Kars quizá no al final y como remate de este, visitará Constantinopla y obrará
haya querido sino hacer una frase de efecto. 'JXirquía parece estar allí según las impresiones que lleva en cartera... Turquía pues, ha
condenada a un sempitermo anacronismo en sus relaciones con quedado otra vez defraudada, a juicio de «Le Temps», como ya le
286
He atíuí un grupo de naciones cuya confatulación apalancaría las puertas de Asia

ocurrió en su altercado con Inglaterra a jjropósito de Mosul y de De los efectos de esta política rusa en (oriente, puede juzgar-
la delimitación de sus fronteras con el Irak... El gobierno soviéti- se por estas deelaraeiones del Ministro afghan, Mirza Ahmed: «La
co teme toda acción bélica exterior, por lo que pudiera com])rome- Rusia soviética ha revelado en sus tratos, el verdadero carácter de
ter su dudoso equilibrio en el interior. la política que persigue en Oriente. Esta política se inspira en
Más a pesar de todo, y para final de cuentas le Temps no niega sentimientos cordíalísimos. respecto de la lucha emprendida por
que la conferencia tan zarandeada pueda ser «el comienzo de una los países orientales en pro de su independencia».
aventura contra la cual Europa, sin alarmarse en demasía, debe-
ría tomar en circunstancias determinadas, algunas precauciones». En cuanto a la República ütoinana, su gobierno no ha perdi-
Podría en efecto ocurrir, que lo que ahora son rumores, su])o- do la serenidad durante todo este temporal que la conferencia de
siciones y augurios, despertara peligrosos apetitos de realidad Odessa ha provocado. No renuncia a su política asiática, ni aún
en un grupo de p)aíses situados a retaguardia de Turquía, cuya siquiera a su amistad con Rusia, no obstante las insinuaciones y
confabulación apalancaría de tal modo las puertas de Asia, que amenazas de la prensa británica Y los puños cspectantes del
hasta el azul hilillo de Suez, para cuya defensa ofrecía el coman- Ghasi se adivinan a través de estas líneas de Mahmud bey, uno
dante italiano Luigi Villani, en su famosa peroración lodinense, el de sus más conspicuos partidistas y diputados por Seird. «En
fuerte brazo de la marina de guerra italiana, pudiera resvdtar cuanto a nosotros, plácidos y en absoluta calma ante tanto albo-
resquicio infructuoso, si Persia adueñada de las costas del golfo roto y tanta agitación, continuaremos la ruta que nos traza el cui-
de su nombre, se aficionaba demasiado a las enseñanzas de Tur- dado de la paz, el triunfo de nuestra independencia y la firmeza
quía y encontraba en Kusia auxilio eficaz para seguirlas. de nuestra seguridad nacional».
De aqui, que en otro Ivigar del propio «Le Tems», un articu- Ante tales palabras, la estatua del Ghasi, con sus piernas fir-
lista p)enetrante rebata los optimismos internacionales, desborda- mes y abiertas y sus jjuños cerrados ya no nos parece ni tan ab-
dos en un reciente discurso de Mr. Baldwín, con una sencilla y surda ni tan irrespetuosa, y bien se merece un pedestal.
elocuente relación de los convenios y tratados que vienen cruzán-
dose en Rusia, Turquía, Persia y el Afghanistán. J. SANTILLANA.

287
DINASTÍAS CHEMFIANAS

El Sultáiv Muley Ismaíl


A la dinastía cherifiana que actualmente reina en el Imperio Contra los turcos, sus éxitos fueron menos com])letos, t a n t o
de Marruecos pertenecía este incomparable Sultán. Con cincuenta por f|ue el (ejército turco era un tanto su])erior, como porque los
y cinco años de reinado (1672 a 1727) y desplegando siempre una soldados do sus méllalas se (.lesbandaban genei'almente al encon-
energía extraordinaria consiguió dejar a su muerte todo MaiTuecos trarse frente a los genizaros... Dos causas ])rincipale8 llevan fa-
sometido y pacificado, como no volvió a estar hasta estos últimos t a l m e n t e a la lucha a los turcos y Cherifes. L a pretensión de es-
tiempos, en que intervinieron las naciones jjrotectoras, en virtud ios últimíjs en lo (|ue afectaba a la legitimidad exclusiva y la ley
de las conferencias y tratados internacionales. íja tranquilidad general, que (¡uiere que los estados musulman(>s ])ai'a vivir sean
que en aquella época se disfrutaba, dio lugar a que un histoi'iador obligados a hacer la guei'ra, o abandona!' el sistema de impuestos
musulmán emplease, jior a(|ue] entonces, la siguiente expresión. establecidos por el Corán.
«T)e que una mujer o un Judío se |)odia traslada]-. desd(> F x d a a E n 1084 cuando los ingleses evacuaron la ciudad de Tangei-
'l'arudant, sin que n a d a tuvieran que temei-» con g r a n alegría de todos los m u s u l m a n e s , Muley I s m a i l re])obló
Al pj'incipio de su reinado Muley Ismail encontró grandes esta ciudad con gentes del liif y de los Muyahidin. Los cristianos
dificultades que luxo que ii- venciendo en constantes luchas, de- no ])üseían entonces en MaiTuecos otra jdaza que la de Ceuta,
biendo su éxito a su guardia negra y a sus alkazabas. viéndose frecuentemente atacada.
Lograda la jjacilicación y sometido el Im])erio a su autori- A la edad de ochenta años mui-ió en M(_'kinez Muley Ismail.
ridad, concibió la idea de i-eoi'ganizai' su ejército, sirviéndole <le Su largo reinado h a tenido para Mari'uecos y para la dinastía
base los efectivos de las ti'opas l u ^ n i s reclutadas en otro tiempo Chei'iiiana una importancia capital. Su enei'gía y su tenacidad
])or el príncipe Saadién A b m e d el Manzor. De este modo, instituiré obligai'on a los bereberes a someterse, y sus alkazabas y su g u a r -
el cuerpo de los Abid (esclavos i ])ara lo cual hizo comprar negros dia negra, dieron a Marruecos la fuerza, sin la cual no se hubiese
por todas ])artes formandf) con ellos cohmias agi-ícoias. I n m e d i a - conseguido m a n t e n e r casi intacto el Im])erio, hasta fines del siglo
t a m e n t e reunió catorce mil negixjs que estableció en Mechei'a-ei- XIX,
Remel vallo del Sebu entre .Mekinéz y Salé. Su descendencia sii-- Muley I s m a i l según afirman todos los historiadores m u s u l m a -
vió. pai'a el i'echilamiento de su poderoso ejército. nes de su época, era de u n a e x t r e m a violencia, acentuándose su fe-
l'n moral)ito eiu'ii'i al Sulli'm un ejemplar del lihi'o de VÁ rocidad con los años de su reinado, sintiendo un verdadero fre-
Piojari que fué el autor de la reciipilaciiui más célebre de llíulith nesí sanguinin-io, atnnentado por la leyenda.
Ij)alabras atribuidas al Pi'íjfelai. Muley Ismail ])resenté) el santo Se]n'etende hacer creer, que hizo perecer por su m i s m a mano,
libro a sus Abid. diciéndoles. <'A'osotros y y(j somos todos los es- t r e i n t a y seis mil ])ersonas, pasando por el inventor de algunos de
clavos de la ti'adici(')ii del Profeta». A continuación todos jui'aron los suplicios que los sultanes marroquíes inflingían a sus victi-
sobre el libro, y desde entonces los .\bid. han sido llamados Abid^ mas, b a s t a hace ])Oco tiem])o. l'n esclavo cristiano de su tíein])o
el- Hojai'i. o nuis sencillainenle liuajer. eslo es. los ser\'i(iores del i'eliei'e, que vio m a s de una vez a este sultán de ])ie sobre los es-
libro.de fiojari. Kl ejemplai- ile la pi-eciosa obi'a se convirtió, "u ta- tribos de su caballo, teniendo en una m a n o a uno de sus hijos y
lismán, quedando conliaila a su cnslodi;i y acMinipañáudoles en en la otra una lanza, sin que j a m á s ])ermities(> que su caballo die-
todas sus expediciones. se un ])aso en falso. Fué reconocido como uno de los j i n e t e s m a s
Muley Ismail llegi'i a couslii uir (le e s t e m o i l o . umi g u a r d i a intré])idos de su tiemjio. Dícese que una vez y con ocasióu (|ue el
sacrificada enterauu'ute a su persona, sin raices en el país, ni lazos embiíjador del J?ey de Francia Luis XIA' le J'eprochase la crueldad
en la población indígena árabe, ni beréber, combatiendo conti- empleada con sus subditos le contesto. «"\'uestro l?ey Luis, maiula
n u a m e n t e , siu f|ue \o iiupiietasen mnica, las causas de la lucha. luMiibres, m i e n t r a s que yo, m a n d o brutos».
A fines de su reinado se hallaban insci'itos en su ejército Muley I s m a i l tenía un harem m u y numeroso y se dice que al
quince mil soldados negríjs. De las colonias agrícolas s(> llevaba morii- dejó setecientos hijos y un incalculable n ú m e r o de hijas.
los varones negros descendientes, al cum|dii' la edad de diez años, ])ero este rey, lejos de ser absorvido jujr los ])lacei'es, llevaba sólo
enseñándoseles uno de los oficios de a l b a ñ i l o carpintero. Después todo el ])eso del gobierno de su imperio como j a m á s otro i-ey lo
aprendían equitación, ].)rimeramente en caballos sin m o n t u r a y a llevó. Siempre guoi'reando, siempre en ex])ediciones como Cario-
continuación equipados. 'I'ambi(''n se l(>s h a b i t u a b a a hacer fuego m a g n o , sienipre ocujíandose, por sí mismo, de todo lo qu(> afec-
sin echar pie a tierra del caballo. A los diez y seis años se les fi- t a b a a su pueblo. ]-!ien es verdad, que su ejército no le costaba na-
liaba en el ejército y se les casaba con las jóvenes negras de las da, puesto que vivía sobre el país. Dué e x t r e m a d a m e n t e ambicioso
colonias, a las cuales se las había enseñado de a n t e m a n o las la- des])o¡ando d e s p i a d a d a m e n t e a los kaides enriquecidos; su vida
bores propias de su se.xo y se les enti-egaba como dot(.', rojjas y di- sin embargo era sencilla y frugal, p u e s en todo tiemjw se alimen-
nero el (lia del casamiento. tabíi con un ¡dato de cuscús y se vestía de lana. Su solo lujo con-
Una vez reorganizado su ejército, las guarniciones negras, sin sistía en las construcciones. L o s vestigios de los enormes edificios
las cuales Muley Isjuail no hubiera ocupado todo Marruecos, fue- de Mekinéz, jíonen de manifiesto su poco g u s t o en la arquitectura,
ron repartidas en una serie de alkazabas, desde el M u l u y a h a s t a apareciendo sus obras posadas y suntuosas. Treinta mil indígenas
el rio N u n . Rstas alkazabas estaban colocadas a lo largo de los y dos mil quinientos esclavos cristianos fueron emjdeados en es-
caminos en los puestos estratégicos, a b u n d a n d o especialnuMite en t a s conslruciones.
la región de Taza. La jKjblación indígena tenia que p a g a r a estas L a disti'acci('m favorita i-le este S u l t á n consistía en presentai'-
fortalezas una contribución en esjiecies, que servían p a r a el soste- se en el centi'o de sus talleres y trabajar él m i s m o como u n peón
nimiento de los soldados. El jefe del puesto era responsable, de albañil o carpintero. U n día habiendo encontrado los ladrillos po-
todo lo que pasaba en su terriloi'io. y estaba obligado a. satisfacer co sólidos, hizo l l a m a r al fabricante y sobre su cabeza, ])ersonal-
todas las pérdidas exjierinumtadas p(]r los \iajeros, fpie eran des- mente rompió cincuenta. Pai'a las construcciones em])leó las pie-
valijados dentro de su jurisdicií'ni. dras ronuuias de ^^l!ib¡les. (pie hacia transportar a brazo a los
Gracias a estos Buajcr, Muley Ismail teruiinó con sus enemi- iudigenas.
gos que eran de tres clases, los bereberes con sus morabitos, los Muley Ismail era m u y instruido y practicaba escrupulosa-
turcos y los cristianos. Todas las ])ob]aoiones indígenas le vieron m e n t e la i'eligión m u s u l m a n a . Era partidario de las discusiones
imponer su autoridad, t r i u n t a n d o ademas sobre los tcrj'ibles bere- teológicas y e m p e ñ a b a frecuentemente controversias con los pa-
beres del Gran A t l a s . L o s jirocedimientos que empleó encajaron dres Trinitarios. F u é autor de una curiosa a]jología del Islam di-
de lleno en las tribus, consistiendo en ejecuciones y razzias san- rigida a J a c o b o I I de Inglaterra, invitándole a convertirse a esta
greintas, a c o m p a ñ a d a s de negociaciones, seguidas de estableci- religión.
m i e n t o de fortalezas y guarniciones ]j(>rmanentes. L a calma fué E . González Jiménez.
entonces casi completa, al menos sobre las grandes vías de conui-
nicación. T á n g e r 30 de noviembre de 1920.
3.88
SERVICIOS DIRECTOS
LINEA A CUBA'MÉJICO LÍNEA A LA ARGENTINA
Servicio mensual saliendo de Bilbao el día 16, de San- Servicio mensual saliendo de Barcelona el día 4, de
tander el 19, de Gijón el 20, de Corufia el 21 para Habana Málaga el 5 y de Cádiz el 7, para Santa Cruz de Tenerife,
y Veracruz. Salidas de Veracruz el 16 y de Habana el 20 Montevideo y Buenos Aires.
de cada mes, para Coruña, Gijón y Santander. Coincidiendo con la salida de dicho vapor llega a
Cádiz otro que sale de Bilbao y Santander el día último
LÍNEA A PUERTO RICO, CUBA, VENEZUELA de cada mes, de Coruña el día 1, de Villagarcía el 2 y de
Vigo el 3, con pasaje y carga general para la Argentina.
COLOMBIA T PACÍFICO
LÍNEA A NEW-YORK, CUBA Y MÉJICO
Servicio mensual saliendo de Barcelona el día 10, de
Valencia el 11, de Málaga el 13 y de Cádiz el 15 para Las Servicio mensual saliendo de Barcelona el día 25, de
Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de la Palma, Valencia el 26, de Málaga el 28 y de Cádiz el 30, para
Puerto Rico. Habana, La Guayra, Puerto Cabello, Cura- New York, Habana y Veracruz.
sao, Sabanilla, Colón y por el Canal de Panamá, para LINEA A FERNANDO PGO
Guayaquil, Callao, Moliendo, Arica, Iquique, Antofa- Servicio mensual saliendo de Barcelona el día 15 para
gastay Valparaíso. Valencia, Alicante, Cádiz, Las Palmas, Santa Cruz de
LÍNEA A FILIPINAS Y PUERTOS DE CHINA Y JAPÓN Tenerife, Santa Cruz de la Palma, demás escalas inter-
medias y Fernando Póo.
Siete expediciones al año saliendo los buques de Coru- Este servicio tiene enlace en Cádiz con otro vapor de
ña para Vigo, Lisboa, Cádiz, Cartagena, Valencia, Bar- la Compañía que admite carga y pasaje de los puertos
celona, Fort Said, Suez, Colombo, Singapore, Manila, del Norte y Noroeste de España para todos los de escala
Hong-Kong, Shanghai, Nagasaki, Kobe y Yokohama. de esta línea.
AVISOS IMPORTANTES
Rebajas a familias y en pasajes de ida y vuelta.—Precios convencionales por camarotes especiales.—Los
vapores tienen instalada la telegrafía sin hilos y aparatos para señales submarinas, estando dotados de los
más modernos adelantos, tanto para la seguridad de los viajeros como para su confort y agrado.—Todos los
vapores tienen médico y capellán.
Las comodidades y tiato de que disfruta el pasaje de tercera, se mantienen a la altura tradicional de la
Compañía.
Rebajas en los fletes de exportación.—La Coinpañía hace rebajas de 30 "/o en los ñetes de determinados
artículos, de acuerdo con las vigentes disposiciones para el Servicio de Comunicaciones Marítimas.
SERVICIOS COMBINADOS
Esta Compañía tiene establecida una red de sei-vicios combinados para los principales puertos, servidos
por líneas regulares, que le permite admitir pasajeros y carga para:
Liverpool y puertos del Mar Báltico y Mar del Norte.—Zanzíbar, Mozambique y Capetown.—Puertos
del Asia Menor, Golfo Pérsico, India, Sumatra, Java y Cochinchina.—Australia y Nueva Zelandia.—lio lio,
Cebti, Port Arthur y Vladivostock.—New Orleans, Savannah, Charleston, Georgetown, Baltimore, F"iladel-
fia, Boston, Quebec y Montreal.—Puertos de América Central y Norte América en el Pacífico, de Panamá a
San Francisco de California.—Punta Arenas, Coronel y Valparaíso por el Estrecho de Magallanes.
SERVICIOS COMERCIALES
La Sección que para estos servicios tiene establecida la Compañía, se encargará del transporte y exhibi-
ción en Ultramar de los Muestrarios que le sean entregados a dicho objeto y de la colocación de los artícu-
los cuya venta, como ensayo, desean hacer los exportadores.

* ' •
PRECIO U N A PESETA
' - ' = IMPRENTA •'"' '^
,EaTA__RiV!STA APARECE E N LA TERCERA TROPAS COLONIALES
A Ñ O 1926
ÍNDICE ALFABÉTICO
Autores Trabajo/ Páé- Autore/ Trabajo/ Páá-

Arques Enrique En el reino tenebroso de los Yenun. . 55 Gambra Miguel Antología de poetas árabes durante la
Tradiciones del Rif. La tradición de Si- dominación m.usvilmana en España II 254
di Malek. La peña de los diablos. . 196 ídem id. id. H I 278
Alvarez Salaraanoa Granada.—Una visita interesante. . . 56 Gaytán de A. Aya- El XIV Congreso Geológico Interna-
Miguel Fantastioos jardines granadinos.—El la M. cional.—Un apéndice con vista a un
Genalarife y sus nuevos descubri- comentador 176
mientos evocan pretéritas grandezas. 122 Gonzalo Abela Luis El empleo en África de la Artillería
Vicisitudes de los palacios de la Alham- de 7 cm Ero.
bra.-La torre de las Damas desde 1834. 198 H e r n á n d e z Mir Para la caza de Alondi-as.—Los Cimbe-
Historia y Tradición.—La Torre de la Francisco les de la Paz 30
Cautiva en la fortaleza de la Al- Frente a Marruecos.—El interés de
hambra 221 España 50
Allendesalazar An- De un libro viejo.—Plazas y tropas de Hill De filatelia.-Los sellos de nuestro pro-
drés África en tiempos de Colón de La- tectorado en Marruecos 76
rreátegni . Ero. Leria Cándido No todo es destrucción.—Una visita a
Benomar Amor (Eo- La abolición del Fez y el Bolchevi- ^Rar-Rifñen 2
dolfo Gil quismo 1 38 En la clase.—Ideales históricos de Es-
ídem id id. H . . . 62 paña I 110
El andalucismo I . 8 2 ídem id. id. H. . . . 134
ídem id. II 101 Un legionario español en la antigüe-
La vida marroquí en la Península. . . 189 dad I . 171
Los tres p u n t o s fundamentales de ídem id. id. II . . . 194
nuestra futura política indígena I. . 211 ídem _ id. id. HI . . . 218
Bravo Julio Los médicos militares en nuestro pro- . Lobera Cándido La acción española durante el año 1925. Ero.
tectorado.—Los Consultorios indíge- El porvenir de Melilla y Alhucemas. . 58
nas en la zona de Melilla . . . . 209 La política beréber del protectorado. . 126
Burgos Hernán de América española y nuestra labor en Política rifeña.— Modalidades de la
Marruecos.-Un «Pechazo» a Franco. 80 • Administración. 170
Abd-el-Krim el «Bueno» 125 Política rifeña del protectorado.—Prin-
Capitán X • Las operaciones en el macizo de Beni- cipio de la administración de justi-
Hozmar 70 cia HI 198
Las operaciones en Beni Madán. . . 139. Política rifeña delprotectorado.-Orien-
Capitán * (Tomás Actividad militar en Marruecos Zona tación y modalidades de la ense-
García Figueras. española 186 ñanza 217
ídem id. id 214 El interventor y la función intervento-
Actividad militar y política en Marrue- ra de las kabilas 272
cos.—El desarme de las kabilas (zo- López Rienda La evolución de las tropas coloniales.
na de Larache} 233 El «Raid» Capaz 190
C. M. C. Visita de una misión española al ejér- M. de la Escalera Mariano Bertuchi y su labor en Ma-
cito italiano de la Tripolitania. . . 45 Antonio rruecos 41
G. L. (Cándido Lo- La pacificación de la zona oriental.— Ecos.—Los Israelitas en la nueva Tur-
bera Los factores del éxito 127 quía , 92
Cerdeira Clemente Inscripciones árabes deTetuán.—Lá- Ecos.—Los estudios arábigos y orien-
pida de Ahmed ben Aisa en Naqsis. Ero. tales en Granada 113'
Arqueología musulmana de Ceuta. . 52 Ecos.—Tropiezos británicos en la ruta
Coronel Velázquez, El templo y la Mezquita.—Notas mar- de Oriente, Egipto y Mosul. . . . 137
Antonio ginales a la cuestión ^ del Protec- Notas del Rif. Al margen de unas acua-
torado Ero. relas. I La desilusión de los colo-
Dahdah Nemat A. La muerte de Alejandro el Magno.— nistas 161
Según el historiador árabe Abí el ídem id. TI Excursión
Hassán Alí el Messaudí Ero. a la Isla de Alhucemas 173-
De la España musulmana.—Si Ben La reconquista de Xauen.—Del diario
Jaldún 103 de un espectador 178
Tradiciones árabes. Como fué construi-
da la Ciudad de Alejandría, según N otas del Rif. Al margen de unas acua-
el historiador árabe Abu-el-Hasan- relas, n i Camino de Bocoia. . . . 202
Masimdi 148 ídem id. IV Una vivienda y un
Un hecho que omite la Historia.-Ibra- amanecer en Izmoren 225
hín Bachá y el judío Herrero . . . 250 ídem id. V Camino de la Alcaza-
Franco Baamonde Necesidades sobre material y fortifica- ba de Snada 246
Francisco ción 1 63 ídem id. VI La última escena del
drama rífeño 269
Necesidades sobre material y fortifica- ' , ^ ^. Los Cazadores de Tarifa I Ero.
ción n . . . • 98 Mean Julio ídem id. id. 11 . . . . 44
Paz y desarme. . . Ero. Notas de mis memorias.—El combate
El principio del fin 121 Mola Emilio de 6 de Septiembre de 1924. . , . 77
Xauen la triste. Del diario del General La estratagema militar en Marrue-
Franco 145 cos.—Emboscadas 106
Reformas necesarias 241 Conferencia de Túnez 86
Facetas del protectorado 265 ^.^^l de Moría El Califa del Islam.— Congreso del
G arcia Figueras To- El ataque de Abd-el-Krim a la zona (lomas García hi-
más Caii-o 159
franoesa I. Resumen de los aconte- güeras) Revista de libros.—La colonización y
cimientos Ero. el acta Torrens en el Norte de Áfri-
El ataque de Abd-el-Krim a la zona ca.—Revista de libras.—L'Etendard
francesa H 34 Vert.—La tache noire 239
ídem id. id. n i . . . 34
ídem id. id. IV. . . 66 Nido Manuel del El derecho de venganza . . . . . . 75
ídem id. id. V. . . 89 Notas Marroquíes.—Religión y fana-
ídem id. id. VI. . . 118 tismo , 175
Actividad militar en Marruecos. Zona Ortega Costa Juan Revista de libros.—Del Uarga a Alhu-
francesa 165 cemas.—Tras el águila del César. . 48
ídem .id. id 186 Revista de libros.—Carlos de Foucauld. 95
ídem id. id 215 ídem Asedio y defensa de Xauen.—
ídem id. • _ id 262 La actuación de España en Marrue-
La conferencia imperial de Londi-es. . 281 cos 168
Gambetta Néstor Carta abierta Dic. ídem id. Fez la Andaluza . . . . 192
Gambra Miguel Antología de poetas árabes durante la ídem id. Abd-el-Krim 239
dominación musulmana en Espaíía . 235 ídem id. Amores africanos. . . . Dic.
Autorey Trabajo/ Páé. Autore/ Trabajo/ Páá

Oliver Tomás Los médicos militares en nuestro pro- equina en hi Zona de L a r a c h e , . . 212
tectorado. Los consultorios indíge- ídem id. id. . . . 237
nas en la Z o n a de Melilla . . . . 209 Ingeniero de Minas El XW Congreso geológico interna-
ídem id. id 274 LTn cional 149
Pareja Luís Los frentes de contacto Ero.
Píu'do Luís Cooperación civil y militar en el pro-
tectorado Ero. PiíDACCióx,~El (ienera] Franco y la Revista de Tropas Co-
Pérez Urtuhio Teó- Temas de colonización.—Empresas ru- loniales 1
filo rales - 191 El Excmo. Sí. I). .losé Marina \ ' e g a . . . . 32
Rosal Francisco del L a evolución del Ejói-cito colonial.— P a i d :»i[adrid-Manila 19
Tjas H a r k a s , . ' 91
ídem id. id 151 Un momento de España 91
X o t a s del carnet de un antiguo oficial I n a u g u r a c i ó n del Museo Arqueoh'igict) de
de África 267 Tetuán 1(X)
S. A. E. Homenaje al (leneral D. Francisco L a s operaciones militari's en hi Zona oriental 11 (!
Franco E a a m o n d e 68
S. (i. P. Después de las armas. . . . ". . . 161 F n tema de actualidad. — Ija situación de
Sui-edaBliuies Fran- L a obra cultural de las razas a su paso Tánger 169
cisco por el Norte de Aírica, I . . . . 65 El 14 de octubre de 1920. L a ooujuición de
ídem id. id. II . . . . 130 X a u e n y el Eco de Chefchauen 230
Sanillana- J u a n El Coronel Millán A s t r a y 49
(A. M. de la Escalera) Ecos.—La postura de Mustafá K e m a l El Coronel Millán A s t r a y y la colonia españo-
Pacha 285 la en R o m a 242
Villalta iM'niiin <le Estudio histórico geográfico de I^ánger N u e s t r a s posesiones coloniales en el Golfo de
V su Zona 93
Guinea 22?
ídem id. id. 104
Vizcaíno J. M. Cuestiones ganaderas de Marruecos . 115 Es])aña M u s u l m a n a . A r t e árabe y mudejar en
ídem id. L a ganadería Castilla 25(1

índice cronológico
Páá. Título/ Autore/ Páá. Título/ Autore/
ENERO
P a z y Desarme 58 El porvenir' de .Melilla y A l h u c e m a s . . Lobei'a C.
Franco ¡'"rancieco.
La Acción española en Marruecos du- 62 L a abolición del Fez y el Bolcheviquis-
rante el año 1225 Lobera C. mo I I Benomar A.
El Templo y la Mezquila (Kotas mai'- -65 L a obra cultiu'al de las razas a su jiaso
gináles a la cuestión del protecto- por el Norte de Afi-ica Sureda Blanes
i-ado I ; . . Coronel V. A. 66 El ataque de Abd-el-Krim a la zona
De nn Libro Viejo.—Pla/.as y tr<q)as de francesa. G. Figueras 1\
África en tiemp(js de (Jolón de La- 68 Homenaje al General 1). Francisco
rreátegui. Allendesalazar. Franco Baaraonde E. S. A.
P r o b l e m a s Militares de Marruecos.— 70 L a s operaciones en el macizo de Beni-
IJOS frentes de contacto. I I . . . . Pareja L u i s Hosmai- (ya]ntán " * ''"
Inscripciones árabes de Tetuán.—Lá- ABRIL
pida de A h m e d ben Aisa En-Nacsis. Cerdeira C.
73 Necesidades sobre material y fortifica-
Ti'es postales de Rabat.—El j a r d í n de Franco Fi-ancisco
ción .
los Udaias Ortega Costa
75 E l derecho de venganza Nido Manuel del
El a t a q u e de .4bd-ei-Krim a la zona
76 D e Filatelia.—Los sellos de nuestro
Francesa.—Resúmen de los aconteci-
protectorado en Marruecos , . . . HiU
mientos G. Figueras T.
77 El combate del 6 de septiembre de
L a m u e r t e de Alejandro el Magno.—
1924 Mola E.
Según el historiador árabe Abi el
79 R a i d Madrid-Manila Redacción
H a s s á n Ali el Mesaudi D a h d a h N e m a t A.
80 América española y n u e s t r a labor en
Cooperación Civil y Militar en el pro-
Marruecos.~Un «Pechazo» a Franco. Burgos H e r n á n de
tectorado. I I Pardo Luis
82 El Andalucismo I Benomar
Los Cazadores de Tarifa T.-Las tropas
86 Conferencia d e Túnez Vial de Moría
coloniales de reclutamiento forzoso
89 Eí a t a q u e de Abd-el-Krim a la Z o n a
y su actuación en la campaña. M e n a Zueco J.
Empleo en África de la artillería de francesa.—Fin de la c a m p a ñ a de in-
vierno G. F i g u e r a s T.
7 om. Objetivos que se presentan en
91 L a evolución del Ejército Colonial..—
general Gonzalos Abela
Las Harkas . . Rosal F. del
FEBRERO 92 Ecos.^—Los hobi'eos en Turquía . . . Escalera A. M. de la
93 Estudio Hístórico-Geográfico de Tán-
yi El General F r a n c o y la Revista de Tro-
pas Coloniales Redacción 95
ger y su zona
Revista de libros.—Carlos de Fou-
, . . . Villalta F.

2 No todo es destrucción. U n a visita a cauld , . O r t e g a Costa J.


. Dar Rifíien Leria C.
MAYO
30 P a r a la caza de Alondras.—Los (üim-
- beles de la P a z Hernández Mir 97 U n momento de España. . . . . Redacción
32 E l Excmo. Sr. D. J o s é Marina Vega . Redacción 98 Necesidades sobre material y fortifica-
34 E l ataque de Abd-el-Krim a la Z o n a ción.—Fortificación Franco Francisco
Francesa García Figueras T. 100 I n a u g u r a c i ó n del Museo Arqueológico
38 L a Abolición de Fez y el Bolchevi- de T e t u á n Redacción
quismo . . . . , Benomar Amor 101 El Andalucismo, II . . . i . . . Amor Benomar
41 Mariano i t e r t u c h i y su labor en Ma- 103 De lá España musulmana.—Si nen
rruecos'. . . - Escalera. A, M. de la Jaldun . . . . . . . . . . . D a h d a h N . A.
44 L o s Cazadores de Tarifa. I I 104 Estudio Histórico-Geográfico de Tán-
45 Visita de u n a misióu Española al Ejér- ger y su zona, I I I Villalta F. de
cito I t a l i a n o de \:\ l'ripolitania. . C. M. C. 106 L a estratagema militar en Mai-rue-
48 Revista de Libros.—Del Darga a Al- cos.—Emboscadas Mola Emilio
hucemas Ortega Costa J . 110 En la clase.—Ideales históricos de Es-
paña, I . . . . Lería C.
MARZO Ecos.—Los estudios arábigos y orien-
113
49 El Coronel Millán Astray. . . , . . Santillana J. tales en G r a n a d a Escalera A. M. de la
60 IJl Interés de España. . . . . . . Hernández Mir 115 Cuestiones g a n a d e r a s de Mari'uecos.—.
52 Ai'queploj^ia M u s u l m a n a en Ceuta.. .. Cerdeira C. Z o n a de L a r a c h e . . . . . N'ízcain.o J . M.
53 E n el reino tenebroso de los Y e n u n . . A r q u e s B. 116 L a s operaoibnes militares en i a Zona
.56 G r a n a d a . — U n a visita interesante. . . A. S a l a m a n c a Oriental Redacicóh'' >•'•'•'•
Váé- Título/ Autore/ Páé- Título/ Autore/

118 El ataque de Abd-el-Krim a la Z o n a 209 Los módicos militares en nuestro pro-


francesa.—Resumen de los aconteci- tectorado.—Los consultorios indíge- O l i v e r T o m á s y Bra-
mientos de u n mes G. Figueras T. nas en-la Z o n a de Melilla . . . . vo J u l i o
211 L o s tres p u n t o s fundamentales de
JUNIO nuesti-a futura política indígena . . A m o r B e n o m a r
121 El principio del fin Franco Francisco 212 Cuestiones g a n a d e r a s de Marruecos.—
122 Fantásticos j a r d i n e s granadinos.—Kl L a g a n a d e r í a equina en la Z o n a de
Genalarife y sus nuevos descubri- Larache "\'izcaíno J. M.
mientos evocan pretéritas grandezas. A. Salamanca M. 214 A c t i v i d a d militar en Marruecos.—Zo-
125 Abd-el-Krim el bueno Burgos Hei-nán de na española , . Capitán X
126 La jiolitica beréber del protectorado.— 214 Actividad militar en M a r r u e c o s . ^ Z o -
Sus bases y fundamentos . . . . Lobera Cándido na francesa García F i g u e r a s T.
127 L a pacificación de la Z o n a Oriental.— Revista de libros.—La colonización y
L o s factores del éxito C. L. el A c t a Torrens en el Norte de
130 L a obra cultural de las razas a su paso África Vial de Moría
por el Norte de África, I I . . . . Suréda Blaries F.
134 En la clase. — Ideales históricos de
OCTUBRE
España, II Lería C.
137 Ecos.—Tropiezos británicos en la ruta 217 Política rifeña del Protectorado, IV.—
de Oriente. Egipto y Mosul. . . . Escalera A. M. de la Orientación y modalidades de la
139 L a s operaciones en Beni-Madán. . . Capitán ^ ,¡, ,.. enseñanza Lobera Cándido
141 Z o n a oriental. — Desarticulación del 218 F n Legionario español en la a n t i g ü e -
Bloque rifeño (capitán X
142 .El a t a q u e de Abd-el-Krim a la zona dad, I I I _ Lería Cándido
francesa.—La guerra que conducirá 221 Historia y tradición.—La torre de la
a la paz. G. Figueras T. c a u t i v a en la fortaleza de la A l h a m -
bi'a , A. Salamanca M.
, JULIO 225 N o t a s del Rif.—Al margen de unas . •
145 X a u e n la triste.—Del diario del Gene- acuarelas, IV.— Una vivienda en
ral Fi-anco. . Fi'anco Francisco Izmoren Escalera A'. M. de la
148 Tradiciones árabes. —Como fué cons- 230 El 14 do octubre de' 1920.—La ocupa-
truida la ciudad de Alejandría, se- ción de X a u e n y el «Eco de Chef-
g ú n el bistoriador árabe Abu-el- chauen» líedaoción
Hassan-Ali-Mesundi D a h d a h X! A. 233 Actividad militar y política en Ma-
140 El X I \ ' Congreso geológico interna- rruecos.— El desarme de las kabilas.
cional.— Excursión a Marruecos . , ITn Ing." de minas Z o n a de L a r a c h e C/apitán X .
151 La evolución del Ejército (Colonial. 235 Antología de poetas árabes d u r a n t e la
Harcas . . . . ' . Rosal Francisco del dominación m u s u l m a n a en Espa- .
153 L e y e n d a s y realiilades.—La cámara de ña, I C a m b r a M.
los Leones A. Salamanca M. 2.37 (Cuestiones g a n a d e r a s de Marruecos.—
15i) Temas islámicos.—El Califa del Islam. Vial de Moría La ganadería equina en la Z o n a de
IGl X o t a s del Rif.—Al margen de u n a s Lai-aehe, II A'izcaíno J. M.
acuarelas.—l^i desilusión de los co- 239 Revista de libi-os.—Abd-el-Krim . . Ortega Costa .1.
lonistas Escalera A. M. d é l a •> » » » L ' E t e n d a r d Vert,—
165 A c t i v i d a d militar en Marruecos.—Zo- l a Tache Noii'e \'¡al do Moría
n a e.spnfiola Capitán X
105 Actividad m i l i t a r e n i\Iarruecos.—Zo- NOVIEMBRE
n a francesa (¡arcía Figueras T.
167 Después de las armas . . . . . . S. ( ; . ! ' . 241 Reformas nocesai-ias F r a n c o Francisco
168 Bevista de libros.—Asedio y defensa 242 El Coronel Millán A s t r a y y la Colonia
de X a u e n Or-tega Costa J . española en Roma Redacción
243 N u e s t r a s posesiones coloniales en el
AGOSTO (Jolfo do Guinea . . . . . . . Redacción
169 U n t e m a de actualidad.— La.situación 246 N o t a s del liif.—Al mni-gcn de unas
de Tánger Redacción acuarelas. A'.—Camiiiu de la Alcaza-
170 Política rifeña.^—Modalidades de la ba de S n á d a Escalera A. M. de la
administración : Lobei'a Cándido 250 En hecho ([ue omite la Historia.—
171 I^n Legionario español en la a n t i g ü e - Ibi-ahíni Bacha y el J u d í o Herrero . Dahdah, N . A. .
dad, I Lería Cándido 254 Antología de poetas árabes d u r a n t e la
173 N o t a s del Rif.—Al m a r g e n do u n a s dominación m u s u l m a n a en Espa-
acuarelas, II.—Excursión a la isla ña, n C a m b r a .M.
de A l h u c e m a s . . .' Escalera A. M. de la 256 E s p a ñ a musulmana.—Arte árabe y mu
175 N o t a s marroquíes.—Religión y fana- dejar en Castilla Redacc.ón
tismo ' . , ' . . . Nido M. del . 257 Actividad militar en la Zona españo-
176 El XTV Congreso geológico i n t e r n a - ¿ lii. —Las operac'iones de la columna
cional.—Un apéndice con vista a un d". v a n g u a r d i a de la Zona de Lara-
comentador . ' C!aytán de A. M. che Y\iú de Moría.
178 L a R e c o n q u i s t a de Xauen.—¡Diario de • • / .» A c t i v i d a d militar en la Z o n a fran-
u n espectador . . . . . • -^ • Éscalera.A, .M. d e l á cesa . . . '..•': . . . . . . . . Ca]'cia l-'igueras T.
186 A c t i v i d a d militar en Marruecos.—Zo-
n a española . . Capitán X DICIEMBRE
Aotividafl militar en Marruecos.—Zo-
n a francesa García Figueras T. 265 Facetas del P r o t e c t o r a d o Franco Francisco
189 L a vida m a r r o q u í en la P e n í n s u l a . . A m o r ISenonar 267 N o t a s del cai-net de u n a n t i g u o oficial
190 L a evolución de las Tropas Colonia- ^ ' •'• d e A f r i c a .. . . . . • .• . . . . . Rosal Francisco del
les.—Raid «Capaz» López Rienda 269 N o t a s del Rif.—Al margen de unas
191 Temas de colonización.— Empresas ru- ,'aQüaíelas, V 1 . . ' Escalera A. M. de la
rales . . P. UturbioT. 272 El interventor y la función interven-
192 R e v i s t a de libros.—Fez la A n d a l u z a . Ortega Costa J. tora de las kabilas Lobera (Cándido
274 L o s consultorios indígenas de la Z o n a
SEPTIEMBRE. _de Melilla . : Oliver Tomás
193 Política rifeña del Protectorado.— 278 A n t o l o g í a de poetas árabes d u r a n t e la
Princijjio de la administración de dominación m u s u l m a en E s p a ñ a I I I . (i am lira M.
justicia, I I I Lobera Cándido 281 L a Conferencia I m p e r i a l de Londres . (i ai'cia F i g u e r a s T.
194 Un Legionario español en la a n t i g ü e - 283 Actividad militar en la Zona españo-
dad, I I L e r í a Cándido la,—Acción sobre la kabila de Beni-
196 Tradiciones del Rif.—La p e ñ a de los Lait L. M.
Diablos.—La Tradición de Sidi Ma- 285 Ecos.—Ija P o s t u r a de Mustafa K e m a l
lek • . . . . Arques Enrique Pacha Snntillana J.
198 Vicisitudes de los palacios de la 288 Dinastías,Cheriflanas.-El Sultán Mu-
A l h a m b r a . — L a Torre de las D a m a s ley I s r a a i l . ^ R e s u l t a d o de la campa-
desde 1834 • . A. S a l a m a n c a M. ñ a realizada por las tropas españolas
202 N o t a s del Rif.—Al m a r g e n de u n a s en la Z o n a de P r o t e c t o r a d o de Ma-
acuarelas, TIL:—Camino de Boooia . Escalera A. M. de la rruecos d u r a n t e el año 1926 . . . (ionzález J i m é n e z
índice de portadas índice de planas céntrale/
(POR MARIANO BERTUCHI)

Knero.—Una guardia enemiga Enero.—El otro heroísmo.


Febrero.—Nido de oigüefias. , Febrero.—1492-1926.
Marzo.—Vendedores de naranjas. Marzo.—Servicio de protección.
Abril.—Las primeras flores. Abril.—Noches de Ramadán.
Mayo.—Bazar moruno. Mayo.—Lu paz vuelve.
Junio.—Cuarto menguante. Junio.—El ocaso de la guerra.
Julio.—Casa rifeña hendida por un cañonazo. Julio.—La alcazaba de Snada.
Agosto.—Bíib el Zok de Xauen. Agosto.—Plaza de España en Xauen.
Septiembre.—Una rifen». Septiembre.—Casa de Hadú Kahal.
Octubre.—Servicio de te. Octubre.—Paz en el cam])o.'
Noviembre.—Crisantemos. Noviembre.—Del campo enemigo.—El ocaso de la rebeldía.
Diciembre.—Las primeras nieves. Diciembre.—Proverbio musulmán.

índice de foto/ artísticas


ESPAÑA MUSULMANA MARRUECOS PINTORESCO
línero.—Sevilla. Patio de los naranjos, foto Calatayud. Enero.—Tetuán puerta de Ceuta.
Febrero.—Granada. Alhambra, Sala de Abencerrajes. Febrero.—Marrakez. Un rincón de la palmeraria, foto Flandrln,
Marzo.—Córdoba. Mezquita. Interior de la Capilla de S. Fernando. Marzo.—Mekinez, Mirab de la MedarsaBu Anania, foto Flandrln,
Abril.—Granada. El Genalarife, foto Carbonell.
Mayo.—Granada.^ Patio de Lindaraja, foto Carbonell. Abril.—Mekinez. Patio de una casa.
Junio.—Sevilla. Calle del agua en el barrio de Santa CJ'UZ. Mayo.—Rabat. Mezquita de Chedla, foto Flandrln.
Julio.—Granada. El Genalarife. Patio de los cipreses. Junio.—Tetuán. Una calle de la Judería.
Agosto.—Málaga. I^a Alcazaba. .Tullo.—Fez. Fondak y Fuente Nedjarine.
Septiembre.—Córdoba. La puerta del Perdón de la Mezquita. Agosto.—Fez. El Reloj.
Octubre.—Granada. Jardines del Genalarife, foto Carbonell.
Septiembre.—Xauen. Mezquita de los andaluces, foto Calatayud,
Noviembre.—Toledo. Patio de la casa del Greco. Arte árabe y
mudejar en Castilla, foto Vadillo. Octubre.—Tánger. Una puerta de la alcazaba, foto Blanco,
Diciembre.—Ronda. Jardines de la casa del rey Moro, foto Ros. Diciembre.—Un rincón de Tetuán, foto Carbonell.

LA MEYISTA DE
TMOPAvS COLONIALES

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