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La dislexia: Es un trastorno del aprendizaje que supone la dificultad para leer a raíz
de problemas para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se
relacionan con las letras y las palabras (decodificación). La dislexia, que también se
denomina «dificultad de lectura», afecta zonas del cerebro que procesan el lenguaje.
Las personas con dislexia tienen una inteligencia normal y, por lo general, también una
visión normal. La mayor parte de los niños con dislexia puede tener éxito en la escuela
con la ayuda de un tutor o de un programa de enseñanza especializado. El apoyo
emocional también juega un papel importante.
La escritura disgráfica suele ser parcialmente legible, ya que la letra del estudiante puede
resultar muy pequeña o muy grande, con trazos mal formados. El disgráfico no puede
respetar la línea del renglón ni los tamaños relativos de las letras, ya que presenta rigidez
en la mano y en su postura. Incluso hay veces en que escribe en sentido inverso, de
derecha a izquierda.
Por otra parte, los disgráficos no pueden escribir a velocidad normal. Por eso, los
especialistas recomiendan no presionar a los niños afectados exigiéndoles mayor prisa.
Los niños disfásicos presentan déficit en el lenguaje, tanto a nivel comprensivo como
expresivo.
Existen una serie de síntomas, que son los que aparecen con más frecuencia y que son
los relacionados con la expresión y comprensión del lenguaje:
-Perceptivo-visuales
-Dificultades amnésicas
-Orientación espacial
-Esquema corporal
-Figura y longitud
-Distancia y tamaño
-Déficit motores y de velocidad de procesamiento
Entre los diferentes síntomas que se producen dentro del fenómeno de la discalculia,
cabrían destacar los siguientes:
- Dificultades frecuentes con los números, confusión de los signos: +, -, / y ×, identificación,
reversión o transposición de números, etc.
Algunos padres se preguntan si las dificultades con las habilidades motoras desaparecen.
La respuesta es no, pero con intervenciones, las habilidades pueden mejorar.
- Psicógena: de origen psicológico. Puede estar provocada por un trauma grave o por
situaciones de angustia o ansiedad.
No es infrecuente que muchos niños muestren los dos y tres años de edad una tartamudez
evolutiva, que se manifiesta en forma de repeticiones o bloqueos y que, en la mayoría de
los casos, remite totalmente.
Son niños que cometen muchas faltas de ortografía de forma constante, tanto es así que,
en ocasiones sus textos resultan ininteligibles.
Síntomas:
- Omite sílabas al escribir una palabra: peparar en vez de preparar.
- Añade más letras o sílabas de las que contiene una palabra: tarata en vez de tarta.
- Une palabras: es frecuente que no deje espacios entre palabras, por ejemplo, conmis
manos o alas tres y cuarto.
- No utiliza los signos de puntuación: sus textos son corridos, nunca o casi nunca añaden
comas o puntos.
- Comete faltas incluso copiando un texto.
Las gnosias: Son el reconocimiento consciente del mundo exterior y del propio cuerpo a
través de una o varias modalidades sensoriales. Dicho concepto está muy ligado al
concepto de percepción ya que son dos momentos de un mismo proceso. Mientras que en
la percepción interviene el nivel discriminativo del estímulo (características de los objetos,
del espacio y del tiempo), en las gnosias interviene el nivel semántico que es cuando le
damos significado, es decir, interpretamos el estímulo.
El término “disprosodia” se compone, por un lado, del vocablo “dis” que quiere decir
separación, divergencia o dificultad. Y por otro lado, se compone de la palabra “prosodia”,
que en gramática es la rama encargada de enseñar la pronunciación y acentuación
correcta de las palabras.
En fonología, la prosodia estudia los rasgos fónicos que afectan a la métrica, por ejemplo
el ritmo o la estructura de los versos, pero especialmente los acentos y la entonación.
Este trastorno específico fue acuñado en comparación con el término Afasia, ya que su
asociación con esta patología es en un 50% de los casos evidentes, y durante más de un
siglo se estableció una analogía neuropatológica con este término.
En otros casos, el hecho de perder la memoria puede deberse a que se ha dejado la vida
laboral, al aislamiento o a la carencia de motivación.