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SENTENCIA NÚMERO: 93 En la ciudad de Córdoba, a los veintiséis días del mes de junio del año
dos mil quince, siendo día y hora designados en estos autos caratulados: "CHAIG SILVIA IRENE
C/ SUPERIOR GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CORDOBA – ORDINARIO – ENFERMEDAD
ACCIDENTE CON FUNDAMENTO EN EL DERECHO COMUN” EXPTE. 237599/37 para que
tenga lugar la lectura de la sentencia, se constituye el Tribunal de la Sala Décima de la Excma.
Cámara del Trabajo integrado por el Dr. Carlos Alberto Toselli, de los que resulta, que a fs. 1/6, la
Sra. Silvia Irene Chaig, DNI 13.963.021, interpone formal demanda laboral en contra del Superior
Gobierno de la Provincia de Córdoba, con domicilio en calle Rosario de Santa Fe N° 650 de esta
ciudad, persiguiendo el pago de las prestaciones dinerarias previstas por la incapacidad laborativa
que padece a causa de la enfermedad profesional sufrida en cumplimiento de servicio, por el cobro
de la suma detallada en la planilla que se adjunta con más sus intereses y costas. Manifiesta que
trabajó bajo las órdenes de la demandada en la categoría de docente, con una cargo horaria de 31
horas semanales manejando un promedio de doscientos cincuenta alumnos en distintos colegios
con fecha de ingreso el día 04 de abril de 2002 el mejor sueldo que percibió fue de $8.000,00, con
un horario laborativo de lunes a viernes 7:45 a 14 hs. Que desde noviembre del año 2009 hasta
noviembre del año 2012 estuvo con carpeta médica por trastornos psiquiátricos a causa de la
actividad laboral realizada. Qué asimismo, y atento los dolores en la región lumbar, consultó al Dr.
Héctor Velázquez, quien le ordenó realizar estudios y el día 16 de abril 2013 le diagnosticó:
Reacciones vivenciales anormales neurosis depresiva grado III, Lumbalgia por discopatía lumbar,
Incapacidad: es parcial, permanente y definitiva del 35% de la T.O., con calificación Médico Legal:
Enfermedad profesional. Plantea inconstitucionalidad del art. 46, 47 de la LRT, citando
jurisprudencia y exponiendo sus fundamentos a los que me remito en honor a la brevedad. Dice
que del mismo momento de la vinculación de las partes, empleador con Aseguradora de Riesgo de
Trabajo y trabajador, se establece un débito de seguridad de aquel para con éste según nuestro
Código Civil según lo prescriben los arts. 1109 y concordantes, 512, 902 y siguientes, lo que
formulan un principio general de responsabilidad por el hecho propio: daño que es producido por el
agente con su cuerpo o con el empleo de cosa sometidas a su acción directa o inmediata, norma
que emplazada con las disposiciones de la ley 19.587 y Dec. Reglam. ha llevado a nuestros
tribunales a elaborar distintos pronunciamientos, ante la no entrega de elementos protectores, no
tomar las medidas precautorias o técnicas que tienen por objeto proteger, preservar y mantener la
integridad psicofísica de los trabajadores, en definitiva prevenir, reducir o eliminar los riesgos en
los distintos puestos de trabajo entre otros, citando fallos a los que me remito en honor a la
brevedad. Manifiesta que en cuanto a la responsabilidad objetiva, la misma que surge del art. 113
del C.C, por el riesgo o vicio de la cosa, prescinde de la culpa en la caución del daño, basta que se
produzca creando perjuicios no hay concepción a priori de cosa riesgosa o viciosa. Dice que quien
crea un riesgo debe soportar las consecuencias que el mismo derive, en nuestro caso la
aseguradora quien cubre el empleador dueño o guardián de la cosa, no sólo en el sentido material,
sino en el concepto más amplio, citando jurisprudencia a la que me remito en honor a la brevedad.
Que el daño material consiste en que el salario que tenía, que percibía por convenio la trabajadora
es de pesos ocho mil ($8000). Que a la fecha tiene 53 años. Que la incapacidad otorgada por el
profesional médico es del 35% de la T.O. Que hace presente que las cifras que se demanda son
provisorias y para cumplimentar con los recaudos procesales, la pretensión definitiva se remite al
resultado de la prueba. Que el daño moral, lo fundamenta en el art. 1078 del C.C, toda vez que no
sólo padece de un daño material, sino de otros tipos, en especial espiritual (estado de ánimo,
sufrimiento, dolor y angustia), teniendo en cuenta que la patología que porta es de permanente
sufrimiento ya que el lugar de la lesión es donde repercute cualquier movimiento físico que
produce grandes dolores en la zona afectada, monto que se fijará prudencialmente y que a los
fines procesales lo estima en un cuarenta por ciento del daño material o lo que en más o menos lo
estime. A fs. 19, obra el acta de la audiencia de conciliación donde las partes no se avienen. La
actora se ratificó de su demanda, solicitando se haga lugar a la misma con intereses y costas; y la
accionada pidió su rechazo conforme las razones de hecho y de derecho que expresa en su
memorial de contestación (fs.12/18). Opone incompetencia de jurisdicción y defensa de falta de
acción y falta de legitimación pasiva, exponiendo sus fundamentos a los que me remito en honor a
la brevedad. Subsidiariamente, niega todos y cada uno de los hechos y el derecho que invoca la
actora en su demanda que no sea objeto de expreso reconocimiento en este responde. Dice que la
parte que representa nada adeuda a la actora por ningún concepto, por lo que debe rechazarse
íntegramente la acción entablada, con costas. Dice, que habida cuenta que a este organismo no
han arribado los antecedentes del evento de que se trata como tampoco de los antecedentes que
se mencionan en demanda se ve compelido a desconocer todos los hechos que se narran. Niega,
por no constarle la categoría profesional y la función de que dice la actora que tenía a la hora del
supuesto siniestro. Niega, por no constarle que la actora haya ingresado a trabajar en la fecha
mencionada en la demanda en relación de dependencia con la demandada como y/o en la
categoría de administrativo. Asimismo, la actora dice haberse desempeñado para la administración
ya que expresa que lo que hizo en el Ministerio de Educación. Niega la fecha de ingreso y el
horario en el que dice haberse desempeñado. Así, también niega la remuneración que dice haber
percibido de $ 8.000. Niega que realizara tareas de docente. Niega que padezca una incapacidad
del orden del 18,07% de la T.O. y cuyo diagnóstico sea el de lumbalgia por discopatía lumbar,
según certificado extendido por el Dr. Héctor Velázquez. Rechaza enfáticamente la indemnización
pretendida desde que no se apoya y fundamenta en ningún criterio valorativo para arribar a la
suma que se pretende lo cual deja a su mandante en un franco estado de indefensión. A más de
ello tampoco se conoce la mecánica de la enfermedad –accidente que se reclama- y su
consecuente origen (origen que demás está decir no está relacionado en el libelo), razón por lo
cual la Provincia de Córdoba no tiene posibilidad de rebatir y/o controvertir a los fines de su
defensa. Dice que la mera relación de empleo público si existió no le atribuye responsabilidad
objetiva y subjetiva a su conferente. Tampoco permite ubicarse en la posibilidad de la culpa de la
víctima. De lo expuesto se infiere que la demanda no agota los extremos exigidos por el art. 175
del CPCC. Niega la relación de causalidad entre el supuesto accidente y circunstancias relatadas
por la actora con el desenlace ominoso que menciona en su libelo. Niega que a la actora le asista
derecho a reclamar la indemnización por responsabilidad contractual (subjetiva) en los términos de
la ley 19587 y 75 de la LCT o extracontractual (objetiva) en los términos de los arts. 1109 y 1113
C.C. ya que para el sub lite corresponde la aplicación expresa de la Ley 24.557 que entró en
vigencia el 01/07/96 y a la cual la Provincia de Córdoba ha adherido por un acto administrativo
expreso, esto es, el Decreto del Poder Ejecutivo N° 1222/96 (hecho que ignora la accionante, no
siendo excusable la ignorancia o error de derecho). Niega que sea aplicable al sub-examen los
arts. 1.113 del CC, toda vez que la Provincia de Córdoba no ha ejecutado acto ilícito alguno a
sabiendas y con intención de dañar la persona de la actora o sus derechos, es decir que no ha
cometido en su perjuicio delito (por acción u omisión). Dice que por lo tanto, no se ha expresado
concretamente por parte de la accionante, cuáles han sido las transgresiones en que ha incurrido
la demandada (por acción u omisión), no existe una acción u omisión dolosa o culposa de la
Provincia de Córdoba y que dicho accionar u omisión hayan sido causas adeudadas para producir
los hechos invocados como causantes del supuesto deceso. Que no existe acto ilícito (dolo o culpa
grave) como fuente de la obligación de reparar el daño en los términos del Código Civil. Manifiesta
que para la viabilidad de un reclamo de la naturaleza del planteado en el sub-lite, tanto la doctrina
como la jurisprudencia son pacíficas en exigir al reclamante la descripción de la existencia de un
acto ilícito, su autoría y que el acto o hecho sea imputable a su representada y siendo que la ley
19.587, no resulta de aplicación en autos, razón por la cual no hay hecho ilícito por dolo o culpa
que imputar a la Provincia de Córdoba y por ende, no hay autoría y mucho menos imputabilidad
alguna que atribuir a su mandante. Dice que la ley 24557 es el ordenamiento legal aplicable en
caso de autos y que en tal entendimiento tampoco puede prosperar la hipótesis de excepción
prevista por el art. 39 apartados 1 y 2 de igual cuerpo legal, estando la provincia de Córdoba
exenta de toda responsabilidad civil frente al accionante, ya que su conducta (sea por acción u
omisión) no ha consistido en la ejecución de un acto ilícito a sabiendas o intencional destinado a
perjudicar la persona o derechos de la parte actora, ello en los términos de los arts. 1072 c y c y
1109 y 1113 del C.C. Que no ha existido por parte de su mandante un ataque efectivo a la persona
y derechos de la actora, sino por el contrario, la misma en el cumplimiento de su deber de
prevención y protección de la integridad psico física de sus agentes adhirió con fecha 10/09/96 a la
ley 24557 por Decreto N° 1222/96. Que niega el procedimiento utilizado para discriminar los rubros
reclamados en la demanda. Niega la ecuación y operaciones aritméticas que hubiere realizado la
parte actora (abstracta en la demanda) a los fines de obtener las sumas reclamadas en concepto
de indemnización, cual tampoco especifica en que consiste salvo la de daño moral. Por lo tanto
deja desde ya impugnadas las cifras y pretensiones económicas vertidas en autos al carecer de
toda fundamentación y/o sustentación legal. Niega el derecho en se funda la demanda, arts. 1072,
1109 y 1113 c y c del C.C. y la ley 19587 por si fuera del caso su tratamiento. Como consecuencia
de todo lo expuesto, niega que su representada adeude suma alguna por ningún concepto a la
actora. Sobre el punto corresponde destacar que el monto indemnizatorio pretendido, debe ser
rechazado totalmente por resultar a todas luces antojadizo y arbitrario, no contando con asidero
legal alguno que avale tan desmesuradamente pretensión. Dice que no existe en autos
responsabilidad civil objetiva alguna (ni dolo), en los términos de los arts. 1072, 1109 y 1113 del
Código Civil que atribuir a la Provincia de Córdoba y por tanto suma alguna que indemnizar a la
actora, circunstancia que de por sí implica el rechazo de la demanda, con costas. Dice que como
colorario de todo lo referido, la demanda promovida por la actora en contra de su parte debe ser
rechazada en todas sus partes. Pero a más de lo expuesto aparece inequívoco el error en las
pretensiones esgrimida pues no se sabe si se demanda por incapacidad psiquiátrica solamente o
como dice el libelo por incapacidad laboral lo cual constituye demandas antinómicas que se
repelen entre sí, no pudiendo ser atendibles jurisdiccionalmente, con costas. Contesta planteo de
inconstitucionalidad de la ley 24557, solicitando el rechazo de la misma, exponiendo sus
fundamentos a los que me remito. Hace Reserva del Caso Federal. Abierta a prueba la causa, la
parte actora la ofreció a fs. 24 y la demandada a fs. 23. Diligenciadas las pertinentes ante el
Juzgado de Conciliación interviniente, los autos fueron elevados a esta Sala y celebrada la vista de
la causa (fs. 80 y 86) quedaron en condiciones de dictar sentencia.- ---------------------- El Tribunal se
planteó la siguiente y UNICA CUESTION A RESOLVER: ¿QUE RESOLUCION CORRESPONDE
ADOPTAR RESPECTO A LOS RECLAMOS FORMULADOS POR LA ACTORA EN SU
DEMANDA?.- ----------------------------------------------------- A LA UNICA CUESTION PLANTEADA EL
DR. CARLOS A. TOSELLI DIJO: De conformidad con los términos de la Litis, la parte actora
plantea su reclamo por responsabilidad civil en los términos de los arts. 1.109, 1.113 y 1.078 de
dicho ordenamiento legal en atención a la patología psiquiátrica y columnaria que denuncia
padecer, de acuerdo al certificado médico de iniciación de trámite suscripto por el Dr. Héctor
Velázquez.- En primer término la demandada plantea incompetencia de jurisdicción sosteniendo
que al haber adherido la Provincia de Córdoba por ley 8551 al Pacto Fiscal, adhirió a la regla de
competencia de la ley 24.028 en cuanto a los reclamos por responsabilidad civil y al fuero
competente para su actuación.- Al respecto señalo que tal postura carece de andamiaje ya que la
ley 24.028 fue expresamente derogada y la Provincia de Córdoba no dictó acto legislativo de
similar tenor con relación a la ley 24.557, por lo tanto la invitación a adherir a dicha regla
competencial no ha sido utilizada en el orden provincial.- En cuanto a la competencia material, la
parte actora ha cuestionado la constitucionalidad del art 46 de la ley 24.557 en tanto y en cuanto
dicha norma remite en su apelación a la jurisdicción federal.- Sobre el particular y también respecto
de la necesaria intervención de las Comisiones Médicas Locales como organismo encargado de
determinar el grado de incapacidad del trabajador reclamante, el suscripto se ha expedido en
reiteradas ocasiones, razón por lo cual se remite a dichos argumentos, que a continuación
transcribe. Así afirmo con relación al rol de las Comisiones Médicas, que conforme el precedente
de la Corte en “Castillo”, las Comisiones Médicas revisten carácter federal (...máxime cuando las
comisiones mencionadas son "organismos de orden federal" (Fallos: 322:1220) – Considerando 2),
razón por lo cual resulta contradictorio otorgarle carácter de tribunal administrativo de primera
instancia, ya que si ello fuera así, necesariamente debería recurrirse ante la instancia federal, lo
que fuera expresamente descalificado por nuestro máximo Tribunal Nacional.- Sostengo y así lo he
dicho en numerosos pronunciamientos, previos y posteriores a Castillo, que la actuación de dicho
“organismo de orden federal” sólo provee una decisión médica cuyo propósito es activar el sistema
en aras a beneficiar a las víctimas de siniestros laborales ya que esa es la única razón que debería
motivar al sistema creado, al menos conforme al discurso explícito de sus instrumentadores y
defensores.- Y cómo se benefician las víctimas: obteniendo lo que la Corte Suprema de Justicia de
la Nación ha señalado de manera contundente en la causa “Aquino”, al expresar: “En segundo
término, la solución alcanzada no acarrea la frustración de los elevados propósitos de
automaticidad y celeridad del otorgamiento de las prestaciones perseguidas por la LRT. En efecto,
es manifiesto que del hecho de ser constitucionalmente inválido que la mentada prestación de la
LRT origine la eximición de responsabilidad civil del empleador (art. 39, inc. 1), no se sigue que las
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo queden relevadas de satisfacer las obligaciones que han
contraído en el marco de la citada ley. De tal suerte, este pronunciamiento no sólo deja intactos los
mentados propósitos del legislador, sino que, a la par, posibilita que el empleador pueda encontrar
protección en la medida de su aseguramiento”.- La automaticidad de las prestaciones estará dada
en el hecho de que obtenido dictamen favorable al trabajador, la A.R.T. está obligada a satisfacer
de manera prácticamente inmediata, las prestaciones dinerarias y en especie que resulten de tal
declaración, siendo la posibilidad recursiva que le otorga el sistema de mero efecto devolutivo.- Si
esto es así, reitero, el trámite ante la Comisión Médica tiene como único objetivo la activación del
sistema prestacional y en última instancia está previsto para beneficio del siniestrado, ya que no
hay que olvidar que como lo expresa contundentemente la Corte Suprema de Justicia de la Nación
desde los autos: “Gorosito” “...el bien jurídico protegido es la indemnidad psicofísica del trabajador
dependiente; desde tal perspectiva se impone otorgar primacía a la circunstancia de que, en defi-
nitiva, el daño llegue a ser reparado” (Considerando 6). Por lo demás el Tribunal Superior de
Justicia ha señalado que: “Reclamadas las prestaciones de la ley 24.557 por una contingencia allí
prevista, el proceso de transición generado por la declaración de inconstitucionalidad de
numerosas normas de aquel sistema justifica que en el particular no se priorice el paso por la
instancia administrativa –arts. 21 y 22 íb...”. (Autos: “FERREYRA JUAN SILVANO C/ OMEGA
A.R.T. –DDA– REC/S DE CASACION E INCONSTITUCIONALIDAD" – Sentencia 204 de fecha 24
de octubre de 2.007) ni tampoco la temporaneidad de la apelación dentro del trámite establecido
por el decreto 717/96 (Autos: "OVIEDO ENRIQUE ADELMO C/ H.I.H. ASEGURADORA DE
RIESGOS DEL TRABAJO S.A. Y/O QBE ART S.A. -INCAP.- RECS. DE CASACIÓN E
INCONSTITUCIONALIDAD", Sentencia 205 de fecha 24 de octubre de 2.007).- Delimitado este
aspecto, que implica per se la declaración de inconstitucionalidad de los arts. 8 inc. 3, 21, 22 y 46
inc. 1 de la ley 24.557 y del trámite recursivo previsto por el decreto 717/96, he de adentrarme al
análisis de la cuestión sustancial incoada. A tal fin, existen dos pericias realizadas en la causa,
correspondiente al aspecto médico como al psiquiátrico. La pericia médica oficial obrante en la
causa a fs. 41 realizada por el Dr. Edgardo Naser afirma que la accionante padece de una
incapacidad del orden del 10,90% de la t.o. por lumbalgia por discopatía lumbar, incluyendo en
dicho porcentaje a los factores de ponderación. Si bien el perito no determina la calificación médico
legal de la misma, en atención a que hace referencia a la carga horaria cumplida por la actora en
el desempeño de sus labores habituales como docente, entiendo que debe ser calificada como
Enfermedad Profesional en los términos del art. 6 inc. 2 de la ley 24.557.- Dicha pericia médica
notificada a las partes no mereció ningún tipo de impugnación de las mismas, razón por lo cual
sostengo que las partes están contestes con su resultado.- También a fs. 60/62 se encuentra
agregada la pericia psiquiátrica realizada por el Dr. Esteban D. Elicabe, quien luego de examinar a
la actora concluye que la actora presenta una personalidad anormal (insegura de sí misma) y una
reacción vivencial anormal neurótica grado II relacionada a problemas familiares y que no presenta
trastornos psiquiátricos relacionados a su tarea laboral. Dicha pericia psiquiátrica fue impugnada
por la parte actora pero sin dar fundamentos científicos que pudieran controvertir el dictamen
oficial, razón por la cual desde ya señalo que se rechaza la pretensión de reparación de la
incapacidad psiquiátrica por no haberse constatado incapacidad indemnizable en los términos de
la ley 24.557 y mucho menos aún con basamento en la responsabilidad civil.- Ahora bien como la
actora no concurrió a la Comisión Médica Local he de verificar si ha podido establecer el nexo
causal adecuado entre las patologías columnarias detectadas en el informe pericial médico
cumplido y las labores desarrolladas como docente.- En ese sentido en la ocasión de la vista de la
causa declararon quienes fueron compañeros de trabajo de la misma o alumnos que cursaron bajo
la docencia de la actora.- Así la Sra. MARIA DEL ROSARIO COSSE BAUBETA: dijo ser docente
de la Escuela Provincial de Bellas Artes, del IPET 66 José Antonio Balseiro y del IPEM 38. Dice la
testigo que en la Escuela de Bellas Artes son colegas con la actora y en la otra realizó la práctica
docente con sus alumnos. La testigo comenzó en el año 2000, y expresa que veía a la actora en
los pasillos y sala de profesores, que en ese entonces la cruzaba poco. Pero luego en 2007/2010,
la actora empezó las prácticas y fue más frecuente e intensa a relación desde lo profesional.
Preguntado por la apoderada de la actora: señaló que en práctica pedagógica el trabajo es
particularmente intenso por la responsabilidad que implica que de allí se otorgan los títulos. Dice
que los practicantes estaban muy mal preparados y entonces era muy agotador, tenía que
nivelarlos para lograr que los mismos obtuvieran sus títulos. Era un seguimiento muy intenso,
altamente personalizado fuera de las horas cátedras para lograr un nivel necesario para que
puedan graduarse. Todos los practicantes eran adultos. El ejercicio de la profesión de la actora era
la Supervisión, la misma era sentada, pero llevaba un seguimiento y devolución de cómo debían
hacer las cosas, explicarles las fallas. Que por año eran 12 o 15 practicantes. Que la testigo se
enteró que la actora estuvo con carpeta médica, dice que no le consta si clínicamente tenía algo
específico, le comentó de la columna, que tenía una hernia de disco y a su vez sufría de un
profundo stress. Dice que a ella le consta que estaba muy agotada. Preguntada por la apoderada
de la demandada: señaló que trabajó con la actora hasta el 2010, dice que la vio muy agotada
desde los años 2008, 2009 y 2010. Dice que tenían una amistad no íntima, sí de colegas con la
actora. Que hacía grandes esfuerzos tanto físicos como psíquicos, que su vida profesional era un
caos, que estaba de una escuela para otra, que era tan contenedora, que no tenía espacio para el
descanso. Dice la testigo que concretamente la veía tres veces por semana a la actora, eran seis
horas seguidas. Que de la carpeta médica de la actora se enteró en el 2011, que le comentó que
entraba en carpeta psiquiátrica porque estaba con stress, problemas de memoria de orientación.
Preguntado por el apoderado de la Actora: señaló con respecto al ámbito de trabajo que las
prácticas eran en colegios secundarios por lo tanto bulliciosos, las aulas eran cerradas, oscuras,
en el colegio Balseiro no tienen ventanas, con exceso de alumnos alrededor de 30 alumnos, en
cambio en otros eran más cómodos. Pero siempre eran ruidosos y muchos alumnos.
Seguidamente se procedió a recepcionar la testimonial de la Sra. MIRIAM ESTELA ANDRADE:
Fue alumna de la actora del profesorado de lengua y literatura, en el año 2005, en la carrera del
Instituto Simón Bolívar (escuela Carbó), en el horario de las 18:30 hs a 21:30 hs. Las tres horas
eran con la actora. Preguntada por el apoderado de la Actora: dice que eran más de 50 alumnos,
todos adultos, cada uno con sus dificultades. A la testigo le costaba estudiar, porque el ámbito
donde estaba costaba centrar la atención, eran aulas chicas, con muchos problemas edilicios,
pocos asientos, piso roto, había mucho ruido, vidrios rotos. La actora se manejaba en la parte de
adelante, parada y se trasladaba hacia atrás para que los alumnos escucharan lo que ella
transmitía. Dice que había muchos alumnos, algunos eran ruidosos y otros no tanto.
Seguidamente se procedió a recepcionar la testimonial de la Sra. ADRIANA TRAVELLA
VILLAFAÑE: Profesora. Conoce a la actora de la escuela Alcorta en el año 2000 como estudiante.
Fue alumna de la actora en la materia pedagógica en la escuela mencionada en dos materias
diferentes pero relacionadas las mismas. Dice que la tuvo como profesora en los años 2007/2010.
En su curso dice que eran como 15 o 20 personas aproximadamente. El aula era común.
Preguntado por la apoderada de la Demandada: Dice la testigo que ella hizo la parte docente para
recibirse del profesorado, concurría dos veces por semana. Estas son en síntesis y en lo esencial
las declaraciones testimoniales rendidas en la causa.- Ahora bien la parte actora pretende la
aplicación de dispositivos del Derecho Civil sin haber cuestionado la constitucionalidad del art. 39
de la ley 24.557 que exime a los empleadores de tal responsabilidad.- La demandada afirma que la
ley aplicable es la ley de riesgos del trabajo. Atento la diferencia en la aplicación del derecho,
corresponde al suscripto como Juzgador y en base al principio “iura novit curia” determinar cuál es
la normativa legal aplicable y entiendo que en autos debe ser aplicada la ley 24.557, no sólo
porque no se pidió la declaración de inconstitucionalidad de la norma de la ley especial que veda la
aplicación de las disposiciones del código civil, sino porque además no considero que se hayan
demostrado los factores de atribución de la responsabilidad civil para el caso en análisis. En
consecuencia y siendo que la Corte Nacional desde la causa “Gorosito” ha venido señalando que
el daño sufrido por el hecho u ocasión del vínculo laboral debe ser resarcido, es que encuadro al
caso en el dispositivo del art. 6 inc. 2 de la ley 24.557, considerando a la patología detectada en la
actora como Enfermedad Profesional al amparo de dicha normativa.- Respecto a la pretendida
aplicación de las leyes de emergencia tanto nacionales como provinciales sostengo que las
mismas son inaplicables dentro del esquema prestacional de la ley 24.557 en el que nos estamos
moviendo, ya que el art. 3 de dicha normativa exige para que las empresas puedan
autoasegurarse que garanticen el cumplimiento de las prestaciones dinerarias y en especie (en
este caso por sí o por terceros prestadores), lo que implica su cumplimiento en tiempo y forma,
razón por lo cual no resulta posible estipular mecanismos de dilación o de consolidación de
pasivos para afrontar dichos pagos, resultando en consecuencia, como ya señalé, inaplicables al
caso de autos tales disposiciones de orden provincial y/o nacional a las que la provincia podría
adherir.- De todas maneras y a mayor abundamiento debe tenerse presente que el Tribunal
Superior de Justicia ha señalado la inconstitucionalidad de aquellas normas de emergencia
provincial cuando lo que estaba en juego era la reparación de daños en la salud de las personas,
entre los que se cuentan naturalmente a los trabajadores (así entre otros en los autos "DAVALLE,
Carlos p.s.a. Lesiones Culposas - Recurso de Casación e Inconstitucionalidad" (Expte. "D", 12/01),
Sentencia de fecha 3 de julio de 2.003 y en igual sentido: “VILLADA, Brígida Olinda c/ Superior
Gobierno de la Provincia de Córdoba, Incapacidad – Recurso de Inconstitucionalidad”, Sentencia
153 de fecha 7-10-2004). En consecuencia tenemos que en el caso que nos ocupa se trata de la
víctima de enfermedades profesionales, de 53 años de edad y que sufrió lesiones que
secuelarmente le provocaron una incapacidad física parcial y permanente, definitiva del orden del
10,90% de la t.o., incluyendo en ello a los factores de ponderación, tal como fuera fijado por la
pericia médica judicial a la que le he dado valor. Es decir que la fórmula será: 53 veces el Ingreso
Base Mensual x 10,90% de incapacidad x Coeficiente de Edad de la accionante a la fecha de la
primera manifestación invalidante (16 de abril de 2.013).- A esos efectos deberá calcularse la
indemnización que corresponda como prestación de pago único conforme la fórmula legal, tal lo
explicitado supra y de conformidad a lo prescripto por la ley 26.773 atento a que la fecha del
siniestro es posterior a la fecha de corte fijada por el art. 17 inc. 5 de dicha normativa.- A los fines
de establecer el IBM se considerarán los salarios devengados en el año anterior a dicha primera
manifestación invalidante, los que deberán ser requeridos a la repartición donde presta servicios la
accionante.- Con el IBM así determinado se conformará la fórmula legal (53 x IBM x C.E. x P.I.)
teniendo presente que no ha sido cuestionada la constitucionalidad del decreto 472/2014.- En
atención a la vigencia de la ley 26.773 corresponde la adición del 20% prescripta por el art. 3 de
dicha normativa y que viene a cubrir aquellos otros daños por otros sistemas de responsabilidad
no abarcados por la fórmula legal (caso del daño moral reclamado en la demanda).- Las sumas
que resulten deberá ser adicionada con intereses desde la fecha de la primera manifestación
invalidante (16-4-2013), de conformidad a la tasa pasiva promedio nominal mensual que resulta de
la encuesta que realiza el Banco Central de la República Argentina, incrementada en un dos por
ciento mensual (2%), todo conforme lo dispuesto por la ley 23.928 y sus decretos reglamentarios
529/91 (art. 8) y 941/91 (art. 10), los que se mantienen vigentes luego de la sanción de la ley
25.561 y los fundamentos dados por esta Sala en los autos: "Allende Emiliano H. c/ Transporte
Automotores 20 de Junio S.R.L. Demanda" (sentencia de fecha 11 de noviembre de 1991) y
confirmado por el Tribunal Superior de Justicia en autos: "Juárez Guillermo c/ Cor Acero S.A. y otro
- Demanda - Recurso de Casación" (Sentencia del T.S.J. N° 93 de fecha 15 de octubre de 1992) y
"FARIAS C/ MUNICIPALIDAD DE CORDOBA - DEMANDA - Sentencia de fecha 2 de noviembre
de 1994" a los que me remito brevitatis causae y que deberán ser considerados como parte
integrante de esta Sentencia, y a los fines de mantener incólume su contenido habida cuenta de la
situación financiera que se vive en la actualidad y que evidencia un incremento en los índices
inflacionarios, lo que lleva en definitiva a adoptar los intereses establecidos en el caso
“HERNANDEZ JUAN CARLOS C/ MATRICERIA AUSTRAL S.A. - DEMANDA - REC. DE
CASACION" (Sentencia del T.S.J. 39 de fecha 25-6-2.002), pretendiendo con ello esta Sala que
integro ajustarse a la nueva realidad económica con el objeto de evitar que el deudor obtenga un
enriquecimiento indebido por no cumplir en tiempo con su obligación y que el acreedor resulte
perjudicado con la morosidad del primero, teniendo además presente que las tasas bancarias son
sólo tasas de referencia.- Por lo demás la fijación de la tasa de interés no causa estado y si las
circunstancias varían de modo notable, podrán ser modificadas, aún en etapas posteriores al
dictado de la Sentencia, tal cual se ha expresado en otros antecedentes, sin que ello afecte el
derecho de defensa de las partes, ni la cosa juzgada.- Las sumas de los intereses a adicionarse al
capital de la condena deberán ser determinadas en la etapa previa de ejecución de sentencia
conforme la tasa de interés especificada supra y hasta el momento de su efectivo pago, todo
conforme a lo previsto por el art. 812 y siguientes del C. de P. C. y la condenada deberá abonarla
en el plazo prescripto por el art. 806 de dicho cuerpo legal, contado desde la fecha de notificación
del auto aprobatorio de la planilla general que al efecto debe practicarse, bajo apercibimiento de
ejecución forzosa.- Tal modo de resolver hace que se deban desestimar las defensas de falta de
acción y de falta de legitimación pasiva, ya que al considerar a la patología de la actora como
Enfermedad Profesional la acción se encuentra correctamente encaminada hacia la Provincia de
Córdoba, que actúa como si fuera un ente autoasegurado dentro del esquema prestacional de la
ley de riesgos del trabajo.- Las costas se imponen a la demandada (artículo 28 de la ley 7987),
debiendo diferirse la regulación de los honorarios de los letrados y demás profesionales
intervinientes para el momento en que exista base económica líquida, firme y adicionada con
intereses, practicándose conforme lo dispuesto por los arts. 27, 36, 39, 49, 97 y 125 de la ley
9459.- En definitiva entonces, propugno la procedencia de la acción contra la demandada, en su
actuación como entidad autoasegurada en los términos del art. 3 de la ley 24.557, por todos los
fundamentos expresados, por cuanto a los fines de la L.R.T. se define al daño como la disminución
anatómica o funcional de un órgano, un aparato o sistema del organismo o de éste en su conjunto,
en relación al funcionamiento del mismo antes de la lesión o enfermedad que lo provocó, o si esto
se desconoce, en relación al estándar de normalidad de la población general comparable en sexo
y edad y que para que ese daño sea permanente, el mismo debe ser definitivo e irreversible,
situación que conforme pericia médica judicial se da en autos.- Hago presente que he analizado la
totalidad de la prueba producida en la causa, y si alguna no menciono es por considerar que la
misma no resultaba dirimente a los fines del decisorio, de conformidad a lo previsto por el artículo
327 del C. de P. C.- ------------------------------------------------------------------------- Por las razones
fácticas y jurídicas expuestas, el Tribunal RESUELVE: I) Rechazar la excepción de incompetencia
y las defensas de falta de acción y de falta de legitimación pasiva planteadas por la demandada.-
II) Declarar inaplicable al presente caso las disposiciones de las leyes de emergencia tanto
provinciales como nacionales y sus normas modificatorias y complementarias.- III) Declarar la
inconstitucionalidad de los arts. 8 inc. 3, 21, 22, 46 inc. 1 de la ley 24.557 y del decreto 717/96.- IV)
Rechazar parcialmente la demanda incoada por la Sra. SILVIA IRENE CHAIG en contra del
SUPERIOR GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CORDOBA, en cuanto pretendía que la
demandada le abonara las prestaciones dinerarias por la incapacidad diagnosticada como
Reacción Vivencial Anormal Neurótica Depresiva Grado II, por no haberse constatado nexo causal
entre dicha afección y las labores desarrolladas para la demandada, a juicio de la pericia
psiquiátrica a la que se ha dado valor.- V) Hacer lugar parcialmente a la demanda incoada por la
Sra. SILVIA IRENE CHAIG y en consecuencia condenar al SUPERIOR GOBIERNO DE LA
PROVINCIA DE CORDOBA, como responsable en el pago de la prestación dineraria derivada de
la enfermedad profesional constatada en la actora por el hecho u ocasión de las tareas cumplidas
a sus órdenes, a abonarle a la accionante, en función del art. 14 apartado 2, inciso a) de la ley
24.557, conforme reforma operada por el decreto 1694/09 y ley 26.773, considerando los demás
dispositivos legales referenciados al tratar la cuestión, en especial el art. 19 de la C. N. y el art. 907
del Código Civil, en un único pago, la incapacidad del 10,90% de la T.O., sobre la base del
diagnóstico de Lumbalgia por Discopatía Lumbar, incluyendo en dicho porcentaje a los factores de
ponderación, todo de conformidad a la pericia médica judicial a la que se le ha dado valor,
conforme se explicitara supra.- De igual manera la demandada deberá abonar la prestación
adicional prescripta por el art. 3 de la ley 26.773.- La calificación médico legal es de Enfermedad
Profesional comprendida en el art. 6 inc. 2 de la ley 24.557, con nexo causal adecuado en el
trabajo desempeñado por la actora a las órdenes del Ministerio de Educación de la Provincia de
Córdoba.- Las sumas definitivas de dinero deberán ser determinadas conforme a las pautas dadas
al tratarse la única cuestión adicionando los intereses al capital mencionado y mediante el
procedimiento establecido en el art. 812 del C. de P. C., y deberán ser abonadas por la condenada
dentro del término prescripto por el art. 806 del C. de P.C. computado a partir de la notificación del
auto aprobatorio de la planilla de capital e intereses, bajo apercibimiento de ejecución forzosa.- VI)
Imponer las costas a la condenada SUPERIOR GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CORDOBA
(art. 28 ley 7987).- La regulación se efectuará sobre la base de los montos que prosperan,
difiriéndose la regulación de los honorarios de los Dres. Eduardo Adrián Juárez Andrada, Rolando
A. Agüero García, Daniel Antonio Leones y demás profesionales intervinientes para el momento en
que exista base económica líquida, firme y adicionada con intereses para ello, debiendo
practicarse conforme arts. 27, 36, 39, 49, 97, 125 y concordantes de la Ley 9459.- VII)
Oportunamente cumpliméntense las leyes 8404, 8577 y 8380.- VIII) Protocolícese y hágase saber.-

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