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Trastorno bipolar y trastornos relacionados no especificado

De acuerdo al DSM-5 los trastornos bipolares y trastornos relacionados no

especificados causan un deterioro en lo social, laboral u otras áreas del funcionamiento. La

categoría de estos trastorno, se utilizan en situaciones en las que el clínico opta por no

especificar el motivo de incumplimiento de los criterios e incluyen presentaciones en las

cuales no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico.

¿Qué son los trastornos bipolares? son un conjunto heterogéneo de enfermedades

que se caracterizan por alteraciones del estado de ánimo y sufrimiento subjetivo. En los

estudios de la organización mundial de la salud (OMS) sobre la morbilidad mundial de las

enfermedades, esta alteración ocupa el sexto puesto entre todos los trastornos médicos,

constituyendo una de las enfermedades mentales más comunes, severas y persistentes.

Una revisión de estudios epidemiológicos realizados en países de la Unión Europea

basados en criterios DSMIII- R, DSM-IV o CIE-10 reveló que la tasa de prevalencia

anual del TB tipo I o/y tipo II ascendía al 1,1% mientras que la incidencia acumulativa a lo

largo de la vida fue ligeramente más alta (el 1,5-2%) y del 6% cuando se consideró todo el

espectro bipolar y no solo las formas clínicas.

¿Qué avances significativos se han dado en relación a los trastornos bipolares?

En relación al hallazgo de nuevos tratamiento tantos psicofármacos los cuales son más

eficaces y tolerables por parte del paciente. También, tratamientos mediante exploraciones

neuropsicológicas permite medir algunas funciones intelectuales de los pacientes como: la

atención, la memoria, la capacidad de planificación, entre otras. Un adecuado


funcionamiento neuropsicológico facilita una mejor adaptación al entorno: trabajo, familia,

etc.

Otro aspecto que es importante tener en cuenta en este trastorno es la comorbilidad con

otras enfermedades, lo cual puede entorpecer su evolución y pronóstico. La patología dual

se define como la presencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental a lo largo de la

vida. La comorbilidad entre TB y trastorno por uso de sustancias es de las más relevantes

dentro del espectro de la patología dual por sus repercusiones evolutivas y socio sanitarias,

aunque las terapias psicológicas grupales con psi coeducación, prevención de recaídas e

inclusión de la familia han resultado favorables para reducir la sintomatología y favorecer

la abstinencia y la adherencia al tratamiento.

Por otro lado, dentro del especificador de la ansiedad se presentan episodios de manía,

hipomanía o depresión actual en el trastorno bipolar I (Presencia de al menos un episodio

maniaco mixto) y II (Combinación de episodios depresivos mayores con hipomanía

espontaneas) Por lo tanto, para planificar el tratamiento y controlar la respuesta terapéutica

es clínicamente útil especificar con precisión la presencia y la gravedad de la ansiedad.

Los episodios maniacos (Suele ser expansivo e irritable que dura al menos 1 semana) o

hipomaniacos (Deterioro del funcionamiento laboral o social y no hay síntomas psicóticos)

se presenta la disforia destacada o estado de ánimo deprimido donde se desprende de la

información subjetiva de la observación por parte de otras personas. También, se

encuentran marcados por la disminución del interés o placer por todas las actividades

(Como se desprende de la información subjetiva o de la observación por parte de otras


personas). Además, se produce un retraso psicomotor casi todos los días (observable por

parte de otros, no simplemente la sensación subjetiva de inquietud.

En los episodios de manía encontramos los episodios depresivos mayor con

características mixtas donde el diagnóstico generalmente experimentan al menos 4

síntomas en la que se incluyen cambios en el apetito, falta de energía, el sueño, estados de

ánimo elevado, aumento del autoestima o sentimientos de grandeza, presión para mantener

la conversación. Los síntomas mixtos son observables por parte de otras personas o

representantes del cambio del comportamiento habitual del individuo. Es fundamental

enfatizar que las características mixtas asociadas al episodio depresivo mayor son un factor

de riesgo significativo para el desarrollo del trastorno bipolar I y II. Por lo tanto, para

planificar el tratamiento y controlar la respuesta terapéutica es clínicamente útil apreciar la

presencia de este especificador.

Más del 90% de los pacientes que tienen episodios maniacos vuelve a tener

episodios recurrentes. Aproximadamente el 60% de los episodios maniacos ocurren

inmediatamente antes de un episodio depresivo mayor. A los pacientes con trastorno

bipolar I que tienen múltiples (cuatro o más) episodios (de depresión mayor, manía o

hipomanía) en un año se les aplicarían el especificador “con ciclos rápidos”

El diagnóstico del trastorno bipolar se basa en la identificación de los síntomas de

manía o de hipomanía descritos antes, más los antecedentes de remisiones y recaídas. Los

síntomas deben ser lo suficientemente graves como para deteriorar notablemente el


funcionamiento social u ocupacional o requerir una hospitalización a fin de evitar daños a sí

mismo o a otros.

Algunos pacientes que se presentan con síntomas depresivos pueden haber

experimentado previamente hipomanía o manía, pero no la comunican a menos que se los

interrogue específicamente. Un interrogatorio hábil puede poner de manifiesto signos

mórbidos (p. ej., gastos excesivos, escapadas sexuales impulsivas, abuso de sustancias

estimulantes), aunque es más probable que esta información la aporten los familiares

 Trastornos depresivos

Los trastornos depresivos son el trastorno de desregulación disruptiva del

estado de ánimo. Con los fenómenos depresivos se pueden asociar unos grandes

números de sustancias de abuso, algunos medicamentos de prescripción médica y

varias afecciones médicas. El trastorno depresivo mayor representa el trastorno se

caracteriza por episodios determinados al menos dos semanas de duración (Aunque

la mayoría de episodios duran bastante más) que implican cambios claros en el

afecto, la cognición, las funciones neurovegetativas y remisiones interepisódicas.

Las personan que han tenido un episodio de depresión mayor tienen un

riesgo más alto de sufrir otros episodios en el futuro. Las personas menos flexibles

y/o con tendencias a la ansiedad muestran más probabilidad de desarrollar un

trastorno depresivo, ya que carecen de las habilidades sociales necesarias para

ajustarse a las presiones de la vida. La depresión también puede aparecer en

personas que tienen otras enfermedades mentales.


Se puede hacer un diagnóstico basado en un solo episodio, aunque en la

mayoría de los casos el trastorno suele se recurrente. Se debe considerar

especialmente la diferencia entre la tristeza normal y la tristeza del episodio

depresivo mayor.

Se desconoce la causa exacta, pero probablemente tiene que ver con la

herencia, cambios en las concentraciones de neurotransmisores, una alteración en la

función neuroendocrina y factores psicosociales. El diagnóstico se basa en la

anamnesis. En el tratamiento se utilizan fármacos o psicoterapia y, en ocasiones,

terapia electro convulsiva.

Trastorno de desregulación disruptivo del estado de animo

El rasgo central del trastorno de desregulación disruptivo del estado de ánimo es

una irritabilidad crónica, grave y persistente. Esta irratibilidad grave tiene dos

manifestaciones clínicas relevantes, y la primera son acceso del cólera frecuentes. Este

acceso ocurre típicamente en respuesta a la frustración y puede ser verbales o conductuales.

Por otro lado, se debe distinguir cuidadosamente la presentación clínica del trastorno de

desregulación disruptiva del estado de ánimo de las presentaciones de otras afecciones

relacionadas, en particular el trastorno bipolar pediátrico. De hecho, este trastorno en base

al DSM-V aborda las grandes dudas sobre la inapropiada clasificación y tratamiento de los

niños que presenta irritabilidad crónica persistente frente a los niños que presentan

bipolaridad.

El trastorno de desregulación disruptivo del estado de ánimo es frecuente entre los

niños que acuden a las consultas de salud mental infantil. Las estimaciones de prevalencia
del trastorno en la comunidad no están clara. Basándose en la tasa de irritabilidad grave,

persistente y crónica, que es el rasgo principal del trastorno. La prevalencia global del

trastorno del estado de ánimo en los niños y adolescente, en un periodo entre 6 meses y 1

año, probablemente sea el orden del 2-5%. Sin embargo, se esperan tasas mayores en los

hombres y los niños en edad escolar que en las mujeres y adolescentes.

El comienzo del trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo debe

producirse antes de los 10 años de edad y el diagnostico no debería aplicarse a niños

menores de 6 años. No se sabe con certeza si esta afección se presenta únicamente en esta

banda limitante de edades. Como es probable que los síntomas del trastorno de

desregulación disruptiva del estado de ánimo cambien al madurar el niño, el uso de este

diagnóstico se debería restringir a los grupos de edades similares a aquellos en la que se ha

establecido su validez (6-18 años). Aproximadamente la mayoría de niños con irratibilidad

grave crónica tendrá una presentación que va a continuar cumpliendo los criterios para el

trastorno un año después.

La tasa de conversión de irratibilidad grave no episódica en trastorno bipolar es

muy bajas. Sin embargo, los niños con irratibilidad crónica tienen mayor riesgo de

desarrollar trastornos depresivos unipolares y trastornos de ansiedad en la edad adulta. Este

trastorno es más frecuente que el trastorno bipolar antes de la adolescencia y los síntomas

de este trastorno, por lo general, son más frecuentes conforme el niño evoluciona hacia la

edad adulta.

Algunos clínicos creen que los ataques de rabia deben tener un componente físico

pero eso no es cierto. De hecho, las expresiones de rabia más comunes han sido gritos o

amenazas verbales, sin componente físico. Para diagnosticar el TDDEA, los ataques de
rabia de tu paciente pueden ser verbales y/o físicos. Considera seriamente este diagnóstico

si tu paciente discute mucho, rápido y es propenso a insultar con frecuencia, intensidad y

persistencia comparada con niños de su edad.

Los criterios que señala el DSM-5 para el diagnóstico de este trastorno son los

siguientes:

A. Accesos de cólera graves y recurrentes que se manifiestan verbalmente y/o con el

comportamiento (p. ej., agresión física a personas o propiedades) cuya intensidad o

duración son desproporcionadas a la situación o provocación.

B. Los accesos de cólera no concuerdan con el grado de desarrollo.

C. Los accesos de cólera se producen, en término medio, tres o más veces por

semana.

D. El estado de ánimo entre los accesos de cólera es persistentemente irritable o

irascible la mayor parte del día, casi todos los días. Es observable por parte de otras

personas (p. ej., padres, maestros, compañeros).

E. Los criterios A-D han estado presentes durante 12 o más meses. En todo este

tiempo, el individuo no ha tenido un período que durara tres o más meses consecutivos sin

todos los síntomas de los criterios A-D.

F. Los criterios A y D están presentes al menos en dos de tres contextos (en casa, en

la escuela, con los compañeros) y son graves al menos en uno de ellos.

G. El primer diagnóstico no se debe hacer antes de los 6 años o después de los 18

años.
H. Por la historia o la observación, los criterios A-E comienzan antes de los 10

años.

I. Nunca ha habido un período bien definido de más de un día durante el cual se

hayan cumplido todos los criterios sintomáticos, excepto la duración, para un episodio

maníaco o hipomaníaco.

J. Los comportamientos no se producen exclusivamente durante un episodio de

trastorno de depresión mayor y no se explican mejor por otro trastorno mental.

K. Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o

de otra afección médica o neurológica

REFERENCIAS

 Martínez Hernández O, Montalván Martínez O, Betancourt Izquierdo Y. Trastorno

Bipolar. Consideraciones clínicas y epidemiológicas. Rev Méd Electrón [Internet].

2019 Mar-Abr [citado: fecha de acceso]; 41(2). Disponible en:

http://www.revmedicaelectronica.sld.cu/index.php/rme/article/view/3157/4255

 American Psychiatry Association (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los

trastornos mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

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