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UNO
INGRESADO
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15-03-2018
EN LO PRINCIPAL: Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad;
PRIMER OTROSÍ: Acompaña documentos; SEGUNDO OTROSÍ: Suspensión del
procedimiento; TERCER OTROSÍ: Acredita personería; CUARTO OTROSÍ:
Patrocinio y poder; QUINTO OTROSÍ: Solicita forma de notificación que indica.
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DOS
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TRES
Pues bien, como se puede observar, la controversia jurídica está definida por
las dos acciones hechas valer por el señor Rebolledo en esta causa -una por vulneración
de derechos fundamentales y otra por despido injustificado-, y las excepciones y
defensas planteadas por ENEX, las que se centraban en determinar si había o no en los
hechos denunciados una vulneración del derecho a la honra y, en subsidio, si así no se
estimara por el tribunal, si existía un despido injustificado, atendidos estos mismos
hechos en relación a la causal legal invocada.
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CUATRO
Finalmente, a juicio del tribunal, “el único hecho que quedó demostrado es que en la
reunión a la que llamaron a los testigos del actor y a otros trabajadores, se les comunicó que el
demandante había sido despedido y que se habría informado que fue por unos problemas de
rendiciones. Si bien esa no fue una acción del todo acertada por parte de la demandada, tampoco puede
considerarse como una vulneración a la garantía constitucional alegada. A mayor abundamiento y de
acuerdo a las impresiones de mensajería wsp entre el demandante y sus testigos, se desprende que algo
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CINCO
ellos sabían del tema de las rendiciones ya que se limitan a decir solo esas palabras referente al despido,
sin ahondar en detalles”(considerando 5º).
Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de
experiencia, en cuya virtud les asigne valor o las desestime. En general, tomará en especial consideración la
multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice,
de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador.
3 Artículo 478.- El recurso de nulidad procederá, además:
c) Cuando sea necesaria la alteración de la calificación jurídica de los hechos, sin modificar las conclusiones
fácticas del tribunal inferior;
4 Artículo 477.- Tratándose de las sentencias definitivas, sólo será procedente el recurso de nulidad, cuando en la
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SEIS
por la demandante, por la primera de las causales antes citadas, esto es, por infracción
manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la
sana crítica, señalando que:
“La causal de terminación del contrato de trabajo, esto es, las necesidades de la empresa
que establece el inciso primero del artículo 161 del Código del Trabajo, se refiere a una
causal de despido objetiva, ajena a la conducta contractual o personal del dependiente y
que excede, la mera voluntad del empleador ya que requiere la concurrencia de hechos o
circunstancias que la hagan procedente.
Que como el propio sentenciador lo expresa en el motivo sexto del fallo, el hecho relatado
en la carta de despido no está contemplado en la norma legal citada, por lo que no es
admisible prueba al respecto. La exigencia de detallar los hechos en la carta de despido
dice directa relación con el derecho a defensa que tiene el afectado con la grave decisión de
terminación de su contrato, ya que le permitir articular de buen modo la defensa de sus
derechos, y aparece incluso más necesaria cuando se invoca una causal como esta, en la que
normalmente deben aportarse antecedentes técnicos como, por ejemplo, datos detallados que
expliquen las razones del proceso de racionalización o reestructura, junto con todos los
antecedentes fácticos que motivan el despido. No resulta, entonces, lógico, que se invoque la
causal de necesidades de la empresa y se justifique en hechos que la extralimitan, como la
pérdida de confianza y los demás que se detallan en la misma.
Expresa, además, el sentenciador, que en relación con el texto de la carta de despido y sus
posibles alcances vulneratorios, debe ser rechazada, puesto que, de acogerse tal tesis, sería
atentatorio el contenido de todas aquellas cartas que invocasen falta de probidad, lo que no
resulta razonable ni lógico. Lo anterior constituye claramente un error, toda vez que lo
indicado puede ser efectivo cuando se invoque la causal referida, lo que no ocurre en este
caso, en que se aducen necesidades de la empresa y se imputan hechos propios de la falta de
probidad (considerando 3°).
Agrega que:
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SIETE
Acto seguido, y sin previa vista, la Corte dicta sentencia de reemplazo, acogiendo
la denuncia de tutela, estableciendo:
“Que la carta de despido del actor señala que se le pone término a su contrato de trabajo
por la causal del artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo, sin embargo, en la
relación de los hechos se indican circunstancias ajenas a la causal. En efecto en la referida
comunicación se expresa “Esta necesidad se basa en la pérdida de confianza que se genera
a partir de algunas situaciones tales como rendiciones de gastos ocasionados fuera del
ámbito laboral”.
Que si bien es cierto la jurisprudencia de nuestros tribunales ha señalado, en general, que
la imputación de hechos en la carta de despido, por si solos, no es suficiente para dar por
afectada la honra de la persona, pero en el caso de autos se invoca una causal como es las
necesidades de la empresa y se indican hechos que la exorbitan claramente, y que merodean
la falta de probidad, dejando además al trabajador en la indefensión frente a las
imputaciones.
Pero, aún en el caso de la falta de probidad, la publicidad de la misma sí puede, como en
este caso, afectar la honra, puesto que el destinatario natural de la carta es el trabajador, y
la difusión, entre sus pares, causa una lesión al derecho constitucional indicado.
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NUEVE
órgano del Estado en el ejercicio de las funciones administrativas que le competen, con
otro órgano administrativo o con un particular o administrado, para satisfacer
necesidades públicas”5, o bien, en términos más amplios, como “cualquier contrato que
celebra la Administración para el cumplimiento de sus tareas y cometidos,
independiente de su naturaleza jurídica”6.
En nuestro medio una de las definiciones más citadas es aquella que señal que
el contrato administrativo es aquel “acto jurídico bilateral celebrado entre la
Administración y un particular u otro órgano de aquella, que persigue un fin público, y
se somete a las reglas del Derecho Público”7. Esta última definición destaca los cuatro
elementos centrales que lo identifican, a saber, que se trata de un acto jurídico bilateral,
que una de las partes necesariamente es un órgano del Estado, que su objeto no es otro
que el de satisfacer las necesidades públicas y, por último, que su regulación está
sometida total o parcialmente a las normas de Derecho Público que dispone el
ordenamiento jurídico.
Departamento de Derecho Público. Facultad de Derecho, Universidad de Chile. 2008, página 42.
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ONCE
Esta regulación establece además las normas conforme a las cuales deberá
seleccionarse el contratante con la Administración del Estado, poniendo a la licitación
pública como la regla general en esta materia, y definiendo con precisión los casos o
supuestos en los que podría operar la licitación privada y el trato directo como
mecanismos excepcionales de selección del contratante privado. La forma como se
ejecutan y cautelan estas reglas y el tribunal y el procedimiento judicial especial
dispuesto para ello también aparece regulada en la ley y en el reglamento que lo
complementa, siendo esta normativa de especial trascendencia para cautelar los
principios que inspiran este nuevo sistema de contratación pública.
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9Mensaje proyecto de ley Boletín N°3620-13. Primer Informe de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la
Cámara de Diputados, en primer trámite constitucional, de 7 de mayo de 2005.
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Por su parte, las prohibiciones para contratar están consagradas en los incisos
6° y 7° del mismo artículo 4° de la LBCAS, disponiendo que ningún órgano de la
Administración del Estado y de las empresas y corporaciones del Estado o en que éste
tenga participación, podrá suscribir contratos administrativos de provisión de bienes o
prestación de servicios con los funcionarios directivos del mismo órgano o empresa, ni
con personas unidas a ellos por los vínculos de parentesco descritos en la letra b) del
artículo 54 de la LOCBGAE, ni con sociedades de personas de las que aquéllos o éstas
formen parte, ni con sociedades comanditas por acciones o anónimas cerradas en que
aquéllos o éstas sean accionistas, ni con sociedades anónimas abiertas en que aquéllos o
éstas sean dueños de acciones que representen el 10% o más del capital, ni con los
gerentes, administradores, representantes o directores de cualquiera de las sociedades
antedichas. Las mismas prohibiciones anteriores, se aplicarán a ambas Cámaras del
Congreso Nacional, a la Corporación Administrativa del Poder Judicial y a las
Municipalidades y sus Corporaciones, respecto de los Parlamentarios, los integrantes
del Escalafón Primario del Poder Judicial y los Alcaldes y Concejales, según el caso.
Estas prohibiciones fueron incorporadas al texto de la LBCAS por el artículo 13 de la
Ley N°20.088 de 2006.
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Ahora bien, en el caso chileno, esta inhabilidad para contratar con el Estado
está construida, como se sabe, como una sanción accesoria a la condena en un juicio
laboral por infracción a derechos fundamentales o prácticas antisindicales, no la
comisión de ilícitos penales. En su origen, de acuerdo a lo expuesto en la moción
parlamentaria presentada al efecto (Boletín Nº3620-13), su objetivo era propender a
una competencia leal entre los proveedores del Estado, no permitiendo que empresas y
personas naturales que infringen las normativas laborales y tributarias que se han fijado
para cautelar los derechos de los trabajadores y asegurar el financiamiento de los
programas gubernamentales, sean favorecidos con contratos públicos. Así, se busca
evitar que empresas que abusan reiteradamente de sus trabajadores, infringiendo la ley,
no reciben sanción alguna y, peor aún, mantengan una fluida relación y exitosa con el
Fisco.
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encuentra pendiente, deberá pagar dicha alta suma de dinero y además operaría la
inhabilidad para contratar con el Estado del artículo 4º de la LBCAS, siendo excluido
para ello del Registro Oficial de Proveedores del Estado.
Esto último es muy relevante, ya que si se considera que de las tres empresas que
proveen productos derivados del petróleo, combustibles, lubricantes y asfaltos 15 al
Estado actualmente, ENEX representa un 3%, lo que representa 968 órdenes de
compra equivalentes a más de 3.249 millones. Esta participación ha ido en aumento
sostenido en los últimos 3 años, triplicando los montos de sus contratos originalmente,
lo que da cuenta del perjuicio que se le causaría a ENEX con la aplicación de la sanción
accesoria antedicha. Además, ello limitaría aún más los oferentes que proveen de este
bien indispensable para el funcionamiento del Estado, quedando concentrado el
mercado en solo dos empresas proveedoras (COPEC y Petrobras16), perjudicando con
esto las posibilidades de la Administración del Estado de obtener mejores condiciones
en los procesos licitatorios que inicie, situación que atentaría evidentemente contra la
libre competencia.
15http://webportal.mercadopublico.cl/proveedor/92011000-2?_ga=2.37031715.2024925084.1520024583-
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21 Muñoz Machado, Santiago. Tratado de Derecho Administrativo y Derecho Público General, Iustel, Madrid, 2006, página
590.
22 Fuentes Cubillos, Hernán. “El principio de proporcionalidad en Derecho Penal. Algunas consideraciones acerca
de su concretización en el ámbito de la individualización de la pena”, en Revista Ius et Praxis, 2008, año 14, N°2,
páginas 21-29.
23 Cárcamo Riguetti, Alejandro. “La obligatoria observancia del Principio de Proporcionalidad de la sanción en el
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24 Entre otras, Sentencia del Tribunal Constitucional Rol Nº2658-14, de 9 de octubre de 2014.
25 Aldunate Lizana, Eduardo. Derechos Fundamentales, Legal Publishing, Santiago, 2008, páginas 264-265.
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Así, en la Sentencia Rol Nº2744-14, esta Magistratura señaló que “el principio de
proporcionalidad, también conocido como “máxima de razonabilidad” o “principio de
prohibición de exceso”, es uno de los estándares normativos empleados por la
jurisdicción constitucional para determinar la validez de una interferencia en el ejercicio
legítimo de un derecho fundamental, en virtud del cual se examina la idoneidad,
necesidad y proporcionalidad estricta de la medida que interfiere con el derecho.
Tradicionalmente, se ha entendido que el principio de proporcionalidad contiene tres
subprincipios o subjuicios diferentes: el de idoneidad (o adecuación), el de necesidad
(indispensabilidad o intervención mínima) y el de proporcionalidad en sentido estricto
(o mandato de ponderación)…Y agrega la doctrina que el principio de
proporcionalidad exige que una medida limitativa de derecho se ajuste a un fin
previamente determinado. La medida debe ser idónea para la consecución del fin
pretendido (juicio de idoneidad). El segundo aspecto del principio de proporcionalidad
exige la adopción de la medida menos gravosa para los derechos que se encuentran en
juego. En otros términos, que la medida restrictiva sea indispensable para lograr el fin
deseado y sea la menos gravosa para el derecho o libertad comprometidos, frente a
otras alternativas existentes (juicio de necesidad). Por último, a la proporcionalidad en
sentido estricto se la percibe como un mandato de ponderación. Es el caso cuando
existen principios en pugna, en el evento de que la ley de colisión exija que se ponderen
los intereses en juego. En conclusión, debe asumirse que determinadas valoraciones
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deben hacerse para establecer una relación de prevalencia entre los principios en
juego”30.
Precisamente, este Excmo. Tribunal Constitucional, utilizando el principio de
proporcionalidad como test para evaluar la constitucionalidad de las normas legales que
afectan derechos fundamentales, ha declarado la inconstitucionalidad de una norma
legal “basándose en la desproporción de la indemnización resultante de la aplicación de
la regla legal del artículo 108, literal b, de la Ley de Propiedad Industrial. Debe excluirse
la aplicación de una norma que desmesuradamente acrece, a título de indemnización,
beneficios desligados de la relación causal que la debe justificar”……“En definitiva, la
aplicación del precepto legal, en el sentido que se ha explicado precedentemente, no
supera un examen de proporcionalidad estricta, por cuanto permite, a título
indemnizatorio, obtener beneficios desligados de la relación causal entre el uso
antijurídico de la propiedad industrial y el enriquecimiento del requirente directamente
obtenido por tal uso, provocando en este último resultados gravosos que exceden
desproporcionadamente la finalidad legítima de la norma. Por lo mismo, se acoge
parcialmente el requerimiento, por vulnerar el principio de proporcionalidad basado en
el artículo 19, numeral 2°, de la Constitución”31.
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Todas estas sentencias dictadas por este Excmo. Tribunal dan cuenta de la
aplicación recurrente del principio de proporcionalidad como test de constitucionalidad
de las normas legales, imponiendo al legislador estándares de idoneidad o adecuación,
necesidad y ponderación o proporcionalidad en sentido estricto, atendidos los bienes
jurídicos puestos en juego con la regulación. Esto implica un deber de justificación
mayor de las normas legales dictadas, las que no solo deben ampararse en la legitimidad
de su origen y la finalidad pública perseguida, sino también en su racionalidad intrínseca
dentro del ordenamiento jurídico.
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administrativas, ya que suponen un límite al legislador para regular el ejercicio del poder
punitivo y sancionador administrativo del Estado.
páginas 394-395.
39 Bordalí Salamanca, Andrés. Temas de Derecho Procesal Constitucional, Editorial Fallos del Mes, Santiago, 2003,
página 64.
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Este enfoque, como se verá más adelante, será muy relevante para el Derecho
Administrativo sancionador ya que, al construirse en la doctrina clásica al hilo de los
principios del Derecho Penal, bajo la fórmula del ius puniendi único del Estado, las
formulaciones de este último impactarán muy fuertemente en el primero41. Así, las
reglas de moderación y funcionalidad, por un lado, y de discrecionalidad limitada y
controlada, por otro, como expresiones propias del principio de proporcionalidad en el
ámbito del Derecho Administrativo sancionador, se mirarán como manifestaciones más
actuales del postulado clásico de este principio en el ámbito penal, lo que unido a las
formulaciones provenientes del Derecho Administrativo relacionadas con la actividad
de policía, le darán una gran impronta y relevancia a este principio en este ámbito.
40 Fernández Cruz, José Angel. “El juicio constitucional de proporcionalidad de las leyes penales: ¿La legitimación
democrática como medio para mitigar su inherente irracionalidad?, en Revista de Derecho, Universidad Católica del
Norte, año 17, Nº 1, 2010, página 52.
41 Santamaría Pastor, 2005, tomo II, página 395.
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En este contexto, parece evidente que la norma legal impugnada a través de este
libelo resulta inconstitucional en el caso concreto de mi representada, en la medida que
no se satisface completamente el elemento o subprincipio de idoneidad, ya que si bien
se cumple con el objetivo de proteger los derechos de los trabajadores, ello no lleva a
una competencia leal y honesta de los proveedores del Estado, sino al contrario a su
disminución, por las razones ya indicadas.
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sanción administrativa adicional, sin que sea necesario establecer como medida
accesoria su exclusión del mercado público, con un año patrimonial de más de 2000
millones de pesos.
Así, por ejemplo, en la causa Rol N°1968-11, los Ministros de este propio
Excmo. Tribunal Constitucional señores Aróstica, Bertelsen y Navarro, señalaron que
“la utilidad del precepto no contribuye a la eficacia de las sentencias judiciales, al no
condecir con la facultad que le asiste a los tribunales para hacer ejecutar los juzgado, en
los términos del artículo 76° de la Constitución Política de la República. Así,
independiente de que el Código del Trabajo ya otorga suficientes poderes de imperio a
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los jueces, la norma impugnada afecta a todos quienes cargan con el baldón de haber
sido condenados, incluido a los denunciados quienes se han allanado a cumplir con
prontitud los veredictos jurisdiccionales, infringiendo lo dispuesto en el artículo 19 N°3
relativos a la garantía de igualdad ante la Justicia, al producir un efecto inhibitorio de las
defensas de los demandados”. Además, expresaron que la inhabilidad consagrada en la
segunda parte del inciso primero del artículo 4° resulta un castigo desproporcionado
debido a que “desborda los límites que debe respetar el legislador a la hora de perseguir
y castigar a quienes cometen ilícitos, conforme a la Carta Fundamental, toda vez que,
cualquiera sea la naturaleza de la falta cometida, la sanción da a lugar a una sanción
única por el lapso de dos años, en circunstancia que un criterio de justicia ordena
“darle a cada uno lo suyo”. Lo anterior, significa distribuir penas y cargas con un
criterio de igualdad o proporcionalidad, entre lo que se da y lo que se recibe entre
atención a estado, situación o específica calidad, lo que se encontraría consagrado en el
artículo 19 N°3 inciso noveno de la Constitución”. Agregan que, “en el caso de la
norma impugnada ello no ocurre, y se presta para abusos por ser insuficiente a efectos
de asegurar que la medida de castigo no trascienda la gravedad de los hechos
cometidos, pudiendo ser aplicada indiscriminadamente, puesto que podrá llegar hasta
abarcar actuaciones ínfima significación o apenas reconducibles a su formulación
genérica, a las que se ha de aplicar un sanción única e inexorable, prevista con un rigor
que otras normas reservan para crímenes más graves”.
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allanado a cumplir con prontitud los veredictos jurisdiccionales. A no ser que se crea
que el solo temor a verse condenados produce un efecto intimidatorio o disuasivo, que
contiene los litigios e inhibe las defensas de los demandados, lo que contraviene
severamente las garantías de igualdad ante la justicia que asegura el artículo 19, N° 3°,
de la Constitución chilena”
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En este sentido, resulta correcto lo señalado por los Ministros de este Excmo.
Tribunal Constitucional señores Aróstica, Brahm y Letelier, en su voto de minoría en la
sentencia Rol N°2722-14, en cuanto expresan que “la disposición cuestionada
desborda los límites que debe respetar el Legislador a la hora de perseguir y castigar a
quienes cometen ilícitos, conforme a la Carta Fundamental. Por cuanto, cualquiera sea
la naturaleza o entidad de la falta cometida, con prescindencia absoluta de su extensión
o gravedad, siempre e ineluctablemente la disposición legal objetada da lugar a esa
sanción única de obstrucción contractual durante el lapso inamovible e invariable de
dos años. En circunstancias que darle a cada uno lo suyo -reconocerlo en sus
particularidades- es la definición de justicia y sustento de nuestro régimen
constitucional”. De este modo, añaden, resulta que la sanción es la misma “cualquier
acto o conducta deviene susceptible de una única sanción, sin importar sus
características intrínsecas, entidad, trascendencia ni gravedad”, lo que no es consistente
con nuestro texto constitucional y otros preceptos legales existentes en nuestro
ordenamiento.
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En este sentido, debe tenerse en cuenta que ENEX tiene actualmente más de
650 trabajadores y 3 sindicatos, y sus filiales directas más de 2600 trabajadores y 12
sindicatos. Por ninguno de ellos ENEX ha sido condenado judicialmente por práctica
antisindical o vulneración de derechos fundamentales, por lo que aparece
evidentemente como excesivo imponer una sanción tan grave como ésta por un caso
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puntual cuya ocurrencia y configuración aparece muy discutida, incluso para la propia
judicatura.
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la doctrina alemana del siglo XIX y lo recoge la doctrina y jurisprudencia actual, lo que
constituye un límite infranqueable para la validez de la actuación estatal.
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En cuanto al análisis de cada uno de los requisitos establecidos por la ley para
la admisibilidad de un requerimiento ante este Excmo. Tribunal Constitucional,
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42Martínez, José Ignacio. “Recurso de Inaplicabilidad, Tribunal Constitucional y juez ordinario en la reforma
constitucional”. En: La Constitución Reformada de 2005, Editorial Librotecnia, Santiago, 2005, página 461.
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excluidos quienes, dentro de los dos años anteriores al momento de la presentación de la oferta, de la
formulación de la propuesta o de la suscripción de la convención, según se trate de licitaciones públicas,
privadas o contratación directa, hayan sido condenados por prácticas antisindicales o infracción a los
derechos fundamentales del trabajador, o por delitos concursales establecidos en el Código Penal” por
infringir lo dispuesto en los artículos 6, 7 y 19 N°2 y 3 de la Constitución Política de la
República.
PRIMER OTROSÍ: Solicito a S.S.E. tener por acompañados a este escrito los
siguientes documentos:
1. Copia simple de sentencia dictada el 28 de agosto de 2017 por el 2° Juzgado
del Trabajo de Santiago, causa RIT T-432-2017, caratulada
“REBOLLEDO con EMPRESA NACIONAL DE ENERGIA ENEX
S.A.”.
2. Copia simple de sentencia dictada el 29 de diciembre de 2017 por la Iltma.
Corte de Apelaciones de Santiago, Rol N° 1993-2017, caratulada
“REBOLLEDO con EMPRESA NACIONAL DE ENERGIA ENEX
S.A.”.
3. Copia simple de Recurso de Unificación de Jurisprudencia en materia laboral
presentado por ENEX S.A. el 17 de enero de 2018, ingresado ante la
Excma. Corte Suprema el 5 de febrero del año en curso, causa Rol
N°2423-2018, caratulada “REBOLLEDO con EMPRESA NACIONAL
DE ENERGIA ENEX S.A.”.
4. Certificado extendido por la Sr. Secretario de la Excma. Corte Suprema, don
Jorge Eduardo Sáez Martín, en relación al Recurso de Unificación de
Jurisprudencia tramitado ante dicho tribunal, el que señala que a esta fecha la
causa se encuentra pendiente de fallo, en etapa de examen de admisibilidad.
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TERCER OTROSÍ: Solicito a S.S.E. tener por acompañados en la forma legal copia
autorizada de escritura pública de mandato judicial otorgada ante Notario Público don
Iván Torrealba Acevedo, de 7 de marzo de 2018, por don Javier Nicolás Cavagnaro
Infante y don Juan Eduardo López Quintana, en representación legal de la
EMPRESA NACIONAL DE ENERGIA ENEX S.A., al abogado Juan Carlos
Ferrada Bórquez, lo que da cuenta de mi personería para actuar en este juicio.
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como domicilio, para estos efectos, calle Andrés de Fuenzalida N°17 oficina 11,
comuna de Providencia, Región Metropolitana.
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