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(EMOCIONALES)
Trastornos emocionales
1. Genética
Si existen antecedentes en la familia de personas que han sufrido trastornos
emocionales, esto puede indicar una predisposición biológica y genética. Distintas
investigaciones concluyen que las personas con familiares que han sufrido
trastornos del estado de ánimo tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de
sufrir el mismo trastorno psicológico (Gershon, 1990).
Sin embargo, también hay casos en que se desarrolla un trastorno sin que existan
o se puedan comprobar antecedentes familiares. Por este mismo motivo muchos
expertos indican que hay factores ambientales y psicosociales que pueden estar
íntimamente vinculados a la aparición de enfermedades como la depresión.
2. Bioquímica
El cerebro y su bioquímica interna tiene unos efectos determinantes en la
aparición (o no) de los trastornos emocionales.
Neurotransmisores: los estudios demuestran que los bajos niveles de la hormona
serotonina en personas que sufren depresión. Este neurotransmisor regula
nuestras emociones, y cuando tenemos los niveles bajos tendemos a mostrarnos
más inestables y vulnerables.
Sistema endocrino: varias investigaciones apuntan al vínculo entre la aparición de
la depresión y la hormona cortisol. Esta hormona aumenta en los momentos de
estrés y, por lo visto, también es inusualmente alta en las personas afectadas por
trastornos del estado de ánimo.
4. Personalidad
Ciertos individuos tienen pensamientos negativos recurrentes, autoestima baja,
locus de control externo y tienden a preocuparse excesivamente por las
circunstancias que les presenta la vida. Este tipo de personalidad les hace más
propensas a sufrir un trastorno emocional.
Son individuos que incurren en un sesgo cognitivo muy común: la inferencia
arbitraria. Es decir, tienden a destacar los factores negativos de una situación o
circunstancia por encima de los positivos. Además, cometen sobre generalización,
es decir, sacan conclusiones de corte general ante situaciones puntuales y
negativas que les hayan ocurrido.
Tratamiento
Existen varias formas de tratar los trastornos emocionales.
1. Antidepresivos
Existen tres tipos de fármacos que se usan para aliviar la depresión: los
antidepresivos tricíclicos, los inhibidores de monoamino oxidasa (MAO) y los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Estos medicamentos actúan en el cerebro y regulan los neurotransmisores, lo que
lleva a que el estado de ánimo del paciente mejore en la mayoría de los casos. De
todos modos, este tipo de tratamiento farmacológico ha de ser recetado por un
médico psiquiatra, quien hará un seguimiento sobre la evolución del paciente.
2. Litio
El litio es una sal común que se emplea como medicamento que regula el estado
de ánimo, principalmente en los episodios maníacos del trastorno bipolar. En
cualquier caso, tiene efectos secundarios más severos comparados con otros
fármacos que combaten la depresión.
En casos de bipolaridad, también es frecuente la administración de ciertos
antidepresivos con el fin de aliviar los episodios de bajo estado de ánimo.
Asimismo, antipsicóticos como el haloperidol pueden ser también recetados si su
reacción al litio no ha sido la esperada.
3. Terapia psicológica
La terapia psicológica es muy efectiva a la hora de gestionar los episodios de
depresión y trastorno bipolar. En algunos casos, especialmente en el trastorno
bipolar, la psicoterapia ha de realizarse de forma paralela al tratamiento
farmacológico.
Des pues de una amplia investigación puedo concluir que a pesar de que el
estudio de trastornos es muy amplio podría catalogar los siguientes mencionados
como los mas comunes o principales
Trastorno de Ciclotimia
Trastorno afectivo estacional
Trastorno disfórico premenstrual
Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo
Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad
Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis
Trastorno de Distimia
ETC.
Depresión
Probablemente el trastorno psicológico más conocido de todos y uno de los que
afectan a más personas, la depresión o trastorno depresivo mayor es mucho más
que simplemente sentirse triste o decaído. Sus síntomas afectan a prácticamente
todos los aspectos de la vida de los pacientes de formas extremadamente
negativas.
Se calcula que 1 de cada 15 adultos se ve afectado por un episodio depresivo
cada año; y a lo largo de toda su vida, al menos 1 de cada 6 personas acabará
desarrollando este trastorno.
Aunque puede presentarse en cualquier momento de la vida de una persona, lo
más común es que aparezca entre la adolescencia y el comienzo de la vida adulta.
¿Cuáles son los síntomas provocados por el trastorno depresivo mayor? Según el
DSM – V, son los siguientes.