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Compilado de Trastornos Mentales.

Luis Angel Nieves Ortega.


Carmen Juliana Montes Castro.
Silvia Carolina Orozco.
Alejandro Arroyo Novoa.
Marlín Berrio.
María de los Ángeles Noriega.
Eyleen Beltrán Borja.
Carla Majul.
María Fernanda Arnedo.
Audrey Martínez.
Angélica Arellano.

Psicología

V Semestre

Universidad de San Buenaventura.


Trastornos neurocognitivos.
1. Síndrome confusional.
A. Una alteración de la atención (p. ej., capacidad reducida para di- rigir, centrar,
mantener o desviar la atención) y la conciencia (orientación reducida al entorno).
B. La alteración aparece en poco tiempo (habitualmente unas horas o pocos días),
constituye un cambio respecto a la atención y con- ciencia iniciales y su gravedad
tiende a fluctuar a lo largo del día.
C. Una alteración cognitiva adicional (p. ej., déficit de memoria, de orientación, de
lenguaje, de la capacidad visoespacial o de la percepción).

Síndrome confusional por intoxicación por sustancias: Este diagnóstico debe


establecerse en lugar de un diagnóstico de intoxicación por una sustancia cuando los
síntomas de los Criterios A y C predominen en el cuadro clínico y sean
suficientemente graves para exigir atención clínica.

Síndrome confusional por abstinencia de sustancia: Este diagnóstico solamente


debe establecerse en lugar de un diagnóstico de síndrome de abstinencia de una
sustancia cuando los síntomas de los Criterios A y C predominen en el cuadro
clínico y sean suficientemente graves para exigir atención clínica.

Síndrome confusional inducido por medicamento: Este diagnóstico se aplica


cuando los síntomas de los Criterios A y C surgen como efecto secundario de un
medicamento tomado con receta.

Síndrome confusional debido a etiologías múltiples: En la anamnesis, en la


exploración física o en los análisis clínicos se obtienen evidencias de que el
síndrome confusional tiene más de una etiología (p. ej., más de una afección médica
etiológica, otra afección médica más una intoxicación por una sustancia o un efecto
secundario de un medicamento).

Especificar si:
Agudo: Dura unas horas o días.
Persistente: Dura semanas o meses
.
Especificar si:

Hiperactivo: El individuo tiene un nivel hiperactivo de actividad


psicomotora que puede ir acompañado de humor lábil, agitación o rechazo a
cooperar con su asistencia médica.

Hipoactivo: El individuo tiene un nivel hipoactivo de actividad psicomotora que


puede ir acompañado de lentitud y aletarga- miento próximos al estupor.
Nivel de actividad mixto: El individuo tiene un nivel normal de actividad
psicomotora, aunque la atención y la percepción estén alteradas. También incluye
de individuos cuyo nivel de actividad fluctúa rápidamente
2. Otro síndrome confusional no especificado.
Esta categoría se aplica a las presentaciones en las que predominan los síntomas
característicos de un síndrome confusional, que provocan un malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, la- boral u otras áreas importantes del
funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios del síndrome confusional
ni de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos neuro-
cognitivos. La categoría de Otro síndrome confusional especificado se utiliza en
situaciones en las que el clínico desea comunicar el mo- tivo específico por el que el
cuadro clínico no cumple los criterios de ningún síndrome confusional ni ningún
trastorno neurocognitivo es- pecifico. Se anota “Otro síndrome confusional
especificado” seguido del motivo específico (p. ej., “Síndrome confusional
atenuado”).
Un ejemplo de un cuadro clínico que puede especificarse utili- zando la designación
de “otro especificado” es el siguiente:
Síndrome confusional atenuado: Este síndrome se aplica en los casos de síndrome
confusional en que la gravedad del tras- torno cognitivo se queda corto con respecto
a lo que exige el diagnóstico, o bien cumple algunos de los criterios diagnósticos del
síndrome confusional, pero no todos.
3. Síndrome confusional no especificado.
Esta categoría se aplica a los cuadros clínicos en los que predominan los síntomas
característicos de un síndrome confusional, que provocan un malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios del síndrome confusional
ni de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos
neurocognitivos. La categoría del síndrome confusional no especificado se uti- liza
en situaciones en las que el clínico opta por no especificar el motivo de
incumplimiento de los criterios de disforia de género, e incluye presentaciones en
las que no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico
(p. ej., en las salas de urgencias).
4. Trastornos neurocognitivos mayores.
Es una enfermedad que afecta a las funciones cerebrales superiores como
consecuencia de un daño neuronal. El resultado es una afectación de la autonomía
del individuo en sus actividades cotidianas. Afecta a personas mayores,
normalmente, de más de 60 años y con mayor intensidad de la esperable por el
envejecimiento normal.

La afectación de las funciones cognitivas se puede manifestar de diferentes modos.


La persona puede presentar alguno o varios de los siguientes síntomas o signos:
• "Fallos de memoria" y "primeros olvidos"
• Comportamiento social inadecuado.
• Distorsiones perceptivas de la realidad.
• Falta de higiene
• Acumulación de objetos etc.

Criterios:
A. Evidencias de un declive cognitivo significativo comparado con el nivel previo
de rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención compleja, función
ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición
social) basada en:
1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el
clínico, porque ha habido un declive significativo en una función cognitiva y
2. Un deterioro sustancial del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado
por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación
clínica cuantitativa.
B. Los déficits cognitivos interfieren con la autonomía del individuo en las
actividades cotidianas (es decir, por lo menos necesita asistencia con las actividades
instrumentales complejas de la vida diaria, como pagar facturas o cumplir los
tratamientos).
C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de un síndrome
confusional.
D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej.,
trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).
Prevalencia:
El deterioro cognitivo mayor (DCL) del anciano es una entidad emergente se
conceptúa como un estado entre la demencia parcial y la normalidad cognitiva. Su
nacimiento se justifica porque el rendimiento cognitivo global de la población
anciana (como grupo) tiene una distribución continua que decrece de forma casi
exponencial conforme se envejece, al menos hasta los 95 años. Gran parte de los
ancianos que sufren un deterioro cognitivo no padecen demencia sino una alteración
cognitiva más o menos leve, que es más prevalente en los "viejos viejos" (mayores
de 75-80 años).
Implicaciones clínicas:
A las personas con trastorno neurocognitivo mayor se les debe ofrecer un
tratamiento con antidepresivos del tipo inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (SSRI) si los tratamientos no farmacológicos han fracasado. La
necesidad de adherencia, el tiempo hasta el inicio de la acción, el riesgo de síntomas
por suspensión del medicamento y los posibles efectos secundarios deben explicarse
al inicio del tratamiento.
Se desarrolla intervención cognitiva para desarrollar planes de atención individual.
Curso:
En la actualidad el deterioro cognitivo persiste como un concepto mal delimitado y
poco consensuado, que refleja una disminución del rendimiento de, al menos, una
de las capacidades mentales o intelectivas siguientes: memoria, orientación,
pensamiento abstracto, lenguaje, capacidad de juicio y razonamiento, capacidad
para el cálculo y la habilidad constructiva, capacidad de aprendizaje y habilidad
visu espacial.
5. Trastorno neurocognitivos leve.
Es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo esperado debido al
envejecimiento normal y el deterioro más grave de la demencia. Puede implicar
problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio que son más
significativos que los cambios normales relacionados con el envejecimiento.
Es posible que el deterioro cognitivo leve aumente el riesgo de padecer demencia en
el futuro, causada por la enfermedad de Alzheimer u otro trastorno neurológico.
Pero alguna persona con deterioro cognitivo leve nunca empeoran y algunas
mejoran con el tiempo. Este deterioro cognitivo leve puede ser un síntoma de la
enfermedad de Alzheimer como se había mencionado, pero también puede ser la
manifestación de diferentes condiciones médicas, como, por ejemplo, los efectos
secundarios de alguna medicación. En este caso, la retirada de la medicación
llevaría a una mejora del estado cognitivo.
También puede producirse en el contexto de una depresión. Es frecuente que
muchas personas con trastorno depresivo presenten deterioro cognitivo leve. La
depresión en sí misma puede causar problemas acusados de memoria y de
concentración. Si la depresión es la causa y se trata correctamente, el deterioro
cognitivo mejorará claramente.

Criterios:

A. Evidencias de un declive cognitivo moderado comparado con el nivel previo de


rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención compleja, función
ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición
social) basada en:
1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el
clínico, porque ha habido un declive significativo en una función cognitiva.

2. Un deterioro modesto del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado


por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación
clínica cuantitativa.
B. Los déficits cognitivos no interfieren en la capacidad de independencia en las
actividades cotidianas (p. ej., conserva las actividades instrumentales complejas de
la vida diaria, como pagar facturas o seguir los tratamientos, pero necesita hacer un
mayor esfuerzo, o recurrir a estrategias de compensación o de adaptación).
C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de un síndrome
confusional.
D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej.,
trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).
Prevalencia:
Este trastorno tiene una prevalencia estimada del 15-20% de las personas mayores
de 60 años
Implicaciones clínicas:
Se requiere intervenciones, a larga escala, métodos tradicionales de intervención
cognitiva. La actividad física está siendo reconocida como un factor altamente
protector de la cognición del adulto; a rehabilitación mediante la psicoterapia en el
anciano con deterioro cognitivo leve (DCL), alcanza gran efectividad con la terapia
conductual. El modelo conductista centrado en el aquí y ahora, pretende llevar al
paciente hacia la conducta adecuada, normal y deseada por medio de procesos de
aprendizaje.
Curso:
Este trastorno afecta de forma exclusiva a la memoria, haciendo que dificultades
cognitivas que se presentan influir en la capacidad de la persona para efectuar
AVD (vida diaria).
6. Trastorno neurocognitivos mayor y leve debido a enfermedad de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer, así como otras formas de demencia, pasan
previamente por un estado de deterioro cognitivo. Es decir, todos los enfermos de
Alzheimer han pasado inicialmente por esta fase, pero no todas las personas que
padecen este deterioro desarrollarán una demencia. Es posible que, en algunos
casos, solo sea la manifestación de algún trastorno estable o reversible que no
progrese hacia un deterioro mayor
Prevalencia:
La prevalencia de DCL se incrementa con la edad, siendo 10% en individuos de 70
a 79 años y 25% en aquellos con 80 a 89 años.
Implicaciones clínicas:
El tratamiento farmacológico debe ser supervisado, por el profesional experto en el
diagnóstico y tratamiento, aunque aún no exista ningún fármaco que pueda curar el
trastorno; el seguimiento regular del paciente debe incluir escalas de valorización
cognitiva para monitorear la progresión de la enfermedad.

Criterios:
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B. Presenta un inicio insidioso y una progresión gradual del trastorno en uno o más
dominios cognitivos (en el trastorno neurocognitivo mayor tienen que estar
afectados por lo menos dos dominios).
C. Se cumplen los criterios de la enfermedad de Alzheimer probable o posible,
como sigue:
Para el trastorno neurocognitivo mayor:
Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer probable si aparece algo de lo siguiente;
en caso contrario, debe diagnosticarse la enfermedad de Alzheimer posible.
1. Evidencias de una mutación genética causante de la enfermedad de Alzheimer en
los antecedentes familiares o en pruebas genéticas.
2. Aparecen los tres siguientes:
a. Evidencias claras de un declive de la memoria y del aprendizaje, y por lo menos
de otro dominio cognitivo (basada en una anamnesis detallada o en pruebas
neuropsicológicas seriadas).
b. Declive progresivo, gradual y constante de la capacidad cognitiva sin mesetas
prolongadas.
c. Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier otra
enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad neurológica,
mental o sistémica, o cualquier otra afección con probabilidad de contribuir al
declive cognitivo).
Para un trastorno neurocognitivo leve: Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer
probable si se detecta una evidencia de mutación genética causante de la
enfermedad de Alzheimer mediante una prueba genética o en los antecedentes
familiares Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer posible si no se detecta
ninguna evidencia de mutación genética causante de la enfermedad de Alzheimer
mediante una prueba genética o en los antecedentes familiares
1. Evidencias claras de declive de la memoria y el aprendizaje.
2. Declive progresivo, gradual y constante de la capacidad cognitiva sin mesetas
prolongadas.
3. Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier otra
enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad neurológica o
sistémica, o cualquier otra afección con probabilidades de contribuir al declive
cognitivo).
D. La alteración no se explica mejor por una enfermedad cerebrovascular, otra
enfermedad neurodegenerativa, los efectos de una sustancia o algún otro trastorno
mental, neurológico o sistémico.
7. Trastorno neurocognitivo frontotemporal mayor o leve.
Se diagnostica un trastorno neurocognitivo frontotemporal posible si no hay
evidencias de una mutación genética y se ha hecho un diagnostico por la imagen
neurológica.
Nota de codificación: Para un trastorno neurocognitivo mayor probable debido a
una degeneración del lóbulo frontotemporal, con alteración del comportamiento,
codificar primero 331.19 (G31.09) enfermedad frontotemporal, seguido de 291.11
(F02.81). Para un trastorno neurocognitivo mayor probable debido a una
degeneración del lóbulo frontotemporal, sin alteración de comportamiento, codificar
primero 331.19 (G31.09) enfermedad frontotemporal, seguido de 294.10 (F02.80).
Criterios:
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión gradual.
C. Aparente (1) o (2):
1. Variante de comportamiento:
a. Tres o más de los siguientes síntomas comportamentales:
• Desinhibición del comportamiento.
• Apatía o inercia.
• Perdida de simpatía o empatía
• Comportamiento conservador, estereotipado o compulsivo y ritualista.
• Hiperoralidad y cambios dietéticos.
b. Declive o destacado de la cognición social o de las capacidades ejecutivas.
2. Variante de lenguaje:
a. Declive destacado de la habilidad para usar el lenguaje, ya sea en forma de
producción del habla, elección de las palabras, denominación de objetos, gramática
o comprensión de las palabras.
D. Ausencia relativa de afectación de las funciones perceptual motora, de
aprendizaje y memoria.
E. La alteración no se explica mejor por una enfermedad cerebrovascular, otra
enfermedad neurodegenerativa, los efectos de una sustancia o algún trastorno
mental, neurológico o sistémico.

Prevalencia:
El TNC frontotemporal, mayor o leve, es una causa común de TNC de inicio
temprano e los sujetos menores de 65 años. Las estimaciones de la prevalencia
poblacional están en el rango de 2-10 por 100.000. Aproximadamente, el 20-25% de
los casos de TNC frontotemporal aparecen en sujetos mayores de 65 años. El TNC
frontotemporal supone el 5% de todos los casos de demencia en las series de
autopsias no seleccionadas. Las estimaciones de la prevalencia de las variantes de
comportamiento y semántica son mayores entre los varones y las estimaciones de la
prevalencia de la variante con lenguaje no fluido son mayores entre las mujeres.
Desarrollo y curso:
Los individuos con TNC frontotemporal, mayor o leve, comúnmente debutan en la
sexta década de vida, aunque la edad de inicio varía entre la tercera y novena
décadas. La enfermedad es gradualmente progresiva, siendo la mediana
supervivencia de 6-11 años tras el inicio de los síntomas y de 3-4 años tras el
diagnóstico. La supervivencia es menor y el declive más rápido en el TNC
frontotemporal, mayor o leve, que en la enfermedad de Alzheimer típica.
8. Trastornos neurocognitivos mayores y leves con cuerpos de lewy.
La exploración neuropsicológica de pacientes con déficit cognitivos asociados a
parkinsonismo, puede convertirse en una tarea difícil dada la similitud de las
características clínicas; pero a diferencia de la enfermedad de Parkinson, en el
deterioro cognitivo propio de una demencia por cuerpos de Lewy existe una mayor
gravedad en las funciones ejecutivas, aparecen síntomas psiquiátricos y trastornos
del sueño REM.

Criterios diagnósticos:
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o
B. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión gradual.
C. El trastorno cumple una combinación de características diagnósticas
esenciales y características diagnósticas sugestivas de un trastorno neurocognitivo
probable o posible con cuerpos de Lewy.

Se le diagnostica un trastorno mayor o leve probable, con cuerpos de Lewy cuando


el individuo presenta dos características esenciales o una característica sugestiva y
una o más características esenciales. Se diagnostica un trastorno neurocognitivo
mayor o leve posible, con cuerpos de Lewy cuando el individuo presenta solamente
una característica esencial o una o más características sugestivas:
1. Características esenciales:
a. Cognición fluctuante con variaciones pronunciadas de la atención y estado
de alerta.
b. Alucinaciones visuales recurrentes bien informadas y detalladas.
c. Características espontaneas de parkinsonismo, con inicio posterior a la
evolución del declive cognitivo.
2. Características diagnosticas sugestiva:
a. Cumple el criterio de trastorno del comportamiento del sueño REM.
b. Sensibilidad neuroléptica grave.
D. La alteración no se explica mejor por una enfermedad cerebrovascular, otra
enfermedad neurodegenerativa, los efectos de una sustancia o algún trastorno
mental neurológico o sistémico.
Desarrollo y Curso:
La enfermedad cursa con empeoramiento progresivo, la duración media de la vida
tras el diagnóstico es de 5 o 6 años (con un rango de 2 a 20 años), el ritmo de
progresión viene a ser de unos 4 o 5 puntos al año en el Mini Mental State
Examinación de Folstein. En comparación con controles sanos, la función cognitiva
de los pacientes con demencia con cuerpos de Lewy está deteriorada en todas sus
áreas, con gran variabilidad. En comparación con la enfermedad de Alzheimer, los
pacientes con demencia con cuerpos de Lewy pueden mostrar un deterioro menos
grave de la memoria, pero más discapacidad visuoperceptiva, visuoespacial y
constructiva.
Prevalencia:
Se cree que podría constituir del 10% al 36% de las demencias, sólo sobrepasada
por la enfermedad de Alzheimer, a la que frecuentemente se asocia. La edad de
comienzo suele ser entre los 50 y los 70 años.
Aunque la mayor parte de la DCL es esporádica, hay unas cuantas familias en las
que DCL y EP están determinadas genéticamente por anormalidades en el gen de la
α-sinucleína, la proteína que se cree que está más implicada en la formación de los
cuerpos de Lewy. El gen puede tener una mutación, o presentar secuencias de
repetición (duplicación o triplicación).
9. Trastorno neurocognitivo vascular mayor o leve.
deterioro cognitivo agudo o crónico debido a un infarto cerebral difuso o focal que
más a menudo se relaciona con la enfermedad cerebrovascular.

Criterios:
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B. La sintomatología clínica es compatible con una etiología vascular como lo
sugiere cualquiera de los siguientes criterios:
1. El inicio de los déficits cognitivos presenta una relación temporal con uno o más
episodios de tipo cerebrovascular.
2. Las evidencias del declive son notables en la atención compleja (incluida la
velocidad de procesamiento) y en la función frontal ejecutiva.
C. Existen evidencias de la presencia de una enfermedad cerebrovascular en la
anamnesis, en la exploración física o en el diagnóstico por la imagen neurológica,
consideradas suficientes para explicar los déficits neurocognitivos.
D. Los síntomas no se explican mejor con otra enfermedad cerebral o trastorno
sistémico.
Se diagnostica un trastorno neurocognitivo vascular probable si aparece alguno de
los siguientes criterios, pero en caso contrario se diagnosticará un trastorno
neurocognitivo vascular posible:
1. Los criterios clínicos se respaldan con evidencias de diagnóstico por la imagen
neurológica en que aparece una lesión parenquimatosa significativa atribuida a una
enfermedad cerebrovascular (respaldo de imagen neurológica).
2. El síndrome neurocognitivo presenta una relación temporal con uno o más
episodios cerebrovasculares documentados.
3. Existen evidencias de enfermedad cerebrovascular, tanto clínicas como genéticas
(p. ej., arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y
leucoencefalopatía).
Se diagnostica un trastorno neurocognitivo vascular posible si se cumplen los
criterios clínicos, pero no existe diagnóstico por la imagen neurológica y no se ha
establecido una relación temporal entre el síndrome neurocognitivo y uno o más
episodios cerebrovasculares.
Prevalencia:
El TNC vascular mayor o leve es la segunda causa más frecuente de TNC después
de la enfermedad de Alzheimer. En estados unidos, las estimaciones de la
prevalencia de la demencia vascular entre la población oscilan entre el 0,2% en el
grupo de edad de 65-70 años y el 16% en los individuos de 80 años o más. En los 3
meses siguientes a un ictus, el 20-30% de los individuos es diagnosticado de
demencia. En las series neuropatológicas, la prevalencia de la demencia vascular
aumenta el del 13%a los 70 años al 44,6% a los 90 años o más, en comparación con
la enfermedad del Alzheimer (23,6-51%) y la demencia combinada vascular y por
enfermedad de Alzheimer (246,4%). Se ha descrito una mayor prevalencia entre los
afroamericanos que entre los caucásicos y en los países del este asiático (p. ej.,
Japón, China). La prevalencia es mayor en los varones que en las mujeres.
Curso:
El TNC vascular mayor o leve puede aparecer en cualquier edad, aunque la
prevalencia aumenta de manera exponencial después de los 65 años. En los
ancianos, los déficits neurocognitivos pueden explicarse en parte por las patologías
concurrentes. El curso puede variar desde un inicio agudo con mejoría parcial a un
declive escalonado o un declive progresivo con fluctuaciones y mesetas de
diferentes duraciones. El TNC vascular mayor o leve, puramente subcortical, puede
tener un curso lentamente progresivo que emula al TNC mayor o leve debido a la
enfermedad de Alzheimer.

Implicaciones Clínicas:
El TNC vascular mayor o leve aparecen déficits en la función ejecutiva y lenguaje,
el inicio insidioso y la progresión gradual de los síntomas comportamentales o la
difusión del lenguaje son característicos del TNC frontotemporal y no son típicos de
la etiología vascular, no se diagnostica un TNC vascular mayor o leve si están
presentes otras afecciones (p. ej., tumor cerebral, esclerosis múltiple, encefalitis,
trastornos tóxicos o metabólicos) de gravedad suficiente como para explicar el
deterioro cognitivo; este puede presentarse con síntomas parkinsonianos como la
lentitud psicomotora, puede aparecer como consecuencia de la enfermedad
subcortical de pequeños vasos.
10. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a traumatismo cerebral.
Una lesión cerebral traumática es una lesión repentina que causa daño al cerebro.
Puede ocurrir por un golpe, impacto o sacudida en la cabeza. Esta es una lesión
cerrada de la cabeza. También ocurre cuando un objeto entra al cráneo y esto se
conoce como lesión penetrante. Este trastorno presenta los siguientes criterios si se
debe a un traumatismo cerebral:
- Se cumplen los criterios del trastorno neurocognitivo mayor o leve
- El traumatismo cerebral presenta ciertas evidencias es decir si la cabeza
presenta una lesión por un golpe, o algún otro tipo de movimiento rápido del
cerebro dentro del cráneo. Si el sujeto presenta una o más de las siguientes
afecciones:
• Perdida de conciencia
• Amnesia Postraumática
• Desorientación o confusión
• Signos neurológicos (Ej.: aparecen convulsiones, diagnostico por la imagen
neurológica donde se presenta la lesión, reducción de los campos visuales, anosmia,
hemiparesia o debilidad muscular)
- El trastorno neurocognitivo se presenta inmediatamente luego de que se
produce un traumatismo cerebral o inmediatamente después de recuperar la
conciencia y persiste pasado el periodo agudo postraumático.

Prevalencia:
Los traumáticos cerebrales se da sobre todo entre los adolescentes de sexo
masculino y adultos jóvenes entre las edades de 15 y 24 años, como también, entre
los ancianos de ambos sexos de 75 años o mayores de 75. Los niños de cinco años y
menores de cinco, también corren un alto riesgo de padecer de traumatismo
cerebral. Aproximadamente el 20% de los traumatismos cerebrales están
relacionados con la violencia, como asaltos con armas de fuego y abuso infantil, y
alrededor del 3% se deben a lesiones deportivas.

Curso:
La mitad de todos los traumatismos cerebrales son causados por accidentes de
tránsito, relacionados con automóviles, motocicletas, bicicletas y peatones; Estos
accidentes son la principal causa de traumatismo cerebral en personas menores de
75 años, también se ven involucrados por el consumo de alcohol. En personas de 75
años y mayores de 75, las caídas son la principal causa de traumatismo cerebral.

Implicaciones:
Puede causar problemas con la capacidad para despertar, el estado de conciencia, la
vigilancia y la receptividad. Por lo general, hay cinco estados anormales de
conciencia que pueden resultar de un traumatismo cerebral: Estupor(es un estado en
el cual el paciente no responde pero puede despertar brevemente por medio de un
estímulo fuerte, tal como un dolor punzante), Coma( Es el re Los pacientes en
estado vegetativo (están ajenos a su entorno, pero siguen teniendo un ciclo normal
de sueño-vigilia y períodos en que parecen estar conscientes) síndrome de
enclaustramiento (Es una condición en la cual un paciente está consciente y
despierto pero no puede moverse ni comunicarse con otras personas, debido a una
parálisis completa de su cuerpo) muerte cerebral( es cuando hay una carencia de una
función cerebral que puede ser debido un daño cerebral difuso a los hemisferios
cerebrales y el tallo encefálico, con pérdida de una actividad integrada entre las
distintas áreas del cerebro. La muerte cerebral es irreversible.
11. Trastorno neurocognitivo mayor o leve inducido por sustancias/
medicamentos.
Criterios:
• Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
• B. E deterioro neurocognitivo no sucede exclusivamente en el transcurso de
un síndrome confusional y persiste más allá́ de la duración habitual de la
intoxicación y la abstinencia agudas.
• C. La sustancia o medicamento involucrados, así́ como la duración y la
magnitud de su consumo, son capaces de producir el deterioro neurocognitivo.
• D. El curso temporal de los déficits neurocognitivos es compatible con el
calendario de consumo y abstinencia de la sustancia o medicación (es decir, los
déficits se mantienen estables o mejoran tras un periodo de abstinencia).
• E. El trastorno neurocognitivo no se puede atribuir a ninguna otra afección
médica y no puede explicarse mejor por otro trastorno mental.
Curso:
La causa exacta del consumo por sustancias/medicamentos se desconoce. Los genes
de una persona, la acción de las drogas, la presión de compañeros, el sufrimiento
emocional, la ansiedad, la depresión y el estrés ambiental pueden ser todos factores
intervinientes. Las personas que desarrollan un problema de consumo de sustancias
tienen como lo dije anteriormente depresión, trastorno por déficit de atención,
trastorno de estrés postraumático u otro problema de salud mental. Un estilo de vida
estresante y caótico y la baja autoestima son también comunes.
Implicaciones:
• El sujeto presenta dificultad para prestar atención o concentrarse en lo que está
haciendo o lo que sucede a su alrededor.
• Dificultad con el "funcionamiento ejecutivo"; habilidades como hacer planes para
el futuro, controlar los impulsos para hacer cosas que podrían no ser una buena idea,
especialmente a largo plazo, y tomar decisiones, sobre todo.
• Aprender nuevas habilidades: no solo el conocimiento que se adquiere en la
escuela, sino aprender cosas cotidianas que todos debemos hacer.
• Son notables la dificultad que se tiene para recordar información: no solo
información difícil y abstracta, sino también información cotidiana, como números
telefónicos, direcciones y hacia donde se debe dirigir a diario.
•Dificultades para hablar y comunicarse claramente con otras personas.
12. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido al VIH.
Criterios:

• Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.


• B. Existe una infección documentada con el virus de inmunodeficiencia
humana (VIH).
• C. El trastorno neurocognitivo no se explica mejor por otra afección distinta
de un VIH, incluidas enfermedades cerebrales secundarias como una
leucoencefalopatía multifocal progresiva o una meningitis criptocócica.
• D. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección
medica ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Curso:
La disfunción cognitiva en los pacientes con VIH puede presentarse desde las
primeras fases de la infección y en pacientes neurológicamente asintomáticos esta
complicación está asociada a la cantidad de virus en sangre al ingreso al sistema
nervioso desde los primeros días de la infección y a la duración de la enfermedad.

Prevalencias:
La infección por VIH es un problema de salud global que afecta aproximadamente a
33 millones de personas en el mundo. El número de personas con VIH en Estados
Unidos, Europa del Oeste y Oceanía representan solo el 4 % del total de infectados,
ya que la mayoría de personas con VIH vive en los países en desarrollo; es así que
66% se encuentra en África y Europa del Este, 20% en Asia y 6% en América
Latina y el Caribe.

La elevada incidencia y prevalencia de VIH en América Latina, y particularmente


en el Perú, donde tenemos 22 549 casos de sida y 32 932 casos de infección por
VIH, con una incidencia de 2,65 por 100 000 habitantes, reafirman la importancia
de esta infección y sus implicancias a nivel del sistema nervioso, particularmente el
trastorno neurocognitivo asociado a VIH.

Implicaciones:
• Problemas de concentración (dificultad para seguir una conversación, para
terminar oraciones.
• Incapacidad para completar tareas.
• Pérdida de memoria (problemas para recordar números de teléfono, horarios
de medicación, compromisos o conversaciones anteriores) y mayor lentitud de las
funciones mentales.
• Dificultad para comprender y responder a preguntas, pérdida del sentido del
humor).
• Cambios de la personalidad (mayor irritabilidad, apatía hacia los seres
queridos, falta de iniciativa, aislamiento).
• cambios de humor (depresión, nerviosismo, estallidos emocionales).
• Alteración del juicio (toma de decisiones de forma impulsiva.
13. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a enfermedad por priones.
Las enfermedades por priones, son trastornos neurodegenerativos progresivos
rápidos e invariablemente fatales que afectan tanto a seres humanos como a
animales. Tienen formas de presentación esporádica, genética e infecciosa. Los
priones son proteínas celulares. No contienen ácidos nucleicos y no son virus o
microorganismos. En todos los casos, provocan muerte neuronal, espongiosis
común del cerebro, que caracteriza a estas enfermedades, así como agregación de la
proteína amiloide prion en forma de placa. La teoría más importante hasta el
momento, es la que trata de explicar el cambio de conformación de la proteína prión
para producir copias de sí misma y para su agregación y la muerte de las neuronas.
Sin embargo, nuevas formas de explicación toman auge actualmente. Una de las
más importantes se basa en entender el contenido y cambio de la glicosilación de la
proteína prión patológica
Criterios:
A: Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B: Es habitual que el trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión rápida.
C: Existen características motoras de una enfermedad por priones, como mioclonos
o ataxia o evidencias del biomarcador.
D: El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección medica
ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Desarrollo y Curso:
La ECJ puede encontrarse con una gran variedad fenotípica, dependiendo de su
origen puede tratarse de una variante esporádica (a la cual pertenecen
aproximadamente el 85% de los casos), de una forma familiar (poseen un tipo de
herencia autosómica dominante) o de forma adquirida (cerca del 5% de los casos).

Prevalencia:
la media para la edad de inicio son los 60 años, con un rango de edad entre los 45 y
los 75 años; en promedio la enfermedad dura de 6 a 7 meses y el 90% de los
pacientes fallecen durante el primer año de la enfermedad. Se han logrado
determinar algunos factores relacionados con un tiempo mayor de sobrevida en los
pacientes.
14. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a enfermedad de Parkinson.
La enfermedad de Parkinson es una entidad lenta y progresiva que se caracteriza por
temblor de reposo, rigidez, bradicinesia e inestabilidad postural. Además de estas
dificultades motoras, los pacientes presentan alteraciones neuropsicológicas que en
algunos casos pueden ser compatibles con el desarrollo de una demencia.

Criterios:
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B. El trastorno aparece en el transcurso de la enfermedad de Parkinson establecida.
C. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión rápida.
D. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección médica
ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.
Se debe diagnosticar un trastorno neurocognitivo mayor o leve probablemente
debido la enfermedad de Parkinson si se cumplen los criterios 1 y 2. Se debe
diagnosticar un trastorno neurocognitivo mayor o leve posiblemente debido la
enfermedad de Parkinson si solo se cumple el criterio 1 o 2:
1. Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier otra
enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad neurológica,
mental o sistémica, o cualquier otra afección con probabilidades de contribuir al
declive cognitivo).
2. La enfermedad de Parkinson precede claramente al inicio del trastorno
neurocognitivo.

Prevalencia:
En estados unidos, la prevalencia de la enfermedad de párkinson aumenta
progresivamente con la edad desde aproximadamente un 0,5% entre los 65 y 69
años hasta un 3% a partir de los 85 años. La enfermedad de párkinson es más
común en hombres que en mujeres. Hasta el 75% de los individuos con enfermedad
de párkinson desarrollara un TNC mayor en algún momento del curso de su
enfermedad. Se ha estimado que la prevalencia del TNC leve en la enfermedad de
Parkinson es del 27%.

Curso:
La enfermedad de Parkinson se inicia típicamente entre la sexta y la novena décadas
de la vida, apareciendo la mayoría de los casos a principios de la década de los 60
años. El TNC leve a menudo se desarrolla de manera relativamente temprana en el
curso de la enfermedad de Parkinson, mientras que el deterioro mayor típicamente
no aparece hasta más tarde.
Implicaciones Clínicas:
La enfermedad de párkinson puede coexistir con la enfermedad de Alzheimer y la
enfermedad cerebrovascular, en especial en los ancianos. La combinación de
múltiples patologías puede reducir las capacidades funcionales de los individuos
con enfermedad de Parkinson. Los síntomas motores y la frecuente concurrencia de
depresión o apatía pueden empeorar la discapacidad funcional, algunos síntomas
que a menudo están presentes son la apatía, el ánimo deprimido, la ansiedad, las
alucinaciones, los delirios, los cambios en la personalidad, el trastorno del
comportamiento del sueño de movimientos oculares rápidos y la somnolencia
diurna excesiva.
15. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a enfermedad de Huntington.
La enfermedad de Huntington es una enfermedad hereditaria que ocasiona el
desgaste (degeneración) progresivo de las neuronas del cerebro. La enfermedad de
Huntington tiene un amplio impacto en las capacidades funcionales de una persona
y, generalmente, ocasiona trastornos del movimiento, pensamiento (cognitivos) y
psiquiátricos.

Criterios:
A: Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B: Se observa un inicio insidioso y una progresión gradual.
C: Existe enfermedad de Huntington clínicamente establecida o existe riesgo de la
misma en función de los antecedentes familiares o las pruebas genéticas.
D: El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección ni puede
explicarse mejor por otro trastorno mental.

Desarrollo y Curso:
Solamente en los Estados Unidos, alrededor de 30,000 personas padecen de la
enfermedad de Huntington (EH); los cálculos de su prevalencia son de alrededor de
1de cada 10,000 personas. Al menos 150,000 más tienen un 50% de riesgo de
contraer la enfermedad y miles más de sus familiares viven con la posibilidad de
que ellos también pueden contraer la EH.
Hasta hace poco, los científicos entendían muy poco sobre la EH y sólo podían
observar cómo la enfermedad continuaba transmitiéndose de generación en
generación. Las familias vieron a la enfermedad destruir la capacidad de sentir,
pensar y moverse de sus seres queridos. En los últimos años, los científicos que
trabajan apoyados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y
Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) han hecho varios descubrimientos en el
área de investigación de la EH. Con estos avances, nuestro entendimiento de la
enfermedad continúa mejorando.
Prevalencia:
La mayoría de las personas que padecen la enfermedad de Huntington presentan
signos y síntomas a los 30 o 40 años. No obstante, la enfermedad puede aparecer
antes o más adelante en la vida.
Cuando la enfermedad se presenta antes de los 20 años, se la denomina
«enfermedad de Huntington juvenil». El comienzo más temprano suele provocar un
grupo de síntomas algo distintos y una progresión más rápida de la enfermedad.
16. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a otra afección médica.
Criterios:

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos existen pruebas


de que el trastorno neurocognitivo es la consecuencia fisiopatológica de otra
afección médica.

C. Los déficits cognitivos no se explican mejor con otra afección mental ni


otro trastorno neurocognitivo específico (p. ej., enfermedad de Alzheimer, infección
por VIH).

Características diagnosticas:

Otras afecciones medicas diversas pueden producir trastornos neurocognitivos


(TNC). Estas son:

• Lesiones estructurales (p. ej., tumores cerebrales primarios o secundarios,


hematoma subdural, hidrocefalia lentamente progresiva o normotensiva), hipoxia
debida a hipoperfusión por insuficiencia cardiaca.

• Afecciones endocrinológicas (p. ej., hipotiroidismo, hipercalcemia,


hipoglucemia).

• Afecciones nutricionales (p. ej., déficits de tiamina o niacina), otras


afecciones infecciosas (p. ej., neurosifilis, criptococosis).
• Trastornos inmunitarios (p. ej., arteritis temporal, lupus eritematoso
sistémico), fallo
Hepático o renal, afecciones metabólicas (p. ej., enfermedad de Kufs,
adrenoleucodistrofia, leucodistrofia metacromatica, otros trastornos del
almacenamiento de la edad adulta y de la infancia) y otras afecciones neurológicas
(p. ej., epilepsia, esclerosis múltiple). En general, las causas poco habituales de daño
del sistema nervioso central, como las descargas eléctricas o la radiación
intracraneal, son evidentes a partir de la historia clínica.

• Lo que más apoya que el TNC este inducido por la afección medica es la
relación temporal entre el inicio o la exacerbación de dicha afección médica y el
desarrollo del déficit cognitivo.

• La certeza diagnostica en cuanto a esta relación puede aumentar si los


déficits neurocognitivos mejoran parcialmente o se estabilizan en el contexto del
tratamiento de la afección médica.
Desarrollo y curso.

Típicamente, el curso del TNC progresa de manera proporcional a la progresión del


trastorno medio subyacente.

• Cuando el trastorno medico sea tratable (p. ej., hipotiroidismo), el déficit


neurocognitivo podrá mejorar o al menos no progresar.

• Cuando la afección medica tenga un curso degenerativo (p. ej., la esclerosis


múltiple secundariamente progresiva), los déficits neurocognitivos progresaran
paralelo al curso de la enfermedad.
La prevalencia del TNC era del 6,7% entre los 60 y 64 años de edad, del 8,4% entre
los 65 y los 69, del 14,8% entre los 75 y los 79 y del 25,2% para el tramo
comprendido entre los 80 y los 84 años de edad.
La incidencia acumulada de demencia era del 14,9% entre los individuos con TNC
mayores de 65 años que habían sido seguidos evolutivamente durante 2 años. (De la
Vega, R. y Zambrano, A. 2018).

17. Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a etiologías múltiples.


Criterios:
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos existen pruebas


de que el trastorno neurocognitivo es la consecuencia fisiopatológica de más de un
factor etiológico, excluidas sustancias (p. ej., trastorno neurocognitivo debido a la
enfermedad de Alzheimer con posterior aparición de un trastorno neurocognitivo
vascular).

Nota: Consultar los criterios diagnósticos de los distintos trastornos neurocognitivos


debidos a las afecciones médicas concretas, donde hallará las directrices para
establecer las etiologías correspondientes.

C. Los déficits cognitivos no se explican mejor con otro trastorno mental ni


aparecen
Exclusivamente durante el curso de un síndrome confusional
18. Trastorno neurocognitivo no especificado.
Características:
• Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas
característicos de un trastorno neurocognitivo que causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los
trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos neurocognitivos.

• La categoría del trastorno neurocognitivo no especificado se utiliza en


situaciones en las que no puede determinarse la etiología concreta con la certeza
suficiente para confirmar una atribución etiológica.
Trastornos de la personalidad.

1. Trastorno general de la personalidad.


Se les concibe por una afección mental en donde quien la padece tiene
patrones de comportamientos, emociones y pensamientos prolongados los
cuales son distintos a su contexto lo que en consecuencia afecta a estos
individuos en su labor, relaciones interpersonales y demás.
Tenemos que en algunos de los trastornos de la personalidad la percepción se
ve afectada también, pero en ocasiones puede ser por consumo de
medicamentos o simplemente una Percepcion errada del entorno.
Criterios:
A. Patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se desvía
notablemente de las expectativas de la cultura del individuo. Este patrón se
manifiesta en dos (o más) de los ámbitos siguientes:
1. Cognición (es decir, maneras de percibirse e interpretarse a uno mismo, a
otras personas y a los acontecimientos).
2. Afectividad (es decir, amplitud, intensidad, labilidad e idoneidad de la
repuesta emocional).
3. Funcionamiento interpersonal.
4. Control de los impulsos.
B. El patrón perdurable es inflexible y dominante en una gran variedad de
situaciones personales y sociales.
C. El patrón perdurable causa malestar clínicamente significativo o deterioro
en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se puede remontar al
menos a la adolescencia o a las primeras etapas de la edad adulta.
E. El patrón perdurable no se explica mejor como una manifestación o
consecuencia de otro trastorno mental.
F. El patrón perdurable no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) u otra
afección médica (p. ej., un traumatismo craneal).
Prevalencia: este trastorno cuenta con una prevalencia del 10% al 13% dentro
de la población general, si incluimos a los ambulatorios tenemos que es un
25%.
Curso: Sus primeras apariciones pueden ser en la adolescencia, pre
adolescencia y su máxima expresión clínica al inicio de la vida adulta, los
síntomas disminuyen con la edad alrededor de los 40 y 45 años bajan los que
estén relacionados a la impulsividad, los que permanecen frecuentes y estables
son los de ansiedad, depresión, dependencia y abandono en cuanto a relaciones
interpersonales, a esta edad los pacientes estarán muchos más estabilizados o
de lo contrario estarán aislados con deterioro social y relacional severo.
Implicaciones clínicas: se destaca el hecho de que por lo general hay una
combinación de factores genéticos y ambientales que desencadenan el
trastorno, este puede ser evidente durante la adolescencia tardía o adultez
temprana, hay rasgos que persisten una vez algún síntoma agudo desaparece,
cuando hablamos de rasgos de personalidad son los que representan
pensamientos, Percepcion y reacciones, dentro del tratamiento es común el uso
de una terapia psicosocial y podría estar acompañada de fármacos, por ultimo
cabe mencionar que este cuenta con un porcentaje de heredabilidad de 50%.

2. Trastornos de la personalidad grupo A:


- Trastorno de la personalidad paranoide.
Criterios:
A. Desconfianza y suspicacia intensa frente a los demás, de tal manera que
sus motivos se interpretan como malévolos, que comienza en las primeras
etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se
manifiesta por cuatro (o más) de
los hechos siguientes:
1. Sospecha, sin base suficiente, de que los demás explotan,
causan daño o decepcionan al individuo.
2. Preocupación con dudas injustificadas acerca de la lealtad o
confianza de los amigos o colegas.
3. Poca disposición a confiar en los demás debido al miedo in-
justificado a que la información se utilice maliciosamente en
su contra.
4. Lectura encubierta de significados denigrantes o amenaza-
dores en comentarios o actos sin malicia.
5. Rencor persistente (es decir, no olvida los insultos, injurias
o desaires).
6. Percepción de ataque a su carácter o reputación que no es
apreciable por los demás y disposición a reaccionar rápidamente con enfado
o a contraatacar.
7. Sospecha recurrente, sin justificación, respecto a la fidelidad
del cónyuge o la pareja.
B. No se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia,
un trastorno bipolar o un trastorno depresivo con características
psicóticas, u otro trastorno psicótico, y no se puede atribuir a los
efectos fisiológicos de otra afección médica.
Prevalencia:  La prevalencia en la población general oscila, según los
diferentes estudios entre el 0,5% y el 2,5%
Curso: Lo más frecuente es que el trastorno perdure a lo largo de la vida del
sujeto, probablemente la persona pueda desarrollar esquizofrenia, en general
su vida se caracteriza por problemas de convivencia y de dificultad de
trabajo en equipo, frecuenta problemas laborales y de pareja.
Implicaciones clínicas: hay una predisposición a sentirse excesivamente
importantes con una actitud autorreferencial constante, sienten preocupación
por conspiraciones sin fundamento, en situaciones de estrés la
sintomatología se exacerba, este trastorno es tratado con psicoterapia y
fármacos por último es recomendable no realizar muchas interpretaciones ya
que aumentará la susceptibilidad del paciente.

- Trastorno de la personalidad esquizoide.


A. Patrón dominante de desapego en las relaciones sociales y
poca variedad de expresión de las emociones en contextos interpersonales,
que comienza en las primeras etapas de la edad
adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro
(o más) de los hechos siguientes:
1. No desea ni disfruta las relaciones íntimas, incluido el formar
parte de una familia.
2. Casi siempre elige actividades solitarias.
3. Muestra poco o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra
persona.
4. Disfruta con pocas o con ninguna actividad.
5. No tiene amigos íntimos ni confidentes aparte de sus familiares de primer
grado.
6. Se muestra indiferente a las alabanzas o a las críticas de los
demás.
7. Se muestra emocionalmente frío, con desapego o con afectividad plana.
B. No se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia,
un trastorno bipolar o un trastorno depresivo con características
psicóticas, otro trastorno psicótico o un trastorno del espectro
del autismo, y no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de
otra afección médica.
Prevalencia: No se encuentra claramente establecida pero aproximadamente
el 7.5% de la población general lo padece.
Curso: Suele iniciarse en las primeras épocas de la infancia, es de larga
duración ya que es un patrón de conducta que permanece a lo largo de la
vida y algunos desarrollan esquizofrenia, pero para eso se es necesario una
predisposición biológica.
Implicaciones clínicas: Pueden implicarse en terapias grupales para mejorar
el contacto social, psicoterapia con fármacos incluidos.
- Trastorno de la personalidad esquizotípica.
Criterios:
A. Patrón dominante de deficiencias sociales e interpersonales que
se manifiesta por un malestar agudo y poca capacidad para las relaciones
estrechas, así como por distorsiones cognitivas o perceptivas y
comportamiento excéntrico, que comienza en las primeras etapas de la edad
adulta y está presente en diversos
contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos
siguientes:
1. Ideas de referencia (con exclusión de delirios de referencia).
2. Creencias extrañas o pensamiento mágico que influye en el
comportamiento y que no concuerda con las normas subculturales (p. ej.,
supersticiones, creencia en la clarividencia, la
telepatía o un “sexto sentido”; en niños y adolescentes, fantasías o
preocupaciones extravagantes).
3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas ilusiones
corporales.
4. Pensamientos y discurso extraños (p. ej., vago, circunstancial, metafórico,
superelaborado o estereotipado).
5. Suspicacia o ideas paranoides.
6. Afecto inapropiado o limitado.
7. Comportamiento o aspecto extraño, excéntrico o peculiar.
8. No tiene amigos íntimos ni confidentes aparte de sus familiares de primer
grado.
9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad y tiende a
asociarse a miedos paranoides más que a juicios negativos sobre sí mismo.
B. No se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia,
un trastorno bipolar o un trastorno depresivo con características
psicóticas, otro trastorno psicótico o un trastorno del espectro
del autismo.
Prevalencia: En la población general se estima un 3%
Curso: muchos pacientes mantienen una personalidad esquizotípica estable
a lo largo de su vida compensándose mediante actividades artísticas y
esotéricas, los pacientes con esquizotípica son premorbidos a la
esquizofrenia.
Implicaciones clínicas: se utiliza la psicoterapia, se ponen en trato las
creencias del paciente para que este no sienta que se burlan de él y se hace
uso de fármacos.

3. Trastornos de la personalidad grupo B:


- Trastorno de la personalidad antisocial.
Criterios:
A. Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos
de los demás, que se produce desde los 15 años de edad, y que
se manifiesta por tres (o más) de los hechos siguientes:
1. Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos
legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de
detención.
2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o
estafa para provecho o placer personal.
3. Impulsividad o fracaso para planear con antelación.
4. Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o
agresiones físicas repetidas.
5. Desatención imprudente de la seguridad propia o de los de-
más.
6. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida
de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las
obligaciones económicas.
7. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o
racionalización del hecho de haber herido, maltratado
o robado a alguien.
B. El individuo tiene como mínimo 18 años.
C. Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con
inicio antes de los 15 años.
D. El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en
el curso de la esquizofrenia o de un trastorno bipolar.
Prevalencia: La prevalencia de este trastorno es del 3% en los hombres y
del 1% en las mujeres.
Curso: evoluciona a lo largo de la vida, se va consolidando un descenso de
las conductas disóciales a medida que avanza la edad del sujeto.
Implicaciones clínicas: el uso de psicoterapia de larga duración y
fundamentada en técnicas cognitivo conductuales, marcar limites muy
estrictos, así como trasmitir un claro mensaje de autoridad y con
acompañamiento de fármacos.

- Trastorno de la personalidad limite.


Criterios:
Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales,
de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa, que comienza en
las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y
que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado. (Nota:
No incluir el comportamiento suicida ni de automutilación que figuran en el
Criterio 5.)
2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que
se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de
devaluación.
3. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de
la autoimagen y del sentido del yo.
4. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente auto-
lesivas (p. ej., gastos, sexo, drogas, conducción temeraria, atracones
alimentarios). (Nota: No incluir el comportamiento suicida
ni de automutilación que figuran en el Criterio 5.)
5. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o
comportamiento de automutilación.
6. Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de
ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia, irritabilidad
o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más
de unos días).
7. Sensación crónica de vacío.
8. Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (p.
ej., exhibición frecuente de genio, enfado constante, peleas físicas
recurrentes).
9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas
disociativos graves.
Prevalencia: afecta al 2% de la población, siendo dos veces más frecuente
en las mujeres que en los hombres
Curso: es estable a lo largo de la vida, las mejorías comienzan a apreciarse a
la edad de 35-40 años, el deterioro de sus relaciones interpersonales y la
inestabilidad emocional le llevan a un aislamiento.
Implicaciones Clínicas: Psicoterapia, ayudará a su control de impulsos y el
entrenamiento en habilidades sociales mejorará la relación interpersonal, es
recomendable el uso de fármacos.

- Trastorno de la personalidad histriónica.


Criterios:
Patrón dominante de emotividad excesiva y de búsqueda de atención, que
comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos
contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro de
atención.
2. La interacción con los demás se caracteriza con frecuencia por
un comportamiento sexualmente seductor o provocativo inapropiado.
3. Presenta cambios rápidos y expresión plana de las emociones.
4. Utiliza constantemente el aspecto físico para atraer la atención.
5. Tiene un estilo de hablar que se basa excesivamente en las impresiones y
que carece de detalles.
6. Muestra autodramatización, teatralidad y expresión exagerada
de la emoción.
7. Es sugestionable (es decir, fácilmente influenciable por los de-
más o por las circunstancias).
8. Considera que las relaciones son más estrechas de lo que son
en realidad.
Prevalencia: Presenta una prevalencia del 2% en la población general,
diagnosticándose con más frecuencia en las mujeres que en los hombres
Curso: Con la edad se va atenuando la sintomatología de este trastorno, si
bien más por perdida de energía que por una mejoría clínica.
Implicaciones clínicas: Psicoterapia y fármacos orientados a los sintamos
depresivos y de desrealización.

- Trastorno de la personalidad narcisista.


Criterios:
Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento),
necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las
Primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que
se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y
talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los
correspondientes éxitos).
2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal
ilimitado.
3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo
puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto
estatus.
4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables
de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de
sus expectativas).
6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los
demás para sus propios fines).
7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los
sentimientos y necesidades de los demás.
8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

Historia: El narcisismo ha sido conceptualizado históricamente desde la


indiferencia (teoría freudiana) o la hostilidad (teoría kleiniana) hacia los
objetos. el narcisismo era una etapa normal de la evolución psicosexual,
intermediaria entre el autoerotismo y el amor objetal, y se manifestó en el
mismo sentido en 1911, en el Caso Schreber, y en 1913, en Totem y tabú.
Pero fue en 1914, en el estudio Introducción del narcisismo, que el término
adquirió el valor de concepto. La elaboración de este texto se basó en el
estudio de la psicosis o neurosis narcisista, nomenclatura usada por Freud en
su momento. La observación del delirio de grandeza en el psicótico llevó
Freud a definir el narcisismo como la actitud resultante del desplazamiento
hacia el yo del sujeto de las cargas libidinales antes volcadas en los objetos
del mundo exterior.
Concepto: Características diagnósticas La característica esencial del
trastorno narcisista de la personalidad es un patrón general de grandiosidad,
necesidad de admiración y falta de empatía que empieza al comienzo de la
edad adulta y que se da en diversos contextos. Los sujetos con este trastorno
tienen un sentido grandioso de auto importancia. Es habitual en ellos el
sobrevalorar sus capacidades y exagerar sus conocimientos y cualidades, con
lo que frecuentemente dan la impresión de ser jactanciosos y presuntuosos.
Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que son
superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan
como tales. Piensan que sólo les pueden comprender o sólo pueden
relacionarse con otras personas que son especiales o de alto status y
atribuyen a aquellos con quienes tienen relación las cualidades de ser
«únicos», «perfectos» o de tener «talento». Su autoestima es casi siempre
muy frágil. Pueden estar preocupados por si están haciendo las cosas
suficientemente bien y por cómo son vistos por los demás. Esto suele
manifestarse por una necesidad constante de atención y admiración. Esperan
que su llegada sea recibida con un toque de fanfarrias y se sorprenden si los
demás no envidian lo que ellos poseen. Intentan recibir halagos
constantemente, desplegando un gran encanto. Esperan que se les dé todo lo
que deseen o crean necesitar, sin importarles lo que les pueda representar a
los demás. Tienden a hacer amistades o a tener relaciones románticas sólo si
la otra persona parece dispuesta a plegarse a sus designios o a hacerle
mejorar de alguna forma su autoestima. Con frecuencia usurpan privilegios
especiales y recursos extras que piensan que merecen por ser tan especiales.
Generalmente, los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad carecen
de empatía y tienen dificultades para reconocer los deseos, las experiencias
subjetivas y los sentimientos de los demás. A menudo son desdeñosos e
impacientes con los demás cuando éstos se refieren a sus propios problemas
y preocupaciones. Estos individuos pueden ser ajenos al daño que pueden
hacer sus comentarios (por ejemplo, explicar con gran alegría a un antiguo
amante que «ahora tengo una relación para toda la vida» o presumir de salud
delante de alguien que se encuentra enfermo). Estos sujetos suelen envidiar a
los demás o creen que los demás les envidian a ellos (Criterio 8). Pueden
envidiar los éxitos y las propiedades ajenas, creyendo que ellos son más
merecedores de aquellos logros, admiración o privilegios. Pueden devaluar
con acritud las aportaciones de los demás, en especial cuando aquellos
sujetos han recibido el reconocimiento o las alabanzas por sus méritos.
Síntomas y trastornos asociados La vulnerabilidad de la autoestima hace al
sujeto con trastorno narcisista de la personalidad muy sensible al «ultraje»
de la crítica o la frustración. Aunque tal vez no lo demuestren abiertamente,
las críticas pueden obsesionar a estos sujetos y hacer que se sientan
humillados, degradados, hundidos y vacíos. Pueden reaccionar con desdén,
rabia o contraatacando de forma desafiante. Estas experiencias suelen
conducir al retraimiento social o a una apariencia de humildad que puede
enmascarar y proteger la grandiosidad. Sentimientos persistentes de
vergüenza o humillación y la autocrítica inherente pueden estar asociados a
retraimiento social, estado de ánimo depresivo y trastorno depresivo mayor
o distímico. El trastorno narcisista de la personalidad se asocia también con
la anorexia nerviosa y los trastornos relacionados con sustancias
(especialmente los relacionados con la cocaína). entonces para que un
individuo sea diagnosticado como un caso de Trastorno de Personalidad
Narcisista, además de cumplir con los criterios generales para los trastornos
de personalidad presentados al comienzo de esta comunicación, debe
presentar por lo menos cinco de las nueve características siguientes: sentido
grandioso de importancia; fantasía de éxito ilimitado; creencia de ser
especial y de asociarse sólo con personas especiales; excesiva necesidad de
admiración; expectativa de ser tratado 7 de manera especial y no dejar de ser
atendido en sus propósitos; abuso de relaciones interpersonales; falta de
empatía; envidia de los demás o sensación de que lo envidian; actitudes
arrogantes y desdeñosas.
Prevalencia Y Curso:
El trastorno de la personalidad narcisista afecta más a los hombres que a las
mujeres y, por lo general, comienza en la adolescencia o a principios de la
adultez. Ten en cuenta que, si bien algunos niños pueden manifestar rasgos
de narcicismo, esto puede ser típico de la edad, por lo que no significa que
padecerán el trastorno de la personalidad narcisista.
Si bien se desconoce la causa del trastorno de la personalidad narcisista,
algunos investigadores creen que, en el caso de los niños biológicamente
vulnerables, una crianza sobreprotectora o negligente puede influir. La
genética y la neurobiología también pueden intervenir en la manifestación
del trastorno de la personalidad narcisista.
Se ha efectuado escasa investigación sobre los factores biológicos que
contribuyen al trastorno de personalidad narcisista, aunque parece tener un
componente hereditario significativo. Algunas teorías postulan que los
cuidadores pueden no haber tratado al niño adecuadamente, por ejemplo, por
ser demasiado crítico o por exceso de alabanza, admiración, o dedicación al
niño.
Algunos pacientes con este trastorno tienen dones o talentos especiales y se
acostumbran a asociar su autoimagen y el sentido de sí mismos con la
admiración y la estima de los demás.
Implicaciones clínicas: de las presentaciones narcisistas patológicas, tanto
para las personas estructuradas desde dicha preocupación narcisista, como
para quienes están en contacto con ellas.
Las dificultades narcisistas pueden influir en la personalidad de múltiples
maneras. Como a las versiones más encubiertas, hipervigilantes o
encerradas, descritas en la literatura psicoanalítica.
el rango de narcisismo, que va desde la salud hasta las perturbaciones más
graves (el “narcisismo maligno” descrito por Kernberg), haciendo énfasis en
las dificultades y peligros que dicho narcisismo supone para las relaciones
personales, conexiones familiares, laborales, institucionales y para los
procesos políticos.
4. Trastornos de la personalidad grupo C:
- Trastorno de la personalidad evasiva.
Criterios:
Patrón dominante de inhibición social, sentimientos de incompetencia e
hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienza en las primeras
etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se
manifiesta por cuatro (o más) de los hechos siguientes:
1. Evita las actividades laborales que implican un contacto interpersonal
significativo por miedo a la crítica, la desaprobación o el rechazo.
2. Se muestra poco dispuesto a establecer relación con los demás a no ser
que esté seguro de ser apreciado.
3. Se muestra retraído en las relaciones estrechas porque teme que lo
avergüencen o ridiculicen.
4. Le preocupa ser criticado o rechazado en situaciones sociales.
5. Se muestra inhibido en nuevas situaciones interpersonales debido al
sentimiento de falta de adaptación.
6. Se ve a sí mismo como socialmente inepto, con poco atractivo personal o
inferior a los demás.
7. Se muestra extremadamente reacio a asumir riesgos personales o a
implicarse en nuevas actividades porque le pueden resultar embarazosas.
CONCEPTO: La característica esencial del trastorno de la personalidad por
evitación es un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de
inadecuación y una hipersensibilidad a la evaluación negativa que
comienzan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos.
Los sujetos con trastorno de la personalidad por evitación evitan trabajos o
actividades escolares que impliquen un contacto interpersonal importante,
porque tienen miedo de las críticas, la desaprobación o el rechazo. Estos
individuos evitan hacer nuevos amigos a no ser que estén seguros de que van
a ser apreciados y aceptados sin críticas. Las personas con este trastorno no
participan en actividades de grupo a no ser que reciban ofertas repetidas y
generosas de apoyo y protección. La intimidad personal suele ser difícil para
ellos, aunque son capaces de establecer relaciones íntimas cuando hay
seguridad de una aceptación acrítica. Los sujetos con este trastorno, puesto
que les preocupa la posibilidad de ser criticados o rechazados en las
situaciones sociales, tienen el umbral para detectar estas reacciones
exageradamente bajo. Tienden a ser tímidos, callados, inhibidos e
«invisibles» por temor a que la atención vaya a comportar la humillación o
el rechazo. Las dudas respecto a su aptitud social y su interés personal se
hacen especialmente manifiestas en las situaciones que implican
interacciones con extraños. Normalmente son reacios a asumir riesgos
personales o a involucrarse en nuevas actividades, ya que esto puede
ponerles en aprietos. Son propensos a exagerar el peligro potencial de las
situaciones ordinarias, y de su necesidad de certeza y seguridad puede surgir
un estilo de vida restrictivo.
Síntomas y trastornos asociados: Los mayores problemas asociados a este
trastorno se presentan en la actividad social y laboral. La baja autoestima y
la hipersensibilidad al rechazo están asociadas a la restricción de contactos
interpersonales. Desean afecto y aceptación y pueden tener fantasías sobre
relaciones idealizadas con otros. Otros trastornos que normalmente se
diagnostican asociados al trastorno de la personalidad por evitación son los
trastornos del estado de ánimo y de ansiedad (especialmente la fobia social
de tipo generalizado). El trastorno de la personalidad por evitación se
diagnostica a menudo junto con el trastorno de la personalidad por
dependencia, porque los sujetos con trastorno de la personalidad por
evitación acaban estando muy ligados y siendo muy dependientes de las
personas de quienes son amigos.
Prevalencia: El trastorno de la personalidad por evitación parece ser tan
frecuente en varones como en mujeres. En la población general está entre el
0,5 y el 1%.
Curso: El comportamiento de evitación suele comenzar en la infancia o la
niñez con vergüenza, aislamiento y temor a los extraños y a las situaciones
nuevas. Aunque la vergüenza en la niñez sea un precursor habitual del
trastorno de la personalidad por evitación, en muchos sujetos tiende a
desaparecer gradualmente a medida que se hacen mayores. Por el contrario,
los individuos que van a desarrollar trastorno de la personalidad por
evitación se vuelven cada vez más vergonzosos y evitadores a lo largo de la
adolescencia y el principio de la edad adulta, cuando las relaciones sociales
con gente nueva se hacen especialmente importantes. Hay algunas pruebas
de que el trastorno de la personalidad por evitación en los adultos tiende a
hacerse menos evidente o a remitir con la edad.
- Trastorno de la personalidad dependiente.
Criterios:
Necesidad dominante y excesiva de que le cuiden, lo que conlleva un
comportamiento sumiso y de apego exagerado, y miedo a la separación, que
comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos
contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Le cuesta tomar decisiones cotidianas sin el consejo y la tranquilización
excesiva de otras personas.
2. Necesita a los demás para asumir responsabilidades en la mayoría de los
ámbitos importantes de su vida.
3. Tiene dificultad para expresar el desacuerdo con los demás por miedo a
perder su apoyo o aprobación. (Nota: No incluir los miedos realistas de
castigo.)
4. Tiene dificultad para iniciar proyectos o hacer cosas por sí mismo (debido
a la falta de confianza en el propio juicio o capacidad y no por falta de
motivación o energía).
5. Va demasiado lejos para obtener la aceptación y apoyo de los demás,
hasta el punto de hacer voluntariamente cosas que le desagradan.
6. Se siente incómodo o indefenso cuando está solo por miedo exagerado a
ser incapaz de cuidarse a sí mismo.
7. Cuando termina una relación estrecha, busca con urgencia otra relación
para que le cuiden y apoyen.
8. Siente una preocupación no realista por miedo a que lo abandonen y tenga
que cuidar de sí mismo.

Concepto:
Características diagnósticas La característica esencial del trastorno de la
personalidad por dependencia es una necesidad general y excesiva de que se
ocupen de uno, que ocasiona un comportamiento de sumisión y adhesión y
temores de separación. Este patrón empieza al principio de la edad adulta y
se da en diversos contextos. Los comportamientos dependientes y sumisos
están destinados a provocar atenciones y surgen de una percepción de uno
mismo como incapaz de funcionar adecuadamente sin la ayuda de los
demás. Los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia tienen
grandes dificultades para tomar las decisiones cotidianas (por ejemplo, qué
color de camisa escoger para ir a trabajar o si llevar paraguas o no), si no
cuentan con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los
demás. Estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que los demás
(frecuentemente una sola persona) tomen las iniciativas y asuman la
responsabilidad en las principales parcelas de su vida. Es típico que los
adultos con este trastorno dependan de un progenitor o del cónyuge para
decidir dónde deben vivir, qué tipo de trabajo han de tener y de quién tienen
que ser amigos. Los adolescentes con este trastorno permitirán que sus
padres decidan qué ropa ponerse, con quién tienen que ir, cómo tienen que
emplear su tiempo libre y a qué escuela o colegio han de ir. El trastorno de
la personalidad por dependencia puede darse en un sujeto con una
enfermedad médica o una incapacidad grave, pero en estos casos la
dificultad para asumir responsabilidades debe ir más lejos de lo que
normalmente se asocia a esa enfermedad o incapacidad. A los sujetos con
este trastorno les es difícil iniciar proyectos o hacer las cosas con
independencia (Criterio 4). Estas personas están convencidas de que son
incapaces de funcionar de forma independiente y se ven a sí mismos como
ineptos y necesitados de ayuda constante. Sin embargo, pueden funcionar
adecuadamente si se les da la seguridad de que alguien más les está
supervisando y les aprueba. Pueden hacer sacrificios extraordinarios o
tolerar malos tratos verbales, físicos o sexuales. (debe tenerse en cuenta que
este comportamiento sólo debe considerarse indicador de trastorno de la
personalidad por dependencia cuando quede claramente demostrado que el
sujeto dispone de otras posibilidades). Se ven a sí mismos tan dependientes
del consejo y la ayuda de otra persona importante, que les preocupa ser
abandonados por dicha persona, aunque no haya fundamento alguno que
justifique esos temores. Para ser considerados indicadores de este criterio,
los temores deben de ser excesivos y no realistas.

Síntomas y trastornos asociados: Los sujetos con trastorno de la


personalidad por dependencia se caracterizan por el pesimismo y la
inseguridad en sí mismos, tienden a minimizar sus capacidades y sus valores
y pueden referirse constantemente a sí mismos como «estúpidos». Toman
las críticas y la desaprobación como pruebas de su inutilidad y pierden la fe
en sí mismos.
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo: El grado en que los
comportamientos dependientes se consideran adecuados varía
sustancialmente según la edad y los grupos socioculturales. El
comportamiento dependiente sólo debe considerarse característico del
trastorno cuando sea claramente excesivo para las normas culturales del
sujeto o refleje preocupaciones no realistas. En algunas sociedades es
característico poner énfasis en la pasividad, la cortesía y el trato respetuoso,
lo que puede ser malinterpretado como rasgos de trastorno de la
personalidad por dependencia. En el marco clínico, el trastorno se ha
diagnosticado con mayor frecuencia en mujeres; sin embargo, la proporción
según el sexo de este trastorno no es significativamente diferente que la
proporción en el marco clínico. Por otra parte, algunos estudios que han
utilizado evaluaciones estructuradas describen unas tasas de prevalencia
similares en varones y mujeres
Prevalencia: El trastorno de la personalidad por dependencia está entre los
trastornos de la personalidad encontrados con más frecuencia en las clínicas
de salud mental.
- Trastorno de la personalidad obsesivo compulsiva.
Criterios:
Patrón dominante de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el
control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la franqueza y
la eficiencia, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y está
presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cuatro (o más) de los
siguientes hechos:
1. Se preocupa por los detalles, las normas, las listas, el orden, la
organización o los programas hasta el punto de que descuida el objetivo
principal de la actividad.
2. Muestra un perfeccionismo que interfiere con la terminación de las tareas
(p. ej., es incapaz de completar un proyecto porque no se cumplen sus
propios estándares demasiado estrictos).
3. Muestra una dedicación excesiva al trabajo y la productividad que excluye
las actividades de ocio y los amigos (que no se explica por una necesidad
económica manifiesta).
4. Es demasiado consciente, escrupuloso e inflexible en materia de
moralidad, ética o valores (que no se explica por una identificación cultural
o religiosa).
5. Es incapaz de deshacerse de objetos deteriorados o inútiles, aunque no
tengan un valor sentimental.
6. Está poco dispuesto a delegar tareas o trabajo a menos que los demás se
sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.
7. Es avaro hacia sí mismo y hacia los demás; considera el dinero como algo
que se ha de acumular para catástrofes futuras.
8. Muestra rigidez y obstinación.
Concepto:
Características diagnósticas La característica esencial del trastorno obsesivo-
compulsivo de la personalidad es una preocupación por el orden, el
perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la
flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia. Este patrón empieza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos con
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad intentan mantener la
sensación de control mediante una atención esmerada a las reglas, los
detalles triviales, los protocolos, las listas, los horarios o las formalidades
hasta el punto de perder de vista el objetivo principal de la actividad. Son
excesivamente cuidadosos y propensos a las repeticiones, a prestar una
atención extraordinaria a los detalles y a comprobar repetidamente los
posibles errores. El tiempo se distribuye mal y las tareas más importantes se
dejan para el último momento. El perfeccionismo y los altos niveles de
rendimiento que se autoimponen causan a estos sujetos una disfunción y un
malestar significativos. Pueden estar tan interesados en llevar a cabo con
absoluta perfección cualquier detalle de un proyecto, que éste no se acabe
nunca. Por ejemplo, se retrasa la finalización de un informe escrito debido al
tiempo que se pierde en reescribirlo repetidas veces hasta que todo quede
prácticamente «perfecto». Muestran una dedicación excesiva al trabajo y a la
productividad, con exclusión de las actividades de ocio y las amistades
(Criterio 3). Este comportamiento no está motivado por necesidades
económicas. Piensan muy a menudo que no tienen tiempo para tomarse una
tarde o un fin de semana para salir o simplemente relajarse. Van
posponiendo una actividad placentera, como son unas vacaciones, de manera
que nunca la llegan a realizar. Los sujetos con trastorno obsesivo-
compulsivo de la personalidad pueden ser demasiado tercos, escrupulosos e
inflexibles en temas de moral, ética o valores. Pueden forzarse a sí mismos y
a los demás a seguir unos principios morales rígidos y unas normas de
comportamiento muy estrictas. También son críticos despiadados de sus
propios errores. Los sujetos con este trastorno son rígidamente respetuosos
con la autoridad y las normas, e insisten en su cumplimiento al pie de la
letra, sin saltarse ninguna norma por circunstancias atenuantes. Los sujetos
con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad son reacios a delegar
tareas o trabajo en otros. Insisten obstinada e irrazonablemente en que todo
se haga a su manera y en que la gente se adapte a su forma de hacer las
cosas. Con frecuencia, dan instrucciones muy detalladas sobre cómo se tiene
que hacer todo (por ejemplo, hay una única forma de segar el césped, de
lavar los platos o de hacer una caseta para el perro) y se sorprenden e irritan
si los demás sugieren otras alternativas posibles. Los individuos con este
trastorno pueden ser tacaños y avaros, y llevar un nivel de vida muy inferior
al que pueden permitirse debido a su creencia de que los gastos tienen que
controlarse mucho para prevenir catástrofes futuras.
Síntomas y trastornos asociados: Cuando las normas y los protocolos
establecidos no dictan la respuesta correcta, la toma de decisiones se
convierte en un proceso de larga duración y a menudo doloroso. Los sujetos
con trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad tienen tantas
dificultades para decidir qué tareas son prioritarias o cuál es la mejor forma
de hacer alguna cosa concreta, que puede ser que nunca empiecen a hacer
nada. Los individuos con este trastorno suelen expresar afecto de forma muy
controlada o muy ampulosa y se sienten muy incómodos en presencia de
otras personas emocionalmente expresivas. Los sujetos con este trastorno
pueden experimentar dificultades y malestar laborales, especialmente al
enfrentarse a situaciones nuevas que exijan flexibilidad y transigencia.
Prevalencia: Los estudios que han utilizado evaluaciones sistemáticas
sugieren una prevalencia estimada del trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad aproximadamente del 1% en las muestras de población general
y del 3-10% en los individuos que acuden a clínicas de salud mental.
5. Otros trastornos de la personalidad:
- Cambio de la personalidad debido a otra afección médica.
Criterios:
A. Alteración persistente de la personalidad que constituye un cambio
respecto al anterior patrón característico de la personalidad del individuo.
Nota: En los niños, la alteración implica una desviación notable
del desarrollo normal o un cambio significativo de los patrones de
comportamiento habitual del niño, que dura al menos un año.
B. Existen evidencias a partir de la historia clínica, la exploración física o
los análisis de laboratorio de que la alteración es la consecuencia
fisiopatológica directa de otra afección médica.
C. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (incluido otro
trastorno mental debido a otra afección médica).
D. La alteración no se produce exclusivamente en el curso de un síndrome
confusional.
E. La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Especificar si: Tipo lábil: Si la característica predominante es la labilidad
afectiva.
Tipo desinhibido: Si la característica predominante es un control
insuficiente de los impulsos como se pone de manifiesto por las
indiscreciones sexuales, etc.
Tipo agresivo: Si la característica predominante en el comportamiento
agresivo.
Tipo apático: Si la característica predominante es la apatía e indiferencia
intensa.
Tipo paranoide: Si la característica predominante es la suspicacia o las
ideas paranoides.
Otro tipo: Si la presentación no se caracteriza por ninguno de los subtipos
anteriores
Tipo combinado: Si en el cuadro clínico predomina más de una
característica.
Tipo no especificado
Nota de codificación: Incluir el nombre de la otra afección médica (p. ej.,
310.1 [F07.0] cambio de personalidad debido a epilepsia del lóbulo
temporal). La otra afección médica se codificará y hará constar por separado
inmediatamente antes del trastorno de la personalidad debido a otra afección
médica (p. ej., 345.40 [G40.209] epilepsia del lóbulo temporal; 310.1
[F07.0] cambio de personalidad debido a epilepsia del lóbulo temporal).

DEFINICION: El DSM-IV- llama así a cualquier cambio duradero de la


personalidad que se produce como consecuencia de una enfermedad médica.
Describe diversos tipos de personalidad: lábil, impulsivo, agresivo, apático,
paranoide, otros tipos y mixtos. Las enfermedades que con más frecuencia
producen estos cambios son: la neoplasia del sistema nervioso central, la
enfermedad de Huntington, la epilepsia, el Parkinson, los traumas craneales
y las endocrinopatías.
Conclusión
Los grandes avances dados por investigadores en pro de la descripción
detallada de las conductas que adoptaban los pacientes luego sufrir una
enfermedad que directamente afecte el sistema nervioso o lo hago a raíz de
una enfermedad preexistente, llevó a la APA a recoger todos los datos y
correlacionarlos para obtener una guía sencilla y sucinta dentro del DSM-5
con el título de “Cambio de la personalidad debido a otra afección médica”
Razones que han llevado a que se haya popularizado tanto en la actualidad.
El tratamiento se da al trauma que dio origen al trastorno, el cual, aunque
gracias al documento tenga características distintivas en cada enfermedad, el
Psicólogo clínico debe estar continuamente actualizado.
- Otro trastorno de la personalidad no especificado.
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas
característicos de un trastorno de la personalidad que causan malestar
clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de
ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de la
personalidad. La categoría de otro trastorno de la personalidad especificado
se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por comunicar el motivo
específico por el que la presentación no cumple los criterios de ningún
trastorno de la personalidad específico. Esto se hace registrando “otro
trastorno de la personalidad especificado” seguido del motivo específico (p.
ej., “características mixtas de la personalidad.
- Trastorno de la personalidad no especificado.
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas
característicos de un trastorno de la personalidad que causan malestar
clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de
ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de la
personalidad. La categoría del trastorno de la personalidad no especificado
se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por no especificar el
motivo del incumplimiento de los criterios para un trastorno de la
personalidad específico, e incluye presentaciones en las que no existe
información suficiente para hacer un diagnóstico más específico.

ES DECIR: Esta categoría se reserva para los trastornos de la personalidad


que no cumplen los criterios para un trastorno específico de la personalidad.
Un ejemplo es la presencia de características de más de un trastorno
específico de la personalidad que no cumplen los criterios completos para
ningún trastorno de la personalidad ("personalidad mixta"), pero que, en
conjunto, provocan malestar clínicamente significativo o deterioro en una o
más áreas de la actividad del individuo (por ejemplo, social, o laboral). Esta
categoría también puede utilizarse cuando el clínico considera que un
trastorno específico de la personalidad que no está incluido en la
clasificación es apropiado. Los ejemplos incluyen el trastorno depresivo de
la personalidad y el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad.
Trastornos parafílicos.
Según el manual DSM- V, versión para público genera, las parafilias son
comportamientos o fantasías de tipo sexual, poco convencionales, en las
cuales se puede dar, desde el placer hacia el sufrimiento del otro o propio
hasta involucrar objetos inanimados, animales, personas que no consienten
dicha conducta, etc. De esta manera, los Trastornos parafílicos, se
diagnostican, cuando las conductas o fantasías conferidas anteriormente
generan un malestar social y clínico en el individuo, además de causar
afectación a personas externas al mismo.
Curso: En su mayoría los trastornos parafílicos, comienzan a manifestarse de
forma fortuita, sin que haya planeación del hecho, pero al entender que ese
hecho generó placer o satisfacción sexual, el individuo inicia una cadena de
repetición de la conducta, llegando al punto de cometer, en algunos casos,
delitos con tal de saciar su deseo. A partir de esto, se estaría generando un
malestar, clínico y social con lo que se diagnostica un trastorno.
Prevalencia: En un estudio realizado en 2016 por la revista del hospital
psiquiátrico de la habana se encontró que el 50% de los pacientes acuden a
servicios de ayuda por influencia de otros. En el 8% de los casos se
encontraron antecedentes familiares de parafilias. Además de esto, las
principales parafilias encontradas en el estudio fueron: froteurismo 53.33%,
exhibicionismo 43.33% y voyeurismo 36.67%.
Implicaciones clínicas: En mayor medida los pacientes con alguna clase de
trastorno parafílico deciden buscar ayuda profesional para modificar la
conducta, debido a peticiones de sujetos externos, por lo que se presume una
menor disposición al cambio en estos pacientes, al menos en un inicio.
Adicionalmente, puede existir factores genéticos hereditarios en los que se
enmarque una mayor tendencia hacia conductas parafílicas.
1. Trastorno de voyeurismo.
El Voyeurismo es el trastorno que consiste en la excitación sexual al
presenciar a otros individuos desvestirse, en actividades
masturbadoras o actos sexuales, todo esto de forma desprevenida, y
de manera que el individuo pueda cumplir su fantasía sin haber
consentimiento de la otra parte.
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual
intensa y recurrente derivada de la observación de una persona
desprevenida que está desnuda, desnudándose o dedicada a una
actividad sexual, y que se manifiesta por fantasías, deseos
irrefrenables o comportamientos.
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables
con una persona que no ha dado su consentimiento, o los deseos
irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento.
C. El individuo que experimenta la excitación y/o que actúa con
un deseo irrefrenable tiene como mínimo 18 años de edad.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a
individuos que viven en una institución o en otros ámbitos en los que
la oportunidad de un comportamiento voyerista es limitada.
En remisión total: El individuo no ha cumplido sus deseos
irrefrenables con una persona sin su consentimiento, y no ha existido
malestar ni problemas sociales, laborales, o en otros campos del
funcionamiento, durante al menos cinco años en los que ha estado en
un entorno no controlado.
2. Trastorno de exhibicionismo.
En este trastorno los individuos consiguen excitación sexual al
mostrarse desnudos ante personas generalmente desprevenidos,
también puede tratarse de fantasías o deseos de ser observado
desnudo o durante el acto sexual. Como trastorno, el exhibicionismo
causa malestar clínico, social y funcional en el individuo que lo
padece.
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual
intensa y recurrente derivada de la exposición de los genitales a una
persona desprevenida, y que se manifiesta por fantasías, deseos
irrefrenables o comportamientos.
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables
con una persona que no ha dado su consentimiento, o los deseos
irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento.
Especificar si:
Sexualmente excitado por exposición de los genitales a niños pre
púberes
Sexualmente excitado por exposición de los genitales a individuos
físicamente maduros Sexualmente excitado por exposición de los
genitales a niños pre púberes y a individuos físicamente maduros.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a
individuos que viven en una institución o en otros ámbitos en los que
la oportunidad de exposición de los genitales es limitada.
En remisión total: El individuo no ha cumplido sus deseos
irrefrenables con una persona sin su consentimiento, y no ha existido
malestar ni problemas sociales, laborales, o en otros campos del
funcionamiento, durante al menos cinco años en los que ha estado en
un entorno no controlado.
3. Trastorno de frotteurismo.
Este tipo de parafilia se caracteriza por la obtención de excitación
sexual mediante el frotamiento de los genitales en una persona al
encontrarse desprevenida y sin que esta de un consentimiento del
hecho.
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual
intensa y recurrente derivada de los tocamientos o fricción contra una
persona sin su consentimiento, y que se manifiesta por fantasías,
deseos irrefrenables o comportamientos.
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables
con una persona que no ha dado su consentimiento, o los deseos
irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a
individuos que viven en una institución o en otros ámbitos en los que
la oportunidad de tocamientos o fricción es limitada. En remisión
total: El individuo no ha cumplido sus deseos irrefrenables con una
persona sin su consentimiento, y no ha existido malestar ni
problemas sociales, laborales, o en otros campos del funcionamiento,
durante al menos cinco años en los que ha estado en un entorno no
controlado.
4. Trastorno de masoquismo sexual.
Este trastorno se caracteriza por la participación voluntaria de un
individuo en actividades sexuales agresivas y/o humillantes, las
cuales le generan placer a ambas partes y pueden llegar a perjudicar
la salud, funcionalidad, o desarrollo social del individuo.
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual
intensa y recurrente derivada del hecho de ser humillado, golpeado,
atado o sometido a sufrimiento de cualquier otra forma, y que se
manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos.
B. Las fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos
causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Especificar si:
Con asfixia: Si el individuo busca conseguir la excitación sexual por
medio de la restricción de la respiración.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a
individuos que viven en una institución o en otros ámbitos en los que
la oportunidad de dedicarse a comportamientos sexuales masoquistas
es limitada.
En remisión total: No ha existido malestar ni problemas sociales,
laborales, o en otros campos del funcionamiento, durante al menos
cinco años en los que el individuo ha estado en un entorno no
controlado.
5. Trastorno de sadismo sexual.
En este trastorno, el individuo experimenta placer al infligir golpes o
humillaciones a otro, ya sea durante la actividad sexual o fuera de
ella, en estos casos, se considera un trastorno cuando las actividades
sádicas se realizan sin consentimiento del otro individuo o cuando
generan malestar clínico, social o funcional.
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual
intensa y recurrente derivada del sufrimiento físico o psicológico de
otra persona, y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o
comportamientos.
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables
con una persona que no ha dado su consentimiento, o los deseos
irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a
individuos que viven en una institución o en otros ámbitos en los que
la oportunidad de dedicarse a comportamientos sexuales sádicos es
limitada.
En remisión total: El individuo no ha cumplido sus deseos
irrefrenables con una persona sin su consentimiento, y no ha existido
malestar ni problemas sociales, laborales, o en otros campos del
funcionamiento, durante al menos cinco años en los que ha estado en
un entorno no controlado.
6. Trastorno de pedofilia.
La pedofilia es una parafilia que afecta de forma negativa a los demás, por lo
que se considera un trastorno. Es aquella parafilia en la cual se siente
atracción sexual por niños y adolescentes menores de edad.
Implicaciones clínicas
Las agresiones y actos sexuales contra niños conforman gran parte de los
crímenes sexuales informados, sin embargo, esto tampoco dice mucho al
respecto, puesto que, los criterios judiciales y psiquiátricos no siempre
coinciden en estos casos. Para los adolescentes mayores (17 y 18 años), el
continuo interés sexual en adolescentes no se considera un trastorno
pedófilo, sin embargo, para el ámbito judicial no es el caso.
La mayoría de los pedófilos son varones. La atracción se puede presentar
hacia niños, niñas o ambos, sin embargo, el pedófilo suele preferir niños del
sexo opuesto en la mayoría de los casos. Gran parte de los casos, el adulto
conoce al niño en situación de familia o estando en alguna posición de
autoridad sobre este. Los pedófilos pueden presentarse en caso de atracción
exclusiva con niños, atracción por niños y adultos, o incluso, atracción por
solo niños con los que se está relacionado.
La mayoría de los depredadores con este trastorno suelen presentar un
trastorno antisocial, pueden obligar y amenazar a los niños si no se cumple
con lo que piden.
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual intensa
y recurrente derivada de fantasías, deseos sexuales irrefrenables
o comportamientos que implican la actividad sexual con
uno o más niños pre púberes (generalmente menores de 13 años).
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables, o los
deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar importante
o problemas interpersonales.
C. El individuo tiene como mínimo 16 años y es al menos cinco años mayor
que el niño/niños del Criterio A.
Nota: No incluir a un individuo al final de la adolescencia que mantiene
una relación sexual continua con otro individuo de 12 o 13 años.
Especificar si:
Tipo exclusivo (atracción exclusiva por los niños)
Tipo no exclusivo
Especificar si:
Atracción sexual por el sexo masculino
Atracción sexual por el sexo femenino
Atracción sexual por ambos sexos
Especificar si:
Limitado al incesto
Implicaciones clínicas:
- Terapia grupal o individual
- Fármacos
Pronóstico:
determinar un pronóstico para el tratamiento de la pedofilia es, cuanto
menos, complicado. Evitar las fantasías sexuales con menores para un
pedófilo es casi imposible, lo que se busca con el tratamiento es reducir la
intensidad y la frecuencia de estas fantasías, y a desarrollar estrategias de
afrontamiento eficaces, el individuo debe reconocer que presenta un
problema y estar motivado para que el tratamiento surta efecto.
Prevalencia:
La prevalencia en la pedofilia también es imposible de determinar con
exactitud, aunque la más alta posible población masculina se ha establecido
en un rango de 3% al 5%, en la prevalencia femenina se mantiene en un
aspecto testimonial.
7. Trastorno de fetichismo.
El fetichismo es el uso de objetos inanimados como método preferido para la
excitación sexual, sin embargo, en el día a día, se suele usar el término para
hacer referencia a la preferencia sexual hacia una característica física, o
situación sexual en particular. Con el trastorno, nos referimos al uso objetos
inanimados para la obtención del placer sexual.
Implicaciones clínicas
El fetichismo en la mayoría de los casos no cumple con los criterios para
considerarse un trastorno, para que se considere un trastorno, el fetiche debe
generar malestares crónicos a la persona o un deterioro funcional.
El fetiche puede incluir la ropa del sexo opuesto, pero si la excitación se
presenta a la hora de vestir dichas prendas, se considera al trastorno,
travestismo.
Implicaciones clínicas:
- psicoterapia
- Farmacología
Criterios:
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual intensa y
recurrente derivada del empleo de objetos inanimados o un gran interés
específico por parte(s) del cuerpo no genitales, que se manifiesta por fantasías,
deseos irrefrenables o comportamientos.
B. Las fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos
causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento.
C. Los objetos fetiche no se limitan a prendas de vestir utilizadas para
travestirse (como en el trastorno de travestismo) o a artilugios diseñados
específicamente para la estimulación táctil de los genitales (p. ej., vibrador).
Especificar:
Parte(s) del cuerpo
Objeto(s) inanimado(s)
Otro
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a individuos
que viven en una institución o en otros ámbitos en los que la oportunidad de
dedicarse a comportamientos fetichistas es limitada.
En remisión total: No ha existido malestar ni problemas sociales, laborales, o
en otros campos del funcionamiento, durante al menos cinco años en los que el
individuo ha estado en un entorno no controlado.
8. Trastorno de travestismo.
Se considera travestismo la excitación sexual intensa por el uso de
las prendas del sexo opuesto, esto puede presentarse como fantasías,
impulsos y/o comportamientos. para considerarse trastorno debe presentarse
un malestar clínico o complicación en las funciones.
Implicaciones clínicas
Travestido es un término más frecuente y aceptado que travesti. El trastorno
de travestismo no es frecuente en mujeres de nacimiento.
El perfil de las personas con este trastorno suele ser similares a los de las
personas de la misma cultura y edad que no sufren del trastorno.
Cuando la pareja participa de forma voluntaria con su el travestismo, el
travestido suele tener una actividad sexual más vestido con las prendas del
sexo opuesto de forma recurrente, cuando la pareja no se muestra
colaboradora con el travestismo, el travestido suele presentar ansiedad,
angustia, depresión, culpabilidad y vergüenza.
Implicaciones clínicas:
- Grupos de apoyo y sociales
- En ocasiones, psicoterapia.
Criterios de diagnóstico
A. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual intensa y
recurrente derivada del hecho de travestirse, y que se manifiesta por
fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos.
B. Las fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos causan
malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras
áreas importantes del funcionamiento.
Especificar si: Con fetichismo: Si la excitación sexual se produce con
tejidos, materiales o prendas de vestir.
Con autoginofilia: Si la excitación sexual se produce con pensamientos o
imágenes de uno mismo como mujer.
Especificar si:
En un entorno controlado: Este especificador se aplica sobre todo a
individuos que viven en una institución o en otros ámbitos en los que la
oportunidad de travestirse es limitada.
En remisión total: No ha existido malestar ni problemas sociales, laborales,
o en otros campos del funcionamiento, durante al menos cinco años en los
que el individuo ha estado en un entorno no controlado.
8. Otro trastorno parafílicos especificado.
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas
característicos de un trastorno parafílico que causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los
trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos parafílicos. La categoría
de otro trastorno parafílico especificado se utiliza en situaciones en las que el
clínico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación no
cumple los criterios de ningún trastorno parafílico específico. Esto se hace
registrando “otro trastorno parafílico especificado” seguido del motivo
específico (p. ej., “zoofilia”). Algunos ejemplos de presentaciones que se
pueden especificar utilizando la designación “otro especificado” son, entre
otros, la excitación sexual intensa y recurrente que implica la escatología
telefónica (llamadas telefónicas obscenas), la necrofilia (cadáveres), la zoofilia
(animales), la coprofilia (heces), la clismafilia (enemas) o la urofilia (orina)
que han estado presentes al menos durante seis meses y que causan malestar
importante o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del
funcionamiento. Otros especificadores que se pueden aplicar a otro trastorno
parafílico especificado son en remisión y/o en un entorno controlado.
9. Trastorno parafílico no especificado.
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos
de un trastorno parafílico que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los
criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos
parafílicos. La categoría del trastorno parafílico no especificado se utiliza en situaciones en
las que el clínico opta por no especificar el motivo del incumplimiento de los criterios para
un trastorno parafílico específico, e incluye presentaciones en las que no existe información
suficiente para hacer un diagnóstico más específico.
Referencias.
● Blanco, E. (2016). Trastorno parafílico: características clínicas de pacientes
masculinos atendidos por Sexología Clínica. Revista del Hospital Psiquiátrico de
La
Habana, 13(3).
● Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Guía de consulta de los criterios
diagnósticos del DSM 5. Washington, DC. London, England: American Psychiatric
Association.
 Bermejo F, Vega S, Olazarán J, Fernández C, Gabriel R. Alteración cognitiva leve
del anciano. Rev Clin Esp 1998; 198: 159-65. Alteración cognitiva leve del
anciano.
 Bermejo F, Alom J, Peña-Casanova J et al. Registro multicéntrico de casos
incidentes de demencia. Un estudio del grupo de demencias de la Sociedad
Española de Neurología. Neurología 1994; 9: 401-6.
 Damián J, Valderrama E, Rodríguez F, Martín JM. Estado de salud y capacidad
funcional de la población que vive en residencias de mayores de Madrid.
 Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000939.htm
 Recuperado de: https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiqui
%C3%A1tricos/trastornos-de-la-personalidad/generalidades-sobre-los-trastornos-
de-la-personalidad
 Recuperado de: https://www.cop.es/colegiados/PV00520/trastornoperevi4.pdf

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